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Todos los niños necesitan un hoga y familia, nada justifica que discriminemos a cierto tipo de parejas

para adoptar.

Para comenzar, la parentalidad es un proceso complejo que implica algo más que una madre o un
padre proporcionando comida y seguridad al niño(a), la calidad de la parentalidad no depende del tipo
de estructura familiar donde se vive; depende de las conductas, interacciones y enseñanzas de los
padres.

Por lo tanto, la adopción tiene por objetivo velar por el interés superior del adoptado, y amparar su
derecho de vivir y desarrollarse en el seno de una familia que le brinde afecto y procure los cuidados
tendientes a satisfacer sus necesidades espirituales y materiales, cuando ello no le pueda ser
proporcionado por su familia de origen.

Entonces, la justicia debería de traducirse en asegurar el bienestar infantil. El niño lo único que
necesita para el pleno desarrollo de su personalidad es amor y comprensión. Siempre que sea posible,
deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y , en todo caso, en un ambiente de
afecto y de seguridad “moral” y material.

La adopción en Chile es todo un tema. Podemos hablar de miles de niños que crecen esperando ser
adoptados. La adopción es un acto de amor. Necesitamos que existan familias que elijan adoptar. Que
los miles de niños que esperan no crezcan con la frustración de que nadie los quiso o de no tener una
familia, necesitamos que la sociedad trabaje más para los niños y que “el bien superior del niño” le
gane a los prejuicios y a la homofobia.

Respecto de los derechos de niños y adolescentes y de la Convención ratificada por Chile desde hace
años, debiésemos señalar que este tratado internacional de Derechos Humanos tiene el mérito no
sólo de proteger la infancia, sino que además a lo largo de todo su articulado consagra un derecho
humano esencial: El Derecho a la Familia.
En efecto, todo niño tiene derecho a tener una familia, a ser parte de una, y por ello la familia misma
como concepto abstracto es sujeto de protección independiente de cualquier condición de sus
integrantes.

La mayoría de veces los principales argumentos apelan que los niños sufrirán discriminación en la
escuela por tener padres del mismo sexo, y la verdad es que no existe evidencia científica que
demuestre que para un niño o niña sea mejor o peor que sus padres sean heterosexuales u
homosexuales, así declaró la psicóloga del programa de identidad de Género del Hospital Sótero del
Río, Janet Noseda. Información avalada por el Colegio de Psicólogos que ha sacado documentos
oficiales respecto al tema.
Las familias lesbo-maternales y homo-parentales existen y seguirán existiendo, así que ese argumento
del bullying que recibirán en los establecimientos educacionales no convence a nadie. Hay que educar
para que eso no pase. Hay que conversar con los alumnos y alumnas para darse cuenta que la
discriminación no los llevara a ningún punto en sus vidas.
Respecto a esto, la realidad es que los niños pueden ser malos, sin importar que los compañeros
vengan de una familia con dos mamás o dos papás. El bullying existe para los niños ricos, pobres,
asiáticos, de papás heterosexuales y para los niños por ser niños, sin una razón justificable.

“Lo importante es buscar los mejores padres, no discriminar”


Así señaló la directora nacional del Sename, Marcela Labraña.

Pongamos el siguiente caso. Lissette Villa, 11 de abril, año 2016, protagonizando el “Caso Sename”.
Murió, cito al portal de noticias “Clarinet”, cuando sus dos cuidadoras “al margen de todo protocolo, la
inmovilizaron, la sujetaron de las extremidades, se subieron a sus espaldas y la llevaron arrastrando
a su pieza.”
¿Realmente estamos velando por el bienestar infantil? ¿O nos estamos cegando y encerrando en la
opinión de “no es lo normal, no es lo natural” para defender nuestras creencias morales? Porque si
ese es el caso, preguntémonos lo siguiente: ¿Vale la pena que miles de niños que están en el SeNaMe
corran el riesgo de ser violados, maltratados, asesinados para defender nuestras opiniones? ¿Por qué
negarles un hogar en el que podrían ser recibidos con el amor que se merecen? ¿Por la sexualidad
de sus padres?

Tenemos que darles más posibilidades de tener una familia a todos los que están esperando ser
adoptados. La adopción por parte de parejas homosexuales es solo abrirle el abanico de posibilidades
a los niños y niñas. No los hagamos seguir esperando.

“Todas las personas deberían ser tratadas de igual manera, sin


importar quienes son o a quienes aman” Ex presidente de Estados Unidos,
Barack Obama.

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