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LOS PROCESOS DE APROPIACIÓN TERRITORIAL PRODUCTIVA EN EL CONTEXTO DE

LA ECONOMÍA YERBATERA: EL TERRITORIO NACIONAL DE MISIONES (1900-1950) 2


INTRODUCCIÓN 2
LEGISLACIÓN NACIONAL Y PROVINCIAL PARA LA ADMINISTRACIÓN DE TIERRAS FISCALES HASTA 1980 3
LA OCUPACIÓN EN EL TERRITORIO DE MISIONES (1860-1908) 5
Las colonias fundadas entre 1876 –1908 6
La ocupación del territorio entre 1900-1930 10
CONCLUSIONES 18

1
LOS PROCESOS DE APROPIACIÓN TERRITORIAL PRODUCTIVA EN EL CONTEXTO DE
LA ECONOMÍA YERBATERA: EL TERRITORIO NACIONAL DE MISIONES (1900-1950)

ADRIÁN G. ZARRILLI*

INTRODUCCIÓN

El objetivo central del trabajo es presentar un análisis del modo


de colonización productiva que en el marco de la economía yerbatera, se
llevó a cabo en el Territorio Nacional de Misiones durante la primer mitad del siglo XX. Un proceso que
generó explotaciones familiares con escaso capital y precarias condiciones de explotación, así como un
sistema de plantación a gran escala, que requería significativas inversiones de capital y absorción de
mano de obra. La competencia entre ambos modelos, el rol del Estado nacional y de los grandes capitales
vinculados a la industria yerbatera, son los ejes de análisis sustanciales de este trabajo

En el caso del Nordeste Argentino, su ocupación, transformación y destinos económicos se fueron


definiendo en la medida que se desarrolló un esquema de relaciones con el resto del país, y especialmente
con la Pampa húmeda, esquema que en su momento favoreció el desarrollo de la región, para luego de
1950 entrar en un período de estancamiento, y migración rural –urbano Posteriormente intentando una
diversificación de las producciones locales. La forma que adquirió esa ocupación del espacio geográfico
fue el resultado histórico de la interacción de factores humanos y naturales.

El Estado Argentino desde su consolidación como nación impulsaría la colonización de las tierras fiscales
con distintas leyes que favorecieran su ocupación primordialmente por agricultores europeos. Reglando la
tenencia, la superficie y las formas de adjudicación. Esta política nacional de distribución de tierras
influirá en la definición de tres sectores agropecuarios en el NE dicho territorio, a lo largo del siglo XX.

a. la agricultura , que luego de la crisis forestal, fijó la nueva dirección del Chaco con el algodón y
posteriormente con la diversificación de cultivos. En Misiones con la yerba mate, el tung, el té, el tabaco;

b. el desarrollo de la ganadería que acompañó y sucedió a la explotación forestal, y que en Chaco se tornó
preeminente desde fines de 1940, aún cuando el ganado no gozara de la calidad del de la Pampa húmeda,
y

*
Pertenencia institucional: CONICET-UNQ-UNLP. (1876). E-mail: azarrilli@unq.edu.ar .

2
c. la explotación forestal, que se practicó con distinta intensidad en todo el área, delimitando la ocupación
del este y oeste árido chaqueño y Misiones a fines del XIX y primeras décadas del XX. Pasando luego por
un periodo de estancamiento y volver a surgir en el ´70 con las actividades de reforestación en Misiones.

Estos tres grandes procesos se han apoyado en estructuras fundiarias diferentes en razón de las
particularidades de cada una de las provincias. Particularidades que se deben a la propia geografía,1 que
privilegian o excluyen ciertos cultivos y/o cría de animales, y por otra parte, a factores históricos que han
determinado tenencia y dimensiones de las unidades productivas para las diferentes actividades
agropecuarias.

Las soluciones económicas entre geografía y unidades fundiarias no necesariamente han revestido un
acoplamiento perfecto en cuanto a la obtención de una rentabilidad para su reproducción, o futuras
ampliaciones. Ese desajuste entre uno y otro es lo que dicta si el tamaño del fundo resulta antieconómico
para determinados usos del suelo, y aún si permite, o no, la subsistencia de quienes lo usufructúan.

Tampoco se dio el acoplamiento entre las leyes dictadas respecto a la ocupación y las dimensiones de
tierras en los Territorios Nacionales, y lo que la realidad de la región imponía. De modo que la marcha de
las leyes, y la consecuente adjudicación de tierras fue detrás de lo que los hombres podían concretar en
territorios tan lejanos,

LEGISLACIÓN NACIONAL Y PROVINCIAL PARA LA ADMINISTRACIÓN DE TIERRAS FISCALES HASTA 1980

Hasta la promulgación de la ley 817 de Inmigración y Colonización en 1876, el Gobierno Nacional


careció de un cuerpo legal que definiera las características de la administración de las tierras públicas, por
lo que la acciones en este sentido se referían a otorgar tierras en concesión y el dictado de leyes
provisorias.2

Con la conformación del Estado, y finalizada la guerra con el Paraguay, el gobierno toma la decisión
política de ocupar las tierras fiscales de que disponía o pudiera disponer por sesión de las mismas
provincias, ello se implementó a través de la ley 817. El principio de ésta estaba dirigido a poblar los
territorios nacionales mediante la inmigración europea facilitando la instalación del colono como
productor agrícola.3

1
Al decir geografía estamos señalando las características edáficas, climáticas del territorio
2
Schaller, Enrique. La colonización en el Territorio Nacional del Chaco en el período 1869-1921. Resistencia : Instituto de
Investigaciones Geohistóricas-Conicet-Fundanord, 1986.p 10
3
La región del NE no se trataba de un espacio vacío, por el contrario siempre se caracterizó por asentamientos periféricos,
reducciones misioneras de indígenas, líneas de fortines y por la misma población indígena que aún hoy vive en esa zona , pero
desplazada hacia tierras más occidentales en el caso del Chaco, y hacia la selva en Misiones.

