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¿Quién puede no aceptar una deducción racional, una evi-

dencia apoyada en un consenso universal, una identificación


basada en el sentido común? Sólo los locos. Y la locura cons-
Maite Larrauri
tituyó para Michel Foucault uno de sus primeros objetos de es-
tudio. En 1961 publicó Historia de la locura en la época clásica.
Sin embargo, el problema que apasionaba a Foucault estaba
lejos de agotarse.
NARQUEOLOGÍA
A lo largo de los 25 años siguientes, Foucault continuó inves-
tigando y publicando. Su búsqueda admite varias formulacio-
nes, la que presenta este libro puede resumirse así: ¿qué hace
Foucault y la verdad
que algo se nos muestre como verdadero?, ¿qué poder tiene como campo de batalla
la verdad sobre nosotros?, ¿en qué se basa la fuerza de la
rebeldía contra la verdad?

No sólo los locos desobedecen, rechazando una verdad racio-


nal. La anarqueología es una actitud anarquista, que consiste
en no inclinarse ante algunas de las verdades científicas de las
ciencias humanas. Las verdades -defiende Foucault, siguien-
do la senda de Nietzsche- son creaciones históricas, resultan-
tes de los acuerdos entre determinados juegos del lenguaje y
determinadas prácticas humanas. En el proceso de constitu-
ción de nosotros mismos, establecemos una relación de ma-
yor o menor aceptación/rechazo y obediencia/desobediencia
con las verdades que nos hablan de lo que somos, de lo que
hemos dejado de ser, de lo que devenimos.

ISBN : 97!-6~9~b6b69~

1 11
9 788494 686894
11
ANARQUEOLOGÍA
MAITE LARRAURI

ANARQUEOLOGÍA
FOUCAULT Y LA VERDAD
COMO CAMPO DE BATALLA

Seguido de:
Anarqueología y gubernamentalidad neoliberal·
¿Quiénes somos hoy?
Lucía Gómez

Enclave de libros
ÍNDICE

Prólogo: Veinte años después 13

INTRODUCCIÓN

0.1 Leer a Foucault 21

0.2 Los textos de Foucault 31

PRIMERA PARTE: ANÁLISIS DEL LENGUAJE


ISB~: 978-84-946868-9-4
Depósito Legal: M-30354-20I8 1. 1 El «enigmático» enunciado. 37
Título: Anarqueología. Foucault y la verdad como campo de batalla I. 2. Invisibilidad. 52
© Maite Larrauri
© de la presente edición Enclave de libros, 2018 1. 3. Ilocucionaridad. 81
© de la imagen de portada: Max
© del posfacio: Lucía Gómez 1 -4- Incorporalidad. 119

SEGUNDA PARTE: HISTORIA DE LA VERDAD

2.1 La verdad como producción 1 47


Enclave de Libros
C! Relatores, r 6 2.2. Las dos historias de la verdad. 1 74
28or2 Madrid
enclavedelibros@hotmail.com 2.3. La vida verdadera. 219
Posifi¡cio: Lucía Gómez 247
Refirencias bibliográficas z6r

Ne te courbe que pour aimer


René Char

Para ti, Alessandra

IO II
PRÓLOGO
VEINTE AÑOS DESPUÉS

Cuando escribí Anarqueología ya era feminista. Y


desde hacía muchos años. Sin embargo, solo una vez
nombro a las mujeres en este libro. No creo que ello
se deba a mi celo por seguir fielmente las teorías de
Foucault, sino más bien porque no me sentía auto-
rizada a hacerlo. No por falta de libertad de espíritu,
sino por falta de valentía.
Michel Foucault pensó y escribió a partir de su
propia experiencia. Su interés por la locura, o por
la mirada médica, o por la vida en las cárceles, o
por la sexualidad proviene de elementos que se cru-
zaron en su vida y que constituyeron ocasiones de
reflexión. Y por ello, cuando tiene que establecer un
puente entre la elaboración teórica de su historia
de la sexualidad y la inserción en el presente de sus
escritos, se refiere a la experiencia de la homosexua-
lidad. Un ejemplo de un modo de hacer envidia-
ble: no creo haber sido la única en haber deseado
fuertemente que Fo_ucault, en vez de ser un hombre,
hubiera sido una mujer.

13
Prólogo Prólogo

Pero no sé si habría funcionado. He podido com- puesto la cara del emoticón con la boca abierta de
probar, en el caso de grandes pensadoras como sorpresa, para después pasar a la carcajada. Bourdieu,
Simone Weil, como Hannah Arendt, lo cerca que que analiza casi como un entomólogo el orden sim-
estaban de haber podido reflexionar sobre la expe- bólico del patriarcado, cuando quiere ver dónde están
riencia de las mujeres y, al mismo tiempo, la ausencia las fisuras de ese orden, no puede pensar ni sentir
de ese argumento en sus obras. Simone Weil escribe como una mujer, por la sencilla razón de que no lo es.
sobre los desgraciados, sobre los humillados, pero El pensamiento de Foucault deviene podero-
no hace mención a las mujeres. Hannah Arendt samente feminista a la luz de las teorías de Judith
reflexiona sobre la ciudadanía y su capacidad de Butler. La idea central de esta aproximación con-
hacer política, pero no toma en consideración la siste en la coincidencia de ambos en la afirmación
inclusión de las mujeres. A veces me da rabia. Y solo de que el sujeto no es anterior a las prácticas. Una
con la poderosa máquina del pensamiento feminista idea tan fácil de repetir y de recordar como lo era
puedo volver sobre estas autoras para encontrar en esa otra defendida por Simone de Beauvoir mucho
sus libros lo que necesito. antes: «No se nace mujer, se deviene». Pero también
Foucault no escribió sobre las mujeres, porque jus- una idea difícil de asimilar, sin caer en una interpre-
tamente no lo era. ¿Podría haberlo hecho de todas tación de la historia que considere que ser hombre
maneras? Pierre Bourdieu, siguiendo los análisis o ser mujer son meros roles que voluntariamente .
foucaultianos sobre el poder, lo hizo. En su libro La pueden superarse.
dominación masculina, lleva a cabo, por ejemplo, una En este libro desgrano los tres tipos de prácticas {
disección antológica del personaje de Mrs. Ramsay, que configuran el modo de vida de los humanos, y
perteneciente a la novela Alforo de Virginia Woolf. por tanto a los humanos: las prácticas discursivas,¡
Pero a pesar de establecer con enorme claridad que las prácticas no discursivas~y la.s prácticas de subje-\, _..-
las mujeres son el producto de una relación de domi- tivaCíón. Aunque la ampliación del conjunto de las \
nación casi eterna por parte de los hombres, cuando prácticas fue paulatina, el punto de origen se man-
Bourdieu tiene que proponer una «solución», no se le tiene el mismo: los seres humanos no son natura-
ocurre otra cosa que afirmar que el camino para supe- leza sino historia, fruto de lo que hacen. N o existe la
rar este enfrentamiento consiste en el amor, porque naturaleza humana por debajo de las prácticas.
el amor podría estar fuera de las relaciones de poder. La descripción de lo que los lenguajes y las for-
No creo ser la única que, al llegar a este punto, haya mas de existencia -las dos primeras prácticas que
Prólogo Prólogo

describió Foucault- producen ha inspirado mul- «sus» sujetos, pero el consentimiento necesario a¡
titud de estudios sociológicos, antropológicos, que esas prácticas lo asume cada uno en sí mismo, en/
han defendido la determinación social y cultural de su manera de aceptar o rechazar. Los márgenes deL
los individuos. El trabajo de Bourdieu al que me una cultura están formados por los~cl~sajtiStáClos~Iº~'l­
refería anteriormente es un ejemplo. Pero política- J~cos,los inadaptados·, l~s desviados o los invisi- i
mente el cierre analítico que estos estudios llevan a bles.S1 estos tipos de personas existen,es porqueenj
cabo es nefasto. El mismo Foucault se percató de algún momento no stpieron decir «SÍ». "IR

ello y explicó que una cierta parálisis se adueñó de · La anarqueología(~s)una descripción de algunas
sus investigaciones. Si el orden social está mediado prá'7:tícis~-de~~bj~ti~idad de rechazo al consentí-/,
por las relaciones de poder que pueden explicitarse miento. Las ciencias humanas cierran el camino a lq:
a través de las prácticas, y si partimos de la idea de rebelión, hacen un corte sincrónico de una sociedaj[l
que los individuos no son sino el producto de esas e impiden ver la salida. Dicen cómo son las cosa~, /
prácticas, ¿cómo y a partir de dónde se efectúan los los humanos. y lo afirman apoyándose en estadís- r
cambios, las revoluciones? ticas, en demostraciones, en teorías. Sus argumen-¡
La mirada de Foucault se centraba en buscar las taciones están imbuidas de autoridad científica. Por
fisuras, las brechas del orden, el punto en el que las eso el gesto anarqueológico es aquél que dice «es~\
cosas empiezan a dejar de ser lo que son, el momento verdad, pero no me inclino», o sea no consiento, no 1
en el que los humanos dicen «no». Y entendió que obedezco.
1
existe otro tipo de prácticas diferentes de las discur- El feminismo italiano, el feminismo llamado
) sivas y no discursivas~~<:!;C:::I§ d~_subj~~ivac~~l!L «pensamiento de la diferencia sexual», elaboró con
1 consistentes en el modo en el que cada cual asume aportaciones de Foucault una teoría acerca del
r los lenguajes y las formas de existencia. y ahí se modo en el que el orden simbólico patriarcal no
\podían visibilizar las imperfecciones del sistema, del podía dar cuenta de la experiencia femenina, por-
¡,orden establecido. Ese era el punto del fracaso posi- que de entrada estaba «descartada» -así lo expresa
~le. Las llamó «prácticas de libertad» para poner de Alessandra Bocchetti- al tener que expresarse en
,'manifiesto que~es~eriU:gar en el que la sociedad y el los términos de la experiencia del otro, del varón.
·orden se enfrentan a la no ductilidad del individuo: De esta manera, lo que en los ejemplos de Fou-
'está claro que de forma masiva son las sociedades cault eran márgenes minoritarios, aquí se planteaba
las que logran producir a sus propios sujetos como como una cuestión de mayorías sociales. A lo largo
Prólogo Prólogo

de la historia algunas mujeres parecieron locas, bru- Foucault estaba apasionado por la historia de la
jas, inadaptadas, desviadas, imposibles: su «no», su verdad, su inspiración nietzscheana en este punto
desobediencia les hizo la vida irrespirable. La invi- es una línea de continuidad de toda su obra. La ver-
sibilidad de las mujeres y sus desajustes ponen en dad tiene un poder de autoridad inmenso, nuestra
evidencia una gran disfunción del orden patriarcal racionalidad occidental está basada en ello. Ese es
y explican la aparición del movimiento feminista, el motivo por el que cuando la desobediencia a la
que ahora sabe interpretar aquellas desobediencias verdad se lleva a cabo individualmente, la historia es
como «descartes». en general bastante triste, casi siempre termina mal.
Asimismo, y basándose en Arendt y su análisis de Pero cuando la no inclinación ante la verdad, cuando
la autoridad, el pensamiento de la diferencia sexual la lucha contra la autoridad que tiene sobre noso-
establece la distinción entre poder y autoridad, de tras la palabra y las acciones de un orden patriarcal
gran ayuda en la comprensión de las prácticas de adquiere la fuerza de un movimiento colectivo, el
subjetividad. Es dar un paso más allá de la descrip- final de esta historia está escrito en clave de alegría.
ción de las relaciones de poder para establecer que El movimiento feminista transforma el gesto margi-
si bien el poder es un movimiento de arriba a abajo, nal anarqueológico «es verdad, pero no me inclino}}
sin embargo la autoridad lo es de abajo a arriba. en la actitud política «es verdad, pero no nos incli-
Para ejercer el poder hay que tener los instrumentos namos}}. ¿Qlé otra cosa hace el movimiento femi-
para ello y una cultura los pone a disposición de los nista con la autoridad de la historia, de la psicología,
que mandan: las formas de hablar -esto es, los dis- de la sociología, del derecho, de la medicina, de la
cursos- y las formas de vivir -o sea las institucio- teoría política sino darle la vuelta, desobedecerla e
nes sociales y políticas- encuadran a las personas y imponer otras verdades?
las proveen de una identidad, les dan un lugar en el Hace ahora cincuenta años de Mayo del 68.
mundo. Sin embargo, para que las prácticas discur- También aquellas fueron prácticas de subjetividad
sivas y no discursivas funcionen, cada persona tiene por las que desaparecieron ciertas identidades y
que asentir a la identidad propuesta, tiene que reco- aparecieron otras. Una revolución para quienes lo
nocerse en ese modo de vida: ese es el movimiento vivimos y para quienes vinieron después. Porque a
de abajo a arriba, el consentimiento, la atribución quienes vivíamos en España, los jóvenes de París
de autoridad a ciertos discursos y ciertas formas de nos parecían «gent neta, lliure, desvetllada i felip} -
hacer sobre uno mismo. como decía el poeta. Porque allí era fácil conseguir

I8 I9
Prólogo

anticonceptivos y porros. Porque debajo de los


puentes se hacía el amor. Porque la librería en la que
robábamos libros se llamaba «la joie delire». Porque
sonaba Billy Halliday en las buhardillas. Porque se
organizaban manifestaciones contra la invasión de
Checoslovaquia por parte de la URSS. Porque en las
paredes se podía leer «N'écrivez pas avec bic, écrivez INTRODUCCIÓN
avec votre tete».
O. I LEER A FOUCAULT
Cuando oigo decir que la teoría de la performa-
tividad del discurso y de las prácticas no discursivas
es una forma no materialista de analizar las iden- El reto al que se enfrenta el filósofo-comentarista
tidades porque falta la determinación económica y consiste en decir lo que otro dice sin caer en la tra-
social, pienso que el que así dice nunca ha estado ducción ni en la mimetización. La búsqueda de una
inmerso en un movimiento revolucionario. Gilles tercera vía en la lectura e interpretación de los textos
Deleuze decía que una revolución no tiene porvenir, es al menos tan difícil como ha sido dejar de pensar
tiene devenir. El devenir es la corriente que lleva a el lenguaje en términos de significante y significado.
quienes participan a convertirse en otra cosa. Como El «estructuralismo»1 lingüístico de los años sesenta,
la conversión que le gusta describir a Foucault: es
un viaje del que cuando vuelves, no se te reconoce 1
La dificultad de ceñir lo que designa la etiqueta <<estructu-
porque justamente puedes decir «ego non sum ego». ralismo>> puede hacer pensar que no fue más que una deno-
minación propagandística destinada a fomentar determinados
intereses editoriales o a proporcionar una clasificación útil en
Valencia, mayo de 2or8
medios universitarios. En el Diccionario de Filosofía Contempo-
ránea, dirigido por M.A. Qyintanilla, ed. Sígueme, 3a edición,
I 9 85, en el apartado titulado <<El estructuralismo>>, Eugenio
Trías es consciente de la vaguedad de esta etiqueta cuando afir-
ma que se le puede aplicar a toda la filosofía francesa en tanto
seguidora de Marx, Nietzsche y Freud. De manera parecida
J.M. Auzias afirma que la mayoría de los filósofos franceses (y
algún ilustre extranjero incluso, como Umberto Eco) son es-
tructuralistas, en El estructuralismo, Madrid, Alianza editorial,

20 21
Introducción Introducción

heredero de la famosa distinción saussuriana pero la unidad de la subjetividad como creadora de sig-
influido decididamente por el formalismo ruso, nificado. Apareció un nuevo materialismo, el de los
situó la cuestión de la significación del lado del sig- signos, y un nuevo anti-humanismo, el del sujeto
nificante. Se acentuaba el interés por las conexiones, sujetado por las estructuras. 4
ramificaciones y sistemas de organización de los Reconociéndose o no bajo el término de «estruc-
signos en detrimento del contenido referencial del turalismo», a veces incluso oponiéndose radical-
lenguaje: como decía Deleuze en aquellos tiempos, mente a él, gran parte de la cultura francesa de
para el estructuralismo es más importante señalar vanguardia -agrupada en revistas como Te! Que!,
con precisión los lugares que lo que rellena esos Cahiers pour l'Analyse, Change, Cinéthique- privi-
lugares. 2 La pluralidad de funciones que Jakobson legió el trabajo del «texto» y la «escritura» siendo
definía para el lenguaje hacía perder a la referencia- estas las producciones que llevan a cabo investiga-
lidad su primacía. 3 El impacto en la filosofía de esta dores, filósofos, ensayistas, novelistas o poetas que
teoría lingüística se concretó en dos tesis que con- no desprecian «la sal de las palabras», en expresión
figuraron toda una época: la atención dispensada a de Roland Barthes;5 el que escribe, pertenezca a la
la estructura significante fue la base a partir de la disciplina que pertenezca, deja de ser el que expresa
cual negar independencia al pensamiento respecto su pensamiento por medio de frases para ser más
del lenguaje y a partir de la cual disgregar o romper bien un «Piensa-Frase». 6 Esta manera de concebir el
trabajo de la escritura puede justificar que, a los ojos
1969, pág. 12. Esta ambigüedad de la denominación "estructu- de otras tradiciones, los filósofos franceses parece
ralismo", que hizo que casi ninguno de los señalados se identi- que tan solo hagan literatura.
ficara con ella, explica el sarcasmo con el que algún comenta- Es sabido que Foucault negó repetidas veces que
rista anglófono aborda una definición precisa del término; es el
su teoría fuera estructuralista. Blanchot cree enten-
caso de Runciman, W. G., <<What is structuralism?>>, en Ryan,
A. (ed), The philosophy if social explanation, Oxford, Oxford der que lo que Foucault rechazó del estructuralismo
University Press, 1973. es un cierto formalismo ahistórico según el cual
2
Deleuze, G., <<A quoi reconnait-on le structuralisme?>> en Le
)(Xéme Siecle, octavo tomo de Histoire de la Philosophie, dirigida 4 Deleuze, G., <<A quoi reconnait-on le structuralisme?>>, op.
por Fran¡;:ois Chatelet, París, Hachette, 1973, pág. 306. cit, pág. 307
3 5 Barthes, R., Le¡:on, París, Seuil, 1978, pág. 21 ed. cast. El
Jakobson, R, Essais de linguístique générale, París, Minuit,
1963, págs. 214 y ss., ed. cast. Ensayos de lingüística general, placer del texto. Lección inaugural, Madrid, Siglo xxr, 2007.
6 Barthes, R., Le plaisir du texte, París, Seuil, 1973, pág. 81, op. cit.
Barcelona, Ariel, 19 84.

22 23
Introducción Introducción

las reglas que rigen las conductas constituyen un De todas maneras, Foucault, al igual que otros
sistema idéntico en el que se reconocen todos los pensadores franceses, fue rápidamente consciente de
acontecimientos históricos.? Ahora bien, estructu- que debía abandonar los límites metodológicos que
ralista o no, Foucault empezó a pergeñar sus propias el análisis del lenguaje estructuralista tenía. Su bús-
ideas a partir de una situación en la que los instru- queda, sin renunciar a los postulados lingüísticos-
mentos de análisis lingüístico estaban dominados filosóficos materialistas y anti-humanistas, rehuirá
por las concepciones derivadas del estructuralismo, la entronización del «texto» como única fuente de
una situación impermeable a otras tradiciones de significación. La originalidad foucaultiana cobra
análisis del lenguaje. Ya desde sus primeros escritos, sentido si interpretamos sus primeras obras -hasta
Foucault se manifiesta en contra de hablar sobre el L'archéologie du savoir- como un intento de apro-
pensamiento de otro, o decir lo que otro ha dicho, ximación a los textos con un método nuevo que se
haciendo un análisis del significado de sus pala- va perfilando al mismo tiempo que se hace. Cuando
bras, ya que hablar del significado de un texto es Foucault «encuentra>> la filosofía analítica, ya lleva
suponer al mismo tiempo que hay más significado mucho tiempo trabajando y elaborando conceptos
que significante: en efecto, el comentarista o her- y teorías sobre su propio trabajo, todo lo cual no
meneuta parte de la base de que existe un resto de le impedirá aprovecharse de las coincidencias que
pensamiento mudo y escondido bajo las palabras existen entre su método de análisis del lenguaje y el
del autor que se está interpretando. Cada lenguaje de la filosofía analítica.
-piensa Foucault- posee en sí mismo sus propias Ahora bien, el desprecio hacia el análisis del con-
claves de interpretación y por lo tanto hay que susti- tenido significativo de los textos, que ha impregnado
tuir el trabajo de desciframiento de significados por la cultura francesa aunque haya sido practicado en
el esfuerzo por analizar la red de conexiones de los grados diferentes según autores, tuvo sus repercusio-
significantes. El lenguaje no traduce el pensamiento nes en quienes eran lectores del pensamiento fran-
porque el lenguaje se autoimplica, no dice nada si cés, que ya no podían despegarse de las palabras con
no las palabras y las frases que dice. las que un texto estaba escrito, convirtiéndolas así
en fórmulas mágicas cuya repetición, hasta la náu-
7 sea, debía ser suficiente para comunicar toda su sig-
Blanchot, M.,Michel Foucault te! queje !'imagine, Montpellier,
Fata Morgana, 1986, pág. 21., ed. cast. Michel Foucault tal y nificación: hablar como Foucault, o como Deleuze,
como yo lo imagino, Valencia, Pre-Textos, 2014. o como Lacan, o como Derrida, o como Althusser,

24 25
Introducción Introducción

dispensaba a los estudiosos de estas obras de tener lingüístico contrasta con la torpeza, falta de seguri-
que comprenderlas y explicarlas. 8 Huyendo de la dad y ausencia de espontaneidad con la que habla-
idea del lenguaje como traducción del pensamiento, mos una lengua extranjera y nos comportamos en
se caía en la mimetización. Esta es la razón de que un medio extraño: ello indica que no es tan fácil ni
algunos textos de comentaristas del pensamiento tan directo aprender nuevas formas de vida como
francés sean escritos miméticos más incomprensi- lo fue aprender la nuestra. Ante esta situación, los
bles o más difíciles que el original al que se refieren. humanos reaccionamos básicamente según uno de
Una tercera vía de aproximación a los textos, que estos dos modelos: traducimos la lengua extran-
escape a la traducción y la mimetización, tiene que jera a la nuestra y seguimos pensando en nuestra
partir de la consideración de que el lenguaje no lengua, con lo que poco aprendemos de nuevo, o
traduce un pensamiento previo sin palabras y que intentamos adoptar los usos lingüísticos nuevos
dominar un lenguaje es no solo configurar una haciendo, por lo tanto, un esfuerzo por pensar en
manera de pensar sino también vivir según unas esa nueva lengua. 9 Los filósofos no somos distintos
normas de comportamiento. Por eso, cuando se de los humanos y una de dos, o abordamos un pen-
aprende un nuevo lenguaje además del que ya se samiento nuevo traduciéndolo al que ya poseemos,
posee se están aprendiendo nuevas formas de pen- con lo que nuestra actitud será claramente enemiga
sar y nuevas formas de hacer. Hay, sin embargo, de lo nuevo, o intentamos que la lectura de algo dis-
algo más, puesto que lo que se aprende se apoya tinto nos transforme. La lectura de apropiación -la
sobre la base de lo que ya se sabe. La naturalidad
9 Jenaro Talens, en <<La escritura como traducción» (estudio
con la que hablamos nuestra lengua materna y con
la que nos comportamos en nuestro medio social preliminar que acompaña la edición bilingüe de Holderlin, F.,
Las grandes elegías, Madrid, Hiperión, r 9 So) hace una reflexión
sobre el trabajo del traductor y las distintas formas que hay de
8
Como efecto probablemente combinado de no saber mucho llevarlo a cabo: traducir salvando el contenido, traducir siendo
francés y de mantener una enorme fidelidad con el significante, fiel al orden formal y, finalmente, traducir re-escribiendo el texto
se han cometido aberraciones, en castellano, como la de tradu- original. Este tercer tipo de traducción <<no hace sino actualizar
cir la expresión althusseriana <<Structure a dominante» COmO el texto traducido, hacerlo válido para el presente de su lectura!
<<estructura a dominante>>, expresión esta que al ser dicha oral- realización». Talens, J, op. cit., pág. 13 (El entrecomillado es
mente produce un sentido contrario al que Althusser quería del autor). La re-escritura o actualización del texto que Talens
poner de manifiesto ya que significa que la estructura no tiene propone es una tercera vía de lectura y de traducción al margen
dominante. de la dicotomía significante/significado.

z6 27
Introducción Introducción

lectura que hace míos pensamientos que con ante- epimeleia eautou (preocupación o cuidado de sí).
rioridad no me pertenecían- se lleva a cabo conec- Foucault contestó afirmativamente pero matizando
tando lenguajes, sumándolos. La ampliación de la que no pretendía decir que hubiera que «volver>} a
experiencia, por la que nuevas maneras de hacer y un principio olvidado por la filosofía:
de hablar se incorporan a las que ya poseemos, es el
resultado de esta manera de leer. Qyizá no todo sea Nada me es más ajeno que la idea de que la filoso-
conectable pero, cuando se logra, los resultados son fía se haya descarriado en un momento dado, que
haya olvidado algo y que haya, en algún lugar de
una nueva producción, cuya fuerza solo podrá ser
su historia, un principio, un fundamento que ha-
medida por su posibilidad de desencadenar a su vez brá que redescubrir. Creo que todas estas formas de
la creación de nuevas producciones. análisis, ya tomen una forma radical diciendo que,
Esta forma de leer o de incorporar un nuevo len- desde el punto de partida, la filosofía ha sido olvido,
guaje que aquí expongo está parcialmente inspirada ya tomen una forma mucho más histórica diciendo:
en el modelo rizomático de ampliación de la expe- «En efecto, en tal filósofo hay algo que ha sido ol-
riencia y de conocimiento del mundo que Deleuze vidado>>, no son muy interesantes, no puede sacarse
gran cosa de ellas. Todo lo cual no quiere decir que
y Guattari proponen 10 y del que pienso que Fou-
el contacto con tal o cual filósofo no pueda produ-
cault se sintió muy solidario. Conocer algo nuevo,
cir algo, pero habría que subrayar que este algo es
conectar con otro movimiento distinto del propio nuevo. 11
no es imitar o copiar sino dejarse invadir por lo dis-
tinto para que el resultado sea una combinación o Foucault no reivindica un retorno a los griegos sino
conexión de dos movimientos, el propio y el ajeno. que, más bien, de la misma manera que hay griegos
Conocer otros juegos del lenguaje u otras formas de nietzscheanos y griegos heideggerianos, nos pre-
vida tiene, por fuerza, que proponer una nueva com- senta unos griegos foucaultianos. Este nuevo pro-
binación en la que unas formas a otras se aclaren, ducto, fruto de la conjunción de dos pensamientos,
perfilen, critiquen o completen. modifica tanto el punto de partida como aquello
En una ocasión le preguntaron a Foucault si estaba por lo que se deja llevar.
proponiendo una actualización de la idea griega del
11 Foucault, M., <<L'éthique du souci de soi comme pratique
10
Deleuze, G. y Guattari, F. Mille Plateaux, París, Minuit, de la liberté>>, Concordia. Revista internacional de filosofía, n. 4,
1980, ed. cast. Mil mesetas, Valencia, Pre-Textos, 1994. 1984, pág. 1 IO.

28 29
Introducción Introducción

De este tercer modelo de lectura de los textos Espero que todas las páginas de este libro en las que
me gustaría dejarme llevar en el trabajo que sigue conecto parcialmente dos tradiciones sean un lugar
a continuación: ni traducción del significado de las posible en el que ambas se comprendan. En este caso,
palabras de Foucault revelando así lo no-dicho de demostrar que la combinación es posible es demos-
su pensamiento, ni mimetización significante impi- trar al mismo tiempo y- en la práctica la justeza de
diendo arrojar nuevas luces sobre lo que ya está los presupuestos de esta manera de leer, por lo que,
dicho. Tengo la pretensión de que el lenguaje de si es posible hacer lo que hago es porque la filosofía
la analítica pueda conectarse parcialmente con las de Foucault encierra algunas verdades.
reflexiones de Foucault, sin preocuparme por saber
si esta conexión habría sido aceptada por él mismo:
si lo logro, habré presentado un Foucault pragmá-
0.2 LOS TEXTOS DE FOUCAULT
tico de cuya verdad solo se podrá obtener la prueba
porque otros puedan leer productivamente así sus
He periodizado la obra de Foucault en tres partes,
textos.
considerando -como espero demostrar- que no
Bouveresse, hablando de los lenguajes privados,
hay grandes virajes sino más bien aproximaciones
dice que el mejor ejemplo posible de estos lo consti-
sucesivas y cada vez más precisas a su objeto de
tuye el lenguaje filosófico mismo. Y añade:
estudio que, por decirlo ya de entrada, es el sujeto
Hablar de un <<lenguaje filosófico>> es ya en muchos humano en tanto se da a conocer y en tanto se
aspectos un abuso de lenguaje característico: lo que conoce. Estos tres períodos son los siguientes:
se designa comúnmente bajo este nombre no es en
realidad nada más que una familia de idiolectos más r. De 1960 a 1970: desde la publicación de Histoire
o menos privados, y el verdadero problema plantea-
de la folie hasta L'archéologie du savoir. Foucault
do por las discusiones entre filósofos no es sin duda,
como se dice a menudo, que no estén de acuerdo
inicia una búsqueda de una nueva teoría del len-
sobre casi nada, sino que, literalmente, no se com- guaje. El sujeto humano se aborda desde los sabe-
prenden.12 res que lo han configurado como sujeto que habla,
vive y trabaja, loco o cuerdo, enfermo o sano.
12
Bouveresse, J., Le mythe de l'intériorité, París, Minuit, 1976 2. De 1970 a 1980: desde que Foucault ocupa la
(nueva edición 1987), pág. 684. cátedra del College de France hasta que inicia, en

30 31
Introducción Introducción

sus cursos una reflexión sobre los procesos de sub- solo en lenguas a las que fue traducido el original
jetivación. Su investigación sobre el lenguaje con- francés hablado y, finalmente, textos cuyo original
cebido como una práctica se ve ampliada al estudio fue directamente el inglés hablado. 13 En el seno de
y consideración de las prácticas en general, tanto esta dispersión he aplicado un criterio de lectura ins-
lingüísticas como no lingüísticas. Por mediación pirado directamente en Deleuze. 14 Según Deleuze
de la relación entre las prácticas y la reflexión sobre hay dos clases de textos de Foucault: los que tie-
la acción humana surge el problema del poder. El nen un carácter analítico y los que tienen un carác-
sujeto humano se explica desde la red de prácticas ter diagnóstico. Los textos analíticos proponen un
en las que se encuentra «sujetado». análisis de las regularidades que establece tal o cual
3· De 1980 a 1984: desde el comienzo de sus cursos proceso, es decir, nos hablan de lo que somos o de lo
sobre la subjetividad hasta la publicación de los que fuimos y empezamos ya a dejar de ser, mientras
que los textos diagnósticos establecen la actualidad
dos últimos tomos de la Histoire de la sexualité. A
de estos análisis o, si se quiere, su intempestividad
la investigación de las prácticas lingüísticas y no
o su inactualidad en términos nietzscheanos, esto
lingüísticas, Foucault añade las prácticas de sí para
es, nos plantean lo que estamos empezando a ser.
pensar, gracias a ellas, el polo subjetivo activo en la
Los libros y los artículos de Foucault pertenecen a
asunción de las reglas que rigen las prácticas. Ello
la parte analítica de su obra: son la historia de lo que
le permite asimismo abordar una explicación del
somos o ya no somos. Las entrevistas establecen el
sujeto humano desde la libertad.
uso que se puede hacer de la historia que expone
13
En cuanto al material bibliográfico que utilizo, El material que incluyo en este libro está citado según su
quiero hacer alguna precisión. He utilizado libros y fuente original, pero se encuentra reunido, en su mayor parte
y excepción hecha de los cursos en el College de France, en
artículos publicados por el propio Foucault, entre- los cuatro volúmenes compilados por Daniel Defert y Frans:ois
vistas revisadas y publicadas con su autorización, Ewald que llevan por título Dits et Ecrits (París, Gallimard,
entrevistas no revisadas y publicadas tras su muerte, r 994). Al final del libro, en las referencias bibliográficas, junto
conferencias transcritas estando Foucault en vida con la fuente original de cada texto, están indicados el volumen
conferencias transcritas después de su muerte, cur-' y las páginas de Dits et Ecrits en el que puede encontrarse.
14
Deleuze, G., <<(hl'est-ce qu'un dispositif?>>, en Michel Fou-
sos de los que hay transcripción escrita, textos de los cault philosophe. Rencontre international. París 9, 1 O, 11 janvier
que hay versión original francesa y textos que están 1988, París, Seuil, 1989.

32 33
Introducción

en sus libros y artículos para cambiar y llegar a ser


otra cosa. Partiendo de esta clasificación, considero
que los cursos que Foucault impartió están a mitad
camino entre el análisis y el diagnóstico puesto que
permiten ir viendo a través de qué vericuetos va PRIMERA PARTE
emergiendo un nuevo pensamiento, cómo se une la
ANÁLISIS DEL LENGUAJE
paciencia del análisis con los imperativos del diag-
nóstico. Por ello suscribo la opinión de los que dicen
que no se puede lograr una interpretación coherente
de la obra de Foucault si se desconoce su enseñanza
oral. 15

15
Esto es lo que reza la contraportada de la primera edición
de cassettes conteniendo algunas clases de Michel Foucault,
realizada por Jacques Lagrange.

34
I. I EL «ENIGMÁTICO>> ENUNCIADO.

Let me announce once and for all that I am not a


structuralist, and I confess, with the appropriate cha-
grín, that I am not an analytic philosopher. Nobody
is perfect. 1

Efectivamente, Foucault no es un filósofo analí-


tico, como él mismo declara. Sus primeros pasos
le condujeron por el camino de la Historia de las
ciencias y sus verdaderos maestros fueron Can-
guilhem, Bachelard, Koyré y no la fenomenolo-
gía en boga, por la que necesariamente tuvo que
pasar en sus años de Universidad. 2 Huyendo de la
1
Foucault, M., <<Sexuality and solitude», London Review of
Books, m, 9, 2 r de mayo-3 de junio de r 9 8 r, pág. 3.
2
Foucault, M., <<Structuralism and Post-structuralism>>,
Telos, spring r983, pág. r97-r98: <<Tampoco podemos olvi-
dar que en el período r 945- r 9 55 en Francia, la totalidad de
la Universidad francesa -la joven Universidad francesa, por
oposición a la tradicional- estaba mucho más preocupada
en la construcción de algo que no fuera Freud-Marx sino
Husserl-Marx: la relación de la fenomenología con el marx-
ismo.[ ... ] En concreto en torno a Canguilhem, figura de gran

37
L Análisis del lenguaje Anarqueología

fenomenología y su problemática de la experien- bajar al fondo de la mina; requiere tiempo; exige


cia del sujeto vivencia!, y encontrando en la frial- esfuerzo». 3
dad del objeto un talante más propicio para reali- Desde su primer libro, Foucault se sumergió entre
zar sus trabajos, Foucault dedicó intensamente su papeles viejos, pergaminos, libros sepultados por el
vida intelectual a hacer Historia, hasta el punto de polvo, registros apolillados, tintas descoloridas; en
considerarse a sí mismo más como historiador que resumen, frecuentó los laberintos de las bibliotecas
como filósofo; y, aunque este extremo quede con- como hace todo historiador. Cuando, después de sus
tradicho por las declaraciones que acompañaron la tres primeros libros -Histoire de la folie, Naissance
aparición de sus dos últimos libros -L'usage des de la clinique y Les mots et les choses-, Foucault quiso
plaisirs y Le souci de soi-, su trabajo puede con- dejar explícito el método con el que había realizado
siderarse como el de un pensador cuya materia su trabajo, escribió L'archéologie du savoir. Con este
prima fue idéntica a la empleada por un historia- libro, Foucault salía al paso de todas aquellas crí-
dor. Ahora bien, Foucault no es un filósofo de la ticas dirigidas a la falta de fundamentación de su
historia: pensaba que si la tarea especulativa de la investigación: se trata de una explicación acerca de
filosofía se hacía sobre la base de la lectura de obras lo que había hecho, de cuál había sido su método de
históricas escritas por historiadores, entonces se búsqueda, de cómo había repartido el material, del
estaban aceptando los postulados implícitos con punto de vista que había presidido su lectura.
los que habían sido investigados tales fragmentos Todos los documentos -que Foucault prefiere
históricos. En su opinión, una reflexión filosófica llamar «monumentos» para marcar una línea de
rigurosa sobre la historia no podía satisfacerse con separación entre su método y la hermenéutica-
dar un nuevo sentido a acontecimientos narrados que forman la base de su trabajo como historiador
y construidos por los historiadores sino que el son abarcados en el concepto de «discurso». Los
trabajo lo «tiene que hacer uno mismo. Hay que reglamentos disciplinarios son discurso; los libros
de registros de entrada son discurso; los edictos
influencia en la Universidad francesa, en la joven Universidad reales son discurso; las denuncias son discurso; los
francesa. Muchos de sus estudiantes no eran ni marxistas, ni poemas son discurso; los libros de matemáticas,
freudianos, ni estructuralistas. Estoy hablando de mí mismo>>,
trad. castellano <<Estructuralismo y postestructuralismo>> en
Estética, Ética y hermenéutica, obras esenciales, vol. nr, Barce- 3 Foucault, M., <<A propos des faiseurs d'histoire>>, Libération,
lona, Paidós, 1999. 21 de enero de 1983.

39
I Análisis de/lenguaje Anarqueología

filosofía, medicina, alquimia, quiromancia, etc. son -los documentos, o monumentos como dice Fou-
discurso. cault- son finitos: cualquier cosa que efectiva-
A lo largo de L'archéologie du savoir, Foucault mente haya sido dicha (oralmente o por escrito) y
intenta fijar este concepto de «discurso». Para el que registrada (en cualquier tipo de papeles o cintas de
lee ese libro, sin embargo, esta tarea no está exenta de grabación) constituye lo que Foucault llama «dis-
numerosas dificultades, debidas en gran parte a que curso». La materialidad del discurso 6 a la que aquí se
hace referencia es una materialidad sensible, consti-
el contenido de «discurso» experimenta un tránsito,
tuida por los manuscritos, libros, pergaminos o cin-
un deslizamiento desde la primera parte del libro,
tas concretas, y espacio-temporal, puesto que tales
en la que se avanzan una serie de precisiones, hasta
performances verbales están, a través de los docu-
el final en el que las modificaciones y matizaciones a
mentos-monumentos que lo acreditan, localizadas
las que ha sido sometido, impiden que se siga man-
en el tiempo y en el espacio.
teniendo el significado primero. Hablaremos, pues En la segunda parte del libro de Foucault que nos
de dos significados de «discurso». ocupa, aparecen rectificaciones al significado pri-
El significado primero de «discurso» opone este mero de «discurso».
término al de lengua. Mientras la lengua es «Un con-
junto finito de reglas que autoriza un número infi- En cuanto al término discurso, del que se ha hecho
nito de perfomances», 4 el discurso es «el conjunto uso y abuso en sentidos muy diferentes, podemos
siempre finito y actualmente limitado de las únicas comprender ahora la razón de su equívoco: de mane-
ra muy general e indecisa designaba un conjunto de
secuencias lingüísticas que han sido formuladas». 5
peifbrmances verbales; y, por discurso, se entendía en-
El discurso son las performances que efectivamente tonces lo que había sido producido (eventualmente
se han dado, las cosas dichas, los acontecimientos todo lo que había sido producido) como conjunto de
discursivos. Del conjunto ilimitado de enunciados signos. Pero se entendía también como un conjun-
que una lengua permite emitir, aquellos de los que to de actos de formulación, una serie de frases o de
la Historia tiene constancia, los restos lingüísticos proposiciones. Por último -y este es el sentido que
ha sido finalmente privilegiado (con el primero como
4
Foucault, M., L'archéologie du savoir, París, Gallimard, r 969, horizonte)- el discurso está constituido por un con-
pág. 39, ed. cast. La arqueología del saber, Madrid, Siglo XXI,
2009-
6
5 Idem. Ibídem, pág. 41.

40
I Análisis de/lenguaje Anarqueología

junto de secuencias de signos, en tanto que estas son discurso latente u oculto frente al discurso mani-
enunciados, es decir, en tanto que se les puede asignar fiesto. 8 El enunciado recuerda en este sentido a la
modalidades de existencias particulares. 7 carta robada que tan afanosamente se busca en un
cuento de Edgar Allan Poe y a la que Lacan dedicó
Foucault percibe que su propio concepto de «dis- uno de sus seminarios: no está escondido pero tam-
curso» -tal y cómo lo ha empleado hasta ese poco es visible, requiere <<Una cierta conversión de
momento- puede inducir a error y que la identi- la mirada y de la actitud para poder reconocerlo y
ficación del discurso con las performances verbales considerarlo por sí mismo». 9 A la materialidad de
requiere precisiones mayores. Por eso propone Fou- los enunciados, Foucault le reserva el calificativo de
cault definir «discurso» como «conjunto de enun- ser «incorporal» 10
ciados», desplazando así la dificultad hacia el signi- Las dificultades implícitas en el concepto de
ficado de «enunciado». «enunciado» aparecen claramente al lector que se
Los enunciados guardan respecto a las perfoman- pregunta cómo puede decir Foucault que los mate-
ces verbales una relación como la que lo invisible riales de su investigación histórica son el conjunto
guarda con lo visible. No se trata de oponer la mate- de documentos-monumentos de los que la memoria
rialidad visible de las performances a la inmateria- histórica tiene constancia, para después afirmar que
lidad invisible de los enunciados sino más bien de no deben confundirse los discursos con las perfor-
definir dos regímenes distintos de materialidad. Las mances verbales y cómo puede ser que los enuncia-
performances verbales, lo que ha sido dicho o pro- dos estén en la superficie y sin embargo no puedan
ferido, lo ha sido en ese lugar y en ese momento verse. Las respuestas de Foucault avanzan en forma
y de ello hay constancia de esta o de esa manera. de delimitación negativa ya que está interesado en
En cambio los enunciados no tienen esa con-
dición de visibilidad y solo pueden ser encontrados 8
Ibídem, pág. 141.
mediante un proceso de abstracción y de análisis. 9
lbídem,pág.I45·
Pero Foucault se apresura a aclarar, para combatir 10
La expresión de <<materialismo de lo incorporal>> es empleada
a la hermenéutica, que no puede considerarse a los por Foucault en L'ordre du discours, París, Ed. Gallimard, 1971,
enunciados como lo no dicho de lo dicho, como el pág 6o, (El orden del discurso, Barcelona, Maxi-Tusquets, r 999)
para hablar de los acontecimientos discursivos de los que el
discurso está compuesto. Aquí en L'archéologie du savoir no la
7
Ibídem, pág. 141. emplea todavía.

