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Corbyn puede sonar muy encantador, pero no deja de repetir soluciones que se han demostrado

(académica y empíricamente) incorrectas. El socialismo que pregonan tanto Jeremy Corbyn


como Pablo Iglesias únicamente cala hondo en épocas postcrisis, donde mostrarse como el anti-
establishment genera adhesiones en varios espectros electorales. (Por ejemplo, hay una relación
directa entre la popularidad de Podemos y la situación económica de España.)

Los políticos que sugieren gastar y gastar para generar, ¿harán eso justamente en sus vidas
privadas? Una familia que gasta más de lo que genera está, lamentablemente, condenada al
fracaso.

Se ataca la austeridad y se propone al gasto como motor válido de la economía, teoría


abandonada y superada hace décadas. Se proponen soluciones que ofrecen un corto plazo muy
beneficioso, pero generan problemas aún peores en el largo plazo. Mucho se habla y se idealiza
sobre las “socialdemocracias” nórdicas, cuando en realidad son estados de bienestar, liberales
en lo económico. De socialistas, poco tienen. Pero eso no se dice, se vende el costado que
conviene.

No hay estado socialista exitoso, ni lo habrá. Los políticos de izquierda deberían haber aprendido
a esta altura de la historia que la riqueza no se distribuye (divide), sino que se genera (multiplica).
Los salarios mínimos fijados por ley siempre terminan perjudicando a los trabajadores menos
capacitados, porque directamente quedan fuera del mercado laboral. Las sobrerregulaciones
laborales generan lo opuesto a incentivos para contratar, generando desempleo e informalidad
laboral. Los impuestos excesivos generan la huida de los agentes productivos y el florecimiento
de las maniobras de elusión fiscal.

Los políticos populistas de oposición, por lo general, son muy buenos para prometer y planificar
con dinero ajeno. Sacan de acá, ponen allá y todo funciona. Venden soluciones mágicas y ganan
elecciones. Cuando se les acaba el dinero y ya no funciona, la culpa es de afuera, el imperio, y/o
de adentro, la oligarquía anti pueblo. Suena familiar, ¿no?

Adjetivar al gobierno argentino actual de “neoliberal” no tiene sentido en lo más mínimo. ¿Qué
medida liberal ha tomado? Podrá ser de derecha, conservador, etc. pero ¿liberal? Ya que suena
a chicana, no se olviden que el laboralista Corbyn le agradeció a Chávez por mostrar que los
pobres importan y la riqueza puede ser distribuida. De hecho, los pobres importan tanto que
Venezuela ya tiene el 80% de su población en la pobreza y la riqueza fue distribuida tan
exitosamente que ahora la mayoría tiene lo mismo, poco y nada. Pasó de ser el país más rico de
Latinoamérica a tener indicadores económicos de país en guerra, con crisis humanitaria incluida.

Corbyn no deja de ser un populista que digita el teclado de las identidades colectivas al máximo,
según la nota que más le convenga. En Alemania e Italia, entre otros, suena la melodía xenófoba,
en España y el Reino Unido, la de los indignados. Ningún lugar es una panacea absoluta y, sin
lugar a dudas, UK tiene sus problemas: escasez de vivienda, falta de presupuesto en el NHS y
educación universitaria envuelta en un círculo vicioso elitista. Pero pensar que acá va a funcionar
lo que en todos lados se comprobó fallido, es ilógico.

Con el Brexit por delante, si encima sumamos las ideas de Corbyn, el futuro de la “gran isla”
parece poco promisorio.
“La gran diferencia ahora es que estos planes se dan en un contexto de ajuste, austeridad y
agudos recortes al gasto público. Por eso en realidad no se diferencian de las políticas
neoliberales tradicionales que siempre focalizan las transferencias a los sectores con menos
ingresos como método eficaz de contención social, mientras, al mismo tiempo, aplastan a esos
mismos sectores con el achicamiento del Estado. En este sentido estamos viendo una vuelta a
los años 90.”

“el mismo modelo económico de ajuste”

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