3
Este instrumento fijaba detalladamente el trazado de las futuras colonias, la administración de las mismas,
las condiciones de adjudicación, y autorizaba sistemas de colonización por empresas particulares.

Es así que zonas con distintas características geográficas, históricas y sociales fueron regladas del mismo
modo sin contemplar si tales resoluciones eran acordes al sostenimiento de las familias que a ellas
llegaban, y con un total desconocimiento de las características productivas de las tierras que se ofertarían
a través de las distintas modalidades de adjudicación. Este conjunto de factores diseñarían respuestas
fundiarias diferentes en las provincias de la región NE. Las razones de su dictado no sólo se debían a la
necesidad de poblar los “espacios vacíos” e integrarlo al conjunto del territorio nacional, sino también a
los conflictos que se sucedían con los países limítrofes.

En la práctica las dificultades que se produjeron en su aplicación causó el desprestigio del sistema de
colonización por el estado, y su abandono a manos de particulares a través de concesiones de tierras,
según contemplaba la misma ley.

El desconocimiento de las dimensiones y ubicación de las tierras que poseía el Gobierno Nacional, el
deseo de ocuparlas rápidamente, la presión de intereses particulares, la falta de protección del colono, de
vías de comunicación, la falta de personal y de presupuesto así como a la sanción de una profusa
legislación con objetivos distintos, y que trataban de reparar acciones erradas por el mismo gobierno,
fueron factores que impulsaron a esta renuncia paulatina del estado como promotor de los asentamientos.

De modo que, entre 1880 y 1885, se dictaron entre otras, la ley Nº 1265 de venta en remate (1882). La ley
Nº1552 de derechos posesorios (1884), la Nº 1628 de premios en tierras (1885) y leyes especiales que
beneficiaron a los militares que habían participado en las campañas contra el indio. Desafortunadamente,
la ley Nº 817 también fracasó en la parte referente a la colonización por intermedio de empresas privadas.
Las cláusulas de los contratos casi nunca se cumplían en lo atinente a las mensuras y subdivisiones que se
le exigían, así como el número de familias a introducir en término, y la posterior adjudicación de tierras a
estos colonos, más las herramientas, animales y vivienda que le debían de proveer en los primeros años.

En consecuencia, hacia 1890 se había perdido el significado de la ley Nº 817. El otorgamiento desmedido
de concesiones y la especulación de tierras acabaron con los fines de una legislación tendiente a una
ocupación más racional de los territorios. Esta política dejó una pesada herencia porque grandes
superficies pasaron a manos privadas sin ningún beneficio para el poblamiento y crecimiento de las
regiones a las que la política colonizadora se había dirigido.

Recién en el año 1903, con la sanción de la Ley General de Tierras (Nº 4167), existirá nuevamente un
proyecto colonizador oficial. La misma se ocupaba del traspaso a manos privadas de las tierras públicas,
pero con más limitaciones que la anterior en cuanto a las superficies que se podían adquirir, pero en su
aplicación resultó de enorme beneficio para la colonización. Ley que regirá hasta 1950.

4
En 1908 la Ley Nº 5559 de Fomento de los Territorios Nacionales o de los Ferrocarriles Económicos
también tendrá efectos sobre la colonización. Si bien no fomentó directamente la radicación de colonos
reservó para el estado extensiones significativas de tierras para futuras colonias.

En 1940 se dicta la ley Nacional de colonización Nº 12.636 por la que se crea el Consejo Agrario
Nacional, con el objetivo de llevar a cabo tareas de colonización basadas en la adquisición de tierras
privadas. Pero su vida fue efímera, la falta de fondos, y las retiradas intervenciones ocasionaron su
subordinación al Banco de la Nación, y su posterior eliminación por el gobierno de facto de 1976, bajo el
argumento que la colonización era tarea de las provincias.4 Durante el período que va de 1947 a 1960 la
colonización fue nula para Chaco y Misiones, y la única tarea del Instituto de colonización consistió
básicamente en la legalización de ocupaciones y la entrega de títulos de propiedad.

La década de 1950 verá transformarse en provincias a los hasta entonces Territorio Nacional de Misiones
(1953). De esta manera la nueva provincia dio inicio a su organización. Un aspecto inédito dentro de la
nueva Constitución provincial que se es el concepto de unidad económica: la tierra debía ser subdividida
en la consideración de que cada predio debía constituir una superficie suficiente que por su calidad de
tierra, ubicación, mejoras y demás condiciones de explotación, trabajada por una familia agraria en forma
racional, que aportase la mayor parte del trabajo necesario, permitiera subvenir a sus necesidades y a una
evolución favorable de la empresa. La ley fijaría la superficie de esos lotes. En Misiones las tierras
fiscales se habían agotado en la década del 30, por lo que las tierras públicas disponibles se referían a las
reservas naturales, o aquellas que se pudiera expropiar. Por lo cual la colonización, será llevada a cabo
también por particulares. La expansión de la frontera agropecuaria se dará sobre las tierras privadas y
oficiales en forma conjunta a partir de 1920 5

LA OCUPACIÓN EN EL TERRITORIO DE MISIONES (1860-1908)

En Misiones, con la expulsión de los jesuitas en 1768, se entra en un largo período de despoblamiento y
desarticulación económica y social de las comunidades aborígenes guaraníes, al que suceden las luchas
del movimiento emancipador americanos y las tensiones de frontera con Brasil y Paraguay, en las que se
intentaba consolidar el dominio de aquel territorio.

