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CINEOC
. Así como la palabra francesa "esprit" no significa lo mismo
que la palabra "Grist", el vocablo francés "espace" no significa
tampoco lo mismo que la palabra alemana "Raum", L'espace
privé suena completamente descomplicado, pero tal vez un po­
quito metafisico y seguramente filos6fico. Se piensa en la in­
mensidad del cosmos de donde, en cierta medida cada hombre
se saca su pedazo; se piensa en algo aparentemente invisible
acerca de lo cual se puede especular como a uno le venga en
gana. Pero si se traduce la e~presi6n francesa al alemán, ella ad­
quiere un tono distinto. La expresi6n "Privatraum" o también
"der jwivate Ra1l1n" -en la lengua alemana curiosamente se
CINEOC acompaña de un sabor no tan inocente y mucho menos metafísi.
co que su opuesto francés. Suscita -por decirlo en términos sen­
cillos- el recuerdo de aquel lugar al cual, como suele decirse,
incluso un emperador tiene que ir a solas. Que esto no siempre
haya sido el caso, el que Luis XIV por ejemplo, sentado en el ino­
doro podía recibir a ministros, seguramente forma parte del
tema del cual aquí se trata. También las cartas de su cuñada,
* Tomado de " 'L'espace privé' - 'PrivatraullI' oder 'priva ter Raum'?" Liselotte del Palatinado y las cartas de Mozart del siglo XVIII en
en: Séminaire 'A propos de J'histoÍre de l'espace privé', Berlíll,
las que en ocasiones relata que fue al "Hiiusle" (casita) que en
Wissenschaltskolleg, 198:" págs. 31-44.
Traducción al castellano de Vera Weilel', fJrofesora de la Universidad aquel tiempo todavía estaba ubicado fuera de la casa de vivien­
Nacional de Colombia. da, indican que el espacio privado no es algo inmutable sino el
'352' '353'

NORBERT ELlAS ¿ "L'EstJace ptivé", "Privatm1l1n" o "espacio privado"?

resultado de una privatización, en realidad de un proceso de trasera que da hacia el bosque y así prácticamente hada el ámbi­
civilización. to público. Pero esto no ocurre o sólo muy raras veces. Personas
Antes de continuar quisiera decir una palabra para la defi­ conocidas y desconocidas no me visitan sin llamamle y acordar
nición más precisa de los diversos ámhitos de asociación una cita previamente. Respetan -podría decirse- mi espacio pri­
"espace" y "Raum". El concepto alemán "Raum" en realidad no vado. Pero de hecho este espacio se vuelve privado sólo porque
carece de la universalidad que permite hablar del "Weliraum" otras personas, entre ellas ante todo mis vecinos, lo consideran
(espacio mundial = cosmos) y seguramente tampoco de la gene­ un esp,tcÍo privado, y lo respetan como tal. En otras palabras, se
ralidad que permite hablar de espacio y tiempo en general. Pero vuelve realmente privado en relación con el desarrollo de un ca­
con tales significados relaciona contenidos comparativamente non social específico del comportamiento y sentir. A través de
más palpables de los cuales carece el concepto francés. El concep­ este concepto ya estoy señalando la tesis principal de mi contri­
to alemán de Raum puede referirse a los cuartos de un aparta­ bución al problema de lo que Philippe Aries aquí ha puesto en
mento: "Nuestro apartamento tiene seis Raume", "aquí todavía discusión. El terna central de discusión, que se enfoca bajo el
hay un Raum más pequeño para guardar cosas" -podría decirse nombre de "L'eSf}(lCe privé", no es un lugar, un sitio, una loca­
"une petite chambre"; "un petit espace" estaría un tanto fuera lidad, en fin no es un "espace privé" como taL Son los hombres
de lugar. Bien, ésta es una de las diferencias. Debería tenerse cuyo estándar de comportamiento y sentir tal vez haya experi­
conciencia de ella. El concepto francés en este caso seduce más mentado en la época contemporánea una privatización de deter­
fácilmente a especular que el alemán por la equiparación de es­ minadas actividades y esferas de la vida mayor que nunca antes,
pacio con cuarto o casa y el ámbito espacial puede ser bajado es decir, un aislamiento gTadual y socialmente codificado con
del cielo a la tierra en mayor medida que para el caso del con­ bastante precisión de las actividades y del sentir de cada hombre