42 43
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

separar su «enunciado» de cualquiera de los siste- ¿No podemos decir que hay un enunciado siempre
mas de signo a los que pudiera pensarse que podría que podamos reconocer y aislar un acto de formula-
pertenecer: el enunciado no pertenece ni a la lógica, ción, -algo como ese <<speech act>>, ese acto «ilocu-
ni a la gramática; no es ni una proposición, ni una cionario» del que hablan los analistas ingleses? Se
entiende que por ello no se apunta al acto material
fraseY Tampoco es sin más un conjunto de signos
que consiste en hablar (en voz alta o baja) o en escri-
porque ya hemos dicho antes que se trata de un bir (a mano o a máquina); no se apunta tampoco a la
conjunto limitado y no ilimitado como lo es una intención del individuo que está hablando (el hecho
lengua. de que quiera convencer, de que desee ser obedecido,
Parece como si Foucault se encontrara en la situa- de que busque descubrir las soluciones de un pro-
ción del que critica y rechaza el instrumento teó- blema, o de que desee dar noticias sobre sí); no se
rico que su entorno cultural le proporciona para designa tampoco con ello el resultado eventual de lo
que ha dicho (si ha convencido o suscitado descon-
leer e interpretar los lenguajes, buscando al mismo
fianza; si se le ha escuchado y sus órdenes han sido
tiempo, sin decidirse del todo, otra teoría: la primera cumplidas; si su ruego ha sido atendido); se describe
delimitación positiva del enunciado se la propor- la operación que ha sido efectuada por la fórmula
ciona la filosofía analítica. misma, en su emergencia: promesa, orden, decreto,
contrato, compromiso, constatación. 12

11
En inglés, algunos autores traducen <<enoncé» por «sentence», Foucault sigue con precisión, en la descripción
lo que a mí parecer es absolutamente erróneo (es el caso de que hace de los actos de habla, los desarrollos de
Hacking en su artículo <<Michel Foucault's Inmature Science», Austin: 13 un acto de habla no debe confundirse con
Nous n.IJ, 1979), aunque lo más normal es que se traduzca el acto material de hablar o escribir (esto es, según
por <<statement». Esta última traducción tampoco parece muy
precisa ya que difícilmente podría decirse que los contenidos
Austin, el acto locucionario o el acto de decir algo);
de las columnas de un libro de registros de entrada son tampoco es la intención del que habla (Austin dis-
<<statements». Podemos ver en estos problemas de traducción tingue entre la intención y los efectos realizados);
que la comprensión de gran parte de la filosofía de Foucault tampoco se confunde con las consecuencias del
depende de ceñir bien lo que es el <<enoncé». En History if the
present, revista editada en Berkeley por Paul Rabinow y que
pretende ser <<an open forum for presenting work that is in 12Foucault, M., L'archéologie du savoir, op. cit., pág. r ro.
progress» sobre la obra de Michel Foucault, han optado por no 13
Austin,J.L., Cómo hacer cosas con palabras, Barcelona, Paidós,
traducir <<enoncé». 1982, octava conferencia.

44 45
L Análisis del lenguaje Anarqueología

acto de hablar (para esto reserva Austin el nombre una promesa. Foucault ha aceptado esta objeción:
de acto perlocucionario). El acto ilocucionario es «En cuanto al análisis de los actos de habla, estoy
el acto que se efectúa por el hecho de decir algo. totalmente de acuerdo con sus precisiones. Me he
equivocado al decir que los enunciados no eran actos
Ahora bien, a Foucault le parece que esta teoría
de habla, pero diciendo esto quería subrayar el hecho
tampoco le conviene exactamente para describir de que los considero bajo un ángulo diferente del
«sus» enunciados. La objeción que formula es, suyo». (Carta de Foucault a Searle, del 15 de Mayo
no obstante, menor: Foucault dice que hace falta de 1979). 15
a menudo más de un enunciado para efectuar un
acto de habla. 14 La prueba de que su objeción era Foucault asume, pues que el objeto de su investi-
menor la tenemos en la aceptación del término gación parte del enfoque del conjunto de las perfo-
«actos de habla» por parte de Foucault, diez años mances verbales desde el punto de vista de los actos
después de la publicación de L'archéologie du savoir, de habla, aunque, eso sí, «desde un ángulo diferente».
tras una discusión con Searle en la que este último Lo que sea ese ángulo, el propio Foucault lo precisó
precisó que un acto de habla podía contener otros declarando que los juegos de lenguaje o estrategias
actos de habla. Hubert Dreyfus y Paul Rabinow, discursivas que Wittgenstein, Austin, Strawson o
en su libro Michel Foucault. Beyond structuralism Searle interrogaban eran algo limitadas, del tipo de
and hermeneutics, aluden al intercambio epistolar las que se realizan «alrededor de una taza de té, en
que tuvo lugar entre Searle y Foucault, con estas un salón de Oxford», 16 mientras que a él le intere-
palabras: saba saber si la teoría del lenguaje de los analíticos
podía ser aplicada dentro de un contexto más apa-
Searle, por su parte, ha contestado esta diferencia sionante, dentro de prácticas discursivas «diferentes
presumida entre los actos de habla y los enuncia-
de conversaciones de salón». 17
dos, y señala en una carta a Foucault que es posible
también en la teoría del acto ilocucionario encontrar
15 Dreyfus, H. y Rabinow, P., Michel Foucault. Un parcours
un acto de habla, una afirmación por ejemplo, que
philosophique, París, Gallimard, 1984, pág. 73, ed. cast. Michel
forme parte de otro acto de habla, como por ejemplo
Foucault, Más allá del estructuralismo y la hermenéutica, Buenos
Alres, Nueva Visión, 2001.
14
Foucault, M., L'archéologie du savoir, París, Gallimard, 1969, 16
Foucault, M., La verdad y las formas jurídicas, Barcelona,
pág. 110-111, ed. cast. La arqueología del saber, Madrid, Siglo Gedisa, 1980, pág. 154.
17
XXI, 2009. Idem.

47
L Análisis del lenguaje Anarqueología

Asimilando los enunciados de Foucault a los actos psicología, la medicina, el derecho, la sociología,
de habla, Dreyfus y Rabinow han encontrado una en definitiva las ciencias humanas. Otro problema
expresión afortunada que conserva la diferencia de la reside en la posible validez de sus argumentos en el
que hablamos: «actos de habla serios>>. La «seriedad>> terreno de los conocimientos científicos de las cien-
tiene que ver con la aspiración a ser conocimiento. cias formales o físicas. De ello, en este libro no nos
vamos a ocupar.
Cualquier acto de habla puede ser serio a condición De la definición del «enunciado» foucaultiano
de que se convoquen los procedimientos de valida- como siendo un acto ilocucionario serio, esto es, con
ción necesarios, la comunidad de expertos, etc. por pretensión de verdad, resaltamos que su caracterís-
ejemplo, «Va a llover» es normalmente un acto de
tica esencial, lo que lo hace especial frente a otros
habla de la vida cotidiana que solo tiene un signifi-
cado local; pero <<Va a llover>> puede también ser un actos de habla, es justamente su «pretensión de ver-
acto de habla serio si es enunciado por un portavoz dad». No se está diciendo que un enunciado solo
del servicio meteorológico nacional como apoyo a tiene sentido si se pueden explicitar las condiciones
una teoría meteorológica general. 18 bajo las cuales puede afirmarse que es verdadero o
falso, porque si dijéramos eso estaríamos asimilando
Los «discursos serios>> de Foucault, que han for- el enunciado a la proposición, y cayendo en una
mado el campo concreto de su investigación histó- especie de falacia descriptiva según la cual la única
rica, se encuentran a mitad camino entre las ciencias posibilidad para un acto de habla de estar relacio-
«duras>> y el lenguaje ordinario: allí donde el discurso nado con la verdad es pertenecer al juego de las des-
cotidiano pretende franquear un umbral epistemo- cripciones de los estados de hecho. Los enunciados
lógico y constituirse en discurso autónomo, desli- pretenden la verdad sin ser por ello verdaderos o fal-
gado de un trasfondo familiar o local, y con pre- sos. Su acción -su performatividad o realización-
tensiones de verdad. Este extremo conviene tenerlo no es una promesa, un compromiso, una amenaza o
permanentemente presente: la epistemología fou- una orden sino una validación, es decir, el acto por el
caultiana tiene un ámbito de aplicación referido a que se fijan los valores de verdad o falsedad a partir
«ciencias menores>>, como lo son la psiquiatría, la de los cuales se pueden construir proposiciones. 19 Se

18
Dreyfus, H. y Rabinow, P., Michel Foucault. Un parcours 19<<[ ... ] por producción de la verdad no estoy entendiendo la
philosophique, op. cit. pág. 76. producción de enunciados verdaderos, sino el establecimiento de

49
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

podría decir que, como todo acto de habla que no es lo verdadero y de lo falso, a la que nos referimos
descriptivo, el acto de validación no es verdadero ni cuando pensamos que entre lo que dice una pro-
falso, sino afortunado o desafortunado. 20 posición y el estado de cosas que describe hay una
Este es un asunto que marca la novedad radical correspondencia. 21
de la teoría foucaultiana. Foucault nos está diciendo Este tipo de acto ilocucionario no ha sido espe-
que entre el cúmulo de cosas que hacemos los seres cialmente tratado por los filósofos analíticos. Pero
humanos con las palabras, hay una que se viene quiero defender que lo que avanza Foucault puede
haciendo desde Platón pero cuya genealogía no ha ponerse en la lista de los análisis del lenguaje que,
sido estudiada: se trata de los discursos, y por lo tanto a partir de la segunda etapa del pensamiento de
de los enunciados, con pretensión de conocimiento. Wittgenstein, se han venido realizando. Y, en este
El acto de habla serio es un acto de habla más, que sentido apuntado, puede existir un diálogo directo
efectúa la verdad, y la verdad es, al lado de las pro- entre la filosofía de Wittgenstein y la de Foucault.
mesas, los ruegos, las órdenes, los compromisos, los Podríamos resumir en tres puntos las oscuridades
chistes, las declaraciones, etc., una realización más del que, en alguna ocasión, ha sido nombrado como
aunque desde luego muy importante. El acto de el «enigmático»22 «enunciado» foucaultiano:
habla de validación es lo que Foucault designará,
unos años después de L'archéologie du savoir, como r. Los enunciados o los actos de habla serios no
<~uego de verdad». La verdad como efectuación- son visibles, pero tampoco están escondidos (no
es decir la acción que se realiza cuando los hablan-
21 De momento no me interesa precisar más sobre lo que llamo
tes hacen este juego de verdad- es distinta de la
<<verdad proposicional>>. No es importante para mis intereses
verdad proposicional o verdad dentro del juego de
distinguir entre teorías distintas de la verdad como correspon-
dencia. Lo que quiero es poner por un lado la verdad como pro-
dominios en los que la práctica de lo verdadero y lo falso pueda posiciones o teorías que describen la realidad y la verdad como
ser al mismo tiempo regulada ypertinente».Foucault,M.,<<Table el producto o el efecto de un determinado juego de lenguaje.
ronde du 20 mai 1978» en Perrot, M. (ed.), L'impossible prison, Como espero demostrar más adelante, Foucault no cuestiona
París, Seuil, 1980, pág. 47; ed. cast. Foucault, M., La imposible la cientificidad o la verdad de los enunciados científicos: su teo-
prisión: debate con Michel Foucault, Madrid, Anagrama, 1982. ría de la verdad es algo distinto y algo más. No se pregunta por
20
De las enunciaciones performativas, Austin decía que no criterios de cientificidad o por teorías de la verificación sino
son verdaderas o falsas sino afortunadas o desafortunadas. Ver por el mismo hecho de que exista el conocimiento científico.
22 Blanchot, M., Michel Foucault te! queje !'imagine, op. cit., pág. 27·
Austin,J.L., Cómo hacer cosas con palabras, op. cit.

50 5I
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

están detrás ni debajo de las performances ver- El sentido primero de la palabra «posltlVIsmo»
bales). nos remite a entender que se trata de quedarse con
2. Los enunciados o actos de habla serios realizan lo que está ahí, negarse a buscarle un sentido o una
un acto de validación, aunque en sí mismos, como interpretación a lo que hay, por debajo de su misma
todo acto de habla que no sea el meramente des- afirmación. El mundo de las prácticas humanas se
criptivo, no son verdaderos o falsos. desarrolla en un nivel de superficie sin profundi-
dad. Referido al universo de las prácticas discursi-
3. Los enunciados o los actos de habla serios tienen
una materialidad incorporal. vas, el término «positivista» tiene en este contexto
el sentido de lo que Foucault llamó el principio de
pobreza enunciativa o de rareza enunciativa: hay que
En lo que sigue, abordaremos una explicación posi- quedarse con lo dicho, no hay que multiplicar lo ya
ble de estos tres puntos.
dicho con palabras que no se dijeron pero que puede
suponerse que yacen por debajo del discurso. Las
I .2. INVISIBILIDAD. cosas que han sido dichas son pocas y hay que res-
petarlas. Respecto a todo lo que en una época deter-
Las reglas del discurso. minada podía haberse dicho teniendo en cuenta las
reglas gramaticales y el vocabulario, lo que efectiva-
Lo que le permite a Foucault llamarse a sí mismo mente se dijo debe ser objeto de una atención parti-
positivista es fundamentalmente su rechazo de la cular: ¿por qué se dijo eso precisamente?26
hermenéutica y de la fenomenología. Describir los
enunciados sin referencia a un sentido no dicho o a
la intención de un sujeto es constituir al discurso en obra. Paul Veyne declara que Foucault es <<le premier historien
completement positiviste>> en Veyne, P., <<Foucault révolution-
una «positivité». Tanto en L'Archéologie du savoir,Z 3
ne l'histoire», en Comment on écrit l'histoire, Seuil, París 1978,
como en L'ordre du discours, 24 Foucault se conoce a sí pág. 204. Por otra parte, Franc;ois Ewald piensa que Foucault
mismo como «un positivista feliz». 25 nos ha enseñado que no puede fundarse una moral o un dere- ·
cho naturales ya que <<nous sommes condamnés au positivis-
23
Foucault, M., L'archéologie du savoir, op. cit. pág. r 64. me» en Ewald, F. <<Droit: systemes et stratégies»,Le débat n. 41,
24
Foucault, M., L'ordre du discours, op. cit, pág. 72. sept-oct. 1986, pág. 64.
25 26
Dos comentadores relevantes de la obra de Foucault han Foucault, M., L'archéologie du savoir, op. cit. pág. r 56, ed. cast.
subrayado la caracterización de <<positivista» para referirse a su Siete sentencias sobre el séptimo ángel, Madrid, Arena, r 999·

53
L Análisis del lenguqje Anarqueología

Cuando decimos que Foucault parte de lo que que se dice. Foucault trata estas pocas cosas dichas
realmente ha sido dicho, debe quedar claro que el como tesoros, como monumentos preciosos. Fou-
elemento primero para él son los juegos de lenguaje cault toma los discursos como petrificaciones de la
y nunca las palabras o los conceptos aisladamente. acción humana -en este contexto puede enten-
Este punto de vista está particularmente bien ilus- derse mejor por qué era pertinente tratar a los docu-
trado por lo que Foucault escribió a propósito de la mentos como monumentos- pero a las que no hay
Grammaire Logique de Brisset, libro de principios insuflar la vida artificialmente desde la nuestra, la de
de siglo que, a modo de una gramática histórica, los lectores de ahora. En la superficie misma de lo
expone el origen de algunas palabras a través de una dicho se encuentran fijadas las prácticas que produ-
escenificación en la que las palabras proferidas van jeron los discursos puestos que estos, en tanto que
paulatinamente modificándose. En su comentario a juegos de lenguaje, ya son por sí mismos prácticas.
este libro, Foucault dice que detrás de las palabras Si aceptamos los juegos de lenguaje del pasado en
debemos encontrar preguntas, deseos, órdenes - su «positividad», se trata de describirlos para saber
juegos de lenguaje, diríamos nosotros. qué se pensaba o cómo se vivía en otra época, evi-
tando así el reduccionismo que como peligro acecha
Las palabras son fragmentos de discursos trazados a algunas interpretaciones históricas.
por ellas mismas, modalidades de enunciados pe- De la valoración y estima en las que Foucault tiene
trificados y reducidos a algo neutro. Antes de las
lo que efectivamente ha sido dicho, nace su fasci-
palabras, estaban las frases; antes del vocabulario,
estaban los enunciados; antes de las sílabas y del
nación o su sorpresa por algunos textos del pasado.
arreglo elemental de los sonidos, estaba el indefinido Aparte de los que utiliza para probar sus teorías
murmullo de todo lo que se decía. Mucho antes de sobre el nacimiento de la clínica y de la cárcel, o
la lengua, se hablabaY de la problematización del sexo en Occidente, Fou-
cault rescató algunos textos que, de no haber sido
Los elementos primeros del análisis del lenguaje por él, hubieran permanecido sepultados y olvida-
que hace Foucault son los juegos de lenguaje, lo dos. Es el caso de la confesión de Pierre Riviére, 28

27
Foucault, M., Sept propos sur le septieme ange, Montpellier, 28 Foucault, M. (ed.), Moi, Pierre RivüJre, ayant égorgé ma mere,
Fata Morgana, 1986, pág. 23., ed. cast. Siete sentencias sobre el ma sr:eur et mon frere. Un case de parricide au XIX siecle, présenté
séptimo ángel, Madrid, Arena, 1999. par M. Foucault, París, Gallimard, 1973, ed. cast. Yo, Pierre

54 55
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

de la autobiografía de Herculine Barbin29 o de los en estas pocas frases; 31 no quiero decir con ello que
documentos que, sacados de denuncias, registros de así han sido figuradas, sino que, de hecho, su liber-
internamiento o lettres de cachet, dibujan antes nues- tad, su desgracia, su muerte a menudo, su destino en
todo caso han sido ahí decididos, al menos en parte.
tros ojos las vidas de algunos hombres infames. 30
Esos discursos han cruzado realmente sus vidas; esas
Foucault confiesa que tuvo una sensación física, una
existencias han sido efectivamente arriesgadas y per-
vibración, cuando leyó algunos de estos textos - didas en estas palabras. 32
estos «poemas-vida» como él los llama- que le sir-
vieron para interrogarse sobre la realidad de la cual Así pues, Foucault aplica un análisis del lenguaje
formaban parte: estos textos serán considerados de corte pragmático a discursos históricos: toma los
como actos de habla cuya relación con la realidad actos de habla en un sentido ilocucionario y cons-
no es de referencia sino de realización. En efecto, tata lo que se hace cuando se habla; no analiza el
en ellos, más que en ningún otro texto, puede perci- lenguaje desde una única función de representación
birse cómo la realidad de los discursos no es lo des- de la realidad, y no cree que la referencia sea la única
crito por las palabras con mayor o menor exactitud, relación posible con la realidad. De esta manera
sino lo que constituyen con todo aquello que dicen. pone en práctica una investigación histórica posi-
tivista que intenta analizar la realidad tomando en
N o es una colección de retratos lo que se leerá aquí: consideración los juegos de lenguaje que tuvieron
son trampas, armas, gritos, gestos, actitudes, arti- lugar sin añadir a ellos una interpretación.
mañas, intrigas en los que las palabras han sido los Pierre Riviere y Herculine Barbin son dos perso-
instrumentos. Unas vidas reales han sido <~ugadas» nas de cuya existencia no nos hubiéramos enterado
a no ser porque dejaron escrito el testimonio de sus
anhelos y de sus desgracias. Fueron perseguidos por
Riviére. Habiendo degollado a mi madre, a mi hermana y a mi el poder judicial, por los médicos, por la curiosidad
hermano, Barcelona, Tusquets, 2001 periodística, pero además elevaron la voz para decir
29
Foucault, M. (ed.), Herculine Barbin dite Alexina B., París,
Gallimard, 1978, ed. cast. Herculine Barbin llamadaAlexina B,
Madrid, Talasa, 2007. 31
Mi traducción es, en este caso, muy literal. El texto francés
3
° Foucault, M., <<La vie des hommes infames>>, Les cahiers du dice: <<Des vies réelles ont été "jouées" dans ces quelques phrases>>.
chemin, n. 29, 1977, págs. 12-29, ed. cast. La vida de los hombres Me importa, sobre todo, salvar aquí la expresión entrecomillada.
infames, Madrid, Ediciones de la Piqueta, 1996. 32
Foucault, M., <<La vie des hommes infames>>, op. cit., pág. 15.

57
L Análisis del lenguaje Anarqueología

ellos mismos lo que les había pasado. El interés por El punto de vista de Foucault no es, sin embargo,
los testimonios en primera persona de un parricida exclusivamente el de un historiador, aunque este
y de un hermafrodita estriba en ver cómo hablaban sea un historiador positivista. Es más bien el de un
de sí mismos individuos que son hablantes corrien- filósofo, más concretamente el de un epistemólogo.
tes de una comunidad lingüística de hace r 5o El epistemólogo -nos dice Foucault- «no puede
años, en poder establecer los juegos de lenguaje de contentarse con reunir lo que los sabios del pasado
una época determinada. Foucault nos desvela una creyeron o demostraron», 34 ni puede filtrar «el
manera excelente de saber qué es lo que pasó en el pasado a través del conjunto de los enunciados o de
pasado: se trata de analizar los juegos de lenguaje las teorías actualmente validadas}}, 35 sino que debe
como acciones monumentalizadas que pueden ser buscar «la normatividad interna de las diferentes
presenciadas por un lector-historiador del presente. actividades científicas tal y cómo efectivamente fue-
Pero también hay algo al mismo tiempo desafiante ron llevadas a cabm}. 36 Analizar los discursos como
en publicarlos: ver qué dirían los psicoanalistas, los un epistemólogo positivista significa descubrir cuá-
médicos, los historiadores del derecho penal, los les han sido sus reglas de formación en la distancia
sociólogos, de un chico inculto de pueblo que se ve que las separa de las que hoy rigen nuestros pro-
a sí mismo como un héroe bíblico y que no demues- pios discursos y no intentar rellenar la diferencia o
tra estar aquejado de ninguna enfermedad mental, o la discontinuidad de estos discursos respecto de los
de una maestra que vacila respecto a qué sexo per- nuestros con lo que para nosotros hoy constituye lo
tenece y cuenta las dulzuras del mundo femenino que tiene sentido. Establecer positivamente los jue-
sin por ello ser ni un hombre ni una lesbiana. El gos de lenguaje de una época es extraer de lo que ha
silencio con que los especialistas respondieron a la sido dicho las reglas de su formación sin añadir un
publicación de estos discursos fue entendido por sentido oculto. Herculine Barbin o Pierre Riviere
Foucault como la demostración práctica de que las mantienen un discurso que nos sorprende por su
categorías bajo las cuales se da hoy en día nuestra extrañeza, esto es, las reglas que presiden sus juegos
experiencia difícilmente pueden clasificar o enten-
der el pasado. 33
34 Foucault, M., <<La vie: l'expérience et la science>>, Revue de
métaphysique et de mora/e, enero-marzo I 98 5, pág. 9·
33 35
Foucault, M., <<Entretien avec Michel Foucault>>, Cahiers du Ibídem, pág. ro.
36
cinema, n. 2JI, Nov. r976, pág. 52. Ídem.

59
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

de lenguaje no son las mismas que las nuestras, por ficación althusseriana de que la determinación de la
lo que hoy psicoanalistas, médicos o juristas no superestructura por la infraestructura era una deter-
saben qué decir de esos discursos. minación «en última instancia}}' así como el valor
Foucault llama arqueología al análisis del lenguaje concedido a las ideologías como lo que se reproduce
que extrae las reglas que explican por qué en una con una cierta independencia de otras instancias de
situación histórica determinada lo que se dijo fue la sociedad, aunque son cambios y enriquecimien-
eso. Las reglas establecen las condiciones de posibi- tos importantes hechos al marxismo, siguen man-
lidad de un discurso y, puesto que son estas las cosas teniendo la idea central de que la economía sub-
que una época ha dejado dichas y no otras, conviene yace a todos los procesos y debe ser empleada como
investigarlas para saber por qué ésas y no otras cosas último recurso explicativo de una realidad. Para
se dijeron. Un historiador del pensamiento debe, a Foucault, la estructura epistemológica de una prác-
juicio de Foucault, establecer en primer lugar los tica discursiva no puede ser explicada por referen-
discursos que se mantuvieron y, en segundo lugar y cia a las condiciones económicas o políticas aunque
a través de ellos, establecer positivamente qué reglas tenga alguna relación con ellas; en cualquier caso,
hacen posibles esos discursos. esta relación no será mayor ni superior que la que
Es de suma importancia precisar cuál es el lugar tiene con otros discursos. El análisis arqueológico se
en el que se dan las reglas. Foucault descarta, con basa en los discursos y las reglas internas que hacen
la descalificación de que hace objeto al término posibles esos discursos. A partir de 1970, Foucault
«ideología}}' que las reglas estén en una instancia considerará incompleto ese análisis en la medida en
más «infraestructural}} que el discurso mismo. Su que en la formación de nuevos discursos no solo hay
mayor alejamiento de las teorías althusserianas se que contemplar las reglas discursivas sino también
encuentra representado en su rechazo del análisis las otras prácticas discursivas y no discursivas que
causal o determinista para explicar la formación de actúan sobre ellos. A esa arqueología ampliada con
los discursos, y por lo tanto de las ideas. 37 La especi- la consideración de la acción que otras prácticas tie-
nen en la formación de nuevos discursos le dará el
37
La procedencia (a Foucault le parece este término más per-
tinente que el de <<origen>>) de un acontecimiento es una plura-
lidad de acontecimientos que se entrecruzan y se determinan jerárquicamente superior: la <<causalidad>> foucaultiana es se-
unos a otros a la manera de series yuxtapuestas. Foucault no mejante a las relaciones de contigüidad, sucesión y conjunción
busca la fundamentación de un acontecimiento en una causa entre efectos defendidas por Hume.

6o 61
I Análisis del lenguaje Anarqueología

nombre de genealogía. Sin embargo, la concepción y reglas constitutivas. 39 Después de definir el acto
arqueológica según la cual el análisis del lenguaje ilocucionario como una conducta gobernada por
es la parte fundamental por la cual, a partir de un reglas, Searle diferencia entre las reglas regulati-
discurso dado, se pueden establecer las reglas de for- vas, que se aplican a conductas ya existentes, y las
mación de ese mismo discurso, permanecerá como reglas constitutivas, que crean o definen conductas.
el núcleo mismo del método de trabajo de Foucault. Los ejemplos que Searle pone de conductas que son
Foucault no admite que las reglas sean una especie creadas por las propias reglas que rigen dichas con-
ductas son juegos: el ajedrez o el rutbol no existirían
de gramática profunda, que se encuentren en forma
como tales juegos de no ser por las reglas que los
de discurso silenciado, esto es, que sean lo no dicho
forman. De la misma manera, Searle piensa que se
y que la función de un análisis del lenguaje consista
puede hablar de las reglas constitutivas de los actos
en desvelar el sentido oculto del discurso: los enun-
de habla. 40
ciados no son la traducción de procesos que suceden El rutbol no sería el juego de pelota que conoce-
en otro lugar (en el pensamiento, en la conciencia, mos si no fuera por las reglas que lo constituyen:
en la subjetividad). 38 Foucault piensa que las regu- si estas reglas varían, estamos en presencia de un
laridades están en los propios enunciados y que en juego diferente. Lo mismo puede aplicarse a los jue-
este sentido, y solo en este sentido, el discurso es gos de lenguaje o a los actos de habla: «amenazar»
autónomo y puede ser analizado apelando única- o «preguntar» son prácticas lingüísticas formadas
mente a lo que se dice en él positivamente, aunque, por reglas inseparables de esas mismas prácticas. Si
claro está, una práctica discursiva no está aislada de
las otras prácticas ni deja de guardar relaciones con 39
Searle, J., ¿Qué es un acto de habla?, Valencia, Cuadernos
ellas. Teorema, 1977;Actos de habla, Madrid, Cátedra, 1980.
Plantearse -como hace Foucault- que las reglas 40
Searle dice que las reglas constitutivas son <<subyacentes>>.
forman el discurso pero no son anteriores ni exte- Ver Actos de habla, op. cit., pág. 46. No creo sin embargo que
Searle pretenda con ello decir que solo son extraíbles mediante
riores a él es un problema semejante al que Searle interpretación o dotación de sentido. Searle dice que las reglas
aborda a propósito de las reglas que rigen los actos subyacentes son las que hacen traducibles unas lenguas a otras
de habla. Searle distingue entre reglas regulativas (íd., pág. 48). También Foucault considera que el mismo enun-
ciado puede expresarse en lenguas diferentes (L'Archéologie du
38
Foucault, M., L'archéologie du savoir, op. cit, pág. r 6o. savoir, op. cit., pág. 136).

6z
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

no empleamos las palabras precisas, la entonación de manifiesto las reglas. Ahora bien, la manifestación
conveniente o si no es la situación adecuada, no de las reglas debe hacerse a través de los usos o apli-
estaremos amenazando o preguntando de manera caciones prácticas de los diversos juegos de lenguaje
afortunada; habremos fracasado en nuestro intento ya que existe de hecho una identificación entre reglas
de querer hacer eso, amenazar o preguntar. y prácticas lingüísticas, lo que significa que las reglas
Sin embargo, la comparación entre las reglas de un no pueden separarse de los juegos más que mediante
juego lingüístico y las reglas constitutivas de un juego un proceso de abstracción.
no lingüístico contiene un cierto engaño en la medida A juicio de Wittgenstein, debe evitarse un peligro
en que las segundas pueden explicitarse mientras que que inmediatamente nos acecha cuando pensamos
no está claro que esto mismo pueda suceder con las
primeras. 41 Es un lugar común de la filosofía de la
Investigaciones jilosijicas. En él opone la <<gramática superficial»
segunda etapa de Wittgenstein la identificación entre engañosa a la <<gramática profunda>> y verdadera. En la medida
el significado y el uso. Por «USO» entiende Wittgens- en que esta oposición no fue mantenida en ningún otro texto,
tein una práctica sometida a reglas. 42 Para Wittgens- Hottois se siente justificado al defender que la gramática pro-
tein buscar el significado de los juegos de lenguaje es funda a la que hace alusión Wittgenstein no es más que una
gramática extensional que contemplaría todos los usos o juegos
una operación de superficie43 que consiste en poner
de lenguaje de las palabras, teniendo como fin superar terapéu-
ticamente de esta manera la unidireccionalidad, base de mu-
41
Ver a este respecto lo que dice Bouveresse en Bouveresse, chos errores filosóficos. La gramática superficial nos presentaría
]., <<l:animal cérémoniel: Wittgenstein et l'anthropologie>>, un cuadro restrictivo de los usos lingüísticos de una expresión
en Wittgenstein, L., Remarques sur le Rameau d'or de Frazer, mientras que la gramática profunda-extensional nos pondría
Montreux, I.:Age d'Homme, 1982, pág.I08., ed. cast. L. Witt- frente al cuadro completo de usos de una expresión. Tiene ra-
genstein, Observaciones a La rama dorada de Frazer, Madrid, zón Hottois al advertirnos de que, en efecto, si suponemos que
Tecnos, zoo8. el juego de lenguaje no es más que la expresión visible de una
42
Wittgenstein, L. Sobre la certeza, Barcelona, Gedisa, 1988, gramática oculta, nada nos impediría volver a considerar que los
párrafos 61 y 62. errores o las inconcreciones del lenguaje tal y como lo usamos
43
Puede existir la duda de si Wittgenstein se refiere a una podrían ser corregidos tras el descubrimiento de la gramática
gramática profunda y escondida: el propio Wittgenstein así se profunda de las expresiones, y esto no sería más que volver al
refirió a ella en un único y -en opinión de algunos (es el caso terreno del lenguaje ideal, propio del Tractatus. Por eso Hottois
de Hottois: ver Hottois, G., La philosophie du langage de Ludwig concluye que la gramática de Wittgenstein es extensional y su-
Wittgenstein, éd. de l'Université de Bruxelles, 1976, pág. 169)- perficial, y que las reglas de esta gramática tendrán que encon-
desgraciado texto: el texto concretamente es el párrafo 664 de trarse en el uso mismo de los juegos lingüísticos.

6s
1. Análisis del lenguaje Anarqueología

en encontrar las reglas de un juego de lenguaje, y es es algo distinto de lo que se hace al aplicar dicha
creer que las reglas son una especie de mecanismo regla.
cuyas aplicaciones ya están contenidas en ellas. 44 Las reglas no determinan causalmente el lenguaje
Wittgenstein piensa que adoptamos el modelo de sino que lo determinan lógicamente. 46 No se encuen-
la mecánica para explicarnos a nosotros mismos de tran por fuera de las prácticas lingüísticas, por lo
manera errónea la forma cómo unas reglas actúan que la tarea del filósofo consiste en describir tales
sobre un comportamiento. La incorrección de este prácticas a fin de mostrar lo que a primera vista no
modelo estriba en que nos obliga a pensar que el se ve o incluso mueve a error.
comportamiento está ya presente en las reglas mis- La teoría searliana de las reglas constitutivas, con
mas y que, con solo entender o captar las reglas, ya las precisiones que hemos hecho, nos ofrece un
podemos deducir todas sus aplicaciones. 45 «Seguir modelo posible de comprensión de la presencia de
una regla» es llevar a cabo una práctica, es hablar, las reglas en la positividad del «discurso» foucaul-
simplemente. Si queremos seguir empleando la tiano. La separación entre los discursos o juegos de
denominación searliana de «reglas constitutivas», lenguaje en su positividad y las reglas de formación
tendremos que retener que la constitución no es de los discursos no se puede llevar a cabo más que
una relación causal, ya que lo que dice la regla no en el terreno del análisis, pero si bien las reglas están
en los juegos lingüísticos, su presencia se confunde
44
Este es el peligro de reificación de las reglas que, según Bou- con los propios juegos: las reglas son invisibles. Los
veresse es propio del estructuralismo. Ver a este respecto, Bou- enunciados foucaultianos son las reglas, invisibles
veresse,J., <<L'animal cérémoniel>>, op. cit, pág. 109. Los motivos aunque no escondidas, de formación de un discurso.
que llevan a Foucault a criticar el estructuralismo y a rechazar
Están en la superficie misma del discurso.
esta denominación para su propia teoría no son muy diferentes
de los que aquí maneja Bouveresse para afirmar que las reglas
En 1970, Foucault consideraba que existían tres
wittgensteinianas son diferentes de las estructuralistas: en am- tipos de reglas que ordenan el discurso y que se dan
bos casos se rechaza una concepción de las reglas que las sitúa con el propio discurso: las reglas represivas o prohi-
como causa del lenguaje, como trasfondo de un efecto de la bitivas, que fijan las cosas sobre las que no se puede
superficie. Ver Foucault, M., L'ordre du discours, París, Galli-
mard, 1971, pág. 72 , ed. cast. El orden del discurso, Barcelona,
Tusquets, 1999. 46Wittgenstein llama "lógica'' a la descripción de los juegos de
45
Wittgenstein, L., Investigaciones jilosijicas, Barcelona, lenguaje. Ver Wittgenstein, L., Sobre la certeza, op. cit., párrafos
Crítica, 1988, párrafos 193,195 y 197. s6 y 6z8.

66
Anarqueología
!.Análisis del lenguaje

hablar, las personas que no tienen derecho a hablar El a priori histórico.


o las circunstancias en las que no es posible hablar
de algo; las reglas de exclusión, que establecen las El propio Foucault valora su trabajo como pertene-
48
condiciones de racionalidad de un discurso a partir ciente a una tradición iniciada por la :filosofl:a kantiana.
de las cuales se excluye el discurso de la locura; y,
finalmente, las reglas de veridicción, que hacen que 48 El libro de Foucault Les mots et les choses fue celebrado en
los discursos entren en los límites de lo que se puede algunos medios intelectuales franceses como una nueva apro-
considerar verdadero o falso. 47 De estos tres tipos de ximación a Kant. En el capítulo <<L'homme et ses doubles» de
este mismo libro, Foucault dice que el pensamiento del siglo
reglas, las reglas de veridicción son las que acaba-
XIX está preocupado por la pregunta <<¿Qyé es el hombre?>> que
rán por centrar el interés de Foucault. Puede decirse Kant dejó planteada; pero, a la vez, este mismo pensamiento se
que la búsqueda de los enunciados invisibles o de convierte en artífice de una nueva confusión entre lo empírico
las reglas de formación de los discursos inclina el y lo trascendental, a pesar del cuidado que Kant había tenido
peso de las reglas hacia las de veridicción en detri- en separarlos; el hombre se constituye en un conjunto de em-
mento de las otras dos: los enunciados que interesan piricidades a las que el pensamiento va a estudiar (el lenguaje,
la vida o el trabajo son objetos de estudio a partir del siglo XIX)
a Foucault no son reglas represivas o de exclusión
y, al mismo tiempo, el hombre es el sujeto privilegiado sin el
sino que son reglas constitutivas de un discurso que cual estos conocimientos no serían posibles. El hombre, que al
pretende validarse, esto es, que pretende entrar en ser estudiado por las ciencias humanas, aparece como un ser
el juego de lo verdadero y de lo falso. La acción o la limitado, como un objeto entre otros objetos de conocimiento,
performatividad que llevan a cabo los enunciados es se presenta también como el fundamento mismo de su propia
limitación, ya que sin él no sería pensada. Al hombre así con-
la constitución misma de las reglas de veridicción,
cebido, Foucault lo llama <<pliegue empírico-transcendental» y
por lo que podemos decir que los enunciadosfoucaul- denuncia, con esta concepción, a la filosofía de los últimos rso
tianos son los actos ilocucionarios que realizan las reglas años diciendo que se halla sumida en un nuevo <<sueño antro-
de constitución de un discurso serio. La cuestión que pológico». Canguilhem y Clavel pensaron que Foucault era el
sigue en pie es saber qué son estas reglas constituti- filósofo que despertaría a la filosofía de su <<sueño antropoló-
vas de veridicción. gico>>. Foucault, en Les mots et les choses, se refiere a Nietzsche
como el pensador a partir del cual es posible realizar esta ope-
ración. Por eso, llegará a decir después de la muerte de Dios, la
muerte del Hombre está ya anunciada, lo que supone -como
dice Deleuze- algo menos que la desaparición de todos los
47
Foucault, M., L'ordre du discours, op. cit., págs. w-23. hombres y algo más que el cambio de un concepto.

68
Anarqueología
I Análisis del lenguaje

En un artículo que publicó con seudónimo, pode- discursivas y no-discursivas. Completará entonces
mos leer: su método, al que se referirá como «genealogía» y
nombrará a la experiencia como «dispositivo», pero
Si Foucault se inscribe en alguna tradición filosófica sin abandonar el punto de interés que consiste en
es en la tradición crítica de Kant y se podría nombrar plantearse sus condiciones de posibilidad. Fi~al­
su empresa como Historia crítica del pensamiento.4 9 mente, interesado por la manera en que el sujeto
se constituye a sí mismo, indicará con el nombre de
A la determinación o condiciones de la experien- «pragmática de sí» el método empleado en el aná-
cia, Foucault les dio el nombre kantiano de a priori. lisis de las prácticas de sí y el término «problema-
Se puede afirmar sin temor a equivocarse que el tización» le parecerá el más adecuado para señalar
problema de las condiciones transcendentales de la experiencia que se ha convertido en su objeto
la experiencia es el tema más general y más repe- de análisis. Como ejemplo e ilustración, pueden
tido de la filosofía de Foucault. Por «experiencia» compararse tres textos de Foucault en los ~ue.la
entiende Foucault el campo de prácticas a partir de sexualidad aparece sucesivamente como «practiCa
las cuales el ser «Se da como pudiendo y debiendo discursiva» (1969),51 como «dispositivo», esto es,
ser pensado». 50 Lo que cambia, a lo largo de sus como la producción resultante del encadenamie~to
escritos, es el terreno de prácticas que constituye la de un conjunto de prácticas discursivas y no dis-
experiencia en cada momento. Hasta 1970, habla cursivas (1976),52 y como «problematización», eso
casi exclusivamente de las condiciones de posibili- es como el correlato de un conjunto de prácticas
dad de los discursos.A partir de esa fecha, considera di~cursivas y no discursivas aplicadas a sí mismo
que su trabajo anterior había sido presidido por una (1984).53
concepción parcial ya que no tomaba en suficiente A las condiciones transcendentales de la expe-
consideración la articulación global de las prácticas riencia, al a priori, Foucault le da otros nombres.
En L'archéologie du savoir dice que el a priori es una
49
Foucault, M. (<<Florence, M>>), «Foucault, Michel, 1926->>, en
Huisman, D. (ed.), Dictionnaire des philosophes, 2 vols., París, 51 Foucualt, M., L'archéologie du savoir, op. cit, pág. 252.
P.U.F., 1984, pág. 942.
52 Foucault, M., La volonté de savoir, París, Gallimard, 1976,
5
° Foucault, M., L'usage des plaisirs, París, Gallimard, 1984, pág. 13 9, ed. cast. Historia de la sexualidad I, La voluntad de
pág. 17, ed. castellano Historia de la sexualidad JI, El uso de los saber, Madrid, Siglo XXI, 2oo6.
placeres, Madrid, Siglo XXI, 2005. 53 Foucault, M., L'usage des plaisirs, op. cit.

