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BRILLO Y RADACIÓN SOLAR

Para hablar de brillo y radiación solar es importante principalmente conocer que es


el sol, el sol es una estrella que se encuentra en el centro del sistema solar y
constituye la mayor fuente de radiación electromagnética de este sistema
planetario. Es una bola esférica casi perfecta de plasma, con un movimiento
convectivo interno que genera un campo magnético a través de un proceso de
dinamo. Cerca de tres cuartas partes de la masa del Sol constan de hidrógeno; el
resto es principalmente helio, con cantidades mucho más pequeñas de elementos,
incluyendo el oxígeno, carbono, neón y hierro.
La energía del Sol, en forma de luz solar, sustenta a casi todas las formas de vida
en la Tierra a través de la fotosíntesis, y determina el clima de la Tierra. De esta
manera se habla de dos elementos muy importantes:
Brillo solar: es la cantidad de flujo luminoso emitido por el sol hacia la superficie de
la tierra
La duración del brillo solar o heliofanía en horas, representa el tiempo total durante
el cual incide luz solar directa sobre alguna localidad, entre el alba y el atardecer. El
total de horas de brillo solar de un lugar es uno de los factores que determinan el
clima de esa localidad. Este elemento meteorológico es importante en casi todas
las formas de actividad y empresas humanas. Sectores como el agrícola, forestal,
turismo, construcción, deportes y energía, dependen y planifican aspectos del
cumplimiento de sus programas y actividades futuras sobre la perspectiva de
disponer de suficiente horas de brillo solar durante el día.

El conocimiento adecuado del régimen de brillo solar permite, estimar


características cuantitativas de la nubosidad y radiación solar de forma que se
pueda tener una idea sobre la disponibilidad de la luz del sol para el
aprovechamiento de la energía solar. El Heliofanógrafo es el instrumento que nos
permite medir la duración del brillo solar, es una esfera de cristal que concentra los
rayos solares y quema una faja subdividida en intervalos de tiempo, a medida que
la inclinación del sol va variando, va quemando la faja, al disminuir la intensidad del
brillo solar, ya sea por nubosidad u otras razones, la faja deja de quemarse. Esto
nos permite obtener un registro de las horas de sol que se tienen en el día.
Radiación solar: La radiación solar es el conjunto de radiaciones
electromagnéticas emitidas por el Sol. Esa energía es el motor que determina la
dinámica de los procesos atmosféricos y el clima. La energía procedente del Sol es
radiación electromagnética proporcionada por las reacciones del hidrógeno en el
núcleo del sol por fusión nuclear y emitida por la superficie solar. La radiación solar
se distribuye desde el infrarrojo hasta el ultravioleta. No toda la radiación alcanza la
superficie de la Tierra, porque las ondas ultravioletas más cortas son absorbidas por
los gases de la atmósfera. La magnitud que mide la radiación solar que llega a la
Tierra es la irradiancia, que mide la potencia que por unidad de superficie alcanza
a la Tierra. Su unidad es el W/m².(vatio por metro cuadrado)
Distribución espectral de la radiación solar
La aplicación de la Ley de Planck al Sol con una temperatura superficial de unos
6000 K nos lleva a que el 99 % de la radiación emitida está entre las longitudes de
onda 0,15(micrómetros) y 4(micrómetros). El Sol emite en un intervalo espectral de
150 nm hasta 4 (micrómetros). La luz visible se extiende desde 380 nm a 830 nm.

