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a Ley de Dios es la Fuente Absoluta de la Verdadera

Unidad
A. Jesús ilustró esto al preguntarle un intérprete o doctor de la
ley cuál es el primer mandamiento, o el más grande. Jesucristo
abordó el tema de la unidad primeramente, la unidad en Dios (Mr.
12:29,30).

1. Hay sólo un Dios verdadero, ningún hombre debería


dividir su corazón, su alma, su mente y fuerzas en servir a
otros dioses. La unidad en Dios demanda una unidad en el
interior del hombre mostrándose en una entrega total a Él.
Ningún hombre puede servir a dos señores. Servir
significa amar (Mat. 6:22). Intentar hacerlo es dividir el
corazón y todo corazón dividido no pertenece a Dios.

2. Dios es uno y todopoderoso. Su pueblo debe ser uno


también y servirle con un corazón y con todas las fuerzas.
Note que en la unidad está intrínseca la entrega piadosa y
el trabajo responsable.

3. Dios es uno y Sus mandamientos son uno: EL AMOR.


Dentro de este amor en el cual se resumen sus
mandamientos, no hay ninguna contradicción en ellos. Los
mandamientos de Dios están armoniosamente hechos de
tal manera que el cumplimiento de ellos no contraviene a
ninguno de ellos.

4. El segundo mandamiento es como el primero, "amar a


tu prójimo como a ti mismo". Jesús indica que estos dos
mandamientos (en uno) apuntan a la unidad. Pues es un
mandamiento en dos (Mr. 12:31). Este amor a Dios y al
prójimo producirá la verdadera unidad. Esta es la fórmula
infalible

B. Debemos amar a Dios lo suficiente para hacer todos sus


mandamientos (Jn. 14:15).

1. Debemos amar a nuestro prójimo (hermanos) lo


suficiente para ayudarle a hacer esos mandamientos que
Dios ha mandado.

2. El amor que no conduce al uno y al otro a la obediencia


a Dios no es amor a Dios.

3. Fallar en esto es sumamente perjudicial para la iglesia,


pues en vez de evitar divisiones, éstas se arraigan más y
más y habrá más daño que bien entre los creyentes.

C. Toda idolatría es causa de división.


1. Cuando Pablo estuvo en Atenas había una inscripción
que decía "Al Dios no conocido" que provocó a Pablo
afirmar que de un único Dios y de Su Hijo Jesucristo se
creó al hombre. Que de una sangre ha hecho todos los
linajes de la tierra y que el juicio vendrá sobre toda gente
por una sola ley (Hech. 17:21-31).

2. Pablo vigorosamente afirma que la unidad de Dios y


Cristo son necesarias para refutar la falsa idea de que
cada persona tiene derecho a su propio dios y a su propia
religión. Estos dos temas son predominantes en las dos
epístolas de Pablo a los corintios:

a. La absoluta supremacía y suficiencia de


un solo Señor Jesucristo.

b. La obediente unidad de los verdaderos


creyentes en el cuerpo (iglesia) del Señor
Jesucristo.

c. Estos fueron los fundamentos en su


argumentación para disciplinar a la iglesia
en Corinto. Pablo sabía que para la
disciplina efectiva, una iglesia debe amar a
Cristo, respetar Su autoridad y estar en
unidad como hijos maduros de Dios.

d. De manera muy recurrente, al menos 38


veces, en las dos epístolas se aborda
directamente el tema. Por ejemplo: 1
Corintios 1:10; 2 Corintios 13:11-14. En
estas ideas y sus similares hay una afinidad
entre el concepto del señorío de Cristo y la
unidad de los creyentes a través de la
obediencia a Cristo. No había otros
principios envolventes más importantes.

3. Este es el concepto de la unidad que las iglesias


necesitan en el presente.

a. Las iglesias modernas se engañan ellas


mismas con los conceptos de pseudo-unidad
promocionada por líderes de iglesias, los
cuales han olvidado que Jesucristo es su
Señor y que los juzgará de acuerdo a Su ley
que es ley disciplinaria.

