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Escamilla Pérez Rosa Esmeralda

Letras Alemanas

La mitificación femenina en la obra de Rosario Castellanos

Me declaro en contra de todo poder cimentado en prejuicios aunque sean antiguos.

MARY WOLLSTONECRAFT

Introducción

En la sociedad mexicana existe una fuerza social (originalmente masculina) que ha subyugado

a la mujer a roles muy específicos a partir de un universo de significaciones que constituyen lo

femenino. Estas interpretaciones le otorgan un lugar en la cultura a la mujer y repercuten de

forma mayúscula en el desarrollo de las subjetividades (presentes y futuras), quienes a su vez

inciden en el desenvolvimiento de las relaciones humanas. Ellas establecen el límite de lo

permitido, resaltando incluso lo que el género puede hacer, pensar y hasta desear.

Una de las figuras intelectuales más empeñadas en denunciar y reivindicar la figura de

la mujer mexicana durante el siglo XX fue Rosario Castellanos.1 Su último drama muestra a la

mujer sujeta a las ataduras sociales, residente y repetidora de los prejuicios. Este se burla del

machismo y a su vez lo crítica. En la crítica a la obra teatral realizada por Lupita durante el

debate de las mujeres burguesas del tercer acto de El eterno Femenino de Rosario Castellanos

la imagen prejuiciada de la mujer analizada a partir de los criterios morales, estéticos e

intelectuales descritos en “La mujer y su imagen” crea una denuncia para desenmascarar los

mitos que subyugan a la mujer.

Desarrollo

La obra aborda la problemática de la mujer mexicana como un sujeto alienado, sujeta siempre

a conveniencia del varón. El desarrollo del drama se realiza en un salón de belleza, un lugar

simbólico que representa la sumisión al canon estético preestablecido, donde Lupita, la

1Al respecto escribe Gabriela Cano: “La preocupación sobre las desventajas sociales y prejuicios que limitaban a las mujeres
estuvo presente en el conjunto de su obra” (“Rosario Castellanos y el feminismo…” s/p).

1
protagonista, se prepara para su boda. El tercer acto comienza con la preocupación desbordada

de Lupita, pues a poco tiempo de celebrar el matrimonio su peinado aún no está listo. Como

una posible solución la dueña y la peinadora le ofrecen diversas pelucas, cada una la incita a

imaginar cierto escenario según su imagen, dirigido por la personalidad a la que esta se adapta.

La última peluca que Lupita se prueba es llamada “Al filo del agua”, con ella surge un escenario

en el ámbito burgués mexicano, donde algunas señoras toman clases de cultura y Lupita es su

maestra.

Lupita es señalada como una mujer con un grado académico, el cual la ha hecho más

cuidadosa de su apariencia, el ejemplo de lo anterior se da con los anteojos que porta2, con el

cual encontramos, por un lado, la anulación de la mujer en el aspecto intelectual, recordando

que la ignorancia (en diferentes ámbitos) es considerada una virtud femenina, pues mientras

más desconozca la mujer, más fácil es su manipulación.3 Por el otro se visualiza la sumisión al

canon estético, cuya intención es “reducir a la mujer a la ineptitud”, pues con cualquier método

de embellecimiento incitado por la apetencia de la aceptación masculina la mujer se convierte

en un ente pasivo, sujeta al exterior.4

Siguiendo la historia, Lupita detiene el avance del tema que habían estado tratando para

que las mujeres de la burguesía mexicana que la acompañan, y ella, puedan tocar un tema de

carácter urgente. El debate es generado por El eterno femenino, ya que Lupita lo percibe como

una mofa de “las más veneradas tradiciones, los más caros símbolos”, esta es la mujer

mexicana5, a quien Lupita separa en tres: la madre abnegada, la esposa virtuosa y la novia

2 “Es miope. No es una desgracia; es una oportunidad de usar anteojos diseñados de modo que parezca misteriosa, no
inteligente, atractiva, no capaz” (El eterno femenino, 180).
3 Castellanos, siguiendo a Virginia Woolf, escribió: “‘[La mujer] está constituida de tal manera que no tiene nunca un

pensamiento o un deseo propio sino que prefiere ceder a los pensamientos y deseos de los demás.’ ¿Qué connotación tiene la
pureza [virtud] en este caso? Desde luego es sinónimo de ignorancia. Una ignorancia radical, absoluta de todo lo que sucede
en el mundo” (“La mujer y si imagen”, 13).
4 Rosario manifiesta: “No olvidemos que la belleza es un ideal que compone y que impone el hombre y que, por extraña

coincidencia, corresponde a una serie de requisitos que, al satisfacerse, convierten a la mujer que los encarna en una inválida”
(“LMI”, 10).
5 “[Quien] es el pilar de nuestra sociedad, la que transmite los valores en que nos sustentamos a las generaciones futuras, la

que es manantial de nuestra fuerza y nuestra entereza” (EEF, 182).

