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Enseñar en los nuevos escenarios

educativos: posibilidades, retos y


limitaciones.
Marco interpretativo a través de las asignaturas Internet y
Educación, Ambientes de Aprendizaje e Informática Educativa.

María Virginia Díaz Frutos


Setiembre 2013
Introducción

“…la computadora promete dar a mis estudiantes acceso a ilimitada información, ¿pero qué bien les hará
ésto si no pueden entenderla? Les promete a ayudarlos a expresar mejor sus ideas, ¿pero qué beneficio
tendrán si carecen de ideas para expresar? Les ofrece desarrollar habilidades valiosas en el mercado de
una sociedad tecnificada, ¿pero qué tan valioso puede ser esto si no han desarrollado el juicio necesario
para vivir una vida plena?”
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Lowell Monke (1996)

La escuela está en crisis.


El sinnúmero de factores que llevaron a esta situación, quizás sería más fácil entenderlos si
recurrimos a la genealogía (Sibilia, 2012). Se puede comparar la escuela con una tecnología,
un intrincado aparato destinado a producir algo que se ha vuelto incompatible con los cuerpos
y subjetividades de los chicos de hoy. La escuela se ha convertido en una máquina anticuada.
La sociedad moderna se pensó a sí misma como igualitaria, fraterna y democrática. Asumió la
responsabilidad de educar a todos sus ciudadanos: alfabetizar a cada uno de los habitantes
en el uso correcto del idioma patrio, hacer cálculos y ejercer una “moral laica” que la
burguesía lo integró a su proyecto político, económico y sociocultural.
La escuela se irguió sobre la piedra fundacional de “cultura letrada”, y aunque se sigan
imprimiendo millones de libros, la sociedad contemporánea se muestra fascinada por los
seductores influjos de las imágenes.
Con la irrupción de las redes informáticas estas imágenes se han multiplicado
exponencialmente transformando los lenguajes y la escuela no ha permanecido inmune a
dicha acción.
Sus cimientos han sido la palabra, pero esta se ha convertido junto al aula escolar en algo
“aburrido” y los docentes se encuentran no solamente frente al desafío de la precariedad
socioeconómica de su profesión, sino también de los cuestionamientos al significado de su
labor.
Las nuevas generaciones del estudiantado están siendo estimuladas por modos performáticos
de ser y estar en el mundo. Actualmente está demostrado que es más eficaz poner el cuerpo
para hablar y performar, mientras que leer y escribir son tareas solitarias y silenciosas.
Los docentes de todas las áreas claman por la falta de lectura, existe dificultad en identificar y
reproducir el sentido de lo que se lee. Frente a este clamor, es necesario aclarar desde la
óptica de la tecnología educativa, que no es que el estudiante no lo sepa hacer o no lo haga,
sino que ya no lo realiza utilizando las herramientas tradicionales de la lectoescritura.
Ahora el sujeto actúa como alguien que continuamente está fluyendo entre varios soportes
mediáticos y pareciera ser que para mantener la atención en una sesión expositiva se
requiere de una seducción constante. Es un espectáculo.
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Quizás para excusar y hasta banalizar la situación, se habla de la “alfabetización mediática”,
pero como dice Buckingham (2007), lo que se busca realmente es la “alfabetización crítica”1,
aprender a usar los medios para desarrollar las competencias y que la seducción del
espectáculo no oculte la falta de toma de decisiones.
La alfabetización gira en torno a la producción de significados simbólicos. La gente se
capacita para hacer cosas, ya sea en su profesión, en su vida privada o en la sociedad civil.
Pero hasta la sociedad de la modernidad, la necesidad de ser alfabetizado refería a la
escritura y lectura, mientras que en la actualidad la verdadera alfabetización es aprender,
desaprender y volver a aprender (Pérez Gómez, 2012).
No se puede ver la alfabetización mediática como un conjunto de habilidades cognitivas que
todos los sujetos llegan a poseer. La competencia entre los medios se da porque apuntan a
diferentes estratos sociales, a grupos con diferentes intereses culturales.
En nuestro país con la entrega de las ceibalitas, se pensó en minimizar la brecha entre los
diferentes estratos sociales, siguiendo la línea de pensamiento de Buckingham, se podría
asegurar que no se ha logrado.
Cada vez las brechas se han hecho más profundas, se remarca la falacia de situar el progreso
social en virtud del desarrollo tecnológico, citando a Prendes Espinosa.
La brecha digital es multiforme, según lo declara la UNESCO, no hay una sino varias que lejos
de excluirse mutuamente, se combinan entre sí en función de las situaciones nacionales y
locales.
Los factores que influyen en la brecha digital son múltiples: los recursos económicos, la
geografía, la edad, el sexo, la lengua, la procedencia sociológica o cultural, el empleo y la
integridad física.
¿Qué ha pasado todo este tiempo? ¿Qué pasa actualmente? El alumno que llega a los
diferentes institutos de enseñanza, llega con la influencia de la vida diaria, no ha estado
indiferente a todo lo que lo rodea.
Cada educación debe ser personalizada, atender la realidad global sin perder el potencial de
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cada país, sin olvidar las competencias a las que debe llegar todo ser humano para
entenderlo “educado”.
Se debe partir de lo que hay, de las condiciones contemporáneas. “Si la destitución nos
permite rastrear las ausencias; la composición nos permite indagar las presencias”(Cantarelli,
M, Prólogo “Pedagogía del aburrido”, 2004).
Como investigan Lewkowicz y Corea (2004), ¿hay pensamiento infantil? Sí, el pensamiento no
es monopolio de los adultos, pero la subjetividad adulta es incapaz de percibir la dimensión
pensamiento de la experiencia infantil.
Se necesita observar, analizar y comprender las operaciones mentales de los chicos en otros
ámbitos que no sean los institucionales. Los chicos ya no están fundamentalmente oprimidos
(Freire, 1970), sino aburridos. Ante la opresión, sabemos; en el aburrimiento, no sabemos y
por eso tenemos que pensar. Hay que pensar porque la existencia está subordinada al
pensamiento.
Actualmente en nuestro país se sigue tratando de bajar los niveles de repetición y deserción
en los niveles primario y secundario. Los docentes siguen preocupados porque sus alumnos
no mantienen la atención más de quince minutos, es casi imposible retomar un tema, etc.
El dispositivo escolar, construye las expectativas que al no satisfacernos, asumimos como un
deterioro. Toda la maquinaria de nuestra educación pública, docentes y dirigentes, basan la
estrategia de recuperación en lo conocido y se insiste en la práctica de acciones del pasado
educativo.
El docente actúa o debe hacerlo como un profesional reflexivo (Contreras, J.,1997), hay una
serie de tareas que las realizamos sin detenernos a pensar en ellas antes de hacerlas, por lo
espontáneas que son.
Frente a la situación actual de la escuela como institución, debemos más que nunca
detenernos a reflexionar, la repetición de las prácticas le da a los docentes la estabilidad
suficiente pero ésta se encuentra amenazada por la realidad educativa. Conforme su práctica
es estable y repetitiva, la confianza en la especialización, en su hacer como docente, se
refuerza.
Pero ahora hay que plantearse el problema de una nueva forma de actuar, ya que lo conocido
no está dando resultado. El problema es otro, han de atenderse otros aspectos no
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considerados o interpretarse de forma diferente (Schön, D., 1998).