b. Ellos conocen lo que se dice en los


capítulos 5 y 6 de 1 Corintios y en Mateo
18. Pero no piensan que realmente sea un
mandamiento válido como su propio juicio.
Por ignorar los mandamientos disciplinarios
de Dios prueban que ellos no creen
realmente que Cristo es el Señor. Se cree
que dicho proceder puede "dañar la iglesia".
De esta manera se piensa que la pseudo-
unidad con hermanos pecaminosos es más
importante que la unidad espiritual con
Cristo como Señor. El peligro es tan grande
que esta pseudo-unidad puede estar
aparentemente fundada en una "disciplina
correctiva", tratando de corregir a aquellos
que abogan por una disciplina fundada en
principios bíblicos en vez de las reglas
humanas. Lo paradójico del asunto es, que
se ha llegado al extremo de señalar como
indisciplina a la verdadera disciplina del
Señor. En nombre de la disciplina se
disciplina la disciplina del Señor. Se llama
inmadurez, fanatismo y extremismo a la
practica misma del amor en la obediencia a
los mandamientos de Cristo.

4. Muchas iglesias de nuestro tiempo están sumergidas en


"la unidad de los laodicenses". De las siete iglesias de
Asia, los hermanos de Laodicea eran los más unidos. Cinco
de ellas estaban divididas por varias clases de problemas.
Pero los laodicenses descansaban en lo mullido de su
unidad diciendo "no tenemos necesidad de nada" (Apoc.
3:17). Sin embargo, el Señor los reprendió muy
duramente con más severidad que las otras iglesias
porque su pseudo-unidad se basaba en el materialismo y
la indisciplina. En vez de guardar "la unidad del Espíritu"
ellos estuvieron dormidos en una pecaminosa unidad sin el
Espíritu. El Señor había alabado a otras iglesias aun con
sus imperfecciones, pero ésta, por haber rechazado la
disciplina correctiva se había desunido de Cristo mismo, y
en esto, Él no los alaba, en nada.

a. Él alabó a los efesios por resistir


disciplinariamente a los falsos apóstoles
(Apoc. 2.2).

b. Él alabó a los de Esmirna por su


disposición a sufrir antes que negar la fe..
(Apoc. 2:9)

c. Él alabó a los de Pérgamo por su fidelidad


en contraste con los profetas de Balaam
(Apoc. 2:13,14).

d. Él alabó a los de Tiatira por su


crecimiento en contraste con las
fornicaciones de Jezabel (Apoc. 2:24).
e. Él alabó a "los pocos" en Sardis los cuales
no se murieron como los demás que
vinieron a tener sólo el nombre de que
estaban vivos (Apoc. 3:1.4).

f. Él alabó a los de Filadelfia por resistir a


los mentirosos que proclamaron ser judíos
pero no lo eran (Apoc. 3:7-9). El Señor
alabó a todos los que se atrevieron a
disciplinar. Él alabó a todos los que tuvieron
fe para establecer la desunión con el
pecado, aunque les faltaba tomar una
posición más definida y correctiva, la cual es
esencial para la verdadera unidad con
Cristo.

g. El Señor no alabó a los laodicenses


porque habían dicho, "no tenemos
necesidad de nada".

5. Bajo esta pseudo-unidad como los laodicenses, las


iglesias modernas miden la unidad como "el sentirse bien",
"sin problemas", "tranquilos". Satisfechos con las
estadísticas de las reuniones, conformándose con números
y no en la cualidad espiritual de los asistentes. Midiendo la
contribución económica pero no la generosidad.
Satisfaciéndose ellos mismos por los pequeños (se pueden
pensar hasta seguros ???) logros alcanzados,
comparándose con ellos mismos (2 Cor. 10:12.). Llenando
su propia medida y olvidándose de la medida del Señor.
Por ejemplo:

a. Si el número de asistencia se compara


favorablemente con los datos de asistencia
pasados, se tiende a pensar que hay
crecimiento cuando realmente no tienen
preocupación de las almas que no están
asistiendo. Después de todo, si el número
de asistencia es bueno para qué
preocuparse de las almas perdidas de los
hermanos ausentes y desatendidos.

b. De esta manera, se tiene un sistema de


membresía rotativo, en que el interés es
mantener un número de asistencia de
personas en el edificio dentro de lo
"normal".

c. Advertir de las falsas doctrinas. Condenar


el pecado. Pueden ser enseñanzas
censuradas en las iglesias que quieren una
unidad de pura camaradería o relación
amistosa. La realidad es que la cualidad
espiritual de los que asisten no se afectará
cuando se condene lo que Dios condena. No
se debe pensar que una iglesia fiel se
desanimará porque sus dirigentes
mantengan una lucha frontal contra el
pecado.

