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INSTITUTO DE SUPERACION MINISTERIAL

Las misiones
transculturales frente a la
globalizacioó n y la
migracioó n
Misionologia

Maestra: Hna. Sarita Martínez


Alumna: Blanca Rodríguez
¿Cómo la globalización y la migración puede ser un medio para hacer misiones
transculturales?

La globalización es un procedimiento histórico que ha llevado a la unificación internacional de las


áreas económicas, culturales, tecnológicas, políticas y sociales, transformando al mundo en un lugar
cada vez más conectado hasta llegar a considerarse una comunidad mundial.

Siendo esta la definición considero que misiones se puede hacer de cualquier modo que Dios quiera
utilizar. El mueve sus piezas estratégicamente para que se cumplan sus propósitos.

La globalización cumple un papel importante en el avance de la tecnología lo cual permite una


comunicación instantánea en todos los sentidos, sin embargo también requiere más capacitación a
los misioneros, porque la habilidad en el uso del Internet es indispensable, a través de este medio
permite comunicaciones casi instantáneas con su iglesia local, su familia y sus amigos en una
manera eficiente y económica.

El transporte es otro medio que ha achicado nuestro globo. Hoy, se puede viajar de cualquier país
del mundo y estar en cualquier otro país dentro de 24 horas. Aunque los pasajes aéreos parecen
caros, en comparación de lo que históricamente costó viajar, son realmente baratos. Cuando
William Carey navegó de Inglaterra a la India en 1790, el pasaje para él y su equipo costó el
equivalente de 50 años de un sueldo básico.

Otro factor a destacar es en la economía la globalización facilita la transferencia de divisas. Lo cual


hace más fácil poder apoyar a un misionero que tiene una necesidad. Sin duda alguna la
globalización puede ayudar a extender el Reino de Dios.

Gracias a la globalización hay mucho más recursos a la mano, información, traducciones, materiales
de todo tipo, sin embargo no podemos ignorar que está modificando culturas tremendamente, cada
día hay más lenguas muertas, porque los nativos prefieren la cultura occidental y aquí prefieren lo
norteamericano incluyendo el idioma y muchas otras conductas extranjeras. Piensan que lo mejor es
lo más moderno, poco a poco se va perdiendo la identidad cultural.

La iglesia no está preparada lo suficiente para esta nueva tendencia de globalización, en la


uniformidad se presenta un nuevo desafío para entrar en ese monstruo de unidad y de uniformidad
para los que hacen misiones, sin embargo creo en la soberanía de Dios en su poder, de modo que
Mateo 28:19,20 fue una realidad, está siendo una realidad y será una realidad, sin importar los
desafíos que se presenta en cada época y cultura. Como creyentes debemos estar centrados en Dios,
nuestra dependencia a él, hará que seamos efectivos en la tarea.

Otro aspecto a considerar es la migración es una de las cuestiones globales determinantes de


principios del siglo XXI. Alrededor de 175 millones de personas, incluidos 10,4 millones de
refugiados, residen fuera de su país de origen, o en otras palabras, una de cada 35 personas en el
mundo es un migrante. No hay un sólo Estado que se haya librado del fenómeno de la movilidad
humana.

Ha ido en aumento, lo podemos ver aquí en nuestro país, con las nuevas reformas que hizo Estados
Unidos, muchos que habían considerado establecerse en el vecino país no lo lograron y tuvieron que
permanecer en México, siendo esta una oportunidad única para presentar el evangelio. Dios está
usando la adversidad y los problemas como una oportunidad para extender su Reino.

Por ejemplo en Chihuahua, estamos teniendo a tantos inmigrantes expulsados de EUA, de tan
diversas nacionalidades, es una oportunidad excelente para hacer misiones, la iglesia en Chihuahua
lo está haciendo con tantas limitaciones pero creo que con mucho fervor. Quisiéramos hacer más
pero no podemos olvidarnos que el que hace la obra de salvación es nuestro Dios trino.

Dios cumplirá Sus propósitos con o sin el esfuerzo voluntario de la iglesia. Pero su pueblo vive un
momento especial que permite el gozo de creer que se puede cumplir la gran comisión dentro de
esta generación. La iglesia global está captando la visión. Las fuerzas de globalización han provisto
herramientas que facilitan la comunicación, la movilización y el envío de recursos. Las estructuras
de envío también serán más ágiles, apoyadas por la flexibilidad y acceso que proveen estos medios.

Por otro lado, la dificultad de la tarea de evangelización aumentará. La resistencia de los


movimientos nacionalistas y las filosofías pluralistas identificarán al misionero como “el enemigo
cultural número uno.” El precio será el rechazo y el martirio. Las persecuciones de las iglesias
minoritarias aumentarán.

Un testimonio de una amiga pastora me comentaba lo siguiente: “quisiéramos hacer más, es solo
una expresión porque honestamente no somos tan capaces…recibí a una japonesa para ministrarle
por problemas laborales y lo hice pero perdí la oportunidad de ser efectiva en cuanto a Cristo por
desconocer la creencia de los japoneses, me pudo en el alma”

Me impactaron sus palabras, por eso hay una pregunta que taladra mi mente es: ¿Cómo
responderemos ante este reto tan abismal? Estamos preparados para recoger la cosecha, porque los
campos están listos. Este es el tiempo en que debemos tener una búsqueda intensa del Espíritu
Santo para que nos capacite para cumplir la meta que está en el corazón de Dios.

La globalización nos acerca pero podemos estar muy lejos aun estando cerca. Es tiempo de regresar
al secreto de Dios y orar para pedir que él lo haga pero que vaya más allá de nuestras capacidades,
la gloriosa intervención del Espíritu Santo hace posible todas las cosas.

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