La atmósfera de la Tierra constituye un importante filtro que hace inobservable


radiaciones de longitud de onda inferiores a las 0,29(micrómetros) por la fuerte
absorción del ozono y el oxígeno. Ello nos libra de la ultravioleta más peligrosa para
la salud. La atmósfera es opaca a toda radiación infrarroja de longitud de onda
superior a 24(micrómetros). Ello no afecta a la radiación solar pero sí a la energía
emitida por la Tierra que llega hasta las 40 (micrómetros) y que es absorbida. Este
efecto se conoce como efecto invernadero.
LEYES DE RADIACIÓN.
Para entender mejor como la energía radiante del Sol interactúa con la Atmósfera
de la Tierra y su superficie, se deben conocer las leyes básicas de radiación. Como
las técnicas matemáticas están fuera del propósito del curso, estas leyes las
enunciamos cualitativamente. Son las siguientes:
1. Todos los objetos emiten energía radiante, cualquiera sea su temperatura, por
ejemplo el Sol, la Tierra, la atmósfera, los Polos, las personas, etc.
2. Los objetos con mayor temperatura radian más energía total por unidad de área
que los objetos más fríos. Por ejemplo el Sol con una temperatura media de 6000 K
en su superficie, emite 1.6x105(6000/300)4 veces más energía que la Tierra con una
temperatura media en superficie de 290 K = 17º C
3. Los cuerpos con mayor temperatura emiten un máximo de radiación en longitudes
de ondas, λ, más cortas. Por ejemplo el máximo de energía radiante del Sol se
produce para longitudes de onda λ ∼ 0.5 µm, para la Tierra en λ ∼10 µm
4. Los objetos que son buenos absorbedores de radiación son también buenos
emisores. Este es un principio importante para comprender el calentamiento en la
atmósfera, porque sus gases son absorbedores y emisores selectivos en longitud
de onda. Así, la atmósfera es aproximadamente transparente (no absorbe) a ciertas
longitudes de onda de radiación y aproximadamente opaca (buen absorbedor) en
otras longitudes de onda. Por ejemplo es transparente a la luz visible, que llega a la
superficie. La nieve es también absorbedor selectivo: es mal absorbedor de la luz
visible ya que refleja ∼90% y es buen absorbedor (y emisor) de la radiación infrarroja
de longitud de onda larga.

Un absorbedor perfecto se llama “cuerpo negro”, que se define como un objeto ideal
que absorbe toda la radiación que llega a su superficie. No se conoce ningún objeto
así, aunque una superficie de negro de carbono puede llegar a absorber
aproximadamente un 97% de la radiación incidente. El Sol, la Tierra, la nieve, etc,
bajo ciertas condiciones se comportan como un cuerpo negro. En teoría, un cuerpo
negro sería también un emisor perfecto de radiación, y emitiría a cualquier
temperatura la máxima cantidad de energía disponible. A una temperatura dada,
emitiría una cantidad definida de energía en cada longitud de onda. A raíz del
fracaso de los intentos de calcular la radiación de un cuerpo negro ideal según la
física clásica, se desarrollaron por primera vez los conceptos básicos de la teoría
cuántica.
Radiación solar en el planeta Tierra
La mayor parte de la energía que llega a nuestro planeta procede del Sol. El Sol
emite energía en forma de radiación electromagnética. Estas radiaciones se
distinguen por sus diferentes longitudes de onda. Algunas, como las ondas de radio,
llegan a tener longitudes de onda de kilómetros, mientras que las más energéticas,
como los rayos X o las radiaciones gamma, tienen longitudes de onda de milésimas
de nanómetro.

La radiación en el Sol es de 63 450 720 W/m². La energía que llega al exterior de la


atmósfera terrestre sobre una superficie perpendicular a los rayos solares lo hace
en una cantidad fija, llamada constante solar (1353 W/m² según la NASA) variable
durante el año un ± 3 % a causa de la elipticidad de la órbita terrestre.1 Esta energía
es una mezcla de radiaciones de longitudes de onda entre 200 nm y 4000 nm, que
se distingue entre radiación ultravioleta, luz visible y radiación infrarroja.

Radiación ultravioleta
Es la radiación de menor longitud de onda (360 nm),la cual lleva mucha energía e
interfiere con los enlaces moleculares. Especialmente las de menos de 300 nm, que
pueden alterar las moléculas de ADN, muy importantes para la vida. Estas ondas
son absorbidas por la parte alta de la atmósfera, especialmente por la capa de
ozono.
Es importante protegerse de este tipo de radiación, ya que por su acción sobre el
ADN está asociada con el cáncer de piel. Sólo las nubes tipo cúmulos de gran
desarrollo vertical atenúan estas radiaciones prácticamente a cero. El resto de las
formaciones, tales como cirrus, estratos y cúmulos de poco desarrollo vertical, no
las atenúan, por lo que es importante la protección aún en días nublados. Es
importante tener especial cuidado cuando se desarrollan nubes cúmulos, ya que
éstas pueden llegar a actuar como espejos y difusores e incrementar las
intensidades de los rayos ultravioleta y, por consiguiente, el riesgo solar. Algunas
nubes tenues pueden tener el efecto de lupa.
Tipos de radiación ultravioleta
Hay tres tipos principales de rayos UV:

