Вы находитесь на странице: 1из 17
; | a eee. A NO HAY CONSTITUCION NI LEYES QUE VALGAN LOS RECURSOS DEL ESTADO MEXICANO FRENTE A LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Maaro Atserro VeLAzquez Garcia BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA INSTITUTO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES “ALFONSO VELEZ PLIEGO" BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA, ALFONSO Esparza ORTIZ Recor RENE VALDIVIEZO SANDOVAL ‘Seactaio Gener! Francisco M. VELEZ PUEGO iter del Inset de Ciencia Sociales y Humaridades “Alfonso Ver Pho" ae bens somets a detect [Noé Blanca Beas Coreen y ormacin Jato Bees Porta ins i 2017 ao Ar Vanguard DIG lan Ch Scsy Hamas “An Vang Scents Ud Aaoona de aca A unde ory Mendon 30 Cane ace Coat, ttn eT 22935. SN wowing ISBN: 978.607525-2855, Impey hecho en Mé dco re and ma Mee 4 i iNDICE Intropvcci6 1. FL PODER: 1A RELACION ENTRE 10S MOVIMIENTOS SOCIALES Y EL ESTADO .« a La autonomia esata .. : 19 poder se expande: Michal Foucault 2 Los " 7 “Teenologias del poder de los estados : 30 Le dipstvos de segura etal pr los movimientos: e 32 Las ecnicasdsciplinaias como guerra civil... 37 2. 10S MECANISMoS DE PODER DE LOS ESTADOS A youd uSpez vomrn.0 - at ‘Lizaro Cirdenas, La instcucionalizcion de los mecanismos del poder estatal. a EI Estado consolida sus mecanismos de control Avila Camacho y Miguel Alemsin. 51 ‘Adolfo Ruiz Cortines y Adolfo Lépex Matcos: El poder comienra a desquebrajarse 3 55 Gustavo Diaz Ordaz: La tepresién social como sistema... 59 La renovacin de los mecanismos estatales: Echeverria o al fixcismo. 68 José Lopez Portillo: El Estado se pee buscando un rumbo. 74 3. REGULANDO LAS PROTESTAS, LA DFS Y FL PACTO RIRERERO .. 81 ‘Mecanismos instivucionalizados de control... +--+ 83 Procedimientos administrativs y de gestién de scuerdos... 85 La Direccién Federal de cen la definicién del caso: et Pacto Riberefo 90 Caleulando el riesgo: los liderargos 96 CCalculando el riesgo: la protests y su contenido. 100 6 MARIO ALBERTO VELAZQUEZ, GARCIA Las entrevistas de la prs al Pacto Riberetio = 103 Caleulando el peligro dela provestas ....- ul El peligro de las alianzas para la exrategia esta 13 as lias dpi coms el ato Re 16 El pago de las indemnizaciones . 120 Confer posterior al primer pago de las indemnizaciones. 123 4,108 seRvIC10s DE INTELIGENCIA MEAICANOS . Porfirio Diaz: entendiendo al enemigo y vigilando al La nteligencia mexicana post-revolucionaria. La des-miltarizacin de la politica y el ascenso ‘lara colnet delle Py Mecanismos de operacién de ls servicios de inteligencia, . 144 El cambio hacia el mal y a guerra sucia ; as eéonieas disciplinarias de la Escuela de las Américas... 153 Lavigilancia de la guerrila. Procedimientos y principios .. 160 El camino a a verdad. Fl andlisis de sf mismo para caprurara los ozos. 164 Definicidn del caso: los guertilleros/teroristas desde la perspectiva earl... = 167 Las vulnerabilidades de las guerrillas. Sere WS Calculo del riesgo de ls guerillas. . 178 (Control de riesgo o obimo anular ls guerillas. = 182 Las técnicas para realizar interrogatories . 188 5. APLICACION DE LAS THECNICAS DISCIPLINARIAS. [LAS OPERACIONES CONTRA LA GUERRILLA . 195 Los primeros intentos. La revolucin institucionalizada cenfrenta alos campesinos: Rubén Jaramillo. 199 E1238 ye asalo al Cuartel Madera... So) 202 El conflcro de 1968. El Estado muestra sus limites... 217 E12 de octubre de 1968. La violencia tual del Estado... 215 La guetra sucia La operacin “Amistad” en Guerrero... 221 No hay constiucin ni leyes que valgan. Laps yla Liga 23 de Septiembre +... estilo personal de primi. Luis Echeverria... Las desaparicionesforzadas. La discplina sin fn 241 El tezory la cotrupcidn, La baal del gobiern> de Lpex Portillo ala guerilla 246 CONCLUGIONED. consssvs ceases eesesees cvscastacs 249 imiocearia. 