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Circunstancias fácticas:
El Sr. PAZ, operario de Cerveceria y Malteria Quilmes S.A.I.C.A.y G y percibiendo sus haberes
por Caja de Ahorros abierta en el Banco Rio de la Plata, recibe una CD del Banco de Crédito
Argentino S.A. reclamándole el pago de las deudas contraídas con el banco hoy demandado en
autos por las tarjetas VISA y MASTERCARD y, la cancelación del saldo deudor de la cuenta
corriente (cerrada). Que asimismo lo intimaba a la cancelación del préstamo que habría
obtenido a título personal, todo ello bajo apercibimiento de promover el inicio de las acciones
pertinentes. Tras un intercambio telegráfico, el actor concurre al estudio jurídico de la
profesional que firma la CD a los fines de conocer la realidad del reclamo de la deuda
mencionada de la cual refiere que nunca participó y la misma le mostró parte del legajo
crediticio que supuestamente había conformado con el banco accionado, para obtener varias
tarjetas de crédito una cuenta corriente y un préstamo personal. La actuación de un tercero
absolutamente ajeno a la litis quien, utilizando falsamente la identidad del actor, abrió cuentas
en la entidad bancaria demandada obteniendo créditos que dejó impagos y que le fueron
reclamados extrajudicialmente al accionante, dio origen a la cuestión. Durante dos años operó
comercialmente el falso José Ricardo Paz, sin que el Banco accionado efectuara los controles
a los fines de asegurarse que operaba con el verdadero individuo y consecuencia de ello, el Sr.
JOSE RICARDO PAZ figura en la Organización Veraz como: 100% con alto riesgo por deuda
con el Banco de Crédito Argentino SA.
Juzgado en lo Civil y Comercial Nº5 a cargo del Dr. HUGO EDUARDO CORDOBA SOSA.
I. Cargas probatorias.
Las partes asumen la carga de aportar la prueba de sus afirmaciones, o en caso contrario,
soportar las consecuencias de incumplir ese imperativo que hace a su propio interés. Aclarando
que nuestro más alto Tribunal tiene sentado en forma pacífica que la interpretación del escrito
de demanda es una cuestión de hecho, reservada a los jueces de grado, salvo absurdo (SCBA
y DJBA).-
La parte actora no ha acreditado que se le hubiere rechazado un crédito -personal o
hipotecario- por su problema con el Banco hoy demandado (arts. 348, 424 y sigtes del CPCC).
El material probatorio desplegado por la actora, permite concluir que estamos ante una caso
de falsificación de DNI, llevada a cabo por una persona no identificada hasta el presente y
hecho sobre el cual no se ha iniciado causa Penal alguna por parte de la banca accionada que,
es el primer damnificado por su propio obrar negligente (arts. 348, 385 y cctes., 424 y sgtes del
CPCC); asimismo, con la prueba de informes ha quedado acreditado que el Sr. JOSE
RICARDO PAZ figura en la Organización Veraz como: 100% con alto riesgo por deuda con el
Banco de Crédito Argentino SA.
V. En el caso particular.
Este daño es de naturaleza resarcitoria y su existencia en casos como el presente, no requiere
prueba pues se lo presume, teniéndoselo por acreditado por la sola circunstancia de la acción
antijurídica, al constituir un daño in re ipsa. De ello se sigue que, corresponde a los
responsables de su resarcimiento, acreditar la existencia de alguna situación objetiva que
excluya la posibilidad de un perjuicio de este tipo (arts. 1078, 1084 y concds. del Código Civil,
375, 384 del CPCC; SCBA Ac 41539 del 21/11/89).-
En consonancia con lo expuesto, teniendo en cuenta la afección de los legítimos intereses
extrapatrimoniales del accionante, los padecimientos que cabe presumir -por un lado- y lo que
surgen de las pericias psicológica y psiquiatrica y, no habiendo demostrado la accionada la
existencia de alguna circunstancia que excluya la posibilidad de este daño, considera ajustado
a derecho establecer por este rubro la suma de $ 20000 y no la suma pretendida por la
accionante en su libelo de inicio que a la luz de las circunstancias aparece como desmedida
(arts. 384, 457/476 y cctes. del CPCC).-
En concepto de DAÑO PSICOLOGICO, como bien cita el perito psiquiatra este daño al igual
que el moral concurre en la psiquis, empero cuentan con distinta calidad, mientras que el daño
moral es la conmoción moral, la perturbación que en la esfera de los sentimientos y emisiones
provoca un evento determinado -en terminos psiquiátricos es el registro psíquico que de un
evento se tiene y su consecuente conmoción emocional-, el daño psíquico es una perturbación,
un desequilibrio, una enfermedad, un trastorno que se manifiesta en otras áreas de la