71
70
Anarqueología
1 Análisis del lenguaje

función de la positividad, o sea del sistema de los dichas, las performances verbales). Así pues, las mis-
enunciados y le da el nombre de «archivo». Ahora mas palabras, «archivm> y «enunciado», se refieren a
bien, la definición que Foucault da de «archivo» lo empírico -lo que se dice- y lo trascendental
reproduce algunos de los problemas que señalamos -las reglas de formación de los discursos. Oye las
más arriba cuando nos referíamos al oscilamiento reglas sean inmanentes a las prácticas lingüísticas
entre «enunciado» entendido como meras perfor- determina que Foucault, como Wittgenstein, las
mances y «enunciado» entendido como algo invisi- considere indiferenciables de las mismas prácticas.
ble y materialmente diverso de lo meramente dicho. Ahora bien, la distinción wittgensteiniana entre lo
empírico y lo trascendental, entre las proposiciones
El archivo es en primer lugar la ley de lo que pue- empíricas y las proposiciones gramaticales es un
de ser dicho, el sistema que rige la aparición de los modelo más claro de comprensión del lenguaje que
enunciados como acontecimientos singulares. 54 el que ofrece el método arqueológico.
Wittgenstein señaló en Sobre la certeza que ciertas
En la medida en que Foucault no quiere adoptar la proposiciones con aspecto de proposiciones ~mpí­
hipótesis de que las condiciones de un discurso, o ricas eran, sin embargo, proposiciones gramatiCales.
de una experiencia, se encuentran en un nivel dis- Los ejemplos que pone Wittgenstein son proposi-
tinto de la afirmación de lo que hay, es decir, que ciones de sentido común: «Sé que tengo dos manos»,
no hay un «por debajo de las prácticas», aquello «me llamo L.W.», «El mundo tiene una duración
que es la condición de posibilidad de las prácticas superior a diez minutos», «Solo yo puedo experi-
mismas -las reglas que las constituyen- tiene que mentar mi dolor», «Este bastón tiene una longitud»,
encontrarse en las mismas prácticas. Esta cuestión «Una máquina no puede pensar».
es quizá lo que explica que Foucault mantenga la Si no podemos considerarlas como proposiciones
misma palabra «enunciado» para designar lo dicho empíricas, es porque en realidad están definiendo
y las reglas que lo hacen posible y explica, por lo un uso; pero el problema consiste justamente en
tanto, que defina el archivo como la ley (el sistema separar la práctica de un juego de lenguaje de ~a
de enunciados que regulan lo que puede decirse) que definición de esa misma práctica, ya que esa defim-
rige la aparición de enunciados (el conjunto de cosas ción no puede constituir un lenguaje separado. Así
pues, aunque se pueda hablar de proposiciones gra-
54
Foucault, M., L'archéologie du savoir, op. cit., pág. r7o. maticales y de proposiciones empíricas, lo que hay,

72 73
L Análisis del lenguaje Anarqueología

aparte de proposiciones empíricas, son otras propo- sin fundamentos sino una manera de actuar sin
siciones extrañas que no son ni totalmente empíri- fundamentos». 59 Las proposiciones gramaticales
cas ni totalmente lógicas. son la totalidad de las proposiciones que el sen-
Una característica fundamental de estos enun- tido común de una comunidad de hablantes acepta
ciados es que, aun cuando parezcan empíricos, la como indudables.
experiencia no puede falsarios, es decir, que, como En cuanto a la generación de proposiciones gra-
pasa con las proposiciones lógicas, es impensable maticales, Wittgenstein sostiene que ha sido una
que puedan ser falsos. La certeza que acompaña a transformación, una solidificación de proposiciones
estos enunciados es absoluta. Estas proposiciones empíricas lo que ha dado lugar a que estas se con-
por fuera de toda duda no son verdaderas, ni falsas, virtieran en proposiciones indudables:
porque no podemos decir en qué nos basamos para
afirmar su verdad o su falsedad. 55 Más bien son el 96. Podríamos imaginar que algunas proposiciones,
fundamento de lo verdadero y de lo falso: que tienen la forma de proposiciones empíricas, se
solidifican y funcionan como un canal para las pro-
205. Si lo verdadero es lo que tiene fundamen-
posiciones empíricas que no están solidificadas y
tos, el fundamento no es verdadero, ni tampoco fluyen; y también que esta relación cambia con el
falso. 56 tiempo, de modo que las proposiciones que fluyen se
solidifican y las sólidas se fluidifican. 60

Al fundamento, al que también llama Wittgens-


Las proposiciones empíricas encuentran su funda-
tein «imagen del mundo» 57 o «mitología», 58 no se
mento en las proposiciones gramaticales pero no se
le puede a su vez buscar fundamento, sencillamente
puede separar las unas de las otras si no es por un
porque detrás de él lo que hay es una forma de vida,
proceso de abstracción, tal y como hemos afirmado
un tipo de acción o de práctica definida que lo hace
anteriormente que no podemos formular o describir
ser como es, pero en absoluto lo justifica como
aisladamente las proposiciones lógicas porque no es
verdadero: «Y el término no es una presuposición
posible decir las reglas al margen de sus aplicacio-
55 nes. Por ello, en realidad, los ejemplos que hemos
Wittgenstein, L., Sobre la certeza, op. cit., párrafo zoo.
56
Ibídem
57 59
Ibídem, párrafo 94· Ibídem, párrafo r ro.
58 60
Ibídem, párrafo 9 5. Idem.

74 75
L Análisis del lenguaje Anarqueología

puesto más arriba de propos1c10nes gramaticales Como hemos indicado en varias ocasiones, toda la filo-
no se explicitan en las prácticas lingüísticas reales sofía de Wittgenstein está suspendida en cierto sentido de
a no ser porque el contexto exige una aclaración: yo la teoría de las proposiciones «gramaticales>>, es decir de
no voy diciendo por ahí, justamente porque es una la existencia de proposiciones que son en realidad reglas
lingüísticas disfrazadas. Es uno de los puntos sobre los
de mis certezas, que tengo dos manos. Tampoco un
cuales hemos admitido, al inicio, que Wittgenstein había
niño está obligado a saber primero que tiene dos adoptado aparentemente una tesis filosófica caracterís-
manos para poder decir algo más acerca de ellas. 61 tica. Pero, para que este fuera realmente el caso, habría
Por lo tanto nuestras prácticas lingüísticas están tenido que proponer una solución del problema del origen
formadas por proposiciones empíricas dentro de las de la <<verdad>> gramatical o conceptual, lo que en ningún
cuales están implícitas las proposiciones gramatica- momento hizo. 62
les que les sirven de fundamento. El a priori está ya
en cada proposición empírica o, lo que es lo mismo, La concepción foucaultiana del a priori histórico,
en todas las proposiciones empíricas hay a priori. completada con su teoría general sobre las acciones
Wittgenstein considera que el a priori no es eterno, humanas como relaciones de poder, permite, por el
ni inmutable, ni siquiera universal, sino que cambia contrario, decir algo más sobre la realización y la
y se modifica a lo largo del tiempo y también del genealogía de la verdad.
espacio. Pero aun cuando algunos de sus ejemplos Si las proposiciones gramaticales no son separa-
llevan a pensar que la mitología de nuestra comuni- bles de las empíricas no puede haber una formula-
dad reposa en parte en proposiciones empíricas cien- ción de ellas que sea distinta de las propias prácticas
tíficas que con el tiempo han pasado a ser para noso- lingüísticas: esta conclusión llevó a Wittgenstein
tros indudables, las declaraciones sobre este asunto a sostener, como ya había hecho en el Tractatus,
se quedan en esta sola afirmación. Tampoco explica aunque ahora en otro contexto, que el a priori, o la
Wittgenstein a qué se deben los cambios en el "lecho lógica, o las proposiciones gramaticales, no podía
rocoso" de nuestras creencias, ni qué papel desem- ser descrito sino solo mostrado. En Wittgenstein
peñan las prácticas no lingüísticas en esos cambios. esta imposibilidad es absoluta y puede conducir al
Bouveresse ha tenido la virtud de señalar con clari- silencio, como efectivamente parece demostrarlo
dad cuál es el vacío de los análisis de Wittgenstein: el resultado del final del Tractatus. Años más tarde,

61
Ibídem, párrafo 3 7 r. 62
Bouveresse,J., Le mythe de l'intériorité, op. cit., págs. 699-700.

76
77
L Análisis del lenguaje Anarqueología

Wittgenstein abordó de nuevo el mismo problema a priori es transformable y por ello histórico. Esta
desde otra óptica. Pero las conclusiones a las que condición histórica del a priori permite plantearse
llegó no parecen ser muy distintas. Bouveresse opina el problema de la imposibilidad de su completa des-
que este resultado pone de manifiesto la coherencia cripción, y superarlo.
del pensamiento de Wittgenstein; 63 Kenny afirma La posición de Wittgenstein respecto a que las
que el acuerdo que existe entre las conclusiones del reglas de un lenguaje solo pueden ser mostradas
Tractatus y las de Sobre la certeza subraya la conti- pero nunca descritas («¿No me inclino cada vez más
nuidad de la filosoña de Wittgenstein. 64 Pero, ¿no a decir que la lógica no puede ser descrita?»), 65 se
podrían verse las cosas de otra manera?; ¿no podría repite en las declaraciones de Foucault acerca de la
interpretarse como un relativo fracaso, como un imposibilidad de «describir nuestro propio archivo
muro contra el que Wittgenstein se golpeó repeti- puesto que hablamos desde el interior de sus
das veces?; ¿acaso no pone a la filosoña en un calle- reglas». 66 Foucault sabe que lo trascendental no es
jón sin salida, teniéndose que ceñir al papel de esta- descriptible pero no se satisface con esta imposibi-
blecer los límites del pensamiento? Detrás de estas lidad de principio y se pregunta si no habría alguna
interrogaciones, lo que está en cuestión es el papel manera de acercarse a la descripción, aunque fuera
mismo de la filosofía: la filosoña como guardiana de esta incompleta, o, si se quiere, se pregunta en qué
los límites que facilita la labor de los que trabajan puede consistir una descripción del archivo que sea
en el interior de ellos o, por el contrario, la filosofía algo más que una mostración. Su respuesta avanza
como pensamiento de los límites, no con intención una posible solución. Foucault cree que si se dirige
de respetarlos, sino de intentar superarlos. a estratos históricos que no son exactamente los
El «a priori histórico» de Foucault se interesa no nuestros para preguntarse por qué se dijo, se pensó
por las condiciones de posibilidad de toda experien- y se vivió de tal y cual forma, esto es, si investiga
cia sino por las condiciones que han hecho posi- un suelo apriórico sobre el cual ya no nos encontra-
ble la existencia de unos enunciados concretos. El mos, ese archivo pasado, por el hecho mismo de no
63
ser ya el nuestro, puede ser descrito. Y algo más. Si
Bouveresse,J., <<Wittgenstein et la philosophie du langage>>,
tomamos como objeto de estudio un archivo pasado
Guttorm Floistad (ed.), Contemporary Philosophy. Volume 1,
Philosophy if language, The Hague/Boston/London, Martinus
Nljhoff Publishers, r 9 8 r, pág. r 04. 65
Wittgenstein, L., Sobre la certeza, op. cit., párrafo sor.
64
Kenny, A., Wittgenstein, Madrid, Alianza, 1984, pág. zo3. 66
Foucault, M., L'archéologie du savoir, op. cit., pág. r 71.

79
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

-que no es ya el nuestro aunque cronológicamente limitado por los discursos y por las prácticas no dis-
no esté muy lejano del nuestro-, y hacemos su des- cursivas que configuran las prácticas de sí.
cripción, podemos entender, por contraste, algo de El análisis que Foucault nos ofrece del len-
nuestro propio archivo. Podemos llegar a contesta- guaje a través de los conceptos de «enunciado» y
ciones parciales de por qué somos como somos e de «archivo>>, si bien tiene un objetivo diagnóstico
incluso podemos ver en qué aspectos podemos dejar claro, no consigue superar algunas dificultades que
de ser lo que somos. la distinción wittgensteiniana entre proposiciones
Se puede, pues, describir un a priori del pasado y gramaticales y proposiciones empíricas nos disipa.
ello nos debe acercar, por contraste, por oposición, a Podemos decir que la invisibilidad de los enunciados
una descripción del nuestro. Foucault tiene una pre- estriba en que guardan con las performances verbales la
ocupación continua en sus escritos: saber si podemos relación de causación lógica que las proposiciones gra-
ser diferentes a como somos; para ese fin se plantea maticales tienen con las proposiciones empíricas. Los
llevar a cabo, en cada momento y a través de cada enunciados son reglas invisibles que fundamentan
uno de sus libros históricos, un diagnóstico de nues- la aparición de proposiciones empíricas.
tra sociedad. En L'archéologie du savoir -como bien
ha apuntado Deleuze-67 ya señala esta tarea desde
la propia organización de su método: 68 la posibili- 1.3. ILOCUCIONARIDAD.
dad de hacer un diagnóstico se enfrenta a partir de
la descripción de las condiciones de posibilidad que Las reglas de constitución del objeto y del sujeto.
limitan el campo de la experiencia próxima pasada,
entendiendo que la experiencia está constituida Foucault comienza su libro Naissance de la clinique
por los discursos. En L'usage des plaisirs, 69 se sigue con la cita de un fragmento de un libro de r 769,
considerando que el diagnóstico que nos permite escrito por el Dr. Pomme y titulado Traité des ajfec-
dejar de ser como somos es posible, aunque en r 984 tions vaporeuses des deux sexes. Ese texto explica la
Foucault considere que la experiencia es lo que está curación de una histérica a manos del propio Po mme
por medio del siguiente remedio: «baños de ro a
67
r 2 horas diarias, durante diez meses completos».
Deleuze, G., <<Cb,t'est-ce qu'un dispositif?», op. cit.
68
Foucault, M., L'archéologie du savoir, op. cit., pág. 172.
Pomme relata cómo gracias a ese tratamiento fue-
69
Foucault, M., L'usage des plaisirs, op. cit., pág. 14. ron desprendiéndose membranas de los intestinos,

So Sr
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

de los uréteres, del esófago y de la tráquea y cómo La objetivación y la subjetivación son las reglas que
fueron expulsadas a través de la orina, los excre- determinan aquello sobre lo que se pueden decir
mentos y los vómitos, tras lo cual la enferma quedó ciertas cosas susceptibles de ser verdaderas o falsas y
curada. quién puede decirlas.
Nos encontramos ante una serie de proposiciones Si analizamos la proposición empírica del ejemplo
empíricas producidas en el siglo xvm que Foucault que contemplamos, «U na histeria se cura con baños
analiza con su método arqueológico. La proposi- de ro a 12 horas durante diez meses completos»,
ción «U na histeria se cura con baños de ro a r 2 como un acto lingüístico hecho por Pomme con
horas diarias durante diez meses completos» es una total certeza, buscaremos en ella los enunciados que
performance verbal, una proposición empírica en la la hacen posible. Los enunciados no son contenidos
que hay que buscar cuáles han sido sus reglas de mentales: no podemos sostener que lo que hay en la
formación. En esta proposición empírica hay enun- proposición del ejemplo son concepciones invisibles
ciados invisibles, proposiciones gramaticales, que de creencias entendidas al modo como se entiende
constituyen sus condiciones de posibilidad. Estos que las ideologías son mentalidades. Cometería-
enunciados son los que fundamentan la certeza con mos un error si dijéramos que la creencia en que
la que Pomme profirió tales proposiciones empíri- el sistema nervioso se deseca y se recalienta es el
cas. elemento condicionante de la emisión de nuestra
La argumentación principal de Foucault en Nais- proposición. En efecto, Pomme actuó con seguridad
sance de la clinique consiste en decir que la muta- al emitir tal proposición: la proposición en cuestión
ción que se produjo en la medicina a comienzos podía ser verdadera o falsa, pero la certeza que le
del siglo XIX fue un cambio en la mirada médica. servía de fundamento era incuestionable y parte de
Se trata de un cambio en las reglas de constitución esa certeza la constituía el hecho no de pensar que
del saber médico: «Nuevos objetos van a ofrecerse los sistemas nerviosos se disecan sino de actuar en
al saber médico en la medida en que, y al mismo un terreno en el que se está seguro de lo que son las
tiempo que, el sujeto cognoscente se reorganiza, se enfermedades y los médicos.
modifica y se pone a funcionar de manera nueva».7° Foucault se pregunta, frente a proposiciones como
la de Pomme, cuáles son los enunciados invisibles
7
° Foucault,M.,Naissance de la clinique, París, P.U.F., 1963,pág. 89, que están implícitos como reglas de existencia del
ed. cast. El nacimiento de la clínica, México D.F.. , Siglo XXI, zor r. objeto y del sujeto. Y este es el universo de certezas

82
L Análisis dellenguqje Anarqueología

que actúa como el fundamento del discurso de toman en consideración al objeto «enfermo» que,
Pomme: sin embargo, en otras situaciones ocupa un lugar
central. Cuando Pomme enunció esa proposición
r. El enfermo es el lugar en el que se muestra la estaba seguro de lo que eran las enfermedades y de
enfermedad perdiendo esta su carácter de idea- la función de los médicos. Su proposición podía
lidad ya que adopta la materialidad singulari- ser verdadera o falsa según se adecuara o no a los
zada que le confiere la persona enferma. Para ver hechos: la histeria podía curarse así o no. Pero lo
correctamente la enfermedad, el médico tendrá que configuraba su certeza era que él podía decir
que hacer abstracción del enfermo concreto. aquello. El acto suyo de decir esa proposición era
2. La forma de aplicar remedios a la enfermedad una acción fundada en la seguridad que da saber
tiene que rehuir cualquier intervención excesiva- que se domina una práctica.
mente temprana que pudiera enturbiar la visión El «enunciado» foucaultiano es la regla de consti-
clara de la enfermedad y confundir de esta manera tución de un objeto: se puede entender que se trata
al médico. de todo enunciado implícito o proposición grama-
tical que constituye la base indudable a partir de la
3. La mirada médica tiene que retroceder para per-
cual emitimos performances verbales o proposicio-
mitir que la verdad de la enfermedad se muestre
nes empíricas sobre algo. Según Wittgenstein, en la
en su auténtica naturaleza.
proposición «Me he roto una mano», el enunciado
implícito «Tengo dos manos» constituye la certeza
En el ejemplo de proposición empírica «Una his- a partir de la cual puede plantearse la verdad o fal-
teria se cura con baños de ro a r 2 horas diarias sedad de la proposición empírica «Me he roto una
durante diez meses completos», los enunciados mano». 71 Pero el «enunciado» foucaultiano es ade-
que constituyen su condición de posibilidad son más regla de constitución del sujeto. Qye la proposi-
las reglas que forman al objeto «histeria», que no ción gramatical implícita en una proposición empí-
es, en tanto enfermedad, más que una especie de rica no solo ofrece la base indudable para establecer
la naturaleza perfectamente clasificada entre otras la referencia o el objeto del que hablamos sino que
análogas, y al sujeto «médico», cuya posición más también constituye el punto de vista del sujeto, el
bien se parece a la de un espectador. Estas reglas
dejan en la más gran imprecisión y por lo tanto no 71
Wittgenstein, L., Sobre la certeza, op. cit., párrafo 57 y 83.
L Análisis del lenguaje Anarqueología

lugar a partir del cual alguien puede constituirse en determinada. 74 Una proposición empírica lleva de
sujeto, puede también afirmarse siguiendo a Witt- manera invisible la regla de constitución del sujeto
genstein: que es susceptible de decirla. Cualquier hablante de
una lengua puede decir cualquier proposición empí-
5 34· Pero, ¿es incorrecto decir: «El niño que domina rica pero la práctica lingüística solo será afortunada
un juego de lenguaje ha de saber ciertas cosas?».
si el que la dice ocupa el lugar que debe como sujeto
Sería un pleonasmo si, en lugar de eso, se dije-
de esa proposición. Sin embargo, apreciar que una de
ra <<ha de poder hacer ciertas cosas», aunque eso sea,
exactamente, lo que yo quería contraponer a la pri-
las reglas de una proposición es la regla de consti-
mera de las oraciones. -Pero: <<El niño alcanza un tución del sujeto es mucho más factible si en vez
saber en historia natural>>. Esto supone que el niño de enfrentarnos a discursos cotidianos analizamos
puede preguntar cómo se llama tal planta o tal otra. 72 discursos serios. En el ejemplo de Foucault a partir de
una proposición de Pomme es más fácil ver que el
Decimos que una persona tiene adquiridas sufi- sujeto requiere condiciones específicas que en los
dentes destrezas lingüísticas que le permiten ejemplos del lenguaje cotidiano de Wittgenstein.
hablar con seguridad no solo cuando tiene la cer- El carácter pragmático de los enunciados foucaul-
teza del objeto, de aquello sobre lo que se puede tianos como actos de habla serios consiste en que
hablar. Un niño sabe comportarse como un miem- la acción que llevan a cabo es un acto de validación
bro de una comunidad lingüística cuando sabe con aunque en sí mismos, como todo acto de habla que
certeza sobre qué se puede hablar, en qué situación no sea meramente descriptivo, no son verdaderos o
se puede hablar y cuándo es él quien puede hablar falsos. Ese acto de validación es la acción que se esta-
de esa manera. blece por medio de proposiciones empíricas cuyos
El sujeto que el enunciado constituye no debe ser elementos invisibles son enunciados gramaticales y
confundido, según dice Foucault, ni con el sujeto que consiste en determinar el sujeto y el objeto de
gramatical, ni con el sujeto de la enunciación, ni tales proposiciones o, si se quiere, las condiciones a
con el autor: es un lugar determinado pero vacío. 73
Cualquiera puede ocuparlo pero desde una posición
74
<<N'importe qui parle, mais ce qu'il dit, il ne le dit pas de n'im-
porte OU>> (Literalmente: <<No importa quién habla, pero lo que
72
Ibídem. dice no lo dice desde no importa qué lugar>>). Foucault,M.,L'ar-
73
Foucault, M., L'archéologie du savoir, op. cit, pág. r 2 5. chéologie du savoir, op. cit, pág. r 6 r.

86
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

partir de las cuales se puede decir que la emisión con sus maestros de la Historia de las Ciencias -
de un sujeto tal sobre un objeto tal es susceptible de Bachelard, Canguilhem, Koyré- y que también
ser verdadera o falsa. Así, a través de la proposición recoge Kuhn en su libro La estructura de las revo-
empírica de Pomme, Foucault ve los enunciados luciones cientificas, 77 consiste en no seguir pensando
gramaticales implícitos y por ello afirma que la emi- que la historia de los conocimientos científicos es
sión de tal proposición constituye un acto de habla una historia de la lenta ascención del error a la ver-
serio o de validación puesto que Pomme al hablar dad, una historia en la que se progresa continua-
como lo hace da validez o revalida las condiciones mente. El conocimiento avanza mediante rupturas,
mismas que hacen posible su emisión. Analizar
arqueológicamente el discurso de Pomme es hacer concretamente) como <<filosofía que funda su teoría de la histo-
ria sobre la discontinuidad>>. (Foucault, M., <<Vérité et pouvoir>>,
dos cosas: en primer lugar, establecer que en lo que
en L'arc n. 70, 1977, pág. 17). En 1978 Foucault dice, en parte
Pomme dice están presentes las condiciones a priori para llevar la contraria, en parte para hacer pensar, que él no
que hacen posible su emisión, esto es, las reglas de era un filósofo de la discontinuidad sino que él problematiza-
formación del objeto y del sujeto de la emisión; y, en ba la discontinuidad y que su proyecto era más bien disolverla
segundo lugar, considerar que el discurso de Pomme (entrevista con P. Boncenne, <<Du pouvoir>> realizada en 1978,
pero publicada después de la muerte de Foucault en L'express,
es una acción consistente en dar validez a esas reglas.
n. 1722, 6-12 de julio de 1984). Mientras Foucault solo ana-
Si Foucault busca los momentos de emergencia de liza las prácticas discursivas, constata las discontinuidades y en
nuevos enunciados es porque busca el elemento este sentido puede ser llamado <<filósofo de la discontinuidad>>;
sorpresa, la ruptura, el deslizamiento, esto es, todos pero, en la medida en que progresivamente se va planteando
los acontecimientos que le anuncian que el suelo a una explicación de los cambios de un a priori a otro -esto es,
priórico sobre el que se fundamentan determinadas complica el análisis arqueológico con métodos genealógicos-,
entonces se puede entender que lo que hace es disolver la dis-
formas de hablar y de hacer empieza a resquebrajar- continuidad.
se.75 La «discontinuidad»/6 que Foucault aprendió 77
Kuhn, T., La estructura de las revoluciones cientificas, Madrid,
Siglo XXI, 2006. Debido a las coincidencias entre la Historia de
75
<<[ ... ] la arqueología habla de cortes, de fisuras, de brechas, de las ciencias en Francia y la epistemología kuhniana, y analizan-
formas enteramente nuevas de positividad, y de redistribuciones do el diferente impacto del libro de Kuhn sobre las comuni-
repentinas>>. Foucault, M., L'archéologie du savoir, op. cit, pág. 221. dades de pensadores anglófono y francófonos, Hacking piensa
76
El término <<discontinuidad>> aplicado a la teoría foucaultiana que lo que para los primeros constituyó una absoluta conmo-
se ha magnificado, hasta el punto de que Foucault cuenta que ción para los francófonos fue tan solo un <<old hat>>. Ver Hack-
vio su trabajo recogido en un diccionario (el Petit Larousse, ing, 1., <<Michel Foucault's Inmature Science>>, op. cit., pág. 45·

88 89
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

saltos y revoluciones y no está claro que, desde lo lugar preferente en sus argumentaciones. En sus
que en una época se considera científico y verda- primeros escritos, en los que analiza las reglas de
dero, se pueda juzgar lo que en otra época pasada formación de un discurso sin tener en cuenta los
se ha hecho. Detrás de la discontinuidad, y por lo procesos por los cuales se desencadenan los cam-
tanto detrás del a priori histórico, se encuentra el bios de a priori, la formación del sujeto consiste
problema de la inconmensurabilidad de teorías. en la configuración de un lugar a partir del cual se
De las revoluciones o cambios de paradigmas pue- puede sostener el discurso: las reglas de constitución
den los historiadores tener constancia a través de las del sujeto razonable como sujeto del discurso pre-
performances verbales de esos momentos, que mues- existen a la inclusión de cualquier individuo como
tran sus elementos gramaticales de forma mucho más sujeto. Por otro lado, las reglas de formación del
clara que las performances propias de un momento objeto, en el caso de las ciencias humanas, designan
de normalidad. En los momentos de ruptura, las a los seres humanos como objetos de conocimiento
nuevas formas de hablar -que son nuevos modos constituidos a partir de los enunciados gramaticales
de comportamiento lingüístico- pueden analizarse de un discurso. A partir de 1970, con la considera-
en su misma gestación y pueden así desvelar cómo ción del campo total de las prácticas discursivas y
se han formado nuevos sujetos y nuevos objetos. En no discursivas, los seres humanos son presentados
cambio, cuando un cierto saber ya forma parte de como objetos de sujeción (assujettissement) por parte
una sociedad, los hablantes revalidan con sus emi- de los discursos y de otras prácticas no discursivas:
siones las condiciones por las que se puede decir que son de nuevo el correlato de las acciones, aunque
algo es verdadero o falso: entonces es más difícil ver a las acciones en ese momento no son tan solo lin-
través de lo que se dice el elemento a priórico. güísticas. En todas estas experiencias, en el seno de
los discursos y de los dispositivos, los seres humanos
son tan solo los polos pasivos de las prácticas, de las
¿Disolución del sujeto o modos de subjetivación? reglas de objetivación y subjetivación de las prác-
ticas discursivas, y de las reglas de sujeción de las
Se ha querido ver en la obra de Foucault un viraje prácticas no discursivas. No se puede decir que Fou-
total a partir del momento en que, en sus cursos, cault descarte durante esos años, desde sus primeros
entrevistas, artículos y últimos libros, «el sujeto», escritos hasta 1980, la posibilidad de ser sujetos de
las «prácticas de sí» y la «subjetivación» ocupan un resistencia frente a las prácticas: en todo momento
l. Análisis de/lenguaje Anarqueología

sus análisis tienen propósitos diagnósticos y, por lo una diferencia entre el sujeto pasivo -concepto bajo
tanto, la presentación de la formación y la sujeción el cual caerán todas aquellas prácticas en las que los
que sobre los seres humanos llevan a cabo las for- seres humanos se convierten en objetos de conoci-
mas de saber y las relaciones de poder siempre han miento o en sujetos sujetados a ocupar determina-
tenido como objetivo la rebelión; pero sus esfuerzos dos lugares o a realizar determinadas acciones- y el
por establecer la posibilidad de un lugar a partir del sujeto activo -concepto que servirá para establecer
cual fuera concebible la lucha contra la sujeción no las prácticas que sobre uno mismo llevan a cabo los
habrían conseguido, en el seno de una teoría que seres humanos, las prácticas de libertad por las que
niega la concepción del hombre como libertad, uno se determina a sí mismo. Esta diferencia entre
una formulación suficientemente clara. Deleuze sujeto activo y sujeto pasivo tendrá repercusiones
recuerda la «tristeza» de Foucault, posterior a la en cuanto a la teoría de la constitución del sujeto
publicación de La volonté de savoir, al constatar a través de las prácticas: si las reglas de un discurso
la serie de malentendidos a los que este libro dio (o de cualquier otra práctica normada) que tienen
lugar: 78 se le reprochaba que el sujeto, encerrado en como referente a los seres humanos son reglas de
relaciones de poder, no podía desarrollar una resis- formación del objeto y del sujeto, lo que la idea de
tencia que fuera totalmente autónoma e indepen- prácticas de sí permitirá pensar será justamente el
diente y que no estuviera de antemano contenida fracaso posible en la aplicación de las reglas, y por lo
en las mismas relaciones de poder. El papel de la tanto la variación misma en las reglas, los cambios
resistencia, la posibilidad misma de libertad en las de a priori.
acciones humanas, aunque formulada y presente en El sujeto loco, por ejemplo, como sujeto pasivo
sus escritos, encontrará un auténtico desarrollo tan es «la consecuencia de un sistema de coerción», 79 es
solo a partir de r98o con el concepto de «prácticas un sujeto, objeto de relaciones de dominación y de
de sí». conocimiento. Pero asimismo -nos dice Foucault
Este concepto de «prácticas de sí» permite a su vez a partir de r98o- el sujeto loco «se constituye de
reformular algunos aspectos teóricos de la doctrina forma activa por las prácticas de sí». 80 La hipótesis
foucaultiana del sujeto: más concretamente, establece
79 Foucault, M., <<L'éthique du souci de soi commo pratique de
78
Deleuze, G., Foucault, París, Minuit, 1986, págs. ror y ss., ed. la liberté», op. cit, pág. 107.
cast. Foucault, Barcelona, Paidós Ibérica, 200 5. 80
Ibídem.

92 93
1. Análisis dellenguqje Anarqueología

que Foucault mantiene con el concepto de «prác- irrenunciables de su propio método de análisis del
ticas de sí» es que se trata de un universo propio lenguaje le hayan sido inspirados por el asombro
y diferente de los que con anterioridad había estu- que le causara comprobar la acción ilocucionaria
diado: las prácticas de sí por las que un sujeto loco se que sobre uno mismo se realiza al proferir ciertas
reconoce a sí mismo como loco no son las mismas proposiciones descriptivas o constatativas. Esta es
que lo tomaban a él como objeto de conocimiento o la narración que el propio Foucault nos hace de su
sujeto de sumisión. asombro:
Proponemos, sin embargo, considerar que no
existe una ruptura total entre la concepción de las En un trabajo consagrado al tratamiento moral de
prácticas de sí y la teoría general que Foucault ha la locura, publicado en r 84o, un psiquiatra francés,
desarrollado sobre las prácticas discursivas y no dis- Louren, habla de la manera en que había tratado a
cursivas. Para ello estableceremos las siguientes dos uno de sus pacientes. Tratado, y por supuesto, como
características de las ~~prácticas de sí» que signifi- pueden imaginarse, curado. U na mañana colocó a
can una constante de la concepción foucaultiana de Mr. A., su paciente, debajo de una ducha. Le hizo
que le volviera a contar con detalle su delirio. <<Pero
las prácticas: se trata de ver en las prácticas de sí
todo esto», dijo el doctor, <<no es nada más que lo-
el mismo aspecto de ilocucionaridad, de performa-
cura. Prométame no creer en ello nunca más». El
tividad, que como rasgo distintivo de las reglas de paciente duda, después promete. <<No es suficiente»,
formación de los discursos hemos expuesto. replica el doctor, <<Vd. ya me ha hecho promesas si-
milares y no las ha mantenido». Y abre la ducha fría
r. Las prácticas de sí son modos de hacer discursi- sobre la cabeza del paciente. <<¡Sí, sí! ¡Estoy loco!»,
vos y no discursivos que tienen por objeto y sujeto grita el paciente. Se para la ducha y se reanuda el
a uno mismo. En el análisis histórico de diferentes interrogatorio. <<Sí, reconozco que estoy loco», repite
prácticas de sí que Foucault lleva a cabo, desarrolla el paciente. <<Pero», añade, <<lo reconozco porque Vd.
de manera preferente la perfomatividad del lenguaje me fuerza a hacerlo». Otra vez la ducha. <<Vale, vale»,
dice Mr. A., <<Lo admito. Estoy loco, y todo esto no
sobre uno mismo. Si tenemos que hacer caso a las
era sino locura».
propias declaraciones de Foucault, es incluso posible
Hacer que alguien que sufre una enfermedad
que la acción de las palabras sobre la constitución de mental reconozca que está loco es un procedimiento
uno mismo haya sido el punto de arranque de toda muy viejo en la terapia tradicional. En las obras de
su originalidad arqueológica y que algunos aspectos los siglos XVII y XVIII, se pueden encontrar muchos

94 95
1 Análisis de/lenguaje Anarqueología

ejemplos de lo que se podría llamar terapias de ver- hecho hace Foucault, tendrá consecuencias directas
dad. Pero la técnica usada por Louren es totalmente sobre la teoría de la verdad. Foucault ha descubierto
diferente. Louren no está tratando de persuadir a su
una paradoja alli donde sencillamente nadie veía
paciente de que sus ideas son falsas o irrazonables.
nada: 82 el acto ilocucionario encerrado en la locu-
Lo que sucede en la cabeza de Mr. A. es una cuestión
totalmente indiferente para Louren. El doctor de- ción «Estoy locm> consiste en la curación, es decir,
sea obtener un acto preciso, la afirmación explícita: el individuo deja de estar loco y modifica la realidad
«Estoy loco». Desde que leí este pasaje de Louren, por el hecho de decir la verdad reconociendo que
hace unos veinte años, tuve en mente el proyecto de está loco. Qye una afirmación o una constatación
analizar la forma y la historia de tan extraña prác- sea un acto ilocucionario que destruya en el sujeto
tica. Louren está satisfecho cuando, y solo cuando, la realidad que hacía verdadera esta misma consta-
su paciente dice, <<Estoy loco>>, o <<Eso era locura>>.
tación, no solo demuestra que no existe esa dife-
El supuesto de Louren es que la locura como reali-
dad desaparece cuando el paciente afirma la verdad
rencia tajante que permite clasificar las expresiones
y dice que está loco. en constatativas o performativas sino que además
Tenemos, entonces, el reverso del acto de habla nos pone de manifiesto la acción que las expresiones
performatívo. La afirmación destruye en el sujeto constatativas llevan a cabo: es la acción de validar y
que habla la realidad que hacía verdadera a esta mis-
ma afirmación. 81
82
En el capítulo r r de Cómo hacer cosas con palabras, op. cit.,
Austín sostiene que las expresiones constatatívas son también
Si tenemos en cuenta que las proposiciones consta- performatívas aunque las performativas no son todas consta-
tativas han sido entendidas por la pragmática lin- tativas, lo que significa que sostener esta diferenciación tiene
güística como diferentes de las performativas justa- sentido desde la atribución de verdad o falsedad: en efecto, se
mente en la medida en que las primeras son suscep- puede hablar de verdad o falsedad de las expresiones consta-
tativas pero no así de las performativas que son afortunadas
tibles de ser verdaderas o falsas mientras que a las
o desafortunadas. Una vez que se declara afortunada a una
segundas se les reservaba toda posible acción en el expresión constatativa (en tanto que también es un acto ilo-
mundo (por su misma realización) y sobre el mundo cucionario) queda por saber si esa constatación afortunada es
(por sus efectos perlocucionarios), borrar las diferen- verdadera o falsa. El acto ilocucionario que analiza Foucault
cias entre lo constatativo y lo performativo, como de es sorprendente y paradójico: el acto afortunado de decir la
verdad (como correspondencia con unos hechos) realiza un
cambio en estos mismos hechos que por lo tanto hacen ahora
81
Foucault, M., <<Sexuality and Solitude>>, op. cit., pág. 3· falso el contenido locucionario de ese mismo acto.

97
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

revalidar, es la acción de constituir y de reconstituir Foucault dice que estos discursos tienen una función
un juego de verdad. El lazo entre la constitución de ethopoiética ya que convierten la verdad en ethos. 84
uno mismo a través de las prácticas de sí y la verdad Ahora bien, es el propio individuo el que selecciona
es la intuición primera a partir de la cual Foucault se los logoi que le servirán para modelarse como el
pregunta, incesantemente y desde los inicios de sus sujeto de acción que llegará a ser.
investigaciones, por las formas históricas del sujeto La actividad que se ejerce sobre uno mismo no
humano en tanto objeto y sujeto de conocimiento consiste tan solo en memorizar los logoi sino en
(sujeto pasivo) y en tanto sujeto de acción y de cam- constituir a la memoria como parte del ser sujeto.
bio (sujeto activo). Para lograrlo, una de las técnicas utilizadas era la
La relación entre subjetividad y verdad, entre la escritura, en forma, por ejemplo, de hypomnémata o
constitución del sujeto y los juegos de verdad, es uno cuadernos de notas en los que «Se consignaban citas,
de los hilos conductores que llevaron a Foucault fragmentos de obras, ejemplos y acciones de los que
hasta la antigüedad clásica. Allí encontró un ele- se había sido testigo o de los que se había leído el
mento de continuidad de nuestra tradición occiden- relato, reflexiones o razonamientos que se habían
tal en cuanto que los discursos o juegos de verdad oído o que a uno se le habían ocurrido». 85
también cumplían un papel ilocucionario en la for- Estos cuadernos, confeccionados por uno mismo
mación del sujeto, pero también halló una impor- a partir de discursos considerados verdaderos se
tante discontinuidad respecto de nuestra actualidad convertían en una auténtica «memoria material», en
en cuanto que esos juegos de verdad no tenían, en fuerza y sangre -en expresión de Séneca- para
el mundo clásico, un carácter obligatorio como, sin guiar la actividad: el sujeto podía acudir a sus pro-
embargo, lo tienen para nosotros. pios hypomnémata para recordar y reflexionar sobre
En la antigüedad clásica, los logoi, discursos verda- los principios que él mismo se había dado, puesto
deros y razonables, eran considerados como aquellos que él mismo había intervenido en su selección. 86
discursos que «recibidos y reconocidos como ver- Esta subjetivación de los discursos de otros, de
daderos» se transforman en «principios racionales verdades dichas por los maestros, es una apropiación
de acción», 83 como verdades con un cierto carácter
prescriptivo. Utilizando una expresión de Plutarco, 84
Ibídem.
85
Ibídem.
83 86
Foucault, M. <<L'écriture de soi», Corps écrit, n. 5, r 98 3, pág. 6. Ibídem, pág.rz.

99
L Análisis del lenguaje Anarqueología

mediante la cual se constituye un «cuasi-sujeto», en aquellas con las que construirá sus principios de
expresión de Foucault, en el individuo que se aplica acción y con las que dirigirá su vida.
a transformarse en sujeto moral: Por el contrario, a partir del siglo IV d.C. con el
triunfo del cristianismo, seguimos encontrando la
Tenemos, por lo tanto, todo un conjunto de técnicas ecuación que relaciona la constitución de la sub-
que tienen como finalidad ligar la verdad y el sujeto.
jetividad con la verdad, pero tanto el origen de la
Pero hay que comprender bien las cosas: no se tra-
ta de descubrir una verdad en el sujeto ni de hacer
verdad como alguna de sus características esenciales
del alma el lugar en el que reside, por un parentesco han variado fundamentalmente, lo que no dejará de
de esencia o por un derecho de origen, la verdad; tener consecuencias en cuanto a la formación de la
tampoco se trata de hacer del alma el objeto de un subjetividad. La confesión -según Foucault uno
discurso verdadero. Estamos aún muy lejos de lo que de los más grandes inventos del cristianismo- es
será una hermenéutica del sujeto. Por el contrario, una técnica de conocimiento de sí que implica que
se trata de armar al sujeto con una verdad que no
la verdad está escondida en uno mismo. Acceder a
conocía y que no residía en él; se trata de hacer de
este conocimiento de sí, a través de la verbalización,
esta verdad aprendida, memorizada, progresivamen-
te puesta en aplicación, un cuasi-sujeto que reine so- tiene en sí mismo un enorme poder de transfor-
beranamente en nosotros. 87 mación, por lo que la práctica de sí de la confesión
tiene consecuencias en la realización de uno mismo.
Este cuasi-sujeto sirve a la acción constituyente del El sujeto conoce su verdad a través de la confesión
sujeto. Las verdades con las que cuenta el sujeto que y se constituye por medio de este discurso: «es ver-
se autoconstituye, pese a no ser una creación pro- dad que soy un pecador, pero puesto que confieso y
pia del individuo aislado, tampoco por ello juegan digo que soy un pecador, ya no soy un pecador». 88
el papel de una verdad normativa a la que el sujeto Estamos en presencia del valor ilocucionario de un
debiera someterse por pertenecer a esta o a aquella juego de lenguaje paradójico semejante al que más
sociedad: de un conjunto muy vasto de cosas que arriba el psiquiatra Louren ponía en marcha: decir
han sido dichas o escritas, el individuo selecciona una proposición verdadera cambia la realidad que

87
Foucault, M., <<Résumé du cours année 1981-1982», en 88
Foucault,M., Clase del5 de marzo de 198o,Dugouvernement
Foucault,M., Résumé des cours 1970-1982, París,Julliard, 1989, des vivants, París, Seuil-Gallimard, 2012, pág.2o9, ed. cast. El
pág. 403. gobierno de los vivos, Madrid, Akal, 2016.

lOO
101
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

hace verdadera a esta misma proposición. La verdad humano: el sujeto es siempre un sujeto autoconsti-
que hay que decir está profundamente escondida y tuido históricamente. Qye el sujeto es siempre el
la reconocemos por la resistencia que opone a ser correlato de una serie de prácticas es algo invariable
dicha; pero cuando finalmente la decimos, expulsa- a lo largo de todos los escritos de Foucault. Qye se
mos materialmente, como si de un exorcismo se tra- pueda hablar de sujeto, si no constituyente al menos
tara, esa misma verdad, transformándonos por este autoconstituido, es una novedad a partir de r98o.
hecho a nosotros mismos: cambiamos la realidad y, Tal fue el empeño de Foucault en su primera época
por lo tanto, lo que era verdad -que estaba loco, por «desembarazarse del sujeto constituyente» que
que era un pecador- deja de serlo y es sustituido llegó a afirmar que había que «desembarazarse del
por otra verdad. sujeto mismo». 89 Qyeriendo indicar que se trataba de
Mientras que las técnicas de la antigüedad pagana hacer una genealogía del sujeto sin un punto de vista
estaban encaminadas a la autarquía y el uso de la trascendental, es decir, llegar a un análisis que pudiera
libertad en la configuración de uno mismo, las técni- dar cuenta de la constitución misma del sujeto en la
cas de sí que el cristianismo desarrolla están dirigidas trama histórica, parece sin embargo que echa por la
hacia una auto-interpretación, hacia una búsqueda borda «al sujeto mismo». El propio Foucault es cons-
incesante de la propia naturaleza en la cual reside ciente de que algunas de esas fórmulas anteriores a los
la verdad de nosotros mismos: frente al objetivo años ochenta fueron "inadecuadas", 90 aunque el pro-
pagano de la perfección el objetivo cristiano de la pósito que le guiaba entonces es el mismo que el que
identificación. En ambos casos, sin embargo, existen está presente en su teoría de las «prácticas de sí». Se
prácticas discursivas que uno mismo dirige sobre sí trata, en efecto, de combatir la idea de que toda expe-
mismo y el papel ilocucionario que el lenguaje tiene riencia lo es para un sujeto a priori que se convierte
en cuanto a la realización de uno mismo es esencial. así en condición trascendental de la misma. Cuando
Foucault identifica a la experiencia como el conjunto
2. Las prácticas de sí que sirven para la autoconsti- de prácticas, plantea al mismo tiempo otra revolución
tución de un sujeto, que han sido llamadas por Fou-
cault prácticas de libertad porque a partir de ellas es 89
Foucault, M., <<Verdad y poder>> en Microfísica del poder,
posible una participación activa del individuo en la
Madrid, ed. de la Piqueta, r 978, pág. r 8 r.
formación de sí mismo, no deben sin embargo enten- 9
°Foucault, M., <<l_;éthique du souci de soi comme pratique de
derse como el lugar de la irreductible libertad del ser la liberté>>, op. cit., pág. ro6.