257 INTRODUCCION ‘Confiaremos en la mala memoria de la gente, ordenaremos los Fests, perdonaremos a los sobrevivientes, dlaremos libertad a los encarcelados, seremos generosos, magninimos y pprudentes. [Nos han metido las ideas exSticas ‘como una lavativa, pero inseauramos la paz, ‘consolidamos las insttuciones; los comerciantes estin con nosotros, los banqueros, los politicos aurénti- las colegios particulares, las personas respetabes. Hemos destruido la conjura, aumentamos nuestro poder: ya no nos cxeremos de la cama porque tendremos dulees suetios. Jaime Sabines, Tlatelolco 68 La persecucién del estado mexicano contra los grupos que de- cidieron tomer las armas fue dura, implacable y con resultados terribles. Esta historia puede resumirse con el testimonio de Gus- tavo Adolfo Hirales Moran, un sobreviviente alos interrogatorios y las toreuras de la Direcci6n Federal de Seguridad: (las palabras resaltadas son del original): a finiles de noviembre © principios de diciembre de mil novesientos setenta y es, se_presentd MIGUEL NAZAR ‘ano, para amenazatlo, dicéndole que dijera a sus com- 1, EL PODER: LA RELACION ENTRE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES ¥ EL ESTADO En la segunda mitad del siglo xx el Estado se convirtié en una variable central como elemento explicativo del desarrollo de los movimientos sociales en México (Warman, 1976; Cérdova, 1972; Reyna y Miquet, 1976; Torres, 1991; Muro, 1994; entre otros). Este interés por el Estado fue acompariado de una tevalo- racién respecto a los efectos y roles desempeftados por las distin- ‘as protestas sociales en la sociedad mexicana, Las protestas que tenfan objetivos no politices (relaciones hombre-mujer, medio ambiente, prohibicién de armas nucleares, etcétera), habfan sido sub.valoradas en sus aleances,téticas y efectos en el cuerpo social (Lamas, 1997); también se reconsideraron sus efectos politicos, cconémicos y culturales como el papel desempefiado por los mo- vimientos sociales en la democratizacién del pais y la conforma: cidn dela sociedad civil fue esaltado (Villalobos, 1996; Olvera, 1999). En el mismo sentido, se comenz6 a cuestionat cudles eran las principales formas de interaccién del Estado ante las protestas y los distintos grupos que componen la sociedad (Tanaka, 2004). ‘Al tener la mayorfa de las protestas politicas su principal recurso cea el uso de ciertos recursos de confrontacién (huelgas, marchas, formacién de partidos y guerrillas), se produjo una sobre estima- ‘on analitica de la represin como la principal respuesta estatal ante las protests sociales, dejando de lado el andlisis de las expe- riencia de aquellas acciones colectivas no-politicas (movimientos feministas, ambientales) que operaron con esquemas de coopera cién o intervenci6n directa en programas gubernamentales (Pe- tuas y Veltemeyer, 2011). En los estuios sobre ls movimientos de México y América Latina, durante una buena parte del siglo xx las posturas de ori- 8 MARIO ALBERTO VELAZQUEZ GARCIA igen marxista tuvieron un fuerte predominio, En este modelo ex plicativo, las relaciones entre los actores en conflicto estaban de- finidas principalmente por su rol en el proceso de produccién de mercanclas, es decir, las clases sociales (Zermefio, 1996). La falta de una teorfa maraista sobre el Estado y el papel de los llamados “nuevos movimientos sociales’ en las sociedades, gencralizaron el uso de tres supuestos: 1) la subordinacién del aparato estatal alos intereses de las clases duefias de los medios de produccién. Toda accién del Estado ante una protesta social era pre-juzgada como tun intento por controlar a las organizaciones obreras © campesinas. 2) la enajenacién como uno de los objetivos centrales del aparato ideolégico estatal (Alonso, 1982). Fl Estado y los llamados “poderes emergentes” (los medios de co- ‘municacién) tenfan un pape! central en la conformactén de marcos ideolégicos que ocultaban, distorsionaban w comitian la toma de conciencia sobre las formas de explo- tacién y control. 3) las clases trabajadoras, y en menor medida los campesi- nos, eran los tinicos agentes de un posible cambio revo- lucionario. Las causas y las protestas de otros grupos eran clasificadas como pequefio burguesas (Slater, 1994; Ga- rretén, 1989; Frank and Fuentes, 1987; Zapata, 2001; Castoriadis, 1987) En el caso de México, el renovado interés por analizar el Estado se contextualiza dentro de ls serie de coyunturas politicas, eco- némicas ¢ incluso de sezuridad de las iltimas tres décadas que hhan hecho necesaria una revisién sobre distintos aspectos de esta institucién-organizacién social. Asimismo, se requicre un andlisis de las distintas crisis ccendmicas y politicas; y la posibilidad de que pudieran producirse levantamientos sociales e incluso