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A través del tiempo, ha existido la pregunta sobre quien asume los riesgos en caso
de que la cosa objeto del contrato de compraventa, presente algún daño antes de
que el comprador la tenga en su poder, en inclusive por responsabilidades que no
son atribuibles al vendedor, como lo son la fuerza mayor y el caso fortuito.
Antes de continuar es importante definir estos dos conceptos. La fuerza mayor o
caso fortuito en el sistema colombiano la precisa la Ley 95 de 1890, así mismo el
articulo 64 del Código Civil, que indica lo siguiente:
“Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto o que no es posible resistir,
como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de
autoridad ejercidos por un funcionario público, etc.”
1. Derecho Romano:
Se establece la regla periculum est emptoris, donde se indica que los riesgos los
asume el comprador desde el momento del perfeccionamiento del contrato, esto
sin embargo que la venta fuera simple, sin que estuviera limitada a plazos y
condicionamientos. En caso de que esta venta tuviera estas condiciones, es el
vendedor el responsable, siempre y cuando no se haya cumplido la misma.
De igual forma, exonera de esta responsabilidad al comprador, si la cosa, por
medio de un “acto de autoridad” fuese declarada fuera de comercio o extra
commercium o se le expropia, se librará el comprador de la responsabilidad del
pago.
4. Sistema Alemán:
Hace coincidir la transferencia de los riesgos con la tradición de la cosa, es decir
que el vendedor transmite el riesgo al comprador al momento de producirse la
entrega de la cosa, aunque si la entrega compromete transporte, la transmisión
del riesgo se dará cuando el vendedor entregue la mercancía al transportador.
En el sistema colombiano, tenemos este tema abordado desde tres frentes; El
Código Civil, El Código de Comercio y la Convención de la Naciones Unidas sobre
Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías.
LA TRANSMISION DE RIESGOS EN COMPRAVENTA CIVIL.
En materia civil, el código mismo diferencia la situación debido a la naturaleza de la
cosa, si es de género, de cuerpo cierto o de especie y los trae con respecto a las
obligaciones de dar o hacer.
Si la obligación es de género, es decir, cuando tienen por objeto un individuo de una
clase o género determinado, el articulo 1567 indica lo siguiente:
“La pérdida de algunas cosas del género no extingue la obligación, y el acreedor
no puede oponerse a que el deudor las enajene o destruya mientras subsistan
otras para el cumplimiento de lo que debe.”
Es decir, que el comprador no puede oponerse, siempre y cuando existan otras
del mismo género que puedan satisfacer la obligación adquirida.
Para las cosas de cuerpo cierto o de especie; que se refiere a aquellas que se
pueden identificar por su singularidad, esta responsabilidad queda a cargo del
comprador según como versa el artículo 1607:
“El riesgo del cuerpo cierto cuya entrega se deba es siempre a cargo del acreedor;
salvo que el deudor se constituya en mora de efectuarla o que se haya
comprometido a entregar una misma cosa a dos o más personas por obligaciones
distintas: en cualquiera de estos casos será a cargo del deudor el riesgo de la
cosa hasta su entrega.”