Desde una imagen original, Mark Prensky (2010) en “Educar a nativos digitales”, compara los
jóvenes de ahora con cohetes, los profesores deben construir y lanzar los mejores cohetes
que puedan, pero para eso ya no sirve el combustible del pasado, también se necesitan
nuevos diseños, nuevas cargas y lo más importante es preparar estos cohetes para
monitorearse, autoevaluarse y autocorregirse cuantas veces sea necesario.
Esos cohetes pueden ser poderosas fuerzas de exploración como armas de destrucción,
depende de la carga al comienzo, esa carga que es responsabilidad de la familia, los
docentes y la comunidad adulta. En esta carga lo principal es el comportamiento ético, qué
vamos a hacer con lo que encontremos durante la aventura de este vuelo supersónico.
No hay duda que lo que se defiende es la educación en democracia, pero esto trae aparejado
el debate, cómo utilizar los recursos, los nuevos sistemas de comunicación, el acceso a
Internet, el acceso a la educación en las conceptualizaciones actuales.
“Es la sociedad la que tiene que reclamar la educación, como una exigencia de todos, no
como algo que los gobernantes conceden como para caer bien” (Savater, F.,2006. P. 11)
Proposición

La intención de este trabajo es demostrar que competencias que nombra Pérez Gómez
(2012), son factibles de ser desarrolladas con las Inclusión de las TIC.
Ellas son:

 Capacidad de utilizar y comunicar de manera disciplinada, crítica y creativa el 6

conocimiento.
 Capacidad para vivir y convivir democráticamente en grupos humanos cada vez
más heterogéneos, en la sociedad global.
 Capacidad para vivir y actuar de forma autónoma y construir el propio proyecto
vital.

