Вы находитесь на странице: 1из 52

Pareja y Religión

Alberto Múnera D., S.J. *

IN'fRODUCCION Ante esta punzante realidad,


pareciera que el, tema de la pareja
En una sociedad tan convulsio- corresponde a un área de interés
nada como la de América Latina, la puramente académico y no de
Teología se siente impulsada a importancia vital y trascendental
reflexionar seriamente en los angus- para nuestro pueblo.
tiosos problemas que agobian a
nuestro pueblo. Sin embargo no es asÍ. La pareja
constituye el primer núcleo asocia-
Más aún, podemos asegurar que tivo-humano y esto significa que es
un trabajo teológico que no dedi- a ella a la que se refieren precisa-
que todos sus esfuerzos a esta mente los más acuciantes problemas
tarea primordial, resulta cínico y de nuestro pueblo. No son los
anti-evangélico. individuos los que angustiosamente
se debaten entre la vida y la muerte,
Evidentemente los más graves entre el sobre-vivir o perecer. Es la
problemas de nuestras masas popu- pareja la que carece de vivienda,
lares son del orden de la sub- de adecuada nutrición, de educa-
sistencia; escasez casi total de ción suficiente, de salud. Es la
recursos para sobrevivir y para pareja la más directamente afectada
sostener la vida, imposibilidad casi por el sistema laboral o por la
definitiva de mejorar su situación terrible desigualdad en la distribu-
en todo orden. ción de los recursos.

* Doctor en Filosofía y Letras, Universidad Javeriana - Doctor en Teología, Universidad


Gregoriana - Profesor de Teología Moral, Universidad Javeriana.

Alberto Mónera D. SJ. 171


Desde esta óptica la pareja se Sin embargo no pretendo desta-
convierte en foco primario de car los aspectos positivos de la pa-
atención de la reflexión teológica. reja en nuestro medio.
En ella se centra el interés de la
Teología latinoamericana porque en Por el contrario: nos fijaremos en
ella reconoce el núcleo prima- los aspectos problemáticos. Procu-
rio de nuestra sociedad, la víctima raremos identificar principalmente
directa de la injusticia social y la algunas causas de orden religioso.
posible gestora de procesos de Esto permitirá posteriormente pro-
liberación. La primordial forma poner algunas pistas de solución
asociativa de la pareja puede a los principales focos de conflic-
presentarse como prototipo y mo- tividad de nuestras parejas.
delo de relación social, como
núcleo de comunidad, como fuen- 1. APROXIMACION FENOME-
te de mecanismos y procesos de NOLOGICA A LA PAREJA
asociación y de gestión de conquis- EN NUESTRO MEDIO
tas en la sociedad. Digámoslo en
pocas palabras: la pareja posee un Sin la más mínima pretensión
inmenso potencial político-social de un estudio científico pero a
que merece toda la atención de una partir de la experiencia pastoral y
Teología orientada a una búsqueda de la observación inmediata, me
de cambios estructurales en esta propongo describir algunos rasgos
sociedad caracterizada por la injus- de la pareja en nuestro medio, se-
ticia y la opresión. ñalando aspectos problemáticos. La
verdad de estas apreciaciones podrá
Con este presupuesto fundamen- ser fácilmente ratificada en los es-
tal como :~lón de fondo, se com- casos análisis sociológicos efectua-
prende mejor la necesidad de orien- dos en los últimos decenios 1 , en
tar esta reflexión sobre la pareja documentación especializada dispo-
primordialmente al campo antro- nible en algunos centros de estu-
pológico: de la realidad misma di02 y, en ocasiones, en un análisis
como se presenta ante nuestros cuidadoso de material periodístico
ojos surgen los elementos de re- que con relativa frecuencia se ocupa
flexión para la Teología. Pero no de temática pertinente a la pareja.
se trata de una visión antropoló- Otra fuente interesante para ratifi-
gica prefabricada. Precisamente se cación de nuestras aproximaciones
petende obtener una panorámica de fenomenológicas la constituye la
las parejas concretas de nuestro calificada producción novelística
ambiente y de nuestro mundo, en de valiosos escritores 3 y los guio-
nuestro contexto específico y mar- nes de producciones televisivas que
cadas por las características propias pretenden recoger con especial cui-
de nuestra historia y de nuestro dado los rasgos más sobresalientes
entorno. de las parejas reales en su contexto

1. Para el efecto véanse las obras de GUTIERREZ DE PINEDA, Virginia.


2. Centros de Documentación de CINEP, FEI, CENPAFAL.
3. GARCIA MARQUEZ, Gabriel, VALLEJO MEJIA, Manuel.

172 Pareja y Religión


propio, resaltando precisamente al- se ocupa de la producción econó-
gunos de los aspectos problemáticos mica para sostenimiento del hogar.
que señalamos en esta breve des- Se suele decir: el hombre trabaja;
cripción 4 • la mujer no, ella está en la casa.

Para mayor facilidad en la com- El hombre manda, la mujer obe-


prensión de la idiosincrasia de dece. El domicilio de la pareja es
nuestras parejas y para una más determinado por el varón. La mujer
fácil identificación de los proble- debe seguir al varón a dondequie-
mas, me propongo agrupar los ra él se desplace. La mujer no pue-
temas en cuatro áreas: la primera de ausentarse de la casa sin auto-
referente a los asuntos tocantes rización del varón. Ni puede dedi-
con lo que genéricamente podemos carse a ninguna actividad sin apro-
llamar amor humano; la segunda bación del hombre. El varón, en
referente a los asuntos propios de cambio es autónomo, él toma sus
la sexualidad; la tercera referente decisiones y las comunica a la mu-
a todo aquello que podríamos con- jer y ella debe aceptarlas sin discu-
siderar perteneciente a la institu- sión.
ción matrimonial; la cuarta refe-
rente a los aspectos más específi- El hombre impone el ritmo de
camente religiosos. vida de la pareja, establece las
formas de comportamientos, define
1.1 Aspectos referentes al amor la forma de relación interna y la
humano forma de relacionarse con la so-
ciedad.
Un hecho sobresaliente en nues-
tro medio cultural en lo tocante Muy relacionada correlativamen-
a la relación de pareja es el ma- te con el machismo está la esclavi-
chismo. tud de la mujer. Más que una com-
pañera la mujer frecuentemente se
El varón se considera dotado de constituye en esclava del varón:
una superioridad connatural frente está a su servicio, su vida gira alre-
a la mujer. En la relación de pareja dedor de los servicios que tiene que
se supone que tiene que haber un prestar el varón. No posee autono-
sometimiento de la mujer al hom- mía, carece de capacidad de deci-
bre en todos los aspectos de la sión, permanece en continua y cre-
vida. Son múltiples las manifesta- ciente dependencia del varón.
ciones de machismo en el proceso
de convivencia de una pareja pro- Imposible ocultar el influjo de
totipo en nuestra sociedad. Mencio- la religión en este fenómeno del ma-
nemos algunas más significativas: chismo en nuestro medio. Existen
muchos estudios modernos que se-
La mujer debe dedicarse a labo- ñalan la incidencia de doctrinas
res domésticas mientras el varón religiosas y teológicas en esta la-

4. "Gallito Ramírez", "El Divino", "Caballo Viejo", "San Tropel" "Quieta, Margarita".

Alberto MÓDera D. S.,l. 173


mentable situación de la pareja s , intereses superiores al de la convi-
cuyas causas son: una lectura ina- vencia, sea de orden afectivo, o
decuada de la Biblia, el influjo de laboral, o económico, o de cual-
percepciones filosóficas orientadas quier índole. De todas maneras se
a justificar ciertas estructuras socia- constituye en un hecho de cesación
les, determinadas orientaciones so- de la relación afectivo-amorosa de
ciológicas y políticas claramente in- la pareja.
teresadas en mantener el predomi-
nio del hombre sobre la mujer en Una posible causalidad religiosa
la sociedad 6 • El Papa Juan Pablo de este fenómeno puede ubicarse
II se ha visto en la necesidad de re- en la relativa facilidad con que la
dactar un documento en el que Iglesia acepta la institucionalización
procura denodadamente superar religiosa de parejas no suficiente-
esta visión religiosa y teológica so- mente maduras sicológicamente. En
bre la mujer, intentando refutar multitud de nulidades matrimonia-
las proposiciones hasta ahora soste- les establecidas por los tribunales
nidas en la Iglesia Católica sobre eclesiásticos aparece como causal la
el tema 7 • inmadurez sicológica de ambos o de
uno de los miembros de la pareja.
Otro fenómeno frecuente en Lo cual quiere decir, sin lugar a
nuestro medio y que afecta profun- dudas, que se ha procedido a insti-
damente a la pareja es el abandono tucionalizar religiosamente el matri-
de la mujer por parte del hombre. monio sin garantías suficientes de
Sin duda apoyado en el machismo, madurez sicológica de la pareja.
con muchísima más facilidad el
varón se desvincula de la mujer con Es también fenómeno frecuente
la que había establecido vida de en nuestro medio el noviazgo pre-
pareja y simplemente se va. Se maturo. Desde la primera infancia
trata de disolución de la pareja por se anima y promueve a los niños a
decisión unilateral efectiva. establecer noviazgos infantiles.
Gran utilidad pueden tener estas
Las causas de este fenómeno formas de relación en la infancia.
son múltiples: incompatibilidad de Desafortunadamente en nuestro
caracteres, incapacidad de manejar medio preparan los noviazgos de
adecuadamente la relación afectiva, adolescencia con características ya
insuficiencia de madurez o de soli- no tan favorables.
dez en el compromiso mutuo.
Abundan también las causas exó- Por un hecho sicológico evidente,
genas, tales como la presencia de la mujer madura afectiva y fisioló-

5. Véase AUBERT, Jean Marie, La Mujer, Herder, Barcelona 1976, donde cita abun-
dante bibliografía.
6. EGG-ZAMBONI-YAÑEZ-GUISSI-DUSSEL, Opresión y marginalidad de la mujer en
el orden social machista, Humanitas, Buenos Aires 1976. FIGES, Eva, Actitudes pa-
triarcales: las mujeres en la sociedad, Alianza Editorial, Madrid 1972.
7. JUAN PABLO 11, "Mulieris Dignitatis".

174 Pareja y Religión


gicamente más rápido que el varón. tica. Agresión inconsciente o cal-
El enamoramiento ele las niñas en culada.
su adolescencia tiene visos de gran
seriedad y solidez. El joven de la Sin duda muchas causas conflu-
misma edad, por el contrario, no yen para establecer este doloroso
posee el desarrollo sico-afectivo fenómeno tan prototípico de nues-
suficiente para establecer una rela- tra sociedad: la violencia generali-
ción capaz de garantizar un com- zada que viven nuestros países
promiso estable de pareja. Los debido a la angustiosa situación
resultados frecuentísimos de este socio-económica, es una de las
desnivel en la adolescencia son la principales razones del hecho. El
frustración y desajuste sicológico de influjo permanente de los medios
muchas niñas, con la presencia de masivos de comunicación con sus
múltiples traumas que dificultan abundantísimos ingredientes de vio-
seriamente sus futuras experiencias lencia, van minando la sicología de
amorosas. Se desprende de allí nuestro pueblo desde la primera
también una desvalorización del infancia. La exaltación de la fuerza,
vínculo amoroso, constitutivo esen- del poder y del dominio, especial-
cial de la relación de pareja. Sin mente en el varón. El desprecio y
negar la conveniencia del paso por la desvalorización del débil y del
experiencias afectivas en la adoles- pobre, del indig~nte y del frágil,
cencia, preparatorias para la vida de moldeando actitudes de superiori-
pareja en el futuro, e indispensables dad y de violencia. La ambición y el
para una adecuada maduración de egoísmo fundamentan posiciones
la afectividad, la intensidad con que de conflictividad y de intento de
en nuestro medio se viven estos opresión y manipulación del otro.
noviazgos parece determinar más
bien un grave perjuicio a la consti- Podríamos decir que la religión
tución de la pareja. ha incidido en este fenómeno por
vía de omisión o incapacidad: por
Pasando a otra clase de fenóme- no haber logrado generar climas de
nos más propios de la convivencia, paz y de concordia; por haber
se puede señalar ante todo un resultado inoperante e insuficiente
hecho frecuente y doloroso: la vio- en relación con sus grandes y mara-
lencia en el trato. Pareciera inexpli- villosas propuestas propias de su
cable que precisamente en una doctrina. La religión cristiana, abso-
pareja que ha organizado toda su lutamente preponderante en nues-
vida en razón de la convivencia, se tro medio, no ha producido hechos
presente con inusitada frecuencia el suficientemente generadores de
trato violento. Agresión verbal. actitudes dialogales, conciliadoras y
Agresión sicológica. Agresión física pacíficas.
en ocasiones. Agresión de los senti-
mientos. Agresión de las ideas. La violencia en el trato relacional
Agresión de los intereses. Agresión se hace presente también en algunas
de los gustos. Agresión de las ilusio- formas de ejercicio de la afectivi-
nes. Agresión esporádica o sistemá- dad. Una de ellas es la absorbencia

Alberto Mónera D. SJ. 175


esclavizante. Se trata de una manera algún defecto del otro. Se convierte
de querer que en ocasiones raya en en una especie de tortura síquica
lo patológico: se pretende que el que se protrae durante años y años
otro reporte permanentemente su en la convivencia de la pareja.
ubicación, que manifieste todas sus
acciones e intenciones, que proceda Puede atribuírse este comporta-
permanentemente según disposicio- miento a pretensión de dominio y
nes establecidas por su compañero posesión. O al intento de modelar al
o compañera. Se controlan todos otro en conformidad con una ima-
sus procederes, se determinan todas gen preestablecida. En ocasiones se
sus formas de ser y de actuar según convierte en una verdadera enfer-
diseño previamente fijado. medad sicológica, en una especie de
fijación o vicio del que se hace difÍ-
Este tipo de violencia sutilmente cil desprenderse.
encubierta con visos de gran amor
proviene de la suposición corriente Existen en nuestro medio dos
en nuestro medio de que el amor de tipos de celos relacionados con
pareja se constituye por una pose- fenómenos muy propios de nuestra
sión de la otra persona por vía de idiosincracia. Uno que se relaciona
adquisición. Se basa en la convic- directamente con el machismo. El
ción de que el amor de pareja es un otro con la absorbencia exagerada.
contrato similar al de la compra de
un bien para uso exclusivo o servi- Debido al machismo el hombre
cio arbitrario del propietario. no permite a la mujer ningún tipo
de relación afectiva o social con
Se podría pensar que la religión ningún otro varón. Cualquier expre-
en nuestro medio ha contribuido a sión, acción o proceder de la mujer,
esta percepción popular al definir el que remotamente pueda significar
matrimonio como un contrato de autonomía para el manejo de sí
posesión mutua con carácter de misma, es rechazado por el varón en
exclusividad. forma violenta. Con violencia ejerci-
da contra la mujer, contra el otro
Otro fenómeno muy común en hombre y contra todas las personas
nuestro medio me atrevo a designar- implicadas en la situación. De
lo como martirio sicológico perma- manera casi obsesiva el varón cela a
nente. Tiene que ver con la mencio- la mujer en sus actividades sociales:
nada violencia y también posee no le permite salir a ningún sitio si
connotaciones sicológicas muy cer- no es con él; en las reuniones sólo
canas a una disfunción. Se trata de puede estar con él y no puede ni
un sistemático molestar o incomo- mirar a otro hombre so pena de
dar al otro insistiendo en determi- reacción violenta del compañero.
nados asuntos de manera persisten-
te e intransigente. A veces se trata No hay duda de que este tipo de
de recalcar lo inaceptable de cierto celos se origina en la captación de
comportamiento que se sucede la relación de pareja como r~ón
repetida e inevitablemente. A veces para la posesión absoluta y total-
se refiere a la crítica exagerada de mente exclusiva, en términos de

176 Pareja y Religión


bien adquirido como en caso de una la convivencia en pareja con perma-
compra por contrato. nente sentimiento de soledad y ais-
lamiento. La pareja subsiste. La
El otro tipo de celos, es correla- relación es sólida. Pero cada uno de
tivo y proviene de absorbencia exa- los dos o uno de ellos padece de
gerada. Se trata del mismo compor- inmensa soledad.
tamiento, en este caso de la mujer
con respecto al hombre. En el Este fenómeno suele suceder por
fondo el origen es el mismo. una muy frecuente incapacidad de
comunicación y participación. En la
La connotación religiosa de adul- muy notoria dependencia de la
terio como aparece en el famoso mujer con respecto al varón, ella no
pasaje del evangelio (8) parece justi- recibe de él sino aquello que él
ficar este tipo de interpretación del quiera comunicarle, aquello que él
amor de la pareja. Teniendo en quiera participarle. En tal caso se
cuenta que los celos suelen acercar- genera un vacío en la mujer que se
se a conducta patológica, habrá que interpreta como soledad, y con
acudir a la exégesis para determinar toda razón. A veces el hecho sucede
con qué derecho se apoyan en el a la inversa y ya no es por razón de
texto evangélico quienes los pade- dependencia sino por cierto tipo de
cen. venganza sutil de la mujer que con
su incomunicabilidad pretende
Es notorio en nuestro medio que expresar autonomía y autosuficien-
determinadas personas se incomo- cia, produciendo el aislamiento de
dan, se molestan si su compañero o su compañero en el que surge la
compañera no las cela. Tan acen- sensación de soledad.
drado es el machismo de nuestra
sociedad que muchas mujeres se En la medida en que la religión
consideran ofendidas por el hombre ha insistido en tiempos pasados en
si no se comporta como compañero la dependencia de la mujer con res-
celoso. Para muchas de ellas es un pecto al varón, podemos atribuirle
honor que él las acose con sus celos. incidencia en este fenómeno típico
Más aún, consideran que se enaltece de nuestro pueblo. De hecho se ha
así su condición y su valor femeni- establecido una versión de origen
nos. Algo correlativo sucede con el religioso que se transmite de madres
varón y así su machismo no sólo se a hijas: al varón hay que soportarlo
justifica sino que resulta inmensa- con sus características de todo
mente valorado. orden, en particular con ésta de la
incomunicación y no participación,
Pasando a un sector muy especí- para evitar que busques satisfac-
ficamente sicológico, no es infre- ciones "por fuera" de la pareja. Hay
cuente en nuestro medio el caso de que evitarle así tentaciones. Es

8. Mateo 5, 27.

Alberto Mónera D. SJ. 177


voluntad de Dios que la mujer la respetabilidad se asegurara por la
soporte todo ello en beneficio de la indisolubilidad de los contratos.
estabilidad y exclusividad de la
pareja. Teniendo en cuenta la formación
de parejas en edad sicológica toda-
Es muy común en nuestro medio vía no suficientemente madura para
el bloqueo sicológico de la afectivi- un previsible éxito en la relación
dad. Se manifiesta en una carencia afectiva, se presentan en nuestro
de sentimientos afectivos y se desa- medio algunos hechos significa-
rrolla hasta una inhabilidad o impo- tivos: una casi total incompren-
sibilidad síquica de volverlos a sión del otro por desconocimiento
experimentar. Podríamos designar craso de las formas prototípicas de
el hecho como impotencia o frigi- comportamiento del otro sexo; una
dez afectiva. Pero con el agravante frecuentísima negación de la auto-
de que la pareja continúa la convi- nomía del otro nacida de la convic-
vencia. Es una especie de vida en ción de que el amor o entrega equi-
común de dos personas extrañas, vale a sumisión y dominación; un
unidas por vínculos contractuales o no reconocimiento del otro como
sociales, por determinación de las persona surgido de la interpretación
costumbres o por necesidades eco- del afecto como una conquista
nómicas, familiares, laborales, habi- irreversible del yo; una frecuentí-
tacionales. Pero infinitamente dis- sima frustración de ilusiones por la
tantes en el campo afectivo. "En excesiva idealización de otro en una
ocasiones marcadas por un verda- etapa inicial de la relación afectiva
dero odio y rechazo mutuo, no y por enceguecimiento frente a la
necesariamente con expresiones de realidad, efecto de la intensidad de
violencia perceptibles desde fuera las pasiones.
de la misma pareja.

