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Consentimiento informado

El consentimiento informado es la expresión tangible del respeto a la autonomía de las


personas en el ámbito de la atención médica y de la investigación en salud. El
consentimiento informado no es un documento, es un proceso continuo y gradual que se
da entre el personal de salud y el paciente y que se consolida en un documento.
Mediante el consentimiento informado el personal de salud le informa al paciente
competente, en calidad y en cantidad suficientes, sobre la naturaleza de la enfermedad y
del procedimiento diagnóstico o terapéutico que se propone utilizar, los riesgos y
beneficios que éste conlleva y las posibles alternativas. El documento escrito sólo es el
resguardo de que el personal médico ha informado y de que el paciente ha comprendido
la información. Por lo tanto, el consentimiento informado es la manifestación de la actitud
responsable y bioética del personal médico o de investigación en salud, que eleva la
calidad de los servicios y que garantiza el respeto a la dignidad y a la autonomía de las
personas.
Debido a que los valores u objetivos de las personas varían, la mejor elección no
siempre es la que prioriza a la salud, sino la que prioriza el máximo bienestar de acuerdo
a los valores u objetivos de cada persona. Por lo tanto, no es ya el médico el único que
decide la mejor alternativa.
El consentimiento informado consta de dos partes:
a. Derecho a la información: la información brindada al paciente debe ser clara, veraz,
suficiente, oportuna y objetiva acerca de todo lo relativo al proceso de atención,
principalmente el diagnóstico, tratamiento y pronóstico del padecimiento. De la misma
manera es importante dar a conocer los riesgos, los beneficios físicos o emocionales, la
duración y las alternativas, si las hubiera.
El proceso incluye comprobar si el paciente ha entendido la información, propiciar que
realice preguntas, dar respuesta a éstas y asesorar en caso de que sea solicitado.
Los datos deben darse a personas competentes en términos legales, edad y capacidad
mental. En el caso de personas incompetentes por limitaciones en la conciencia,
raciocinio o inteligencia; es necesario conseguir la autorización de un representante
legal. Sin embargo, siempre que sea posible, es deseable tener el asentimiento del
paciente.
b. Libertad de elección: después de haber sido informado adecuadamente, el paciente
tiene la posibilidad de otorgar o no el consentimiento, para que se lleven a cabo los
procedimientos. Es importante privilegiar la autonomía y establecer las condiciones
necesarias para que se ejerza el derecho a decidir.
Cuando se trata de un procedimiento de riesgo mayor al mínimo, el consentimiento debe
ser expresado y comprobado por escrito, mediante un formulario firmado y será parte del
expediente clínico. Las situaciones en que se requiere el consentimiento informado
escrito, de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana del Expediente Clínico son las
siguientes:

o Hospitalización en pacientes psiquiátricos, por mandato judicial, urgencia, peligro de


quienes viven con él y riesgo de suicidio, entre otros.
o Intervención quirúrgica.
o Procedimientos para el control de la fertilidad.
o Participación en protocolos de investigación.
o Procedimientos diagnósticos o terapéuticos que impliquen riesgos físicos, emocionales o
morales.
o Procedimientos invasivos.
o Procedimientos que produzcan dolor físico o emocional.
o Procedimientos socialmente invasivos y que provoquen exclusión o estigmatización.

En los casos de urgencias en los que no existe la oportunidad de hablar con los
familiares, y tampoco es posible obtener la autorización del paciente, el médico puede
actuar por medio del privilegio terapéutico hasta estabilizarlo y entonces poder informarle
al paciente o a sus familiares. Esto debe quedar bien fundamentado en el expediente
clínico. No debe llevarse a cabo un procedimiento en contra de la voluntad de un
paciente competente, aun cuando la familia lo autorice.
Existen pronunciamientos claros acerca de la obligatoriedad del consentimiento
informado en: Ley General de Salud, Reglamento de la Ley General de Salud, Leyes
Estatales de Salud, Reglamento de Servicios Médicos del IMSS, Normas Oficiales
Mexicanas, Comisión Nacional de Certificación de Establecimientos de Salud y Cartas
de los Derechos de los Pacientes (CONAMED).
CAPÍTULO 6

DE LA RELACIÓN EQUIPO DE SALUD – PACIENTE

Art. 85.- La relación Equipo de Salud - Paciente se establece cada vez que un
profesional de la Salud acepta la petición de otro miembro de la sociedad que
acude en búsqueda de su opinión, consejo y un posible tratamiento.

Art. 86.- El objetivo fundamental de la tarea del Equipo de Salud es la prevención,


preservación, protección y recuperación de la salud de las personas, ya sea como
individuos o como miembros de la sociedad, manteniendo el respeto a la dignidad
personal de aquellos que a él recurren.

Art. 87.- Debe entenderse como Médico de Familia o del Enfermo a aquel a quien
en general o habitualmente consultan los nombrados y depositan su confianza
profesional y humana. Como Médico de Cabecera se entiende a aquel que asiste
al paciente en su dolencia actual.

Art. 88.- La base de la relación humana fundamental en el ejercicio de la profesión


médica es la fórmula dual Médico - Paciente (Equipo de Salud - Paciente) y la
primera lealtad de aquél debe ser hacia la persona a quien se asiste,
anteponiendo sus necesidades específicas a toda otra conveniencia.

Art. 89.- Los miembros del Equipo de Salud deben establecer con su paciente una
relación de lealtad, decoro, respeto, comprensión y tolerancia, debiendo conducir
el interrogatorio, el examen clínico y las indicaciones diagnósticas y terapéuticas,
dentro de las más estrictas consideraciones morales de la dignidad humana, sin
discriminación por causa alguna.