CINEOC
cepto francés, y puede ser referido a las cuatro paredes de un con respecto a muchos, a veces incluso a todos los demás hom­
cuarto. bres. Mientras no se haya efectuado la reformulación del pro­
Es posible que para personas de lengua alemana incluso por blema de estudio de 1m supuesto espacio para referirlo a la
esta razón el problema del espacio privado se les presente en investigación del cambiante canon social del comportamiento y
otros términos que a las de lengua francesa. Permítanme presen­ del sentir, el tema central de nuestra discusión que aquí se
tar unos ejemplos. Yo vivo en Alemania en un instituto, Mi pe­ planteado permanece un tanto misterioso -se sustrae al acceso
queño apartamento tiene su propia entrada, su propio número y del investigador. Si se 10g,Ta dicha reorientación, se reconoce
su propio timbre. Cualquier estudiante, cualquier conocido o fácilmente que los hechos a los cuales se refiere el concepto de
amigo que desea hablar conmigo podría buscarme cuando lo "L'espace fn'ivr se pueden aprehender y entender mejor si a
quisiera. Solamente tendría que tocar el timbre o golpear la este "espacio", tal como hoy se le puede observar, se le entiende
puerta, podrían hacerlo en la puerta delantera o también en la como un nivel de un largo proceso diacrónico o -si prefieren­
'354' '355'
NORBERT ELlAS ¿ "L'Espace privé'~ "Privatraum" o "espacio privado"?

histórico, que yo mismo he estudiado más detenidamente. La a la puerta. Era, como luego supe, un estudiante español que no
creciente privatización de muchas actividades humanas es uno conocía y quería que le dirigiera su tesis doctoral. Indagué
de sus aspectos; éstas resultan, como he mostrado, trasladadas cuidadosamente, y se reveló que a este respecto él estaba acos­
en creciente medida tras bambalinas de aquella esfera de la vida tumbrado a otro canon de comportamiento, a otro canon de pri­
que únicamente ahora y de hecho sólo en relación con esta dife­ vatización.
renciación, se separa como esfera pública de la privada. En otras La diferencia me hizo caer en cuenta en qué alta medida está
palabras, la dicotomía de la convivencia, a la cual uno se refiere relacionado lo que conceptualmente aprehendemos como "es­
cuando opone el "lugar privado" y seguidamente la vida privada pacio privado" con el fluido canon del comportamiento social.
a otra cosa que probablemente se llamaría "L'espace pubUc" o Haya este respecto diferencias nacionales específicas que se 10­
"La vie publique", no se entiende mientras no se la considera gTan aprehender solamente si se las entiende como diferencias
como algo que se ha venido formando y que continúa en gesta­ nacionales del canon social del comportamiento. Los estándares
ción, es decir, como un aspecto de un proceso de civilización de privatización naturalmente varían entre las capas sociales de
más amplio. Si esto ocurre, entonces el cambio del compor­ una misma nación. El grado de las diferencias, por su parte, está
tamiento y de la sensibilidad humanos con su respectiva modi­ muy relacionado con el curso del desarrollo de las diversas na­
ficación de las instituciones humanas, en particular de la ciones. Pero quiero limitarme aquí a unos pocos aspectos del
vivienda, se abre más a la explicación. problema ampliamente ramificado. Mi permanencia en París y
Quizá, unos ~jemplos pueden ilustrar el hecho de que nues­ Londres me ha dejado vívidos recuerdos de que el canon de las
tro tema no es un espacio cualquiera como tal, sino que es un visitas de las familias burguesas pudientes varía mucho entre las