Imposible enumerar las causas Estas realidades de diario aconte-


que dan origen a este fenómeno. cer en las parejas pueden catalo-
Pensando en una posible razón reli- garse genéricamente en términos de
giosa, me atrevo a decir que la insis- inmadurez sicológica en la relación
tencia del Catolicismo en mantener afectiva. Evidentemente, además de
el contrato matrimonial como indi- lo indicado, las causas son múltiples
soluble, al menos ha contribuido a y los expertos en terapia de p~ej~s
mantener estas situaciones invivi- las analizan y las tratan con mUSI-
bIes durante largos períodos con tada frecuencia.
serio perjuicio de las personas impli-
cadas. Claro está que una de las Ya mencionamos un aporte del
razones aducidas para forzar la per- Catolicismo a la generación de estas
manencia de estas situaciones ha experiencias: la fácil institucionali-
sido "el bien de los hijos" o la "res- zación religiosa de parejas jóvenes.
petabilidad de la familia". Como si Se podría añadir a ésto la insufi-
el bien de los hijos se siguiera de la ciente preparación de las mismas
simple cohabitación de la pareja, o por parte de la Iglesia, teniendo a

178 Pareja y Religión


su disposición mecanismos adecua- dos en una cultura agraria. Y esto
dos para ofrecerla. tiene su explicación lógica: en el
sector campesino la proporción de
1.2. Aspectos referentes a la sexua- educación media es muy escasa; la
lidad mayoría de los jóvenes apenas logra
realizar la educación primaria; el
La sexualidad en las parejas de niño campesino trabaja en el campo
nuestro medio se erige como uno de desde muy temprana edad; y en su
los campos de más difícil tratamien- adolescencia se incorpora decidida-
to. Porque para la gran mayoría de mente a la fuerza laboral de su
nuestro pueblo se trata de un asun- sociedad; esto le permite iniciar la
to del cual se prefiere no hablar. constitución de pareja no en forma
Existe gran reticencia en esta temá- prematura como sucede con estu-
tica y ésto impide un mayor cono- diantes de educación media, sino en
cimiento de los problemas típicos. forma definitiva. Las relaciones de
En el medio urbano y en las clases parejas jóvenes en el sector agrario
de mayor progreso cultural este puede que sean pre-matrimoniales
hecho se va modificando. Pero gran y en muchos casos durante mucho
parte de nuestra población se man- tiempo, pero pertenecen ya a una
tiene en estructuras diferentes que vida de pareja formal y estable.
cierran el acceso al tema de la Entre otras cosas la sexualidad se
sexualidad. A pesar de esta situa- presenta en el mundo agrario como
ción es posible identificar algunos un hecho de gran naturalidad, mien-
fenómenos que se van tipificando tras que en el mundo urbano
en nuestra sociedad. adquiere muchas connotaciones de
malicia y de comercialización.
Comencemos por las llamadas
relaciones pre-matrimoniales. Aquí
distingo dos tipos de actividad sexo-
genital de las parejas: el primero Como dato interesante para
ocurre en parejas muy jóvenes corroborar esta apreciación pense-
durante su período escolar en plena mos en el índice de abortos provo-
adolescencia y prefiero designarlo cados en nuestro medio. A pesar
como relaciones prematuras; el de que las estadísticas simplemente
segundo ocurre en parejas, que por no existen, la observación directa
diversos motivos no han podido nos lleva a esta conclusión: los
institucionalizar todavía su compro- casos de aborto provocado son
miso y recibe justamente la designa- prácticamente inexistentes en los
ción de relaciones pre-matrimo- hospitales o centros de salud rura-
niales. les; en el campo no existen cen-
tros especializados para atender
Me atrevo a decir que este fenó- interrupción de embarazo. De ma-
meno se presenta cada vez con nera que prácticamente la totalidad
mayor frecuencia en la sociedad de estos procedimientos ocurre en
urbana de las grandes ciudades. las grandes ciudades. De aquí se
Pero no es común en las áreas deduce que la frecuencia de relacio-
rurales o en centros urbanos ubica- nes sexo-genitales entre parejas muy

Alberto Múnera D. SJ. 179


jóvenes o entre parejas que no han parejas muy jóvenes para sus rela-
podido todavía institucionalizarse ciones prematuras. Y es el mecanis-
por el matrimonio, pertenece en su mo escogido por las parejas no ins-
casi totalidad, a la cultura urbana titucionalizadas para ejercer sus
del sector no-agrario. Esto lo con- relaciones pre-matrimoniales de
sidero como fenómeno típico de manera estable y permanente. Otros
nuestro medio. casos corresponden a los encuentros
esporádicos de personas dedicadas a
Expresado de otra manera: las la conquista sexual para su diver-
relaciones genitales prematuras y sión. No son pocos los casos corres-
pre-matrimoniales son cada vez más pondientes al adulterio permanente
frecuentes y típicas del mundo no o esporádico de ellos y de ellas.
agrario de nuestras grandes ciuda- Tampoco faltan los casos de parejas
des. Los autores suelen aducir algu- "imposibles" por múltiples razones
nas razones que explican el creci- que se encuentran para una relación
miento de este hecho en la sociedad quizás irrepetible.
moderna 9 .
Tratando de encontrar alguna
En relación con lo anterior existe causalidad religiosa al fenómeno,
en nuestro medio un fenómeno creo que en general la manera tan
referente a la sexualidad de las restrictiva y negativista, tan prohibi-
parejas que considero bastante tiva y apocalíptica de tratar lo
notorio y posiblemente no compa- sexual, ha incitado a una sexualidad
rable a comportamiento paralelos clandestina por el mecanismo sico-
en otros medios culturales. Se trata lógico que hace apetecible aquello
de los encuentros sexo-genitales fur- que se califica de malo o inacepta-
tivos en los establecimientos espe- ble. Podría también decirse que
cializados que ya constituyen una nuestra religión ha incidido en este
verdadera industria. Entre nosotros fenómeno al no lograr entre los
estos establecimientos se designan católicos tal calidad de comporta-
como "residencias" o "moteles". miento moral que ha permitido la
generalización de este comporta-
Tampoco es posible identificar miento en el mundo urbano no
estadísticamente las características agrario. Porque es evidente que esto
de estos encuentros de parejas y no sucede en el ámbito rural o urba-
determinar a qué tipo de ejercicio no agrario. Otros problemas son los
de la sexualidad corresponden. Pero propios del mundo campesino.
podemos aproximarnos con algunas
suposiciones: La prostitución, por ejemplo, es
un comportamiento que afecta con
En muchos casos se trata de sim- intensidad a ciertos sectores de
ple ejercicio de la prostitución. En nuestro medio agrario. Es frecuente
otros es la fórmula adoptada por que el producido del trabajo del

9. VIDAL, Marciano, Moral de la persona, PS, Madrid 1985, pp. 733 ss.

180 Pareja y Religión


campo en gran medida se emplee en considere que por ello la relación
la prostitución, especialmente en con su compañera se deteriora o se
tiempos de cosecha. Indiscrimina- perjudica. Lo más grave del asunto
damente acuden a las prostitutas es que no pocas mujeres asumen
solteros y casados. Es sin duda también esta realidad como normal,
extremadamente frecuente el adul- como admisible, a pesar del rechazo
terio con prostitutas en el mundo instintivo que tal conducta suscita
campesino y en centros urbanos en la mujer. Al menos, en la mayo-
agrarios. ría de los casos, la mujer en nuestro
medio se manifiesta extremada-
Por supuesto en los grandes cen- mente benigna con el adulterio del
tros urbanos la prostitución es compañero si es con prostitutas.
mucl?o más abundante y organiza-
da. Me atrevo a pensar que la fre-
AqUÍ encuentro con suficiente
cuencia de relaciones con prostitu-
tas corresponde más a solteros que conocimiento de causa una seria
a casados en el mundo urbano. E responsabilidad de nuestra religión
indiscutiblemente ocurre con ma- en el fenómeno: la extremada
yor abundancia en medios socia- benignidad con que tradicional-
les de bajos ingresos, quizás como mente se trata este pecado en el
un escape o una forma de diversión confesionario. Mientras el adulterio
de quienes sufren los estragos de la de la mujer es· severÍsimamente
marginalidad o de la po breza abso- condenado, esta clase de adulterio
luta. Por lo menos esta es la prosti- pareciera ser asumido como un
tución más notoria. La prostitución comportamiento casi normal en los
de las altas clases sociales no pre- varones. Igualmente detecto un
senta un rostro tan dramático y está rechazo muchas veces violento por
hábilmente camuflada. parte de miembros del clero contra
las prostitutas y no contra quienes
La abundancia de oferta en nues- acuden a ellas ni contra las causas
sociales que producen la prostitu-
tra prostitución tiene como causa
ción entre nosotros.
evidente la gravísima situación so-
cial del país, los altísimo Índices de
desempleo, la pésima distribución Un hecho común en nuestros
de los recursos, la desastrosa situa- medios pobres e incluso en secto-
ción de pobreza que padecen res campesinos es la promiscuidad
inmensas multitudes de nuestra sexual debido a las condiciones
población. extremas de pobreza en que habitan
las parejas. La obligada habitación
Como fenómeno directamente de la pareja con otros miembros de
relacionado con la pareja conviene la familia en estrechísimos espacios
recordar que las relaciones con produce casos frecuentes de incesto
prostitutas coexisten con una vida y de violación de menores. Sin
"normal" de pareja: el varón suele embargo no necesariamente estas
considerar en nuestro medio la conductas destruyen la relación de
esporádica relación con prostitutas pareja. Con cierta frecuencia se
como parte del presupuesto, sin que admiten como una fatalidad propia

Alberto Mónera D. SJ. 181


del ambiente que tienen que sopor- chantaje por parte del varón: sabe
tar los más pobres. que su mujer no se negará a una
relación genital, cualquiera sea el
Pasemos a un fenómeno mucho estado en que él se encuentre, por-
más generalizado: la insatisfacción que de lo contrario él procederá a
sexo-genital femenina. Sea por el procurársela con cualquier mujer.
acentuado machismo de nuestro La terrible condición de la mujer
medio, sea por la inmensa igno- en nuestro medio en razón del
rancia en el campo de la sexualidad, machismo y de la reconocida desi-
el hecho es que la gran mayoría de gualdad de los sexos en lo que a
las parejas presenta la típica satis- derechos se refiere, provoca esta
facción egoísta del varón, con des- lamentable situación.
preocupación permanente sobre la
satisfacción de la mujer. Y ésta
asume la situación como connatu- Genéricamente podemos afirmar
ral, sin enterarse siquiera del que en la mujer se da la relación
derecho propio a una satisfacción genital por obligación en gran
completa. número de parejas de nuestro
medio. Si tenemos en cuenta lo
En este hecho la incidencia de la mencionado de la frecusntísima
religión es clara: su secular insisten- insatisfacción sexual femenina, los
cia en considerar el placer como abundantísimos casos de relaciones
una realidad mala y relacionada con en estado de embriaguez del varón
el pecado produjo la percepción, y otros factores que mencionaré
primordialmente en la mujer, de más adelante, es bien notorio el
que resultaba más conveniente para número de parejas en las que la rela-
su virtud la experiencia sexual sin ción genital se constituye en una
placer. Así obraba en función de la simple obligación para la mujer. Es
procreación y no de la propia satis- considerada como una obligación a
facción, como lo señalaba la la que no puede sustraerse y que
doctrina de la Iglesia. forma parte esencial de los deberes
propios de toda mujer en la pareja.
Igualmente generalizado en nues- Correlativamente no son infrecuen-
tro medio es proceder a la relación tes los casos en que el varón se
sexogenital en estado de embria- niega o se excusa con toda tranqui-
guez del varón. Muy especialmente lidad para no proceder a una rela-
en los estratos de más bajos recur- ción sexo-genital.
sos económicos y culturales, la em-
briaguez se presenta con lamentable
frecuencia. Y es precisamente el Sin duda en este hecho hay un
estado que más incita a la relación influjo claro de la religión por cuan-
sexo-genital con su compañera. Y la to ha establecido e insistido perma-
mujer acepta generalmente por dos nentemente en el "débito" conyu-
motivos: por evitar un grave con- gal, entendido éste como una
flicto con su compañero, y por evi- obligación surgida del carácter
tar que acuda a otras mujeres. Con contractual del compromiso de la
esto se configura una especie de pareja.

182 Pareja y Religión


En este mismo contexto y muy masculina de conquista. Sucede en
en coherencia con el machismo casados y solteros pero es propio
imperante, la manera de realizar el muy específicamente de ámbitos
acto genital en las parejas presenta urbanos relacionados con el mundo
con mucha frecuencia caracterís- laboral de las oficinas. Los mecanis-
ticas que podríamos calificar de sal- mos donjuanescos en nuestro medio
vajes en el sentido de poco huma- presentan una modalidad dolorosa-
nas. La necesaria obligación de la mente eficaz: la promesa de matri-
mujer de someterse al varón pare- monio con tal de obtener una rela-
ciera autorizarlo a proceder en la ClOn genital, y el subsiguiente
forma que a él le resultare de su abandono, se siga o no el embarazo
mayor satisfacción, prescindiendo en la mujer. Esta modalidad se
del parecer o de la aceptación de presenta con relativa facilidad en
la mujer. Sin lugar a equivocarnos medios en que impera la ignorancia
podríamos reconocer esta conducta sobre temas de sexualidad y en los
como violación de la mujer en la que se manipula la ingenuidad de
vida de pareja. Esta violencia ejer- personas de proveniencia social
cida por el varón en términos de muy pobre.
genitalidad, en otras ocasiones se
manifiesta en forma de extorsión
sexual por razón de la dependencia Una realidad muy común en
económica de la mujer con respecto nuestro medio ~s la procreaclOn
al varón: es muy común en nuestro irresponsable. Las parejas carecen
medio que la mujer tenga que some- de la información adecuada para un
terse no sólo a la realización del ejercicio responsable de la genitali-
acto genital cuando el varón lo dad. La inmadurez sicológica que
determine, cuantas veces él lo dis- acompaña a muchas parejas y la
ponga y en la forma y condiciones cada vez mayor frecuencia de rela-
que él establezca, porque la mujer ciones prematuras contribuyen a
es una propiedad suya y porque él esta dolorosa situación que tanto
sostiene económicamente a la agrava el problema social de nuestro
mujer. Como decía antes, este otro pueblo.
factor incide evidentemente en la
captación de la relación genital Incidencia de la religión en este
como una obligación por parte de la fenómeno es la indiscriminada polí-
mujer. tica oficial de la Iglesia sobre la
anticoncepción. Digo indiscrimi-
En nuestro medio se configuran nada, porque me parece que no se
otras conductas bastante típicas: el han tenido suficientemente en
asedio permanente a toda clase de cuenta las condiciones propias de
mujeres por parte del clásico "don nuestro mundo, tales como la gigan-
Juan". En el lenguaje popular nues- tesca ignorancia, las características
tro se designa como "gallinacear" y del funcionamiento endocrino en
corresponde a un proceder altamen- regiones tropicales, la dificultad en
te apreciado por los varones en sus la educación del manejo de la geni-
ambientes machistas debido a que talidad en masas populares de esca-
se le considera como capacidad sos recursos, la insuficiente prepa-