Art. 90.- Los miembros del Equipo de Salud deben dedicar a su paciente el tiempo
necesario para evaluar su dolencia, examinarlo, indicar las etapas diagnósticas y
explicarle todo lo que sea pertinente.

Art. 91.- Constituye grave falta ética la atención apresurada, la ausencia de


examen clínico, así como de las explicaciones que den respuesta a la inquietud
del enfermo o sus familiares. La invocación de falta de tiempo por el número de
pacientes que se debe asistir o la remuneración que se obtiene por cada uno de
ellos, no constituye causal que lo exima de su deber ético.

Art. 92.- Dentro de las normas que rigen la relación Médico - Paciente, son de
primordial categoría el respeto al secreto profesional, la confidencialidad y el libre
consentimiento informado en forma personal o a través de responsables, cuando
la situación así lo exija.

Art. 93.- Los miembros del Equipo de Salud, aún aquellos con las más altas
calificaciones de prestigio profesional y académico, deben evitar actitudes de
condescendiente omnipotencia y paternalismo con los enfermos o sus familiares.
Una disposición positiva para analizar en forma conjunta los problemas permitirá
alcanzar acuerdos satisfactorios sobre los cuidados que se deben proporcionar en
relación a la salud del paciente, así como la responsabilidad de éste en lo que
hace al cumplimiento de las indicaciones.

Art. 94.- Los miembros del Equipo de Salud deben extremar la prudencia para dar
una opinión en situaciones críticas, tales como:

Inc. a) Enfermedad grave o desenlace fatal inminente.

Inc. b) Incurabilidad.

Inc. c) Invalidez psicofísica progresiva e irreversible.

Art. 95.- Las siguientes circunstancias de la actividad médica exigen autorización o


Consentimiento Informado del paciente o persona responsable del mismo:

Inc. a) Procedimientos, diagnósticos o terapéuticas que impliquen un riesgo para


la salud.

Inc. b) Terapéutica convulsionante.

Inc. c) Amputación, castración u otra operación mutilante.

Inc. d) Intervenciones a menores de edad.


En cualquier caso dudoso, es aconsejable una autorización por escrito, así como
la constancia detallada en un protocolo médico o quirúrgico especial que debe
formar parte de la Historia Clínica correspondiente.

Art. 96.- Los miembros del Equipo de Salud no confiarán sus enfermos para la
aplicación de procedimientos de diagnósticos y/o terapéuticos que no hayan sido
sometidos previamente al control de las autoridades científicas reconocidas bajo el
régimen de la Investigación Clínica (Libro III, Capítulo 23).

Art. 97.- Las visitas sociales, de amistad o de parentesco de un miembro del


Equipo de Salud a un paciente atendido por otro profesional deben abstenerse de
toda pregunta médica referida a la enfermedad u observaciones sobre la conducta
del otro profesional. En ningún momento debe existir interés personal en el caso o
intención de control.

Art. 98.- El enfermo tiene derecho a:

Inc. a) La libre elección del profesional en Salud para la atención de su


enfermedad y la consulta con otro en busca de una segunda opinión, sin que ello
perjudique la continuidad ni la calidad de su asistencia.

Inc. b) A no ser abandonado arbitrariamente por un profesional de la Salud que lo


atiende. Éste puede dejar la asistencia si el enfermo ha perdido su confianza. Tal
situación debe ser analizada entre ambos para decidir un reemplazante que
acepte hacerse cargo del enfermo. El profesional que se retira deberá actuar leal y
respetuosamente con el colega propuesto, cualquiera sea la opinión que éste le
merezca.

Inc. c) Que toda persona que maneje su documentación clínica o pueda acceder a
la misma guarde la debida reserva, salvo expresa disposición en contrario,
proveniente de autoridad judicial competente o autorizada por el propio paciente.

Art. 99.- Los miembros del Equipo de Salud tienen el deber ético de asistir a las
personas en situación de emergencia cuando no haya a disposición inmediata un
sistema de atención de urgencia más apto que él mismo y en tales situaciones
podrá no contar con la voluntad del enfermo o sus allegados. En estos casos la
atención será por decisión propia o cuando sea identificado y solicitada su
intervención urgente, la que no podrá ser denegada, ni aún si existe riesgo de
contagio o peligro de su integridad física.

Art. 100.- Constituye grave falta ética la aplicación de procedimientos que


requieren de la decisión personal del enfermo, sin que ésta haya sido recabada
tanto sean diagnósticas o terapéuticas y especialmente en instancias relacionadas
con el comienzo y la finalización de la vida.

Derechos Generales de los Pacientes

1.- RECIBIR ATENCIÓN MÉDICA ADECUADA.


El paciente tiene derecho a que la atención médica se le otorgue por personal
preparado de acuerdo a las necesidades de su estado de salud y a las
circunstancias en que se brinda la atención, así como a ser informado cuando
requiera referencia a otro médico.

2.- RECIBIR TRATO DIGNO Y RESPETUOSO.


El paciente tiene derecho a que el médico, la enfermera y el personal que le
brinden atención médica, se identifiquen y le otorguen un trato digno, con respeto
a sus convicciones personales y morales, principalmente las relacionadas con sus
condiciones socioculturales, de género, de pudor y a su intimidad, cualquiera que
sea el padecimiento que presente, y se haga extensivo a los familiares o
acompañantes.

3.-RECIBIR INFORMACIÓN SUFICIENTE, CLARA, OPORTUNA Y VERAZ.


El paciente, o en su caso el responsable, tienen derecho a que el médico tratante
les brinde información completa sobre el diagnóstico, pronóstico y tratamiento; se
exprese siempre en forma clara y comprensible; se brinde con oportunidad con el
fin de favorecer el conocimiento pleno del estado de salud del paciente y sea
siempre veraz, ajustado a la realidad.

