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P.D. Ya que usted mismo cita la op1mon de diferentes de Dios, te los perdono". Por }o tanto,.

se trata cie un;t


, personas lmportantcs le interesará seguramente saber lo invitación a unª--1._ransf_m~.D..cia_siu.Jimitr:;;. Y ahora im~[Íí­
que rne escribió Blculer: nese usted que yo Je dijera a un enfermo: "Yo, el profesor'
"Leí inrneclia tarnen te su Porvenir de una ilusión, que me ordinario titular Sigrnund Freud, le perdono sus pecados."
proporcionó un gran placer. Partiendo de puntos de vista ¡Qué ridículo en mi caso·l-·Pern pa.ra elº_ tro caso es vá. lido)
muy diferentes se llega al mismo resultado final, pero su el concepto de que el análisis no se conforma con un éxito
<irgumento-no es sólo especialmente bello, sino que se refie- de ~n,_sino que F-1vé-stíiia-1~Q_ceClenci"•L~-ia-~sti-
re al aspecto fundarnen tal del asunto. Sólo en una cosa fis-ª5=ióJL.d~ transferencia. .
no puedo coincidir: en el libro se confunden cultura y De sus dudas, Japriiilera no la entiendo. No sé qué
moral en un solo concepto o, cuando menos, los límites tiene que ver la falta de especificidad ele los instintos par-
entre ambas están muy esfumados. Yo no puedo sino se- ciales con el problema de lo consciente y lo inconsciente,
pararlas con todo rigor." como tampoco entendí nunca lo que usted llama el "mo-
: saico" y por qué se asusta ele ello. Por lo que toca a la
: segunda cuestión puedo responderle, con toda precisión,
i que tales intentos ele fijar intelectualmente los resultados
Viena IX, Bcrggasse 19 · del an<\lisis no tienen ningún valor técnico, como lo ha de-
25 ele noviembre ele 1928 : mostrado repetidas veces Ja experiencia. . ,
Querido señor doctor: En su carta, por lo demás tan agra- Su informe sobre el caso frustrado revive un problema
dable, hubo un aspecto que me dejó soqirendido, y se muy interesante. Sucede efectivamente que, en contra de
refiere al hecho de que hayü usted encontrado en la ac- lo habitual, no sea lo "malo" o lo inadecuado instintivo lo
que se reprime, sino más bien la conciencia, el mejor en-
titud de la R.e1 1 ista J11tcrnado110.l en el asunto Jlusiónrns
tendimiento, lo "noble". Parece que esto no implica nin-
(redacción y editor) algo inespernclo y digno ele recono-
gún problema desde el punto ele vista dinámico, pero sí
cimiento. T3l "tolerancia" no es ningún mérito.
Por los dos tn1bajos que me fueron enviados reciente- debe depender ele determinadas circunstancias que no han
mente por la editorial, de los cuales uno contiene una sido estudiadas.
copia de su discusión,1.10 pude darme cuenta, con satisfac- No sé si ha adivinado usted la relación oculta entre el
ción, del tramo tan largo que podemos recorrer iuntos en "análisis laico" y la "ilusión". En el jirimero quiero pro-
teger al análisis frente a los médicos, y en la otra frente a
el psicoancilisis./ La ruptura violentil, no en el perisamiento
los sacerdotes. Quisiera entregado a un grupo profesional
aualítico, sino en el científico, cuando se trata de Dios y
de Cristo, la considero como una de las inconsecuencias de que no existe aún, al de pastores de almas profanos, que no
necesitan ser médicos y no deben ser sacerdotes.
la vida, inexplicables lógicamente, pero comprensibles por
razones psicológicas{ En general no le doy ningún valor a Afectuosamente, su viejo
la "imit;ición de Cristo". Frente a una declaración tan fun- Freud
damental desde el punto de vista psicológico 'corno "tus
perndos te son p_crdonados; levántate y ancla", hay muchas
otras contrarias condicionadas por su tiempo, psicolóaica-
mcntc imposibles e inútiles para nuestra vida; y hasta la PFISTER A fREUD
primera desafía al psicoanálisis. Si el enfermo hubiera pre- Zutich
¡ gcrnlaclo: "¿Cómo sabes que rri~ han sido perdonados mis l
9 ele febrero.ele 1929
¡ '
; pecados?", l::t respuesta sólo podría haber sido: "Yo, el hijo
. '. .Permítame insistir en su observación de que los psico-
Díl Vé~1SC Cíll'líl del 20 ele febrero de 1928. analistas que usted desearía no deben sed· sacerdotes.
1~0 H" sido imposible descubrir el título. Me parece que el análisis, como tal, tiene que ser un
120 121
a~unto exclusivamente "profano". Es, en su esencia, exclu- ¡ do, y yo, con mis escasas fuerzas, sólo puedo incorporar
sh·arncntc privado y no proporciona directamente ningu- sus brillantes conocimientos analíticos y virtudes curativas
nos valores. En innumerables casos no he hecho otra cosa ' é\. aqud esquema realizado ideológica¡nente. ¿Quiere usted
sino este trabajo negativo, sin hablar para nada ele religión. realmente descartar del trabajo analítico un_~' sacerdocio"
El c:irit;:iti\10 ¡¡µmaritano tampoco predicó, y sería ele mal así concebido? Yo no creo que ése fuera el significado de
gusto lrncersc pagar posteriormente con obligaciones re- sus palabras.
ligiosas la curación obtenida. Así como el protestantismo
eliminó la diferencia entre legos y sacerdotes, así también
la curn de almas debe ser secularizada y privada de toda
¡ influencia clerical. Aun el más devoto tiene que aceptar 89
: •1ue e! amor de Dios no corresponde sólo a aquello que tiene
'. un olorcillo a incienso. Viena IX, Berggasse l 9
16 de febrero de 1929
· Pero me parece que no sólo los niños, sino también los
1
adultos, muy frecuentemente tienen en su interior una ne- Querido señor doctor: Hablé con Auna sobre una posible
cesidad de valores positivos ele orden espiritual, de un participación en el Congreso ele HelsingorH ( 8·-22 de agos-
: concepto del mundo y de una ética que el psicoanálisis to) y la encontré muy renuente. Sus motivos me parecen
'no puede dar, según expuso tan brillantemente Hartmann11 º buenos. Tiene en estos días una conferencia en Francfort,
hace poco tiempo. Ya durante el esclarecimiento ele sus va conmigo a Berlín en marzo, se reúne en abril en París
conflictos morales patógenos l!l:uchos necesitan considera-, con Eitingon, Jones y Ferencz.i, no puede faltar, natural-
ciones éticas que no quieren aceptar por el simple camino mente, al Congreso de Oxford, 112 en julio, por lo que se
, de la transferencia. Si el párroco no debiera analizar, no entiende fácilrnente que ya tiene bastantes viajes por este
debería· hacerlo tampoco ningún cristiano, ningún hom- año y que no quiere cornprometer mós el verano después
bre con profundos principios religiosos y éticos, y usted de una temporada tan agobiante. Con AichhornHª sería
mismo h;ida hincapié en que el psicoanálisis es indepen- distinto. Aun cuando no he hablado directamente con él,
_cliente del concepto del mundo. El ateísmo es, después de creo que puede hacer el viaje. Pero sé que es un empleado
1 todo, una fe negativa. Yo no creo que el psicoanálisis eli- de presupuesto reducido y que no puede hacerse cargo ele
, mine el arte, la filosofía, la religión, sino que ayuda a los gastos de un viaje semejante. Además, me pregunto si
purificarlas. ¡Perdone a este viejo aficionado al arte, a este usted no sobrestima la importancia de este Congreso y su
entusiasta del humanismo, a este servidor de Dios! Me posición frente al análisis. Yo mismo iría a Helsingor, a
guír1n precisamente hacia las profundas fuentes de la vida pesar de todas mis tareas, siempre que usted animara al
la rnaravillosa obra de su vida y su apacible bondad, que príncipe Hamlet mismo a reconocer, en una conferencia,
encarnan, por así decir, el sentido de la existencia. En sus que sufrió de un complejo ele Edipo, lo que muchos no quie-
rnúrgenes, no sólo puedo investigar, sino también debo be- ren creer. Pero esto no lo puede lograr ni siquiera usted,
ber y adquirir fue1:D1s para vivir. Las palabras de Goethe, ele modo que me puedo quedar en casa.
"si no lo sentís, no lo podréis captar", siguen siendo váli- Reconozco que mi observación de que los psicoanalistas
cl<1s. lvli m6.s ingenioso maestro en el bachillerato definía de mi fantasía del futuro no deben ser sacerdotes no suena
J::i im'isica como un chinido lastimero; yo no traté de muy tolerante. Pero considere que hablé de un futuro
disu;1dirlo, sino que me consolé con Beethoven y Schubert. " lejano. En la actualidad me parecen bien también Jos mé-
En el fondo sirve usted al mismo objetivo vital que yo, y dicos, ¿por qué no los sacerdotes? Tiene usted razón asi-
;1ctt'1a "como si" hubiera un sentido de la vida y del mun-
Hl World Confcrence on Ncw Educa lion.
110 J kinz lfortnrnnn, Dr. rncd. ( 11. 1890), psico;:malisla en Viena 1i2 XI Congreso ele Psicoan<\lisis en Oxford.
y nlior;1 en Nueva York. 10 Augusl Aichhorn ( 1878-19·19), pedagogo y psicoanalista vienés.