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aspecto específico de la convivencia de los hombres, especial­ capitales de Francia e Inglaterra, y al parecer incluso en pro­
mente también las reglas de la convivencia y su "internalización" vincia. Quizá podríamos enfrentar el problema mejor si nos re­
-como a veces se le llama de modo no del todo suficiente- en presentáramos los distintos grados de privatización de una
forma de la conciencia, de la sensibilidad o también del sentido vivienda burguesa a través de una serie de círculos concéntricos.
del tacto y de pudor. Mis propia~ experiencias seguramente son limitadas. Las men­
En los edificios del Instituto donde estoy residiendo, a veces ciono aquí sólo para demostrar con su ayuda qué clase de
viven juntas de 20 a 30 familias en un espacio relativamente re­ reorientación es necesaria y posible para complementar el con­
ducido. En muchos casos, los contactos entre ellas son míni­ cepto algo estático del "espace pn:vé" con el de la privatización.
mos. Forma parte de las reglas no explícitas que uno moleste al Recuerdo que en el tiempo que viví en París la privatización de
otro lo menos posible. Por supuesto que hay excepciones. Hace los apartamentos burgueses llegaba mucho más lejos que la de
poco oí, a una hora en que normalmente no suelo esperar visi­ capas comparables en Inglaterra. Por supuesto que en ambos
tas, a alguien timbrar y como no respondí golpeó bastante fuerte casos había variaciones individuales. Pero por encima de todas
)

'35 6 ' '357'

NORBERT ELlAS ¿ "L'Esf)flce lJrivé", "Privatra1l1n" o "espacio privado"?

estas variaciones había diferencias nacionales muy evidentes en cir, su impermeabilidad para extraños, era en las casas de capa
el canon de visitas, que sin duda está muy relacionado con el media inglesas comparativamente inferior a la francesa, que era
la privatización. Entre la burguesía francesa pudiente había, has­ rigurosamente moldeada. El retraimiento medio ritualízado del
ta donde puedo ver, un ciclo casi obligatorio de visitas dentro anfitri6n tras el peri6dico dominical es un ejemplo. Dentro del
del círculo familiar que comprende de dos a tres generaciones. ritual del fin de semana de la familia abierta a la hospitalidad for*
Me parece que era comparativamente poco habitual pernoctar. maba, en cierta medida, una fornla propia de privatizaci6n; era
En algunos casos que conozco había visitas mutuas de damas la creaci6n de un espacio privado detrás del peri6dico domi­
amigas, pero con excepción de ellas, el acceso de extraños, es nical.
decir de personas no pertenecientes al círculo familiar amplio a Con este ejemplo rápidamente eSDózado quiero subrayar so­
) la vivienda era raro, casi nunca incluía una comida y tales visi­ lamente un punto teórico ya mencionado, que es también de
tantes nunca pasaban la noche en la casa visitada. El ritual inglés importancia para cualquier investigaci6n empírica. La expre­
frente a las visitas era radicalmente distinto. Me parecía que a si6n "L'esjJace jJrivt' puede sugerir fácilmente la imagen de algo
ese respecto el canon del comportamiento y sentir de las gran­ absoluto, es decir, de un hecho estático que al igual que toda
des familias aristocráticas y de la gentry se había extendido mu­ unidad espacial tiene profundidad, anchura y altura. Pero aun­
cho a las capas medias. En esas familias inglesas se estaba que el concepto del "espacio privado",puede referirse también a
preparado para recibir en casa incluso a personas completamen­ "espacios" de tres dimensiones, sería bueno tener claro que en
te extrañas. La expresi6n "spare beá" es muy familiar entre los este contexto se usa como metáfora. Esto tiene que ver incluso
ingleses. Los enseres de la visita, la toalla extra, el vaso extra para con el hecho de que la formaci6n del plural del concepto francés
limpiarse los dientes, en el invierno una boteHa para calentar la "l'espace", es decir algo como "les espace" resulta inusual y tal
cama, están rápidamente a la mano. Y cuando uno está invitado
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para el fin de semana, en la mañana del domingo no se está ohli­
vez "no-francés". Lo mismo se puede decir del concepto inglés
"space", al menos cuando los físicos no habían descubierto que
gado a llevar ninguna conversaci6n si no se tienen ganas de el espacio de nuestro universo pertenece a un superespacio.
hacerlo. El anfitri6n mismo con frecuencia está dedicado a su Pero si "espacio privado" es una metáfora, entonces no se puede
peri6dico dominical, y s610 saluda con la cabeza cuando uno eludir la pregunta: ¿una metáfora de qué?
entra, de pronto le acerca a uno un segundo peri6dico. También Cuando se mira más detenidamente, se descubre que el con*
esto es -o era- parte del ritual de hospitalidad, que al igual que cepto "L'espau pl'ivt' es una expresi6n metaf6rica que se refiere
cualquier otro es individualmente variable. Pero si uno no lo co­ a fin de cuentas a un proceso social no planeado de la creciente
nocía, fácilmente podía suscitar la impresi6n de que lUlO había o, seg(m el caso, también decreciente privatizaci6n que está rela*
caído mal. Pero esta hospitalidad inglesa tan legendaria también cionada con los cambios en el canon social del comportamiento
era altamente ritualizada. La privatizaci6n de los esp~cios, es de­ y sentimiento. Para dicho proceso visto en éstos términos pre*
'358 ' '359'