existencia, además de la emocional (intelectiva, volitiva conativa) excediendo la lógica del daño
moral y alterando la eficacia real del sujeto. Y si bien la existencia del daño moral no asegura la
existencia de daño psíquico, la existencia de éste ultimo sí asegura la del daño moral. Ahora
bien, compartiendo en un todo el dictamen emitido por los auxiliares de la Justicia actuantes y,
resultando para la solución del caso en análisis, relevante el dictamen del perito psiquiatra
quien señalara en el actor una incapacidad psíquica de tipo parcial y permanente que
alcanzaría el 20%. Compuesta por una incapacidad del 14% de tipo parcial y temporaria y, una
incapacidad del 6% de tipo parcial y permanente. No encontrando motivos para apartarme del
dictamen referido, a los fines indemnizatorios haciendo uso de la facultad que me confiere el
art. 165 del Código Adjetivo, procedo a desdoblar los porcentuales señalados precedentemente
de idéntica manera. Para la primera de ellas -incapacidad del 14% de tipo parcial y temporaria-,
toda vez que dicho porcentual resulta susceptible de remisión mediante un tratamiento
psiquiátrico, psicoterápico y medicamentoso adecuado, estimo justo fijar para atender al mismo
en la actualidad, la suma de $ 5000. Ello así, toda vez que, en lo concerniente al daño
psicológico y al respectivo trata miento, debe concederse uno u otro cuando la psicoterapia
-como se da en el caso de autos-, tiene probabilidades serias de remitir la patología, de otra
forma, se duplicaría el resarcimiento. Pues, si son atendidos los gastos que irroga una
psicoterapia, conceder otra suma por tal ítem, importaría una doble indemnización.
Y para la segunda -incapacidad del 6% de tipo parcial y permanente-, toda vez que no resulta
removible por tratamiento alguno (resto no asimilable), circunstancia ésta que la convierte en
indemnizable y; teniendo en cuenta la edad del accionante -50 años cumplidos al 14 de marzo
de 2004-, la expectativa de vida pro medio -75 años- y el haber promedio que percibe como
empleado de la empresa Cerveceria y Malteria Quilmes -$ 1700-, considero ajustado a derecho
establecer por la misma el monto indemnizatorio de $ 30600. Arribando a ésta cifra mediante el
siguiente cálculo matemático: 6% de $ 1700= $102. Multiplicando éste último por 12 meses =$
1224. A su vez multiplicando los $ 1224 por 25 que son los años que le restan al actor para
alcanzar la expectativa de vida promedio = totalizando la suma de $ 30600. Y no por los
montos pretendidos por la actora en su escrito de demanda que, como ya dije al referirme al
daño moral, resultan desmedidos a la luz de las circunstancias (arts. 165, 384, 457/476 y cctes.
del CPCC; Civil ).
Finalmente en concepto de DAÑO MATERIAL reclama la suma de $ 200000. La indemnización
por daño material y daño moral merecen un tratamiento diferenciado por tener naturaleza
jurídica independiente al ser distintos los bienes jurídicos afectados los que se resarcen en uno
y otro caso. La noción de daño resarcible que elabora el derecho civil debe partir, ante todo, del
fin perseguido, que es la reparación de perjuicio sufrido. Para lograr esa finalidad el daño
resarcible se clasifica en patrimonial (material) y moral (extrapatrimonial) al que ya me he
referido y sobre el que no corresponde volver. Daño material es aquel que recae sobre el
patrimonio, sea directamente en las cosas o bienes que lo componen, sea indirectamente como
consecuencia o reflejo de un daño causado a la persona misma, en sus derechos, facultades
(art. 1068 C.C.) o aptitudes. El daño patrimonial debe ser susceptible de apreciación pecuniaria
y su existencia no puede ser cuestión de puro derecho sino que está vinculada a cuestiones de
hecho que dependen de las circunstancias de cada caso. Esto conduce a la necesidad de
probar el daño por quien pretende reparación y si no se acredita ningún perjuicio económico, no
debe producirse indemnización por este concepto. Para la procedencia del mismo, la prueba de
su existencia, certeza, como así también la relación causal e imputabilidad son requisitos sine
qua non. La presencia del perjuicio material debe ser comprobada para poder condenar al pago
de la indemnización, no bastando su mera conjetura con la pretensión objetiva de que la
existencia del mero hecho reprochable infiera el daño. La prueba del daño para el derecho, es
capital, porque es irrelevante la existencia material del daño si no se lo acredita
apropiadamente; un daño improbado no existe para el derecho. La existencia del daño es de
prueba indispensable, no pudiendo otorgarse indemnización alguna si falla esa comprobación.