¿Todavía podemos enseñar?¿Sigue siendo el mejor lugar la escuela? O mejor dicho, ¿la
educación debe estar institucionalizada? El mejor lugar para desarrollar estas competencias
sigue siendo la escuela, pero no como la conocemos en la actualidad en nuestro país.
Por consiguiente se explicará como la inclusión de las TIC ayuda en el proceso de apropiación
de cada competencia.
Capacidad de utilizar y comunicar de manera disciplinada, crítica y creativa el
conocimiento.

El proceso educativo en general sufre modificaciones en sistema de valores, comportamientos


y relaciones que afectan a los objetivos de la educación. La educación pública se ha
mantenido rezagada en este proceso. Esto ocurrió sin necesidad de pensar en la inclusión de
TIC, por lo tanto con la llegada del Plan Ceibal, el problema se agudizó porque el sistema
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educativo de nuestro país no estaba preparado.
Se ha producido un desajuste a nivel individual y colectivo a partir del desarrollo acelerado de
la tecnología. Antes la información fluía a través de los trabajadores, en forma manual y luego
mecánica, ahora la gran avalancha informacional ha influido en la economía mundial de tal
forma que ha traído brechas sociales, brechas en la distribución de ingresos, trabajadores
desplazados por la falta de especialización requerida por las nuevas empresas de servicios,
etc.
Existen nuevos trabajos que la educación formal de nuestro país, no está preparando:
administrador de medios sociales, expertos generacionales, oficial de escucha en jefe,
servicios de computación en nube, experto en sustentabilidad, diseño de experiencia del
usuario, etc. Estos nuevos trabajos y muchos más, se sustentan en el ingreso de la tecnología
en la educación, si en el mundo hay pérdidas de empleo por falta de formación, la educación
debería estar preparando para los empleos que están surgiendo.
Aparte de todas las competencias que queramos incluir en la formación del ser humano en su
plenitud, una de las necesidades básicas de éste es autoabastecerse. Para eso necesita tener
trabajo, aún reconociendo que la persona cuando trabaja en lo que le gusta le permite una
vida plena, la educación formal debe preparar actualmente para el empleo global, necesario y
pago en cualquier parte del mundo.

El conocimiento es necesario ¿qué tipo de conocimiento? Actualmente según Fainholc (2004)


la educación debe crear procesos alternativos de aprendizaje donde el individuo salga
preparado para la demanda de protagonismo de esta época.
“El nuevo reto de la educación y la formación en la sociedad de la información es cualificar a
los sujetos como usuarios inteligentes en su interacción con las TIC y la información que les
permita distinguir lo relevante de lo superfluo” (Fainholc, B.,2004, p. 15).
La incorporación de las nuevas tecnologías en la educación no supone necesariamente la
aplicación y el desarrollo de estrategias pedagógicas innovadoras desde el punto de vista del
proceso cognitivo. La tecnología se debe aprovechar en obtener más tiempo libre de las
tareas administrativas o pedagógicas tradicionales, y dedicar ese tiempo en construir
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conocimientos y vínculos sociales y personales más profundos.
Las tecnologías crean un cúmulo de conocimientos en los círculos creados por ellas, lo que no
exista en esos círculos, desaparecerá en corto tiempo. La verdadera marginalidad la sufren
todos los que queden fuera del dominio de los códigos que permiten manejar estos
instrumentos (Tedesco, J.C., 1999)
La superabundancia de información que traen consigo las TIC, pueden actuar a favor del
empobrecimiento del conocimiento. Cuando la población es bombardeada continuamente por
información de todo tipo, no deja de influir como una especie de píldora sedativa que no
permite que el pensamiento crítico se desarrolle.
La estimulación del cerebro y del espíritu es tan acelerada, que la quietud que se necesita
para reflexionar sobre la información que llega, no prevalece.
A su vez, aunque parezca contradictorio, traen implícitas las herramientas necesarias para
utilizar y comunicar de manera crítica y reflexiva. Se necesita el desarrollo de las funciones
superiores del pensamiento, estrategias cognitivas y metacognitivas, la consolidación del
razonamiento crítico. Frente a la incertidumbre del futuro, lo incierto que provoca en nuestros
espíritus una desazón, que nos debe servir como motivación para la aventura.
Pero para que la incertidumbre se transforme en una aventura, en una vivencia del futuro para
que se transforme en un camino a andar con placer y expectativa, debemos tener en cuenta
una serie de condiciones que en forma muy resumida expongo desde Fainholc (2004):

