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Drogadicción 1

La drogadicción debe ser considerada a todos los efectos como una


enfermedad crónica. Esta afirmación no es ya sólo una iniciativa de política
sanitaria o un diagnóstico avalado por la Organización Mundial de la Salud y
la Asociación Americana de Psiquiatría, sino una sentencia científica. La
acumulación de investigaciones sobre la biología de la adicción ha ratificado
que el uso prolongado de drogas causa alteraciones cerebrales y cognitivas
duraderas y que, por tanto, la drogadicción debe ser abordada como una
enfermedad, con las mismas estrategias que la diabetes, el asma o
cualquier otra patología crónica.

Una de las conclusiones más relevantes de las recientes investigaciones es


que todas las sustancias adictivas, desde el tabaco a la heroína, pasando
por la cocaína, el alcohol, la marihuana y las anfetaminas, activan los
mismos circuitos cerebrales. Y ahí parece estar la clave del conocimiento y
el tratamiento de las adicciones.

"La dependencia a las distintas drogas, aunque se manifiesta con


comportamientos diferentes, tiene mecanismos biológicos comunes que nos
explican muy bien qué sucede en el cerebro" el farmacólogo Jordi Camí

El aumento de los niveles de dopamina es además el nexo común entre


eventos placenteros tan diversos como un beso o ganar un partido de tenis
y la llegada al cerebro a través de la sangre de un aluvión de moléculas de
nicotina, heroína o cocaína. Las recompensas naturales como el sexo, la
comida y la bebida, al igual que las drogas adictivas, estimulan la liberación
de dopamina de las neuronas, provocando euforia y el refuerzo de la
conducta que ha desencadenado el estímulo.

Las múltiples dimensiones que tiene el problema de la drogadicción es lo


que hace tan complejo su abordaje. "Tenemos la tecnología farmacológica
para paliar y gestionar la sintomatología de estas enfermedades crónicas",
afirma Camí, pero "seguimos pendientes de que se desarrollen más y
mejores estrategias a largo plazo no sólo en el área de la farmacología, sino
también en la psicosocial".

Estas consideraciones son válidas también para la adicción a la nicotina. "El


tabaquismo es una enfermedad crónica exactamente igual que el
alcoholismo", afirma rotundamente Camí. La drogadicción "no es ningún
pecado", añade, aunque "hay quien está más o menos predispuesto
genéticamente y más o menos expuesto ambientalmente". Y esto es
precisamente lo que se debe aclarar en los próximos años.
DROGADICCION 2

Se financian, se escriben y se presentan muchos estudios sobre la drogadicción.


Programas de televisión muestran a personas adictas siendo enviados a
rehabilitación, incluso presentan vistas internas de los servicios de rehabilitación
en curso. Tenemos gente del mundo de la ficción y gente de la calle, que admiten
que son adictos. Y los informes de las noticias hablan de las muertes de personas
importantes, en las que las drogas o el alcohol parecen estar implicados.

Gobiernos, organismos internacionales y organizaciones de caridad, todos hablan


sobre el problema y piden financiación. Cientos de millones de dólares se gastan
en tratar el problema o en recoger los pedazos de las vidas rotas que fueron
destruidas por la adicción.

Pero hay un problema serio en medio de toda esta discusión y este gasto.

El asunto de la adicción no va a ninguna parte. No está mejorando. A pesar de


todas las inversiones, el tratamiento no parece estar haciendo desaparecer muy
rápidamente el problema.

En los Estados Unidos el número de adictos o dependientes del alcohol y de otras


drogas se ha mantenido en, o alrededor de, 22 millones de estadounidenses
desde el 2002. Los estadounidenses adictos únicamente a las drogas ilícitas (lo
que incluye el abuso de medicamentos – drogas – con receta) son alrededor de
siete millones de personas.

Para abordar a fondo el problema de la drogadicción y la adicción y llevar a cabo


una recuperación duradera, hay que entender qué es lo que causa la adicción. Si
uno tratase la adicción de la gente sin entender los factores que causan que la
adicción sea tan tenaz, es muy posible que el tratamiento falle.

Como un servicio público, Narconon está haciendo que los factores de la adicción
estén disponibles para las familias que están decididas a ganar la batalla contra
este enemigo implacable.

