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1.

HISTORIA DEL HIMNO CUÁN GRANDE ES ÉL


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Este es uno de los himnos más hermosos, la iglesia lo ha cantado desde que
fue compuesto y aún hoy es uno de los himnos que trae gran bendición. Hay una
linda historia detrás de este laureado himno. Se cuenta que en uno de los
escasos días soleados, el pastor y senador sueco, Carl Boberg, regresaba de
una reunión y mientras se encontraba caminando por el campo, súbitamente fue
alcanzado por una terrible tormenta, rayos y truenos sacudían los cielos
violentamente. Al refugiarse entre unos árboles esperando que el cielo se
despejara y dejara de llover y tronar, Boberg, reflexionó en la grandeza de Dios:
"...al contemplar los cielos, El firmamento y las estrellas mil. Al oír tu voz en los
potentes truenos..." y así nació “Cuán grande es Él.

Esta composición a pesar de haberla tenido el autor en sus apuntes desde


1885, no fue muy difundida pues se encontraba sólo en sueco, pero se dio a
conocer recién cuando fue traducido al alemán en 1907 y luego llevado a Rusia
en 1912, 5 años antes de la Revolución. Un misionero inglés, Stuart K. Hine, lo
aprendió en ruso y lo tradujo, agregando la cuarta estrofa en 1948, y luego fue
traducido al español en 1958, por un argentino. La primera y tercera estrofas se
basan en el himno original de Boberg, la 2ª nació en Rusia, y la 4ª en Inglaterra.
A través de 70 años y 5 idiomas nos ha llegado este majestuoso himno que une
los corazones del pueblo de Dios, sin fronteras, para alabar al Creador
Omnipotente. La versión más famosa de este himno, tal vez haya sido la
interpretada por ELVIS PRESLEY, "How great you art". Elvis amaba mucho esta
canción y era insustituible en su repertorio musical desde 1966 hasta 1977 fecha
en la que se suicidó.

En todo el mundo evangélico, "CUAN GRANDE ES EL" se canta en las


iglesias, en las cruzadas y campañas evangelísticas, en grandes
concentraciones en estadios, coliseos, recintos parlamentarios, y es infaltable en
toda reunión de alabanza y adoración al Señor.

Señor, mi Dios,
al contemplar los cielos,
El firmamento y las estrellas mil.
Al oír tu voz en los potentes truenos
Y ver brillar al sol en su cenit.

Coro:
Mi corazón entona la canción.
¡Cuán grande es Él!
¡Cuán grande es Él!
Mi corazón entona la canción.
¡Cuán grande es Él!
¡Cuán grande es Él!
Al recorrer los montes y los valles
Y ver las bellas flores al pasar.
Al escuchar el canto de las aves
Y el murmurar del claro manantial.
coro
Cuando recuerdo del amor divino,
Que desde el cielo al Salvador envió.
Aquel Jesús que por salvarme vino,
Y en una cruz sufrió y por mi murió.
coro
Cuando el Señor me llame a su presencia,
Al dulce hogar, al cielo de esplendor.
Le adoraré, cantando la grandeza
De su poder y su infinito amor.
coro

La versión castellana fue escrita por el Dr. Arturo W. Hotton (1909-1959)


**Adaptado por el editor

Vocabulario: Firmamento: El espacio del cielo donde están las estrellas. Cenit:
Punto más alto, mayor esplendor.
2. SUBLIME GRACIA
Software: Ilumina Gold Edición Español /Enciclopedia/Himnos/Sublime Gracia

John Newton (1725–1807)


John P. Rees (1828–1900), 5ta. estrofa

El regalo del perdón es apreciado mejor por aquellos que están necesitados.
El reverendo John Newton experimentó esta verdad personalmente. Su lápida
dice la historia: «John Newton, oficinista, en un tiempo infiel y libertino, sirviente
de esclavos en África, fue, por la rica misericordia de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo, preservado, restaurado, perdonado y llamado a predicar la fe que por
tanto tiempo se esforzó en destruir». Esas palabras fueron escritas por el mismo
Newton, un testimonio del poder transformador de Dios. Después de muchos
años como un endurecido traficante de esclavos, ese «miserable pecador»
conoció a Cristo y abruptamente se convirtió en un defensor del evangelio que
antes había despreciado.