4.- DECIDIR LIBREMENTE SOBRE SU ATENCIÓN.


El paciente o en su caso el responsable, tienen derecho a decidir con libertad, de
manera personal y sin ninguna forma de presión, aceptar o rechazar cada
procedimiento diagnóstico o terapéutico ofrecido, así como el uso de medidas
extraordinarias de supervivencia en pacientes terminales.

5.- OTORGAR O NO SU CONSENTIMIENTO VÁLIDAMENTE INFORMADO.


El paciente, o en su caso el responsable, en los supuestos que así lo señale la
normativa, tienen derecho a expresar su consentimiento, siempre por escrito,
cuando acepte sujetarse con fines de diagnóstico o terapéuticos, a procedimientos
que impliquen un riesgo, para lo cual deberá ser informado en forma amplia y
completa en qué consisten , de los beneficios que se esperan, así como de las
complicaciones o eventos negativos que pudieran presentarse a consecuencia del
acto médico, lo anterior incluye las situaciones en las cuales el paciente decida
participar en estudios de investigación o en el caso de donación de órganos.

6.- SER TRATADO CON CONFIDENCIALIDAD.


El paciente tiene derecho a que toda la información que exprese a su médico se
maneje con estricta confidencialidad y no se divulgue más que con la autorización
expresa de su parte, incluso la que derive de un estudio de investigación al cual se
haya sujetado de manera voluntaria; lo cual no limita la obligación del médico de
informar a la autoridad en los casos previstos por la ley.

7.- CONTAR CON FACILIDADES PARA OBTENER UNA SEGUNDA OPINIÓN.


El paciente tiene derecho a recibir por escrito la información necesaria para
obtener una segunda opinión sobre el diagnóstico, pronóstico o tratamiento
relacionados con su estado de salud.

8.- RECIBIR ATENCIÓN MÉDICA EN CASO DE URGENCIA.


Cuando está en peligro la vida, un órgano o una función, el paciente tiene derecho
a recibir atención de urgencia por un médico, en cualquier establecimiento de
salud, sea público o privado, con el propósito de estabilizar sus condiciones.

9.- CONTAR CON UN EXPEDIENTE CLÍNICO.


El paciente tiene derecho a que el conjunto de los datos relacionados con la
atención médica que reciba sean asentados en forma veraz, clara, precisa, legible
y completa en un expediente que deberá cumplir con la normativa aplicable y
cuando lo solicite, obtener por escrito un resumen clínico veraz de acuerdo con el
fin requerido.

10.- SER ATENDIDO CUANDO SE INCONFORME POR LA ATENCIÓN MÉDICA


RECIBIDA.
El paciente tiene derecho a ser escuchado y recibir respuesta por la instancia
correspondiente cuando se inconforme por la atención médica recibida de
servidores públicos o privados.
Así mismo tiene derecho a disponer de vías alternas a las judiciales para tratar de
resolver un conflicto con el personal de salud.

Obligaciones de los pacientes

Derechos Generales de los Pacientes

1.- RECIBIR ATENCIÓN MÉDICA ADECUADA.


El paciente tiene derecho a que la atención médica se le otorgue por personal
preparado de acuerdo a las necesidades de su estado de salud y a las
circunstancias en que se brinda la atención, así como a ser informado cuando
requiera referencia a otro médico.

2.- RECIBIR TRATO DIGNO Y RESPETUOSO.


El paciente tiene derecho a que el médico, la enfermera y el personal que le
brinden atención médica, se identifiquen y le otorguen un trato digno, con respeto
a sus convicciones personales y morales, principalmente las relacionadas con sus
condiciones socioculturales, de género, de pudor y a su intimidad, cualquiera que
sea el padecimiento que presente, y se haga extensivo a los familiares o
acompañantes.

3.-RECIBIR INFORMACIÓN SUFICIENTE, CLARA, OPORTUNA Y VERAZ.


El paciente, o en su caso el responsable, tienen derecho a que el médico tratante
les brinde información completa sobre el diagnóstico, pronóstico y tratamiento; se
exprese siempre en forma clara y comprensible; se brinde con oportunidad con el
fin de favorecer el conocimiento pleno del estado de salud del paciente y sea
siempre veraz, ajustado a la realidad.
4.- DECIDIR LIBREMENTE SOBRE SU ATENCIÓN.
El paciente o en su caso el responsable, tienen derecho a decidir con libertad, de
manera personal y sin ninguna forma de presión, aceptar o rechazar cada
procedimiento diagnóstico o terapéutico ofrecido, así como el uso de medidas
extraordinarias de supervivencia en pacientes terminales.

5.- OTORGAR O NO SU CONSENTIMIENTO VÁLIDAMENTE INFORMADO.


El paciente, o en su caso el responsable, en los supuestos que así lo señale la
normativa, tienen derecho a expresar su consentimiento, siempre por escrito,
cuando acepte sujetarse con fines de diagnóstico o terapéuticos, a procedimientos
que impliquen un riesgo, para lo cual deberá ser informado en forma amplia y
completa en qué consisten , de los beneficios que se esperan, así como de las
complicaciones o eventos negativos que pudieran presentarse a consecuencia del
acto médico, lo anterior incluye las situaciones en las cuales el paciente decida
participar en estudios de investigación o en el caso de donación de órganos.

6.- SER TRATADO CON CONFIDENCIALIDAD.


El paciente tiene derecho a que toda la información que exprese a su médico se
maneje con estricta confidencialidad y no se divulgue más que con la autorización
expresa de su parte, incluso la que derive de un estudio de investigación al cual se
haya sujetado de manera voluntaria; lo cual no limita la obligación del médico de
informar a la autoridad en los casos previstos por la ley.