!02 !03
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

copernicana, después de la de Kant, la que consiste en que esas culturas permitían eran plurales, diversas e
establecer la historicidad del sujeto de conocimiento. incluso opuestas -todo lo cual favorece la libertad
Eso implica que las prácticas de la experiencia cons- individual-, en nuestra sociedad, por el contra-
tituyen al objeto y al sujeto. Este planteamiento es un rio, el proceso de subjetivación se hace a través de
elemento de continuidad en toda la obra de Foucault. la objetivación, esto es, a través de las prácticas por
Si cambio y viraje hay que buscar, no es por el lado las que el sujeto se observa y se analiza a sí mismo
de presentar los últimos escritos de Foucault como o se reconoce como dominio de saber posible. 93 Se
la renuncia a sus presupuestos teóricos iniciales, sino trata de dos modos de subjetivación, dos modelos a
más bien por el de entender que se trata de otra vuelta través de los cuales los individuos de una sociedad
de tuerca sobre el eje de lo mismo. determinada encuentran la manera de llegar a ser
Las prácticas de sí son culturales: «Estas prác- sujetos: en ambos la libertad individual es un ejerci-
ticas no son, sin embargo, algo que el individuo cio dentro de un marco propuesto. Sin embargo, la
inventa él mismo. Son esquemas que encuentra segunda forma de subjetivación, la que corresponde
en su cultura, su sociedad y su grupo social». 91 No a nuestra sociedad, propone un modelo menos
puede suponerse que este concepto haga que Fou- desarrollado de la libertad individual: la relación
cault recaiga más acá de las críticas que en su día estrecha entre las prácticas de sí y la verdad cien-
formuló contra la fenomenología y el humanismo tífica -las ciencias humanas, los saberes que sobre
existencialista. 92 los hombres tomados como objetos de estudio se
Una de las rupturas más claras que Foucault esta- han desarrollado- juega contra la autonomía de
blece entre la antigüedad clásica y el Occidente los seres humanos debido al papel obligatorio que
cristiano se encuentra precisamente en el hecho de para nosotros tiene este tipo de verdad que es la
que mientras en Grecia y Roma las prácticas de sí verdad científica. Foucault pr~senta su propio tra-
bajo como un instrumento de liberación puesto
91
Ibídem. que desvela que en el mismo Occidente ha habido
92
En un programa radiofónico decía Foucault contra Sartre otras maneras de concebir la constitución de la sub-
que la desaparición del hombre había que entenderla no como jetividad basadas en otras formas de establecer los
desaparición en tanto objeto de conocimiento sino en tanto
sujeto de libertad y de existencia, puesto que el hombre como
libertad era el correlato de Dios. Ver Foucault, M., <<Foucault 93 Foucault, M., <<Foucault, Michel, 1926- ... », en Huisman,
répond a Sartre>>, La Quinzaine littéraire, n. 46, Marzo r968. D., (ed.) op. cit., pág. 942.

!04 ros
I Análisis de/lenguaje Anarqueología

juegos de verdad -como veremos más adelante, a expreso. N o cree que un nuevo juego de verdad sea
esta manera de entender sus propios escritos le dio el resultado exclusivo de los discursos que hemos
el nombre de «anarqueología»- lo que no signi- llamados serios. Piensa que para que un nuevo juego
fica en modo alguno que defienda la existencia de un de verdad exista tiene que haber un conjunto de
espacio de libertad propio de la naturaleza humana prácticas que concurran en su aparición. Estas prác-
en cuanto tal. ticas no solo son prácticas discursivas, y, de entre
Las prácticas de sí implican que toda experiencia las discursivas, no solo son las correspondientes a
humana en la que el ser «se da como pudiendo y discurso con pretensión de conocimiento: los regla-
debiendo ser pensado» sucede dentro de un marco mentos de prisiones, las sentencias judiciales, los
histórico y cultural. En el interior de esos límites, los diagnósticos médicos, las confesiones escritas, los
sujetos se autoconstituyen en un proceso de acep- libros de los :filósofos, las descripciones de técnicas,
tación o de rechazo, de reproducción o de creación. los tratados científicos, etc. son todos ellos docu-
Pero esas prácticas, esos modos de hacer, no nacen mentos históricos mediante los cuales establecer
espontáneamente de un espacio y lugar absolutos cómo apareció una nueva configuración del saber.
que se convierten así en condición misma de la expe- Este punto de vista conlleva una curiosa manera
riencia: esos modos de hacer existen en el seno de de superar la falacia naturalista a la que se hace alu-
una cultura, de una sociedad y se modifican históri- sión cuando se señala la confusión entre el «es» y el
camente por efecto de las variaciones en los modos «debe». Foucault no cae más acá de lo que Hume
de hacer que los seres humanos colectivamente, anó- denunciaba: no pretende que un reglamento de pri-
nimamente (aunque este anonimato tome la apa- siones sea un discurso sobre la realidad cuyo carác-
riencia de un nombre propio) llevan a cabo. ter de verdad haya que dilucidar analizando el grado
de correspondencia que ese discurso mantiene con
los hechos. Pero Foucault tampoco permanece fiel
juego de verdad. a la división que la crítica a la falacia naturalista
implica: desde su consideración de la performativi-
Conviene tener en cuenta la diversidad de materia- dad de los discursos, no piensa que haya que esta-
les que Foucault contempla para establecer el naci- blecer una separación absoluta entre proposiciones
miento de un nuevo juego de verdad. N o se ciñe tan sobre la realidad y proposiciones sobre intenciones,
solo a documentos que tienen un carácter cognitivo deseos o deberes.

ro6 107
1 Análisis de/lenguaje Anarqueología

Tomemos como ejemplo de lo que propone Fou- r. La existencia de una literatura filosófica y moral
cault el análisis que lleva a cabo a partir de los discur- que recomienda el matrimonio según las pautas
sos filosóficos del siglo n d. C. sobre el matrimonio, la antes señaladas. Se trata de hechos discursivos.
vida de la pareja o los preceptos que deben respetar los 2. La transformación y extensión de la práctica
cónyuges. 94 Con anterioridad al siglo n d. C. -como matrimonial siguiendo un desarrollo parecido
explica en Le souci de soi-, la cuestión del matrimo- a lo que los discursos que constituyen el primer
nio formaba parte de una reflexión más amplia sobre dato proponían. Se trata de hechos no discursi-
la ciudadanía o sobre la economía, pero en los tex- vos.
tos de Musonius Rufus, de Hierocles, de Plutarco, 3. La prioridad temporal del cambio en las prácticas
de Séneca o Epicteto se va dibujando una ética sin matrimoniales (siglo n a.c.) sobre la teorización
precedente del comportamiento matrimonial, 95 cuyos del matrimonio (fechada en el siglo n d.c.).
rasgos esenciales eran: organización en torno al matri-
monio monogámico, no libertad en las relaciones
El problema es, entonces, el siguiente: puesto que
sexuales por fuera del matrimonio, codificación de las
la transformación de la práctica matrimonial es
propias relaciones sexuales en el interior del matri-
anterior a la existencia de los discursos no puede
monio ligada a la procreación y a la expresión de lazos
considerarse que el cambio en las formas de vida
afectivos. 96 Foucault se pregunta por qué aparecieron
sea una consecuencia de las prescripciones de los
tales discursos en los primeros siglos de nuestra era y
filósofos, que además tan solo podían ser accesibles
qué papel juegan esos discursos éticos en la historia
a una pequeña élite; la cuestión está en saber cómo
de la sexualidad que está investigando.
analizar estos «discursos que están de más» (discours
Para elaborar una respuesta, hay que partir -en
en trop).
opinión de Foucault- de los tres datos siguientes:
Foucault pasa revista a tres métodos diferentes de
94
interpretar esos discursos éticos y su relación con la
Foucault, M., Clase del 1 1 de marzo de 1981, Subjectivité et
realidad: el discurso como racionalización de la rea-
vérité, París, Seuil-Gallimard, 2014.
95
Foucault, M., Le souci de soi, París, Gallimard, 1984, págs. lidad, el discurso como ocultamiento de la realidad
I7J-I75,, ed. cast. Historia de la sexualidad m. El cuidado de sí, y el discurso como reflejo de la realidad. 97
Madrid, Siglo XXI, 2005.
96
Foucault, M., Clase del 18 de marzo de 1981, Subjectivité et
vérité, op.cit. 97
Ibídem.

I08 109
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

A) Discurso como racionalización de la realidad: Lo real es lo que separa a un discurso ético de la


según este método, la actitud de los estoicos tendría realidad porque estos discursos son ideológicos.
que ser interpretada como el intento de transforma- Tal método describiría de la siguiente manera la
ción de una práctica, que iba adquiriendo una cierta existencia de los textos estoicos: la realidad histó-
expansión, en una regla universal de conducta. Los rica muestra el cambio del matrimonio partiendo
discursos son de esta manera algo que opera sobre de la desaparición de la polis hasta el surgimiento
lo real transformándolo por la acción del propio de la pareja como reforzamiento de la privacidad;
logos, de la racionalización. La racionalización es la los moralistas repiten en sus discursos algo que ya
generalización, sistematización y radicalización de existe pero dejan de lado o esquivan lo más impor-
algunas tendencias reales para convertirlas en nor- tante de esta realidad, a saber, los procesos econó-
mas universales. micos, políticos y sociales que la han promovido;
Foucault considera ingenua esta interpretación del de esta manera, y como conclusión, los moralistas
papel de los discursos en la medida en que se basa estoicos no presentan al matrimonio como la nece-
en la creencia de que basta con que existan leyes o sidad que es dentro de la transformación sustancial
códigos para que estos sean seguidos. En realidad, que la sociedad estaba llevando a cabo.
las leyes se transgreden y los consejos se desobede- Foucault critica esta concepción por su fidelidad
cen, de manera que si lo que ha ocurrido es que el a un esquema de causalidad marxista y añade que
matrimonio monogámico se generalizó a partir de considerar a estos discursos como ideológicos y, por
los primeros siglos de nuestra era, ello no se debe lo tanto, como engañosos y falseadores de la reali-
a los códigos morales de los estoicos. Entre la for- dad en la medida en que ocultan las causas, deja, sin
mulación de las reglas de conducta y su aplicación embargo, sin respuesta la pregunta por la relación
siempre hay inadecuaciones e intersticios. Foucault positiva que estos discursos mantienen con la reali-
descarta que se pueda analizar los discursos éticos dad de la que efectivamente hablan.
como la causa de la configuración de la realidad en
el sentido propuesto por dichos discursos. e) Discurso como reflejo de la realidad: se pretende
establecer una relación entre el discurso ético y la rea-
B) Discurso como ocultamiento de la realidad: se lidad como si ese discurso fuera un discurso sobre los
considera que lo real de un discurso ético no hay hechos. Se trata de emplear los criterios de la verdad-
que buscarlo en lo que dice sino en lo que no dice. correspondencia para analizar la relación entre los

IIO III
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

discursos éticos y la realidad. Al criticar este método, prácticas no discursivas y que como tal práctica hay
Foucault está criticando la falacia naturalista. que analizar los discursos. Lo que se dice o lo que se
El método de la verdad-correspondencia aplicado dijo no está ahí para dar cuenta de la realidad sino
a la historia procedería investigando lo que la gente que forma parte de la realidad. La conclusión a la
verdaderamente ha hecho y tomaría como punto de que llega es que lo real de lo que trata un discurso no
partida para saberlo las correspondencias existentes puede dar cuenta de la realidad del discurso.
entre los discursos y la realidad. Como se pueden Si el discurso de los estoicos no modifica la reali-
apreciar cambios en la práctica matrimonial en los dad (no es una racionalización), ni la oculta (no es
primeros siglos de nuestra era, se puede explicar la una ideología), ni la representa (no es una descrip-
existencia de los discursos aludidos como documen- ción de los hechos), la pregunta sobre su valor de
tos que atestiguan lo que estaba pasando: son docu- verdad o sobre su relación con la realidad tiene que
mentos que hay que leer para saber lo que sucedió. ser diferente. N os debemos preguntar por el juego
La crítica de Foucault parte, en primer lugar, de de verdad sobre cuya certeza tales emisiones han
considerar que el método verificacionista toma esos sido realizadas. Pero, además, las conclusiones que
discursos como algo distinto de la realidad puesto Foucault extrae del análisis de esos discursos son
que ese método considera que la realidad es lo que generalizables a todo discurso en la medida en que
sucedió y los discursos cuentan lo que sucedió. Pero, borra las distinciones entre actos de habla constata-
si la realidad matrimonial ya era la que era, ¿para tivos o informativos y todos los demás, considerán-
qué presentarla como reglas de conducta?: para Fou- dolos a todos desde el ángulo de la performatividad:
cault, es evidente que esos discursos no se hubieran así pues, la realidad de la que habla un discurso no es
producido si no estuvieran basados en alguna prác- ni el efecto, ni la causa de ese discurso. Esto implica
tica real. Los discursos no son documentos, sino que los discursos cognitivos, los discursos formados
monumentos, es decir, son prácticas, son conductas, por enunciados constatativos, tampoco tienen a la
al igual que el matrimonio es real, es una práctica realidad de la que hablan como causa de su existen-
y es una conducta, lo que implica que no porque el cia. Si, por ejemplo, 98 yo miro por la ventana y digo
matrimonio fue lo que fue en el siglo n los pensado- «el cielo está azul» no hay que preguntarse por la
res estoicos dijeron lo que dijeron. Foucault aplica
aquí sus criterios pragmáticos que le llevan a afirmar 98
El ejemplo es de Foucault. Foucault, M., Clase del r r de
que el lenguaje es una práctica real al lado de otras marzo de 198 r, Subjectivité et vérité, op. cit. pág.224.

II2 II3
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

verdad de tal enunciado creyendo así que la realidad es lo que sucede al buscar y al encontrar la «verdad»
es lo que da razón de tal afirmación, sino que hay dentro de la jurisdicción de la razón. Si doy la defini-
que preguntarse por qué he hecho tal afirmación. ción de mamífero y luego, después de examinar a un
Por supuesto que cuando yo digo que el cielo está camello, digo: «Fijate, un mamífero», no cabe duda
de que con ello se ha traído a la luz una verdad, pero
azul estoy diciendo una verdad (en el supuesto de
es de valor limitado. 99
que ese día el cielo esté azul), pero el hecho de que
yo afirme tal verdad no puede provenir de que el
Por eso la pregunta por la verdad de un enunciado
cielo esté azul. No es la realidad del azul del cielo
no puede ser si este es verdadero: la pregunta debe
la que me impulsa a hacer tal afirmación. Hay que
desplazarse y estar dirigida a saber a qué juego de
preguntarse qué acto he realizado al hacer tal afir-
verdad responde un enunciado o qué nuevo juego
mación y qué repercusiones ha tenido tal emisión,
de verdad establece. Si, en vez de plantearnos el
esto es, hay que analizar arqueológicamente el tipo
ejemplo del azul del cielo, nos referimos a los temas
de práctica que llevo a cabo con mi discurso (inves-
que Foucault ha tratado en sus libros históricos, esta
tigar el acto ilocucionario) y asimismo analizar los
conclusión adquiere otra importancia, dada la tras-
efectos en un conjunto de prácticas en el seno de las
cendencia del asunto sobre el que versan los discur-
cuales este acto se ha llevado a cabo (averiguar los
sos de las ciencias humanas. La verdad de «Vd. está
actos perlocucionarios que de tal acto ilocuciona-
loco» no hay que buscarla en su correspondencia
rio se desprenden). Por supuesto que dado un juego
con la realidad porque la respuesta que encontraría-
de verdad, la correspondencia entre un enunciado
mos es banal y sin valor, como diría Nietzsche. La
verdadero y la realidad está asegurada, por lo que
verdad que busca Foucault es investigar el juego de
si ante la emisión del enunciado «el cielo está azul»
verdad por el cual tal enunciado es posible y rastrear
solo nos interesa su verdad como reflejo de la reali-
la serie de las prácticas por las que ese juego de ver-
dad nuestra investigación está de antemano trucada.
dad ha surgido en tal momento de la historia.
Nietzsche explicaba esto de manera contundente:
Las teorías de corte pragmático establecen una
Si alguien esconde una cosa detrás de un matorral,
diferencia entre los actos ilocucionarios constatativos,
después la busca de nuevo exactamente allí y, ade-
99
más, la encuentra, en esa búsqueda y en ese hallazgo Nietzsche, F., <<Sobre la verdad y mentira en sentido extra-
no hay, pues, mucho que alabar: sin embargo, esto moral>>, en Llinares,J.B. (ed.), Nietzsche, Barcelona, Península,
!988, pág. 46.

114
IIS
L Análisis del lenguaje Anarqueología

informativos o descriptivos y todos los demás aten- Hay una tendencia en los textos de los analíticos
diendo a la atribución de verdad o falsedad que se a decir que la acción ilocucionaria de una expre-
puede hacer a los primeros. 100 Los enunciados cog- sión constatativa consiste en informar: informar es
nitivos pertenecen a esta clase de actos ilocucio- el acto por el cual lo que se dice tiene la preten-
narios constatativos. Foucault radicaliza este prag- sión de entrar en el campo de la veridicción. Pero
matismo al afirmar que cuando se emite cualquier es totalmente redundante considerar que informar
acto de habla no constatativo se está llevando a es el acto que se realiza cuando se emite una expre-
cabo, además de la acción ilocucionaria propia de la sión constatativa. En efecto, todos los actos verba-
expresión, una acción indirecta de revalidación del les se hacen hablando y lo que el pragmatismo ha
juego de verdad sobre el cual se fundamenta, y que puesto de relieve es el hecho de que cuando habla-
cuando se emiten actos de habla constatativos se mos además de hablar hacemos otras cosas, es decir,
está realizando asimismo un acto ilocucionario con- que hablar nunca es tan solo hablar. Sin embargo,
sistente en la validación o revalidación de un juego esta definición general que admitimos sin pro-
de verdad. 101 blema cuando se trata de dar órdenes, o de expresar
un deseo, o de persuadir a alguien, parece que se
100
Austin duda de la virtud de seguir manteniendo esta divi- quiebra al contemplar los actos de habla consta-
sión entre expresiones constatativas y expresiones performati- tativos: si decimos que el que emite un enunciado
vas. Le parece que todos los actos de habla deben ser analiza- constatativo o informativo lo que hace es consta-
dos en cuanto a su relación con los hechos y que todos los actos tar o informar, estamos diciendo que lo que hace es
son performativos.
101 hablar o comunicar. Infringimos el principio mismo
Searle, en su artículo <<lndirect Speech Acts>>, en Cole, P.
del pragmatismo que consiste en afirmar que hablar
and Morgan J.L., eds., Syntax and Semantics, vol. Speech Acts,
Nueva York, Academic Press, 1975, págs. 59-82, distingue en- es siempre hacer algo distinto de hablar puesto que
tre actos directos y actos indirectos de habla. Los actos indirec- todo el que habla ya está informando o comuni-
tos se encontrarían en el interior de algunos actos directos, lo cando algo al mismo tiempo que da una orden o
que implica que, de esta manera, algunas locuciones encierran intenta persuadir a alguien. Lo que Austin llama el
dos actos ilocucionarios. Si yo digo <<¿Puedes pasarme la sal?»
(ejemplo de Searle), el acto directo de esta locución parece in-
dicar que me estoy informando sobre las habilidades del recep- de Searle podría aproximarse al de Foucault considerando que
tor, aunque en realidad el acto indirecto que en esta locución los actos de validación son los actos indirectos encerrados en
hay es aquél por el que solicito algo del receptor. Este análisis las locuciones informativas.

rr6 IIJ
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

aspecto o el acto locucionario de una expresión es resumen, puesto que la certeza con la que habla-
justamente el hecho de que tal emisión es significa- mos depende de las proposiciones gramaticales o
tiva, esto es, en sentido clásico, que tiene un sentido los enunciados que son las reglas de constitución
y una referencia. En este sentido todos los actos de del objeto y del sujeto, cualquier acto de habla está
habla, si son tales, son significativos, comunican algo reforzando con su acción ilocucionaria la existencia
a alguien. Foucault ha puesto de manifiesto que es misma del juego de verdad sobre el cual se apoya.
más difícil ver la acción que hay en las expresiones
constatativas que las acciones que realizan todas las
demás expresiones verbales. En esta dificultad y en 1 ·4· INCORPORALIDAD.
esta invisibilidad radica toda la fuente del engaño.
Si yo digo «el cielo está azul», parece que lo que hago Modos de pensar y de hablar.
es informar sobre la realidad del estado del cielo,
esto es, lo que hago es decir que verdaderamente el Tras una lectura fácil y superficial se podría enten-
cielo está azul, como si el acto verbal en este caso der que los «objetos}} y los «sujetos}} de Foucault
no fuera más que una película finísima confundida pertenecen al universo del discurso puesto que es
con el hecho mismo de hablar. En realidad, nos dice este el que los constituye: así, objetos y sujetos, lo
Foucault, si hablar es una práctica, todos los actos de serían en el discurso y del discurso, lo que haría que
su existencia fuera inmaterial o insustancial. Es el
habla realizan algo más que tan solo hablar.
caso, por ejemplo, de las interpretaciones que, por
La cuestión de la aparición de un juego de verdad
distintos caminos, llevan a cabo Putnam y Rorty
mediante las prácticas discursivas, a través de los
sobre la obra de Foucault.
discursos de conocimiento y de discursos no cog-
En el prefacio de su libro Reason, Truth and
nitivos nos lleva necesariamente a dos conclusiones:
History, 102 Putnam establece una dicotomía entre
la primera, que el juego de verdad es un acto ilocu- teorías objetivas y teorías subjetivas de la verdad y
cionario invisible en discursos de todo tipo, por lo encuadra a Foucault,junto con Kuhn y Feyerabend,
que desde ese punto de vista la separación entre dis- en las segundas. Putnam se muestra partidario de una
cursos cognitivos y no cognitivos no es pertinente concepción de la verdad mixta con elementos obje-
y, la segunda, que los enunciados constatativos no tivos y elementos subjetivos para lo cual defenderá
son, considerados pragmáticamente, una excepción
frente a todos los otros tipos de expresiones. En 102
Putnam, H., Razón, verdad e historia, Madrid, Tecnos, r 9 8 8.

rr8
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

un punto de vista ontológico en el que no hay ni Foucault es el resultado de una operación mental,
un mundo independiente del espíritu, ni un mundo espiritual o ideológica. ¡Y eso que -dice Putnam-
inventado por el espíritu. 103 Sus puntos de vista sobre «es un hecho que discutimos las doctrinas como la
la verdad y sobre el mundo los considera de raíz kan- .e
de Foucault; nos eswrzamos •
por ser 1mpare1 .ales».¡108
tiana y les dará el nombre de «internalismo», «prag- ¡Qyé habría sido de no ser por ese «esfuerzo»!
matismo» o «teoría de la verdad-coherencia». 104 El punto de vista de Rorty consiste en negar que
Putnam pone como ejemplo para sostener sus jui- exista un método propio de Foucault. Le parece que
cios sobre Foucault los análisis de este en la Naissance L'archéologie du savoir es, en este sentido, un libro
de la Clinique. Según Putnam, Foucault establece malogrado que demuestra que Foucault no es un
que la clínica es «tanto el resultado del aumento epistemólogo. Su intento por encontrar una vía de
del conocimiento y de la técnica científica como el acceso a la realidad que rehúya por igual las posi-
reflejo de cierta ideología con respecto a la salud y a dones de la objetividad y de la subjetividad sería
la enfermedad». 105 Esta ideología sobre la salud está un fracaso. Su teoría de la constitución de los obje-
relacionada con «cambios ideológicos más amplios», tos lo pondría de manifiesto: Foucault se limita-
concretamente con el «nacimiento del individua- según Rorty- a repetir lo que ya Wittgenstein dijo
lismo del siglo diecisiete». 106 La conclusión a la que y lo que todos sabemos y practicamos, esto es, que
llegaría Foucault es que la clínica «no es la forma la manera de hablar de la gente crea objetos. No
óptima de tratar a la mayoría de los pacientes, y que necesitamos una teoría del conocimiento que nos
nuestra creencia en que sí lo es no es más que un tipo explique cómo suceden estas cosas porque sabemos
de prejuicio ideológico, una especie de locura». 107 La muy bien que es el «discurso de nuestros estudian-
reducción que opera Putnam sobre la metodología tes en los años sesenta el que ha constituido objetos
foucaultiana, abusando de la palabra «ideología», es 11amad os "entorno" y "est1.1o d e v1.d a"». 109
la base para afirmar que puesto que todo -prácti- Las críticas de Putnam y de Rorty tienen un punto
cas, objetos, discursos- es ideología, la historia para de encuentro: creer que cuando Foucault habla
103
Ibídem, pág. r 3.
104
Ibídem, pág. 59· 108
Ibídem, pág. r 6 5.
105
Ibídem, pág. r 58. 109
Rorty, R., Foucault et l'épistémologie, in Couzens-Hoy, D.,
106
Idem. Michel Foucault, Lectures critiques, Bruselas, Ed. Universitaires,
107
Idem. 1989, pág. 57·

120 121
Anarqueología
L Análisis de/lenguaje

de los objetos del discurso, estos se constituyen y «delincuencia», «salud», «enfermedad», que son más
existen como realidades ideales, como sustancias bien modos de ser de los seres humanos.
inmateriales que bastaría no seguir nombrándolos o
pensándolos, bastaría con un «cambio de ideas» -
entendiendo, claro está, que las ideas son productos Modos de ser.
mentales- para que dichos objetos se esfumaran en
la noche de los tiempos. Se ha entendido, bajo este En L'ordre du discours, Foucault habla de los enun-
punto de vista, que la no aceptación de Foucault de ciados como acontecimientos de un tipo particu-
una sustancia ahistórica, de una realidad natural en lar de materialidad, a saber, como incorporales. El
los seres humanos, era sinónimo de pasarse al bando acontecimiento -dice Foucault- no es corporal,
de quienes creen que la realidad histórica no tiene pero tampoco inmaterial; consiste en «la relación,
base material. En el fondo subsiste la vieja concep- la coexistencia, la dispersión, el recorte, la acumula-
ción de que las ideas y el lenguaje son productos ción, la selección de elementos materiales»Y 0
mentales que los seres humanos manejan para tra- El estudio de Emile Bréhier sobre la lógica de los
ducir en ellos sus más íntimos deseos o intencio- estoicos es la referencia obligada para hablar de los
nes. Tiene razón Rorty al decir que la existencia de incorporales. 111 Bréhier considera que los postula-
ciertos objetos depende de las formas de hablar de dos lógicos de los estoicos son consecuencia de sus
las gentes pero se olvida de decir que esas formas de principios metafísicos, según los cuales existen dos
hablar son prácticas públicas, culturalmente norma- planos del Ser. En primer lugar, existe un plano pro-
lizadas y basadas en un sistema de certezas que his- fundo constituido por la fuerza real que se da en los
tóricamente se ha ido consolidando. La afirmación cuerpos. Los cuerpos actúan y padecen, es decir, hay
de que el lecho rocoso de nuestra existencias no es entre ellos mezclas, choques y modificaciones. Los
inamovible es incompleta si no se precisa al mismo cuerpos son activos por naturaleza, son ellos la causa
tiempo que no cambia por el solo hecho de quererlo de la acción. Por otro lado existen los efectos de la
sino por la transformación de nuestras formas de
vida. Los objetos de los que habla Foucault no son °Foucault, M., L'ordre du discours, op. cit., pág. 59·
11

111 Bréhier, E., La 1héorie des Incorporels dans l'ancien stoii:isme,


del tipo de «el estilo de vida» -lo que ciertamente París, Ed. Vrin, 1907 (5a ed. 198o), ed. castellano La teoría de
solo es un modo de hablar o de pensar sobre las rea- los incorporales en el estoicismo antiguo, Buenos Aires, Leviatán,
lidades sociales o humanas- sino del tipo «locura», 20!2.

122 123
1 Análisis de/lenguaje Anarqueología

acción de los cuerpos entre sí, efectos que se dan dialéctico, conocimiento no del ser profundo sino
en un plano de superficie y a los que los estoicos se de los acontecimientos o de las relaciones del ser,
refieren como «incorporales». Estos efectos incor- expresadas estas a través del «lectón» o lo expresable.
porales son fruto de las relaciones entre los cuerpos Bréhier explica lo que es el «lectón» desarrollando el
y aunque tanto los cuerpos como los incorporales siguiente ejemplo: si un griego y un bárbaro oyen la
forman parte de la misma sustancia no tienen, sin misma palabra griega, aunque ambos conozcan la
embargo, el mismo tipo de materialidad: si tene- cosa designada por esa palabra, el griego compren-
mos dos cuerpos, por ejemplo el fuego y el hierro, y derá y el bárbaro, no. Entre el objeto designado y
los juntamos, lo que obtenemos no es una realidad la palabra (ambos son cuerpos) no hay ningún otro
nueva puesto que la mezcla es una coexistencia de ser. Para el griego, sin embargo, el objeto designado
ambos cuerpos. Lo que aparece no es un nuevo ser tiene un atributo incorporal, el de ser significado
sino una nueva manera de ser, una nueva relación: por la palabra:
el ser calentado. Esta relación, que los estoicos lla-
maron "categoría" y que solo puede ser expresada Un cuerpo tiene su naturaleza propia independien-
por verbos, es -según Bréhier- «lo que nosotros te, su unicidad. El hecho de ser significado por una
llamaríamos hoy hecho o acontecimiento: concepto palabra debe por lo tanto serle añadido como un
bastardo que no es ni el de un ser, ni el de una de atributo incorporal, que no lo cambia en nada. Esta
teoría suprimía toda relación intrínseca entre lapa-
sus propiedades, sino lo que se dice o se afirma de
labra y la cosa. 113
un ser». 112
Al igual que hay dos planos del ser, también los
Lo que sucede en la superficie es lo que expresan
estoicos consideran que hay dos tipos de conoci-
los verbos «ser calentado», «ser cortado», «verdear»
miento. Por un lado, el conocimiento de lo que son
(según Deleuze, comentando la lógica de los estoi-
los cuerpos, del ser profundo o de la fuerza, reser-
cos no se debe decir «el árbol es verde» sino «el
vado a una intuición inefable, más próxima a un tipo '
árbol verdea» o, más bien, «el árbol arbolea») 114 y
de actividad que a una contemplación puesto que se
estos incorporales son lo único a lo que el cono-
logra a través de una posesión o penetración íntima
cimiento dialéctico puede acceder. Los cuerpos
de los cuerpos. Por otra parte, existe el conocimiento
113
112
Ibídem, pág. r 5.
Ibídem, pág. r z. 114
Deleuze, G., Lógica del sentido, Barcelona, Barral, r 97 r, pág. 35.

124
I25
Anarqueología
L Análisis del lenguaje

profundos son impermeables al lenguaje: este solo de descripción del mundo. El juego descriptivo trata
capta los incorporales, que son aquello que se dice de otra cosa que no de una relación entre el lenguaje y
del ser. Podemos observar que los significados tie- el mundo. Una proposición como «Esto es un árbol»
nen un cierto carácter de bisagra ya que no siendo se presenta como una proposición descriptiva de un
las palabras ni tampoco lo designado por las pala- estado de cosas: se considera que por un lado está el
bras son, sin embargo, lo que se dice de las cosas. mundo con sus árboles y por otro el lenguaje con sus
Los incorporales son, para Deleuze, los aconteci- proposiciones sobre árboles susceptibles de verdad o
mientos resultantes de la mezcla entre los cuerpos y, de falsedad. La lógica del sentido de Deleuze pone
al mismo tiempo, lo que se expresa de los cuerpos. de manifiesto que lo que sucede en el mundo ocurre
Todo lo cual significa que no hay acontecimiento en una superficie en la que las palabras y las cosas se
extra-lingüístico, que solo hay acontecimientos reúnen. No se puede seguir pensando en el lenguaje
dentro de un lenguaje; pero, y al mismo tiempo, los y el mundo: en esa superficie de reunión de palabras
acontecimientos no son algo interno a las propo- y cosas, no hay árboles, ni locos, sino que «Se arbolea»
siciones sino que son atributos o categorías de los o «se loquea».U6 «Se arbolea» es la proposición por
cuerpos, son relaciones o maneras de ser. Deleuze medio de la cual se constituye el sentido y el sentido
prefiere hablar del «sentido» en vez del «significado»: es un incorporal que se expresa y un efecto de super-
ficie de los cuerpos.
El sentido es lo expresable o lo expresado de la propo- Retomando el ejemplo de Deleuze esta vez desde
sición, y el atributo del estado de cosas. Todo ello in- el «enunciado» foucaultiano, «El árbol arbolea>> es el
separablemente. El sentido tiene una cara hacia las enunciado invisible de «Esto es un árbol» desde
cosas, y otra cara hacia las proposiciones. Pero esto el punto de vista de su materialidad, en la medida
no quiere decir que se confunda más con la propo-
en que nos dice el punto en el que se constituye
sición que lo expresa que con el estado de cosas o la
cualidad que la proposición designa. Es exactamente
algo que está a caballo de las palabras y de las cosas.
la frontera de las proposiciones y las cosas.U5 Ahora bien, eso que se constituye no es una cosa, no

116 <<Loquear>> no aparece en el texto de Deleuze, ni en el


Deleuze critica en este libro la lógica aristotélica y las
de Foucault; lo uso porque, como veremos más adelante,
concepciones que hacen del lenguaje un mecanismo la locura (como la delincuencia, como la sexualidad) es un
acontecimiento: ni estrictamente lingüístico ni exclusivamente
115
Ibídem, págs. 35-36. del orden de las cosas.

127
!26
L Análisis del lenguaje Anarqueología

es un cuerpo; tampoco es un concepto, un contenido Ese «más» es la accwn de constitución material


mental o una palabra. Es un incorporal. «Arbolear», del objeto y del sujeto que los enunciados realizan.
«loquear» son incorporales y son los enunciados Podemos concluir que la expresión «materialismo de
foucaultianos que fundamentan cualquier proposi- lo incorporal>> es utilizada por Foucault para situar
ción empírica sobre árboles o locos. Cuando deci- el tipo de realidad atribuible a lo que constituye su
mos «esta señora está loca» hacemos una proposi- objeto de estudio: los enunciados son algo más que
ción descriptiva susceptible de verdad o falsedad meras palabras y por eso habla de su «materialidad»;
pero la condición de posibilidad de esta emisión la pero son algo menos que las cosas, por lo que se les
constituye el enunciado invisible: para poder emitir reserva el nombre de «incorporales».
tal proposición empírica ha habido que «loquear», Como incorporales, como fruto de un encuentro de
es decir, los discursos y los cuerpos han tenido que palabras y cosas, como correlato de una práctica en
encontrarse en un punto en el que han constituido la que se define lo que hay, al mismo tiempo que se
ese efecto incorporal. constata el impacto de esta definición sobre la super-
Comentando el título de su libro Les mots et les ficie de las cosas, los enunciados pueden cambiar, o lo
choses, Foucault dice, en L'archéologie du savoir, que que es lo mismo, las condiciones de posibilidad de una
se trata de un título serio en la medida en que con forma de pensar y de vivir son históricas y no eternas.
él se plantea un problema, pero al mismo tiempo
irónico ya que de su trabajo están tan ausentes las
palabras como las cosas. La tarea seria que se pro- Materia primera y materia segunda.
pone llevar a cabo Foucault es tratar los discursos
Paul Veyne escribe que según Foucault se puede
[ ... ] como prácticas que forman sistemáticamente decir que la locura no existe. 118 Con ello no pretende
los objetos de los que hablan. Ciertamente, los dis-
decir que la locura es el resultado de la ideología o
cursos están hechos de signos; pero lo que hacen es
más que utilizar estos signos para designar las cosas.
Es ese más lo que los hace irreductibles a la lengua
118
Veyne, P., <<Foucault révolutionne l'histoire>>, op. cit., ed.
y a la palabra. Es ese «más» lo que hay que hacer cast. Cómo se escribe la historia: Foucault revoluciona la historia,
aparecer y lo que hay que describir. 117 Madrid, Alianza, 1984. A juicio de Deleuze (en Foucault, op.
cit., pág. 124, nota), con el que me muestro absolutamente de
117
acuerdo, este escrito constituye uno de los estudios más serios
Foucault, M., L'archéologie du savoir, op. cit., pág. 67. que se han hecho de la obra de Foucault.

128
129
Anarqueología
L Análisis dellenguqje

de la conceptualización de una sociedad. No es una primera sirve para todas las posibles a~tualiza~iones
forma de pensar (en tanto que contenido mental) 0
realidades segundas pero no determma la eXIsten-
que se traduzca por una palabra. Aunque no existe cia de una u otra en particular.
como una cosa, es algo más que una palabra: es una Pero la locura no es un cuerpo o una cosa, es
objetivación a partir de una materia corporal. Pero algo menos que una cosa: esa es la base para poder
al mismo tiempo -nos advierte Veyne- la mate- afirmar que la locura no es eterna, ni pertenece a
ria corporal a partir de la cual se objetiva la locura, la naturaleza humana: las objetivaciones son siem-
es decir, ciertos comportamientos, gestos y actitudes pre el correlato de las prácticas y solo un cambio
no hacen por sí mismos la locura. en estas -que diseñaría una nueva experiencia
Tiene que haber una realidad previa a las prácticas humana- permite pensar en la desaparición y crea-
a partir de la cual estas configuran el objeto: habría ción de objetivaciones:
pues que considerar la existencia de una realidad
primera, no histórica, y una realidad segunda, his- [ ... ] la desaparición de la objetivación «el loco>> es
otro asunto, que no depende de nuestra voluntad, ni
tórica. Esto es lo que nos propone la interpretación
siquiera revolucionaria, sino que supone una meta-
de Veyne, apoyándose en un vocabulario scotista: morfosis de las prácticas a escala de la cual la palabra
existen ciertos comportamientos humanos (gestos, revolución resulta de insípido interés. Los animales
actitudes, palabras), diferenciados del conjunto de no existen más que los locos y se puede tratar bien o
los comportamientos humanos, que forman una mal a los animales; pero para que el animal empiece
especie de «materia de locura» o realidad primera a a perder su objetivación, hacen falta por lo menos las
partir de los cuales se puede dar el proceso de obje- prácticas de un igloo de esquimales, durante el largo
sueño invernal, en la simbiosis de hombres y perros
tivación. Estos comportamientos han provocado a
que mezclan sus calores. 119
lo largo de los siglos respuestas muy diversas en las
distintas sociedades. La locura como enfermedad
Las objetivaciones incorporales cambian, pero puesto
mental no es un problema eterno de la humanidad,
que se trata de prácticas o formas de hacer no pueden
no es un objeto natural. Es una realidad segunda
variar porque los sujetos simplemente quieran. Las
que, a partir de las prácticas de encierro y de medi-
calización, así como a partir de la constitución de un
saber psiquiátrico y un proceso de subjetivación, ha 119 Veyne, P., <<Foucault révolutionne l'histoire>>, op. cit., págs.
objetivado la «materia locura». La materia o realidad 227-228.

131
130
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

prácticas no son procesos mentales, no son intencio- la naturaleza humana y que hay locos, esto es, que
nes ni deseos, son acciones. La objetivación es ese es verdad que unas ciertas prácticas de «loquean)
conjunto de prácticas lingüísticas y no lingüísticas han triunfado y por lo tanto han formado efecti-
que tiene por resultado, a partir de la materia cor- vamente la locura; a partir de entonces, se la puede
poral sobre la cual actúan, la formación de un objeto. encontrar en la realidad.
«Loquear)) es la acción lingüística y no lingüística, La existencia de un referente pre-discursivo no
condición de posibilidad de la existencia de locos. debe confundirse con la existencia de universales
La objetivación, a un nivel de análisis arqueoló- que tienen por base la consideración de una natu-
gico y sin que intervengan más elementos que los raleza humana no histórica a partir de la cual las
de un análisis del lenguaje, permite dar un estatuto prácticas humanas son variaciones sobre lo mismo.
ontológico al enunciado. Los enunciados son reglas Sin embargo, uno de los efectos de la formación
de formación del sujeto y del objeto: la precisión de un objeto histórico es ofrecer su existencia a
hecha al decir que los enunciados son incorpo- los historiadores como una evidencia que no hay
rales indica en qué sentido forman al objeto y al que cuestionar. 120 La constitución de los objetos
sujeto. «Loquean) es la práctica discursiva o acto ha tenido, en nuestra sociedad, la característica de
ilocucionario invisible de ciertos discursos que pre- borrar las huellas de su propia formación, ofrecién-
tenden establecer sus proposiciones en el terreno dosenos como objetos naturales. Las evidencias que
del conocimiento y de la verdad. La constitución forman nuestras certezas no nos dejan ver o pensar
de un juego de verdad es siempre la formación de que reposan sobre acciones históricas, que los fun-
un objeto sobre el cual puede afirmarse con cer- damentos de hoy ni son los mismos de los de ayer,
teza algo susceptible de ser verdadero o falso y de ni se prolongarán por toda la eternidad.
un sujeto posible de tales afirmaciones: lo que el
«materialismo de lo incorporah) añade a esta for- Todas las desgracias vienen de la ilusión por la cual
mulación es el hecho de que los objetos y los sujetos «reificamos>> las objetivaciones en un objeto natural:
no lo son del discurso, no son modos de pensar o tomamos el punto de llegada por una finalidad, to-
mamos el lugar hacia dónde va a chocar el proyectil
de hablar sino modos de ser. Esto permite hacer
mismo por un blanco intencionalmente apuntado.
afirmaciones que en principio parecerían contra- En vez de coger el problema por su centro verdade-
dictorias: que la locura no existe, esto es, que no es
un cuerpo o una sustancia eterna perteneciente a °Foucault,M., <<Table ronde du 20 mai 1978>>, op. cit., pág. 55·
12

132 133
1 Análisis de/lenguaje Anarqueología

ro, que es la práctica, partimos del extremo, que es el llama los sub-individuos. 123 Los individuos formados
objeto, de manera que las sucesivas prácticas se pare-
0 los sujetos son el producto de las prácticas sobre
cen a reacciones ante un mismo objeto, <<material>> o
racional, dado de antemano. 121 uno mismo cuando uno es el objetivo de tales prác-
ticas -el sujeto pasivo-, y el producto de las prác-
ticas de sí sobre uno mismo cuando es uno mismo el
La liberación posible. que dirige esas prácticas hacia sí -el sujeto activo. El
sujeto es un sujeto constituyente y constituido: Jam-
bet ilustra esta dificultad con la teoría aristotélica de
Jambet122 aplica a su estudio sobre Foucault un
la sustancia. No hay que olvidar, sin embargo, como
esquema parecido al de Veyne: aquí sin embargo la
señalamos arriba, que el sujeto constituyente no es
materia primera y la materia segunda se entende-
un sujeto universal válido para todo tiempo y todo
rán por referencia a la autoconstitución del sujeto,
lugar, sino que está formado por las prácticas de sí,
lo que no dejará de tener importantes consecuencias
discursivas y no discursivas, que existen en una cul-
sobre la configuración de la resistencia y la posibili-
tura o sociedad determinada. Siguiendo a J ambet, la
dad de la liberación de los sujetos mismos.
materia sub-individual está del lado de la potencia, el
Los comportamientos, gestos o actitudes de los
sujeto constituyente, del lado de la forma:
seres humanos, antes de adoptar una forma cualquiera
son la materia para la subjetividad: no llevan impresa
Un sujeto a la vez constituido y constituyente: la
en ellos una línea de puntos por donde se indicaría contradicción que parece subyacer, ¿no es semejante
el recorte o perfil que la forma debe imprimir a la a la que anima a la sustancia aristotélica? En esta,
materia; es una materia informe, pura potencialidad se puede decir, en efecto, que es la materia la que es
y solo cognoscible a partir de su integración como determinante, puesto que es el principio de la sin-
materia segunda. La materia primera es anterior a la gularización de la sustancia. Pero se dirá también
experiencia pero no la determina: es lo que F oucault que es la forma, puesto que sin la forma, la materia,

123
121
Foucault, M., <<El juego de Michel Foucault», en Foucault,
Veyne, P., <<Foucault révolutionne l'histoire», op. cit., pág. 219. M., Saber y verdad, Madrid, ed. de la Piqueta, 1985, pág. 142.
122
Jambet, C., <<Constitution du sujet et pratique spirituelle», Creo que es más acertada la denominación de "sub-individuos"
en Michel Foucault, philosophe. Rencontre international. París 9, que la de «individuos» empleada por Jambet para nombrar la
10, 11 enero de 1988, op. cit., págs. 271-286; ed. cast. AA.vv., materia de subjetividad. La palabra "individuo" conlleva el sen-
Michel Foucaultjilósifo, Barcelona, Gedisa, 1990. tido de algo ya formado.

