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Presentado por Angélica Celis, Directora ONG CET-Sur (Chile) en la VI Asamblea del Fondo Indígena.
CEPAL Chile. Junio 22 del 2004
Del etnodesarrollo al desarrollo con identidad:
Esta concepción que primó en los discursos y políticas publicas dividió al mundo en
desarrollados y subdesarrollados asumiendo que características como ser urbano, letrado,
maquinizado y moderno eran sinónimos de bienestar humano y de participación social y
política en este mundo marcado por la modernidad. La búsqueda del desarrollo y las
políticas que se implementaron inspiradas en esta concepción intentaron eliminar las
diferencias entre desarrollados y subdesarrollados en el llamado Tercer Mundo, impulsando
para ello distintos programas que permitirían el avance de la población más pobre a un
nivel superior ( de desarrollo). Se trataba de eliminar las diferencias y facilitar el desarrollo
de la igualdad, era “ un todos iguales “ que intentaba superar las diferencias.
El etnodesarrollo enfatiza las diferencias que tiene con esta concepción, basándose en
ideas, pensamientos y mecanismos indígenas que intentan responder a la concepción de
desarrollo clásico. El etnodesarrollo enfatiza un “para si mismos” , un hacer que explicita
las diferencias pero a favor de lo indígena, lo originario, lo radical, éste último en el sentido
de las raíces. Es otra producción cultural que emerge para reivindicar el derecho a la
diferencia y a procesos de elaboración cultural y discursiva propios de los indígenas y para
los indígenas.
Desarrollo con identidad alude más bien a una expresión política del aporte indígena para
el conjunto de la sociedad nacional o regional, marcadamente y no concientemente mestiza
e híbrida. Alude a una cierta condición y expresión de modos de ver el mundo, a
principios y valores tradicionales y modernos, a una lógica cultural y una construcción
discursiva que expresa la especificidad de la cultura originaria como columna vertebral de
la construcción social y política de un bienestar sostenido y sustentable , definido
culturalmente. Así, la cultura,( y la “incultura”) que se consideraban atributos o accesorios
de las sociedades locales, rurales o tradicionales y en algunos casos categoría residuales
que se expresaban en los procesos de modernización que se impulsaban e impulsan en la
actualidad se convirtieron en una problemática y en una solucionática en el desarrollo con
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Presentado por Angélica Celis, Directora ONG CET-Sur (Chile) en la VI Asamblea del Fondo Indígena.
CEPAL Chile. Junio 22 del 2004
identidad que apostaba a otras coordenadas políticas y culturales en nuestra región
latinoamericana.
El desarrollo con identidad fue también una apuesta política de indígenas e indigenistas por
la validar la estrategia de incidencia en las agendas públicas, participar de procesos
políticos nacionales y no sólo acotados a los indígenas. Tuvo a inicios de la década de los
noventa, en el contexto de los quinientos años, una vigorosa expresión en América Latina,
se le otorgó con bastante publicidad y se explicitaron las coincidencias que generaba entre
organizaciones y movimientos indígenas a nivel latinoamericano, Surgieron bajo su alero,
movimientos como “El Grito de los Excluidos” que facilitaría el encuentro de indígenas y
no indígenas en luchas comunes y alianzas políticas entre grupos progresistas nacionales
no indígenas y personalidades, sujetos y organizaciones indígenas.
En Chile, las alianzas políticas para recuperar la democracia y administrar los incipientes
procesos de democratización política generaron un espacio fértil para la discusión y la
elaboración de tales proposiciones.
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Arturo Escobar .Globalización, Desarrollo y Modernidad Publicado en: Corporación Región, ed. Planeación,
Participación y Desarrollo (Medellín: Corporación Región, 2002), pp. 9-32.
- Un segundo principio era la territorialidad, entendida como resignificación del lugar de
origen, del espacio vivido, con sentido histórico y con sentido propio, con dinámicas
sociales y culturales que pudieran dar cuenta de articulaciones sociales y políticas que
facilitaran la vida en el territorio, así como la gestión propia y apropiada, entendida como
práctica de procesos autónomos que se desarrollarían posteriormente.