2
casta.6 El enojo del personaje cristaliza los prejuicios que se tienen de la mujer en cuanto a su

moral, Castellanos llama a este fenómeno “anulación ética”.

Mencioné anteriormente que la ignorancia es una virtud aplaudida a la mujer, las tres

féminas enlistadas por Lupita se rigen bajo parámetros éticos que inevitablemente las anulan.

La madre abnegada es un ideal, la aspiración femenina por excelencia, las otras dos figuras son

el camino que se debe seguir hasta alcanzarlo. La maternidad modifica el papel de la mujer en

la sociedad, pues retomando uno de los mitos mejor implantados en la cultura mexicana, la

maternidad es un milagro, atenta contra los signos negativos que marcaron a la mujer, la deifica.

Es aquello para lo que las mujeres están hechas aunque no sea un deseo consciente. Virginia

Woolf define a este ideal como “Hada del hogar”, a quien Castellanos atribuye la ignorancia

de lo que es la mujer misma.

Este tipo de ignorancia nos permite dirigirnos a la figura de la novia casta, pues el

desconocimiento gira en torno a la sexualidad. La mujer está sometida también en su

naturaleza, los tabúes se heredan, no es dueña de sí.7 La educan en la vergüenza respecto a sí

misma, no puede ser libre ni interna ni externamente, ni anhelar esa libertad que devendría en

el conocimiento y reconocimiento de su sexualidad, algo peligroso para un aparato social

basado en ideas y costumbres patriarcales.8 En cuanto a la esposa virtuosa Rosario declara que

la educación de la mujer tiene como fin que esta cumpla con las reglas ya establecidas, pues

únicamente se le enseña a obedecer una ética que le es ajena, ética que sirve a los fines y

propósitos de los demás.9

6
El personaje añade: “El ataque es específico y va dirigido [...] contra nuestros atributos proverbiales, atributos
en los que se fincan nuestras instituciones más sólidas: la familia, la religión, la patria” (EEF, 182).
7
Escribe Castellanos: “‘El otro’ [es quien] denomina con exactitud cada sitio, cada recodo y predica la utilidad y sentido y
limitaciones de cada forma.” (“LMI”, 13).
8
“Este [aparato] ha dictaminado, de una vez y para siempre, que la única actitud lícita de la feminidad es la espera. [...] Esta
situación de confinamiento se llama por lo común inocencia o virginidad” (“LMI”, 14)
9
Betty Friedan, feminista coetánea a Rosario, analizó esta situación partiendo de la inconformidad de su estilo de vida: “Las
mujeres que aparentemente valoraban más su educación, que se mostraban más alegres y positivas con respecto a su vida, eran
las que no encajaban con el “rol de las mujeres”, en el sentido que se definía entonces -esposa, madre, ama de casa, entregada
a su marido, a sus hijos, al hogar-. Las que manifestaban dedicarse únicamente a ello estaban deprimidas o totalmente
frustradas” (Mi vida hasta ahora, 133).

3
Posteriormente se problematiza no sólo el contenido de la obra, sino la autoría de esta.

Rosario se inserta en la trama, se auto parodia, acción con diferentes propósitos. Para Lupita es

una vergüenza que una mujer haya escrito tal texto y comparte su enfado con las señoras que

la acompañan, con la intención de que también ellas se apropien de él. Se distingue la función

de la mujer que vive en los prejuicios y se alimenta de su entorno. Así mismo, la anulación; en

sus tres sentidos: intelectual, ético y estético, es ejecutada por otra mujer que también está

educada, pero que peso a esto reproduce las prohibiciones originadas en lo masculino.

Se cuestiona el derecho de la mujer a producir literatura y a su vez, las mujeres que

aspiran a la intelectualidad no sólo desconocen a Rosario, sino que también necesitan

información sobre su vida privada (no hay intenciones de conocer la obra de una mujer) para

determinar si el texto sería tan desvergonzada (acorde a ella), como les indica la profesora.