arma- dos; por ejemplo, el Bjército Zapatista de Liberacién Nacional Adicionalmente, el crecimiento en México de las cifras de secuestro, homicidios, rcbos, as{ como la presencia de bandas de- Tictivas ha Hlevado a cuessionar si el Estado mexicano ha perdido NO HAY CONSTITUCION NI LEVES QUE VALGAN 19 su viabilidad frente al creciente poder militar y territorial de los ‘grupos del narcotrifico. Al respecto, podemos mencionar los tra- bajos de Tilly (1985) y Wennmann (2013). Una tercera via de cuestionamiento al funcionamiento estatal lo produjo el cre ‘miento de organizaciones internacionales y protestas colectivas ‘que trascienden un territorio nacional gracias al uso de los nuevos medios de comunicacién y la aparicién de instancias legales, po- Iiticas y econémicas internacionales. ‘Todo esto ha transforma- do —y en muchas ocasiones limitado~ las posibilidades y formas de respuesta de los estados ante protestas y organizaciones con proyectos sociales alternativos (Stepan, 1985; Arteaga y Bracher, 20113 y Velézquer, 2012). En conjunto, estos retos para el funcionamienco del Estado, mexicano -y en general, de los estados dentro del contexto glo- bbal- generaron nuevas investigaciones que buscaban explicar los mecanismos que daban cimiento al orden social generado desde Ja Revolucién hasta finales del siglo xx (Favela, 2006; Bracher- Marquez, 2001; Rodriguez, 2009; Cornelius, Craig y Fox, 1994; yy Joseph y Nugent, 1994) Como podemos ver, el Estado ha tenido un papel funda- mental en las explicaciones analiticas sobre el desarrollo de este tipo de acciones colectivas en las éilkimas décadas, sin embargo, cl surgimiento de nuevos actores, las cambiantes coyunturas poli- ticas, econémicas y culturales, asi como la transformacién en los ‘medios y objetivos de las protestas sociales han hecho importante encontrar nuevas perspectivas para analizar estos fendamenos. LA AUTONOM{A ESTATAL Laiidea de reconsiderar el papel del Estado para entender los mo= vimientos sociales se sustenta, en gran parte, en una revisién de los planteamientos weberianos sobre los elementos que confor- ‘man a dicha organizacién social (Weber, 1922: Skocpol, 1985) Desde esta perspectiva, el Fstado puede ser pensado n9 s6lo como una especie de drbitro neutral o la organizacién que mono- polizaba el uso de la fuerza, sino también como un sistema que 2 MARIO ALBERTO VELAZQUEZ GARCIA contiene elementos organizacionales, administrativos, juridicos, recaudatorios y coercitivos. Esto le otorga capacidades y recursos aque le permiten y le requieren desarrollar una auronomia en su funcionamiento frente a otros grupos. La llamada “auronomia estaal” significa entonces que este ente organizativo controla un territorio y un grupo de personas sobre las que puede ejercer una serie de controles y plantear di- recttices. Esto es posible gracias a los elementos organizacionales con los que cuenta (Skocpol, 1985). El Estado tiene entre sus metas principales su propia conser- vacién y el desarrollo de sus recursos humanos y de otros tipos. La existencia de estas metas centrales permite plantear al Estado como un agente con inteteses distntos, propios alos de una clase fo sector particular de a sociedad. El Estado no es Ginicamente un escenario dela lucha entre grupos 0 dlites (Skocpol, 1985). Esto resulta fundamental para el estudio de los movimientos sociales, donde los lazos causales entse intereses de élite y accidn estatal, ‘eran generalmente dados como un hecho (Zermefio, 1997; Har- ‘yey, 1990; Montemayor, 2010). La postira de Ia anranoméa es- tatal, al considerar éste un ente organizacional compuesto por distintos grupos, cada uno con capacidades ¢ intereses no siempre coincidentes, permite reconocer las diferencias que presentan los cestados, o cl mismo Estado en distintas épocas, en su respuesta (grados de auonomfa, capacidades y medios), para enfrentar las ‘oposiciones politicas. En México gencralmente se asumia que la formas de accién’™ més significativas del Estado hacia las protestas eran: 1) la represidn o la cooptacién en cualquiera de sus moda- lidades © niveles (Krain, 2000); 2) laaplicacin de marcos legals que permiten o limitan la protesta (Velizquers 2010); 3) las divisiones o peleas entre las éites gubermamentales que pucten constituir un signo de debilidad, es