una serpiente tallada o entre dos líne- simbólico) pueden utilizarse separa- Emilia Rauscher as rojas. Son raros los casos en los damente o de forma complementaria. que aparecen cruces, uno o dos y Las runas sirven también para es- as runas son caracteres de trazos hasta tres puntos para marcar los es- cribir palabras y nombres como L rectos y oblicuos, hechos para ser grabados con buril o estilete sobre pacios. Se escribía indiscriminada- mente de izquierda a derecha o tam- nuestras letras sencillas. Pueden igualmente grabarse en tono de ala- piedra, metal o cuero en lugar de ser bién a la inversa, o enlazando los tex- banza, ensalzamiento poético o aédi- caligrafiados en una hoja de papel. Al tos mediante juegos de letras: co. Este carácter más o menos sagra- leer esta descripción tan general, se algunas runas se escribían “en espe- do de las runas aparece tanto en su podría pensar en una escritura ruda jo” o “cabeza abajo”, combinadas o etimología (la palabra runa integra las muy afín a los “bárbaros” vikingos. repetidas hasta una quincena de ve- Sin embargo, muy al contrario, la es- ces. critura rúnica se manifiesta como Sea como fuere, es evidente que 1 En Suecia se ha encontrado el muy bella y llena de sutileza y finura. se trata de una verdadera escritura en futhark más antiguo, de 24 runas. Para el ojo profano, estas inscrip- la que las runas son letras aunque los Data del s. VI. ciones podrían parecer herméticas y escandinavos tengan sobre éstas últi- primitivas por diversas razones: por mas una percepción distinta de la 2 Las 800 runas de la piedra de un lado, sólo se trata de mayúsculas nuestra. Rök (s. X) fueron grabadas por y, por otro, la ausencia de signos de Si, para nosotros, una letra desig- Varin a la memoria de su hijo. puntuación parece desposeerle de rit- na un sonido, la runa reúne distintos Contiene estrofas dignas de poemas mo sin determinar el final de una fra- aspectos: tiene un sonido pero igual- escaldos. “Ha reinado Teodorico, se o de una palabra de tal suerte que mente un nombre acrófono lleno de pleno de valor, principal de la guerra las runas se extienden a lo largo de sentido. Estos dos valores (fonético y en las playas del mar Hreid. [Está} sentado ahora completamente armado sobre su caballo, escudo al hombro, el héroe de Märingar”. 1 3 Las runas pertenecen a un sistema alfabético. El nombre futhark proviene de las referencias a sus siete primeros caracteres. Compuesta de 24 runas hasta el s. IX aproximadamente, el futhark sufre varias evoluciones y pasa a 16 signos en los países escandinavos. 2 Adjunta puede verse la inscripción en la piedra de Gummarp (s. VII) con un significado sin duda mágico.
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Las runas y su significado Emilia Rauscher
4 Odín es el dios que trajo las
runas atribuyéndose él mismo el primer poder. (Estela rúnica del s. X dedicada a dos hermanos en la isla de Gotland. El propio Odín está representado.
5 A partir del s. XIV, la escritura
rúnica es desplazada por el alfabeto latino y las inscripciones pierden su aspecto místico y sirven para escribir textos cristianos. Aquí puede verse un calendario sobre madera en el que se han anotado los días de los Santos y los meses mediante la aplicación de futhark (s. XVI). 5
ideas de secreto y misterio) como en
su origen mítico. Su verdadero origen continúa siendo misterioso y sujeto a múltiples controversias. Es difícil no establecer semejanzas entre las runas y los alfa- betos latino, griego y etrusco, y se supone que algunas tribus de germa- nos, que llegaron a comerciar en es- tas regiones, se inspirarían en ellas, las asumirían y, a su vez, las difundi- rían en sus movimientos migratorios meros caracteres no son alfa, beta... una especialidad escandinava deriva- hacia el Norte. sino f. u. t. h. a. r. k. .... da de la propagación del cristianis- Por encima de todas estas supo- En sus primeros pasos (hacia los mo, que impuso el alfabeto latino. siciones, el sistema rúnico se esta- siglos II y III de nuestra Era) el fut- Las inscripciones nórdicas más anti- bleció en su forma original con cierta hark constaba de 24 letras y se utili- guas que se conocen son danesas, vinculación a los alfabetos mediterrá- zaba en el mundo germánico; más por cierto bastante escasas pero casi neos incluso hasta en el orden de las tarde, en Inglaterra, Islandia y Groen- siempre grabadas en metal, huesos, letras. Así, se habla no de alfabeto, landia a merced de las expediciones piedra, etc. Su traducción no resulta sino de “futhark” dado que sus pri- vikingas. Pero rápidamente surgiría sencilla aunque se trate generalmente de indicaciones de propiedad. Al cabo del tiempo, con la desaparición de El sistema rúnico se ciertas lenguas (y con ello, de ciertos sonidos) y la evolución de otras, el estableció en su forma antiguo futhark acabó por quedarse obsoleto experimentando una trans- original con cierta formación profunda hacia el siglo VI en el que surgen diferencias según vinculación a los alfabetos las regiones: Escandinavia adopta un nuevo futhark de 16 signos en tanto
