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“Ibagué tiene 558.000 habitantes, lo que nos lleva a concluir que el año pasado el 75 por
ciento de esa población tuvo un nuevo AEE”, aseguró Cardozo y agregó que, a corto
plazo, abundarán los residuos de aparatos con monitores y pantallas.
Una proyección de vida útil de los AEE concluyó que, a 2030, la ciudad no sabrá qué
hacer con 72.000 aparatos grandes de refrigeración convertidos en residuos, mientras que
a 2027 habrá 100.000 residuos de grandes y medianos electrodomésticos, así como
42.000deaparatosdeiluminación.
Como los hogares son los mayores consumidores, entre 2018 y 2020, serán desechados
unos 300 mil PC y aparatos con monitores y pantalla.
Marcelo Rodríguez, técnico de Cortolima, señaló que las cifras son preocupantes toda vez
que el diagnóstico se hizo a partir del 2016 sin contar años anteriores “lo que nos lleva a
deducir que las cifras de residuos contaminantes en nuestras fuentes hídricas, son muy
superiores”.
Afirmó que a las 38 chatarrerías de la ciudad va a parar buena parte de este tipo de basura
que es vendida por los recicladores informales, “pero un alto porcentaje que no es
comprado, finalmente es tirado a las fuentes hídricas convirtiéndose en residuos
peligrosos”.
Por toda esta problemática, Cortolima considera urgente la actualización del plan de
gestión integral de residuos sólidos teniendo en cuenta o incluyendo el manejo adecuado
de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Lo anterior, adecuado a la política
pública nacional y a la Ley 1672 de 2013