 La superación de la exclusión y desigualdades en el acceso a las TIC.


 Impulsar la participación de todos.
 Considerar que implica la economía del conocimiento.
 Poseer y evidenciar la realización de lecturas prácticas en Internet realmente valiosas.
 Aumentar la dedicación a la investigación.

Siempre lo más importante es la estrategia didáctica que potencie el aprendizaje y la


tecnología se encuentra cada vez más presente. Al principio de la llegada de las TIC, los
profesores las utilizaron para motivar a los estudiantes, y aunque se quiera tener cerradas las
puertas a las tecnologías en los institutos educativos, sabemos que ya es inviable.
En nuestro país se está implementando para la educación pública, el uso de ambientes
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virtuales de aprendizaje.
Esto ha traído tanta o más resistencia que con la llegada de las ceibalitas, por todo el bagaje
de contenidos, procedimientos y hasta sistema de valores que trae consigo. Hasta ahora se
han utilizado a las nuevas tecnologías como medio de entrega de información en la mayoría
de los casos. No obstante, las nuevas tecnologías cumplen dos funciones básicas: la
mediación cognitiva y la provisión de estímulos sensoriales (Herrera Batista, 2001).
La provisión de estímulos contribuyen a captar la atención del aprendiz y mantener su
motivación, mientras que la mediación cognitiva se da no sólo en una comunicación como el
correo electrónico, sino que aunque el autor del texto impreso o informático no esté presente,
a través de la lectura el aprendiz se pone en contacto con los esquemas cognitivos del autor.

El conocimiento fluye a través de un nuevo espacio social telemático, pero para seguir el flujo
se necesitan nuevas destrezas y habilidades. Según Javier Echeverría (2001) la creación de
nuevos espacios online de aprendizaje, motiva al alumnado para mejorar sus interacciones.
La universalización de la educación, implica el acceso de todos a este escenario, pero para
que esto suceda se necesita reformas: cómo se organizan las clases, el programa escolar, el
espacio físico: en la escuela (¿del futuro?) ni siquiera deben existir los salones de clases
como los conocemos en la actualidad porque coartan el trabajo colaborativo.
Los espacios de trabajo se deben dar naturalmente y hasta dejar de lado la división por franja
etaria, sino la división para trabajar por competencias.
Las tecnologías aparecen como potenciadoras de formas de apropiación del conocimiento
(Lion , 2004) ellas nos cambian y nosotros según el uso que les demos, las transformamos.
El tecnoconocimiento nos trae otra manera de ver el proceso de enseñanza, hay una nueva
valoración de la imagen, las narrativas hipertextuales, las prácticas de modelización y hasta el
concepto de percepción. Para el aprendiz, muchas cosas como la supremacía de la imagen,
ya es parte de su hacer diario. Varios docentes aseguramos que sólo es cuestión de tiempo
para que la letra manuscrita desaparezca, el código simbólico está en camino a una nueva
era.
En lo que tiene que ver con la transmisión del conocimiento, la primera preocupación del
docente es el dominio de la tecnología, pero cuando logra el dominio, la fase siguiente es en
realidad la importante. Según Delacôte (1997), los docentes cuando llegan a desatenderse de
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la tecnología pueden crear diálogos interesantes y reflexiones inteligentes. El acceso
superficial a la información, puede verse superado si hay criterios de selección, de
clasificación de la misma. La transferencia de la información como un todo global, requiere de
determinadas habilidades y capacidades mentales. Siendo parte y todo influye en los
significados, en la manera como miramos el mundo (Lion, 2006).
También se le debe dar una importancia relevante a lo que Salomon, Perkins y Globerson
(1992) denominan residuo cognitivo, según estos autores cuando existe una colaboración
consciente, autorregulada y comprometida con el intercambio de tecnología, produce en el
aprendiz ese residuo cognitivo (capacidades y habilidades) que puede transferir a otras
situaciones.
En la investigación de Carina Lion (2006), se comprueban hipótesis a saber:
 La utilización de imágenes utilizando tecnologías, genera la proyección de imágenes
mentales.
 La utilización de tecnologías en la resolución de problemas influye en la secuenciación
de los pasos.
 Los organizadores gráficos informáticos impactan en la organización de los trabajos al
llevarlos a producciones concretas.