Alberto Múnera D. SJ. 183


ración de las parejas para la convi- con el placer 10 ; posiblemente sólo
vencia, etc. en ciertos ámbitos culturales avan-
zados y liberalizados, o en aquellos
en que el influjo de la literatura
Quiero señalar un hecho también sobre el tema se hace posible, haya
común en nuestro ambiente, espe- habido un progreso en este campo.
cialmente en medios populares: la
carencia de sentido placentero y 1.3. Aspectos referentes a la insti-
lúdico de la relación sexo-genital de tución matrimonial
las parejas. Muy en relación con la
captación de la relación como obli- En la población rural y en los
gación contractual, principalmente medios urbanos agrarios se presenta
en la mujer; y muy en conformidad como hecho común la convivencia
con el machismo que asume la rela- de parejas sin institucionalización
ción como una gratificación rápida matrimonial. No es tampoco infre-
y egoísta de su impulso sexual, la cuente en medios urbanos de gran-
relación no constituye en multitud des ciudades pero su ocurrencia es
de parejas una ocasión placentera más frecuente en sectores de bajos
de realización humana, un ámbito recursos, casi siempre de proceden-
propicio para la comunicación de cia campesina.
experiencias y para el goce lúdico
de las sensaciones. Especialmente Estas parejas son perfectamente
para la mujer la relación se con- estables y ejemplares en su fideli-
vierte en una especie de martirio dad. Constituyen además hogares
por el que hay que pasar lo más de gran solidez y organicidad. No es
pronto posible, es un trago amargo extraño que lleguen a celebrar
que se hace más llevadero mientras bodas de oro de convivencia. Mu-
más pronto se apure. Muchas en- chas de estas parejas piensan que si
cuentran en la relación el momento llegan a "contraer matrimonio",
más incómodo y desagradable de esto es, a institucionalizar legalmen-
una vida por lo demás bastante te su situación, su pareja sufrirá
insoportable. Para algunas parejas deterioro y su convivencia correrá
en este tipo de contexto la relación un grave peligro. Lo extraño es que
adquiere características dramáticas, se conocen muchos casos en que
es fuente de disgustos y ocasión de tales parejas han procedido a la
distanciamiento y conflicto. legalización de su situación, casi
siempre por la insistencia de los
N o es posible desconocer en ésto sacerdotes; y efectivamente la pare-
un influjo religioso que señaló ja ha perdido su solidez y estabi-
durante siglos la función procrea- lidad.
dora como la única justificación de
una actividad inevitablemente peca- En términos religiosos estas ad-
minosa especialmente si relacionada mirables parejas suelen ser anatema-

10. Vidal, Mardano, op. cit., pp. 610 ss.

184 Pareja y Religión


tizadas por "vivir en pecado". Su La institucionalización matrimo-
amorosa y perseverante unión suele nial de las parejas produce en abun-
ser calificada de concubinato o de dancia un fenómeno cada vez más
pecado público. Sin duda este complejo en nuestra sociedad: los
hecho tan común en nuestro medio separados. La pareja ha dejado de
merece un análisis teológico que existir por múltiples motivos. Razo-
presentaremos más adelante. nes de toda índole hacen imposible
la terminación de la vinculación
legal. Surgen entonces los separados
Muy diferente a esta situación se legalmente imposibilitados para
presenta otro fenómeno cada vez establecer una nueva pareja. Tal es
más notorio en nuestro mundo. Es la situación jurídica en nuestro
más propio de las grandes ciudades país.
y de medios socio-culturales de
clase media y alta. Se trata de con- Estos separados se desempeñan
vivencias periódicas no instituciona- entonces en la sociedad siguiendo
lizadas. Una especie de poligamia diferentes caminos: muchos de ellos
sucesiva. Comienza a presentarse continúan sus vidas en un solitario
como un sistema muy cómodo para celibato casi siempre en razón de
cierto tipo de personas: establecen unos hijos a su cargo, lo que difi-
pareja y determinan una conviven- culta seriamente el establecimiento
cia sin ninguna pretensión de esta- de nueva pareja.' En ocasiones la
bilidad definitiva o duradera. Sim- frustración vivida es la causa que
plemente se entienden, se gustan y impide a estas personas buscar una
conviven. Cuando se presentan nueva experiencia de pareja. Otros
determinadas circunstancias que acuden a todos los medios jurídicos
hacen difícil la cohabitación, espe- disponibles para desinstitucionalizar
cialmente si surge otro afecto, con legalmente su compromiso de pare-
gran facilidad terminan la relación ja. Si lo logran, generalmente inten-
de pareja e inician una nueva. tan otra experiencia, no siempre
con éxito. Otros simplemente pro-
En estos casos suele ya haber una ceden a iniciar nueva o nuevas expe-
fundamentación ideológica para riencias de pareja prescindiendo de
asumir así la vida de pareja. Creo la desinstitucionalización legal de la
que sucede más en varones, por lo anterior y sin la pretensión de insti-
que considero que podría tratarse tucionalizar sus nuevos compromi-
de una poliginia sucesiva. Pero tam- sos. El caso más lamentable de
bién ocurre en mujeres como po- separados es aquél, también muy
liandria sucesiva. Casi nunca hay frecuente, en que la pareja continúa
procreación en estas parejas, por el conviviendo a pesar de haber termi-
abierto propósito de evitar compro- nado toda clase de relación afectiva
misos vinculantes. Desde el punto y sexual.
de vista religioso es claro que esta
clase de convivencia podría y debe- Sin duda podemos hablar de una
ría llamarse concubinato con incidencia de la religión en los sepa-
mucha mayor razón que en el fenó- rados y en sus dramáticas situacio-
meno antes reseñado. nes. Ante todo por la interpretación

Alberto Múnera D. S..J. 185


de indisolubilidad absoluta propues- casos se trata simplemente de una
ta por la Iglesia. Y luego por los insuficiencia económica de las nue-
procedimientos jurídico-religiosos vas parejas, por lo que se ven cos-
establecidos para el tratamiento de treñidas a recurrir a sus familias
los diversos casos: la separación de para sobrevivir, sacrificando su
cuerpos con permanencia del víncu- autonomía e independencia.
lo matrimonial, el esfuerzo por la
convivencia de la pareja aunque Conviene mencionar un fenó-
haya cesado todo amor y toda rela- meno ya menos notorio en nuestro
ción afectiva y sexual, "en benefi- medio pero todavía presente en al-
cio de los hijos" o "para bien de la gunas regiones o en ciertos medios
familia", la reglamentación legal culturales: el matrimonio de con-
para la declaración de nulidades. veniencia social, especialmente por
razones económicas o de clase
Otro fenómeno bastante común social, y el matrimonio de apa-
en la pareja de nuestro medio tiene riencia. AquÍ sí puede hablarse de
que ver con la institución familiar concertación del matrimonio por
como tal. Se establece la pareja de las familias más que por decisión
jóvenes pero permanece una vincu- autónoma de los contrayentes.
lación inmensamente fuerte con las Estas parejas inician su proceso por
familias de origen. Aunque no exis- decisiones ajenas y posteriormente
te entre nosotros el matrimonio deberán acomodar su vida a la situa-
concertado por las familias,' el ción generada. Como es obvio,
influjo de éstas en la conformación supuesta la estructura machista
de la pareja sí es muy fuerte. Y patriarcal de nuestra sociedad, en
una vez establecida la pareja no cesa este tipo de matrimonio general-
la permanente ingerencia de las dos mente es la mujer la que resulta
familias. En muchísimos casos las "entregada" en matrimonio al
familias origen de la pareja influyen varón, después de una sutil nego-
permanentemente en todos los pro- ciación familiar.
cederes del nuevo hogar. En otras
ocasiones los miembros de la pareja Falta mencionar una conducta
mantienen obligaciones de múltiple todavía vigente en algunas regiones
Índole con sus familias, en detri- y medios culturales, que se man-
mento de la propia relación. Se adu- tiene también clandestinamente en
cen deberes filiales con respecto a las grandes ciudades: es una verda-
las familias de origen para mantener dera bigamia y aun cierta poligamia
estas exigencias, y a la vez se postu- estable. Es el caso del varón que
lan derechos imaginarios o tradicio- convive simultáneamente con dos o
nales sobre la nueva pareja en razón más mujeres en vida permanente de
de los vínculos de sangre. Es como pareja con ellas. Una es la esposa
si la constitución de la nueva pareja por institucionalización legal. Pero
fuera asunto de toda la familia y no mantiene una relación sólida con la
de los individuos. La institucionali- otra o con las otras. Generalmente
zación se extiende a las familias hay hijos en las diferentes parejas.
origen y es participada por ellas No es extraño que, incluso, las
como asunto propio. En no pocos diversas mujeres se conozcan entre

186 Parejl,l y Religión


sí y acepten compartir el mismo ce efectos civiles para el matrimo-
hombre. En otros casos el conflicto nio contraído por católicos según
con la mujer de la pareja "oficial" las leyes de la Iglesia. En la actual
es frecuente. Pero el hecho subsiste. legislación el Estado colombiano
Más aún, a veces una de las mujeres está inhabilitado para disolver este
extrema sus cuidados con el hom- matrimonio católico. Hasta hace
bre para no perderlo con la com- muy poco el matrimonio civil era
petencia. casi inexistente porque se requería,
para contraerlo, apostasía explí-
1.4. Aspectos referentes a la insti- cita del catolicismo; y tampoco
tucionalización religiosa existía el divorcio para el matri-
monio civil. En la actualidad es más
Los hechos que suceden en nues- frecuente este matrimonio y el
tro medio con relación a la institu- Estado ya ha establecido el divor-
cionalización religiosa de la pareja cio para el mismo. Para la autoridad
tienen que ver con la peculiar situa- eclesiástica, sin embargo, el matri-
ción del catolicismo entre nosotros monio civil es considerado simple
y con el específico régimen concor- concubinato si es contraído por
datario vigente entre el Vaticano y católicos. Y a las parejas de cató-
el Estado colombiano. licos casadas civilmente las consi-
dera "en pecado" o en "unión peca-
Colombia es considerado un país minosa", mientras no procedan al
en su casi totalidad católico. La matrimonio religioso católico!!.
gran mayoría de los colombianos es
bautizada. Bautismo recibido casi De estas peculiares circunstancias
siempre en la primera infancia. Sin de nuestro país, surgen situaciones
embargo es evidente que el catoli- que conviene describir:
cismo en nuestro medio posee
características más bien de herencia Ante todo sucede que muchas
tradicional que de seria convicción. parejas proceden al matrimonio
La ignorancia religiosa es gigantes- católico por simple tradición cul-
ca, a pesar de que la enseñanza de la tural, por exigencia de las familias
religión es obligatoria en la escuela de acendrado .catolicismo, por
primaria y media. Las tradiciones temor a un cierto rechazo social,
religiosas se mantienen pero se por desconocimiento de la posibili-
podría decir que el catolicismo de dad del matrimonio civil. Esto
la mayoría es más bien de orden último es evidente en sectores cam-
cultural que fruto de una seria deci- pesinos y urbanos agrarios: gran
sión y producto de un proceso de parte de la población entiende que
maduración espiritual honda y el único matrimonio que existe es el
constante. religioso, pues nunca han conocido
otro ni se han enterado ni se ente-
Por otra parte, el régimen con- rarán en mucho tiempo de lo que es
cordatario con el Vaticano estable- un matrimonio civil.

11. Un Arzobispo llegó a negar el bautismo a hijos de matrimonios civiles.

Alberto Múnera D. SJ. 187


Es un hecho que entre nosotros La consideración eclesiástica de
el matrimonio civil estadísticamen- que el vínculo contractual es indi-
te no cuenta todavía. Esto deter- soluble, ha llevado a la multiplica-
mina que la mayoría de los proble- ción de las declaraciones de nulidad
mas jurídicos de la institución como único mecanismo para resol-
matrimonial ocurran en ámbito de ver este problema.
lo religioso.

La estructura eclesiástica insiste


en dos posiciones: primero, en exi- Ahora bien: los miembros de
gir a todo bautizado que institucio- parejas casadas con matrimonio
nalice religiosamente su unión de católico y separados por diversos
pareja. El problema reside en que, motivos y que no han obtenio o no
en nuestro medio, no todo bauti- han podido obtener la nulidad, cada
zado necesariamente· ha de consi- vez con mayor abundancia proce-
derarse como verdadero católico de den a establecer nuevas parejas. Su
convicción y de vivencia religiosa situación jurídica en nuestro país
explícita y practicante. Porque el resulta complicada: porque, no
bautismo no pasa, en la mayoría existiendo divorcio civil para el
de los casos, de ser un factor pura- matrimonio católico, no· pueden
mente cultural tradicional En contraer nuevo matrimonio civil-
muchas regiones el bautismo ha mente (y por supuesto tampoco
sido hasta hace poco una suplen·cia matrimonio católico nuevo). Se
del registro civil y un aconteci- conforman también con frecuencia
miento familiar de carácter social parejas de un miembro soltero (o
no tanto una incorporación vital ~ con matrimonio anulado) y del
la Iglesia con la adquisición seria y otro miembro separado pero inhá-
responsable de las obligaciones que bil legalmente para contraer matri-
le son inherentes. Paralelamente la monio. El resultado es que estas
otra posición ha sido presionar nuevas parejas subsisten socialmen-
insistentemente a quienes han esta- te pero sin institucionalización civil
blecido su convivencia de pareja sin o religiosa. La conflictividad legal
del fenómeno invita a muchas pare-
institucionalización legal o han
jas jóvenes a vincularse con la llama-
procedido al matrimonio civil, para
da "unión libre" que, en caso de
que acudan a la formalización de un
fracaso, les permite la oportunidad
matrimonio católico. El problema
de nuevas vinculaciones sin compli-
anterior se repite y además se acen-
túa el énfasis jurídico de la institu- caciones legales.
cionalización religiosa.

Pero quizás el problema adual- El aumento de complejas situa-


mente más agudo en este campo ciones por razón de nuestra pecu-
es el de las parejas que han contraí- liar legislación va presentando cada
do matrimonio católico y por vez más casos de nuevas parejas
diversas razones no pueden mante- muy bien establecidas, muchas de
ner su unión. ellas enderezadas a una vivencia

188 Pareja y Religión


cristiana profunda y en proceso de dos diferentes al del ritmo. Y
notorio crecimiento espiritual, orga- consta estadísticamente que la
nizadas con gran solidez y rectitud mayoría de las parejas católicas de
moral. Pero imposibilitadas para nuestro medio proceden diversa-
una participación vital efectiva en la mente, como lo demuestran todos
comunidad eclesial, impedidas para los estudios sobre el tema, y aun los
la recepción de los sacramentos, premios recibidos por el significa-
debido a su situación jurídica no tivo descenso en la rata de creci-
resuelta y posiblemente imposible miento poblacional 12 •
de ser resuelta. Lógicamente este
hecho merece una consideración Las condiciones exigidas por la
teológica que haremos más ade- legislación eclesiástica para el matri-
lante. monio católico, a pesar de su buena
intención, permiten la instituciona-
Con la magnífica intención de lización religiosa de parejas sin las
capacitar a las parejas para una ins- calidades sicológicas, humanas, eco-
titucionalización religiosa adecuada nómicas, sociales, educacionales,
de su matrimonio, la legislación culturales suficientes para garanti-
eclesiástica ha establecido los cursos zar un resultado positivo. Prueba de
pre-matrimoniales. En la mayoría ello es el aumento creciente de nuli-
de los casos podemos afirmar que dades por inmadurez sicológica, de
no pasa de ser un requisito más de parejas muy recientemente estable-
tipo burocrático, asumido muy a la cidas. Pero sin duda lo más delicado
ligera por los contrayentes. La cali- de todo es la aceptación para el
dad de los cursos también deja matrimonio religioso de parejas por
muchísimo que desear. Práctica- el solo y simple hecho de ser bauti-
mente se reduce a una serie de zados, sin que conste en manera
informaciones, de utilidad cierta- alguna la seriedad, la calidad, la
mente, pero de escasa incidencia en profundidad, la madurez de su
las parejas debido a la brevedad cristianismo. Una institucionaliza-
misma de los cursos y a lo elemen- ción religiosa con tales caracterís-
tal de sus planteamientos. Consta ticas no pasa de ser una formalidad
que en muchos casos las parejas social que no aporta un valor signi-
asisten para obtener el certificado ficativo y determinante a la pareja
de asistencia que les permite proce- desde la perspectiva religiosa.
der al matrimonio, sin que necesa-
riamente asuman las proposiciones 1.5. Factores condicionantes del
que se les ofrecen como propias y comportamiento de la pareja
específicas de la doctrina cristiana. en nuestro medio
Esto se manifiesta evidente en lo
referente a la anticoncepción. En Hemos ido señalando muy breve-
los mencionados cursos se insiste en mente algunos factores que afectan
la pecaminosidad de todos los méto- a la pareja hasta orientarla a cierto

12. PROF AMILIA, institución privada colombiana dedicada a la planificación familiar


recibió recientemente premio internacional por el éxito obtenido en su actividad en
Colombia.