7.- CONTAR CON FACILIDADES PARA OBTENER UNA SEGUNDA OPINIÓN.


El paciente tiene derecho a recibir por escrito la información necesaria para
obtener una segunda opinión sobre el diagnóstico, pronóstico o tratamiento
relacionados con su estado de salud.

8.- RECIBIR ATENCIÓN MÉDICA EN CASO DE URGENCIA.


Cuando está en peligro la vida, un órgano o una función, el paciente tiene derecho
a recibir atención de urgencia por un médico, en cualquier establecimiento de
salud, sea público o privado, con el propósito de estabilizar sus condiciones.
9.- CONTAR CON UN EXPEDIENTE CLÍNICO.
El paciente tiene derecho a que el conjunto de los datos relacionados con la
atención médica que reciba sean asentados en forma veraz, clara, precisa, legible
y completa en un expediente que deberá cumplir con la normativa aplicable y
cuando lo solicite, obtener por escrito un resumen clínico veraz de acuerdo con el
fin requerido.

10.- SER ATENDIDO CUANDO SE INCONFORME POR LA ATENCIÓN MÉDICA


RECIBIDA.
El paciente tiene derecho a ser escuchado y recibir respuesta por la instancia
correspondiente cuando se inconforme por la atención médica recibida de
servidores públicos o privados.
Así mismo tiene derecho a disponer de vías alternas a las judiciales para tratar de
resolver un conflicto con el personal de salud.

Derechos y obligaciones de los profesionales de la salud

El personal de salud como todo trabajador, tiene derechos los cuales deben ser
respetados, de igual manera el personal debe corresponder cumpliendo con las
obligaciones correspondientes de acuerdo a lo establecido en los reglamentos.

DERECHOS

El derecho que tiene los trabajadores a una protección frente a los riesgos
derivados del trabajo está estipulado en la ley de prevención de riesgos laborales,
así como las correspondientes obligaciones de las empresas.

Con fundamento en el artículo 5° de la constitución federal podemos decir que los


derechos de3l personal de salud son:

 Dedicarse a ejercer su profesión de manera libre siempre y cuando sea de


manera lícita.
 No ser privado de la libertad al ejercicio de su profesión a menos que sea
por orden judicial, por daños a terceros y ofender la integridad de la
sociedad.
 Con referencia al servicio social o servicios profesionales de índole social
obtener las retribuciones en los términos de la ley con las excepciones que
esta señale.
 No participar en acciones ilícitas que ponga en riesgo su libertad, y ejercer
su profesión.

Conforme al artículo 123 constitucional se determinará si se tiene derecho a: Un


trabajo digno y socialmente útil.

Apartado B.

 Gozar de jornadas que no excedan las 8 horas respectivamente.


 Pagos por trabajar horas extras al horario establecido.
 Por cada seis días de trabajo gozar de un día de descanso con salario
íntegro.
 Gozar de vacaciones las cuales nunca serán menores de 20 días al año.
 No ser discriminado en razón del sexo con goce de salario según su cargo.
 No sufrir retenciones, descuentos, deducciones o embargos al salario salvo
en los casos previstos por la ley.
 Gozar de los derechos de escalafón con el fin de que los ascensos se
otorguen en función de los conocimientos aptitudes y antigüedad.
 No ser suspendidos o cesados por causa injustificada salvo en los términos
que fije la ley.

Gozar de seguridad social la cual abarca:

 Cobertura de accidentes y enfermedades profesionales.


 En caso de accidente o enfermedad se conservará el derecho al trabajo por
el tiempo que determine la ley.
 Las mujeres durante el embarazo, no realizaran trabajos que exijan un
esfuerzo considerable y signifiquen un peligro para su salud, en relación
con la gestación, gozaran forzosamente de un mes de descanso antes de la
fecha fijada aproximadamente al parto y otros dos después del mismo,
debiendo percibir su salario íntegro y conservar su empleo y los derechos
que hubieren adquirido por la relación del trabajo.
 Las mujeres en el periodo de lactancia, tendrán dos descansos
extraordinarios, por día de media hora cada uno, para alimentar a sus hijos,
además disfrutarán de asistencia médica y obstétrica, de medicinas, de
ayudas para la lactancia y del servicio de guarderías infantiles.
 Los familiares de los trabajadores tendrán derecho a asistencia médica y
medicinas, en los casos y en la proporción que la ley determine.

Derechos específicos:

 Gozar de la formación necesaria para los recursos humanos, la cual


atenderá las normas y criterios que emitan las autoridades educativas, en
coordinación con las autoridades sanitarias, con la participación de las
instituciones de educación superior.
 Gozar de la capacitación y actualización que les provean las autoridades
sanitarias, son perjuicio de la competencia.
 Participar voluntariamente (los profesionales, técnicos y auxiliares de
salud), en actividades docentes). Art. 90.

OBLIGACIONES

 Estar en plenos derechos civiles.


 Poseer título totalmente expedido y debidamente registrado.
 Contar con cedula profesional.
 Obtener de la dirección general de profesiones patente de ejercicio.

Cuando se trata del ejercicio de una o varias especialidades:

 Haber obtenido título relativo a una profesión en los términos que la ley
determine.
 Comprobar en forma idónea haber realizado estudios especiales de
perfeccionamiento técnico, o científico en la ciencia o rama de la que se
trate.

Respecto de los profesionales considerados art. 79.

Contar con título profesional o certificado de especialización legalmente expedidos


y registrados por las autoridades educativas competentes.

En cuanto a los técnicos y auxiliares:

Contar con un diploma legalmente expedido, y registrado por las autoridades


competentes respectivas.

