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MI EXPERIENCIA EN LA CASA HOGAR “TODOS SOMOS HERMANOS”

Camila Rodríguez Alduenda


A causa de este proyecto, tuve mi primera visita a una casa hogar. En este
caso, una de ùnicamwent5e hombres, de diferentes edades. Conocimos a
cinco niños desde 10 años hasta 16, de los cuales todos me cayeron muy bien
y me divertí mucho al convivir con ellos. El ambiente donde convivimos y
jugamos era muy agradable.
Al llegar si me sentí algo nerviosa, porque pensé que podía que
incomodáramos a los niños y hasta a las señoras dueñas del lugar, pero al
pasar el tiempo el ambiente donde convivimos y jugamos fue muy agradable.
Lo primero que hicimos fue dar la despensa y acomodarla, para después ya
salir afuera donde se encontraban los niños. De patio, tenían una cancha y los
encontramos jugando fútbol, lo que dio la idea de que la primera actividad que
haríamos sería jugar con ellos. Nos presentamos tanto nosotros los alumnos
como ellos los jóvenes, e hicimos equipos junto con ellos para jugar partidos.
Pienso que fue una excelente forma de empezar la convivencia y conocernos,
porque como hicimos deporte, todos nos activamos y nos dio energía. Fue
súper divertido ya que nos reímos mucho y todos querían ganar.
Poco a poco nos cansamos, y los niños aun con toda la energía del mundo. A
ratos nos sentábamos con los más grandes, porque ellos también ya se habían
cansado, pero pasaba un ratito y volvíamos a jugar con los más pequeños.
Luego de eso, todos entramos a la casa a pasarla más tranquilo, platicando. La
pase muy bien cuando estuvimos dentro hablando y conociéndonos, fue muy
agradable y divertido. Jugamos algunos ju7egos de mesa y pues la diversión
no acababa. Fue muy amable de parte de los niños cuando nos daban de sus
dulces, pues antes de que llegáramos habían tenido una piñata.
Finalmente, cuando ya casi era tiempo de irnos, preparamos la cena mientras
los demás acomodamos el cuarto donde jugamos con los juegos de mesa.
Esperando, continuamos platicando y pasándola bien. Todos los niños eran
muy divertidos, aunque los chiquitos eran muy traviesos. Pero, al final siempre
se calmaban un poco. Al momento de comer, nos reíamos por cualquier cosa y
nos tomamos fotos felizmente. Lo triste fue cuando llego la hora de
despedirnos. Agradecimos por todo y nos despedimos de cada uno, me di
cuenta que iba a extrañar esa experiencia y toda la diversión que tuvimos.
Conocer y pasar la tarde con esos niños fue una experiencia inolvidable y
sumamente agradable, y espero que algún día lo podamos repetir.

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