4
León, Carlos y Rossi, Carlos a Investigación Aportes para la historia de las instituciones agrarias de la Argentina (II) El
Consejo Agrario Nacional . Revista Realidad Económica Número 198 - 16 de agosto - 20 de septiembre 2003
5
Bolsi, Alfredo. Misiones , una aproximación geográfica al problema de la yerba mate y sus efectos en la ocupación del
espacio y el poblamiento. UNNE. Fac de Humanidades. IIGHI. En Folia histórica del NE. Resistencia.1987 p.14

5
Luego de esa fecha y hasta la resolución del conflicto con Paraguay, Misiones se caracterizó por una
población espontánea - por lo general correntinos y brasileños que lentamente fueron ocupando las costas
del Uruguay y del Paraná -, que vivía de la incipiente explotación yerbatera y forestal.

Consolidada la paz, luego de 1870, la actividad yerbatera y forestal reciben un fuerte impulso, más que
por una política activa del estado, por la afluencia de población de países y provincias vecinas. Esta
situación de expansión económica exacerbó los desacuerdos entre el Gobierno Nacional y el de
Corrientes - ambos en disputa por la tenencia de las tierras misioneras -, de modo que Corrientes se
apresuró a la radicación de algunas centros agrícolas, señalando para ello a los pueblos de Santa Ana, San
Carlos, San Alonso, Garruchos, Concepción, San Javier, Apóstoles, Mártires, Candelaria, Corpus y San
José. Lamentablemente, la escasez de recursos impidió su desarrollo, el que –al par que contribuir al
progreso de la zona-, le hubiera proporcionado a la provincia un argumento para retener a Misiones6 .

En 1881 se federaliza Misiones, con lo que concluye el conflicto con Corrientes al costo de disponer sólo
una parte muy reducida de su superficie para colonizar, ya que las autoridades correntinas vendieron gran
parte del territorio ante esta decisión del Gobierno Central.

Las colonias fundadas entre 1876 –1908

En este período, la política oficial de poblamiento, y adjudicación de tierras contribuyó a sentar las bases
de la ocupación efectiva del territorio nacional. El surgimiento de colonias oficiales y privadas en
Misiones atrajo a un núcleo de población estable. Esta ocupación tuvo características diferentes en una y
otra provincia. En casos como el del Chaco, la acción de fomento fue acompañada por una adjudicación
dispendiosa de laç propiedad, lo que sumado a las sucesivas disposiciones sobre tierras contribuyeron a
enajenar grandes extensiones. Esta situación no surgió en la provincia misionera, ya que se partió de un
territorio prácticamente enajenado, en el que le quedaba al estado sólo una pequeña porción para sus
planes.

3.1.1. La ley nacional 817 “De Inmigración y colonización” 1876.

Esta disposición, conocida también como ley Avellaneda, planteaba los términos de quiénes iban a
llevarla a cabo, tres colonizaciones:

- la efectuada por el estado en forma directa en sus tierras fiscales o cedidas por las provincias;

- la emprendida por las propias provincias;

6
Cárcano. Miguel A., “Evolución de la tierra pública 1810-1916”. Eudeba 1972 p. 340

6
- la promovida por los particulares, compañías o empresas que lo solicitaran, en tierras mensuradas y
dividas por el estado, o en lugares no explorados

El estado se lanzó decididamente a la colonización directa, pero los gastos de mensura no tuvieron el
recupero esperado con las colonias oficiales creadas. Esa mensura en muchas ocasiones estuvo mal
realizada, y dio motivo a conflictos entre particulares que debían ser solucionados por el Estado el mismo
que los había generado. Estas cuestiones provocarían que la administración de las tierras públicas ocupase
su tiempo dirimiendo las situaciones creadas entre particulares y entre particulares y el estado, y que se
alejara de la colonización en forma directa en favor de un sistema de poblamiento a través de concesiones
particulares. La ley Nº 817 instruía cómo se llevarían a cabo las mensuras y la subdivisión de los campos
aptos para la colonización, siendo la unidad a entregar a los colonos de 100 hectáreas 7 susceptibles de ser
dividida en medios y cuartos lotes que serían enajenados por el estado según lo disponía dicha la ley. La
división de lotes en damero, siguiendo el modelo de colonización de la pampa húmeda, no fue la solución
más conveniente para superficies como la misionera con extensiones boscosas y sierras, o en el Chaco,
con bañados, bajos y bosques. La ley regía para todas la tierras públicas de la Nación, sin discriminación
por zonas geográficas más o menos aptas para la producción, y bajo el supuesto que la superficie que se
entregaba era 100% productiva, aunque el espíritu de la ley contemplaba que así fuese.

También fijaba las condiciones en que se debían otorgar las tierras a colonizar, sea por el Estado o por
particulares. Si era el estado quien adjudicaba, a los primeros colones se le concedía gratuitamente y
como máximo un lote de 100 hectáreas por familia. Este beneficio se hacía extensivo a pobladores
residentes antes de la mensura y, si se trataba de un jefe de familia, tenía el derecho de acceder a 3 lotes
(300 ha). Los restantes lotes de la sección serían vendidos o subastados, pudiendo subdividirse en medios
y cuartos, y no pudiendo acceder a más de 4 lotes (400 ha ) un solo individuo.

Las tierras que no eran solicitadas para la colonización, o la reducción de indígenas podían ser arrendadas
para la cría de ganado (tierras pastoriles) hasta un máximo de 10.000 ha. En el caso de que una empresa
solicitara tierras para colonizar se planteaban dos situaciones:

a. aquellas ya mensuradas por el estado en cuyo caso debería cumplir con las siguientes cláusulas:
sujetarse a la mensura y subdivisión prescripta por la ley, establecer 140 familias agrícolas en el término
de 2 años, donar o vender a cada familia un terreno de 50 ha a lo menos.

b. En el caso de tratarse de tierras no mensuradas, se entregaban bajo la condición de mensurarla y


dividirla según lo establecido por la ley. El área concesionada no podía ser mayor de 2 secciones (80.000
ha) y estaba obligado a introducir cuando menos 250 familias en el término de 4 años.