En el ejercicio de la profesión

Contar con un título para el ejercicio de la profesión.

El profesional debe:

 Poner todos sus conocimientos científicos y recursos técnicos al servicio de


su paciente.
 Guardar estrictamente el secreto de los asuntos que se les confiere por sus
clientes, salvo los informes que obligatoriamente establezcan, las leyes
respectivas.
 Que los anuncios o publicidad que los profesionistas hagan de sus
actividades no rebasen los conceptos de ética profesional que establezca el
colegio respectivo.
 Prestar su servicio social, remunerado ya se trate de estudiantes,
profesionistas no mayores de 60 años, o impedidos por enfermedad grave.
 Tratándose de ´profesionistas, servir como auxiliares de las instituciones de
investigación científica, proporcionando los datos e informes que se les
soliciten.
 En circunstancias de peligro nacional, derivado de conflictos internacionales
o calamidades públicas estén o no en ejercicio, quedaran a disposición del
gobierno federal para que este utilice sus servicios.
Los derechos y obligaciones son importantes, ya que en ellas se establecen
diferentes puntos que los trabajadores deben exigir, así como cumplir ya que
como se tiene un derecho de igual manera se tiene obligaciones de ejercer la
profesión con responsabilidad y con conocimientos estructurados, aunque
actualmente no todos los derechos y obligaciones se cumplen ya que vemos mala
calidad en los servicios de salud con recurso humanos con poca calidez, así
como también no se hacen respetar los derechos de los trabajadores por parte de
los superiores.

Bioética del ejercicio profesional

CÓDIGO DE BIOÉTICA PARA EL PERSONAL DE SALUD MEXICO –2002

PRESENTACIÓN

La Bioética representa hoy un movimiento universal de responsabilidad profesional


y por su concepción de ética global es de la incumbencia de todos los seres
humanos para respetar la naturaleza, conservar los ecosistemas y favorecer la
supervivencia de la biodiversidad.

Para los médicos y personal que complementa el equipo de salud es, además, un
sistema de reflexión moral en todos los acontecimientos de la vida, como
constante llamada de alerta a efecto de respetar los derechos humanos, procurar
siempre la beneficencia y la justicia, respetando la autonomía y dignidad de la
persona humana y evitar la maleficencia con los enfermos y con los seres vivos en
general, incluyendo el deber social de disponer y utilizar los recursos con
responsabilidad racionalmente considerada en la justa distribución y en su
utilización.

El presente Código de Bioética representa una guía de conducta en el ejercicio


profesional, con el fin de resolver diferencias en la prestación de los servicios a los
enfermos y a sus familiares, así como entre personas y profesionales que
intervienen en acontecimientos de la vida, particularmente relacionados con la
Medicina y la salud.
Los principios éticos que orientan la práctica médica han sido recopilados a lo
largo de la historia en forma de códigos y juramentos profesionales. El más
conocido y que más ha influido en la medicina occidental es el Juramento
Hipocrático, cuyo aspecto ético principal menciona que el médico debe actuar
siempre en beneficio del paciente, el cual se basa en dos componentes “no haré
daño...” y “actuaré en beneficio del enfermo...”. Principios que siguen vigentes aún;
a pesar de que en ese Juramento no se menciona la capacidad determinante del
paciente para participar en la toma de decisiones, ni del principio de justicia, que
ya consideran los códigos de ética médica recientes, como son el de Nüremberg y
las Declaraciones de Helsinki y de Ginebra de la Asociación Médica Mundial, las
Normas Internacionales para la Investigación Biomédica (en seres humanos y
animales de laboratorio).

Estas guías de conducta ética han sido básicas para las recomendaciones de la
Organización Mundial de la Salud, Organización Panamericana de la Salud y la
Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
UNESCO que, congruentes con la Declaración de los Derechos Humanos (ONU,
1948), se refieren al establecimiento de guías o códigos nacionales de conducta
ética y otras reflexiones deontológicas necesarias.

Es oportuno considerar el carácter reciente de los principios de la Bioética, que


estudia sistemáticamente lo relativo al derecho a la vida, a la salud y la dignidad
de la persona humana, para revisar los avances científicos y tecnológicos en
especial aquellos que pudieran modificar la herencia y el destino del hombre.

Para la conformación del Código de Bioética para el Personal de Salud de México


se ha consultado a distinguidos profesionales de la salud, académicos,
investigadores, profesores y estudiantes de medicina y enfermería y de ámbitos
sociales afines a la salud, a través de dos ejercicios, el primero a partir de abril,
2001, cuando se emitió un anteproyecto y, posteriormente, con la recopilación de
opiniones en mayo, 2002, se difundió el documento previo a su terminación con
los agregados de las consideraciones sugeridas.
En México, la Secretaría de Salud participa en el movimiento universal de la
responsabilidad bioética, que obliga a un proceso dialéctico del conocimiento
científico y de las reflexiones morales6, siendo la Comisión Nacional de Bioética el
conducto para establecer este Código en cumplimiento del derecho constitucional
de protección a la salud, el que se sustenta en el Código de Ética para Gobernar,
establecido por el Gobierno Federal en marzo del 2002 y por el Programa
Nacional de Salud 2001-2006, donde se determina en sus estrategias el
compromiso de la conformación del Código de Bioética, donde se establezcan los
aspectos genéricos de las conductas éticas en la prestación de los servicios de
salud, que servirán de marco referencial a las guías específicas que se consideren
necesarias en la operatividad de las unidades aplicativas del Sector Salud,
instituciones formadoras de personal para la salud e instituciones universitarias y
de enseñanza superior afines a la bioética.