Castellanos sale del conjunto de la representación de la mujer mexicana10 y por ende no puede

ser respetada por una de las encarnaciones de la misma, quien piensa en tanto a los ideales del

varón.11 La “Lupita intelectual” patentiza la implantación del mito, los estereotipos prevalecen,

se heredan y por ende no se cuestionan.12 El imaginario colectivo dirige a la sociedad,

principalmente a las mujeres, a la idea de la mujer, pero no a la esencia.

Como cierre de la obra, la conversación se centra en la Señora 4 y Lupita, la señora 4

representa el ideal de autonomía, poco a poco adquiere mayor participación, cuestionando su

lugar en la sociedad. Al hablar de liberación las mujeres se percatan de que no son compañeras

del hombre, sino sus “apéndices”, arriba una anagnórisis colectiva y la Señora 4 manifiesta:

“No basta imitar los modelos que se nos proponen y que son la respuesta a otras circunstancias

10
“Lupita: Habrá que demostrar, con hechos, que la mujer mexicana no es esa caricatura —o ese autorretrato— que la
señora Castellanos presenta. No. La mujer mexicana es un ser humano, consciente y responsable, que actúa de acuerdo con
arraigados principios morales, científicos, filosóficos y religiosos” (EEF, 187).
11
Al respecto escribe Mónika Szumurk: “Lupita no es solamente el producto de una sociedad desigual e injusta, sino su
apasionada defensora. [...] Ha sido cómplice de su verdugo. Y es a partir de este sitio de víctima en que la mujer se sitúa para
el aniquilamiento, desde donde tiene que hablarse de regeneración” (“Lo Femenino en El eterno…”, 43).
12
Rosario escribió: “El proceso mitificador [...] alcanza a cubrir sus invenciones de una deidad tan opaca, las aloja en
niveles tan profundos de la conciencia y en estratos tan remotos del pasado, que impide la contemplación libre y directa del
objeto al que se ha sustituido y usurpado.” (“LMI”, 9).

4
que las nuestras. No basta siquiera descubrir lo que somos... Hay que inventarnos” (EEF, 194).

Rosario vuelve a la convicción de la resistencia femenina13, reposiciona el avance en la lucha

de la mujer, una lucha por “convertirse en lo que se es”.

Conclusión

Lupita es una mujer encasillada en la esencia de una sociedad patriarcal. En el tercer acto es

expuesta, primeramente, como una mujer letrada, portadora de la supuesta libertad que se decía,

que las mujeres gozaban ya en el siglo XX. Sin embargo, Lupita utiliza su papel “empoderado”

con el sentido meramente masculino, pues desde su posición superior en cuanto al grado

académico intenta contagiar sus ideales a las mujeres de su entorno, recordándoles los roles

que una mujer debe seguir para estar inserta en la sociedad, para ser aceptada.

Lupita condena el levantamiento de una escritora y el atentado que esta hace contra

aquellas virtudes que configuran a la mujer mexicana. Castellanos enfatiza, mediante la

molestia de Lupita, los papeles que juega la mujer en la sociedad mexicana, nos permite

contemplar la necesidad de reproducir un canon estético basado en un dictamen externo, el

apuro por desempeñar el rol materno y la sumisión incluso en la intelectualidad. Lo anterior

está aunado a una crítica del manejo de tales situaciones en su tiempo, con vistas a un cambio

radical.

13
Redacta Mercedes Serna: “Las protagonistas de esta obra esperan que les llegue una oportunidad propicia para actuar. En
la actitud de espera de estas mujeres ideales, no hay pasividad ni sumisión, sino un planteamiento inteligente” (“Rosario
Castellanos y El eterno femenino”, 51).

5
BIBLIOGRAFÍA

CASTELLANOS, ROSARIO. El eterno femenino. México: FCE, 1975 (Colección popular, 144).
---.“La mujer y su imagen”. Mujer que sabe latín…. México: FCE, 2017, pp. 9-18.
FRIEDAN, BETTY. Mi vida hasta ahora. Madrid: Cátedra, 2003 (Feminismos).
SERNA, MERCEDES. “Rosario Castellanos y El eterno femenino.” Anagnórisis. Revista de
investigación teatral, 9, (2014): 40-52.
SZUMURK, MÓNIKA. “Lo femenino en El eterno femenino de Rosario Castellanos.” Mujer y
literatura mexicana y chicana. Culturas en contacto, 2, (1994): 37-46.
SITIOS WEB
CANO, GABRIELA. “Rosario Castellanos y el feminismo de la nueva ola.” Confabulario. 03
Agosto, 2014. El Universal. 19 Oct, 2019. <https://confabulario.eluniversal.com.mx/rosario-
castellanos-y-el-feminismo-de-la-nueva-ola/>.

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