d. Es muy peligroso cuando el predicador no


se atreve a ofender el creciente número de
fornicarios, adúlteros (los cuales encuentran
refugio muy cómodamente en doctrinas
erróneas del matrimonio-divorcio y nuevas
nupcias), mentirosos, codiciosos, avaros,
borrachos, blasfemos, etc. Esta tolerancia,
en nombre de la unidad, está erosionando la
línea de diferencia entre el mundo y la
iglesia. A los inconversos les resultara muy
duro distinguir entre "santos y pecadores".
El poder persuasivo de los creyentes para
convencer a los inconversos a una vida en
santidad, separada del pecado, será
infructuoso.

e. La iglesia en Laodicea, no sólo ha


practicado la unidad entre ellos sino
también han practicado la unidad con el
mundo. Cristo tiene su juicio sobre ella y le
dirá lo que realmente es: "desventurado,
miserable, pobre, ciego, desnudo,,, (Apoc.
3:17).

f. ESTA ES LA REALIDAD QUE NO SE


QUIERE VER. Y SI ACASO SE VE, ES
DISIMULADAMENTE, Y NO SE ACEPTA CON
LA SERIEDAD QUE ELLA REPRESENTA.

II. Condescendencia Para la Unidad

A. Un ejemplo de cuán pacientes deberían de ser los creyentes para


lograr la unidad es visto en la actitud (no egoísta ) de Pablo hacia los
hermanos romanos y también hacia los hermanos corintios los cuales
estuvieron similarmente divididos por las opiniones acerca de comer
carne.

1. Hay que tomar en cuenta que algunos corintios se


asociaron, comiendo ciertas carnes, con la idolatría porque
los animales habían sido ritualísticamente dedicados a los
ídolos antes de ser vendidos al público.

2. Pablo no busca resolver el problema, prohibiendo a los


cristianos, incondicionalmente, el comer dicha carne. Él les
enseña que el proceso idolátrico, al cual fue sometida la
carne, no la contamina. La carne sigue inalterable, siendo
carne.

3. El problema es resuelto de una mejor manera a través


de la paciencia de los hermanos fuertes asumiendo la
responsabilidad de enseñar a los hermanos débiles e
ignorantes.

4. Por palabra y por hecho, Pablo les enseñó que podían


comer dicha carne, pero al hacerlo, ellos tenían la
responsabilidad de considerar la conciencia de los
hermanos débiles. Comprender esta enseñanza de Pablo,
podría ser un tanto difícil para los débiles de conciencia. Es
indispensable mucha paciencia en los hermanos fuertes
para comprender a los hermanos débiles. Pablo lo dijo en
1 Corintios 8:9-13.

5. A simple vista es evidente la paciencia y la gentileza


disciplinaria de Pablo para llevar a cabo la enseñanza. Sin
embargo, siempre se pueden levantar muchos
cuestionamientos espinosos en la manera de aplicar estos
principios en otras situaciones.

B. Pablo dijo que, "los fuertes debemos soportar las flaquezas de los
débiles" (Rom. 15:1).

1. ¿Significa esto que hay que someterse a las opiniones


excéntricas de unos pocos?

¿Contribuir a la edificación y a la unidad significa ceder a


toda exigencia?

2. Por ejemplo: unos pocos han insistido que una iglesia


debería usar una copa en el servicio de la cena del Señor.
Esta proposición podría ser divisiva. Para cultivar la
condescendencia para la unidad no debe pensarse que se
logrará cediendo terreno a todas las exigencias. Muchas
de las exigencias se fundamentan en criterios humanos
elevados con carácter de mandamiento de Dios. Cuando la
obediencia a tales criterios, son exigidos e impuestos, de
manera incuestionable y condicionante como un asunto de
fe, no es obligación ceder para mantener la unidad.

3. Y así es, cuando la iglesia asume una pseudo-


condescendencia y se somete a las opiniones de los
débiles, que en muchos de los casos son básicamente
carnales, para evitar las divisiones, esto está demostrando
la ignorancia sobre esta materia.

4. ¡Cuán frágil es la unidad y la comunión fundada en la


práctica de las opiniones de los débiles! Muy fácilmente se
quebrantan los vínculos de la comunión si no se practica
algún criterio impuesto por un carnal-débil. Siempre existe
el peligro inminente de la división a causa de los carnales-
débiles.