NO RB E R T EI,lJ\S ¿ uL'Espace p1'ívé'~ "Prívat1Ywtn" o "espacio privado"?

senté diversos ejemplos en mi libro de la civilización, y mis ami­ Se podría continuar esta serie diacrónica hasta nuestros días
gos y discípulos han estudiado otros aspectos de dicho proceso. para mostrar cómo avanza el estándar del dormir solo. Primero
Un ¡;;jemplo de los cambios del estándar de privatización lo son los hombres por lo regular comparten el lecho con varias perso­
también determinados cambios en la privatización del sueño. nas, luego varias personas en diversas camas comparten en el
En épocas pasadas, en la Edad Media por ejemplo, era comple­ mismo dormitorio. Finalmente se vuelve la regla que únicamen­
tamente inusual que una persona durmiera sola, sola en una te los padres comparten el mismo dormitorio y que cada niño
cama y desde luego lo era que durmiera sola en un cuarto. Si se no sólo tiene su propia cama sino también su propio cuarto para
hace uso de la herramienta metódica auxiliar de la serie diacró­ dormir. Y finalmente se puede notar una cierta tendencia a que
nica para ilustrar los cambios diacrónicos del comportamiento y incluso los cónyuges tengan camas separadas y a veces cuartos
sentir de los hombres, se encuentra una secuencia del siguiente separados. Como puede verse, la privatización es un aspecto de
tipo. La extraigo de mi libro de la civilización.' la individualización.
Erasmo escribe en 1530 en De civilitafe moru111jmerilium, Así me estoy acercando a un tema que me inquieta bastante.
que la personajoven debe yacer quietamente cuando comparte Si bien las formas de pensar y las perspectivas francesas del siglo
el lecho con alguien, y que no debe molestarse al compañcro ti­ XVII, y en parte todavía las del siglo XVIII, me parecen compren­
rando de las mantas. sibles, tengo al mismo tiempo grandes dificultades con algunos
Esto está descrito aún más detalladamente por Pierre Broe: hábitos del pensamiento contemporáneo con los cuales me en­
cuentro en el tema que plantea este simposio por ejemplo y en
... si cerca de ti está acostada una persona una que otra de las ponencias que tuve oportunidad de leer. A