Alberto Múnera D. SJ. 189


tipo de conductas. Especialmente N otamos en las parejas rasgos
hemos recalcado la incidencia del provenientes de este condiciona-
factor religioso en situaciones muy miento climático y ecológico: en las
específicas, debido a que la temá- tierras frías la timidez, la reconcen-
tica que nos ocupa es precisamente tración, la dificultad para la comu-
la relación entre pareja y religión. nicación; en las tierras cálidas la
Pero conviene recordar más explí- apertura, la espontaneidad, la socia-
citamente el conjunto de factores lización, la comunicabilidad.
que enmarcan y repercuten con
mayor o menor intensidad en las En el campo de la sexualidad los
formas de proceder de las parejas climas cálidos llevan a hacer patente
en nuestro medio. De esta manera algunos aspectos que en los ámbitos
espero poder ofrecer una visión de tierra fría tienen que ser adivi-
panorámica más completa de los nados o conocidos por información
fenómenos analizados. verbal. La excitabilidad y los impul-
sos pasionales o el establecimiento
1.5.1. Factores geográficos y eco- de cierto tipo de relaciones sucede
lógicos en formas muy distintas según el
ámbito de procedencia climática y
Los variados climas de nuestro habitacional de la pareja.
país y el correspondiente habitat
provocan una marcada incidenc;ia En cuanto a la institucionaliza-
en determinados tipos de conducta ción, es evidente que la convivencia
de la pareja. de la pareja en nuestros climas cáli-
dos es mucho más distante de lo
Entre nosotros distinguimos tres formal que en los climas fríos. Y
tipos primarios de clima: el frío de hasta la misma forma de vivencia y
las altas montañas, el medio de la práctica de la religión varía noto-
región andina, y el cálido tropical riamente con indirecta repercusión
de las tierras bajas. en la institucionalización matrimo-
nial.
El tipo de habitación regula
muchas de las formas de actuación 1.5.2. Factores sociológicos
de las parejas: en las tierras frías la
habitación cerrada, los núcleos Conviene mencionar unos pocos:
urbanos también marcados por una el estrato social, el lugar social, el
arquitectura que invita a la perma- sistema organizacional. Con ésto
nencia dentro de ámbitos reducidos quiero indicar que sin duda la perte-
e incomunicados con el exterior. En nencia a determinado estrato afecta
las tierras cálidas los espacios abier- profundamente la conformación y
tos; prácticamente toda la actividad desarrollo de la vida de pareja, entre
humana se desarrolla al aire libre, otras cosas porque incluye el tipo
en perpetua comunicación con la de educación, de forma de relacio-
comunidad. En los climas templa- narse, de grado de instrucción sobre
dos se participa más equilibrada- múltiples aspectos de la vida. Y el
mente de los dos aspectos. lugar social, como lo hemos indica-

190 Pareja y Religión


do, el sector urbano o agrario, son 1.5.3. Factores culturales
bien determinantes en cualquier
tipo de comportamientos de la La cultura es, sin lugar a dudas,
pareja. Muy en relación con su tipo determinante en el comportamiento
de actividad laboral o de desem- de la pareja en todas las latitudes.
peño en la sociedad: campesino, La herencia de costumbres, por un
funcionario, empleado, obrero, pro- lado, y el proceso de culturización,
fesional, ejecutivo, etc. por otro, producen marcos de
referencia dentro de los cuales
Podemos decir en general que actúan las parejas.
estos factores en nuestro medio
determinan, por ejemplo, el grado Es muy claro el influjo de las
de machismo en los comportamien- formas culturales especialmente en
tos de pareja. No hay duda de que la institucionalización matrimonial.
la mujer va logrando una mayor También en la apreciación de la
liberación de su esclavitud y un sexualidad. Pensemos en las percep-
mayor grado de igualdad en la me- ciones tabúicas propias de las heren-
dida en que participa más activa- cias culturales. Pensemos también
mente en el sistema de producción, en la modificación de conductas
hecho más reconocido en el ámbito sexuales por causa de la transcultu-
urbano que en el agrario, y más rización tan frecuente en nuestros
significativo en determinadas áreas tiempos. Así se va pasando de for-
laborales como las de profesiones mas primitivas ya-científicas de
de gran significado social. proceder a comportamientos
mucho más conformes con el pro-
En nuestro medio quizás la pare- greso de las ciencias y el desarrollo
ja rural manifiesta mayor estabili- social.
dad y fidelidad que la urbana y
semejante proporción suele darse El influjo de los medios masivos
entre el estrato de bajos recursos de comunicación en la transcultu-
con relación a los estratos económi- ración produce muchos fenómenos
ca y socialmente más favorecidos. atípicos en ciertas culturas. Este
Podría decirse que la pirámide de influjo suscita las modificaciones y
estabilidad corresponde a la pirá- los cambios, especialmente en el
mide social: mayor en las grandes campo de la relación afectiva en la
masas populares. pareja, que va aprendiendo conduc-
tas totalmente diferentes a las pro-
Lógicamente el tratamiento de la pias y va generando formas nuevas
sexualidad varía según factores ya distantes de la herencia cul-
sociológicos, muy en relación con el tural.
grado de instrucción y desarrollo
cultural. Sin duda los índices de 1.5.4. Factores económicos
responsabilidad en la procreación
varían según estratos sociales y en El nivel de recursos económicos,
relación con las incidencias del tipo el uso de los mismos y la pertenen-
de dedicación laboral. cia a determinado estrato económi-

Alberto Múnera D. SJ. 191


ca son factores decisivos en la en relación con la procedencia y las
conformación y proceder de la costumbres.
pareja.
Los grupos indígenas práctica-
Es muy frecuente que la escasez mente puros son escasos en nuestro
de recursos impida a una pareja la país. Conservan sus tradiciones, sus
autonomía necesaria para un ade- formas de vida y su propia organiza-
cuado desarrollo de sus posibilida- ción social. En estos grupos la
des. La carencia de recursos econó- vivencia de la pareja es claramente
micos produce permanentes conflic- diferente a la del resto de la socie-
tos en la relación afectiva. Muchas dad y prácticamente no ha recibido
veces la angustia sicológica nacida influjo transcultural.
de la falta de recursos incita la agre-
sividad y la violencia. El problema La gran mayoría de nuestra po-
es que en nuestro medio la pobreza blación es mestiza de español e
es el denominador común y pro- indígena. Pero tanto la procedencia
duce gravísimos estragos en toda de los españoles en la península
clase de parejas. ibérica con sus marcadas caracte-
rísticas étnicas regionales, como los
Factores determinados por la diversos grupos étnicos con' que se
economía como la vivienda, la mezclaron, señalan características
salud, el trabajo y la educación .se diferentes según las regiones, muy
ven actuando decididamente en el condicionadas posteriormente por
comportamiento de las parejas: el lugar geográfico de los asenta-
ciertos fenómenos ocurren por mientos. Existe también un porcen-
razón de la vivienda, tales como la taje de raza negra pura ubicada muy
promiscuidad, la imposibilidad de principalmente en las costas pací-
intimidad y privacidad; otros por fica y caribe. Y también es recono-
razón de la salud, como las múlti- cible el mestizaje mulato y zambo
ples enfermedades ginecológicas característico de algunas regiones
inatendidas; otros por el trabajo geográficas.
como la prostitución debida a
imposibilidad de incorporarse a la La idiosincrasia de los diversos
fuerza laboral; otros por la educa- grupos étnicos señala característi-
ción, como cantidad de conductas cas en el comportamiento de la
indebidas en la relación afectiva o pareja. Incluso ciertas costumbres,
en el trato de la sexualidad, e especialmente relacionadas con la
incluso en la institucionalización institucionalización matrimonial o
matrimonial. con el tratamiento de la sexualidad
mantienen formas antiquísimas. Así
1.5.5. Factores étnicos en los grupos de raza negra la clara
tendencia a la poligamia; las formas
En nuestro medio es preciso fuertemente patriarcales y machis-
reconocer la estructura étnica por- tas en la mayoría de los grupos mes-
que sin duda manifiesta formas tizos de fuerte incidencia española;
diversas de conducta en las parejas el estatuto de la mujer en plano de

192 Pareja y Religión


subordinacionamiento servil en los minan y explotan a nuestros pue-
grupos mestizos de mayor influjo blos han determinado las ratas de
indígena andino; la mayor libertad crecimiento demográfico en que
en relaciones sexo-genitales en deben situarse nuestros países en
grupos de mulatos y zambos; las razón de sus propios intereses eco-
exigencias sociales de estabilidad de nómicos y comerciales.
la pareja y de fidelidad sobre todo
de la mujer heredadas de la cultura Podemos concluír que existe una
española. transculturación histórico-política
que va modificando paulatinamente
1.5.6. Factores histórico-políticos la manera de existir y relacionarse
la pareja, lo mismo que sus decisio-
Históricamente distinguimos las nes con respecto a la sexualidad y la
siguientes etapas: pre-colombina fecundidad. Así identificamos la
marcada por la diversidad de grupos tendencia actual de las parejas a
y culturas indígenas; la conquista imitar los modelos que los medios
española que produce el primer masivos de comunicación, sobre
mestizaje y la desaparición de las todo la televisión, presentan en lo
culturas indígenas; la colonia en tocante al sistema de relación, ins-
la que se asienta entre nosotros la titucionalización y ubicación de los
cultura europea; la independencia miembros de la pareja. Muchas
que se obtiene por la lucha armada veces esos modelos, comprensibles
contra España sin modificar la y "normales" en el contexto euro-
estructura cultural de manera signi- peo o norteamericano, resultan des-
ficativa; la república, que corres- fasados en nuestro medio. Otras
ponde al desarrollo de la propia veces son benéficos porque ilustran
identidad nacional en permanente señalando caminos que nuestro pue-
comercio con Europa primariamen- blo todavía tiene que recorrer como
te, con Estados Unidos posterior- el de la ubicación de la mujer en la
mente y en la actualidad con cierta sociedad y en la misma pareja, des-
tendencia integracionista latinoame- plazando formas de vida que eran
ricana pero en permanente depen- propios de la estructura indígena
dencia de toda índole con respecto pre-colombina, o de la colonia.
a Estados Unidos, Europa y demás
potencias mundiales. 1.5. 7. Factores éticos
Centrándonos en el aspecto de la En este campo me refiero a valo-
pareja podemos señalar que cada res o estereotipos de conducta
época aportó sus características a la forjados por la mentalidad ética de
pareja actual. O que muchos rasgos un pueblo. Es supremamente com-
de la pareja en nuestro medio tie- plejo el universo ético en cuanto a
nen herencias de épocas pasadas. su procedencia y estructuración.
Múltiples variantes determinan la
Merece la pena destacar un hecho fijación de valores y el señalamiento
político de gran incidencia en la de conductas en determinada socie-
pareja: las políticas internacionales dad. Es admirable cómo la concien-
de las potencias mundiales que do- cia popular establece aquello que es

Alberto Múnera D. SJ. 193


bueno o que es malo, especialmente hoy constituye una irresponsabili-
aquello que es "pecado" ético en dad ética tal comportamiento. En
determinado ámbito socio-cultural. tiempos pasados era señal de etici-
dad la abundante procreación. Hoy
La ética de una sociedad fija los es un pecado ético-social el mismo
comportamientos adecuados o ina- fenómeno. Era anti-ética la infide-
decuados de una pareja y va seña- lidad de la mujer pero era bastante
lando evolutivamente las formas aceptada por la ética la infidelidad
cambiantes de proceder. del varón. Hoy se reconoce que una
y otra infidelidad son inaceptables
Por ejemplo: en nuestro medio el en términos ético-sociales. Era ético
divorcio era visto hace unos pocos que la mujer estuviera sometida al
años como UQO de los más grandes varón. Esa misma conducta hoyes
pecados éticos de un matrimonio. condenada por la ética de la socie-
La ética actual de nuestra sociedad dad.
no lo califica como tal: comienza a
asumirlo como un comportamiento 1.5.8. Factores sicológicos
normal. Algo parecido puede decir-
se del matrimonio de divorciados: Es muy difícil hablar de sicología
hace relativamente poco tiempo colectiva. Pero se pueden reéonocer
nuestra sociedad rechazaba ética- algunos rasgos propios de un grupo
mente a estas nuevas parejas. Hoy humano, muy posiblemente deter-
son prácticamente aceptadas sin minados por otros factores. De
discriminación. A este propósito: todas maneras algunas razas o socie-
también era visto como pecado dades suelen ser marcadas por cier-
social y una alcahuetería acompa- tas formas de reaccionar de su sico-
ñar a una pareja a su matrimonio logía: se enfatiza el carácter flemá-
civil; y se consideraba vergonzoso tico de los ingleses o la ardentía
comunicar públicamente el hecho. pasional del latino, la paciencia
En nuestros días ya es normal acu- china y la espontaneidad rítmica
dir a las ceremonias de matrimonio del africano.
civil y éste se hace público en los
periódicos con toda naturalidad. Algunos rasgos de nuestra idio-
sincracia son perfectamente recono-
Es la ética de una sociedad la que cibles y no se puede desconocer su
va estableciendo hechos como el influjo en el ser y proceder de la
tipo de actividad de la mujer: era pareja:
considerado inaceptable que la
mujer desempeñara funciones labo- Es notorio el calor humano, la
rales fuera del hogar. Hoy lo anti- hospitalidad, la capacidad de sufri-
ético es todo lo contrario, que la miento, la ingeniosidad de nuestro
mujer esté reducida a las actividades pueblo. Sin duda esto explica el
hogareñas. Otro hecho: era conside- alto índice de estabilidad de nues-
rado lo normal que la mujer acce- tras parejas, el sentido hogareño, la
diera a la vida de pareja con casi solidaridad en las penas, la capaci-
total ignorancia de la vida sexual; dad para progresar con el acopio

194 Pareja y Religión


conjunto de fuerzas, la marcada siglos de evangelización. Uno de los
laboriosidad, la rápida incorpora- focos de atención del indoctrina-
ción de la mujer en la producción miento católico ha sido la familia.
económica del país. La insistencia permanente y enér-
gica en la indisolubilidad del matri-
Pero hay un rasgo cada vez más monio ha determinado en gran
común entre nosotros: la irritabili- medida la estabilidad de la pareja en
dad y la tendencia a la reacción términos estadísticos. Positivamen-
violenta, los impulsos de agresivi- te ha favorecido también cierta
dad. Quizás herencias atávicas de rectitud en las costumbres sexuales
procedencia indígena, la aceleración de nuestro pueblo por la fuerza que
de la vida moderna, la terrible y ha tenido la doctrina sobre la peca-
angustiosa situación económica, minosidad de las conductas sexua-
política y social, han acentuado les indebidas.
esta característica. En razón de ella
ha aumentado notoriamente la Y, por otra parte, el poder ecle-
violencia en la vida de la pareja y siástico ha regulado de tal manera
hace muy difícil la resolución de los la vida de la pareja durante siglos,
normales conflictos que surgen que se podría decir que no ocurría
siempre en toda vida común. Se van nada en ella que no fuera del cono-
generando procesos de desconfianza cimiento y control de la autoridad
y de rechazo, de intransigencia y de eclesiástica encarnada en el obispo
bloqueo afectivo. El ritmo de las o en el sacerdote.
grandes ciudades produce un gran
impacto sicológico en la forma afec- Ya hemos señalado abundante-
tiva de relación de las parejas. mente en la descripción fenomeno-
Afortunadamente el ritmo de los lógica, los influjos negativos de la
pequeños centros urbanos agrarios religión en la pareja de nuestro
sigue siendo bastante pacífico y la medio.
vida en los campos, especialmente
en las tierras cálidas, mantiene En síntesis podemos decir que la
todavía una inevitable lentitud que percepción de las funciones intra-
favorece la armonía. matrimoniales ha sido determina-
da en gran parte por la religión.
1.5.9. Factores religiosos Entre ellas la ubicación y el tipo de
actividad de la mujer. Con toda
Quiero mencionar dos que cierta- claridad la religión ha influÍdo en
mente marcan la estructura y el el grado de fidelidad, exclusividad y
funcionamiento de la pareja en unicidad de la relación de pareja.
nuestro medio: la doctrina católica Genéricamente podemos afirmar
sobre el matrimonio, y la fuerza del que todo lo relacionado con la
poder eclesiástico en la sociedad. sexualidad ha sido vinculado al
aspecto religioso y no podemos
El peso de la doctrina católica en negar que, desafortunadamente, por
nuestro medio se debe principal- este motivo la sexualidad ha sido
mente a la herencia de casi cinco percibida con un notorio sentido de

Alberto Múnera D. SJ. 195


negatividad por haber sido vincula- dera valores y desvalores fundamen-
da muy estrechamente con el tales de acuerdo con su propia per-
pecado. Por último, aunque la insti- cepción.
tucionalización del matrimonio no
es exclusividad del ámbito religioso, La Teología es, en último térmi-
en nuestro medio la incidencia de la no, una Antropología. Viene a ser
religión católica ha sido tan grande una manera específica de percibir
que prácticamente toda la estruc- al ser humano y sus relaciones. Sólo
tura jurídica matrimonial ha sido que los postulados de esta Antro-
diseñada por el derecho eclesiástico. pología afirmamos que provienen
de lo que llamamos la revelación de
Por esta última razón hay que Dios. Decimos en Teología que
reconocer que los factores jurídi- Dios se auto manifiesta al ser
cos, que también son de gran influ- humano. Y en esta automanifesta-
jo para el ser y proceder de la pareja ción al ser humano resulta receptor
en determinada sociedad, han teni- o beneficiario de la comunicación
do hasta la fecha origen y sustrato de Dios. Surge entonces una capta-
eclesiástico. Apenas comienza entre ción del ser humano con caracterís-
nosotros un desarrollo inicial del ticas propias como interlocutor de
derecho matrimonial civil, casi Dios. De allí nace una Antropolo-
siempre en permanente relación con gía que calificamos de teológica en
las leyes concordatarias. Esto ha razón de su procedencia.
marcado decisivamente la estruc-
tura jurídica de la pareja en nuestro Nuestra aproximación teológica
medio. a la pareja humana se sitúa en este
contexto. Procura ser una versión
2. APROXIMACION TEOLOGICA de Antropología teológica extrac-
A LA PAREJA tada de la revelación divina. Recor-
dando que la persona misma de
Existen muchos puntos de vista Jesús y su mensaje constituyen la
para abordar el tema de la pareja plenitud de la revelación histórica
humana. Cada uno de ellos respon- de Dios a la humanidad.
de a una determinada Antropolo-
gía. Allí se sitúa una percepción de 2.1. Interpretación teológica del
la persona humana y de sus relacio- amor de la pareja
nes de toda índole con sus semejan-
tes. Específicamente aquel tipo de Abundan los estudios y tratados
relación que llamamos "pareja". sobre el tema en la Teología más
Cada Antropología presenta enton- antigua y en la de todas las épocas,
ces su propia versión sobre los ele- debido a que el amor ha sido centro
mentos que constituyen la pareja obligado de atención del cristianis-
humana. Y cada Antropología mo l3 • Al tratar sobre el amor huma-
señala aquellos aspectos que consi- no y el amor divino, en alguna

13. HORTELANO, Antonio, Problemas actuales de Moral, 11, La violencia, el amor y la


sexualidad, Sígueme, Salamanca 1980, cita abundante bibliografía sobre el tema.