“Internet como herramienta de la cultura, principalmente urbana, impone el reto de pensar en


formas narrativas e intertextuales diferentes” (Lion, C., 2006,p.50)
Siempre que hablamos de educación, hablamos de intercambio, de instituciones sociales y
por sobre todo de proceso.
Los estudiantes realizan diversos procesos cognitivos con el conocimiento previo o con el que
están buscando, guiados por sus profesores. La inclusión de las TIC les permite canales de
comunicación sincrónica y asincrónica, programas para procesar el conocimiento que antes
ayudaron a encontrar.
Estas tecnologías permiten la motivación, la razón de ser para el estudiante actual, que se
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encuentra demasiado estimulado por tecnologías de uso meramente social. Pero el aprender
a aprender, el aprendizaje colaborativo, el aprender a trabajar juntos resultan más fáciles de
entender desde su perfil conceptual por los aprendices cuando lo acompañan procesos
sociales estimulantes.
La gran demanda de las autoridades de la educación y no sólo en este país, es que los
estudiantes vuelvan a creer en la educación como medio para una vida mejor.
Las generaciones más jóvenes, continuamente ven ejemplos de lo que los adultos
consideramos una vida mejor, determinada por el consumismo. Pero la obligación de los
adultos es darles medios de vida en trabajos que resulten aptos para independizarse pero a la
vez una visión del mundo que rescate de nosotros lo mejor.
Se habla de innovación educativa, pero ésta tiene que ver al docente como investigador, la
cultura escolar vista con reflexión crítica. La innovación va de la mano con el desarrollo
profesional docente y la transformación de la escuela, cuyo concepto como se ha citado
anteriormente debe cambiar inexorablemente (Pons, P. y Giménez Cortés, R., 2007).
Implícito en el concepto de innovación están los conceptos claves en la formación del
docente: innovación educativa, uso de las TIC y buenas prácticas, que incentivan el trabajo
colaborativo, la integración de recursos digitales, la creación de nuevos contenidos y la
transformación de la organización escolar.
El saber según Corea (2004), es básicamente perceptivo, conectivo y no requiere de la
conciencia, por lo tanto no es posible transferir. Todo cambia demasiado rápido y dificulta que
ese saber se vuelva obsoleto, esa fugacidad produce malestar.
Cuando el estímulo es tan veloz, el desafío para todas las generaciones es generar formas de
“engancharse con algo”, encarnar una experiencia
Según Area (2000), el sujeto debe aprender a aprender, saber enfrentarse a la información
(buscarla, seleccionarla, elaborarla y difundirla), cualificarse laboralmente para el uso de las
TIC y tomar conciencia de las implicaciones económicas, ideológicas, políticas y culturales de
la tecnología en nuestra sociedad.
Este mismo autor reafirma a la Tecnología Educativa como ese espacio intelectual pedagógico
cuyo objeto de estudio serían los efectos socioculturales e implicaciones que para la
educación poseen las tecnologías de la información y comunicación en cuanto forma de
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representación, difusión y acceso al conocimiento y a la cultura de los ciudadanos (Area
Moreira, M., 2002).
Capacidad para vivir y convivir democráticamente en grupos humanos cada vez
más heterogéneos, en la sociedad global.