decir, un mensaje de oportunidad (Brennan, 1995); NO HAY CONSTTTUCION NI LEVES QUE VALGAN 21 4) Ia participacién del gobierno en confictos bélicas con otros paises que pueden generar una crisis financiera, mi- litar © de imagen al interior (McAdam, 1999); 5) reformas politicas o de politicas piblicas que pueda fluir en las posibilidades de movilizacién (Tatrow, 1997 Zapata, 1993; McAdam, 1999); y 6) Ia ideologia o distintos tipos de propaganda (Itzigsohn, 2006). Los andlisis desde Ia autonomia estatal no representan un nue vo ejercicio de mitificacién del Estado como un poder omnipre- sente. Todo lo contrario, uno de los supuestos de este tipo de studios es que el Estado es una organizacién que se encuentra inmersa en un ambiente competitivo donde existen otros estados uw organizaciones que tienen objetivos parecidos, organismos in- ternacionales otros grupos mis especificos (asociaciones civiles, ‘empresarials, cligiosas, ewétera), Esto quiere decir que el Estado es una organizacién que rivaliza con otras por el control de los recursos, incluso en lo relativo a la direccién de la poblacién y rerriwriv. Enel Gs de lus movimientos sociales, esta postura resulta fundamental, si consideramos la conformacién de una protesta social, pero también si buscamos reflexionar respecto a Ia posible respuesta estatal, la que puede ir acompafiada o desen- cadenar la intervencidn de otros agentes sociales: estados-naciéa. cexternos al del conflicto, seetores sociales, organizaciones inter- nacionales,etcétera. Por ejemplo, en la respuesta de los gobiernos latinoamericanos contra distintas guerrillas fue la partieipacién del gobierno y el ejército norteamericano en la clefinicién de las estrategiasestatales ‘Otro elemento a tomar en cuenta para la canformacién de la auronomia estatal ¢s la existencia de una serie de directrices generales, ideol6gicas y politicas con las cuales se busca gobernar ‘un territorio y poblacidn (Foucault, 2004). Estos elementos insti- ‘ucionales buscan ininterrumpidamente y de diferentes maneras propiciar y mantener cierto margen de establidad, paz y orden social dentro de su tertitorio bajo un proyecto politico/ideol6- gico general (Della Porta, 1999). Por consecuercia, la lbgica de 2 MARIO ALBERTO VELAZQUEZ, GARCIA inervencién del Estado ante una protesta va més alld de acciones cextraordinarias y significa la presencia de instrumentos cotidia- rnos que construyen y mantienen narrativas, imagenes, discursos c historias que confieran sentido y naturalidad a Ia accién estatal sobre un grupo de personas dentro de un territorio determinado (Foucault, 2004). La legitimidad estatal cs una prictica ininte- srumpida fundamental en toda explicacién inspirada en Weber. En otras palabras, los estados utilizan la cooptacién, la negocia- cién y la violencia para rlacionarse con los movimientos sociales, pero también sus estructuras més cotidianas como las politicas ppblica, las leyeso los discursos. EL presente libro busca continuar este andlisis sobre los ins- trumentos estatales que definimos como estratégicos, diversifica- dos y con miitiples propésitos: estratégicos, porque el Estado va generando adecuaciones legales o de operacién en sus distintas agencias a partir de lo sucedido en cada protest; diverifcadas porque los tipos de instrumentos y dependencias involucradas son distintos, dependiendo de cada caso y del desarrollo de cada protesta en particular, y con muiltples propésitos, porque no s6lo busca el control de la movilizacion social, sino reforzar los con- roles federales sobre los grupos politicos estaales. En este sen- ‘ido, este trabajo busca presentar una imagen diferente del viejo tema del Estado y los movimientos sociales en México, tratando de entender esta relacién desde la perspectiva estatal a partir de 1a propuesta tedrica del bio-poder de Michael Foucault (2004), EL PODER SE EXPANDE: MICHAEL FOUCAULT ‘Si Weber fue el mas importante analista del poder en la primera mitad del siglo xx, Foucault lo fue para la segunda mitad. A di- ferencia de Hobbes y de Weber, para quienes el tema del poder tenia como foco central el “quién’ lo ejerce, Foucault planteaba la pregunta central: Cémo se eerce el poder, es decir, mediante qué tecnologias y procedimientos; yésta lo Hevaba a las siguiente

Вам также может понравиться