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estira bien todos tus miembros propósi~o de un tema de investigación como éste, a mí mismo
mantente recto y cuídate me importa descubrir relaciones estructuradas que permiten
de incomodarla en modo alguno plantear un problema claro, que sea susceptible de ser resuelto,
moviéndote o dando vueltas bruscas ... es decir, de explicar algo que hasta ahora no lo está. En conse­
cuencia, debo preguntar también aquí: ¿cuál es el problema a
En 1729 en De La Salle ya se habla así: cuya solución intentamos aportar algo, y qué es lo que hasta el
" ... No debcmos ... desnudarnos ni acostarnos ante persona momento no se había explicado y que ahora se explica por la
alguna; ..." solución del problema? En lo que hasta el momento he dicho,
intenté expresar cuál es el problema que me parece no resuelto o
resuelto insuficientemente: el proceso de la creciente privati­
1. Norbert Elias, Ube/" dRIL Pmzess del' Zivilístltion, vol. 1, Frankfurt zación. Se le puede denominar también proceso de la individua­
158) 1976, págs. 220 ss. lización o en un sentido más amplío proceso de la civilización.
':;60' '3 61 '

NORBERT ELlAS ¿"L'Es'lwce privé", "Priv(ltmnm," o "espacío privado"?

El cambio que se ha realizado en la relación y en el hábito de paraciones sincrónicas. Se puede preguntar, por ejemplo, cómo
hombres representa un problema reconocible que se puede re­ se distingue el canon de las visitas y de la hospitalidad de las cla­
solver y cuya solución es una evidente ganancia de conocimien­ ses medias en diversos países. Pero por muy útiles que sean las
to. Pero si tengo ante mí el concepto "L'es1Jace 1JTivé" no sé hien comparaciones sincrónicas como medio para conseguir un per­
cuál es el problema. ¿Qué es, de hecho, lo que se quiere expli­ fil más claro de uno u otro ritual nacional de hospitalidad, una
car? ¿O acaso no se pretende explicar nada? <!Quizá simple­ explicación de tales diferencias también en este caso es posible
mente se está confomle con una descripción? solamente si se ha elaborado un modelo de la génesis de los dis­
Desde luego que una descripción también puede resultar in­ tintos rituales en su contexto, es decir, en el contexto de la géne­
teresante. Pero ¿cuál es su valor cognoscitivo? ¿Es la colección sis de las diversas sociedades nacionales.
de detalles? Pero lo peculiar de las colecciones de detalles es Tengo la sensación de que a este respecto hay ciertas diferen­
que ellas sencillamente son cosa de nunca acabar. Como la arena cias entre los procedimientos que yo propongo y los que ha
del mar son un sinnúmero. En efecto, los historiadores con fre­ planteado Philippe Aries. Estas encuentran su expresión simbó­
cuencia se conforman con descripciones. Pero todos ellos se ba­ lica en una formulación que me es extraña e incluso un tanto in­
san inexpresamente en un principio de selección supremamente comprensible, es la formulación
específico, un modelo selectivo, ¿Qué modelo de selección de­ "L", '1u d{lns l'a fimm,'li"
1,'/l. d'w],{. ,e
bemos utilizar aquí para el estudio del espacio privado? Les he (El individuo en la familia)
comunicado mi propia propuesta. Propongo que se intente lle­ Sé muy bien que se trata de una formulación corriente. Pero
gar a un firme Modellgerüst del proceso de la creciente privati­ no la entiendo bien. ¿Entonces la familia misma no se compone
zación a través de comparaciones sistemáticas del estándar de individuos? No estaría más de acuerdo con los hechos si se

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actual de la privatización de viviendas, medios de hablar, modos
personales de sentir y de comportarse, etc., bien sea vertical o
dice:
"L'lntlividu pal'mi les individus"
diacrónicamente a lo largo de los siglos. Cuando se pretende (El individuo entre individuos)
y'.
elaborar un modelo de procesos uno se encuentra allte un En efecto, el concepto de familia resulta un tanto engañoso si
problema muy preciso: ¿cómo y por qué en las sociedades euro­ se le opone al de individuo, sugiriendo así una imagen como si la
peas tuvo lugar una creciente privatización que es compro­ familia existiera fuera y lejos de los individuos. ¿No sería más
bable? adecuado si se hablara de la familia como de una agrupación
Como ya se ha dicho, un problema de este tipo se puede específica de individuos o, en mi propio lenguaje, de una figu­
resolver solamente si se investigan los silenciosos cambios del ración de hombres? Entonces también quedaría más claro que
canon social de una sociedad. Esto se puede hacer complemen­ las coacciones de las cuales se suele decir que la familia ejerce
tando las indispensables comparaciones diacrónicas por com­ sobre el individuo, en realidad son coacciones que ejercen los
'3 62' '3 63'
NORBERT ELIAS ¿, "L'Espace fJr7:vé", "Privatranm" o "espacio privado"?