7
Estas unidades resultaban de la división de los Territorios Nacionales en secciones cuadradas de 20 km de lado. Cada sección
se subdividía a su vez en 400 lotes de 100 ha cada uno, de los cuales se destinan 320 a la colonización y el resto para los
pueblos

7
Por lo tanto, el beneficiario de una concesión asumía obligaciones semejantes a las del gobierno nacional,
pero dado que las utilidades de esta inversión se evidenciaban a largo plazo, las posibilidades de
rentabilidad más inmediata se encontraban en la explotación del bosque, la cría de ganado, la caña de
azúcar o la mera especulación con el valor de las tierras adjudicadas. Observamos que esta legislación
promovía la entrega de una unidad económica de 100 ha por familia. Se podía lotear hasta 25 ha, pero una
familia también podía acceder hasta 400 ha.

En el período inmediato a la ley Avellaneda se fundaron en Misiones, entre 1877 y 1894, 9 colonias,
como forma de garantizar la integridad territorial. El sentido de la federalización en 1881 era poder
solucionar el conflicto con Brasil y para ello debía pasar Misiones a poder de la Nación. (Figura 1)

Como ya se dijo, Corrientes vendió las tierras misioneras. Prácticamente toda la superficie -2.100.000 ha-,
pasó a manos de 29 compradores (empresas nacionales y extranjeras) en fracciones que iban de 10.000 ha
a 600.000 ha. El gobierno nacional, valiéndose de la propia reglamentación de la ley de ventas de
Corrientes, que exigía a los adquirentes efectuar las mensuras en un plazo no mayor de 10 años, logró
recuperar aproximadamente 220.000 ha, por incumplimiento, en 1895. La colonización se dio entonces en
estas tierras y en los intersticios dejados por las grandes ventas, en la zona centro y sur, en la cresta de la
sierra, partes que no eran aptas para los cultivos, y alejadas de los medios de transporte fluvial.

En algunos casos el gobierno misionero procedió a revitalizar los pueblos o colonias que ya habían sido
fundadas con anterioridad, y en otros casos se realizaron ensanches u ordenamientos de las colonias.
(Figura 2)

8
Cuadro 1. Colonias creadas en Misiones entre 1877-1927
NOMBRE Superficie(has.) Año
San Ignácio 100 1877
Concepción 175 1877
Corpus 200 1877
San Javier 326 1877
San José 207 1877
Candelaria 400 1883
Sta. Ana 400 1883
Cerro Cora 181 1883
Bompland 107 1894
Apóstoles 200 1898
San Pedro 410 1899
Azara 400 1900
San Ignacio (nuevo) 100 1907
Barrancón (incluye 2.500 1921
Chacras)
Leandro Alem 4 1926
Profundidad 38 1926
Oberá 50 1927
Olegario V. Andrade 50 1927

Hasta la década de 1880 la inmigración fue principalmente espontánea y proveniente de Paraguay, Brasil
y Corrientes. En la década siguiente hubo gran afluencia de brasileros y europeos. A ello contribuyó no
sólo la política oficial, sino: la revolución federalista en Río Grande; la ocupación del espacio en
Corrientes por la producción ganadera, y las condiciones socioeconómicas imperantes en Paraguay, que
darían lugar a una migración intensa entre 1888 y 1895, que triplicó la población de Misiones, y
consolidó los centros urbanos de Posadas y Concepción así como le dio el primer paisaje agrícola a la
cresta de la sierra .

Este movimiento espontáneo fue acompañado de la crisis de la actividad extractiva de los yerbatales
naturales que llevó a la domesticación de la yerba mate. La superficie actual de Misiones es 2.980.000 ha,
lo que significó el traspaso del 72% de las tierras a manos privadas. Alfredo Bolsi claramente que “Los

9
frentes pioneros en Misiones entre 1830- 1920” que los efectos de esa venta masiva se hacían sentir aun
en nuestros días (1977) en la parte norte de la provincia con grandes espacios vacíos”

Resultado de la política de poblamiento en Misiones

Con la ya citada ley Nº 817, la política oficial de ocupación y adjudicación de tierras hasta fines del siglo
del siglo XIX, contribuyó a sentar las bases de la ocupación efectiva del Territorio Nacional. El
surgimiento de colonias oficiales y privadas atrajo población principalmente nacional y en menor medida
extranjera.

Sin embargo esta acción de fomento se vio acompañada por una enajenación de grandes extensiones en
una parte sustancialñ del territorio Nacional. Las sucesivas leyes sobre tierra, como la de remate público o
la ley de liquidación, se alejaron de los fines de la ley 817, contribuyendo a profundizar este proceso de
cesiones sea por las deficiencias de las leyes, sea por una insuficiente fiscalización, pero tal vez la causa
mayor sea el desconocimiento del propio territorio que se otorgaba, y de las escasez de recursos del
propio

Estado, que vio en la colonización privada una forma de paliar su déficit. Entre 1891 y 1903, el estado
recuperó gran parte de esas tierras afectándolas a futuras colonizaciones.

En el caso de Misiones, contrariamente a lo que sucedió en otras regiones como el Chaco, ni la ley Nº
1265 de remate, ni la ley Nº 2875 de liquidación tendrán consecuencias para este territorio. Sobre la
escasa tierra disponible se crearan las colonias según la ley Avellaneda, es decir adjudicándose hasta un
máximo de 100 ha Lo importante a destacar en este caso es que la demanda de tierra pública superó la
extensión disponible, se proyectaba que para 1905 las tierras de las colonias trazadas se hallaría
totalmente ocupadas, y se tropezaría con los latifundios o con los pueblos que si bien contaban con zonas
de colonización ya hacía mucho que se hallaban ocupados. La etapa de esta primera colonización oficial
concluiría en 1910.

