LA DIMENSION TEOLOGAL DEL HOMBRE (III)
Capitulo 3: LA RESPUESTA NEGATIVA DEL HOMBRE
ALA LLAMADA DE DIOS
@) SUMARIO
Introduccién
EI problema del “pecado original”
La Sagrada Escritura
3.1. Elrelato del Génesis
3.2. Respuesta del Génesis al problema del mal
3.3. El pecado no tiene la tiltima palabra
3.4. Resumen del mensaje Biblico
Tradicién y Magisterio
Cémo traducir hoy el dogma del pecado origianal
Algunos problemas relacionados con el pecado original
6.1. El pecado original yes pecado?
6.2. ¢Dones preternaturales?
6.3. {Se transmite por generacién?
6.4. {Se borra por el bautismo?
6.5. La Inmaculada Concepcién
Conclusién
TEXTOS COMPLEMENTARIOS Y PISTAS DE REFLEXIONLA RESPUESTA NEGATIVA DEL HOMBRE
A LLAMADA DE DIOS
Capitulo 3:
1, INTRODUCCION
1.1. “El hombre supera infinitamente al hombre”, decia Pascal. Y es verdad:
no estd destinado a un fin puramente natural; todos, sin excepcién, estamos
llamados al Reino, a participar de la vida y de la felicidad misma de Dios’. “La
vocacién suprema del hombre es una sola, es decir, la divina”?.
Es cierto, nuestra vocaci6n sobrenatural la hemos comprendido en toda su
magnitud slo cuando Cristo, “luz del mundo”, vino a proyectar claridad sobre
la historia vivida hasta entonces, reveldéndonos el Plan estupendo del Padre:
unificar misteriosamente a todos los hombres (y las cosas mismas) en Alguien
gue seria nada menos que su propio Hijo.
Pero ya desde un principio el hombre fue llamado a una “existencia-
en-relacién-sobrenatural-con-Dios”, fue llamado al didlogo, a la
comuni6n . Desde el principio la humanidad, sin saberlo, estaba orientada
al Cristo futuro y ya podfa realizarse en Cristo. El mensaje de la
Redencién Ieva una determinada fecha histérica; pero Ja fuerza
redentora lo atraviesa todo, la humanidad y el universo (2 Tim 1,9-10).
1,2. Todos somos Ilamados. Pero el hombre no es manipulado por Dios
como un robot, sino liberado, capacitado e invitado como una persona libre y
responsable a conducirse como hijo, a participar de su vida intima. El hombre
puede responder también con el “no” a la invitacién que Dios le hace.
Lamentablemente el hombre desde los orfgenes rasg6 los planes de Dios,
rechaz6 la intimidad que El le ofrecfa, rompié su didlogo con Dios y con sus
hermanos, para encerrarse en un monélogo con su autosuficiencia, con su
egoismo. Quiso resistirle a Dios y esa resistencia, que ha oscurecido los valores
mas fundamentales, especialmente el amor, ha bloqueado el proceso ascendente
de la humanidad hacia su verdadero bien,
En eso consiste el PECADO. Hoy el lenguaje sobre el pecado tiene muy
mala prensa: la culpa y la conciencia de pecado no estén de moda. A la
inflacién del pasado sucedié la ilusién de inocencia, a tal punto que pocos se
sienten responsables. Una legién de sic6logos se encarga de absolverlos.
Pero esta misma ceguera forma parte del pecado del hombre. Seria preciso,
hoy més que ayer, que algtin profeta Natan se enfrentara con David y le hiciera
caer en la cuenta de su crimen, 0 que Jestis arremetiera con la hipocresia de los
nuevos fariseos, para desenmascararlos y hacerlos reaccionar.
a. La nocion de pecado ha sido falsificada de muchas maneras. Asi como se
ha “cosificado” la Gracia se suele cosificar el pecado, como si fuera una
“mancha”, una “suciedad” del alma que se lava automaticamente con una
absolucién. No son expresiones falsas, pero son deformantes. La misma
1 Mt 22,2-10; Le 14,15-24.
2 CONCILIO VATICANO II, “Constitucién Gaudium et spes”, n? 22.
263definicién de pecado como “transgresién de la Ley de Dios” puede Ilevar al
campo juridico, impersonal, hasta hacer olvidar que la Ley expresa la voluntad
de Alguien que busca nuestro bien.
EI pecado tiene un cardcter relacional, interpersonal.
Pecar, en efecto, “es no responder al proyecto de Dios sobre el hombre (el
proyecto de hijo y de hermano) y, en este sentido, es frustrarse a sf mismo,
maltratarse”, destruyendo la filiacién y la fraternidad, rechazando la imagen
divina o falsificandola hasta el punto de autodivinizarse ( ser dios sin Dios y
contra Dios). El pecado es “frustracién de si mismo; pero una frustracién que
acontece ante Dios”!...ante las expectativas de Dios sobre nosotros.
En este sentido el pecado pasa a ser ofensa de Dios, ofensa al Amor.
El amor que Dios nos tiene y que conocemos por la revelacién, le ha
vuelto cercano y vulnerable. El punto débil de Dios es el hombre, el
hombre que soy yo y el hombre que es mi préjimo. El punto vulnerable
del “Dios inaccesible” es el dafio que el hombre recibe por el pecado. A
Dios le interesa que el hombre no frustre su camino alejéndose de su
realizaci6n; por eso no puede menos de sentirse “afectado” por el pecado
del hombre. Esto, evidentemente, s6lo puede ser entendido en el 4mbito
de la fe.
b. El hombre, al hacerse pecador, ha potenciado su egoismo individual.
Pero este aspecto personal, imputable, del pecado, no tiene que hacernos olvidar
el pecado estructural o ambiental “que es un componente decisivo e
imprescindible de la nocién cristiana y teolégica de pecado original”?.
Este aspecto del pecado fue acogido oficialmente por la Iglesia en Medellin
y en Puebla’, que denuncian estructuras injustas, opresoras, antifraternas.
“El hombre, al pecar, crea ‘situaciones de pecado’ que, a
su vez, hacen pecar al hombre”#
El “pecado estructural” coincide con el “pecado del mundo” o “pecado de
la humanidad” (Jn 1,29), contrario al Reino de Dios y su justicia, del cual son
victimas los hombres. Jestis vino a desenmascararlo y a cargar con él , pero a
costa de su pasién; El nos dio la posibilidad de separarnos del “pecado del
mundo”, pero pagando el mismo precio.
EI pecado se estructura como ideologfa y como mentira social, como.
seduccién implantada 0 escdndalo, como sistema injusto creador de
pobreza y marginacién, y en mil otras formas; perdura a lo largo del
tiempo, encarndndose en forma progresiva en la historia global de la
humanidad.
Este pecado que condiciona la estructura del mundo, también condiciona
negativamente la estructura de cada persona. “A esta estructuracién del pecado
GONZALEZ FAUS J.I., “Proyecto de hermano” o.c., pp. 229, 232-234.
Id., p. 239. Cf. también SCHOONENBERG P., “El poder del pecado", Buenos Aires, 1968.
JUAN PABLO II habla de “estructuras de pecado” en la Enc. Sollicitudo rei socialis, nn. 36-40.
MEDELLIN, Introducci6n, n? 6; Justicia, 2. PUEBLA, n®° 281.
GONZALEZ FAUS, 0.c., p. 252.
Ao Ro
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