196 PA Pareja y Religión


manera se ha hecho referencia entrega lo designamos con el nom-
explícita al amor de la pareja. En bre de Hijo. Llamamos Paternidad
muchos de estos estudios precisa- a la relación del generador al gene-
mente se toma el amor matrimo- rado. Llamamos Filiación a la rela-
nial como prototipo del amor divi- ción del generado con respecto a su
no. Mi pretensión es mucho más generador.
modesta: simplemente deseo desta-
car algunos aspectos de la compren- Ahora bien, como toda entrega
sión teológica del amor, para refe- de sí mismo, según nuestro lengua-
rirlos a la pareja humana y así pro- je, es amor, podemos decir que el
poner una elemental interpretación Padre origina un amor; y como el
teológica de esta realidad humana. Hijo recibe del Padre todo lo que es
el mismo Padre (menos la caracte-
2.1.1. Algunos datos sobre el amor rística de Padre), decimos que el
en Dios Hijo posee el mismo amor del
Padre. En otras palabras, Padre e
Todo lo que sabemos sobre Dios Hijo poseen un amor común al que
a partir de nuestras suposiciones o a designamos con el nombre misterio-
partir de su auto revelación histórica so de Espíritu, por cuanto en el
lo formulamos en términos huma- lenguaje hebreo la vida era sinóni-
nos y lo expresamos en lenguaje mo de amor y la vida se identifica
humano. por la respiración (ruah en hebreo)
cuya traducción primero al griego
La revelación cristiana afirma (pneuma) y posteriormente al latín
que Dios es amor 14 • Del Nuevo Tes- (spiritus) vino a concluir en la pala-
tamento aprendemos en alguna bra castellana Espíritu que ya no
medida en qué consiste esta reali- significa lo que originariamente
dad en Dios, refiriéndose siempre, quiso significar.
por supuesto, a realidades nuestras
intramundanas. En Dios sucede simplemente el
amor como constitutivo de su ser,
La vida interna de Dios, según el por cuanto Dios es auto entrega de
Nuevo Testamento, nos presenta los su ser, auto donación de sí mismo.
siguientes datos: y todo en Dios es relación de
comunicación de la propia vida. Su
En Dios hay una autodonación amor es relación consistente en
total y plena de sí mismo. De esta transferencia total de sí mismo, sin
auto donación resulta entonces un perder jamás cada persona su pro-
principio o generador de esa auto- pia identidad, porque el Padre es el
donación y un término de la misma. generador, el Hijo es el generado y
Al generador de esta entrega de su el Espíritu es el término de entrega
propio ser lo designamos con el de Padre a Hijo y de Hijo a Padre,
nombre de Padre; al término de esta es el Amor por excelencia.

14. 1 Jn 4,8.

Alberto Múnera D. SJ. 197


Esta apretadísima síntesis de ele- de todo lo que se es y se posee.
mentos sobre Dios se encuentra No es silencio egoísta sino pro-
extensamente explícita en el Nuevo clamación dialógica. Esta expre-
Testamento, claro está, expresada sión es palabra, dice al otro todo
en el lenguaje propio de sus escri- sin excepción, abre al otro toda
tos 15 • la propia interioridad.

De esta percepción del amor en - La reciprocidad de la entrega


Dios extractemos algunos aspectos establece una vinculación indiso-
específicos: luble. Porque no queda en cada
uno ninguna reserva para sí. La
- El amor se constituye inicial- fuente de solubilidad del vínculo
mente por un dinamismo de es aquello que se guardaría como
autodonación o autoentrega de la posesión en reserva. Cuando la
propia realidad al otro. entrega es total no hay base para
generar una disolución.
- Se comunica el propio ser, la
propia vida, todo aquello que se - La posesión del uno por el otro
es y se posee, a excepción de la es total, exceptuando la identi-
propia identidad de sujeto irrepe- dad propia de cada uno. Esto
tible. determina una plena exclusivi-
dad: no hay nada de sí que no
- La comunicación adquiere su posea el otro, por consiguiente
pleno sentido cuando hay recep- no queda nada para alguien más.
tividad de la entrega. Así la ver-
dadera comunicación es mutua, - La totalidad de la entrega deter-
en ambos sentidos. La verdadera mina también la estabilidad de la
comunicación es dialogal. Esta misma porque solamente habría
comunicación es reciprocidad. cesación potencial, en reserva de
algo para sí. Cuando la comuni-
- La entrega mutua constituída cación del propio ser es en pleni-
por la verdadera comunicación tud no incluye condiciones de
determina una comunidad de ninguna índole. No hay por
vida, una comunidad vital. La tanto condición de término. Es
comunidad se constituye por la proyectivamente interminable,
participación común de todo ser .infinita. De ahí la estabilidad sin
y posesión del otro. Es común el fin.
ser, es común la vida, es común
lo que se posee. Lo único que no - La máxima gratificación aconte-
es común es la identidad de cada ce en el establecimiento de la
sujeto que se da. comunicaclOn o dialogicidad
recíproca: se entrega todo y se
- La comunicación recíproca inclu- recibe todo. En ello mismo con-
ye expresión, locución, dicción siste la vida. Vivir es, entonces,

15. Juan, capítulos 13-17. Pablo, passim.

198 Pareja y Religión


la dinamicidad de continuo en- término de esa generación (Hijo) y
tregarse y continuo recibir a del término de la mutua entrega
quien se entrega. Allí reside la (Espíritu), decimos con toda razón
plenitud de la propia potenciali- que Dios se humanó en Jesús. Por
dad de expresión y captación. En eso quien lo ve a él, ve al Padre 16 y
ello se agota la propia capacidad. quien lo recibe a él recibe a quien lo
Esto es; la propia capacidad se envió 17, Y él nos ama con el mismo
satisface plenamente. Esta es la Amor con que él ama al Padre 17 •
máxima felicidad por satisfacción Por eso quien lo recibe a él y a su
de toda aspiración posible. No Padre recibe su Amor, es poseído
queda nada de la capacidad de por este Amor que habita en él
dar ni de la capacidad de recibir como en un templo. El Amor de
sin llenar o saciar. Dios es derramado en su corazón 18.
En Jesús recibimos a Dios en
- La unidad es total y absoluta. plenitud, con su Padre y su Espíri-
Por participación idéntica del tu. No conocemos de Dios sino lo
mismo ser, de la misma realidad. que conocemos de Jesús, lo que él
La vinculación unitiva no surge nos comunique 19 • Pero en él hemos
de aspectos extrínsecos sino que recibido la plena, total y definitiva
se constituye por la posesión revelación de Dios 20 •
conjunta del mismo ser. Resulta
así tan perfecta la unidad que no Por esto, si queremos conocer
existe sino la distinción de las algunos rasgos del amor de Dios,
identidades. Esta es la única rea- debemos acercarnos a la persona de
lidad diferente. Todo lo demás es Jesús. En él detectaremos las carac-
una y única realidad. terísticas humanas del amor de
Dios. Tenemos algunos datos con-
2.1.2. Algunos rasgos humanos del signados por el testimonio de la
amor de Dios comunidad apostólica en el Nuevo
Testamento. Algo nos dicen de la
Dios se humanizó en Jesucristo. manera como se manifestó a noso-
Propiamente la expresión plena del tros el amor de DioS 21 • Estas serían
Padre, su Palabra o Verbo, el algunas de las características más
término de su comunicación habitó so bresalientes;
entre nosotros. Jesús de Nazareth es
el Hijo de Dios hecho hombre. - Es un amor encarnado en las rea-
Como en Dios, según dijimos, todo lidades del amor humano. Esto
es idéntico a excepción de la identi- es; posee los mismos rasgos que
dad de quien genera (Padre), del todo amor humano, no se distin-

16. Jn 14,8.
17. Le 9, 48 Y paralelos.
18. Rm 5,5,.
19. Jn 1,18.
20. Heb 1,lss.
21. Ti 3,4.

Alberto Mónera D. S..J. 199


guiría de cualquier amor humano autonomía del otro. No "obliga"
sino por su excelencia. al amor, sólo invita, llama 27 •
- Se centra en la entrega total de sí - Es amor fiel. La fidelidad se ex-
mismo a los demás. Es entrega presa en la disposición para
del propio ser, entrega de la pro- aceptar todo tipo de sufrimien-
pia vida, entrega de todo lo que tos sin desistir de entregar la
es y posee. Sin reservarse nada vida a los demás 28 • Realmente
para sí. Nadie ama más que quien es fiel hasta la muerte.
da la vida 22 •
- Es amor de predilección por los
- Es generosidad total, es comuni- más pobres y desposeídos. Para-
cabalidad plena. Su máxima dójicamente allí encuentra la
comunicación es que su mismo máxima reciprocidad donde apa-
ser es expresión del Padre, es su rentemente no habría nada para
Palabra. Nos comunica todo dar. En los marginados de
aquello que es él, nos lo ha dicho toda índole encuentra el mayor
tod0 23 • Esta comunicación la amor 29 •
efectúa en lenguaje humano, en
palabras humanas comprensibles, - Amor de igualdad: a quienes ama
captables por sus interlocutores. considera sus amigos, no sus sier-
Su comunicación es permanente vos. y a ellos sirve plenamente, a
e ininterrumpida. ellos les comunica todo lo que es
y posee 30 •
- Sus actitudes expresan su entre-
ga. Es amor no tanto de palabras - Es amor que establece vida en
cuanto de hechos. Y exige que común: la misma vida suya la
así sea el amor que a él se le ten- participa y así quienes son ama-
ga 24 • Permanentemente está al dos por él adquieren su misma
servicio de los demás. Para él vida 31 • Por ese motivo garantiza
amar es servir25 • Así se puede que siempre estará con ellos,
amar aun a los enemigos 26 • indefectiblemente 32 •

- Es un amor infinitamente respe- - Este amor es liberador: hace


tuoso de la libertad ajena y de la libres a las personas, no las escla-

22. Jn 15,13.
23. Jn 15,15.
24. Jn 15,10.
25. Jn 13. 12-15.
26. Le 6,27.
27. Jn 7,37. Le 9,23 y paralelos.
28. Le 22,41.
29. Jn 8,1-11. 9,1 ss. 5, 1 ss. Le 7,36,15,1 ss. 9,46. 5,12 ss.
30. Jn 15,15.
31. Jn 15,1 ss. 10,10. Ef 2,4. Col 2,12.
32. Mt 28,20. Jn 14,18-21.

200 Pareja y Religión


viza 33. Esto significa que se res- 2.1.3. Perspectiva teológica del
peta y sublima la identidad del amor de la pareja
otro. La respuesta a la entrega es
en plena libertad, si el otro quie- Según los datos obtenidos ante-
re 34 , aunque la exigencia de res- riormente podemos hacer la siguien-
puesta es en totalidad, con la te consideración:
misma medida de la entrega a él.
La pareja humana es el ámbito
- Como todo amor humano, toca ideal en donde las características
profundamente la afectividad: del amor como aparecen en Dios
posee gran sensibilidad y se ex- pueden ser reproducidas. En reali-
presa con toda clase de senti- dad el ser humano fue creado por
mientos manifestativos de los Dios como una réplica suya muy
diversos estados de la vivencia semejante a él 38 y esto mismo
experienciaPs. Sufre, se entris- determina que lo haya creado varón
tece con la traición o la infideli- y mujer 39 • Solamente en la alteri-
dad, goza con la respuesta posi- dad se hace posible la reproducción
tiva, llora con el pesar de la au- del modelo divino.
sencia, se enternece, se exalta, se
deprime, se entusiasma, se enar- Como base para la alteridad y
dece, se desconcierta con la para la relación es indispensable la
ingratitud 36 • identidad de cada ·sujeto. La rela-
ción supone, en efecto, la plenitud
- Es amor sin discriminación, uni- de personalidad de los dos que
versal, de plenitud total en la entran en relación.
autodonación, estable, exclusivo,
irreversible, definitivo 37 • Esta relación sucede en términos
de amor cuando acontece el pro-
En el Evangelio según San Juan y ceso de entrega mutua como auto-
en las cartas de San Pablo se encuen- donación del uno al otro. Es dona-
tra material abundantísimo para ción de toda la interioridad e inti-
establecer las características huma- midad de la persona. Es donación
nas del amor de Dios. Imposible del ser, de aquello que constituye
considerarlas todas. a cada uno. Manteniendo, claro

33. Gal 5,1 ss. Jn 8,32.


34. Mt 19,21.
35. He 4,15.
36. Multitud de textos evangélicos en que constan estas reacciones de Jesús.
37. Jn 17,1 ss.
38. Gn 1,27. Col 1,15 ss.
39. Los autores recuerdan el plural del texto anterior en el·v. 16: "Hagamos al hombre a
nuestra imagen". Pero la base teológica la situamos en la pluralidad de personas en la
Trinidad. Sin entrar a discutir el sentido de la palabra "persona", sí podemos asegurar
que en Dios, según la revelación neotestamentaria, existe la alteridad que permite el
amor.

Alberto Múnera D. S..J. 201


está, la propia identidad que no es El vínculo que surge por el amor
transferible. De allí se sigue la exi- está constituído no por un contrato
gencia de respeto a la identidad del comercial sino por una entrega total
otro. Todo intento o pretensión de sin reserva alguna. No existiendo
suprimir la identidad del otro, ade- nada en cada miembro de la pareja
más de imposible anta lógicamente que se haya reservado para cada
hablando, es contraria a la capta- uno, la vinculación adquiere garan-
ción teológica del amor. tía de no terminación. No hay con-
dición alguna que determine la ter-
La dialogicidad y reciprocidad es minación de la entrega.
constitutivo indispensable del amor.
Consiste en la comunicación de sí Por otra parte, si la donación de
mismo y en la recepción del otro. sí mismo al otro es total, excep-
No existe el amor de una sola vía. tuando la identidad propia de cada
El amor no correspondido propia- uno, no queda en cada miembro de
mente es medio amor. Si uno de los la pareja algo para entregar a per-
dos miembros de la pareja no opera sona diferente del otro. Por eso el
receptividad o comunicación de sí amor de pareja es exclusivo. No es
mismo, el otro no recibe o su comu- excluyente en cuanto en cada per-
nicación va al vacío. No puede sona cabe otro tipo de amOF simul-
haber amor en actividad de uno táneamente con el amor de pareja.
solo. El mínimo para una pareja son Pero amor de pareja al mismo tiem-
dos. po con más de una persona no es
posible ni ontológica ni teológica-
La comunidad de vida es conse- mente. Si se ama o mejor, si se pre-
cuencia inevitable de la auto dona- tende amar con amor de pareja a
ción y de la reciprocidad dialógica. otra persona, esto es, con entrega
Porque se comunica y participa lo total, ¿cómo puede haber otro
que se es y se posee. Ante todo la amor de pareja simultáneo también
propia vida. Así surge una sola vida con entrega total? Simplemente
para los dos. Una vida común a los uno de los dos amores es de pareja
dos. Allí no hay ámbitos cerrados al y el otro no. Será otra clase de
acceso del otro. Todo se posee en amor. Pero el amor de pareja es
común. Sólo permanece como pro- exclusivo si es verdadero amor de
pia la identidad de cada uno. pareja.

Otra característica inevitable del La unidad por eso mismo es total


amor es la expresividad, la locución en la pareja: se participa todo,
contraria al silencio. El ensimisma- excepto la identidad del otro. Pero
miento, la negación de expresión de unidad por participación no signifi-
la propia interioridad al otro se ca supresión de identidades. Por eso
constituye en silencio egoísta. Impi- es perfectamente factible la unidad
de el intercambio de ideas, sensa- vital y la autonomía de caracteres
ciones, impresiones, reacciones, opi- con sus propios rasgos no suprimi-
niones, percepciones y actitudes bIes. Es contrario al verdadero amor
frente a lo cotidiano. pretender suprimir la identidad de

202 Pareja y Religión


cada persona en aras de la unidad. vido sino que pone su vida a dispo-
No es lo mismo unidad que unici- sición y servicio del otro. Una pare-
dad. La primera surge de la parti- ja en la que se pretenda que uno de
cipación por autodonación. La los dos sea esclavo del otro, carece
segunda consistiría en la supresión de amor. Pero cuando cada uno se
de identidades. dedica totalmente al otro surge la
esclavitud del amor por el amor y
El amor es felicidad. Si realmente no por imposición del uno al otro.
la entrega es total, se colma la aspi-
ración de comunicación de sí El amor respeta la identidad y la
mismo en lo que reside, en gran autonomía del otro. En la pareja
parte, la semejanza de Dios que nos todo intento de dominación e
constituye. Y si la recepción del imposición es contrario al amor.
otro es también total por la recipro- Toda pretendida exigencia contra la
cidad dialógica, se sacia la otra voluntad ajena es contraria al amor.
capacidad humana, la de recibir, en
la que reside la otra parte de la El amor es fiel hasta la muerte.
semejanza de Dios que nos consti- Fidelidad es continuidad y perma-
tuye. Hay felicidad plena cuando nencia. Es capacidad de sufrir todo
esta doble potencialidad llega al tipo de vicisitudes, de obstáculos
tope. La medida de felicidad de una que pretendan interponerse en la
pareja corresponde al grado de donación al otro. La pareja fiel no
entrega y receptividad recíproca. se distancia por la distancia ni por
la oposición ni por los sufrimientos
Asumiendo las características ni por los desastres. Las calamida-
detectadas en la persona de Jesu- des que intentan destruir el amor
cristo como rasgos humanos del más bien aumentan la fidelidad
amor divino, podemos decir que cuando el amor es verdadero.
enriquecen la captación teológica
de la pareja humana: Generalmente la pobreza fortale-
ce el amor. Cuando existen otros
El amor es la entrega de la vida. intereses como el poder, el dinero,
De todos los elementos constitu- la fama y todo aquello que fomenta
tivos de la vida. Es la generosa la autosuficiencia, lógicamente se
entrega al otro de todo lo que para disminuye la capacidad de necesi-
cada uno posee valor vital. Es una dad del otro, con perjuicio del
comunicación permanente, ininte- amor. Por eso la pobreza, bien
rrumpida del proceso diario de entendida, esto es, no como un mal
vivir. sino como una actitud de vida, for-
talece el amor de la pareja. Cuántas
El amor en cristiano se caracte- parejas se amaron intensamente en
riza por el servicio, por la dedica- momentos difíciles de su vida en
ción plena al otro, por la atención común y luego se enfriaron cuando
delicada en todo aquello que para el lo tuvieron todo a su disposición.
otro implica importancia, sea cual
fuere su magnitud real en la vida. El La afectividad es un elemento
que ama no se instala para ser ser- importantísimo y esencial del amor.