La ocupación del territorio entre 1900-1930

Con las leyes 4167 y 5559 se transita a un nuevo período de la colonización en la Argentina. Este lapso
está signado por varios procesos que acompañaron la nueva legislación: la consolidación y fin de la
explotación forestal, la valorización del cultivo del algodón y de la yerba mate: así como su fomento por
las autoridades del territorio. El tendido del ferrocarril y la campaña contra el indio hacia el este del
Chaco que permitió la ocupación de amplias zonas productivas y, primordialmente, el ingreso de

10
población que excedió ampliamente la colonias oficiales creadas instalándose en los campos fiscales
adyacentes a la espera de próximas adjudicaciones.

En este período la ocupación del territorio de Misiones, tanto la colonización privada como la oficial,
propugnaron la conformación de una economía agraria basada en la pequeña y mediana producción
agrícola. A esta región arribarían colonos extranjeros que fueron privilegiados en la adjudicación frente al
criollo Desde 1900 a 1920 su superficie productiva aumentará al doble, expandiendo la frontera agrícola,
siendo la actividad principal la explotación forestal y la cerealera (maíz). Los yerbatales no prosperarían
hasta luego del ¨20 por la fuerte competencia de Brasil, y Paraguay, a quien Argentina importaba.

Ley 4167 Ley General de Tierras –1903-1906

A comienzos del siglo XX estaban solucionadas muchas de las controversias de tierras producidas por la
aplicación de las leyes anteriormente dictadas De modo que la administración nacional pudo abocarse a
su reforma, que se concretó con la promulgación de la Ley de Tierras Nº 4167.Ley que tuvo vigencia
hasta 1950.

Esta disposición proscribía la intermediación de particulares en la adjudicación de tierras. Su


reglamentación contemplaba los errores del pasado, y disponía que previa entrega de las mismas debían
explorarse y mensurarse así como determinar sus condiciones de aptitud para la agricultura, ganadería
bosques y yerbales8. También fijaba una nueva categoría de tierras: la de lotes de explotación mixta
agrícola – ganadero

Se la clasificaría en destinadas a fundación de pueblos, colonias agrícola , pastoriles, destinadas a remate


público, a arrendamiento y reservadas al fisco. también se fijaban las formas de adjudicación, que en
general contemplaba todas las disposiciones anteriores: donación, venta en remate, arrendamiento a los
colonos. Legislaba en forma minuciosa las superficies a venderse y arrendarse:

En caso de venta

- La donación a los primeros colonos. La venta directa se aplicaba en las concesiones que se realizaban en
los pueblos y colonias agrícolas y mixtas

- No podía enajenarse a una sola persona o sociedad ,más de 200 ha (2 chacras)

- La adquisición de terrenos para la explotación ganadera quedaba limitada a 2.500 ha, que
posteriormente se limitó a 625 ha

- Las colonias agrícolas se subdividirían en chacras de 100 ha y las pastoriles de 2.500 ha

8
los agrimensores que realizaron las mensuras no estaban capacitados para determinar la productividad de las tierras

11
- Los terrenos que por su naturaleza no se prestaran para la agricultura en una proporción inferior al 10%
de su superficie podían dividirse en lotes de 200 ha a 2.500 ha para la actividad mixta.

- En caso de arrendamiento la superficie máxima a arrendarse era de 20.000 ha con opción compra de la
mitad del mismo. <Posteriormente se limitó a 10.000 ha

- Venta de remate se destinaba zonas relevada s por el Poder Ejecutivo destinadas al efecto, y en los lotes
pastoriles que no hubieran sido vendidos o arrendados

El objetivo era entregar a la colonización grandes extensiones de tierras dando a los interesados la
oportunidad de elegir la superficie, y la calidad. Si bien esta ley fue superior a las anteriores, adolecía de
los mismos defectos ya que sólo se preocupaba de la colocación de tierras sin garantizar a los pobladores
su radicación, o comercialización de sus productos, ni protección. Y la medición, que tantos litigios había
ocasionado anteriormente continuó siendo parcial e imperfecta.

De modo que el estado nuevamente entre 1906 y 1910 se enajena de importantes superficies. La ultimas
enajenaciones que realizará serán en 1913 y en adelante se suspenderán definitivamente, la demanda
existente será satisfecha mediante arrendamiento.

Ley 5559 - Ley de Fomento de los territorios nacionales -1908

Esta legislación es importante por que si bien no impulsó directamente la colonización reservó para el
estado extensiones significativas de tierras protegiéndolas del acaparamiento. Respecto de su aspecto
agrario no era del todo acorde con una política colonizadora ya que solo prescribía la adjudicación en
remate sin limitación en cuanto a la superficie que debía otorgarse, y sin ningún compromiso de
población o inversión.

Autorizaba la construcción de ferrocarriles en los territorios del norte y del sur argentino. Los gastos de
estas realizaciones debían ser solventados con la venta de tierras situadas en la franja de 25 Km. a los
costados de las obras, que se había reservado. Esto afectó un total de 5.960.000 ha en el Chaco.9

Pese a sus falencias significó la integración de los territorios nacionales a la actividad productiva que
hasta ese entonces fueron marginales. Y una articulación de la región pampeana con el NE. En 1909 se
incorporaría el territorio de Misiones a los beneficios de esta ley. En 1915 la región central quedará unida
por medio del ferrocarril a los centros de consumo y exportación. Las consecuencias de ambas
legislaciones en este período fueron una menor concentración de la tierra, que se explica a que a las
adjudicaciones se efectuaron casi exclusivamente en el ámbito de pueblos y colonias, y a que la misma

9
Vietti, José “ Colonización en la República Argentina. Antecedentes históricos” . UNBA Facultad de Ciencias Económicas:
Buenos Aires. 1942. p. 40

12
ley limitaba la extensión de las concesiones, pero también a la decisión política de no apartarse de la
legislación.