- Un tercer principio era la aplicación de una economía local , territorial que expresara el
respeto por la naturaleza, por el mapu( naturaleza y no sólo medio ambiente)en la
aplicación de principios económicos indígenas como la subsistencia, la soberanía
alimentaria, la sustentabilidad de los ecosistemas, el intercambio y la combinación de
actividades colectivas, familiares e individuales.
Cuando hoy es perfectamente reconocible, aún por sus mas enconados detractores, el
enfrentamiento y la resistencia que ejercen los movimientos locales por mantener el
derecho a la diferencia, hemos aprendido que la lógica globalizadora es aún mas
totalizante que la de la modernizacion. La rápida adopción del modelo neoliberal, sin
reparos, sin filtros, sin participación social ni política, no sólo por parte de los últimos
gobiernos democráticos sino que por otros estamentos de la sociedad ha transformado a la
“población pobre” en sujetos pasivos, sujetos de focalización de subsidios. Estos últimos
no son retribuciones por producir alimentos, bienes y servicios básicos en condiciones de
inequidad sino más bien son herramientas para acceder al consumo de los artefactos
culturales del progreso clásico.
En la actualidad pese a que los indígenas, sobre todo los rurales, son productores de
alimentos, bienes, y servicios para las localidades y sus habitantes indígenas y no
indígenas, los beneficios y la riqueza que éstos generan, escapan al control indígena como
cuerpo social productor. No son sólo las condiciones de pobreza las que juegan en este
escape de los beneficios y la riqueza, los son también las condiciones estructurales de un
apartheid particular, un tipo de desarrollo dual que se manifiesta hoy en el territorio
mapuche, entre zonas ricas y pobres, centros que se desarrollan a costa de la pobreza de
otras localidades y de su gente. Como es el caso de la ciudad de Temuco.
La respuesta oficial a esta situación es una oferta política que no es tal, es más bien del
tipo social bajo la fórmula empleo - comercio ( empleo como trabajo asalariado en franca
precarización, complementado con inserción en “los mercados” de los pequeños
productores bajo ciertas definiciones financieras ). Poco se aprecia en estas respuestas de la
promesa de democratización de la sociedad nacional que se acordó en un plan político
compartido a inicios de la construcción democrática de los noventa.
¿Por qué un proceso de construcción política democrático que expresó compromisos y
destinó esfuerzos a la elaboración de discursos multiculturales se frustró de manera tan
intensa y casi irreversible?
Primera Propuesta:
- Vivimos en una cultura que lleva implícita una jerarquía y un orden jurídico en las
prácticas y discursos sociales y políticos. Hoy como nunca , se debe actuar en la
legalidad vigente. Somos un país legalista. Y la legalidad vigente acepta como
legal impulsar procesos de desarrollo, pero la resistencia a éstos no es legal. En
otras palabras, no es legal resistir a la instalación de procesos económicos que
atenten contra “ el desarrollo del país”.
- El lenguaje político y mediático ha transformado a los indígenas, especialmente a
los mapuches en sujetos violentos, desconfiables y resentidos, sujetos refractarios al
cambio “tan necesario para que el país traspase el umbral del progreso” – dicen
muchos editoriales y más de alguna autoridad democráticamente elegida. Así , los
mapuches viven al borde la ilegalidad, sobre todo aquellos que se resisten de
manera más activa. Es más, el lenguaje, el poder de lo hablado oficialmente dice
que la mayoría de los mapuches son pobres. Por otra parte, es deber del estado
luchar contra la pobreza, aún cuando los pobres se resistan a lo que se les tiene
asignado como camino para superarla.