Alberto Mónera D. S..J. 203


N o se puede amar en pareja sin 2.2. Interpretación teológica de la
expresión de sentimientos vividos sexualidad
y experimentados. La sicología
toda del sujeto humano se impacta Hay que comenzar reconociendo
profundamente por el amor de que si en algún campo ha variado la
pareja. Tanto que frecuentemente interpretación teológica es en el de
se confunde la afectividad con el la sexualidad. De una versión com-
amor. No toda reacción intensa de pletamente negativista se ha ido
la afectividad es verdadero amor, llegando a una apreciación perfec-
pues las sensaciones y los senti- tamente positiva. La razón de este
mientos pueden surgir y permane- cambio ha sido el recurso adecuado
cer y crecer en intensidad sin que se a la Sagrada Escritura y la compren-
den todos los elementos que hemos sión histórica de la evolución de los
mencionado como constitutivos del conceptos sobre el tema, lo que ha
amor. Lo que sí sería inexplicable permitido ver qué doctrinas ajenas
e inhumano es lo contrario: que se al cristianismo se fueron incorpo-
dieran todos los elementos consti- rando a su percepción de la sexua-
tutivos del amor como lo hemos lidad a través de los siglos.
descrito, y no ocurrieran en una
persona las experiencias propias de El recurso adecuadq a la Sagrada
una afectividad tocada en profun- Escritura ha permitido recordar que
didad. Por eso normalmente la costumbres, sistemas de vida y for-
cesación de sensaciones y reac- mas de comprensión del pueblo de
ciones afectivas suele ser signo de Israel o de la comunidad primitiva
procesos de terminación del amor cristiana no pueden ser tomados
de una pareja. Y, en sentido con- como normativos para todo cristia-
trario, muy normalmente de las no si no provienen expresa y direc-
sensaciones y reacciones afectivas tamente de una exigencia de la fe.
suele nacer el amor. La casi totalidad de los asuntos
referentes a la sexualidad en la
El amor puede entenderse teo- Biblia corresponden a formas his-
lógicamente también como una tórico-culturales propias de grupos
realidad sacerdotal, en cuanto se humanos y épocas pasadas, no
ofrenda la propia vida en una espe- transferibles al momento actual ni
cie de rito sacrificial para obtener asumibles como norma de con-
la salvación o plenitud total de la ducta para todo el cristianismo.
persona amada. Es el amor un acto Esto supuesto, la aproximación al
consecratorio que transforma la tema de la sexualidad en la revela-
propia vida en la liturgia misteriosa ción lleva a una comprensión bien
de la entrega que reitera su ceremo- interesante de la misma.
nial en la vivencia común de la
cotidianidad. El amor de la pareja 2.2.1. Valoración de la sexualidad
sacraliza la comunión de vida y con
sus formas litúrgicas de donación Teniendo en cuenta que la sexua-
continua se proyecta como signo lidad es inherente al ser humano,
sacramental del amor divino. constitutiva de su totalidad integral,

204 Pareja y Religión


ha de atribuírsele el mismo valor la bondad de la umon sexo-geni-
que se le atribuye al ser humano en ta1 43 • Y San Pablo desarrolla el
la revelación. tema recordando que el cuerpo,
esto es, la realidad sexogenital del
Pero considerándola específica- ser humano, ha sido consagrado,
mente recordemos algunas conside- sacralizado en el cristianismo de tal
raciones sobre ella explícitas en la manera que se ha constituído en
Sagrada Escritura: posesión y propiedad de Dios44 •

En el Génesis aparece Dios crean- De aquí se deduce que la sexuali-


do directamente la sexualidad dad posee una bondad intrínseca y
humana 4o • Y como todas sus obras, una dignidad inmensa, la misma del
podemos decir con las mismas pala- ser humano. Tanto por la creación
bras del texto sagrado: "y vio Dios como por la destinación señalada
que era buena". La orden de Dios por Dios, como por la obra reden-
allí mismo en el relato de la crea- tora de Cristo que santifica al ser
ción es de ser fecundos y de poblar humano, lo incorpora a la divini-
la tierra. La disposición divina dad, lo diviniza: incluyendo explí-
incluye, pues, el ejercicio de la geni- citamente su dimensión sexo-geni-
talidad. Su bondad se acentúa tal.
entonces en razón de la voluntad de
Dios: él quiere que el ser humano De manera que 'si somos fieles al
ejerza la genitalidad, lo dispone texto bíblico encontramos allí la
positivamente en el texto bíblic0 41 • proclamación de una bondad propia
de la sexualidad que por ninguna
Es bien interesante recordar tam- parte supone en ella rastro alguno
bién otra disposición divina que de pecaminosidad.
ennoblece una específica dimensión
de la sexualidad. En el mismo con- Es muy claro San Pablo en reco-
texto dispone Dios la unión sexual nocer la bondad de la relación sexo-
y genital del varón y la mujer para genital, hasta aconsejar a la pareja
que sean una sola carne42 • Así se no abstenerse de ella sino de mutuo
hace claramente explícita la bondad acuerdo y en razón de la oración 45 •
de la "carne", del elemento genital Incluso el aspecto sicológico de la
carnal de la pareja humana. La pasión afectiva, podríamos decir la
unión carnal se constituye en un concupiscencia o apetencia intensa
hecho establecido por la voluntad del otro sexo es para San Pablo algo
divina. Jesucristo en el Nuevo Tes- positivo que debe llevar a la pareja
tamento ratifica esta percepción de a encontrarse en la entrega sexual 46 •

40. Gn 1,27. Gn 2, Gn 3.
41. Gn 1,28.
42. Gn 2,24.
43. Mt 19,1 ss y paralelos.
44. ICor 6,13 ss.
45. ICor 7,5 ss.
46. ICor 7,9.

Alberto Mónera D. S..J. 205


A todo este reconocimiento ex- sin incurrir en ellas en ningún plano
. plícito de la bondad de lo sexo- de su personalidad porque Jesús no
genital en la Sagrada Escritura con- podía pecar. Así lo reconoce el
viene añadir una consideración que Nuevo Testamento en los textos
todavía la realza con mayor fuerza: típicos de las "tentaciones" como
es el hecho de que Dios se humani- en otros en que Jesús es invitado a
zó en Jesucristo, y al humanizarse proceder de manera opuesta a los
asumió la sexualidad como realidad caminos de su Padre 4B • N o se ve por
suya. Todos los aspectos de la qué no haya tenido que experimen-
sexualidad y de la genitalidad que- tar la tentación humana también en
dan sublimados, santificados, divini- el terreno de la sexualidad, sin que
zados por haber sido tomados como ello disminuya en lo más mínimo
propios por Dios en Jesucristo. Si su santidad divina. En realidad ello
recordamos que Dios en Jesús se sólo acentúa la verdad y realidad de
hizo semejante a nosotros, idéntico su humanidad.
a nosotros en todo menos en el
pecado, todas las dimensiones de la
sexualidad, las sicológicas como los 2.2.2. Capacidad simbólica y sígni-
impulsos, sensaciones, apetencias, ca-religiosa de la sexualidad
tendencias, reacciones, las experi-
mentó como cualquiera de noso- La antropología teológica presen-
tros; otro tanto se diga de las te en la revelación no podía desco-
dimensiones corporales o fisiológi- nocer la inmensa potencialidad
cas. expresiva de la sexualidad.

Aquí es necesario clarificar: la Es bien significativo que el verbo


pecaminosidad humana no reside en "conocer" en el lenguaje hebreo
las realidades mismas, como lo reco- signifique pirmariamente la relación
nocía el mismo Jesús 47 , sino en la sexo-genital de la pareja. Con ésto
conciencia y en la voluntad huma- podemos descubrir un inmenso
nas que disponen de realidades bue- valor sígnico del sexo: el conoci-
nas en contra del beneficio huma- miento completo, perfecto de una
no. Si Jesús por ser Dios no es igual persona sucede en el hecho de la
a nosotros en el pecado, quiere relación sexo-genital. Allí se llega
decir que nunca ejerció pecaminosa- a la profundidad de la persona, y
mente su sexualidad. Pero ésto no a~lí se expresa el ser humano hasta
significa que él haya carecido de ser captado en su más íntima
algún aspecto de la sexualidad. dimensión. La relación sexo-genital
Incluso tuvo que pasar por lo que es captada entonces como el meca-
llamamos "tentaciones" en el sen- nismo más preciado para la interco-
tido técnico de la palabra: invitado municación de la propia personali-
o incitado por la maldad humana dad. Por medio de ella se conoce la
hacia conductas pecaminosas. Pero verdad del amor de la otra persona.

47. Mt 15,19.
48. Mt 16,22. 26,39.

206 Pareja y Religión


En muchísimas ocasiones el prescindir. Es significado de com-
texto del Antiguo Testamento promiso y de pertenencia mutua.
acude a la relación tan íntima, tan Todavía es más explícito San Pablo
profunda, tan estrecha del varón y en la comprensión de esta pertenen-
la mujer para expresar por medio de cia mutua en el ámbito de lo sexo-
ella la magnitud de la alianza, de la genital cuando en otro texto señala
vinculación de Dios con su pueblo; que la disponibilidad de este aspec-
para designar la cercanía, la entrega, to corresponde a cada uno de los
la fidelidad, el amor de Dios a dos componentes de la pareja S2 .
Israel 49 • Significa entonces la relación sexual
una posesión mutua en exclusivi-
En el Nuevo Testamento también dad. Significa la totalidad de la
San Pablo escoge precisamente la integración de la pareja. Significa
unión de la pareja, unión que no es una disponibilidad plena de la per-
solamente espiritual amorosa sino sona. Significa, en una palabra,
corporal sexual por cuanto cita el todo aquello que es el amor.
texto de Génesis "serán una sola
carne", para significar con ella la Todo este manejo de la relación
relación de Cristo con la IglesiaS o. sexual por parte del Nuevo Testa-
Evidentemente en este caso San mento en contexto tan sacral no
Pablo encuentra en la unión de la puede menos de desvirturar cual-
pareja una gran capacidad expresiva quier intento de ·señalación de la
de amor, de entrega, de unidad, de sexualidad o de la genitalidad en
cercanía, de indisolubilidad, de términos negativos o pecaminosos.
dedicación, de participación, de Lo que se deduce de estos textos es
estabilidad, de profundidad, de todo lo contrario: el aprecio sumo
autodonación plena, de comunica- que el cristianismo manifiesta de la
bilidad. sexualidad en todas sus dimen-
siones.
El mismo San Pablo manifiesta
que la unión sexual constituye, pro- Así es como se entiende que el
duce una vinculación de propiedad, cristianismo sea tan enérgico en
establece una tal unidad que incor- rechazar los comportamientos se-
pora -con todo el significado xuales que desfasan o desvirtúan o
semántico de esta palabra- el uno maltratan esta maravillosa realidad
al otro en forma por demás admi- humana. Es tal la dignidad que el
rable s1 . Lo dice precisamente exi- cristianismo encuentra en la sexua-
giendo a los cristianos abstenerse de lidad, es tal el respeto que le mere-
la relación sexual con meretrices. ce, es tal el significado humano que
Porque es inherente a esta relación le atribuye al sagrado hecho de la
un significado del cual no se puede relación sexual, que considera una

49. Os 2,16 ss.


50. Ef 5,21 ss.
51. 1Cor 6,12 ss.
52. 1Cor 7,4.

Alberto Mónera D. SJ. 207


especie de sacrilegio el tratamiento No se piense que en el cristianis-
inadecuado de la sexualidad por mo se "acepta" o se "tolera" la
parte del cristiano. Tales comporta- relación sexual de la pareja a más
mientos son reprobados por la no poder, porque no hay más reme-
comunidad cristiana primitiva, dio para la conservación de la espe-
hasta su mención debe ser ajena a cie. El valor y el sentido de la
los cristianos53 • sexualidad según el cristianismo le
son intrínsecos a ella por sí misma,
Es evidente que sólo después de no por su finalidad procreadora.
comprender la valoración de la
sexualidad y su potencialidad síg- Tampoco se siga pretendiendo
nico-religiosa como las presenta el que la sexualidad según el cristianis-
Nuevo Testamento, es posible así mo posee un no se qué de pecami-
mismo captar el sentido del celi- nosidad intrínseca que de todas
bato cristiano. Lógicamente no se maneras estaría presente en toda
presenta este hecho en razón de un relación de pareja. Tal proposición
menosprecio de la sexualidad. Ni se es contraria a la revelación y a su
propone para evitar una pecamino- adecuada interpretación.
sidad o imperfección que poseyera La sexualidad humana y, muy en
la sexualidad o la genitalidad. Sería especial, la relación sexo-genital de
incomprensible tal hipótesis una pareja posee en el cristianismo
después de lo que hemos analizado. un carácter religioso y sacral. Es el
El celibato es propuesto en térmi- lenguaje propio del amor cristiano.
nos de una relación mística con La relación sexo-genital expresa en
Dios, precisamente significando con idioma corporal, carnal, toda la
la renuncia a la vida de pareja una dimensión trascendente del amor
pretensión de vinculación plena, humano de pareja. Le es inherente
absoluta y exclusiva con Dios, por a la corporeidad esta capacidad
razones escatológicas y trascenden- expresivo-simbólica.
tes primariamente. Y por razones
apostólicas de servicio a la comu- Me atrevo a decir que un intento
nidad en segundo término 54 • de prescindir de la corporeidad, de
la carnalidad y materialidad de la
sexualidad, es desvirturar la crea-
2.2.3. Apreciación de la sexualidad ción divina, es menospreciar la
de la pareja en-carnación de Dios en Jesucristo,
es menospreciar la residencia habi-
De estas sencillas aproximaciones tual del Amor infinito de Dios, el
a la sexualidad en clave religiosa Espíritu Santo. Recordemos que
cristiana se deduce algo bien impor- San Pablo llama al cuerpo, incluso
tante para la apreciación de la en su aspecto sexo-genital, templo
sexualidad de la pareja: del Espíritu Sant0 55 •

53. Ef 5,3.
54. Mr 10,12. ICor 7,32 ss.
55. ICor 4,16. 2Cor 6,16. ICor 6,19.

208 Pareja y Religión


La gran dignidad y sacralidad de creadas buenas por Dios, dotadas de
lo sexual en la pareja invita al cris- propia verdad y bondad 56 , sino en
tiano a un tratamiento lleno de res- el manejo indebido de esas realida-
peto y delicadeza, a una aproxima- des por la libertad humana en per-
ción al hecho mismo con la serie- juicio del mismo ser humano. El
dad, la responsabilidad, la madurez pecado reside en el ámbito más
y la altura propia de quien reconoce Íntimo de la persona humana s7 y
todos los valores religiosos que la no en las realidades puestas por
sexualidad posee. Un tratamiento Dios al servicio del ser humano.
de la sexualidad en la pareja con
actitudes diferentes a las mencio- 2.3. Interpretación teológica de la
nadas, denota una grave falla en la institución matrimonial
experiencia religiosa y una ofensa a
lo más importante de nuestra reli- Análisis teológicos sobre la insti-
gión: el amor. tución matrimonial abundan en el
pasado y en el presente. Práctica-
Conviene una última palabra mente todo autor en Teología
sobre un aspecto no mencionado Moral se ha referido al asunto. Y
hasta ahora: el placer y el sentido otro tanto han procurado los trata-
lúdico de la sexualidad. En el con- distas de Sacramentos, específica-
texto hasta ahora mencionado es mente quienes se han especializado
indispensable asumir que esta reali- en el Sacramento del Matrimonio.
dad humana del goce humanocor-
poral y carnal no es algo reprobable Mi pretensión es supremamente
ni pecaminoso. Es también obra de modesta: proponer algunos presu-
las manos de Dios. Es don de Dios a puestos de la teología moderna, que
la humanidad. Fue asumido, como nos permitan insinuar unas pocas
todo lo humano, por el mismo Dios apreciaciones sobre la institución
en Jesucristo, si bien él mismo matrimonial, con el interés de dilu-
renunció libremente al lícito ejerci- cidar ciertas situaciones específicas
cio de la sexo-genitalidad en vida de frecuentemente vividas o pade-
pareja en razón de su celibato. Por cidas por parejas concretas de nues-
consiguiente el placer y el aspecto tro medio.
lúdico de la sexualidad en la pareja
debe ser incluído como parte cons- 2.3.1. Presupuestos teológicos
titutiva del hecho; no es separable
ni calificable de manera diversa a Según las claras afirmaciones del
como es calificada la totalidad de la Concilio Vaticano 11 en su Consti-
sexualidad por el cristianismo ac- tución Dogmática "Dei Verbum"
tual y el de las fuentes revelato- ("Palabra de Dios"), en la Sagrada
rias. Escritura es preciso distinguir entre
la contextualización cultural y
No se olvide que la pecaminosi- aquello que podríamos designar
dad no está en las realidades mismas como revelación de Dios. Esto,

56. Vaticano n, Gaudium et Spes No. 36.


57. Ibidem No. 16 y 28.

Alberto Múnera D. SJ. 209


debido a que dicha revelación acon- Este trabajo de dilucidación del
tece en hechos y palabras humanas contexto y de reconocimiento del
y ha sido consignada en lenguaje origen humano de multitud de
humano perteneciente a personas datos bíblicos que se atribuían a
concretas que han vivido en una directa autoría divina, ha sido el
historia determinada 58. laborioso y extraordinario esfuerzo
de los exégetas durante los últimos
Es evidente, entonces, que no es decenios.
legítimo considerar revelación de
Dios lo que ciertamente no es sino En lo que concierne a nuestro
la contextualización histórica y cul- tema tendríamos que recordar
tural de los escritores de la Biblia, cuánto sufrieron los teólogos anti-
así ellos mismos atribuyan a Dios o guos tratando de justificar la poli-
a revelación divina determinadas gamia del Antiguo Testamento
proposiciones o comportamientos. aprobada y bendecida por Dios 59 •

58. Vaticano 11, Dei Verbum No. 12.


59. Recordemos la opinión de NOLDIN, H., Summa Theologiae Moralis, Rauch, Oeni-
ponte 1962, III, De Sacramentis, No. 502: "De facto quidem unitas iam prius in
particularibus casibus (e.g. a Lamech, Gn 4,19) violata est, de iure tamen quoad poly-
gamiam dispensatio divina iuxta alios (Benedictus XIV. De synodo 1. 13. c. 21. n. 8)
facta est Noe eiusque filiis, ut celerius multiplicaretur genus humanum, iuxta alios
primum concessa est Abrahae. Polygamia etiam gentilibus a Deo concessa est, libellus
repudii autem so lis iudaeis permissus videtur". P. 427.