Misiones hasta 1930

En 1903 el promedio la superficie cultivada por familia de colonos oscilaba entre 7 ha a 8 ha10. La
dimensión media se reduciría entre 1895 a 1920 de valores de 40 a menos de 20 ha, al mismo tiempo que
el número de tales explotaciones aumentaron de 2.500 a 9.000. Lo interesante es que para fines de esta
etapa Misiones ya no dispondría de más tierras, ya habíamos señalado que estos síntomas eran percibidos
a principio de siglo. En cambio Chaco estaba abriendo su nueva frontera agrícola, y disponía de más
tierras, tal vez no de la calidad de la de Misiones, pero resultarían rentables y favorables para otro tipo de
cultivo industrial con el algodón.

Como veremos más adelante, esta saturación, y otras medidas acelerarán la parcelación. Esta expansión
de la frontera estuvo unido al proceso colonizador privado y a una segunda etapa de colonización en
tierras fiscales; ambos hechos adquirieron relevancia en el decenio.1920-30. (Gráfico 7)

La colonización particular se desarrollará, a diferencia de la oficial, en la zona norte del territorio, en el


Alto Paraná. La empresa, más importante fue la "Administración de Eldorado y Cía. Ltda. SA.", que
adquirió grandes extensiones, y a partir de 1919 subdividió en lotes para colonizar. La Compañía
administraba 5 colonias Eldorado, Victoria, Monte Carlo, Puerto Rico y San Alberto todas sobre el Alto
Paraná. Las parcelas variaban de 10 a 50 ha.11

Estas colonias fueron pobladas por inmigrantes alemanes y polacos que dispusieron del capital suficiente
como para adquirir la tierra que la Cía. ofrecía . Tierras que eran vendidas a precios más altos y a menor
12
plazo que las fiscales. En general esta colonización se llevó a cabo en fracciones de ha pero como se
trataba de tierras de buena calidad, el porcentaje de suelo apto para la agricultura era mayor que en las
colonias fiscales. Rápidamente esta zona se va a transformar en un polo de desarrollo superando a la zona
sur de colonización más antigua. En esta época también se despliega la segunda etapa de colonización
oficial con el trazado de nuevas colonias en zonas más alejadas, y situadas hacia el norte del territorio.
Para el periodo considerado la colonización oficial destinaría una superficie igual al el 54% del área fiscal
colonizada entre 1876 y 1930.

El trazado de caminos y la creación de colonias daría lugar al desarrollo de nuevas zonas: Cerro Cora,
Leandro Alem, Campo Grande y San Pedro. Muchas de ellas ya estaban ocupadas con anterioridad al

10
Bolsi, Op cit p.75
11
Bolsi, OP cit p.19
12
Slutzky, Op cit p10

13
trazado por pobladores que no tenían la capacidad económica para comprar las tierras del norte
misionero, debiendo abrir picadas, desmontar.

En 1926 el gobierno nacional puso en marcha la colonización yerbatera mediante la cual los colonos
accedían a la tierra con obligación de plantar yerba. Según esta legislación se establecieron dos categorías
de lotes: lotes normales: con una extensión de hasta 25 ha, con la obligación por parte del colono de
residir en el mismo y cultivar un 25 % como mínimo con yerba. Lotes especiales con una superficie que
podía variar entre las 25- 100 ha, sin obligación de residencia pero debiendo cultivar como mínimo el
50%. La acción oficial sirvió de estímulo a la plantación de yerba constituyendo a su vez una forma de
acceder a la tierras. Como consecuencia de esta legislación la superficie con yerbatales se triplicó entre
1926 y 1930.

Estos lotes se adjudicaban bajo las condiciones generales establecidas por la ley 4167:. Al igual que en
los otros territorios estos precios fueron de fomentó en comparación con el precio de venta de similares
tierras particulares. Esto ponía en evidencia también la rápida valorización de las tierras privadas. De
modo que la legislación especial de colonias yerbateras introducirá una modificación importante en
relación a la forma de la adjudicación de lotes conforme a la ley 4167. En efecto mientras ésta preveía la
adjudicación de hasta 100 ha. (aunque en la práctica los lotes efectivamente ocupados tenían la mitad de
esta dimensión) la legislación sobre colonias yerbateras establecía como lote normal al de 25 ha . La
superficie fiscal apta para colonizar era muy reducida en relación al número de ocupantes efectivos, de tal
manera que cada colono recibió una superficie que estaba muy por debajo do la unidad económica,
prevista por la ley.

La tierra publica que quedaba en manos de Misiones sólo alcanzó a alrededor de 800.000 Has, parte de
las cuales no eran aptas para la agricultura y otras constituían reservas y parques nacionales no afectados
a. la colonización. Los primeros colonos fiscales recibieron lotes de 100 has pero rápidamente la tierra
fiscal apta se agotó, y las superficies otorgadas en el período 1920-30 se redujeron a un cuarto de la
dimensión original. Las colonias fiscales no podían ampliarse porque estaban rodeadas de enormes
latifundios mantenidos casi totalmente improductivos o explotados parcialmente mediante una
rudimentaria extracción forestal o con yerbales a la espera de su valorización.

Mas una legislación que favorecía la pequeña explotación, darán cauce a la subdivisión para el
cumplimiento de las obligaciones para con los colonos. Otro factor que contribuyó a la disminución del
tamaño de lo predios misioneros es la forma dominante de los terrenos otorgados por la colonización
oficial que fue una replica de los diseños pampeanos, en damero: la conformación accidentada del
terreno, la selva, la disposición de los cursos de agua y de las vías de comunicación causaban problemas
insolubles a mucho pobladores que solían encontrar sus propiedades en fuertes pendientes, o alejadas del

14
agua, con lo que se veía aun mas reducida su superficie.La paulatina división de las tierras fiscales
conformaría a futuro el paisaje de Misiones.