112 ff\

·.
1
,mismo en advertir que el análisis no da ningún nuevo
1conceplo del mundo. Pero no necesita hacerlo, ya que se
'<ipoya en el concepto científico del mundo con el que el re-
li¡;ioso es incompatible. Para este último no es fondamen-
'u1! si consiclcrn corno ideal de la conducta humana a Cristo,
f3ucla o Confucio y los recomienda como ejemplo. Su esen-
cia son las ilusiones piadosas ele providencia y ordena-
miento ético del mundo, que están en contra de la razón. El
Sé\ccrclote tendrá que seguir siendo su representante. Na-
turzdmcntc que se puede aprovechar el derecho humano a
la inconsecuencia y avanzar un poco con el an{disis, para-
c\ctenersc luego y, como Ch;irles ·Darwio, ir regularmente
'los domingos a la iglesia. El nE,)_~~lo de los pacientes por
v.ill_or_C_$_i_tj_c;_QL~Ql_gn_o___sk_lgiJO n2l_Sespeto ¡ no me parece

íl ningún problema. La ética está k1sada en las exigencias


inelucllblesaeTacüi1vivencia humana, no en el orden del
mundo cxtrnhumano. No creo comportarme como si hu-
bíeni "un sentido de la vida y del mundo"; esto está con-
cebido en una forma demasiado amistosa, y me recuerda
siempre al fraile que a toda costa quiere ver en Natán a·un
cristiano. Yo no soy, ni con mucho, Natán, pero no puedo
tampoco evitar, desde luego, seguir siendo "bueno" para
usted. ·
Muy afectuosamente, su
Freud

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