Se afirmaba, por consiguiente, que Dios había "concedido" la poligamia a Noé y sus
hijos para poder acelerar la multiplicación de la especie humana.
San Agustín, en cambio, considera normal la poligamia según las costumbres de los
pueblos. Pero la justifica en razón de que, por superioridad del sexo masculino sobre
el femenino, un varón puede regir varias mujeres; y sexualmente hablando, porque el
varón puede concebir de varias mujeres, pero la mujer solo puede ser fecundada por
un varón:
"En esta poligamia conyugal resplandece por una parte la modestia, realzando la
dignidad viril, y por otra se descubre la tendencia natural a propagar la especie. Pues
naturalmente la soberanía mejor se ejerce dominando uno en muchos que muchos en
uno, ni puede ponerse en duda que, atendida la natural jerarquía de los sexos, es más
razonable el imperio del varón sobre la mujer.que de la mujer sobre el varón".
"Así nunca leemos en las Escrituras que una sola de las santas mujeres sirviese a la v,éz
a diversos maridos, pero sí leemos que diversas esposas sirvieron a un mismo maritlo,
cuando lo autorizaban las costumbres de aquel pueblo y las circunstancias de aquel
tiempo lo aconsejaban, pues la naturaleza del matrimonio no pugna con la diversidad
de mujeres. En efecto, diversas mujeres pueden concebir de un solo varón, mientras
que una sola mujer no puede ser fecundada por diversos varones".
Texto tomado de ARMAS, Gregorio, La Moral de San Agustín, Asilo Huérfanos,
Madrid 1955, p. 1050. Corresponde a la obra de San Agustín De Nupt. et Conc.lib.
1, cap. XVII, n. 19. PL 44, 424-425.
Interesante para la teología moderna notar que San Agustín considera que la poliga-
mia no se opone a la naturaleza del matrimonio, consecuente con su tesis de que la
única razón y justificación del mismo es la procreación.

210 Pareja y Religión


Hoy tal ,poligamia se entiende como apreciaciones de varios textos neo-
el normal contexto socio-cultural testamentarios están exentas de
de la época histórica en que se desa- determinados influjos circunstancia-
rrolla el proceso revelatorio, sin que les y contextuales de las comunida-
ello signifique que haya que acudir des en que fueron escritos. Lo cual
a extravagantes explicaciones para tampoco disminuye el valor norma-
justificarla en los "interlocutores" tivo del Nuevo Testamento para la
del Dios hebreo, y sin que se corra vivencia de fe de los cristianos, ni
el peligro de que cualquiera piense reduce la significación e importan-
que deba ser mantenida en nuestro cia que para el cristiano tienen las
mundo actual por el solo hecho de expresiones allí consignadas. Sola-
que aparezca en la Biblia o porque mente que no se deben asumir sin
Dios la bendijo o aceptó como nor- precisar la incidencia del medio de
mal en sus escogidos del Antiguo donde provienen y el valor univer-
Testamento. sal o particular que ellas tienen.

Este presupuesto nos permite ser Precisamente en razón de este


extremadamente cautos en el uso inmenso avance del Concilio en la
de textos del Antiguo Testamento interpretación de la Sagrada Escri-
respecto a la pareja humana o a la tura, es posible pensar hoy en día
institución matrimonial. No se en una inculturación del cristianis-
puede acudir a la Biblia para ratifi- mo que no signifique ni la supre-
car tesis o para hacer decir a Dios lo sión de las culturas en donde se
que no es sino fruto del contexto o pretende su inserción, ni la imposi-
del lenguaje o del pensamiento ción de una cultura única sacada
humano. Aunque esta afirmación forzadamente de la Biblia y occi-
no desvirtúa el maravilloso sentido dentalizada con los siglos, pro-
religioso y teológico que desde la puesta como de origen divino y
revelación se proyecta sobre la dispuesta para toda la humanidad.
pareja o sobre el matrimonio.
El mismo Concilio afirma esta
y como la exégesis que el Con- posibilidad de inculturación del
cilio considera indispensable para cristianismo y defiende la- autono-
la adecuada lectura de la Sagrada mía de las culturas 60 , claro está,
Escritura no es exigida sólo para el asumiendo que no todo lo propio
Antiguo sino también para el Nue- de una cultura es compatible con
vo Testamento, tampoco pueden el cristianismo; con lo cual se hace
ser asumidos con simplismo los evidente que también es posible y
textos neotestamentarios referentes diríamos en términos de evangeliza-
a nuestro tema. No es posible defi- ción, necesaria la cristianización de
nir con absoluta certeza las mismÍ- las culturas sin destruÍr sus valores
simas palabras de Jesús, aunque el compatibles con el cristianismo. Y
autor las ponga en boca suya, ni las será difícil en el futuro para el

60. Vaticano n, Gaudium et Spes Nos. 56, 57, 58, 59.

Alberto Múnera D. S,J. 211


mismo cristianismo discernir qué parejas humanas han existido siem-
valores de una cultura dada son pre desde el comienzo de la huma-
compatibles con la vivencia de nidad. Pero la institucionalización
nuestra fe y cuáles será necesario de la vida de pareja o las formas
que se reasuman o reinterpreten institucionales de existir las pare-
en clave cristiana. jas en el conglomerado humano
fueron surgiendo de las decisiones
En la actualidad, por ejemplo, libres de esas mismas parejas en el
se presentan graves dificultades de contexto de la socialización hu-
inculturación del cristianismo en las mana.
culturas africanas tradicionalmente
polígamas. Y ¿cómo afrontará el Dicho de otra manera: lo que
cristianismo en el futuro tantos existió desde los comienzos de
elementos de las culturas modernas la humanidad fueron los matrimo-
que apenas se presentan hoy germi- nios "naturales" o la forma "natu-
nalmente pero que ya apuntan a ral" de funcionar las parejas en un
situaciones bien diversas de las que conjunto social dado. No podría-
hasta ahora eran las normales y
mos decir que lo que primero exis-
comunes? Piénsese por ejemplo en
tió fueron matrimonios "religiosos"
las formas culturales del arte, o en
o formas institucionales religiosas
las formas culturales de la sociali-
de vivencia matrimonial.
zación comunitaria, o en las formas
cultqrales generadas por la infor- Otra cosa es que todas las religio-
mática y la cibernética. En lo que nes de la tierra hayan atribuído
atañe a nuestro tema, ¿cómo serán gran importancia a la pareja huma-
las formas culturales futuras de la na y hayan incorporado a la ya exis-
institución matrimonial con las tente forma institucional social de
cuales tendrá que dialogar el desempeñarse las parejas, algunos
cristianismo para continuar vigente ritos o formas religiosas para expre-
inculturado en el mundo del sar el valor del acontecimiento
mañana? natural humano. Abundan los an-
Teniendo en cuenta estos dos tropólogos y los etnólogos en inves-
presupuestos hasta ahora mencio- tigaciones y referencias sobre este
nados, recordemos otros que son de hecho tratando de explicar por qué
vital importancia para interpretar al matrimonio o forma institucional
teológicamente el matrimonio: La de vivencia de las parejas las diver-
institución matrimonial es una reali- sas religiones le han dedicado tan
dad natural. Con ésto se quiere especial interés.
decir que primigeniamente el matri-
monio como institución no es un En términos de cristianismo, y
asunto religioso sino un fenómeno también de judaísmo, podríamos
humano surgido de la naturaleza decir que se atribuye a Dios el ori-
humana misma y de la libre deci- gen de la institución matrimonial
sión de los seres humanos. Las en el texto del Génesis 61 y que, en

61. Gn 1,27 ss.

212 Pareja y Religión


tal sentido, el matrimonio es un Es muy importante destacar,
hecho religioso y de origen religio- como presupuesto para la conside-
so. En realidad la fe cristiana con- ración teológica, que la religión
sidera que toda realidad de este sólo puede institucionalizar con
mundo y toda realidad humana carácter religioso aquello que ya
proviene de Dios como su fuente existe como institución natural y
y principio en razón de la crea- social. Porque no es la religión la
ción 62. Y el texto genesíaco está que origina el fenómeno humano de
explicitando una de esas realidades la pareja, ni la primera instancia
naturales y humanas para atribuírle social que determina su funciona-
específicamente su origen y crea- miento dentro del grupo humano.
ción a Dios. Así no existiera el
texto del Génesis, los cristianos El cristianismo primitivo enfren-
diríamos que la institución matri- ta el hecho del matrimonio con los
monial es obra de Dios, creada por presupuestos mencionados: recono-
Dios y, por tanto, de carácter reli- ce la institución "natural" y su
gioso. valor autónomo, si bien atribuye a
Dios su origen como el de toda rea-
Podemos entonces reconocer los lidad intramundana 63; reconoce· la
siguientes estratos en el hecho insti- institución social y su valor autó-
tucional del matrimonio: la institu- nomo 64 ; y, finalmente, atribuye a la
ción "natural", esto es, las parejas institución matrimonial un sentido
que se desempeñan en un grupo religioso de carácter simbólico, lo
social con reconocimiento espontá- que designamos con el nombre de
neo de las mismas; la institución "sacramento", específico de aque-
social cuando el grupo humano llos que dentro del cristianismo
establece formas institucionales interpretan la realidad en términos
específicas para el reconocimiento de relación directa con la divinidad
y aceptación del desempeño de las según la revelación acaecida en
parejas; la institución religiosa cuan- Jesucristo 65 •
do las parejas asumen los ritos y
formas religiosas establecidos para El cristianismo en sus orígenes
dar sentido religioso a la institución jamás pretendió ser el inventor de la
natural y social. institución matrimonial, ni se creyó

62. Gn 1,1 ss. Jn 1,1 ss. Col 1,15 ss.


63. Dice el Vaticano II en la Constitución Gaudium et Spes No. 48:
"Fundada por el Creador y en posesión de sus propias leyes, la Íntima comunidad
conyugal de vida y amor se establece sobre la alianza de los cónyuges, es decir, sobre
su consentimiento personal e irrevocable".
64. y a continuación ·en el mismo número:
"Así, del acto humano por el cual los esposos se dan y se reciben mutuameme, nace,
aun ante la sociedad, una institución confirmada por la ley divina".
65. El Vaticano 11 en la Constitución Lumen Gentium No. 11 recuerda:
"Finalmente, los cónyuges cristianos, en virtud del sacramento del matrimonio, por
el que significan y participan el misterio de unidad y amor fecundo entre Cristo y la
Iglesia (cf Eph 5,32)".

Alberto Mónera D. S..J. 213


poseedor de competencia jurídica 2.3.2. Aspectos selectos de la insti-
para legislar sobre la institución tucionalización religiosa del
social regida ya por las leyes civiles matrimonio
de cada grupo humano. Ni siquiera
dispuso de ritos especiales para Se suele señalar tres característi-
constituir el matrimonio de los cris- cas de la institución matrimonial
tianos en sacramento. Si San Pablo consideradas esenciales por el cris-
considera que un cónyuge cristiano tianismo: la unicidad, la indisolubi-
puede divorciarse si está casado con lidad y la exclusividad. Con ello se
no-cristiano, para volverse a casar pretende indicar que el cristianis-
con cristiano, supone la existencia mo, en su vertiente católica, se
del divorcio civil que permite tal opone a la poligamia, al divorcio y
trámite 66 : no se trata de legislación al adulterio. Conviene presentar
eclesiástica que sustituya o desco- algunas consideraciones sobre estos
nozca las leyes civiles para el efecto. temas:
y el primer texto cristiano que
encontramos sobre algún trámite de
los cónyuges cristianos para institu- - La monogamia
cionalizar religiosamente su matri-
monio que se supone ya contraído El cristianismo propone el matri-
según las leyes del lugar, se reduce monio único de una pareja consti-
a señalar que el obispo debe ser tuída por un varón y una mujer
enterado de que algún miembro como la forma más adecuada de
de su comunidad se ha casado 67 • institucionalización. Y, en conse-
cuencia, sólo institucionaliza reli-
giosamente esta forma matrimonial.
Con estos presupuestos resulta
mucho más fácil analizar algunos Descarta, por consiguiente, la
aspectos de la institucionalización forma poligámica propia de muchas
religiosa del matrimonio en el cris- culturas, constituída por un varón y
tianismo. varias mujeres, o por una mujer y

66. ICor 7,12 ss.


67. San Ignacio de Antioquía escribía a San Policarpo posiblemente en el año 106,
comienzos del cristianismo:
"Respecto a los que se casan, esposos y esposas, conviene que celebren su enlace con
conocimiento del obispo, a fin de que el casamiento sea conforme al Señor y no por
solo deseo" (A Policarpo, V, 2. RUIZ BUENO, Padres Apostólicos, BAC, Madrid
1950, p. 500).
Interesante notar que habla de esposos y esposas, porque era frecuente el caso de
matrimonio de cristianos ccn no-cristianos.

214 Pareja y Religión


varios varones, forma esta mucho divino y ese mismo amor con dos o
menos común. más mujeres ya no lo puede repre-
sentar? ¿O el amor de una mujer
Los teólogos modernos intentan con un varón sí lo puede represen-
una justificación antropológica de tar y el de una mujer con varios
esta proposición del cristianismo 68 • varones ya no logra tal representa-
y la inculturación del cristianismo ción? Quizás analizando la razón de
en culturas poligámicas se hace, por la exclusividad obtengamos una
razón de la monogamia, extremada- respuesta más consistente.
mente difícil como acontece actual-
mente en varios países del Africa. - La exclusividad

Considero que la razón de esta Con esta característica el cristia-


proposición del cristianismo, si bien nismo afirma que la institución
posee sólidas bases antropológicas, matrimonial excluye cualquier otra
es más bien de orden teológico. La relación de pareja de los cónyuges
comprensión teológica del amor de monogámicos distinta de la estable-
la pareja como la expusimos ante- cida entre ellos. Y considera que
riormente, apunta a una institucio- otra relación será siempre adulterio.
nalización de la relación amorosa de
dos personas. En términos religio- También se proponen razones
sos, como lo hace el cristianismo antroplógicas en la teología moder-
que pretende simbolizar con el na para fundamentar esta proposi-
amor humano el amor divino, la ción 69. Pero igualmente considero
forma institucional más adecuada que la razón definitiva es de orden
sería la monogámica. teológico.

Pero el argumento no es defini- En efecto: si tomamos como pro-


tivo porque la razón última se refie- totipo del amor humano el amor
re propiamente a la exclusividad. divino según nos lo presenta la reve-
En efecto, podría preguntarse: ¿por lación en Jesucristo, descubrimos
qué el amor de un varón con una que la plenitud del hecho consiste
mujer sí puede representar el amor en la entrega total mutua de dos

68. Dice VIDAL, op. cit., pp. 784-785:


"Hoy por hoy la única institución válida en la que se pueden realizar las condiciones
de autenticidad, postuladas por la relación sexual, es el matrimonio. Y el matrimonio
monogámico e indisoluble".
HORTELANO, op. cit., pp. 399-401, explica apoyado en connotados antropólogos
que la poligamia correspondió a situaciones socio-culturales muy específicas pero
que:
"De hecho la poligamia está desapareciendo rápidamente con la democratización de
los pueblos".