C. Es muy razonable pensar que la unidad se fundamenta en los


principios inalienables de la doctrina de Cristo, los cuales no pueden,
fácilmente, echarse por la borda, solamente por no cumplir las
exigencias... [Un ejemplo de este principio se ve en el pequeño
desacuerdo que existía en la iglesia de Filipos (Filipenses 4:2) -JTF.]
Seguramente, esta pequeña desunión podía pasar desapercibida por
algún predicador, como nosotros, pero Pablo, no lo ignoró. Veamos...

1. Primeramente, él los alabó por la armonía, amor y


unidad que ya tenían.

2. Él oró para que "su amor abundará más y más en


conocimiento y en todo juicio (1:3-9).

3. Él los amonestó a "sentir lo mismo, teniendo el mismo


amor, unánimes, sintiendo una misma cosa" (2:2).

4. Note que Pablo juntó la unidad de la mente y la unidad


de juicio para la iglesia entera. Esto indica que ellos
podrían disciplinarse ellos mismos al "pensar de la misma
manera" como un resultado de abundar "más y más en el
conocimiento". Por esto se infiere que cuanto más
conozcamos acerca de Cristo más contributivos seremos a
la unidad.

5. Pero, el planteamiento general para la unidad no fue


suficiente. Pablo hizo un específico y personal
planteamiento, "Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de
un mismo sentir en el Señor" (4:2).

6. Reiterando, la llave para la unidad está en tener una


misma mente juntamente con otra persona clave, esta
persona es el SEÑOR JESÚS. La exhortación es , "sean de
una misma mente en el Señor", esto significa que, sean
unidos estando unidos al Señor.

7. La verdadera sumisión al planteamiento bíblico puede


ser contrariado por las fórmulas humanas de "no ver el
mal", ser tolerantes y comprometerse con el modernismo
de "estar de acuerdo en el desacuerdo". Algunos asumen
que la unidad debe conservarse, a pesar de los
desacuerdos doctrinales y pecados que hayan, no hay que
romper la unidad. Esto suena como que la unidad del
Espíritu no es alterada por el pecado y descansa sólo en
acuerdos humanos.
8. Note que la fórmula de unidad de Pablo no demandó
una especial táctica para no dañar los sentimientos de las
hermanas contendientes. Él las identificó por nombre. Esto
indica que puede ser sabio, algunas veces, el ser personal,
directo y en público para la disciplina (no hay duda que
puede haber excepción a la regla general del tratamiento
privado). Seguramente, el desacuerdo entre Evodia y
Síntique ya era conocido por la iglesia.

9. Dejando los detalles y sacando lección para nosotros,


no deberíamos ser supersensibles cuando alguien,
sencillamente, nos encauce hacia la corrección.
Deberíamos de ser agradecidos, amables, corteses y
mansos.

La iglesia en Corinto fue fundada por Pablo en su segundo viaje misionero (Hch
18:1). Como siempre, su ministerio comenzó en la sinagoga, en donde era asistido
por dos creyentes judíos, Priscila y Aquila, con quien vivió durante un tiempo y
quienes eran compañeros de oficio. poco después, Silas y Timoteo se unieron a
ellos y Pablo comenzó a predicar aún más intensamente en la sinagoga. Cuando
la mayoría de los judíos resistieron el evangelio, él dejó la sinagoga, pero no antes
de que Crispo, el líder de la sinagoga, su familia, y muchos otros corintios se
convirtieran (Hch 18:5-8).

Después de ministrar en Corinto por más de un años y medio (Hch 18:11),


Pablo fue traído ante un tribunal romano por algunos de los líderes judíos. Debido
a que los cargos fueron estrictamente religiosos y no civiles, el procónsul, Galión,
cerró el caso. Poco después, Pablo se llevó a Priscila y Aquila con él a Éfeso. De
ahí él regresó a Israel (18:18-22).

Incapaz de romper totalmente con la cultura de la cual venía, la iglesia en


Corintio era excepcionalmente divisiva, mostrando su carnalidad e inmadurez.
Después de que el dotado Apolos había ministrado en la iglesia por algún tiempo,
un grupo de sus administradores establecieron un grupo y tenía que ver poco con
el resto de la iglesia. Otro grupo que se había desarrollado era leal a Pablo, otro
decía ser especialmente leal a Pedro (Cefas), y aún otro a Cristo únicamente
(1:10-13: 3:1-9).

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