 Los rayos UVA envejecen a las células de la piel y pueden dañar el ADN de
estas células. Estos rayos están asociados al daño de la piel a largo plazo tal
como las arrugas, pero también se considera que desempeñan un papel en
algunos tipos de cáncer. La mayoría de las camas bronceadoras emiten
grandes cantidades de UVA que según se ha descubierto aumentan el riesgo
de cáncer de piel.
 Los rayos UVB tienen un poco más de energía que los rayos UVA. Estos
rayos pueden dañar directamente al ADN de las células de la piel, y son los
rayos principales que causan quemaduras de sol. Asimismo, se cree que
causan la mayoría de los cánceres de piel.
 Los rayos UVC tienen más energía que otros tipos de rayos UV, pero no
penetran nuestra atmósfera y no están en la luz solar. No son normalmente
una causa de cáncer de piel.
Tanto los rayos UVA como los UVB pueden dañar la piel y causan cáncer de piel.
Los rayos UVB son causantes más potentes de al menos ciertos cánceres de piel,
pero hasta donde se sabe, ningún rayo UV es seguro.

Radiación infrarroja
La radiación infrarroja de más de 760 nm es la que corresponde a longitudes de
onda más largas, y lleva poca energía asociada. Su efecto aumenta la agitación de
las moléculas, provocando el aumento de la temperatura. El CO2, el vapor de agua
y las pequeñas gotas de agua que forman las nubes absorben con mucha intensidad
las radiaciones infrarrojas.
La atmósfera se desempeña como un filtro, ya que mediante sus diferentes capas
distribuye la energía solar para que a la superficie terrestre sólo llegue una pequeña
parte de esa energía. La parte externa de la atmósfera absorbe parte de las
radiaciones, reflejando el resto directamente al espacio exterior, mientras que otras
pasarán a la Tierra y luego serán irradiadas. Esto produce el denominado balance
térmico, cuyo resultado es el ciclo del equilibrio radiante.

Según el tipo de radiación se conoce que de los 324 W/m² que llegan a la Tierra, en
la parte alta de la atmósfera (1400 W/m² es la constante solar); 236 W/m² son
reemitidos al espacio en forma de radiación infrarroja, 86 W/m² son reflejados por
las nubes y 2 W/m² son reflejados por el suelo en forma de radiaciones de onda
corta. Pero el reenvío de energía no se hace directamente, sino que parte de la
energía reemitida es absorbida por la atmósfera originándose el efecto invernadero.
Instrumentos de medidas
Piranómetro
Instrumento meteorológico utilizado para medir de manera muy precisa la radiación
solar incidente sobre la superficie de la Tierra. Se trata de un sensor diseñado para
medir la densidad del flujo de radiación solar (kilovatios por metro cuadrado) en un
campo de 180 grados.
Pirheliómetro
Un pirheliómetro es un instrumento para la medición de la irradiancia de un haz de
luz solar.1 La luz del sol entra en el instrumento a través de una ventana y es dirigida
sobre una termopila, que convierte el calor en una señal eléctrica que se puede
grabar. El voltaje de la señal es convertido a través de una fórmula para medir vatios
por metro cuadrado.2 Se utiliza junto con un sistema de seguimiento solar para
mantener el instrumento orientado al sol. El pirheliómetro se utiliza a menudo en la
misma configuración con un piranómetro.

Efectos sobre la salud


La exposición exagerada a la radiación solar puede ser perjudicial para la salud.
Esto está agravado por el aumento de la expectativa de vida humana, que está
llevando a toda la población mundial a permanecer más tiempo expuesto a las
radiaciones solares, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
La radiación ultravioleta es emitida por el Sol en longitudes de onda que van
aproximadamente desde los 150 nm (1500 Å), hasta los 400 nm (4000 Å), en las
formas UV-A, UV-B y UV-C, pero a causa de la absorción por parte de la atmósfera
terrestre, el 99 % de los rayos ultravioletas que llegan a la superficie de la Tierra son
del tipo UV-A. Ello nos libra de la radiación ultravioleta más peligrosa para la salud.
La atmósfera ejerce una fuerte absorción que impide que la atraviese toda radiación
con longitud de onda inferior a 290 nm (2900 Å). La radiación UV-C no llega a la
tierra porque es absorbida por el oxígeno y el ozono de la atmósfera, por lo tanto no
produce daño. La radiación UV-B es parcialmente absorbida por el ozono y llega a
la superficie

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