Cuadro 4 Titulo de propiedad extendidos entre 1922 -28- colonias agrícolas Misiones
Títulos otorgados Superficie total Superficie media
1572 46.201 há 29,39 ha
Fuente: Memoria de la Dirección de tierras 30

En el caso del desarrollo de la producción de yerba el gran impulso no fue dado por la crisis se 1930 y ni
por las políticas adoptadas. La expansión yerbatera se produce antes de la crisis a consecuencia de la
forma en que se entregaron los lotes fiscales. A partir de 1935 se limitará la producción y el área de
yerbales permanecerá estancada, y aun prohibida, hasta 1950 para adecuar demanda, importación
brasilera, y producción.13 Las características de las explotaciones yerbateras de este primer período de
expansión fueron: la producción yerbatera se localizaría en la zona sur y central del territorio y en el Alto
Paraná, mientras la zona norte y recostada sobre el Uruguay permanecerá despoblada, explotándose sus
bosques en forma rudimentaria

La distribución de las explotaciones yerbateras según tamaño, presentarían diferencias notables entre sí,
por un lado, la gran mayoría (64% del total) tenía un promedio 2 ha de yerbales y cubría solamente el
13.3% de la superficie con ese cultivo; en el otro extremo, las explotaciones de más de 30.000 plantas,
constituyendo el 5% del total y cubriendo el 50% del área yerbatera, lo que evidenciaba una marcada
concentración. Existía además un sector de medianos productores con alrededor de 11 ha con este cultivo
y que abarcaba el 35% del área.14

Las unidades en tierras fiscales eran muy homogéneas en cuanto al tamaño medio, las explotaciones en
tierras particulares presentan una mayor heterogeneidad. Incluyendo a unidades medianas que formaban
parte de las colonias (25 Has») y las grandes que tenían un promedio más de 500 Ha, con yerbales.

Por otra parte, las explotaciones sobre tierras fiscales y particulares se encuentran ubicadas
geográficamente en distintas zonas: la mayor parte de las primeras se hallan en la zona sur sobre las que
se asientan las colonias fiscales de : Bompland, Cerro Cora, Oberá y Leandro Alem; las segundas se
asientan en la zona norte a sobre el Alto Paraná :Puerto, Santo Pipó, Monte Carlo, Eldorado e Iguazú Esta
distinción es importante puesto que involucra condiciones do producción bastantes deferentes: la zona sur
es tierra de campo y la norte de monte; es debido a condiciones ecológicas que en esta última se logra
mayor productividad y rendimientos

13
Zarrilli, Adrian
14
Idem

15
En síntesis como producto de esta primera expansión yerbatera se conforman dos tipos de explotaciones
por un lado,

1. una gran cantidad de explotaciones que se desarrollan como producto de la división de tierras fiscales
en la zona sur, de reducido tamaño, y menor productividad. En 1920 el promedio alcanzaba a las 21 ha y
en 1944 a 7 ha15.

2. Por otro lado, un reducido número de tierras privadas, en general de tamaño mayor (incluyen unidades
medianas y grandes), situadas en la. zona norte, do mayor productividad Son las explotaciones familiares
las que darán el rasgo particular al paisaje misionero

Entre 1920-1940 la agricultura misionera creció por la producción de la yerba mate. Acompañó al
proceso el cultivo del tung. En 1930 había apenas unas 600 hectáreas plantadas pero en 1947 alcanzaban
las 50.000. Se difundió especialmente en las colonias y tierras privadas del alto Paraná y luego en la
sierra.
16
El tung surgió cuando la CRYM limitó los cultivos de yerba mate, pero también cuando los buenos
precios internacionales hicieron rentable su plantación. Este cultivo se desarrolló en fracciones
productivas grandes, sin embargo los árboles se agregaron también a los predios de yerba mate. La chacra
misionera resultaba una acumulación de yerba, tung, tabaco, maíz, etc.; a ello se sumaba el ganado.
(Gráfico 10)

Esta se organizó como un complejo agrícola y un sistema autocompensado. Fue el rasgo definitorio de la
geografía en el ´40. Muchas chacras de este tipo se diseminaron por el territorio, pero en las de la sierra
había un dominio del cultivo de la yerba mate; en las del Paraná, se distinguía el tung y en la llanura de
Apóstoles, el arroz, el ganado y en parte la yerba mate. A esta etapa del “oro verde” sucede otra (1940-
1980) que se define a través de marcadas oscilaciones y contramarchas. Pero, además, por las primeras
expresiones de deterioro de los recursos naturales. En ello el papel del estado fue importante, aunque
variado y contradictorio, interviniendo cada vez más en la vida agrícola, especialmente de la yerba, lo que
lo convirtió en un importante factor de transformación del paisaje, y en la estructuración del espacio, en
tanto limitaba o aumenta la superficie de producción.

La culminación del proceso yerbatero significó la expansión de las fronteras agrícolas en 50.000 ha de
nuevos cultivos que se agregaron a las anteriores, más el tung, más el té acentuando el carácter de chacras
con producción diversificada. Estos dos cultivos no fueron impulsados por el estado, como tampoco fue
necesaria su intervención corno la yerba mate. Sin embargo en forma idéntica a la yerba, ambos cultivos

15
Alfredo S.C. Bolsi. Apuntes para la geografía del nordeste argentino. (Un ejemplo de regresión regional). Resistencia :
Instituto de Investigaciones Geohistóricas-Conicet-Fundanord, 1985, p.87
16
CRYM – Comisión Reguladora de la producción y comercio de la yerba mate. Esta comisión se creó en 1935 y regulará a
partir de esa fecha los cupos de producción de la yerba mate

16
alcanzaron su límite de expansión. En el caso del tung debido a la contracción de la demanda nacional e
internacional, y en el caso del té porque rápidamente se saturó el mercado interno y por sus condiciones
de calidad no encuentraron lugar en el mercado externo

A esta ampliación se añadirá la re forestación. Otro elemento definitorio del paisaje. En 1948 los bosques
reforestados cubrían unas 600 ha y en 1980 alcanzaban a las 100.000 ha. Pronto se perfiló una franja
paranaense de reforestación que culminó con las 50.000 hectáreas del departamento Iguazú. A partir de
esta franja se expande por todo el territorio y en muchas partes se incorpora a la chacra. De allí que frente
a las grandes reforestaciones se destaquen las pequeñas explotaciones.