134
135
I Análisis del lenguaje
Anarqueología

absolutamente indeterminada, no es, dice Aristóte- como condición de posibilidad de la constitución


les, más que un «cuasi-ser», algo que parece existir, a
de un sujeto y sus determinaciones geográficas e
mitad camino del ser y del no-ser. El sujeto, según
Foucault, es el lugar de la experiencia, en el sentido históricas las hacen diferentes unas de otras.
en que la sustancia aristotélica es el lugar, el sustrato 3.- La materia segunda o el sujeto constituido, que
de un devenir interno, de la potencia al acto. 124 es el producto resultante de la configuración que
la forma ha realizado sobre la materia primera;
El sujeto se autoconstituye como hombre, mujer, es propiamente lo que Foucault designa como el
delincuente, sano, enfermo loco homosexual terreno de la experiencia. Las realidades históricas
'
cuerdo o ciudadano, etc., a partir de' prácticas dis-' humanas son siempre materia segunda.
cursivas que aplica sobre sí mismo delineando con
ellas la parte de sus comportamientos que serán
tomados en cuenta para formar con ellos el sujeto La diferencia esencial que Foucault introducía al
que se reconoce como tal. Estamos, por lo tanto, en hablar de sujeto activo y de sujeto pasivo estriba en
presencia de tres elementos: que, en el caso del sujeto activo, es uno mismo el que
aplica la forma sobre la materia primera. Mientras
r.- La materia primera o los comportamientos sub- Foucault consideró que en el paso de la potencia al
individuales, no visibles puesto que son anteriores acto, de los sub-individuos a los individuos forma-
a la constitución de la experiencia. Esta materia dos, de la materia informe a los objetos-sujetos his-
indeterminada, común a toda la cultura y a todo tóricos, la relación entre las prácticas y uno mismo
periodo histórico, solo puede ser percibida como era exterior, los seres humanos aparecían como con-
formando parte de la constitución de individuos figurados pasivamente. Pero si hay acciones de auto-
culturalmente diversos. constitución, que Foucault aisló a partir del estudio
de las prácticas de sí y de la experiencia moral en la
2.- La forma o las acciones discursivas y no discur-
antigüedad clásica; si además de la acción que las
sivas históricas que, como prácticas de sí, existen
prácticas exteriores tienen sobre uno mismo, es uno
colectiva y públicamente. Las formas funcionan
mismo el que protagoniza el tránsito de la potencia
al acto; si además de existir discursos psiquiátricos,
124
Jambet, C., <<Constitution du sujet et pratique spirituelie», médicos, sociológicos, psicológicos, etc. e institucio-
op. cit., pág. 278. nes hospitalarias, educativas, familiares, etc., existe

1 37
L Análisis del lenguaje Anarqueología

también la acción por la que uno se reconoce como activo que los individuos juegan en la configuración
loco o cuerdo, hombre o mujer, normal o desviado, de sí mismos como sujetos formados en el seno de
enfermo o sano, etc., teniendo en cuenta que esta una sociedad, se podrá entender que la voluntad
acción es una técnica diferenciable de las empleadas negativa se expresa en acciones inesperadas que poco
por las prácticas exteriores a uno mismo, entonces, a poco configuran una nueva práctica y por lo tanto
ese es el punto, el lugar en el que la rebelión es posible. un campo nuevo para la experiencia. Si los sujetos
La aplicación sobre sí de prácticas culturalmente son el correlato de las prácticas de subjetivación, las
establecidas para reconocerse como individuo de tal variaciones en las prácticas, por mínimas que estas
o cual manera es el lugar idóneo para que la desobe- sean, tienen asimismo un efecto material en la for-
diencia exista e incluso se convierta en una cierta mación de los propios sujetos. La defensa de los
creación. pequeños gestos, que Foucault ha mantenido siem-
En 1977, refiriéndose a la resistencia al poder, Fou- pre, cobra en este contexto un nuevo relieve: sobre
cault emplea la palabra «plebe» y la concibe como la base de prácticas regladas y convencionales, como
una fuerza que «no es la materia prima más o menos lo es el lenguaje, un individuo puede cambiar, modi-
dócil o resistente, sino que es el movimiento centrí- ficar, combinar elementos de manera inesperada; el
fugo, la energía inversa, lo no apresable». 125 En este resultado de esas modificaciones será también mate-
contexto, la plebe era considerada como una fuerza rial, como material era el resultado de la realización
que puede decir que no, que resiste a la aplicación por dentro de la norma de ciertas acciones.
parte de otros de ciertas prácticas sobre uno mismo. Así, cuando a Foucault se le planteó el efecto anes-
Desde este esquema, a pesar de que la negatividad de tesian te del libro Surveiller et punir sobre algunos
la resistencia a las acciones de los otros se presentaba individuos para los que las cárceles eran su lugar de
como una fuerza creativa, no se podía entender del trabajo y de reflexión (los educadores penitenciarios,
todo la relación entre un polo pasivo de resistencia p.e.) en la medida en que los análisis foucaultianos
y una resistencia activa y posiblemente inventiva. A no contenían ninguna gran alternativa a la cárcel,
partir de 1980, gracias a la consideración del papel responde defendiendo el importante papel de esos
pequeños gestos, de las palabras o de los silencios, a
125 la hora de romper algunas de las evidencias sobre las
Foucault, M., <<Poderes y estrategias>>, en Micrifísica del
poder, Madrid, Ediciones de la Piqueta, 1979, pág. r67 (el que está montada nuestra sociedad.
subrayado es mío).

1 39
L Análisis de/lenguaje Anarqueología

Ayudar en cierta forma a que se desconchen cier- [ ... ] «información>> [se refiere al nombre del grupo]
tas <<evidencias>> o «lugares comunes» a propósito de no era la palabra correcta, porque la cuestión no era
la locura, de la normalidad, de la enfermedad, de la hablar de la verdad sobre la prisión. El núcleo de la
delincuencia y del castigo, conseguir junto con otras cuestión era producir enunciados sobre las prisiones,
personas que ciertas frases ya no puedan ser dichas incluyendo enunciados producidos por los propios
tan fácilmente o que ciertos gestos ya no se puedan prisioneros. Debo añadir que ni lo prisioneros ni la
hacer al menos sin ninguna vacilación, contribuir a gente de fuera de las prisiones habían sido capaces
que ciertas cosas cambien en las maneras de percibir de pronunciar enunciados, habían hecho declaracio-
y de hacer, tomar parte en ese difícil desplazamiento nes [speeches] sobre las prisiones pero no habían
de las formas de sensibilidad y de los umbrales de pronunciado enunciados. 127
tolerancia, etc. 126
Deleuze apunta a la creación de nuevas evidencias
Estos gestos y palabras escapan a la aplicación de en la medida en que pronunciar nuevos enuncia-
las prácticas culturalmente establecidas y producen dos -no speeches, esto es, proposiciones empíricas
efectos en la realidad diferentes a los que se espera; declarativas verdaderas, sino enunciados, es decir,
incluso es posible que anuncien el inicio de una actos de habla validatorios- constituye un cambio
nueva temporalidad. Cuando Foucault organizó el en las reglas del discurso. La acción de revolucio-
G.I.P. (Groupe d'information des prisons) -junto nar un discurso, que equivale a cambiar las certezas
con Deleuze, Domenach, Vidal N aquet y otros- sobre las cuales una forma de vida se establece, se va
buscaba la manera de conectar la rebelión ante unas formando a través de esos gestos con los que pode-
formas de poder intolerables que estaban en el ori- mos, en la tarea de autoconstituirnos como sujetos
gen de la formación de delincuentes, con la consti- en el seno de una sociedad, demostrar un cierto
tución de nuevos enunciados que resquebrajarán las grado de resistencia.
certezas de los saberes que actúan como refuerzos Las prácticas, que pueden ser modificaciones en los
de ese poder. Deleuze comenta la función del G.I.P. discursos o en las acciones no discursivas, que pue-
como un grupo de acción que se proponía romper den darse por individuos aislados o por la fuerza de
las evidencias sobre las que se asienta la existencia un movimiento, actúan a su vez sobre los individuos
de las cárceles y el papel que se les confiere:

127Deleuze, G., «Foucault and the prison», History ofthe present,


126
Foucault,M., «Table ronde du 20 mai 1978», op. cit., pág. 52. n.z, spring 1986, pág. 20 (el subrayado es mío).
1 Análisis de/lenguaje Anarqueología

transformándolos. La creación de una nueva expe- los objetos y los sujetos es tanto más posible en
riencia, de una variación en las prácticas humanas cuanto que los resultados incorporales no sean
está abierta y es libre porque no hay nada en la expe- todo lo perfecto que cabría esperar. De la misma
riencia existente que prefigure la experiencia futura. manera que las discontinuidades o las rupturas de
Mediante un proceso bastante anónimo, pero for- los momentos revolucionarios -en los que un saber
mado por individuos concretos, se van modificando dibuja el espacio a partir del cual debe fundarse el
las prácticas y por lo tanto las reglas que las rigen, sujeto de conocimiento y los elementos que con-
obteniendo al final del proceso una nueva forma figurarán el objeto de conocimiento-- hacen visi-
de subjetivación. De esta manera Foucault vuelve ble la acción ilocucionaria de los discursos, también
a abrir la posibilidad de intervención en el seno de aquí Foucault considera que la resistencia o la rebe-
las prácticas puesto que las acciones o reacciones no lión frente a lo que somos arroja luz sobre el proceso
pueden ser previstas en su totalidad. Decir que la de constitución material de los incorporales. La ilo-
subjetividad es histórica nos remite a entender que cucionaridad y la incorporalidad de los discursos -
no estamos condenados a una forma específica de así como de otras acciones no discursivas- son más
subjetividad y que, a través de nuestras prácticas, de visibles cuando fracasan o todavía no son un triunfo
nuestras formas de hacer, podemos cambiarla. completo, cuando el conocimiento sobre los seres
Dentro de esta concepción, es más correcto hablar humanos pierde alguna de sus certezas y deja de ser
de «liberación» que de «libertad» de los individuos. evidente qué es lo que hay.
La fórmula «desprenderse de sí mismo» apunta
hacia la idea de que la libertad es una batalla que
opone fuerzas contrarias, es un ejercicio de la volun-
tad, a través de las modificaciones o interpretaciones
de las prácticas, que tiene por objetivo dejar de ser
lo que somos para empezar a ser de otra manera:
liberarse del incorporal que se realiza en nosotros
mismos por medio de las acciones discursivas y no
discursivas propias de las prácticas de sí.
La visibilidad de este proceso por el que las accio-
nes discursivas y no discursivas realizan materialmente

143
SEGUNDA PARTE
HISTORIA DE LA VERDAD
2.1 LA VERDAD COMO PRODUCCIÓN

De la arqueología a la genealogía.

Foucault tuvo que hacer frente a una crítica que


ya se formuló después de la aparición de Les mots
et les choses y que se volvió insistente tras la publi-
cación de su libro L'archéologie du savoir. Foucault
-se decía- no puede explicar los cambios de a
priori. 1 Su investigación sobre los discursos que
ofrecen más a las claras la posibilidad de descubrir
los fundamentos validatorios de la manera de decir
y de hacer de una época no ofrecía respuesta a la
pregunta sobre lo que permite que existan cambios
en las condiciones trascendentales. Para solucio-
nar esta cuestión, a partir de r 9 70 la «genealogía}}
abordó el campo más vasto de las prácticas huma-
nas en el seno de las cuales el lenguaje es anali-
zado en interacción con otras prácticas. El método

1
Véase, por ejemplo, la crítica de Dominique Lecourt como ex-
ponente del punto de vista marxista-althusseriano. Lecourt, D.,
<<Sur l'archéologie et le savoir (A propos de Michel Foucault)>>,
en Pour une critique de l'épistémolgie, París, Maspero, 1972.

1 47
IL Historia de la verdad Anarqueo!ogía

genealógico aparece como una ampliación del dirigía Foucault eran discursos serios, los actos ilo-
arqueológico. cucionarios que estos discursos hacían eran valida-
La genealogía consiste en un análisis de las prácti- torios, esto es, tenían una repercusión inmediata en
cas humanas en general, discursivas y no discursivas, el campo del saber puesto que constituían las reglas
bajo la óptica de que las prácticas son relaciones de de formación del sujeto y del objeto. Ahora bien, en
poder. Si hasta 1970, la cuestión fundamental para L'Archéologie du savoir Foucault considera tan solo el
Foucault había sido el análisis del saber y la posibi- aspecto ilocucionario de las prácticas lingüísticas. La
lidad de :fijar en las prácticas discursivas los juegos arqueología solo da una visión parcial ya que mira los
de verdad, en la etapa genealógica la totalidad de actos de habla como si estuvieran aislados del resto
las prácticas concebidas como relaciones de poder del conjunto de las acciones humanas. En realidad,
explica la aparición histórica de los juegos de ver- el tejido social en el que los hombres viven y actúan
dad: la relación entre el saber y el poder ocupa uno está poblado por muchas prácticas que se asocian, se
de los primeros planos del interés de Foucault. contraponen, se incitan, se limitan. Foucault consi-
El lenguaje sigue teniendo un lugar relevante en dera, a partir de 1970, como relaciones de poder a
los estudios de Foucault, y esto por dos razones: en las acciones entendidas a partir de este entramado
primer lugar porque los discursos son monumentos, o conjunto de acciones: el ejercicio del poder «es un
son lugares privilegiados en los que las acciones de conjunto de acciones sobre acciones posibles».2 El
los hombres están inscritas, son en sí mismos prác- discurso como una práctica se entiende a partir de
ticas humanas; en segundo lugar porque las certezas este momento dentro de un entramado de relaciones
que muestran los hombres cuando actúan se basan de poder, y el poder se presenta como la fuerza de
en lo que ellos toman como indudable o absoluta- una acción por la que se logra una serie de conse-
mente verdadero y esto está formulado invisible- cuencias en otras acciones humanas.
mente en lo que se dice. Considerar la serie de acciones y reacciones lin-
Sin embargo, los interrogantes que los discursos güísticas que un acto de habla produce ha sido lla-
plantean a Foucault adquieren unos matices dife- mado por Austin «el aspecto perlocucionario» del
rentes. Hasta 1970 un discurso era una práctica, algo
que los humanos hacían, y la arqueología consistía 2Foucault, M., <<Deux essais sur le sujet et le pouvoin>, en Dre-
en el trabajo de decir qué acciones estaban invisibles yfus, H. y Rabinow, P., Michel Foucau!t. Un parcours philosophi-
en lo que se decía. Ya que los discursos a los que se que, op. cit., pág. 313.

149
IL Historia de la verdad Anarqueología

lenguaje. 3 Austin considera que todos los actos de la orden de nuestro ejemplo pueden ser entendidas
habla tienen consecuencias, aunque más o menos como los actos perlocucionarios derivados del acto
considerables4 y señala que hay que distinguir clara- ilocucionario de ordenar, y el conjunto formado por
mente entre la efectuación o realización de un acto la acción de ordenar y las reacciones del auditorio
de habla y sus consecuencias: 5 ordenar, protestar, constituye una relación de poder. 7
sostener son actos ilocucionarios, mientras que per- Para que pueda hablarse de los efectos de una
suadir, disuadir o convencer son actos perlocuciona- acción sobre las acciones de los demás es una con-
ríos. Si doy una orden, por ejemplo «¡En pie todo el dición imprescindible que el terreno de los efectos
mundo!», estoy realizando un acto ilocucionario y - esté abierto a cualquier resultado, para que exista la
diría Foucault- al mismo tiempo estoy ejerciendo posibilidad de hablar de los efectos perlocuciona-
una relación de poder con éxito en la medida en que rios de una acción ilocucionaria es preciso que esos
el comportamiento de mi auditorio reaccione perlo- efectos no estén sujetos a convenciones invariables.
cucionariamente a mi orden de la manera esperada: Si yo doy una orden (acto ilocucionario), puedo pre-
la obediencia es la reacción buscada intencional- guntarme por sus efectos sobre el auditorio siempre
mente por el acto ilocucionario. Asimismo, el efecto y cuando en la misma orden no esté ya implicada la
puede ser otro distinto del deseado; no obstante, la reacción que desencadena: sentirse persuadido y por
teoría de Austin sigue considerándolo como acto lo tanto obedecer a la orden es el efecto perlocucio-
perlocucionario 6 y, de forma análoga, Foucault nario si y solo si otros efectos también son posibles.
entiende que la resistencia forma parte del ejerci- Austin afirma que los actos hechos bajo coacción,
cio mismo del poder aunque no pertenezca nece- no pueden ser considerados actos. 8 Por lo tanto, por
sariamente a los efectos queridos por quien actúa
sobre alguien. La obediencia y la desobediencia a 7
Dreyfus y Rabinow, hablando del alcance político de la obra
de Foucault, también traen a colación esta terminología aus-
3
<<A menudo, e incluso normalmente, decir algo producirá tiniana: <<[Foucault] se apropia, sin reservas, de lo que Aus-
ciertas consecuencias o efectos sobre los sentimientos, pensa- tin llama el efecto perlocucionario del lenguaje, como medio
mientos o acciones del auditorio>>. Ver Austin,J.L., Cómo hacer para incitamos a la acción concertada>>. <<Habermas y Foucault.
cosas con palabras, op. cit., pág. 145. C2!te'est-ce que l'age d'homme?>>. Critique n. 47I-472, aout-
4
Ibídem, pág. r 5 r. sept. r986,pág.865.
5 8
Ibídem, págs. 155-156. <<[ ... ] debemos admitir, por supuesto, que nuestros actos,
6
Ibídem, págs. I50Y I54· en cuanto tales, pueden ser cosas que en realidad no hemos
IL Historia de la verdad Anarqueo!ogía

el solo análisis de los actos de habla ilocucionarios analizarse y juzgarse objetivamente, en un proceso
se puede saber qué acciones se han realizado, pero de análisis del lenguaje, son los actos ilocucionarios.
nunca las consecuencias de tales acciones, lo que
equivale a decir que los actos perlocucionarios no Los actos ilocucionarios son convencionales; los ac-
están incluidos en los actos ilocucionarios. tos perlocucionarios no lo son. Ambos tipos de actos
pueden ser realizados o logrados, de manera no ver-
Lo que marca la diferencia, difícil a veces de esta-
bal. (Para ser más preciso: me refiero a actos que re-
blecer, entre el aspecto ilocucionario de un acto de ciben el mismo nombre que los actos ilocucionarios
habla y su aspecto perlocucionario es la convencio- y perlocucionarios correspondientes; por ejemplo,
nalidad del primero frente al segundo. Cuando se actos que equivalen al acto ilocucionario de adver-
da una orden, para que las palabras que se pronun- tir o al acto perlocucionario de convencer). Pero aun
cian efectivamente realicen una orden, se precisan así, para que un acto merezca el nombre de un acto
una serie de circunstancias convencionales. Si estas ilocucionario, por ejemplo «advertencia>>, tiene que
tratarse de un acto no verbal convencional. Los actos
circunstancias se dan, diremos que el acto de habla
perlocucionarios, en cambio, no son convencionales,
por el que damos una orden es afortunado. La con-
aunque se pueden usar actos convencionales para lo-
vencionalidad de los actos ilocucionarios consiste en grar el acto perlocucionario. Un juez debería poder
el sometimiento a reglas de uso: los habitantes de decidir, oyendo lo que se ha dicho, qué actos locucio-
una lengua conocen y aprenden las cosas que deben narios e ilocucionarios se han realizado, pero no qué
decir si quieren producir tal acto; las circunstancias actos perlocucionarios se han logrado. 10
en las que deben decir tales palabras para que tal
acto se produzca; y la posición que deben ocupar La dificultad del análisis consiste en estable-
al decirlas para que tal acto se lleve a efecto. «Un cer dónde termina el acto ilocucionario y dónde
infortunio [infelicitie] surge -es decir, la emisión comienzan las consecuencias perlocucionarias.
es desafortunada- si se rompen determinadas ¿<2.!-té hizo x? ¿Apoyó un dedo sobre el gatillo o
reglas>>, dice Austin. 9 Por eso los actos que pueden mató al burro? 11 ¿<2.!-té debe decidir el que juzga?
Sin embargo, pese a la dificultad, a nadie se le escapa
hecho, en el sentido de que las hemos realizado por la fuerza o
de alguna otra manera característica>>. Austin,J.L., Cómo hacer
cosas con palabras, op. cit., pág. I50. 10 Austin,J.L., Cómo hacer cosas con palabras, op. cit., págs. I 66-
9
Austin, J. L., «Emisiones realizativas>>, en Austin, J. L., En- 167.
sayos ftlosr!ficos, Madrid, Revista de Occidente, I 97 5, pág. 220. 11
Ibídem, pág. I 5 I y I 56.

152 153
JI. Historia de la verdad Anarqueología

que eso es justamente lo que un juez debe dilucidar: cuáles van a ser las consecuencias de un acto, por
¿estaba x disparando una escopeta (para lo cual debe lo que puede haber un abismo entre la intención
saber que ese instrumento es una escopeta y que al y el resultado: quiero con mis excusas restablecer
apretar el gatillo se dispara una bala susceptible de un diálogo interrumpido, pero mi interlocutor no
producir daños graves sobre el blanco) o solo estaba soporta verme como reconciliador y decide lar-
manejando un objeto con las manos (para lo cual garse. Tratándose de actos, tanto los actos ilocucio-
no debe saber que se trata de una escopeta, ni para narios como los perlocucionarios pueden fracasar.
qué sirve, ni cómo funciona)? En el fondo lo que el La diferencia está en que así como desde un punto
juez debe averiguar es el conocimiento que tiene x de vista ilocucionario se puede decir que mis pala-
de las reglas del juego «disparar un arma», es decir, bras realizan o no el acto implícito en ellas, desde
el conocimiento de las reglas convencionales que un punto de vista perlocucionario la serie de con-
constituyen el significado de «disparar un arma». secuencias es ilimitable e indeterminada. Por eso
Los actos ilocucionarios están sujetos a reglas, Austin mantiene que un juez debe emitir un fallo
lo que significa que una comunidad de hablantes respecto de los actos que se realizan ilocucionaria-
debe entender su significado convencionalmente, mente, pero no respecto de las consecuencias per-
sin dudas ni interpretaciones, de manera que el locucionarias de un acto, ya que estas son inabar-
acto se da como un éxito cuando hay respeto a las cables: si se sabe lo que es una escopeta y para qué
reglas: si yo emito una excusa en castellano, para sirve, se puede establecer que el individuo x disparó
que funcione como tal deberé conocer el momento el arma contra el burro, pero las consecuencias que
adecuado, las palabras convenientes y el tono y la la muerte del burro tienen sobre su propietario no
actitud que deben corresponder. Si no he logrado pueden establecerse como parte determinada con-
excusarme, la explicación está en la falta de conocí- vencionalmente por el propio acto. Para analizar las
miento de esa práctica y solo es imputable al sujeto consecuencias perlocucionarias de un acto no basta
que la realiza. «Excusarse» es un acto que debe analizar las palabras o gestos que se efectuaron sino
analizarse exclusivamente a partir de las palabras el conjunto total de palabras y gestos en el seno del
o gestos que se efectúan. Ahora bien, respecto de cual estas palabras y estos gestos se llevaron a cabo.
los actos perlocucionarios las cosas son diferentes El análisis perlocucionario es bastante más amplio:
ya que son actos que no están establecidos de ante- tiene que contemplar un campo muy vasto de inte-
mano por ninguna regla. N o se puede determinar racción.

1 55
!54
JI Historia de la verdad Anarqueología

La imprevisibilidad de los actos perlocucionarios confluir en una línea, en un efecto, llamado «carce-
está en el origen de lo que Foucault llama «multipli- lizar». Este efecto era imprevisible porque los efec-
cación causal»: la serie de prácticas entrelazadas que tos -dice Foucault- «solo raras veces coinciden
han configurado la aparición de una determinada con la finalidad», 13 entendiendo por «finalidad» o
conducta no está ordenada teleológicamente, no «racionalidad» los objetivos conscientes y declara-
procede como una determinación estructural sino dos de una práctica o de una institución.
que se ofrece para ser analizada como un «"polie- Esta perspectiva que preside el análisis de los dis-
dro de inteligibilidad" cuyo número de caras no está cursos puede demostrarse a través del análisis que
definido por adelantado y no puede jamás ser con- Foucault nos ofrece, por ejemplo, de El Panopticón
siderado como finito de pleno derecho». 12 Porque de BenthamY ¿Cómo -se pregunta Foucault-
en la historia la aparición de los acontecimientos es debe interpretarse el texto de una propuesta pro-
fruto del azar, solo a posteriori se puede establecer gramática para el funcionamiento de las cárceles
la cadena de acontecimientos que llevaron al surgi- cuando la realidad de estas instituciones en el siglo
miento de algo. No se puede decir que en la práctica XIX fue muy diferente? ¿Estamos ante una utopía,
de «Castigar» en las escuelas, por ejemplo, estuviera un producto de la imaginación? Y, si es así, ¿por
ya implicada necesariamente su utilización por qué detenerse en el análisis del texto de Bentham
parte de la práctica de «Carcelizar». «Castigar» no es cuando se trata de hacer una historia de la prisión?
el origen de «carcelizar», ni es la base sobre la que Para Foucault, El Panopticón es un «fragmento
se apoya esta práctica: que «carcelizar» se apropie de la realidad» histórica, un monumento de ciertas
de «castigan> no es sino un efecto perlocucionario acciones humanas. Los actos de habla que este dis-
imprevisible de la acción de «castigar». Ahora bien, curso realiza consisten en «la búsqueda de mecanis-
está claro que en el proceso de constitución de la mos eficaces, continuos, bien medidos», «el intento
cárcel forman parte las «caras» o prácticas anterio- [ ... ] de reducir lo que hubiera, en la práctica judicial
res que constituyen su poliedro de inteligibilidad. y el personal de justicia, de autonomía o insulari-
«Castigar» y «encerrar» y «penalizar» son tres prác- dad respecto del conjunto del funcionamiento del
ticas (no únicas puesto que el análisis que procede
por descomposición es infinito) que se reúnen para 13 Foucault, M., <<Qy'appelle-t-on punir?>>, Punir, Revue de
l'Université de Bruxelles, n. r-3, 1984, pág. 3 8.
12 14 Foucault, M., <<Table ronde du 20 mai r 978», op. cit.
Foucault, M., <<Table ronde du 20 mai 1978», op. cit., pág. 45.

1 57
JI. Historia de la verdad Anarqueología

Estado», o «la voluntad de responder a la aparición la constitución de incorporales mediante los actos
de nuevas formas de delincuencia, etc.». 15 La «bús- ilocucionarios; a partir de ahora incorporará los
queda» de otras formas, el «intento» y la «voluntad» actos perlocucionarios que se derivan de los ilocu-
de cambiar los mecanismos judiciales y la manera cionarios. El acontecimiento no es una decisión, o
de percibir el comportamiento de los individuos son un tratado o el resultado de una batalla sino una
las prácticas lingüísticas ilocucionarias que el dis- decisión, un tratado y una batalla en contra de algo,
curso de Bentham realiza. Estas acciones originaron a favor de algo o en respuesta a algo. 16 El juego de
en la escena histórica una serie de consecuencias no verdad, que como acontecimiento ilocucionario solo
previstas en el propio discurso de El Panopticón: la se nos presentaba como el saber constituido, ahora,
resistencia de los prisioneros a los mecanismos dis- como efecto de relaciones de poder, de acciones
ciplinarios o la manera de ejercer la disciplina por sobre acciones o conjunto de actos ilocucionarios y
parte de los guardianes. Los efectos de los actos ilo- perlocucionarios, aparecerá como el resultado de un
cucionarios inscritos en el programa benthamiano enfrentamiento y una lucha. Los saberes establece-
sobre la realidad, aunque no fueron los esperados rán sus juegos de verdad en un campo poblado de
por el autor y quienes lo sostuvieron, no por ello numerosas prácticas que se determinan unas a otras.
dejan de ser efectos del mismo. La percepción de Con la genealogía, la producción de la verdad
los delincuentes como incorregibles y reincidentes, entra de lleno en un terreno político. La pregunta
por ejemplo, es una acción efecto de una serie de sobre la verdad a la que la arqueología contestaba
acciones y a su vez causa o desencadenante de otra era «¿Cómo los enunciados fundamentan las per-
serie de acciones. El juego de verdad es, entonces, formances verbales?» o «¿Cómo encontrar el funda-
el producto resultante de una batalla y lleva por lo mento indudable de las proposiciones empíricas?» o
tanto las huellas de los encuentros entre prácticas «¿Cuál es la condición de posibilidad de esas propo-
diferentes y no tan solo la realización ilocucionaria siciones que aspiran a ser verdaderas?}}. A partir de
de una serie de actos discursivos. la introducción del poder en los análisis de Foucault,
El concepto de «acontecimiento», que solo había la pregunta en torno a la verdad se convierte en esta:
sido aplicado a lo discursivo hasta r 970, se rede- «¿Por qué son estos los enunciados que aparecen
fine gracias a la genealogía. El acontecimiento era
16
Foucault, M., <<Nietzsche, la genealogía y la historia>>, en
15
Ibídem, pág. 49· Foucault, M., Micrrfísica del poder, op. cit., pág. 20.

I59
IL Historia de la verdad Anarqueología

como fundamento?» o «¿Qyé procesos han podido potencia, que se manifiesta y se despliega siempre
originar que los humanos consideraran estos enun- contra otras fuerzas. El poder, como diría Nietzsche,
ciados como indudables?}} o «¿Contra qué o a favor es el ejercicio de una fuerza sobre otra menos pode-
de qué aparece esta verdad?}}. rosa para imprimirle una determinada dirección,
siempre teniendo en cuenta que existen resistencias,
reacciones o contraacciones que las fuerzas domi-
Los juegos de verdad y las relaciones de poder. nadas oponen a la voluntad de poder dominadora. 19
Qye el gobierno sea una acción cuyo objeto
La afirmación de que los juegos de verdad son el directo es otra acción, una fuerza que encuentra a
resultado de relaciones de poder conduce a inter- otra fuerza, significa claramente que el gobierno
pretaciones aberrantes si se identifica el saber con el no se ejerce sobre los cuerpos. Por el contrario, la
poder: esta identificación, leída desde una concep- violencia o la represión son acciones aplicadas a los
ción liberal que opone el poder a la libertad de los cuerpos: ejercer una relación de poder sobre un niño
individuos, concluye en una condena de todo saber no es abofetearlo sino conducirlo, sin violencia, a
científico. que él mismo conduzca su comportamiento tal y
A nuestro entender, estos son los rasgos distinti- como sus educadores lo desean. 20 En una relación
vos de la concepción foucaultiana del poder: de poder el otro no puede ser reducido a una total
pasividad, no puede ser sin más un cuerpo sobre el
A) Las relaciones de poder son «gobiernm}, esto es
acciones sobre acciones, acciones consistentes en de la fuerza. De esta manera Veyne ilumina la interpretación
«conducir conductas}}' en «estructurar el campo de foucaultiana del poder con los estudios que Deleuze ha reali-
acción eventual de los otros}}. 17 La concepción de zado de las filosofías de Spinoza y Nietzsche. Ver Veyne, P.,
<<Foucault révolutionne l'histoire>>, op. cit., págs. 221 y ss.
la acción que late en estas afirmaciones es de raíz 19
Hay que seguir a Veyne cuando dice que el método de
dinámica: 18 una acción se mide por su fuerza, por su Foucault es <<una meditación sobre la Genealogía de la moral,
segunda disertación, rz». Veyne, P., <<Foucault révolutionne
17
Todas estas expresiones son empleadas por Foucault en el l'histoire», op. cit., pág. 240, nota.
artículo <<Deux essais sur le sujet et le pouvoir», op. cit. 20
El ejemplo pertenece a una entrevista que le hicieron a Fou-
18
Veyne ha analizado esta teoría basándose en la aproximación cault, en 1980, publicada después de su muerte como <<Power,
que realiza Deleuze entre la <<voluntad de poden> nietzscheana moral values, and the intellectual», en History if the present, n.4,
y el deseo o conatus spinozista de fortalecimiento y ampliación spring 1988.

r6o r6r
IL Historia de la verdad Anarqueología

cual se actúa como si de un objeto que se moldea, el que dirige sus propias acciones para que se pueda
fuerza, rompe o destruye se tratara. En la relación decir, en opinión de Foucault, que estamos en pre-
de poder es indispensable que el otro «sea efectiva- sencia de una relación de poder. Un individuo total-
mente reconocido y mantenido hasta el final como mente dominado y doblegado por otra fuerza no
sujeto de acción». 21 lleva a cabo acciones, ya no posee su propia fuerza,
deja de ser libre. Pero entonces, ya no diremos que
Un hombre encadenado y golpeado está sometido a sobre él se ejerce un poder.
la fuerza que se ejerce sobre él. No al poder. Pero si
se le puede hacer hablar, cuando su último recurso
B) Todas las relaciones humanas entran dentro del
hubiera podido ser mantener la boca cerrada, pre-
firiendo la muerte, es porque se le ha empujado a
entramado de las relaciones de poder. El poder es otro
comportarse de cierta manera. Su libertad ha sido nombre para la sociedad humana. Toda sociedad está
sometida [assujettie] al poder. Él ha sido sometido basada en relaciones de poder porque vivir en sociedad
al gobierno. Si un individuo puede permanecer libre, es «vivir de manera que sea posible que unos actúen
por muy limitada que pueda ser su libertad, el poder sobre la acción de otros».23 Esta afirmación le permite
puede someterlo [l'assujettir] al gobierno. No hay a Foucault decir que el poder está en todas partes,
poder sin rechazo o revuelta en potencia. 22
es decir, en todas las relaciones humanas, tengan el
carácter que tengan: en las relaciones económicas,
La libertad o la resistencia de los individuos es una en las relaciones de comunicación, en las relaciones
condición sine qua non del poder. Los individuos .
sexuales, en 1as re1ae1ones d e conoc1m1ento,
. . etc. 24
tienen que ser sujetos de acción, sujetos activos y Foucault distingue el dominio que los hombres
no solo objeto o sujetos pasivos de la relación de los ejercen sobre las cosas, al que llama «capacidad»,
otros. Tiene que seguir existiendo la autoconstitu- de las relaciones entre los individuos o relaciones
ción de uno mismo, la posibilidad de ser uno mismo de poder. 25 Pero establece asimismo una diferencia

21
Foucault, M., <<Deu:x essais sur le sujet et le pouvoin>, op. cit., 23
Foucault, M., <<Deu:x essais sur le sujet et le pouvoin>, op. át., pág. 3r 6.
pág.313. 24
Foucault, M., La volonté de savoir, París, Gallimard, 1976,
22
Foucault, M., <<Omnes et singulatim: vers une critique de la págs. 123-124, ed. cast. Historia de la sexualidad I, La voluntad
raison politique», traducción al francés de una serie de con- de saber, Madrid, Siglo XXI, 2006.
ferencias pronunciadas en inglés en 1979 en la Universidad 25
Foucault, M., <<Deu:x essais sur le sujet et le pouvoin>, op.
de Stanford, Le débat n.41, sep-nov. 1986, pág. 34· cit., pág. 309.