Finalmente, este Código hace válidas las acciones para la democratización de la


salud en México, que consisten en: considerar que la buena salud de la población
es uno de los objetivos para obtener la igualdad de oportunidades en el desarrollo;
que mediante la salud se estimula la capacidad para acrecentar sus medios de
vida; que el valor de la salud es un objetivo social compartido de todos los
sectores para fortalecer a la sociedad.

Como toda disciplina que actúa en un mundo cambiante y con nuevos retos ante
tecnologías de aparición constante, la Secretaría de Salud y la Comisión Nacional
de Bioética estarán atentas para examinar los nuevos desafíos morales de la
práctica médica y del derecho, dejando abierta la posibilidad de reformas a este
Código de Bioética para la conducta profesional del personal de salud.

Dr. Julio Frenk Mora


Secretario de Salud
CAPITULO I
PRINCIPIOS BASICOS

1.- Toda persona tiene, en principio, derecho a la protección de su salud. Los


habitantes de la República Mexicana y los mexicanos que habiten en el extranjero
deben gozar de este mismo derecho. El personal de salud está obligado a buscar
los medios para que se cumplan los deberes de equidad y justicia, paradigma
prioritario de la Bioética.

2.- Las acciones de atención a la salud proporcionadas por el personal profesional


y técnico deben ser aplicadas en beneficio de la población en un marco científico y
humanitario.

3.- El personal de salud debe atender a todos los que demanden sus servicios sin
distinción de edad, sexo, nacionalidad, religión, ideología política, posición socio-
económica; sin escatimar tiempo, ni espacio, respetando siempre la dignidad y
derechos humanos.

4.- El personal de salud tiene el compromiso de salvaguardar el prestigio de la


profesión que participen en las actividades de la atención médica, con atributos de
honradez, capacidad y eficiencia.

5.- Es necesario afirmar que el respeto a la dignidad humana se basa en el


principio fundamental de que los seres humanos poseen igual valor.

CAPITULO II.
CONDUCTA BIOETICA EN LA PRESTACION DE SERVICIOS DE SALUD

6.- La población sana o enferma merece recibir del personal que presta atención a
la salud lo mejor de sus conocimientos y destrezas en su beneficio, con interés
genuino de mantener su salud y bienestar, y un trato amable, respetuoso,
prudente y tolerante.

7.- El personal de salud tiene la obligación de participar en el ámbito de su


competencia en actividades que contribuyan al beneficio de la salud de la
comunidad, así como en la atención médica en casos de emergencia y desastres.
8.- La actitud del equipo de salud debe mantener e incrementar la confianza de los
individuos a su cargo, especialmente de los pacientes y personal que los asiste,
puesto que el humanitarismo con el que se preste la atención al enfermo
contribuye directamente a su estabilización, recuperación o rehabilitación.

9.- Las instituciones de salud, conforme con sus posibilidades, deberán asignar a
cada médico u otros prestadores de servicios el número adecuado de personas de
acuerdo con la complejidad de su atención de salud, considerando que la
sobrecarga de trabajo y la fatiga son poco propicias para otorgar servicios de alta
calidad.

10.- Con base en las políticas de la Institución y en casos urgentes, si el paciente


es incapaz de tomar una decisión para su diagnóstico y tratamiento y en ausencia
de su representante legal, el personal de salud podrá aplicar las medidas que
considere pertinentes y sean profesionalmente aceptadas.

11.- Es deber de los médicos y de las instituciones de salud realizar el seguimiento


de los pacientes durante una enfermedad crónica o aguda y no abandonarlos
mientras dure su enfermedad o se rehabilite.

12.- El prestador de servicios de salud tiene la responsabilidad de sus enfermos a


los que debe estar dispuesto a atender. Tratará de resolver cualquier diferencia o
falta de afinidad con algún paciente, reconociéndole su autonomía, y
presentándole alternativas en su tratamiento y, sólo cuando lo amerite por no
contar con los medios adecuados, lo derivará a otro colega o nivel para su
atención.

CAPITULO III.
EL ENFERMO COMO CENTRO DE INTERES DE LA BIOETICA

13.- Los enfermos son personas que padecen trastornos que alteran su estado
físico, emocional y social, lo que los hace particularmente vulnerables, por lo que
deben recibir un trato de consideración, amabilidad y respeto. Esto mismo es
aplicable a sus familiares, que comúnmente presentan angustias e inquietudes.
14.- El paciente, o su representante legal, debe ser informado por el médico
tratante, con sentido humano, sobre su enfermedad, las alternativas para su
tratamiento, las probables complicaciones y cómo evitarlas. Esto se expresará con
lenguaje claro y veraz, de forma que sea inteligible para el enfermo, lo que le
permitirá ser partícipe en el manejo de su propia enfermedad.

15.- La información que pudiera producir inquietud o daño psicológico al paciente


debe proporcionársele con la prudencia debida, en el momento oportuno, en la
extensión que el paciente determine y del modo que el equipo de salud considere
más adecuada a las circunstancias para el beneficio del enfermo.

16.- La información de la enfermedad de un paciente debe guardarse con


confidencialidad, salvo cuando la normatividad epidemiológica determine su
notificación o que sea requerida por orden judicial o instancias legales que
correspondan.

17.- La responsabilidad del manejo confidencial de los expedientes clínicos,


escritos o en registros electrónicos, recae en todas aquellas personas que tienen
acceso a esa información.

18.- Todo paciente tiene derecho a que se le respete su privacidad cuando


proporciona información al prestador de servicios, cuando se comunica con sus
familiares o cuando su pudor así lo exige. Las instituciones de salud deben contar
con los medios para que este precepto se cumpla y el personal cuidará que no se
quebrante.

19.- El paciente estará informado de los nombres y cargos del personal de salud
que lo trata, sobre la probabilidad de ser atendido por otras personas y dónde
acudir a presentar alguna queja.