A través de sus años de ministerio la sublime gracia de Dios estuvo centralizada


en el pensamiento de Newton. Cuando se sugirió que debía retirarse (a los
ochenta y dos años) debido a su precaria salud y memoria, él respondió: «Mi
memoria se ha perdido, pero recuerdo dos cosas: ¡que soy un gran pecador y
que Cristo es un gran salvador!».

SUBLIME GRACIA

Sublime gracia del Señor


Que un infeliz salvó;
Fui ciego mas hoy mismo miro yo,
Perdido y Él me halló.

Su gracia me enseñó a temer,


Mis dudas ahuyentó,
¡Oh cuán precioso fue a mi ser
Al dar mi corazón!

En los peligros o aflicción


Que yo he tenido aquí;
Su gracia siempre me libró
Y me guiará feliz.

Y cuando en Sión por siglos mil


Brillando esté cual sol;
Yo cantaré por siempre allí
Su amor que me salvó.
3. ALCANCÉ SALVACIÓN
Software: Ilumina Gold Edición Español /Enciclopedia/Himnos/Alcancé Salvación

Horacio Gates Spafford (1828–1888)

Horacio G. Spafford era un hombre de negocios de Chicago de unos cuarenta


y tres años que sufrió un desastre financiero durante el Gran Fuego de Chicago
en 1871. El y su esposa todavía lamentaban la muerte de su hijo poco antes del
fuego, y se dieron cuenta de la necesidad de tomarse unas vacaciones. Sabiendo
que su amigo Dwight L. Moody estaría predicando en una campaña evangelística
en Londres ese otoño, Spafford decidió llevarse a toda su familia a Inglaterra. Su
esposa y cuatro hijas salieron antes que él en el SS Ville du Havre y él les seguiría
varios días después.

Pero, el barco fue chocado en el océano atlántico por otro barco de carga y
se hundió en solo doce minutos. Doscientas veintiséis vidas se perdieron,
incluyendo las cuatro hijas de Spafford. Cuando los sobrevivientes fueron
llevados a tierra en Cardiff, Wales, la señora de Spafford envió un cable a su
esposo diciendo: «Salvada sola». Spafford sacó pasaje en el próximo barco.
Cuando cruzaban el atlántico, el capitán señaló el posible lugar donde el Ville du
Havre se había hundido. Esa noche Spafford escribió las palabras «o cúbrala un
mar de aflicción ¡Aleluya, estoy bien con mi Dios»!
ALCANCÉ SALVACIÓN
De paz inundada mi senda ya esté
O cúbrala un mar de aflicción,
Mi suerte cualquiera que sea, diré:
Alcancé, alcancé, salvación.
Coro
Alcancé, salvación
Alcancé, alcancé, salvación.
Ya venga la prueba o me tiente Satán,
No amengua mi fe, ni mi amor;
Pues Cristo comprende mis luchas, mi afán
Y su sangre obrará en mi favor.

Feliz yo me siento al saber que Jesús,


Libróme de yugo opresor,
Quitó mi pecado, clavólo en la cruz,
Gloria demos al buen Salvador.

La fe tornaráse en gran realidad


Al irse la niebla veloz,
Desciende Jesús con gran majestad,
¡Aleluya! Estoy bien con mi Dios.
4. HISTORIA DEL HIMNO BELLAS PALABRAS DE VIDA
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A este himno se le conoce también como ¡Oh, cantádmelas otra vez! . El


autor de este famoso himno tiene una corta pero condensada historia. El
nombre del autor es Philip P. Bliss. Nacido en Roma, Pennsylvania. Aun siendo
niño mostró mucho interés por cualquier cosa de la que se pudiese sacar algún
sonido. Incluso hacia sus propios rudimentarios instrumentos con los que hacer
sonidos. Pertenecía a una familia muy pobre. Cuando tenía unos diez años de
edad oyó por primera vez el sonido de un piano. Pasando por una calle, al pasar,
escuchó las notas de un piano saliendo de una casa. Tanto le atrajo la música
que, sin pensarlo dos veces, entró en la casa y enseguida se encontró junto a
la señora que lo estaba tocando. La señora después de asustarse, y viéndole
tan sucio y descalzo, le despidió con urgencia. Pero aquel sonido quedaría en
la mente del pequeño Philip.