69. VIDAL, op. cit., pp. 774-786. HORTELANO, op. cit., pp. 604-611.

Alberto Múnera D. S..J. 215


personas, sin reservar nada para sí mental" resulta violatorio del amor
mismas a excepción de la propia de pareja. Porque manifiesta, en la
identidad que, obviamente, es in- persona en que ocurre, un intento
transferible. Esta totalidad sin reser- de supresión de la exclusividad
vas determina que no quede nada constitutiva del amor de pareja. Así
para entregar a otra persona en la creo que se comprendería la afirma-
misma dimensión, con las mismas ción de Jesucristo sobre este
características. Este sería el amor hech0 7o •
de pareja con la inherente e inevi-
table connotación de la exclusi- - La indisolubilidad
vidad.
Las razones antropológicas para
Las otras formas de amor huma- sustentar la indisolubilidad de la
no ciertamente no están constituí- institución matrimonial aparecen
das por una entrega total en el más frágiles. No por eso dejan de
sentido indicado: ciertos aspectos ser inmensamente importantes: la
de la propia realidad no se comuni- estabilidad de la familia, el bien de
can, no se transfieren, no se partici- los hijos, la organicidad de la socie-
pan, no se entregan. Sean aspectos dad, la preservación de los valores
de la afectividad, o de la corporali- del amor. Creo que nadie puede
dad, o del diario transcurrir, o de sensatamente considerar el divorcio
cualquier índole. Por ejemplo, es como un bien en sí. A lo más se le
evidente que en las otras formas de asumirá como un mecanismo para
amor humano se excluye la partici- intentar resolver algunos serios pro-
pación de la genitalidad. Ese solo blemas de la convivencia humana.
aspecto ya determina una diferencia Pero como institución es de supo-
esencial con el amor de pareja. Y, ner que no será visto por nadie que
precisamente, segun esta interpre- ame, como instancia benéfica del
tación teológica del amor de pareja, amor de pareja sino como amenaza
la entrega total de una persona a la deplorable de su estabilidad.
otra incluye la participación de la
genitalidad por medio de la cual se Teológicamente hablando, el fun-
simboliza la plenitud del amor. damento de la indisolubilidad es el
siguiente: si el amor divino es el
De allí que la relación genital de prototipo del amor humano y si el
un miembro de una pareja con a¡nor humano lo que pretende reli-
alguien diferente a su cónyuge sea giosamente es expresar simbólica-
considerada teológicamente como mente ese amor divino, lógicamente
adulterio, como gravísima violación el amor de una pareja debe ser indi-
del amor que constituye a la pareja. soluble. Porque el amor en Oios
sucede con tal característica. La
Pero para el cristianismo incluso entrega total de las personas en
el que podríamos llamar "adulterio Dios no posee condiciones de nin-

70. Mt 5,28.

216 Pareja y Religión


guna índole; y la totalidad de la obtener, al cual tiende todo amor
entrega excluye también cualquier de pareja.
terminación. Por eso el amor de
pareja como entrega total, plena y Pero supuesto el hecho irrefu-
definitiva de las personas entre sí, table de la ya no existencia de ese
se propone como indisoluble, sin amor, subsiste la pregunta: ¿qué
término. institucionaliza la institución matri-
monial? Y teniendo en cuenta que
Sin embargo la fragilidad humana la institucionalización religiosa
y su inmersión en la temporalidad supone la existencia de la institu-
demuestran que aun los amores más ción "natural" y de la institución
maravillosos de pareja son suscepti- social, ¿qué substrato le resta si ya
bles de dolorosa terminación. no existen ni la una ni la otra?
Ahora bien: como la institución El recurso utilizado actualmente
matrimonial es esencialmente la ins- en la Iglesia Católica para resolver el
titucionalización de ese amor de problema es declarar la nulidad de
pareja, el problema que se plantea institución matrimonial religiosa de
es: ¿qué subsiste como institución la pareja por específicas causales.
matrimonial si su constitutivo esen- Teológicamente pareciera más acor-
cial que es el amor de pareja termi- de con la realidad declarar la cesa-
na, se acaba de hecho? ción del sustrato' esencial para la
institucionalización religiosa como
El manejo jurídico que se ha es la del amor de la pareja.
dado tradicionalmente al problema
ha ubicado la indisolubilidad en el La declaración de nulidad per-
carácter contractual de la institu- mite a los miembros de la anterior
ción. pareja intentar un nuevo amor de
pareja que pueda ser institucionali-
Teológicamente hablando el zado religiosamente.
asunto se ubica en otro plano:
podría decirse que las personas que La razón para haber escogido
constituyen la pareja no han logra- este mecanismo en la Iglesia Cató-
do que su amor represente en pleni- lica son los textos bíblicos que han
tud del amor divino y que han fundamentado una doctrina teoló-
fallado en su intento por cuanto, gico-jurídica sobre una indisolubi-
precisamente, ese amor ha termina- lidad absoluta de la institución
do, se ha deshecho, ha dejado de matrimonial. La exégesis actual
existir cuando debía haber sido per- parece señalar que tales textos, por
durable, permanente, indisoluble. el contrario, fundamentan la exis-
Así la indisolubilidad se propone tencia de excepciones en la preten-
como un ideal que se pretende dida indisolubilidad absoluta71 •

71. HORTELANO en la obra citada presenta una estupenda síntesis de estos estudios
exegéticos y realiza un interesantísimo análisis histórico y teológico de la indisolubili-
dad. Ver pp. 652 a 717.

Alberto Múnera D. SJ. 217


Teológicamente cabe la pregun- algunos particulares que afectan
ta: si el amor de una pareja ter- seriamente a las parejas católicas en
minó, ya no existe; y si en cada uno nuestro medio:
de ellos surge un nuevo amor de
pareja con otras personas inmenso, La legislación concordataria no
maravilloso, estable, también con permite que las parejas hayan insti-
pretensión de indisolubilidad; y si tucionalizado previamente su rela-
este nuevo amor quiere e intenta ción por vía civil. Lo ideal fuera
representar simbólicamente el amor que el sacramento del matrimonio,
divino, ¿por qué tal amor no puede la institucionalización religiosa,
ser institucionalizado social y reli- sucediera suficientemente garanti-
giosamente? La sociedad lo institu- zada la institución matrimonial por
cionaliza por el mecanismo del las formas legales establecidas por la
divorcio. La Iglesia acude al meca- sociedad. Esto facilitaría la estabi-
nismo de las nulidades. ¿Podría lidad religiosa de las parejas.
pensarse otro mecanismo eclesial
más acorde con el planteamiento La insuficiencia de formación y
teológico? vivencia del cristianismo permite
que se proceda a la institucionaliza-
ción religiosa del amor de parejas
2.3.3. Consideraciones sobre pro- sin las características propias de un
blemas concretos de la insti- cristiano y sin garantías suficientes
tucionalización religiosa de un crecimiento en la vivencia
sacramental. No deberían ser admi-
El más grave problema, a mi tidas a la institucionalización sacra-
modo de ver, consiste en el tipo de mental las parejas por el solo hecho
cristianismo propio de nuestro de haber recibido un bautismo en
pueblo. Generalizando se puede la infancia, una confirmación en la
considerar como un cristianismo adolescencia, y poseer un certifi-
hereditario, de índole cultural, muy cado de asistencia a un curso pre-
lejano de un compromiso libre asu- matrimonial.
mido por experiencia religiosa; con
graves características de subdesarro- La ligereza con que se asume el
llo espiritual y doctrinal. frecuentísimo y abundantísimo
adulterio en parejas de cristianos
Muy difícil, por consiguiente, denota una profunda deficiencia en
que los problemas institucionales de lá vida religiosa de las personas y
pareja puedan ser resueltos con significa un nivel inmensamente
clave teológica. Simplemente conti- bajo en la intensidad del amor
núan siendo atendidos en la estruc- humano y de su simbolización reli-
tura jurídica de la Iglesia o se van giosa. La Iglesia primitiva excluía
resolviendo por caminos ajenos de la comunidad a los adúlteros,
totalmente a la religión y a la insti- tal era su aprecio del gran sacra-
tución eclesial. mento del matrimonio. Se podrían
crear mecanismos adecuados para
Supuesto el gran problema gené- combatir intensamente dentro de la
rico anterior, me atrevo a señalar comunidad cristiana esta terrible

218 Pareja y Religión


lacra que destruye el amor de pareja que justifica verdaderamente la ins-
y degrada a las personas que la titución matrimonial.
constituyen con gravísima ofensa
de la parte ultrajada en su amor. Me atrevo a pensar que esta con-
vicción teológica del indudable
Muchas parejas que, por el con- valor sacramental de tales parejas
trario, conviven con un amor mara- es la que ha justificado una práctica
villoso pero que por diversos pastoral extendida desde hace mu-
motivos no han podido legalizar su chos años en la Iglesia y es la de
situación de pareja, soportan un permitirles el acceso a los sacra-
marginamiento y una discrimina- mentos en privado. Creo que no
ción ajenas al espíritu evangélico. sin fundamento teológico muchos
La Iglesia tiene la capacidad jurí- obispos insistieron en el Sínodo
dica para establecer mecanismos sobre familia en la búsqueda de una
que permitan a estas parejas pro- solución evangélica a esta situación
ceder a su institucionalización reli- lamentable de muchas parejas cris-
giosa con mucha mayor razón que tianas en la Iglesia72 • Y las sugeren-
otras sin impedimentos legales- cias de los moralistas que más han
religiosos pero carentes del amor trajinado este tema apuntan en la
fundante de la pareja, única razón misma dirección 73.

72. Documentación a partir del 26 de septiembre de 1980 en L'Osservatore Romano.


73. Dice el Padre Haring:
"La teología pastoral y la práctica ministerial deberán llegar lo más pronto posible a
la conclusión de que las personas que viven en un segundo matrimonio, cuya destruc-
ción sería un desastre, deberían ser admitidos a los sacramentos de la penitencia y de
la eucaristía si ansían sinceramente participar con regularidad en la vida sacramental
de la Iglesia, si viven en buena fe respecto de la nueva situación, si han perdonado el
daño que les fue ocasionado e intentan dar una buena educación a sus hijos"
(HARING, Bernhard, Libertad y Fidelidad en Cristo, 11, Herder, Barcelona 1982,
p. 563).
Y dice HORTELANO:
"Ya en la edad media hubo concilios y pastores, como vimos antes, que extendieron
el concepto de muerte del cónyuge a la esclavitud, la lepra o la ausencia en lejanas y
prolongadas guerras. Y en la misma legislación actual, puede procederse a segundas
nupcias después de un período razonable de ausencia del cónyuge, en que no se tiene
noticias de él y se presupone que ha muerto. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, en
la segunda guerra mundial con motivo de numerosos desaparecidos.
¿No podría extenderse esta condescendencia a los casos de muerte psicológica del
amor entre él y ella, cuando se trata de rupturas definitivas en las que ciertamente no
hay nada que hacer? (Y cita Hortelano a Huizing:)
'El imperativo categórico de Jesús -respecto a la indisolubilidad del matrimonio- no
puede aplicarse como una ley en todos los casos, sino como un ideal que debe expre-
sarse en la proclamación. El mismo nuevo testamento menciona dos excepciones to-
madas de la ancha experiencia de la vida. Desgraciadamente, habría que hacer muchas
excepciones; en muchísimos otros casos habría que aceptar el divorcio y el nuevo
matrimonio, aunque con tristeza, como consecuencias inevitables de la flaqueza

Alberto Múnera D. SJ. 219


Teológicamente cabe la pregun- algunos particulares que afectan
ta: si el amor de una pareja ter- seriamente a las parejas católicas en
minó, ya no existe; y si en cada uno nuestro medio:
de ellos surge un nuevo amor de
pareja con otras personas inmenso; La legislación concordataria no
maravilloso, estable, también con permite que las parejas hayan insti-
pretensión de indisolubilidad; y si tucionalizado previamente su rela-
este nuevo amor quiere e intenta ción por vía civil. Lo ideal fuera
representar simbólicamente el amor que el sacramento del matrimonio,
divino, ¿por qué tal amor no puede la institucionalización religiosa,
ser institucionalizado social y reli- sucediera suficientemente garanti-
giosamente? La sociedad lo institu- zada la institución matrimonial por
cionaliza por el mecanismo del las formas legales establecidas por la
divorcio. La Iglesia acude al meca- sociedad. Esto facilitaría la estabi-
nismo de las nulidades. ¿Podría lidad religiosa de las parejas.
pensarse otro mecanismo eclesial
más acorde con el planteamiento La insuficiencia de formación y
teológico? vivencia del cristianismo permite
que se proceda a la institucionaliza-
ción religiosa del amor de parejas
2.3.3. Consideraciones sobre pro- sin las características propias de un
blemas concretos de la insti- cristiano y sin garantías suficientes
tucionalización religiosa de un crecimiento en la vivencia
sacramental. No deberían ser admi-
El más grave problema, a mi tidas a la institucionalización sacra-
modo de ver, consiste en el tipo de mental las parejas por el solo hecho
cristianismo propio de nuestro de haber recibido un bautismo en
pueblo. Generalizando se puede la infancia, una confirmación en la
considerar como un cristianismo adolescencia, y poseer un certifi-
hereditario, de índole cultural, muy cado de asistencia a un curso pre-
lejano de un compromiso libre asu- matrimonial.
mido por experiencia religiosa; con
graves características de subdesarro- La ligereza con que se asume el
llo espiritual y doctrinal. frecuentísimo y abundantísimo
adulterio en parejas de cristianos
Muy difícil, por consiguiente, denota una profunda deficiencia en
que los problemas institucionales de la vida religiosa de las personas y
pareja puedan ser resueltos con significa un nivel inmensamente
clave teológica. Simplemente conti- bajo en la intensidad del amor
núan siendo atendidos en la estruc- humano y de su simbolización reli-
tura jurídica de la Iglesia o se van giosa. La Iglesia primitiva excluía
resolviendo por caminos ajenos de la comunidad a los adúlteros,
totalmente a la religión y a la insti- tal era su aprecio del gran sacra-
tución eclesial. mento del matrimonio. Se podrían
crear mecanismos adecuados para
Supuesto el gran problema gené- combatir intensamente dentro de la
rico anterior, me atrevo a señalar comunidad cristiana esta terrible

218 Pareja y Religión


lacra que destruye el amor de pareja que justifica verdaderamente la ins-
y degrada a las personas que la titución matrimonial.
constituyen con gravísima ofensa
de la parte ultrajada en su amor. Me atrevo a pensar que esta con-
vicción teológica del indudable
Muchas parejas que, por el con- valor sacramental de tales parejas
trario, conviven con un amor mara- es la que ha justificado una práctica
villoso pero que por diversos pastoral extendida desde hace mu-
motivos no han podido legalizar su chos años en la Iglesia y es la de
situación de pareja, soportan un permitirles el acceso a los sacra-
marginamiento y una discrimina- mentos en privado. Creo que no
ción ajenas al espíritu evangélico. sin fundamento teológico muchos
La Iglesia tiene la capacidad jurí- obispos insistieron en el Sínodo
dica para establecer mecanismos sobre familia en la búsqueda de una
que permitan a estas parejas pro- solución evangélica a esta situación
ceder a su institucionalización reli- lamentable de muchas parejas cris-
giosa con mucha mayor razón que tianas en la Iglesia72 • Y las sugeren-
otras sin impedimentos legales- cias de los moralistas que más han
religiosos pero carentes del amor trajinado este tema apuntan en la
fundante de la pareja, única razón misma dirección 73 •

72. Documentación a partir del 26 de septiembre de 1980 en L'Osservatore Romano.


73. Dice el Padre Hiiring:
"La teología pastoral y la práctica ministerial deberán llegar lo más pronto posible a
la conclusión de que las personas que viven en un segundo matrimonio, cuya destruc-
ción sería un desastre, deberían ser admitidos a los sacramentos de la penitencia y de
la eucaristía si ansían sinceramente participar con regularidad en la vida sacramental
de la Iglesia, si viven en buena fe respecto de la nueva situación, si han perdonado el
daño que les fue ocasionado e intentan dar una buena educación a sus hijos"
(HARING, Bernhard, Libertad y Fidelidad en Cristo, 11, Herder, Barcelona 1982,
p. 563).
Y dice HORTELANO:
"Ya en la edad media hubo concilios y pastores, como vimos antes, que extendieron
el concepto de muerte del cónyuge a la esclavitud, la lepra o la ausencia en lejanas y
prolongadas guerras. Y en la misma legislación actual, puede procederse a segundas
nupcias después de un período razonable de ausencia del cónyuge, en que no se tiene
noticias de él y se presupone que ha muerto. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, en
la segunda guerra mundial con motivo de numerosos desaparecidos.
¿No podría extenderse esta condescendencia a los casos de muerte psicológica del
amor entre él y ella, cuando se trata de rupturas definitivas en las que ciertamente no
hay nada que hacer? (Y cita Hortelano a Huizing:)
'El imperativo categórico de Jesús -respecto a la indisolubilidad del matrimonio- no
puede aplicarse como una ley en todos los casos, sino como un ideal que debe expre-
sarse en la proclamación. El mismo nuevo testamento menciona dos excepciones to-
madas de la ancha experiencia de la vida. Desgraciadamente, habría que hacer muchas
excepciones; en muchísimos otros casos habría que aceptar el divorcio y el nuevo
matrimonio, aunque con tristeza, como consecuencias inevitables de la flaqueza

Alberto Mónera D. S.J. 219


CONCLUSION ble que en nuestros países generó
tanta miseria y tanta marginalidad
La pareja posee un inmenso por la defensa de un postulado
potencial socio-político. Los pro- como fue que la única razón de ser
blemas que afectan a la pareja inci- de la sexualidad era la preservación
den necesariamente en el desarrollo de la especie; y sin recordar la dolo-
de ese potencial. Cuando la religión rosa situación conciencial de tantas
analiza estos problemas y les busca multitudes de parejas que no encon-
una solución adecuada, especial- traron en su amor conyugal sexual
mente cuando son problemas gene- un mecanismo sicológico gratifican-
rados por la misma religión, está te para la armonía y el progreso
contribuyendo a que el potencial común porque el placer estuvo
socio-político de la pareja se acen- excluído religiosamente de la rela-
túe y se aproveche. ción sexual y porque la complemen-
tación sicológica y la plenitud de
De una manera muy genenca realización por la mutua entrega fue
podríamos afirmar que es posible considerado un fin secundario del
que nuestra religión en América matrimonio, tolerado a más no
Latina haya contribuído a ciertas poder.
formas de proceder de la pareja que
corresponden lamentablemente a La interpretación teológica ac-
esquemas sociales y políticos de tual del amor de pareja, de la rela-
opresión y dependencia apoyados ción sexual de la pareja, de la insti-
en ideologías, sistemas y estructuras tucionalización del amor de la
cuya pecaminosidad constitutiva no pareja pretende corregir en lo posi-
se descubrió sino hace muy poco. ble versiones del pasado. Con la
Tal podría decirse de la situación de explícita intención de que nues-
la mujer en la pareja, siempre some- tras parejas en América Latina se
tida al varón; otro tanto podría constituyan en modelo de comu-
afirmarse de la insistencia en excluir nión y participación sobre la base
a la mujer de los medios de produc- de la igualdad de las personas y el
ción, con lo cual su sometimiento respeto mutuo de la propia identi-
económico se hizo más oneroso; sin dad. Como un modelo primario de
hablar de la procreación irresponsa- Iglesia, como Iglesia doméstica.

humana y de la incapacidad para amarse mutuamente, hasta tanto que Cristo llegue a
ser todo en todos' (P. Huizing, Indisolubilidad matrimonial y regulación de la Iglesia:
Concilium 38 (1968) 202.
Esto es más o menos lo que ha practicado la iglesia ortodoxa con su praxis condes-
cendiente. (Y cita Hortelano las Declaraciones de un exponente de la iglesia ortodoxa
ante el concilio, en A. Wenger, Vatican 11, Paris 1966,216-217).
La Iglesia latina debería estudiar seriamente esta 'economía' oriental, para ver las
posibilidades de aplicarla entre nosotros de un modo u otro. El problema apremia y
no podemos dejar sin respuesta a tantos hombres angustiados y de buena voluntad
que vienen a nosotros en busca de orientaciones y de soluciones viables" (HORTE-
LANO, op. cit., pp. 713-714).

220 Pareja y Religión

Вам также может понравиться