Los grupos humanos son cada vez más heterogéneos, porque además siguen incidiendo los
problemas económicos y sociales que provocan la emigración a distintas partes del mundo.
Esto determina que el ciudadano debe saber y querer convivir en grupos. “Ello implica
relacionarse bien con los demás, saber y querer comprender y cooperar, así como capacidad
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para resolver con empatía y de forma pacífica y democrática los inevitables conflictos de la
vida social” (Pérez Gómez, 2012, p. 210).
Pérez Gómez (2012) habla de varias dimensiones, una de ellas la cooperación y trabajo en
grupos. En esta era de la información, el conocimiento distribuido, la inteligencia compartida,
promueven la cooperación de los aprendices.
Las democracias contemporáneas y la economía de la información se ven enriquecidas por
las redes sociales y los grupos de trabajo virtuales. Los problemas y situaciones en la
actualidad desbordan la inteligencia individual y demuestran la significancia de la inteligencia
compartida.
“En las comunidades los individuos participan para pertenecer, a los colectivos se pertenece
para aprender” Thomas y Brown (2011). En la escuela como la conocemos no está previsto
entender y evaluar la interacción en los grupos,
“Los docentes debemos vernos como nodos de redes globales de educadores y aprendices,
aprendiendo a consolidar y enriquecer las redes de intercambio constructivo, dentro de
comunidades locales y globales, presenciales y virtuales que hay que conformar con
paciencia, tiempo y apoyo mutuo” (Pérez Gómez, 2012, p. 105)
Un ejemplo para la reflexión sobre el trabajo colaborativo en la nueva era, es el “Proyecto
Facebook” dirigido por Alejandro Piscitelli por la cátedra de Introducción a la Informática, la
Telemática y al Procesamiento de Datos, dentro de la carrera de Ciencias de la Comunicación
de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Argentina.
La innovación que llevó este grupo de profesores y alumnos, es el pasar del programa único
de la facultad al abordaje por dimensiones. Por supuesto que el programa no se podía
modificar pero sí la forma de estudiarlo.
En vez de que cada comisión repitiera un mismo programa, adoptaron una determinada
dimensión de estudio de Facebook. Las dimensiones a modo informativo para el lector,
fueron: participación, identidad, arquitectura, comunidades virtuales, convergencia y
economía. La dinámica de participación se basó en grupos de trabajo independientes, cada
grupo debía pensar, plantear y trabajar sobre un aspecto y además los resultados debían ser
presentados en una dinámica de exposición permanente de ideas.
El peligro de la fragmentación desde lo práctico al abordar dimensiones diferentes, se vio
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compensada en lo teórico cuando el grupo debía exponer.
Aparecen las figuras como líderes de proyecto, integradores, documentalistas y
multimedialistas en lugar de la tradicional figura del profesor.
Las personas que hoy usan Facebook, población de diferentes partes del mundo, están
siendo entrenadas en el uso de herramientas y aplicaciones propias de la red social, los
nativos digitales se comparten experiencias con los inmigrantes no alfabetizados digitalmente.
La primera alarma que surge del cuerpo docente es la brecha que existe con sus aprendices
sobre el uso de las herramientas digitales. ¿Qué pasa con Facebook? Según Alessandro
Baricco es una mutación cultural que modifica la cultura occidental y las relaciones de poder
allí establecidas.
La convergencia propicia la participación y la inteligencia colectiva de los usuarios, coexisten
personas de diferentes generaciones y estratos sociales. Si preguntamos aún hoy a muchos
docentes frente a la oportunidad de trabajar con alguna herramienta de la Web 2.0, su
respuesta es de negarse por la falta de conocimiento.
Sin embargo es preponderante el número de docentes que tienen cuenta en Facebook, pero
no lo ven como herramienta educativa y como una herramienta lúdica que puede permitir el
aprendizaje lejos del aburrimiento.
Capacidad para vivir y actuar de forma autónoma y construir el propio proyecto vital.