mediterráneos que los anglo-sajones desarrollan
otro de 28 y, más tarde, de 33 carac-
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Emilia Rauscher Las runas y su significado
Pero las piedras también pueden
guardar restos de textos más filosófi- cos o poéticos. La inscripción de la piedra de Rök (principios del s. IX, en Suecia) es una de las más conocidas, contiene cerca de 800 signos y lleva simultáneamente indicaciones sobre quién la elevó y un poema escaldo. La piedra de Skarpaker sigue la mis- ma línea y en ella se puede leer “La Tierra se desgarrará y el cielo, tam- bién”. La inscripción de la piedra de Hä- llestad (s. X) es más interesante a la par que bella: “Una piedra sobre la colina, consolidada por las runas”, nos habla de otro empleo de estos caracteres: la magia. Es el caso del cráneo de Ribe (s. VIII): “Ull y Odin e Hydyr, ¡ayudad a Bur contra el dolor y la fiebre!” La tablilla para tejer de Lund se- ñala “El hijo de Ingemar tendrá mi mala suerte”. En la piedra de Glaven- durp puede leerse: “Que Thor santifi- que estas runas! Que sea maldito quien deteriore esta piedra o la des- place para recuerdo de otro”. Y el amuleto de Högstena (s. XI) constitu- ye un modelo en su género: “Contra quien haga magia, contra quien ca- 6 Las inscripciones escandinavas podían inscribirse en el cuerpo de una mine, contra quien cabalgue, contra serpiente o entre dos líneas rojas. Los espacios entre palabras y frases se quien corre, contra el que navegue, indicaban mediante puntos (uno, dos o tres puntos) o cruces (s. XI, Suecia). contra el que viaje, contra el que vue- le, toda la canalla debiera entrar en teres. Si nos limitamos a Escandina- La escritura vikinga agonía y morir”. via, el cambio es importante ya que El apogeo del nuevo futhark de 16 La magia puede hallarse también llegan a confundirse algunos sonidos signos se sitúa en el periodo vikingo, en las inscripciones bajo una forma (p y b ó k y g) y otros se ven repre- época entre los siglos IX y XII en la más sutil para nosotros, simplemente sentados por runas diferentes. que las inscripciones más numerosas mediante ciertas runas o por medio se encuentran en Dinamarca, Norue- de su repetición: la piedra de Gum- Ambos futharks coexistirán entre ga y Suecia debido a la multiplicación marp (s. VI) lleva el siguiente texto: 650 y 800, antes de que el segundo de las piedras rúnicas, tradición ini- “Haduwolf ha trazado tres veces el suplantara al primero definitivamente. ciada en Dinamarca y adoptada algo signo fff”. F es la runa llamada fehu, Finalmente, pasa por una última evo- más tarde en Suecia donde alcanzará es decir “riqueza” ; parece lógico que lución en el siglo X, momento en el toda su amplitud con más de 3.000 se trate de una llamada a la riqueza. que la incorporación de nuevas runas monumentos reconocidos. Del mismo modo, el lazo de Skabers- creadas a partir de otras antiguas a Los temas abordados son varia- jo contiene por lo menos 15 R, pero las que se incorporaron puntos pa- dos encontrándose en primer lugar su interpretación resulta más com- sando a tener 27 signos. De todas textos de carácter histórico, como es pleja al datar la inscripción de la épo- formas, estas adaptaciones no pue- el caso, por ejemplo, de las piedras ca de transición entre los dos fut- de Jelling (siglo X, en Jutlandia), que harks. den frenar su progresivo debilita- evocan los reyes más antiguos cono- Es este lado místico, sobrenatu- miento ante el empuje del alfabeto la- cidos en Dinamarca, Gorm y Harald. ral, el que perderán las runas ante la tino de la nueva religión. Hasta el s. Se levantaron una veintena de piedras llegada del Cristianismo. Se transfor- XIII, las runas se graban sobre obje- por las tropas de Ingvar en honor de marán en simples letras, al significar tos pero los textos se han convertido los caídos en combate en Europa del solamente lo que está escrito, antes en cristianos. Este. de su desaparición.