Definición: La adicción es una enfermedad caracterizada por la repetida y


compulsiva búsqueda y consumo de drogas, alcohol u otras sustancias similares,
a pesar de las consecuencias adversas sociales, físicas y mentales. Por lo general
está acompañada por la dependencia psicológica y física del consumo de las
sustancias y la aparición de síntomas de abstinencia cuando las sustancias
adictivas son rápidamente disminuidas o retiradas.

Existen factores específicos que mantienen a una persona adicta atrapada en esta
situación. La buena noticia es que se pueden abordar y superar, y que puede dar
como resultado la sobriedad estable.
Drogadicción 3

Porque para el drogadicto no existe una sola terapia. Fórmulas


mágicas tampoco. Ni centros de rehabilitación con curas
milagrosas.
Existe tan sólo una premisa funda mental: la voluntad sincera,
férrea de librarse del yugo de la droga.
En cambio, sí pululan las falsa promesas -casi mesiánicas- y lo
engaños. Que abrazan los padres desesperados por la situación de
sus hijos, desorientados por la inexistencia de verdaderas políticas
de rehabilitación, a menudo impulsados por sentimientos de
remordimiento. Y se dejan engañar. Irremediablemente.
Si en el mundo aún no se ha establecido la cura para la
drogadicción, mucho menos en Colombia donde la acción del
gobierno ha sido evasiva. Y en donde sólo se adelantan ofensivas
parciales, a menudo mal enfocadas.
En este sentido, mal haría este informe en remitir a los padres a
una institución o consultorio determinados como gran puerta de
salvación.
Se limitará, en cambio, a proporcionar a los colombianos los
elementos con los cuales cada cual podrá juzgar por si mismo. Al
comparar estos elementos con los que ofrece un centro
determinado, la conclusión será obvia.
FERIAS DEL ENGAÑO…
Según la Organización Mundial de la Salud, la rehabilitación es el
proceso que comprende todas las medidas destinadas a reducir los
efectos de las afecciones que producen discapacidad y minusvalía,
y a permitir a la persona afectada su reintegración social.
Las afecciones: la farmacodependencia. Los efectos: las
alteraciones de las relaciones interpersonales, familiares,
académicas y laborales. Y también las secundarias, que de allí se
derivan. O sean, la prostitución, el robo, los asesinatos.
Existen métodos convencionales y no convencionales.
Ninguno es mejor que el otro. Sin embargo, entre estos últimos es
donde el terreno se encuentra más abonado para los engaños. Tal
es el caso de las curas por acupuntura, autosugestión, hipnosis,
libros de auto contra paso a paso, brebajes, ungüentos, rezos,
cirugía.
Acerca de esta última, cabe mencionar la trepanación hecha en
varios países, realizada para cortar supuestos centros cerebrales
en donde estaría ubicada la disposición hacia la drogadicción.
Intervención que, además de no ser respaldada con las bases
científicas, tampoco arrojó resultados satisfactorios.
Los métodos no convencionales se caracterizan a menudo porque
tienen como fin primordial el lucro y crean falsas expectativas en
el individuo su familia.
PERFIL INTEGRAL
Los métodos convencionales deben valerse de un grupo
multidisciplinario constituido por médicos generales, siquiatras,
sicólogos, sociólogos, enfermeras, trabajadores sociales y
terapistas ocupacionales.
La rehabilitación debe ser integral. Si se trata al paciente y se deja
de lado la familia, el resultado será pobre. Si se trata el individuo y
su familia pero no el ambiente laboral o académico, tampoco los
resultados serán completos. Menos lo serán si se ignoran los
amigos, factor primordial en un alto porcentaje de las adicciones.
Ninguna terapia puede emprenderse sin una evaluación. Porque
antes de especificar cuáles serán las medidas y tratamientos más
convenientes, se deben establecer las condiciones específicas del
paciente o huésped, su extracción social y nivel económico, las
características de la o las sustancias que consume, el perfil del
medio que lo rodea.
Sin esta fase evaluativa cualquier tratamiento queda trunco: no se
puede curar sin conocer. Es como si el cirujano pretendiera
extirpar a ciegas un tumor, sin los previos e indispensables
exámenes radiológicos, clínicos y de laboratorio.
“Colombia se está moviendo en la dirección en la que van todos los países, y es ver el
problema como un tema de salud pública; que los adictos no sean vistos como criminales
sino como personas enfermas” Daniel Mejía, director del Centro de Estudios sobre
Seguridad y Drogas de la Universidad de los Andes

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