La reforestación completa el espectro más importante de la economía misionera que acompaña a la


culminación del proceso yerbatero. Con ello se alcanza también la marcada diversificación económica de
la provincia.

Sin embargo este desarrollo está sustentado en una ocupación incompleta del espacio. Hacia 1937 la casi
17
totalidad de la tierra fiscal apta para cultivos ha sido ya ocupada , lo cual explica también el
estancamiento de la colonización oficial y la tendencia a la disminución de los ocupantes fiscales por
legalización de su situación. Entre 1937 y 1960 prácticamente la única tarea de la Dirección de Tierras en
Misiones ha sido la regularización de la situación de los ocupantes fiscales ya existentes, otorgando
títulos de propiedad a aquellos que habían cumplido con todos los requisitos y obligando a los que no
estaban en condiciones de obtener títulos definitivos a cumplir con ellos. Por esta causa se acelera el
proceso de privatización de la tierra, aumentando la categoría de propietarios y disminuyendo los
ocupantes fiscales.

Entre 1914 y 196018 el número de explotaciones aumenta considerablemente como producto de los
procesos de subdivisión de las tierras públicas y privadas por sucesión, y por colonización particular. Con
el resultado que el 67,5% de las explotaciones tienen extensiones no mayores a las 25 ha constituyendo
gran parte del minifundio yerbatero; el número de unidades de mayor dimensión (más de 5.000 Has.)
permaneció constante. Y controlaban el 30 % de la superficie.

Estas últimas, han permanecido casi sin autodivisión desde que fueron vendidas por el fisco en el siglo
pasado. La colonización estatal19 y privada lograron avanzar sólo hasta donde las grandes propiedades
misioneras se lo permitieron.

La gran propiedad, especialmente aquella que no ha sido colonizada, pesa fuertemente en el desarrollo
económico y en el proceso de ocupación plena del suelo. Todas las colonias, incluida la del plan
Andresito (en la punta NE de la provincia), no alcanzan a cubrir el 60% del territorio provincial.

17
Slutzky.p 34
18
Idem p37
19
Bolsi Op cit p247

17
El mayor esfuerzo colonizador se desarrolló hasta la década de 1940. Ya en esta época estaban creadas las
grandes colonias que hoy dominan el panorama agrícola de Misiones. En las cuatro décadas posteriores el
avance fue algo menor y se concentró con preferencia sobre la ribera izquierda del Paraná. De esta forma
las colonias de los años 1940 fueron tomando contacto entre sí y la costa del Paraná detenta ahora una
ocupación casi continua. ( Gráfico 11)

Pero también el avance se realizó a través de la parte más alta de la sierra, hacia el noreste, teniendo como
punto de apoyo las viejas colonias que rodean Oberá. Buena parte de este avance se realizó ahora sobre
las colonias trazadas con anterioridad, como Aristóbulo del Valle, y otras mas recientes como Bernardino
Rivadavia y Dos de Mayo.

Este proceso de ocupación, dominado por las señaladas herencias del pasado se complica, en algunas
áreas, con la reducida extensión de las parcelas de las colonias, incapaces de retener el mayor crecimiento
de la población y en otras, con el persistente problema de la lentitud en otorgar títulos de propiedad. De
allí que sea muy común el hábito de "ocupar" tierras vacantes a través de avances espontáneos, muchas
veces originados en países vecinos; estos avances han constituido una constante en la vida misionera.

CONCLUSIONES

Es propósito de este punto destacar algunos de los hechos más importantes que resultaron del proceso
reseñado anteriormente. En ambas provincias la colonización sobre tierras fiscales fue llevada a cabo bajo
el principio de entregar parcelas de 100 ha. a los colonos y sus familias, conforme la ley 817 y
posteriores.

En Misiones la ocupación se realizó en las peores condiciones desde el inicio, ya que no disponía de
tierras fiscales suficientes, situación a la que se sumaron las características de su propia geografía -más
accidentada que la del Chaco-, y una legislación que consideró “normal” un lote de 25 ha.

En Chaco, si se entregaron parcelas menores de 100 ha., esto no fue a consecuencia de una legislación
que amparase un reparto de tales características. Esta es la razón principal del bajo número de
explotaciones de tal superficie, con relación a las encontradas en Misiones.

La Campaña del Oeste, en la región del Impenetrable, deja asentado cuán controvertido es el tema de la
unidad económica a adjudicar para el sustento y desarrollo de las familias rurales, para la inversión o por
la idiosincracia cultural de la misma región. Es cierto, también, que en ambas provincias las
colonizaciones estuvieron acotadas por las latifundios que se gestaron en el siglo pasado, más en y que
estructurarían el espacio que quedó, condicionando futuras ocupaciones.

18
Si tales circunstancias se dieron no sólo fue por lo antes enumerado sino por que la ocupación de la
pampa húmeda había sido completada, y los intereses de ésta no permitían una ocupación mayor en su
territorio. La rentabilidad de la producción de esa región era más importante para las arcas del gobierno
que la región del Noreste, por lo que se privilegiaron esos “intereses”, y se derivó la población a otros
espacios de la Argentina, con las consecuentes soluciones de hombre y geografía.

19

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