!62
JI. Historia de la verdad Anarqueología

entre las relaciones de comunicación y relaciones existen relaciones de poder, y existen relaciones de
de poder como si no todas las relaciones humanas poder porque los humanos tienden a un aumento
fueran relaciones de poder, lo cual parece a primera en sus capacidades y a relaciones de comunicación.
vista contradictorio con lo anteriormente dicho. Lo No solo es que no es pensable una escuela en la que
que en realidad sucede es que estas dos distincio- no existan relaciones de poder, sino que son estas
nes, entre capacidad y poder y entre comunicación las que producen efectos positivos en cuanto al
y poder, solo es posible llevarlas a cabo en el terreno aumento de las capacidades de los alumnos. 28
del análisis. Es una ingenuidad pensar que puedan existir rela-
La realidad se nos presenta como un «''bloque" de dones humanas en las que estuvieran ausentes las
capacidad-comunicación-poder»26 en el que todo relaciones de poder: creer que porque se deja que un
aumento de la capacidad de los humanos sobre niño haga lo que le dé la gana (pinte las paredes, por
las cosas, toda relación de comunicación entre los ejemplo) no se está ejerciendo poder alguno sobre
humanos se da en un contexto de poder. La escuela él es desconocer que dicha actitud por parte de los
es un ejemplo de este tipo de bloque: adultos conforma tanto el comportamiento futuro
del niño como cualquier otra. 29
La actividad que asegura el aprendizaje y la adquisi-
ción de las aptitudes o de los tipos de comportamien-
e) Las relaciones de poder son peligrosas, pueden
to se desarrolla allí a través de todo un conjunto de
convertirse en relaciones de dominación. Para que
comunicaciones regladas (lecciones, preguntas y res-
puestas, órdenes, exhortaciones, signos codificados de haya relación de poder entre individuos, esta rela-
obediencia, marcas diferenciales del «valor» de cada ción tiene que poder ser móvil y reversible: 30 en
uno y de los niveles de saber) y a través de toda una los bloques de capacidad-comunicación-poder, si
serie de procedimientos de poder (encierro, vigilancia, está ausente la dominación, el poder y la resistencia
recompensa y castigo,jerarquia piramidal). 27
28
Foucault, M., <<Politics and Ethics: an interview», en Rabinow,
El bloque es indisoluble, esto es, existe aumento de P., The Foucault Reader, Nueva York, Pantheon Books, 1984,
la capacidad y comunicación de los saberes porque pags.3 78-3 79·
29
Foucault, M., <<Power, moral values, and the intellectual», en
Rabinow, P., The Foucault Reader, op. cit.
26

27
Ibídem, pág. 3 r r. 3
°Foucault, M., <<L' éthique du souci de soi comme pratique de
Idem. la liberté>>, op. cit., pág. roS.
IL Historia de la verdad Anarqueología

al poder funcionan en todas las direcciones: no oponerse porque ambos son activos y libres i~plica
hay unos individuos que dominan siempre y otros en ambas partes una tensión hacia el final del JUego.
siempre dominados. La libertad de las fuerzas que
se enfrentan es un reparto del poder y de la resis- Como no podría haber relaciones de poder sin pun-
tencia. Un individuo ejerce una relación de poder a tos de insumisión que por definición se le escapan,
través de sus acciones mediante las cuales conduce toda intensificación, toda extensión de las relaciones
de poder para someterlos solo puede conducir a los
la conducta del otro, pero, siempre que no haya
límites del ejercicio del poder. 32
dominación, su posición es inestable: en cualquier
momento el otro puede a su vez ejercer una relación
El poder se transforma en dominación cuando
de poder sobre él. De no ser así, de permanentizarse
el campo de acción del otro está estructurado de
y estabilizarse una relación de poder que siempre
manera estable y constante. Cuando la movilidad
pase de un mismo polo de la relación hacia el otro
requerida para la relación de poder se convierte en
mismo polo de esa relación, estamos ante una rela-
una situación bloqueada, nos encontramos ante un
ción de dominación. Lo malo, volviendo a la escuela
estado de dominación en el que se ha anulado toda
o a la educación de los niños, no es que alguien que
posibilidad de gobierno, es decir, de movimiento que
sabe más enseñe a otro que sabe menos, lo malo es
se enfrenta a otro movimiento con resultados no del
que en esa situación el estudiante o el niño estén
todo previstos. El poder es una relación humana que
cada vez más sometidos a una autoridad irreversible
impregna nuestras sociedades según la cual entre los
e invulnerable. 31
dos polos de la relación no hay igualdad: uno conduce
El peligro que encierra el poder se encuentra en la
la conducta de otro, el primero ejerce un poder sobre
misma forma de su acción ya que el fortalecimiento
el segundo. Hasta aquí no hay nada peligroso en el
de una fuerza enfrentada a otra busca obtener una
ejercicio del poder puesto que el presupuesto de la
victoria definitiva disolviendo a la fuerza oponente.
desigualdad es que es reversible. El problema surge
Ahora bien, la impotencia del otro, la reducción
cuando una relación tiende a ser inmóvil, cuando se
completa de su fuerza, termina con la posibilidad
emplean todos los medios para que la rebelión por
misma de una relación de poder. El hecho mismo
parte del conducido no pueda producirse, cuando el
de que se trate de un juego entre rivales que pueden
3
2Foucault, M., <<Deux essais sur le sujet et le pouvoir>>, op. cit.,
31
Ibídem, pág. r 14. págs. 319-320.

r66
JI. Historia de la verdad Anarqueología

que conduce quiere impedir la posibilidad misma de si no es sobre la base de que aquello que le permite
ser él el conducido. Entonces estamos en presencia ejercerse es la existencia de fuerzas libres, no deter-
de la dominación y de efectos de las relaciones de minadas en su acción o su conducta. La libertad es
poder claramente dañinos. Hay que separarse de el presupuesto mismo de las prácticas humanas;
las concepciones según las cuales todo ejercicio de incluso -aún concreta más Foucault- el gobierno
poder es horrible y odioso porque con este punto solo puede ejercerse en aquellas situaciones en las
de vista lo único que se logra es rehuir una forma que ya existe la posibilidad de escapar a la acción del
de ejercicio de poder para ejercer otra -quizá más poder. «La liberación -dice Foucault- es a veces
insidiosa en la medida en que se enmascara- ya que la condición política o histórica para una práctica de
es imposible que entre humanos, esto es, entre fuer- libertad». 33 En el caso de la sexualidad, por ejemplo,
zas desiguales, no haya choques y batallas. a partir de una cierta liberación sexual en el campo
A mi modo de ver, la definición de poder que sub- de la heterosexualidad y de la homosexualidad, no
yace a las críticas de las que es objeto Foucault por nos hemos encontrado ante una situación en la que
parte de Habermas, de Taylor o de Rorty es clave: los individuos sean seres felices, plena y satisfacto-
estos autores consideran que el poder es algo que riamente realizados sexualmente, sino que la libe-
esencialmente vulnera la libertad humana; identifi- ración sexual ha permitido el desarrollo de nuevas
can por tanto el poder con la dominación y conclu- relaciones de poder allí donde no había más que
yen coherentemente que el poder es esencialmente dominación. Las relaciones sexuales son relaciones
malo y, por lo tanto, debe ser desterrado de toda de poder y no de dominación a partir del momento
relación humana positiva. El liberalismo declarado en que es posible establecer esas relaciones como un
de algunos de ellos (al menos de Rorty y de Taylor) juego entre fuerzas desiguales en las que a veces uno
es una defensa de las libertades privadas tal y de los polos es el que determina la conducta del otro
como se entiende en las sociedades capitalistas con y otras veces sucede a la inversa.
gobiernos democráticos: se critica, por tanto, todos
los rasgos de avance en las técnicas de control del D) Algunos saberes refuerzan y estabilizan ciertas rela-
individuo que puedan revertir en una merma de las ciones de poder convirtiéndolas así en dominación.
libertades individuales. La concepción foucaultiana
del poder no comparte el punto de vista liberal y por 33
Foucault, M., <<I.:éthique du souci de soi comme pratique de
ello Foucault concluye que el poder no puede jugar la liberté», op. cit., pág. ror.

r68
IL Historia de la verdad Anarqueología

En una sociedad de normalización ya no exclusiva- dad -según este punto de vista- tiene fuerza por
mente disciplinaria, las ciencias humanas juegan un sí misma y obliga porque es verdadera. Sin embargo,
papel fundamental en la constitución de la identidad Foucault quiere desvelar que esto no es sino un
de los individuos puesto que se ofrecen como algunas juego de verdad particular que consiste en conceder
de las verdades gracias a las cuales, mediante prác- a la verdad un valor obligatorio. Por debajo de todos
ticas de sí, los sujetos se autoconstituyen. L'Histoire los razonamientos nosotros ya hemos aceptado un
de la sexualité, a la que Foucault dedicó sus último cierto compromiso inicial e invisible que diría más
años, reflexiona en torno al papel que el psicoanáli- o menos esto: «sí, es verdad, luego me inclino» o «sí,
sis -junto a otras ciencias -psi- tiene en la asun- es verdad, luego me siento obligado». Este «luego»
ción de la identidad sexual en nuestras sociedades. El no es racional, no forma parte de los razonamien-
carácter científico de tales saberes está en el origen tos sino que los fundamenta. El hecho de que la
de la dominación que sustentan, en la medida en que verdad diga: «estás forzado porque soy la verdad»
sus verdades, en cuanto que verdades, se nos ofrecen es un deber que no sale de la estructura misma de
como inatacables: nuestra concepción de la verdad la verdad. La inmanencia de este deber, que según
establece que solo demostrando el carácter ideoló- el punto de vista común se encuentra en la verdad
gico o escasamente científico de algo que se presenta misma, es para Foucault, sin embargo, un asunto
como conocimiento es posible sustraerse a su poder. histórico-cultural que pretende analizar.
El reto para Foucault consiste en mostrar un camino Foucault desarrolla dos ejemplos para mostrar lo
diferente de la crítica ideológica, para librarse de la que quiere decir. Imaginémonos -dice- dos lógi-
dominación que sobre los propios individuos tienen cos que discuten. El razonamiento común llega a
las verdades de las ciencias humanas. El proyecto una proposición verdadera aunque al principio uno
anarqueológico se inscribe en este combate por rom- de ellos hubiera partido de la negación de esta pro-
per relaciones estables de poder. posición. El individuo que negaba la proposición
Una idea muy extendida consiste en considerar que dirá al final del razonamiento: «es verdad, luego me
si un discurso necesita el refuerzo que le proporciona inclino». Si dice que esta proposición es verdadera
el poder es porque de suyo no es verdadero. 34 La ver- es porque es lógica y para que sea verdadera basta
que exista la lógica; pero cuando dice «luego me
34
Foucault,M. Clase del6 de febrero de r98o,Dugouvernement inclino», no lo pronuncia porque sea lógica, no es la
des vivants, op.cit. verdad de la proposición la que lo obliga sino que,

170
IL Historia de la verdad Anarqueología

puesto que él es un lógico y hace lógica, se consti- concepción de la verdad la sumisión y las obligacio-
tuye como partner de un juego en el que la verdad nes que se dicen inmanentes a ella misma.
tiene un valor obligatorio. A Foucault ningún poder le parece necesario ni
El segundo ejemplo tiene que ver con Descartes legítimo. Cualquier ejercicio de una relación de
y su «pienso, luego soy». Este «luego» es teórica- poder es una llamada a la sublevación. Su concep-
mente inatacable pero esconde otro «luego» según ción de la liberación le ha llevado a afirmar que no
el cual el sujeto de conocimiento tiene que haber estamos condenados a las formas actuales del poder
aceptado este juego de verdad que dice que ante aun cuando crea que una sociedad sin relaciones de
la verdad nos sentiremos obligados. El que razona poder es impensable. La batalla entablada entre la
puede estar sometido a todas las dudas, incluso voluntad de gobernar la conducta humana y la resis-
al genio maligno, pero implícitamente tiene que tencia de los individuos a dejarse gobernar no tiene
aceptar que se inclinará ante la verdad, es decir, que un fin previsto. En ningún momento este plantea-
es un sujeto razonable que no está loco: la racio- miento le ha hecho pensar a Foucault que el poder
nalidad que conocemos no admite locos en su sis- fuera un mal o algo puramente negativo: Foucault
tema.35 admira los conocimientos científicos o los proce-
La anarqueología es un cierto anarquismo epis- dimientos humanos inventados para investigar;
temológico en la medida en que reúne las virtudes no apuesta por la ignorancia como solución frente
de un método analítico, que Foucault ha ido pro- al poder de la ciencia. Señala, sin embargo, que el
bando a lo largo de sus obras, y las de un proyecto poder encierra el peligro de querer llegar al límite de
diagnóstico, puesto que pretende separar de nuestra su radio de acción, allí donde la conducta humana
esté totalmente controlada. Este peligro está amena-
35
En L'Histoire de la folie, Foucault ya estableció la exclusión
zando a nuestras sociedades por la enorme influen-
de la locura como el punto de arranque de nuestra razón. Allí cia que en ellas tiene el conocimiento científico: a
analizó también los textos de Descartes y llegó a la conclusión través de este juego de verdad, nos sometemos a los
de que este daba por sentado que se trataba en todo momento dictámenes de las ciencias humanas sin dejar apenas
de un sujeto racional que dudaba, esto es, que la razón en sí lugar a la desobediencia y a la rebeldía.
misma estaba fuera de toda duda. Ver Foucault, M., L'Histoire
El proyecto anarqueológico ha recorrido toda la
de la folie al'áge classique, Plon, París 1961, reeditado en Galli-
mard, París, 1972, págs. s6- S 8, ed. cast. Historia de la locura I y obra de Foucault: su búsqueda ha estado presidida
II, México D.F., Fondo de Cultura Económica, 2016. por el afán de encontrar un camino para resistir a

172 1 73
IL Historia de la verdad Anarqueología

estas verdades que no consistía en descalificarlas historia de las ciencias atestigua que bajo la forma de
llamándolas «ideologías}> o en criticarlas como fal- una historia de la verdad es como la ciencia se cons-
sedades y errores superados. En r98o, al emplear la tituye y prosigue su aventura»,37 lo que significa que
palabra «anarqueología» 36 ya puede formular, tras 20 la verdad no es lo que se opone al error sino a otra
años de investigación, que de lo que hay que libe- verdad. Un juego de verdad es sustituido por otro por
rarse es de una concepción de la verdad frente a la lo que tanto los objetos como los sujetos de conoci-
cual todo sujeto razonable debe postrarse. Liberarse miento han ido variando a lo largo de la historia.
del psicoanálisis o de la psiquiatría no se consigue En un artículo escrito en r 978 sobre la obra de
oponiéndoles otras ciencias sino desprendiéndose Canguilhem,38 Foucault afirma que así como la
de la obediencia a la verdad: para el anarqueólogo, Escuela de Frankfurt, al plantear el problema de la
hay verdades sociológicas, psicológicas o médicas, racionalidad, se sitúa como heredera de la tradición
pero no son obligatorias más que si aceptamos de crítica kantiana, en Francia ha sido la historia de las
entrada someternos al juego de verdad científico. ciencias la que ha sabido recoger el tema kantiano
de la pregunta por las condiciones del pensamiento
racional. Al establecer las novedades que introduce
2.2. LAS DOS HISTORIAS DE LA VERDAD. Canguilhem en su modo de hacer historia de las
ciencias, Foucault está resaltando los aspectos que
Verdad y mentira. ciertamente han presidido sus propios trabajos. Can-
guilhem -dice Foucault- no piensa que la verdad
Fran¡;:ois Ewald, Arlette Farge y Michelle Perrot pre- esté inscrita en la naturaleza o en el intelecto y con-
sentaron la obra de Foucault, en el homenaje que el sidera, por lo tanto, que la historia de las ciencias no
sindicato CFDT rindió a su vida militante y a su tra- es la historia de la lucha contra los errores para que
bajo intelectual, como une histoire de la vérité. Bajo aparezca la verdad al fin: el error no se elimina por
esta fórmula se pone el trabajo de Foucault en la vía la fuerza de la verdad sino por la instauración de una
abierta por la historia de las ciencias en Francia: «la nueva forma de decir la verdad. Esto no significa que

36
En la clase del3o de enero de 1980, Foucault nombró su méto- 37 Ewald, F., Farge, A., Perrot, M., <<Une pratique de la vérité>>,
do de análisis como "anarqueología''. Foucault,M., Clase del3o de en Michel Foucault, une histoire de la vérité, París, Syros, 198 5·
38 Foucault, M., <<La vie: l'expérience et la science>>, op.cit.
enero de 198o, Du gouvernement des vivants, op.cit., pág. 77.

1 74 1 75
IL Historia de la verdad Anarqueología

esté de más en una historia de las ciencias relatar las Nietzsche decía de la verdad que era la mentira más
relaciones entre lo verdadero y lo falso, porque esas profunda. Canguilhem diría quizá, él que está lejos y
próximo a la vez de Nietzsche, que es, sobre el enor-
relaciones son la base para establecer la historia de
me calendario de la vida, el error más reciente; o más
una ciencia. La historia de los conocimientos cientí- exactamente diría que la partición verdadero-falso
ficos es la historia de las transformaciones sucesivas así como el valor concedido a la verdad constituyen
de la verdad y sus efectos sobre la ciencia. la manera más singular de vivir que haya podido in-
La deuda de Foucault para con Canguilhem ventar una vida que, desde el fondo de su origen,
implica igualmente un cierto punto de vista nietzs- llevaba en ella la eventualidad del error. El error es
cheano sobre el conocimiento. Las ciencias de lo para Canguilhem la aleatoriedad permanente alre-
vivo que constituyen el objeto de estudio de Can- dedor de la cual se enrosca la historia de la vida y el
devenir de los hombres. 40
guilhem conducen, para poder definir en qué con-
siste el centro de sus planteamientos, a una reflexión
De Nietzsche a Foucault, pasando por Canguilhem,
sobre la enfermedad, la muerte, la monstruosidad, la
estamos en presencia de dos usos distintos de la pala-
anomalía y el error. Canguilhem nos dice que todo
bra «verdad». Este doble significado está presente en
ser vivo extrae del medio en el que vive información
el siguiente testimonio que nos aporta Paul Veyne:
suficiente, pero que al mismo tiempo la vida con-
lleva, en ella misma, perturbaciones en el propio sis-
tema informativo: la vida se podría definir como «lo Una tarde me decía [Foucault], mientras hablá-
que es capaz de error». 39 Si, entonces, tenemos en bamos de la verdad del mito, que la gran cuestión,
cuenta que los seres vivos que somos los humanos según Heidegger, era saber cuál era el fondo de la
tenemos una forma de vivir sin territorio fijo y que, verdad; según Wittgenstein, saber lo que se decía
por lo tanto, la información la recogemos «errando», cuando se decía lo verdadero; <<pero, desde mi punto
de vista», añadió textualmente (ya que anoté enton-
moviéndonos de un lado para otro y equivocán-
ces su frase), <<la cuestión es: ¿a qué se debe que la
donos, se comprenderá que el concepto, esto es, el verdad sea tan poco verdadera?»Y
lenguaje cognitivo, es la respuesta vital a esa forma
de vida. El conocimiento humano nace del error: es
una forma de informarse para que la vida prosiga. 40
Ibídem, pág. 14.
41 Veyne, P., <<Le dernier Foucault et sa morale>>, Critique. n.
39
Ibídem, pág. 13. 471-472, agosto-septiembre 1986, pág. 940.

177
JI. Historia de la verdad Anarqueología

Por un lado, «verdad» es el conocimiento verdadero [ ... ] en realidad hay dos historias de la verdad. La
que ofrecen las ciencias humanas 42 y verdaderos son primera es una especie de historia interna de la ver-
dad, que se corrige partiendo de sus propios prin-
los conocimientos de la medicina, la psicología, el
cipios de regulación: es la historia de la verdad tal
derecho, la economía, la sociología, la antropología,
como se hace en la historia de las ciencias o a partir
la lingüística, la historia; por otro lado, se dice que de ellas. Por otra parte, creo que en la sociedad, o
estas verdades son mentirosas en un sentido muy al menos en nuestras sociedades, hay otros sitios en
parecido al empleado por Nietzsche cuando afirma los que se forma la verdad, allí donde se definen un
que la invención del conocimiento científico fue «el cierto número de reglas de juego, a partir de las cua-
minuto más soberbio y más mentiroso» 43 de la his- les vemos nacer ciertas formas de subjetividad, do-
toria. minios de objeto, tipos de saber y, por consiguiente,
podemos hacer a partir de ello una historia externa,
Estos dos usos de la palabra «verdad» aparecen de
exterior de la verdad. 44
nuevo si hablamos de «historia de la verdad».
Según el primer significado de verdad, por el cual
42
Aun cuando la cita de Ewald, Farge y Perrot con la que he atribuimos el calificativo de «verdadero» a todos los
comenzado este capítulo justificaría que al hablar de la cues- conocimientos que se corresponden con la realidad
tión de la verdad la referencia fueran las ciencias en general, en el interior de una teoría dada, una «historia de la
incluyendo las ciencias físico-químicas o biológicas, creo, sin verdad» sería el equivalente a una historia interna del
embargo, que ese camino es muy arriesgado puesto que Fou- desarrollo de una ciencia y de los distintos cambios
cault voluntariamente se ciñó al terreno de las ciencias huma-
nas o sociales. No pretenderé, por lo tanto, que las afirmaciones
de paradigma que en ella se producen. El segundo
que desarrolle en este capítulo puedan ser extensibles a la tota- significado de «verdad» -y, por lo tanto, la historia
lidad del conocimiento científico aunque pudieran serlo. Otros externa de la verdad- señalaría algo engañoso de la
investigadores -filósofos e historiadores de las ciencias como primera historia, de la historia interna de la verdad.
Canguilhem, Koyré, Bachelard, Kuhn, Lakatos, Feyerabend- Foucault no duda de que los enunciados de las
han iniciado una reflexión muy productiva acerca de la verdad
ciencias humanas sean verdaderos, y, al mismo
en los conocimientos científicos. Ciertamente Foucault, como
ya he citado en alguna ocasión, aprendió de estos pensadores. tiempo, analiza arqueológicamente la constitución
Pero no puede pretenderse sin más que lo que dice de la psico- de sus juegos de verdad y genealógicamente las
logía también sea válido para la física.
43
Nietzsche, F., <<Sobre la verdad y mentira en sentido
extramoral», op. cit, pág. 41. 44
Foucault, M., La verdad y lasformas jurídicas, op. cit., pág. 17.

IJ8 1 79
IL Historia de la verdad Anarqueología

prácticas a las que están asociadas, esto es, los jue- filosofía sin perjuicio de volvernos a enfrentar, en ese
gos de verdad en una red de causas y efectos per- momento, con la psicología como esa especie de im-
locucionarios. Su conclusión es que no dicen nada passe absolutamente inevitable y absolutamente fatal
en el que el pensamiento occidental se ha encon-
que sea eterno y natural de los seres humanos y que
trado comprometido en el siglo XIX. Pero cuando
refuerzan o favorecen ciertas relaciones de poder. diga que es un impasse absolutamente inevitable y
En un debate en 1965 con Alain Badiou, sobre la fatal, no la criticaré como ciencia, no diré que es una
enseñanza de la filosofía, la última pregunta que ciencia no del todo positiva, no diré que es algo que
le hace Badiou a Foucault es la siguiente: «Si Vd. debería ser más o menos filosófico; diré simplemente
se encontrara en una clase de filosofía, tal y como que ha habido una especie de sueño antropológico
actualmente se encuentra, ¿qué enseñaría Vd. de la en el que la filosofía y las ciencias humanas se han
quedado, de alguna manera, fascinadas y adormeci-
psicología?». 45 A lo que Foucault responde:
das y que hay que despertarse del sueño dogmático. 46
La primera precaución que tomaría, si fuera profe-
sor de filosofía y tuviera que enseñar psicología, se- Como puede observarse, Foucault con máscara de
ría comprarme la máscara más perfeccionada que se psicólogo mostraría la realidad psicológica y las téc-
pueda imaginar y lo más alejada de mi fisionomía nicas que sirven para conocerla. Foucault filósofo
normal, de manera que mis alumnos no me recono- no se pondría a discutir sobre el carácter científico
cieran. Intentaría, como Anthony Perkins en <<Psico- de los enunciados de la psicología sino que inten-
sis», impostar la voz de manera que nada de la uni-
taría averiguar la trayectoria «inevitable y fatal»,
dad de mi discurso se trasluciera. Esta es la primera
esto es, causal, por la que se ha establecido un juego
precaución que adoptaría. Después, intentaría, en la
medida de lo posible, iniciar a los alumnos en las de verdad según el cual el ser humano y su con-
técnicas que se utilizan actualmente por parte de los ciencia, sus pasiones, sus reacciones, o sus deseos se
psicólogos, métodos de laboratorio, métodos de psi- han convertido en objeto de estudio científico. Este
cología social; intentaría explicarles en qué consiste punto de vista sacudiría a la filosofía en su «sueño
el psicoanálisis. Y después, en la hora siguiente, me antropológico», otra forma del «sueño dogmá-
quitaría la máscara, hablaría con mi voz y haríamos tico», según el cual la filosofía vive en la ilusión de
creer que los hombres pueden ser al mismo tiempo
45
Foucault, M., <<L'enseignement de la philosophie et la télévi-
sion. Document accompagant l'émission n. 4>>, Dossiers pédago-
giques de la radio-télévision scolaire, 2 7 Février I 96 5, pág. 7 I. 46
Ídem.

ISO 181
JI Historia de la verdad Anarqueología

objetos empíricos de conocimiento y la posibilidad Qye el discurso es un juego significa por un lado
trascendental de este. La psicología es verdadera que el lenguaje no es único sino múltiple como puso
como conocimiento científico pero su fundamento de manifiesto Wittgenstein, pero también -según
proviene del establecimiento de un juego de verdad añade F oucault- que el juego es estratégico y apunta
histórico, por lo que es falsa la afirmación que hace a obtener unos resultados: si estos se consiguen, el
la psicología de que sus enunciados informan sobre juego se considera ganador y si no, el juego ha sido
la realidad: la historia interna de la verdad señala a derrotado. De la misma manera, Foucault rechaza
las ciencias humanas como verdaderas, la historia sentidos más pacíficos del <<juego de verdad»:
externa de la verdad considera a estas ciencias como
falsas en su pretensión dogmática. La palabra juego puede inducirnos a error: cuando
digo <~uego>>, digo un conjunto de reglas de produc-
ción de la verdad. No es un juego en el sentido de
imitar o de hacer como si ... ; es un conjunto de pro-
Verdad constatativa y verdad performativa.
cedimientos que conducen a un cierto resultado que
puede ser considerado, en función de sus principios
La interpretación que Foucault hace de la expre- y de sus reglas de procedimiento, como válido o no,
sión <<juegos de lenguaje» es estrictamente estraté- ganador o perdedor. 48
gica: <<juegos estratégicos de acción y reacción, de
pregunta y respuesta, de dominación y retracción, y Pero, ¿qué es lo que está en juego?, ¿qué se espera
también de lucha»Y obtener de un juego de verdad? Hemos de tener
en cuenta que un juego de lenguaje cualquiera es
47
Foucault, M., La verdad y las formas jurídicas, op. cit., pág.
r 5. Resulta cuanto menos curioso que entre todas las analogías
afortunado o desafortunado según se consigue o
que Hottois (en <<La philosophie du langage de Ludwig Witt- no, por aplicación correcta de las reglas, el acto ilo-
genstein>>, op. cit., pág. 148) señala que existen entre <~ugar>> y cucionario implícito. La idea de que los juegos son
<<utilizar un lenguaje>> al hablar de los juegos de lenguaje, ni por estratégicos es aplicable a un tipo especial de juegos
un momento se le ocurra que en un juego se gana y se pierde y de lenguaje que son los juegos de verdad y que con-
que quizá en el lenguaje podría asimismo hablarse de victorias
sisten en aquellas expresiones a través de las cuales
y de derrotas. Tampoco esta analogía está presente en la metá-
fora que Wittgenstein expresara de manera original pero es, sin
embargo, lo que para Foucault reviste más importancia de esta 48
Foucault, M., <<L'éthique du soici de soi comme pratique de
concepción del lenguaje. la liberté>>, op. cit.

r82
JI Historia de la verdad Anarqueología

intentan validarse o revalidarse unas ciertas reglas distintas: es la verdad que emiten los dioses -una
de formación del sujeto y del objeto. El triunfo de verdad profética- y que se consigue por reunión
un juego de verdad es visible en la constitución de de lo que dice el dios Apolo y lo que afirma el adi-
un saber, pero la batalla y la derrota de un juego de vino Tiresias; es, asimismo, la verdad que obtienen
lenguaje que no consigue llegar a ser juego de ver- los reyes mediante lo que declara Yocasta y lo que
dad o que ya no es juego de verdad son más difíciles aporta Edipo, y es, finalmente, la verdad testimonial
de observar. de los esclavos que se forma a partir de la unión de
Foucault atribuye a Wittgenstein la pregunta las observaciones de dos personajes. Hay seis deten-
siguiente por la verdad: «¿qué es lo que decimos tadores de la verdad que se agrupan por parejas y la
cuando decimos que algo es verdadero?». La res- verdad se obtiene por ajuste de fragmentos comple-
puesta pragmática ya la hemos puesto de manifiesto mentarios de manera que cada pareja tiene la tota-
y consiste en afirmar que lo que se hace es un acto lidad de la verdad. A esta manera de autentificar la
de validación por el cual ese sujeto es reconocido verdad por ajuste de dos mitades se refiere Foucault
como sujeto capaz de decir algo susceptible de como a la técnica del «símbolo»:
verdad sobre ese objeto que aparece ahí señalado.
Esto es un juego triunfante, pero ¿en qué consiste Consiste en la famosa técnica del symbolon, el símbo-
el triunfo? o ¿qué sería en este terreno una derrota? lo griego. Un instrumento de poder, del ejercicio de
poder que permite a alguien que guarda un secreto o
Para avanzar hay que describir el uso de la palabra
un poder romper en dos partes un objeto cualquiera
«verdadero» en nuestra cultura. Esto es lo que hace -de cerámica, por ejemplo- guardar una de ellas
Foucault comentando lo que se entiende por «ver- y confiar la otra a alguien que debe llevar el mensaje
dad» en la tragedia Edipo rey. o dar prueba de su autenticidad. La coincidencia o
En esa tragedia de Sófocles -según la opinión de ajuste de estas dos mitades permitirá reconocer la
Foucault- a la verdad se accede por una especie de autenticidad del mensaje, esto es, la continuidad del
«ley de las mitades»49 según la cual es como si toda poder que se ejerce. 5°
la historia de Edipo se hubiera fraccionado en dos y
solo con la reunión de las dos partes se obtuviera la Toda la obra Edipo rey es un desplazamiento desde
verdad. La verdad aparece tres veces y en tres formas el discurso profético al discurso testimonial. La

49
Foucault, M., La verdady !asformas jurídicas, op. cit., pág. 42. 50
Ibídem, pág. 46.

r8s
IL Historia de la verdad Anarqueología

verdad que los dioses hacen brillar al principio de asiste impotente a un espectáculo impuesto y dice lo
la tragedia no puede ser vista ni por los reyes ni que ve. Estas dos formas de aparición de la verdad
por el coro, pero la verdad se vuelve humana por el permanecerán a lo largo de la historia del pensa-
testimonio de los esclavos que se situarán de esta miento occidental: el saber empírico de los escla-
manera en el lugar de los dioses ya que «lo que los vos y el saber inteligible de las esencias divinas. Sin
pastores dicen es aquello que los dioses ya habían embargo, existe otra manifestación de la verdad que
dicho, solo que lo hacen de otra forma». 51 Entre la historia parece haber olvidado: el saber de los
ambas manifestaciones de la verdad -la de los dio- reyes hace que las cosas y las palabras encajen por
ses y la de los esclavos- se sitúa la verdad que los
otro procedimiento, descrito por Foucault como el
reyes poseen y que es, a juicio de Foucault, la que
mecanismo de la prueba-experiencia (l'épreuve). 53
en esta obra se intenta condenar y arrinconar: es la
Nuestra cultura, según Foucault, ha entendido que
forma de constituir la verdad que llevan a cabo los
el saber humano consiste en un ajuste entre el dis-
poderosos, y lo que está en cuestión en toda esta
obra es el destronamiento del poder de Edipo. Estas curso y la vista, entre el lenguaje y la realidad: deci-
tres modalidades de manifestación de la verdad tie- mos y usamos la palabra werdadero» para señalar
nen, a pesar de sus diferencias, una nota en común: que las palabras y las cosas coinciden como los tro-
aquello que hace decir que se está en presencia de zos de un mismo jarrón roto. Pero no nos podemos
una verdad es la posibilidad de que encajen, tam- quedar en esta constatación porque las formas en las
bién como dos mitades, lo que se dice y lo que se ve. que se ha entendido que ese ajuste debía llevarse a
Foucault afirma que todo saber es una composición cabo han cambiado a lo largo de la historia. Por eso
entre el decir y el ver. 52 El saber de los dioses es al hay una historia de la verdad o una historia de los
mismo tiempo la luz que hace visibles las cosas y diversos juegos de verdad: en cada uno de ellos se
el discurso que dice lo que son las cosas mismas; producirá el acuerdo entre discurso y realidad. Lo
el saber de los servidores es el saber del testigo que importante será preguntarse lo que hay de diferente
en cuanto a la concepción de cómo se produce la
51 53
Ibídem, pág. 48. Foucault opone dos juegos de verdad: el de «l'épreuve» y el de
52
Foucault, M., Clase del 16 de enero de 1980, Du gouverne- la <preuve>>. Por un lado habla de <<la vie comme une épreuve>>,
ment des vivants, op.cit. En esta clase habla de nuevo de la tra- de <<l'épreuve de la vérité>> y del <<essai comme épreuve>> frente a
gedia de Sófocles, que había sido objeto de sus análisis en 1973, <<la preuve ou vérité-constatation>>. Traduciremos épreuve como
esta vez para dar un giro a sus planteamientos metodológicos. prueba-experiencia y preuve como prueba-constatación.

186 I8J
IL Historia de la verdad Anarqueología

correspondencia y por qué se ha efectuado el cam- embargo, indisoluble del ejercicio de un poder. En
bio de un juego de verdad a otro. efecto, si Menelao es suficientemente fuerte como
Foucault sitúa históricamente el juego de verdad para tomar sobre sí el desafío de la prueba-expe-
de la prueba-experiencia en los inicios de nuestro riencia que propone, es porque en verdad él es el
pensamiento; concretamente señala un texto de más fuerte y por lo tanto el ganador de la carrera. En
Homero -La Ilíada- para hablar de ello. Antíloco esta prueba-experiencia Menelao, con sus palabras y
y Menelao se enfrentan en una carrera de carros; con sus actos, constituye una realidad, la realidad de
Antíloco gana la carrera pero Menelao eleva una ser el más fuerte, luego es verdad que él es el más
protesta ante el jurado arguyendo que ha habido una fuerte, luego es el ganador. La verdad era, según esta
irregularidad. Curiosamente para nosotros -dice manera de entenderla, «el efecto producido por la
Foucault- el jurado no apela a los jueces de línea decisión ritual del vencedor». 55 En la tragedia Edipo
(como los llamaríamos nosotros y que efectivamente rey está en cuestión el poder de Edipo, el poder de
ya existían con el nombre de istór o testigos) sino que esa forma de establecer la verdad. Ese ataque al
Menelao desafía a Antíloco a una prueba-experien- poder y al saber de Edipo se reproduce en el campo
cia que consiste en poner la mano sobre su caballo y de la filosofía con el desplazamiento de los sofistas:
jurar por Zeus que no ha hecho trampa. Antíloco no
acepta el desafío con lo que reconoce de esta manera [ ... ]todavía en los poetas griegos del siglo vr, el dis-
que sí hubo irregularidad en su carrera. 54 curso verdadero -en el sentido fuerte y valorizado
de la palabra- el discurso verdadero por el que se
Este es el juego de verdad de los poderosos en la
tenía respeto y terror, al que había efectivamente que
tragedia de Sófocles: cuando Creonte le comunica a
someterse porque reinaba, era el discurso pronuncia-
Edipo que él es el asesino de Layo, Edipo le acusa do por el que tenía derecho y según el ritual reque-
de querer arrebatarle el poder; Creonte no cita a tes- rido; era el discurso que decía la justicia y atribuía a
tigos para autentificar lo que se dice sino que reta cada uno su parte; era el discurso que, profetizando
a Edipo a realizar un juramento. Con estos ejem- el porvenir, no solo anunciaba lo que iba a ocurrir,
plos Foucault quiere demostrar que, en su origen,
55Foucault, M., <<La maison des fous>>, en Basaglia, F. y Ongaro,
la verdad como acuerdo entre decir y ver era, sin
F., Les criminels de paix, París, P.U.F., 1980, pág. 146,, ed. cast.
Los crímenes de paz: investigación sobre los intelectuales y los
54
Foucault, M., La verdad y las formas jurídicas, op. cit., págs. técnicos como servidores de la opresión, México D.F., Siglo xxr,
39 y 40. 1987.

r88
11. Historia de la verdad Anarqueología

sino que contribuía a su realización, arrastraba con- partir de Sócrates, sin embargo, ellogos ya no será el
sigo la adhesión de los hombres y formaba así una ejercicio de un poder y se convertirá en un ejercicio
trama con el destino. Sin embargo vemos que un si-
de la memoria. 58
glo más tarde la verdad más alta ya no residía en lo
que era el discurso o en lo que hacía sino que residía
La idea que late en la denominación de <~uego de
en lo que decía. Llegó un día en el que la verdad se verdad» es que, cuando se trata de una verdad, lo
desplazó del acto de enunciación ritualizado, eficaz y que está en juego es si se será capaz de configurar de
justo, hacia el enunciado mismo: hacia su sentido, su una determinada manera la realidad, esto es, lo que
forma, su objeto, su relación con su referencia. Entre está en juego es la realización de la verdad por parte
Hesíodo y Platón se estableció una cierta partición, de alguien. Todos los juegos de verdad son perfor-
separando el discurso verdadero y el discurso falso; mativos. Razonar o hablar seriamente es intentar
partición nueva puesto que en lo sucesivo el discurso
validar y autentificar lo que uno dice frente a otro
verdadero ya no es el discurso apreciable y deseable,
puesto que ya no es el discurso ligado al ejercicio del dotado de palabra y de otra verdad: si una de las
poder. Se ha expulsado al sofista. 56 partes consigue finalmente dejar a la otra sin razo-
nes, de manera que su conducta tenga que llevarse
El discurso poderoso era verdadero porque hacía la a cabo según la voluntad de la primera, estará ven-
verdad con su acto de enunciación, es decir que con cida. Esto es el poder o el gobierno de unos sobre
lo que se decía se hacía que las palabras y las cosas otros: la estructuración del campo de acción de unos
coincidieran. Este juego de verdad deja muy a las individuos a partir de la acción de otros individuos.
claras que lo es, puesto que comporta un riesgo evi- Antíloco se comporta como Menelao quería que se
dente: los jugadores se someten a una prueba-expe- comportara: Menelao ha triunfado y con él la ver-
riencia en la que los resultados son inciertos ya que dad de Menelao, es decir, la verdad de que ha sido
los contrincantes son equiparables y la verdad estará Menelao el que ha ganado la carrera. Pero a nadie
en manos del que gane esta singular batalla. Para los se le escapa que si Antíloco hubiera sido más fuerte
sofistas «hablar es ejercer un poder, es arriesgar su y hubiera aceptado el desafío, la verdad resultante
poder, arriesgar conseguirlo o perderlo todo». 57 A hubiera sido otra: pero es que realmente hubiera
sido otra porque Antíloco hubiera sido más fuerte
56
Foucault, M., L'ordre du discours, op. cit., págs. r7-r8. Los
que Menelao.
subrayados son de Foucault.
57
Foucault, M., La verdady lasformas jurídicas, op. cit., págs. r 55-r 56. 58
Idem.
JI Historia de la verdad Anarqueología

El juego de verdad de la prueba-experiencia, tal realización y, en la segunda, los que buscan la ver-
y como aparece en los textos de Homero y Sófo- dad consideran que esta, por el hecho de serlo, es
cles, tal y como lo practicaron los sofistas, no es el independiente de todo poder. Foucault piensa que
nuestro actualmente. Foucault ha ido desgranando la verdad de la prueba-constatación es una modifi-
ante sus lectores, a través de sus obras, las distintas cación en la manera en que se gana y se pierde, pero
mutaciones que han sufrido los juegos de verdad es también un juego de verdad, y por lo tanto es una
sucesivos hasta llegar al nuestro, caracterizado por la verdad performativa.
prueba-constatación. N os otros acudimos a los jueces
de línea para establecer la verdad: consultamos así El paso de la verdad-experiencia a la verdad-cons-
la memoria de los que vieron. Pero hay que retener tatación es sin duda uno de los procesos más im-
portantes en la historia de la verdad. Pero la palabra
que la memoria de los testigos coincide con el orden
«paso» no es buena. En efecto, no se trata de dos for-
de cosas anunciado por los dioses. Nuestra forma de
mas ajenas entre sí que se opondrían y que una lle-
entender lo que es verdadero parte de la idea de que garía a triunfar sobre la otra. La verdad-constatación
la verdad es la coincidencia entre el orden eterno de en la forma de conocimiento quizá no es más que un
las cosas y el orden lógico de las palabras. Nosotros caso particular de la verdad -experiencia en la forma
hemos rechazado la idea de que la verdad tenga algo del acontecimiento. Acontecimiento que se produ-
que ver con el poder. ce como pudiendo ser por derecho indefinidamente
Hay una continuidad en el uso de la palabra «ver- repetido en todas partes y siempre; ritual de pro-
ducción que toma cuerpo en una instrumentación
dad» a lo largo de la cultura occidental según el cual
y un método accesibles para todos y uniformemente
«verdad» es la coincidencia entre lo que se dice y eficaces; resultado que designa un objeto permanen-
lo que se ve, llevada a cabo por un sujeto concreto: te de conocimiento. Esta producción singular de la
esa coincidencia es una práctica realizada de manera verdad es la que poco a poco ha recubierto las otras
afortunada. Pero hay una discontinuidad en cuanto formas de producción de la verdad o por lo menos ha
a la manera de entender esta práctica entre la forma hecho valer su norma como universal. 59
antigua o sofista y la forma que nace a partir de la
filosofía de Platón y Aristóteles y de la que somos La verdad constatativa oculta que es una forma deri-
herederos. La discontinuidad se produce en cuanto vada de la verdad performativa, un caso particular
que, en la primera, los que buscan la verdad admi-
ten que la verdad es inseparable de la fuerza, es una 59 Foucault, M., <<La maison des fous>>, op. cit., págs. 147-r48.

1 93
JI Historia de la verdad Anarqueología

de la verdad-experiencia y que por lo tanto es un en el terreno de las ciencias la sucesión de paradig-


juego de verdad triunfante, resultado de un enfren- mas muestra que lo que ayer se tomaba como verda-
tamiento. Al contrario, quiere hacerse pasar por dero hoy se designa como falso: esos son juegos de
una verdad inscrita en el objeto y universalmente verdad que cambian en cuanto a lo que se considera
accesible. Y esta es una de las grandes conclusiones como objeto, pero entre sí tienen un aire de familia.
de Foucault: el dogmatismo de la verdad-constata- Lo que quiere averiguar es por qué todos esos jue-
ción es lo que la hace ser muy poderosa, pero de un gos de verdad -cada uno de los paradigmas- son
poder que se quiere hacer aparecer como indisolu- dogmáticos en cuanto a la consideración que tienen
blemente unido a la verdad, como la fuerza misma de sus propias verdades, por qué la verdad en cada
de la verdad y no como la fuerza que ha hecho que juego de verdad se ve a sí misma como lo que un
esa verdad triunfara. La verdad-constatación es un sujeto universal y ahistórico puede decir acerca del
juego de verdad que no quiere parecerlo de la misma orden mismo de las cosas. La epistemología post-
manera que el enunciado constatativo es un juego kantiana ha criticado el dogmatismo del objeto,
de lenguaje que no quiere parecerlo: la verdad-cons- pero a Foucault le parece que el giro kantiano
tatación se presenta como una verdad que no tiene debe ser completado: el sujeto de conocimiento no
más poder que el que se deriva del hecho de que siempre ha sido el mismo porque no siempre se ha
es verdad, y el enunciado constatativo se presenta entendido por conocimiento lo mismo y porque no
como un enunciado que no tiene más acción que la siempre se ha defendido que el acceso a la verdad
que se deriva del hecho que constata. Y de la misma se hiciera de la misma forma. Es cierto que lo que
manera que Foucault ha puesto de manifiesto que caracteriza a nuestra cultura es el conocimiento y
decir lo que las cosas son no es solo decir, también la verdad, es cierto que la verdad para nosotros es
va a defender la idea de que el triunfo de la verdad hacer que los discursos y las cosas que se ven enea-
constatativa es el efecto de un juego estratégico en jen, pero no es cierto que las condiciones subjetivas
el que se arrinconó la concepción perfomativa de la para que un sujeto pueda decir la verdad hayan sido
verdad, propia de los sofistas. La tragedia de Edipo siempre las mismas.
termina con el triunfo de la verdad constatativa de El conocimiento ha sido nuestra forma de super-
los esclavos. vivencia, por lo que ha nacido bajo la forma de una
Este es el fondo mismo de la novedad del Fou- lucha. En el camino por el que los humanos bus-
cault-epistemólogo. A Foucault no le basta saber que can gobernarse unos a otros, la verdad jugó siempre

194 195
IL Historia de la verdad Anarqueología

un papel como fuerza potente ya que, al efectuarse, sí mismo con fuerza propia y que se impone por lo
cambiaba el orden de las cosas y sometía a los indi- tanto a todo sujeto dotado de razón. Foucault dice
viduos. En el siglo IV a.C. surgió una forma de que la verdad-constatación es la verdad que se pre-
conocimiento, que acabó imponiéndose, por la cual senta como no necesitando de ningún régimen de
los no poderosos se enfrentaban a la verdad de los verdad y el sujeto aparece como no necesitando ser
poderosos: se presentó a la verdad como lo que está obligado para acceder a la verdad. 60
inscrito en las cosas mismas, y como accesible para A partir del siglo xvn, todas las ciencias pueden
cualquiera sin necesitar ninguna condición especial ser agrupadas en una misma familia de juegos de
de espiritualidad. El sujeto quedó así universalizado verdad en la que, a pesar de que cada juego designe
y por lo tanto el poder pasó a pensarse como algo una nueva y distinta constitución del sujeto y del
opuesto a la verdad. El resultado es la más grande objeto, el aire de familia lo da el carácter obligatorio
mentira que se pueda imaginar: todos tienen acceso que se le confiere a la verdad. La radicalización fou-
a la verdad por el hecho de ser hablantes y raciona- caultiana es más profunda que los análisis de otros
les, el mundo y los humanos están ahí desde siem- epistemólogos e historiadores de la ciencia porque
pre para ser conocidos, lo que se considera como ve continuidad donde otros señalan la discontinui-
verdadero puede ir cambiando pero dentro de un dad entre paradigmas y ve una gran discontinuidad
juego de verdad único que considera que la razón donde los demás sencillamente no ven nada: entre
humana es el polo subjetivo invariable de la relación la verdad-constatación como forma de hacer que un
de conocimiento, el poder está reñido con el saber juego de verdad triunfe, propia de la totalidad de
porque aquél obliga mientras que este se acepta. los paradigmas científicos dominantes, y la verdad-
Se puede entender que Foucault haya tenido que experiencia como manera de entender el juego de
formularse al mismo tiempo una nueva teoría de la verdad, propia de otras formas de conocimiento, que
subjetividad, una historia de la verdad sin preceden- asimismo se dieron en Occidente con anterioridad
tes y un análisis profundo del poder. al triunfo de la verdad-constatación.
Hemos dicho que la verdad-constatación es un La voluntad de verdad o la voluntad de saber cre-
juego de verdad que no quiere parecerlo, esto es, ciente de nuestras sociedades tiene su explicación
pretende que el acceso a la verdad no es un juego
estratégico por el que se gana o se pierde frente a °Foucault, M. Clase del6 de febrero de r 98o,Du gouvernement
6

otra posible verdad sino que es algo que brilla por des vivants, op.cit.