20.- El enfermo, en cualquier momento de su vida, puede expresar por escrito su


voluntad anticipada para evitar que si sus condiciones no le permiten tomar
decisiones o expresarlas, se le apliquen medidas extraordinarias por su alta
complejidad o desproporcionadas en relación con los resultados esperados, con
las que se intente prolongarle la vida, si no existen probabilidades razonables de
regresar a una vida física, psicológica o socialmente aceptable.

CAPITULO IV.
POTESTADES BIOETICAS DEL PERSONAL DE SALUD

21.- El personal de salud debe realizar, en coordinación con las autoridades


competentes, las medidas preventivas pertinentes que sean estrictamente
necesarias para el bien de la población y adicionales a la normatividad
establecida, tales como saneamiento básico, agua potable, eliminación sanitaria
de excretas, control de fauna nociva, inocuidad de alimentos, vacunaciones,
aislamiento de pacientes infecto-contagiosos o agresivos y otras acciones que
considere convenientes en provecho colectivo.

22.- Las instituciones de salud, de acuerdo con su nivel de atención, deberán


proporcionar con oportunidad en calidad y cantidad suficientes, el equipo,
instrumental, materiales de consumo y medicamentos que requiere el personal
para proporcionar la adecuada atención.

23.- Los prestadores de servicios de salud, deben actualizar y certificar sus


conocimientos y destrezas para otorgar a sus pacientes la mejor atención posible.
Las instituciones oficiales o privadas donde laboran estarán comprometidas a
realizar actividades académicas y proporcionar los medios de aprendizaje como
libros, revistas, programas electrónicos y otros, de acuerdo con los servicios que
otorguen.

24.- Es responsabilidad de los directivos y docentes de las instituciones


académicas que preparan profesionales y técnicos en las ramas del cuidado de la
salud, que la capacitación sea del más alto nivel, con el apoyo de las instituciones
de salud.

25.- Los miembros del equipo de salud tienen derecho a percibir una
remuneración adecuada por su trabajo, en relación con su capacidad profesional y
el número de horas que laboran en la institución, o según el acuerdo previo que
hayan tenido con un paciente privado. Esta remuneración debe tener relación con
las costumbres y el nivel socioeconómico de la población, sin caer en abusos y
con un espíritu de condescendencia y compasión por los pacientes con escasos
recursos.

26.- El personal de salud puede expresar a las autoridades directivas y


administrativas de la institución con toda libertad y respeto las ideas que considere
pueden beneficiar a la institución y a los pacientes. Con este criterio, si un
miembro del equipo de salud considera que algún reglamento o alguna ley son
injustos, pondrá su empeño en que las instancias modifiquen esas disposiciones
por los canales debidos.

27.- El personal de salud deberá contar con las instalaciones, equipos,


instrumentos y materiales para el desempeño de sus actividades con las medidas
de higiene, protección y seguridad. De no contar con ellos, podrá rehusarse a
aplicar los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, sin contravenir los
principios bioéticos, manifestándolo por escrito y procurando que el paciente sea
referido a otra unidad médica.

28.- El personal de salud podrá rehusarse a aplicar medidas diagnósticas y


terapéuticas que a su juicio pongan en riesgo la vida, la función de los pacientes o
su descendencia, bien sea a petición de los propios pacientes, de sus superiores
jerárquicos o autoridades institucionales, cuando se oponga a la práctica médica
comúnmente aceptada, a los principios bioéticos, a sus capacidades profesionales
o a razones de objeción de conciencia.

CAPITULO V.
RESPONSABILIDADES DE LOS INDIVIDUOS SANOS Y DE LOS PACIENTES

29.- La población debe informarse del cuidado de la salud y procurar desarrollar


actitudes y conductas sin riesgo para su salud y la de la comunidad.

30.- Los pacientes o representantes legales tienen la responsabilidad de informar


con veracidad al personal de salud, así como de manifestar las dudas y
preocupaciones relacionadas con su enfermedad.
31.- El consentimiento válidamente informado del paciente es la más sólida
expresión de su autonomía, por lo que deben plantearse las alternativas de
atención para la toma de sus decisiones. El consentimiento informado establece
su autodeterminación para aceptar o rechazar métodos de diagnóstico,
tratamiento y cuidados generales, excepto cuando de existir rechazo suponga
riesgos de salud pública.

32.- El paciente tiene derecho a que se respete su decisión de aceptar o no


cualquier procedimiento de diagnóstico o tratamiento. Este precepto debe
aplicarse a los niños, ancianos, o pacientes con trastornos mentales leves, si su
estado de madurez y lucidez es apropiado para tomar la decisión correspondiente.
Su aceptación en estos casos debe ser ratificada por los padres, tutores o
responsables.

33.- El paciente, después de haber recibido la información detallada y aceptar las


prescripciones médicas, está comprometido a cumplirlas con precisión. Tiene el
deber de informar al personal que lo atiende cuando por cualquier motivo ha
dejado de cumplir las indicaciones.

34.- El enfermo que sabe que tiene una enfermedad contagiosa adquiere, al
saberlo, la obligación de evitar por todos los medios que otras personas enfermen
por su contacto con él.

35.- La persona que se sabe portadora de información genética adversa


susceptible de transmitirse a su descendencia adquiere el compromiso de seguir
el consejo genético que se le proporcione, según el caso y asume completamente
la responsabilidad de sus actos.