Cuando educamos, tratamos de transmitir lo que para nuestra cultura resulta imprescindible,
perpetuar lo mejor de nosotros. Al hacer esto nos garantizamos estar preparando seres
humanos para la vida del futuro.
“La paradoja de la educación es que los educadores tenemos que preparar a los educandos
para un mundo que nosotros no vamos a conocer”.(Savater, F.,2007).
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Según Alfredo Veiga Neto, “el mundo se está dividiendo: entre aquellos que son y aquellos
que no son, entre los que tienen acceso y los que no lo tienen, a bienes, recursos, servicios e
incluso comida” (Sibilia, P., 2012).
Existe una cada vez mayor división del mundo, para el lado bueno la escuela sigue siendo
muy interesante en su configuración tradicional. Las formas de adaptarlas a los valores
contemporáneos siguen surgiendo de iniciativas privadas y costosas.
No seguimos siendo democráticamente libres, iguales y fraternos. “Sólo es hombre aquel que
se inserta en las redes del mercado, quien participa del conjunto de los consumidores, quien
se ve reflejado y se espeja en una pantalla de televisión, quien accede a la salud”.
(Lewkowicz, I., 2004)
Aunque sintamos que el futuro depende de nosotros como humanos, ni siquiera tenemos
claros sus bordes, no logramos ver la figura a lo lejos. Los que todavía tienen la oportunidad
de seguir disfrutando de la condición de alumnos, son los que pasaron de alumnos a clientes,
de la ley a la negociación. (Sibilia, P.,2012)
Cuando queremos transmitirles a las nuevas generaciones la capacidad de construir su propio
proyecto vital, los docentes insistimos en comenzar desde la edad temprana.
Eso no está en discusión, lo que sí está en discusión es el concepto de infancia.
El historiador Philippe Ariès ha sido reconocido por su cuestionamiento sobre algo que parecía
estar acordado: la desnaturalización de la infancia. La invención de separar la sociedad en
capas etarias es de la época moderna, aún más la adolescencia es un invento propio del siglo
XX.
No siempre hubo niños, sino que en otras épocas existieron crías humanas. Hasta en la
década del 60 se pueden observar documentos donde los especialistas veían al niño como un
“organismo incompleto”, la adultez como una etapa donde la infancia era un mero preparativo.
Para proteger o explotar la inocencia infantil, existía un sofisticado instrumental. Todo ha
perdido consistencia en la actualidad: la figura del infante, el respeto hacia el adulto, la
inocencia que se creía poseer.
Asistimos a la gradual indistinción de las jerarquías en el seno familiar y escolar, la
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devaluación del lugar que siempre ostentaron el padre y el maestro.

Todo esto ¿cómo lo sobrellevamos frente al desafío de que el aprendiz logre construir su
propio proyecto de vida? Anteriormente basábamos nuestras acciones como docentes en el
estado mental y físico de la infancia, en la subjetividad a ser modificada por el mundo adulto
docente y familiar, en tanto que ahora el dispositivo pedagógico se vuelve anacrónico frente al
niño pleno, ya no es un adulto inacabado.
Entonces lo que le surge a los adultos es cómo llegar a ese niño, que ya no le llama la
sabiduría letrada para entrar al mundo real, para que logre construir su proyecto vital.
El sujeto va creciendo y adaptándose de forma crítica en diferentes contextos, o por lo menos
eso sería lo deseable. Conocer las propias fortalezas y debilidades, sus posibilidades de
cambio y reconstrucción reafirma la autoestima.
“Los aprendices deben salir de la escuela con el sentido de que si actúan estratégicamente,
pueden conseguir sus propósitos, sentir la capacidad de ser sujetos, agentes de su propio
destino”(Pérez Gómez, 2012, p.160)
A modo de conclusión

El concepto de competencia defendido por Pérez Gómez, se refiere al carácter holístico,


contextual, multidimensional y complejo de este concepto.
Las tres competencias antes nombradas se pueden lograr no “pese a” sino “gracias a” la
inclusión de las tecnologías en la educación. Las estrategias de enseñanza de primero
dominar el contenido y luego aplicarlo, deben ser sustituidas por utilizar el conocimiento a 17