1 97
JI Historia de la verdad Anarqueología

justamente en el juego de la verdad-constatación, Como si para nosotros la voluntad de verdad y sus


ya que al conceder a la verdad un poder de some- peripecias estuvieran enmascaradas por la verdad
timiento inmanente a ella misma permite a las ins- misma en su desarrollo necesario. Y la razón quizás
es esta: si efectivamente el discurso verdadero ya no
tancias políticas de una sociedad ejercer una domi-
es, desde los griegos, el que responde al deseo o el
nación superior gracias a las ciencias. Por «voluntad que ejerce el poder, ¿en la voluntad de verdad, en la
de saber» entiende Foucault la producción de «efec- voluntad de decir este discurso verdadero, qué está
tos de verdad en el interior de los discursos que no en juego si no es el deseo o el poder? El discurso
son en sí mismos verdaderos o falsos». 61 A partir de verdadero, cuya forma necesariamente lo libera del
los siglos XVI y xvu se han ido perfilando cada vez deseo y del poder, no puede reconocer la voluntad de
más objetos factibles de ser medidos, observados o verdad que lo atraviesa; y la voluntad de verdad que
clasificados: las ciencias humanas son el resultado se ha impuesto entre nosotros desde hace ya mucho
tiempo es tal que la verdad que quiere no puede de-
de querer hacer de los individuos objetos de cono-
jar de enmascararla.
cimiento. Pero también pueden apreciarse estos De esta manera solo aparece ante nuestros ojos
efectos de la voluntad de verdad en otros ámbitos: una verdad que sería riqueza, fecundidad, fuerza
Foucault señala el realismo de la literatura occiden- suave e insidiosamente universal. Y por el contrario
tal, el paso que da la economía de ser un conjunto ignoramos la voluntad de verdad como prodigiosa
de recetas y consejos a convertirse en teoría de la maquinaria destinada a excluir. Todos lo que, punto
producción y de las riquezas o la búsqueda por parte por punto en nuestra historia, han intentado rodear
esta voluntad de verdad y ponerla en cuestión contra
del sistema penal de apoyo científico en la psicolo-
la verdad, ahí justamente donde la verdad se propo-
gía, la sociología o la medicina «como si ni siquiera ne justificar la prohibición y definir la locura, todos
la palabra de la ley pudiera autorizarse en nuestra ellos, desde Nietzsche hasta Artaud y Bataille, deben
sociedad si no fuera por un discurso de la verdad». 62 ahora servirnos de signos, altivos sin duda, para el
La razón que puede explicar esta voluntad de saber trabajo de todos los días. 63
está en la posibilidad que este juego de verdad tiene
de ocultar que es un juego y así presentarse como Esto explica que nuestras sociedades hayan conce-
una verdad universal para todos: dido un valor tan alto a las ciencias: encierran un
enorme poder de sumisión de las conductas. La
61
Foucault, M., <<Verdad y poder>>, op. cit., pág. r82.
62
Foucault, M., L'ordre du discours, op. cit., pág. 2 r. 63
Íbidem, págs. 21, 22 y 23.

199
JI. Historia de la verdad Anarqueología

regla básica del juego de la verdad-constatación colocándose en el lado de la resistencia al poder de


consiste en negarse a sí mismo como juego de las las ciencias (la anti-psiquiatría, la anti-medicina, los
dos maneras que hay de hacerlo: se niega que este movimientos anti-autoritarios en general), para ver
juego de verdad haya vencido a otros juegos de ver- otra manera de hacer encajar los discursos y las cosas.
dad ignorando otras maneras de entender el juego La anarqueología no pretende constituirse en una
de verdad (ocultación de la genealogía de la verdad verdad obligatoria, no quiere prescribir para todos
en favor de una concepción mítica de la verdad) y la verdad. Pero tampoco es indiferente a la verdad
en el interior de los juegos de verdad científicos, y no cree que estemos condenados al error como
se niega asimismo que estemos en presencia de un quizá algún relativista pudiera pensar. 64 Vivimos en
juego por el que quien detenta la verdad ha ganado un mundo en el que el conocimiento juega un papel
sobre otras posibles verdades que también querían relevante y quizá no hay otra forma de oponerse a
hacer que las palabras y las cosas encajaran (oculta- las verdades científicas que con otras verdades. Sin
ción de la genealogía de cada juego de verdad). A las embargo, las verdades de la anarqueología no pre-
otras verdades se las desacredita como errores o ilu- tenden estar investidas por un poder hegemónico:
siones. El juego de la verdad-constatación hace apa-
recer a sus verdades como lo que todo ser humano El problema político esencial para el intelectual no
dotado de razón puede adquirir, de donde se deriva es criticar los contenidos ideológicos que estarían li-
que no existen más que ellas como verdades y que gados a la ciencia, o hacer de tal suerte que su prácti-
ca científica esté acompañada de una ideología justa.
negarlas equivale a la locura. La batalla por imponer
Es saber si es posible constituir una nueva política de
una verdad, en este contexto, obtendrá una victoria la verdad. El problema no es cambiar la «conciencia»
pírrica en la medida en que el enemigo ya ha sido de las gentes o lo que tienen en la cabeza, sino el
señalado como error o como locura. régimen político, económico, institucional de la pro-
El objetivo de la anarqueología es decir la verdad del ducción de la verdad.
poder obligatorio que la verdad pretende tener, esto es, No se trata de liberar la verdad de todo sistema
establecer una batalla contra las verdades científicas de poder -esto sería una quimera, ya que la ver-
desde dos frentes: desde un frente teórico haciendo dad es ella misma poder- sino de separar el poder
de la verdad de las formas de hegemonía (sociales,
una historia externa de la verdad y demostrando
que ha habido en nuestra cultura otras concepciones 64
Así mismo lo dice Ewald en su artículo, Ewald, F., <<Droit:
del sujeto y de la verdad; y desde un frente práctico, systemes et stratégies», op. cit., págs. 67-68.

200 20I
IL Historia de la verdad Anarqueología

económicas, culturales) en el interior de las cuales La tarea del pensar es anarqueológica porque hacer
funciona por el momento. una historia del pensamiento es la mejor manera de
La cuestión política, en suma, no es el error, la demostrar que no hay nada definitivo ni inmóvil.
ilusión, la conciencia alienada o la ideología; es la
Si después de Kant se acepta que los objetos de las
verdad misma. 65
ciencias no son más que fenómenos, esto es, rela-
Pensar no puede ser llevar a cabo correctamente los tivos a un punto de vista, pero el punto de vista
actos de conocimiento dentro de los límites de lo que permanece inmóvil, hacer la genealogía del sujeto
una cultura en un momento determinado permite. de conocimiento y, por lo tanto, hacer también una
Pensar es plantearse si se puede pensar de otra manera, historia de los diferentes juegos de verdad es pro-
romper las evidencias sobre las cuales reposan los longar la revolución kantiana hasta sus últimas con-
conocimientos de una época, remover las bases o los secuencias. La anarqueología sacude a las ciencias
fundamentos del saber. Esa es la tarea del filósofo Fou- humanas para que abandonen su sueño dogmático.
cault, el imperativo al cual ha sometido todo su trabajo: Cada juego de verdad aparece en la historia de los
humanos como un acontecimiento que tiene unas
En cierto sentido soy un moralista en tanto en cuan- coordenadas espacio-temporales precisas. Además
to creo que una de las tareas, uno de los significados de hablar de una historia de la verdad, Foucault ha
de la existencia humana -la fuente de la libertad nombrado en algunas ocasiones «la geografía de la
humana- es no aceptar jamás nada como definitivo,
verdad» 67 para poner de relieve la importancia de
intocable, obvio o inmóvil.
[ ... ]los tres elementos de mi moral son: (r) el re-
localizar la verdad en el espacio. Consecuentemente
chazo a aceptar como evidentes las cosas que se nos con esta idea de que existe una posible historia y
proponen; (2) la necesidad de analizar y conocer ya geografía de la verdad, utilizó la expresión «aleturgia
que no podemos hacer nada sin reflexión y compren- de la verdad» 68 para referirse a la manifestación de la
sión -por lo tanto, el principio de curiosidad; y (3) el verdad en un lugar y en un tiempo determinado. En
principio de innovación: buscar en nuestra reflexión su primera etapa arqueológica señalaba que, aunque
aquellas cosas que nunca habían sido pensadas o
imaginadas. Así: rechazo, curiosidad, innovación. 66
67
Foucault, M., <<La maison des fous>>, op. cit., pág. 145.
65 68
Foucault, M., <<Verdad y poden>, op. cit., pág. r89. Curso de 1980. en El gobierno de los vivos, op. cit., Foucault
66
Foucault, M., <<Power, Moral values, and the Intellectual>>, acuña este vocablo <<aleturgia>> para designar el conjunto de
op. cit., pág. r. procedimientos por los cuales lo verdadero es llevado a la luz.

202 203
11 Historia de la verdad Anarqueología

cualquiera podía ser el sujeto de un enunciado -en un sujeto y de un objeto significa negarle el carácter
el sentido de que importaba bien poco saber la per- absoluto a la verdad enunciativa, ya que esta ver-
sona-autor concreta que lo emitía-, no podía, sin dad lo es solo relativamente al suelo sobre el cual ha
embargo, decirlo desde cualquier lugar: no importa sido posible y al momento histórico que le ha dado
saber qué persona es un oráculo, un maestro, un luz. De ahí proviene su insistencia en restablecer la
confesor, un juez o un médico, lo que importa es verdad no en lo que se dice sino en lo que se hace
conocer que la función que ejercen les hace ser suje- y, por lo tanto, en señalar las circunstancias de esta
tos susceptibles de emitir la verdad. Delfos, la cáte- acción como los elementos importantes del análi-
dra, el púlpito, el tribunal o el hospital son algunas sis. Hablar del lenguaje como acción es una de las
de las instituciones que permiten en un momento maneras de bajar las verdades del cielo de las ideas
determinado la aleturgia de la verdad. atemporales e inespaciales a la tierra de los aconte-
En L'ordre du discours Foucault analiza la tradi- cimientos concretos puesto que toda acción solo es
ción platónica en la historia del pensamiento como explicable a partir de otras acciones con puntos de
el momento a partir del cual la verdad dejaba de conexión entre sí.
situarse en el «acto de enunciación» para despla- La verdad se ha convertido en un hecho exclu-
zarse al «enunciado mismm>: la verdad dejaba así sivamente discursivo llevada por la necesidad de
de entenderse como lo que el discurso hacía para ocultarse como acción para así aumentar su eficacia:
ser lo que el discurso decía. Esto significa asimismo hemos visto cómo la verdad-constatación ocultaba
que, frente al acto de enunciación que posee un su voluntad de poder en la afirmación de que su
lugar y un tiempo definidos que lo determinan, el fuerza provenía de ella misma, al mismo tiempo que
enunciado se presenta como lo que tiene valor inde- su voluntad de verdad la traicionaba. El análisis de
pendientemente de cualquier coordenada espacio- Foucault nos demuestra que la verdad, el hecho de
temporal: si un enunciado es verdadero, puede ser que unas palabras y unas cosas encajen, es siempre el
dicho por cualquiera, en cualquier lugar y en cual- fruto de una prueba-experiencia triunfante o juego
quier momento. El pragmatismo foucaultiano se de verdad. El conocimiento científico, tal y como
empeñó desde el primer momento en reintroducir ha venido desarrollándose desde el siglo xvn, es un
la acción allí de donde había sido expulsada viendo juego de verdad que salió triunfante de la experien-
de nuevo en el enunciado su aspecto performativo. cia de enfrentarse con otras formas anteriores de
Plantear que el enunciado realiza una validación de concebir el sujeto de conocimiento o de verdad, la

204 205
IL Historia de la verdad Anarqueología

relación entre el discurso y la realidad y la asociación de subjetivación son más visibles no cuando su apli-
entre poder y verdad. cación constituye todo un éxito, sino cuando el fra-
caso revela claramente su presencia: la resistencia es
una especie de «Catalizador químico». 70
Cómo hacer un diagnóstico. El peligro que suponen las ciencias humanas tiene
que ver con el hecho de ser saberes científicos cuyas
En muchas ocasiones se le ha preguntado a Fou- verdades son los elementos básicos de las formas
cault cómo podía saber qué evidencias había que actuales de subjetivación. Como consecuencia se
rechazar en cada momento ya que saberlo de alguna produce una reducción en el ámbito de las prácti-
manera parece implicar un sistema de normas. 69 Por cas de sí -que están basadas en un cierto ejercicio
el contrario, no creemos que esta crítica a la filo- de la libertad- frente al poder de los otros, en la
sofía foucaultiana sea inapelable: Foucault siempre medida en que nuestra identidad se fundamenta en
ha estado atento a la experiencia de la resistencia, las verdades que con carácter obligatorio establecen
expresada individual o colectivamente, como lo que dichas ciencias.
da la clave de lo que puede y debe ser pensado. De ahí viene el interés constante de Foucault por
Foucault, como un siglo antes haría el marxismo, todos los conflictos sociales y, concretamente, por lo
establece que el punto de vista justo para abordar que significó el Mayo de 1968, un ejemplo máximo
una investigación histórica es el de la resistencia de las luchas que «giran alrededor de la misma pre-
porque la resistencia es una condición de visibilidad gunta: ¿quiénes somos?». 71 El 68, además de los
del proceso en su totalidad. Las reglas de formación movimientos contestatarios en la Universidad y las
de un discurso, las relaciones de poder y las formas organizaciones de extrema izquierda, fue el punto
de partida de las tomas de fábricas, del feminismo
69
Esta es una de las conclusiones del libro de Dreyfus y Ra- radical, de la lucha en las cárceles, del movimiento
binow, Michel Foucault, un parcours philosophique, op. cit., pág. gay, de la anti-psiquiatría, de la anti-medicina, de las
364. En el homenaje a Foucault que tuvo lugar en París, en comunas, etc. Estos movimientos tenían en común
enero de 1988, las intervenciones de los filósofos habermasia- que luchaban en contra de la forma de poder que
nos (Manfred Frank, Gluksmann, Rochlitz, Bouchindhomme)
iban todas en la misma dirección: no se puede saber desde dón-
de habla Foucault, a partir de qué sistema de valores establece °Foucault, M., <<Deux: essais sur le sujet etle pmwoiD>, op. cit., pág. 300.
7

71
su crítica de lo intolerable. Ibídem, pág. 302.

206 207
JI. Historia de la verdad Anarqueología

se ejercía en la vida cotidiana no solamente por de la pregunta «¿G.!Ié es la ilustración?» a la que


el control y el sometimiento sino, también y jus- Kant intentó contestar a finales del siglo xvni. 73
tamente, a partir de las prácticas de sí por las que Para Foucault este texto de Kant es una especie
los individuos se transformaban en sujetos. La idea de texto fetiche o blasón para enmarcar el pro-
misma de la «microfísica del poder», defendida en blema del gobierno de sí y de los otros. Foucault
los años setenta, tenía este sentido de hacer ver que interpreta el texto de Kant como un juicio nega-
el poder viene de abajo, de los propios individuos en tivo hacia su época caracterizada por una gran
sus relaciones entre sí y cada uno consigo mismo: desproporción entre el gobierno de los otros sobre
la crítica del 68 se ejerce contra la sujeción pasiva uno mismo y el gobierno de sí: la ilustración sería
a las relaciones de poder y contra la sujeción activa el intento de salir de esta situación aumentando
que uno hace en sí mismo. En cada individuo había en los seres humanos sus capacidades para gober-
un rechazo voluntario a aplicar las prácticas que narse a sí mismos y, por lo tanto, disminuyendo el
a uno lo convertían en sujeto, y, al mismo tiempo, poder del gobierno de los otros. Los movimientos
una búsqueda individual y colectiva de otro tipo de surgidos a partir del 6 8 tienen la característica de
prácticas con las que alumbrar un nuevo modo de replantearse lo que somos y preguntarse por nue-
subjetivación. vas prácticas de sí que supongan un incremento
Lo más sorprendente (y lo que altera a espíri- del gobierno de sí y una independencia frente al
tus tan puros como Habermas) 72 es que Foucault poder de los otros.
hace de estos movimientos modernos sucesores Esta manera de entender los movimientos con-
testatarios salidos del 68 como nuevas formas de
la modernidad ilustrada explicaría el viraje que la
72
Habermas, J., «Con la flecha en el corazón de la actuali-
dad. Acerca del curso de Foucault sobre el texto de Kant: "Was
obra de Foucault experimentó entre la aparición
ist Aufklarung?">>, Discurso, Poder, Sujeto. Lecturas sobre Michel del primer tomo de la Histoire de la sexualité y los
Foucault, Universidad de Santiago de Compostela, 1987, págs. siguientes que ya no cumplían con el plan previsto.
9-12. En este texto, Habermas encuentra contradictoria la Como ya hemos señalado, el papel de la resisten-
posición de Foucault puesto que entiende que la filosofía de cia conducía a malentendidos puesto que en r 976
Foucault es la de un cínico (y aquí la palabra <<cínico>> no remite
a las escuelas clásicas de la Antigüedad greco-romana) empe-
73
ñado en describir a las sociedades como regímenes de poder (y Foucault, M., <<Deux essais sur le sujet et le pouvoir>>, op. cit.,
aquí <<poder>> remite a dominación). pág. 307.

208 209
IL Historia de la verdad Anarqueo!ogía

los sujetos eran considerados exclusivamente como iban cristalizando, Foucault se pregunta si la sexua-
sujetos pasivos sometidos a las prácticas de los lidad siempre ha jugado el mismo papel relevante
otros. Sin embargo, la sexualidad es un objeto de en la constitución de la subjetividad. Así es como
estudio que encierra algunas novedades frente a la retrocedió hasta la antigüedad clásica para descu-
locura o la delincuencia: no representa en cuanto brir no solo que efectivamente la sexualidad no
a la construcción de nuestra subjetividad algo que ocupaba ese lugar preeminente que le damos sino,
rehusamos sino algo frente a lo cual mantenemos más importante, que las prácticas de sí en Grecia
un juego complejo de aceptación y de rechazo.74 y Roma eran más independientes de las relaciones
La sexualidad constituye un elemento positivo en de poder exteriores a uno mismo. El «retorno a los
la constitución de nuestra identidad, lo que con- griegos», si de tal se puede hablar, es la manera que
duce a preguntarse por los mecanismos gracias a Foucault emplea para dar a la subjetividad actual
los cuales un individuo se reconoce a sí mismo como algún instrumento de liberación, es la forma de
un ser sexuado: aquí tenemos el inicio de un plan- luchar por la ilustración y la autonomía de los seres
teamiento diferente de cómo una fuerza se vuelve o humanos manifestada como deseo en sus rebelio-
se pliega75 sobre sí misma a partir de prácticas que nes contra el poder de los otros.
no son sin más idénticas a las prácticas de sujeción. Foucault cuenta, en lo que puede considerarse
Foucault formula la existencia del ámbito de las como único relato autobiográfico, 76 el impacto que
prácticas de sí, del sujeto que se autoconstituye o sobre él tuvo la experiencia de trabajo como psicó-
sujeto activo y perfila su propio concepto de poder logo, durante dos años, en el Hospital psiquiátrico
como gobierno separando las prácticas violentas o de Ste. Anne, en el que su estatus particular, al no
represivas de las relaciones de poder. Preocupado pertenecer al cuerpo de médicos y tampoco al de
desde siempre por el papel que determinadas ver- enfermos, se tradujo en un malestar que solo pudo
dades tenían en las formas de subjetivación y alen- canalizar y comprender cuando escribió algunos
tado por la rebelión frente a estas verdades que en años más tarde L'Histoire de la folie.
el seno de algunos movimientos salidos del 68 se
76
Foucault, M., <<An interview by Stephen Riggins>>, Ethos,
vol. I, n. 2, Autumn 1983. En la biografía de Eribon se reco-
74
Foucault, M., Clase del 7 de enero de rg8r, Subjectivité et gen ampliamente las experiencias primeras de Foucault como
vérité, op. cit. psicólogo: Eribon, D., Michel Foucault, París, Flammarion,
75
Deleuze habla del sujeto como de una <<fuerza plegada». 1989, ed. cast. Michel Foucault, Barcelona, Anagrama, 2004.

2IO 2II
IL Historia de la verdad Anarqueología

El origen de ese malestar de Foucault puede enfermedad mental que después señalan, localizan y
ser entendido a través del análisis que nos brinda trazan». A Foucault le parece que la histeria es el ejem-
Deleuze. Deleuze considera los juegos de verdad plo claro de enfermedad creada por el medio hospi-
como la relación de dos mitades, lo que se ve y lo talario, algo que también Freud sospechó cuando vio
que se dice, pero pone el acento en que esta relación las prácticas de Charcot, aunque las consecuencias de
dista mucho de ser perfecta: en la batalla entablada esta revelación fueron para Freud bastante diferentes:
en un juego de verdad para hacer que encajen las
palabras y las cosas hay resquicios: El poder del médico le permite producir en lo su-
cesivo la realidad de una enfermedad mental en la
Para tomar un ejemplo muy somero, en psiquiatría: que lo propio es reproducir fenómenos enteramente
¿es el mismo hombre el que se puede ver en un asilo accesibles al conocimiento. La histérica era la enfer-
y el que se puede reconocer como loco?[ ... ] Mucha ma perfecta porque daba a conocer: retranscribía ella
gente está en el asilo y no debía estar y mucha no misma los efectos del poder médico en las formas en
está y debería estar. 77 las que el médico podía describirlas según un dis-
curso científicamente aceptable. En cuanto a la rela-
ción de poder que hacía posible toda esta operación,
Este fallo en la relación entre las palabras y las cosas es
¿cómo habría podido ser detectada en su papel deter-
el que, según Deleuze, ponía Foucault de manifiesto minante puesto que -virtud suprema de la histeria,
al comentar su admiración por el cuadro de Magritte docilidad sin igual, verdadera santidad epistemológi-
Ceci n'est pas une pipe.78 Foucault, en el hospital psi- ca- las enfermas la tomaban a su cargo ellas mismas
quiátrico, debió pensar «esto no es un loco», es decir, y aceptaban la responsabilidad de esa enfermedad?:
«no veo lo que quieren que vea al decir que es un en la sintomatología aparecía como sugestión mórbi-
loco, porque lo que veo es que la propia institución da. En lo sucesivo todo se desplegaba en la limpidez
del conocimiento purificado de todo recuerdo entre
y los discursos que la acompañan han creado, a partir
el sujeto cognosciente y el objeto conocido.
de un conjunto de actitudes y manifestaciones, una
Hipótesis: la crisis comenzó y la era apenas dibuja-
da de la antipsiquiatría se anuncia cuando se tuvo la
77 Deleuze, G., Foucault, op. cit., pág. 71. sospecha, y pronto la certeza, de que Charcot pro-
78 El libro de Foucault donde se lleva a cabo este comenta- ducía efectivamente la crisis de la histeria que des-
rio lleva el mismo título: Foucault, M., Ceci n'est pas une pipe, cribía.79
Montpellier, Fata Morgana, 1973, ed. cast. Esto no es una pipa,
Barcelona, Anagrama, I 9 8 r. 79 Foucault, M., <<La maison des fous>>, op. cit., pág. I55·

2!2 213
JI. Historia de la verdad Anarqueología

A pesar de todo lo que se presentaba como evi- de una intervención sino que la rebelión o liberación
dencias, Foucault llegó a pensar que el ajuste entre de los humanos tiene que manifestarse en algún
las palabras y las cosas para constituir una verdad punto del tejido social para que algo que no había
no era, en el caso de los hospitales psiquiátricos, ni sido pensado empiece a serlo. El rechazo, la curio-
mucho menos perfecto. De ahí es de donde nacen sidad, la innovación y el gusto por la batalla mue-
los trabajos teóricos de Foucault, de la atención con ven a Foucault con el objetivo de poder establecer,
la que observaba las prácticas humanas para detec- con todo lo que dice, algún cambio en la vida de los
tar en ellas los desajustes posibles. «Esto no es un humanos o quizá solo en la suya propia. 80 Por ello
loco» -se dijo primeramente; después añadió «esto reivindica, en la introducción de L'usage des plaisirs,
no es un delincuente», es decir, «no me harán creer el derecho a «desprenderse de sí mismo>), impul-
Vds. que lo que está enfrente de mí es un fenómeno sado por la curiosidad de perderse en pensamientos
cuya existencia es independiente de la institución diferentes. Propone sus resultados como juegos de
carcelaria y de los discursos de los jueces, de los
80
expertos médicos y de los psicólogos o anterior a En <<An interview by Stephen Riggins>>, op. cit., Foucault se
ello»; finalmente se percató de que «esto no es libe- muestra escéptico o modesto sobre la influencia que puedan
tener sus escritos en el proceso de transformación de la historia
ración sexual))' es decir, «lo que veo no son unas for-
de los humanos. Afirma que se contenta con los efectos que sus
mas de vida espontáneas y naturales frente a otras teorías hayan podido tener sobre su propia vida. Ver op. cit.,
más conformes a un modelo social, sino que unas pág. 8: <<Usted sabe, esto es así porque a mí me gusta trabajar
y otras están siendo creadas por todo lo que se dice como un condenado y he trabajado como un condenado toda
sobre la sexualidad así como por las propias organi- mi vida. No estoy interesado en el "status" académico que he
zaciones sociales>). alcanzado porque mi problema es mi propia transformación.
Ésta es también la razón, también el por qué, cuando la gente
La resistencia de los individuos a conformarse a
dice, "bien, usted pensó esto unos pocos años atrás y ahora ust-
las prácticas establecidas es lo que sirve de alarma ed está diciendo otra cosa," mi respuesta es, [Riéndose ... ] bien,
para fijar la atención sobre lo que merece la pena ¿usted piensa que he trabajado todos estos años para decir lo
ser pensado. Foucault intenta con su anarqueología mismo y no cambiar? Esta transformación de uno mismo por
autorizar y validar otra forma de ver las cosas que su propio conocimiento es, pienso, una cosa muy cercana a la
experiencia estética. ¿Por qué habría de trabajar un pintor si él
ya apunta en las acciones humanas, aunque en ellas
no es transformado por su propia pintura?>>, publicada en El
carezca, de momento, de legitimidad. No es un sis- yo minimalista y otras conversaciones, Buenos Aires, La Marca,
tema de normas universales el que dicta la urgencia 2008.

2!4 2!5
IL Historia de la verdad Anarqueología

verdad cuyos resultados triunfantes o perdedores se femenina» 83 o que proponen desexualizar el les-
verán en la capacidad efectiva para cambiar la reali- bianismo. La subjetividad no tiene que formarse a
dad: ése precisamente es el valor del «ensayo» en la través de un movimiento de identificación sino que
filosofía. puede ser una construcción creativa que reúna ele-
mentos diversos recogidos a lo largo y a lo ancho
El «ensayo» -que hay que entender como prueba- de una cultura o, por qué no, de varias culturas. La
experiencia [épreuve] modificatoria de sí mismo en lucha de Foucault es por un mundo que permita la
el juego de la verdad y no como apropiación simpli- continua creación de valores donde cada uno pueda
ficatoria de lo otro con fines de comunicación- es ser el artista de sí mismo. Abrir el campo a otras
el cuerpo vivo de la filosofía, si por lo menos esta es
verdades y a otros valores, desplazar el poder hege-
todavía ahora lo que era en otro tiempo, es decir una
<<ascesis>>, un ejercicio de sí, en el pensamiento. 81
mónico de algunas verdades es el imperativo ético
de la anarqueología: solo así se podrán crear subjeti-
vidades diferentes practicando la libertad.
Las verdades de la anarqueología son elementos a
Hoy en día ya no somos griegos, nos dice Fou-
partir de los cuales construir una subjetividad preo-
cault. Pero podemos aprender de nuestra historia,
cupada por sí misma. No son modelos de conductas
de nuestra memoria, mucho más que de otras expe-
que hay que seguir sino que son modelos de cons-
riencias exóticas. Para una concepción genealógica
trucción de modelos que indican el cómo y no el
de la historia del presente, importa mucho más
qué: a los homosexuales les dirá que no hay que ser
construir con elementos históricos una especie de
homosexual sino que «hay que empeñarse en ser
ficción, una interpretación o cambio de sentido de
gay», 82 es decir, que no se trata de tener relaciones
las fuerzas que favorezcan las luchas actuales, que
sexuales con una persona del mismo sexo sino de
realizar una historia «conceptualmente aséptica». 84
cambiar el mundo de las relaciones sexuales.
Hay que entender, pues, los escritos de Foucault
Esta misma idea ha sido captada por algunas sobre la antigüedad en el mismo sentido que sus
feministas americanas que comienzan a denun-
ciar los peligros de «buscar la auténtica sexualidad 83
Diamond, I. and Qyinby, L., Feminism and Foucault.
Riflections on resistance, Boston, Northeastern University Press,
81
Foucault, M., L'usage des plaisirs, op. cit., pág. r 5. 1988, pág. XVII.
82 84
Foucault, M., <<I:homosexualité dans l'antiquité>>, Masques n. Foucault, M., <<Preguntas a Michel Foucault sobre la
13, printemps 1982, pág. 24. geografía>>, Micrifísica del poder, op. cit., pág. r 12.

2!6 2!7
IL Historia de la verdad Anarqueología

trabajos sobre la cárcel, la psiquiatría o la enfer- sus propios escritos: con sus libros pretende interve-
medad. Lo que dice aquí de La volonté de savoir es nir en los combates, lograr virajes y cambios de sen-
válido para todos sus libros: tido de determinadas prácticas, arrinconar a otras,
fomentar algunas nuevas. Foucault ofrece una nueva
Este libro [La volonté de savoir] no tiene una función interpretación de la antigüedad con la esperanza de
demostrativa. Existe como preludio, para explorar el que sirva para la actualidad. Sus ficciones tendrán
teclado y esbozar un poco los temas y ver cómo la que ver con la verdad en la medida en que con ellas
gente va a reaccionar, dónde van a situarse las críti-
se haga acción, realidad.
cas, dónde las incomprensiones, dónde las cóleras; he
escrito este primer volumen precisamente para hacer
los otros volúmenes en cierta medida permeables a
todas estas reacciones. En cuanto al problema de la 2.3. LA VIDA VERDADERA.

ficción, es para mí un problema muy importante; me


doy cuenta de que no he escrito más que ficciones. La historicidad que Foucault confiere al sujeto
N o quiero, sin embargo, decir que esté fuera de la de conocimiento como correlato de una serie de
verdad. Me parece que existe la posibilidad de hacer prácticas se pone de manifiesto con el examen de
funcionar la ficción en la verdad; de inducir efectos la ruptura en el campo del saber que, en el siglo
de verdad con un discurso de ficción, y hacer de tal xvn, llevó a cabo lo que él llamó «el episodio del
suerte que el discurso de verdad suscite, «ficcione>>.
momento cartesiano»; 86 las prácticas de sí por las
Se «ficciona>> historia a partir de una realidad polí-
tica que la hace verdadera, se <<ficciona>> una política 86
Foucault, M., Clase del6 de enero de 1982, L'herméneutique
que no existe todavía a partir de una realidad histó- du sujet, París, Seuil-Gallimard, 2oor, pág. rs, ed. cast. La her-
rica.85 menéutica del sujeto, Madrid, Akal, 2005. Qyizá esta reflexión
esté también mediatizada por el último diagnóstico que rea-
El materialismo incorporal del discurso o los efectos lizara Foucault sobre el papel de los intelectuales en nuestras
sociedades. Esta cuestión ha estado presente a lo largo de toda
en la realidad de los discursos que Foucault había
su vida, pero la subida de los socialistas franceses al poder le
analizado en las prácticas lingüísticas objeto de su confirió una inflexión particular. Todos los intelectuales fueron
investigación son, asimismo, conceptos aplicables a llamados a cerrar filas en torno al nuevo gobierno socialista
triunfante en 198 r en Francia. Los avatares de esta nueva si-
85
Foucault, M., <<Las relaciones de poder penetran los cuerpos>>, tuación, los enfrentamientos entre gentes pertenecientes anta-
Microfísica del poder, op. cit., pág. r6r-r62. ño a un mismo bloque cultural de izquierdas, es el marco en

2!8 2!9
JI. Historia de la verdad Anarqueología

que se configura el sujeto de un discurso verdadero la modernidad en el momento en que se dijo que
se revelan como radicalmente diferentes si compa- la única condición que debía observar el sujeto de
ramos masivamente el mundo occidental antes y conocimiento para tener acceso a la verdad era el
después de la instauración del modelo de cientifici- conocimiento mismo. El sujeto, al que ya no se le
dad que, desde Descartes hasta nuestros días, viene exigirá ninguna transformación espiritual, recono-
funcionando. cerá por sí mismo la verdad, únicamente a través de
La filosofía de la antigüedad, según nos dice Fou- sus actos de conocimiento. Las condiciones que debe
cault, se interrogaba acerca de las condiciones espi- cumplir el conocimiento para serlo serán intrínsecas
rituales que debe cumplir un sujeto para tener acceso y formales. Existirán, asimismo, unas condiciones
a la verdad. Esta espiritualidad, en torno a la cual los extrínsecas por las que se exigirá que el que conoce
filósofos clásicos reflexionaron, se gestó a partir del no esté loco, o que se dedique al estudio, o que rea-
convencimiento de que era necesaria una experien- lice sus tareas dentro de un consenso científico, o
cia por la que el sujeto operara sobre sí determina- que cumpla ciertas condiciones en cuanto a su
moralidad. Pero Foucault considera que estas con-
das transformaciones encaminadas a tener acceso a
diciones para nada conciernen a la estructura misma
la verdad, a la sabiduría. En este contexto, la ver-
del sujeto de conocimiento sino más bien afectan a
dad no era dada al sujeto por derecho propio sino
la existencia concreta que el sujeto, ya constituido,
solo a través de la ascesis o ejercicios conducentes
debe llevar. Por otro lado, lo que el sujeto encontrará
a su transformación o conversión. A su vez, se pen-
con el acceso a la verdad no será más que el ince-
saba que la sabiduría tenía efectos sobre el sujeto,
sante caminar del conocimiento. Ninguna salva-
puesto que lo iluminaba y le proporcionaba beatitud
ción está contenida en esta configuración del sujeto
y tranquilidad. Jamás un acto de conocimiento por como ninguna transformación le es exigida. Ya no
él mismo daría acceso a la verdad si no fuera por la tendrá lugar la iluminación, la verdad ya no salvará
transformación del ser del sujeto. al sujeto. Recogiendo las palabras de Foucault al pie
Por el contrario, la historia de la verdad entró en de la letra, la antigüedad se caracteriza porque «tal
y como es el sujeto, no es capaz de verdad; y tal y
el cual Foucault se plantea romper la evidencia sobre la que
descansa la afirmación de que cualquier sujeto dotado de ra- como es la verdad, es capaz de transfigurar y salvar
zón puede ser un sujeto de verdad, un sujeto apto para decir al sujeto»; en cambio, la modernidad se caracteriza
la verdad. porque «tal y como es el sujeto, es capaz de verdad;

220 221
JI Historia de la verdad Anarqueología

y tal y como es la verdad, no es capaz de salvar al humanos objetivados por las ciencias humanas y,
sujeto». 87 en los últimos cinco años, el punto de atención se
En Grecia, al mismo tiempo que se ponían las desplazó hacia la manera en que los sujetos aceptan
bases para establecer las condiciones formales que discursos verdaderos para constituirse a sí mismos.
los enunciados deben cumplir para ser conside- La «parresía>> unirá su preocupación por la consti-
rados susceptibles de verdad, hubo conciencia de tución epistemológica de un sujeto detentador de la
que «decir la verdad» era una actividad, y en torno verdad a su investigación acerca de la importancia
a ella surgió asimismo toda una problematización de los discursos verdaderos sobre uno mismo en la
basada, por una parte, en «asegurar que el proceso tarea de elaborar una pragmática de sí.
de razonamiento sea correcto determinando si un «Parresía» es la palabra de difícil traducción que
enunciado es verdadero», y, por otra parte, en plan- los griegos empleaban para designar el acto de decir
tearse lo siguiente: «¿qué importancia tiene para el la verdad. 89 La parresía consiste en decirlo todo, por
individuo y para la sociedad decir la verdad, conocer lo que en algunos autores (Aristófanes, p. e.) tiene
la verdad, tener gente que diga la verdad, así como un sentido peyorativo, como de incontinencia. En
saber cómo reconocerla?». 88 un sentido positivo, decirlo todo tiene que cumplir
Foucault encuadra su interés por el acto de decir dos condiciones que diferencian la parresía de, por
la verdad en el marco general de sus reflexiones ejemplo, el acto de enunciar verdades matemáticas:
sobre los discursos con pretensión de verdad: las en primer lugar, que la verdad que se dice sea una
formas aletúrgicas por las que los sujetos se consti- verdad personal del que habla, en el sentido de que
tuyen a sí mismos como sujetos detentares de ver- queda obligado por lo que ha dicho; en segundo
dad forman parte de un análisis más amplio de las lugar, que la verdad que se dice comporte, para el
estructuras epistemológicas. Los estudios de Fou- parresiasta, riesgos frente a aquél al que habla.
cault se habían ocupado durante casi quince años La parresía es el coraje de la verdad: en el juego de
de analizar las verdades que se dicen sobre los seres la parresía no solo es valiente el que dice la verdad
sino también el que la escucha puesto que tiene que
87
Foucault, M., Clase del6 de enero de 1982, L'herméneutique
89
du sujet, op.cit., pág. 20. Foucault, M., Clase del r de febrero de 1984, Le courage de
88
Foucault, M., <<Ün problematization>>, History ofthe present n. la vérité, París, Seuil-Gallimard, 2009, ed. cast., El coraje de la
4, spring 1988, pág. r6. verdad, Madrid, Al<:al, 2014.

222 223
JI Historia de la verdad Anarqueología

aceptar lo que se le dice aunque sea duro, ya que el su existencia. 91 El hecho que reviste importancia es
que se arriesga a hablar debe ser escuchado. Sócrates la tradición interpretativa, el camino filosófico que
es el primer modelo de parresiasta en la historia de inaugura de manera ejemplar este diálogo. En él,
la filosofía: su muerte confirma los riesgos que tiene Sócrates critica la ignorancia de Alcibíades, a quien
decir la verdad en el terreno de los comportamien- presenta por ello como una persona inapta para
tos éticos de los individuos. gobernar políticamente; le aconseja que si quiere
Foucault analiza cómo en la filosofía de Sócrates- llegar a ser un buen gobernante debe ocuparse de
Platón el principio del imperativo «ocúpate de ti sí mismo, esto es, debe conocerse a sí mismo. El sí
mismo» tiene dos vertientes interpretativas como mismo de este texto es el alma (psyché), que dirige
«preocúpate de tener una hermosa existencia» y las acciones corporales porque ella misma es algo
como «preocúpate fundamentalmente de tu alma». 90 distinto del cuerpo. La psyché es el alma-sujeto, que
Consecuentemente con estos dos significados, pen- utiliza (crestai) el cuerpo como si se tratara de un
sará que la aleturgia de la verdad conducirá tam- instrumento. Ocuparse de sí mismo, es decir, de la
bién a dos soluciones diferentes -la «vida verda- propia alma, es conocerse en la medida en que el
dera» y la «verdadera vida»- ambas comprendidas alma debe mirar hacia algo de la misma naturaleza
en Sócrates pero con destinos y éxitos diferentes a y que, al mismo tiempo, sea su propio principio: el
lo largo de la historia de la filosofía. Lo que per- alma se refleja en el Logos o en el elemento divino.
mite esa doble vertiente es el significado doble del El conocimiento de lo divino es condición para el
«SÍ mismo» que se encuentra en Platón mismo: en conocimiento de sí, de manera que el alma llegará a
el Alcibíades el sí mismo es el alma (psyché) y en el la sabiduría cuando, conociendo lo divino, distinga
Laques es la vida (bíos). lo verdadero de lo falso y el bien del mal, lo que le
Foucault sabe que el Alcibíades es un diálogo pla- permitirá gobernar la ciudad. A partir, pues, delA!ci-
tónico quizá con añadidos cristianos, todo lo cual no bíades el conocimiento de sí puede aparecer como
le impide tomarlo de ejemplo, no estando interesado expresión del cuidado de sí porque en él se plantea
en la atribución de un discurso a un autor sino en el acceso a la verdad a través del reconocimiento de
lo divino que hay en el sí mismo, esto es, en el alma.
°
9
Foucault traduce la expresión griega epimeleia eautou como
souci de soi. Aquí utilizaremos varias expresiones: el «cuidado 91
Foucault,M., Clase del rz de enero de r98z,L'herméneutique
de sí», <<ocuparse>> y <<preocuparse». du sujet, op.cit.