La mera alegación del daño material, sin que se halle acreditado con otra prueba que no surja
del propio hecho, resulta una presunción carente de relevancia dentro del derecho positivo para
obtener la reparación patrimonial. En la especie, el reclamo vertido por la parte accionante por
este rubro, constituye sólo la pérdida de una chance, la que defino como una probabilidad de
beneficio económico que, en la especie, no supera la existencia de un daño eventual o
hipotético, lo cual resulta un obstáculo que la parte reclamante no ha podido superar, a los fines
de constituirse en un perjuicio cierto y resarcible.
En otras palabras, el hecho generador del reclamo, no produjo en el actor un daño material
indemnizable. Consecuentemente, se desestima la pretensión indemnizatoria de la accionante,
por éste concepto -
COMENTARIO.
con basamento en que se presumiría el daño en función de que estaría acreditado por
responsabilidad aquiliana, por lo que la sola realización del hecho dañoso lleva a
del actor. Toda vez que la banca demandada pudo -pues poseía a su alcance los
mecanismos necesarios para tal hacer- y debió detectar que éste último no era la
persona que afirmaba ser. Para expresarlo de otro modo, considero que la entidad
hecho.
en los actos positivos. Y siendo así y, siempre que se traduzca en un perjuicio efectivo
sean innegables, como lo es en este caso (arts. 512, 902, 904 y cctes. del Código
alguna situación objetiva que excluya la posibilidad de un perjuicio de este tipo (arts.
1078, 1084 y concds. del Código Civil, 375, 384 del CPCC; SCBA Ac 41539 del
demanda
Autos: BINELLI ROSANA LAURA C/BBVA BANCO FRANCES S.A. s/DAÑOS Y PERJUICIOS .
Juzgado en lo Civil y Comercial Nº 4 del Departamento Judicial Quilmes a cargo del Dr.
GABRIEL PABLO ZAPA.
COMENTARIO.
información y lealtad -para nombrar sólo alguno de ellos-, encuentran hoy día su
y conc. ley 24.240; arts. 1198 y conc. Cód. Civ.). y son pautas interpretativas
por el banco respecto a la posibilidad de daño que la inclusión en las precitadas bases
1071 del Código Civil determina para tener por configurado el abuso de derecho.
lo impuesto por las circunstancias de personas, del tiempo y del lugar y por ende, es
del caso recordar que cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno
conocimiento de las cosas, mayor será la obligación que resulte de las consecuencias
posibles de los hechos (art. 902 Cód. Civ.). En las circunstancias expuestas, la
B.C.R.A., debió arbitrar los medios para que tal información fuera veraz, acorde y
mismo (arts. 384 y conc. CPCC). El banco demandado debe responder por los daños
respecto que las sentencias sean un fiel reflejo de lo que acontece en el mundo que
derivada de una concreta ratio legis: la inferioridad de los profanos respecto de los
contractuales, y en especial en las que se enlazan entre los bancos y sus clientes
las circunstancias del caso conforme reza el art. 522 del Código Civil, merituando la
interpretación restrictiva del art. 522 del citado plexo normativo para indemnizar el
daño moral, cuando deben analizarse los efectos del incumplimiento contractual en las
entidad crediticia como tal, sus actos y desenvolvimiento en la plaza comercial deben
ser por demás cuidadosos, toda vez que en caso contrario debe imputársele sus
consecuencias (art. 902 Cód. Civ.; cf. Cám. Apel. Lomas de Zamora, Sala I, in re
Albelo Mirta c/Banco de la Provincia de Bs. As. s/incump. contractual y daños y perj. ,
por nuestro más alto Tribunal Provincial respecto a que el daño moral debe tenerse por
situación objetiva que excluya la posibilidad del daño moral (SCBA, Ac. B -48.618 bis,
del 10-3-92; entre otras). Tendencia que si bien es receptada en los juzgados de
superar en la alzada.