CAPITULO VI.
RELACIONES INTERPERSONALES DEL EQUIPO DE SALUD

36.- La capacidad de los miembros del equipo de salud, su colaboración, armonía


y disposición de cooperar con los demás en beneficio de los pacientes y de la
comunidad, constituyen las bases de la conducta bioética y el sustento de la
calidad de los servicios de salud.
37.- Es deber del equipo de salud transmitir sus conocimientos a sus colegas,
alumnos, pacientes y a la sociedad en general. La enseñanza y la información
sobre los medios para proteger la salud han de ser consideradas como unas de
las obligaciones más relevantes de los prestadores de salud.

38.- Las dicotomías o dividendos económicos entre el personal de salud por la


derivación de pacientes a otros médicos, laboratorios y gabinetes, o por la
prescripción de tratamientos son actos inaceptables, contrarios a la dignidad y a la
ética de los profesionales y técnicos de la salud y al bienestar del paciente.

39.- El personal de salud puede señalar las fallas o desacuerdos que a su juicio se
presenten con otros profesionales y técnicos, siempre con respeto, procurando no
dañar el prestigio de algún colega o colaborador al hacerlo.

CAPITULO VII.
BIOETICA EN LA INVESTIGACION EN SALUD

40.- El beneficio que los pacientes y la comunidad obtienen de las actividades


médicas se basa en el progreso de las ciencias de la salud que se fundamenta en
la investigación. Participar en las investigaciones es una obligación moral del
personal, fuente de su propio desarrollo.

41.- Las investigaciones básicas, clínicas u operacionales en las que interviene el


equipo de salud deben apegarse a la legislación sanitaria y ser aprobadas por los
Comités creados ex-profeso en las instituciones donde laboran, previo análisis de
los protocolos diseñados por los participantes en el estudio.

42.- Los investigadores recabarán el consentimiento informado por escrito de las


personas sujetas a investigación o en su caso, de sus apoderados o tutores. El
consentimiento se obtendrá con la clara descripción del estudio, de sus riesgos,
beneficios y el planteamiento del derecho del paciente a retirarse de la
investigación cuando así lo desee, sin que ello afecte en modo alguno su ulterior
atención médica.

43.- Las investigaciones promovidas por la industria farmacéutica u otros


productores de insumos para la salud deben sujetarse estrictamente a las normas
de cualquier investigación en humanos y asegurar a las personas involucradas el
máximo beneficio durante la investigación, cumpliendo además con la
normatividad y justificando su realización.

44.- Particular cuidado se tendrá en no emplear en una investigación como grupo


de estudio o grupo testigo a personas que estén dispuestas a aceptar su
colaboración sólo por su condición de subordinados o cautivos, o por el
ofrecimiento de incentivos económicos.

45.- Los animales de experimentación se emplearán sólo cuando resulten


indispensables y no haya pruebas alternativas confiables. En todo caso, se
cumplirán las normas de protección y respeto para evitar sufrimiento innecesario.

CAPITULO VIII.
TEMAS BIOETICOS ESPECIFICOS

46.- La donación de órganos y tejidos para trasplantes debe ser promovida por el
personal de salud y por la población en general.

47.- La interrupción de un embarazo no es jamás un acto deseable. La ley ha


establecido cuáles pueden ser los casos en que no está penalizado, entre los que
se encuentran los que ponen en riesgo la vida o la salud de la mujer gestante, que
justificarían esta intervención, sin que se pueda obligar a participar al personal que
manifieste cualquier objeción.

48.- Es éticamente adecuado utilizar los avances de la ciencia para ayudar a las
parejas infértiles a tener hijos mediante procedimientos de reproducción asistida
que tengan alto grado de seguridad para la salud de la madre y practicados por
personas expertas en instalaciones que cuenten con los equipos y demás medios
necesarios.

49.- La investigación genética para conocer los fenómenos biológicos de la


herencia y que pueden favorecer la reproducción humana para la aplicación con
fines terapéuticos debe preservar en sus métodos la dignidad y los derechos
humanos.
50.- Al paciente terminal se le aplicarán los procedimientos más actuales de la
medicina paliativa para aliviar en lo posible sus sufrimientos físicos y psicológicos,
aunque esto pudiera acortar su vida sin que ello implique provocar su muerte.

51.- El personal de salud ejercerá la influencia moral que tiene ante la sociedad y
ante las autoridades para promover las medidas de preservación de los sistemas
ecológicos, la limpieza del agua, de los alimentos y de los factores que protejan la
salud humana y la biodiversidad.

Ética y secreto profesional


El secreto profesional es la obligación legal que tienen ciertas profesiones de
mantener en secreto la información que han recibido de sus clientes. Al contrario
de lo que ocurre con tipos de deberes de confidencialidad, el secreto profesional
se mantiene incluso en un juicio.

Entre estos profesionales, cabe citar como casos más típicos el abogado,
el médico, el enfermero, el psicólogo, el periodista o el trabajador social. Sin
embargo, también puede haber otros casos de asesores o servicios que tengan
ese tipo de obligación, por ejemplo, los asesores fiscales (a veces incluidos dentro
de los abogados) o las compañías de seguros. Cabe destacar que ante un
procedimiento judicial y bajo las garantías legales establecidas, el juez puede
establecer el levantamiento del mismo a cualquiera de los anteriormente citados a
excepción de los abogados que estén actuando en el mismo.

Dilemas bioéticos

Un dilema ético es una situación en la que se hace presente un aparente conflicto


operativo entre dos imperativos éticos en forma tal que la obediencia a uno de
ellos implica la transgresión del otro. En general, se denomina dilema ético cuando
un agente (el profesional, en este caso) tiene razones para llevar a cabo dos
acciones (o más), cada una de las cuales favorece un principio diferente, y no es
posible cumplirlas sin violentar alguno de ellos. De esta forma, el agente está en
una situación en la que está condenado a cometer una falta: sin importar lo que
haga, hará algo “equivocado” o faltará a una obligación

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