224 225
IL Historia de la verdad Anarqueología

En el Laques también Sócrates aconseja a los que de sí mismo es dar al bíos un estilo, una determi-
le escuchan que se ocupen de sí mismos, pero en nada forma. El camino iniciado por este diálogo
este caso la realidad a la que hay que prestar aten- será continuado por las escuelas de filosofía epicú-
ción no es el alma sino la existencia, el bíos. La filo- reas, estoicas, cínicas y, con posteriores modificacio-
sofía se presenta en este diálogo como el saber que nes, por ciertos movimientos espirituales cristianos.
somete a prueba-experiencia (épreuve) una vida que Después de Descartes algunos filósofos y algunas
tiene como objetivo el arte de sí misma. Ocuparse corrientes de pensamiento han seguido recogiendo
de sí consiste en darse cuenta de la forma de vida el problema del cuidado de sí como centro de sus
que se está llevando. reflexiones.
Así pues, el platonismo -según Foucault- Según la interpretación del sí mismo como bíos,
funda o inaugura dos caminos contrapuestos de la la preocupación por construirse una hermosa exis-
filosofía: tencia está íntimamente relacionada con el decir la
verdad, en la medida en que la vida entera se con-
A) El Alcibíades presenta el descubrimiento de sí vierte en una prueba-experiencia que consiste en la
como realidad ontológica distinta del cuerpo e manifestación misma de la relación que hay entre lo
identifica el cuidado de sí con el conocimiento de que uno dice y la vida que uno lleva.
sí, entendido como contemplación del alma por sí Foucault ve en la problematización de la parresía
misma. A partir de este diálogo, es posible un dis- la demostración de que los griegos se planteaban
curso metafísico sobre el alma del ser humano así quién era capaz de decir la verdad, de ser un parre-
como el desarrollo de una racionalidad sin condi- siasta, lo que evidentemente implica que no todos
ciones de espiritualidad. Este camino se verá refor- -o no todos sin condiciones- pueden acceder
zado por la defensa aristotélico-tomista de un sujeto a la verdad. Sócrates es para Foucault uno de los
universal de conocimiento y alcanzará su cénit en el primeros pensadores en el que el tema de la pre-
«momento cartesiano» al que ya nos hemos referido. ocupación de sí mismo y de llevar una hermosa
existencia se une al hecho de dar cuenta (logos)
B) En el Laques, el sí mismo se identifica con la de sí mismo, esto es, decir la verdad o vivir en la
forma de vivir. El conocimiento de sí es una puesta verdad. En el Laques, los interlocutores del diálogo
a prueba, un examen, un ejercicio que concierne la aceptan lo que Sócrates tenga que decir porque él
forma de conducirse. Lo que se busca al ocuparse ha demostrado que su vida está de acuerdo con su

226 227
JI Historia de la verdad Anarqueología

discurso: entre su forma de hablar y su forma de y reaparece en distintos filósofos a lo largo de la


vivir hay armonía. 92 historia de la filosofía y siempre unida al problema
Lo que sabe Sócrates no es fruto de su particu- de la vida verdadera, de la vida como aleturgia de
lar competencia sino de una manera de vivir y de la verdad: desde las huellas del cinismo en el asce-
conducirse en la que la forma misma de la vida es tismo cristiano, hasta los movimientos revoluciona-
la prueba-experiencia de la verdad de lo que dicen rios del siglo XIX, pasando por ciertas vanguardias
sus discursos. Foucault atribuye a Sócrates el haber artísticas o por la concepción heroica de una vida
sido el primero no en plantear la cuestión del estilo filosófica, Foucault cree que, aliado de la corriente
de vida pero sí en hablar del lazo que une el estilo de dominante de la historia de la filosofía -esa misma
vida con el discurso verdadero. 93 Sin embargo, Fou- que deja de lado el gran principio socrático del epi-
cault cree que fueron los cínicos los que verdadera- meleia eautou-, persiste el planteamiento radical
mente dieron amplitud y resonancia a la cuestión de cínico según el cual la vida tiene que ser el escán-
cómo unir lo que se dice con el modo de vida. Los dalo de la verdad.
cínicos desarrollaron técnicas precisas que condu- Lo curioso y paradójico del cinismo es que si bien
cían a la parresía: de la forma de la existencia hacían muchos filósofos se reconocieron en esta corriente
condición para decir la verdad, de manera que se -particularmente aquellos que hicieron de la pre-
hiciera visible en el gesto, en el cuerpo, en la forma ocupación de sí mismos el objetivo último de sus
de vivir, la verdad. Los cínicos hicieron del bíos ale- conocimientos- no por ello dejaron de criticarla
turgia o gesto de la verdad. 94 violentamente. Según Foucault, el motivo hay que
A Foucault le parece que el cinismo es muy buscarlo en el tipo de banalización escandalosa de
importante si se quiere hacer una historia de la ver- la filosofía que los cínicos llevan a cabo convir-
dad y de la subjetividad entendiendo por cinismo tiendo los elementos comunes de la filosofía en un
no exclusivamente el movimiento histórico clásico elemento de ruptura para la propia filosofía, ya que,
sino una corriente filosófica que aparece, desaparece diciendo lo que todos los filósofos dicen, hacen, sin
embargo, inadmisible el hecho mismo de decirlo: 95
92
Foucault, M., Clase del 22 de febrero de 1984, Le courage de los cínicos ponen en práctica los preceptos que todo
la vérité, op.cit.
93
Ibídem. 95
Foucault, M., Clase del 7 de marzo de 1984, Le courage de
94
Ibídem. la vérité, op.cit.

228 229
JI. Historia de la verdad Anarqueología

el mundo filosófico admite, pero al hacerlo convier- B) Una vida verdadera es una vida pura, sin mezcla ni
ten sus acciones en prácticas inaceptables y extrañas. dependencia hacia lo que es ajeno. En Platón también
Estos son los elementos de la vida cínica como se puede encontrar una estética de la pureza cuando
vida verdadera, como alethés bíos, que pone de mani- habla de liberarse del cuerpo. Igualmente Séneca se
fiesto Foucault: plantea la importancia de ser independiente respecto
de los bienes exteriores. Pero de nuevo son los cíni-
A) La vida cínica es una vida no disimulada, 96 de cos los que dramatizan estos principios, material y
la que uno no se avergüenza. Este tema también corporalmente, a través de una vida de pobreza. Los
ha sido planteado por Séneca al hablar de que la cínicos son realmente pobres: no tienen vestido,
vida debe estar a la vista del amigo o del testigo: la ni casa, ni posesiones, ni comida. Foucault nos pro-
correspondencia, por ejemplo, puede ofrecer a dos pone comparar la vida cínica con los ejercicios de
personas la posibilidad de mostrarse mutuamente endurecimiento que Séneca le enseña a Lucilio: estos
las vidas que llevan. Epicteto, asimismo habla de son ejercicios de renuncia, en cambio la vida cínica
la vida como lo que debe desarrollarse ante un ojo es auténticamente pobreza y despojamiento. Esta
interior divino. El cinismo va más allá de esos pen- característica de los cínicos es igualmente escanda-
sadores estoicos y dramatiza el mismo principio de losa para los propios griegos ya que esta forma de
mostración de la vida en sus aspectos más cotidia- existencia acaba siendo fea, sucia y miserable, lo que
nos, practicando una forma de existencia material y implica una desvalorización de lo bello: de alguna
físicamente a los ojos del público: el cínico no tiene manera Sócrates ya había comenzado esta transvalo-
casa, ni ropa, ni intimidad, ni secreto. El efecto de ración al desplazar la belleza del cuerpo a la del alma
esta radicalización es que la vida cínica se muestra pero, de nuevo, la radicalidad de los cínicos con-
como irreductible a otras formas de vida ya que hace vierte este asunto en piedra de escándalo. Además,
que en el ser humano aparezca todo lo que es del el individuo que lleva una vida según este modelo
orden de la naturaleza: así, por ejemplo, las relacio- cínico acaba siendo esclavo y dependiente de lo que
nes sexuales se llevan a cabo en público, lo que con- los demás le proporcionen y la esclavitud es lo más
vierte a los cínicos en personajes escandalosos. inaceptable para los griegos. Sin embargo, el gesto
por el que los cínicos se humillan a ser mendigos y a
depender de la generosidad de los demás es afirma-
96
Ibídem. tivo y orgulloso. No debe confundirse la humillación

230 23!
IL Historia de la verdad Anarqueología

cínica con la cristiana, aunque ciertamente hay ele- tema ha sido ampliamente desarrollado por Séneca
mentos de una en la otra. Foucault cuenta anécdotas al hablar de «poseerse a sí mismo>>, de «ser de uno
de la vida de Diógenes que permiten comprobar esto mismo», de «buscar en sí mismo toda la alegría».
último: por ejemplo, Diógenes, al ser vendido como Pero, al mismo tiempo, esta vida soberana de la que
esclavo, se tumba como un pescado más al lado de hablan los estoicos se abre necesariamente sobre los
otros, o, cuando le dan golpes en la cabeza, responde demás, convirtiéndose así en una vida benéfica de
que otra vez se pondrá casco. ayuda o de socorro al amigo o al alumno: es una
obligación que estas vidas sean lecciones universales
e) La vida verdadera es una vida recta en confor- para todos. Los cínicos acentúan este principio de la
midad con ellogos. Pero para los cínicos esta con- vida soberana dramatizándolo con la afirmación de
formidad solo puede hacer alusión a las leyes de que ellos son reyes. Ya Platón establece una jerarquía
la naturaleza y no a las leyes humanas, por lo que en la que el :filósofo se sitúa como los reyes respecto
no admiten ninguna convención que no esté en la del resto de los seres humanos. Para los estoicos, el
naturaleza misma. Así, están en contra del matri- :filósofo es más que un rey porque es capaz no solo
monio, de la familia, de los tabúes alimenticios, de de gobernarse a sí mismo sino también de gobernar
los tabúes sexuales. Esto conducirá a una valoriza- a los demás. Los cínicos, más insolentes, dirán que
ción positiva de la animalidad, lo que de nuevo es un ellos son los auténticos reyes y que los que se hacen
escándalo para los griegos. Los animales son para llamar reyes en el mundo no lo son. Foucault narra
los cínicos modelos de comportamiento y los hom- la anécdota del encuentro de Diógenes con Alejan-
bres no deben tener más necesidades que las que los dro Magno en la que se pone de manifiesto que el
animales tienen. La animalidad no es un punto de verdadero rey es Diógenes puesto que su monarquía
partida sino un deber, un ejercicio, una tarea que hay no necesita de nada, le viene directamente de Zeus,
que realizar. es triunfante y no está sujeta a los azares de la for-
tuna. La realeza cínica es una misión impuesta por
D) La vida verdadera es una vida soberana97 que la naturaleza para ocuparse de los demás, y hacerlo
tiende a una relación consigo mismo de gozo. Este renunciando a sí mismo, sacrificándose a sí mismo.
no es la misión de un legislador sino la de un médico:
97
Foucault, M., Clase del 2 r de marzo de 1984, Le courage de Crates, por ejemplo, va de casa en casa ofreciendo
la vérité, op.cit. sus servicios a los demás. Pero este ofrecimiento

232 233
IL Historia de la verdad Anarqueología

tiene una forma absolutamente combativa. El cínico verdad. 99 El platonismo, y después el cristianismo,
es un bienhechor belicoso y agresivo. Su servicio no deriva el problema de la vida verdadera o la vida
es el ejemplo sino el ataque. Y no se trata tan solo otra hacia el de la verdadera vida o la otra vida. Todo
de un ataque espiritual contra los vicios humanos el empeño filosófico de Foucault puede entenderse
sino que combate igualmente las instituciones y las como desarrollo de un programa a partir de una sola
leyes, las costumbres y las convenciones. El combate consigna: «pervertir el platonismo». 10° Foucault ha
cínico es una agresión contra la vida concreta de la tratado de demostrar, volviendo a los comienzos
humanidad para intentar cambiarla en sus conven- mismos del pensamiento occidental, que hay otras
ciones y maneras de vivir. En este sentido los cínicos formas de entender el sujeto, la verdad y la vida. Ha
invierten el modelo de vida soberana de otras escue- puesto de manifiesto que no todo conocimiento
las filosóficas proponiendo una vida militante98 que de sí debe entenderse como hermenéutica y que
va más allá de la secta y se dirige a todos, preten- la relación entre el sujeto y la verdad no tiene por
diendo asimismo cambiar el mundo. El cínico es un qué ser del orden de la obligación y la identidad:
filósofo en guerra, que lleva a cabo la guerra filosó- para ello ha utilizado los escritos de los estoicos y
fica para todos los demás. Mediante la humillación ha rastreado sus principios en la propia tradición
y los insultos, el cínico está unido al mundo por una socrática. Respecto de la verdad ha querido mostrar
especie de filantropía. Es un velador de la universa- que la filosofía antigua concibió la verdad como algo
lidad ética: los beneficios que aporta a la humanidad del orden del acontecimiento material y concreto
son útiles y constituyen la verdadera función de la preocupándose por establecer las condiciones espa-
política, que no tendría que ser hablar de impuestos cio-temporales en las que se lleva a cabo la prueba-
y de guerra o de paz sino de felicidad o desgracia, de experiencia por la que un sujeto definido configura
libertad o de servidumbre.
99
Foucault encuentra en los cínicos la auténtica Flynn considera que Foucault se elige a sí mismo como pa-
rresiasta y que este aspecto es uno de los que Habermas ha
alternativa al platonismo ya que en ellos se une el
pasado por alto al juzgar la unión entre la teoría y la práctica
asunto del ocuparse de sí mismo a la parresía por de Foucault. Ver <<Foucault as parrhesiast: his last course at the
la que la vida misma se convierte en aleturgia de la College de France», en Bernauer,J. y Rasmusseb, D. (eds.), 1he
final Foucault, Cambridge Mass., MIT PRES, 1988, pág. r r6.
98
Foucault dice que es consciente, al emplear este término, de 10
° Foucault, M., 1heatrum Philosophicum, Barcelona, Ana-
estar haciendo un cierto anacronismo. grama, 1995,pág. rr.

234 235
JI Historia de la verdad Anarqueología

con sus palabras la realidad del objeto: tanto la del Ser por parte de la metafísica occidental, la negli-
concepción sofista de la verdad como prueba -expe- gencia de la cuestión de la vida filosófica; 102 olvido o
riencia triunfante, como la idea socrático-estoica de negligencia que se manifiesta en estos dos hechos:
que el sujeto de verdad debe cumplir determinadas por un lado, en la confiscación que la religión ha
condiciones espirituales le han servido a Foucault hecho de la cuestión de la vida verdadera transfor-
para demostrarlo. Finalmente, en la tradición socrá- mándola en la verdadera vida y, por otro, en la insti-
tico-estoica-cínica encuentra Foucault elementos tucionalización del decir la verdad llevada a cabo por
para un vitalismo que rechaza el dualismo cuerpo- las ciencias. La religión y la ciencia han pervertido
alma y la cuestión de los dos mundos -aspectos o transvalorado la filosofía: Foucault quiere llevar a
estos que han marcado toda la filosofía dominante cabo una perversión de la perversión, una transvalo-
de Platón a Descartes-, uniendo al mismo tiempo ración de la transvaloración.
la idea de una constitución del sujeto a partir de Deleuze reinvidica para Foucault un vitalismo
principios elegidos para dar a la existencia propia de corte spinozista-nietzscheano. Como Spinoza,
un estilo particular, con la idea de que esa existencia Foucault piensa que en los humanos, en tanto seres
es la prueba misma de la verdad de los principios vivos, hay fuerzas que resisten; 103 como Nietzsche,
que uno defiende, haciendo así de la vida misma la Foucault apuesta por una superación de lo humano
manifestación de una verdad. en función de otras formas más vitales que están por
La vida filosófica que se propone ser una vida ver- venir. 104
dadera es distinta de la vida de la gente ordinaria, que Deleuze afirma que de la misma manera que
busca la paz y el bien allí donde no se encuentran. La desde hace tres siglos hay imbéciles que se extra-
vida misma de los que llevan una existencia distinta ñan de que Spinoza quisiera una liberación del ser
tiene que servir para mostrar que la gente corriente humano cuando no creía en su libre albedrío, así
está en un error. 101 Esta idea de que la práctica de la también hay quien se extraña de la participación
filosofía tenía que ser un ejercicio de vida ha sido de Foucault en toda lucha política o de resistencia
parte fundamental del pensamiento occidental en
sus inicios. Foucault añade al olvido heideggeriano 102
Foucault, M., Clase del 7 de marzo de r984, Le courage de
la vérité, op.cit.
101
Foucault, M., Clase del 2 r de marzo de r984, Le courage de 103
Deleuze, G., Foucault, op. cit., pág. 99
la vérité, op.cit. 104
Ibídem, págs. IJ r-r40.

237
IL Historia de la verdad Anarqueología

al poder siendo que no cree en la eternidad de los misma frase de Sócrates para concluir que significa
derechos humanos. 105 «la vida es una enfermedad». Pero Foucault señala
En el último curso que impartió en el Col!ege de que esta interpretación no consiguió convencer del
France, Foucault alaba el vitalismo tanto de Nietzs- todo a Nietzsche que, en ese mismo párrafo, mues-
che como de Spinoza. En un momento de ese curso 106 tra que hay una contradicción entre esas palabras de
dedicado a la cuestión de la parresía ética, Foucault Sócrates y su misma existencia alegre y combativa.
se desvió de su objetivo central para hablar del epi- Nietzsche concluye que si Sócrates quería con esas
sodio de la muerte de Sócrates, concretamente de la palabras vengarse de la vida, los griegos son enton-
última frase que se le atribuye en el Fedón: «Critón, ces más pesimistas de lo que él pensaba y que, por lo
le debemos un gallo a Esculapio, paga la deuda, no tanto, habría que superarlos.
te olvides». 107 La interpretación más corriente de Así pues, según Foucault, esta frase del Fedón no
esta frase ha sido la siguiente: puesto que Escula- logró confundir a Nietzsche hasta el punto de que
pio es el dios que cura a los humanos y al que se viera en Sócrates a un filósofo que se doliera de la
le ofrece un sacrificio cuando ha curado efectiva- vida y que la rechazara en virtud de principios más
mente a alguien, Sócrates le recuerda a Critón que altos. Nietzsche tan solo se lamenta de que Sócrates,
le debe un gallo a Esculapio por haberle librado de que apreciaba el silencio, no hubiera sabido callarse
la enfermedad de la vida. Nietzsche volverá en La en el último momento. 108 Foucault reúne la opinión
Gaya Ciencia (párrafo 340 del libro 4) sobre esta de Nietzsche y de Dumézil con la suya propia para
afirmar que en Sócrates hay una preocupación por
105
Ibídem, pág. 96. llevar una vida filosófica, una alethés bíos, que con-
106
Foucault, M., Clase del 15 de febrero de 1984, Le courage de
la vérité, op.cit.
siste en ejercitarse cotidianamente en los principios,
107
Foucault sigue de cerca el análisis propuesto por Dumézil de tal forma que uno se convierte, por el estilo de
en Divertissement sur les dernii:res paroles de Socrate, París, Ga- su existencia, en sujeto de parresía. El vitalismo
llimard, 1984, ed. cast. Dumézil, G., Nostradamus. Sócrates,
108
México D.F., FCE, 1992. En el artículo de Allo, E., <<les dernie- La contradicción que Nietzsche señala entre las palabras
res paroles du philosophe. Dialogue entre George Dumézil et de Sócrates y su vida está salvada, según Foucault, por la in-
Michel Foucault a propos du souci de l'áme>>, Actes de la Re- terpretación de Dumézil que, resumiendo sus argumentos en
cherche en Sciences Sociales, n. 61,1986, se comenta la lectura de pocas palabras, propone pensar que la enfermedad de la que se
Foucault de este texto de Dumézil y se recogen asimismo las ve libre Sócrates es la propuesta que le hizo Critón -lo que
opiniones de Dumézil sobre esta lectura. explica que Sócrates se dirija a él- de que se evadiera.

239
JI Historia de la verdad Anarqueología

socrático -que Nietzsche supo apreciar convenien- verdady las formas jurídicas .111 Allí F oucault veía dos
temente- sobrevivió en las escuelas filosóficas de formas de entender el conocimiento, como reconci-
la antigüedad, pero se vio progresivamente acallado liación (Spinoza) y como batalla (Nietzsche). Aquí
y arrinconado por la tradición platónica primero y, ve en ambos filósofos un intento de entender la
más tarde, por lo que Foucault llama «el momento filosofía como ese conjunto de prácticas que con-
cartesiano». ducen al individuo a llevar una vida distinta. Fou-
No obstante, Foucault piensa que la concepción cault coincide con Deleuze en ver a Spinoza como
de la vida verdadera no ha desaparecido del todo en un guerrero de vida impecable, como un perfecto
la historia de la :filosofía: las huellas de un cinismo sabio estoico, como un individuo dueño de sí mismo
entendido como armonía, aunque escandalosa, que se preocupa de la vida en sus más ínfimos deta-
entre ellogos y el bíos han ido más allá de las escue- lles. En este sentido, puede decirse que Spinoza ha
las epicúrea y estoica. A este propósito Foucault sido uno de los filósofos que han llevado a cabo el
cita a Spinoza109 como uno de los últimos grandes programa :filosófico que Foucault se impone a sí
representantes de la vida filosófica: lo que sus bió- mismo -pervertir el platonismo-, porque ya Spi-
grafos cuentan de él lo hace, desde cualquier punto noza bajó «hasta este cabello, esta mugre de debajo
de vista, un personaje opuesto a otros :filósofos con- de la uña que [para Platón] no merecen en lo más
temporáneos suyos como, por ejemplo Leibniz, que mínimo el honor de una idea». 112
fue bibliotecario y diplomático, hombre político y La antigüedad concibió que la vida misma podía
administrador. 110 En esta referencia a Spinoza, Fou- ser una obra de arte (y, por lo tanto, única como
cault no lo enfrenta a los puntos de vista de Nietzs- fruto de una creación personal y no sujeta a leyes
che como hizo al principio de su exposición de La universales) y, al mismo tiempo, que esta vida se
109
construyera en el marco de discursos que una cul-
Foucault, M., Clase del 14 de marzo de 1984, Le courage de
tura había hecho posibles. Foucault llama a las prác-
la vérité, op.cit., págs. 217-8.
110
Durante la discusión que siguió a la exposición de Rorty en ticas de sí de esta época «artes de la existencia», en la
el homenaje a Michel Foucault, celebrado en París en enero de medida en que se trata de
1988, Rorty afirmó que todos los filósofos debían ser <<funcio-
narios a tiempo parcial>> como antídoto de actitudes anarquis- 111
Foucault,M.,La verdady lasformas jurídicas, op. cit., primera
tas y esteticistas que él denunciaba en la persona y la filosofía conferencia págs. 13-33.
112
de Foucault. Foucault, M., Theatrum philosophicum, op. cit., pág. 1 r.

240 241
JI Historia de la verdad Anarqueología

[ ... ] prácticas reflexionadas y voluntarias por las que está más cerca de Nietzsche que de Sartre. A la
los hombres, no solo se fijan reglas de conducta, sino subjetividad auténtica y coherente consigo misma
que buscan transformarse a sí mismos, modificarse que Sartre propugna, Foucault opone la subjetivi-
en su ser singular y hacer de sus vidas una obra que
dad desindividualizadora que permita continua-
sostenga ciertos valores estéticos y responda a ciertos
mente el desplazamiento y las combinaciones dife-
criterios de estilo. 113
rentes.115
Su interés por la posibilidad de formas de vidas
El uso de la libertad para hacer de la vida una obra
diferentes y plurales culmina con la voluntad de
de arte solo es posible a partir de la consideración
estilización parresiástica: destinados como estamos
de que la transformación de uno mismo no con-
los seres humanos a errar y a morir, hay que hacer
siste en convertirse en objeto de conocimiento o en de la contingencia una obra de arte. Es posible que,
objeto de discurso verdadero. Dreyfus y Rabinow114 con esta idea, Foucault esté ejemplificando algunos
citan el párrafo 290 de la Gaya Ciencia como ejem- de los pasajes más oscuros de la Ética de Spinoza,
plo de la similitud de las posiciones de Nietzsche concretamente aquellos pertenecientes a la parte
y de Foucault: los individuos poderosos, capaces quinta en los que Spinoza habla de la experiencia
de «dar estilo» a su propia vida, rehúsan dejar a la que el espíritu hace de la eternidad116 (que no de la
propia naturaleza en libertad y prefieren la sujeción duración continuada o de la inmortalidad) cuando
voluntaria a un gusto estético -«la interpretación ha alcanzado el tercer grado del conocimiento y
de sí mismos»- antes que la desordenada vida de ha entendido que «cuanto más comprendemos las
los que dicen aborrecer toda conducción y ejercicio cosas singulares, más comprendemos a Dios». 117 La
de poder y acaban, paradójicamente, llevando una
existencia totalmente servil. La concepción fou- 115 Foucault, M., <<l:Anti-CEdipe: une introduction ala vie non
caultiana de la creación de sí mismo, del uso de las fasciste>>, Magazine littéraire n. 2 57, septiembre 19 88, pág. 5o.
prácticas de libertad para constituirse a sí mismo 116
Ética v, prop. XXIII, escolio: <<sentimus experimurque, nos
;eternos esse>>. Spinoza, B., Éthique, ed. bilingüe de Ch. Ap-
113
Foucault, M., L'usage des plaisirs, op. cit., págs. 16-17. puhn, París, ed. Vrin, 1977, ed. cast. Ética, Madrid, Alianza,
114
Entrevista realizada por estos autores y titulada <<A propos 1998.
de la généalogie de l'éthique: un apers;u du travail en cours>>, en 117
<<Qyo magis res singulares intelligimus, eo magis Deum
Drey:fus, H. y Rabinow, P., Michel Foucault: un parcours philo- intelligimus>>, Ética v, prop. XXIV. Asimismo, Pierre Mache-
sophique, op. cit. rey piensa que la filosofía de Foucault podría ayudar a leer a

243
JI. Historia de la verdad

vida como una prueba-experiencia, que no necesita


un juicio ulterior porque ella misma es su propio
juicio y su propio castigo o recompensa, es una de
las ideas básicas del vitalismo spinozista. ¿Podría así
entenderse que la vida eterna es la obra de arte de POSFACIO:
una vida verdadera?
ANARQUEOLOGÍA Y GUBERNAMENTALIDAD
NEOLIBERAL: ¿QUIÉNES SOMOS HOY(

Lucía Gómez
Universitat de Valencia
Departamento de Psicología Social

Spinoza. Ver Macherey, P., «Pour une histoire naturelle des


normes», en Michel Foucault philosophe. Rencontre international
París 9, ro, r r janvier 1988, op. cit.

244
¿Cómo arrancar esta violencia de la penumbra y
de la familiaridad que la hacen casi invisible?
Michel Foucault

¿Qué han hecho de nosotros los discursos de verdad?


Este interrogante expresa hacia dónde apunta la
crítica anarqueológica. Es sugerente pero oscuro.
Necesitamos pistas, necesitamos desplegar los pla-
nos múltiples que contiene.
La pregunta anarqueológica constituye el punto
de llegada de un trayecto que consigue mostrar los
vínculos entre discursos de saber, relaciones de poder
y formas de subjetividad, en espacios diversos: la
locura, las prácticas punitivas, la sexualidad. La evi-
dencia, como forma de invisibilidad que nos hace
ver cualquier fenómeno social separado del con-
junto de prácticas históricas que explican su emer-
gencia, se quiebra a partir de un trabajo genealó-
gico, minucioso y preciso que rescata y pone en un
primer plano esas prácticas. Un trabajo que desvela
el proceso de constitución de objetos que parecían
naturales, mostrando cómo surgen y a qué intereses
responden. Ya no vemos locos, prisiones o liberación

247
Postfacio Postfacio

sexual, vemos prácticas y discursos donde se entre- Estas dos líneas o aproximaciones a la pregunta
lazan, se nutren, se retroalimentan, de forma com- anarqueológica están presentes en la lectura que nos
pleja, elementos de coerción (poder) y elementos de cono- propone Maite Larrauri. Por un lado, nos ofrece
cimiento (saber) que recrean una lógica disciplinaria. claves para entender la trama conceptual y metodo-
Los análisis foucaultianos revelan arbitrariedad lógica que la sostiene, deteniéndose en los desplaza-
y violencia donde simplemente no veíamos nada. mientos o rupturas que provoca en nuestra manera
Erosionan nuestro propio marco de inteligibilidad. de percibir y pensar. Pero por otro, insiste en conec-
Provocan otra sensibilidad hacia objetos que esta- tarla con un contexto histórico que le da sentido. Se
ban fuera del espacio político. Una conversión de esfuerza, por tanto, en mostrar al lugar desde el que
la mirada. Los saberes de las ciencias humanas y su mira Foucault, las preocupaciones que le atraviesan,
autoridad científica se convierten así en el blanco de contra qué o a favor de qué escribe.
la crítica anarqueológica. Algunas décadas después, lejos quedan las socie-
Sin embargo, la pregunta anarqueológica esconde dades disciplinarias, sustituidas progresivamente
algo más. Lo descubrimos cuando ponemos el por las racionalidades políticas neoliberales. Lejos
foco en el gesto que supone formular la pregunta quedan los saberes normalizadores, esas prodigiosas
misma ¿Qué han hecho de nosotros los discursos de ver- maquinarias dirigidas a excluir. Lejos quedan las for-
dad? Cuando prestamos atención a la actitud de un mas de resistencia que inauguró Mayo del68. ¿Qyé
sujeto que se interroga por aquello que lo conforma, valor, qué alcance político tiene hoy la propuesta
por aquello que es. Gesto reflexivo, gesto de rechazo anarqueológica?
que Foucault practicó a lo largo de su obra y que
identifica con el sentido mismo de la tarea crítica.
El mismo gesto o actitud que también encontró en UN NUEVO CIRCUITO DE PODER/SABER:
las formas de resistencia surgidas a finales de los AUTORREGULACIÓN, OPTIMIZACIÓN, PSICOLOGIZACIÓN
años sesenta (antipsiquiatría, antimedicina, movi-
miento gay, feminismo radical). Movimientos que La nitidez con la que ahora podemos leer y criticar
fueron pensados como oposiciones a los efectos de nuestro pasado disciplinario se convierte en con-
poder ligados al saber, un saber que les imponía una fusión y oscuridad cuando examinamos nuestras
ley de verdad y les fijaba a una identidad. Luchas formas de regulación actuales. Las tecnologías de
contra una subjetividad impuesta. gobierno neoliberales no operan ya en instituciones

249
Postfacio Postfocio

cerradas, no se apoyan en una norma coercitiva, cuerpos, conductas ... en función de determinados
medible y visible. Al contrario, recrean formas de valores y criterios. Los saberes psi constituyen una
sujeción «al aire libre» donde el poder pierde el ros- racionalidad práctica, es decir, ofrecen formas de
tro. El gobierno de la subjetividad no ancla nuestra pensamiento que convierten en problema determi-
iniciativa sino que se apoya precisamente en nues- nados aspectos de nuestra experiencia (autoestima,
tra libertad. Una libertad que se produce, incita y motivación, autorrealización .... ) pero también nos
modu1a continuamente. ofrecen conjuntos heterogéneos de técnicas (eva-
En este escenario paradójico, la crítica anarqueo- luación, mímesis, performance, autoexploración,
lógica se convierte en un instrumento del que nos planificación estratégica ... ) que fabrican nuestra
podemos reapropiar para enfrentarnos a la opacidad agencia. 1 Trabajan generando identificaciones -
del presente. En tanto herramienta, no se agota en que no cuestionamos o cuestionamos con difi-
las investigaciones foucau1tianas sino que nos per- cultad- dirigidas a producir un ajuste complejo
mite descubrir las relaciones actuales entre poder/ y natural entre deseos individuales y priori da-
saber y las formas de subjetividad que promueven. des políticas. De esta manera, favorecen nuestra
Señalar los peligros ligados a la forma que toman en implicación voluntaria en la consecución de obje-
la actualidad nuestros discursos de verdad. Preguntar- tivos, metas o aspiraciones que experimentamos
nos: ¿Qy.é papel juegan los saberes en las formas de como libremente elegidas. En el ámbito laboral
gubernamentalidad neoliberal? ¿Cómo operan, qué hacen converger autorrealización individual con el
efectos producen? aumento de la productividad, la motivación con la
Los discursos y prácticas psicológicos se han maximización de nuestra utilidad. Actualizan un
convertido en los saberes indispensables de unas ideal de autonomía responsable que consigue que
formas de gubernamentalidad que se apoyan en la nuestro esfuerzo se intensifique voluntariamente
capacidad de los sujetos para autorregularse y que porque no responde a una demanda exterior sino
intentan desplazar, en la medida de lo posible, pro- interior. Y que se tolere la sobrecarga laboral, la
cedimientos de control externo por mecanismos
disolución de la frontera entre el tiempo de trabajo
de autocontrol. Participan, por tanto, en la elabo-
y los otros tiempos.
ración de códigos morales que nutren y colonizan
las tecnologías del sí, prácticas voluntarias que nos 1
Rose, Nikolas, Inventing our selves. Psychology, power and per-
permiten trabajar sobre nuestros pensamientos, sonhood. Cambridge, Cambridge University Press, 1996.
Postfocio Postfacio

Los saberes psi tienen un rostro amable porque permanentemente en curso. No hay logros durade-
no los percibimos como normalizadores sino como ros, no se permiten tampoco tiempos vacíos, tiem-
saberes que nos ayudan a optimizar continua y pos no productivos. 2 Si nos paramos, perdemos. El
voluntariamente nuestras posibilidades. En ellos, objetivo ya no es la adaptación sino la intensificación
la norma como estado permanente, con contornos de nuestro rendimiento en un escenario competi-
delimitados se transforma progresivamente en una tivo. Lo que se traduce en un aumento de la presión,
demanda sin límites nítidos, borrosa, desdibujada, del estrés, del ritmo de trabajo, del cansancio, de la
flexible, heterogénea. Una demanda que apela a la ansiedad. Nada queda fuera de esta apelación a la
capacidad constante de avanzar más, de explotar movilización. El cuerpo mismo es concebido como
al máximo las propias potencialidades de acuerdo un capital incrementable, que se debe perfeccionar y
con una lógica instrumental. La optimización es el exhibir para responder a exigencias sociales, labora-
denominador común de una serie de discursos psi- les, afectivas y narcisistas. Lejos de cualquier asigna-
cológicos: excelencia, autorrealización, empleabilidad, ción rígida a un cuerpo, se nos invita a alcanzar una
plena forma, activación, riesgo ... que articulados con diferenciación obligatoria a través de un consumo
prácticas evaluadoras, están presentes en la regula- constante y diversificado.
ción de espacios plurales y heterogéneos: laborales, El dispositivo psicológico opera interpretando
educativos, relacionados con salud o el cuidado del nuestros malestares en clave individual. Nos enclaustra
cuerpo ... Nos colocan siempre frente a un horizonte
inalcanzable que supone hiperactividad y esfuerzos 2
Sobre los efectos de esta lógica en la producción de conoci-
constantes, ninguno de ellos completamente satis- miento en la universidad: Amigot, Patricia y Martínez, Lau-
reano (zar 5). Procesos de subjetivación en el contexto neolibe-
factorio ni definitivo, pero que, sin embargo, nos
ral. El caso de la evaluación del profesorado y la investigación
obliga a demostrar la flexibilidad necesaria para res- universitaria, Revista de la Asociación de Sociología de la Educa-
ponder a demandas cada vez más exigentes. ción, 8 (z) r38-r55· Gómez, Lucía,Jódar, Francisco y Bravo,
A diferencia de los saberes disciplinarios, los sabe- M. Jesús (zors). Gubernamentalidad neoliberal y producción
res psi ya no sostienen mecanismos de exclusión de conocimiento en la universidad: Genealogía de una confi-
sino que activan procesos inestables y precarios de guración subjetiva. Universitas Psychologica, rs, (s) I735-I749·
Y desde el activismo frente a la universidad neoliberal: Colec-
inclusión diferencial, de inclusión imposible. No
tivo Indocentia. Disciplinar la investigación, devaluar la docen-
hay metas fijas a las que podamos llegar, por eso, cia: cuando la universidad se vuelve empresa. Interferencias. El
estamos obligados a estar siempre en movimiento, diario.es (r9/oz/zor6).

253
Postfacio Postfacio

en lógicas autorreferentes. Transforma los proble- convierten en responsables de nuestro éxito y de


mas sociales en problemas psicológicos, en asuntos nuestro fracaso.
privados: inmadurez, falta de motivación, proble-
mas de autoestima, inestabilidad emocional. Las
posibles tensiones o reivindicaciones se convier- MÁS ALLÁ DE LA IDEOLOGÍA:
ten en autodemandas que nos atormentan. Los UNA ONTOLOGÍA PSICOLÓGICA
discursos y políticas públicas sobre el (des)empleo
son un buen observatorio de este proceso. Se arti- El análisis anarqueológico visibiliza las conexiones
culan en base a conceptos como emprendimiento, entre los discursos y prácticas psicológicos y las
empleabilidad, políticas de activación que ponen en estrategias de gubernamentalidad neoliberal pero, sin
el centro las actitudes pasivas convertidas en el eje embargo, se separa de la crítica ideológica. Desde
central de intervención terapéutica. 3 Ofrecen ser- aquí, los saberes psi no se consideran saberes falsos
vicios de orientación que identifican, promueven o que distorsionan o manipulan una subjetividad
reparan las competencias necesarias para conver- preexistente. El conocimiento tiene efectos políti-
tirnos en sujetos motivados, para que creamos en cos no por ser falso sino en tanto que discurso ver-
la importancia de nuestro currículum y de nuestro dadero y no porque produzca una imagen errónea
esfuerzo, para neutralizar el riesgo de dependencia. de lo que somos, sino porque, junto a otras prácti-
El mercado de trabajo y sus reglas de juego desapa- cas, nos configura. 4 Nuestra ontología es psicoló-
recen del discurso. Al igual que en otros espacios, gica. No hay una identidad esencial a la que apelar,
el conflicto desaparece y se interioriza en forma habitamos una interioridad construida a través de
de incertidumbre y sufrimiento. Nos ofrecen una tecnologías psicológicas que trabajan sobre nuestras
mirada sobre nosotros mismos que invisibiliza la capacidades, relaciones, afectos, emociones, acti-
interdependencia y las marcas estructurales de clase, tudes, valores, motivaciones, placeres. Y así con-
género, etnia, marcas de vulnerabilidad negada. Nos figuran subjetividades funcionales al orden neo-
liberal: flexibles, activas, dinámicas, autónomas,
3
Sobre la psicologización del trabajo: Crespo, Eduardo y Se-
4
rrano, Amparo (2oq). <<Las paradojas de las políticas de em- Los discursos y prácticas psicológicas se consideran discursos
pleo europeas: de la justicia a la terapia>>. Universitas Psycholo- expertos. Sin embargo, esta legitimación ya no se otorga, en
gica 12 (4) IIII-II24. todos los casos, por su carácter cient(jico.

254 255
Postfacio Postfacio

competitivas, polivalentes, responsables, empresa- emocional (estandarizada), rendimiento económico


rias de sí mismas. y éxito social. Desde esta perspectiva, sería un juego
De esta manera, las herramientas foucaultianas de verdad, una problematización que hace que emerja
convierten en acontecimiento un modo de subjeti- como objeto de reflexión, de conocimiento y de
vidad, le devuelven su carácter singular, construido, práctica gracias a una trama de prácticas históricas
contingente. Nos hacen renunciar a una concepción de las que depende y a la vez mantiene, una trama
del ser humano como entidad individualizada, inte- que le confiere una densa materialidad.
riorizada y psicologizada, esencialmente equipado
para atribuir sentido a su experiencia. Al contrario,
ese modo histórico de definir la subjetividad es justo ANARQUEOLOGÍA: UN PROYECTO DESTITUYENTE
lo que debe ser explicado, descendiendo al análisis
de prácticas históricas, azarosas y contingentes por Desde espacios distintos están emergiendo propues-
las que nos comprendemos y actuamos sobre noso- tas que anuncian que el suelo sobre el que se fun-
tros mismos. Una genealogía de nuestros procesos damenta la gubernamentalidad neo/ibera! empieza a
de subjetivación que muestra que hasta las formas resquebrajarse. Posiciones que cuestionan ese modelo
de producir sentido -modos de visualización, de sujeto autónomo, perfilando una antropología de la
conceptos, normas y sistemas de juicio- no son vulnerabilidad que reconozca nuestro carácter inter-
producidas por la experiencia sino que producen dependiente y ecodependiente. 5 Posiciones que
experiencia -son su condición de posibilidad- y quieren romper con los códigos individualizadores
tienen su propia historia. que marcan nuestra relación con el mundo y que
Los conceptos psicológicos no son, por tanto, buscan instituir lo común, en términos de implicación
un mero espejismo inexistente promovido por una
determinada ideología pero tampoco son una rea- 5 Desde la Economía Feminista, algunas autoras abren la pre-
lidad inmutable. ¿Qyé materialidad tendría por gunta sobre cuál es esa vida que merece la pena ser vivida, ¿qué
ejemplo, un constructo como la inteligencia emocio- es una vida vivible? Una pregunta politizadora que el disposi-
naR La inteligencia emocional produce un determi- tivo psicológico aparta. Pérez-Orozco, Amaia, Subversión ft-
minista de la economía. Aportes para un debate sobre el conflicto
nado modo de expresión de las emociones, estre-
capital/vida. Madrid, Traficantes de Sueños,. 2014; Herrero,
chamente ligado al imperativo de preservar nuestros Yayo, Miradas ecofeministas para transitar a un mundo justo
propios intereses. Perfila un vínculo entre gestión y sostenible, Revista de Economía Crítica, n°16, 278-307, 2013.

2 57
Postfacio Postfacio

y participación, como prinopw alternativo a estas la topera. 7 Además de eso, los saberes psi extraen su
racionalidades políticas. 6 Proponen contraconductas potencia y su carga semántica positiva del hecho de
o prácticas de resistencia que frente a la incitación al autopresentarse como la alternativa y la superación
exceso, a la velocidad, a la superación indefinida de de los saberes normalizadores. Ocupan, de forma
uno mismo, a la instrumentalización y capitalización impostora, el espacio de la crítica ya que incorpo-
de todo lo que nos rodea, defiendan el límite, la len- ran, transformando su sentido, algunas de las rei-
titud, el compromiso, la generosidad, el valor de los vindicaciones más atractivas que surgieron frente a
vínculos no instrumentales, el trabajo artesanal. la lógica disciplinaria: el énfasis en la autodetermi-
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, en nuestro nación o el valor positivo del riesgo. Sin embargo,
presente los saberes psi no están en cuestión, confor- esas reivindicaciones, ligadas a la crítica sesenta-
man un sentido común todavía aproblemático. Esca- yochista, que suponían un gesto de resistencia en
samente politizados, inmediatos, evidentes, desea- relación a otro momento histórico, tienen ahora
bles en una gubernamentalidad psicologizada. ¿Cues- una función legitimadora, funcional a las lógicas de
tionamos la validez del ideal de autorrealización? gobierno actuales.
¿Repetimos el término calidad de vida? ¿Recurrimos Por ello, el análisis anarqueológico al señalar los
al lenguaje de las variadas psicoterapias? ¿Natura- peligros de los discursos y prácticas psicológicos, al
lizamos la racionalidad instrumental? ¿Utilizamos quitarles el halo de normalidad, a convertirlos en
códigos individuales para entender problemas colec- indeseables, puede ayudarnos a convertir en pro-
tivos? ¿Otorgamos un valor positivo y liberador a la blemáticas formas de pensar y de actuar habituales.
asunción de retos, oportunidades, a la competición? El proyecto anarqueológico es un proyecto destitu-
La dificultad que tenemos para percibir sus efec- yente. Rompe una complicidad, nos hace desertar
tos negativos radica en que en la racionalidad polí- de determinadas conductas, sospechar de nuestras
tica neoliberal es difícil separar la obediencia de la aspiraciones o deseos. Pero como gesto de rechazo
elección libre. Articula sujeciones difíciles de evi- es también una crítica epidérmica, sensible, encar-
denciar. Como advertía Deleuze, los anillos de la nada. El cansancio, el miedo al fracaso, a la pér-
serpiente son más complicados que los orificios de dida de control, la incertidumbre, la experiencia

6 7
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259
Posifacio

acelerada de un tiempo que se nos escapa ... pueden


pasar de ser experiencias descalificadas, invisibiliza-
das o silenciadas como subjetivas a convertirse en
experiencias legítimas, experiencias que necesitan
ser compartidas y comprendidas en términos colec-
tivos.8
Una politización del malestar que tenga fuerza para REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
erosionar el dispositivo psicológico, para desestabi- Obras de Michel Foucault citadas.
lizar un marco que se nos impone con la fuerza de la
obviedad, abriendo preguntas que provoquen dudas, LIBROS
parálisis, rupturas, conflicto: ¿Qyé efectos producen
discursos como el emprendimiento y la empleabili-
dad en los espacios que operan? ¿Cuál es el precio L'Histoire de la folie a l'age classique, París, Plon,
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8
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La presente edición de Anarqueología de


Maite Larrauri, se terminó de imprimir
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