- En los discursos oficiales, así como en los que divulgan los medios,
encontraremos presentes los poderes económicos y tecnológicos junto al poder de la
ideología y al llamado poder del conocimiento. Al actuar todos ellos en la misma
dirección y al ser transmitidos por el lenguaje, se legitima no sólo una concepción
de desarrollo, también una política y una concepción de sociedad. Asistimos a la
transformación de una sociedad de fronteras flexibles, de aumento de espacios
privados y privatizados en todos los ámbitos de la vida y a negociaciones de
territorios, concepciones de mundo y expresiones masivas de efervescencia social
condicionadas. Aquellas que siempre buscarán compensaciones monetarias, nunca
políticas, territoriales o culturales. Aspectos relevantes de este proceso son la
dilución de las fronteras de la jurisdicción pública para ceder al reclamo de las
fronteras privadas. Así, los daños al espacio colectivo o al espacio comunitario no
son considerados en la misma jerarquía y con el mismo nivel de gravedad que el
espacio privado. Las sanciones legales al daño a la propiedad privada son mayores
que las que se provocan al espacio público sobre todo si este daño es intangible
( como es el caso de la disminución de la calidad de vida de las comunidades
aledañas a vertederos municipales de basura, a carreteras, a contaminaciones con
tóxicos, a roturas de cañerías de alcantarillado, a la instalación de represas o a otras
inversiones que deterioran el espacio público o comunitario. )Si eventualmente se
reconoce, siempre se aplican medidas de mitigación de daño, nunca de eliminación
de la causa de éste. Así, el mundo indígena en el discurso se presenta como pobres
o refractarios al cambio, dispuestos a no pagar los costos del progreso,
fundamentalistas que no logran adaptarse a las nuevas circunstancias.
- El orden internacional está configurando nuevas formas de estado. Este nuevo orden
reconoce la primacía del libre comercio y el libre acceso a los mercados como
discurso y escudo ideológico. En este contexto de transformación, los estados han
cedido el control que ejercieron sobre el territorio y sobre los recursos a las
corporaciones y también han perdido capacidad para impedir este nuevo
protagonismo corporativo. Así la instalación de expresiones indígenas propias de
desarrollo son contrarrestadas por políticas de inversión en infraestructura “ que son
para todos” pero prioritariamente para facilitar el transporte de las mercancías que
demanda el comercio .
Otro sector indígena asume negociaciones directas y puntuales con las empresas en una
estrategia de “caso a caso y terreno a terreno” donde la persistencia indicará si se trata de
una táctica o una estrategia.
Otro grupo insiste y a la vez resiste denunciando atropellos y hasta falta de consideración
diplomática por parte del gobierno en las relaciones entre representantes de pueblos y
representantes de nación ( como todavía los pueblos indígenas como pueblos no son legales
en Chile, se entiende que no tienen status jurídico ni social como para solicitar
interlocución de directa respuesta del primer mandatario o sus representantes, sin embargo
existente otros estamentos sociales, sin estatus jurídico y con alto estatus económico que
son permanentemente escuchados, lo cual es un indicio de la debilidad de la estructura
gubernamental en materia política ). Las respuestas gubernamentales se han resuelto por la
vía de envío de representantes como es la caso de la frustrada reunión lafkenche con el
mandatario donde el envío del ministro de programas sociales intentó encubrir el asunto
de fondo: la falta de condiciones de seguridad personal del mandatario. Ello demuestra la
legitimación que ha logrado el discurso mediático y judicial que criminaliza a los mapuche.
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Marta Andrich. Alimentos Palabras y Poder . Fac. Derecho UBA Buenos Aires. Marzo 2004
también hablo de especificidades culturales bien diferenciadas que se contrastan con
las prácticas tradicionales en este juego de traducción. Finalmente lo global, se
adopta previa domesticación. Como dice Escobar, el resultado de estos dos
fenómenos, resistencia y domesticación, es que, a pesar de la globalización
postmoderna, existe una gran heterogeneidad cultural. Este fenómeno está bien
ejemplificado por la tensión existente entre conocimiento local y global. Y por la
necesaria consideración de otro tipo de pluralismo: el epistemológico, aquel que
indica que hay más de una forma de conocer, de crear, de aprender, una donde la
identidad cultural juega el papel protagónico y que hoy pese a todo continua siendo
un poder en manos y corazones indígenas, especialmente mapuches que combinan
resistencia y persistencia en los actuales escenarios del desarrollo resignificando su
ancestral grito de lucha: mariciweu. No siempre han sido reconocidas legalmente
estas expresiones, no siempre han necesitado permisos para ser invocadas, tampoco
se han difundido lo suficiente como para que todos conozcan su significado pero
hoy como antes continúan albergando el derecho y el deber a resistir y persistir
como pueblo.