medida que se aprende y aprender al tiempo que se utiliza e investiga. El contenido y los
procesos para su construcción y aplicación deben darse de manera simultánea.
Por las características de las TIC, es posible utilizarlas para resolver este torbellino en que la
educación se encuentra sumergida. El futuro sigue siendo incierto pero permite vivir la
aventura de ser contemporáneos.
Las escuelas siguen siendo portadoras de confianza para la población, pero debe abrirse al
flujo de las tecnologías. Es real que la escuela como se conoce, por lo menos en nuestro país
no tiene oportunidad, entonces es necesario repensarla.
Se debe reflexionar sobre este punto en forma urgente, cuando la institución deja de tener
sentido se debe cuestionar y así llegar a replanteos e invenciones. La nueva escuela
influenciada por las TIC, podría convertirse en la “invención disruptora” para resistir a los
efectos disgregadores de la conexión.
Esa nueva forma de resistencia, contra la “utopía cinética” de la modernidad actuará en una
suerte de quietud cuidadosamente construida. (Sibilia, P., 2012)
Aunque para esta autora sostenga que se ha desfondado el suelo que mantenía los vínculos,
apoya la idea de que la escuela se convierta en un ambiente de reflexión, a un nuevo tipo de
pasividad o lentitud.
Quizás siguiendo algunas de las ideas de la Pedagogía del Caracol (Zavalloni, G.), que
defiende el concepto de detenernos a reflexionar, mantener un contacto sensible con los
demás.
Si los sujetos aprenden de diferentes formas, debe enseñarse con diferentes procedimientos y
caminos. Estimular al aprendiz con los diferentes saberes de la humanidad no es fácil ya
desde la accesibilidad, pero las TIC ayudan a través de diferentes medios y el trabajo del
docente es adaptarlos a sus fines pedagógicos.
Si las instituciones eran la familia, la escuela, la universidad, el hospital, la cárcel, todas
dirigidas por el estado, ahora están los medios de comunicación que a su vez han llevado a
Internet, al marketing, merchandising. Los medios de comunicación se han transformado en
instituciones. El saber tácito es tanto o más valioso que el formalizado, los medios están
muchas veces por encima de la escuela.
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Los alumnos de hoy son más que un espectador mediático pasivo, todos no saben de todo,
cada uno sabe algo, si comparten sus recursos y combinan sus habilidades ¿lo hacen en el
escenario escolar? Seguro que no, podríamos hablar de un escenario compuesto por
videojuegos en red, facebook, scribd, realidad virtual, etc. pero seguro que no sobre lo que
hoy ocurre en la escuela con respecto al aprovechamiento de estas habilidades.
Hay que cambiar radicalmente los centros de estudios, desactivando el confinamiento para
dar paso a las nuevas tecnologías.
“La inteligencia colectiva puede verse como una fuente alternativa de poder mediático.
Estamos aprendiendo a usar ese poder mediante nuestras interacciones cotidianas en el seno
de la cultura de la convergencia”.(Jenkins, H.,2006,p.120)
Debemos enseñar a las nuevas generaciones a disfrutar aprendiendo, a desarrollar intereses
variados y nutrir la mente durante toda la vida. Se puede transformar el poder de lo mediático
a favor de perseguir esos fines. Pero en la escuela deben existir espacios para la
autorreflexión y el autocontrol, que permitirán litigar con el consumismo de bienes materiales y
virtuales. Fomentar la autoestima, el autoconcepto, la autoevaluación y el autogobierno de su
aprendizaje en el mundo mediado por las TIC, para eso se debe reformular el currículum
escolar.
No se trata de que la escuela sea actualizada transformándola en un nodo más de la red de
Internet o tratar inútilmente de levantar vallas al ingreso del mundo real.
Hay que redefinir las escuelas como espacios de encuentros y diálogos, producción de
pensamientos, trasmisión de experiencias de vida para las nuevas generaciones.
La revolución pedagógica en la era digital no reside en aparatos y plataformas, sino en la
formación personalizada que permiten y estimulan las herramientas digitales.
Para esto los tutores se deben convertir en expertos, que sepan preparar para la
incertidumbre y asumir riesgos. La era digital requiere capacidades humanas que no se
desarrollan en nuestros centros educativos de la actualidad.
Y siguiendo a Paredes, no es simple reinventar a la escuela, pero es tan apasionante el
desafío, que es el tipo de combate por el cual vale la pena jugarse.

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“El problema no es lo que no saben hacer sino lo que no saben ser: humanos entre los humanos, libres

pero responsables, críticos pero no obsesos, ni caprichosos seguidores de los archimandritas de la

superstición apocalíptica. Son, ay, idiotas, aunque eso sí, suficientemente preparados. Eduquemos

mejor... o empecemos a temblar”.

Fernando Savater (2006)


Bibliografía

AREA MOREIRA, Manuel.(2002) La tecnología educativa como disciplina pedagógica. Extraído de la

Web Docente de Tecnología Educativa, Universidad de La Laguna.

BUCKINGHAM, David. En: Más allá de la tecnología. Aprendizaje infantil en la era de la cultura digital.
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