individuos unos sobre otros. Individuos que están atados de te, que en Alemania se conocía simplemente como Liselotte del
una extraña manera unos a otros a través de un canon de toda la Palatinado. Ella escribió el 16 de mayo de 1705 desde Marly a
sociedad y finalmente también a través de leyes estatales así co­ su tía, la electora Sofia de Hannover, una de esas cartas diver­
mo por necesidades personales. Tengo la sensación, pero como tidas y vivas que aún hoy en Alemania se leen con gusto. A
digo es sólo una sensación indefinida, de que a Philippe Aries le continuación de una alusión a la conducta del príncipe de Wol­
gustaría enfocar el problema de "l'espace IJr1.vé''' a partir del in­ fenbüttel en el lecho conyugal ella comenta sus lecturas de no­
dividuo aislado. Pero esto no es posible. Este problema puede velas. Leer toda una novela de un tiro le parecía demasiado
enfocarse sólo desde los individuos interdependientes y relacio­ pesado. Ella lee un par de páginas
nados mutuamente en forma de sociedades. Ésta es la razón por "wen:n ich met verlOjfaufdem
la cual propuse contemplar el problema de la privatización con kacksfuhlmorgens und abends sítze... "3
la ayuda de estudios del cambiante canon de la convivencia de ("cuando con permiso estoy sentada en la silla de retrete por
los individuos, o también a través de los cambios relacionados la mañana y por la noche")
con éste en la barrera de los sentimientos de vergüenza y de asco Se ve: ya existe un muy pequeño sentido de pudor. La ex­
en relación con las funciones fisicas -de las propias tanto como presión "mit Ve1'laub" (con permiso) lo insinúa. Pero. la pri­
de las de otros·- y desde luego que también mediante estudios vatización de tales quehaceres aquÍ en la correspondencia y
de los interiores de las viviendas que se corresponden con esta obviamente también en la práctica, está mucho menos avanzada
creciente privatización y con el aumento del sentimiento de ver­ que por ejemplo en el siglo XIX o xx. En parte esto está relaciona­
güenza y pudor de los hombres. do con el desarrollo de las instalaciones técnicas. La "chaise

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Permftanme mencionar al final como ejemplo todavía la cre­ jurde" es traída por los sirvientes, y ellos también la llevan y la
ciente privatización de las instalaciones para las necesidades limpian. Es poco probable que la alta dama haya tenido reparos
naturales, que fue tratada más detenidamente por Peter R. en hacer sus necesidades mismas en presencia de los sirvientes.
Gleichmann en su ensayo "Die Verhauslichung korperlichcr A veces uno se pregunta cómo y dónde hacen los sirvientes lo
Verrichtungen"2 ("La domesticación de los quehaceres físicos"). suyo. Mozart relata en un tiempo un poco posterior cómo tenían
Déjenme comenzar con una cita de las cartas de la cuñada de que ir él y otros al "Hiiusert:' (casita), es decir, a una instalación
Luis XIV, es decir, de la mujer de su hermano y madre del regen­ quizá ubicada en el patio. Y Peter Gleichmann estudia en el
mencionado ensayo más detenidamente cómo se realizó en el si­
glo XIX el desarrollo de la construcción de casas y ciudades don-
2. Peter Rcinhart Gleichmallll, "Die Verhiíusliclmng korperlicher
Verrichttlngen", en: Peter Gleichmann,johan Goudshlolll y Hermann Korte
(ecls.), Maferíalien tu JVorbed El,:as' Ziliílisalioustlteo/'ie, Francfort (stw 233)
1979, págs. 254 ss. 3. Carta dcl26 de abril de 1704.
'8 64' '3 65'
NORBERT ELlAS ¿ "L'EsIJace privé", "P.,.ivatm21rn" o "espacio privado"?

de un espacio separado, un baño, se volvió implemento normal eso en diversas capas, Las prendas más internas, las más cerca­
de cada apartamento.~ Sólo así este espacio se volvió, alIado del nas al cuerpo, están afectadas por la privatización del cuerpo.
lecho conyugal, el espacio más privado de toda vivienda pri­ No es decente hacer visible la llamada ropa interior. Estas pren­
vada. das de vestir también están altamente privatizadas.
Quizá se debería superar un cierto engaño que lleva implíci­ Siempre de nuevo uno llega a la conclusión de que el proble­
to el concepto "espacio": en muchas sociedades el espacio al in­ ma tocado mediante el concepto del "espacio privado" se puede
terior de la vestimenta forma parte de los espacios más privados dominar solamente si se le entiende como un problema del ca­
de los hombres. En todas las sociedades nOTIllalmente "vesti­ non social y luego también de los cambios del canon social en el
das" hay en general, aunque no siempre, un determinado encla­ sentido de una creciente o decreciente privatización, y esto sólo
ve donde los hombres pueden mostrarse desnudos a otros, sin si se distinguen los diversos grados de privatización, es decir,
tener que sentir pena, sin caer en una estig11latización convertida pensándolos en cierta medida como círculos concéntricos, En
en autocoacción. Pero en muchas sociedades la privatización no sociedades como las nuestras, lo que se encuentra dentro de la
sólo de los quehaceres físicos sino del cuerpo mismo llega tan ropa interior, y también la ropa interior misma, es decir, la que
lejos que se siente pena frente a cualquier parte desnuda del está debajo de la ropa de calle, es -según parece- lo más alta­
cuerpo que no sean las manos o la cabeza, en el caso de las IIltUe­ mente privatizado, El dormitorio y el baño son privadísimos en·
res comúnmente en mucha mayor medida qúe en el de los varo­ buena parte gracias a que allí uno se desviste.
nes. Noten ustedes la selectividad de nuestro concepto de . Pero también hay otros grados de privatización, hay otros
la"~
desnudez a este respecto. No es muy común hablar de las "ma­ círculos concéntricos que son más externos; es una privatiza­
nos desnudas" o del "rostro desnudo". La expresión ~~desnudo" ción que se refiere ante todo a los grados de separación o de
se refiere a partes del cuerpo que nonnalmente están vestidas.
También esto señala que en sociedades donde la vestimenta es CINEOC apertura del propio hogar en relación con otras personas, es de­
cir, al problema del ritual de las visitas, de la hospitalidad y a
de rigor, el espacio más privado se encuentra dentro de la ropa, y problemas similares. Todo lo que he dicho señala que el proble­
ma de la civilización difrcilmente se deja dominar si no se sigue
el problema que se deriva de los distintos modelos y grados de
4. Como en todos los casos de impulsos civilizadores, también en éste privatización entre varones y mujeres y entre adultos y niños.
pueden presentarse movimientos contrarios en cualquier momento. Así se
realizó la desprivatización de quehaceres antes ya privados -en la guerra de Pero si me pusiera todavía a ·rastrear este problema, este paper se
1914-1918 por ~iemplo- en forma relativamente rápida, porque en el campo volvería demasiado 1argo.
de guerra, al menos para la tropa, li'ecuentemellte sólo se disponía de letrinas
colectivas, es decir, la señalada desprivatización oClll"nó b'1.io la presión de
unas circunstancias que la hicieron necesaria y con la aprobación de lIna
opinión pública que la hizo posible.

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