Cuando ya era un jovencito, escribió un himno y l envió a George F. Root,


entonces uno de los más famosos compositores de América. Al enviárselo le
escribió una nota pidiéndole una flauta si es que el himno le parecía
suficientemente bueno. Con toda amabilidad el Sr. Root le envió una flauta. Este
contacto resultó luego en la formación de un equipo evangelístico compuesto
por él como músico evangelista, y el Sr. Root y el famoso Ira D. Sankey. Philip
P. Bliss es posible el más conocido de todos los autores de himnos cristianos
después únicamente de Fanny Crosby. Entre muchos otros himnos él hizo la
música para la letra que Spadford escribió en tan trágica experiencia: “Mi alma
esta en paz”

Las palabras y la música de este himno evangélico fueron compuestas en


1874 por Philip Bliss, primeramente apareció como Palabras de Vida, en 1874
en un periódico de la Escuela Dominical en Nueva York. Las palabras son un
eco de las palabras de Jesús a sus discípulos: " las palabras que yo os he
hablado son espíritu y son vida". Juan 6:63. Y también la respuesta del apóstol
Pedro, "... Tú tienes palabras de vida eterna!. Juan 6:68 up.
El señor Bliss llegó a la gran ciudad de Chicago, junto con los inmigrantes de
muchos países de Europa, cuando tenía veinte y pico de años. En esa ciudad
llegó a conocer al gran evangelista Moody y su consiervo -y cantante- Ira
Sankey, quienes estaban presentando el santo evangelio a miles y miles. El vio
la necesidad de himnos y cánticos acordes con el modo de entender de la clase
obrera que asistía a esas campañas.

Cuando ese noble hermano oía un mensaje bíblico, él escribía un himno.


Pocos de nosotros podemos hacer eso, pero que Dios nos ayude a que, al oír
un buen himno, pensemos en su mensaje bíblico.
En las palabras de este precioso himno puede notarse el gran amor que Bliss
tenía por la Palabra de Dios.
5. PORQUE ÉL VIVE
http://historiadehimnos.blogspot.com/2015/08/porque-el-vive.html

...porque yo vivo, vosotros también viviréis. Juan 14:19

Origen
Año:1971
Autor: Bill y Gloria Gaither
Música: Sid D. Guillén

Fui una esposa y una madre. Fue en medio de la agitación en los años
sesenta que estábamos esperando nuestro tercer bebé. La cultura de la droga
estaba en pleno apogeo, el pensamiento existencial había obviamente saturado
cada área de nuestro pensamiento estadounidense, las ciudades se hierven de
tensión racial, y el pronunciamiento de Dios está Muerto se había reído en su
camino a lo largo de nuestro sistema educativo.

En el área personal, Bill y yo estábamos pasando por uno de los momentos


más difíciles en nuestras vidas. Bill se había desanimado y agotado físicamente
por un ataque de mononucleosis, y en esa condición debilitada tenía pocas
fuerzas para pelear la batalla psicológica provocada por algunos problemas
familiares externos.

Alguien a quien apreciábamos mucho había lanzado algunas acusaciones


contra nosotros y en la comunión de los creyentes y en la idea de la existencia
de Dios. Fue en la víspera de Año Nuevo que me senté sola en la oscuridad y
en la tranquilidad de nuestra sala, pensando en el mundo y en nuestro país y
el desaliento de Bill y los problemas familiares y de nuestro bebé aún no nacido.
¿Quién en su sano juicio podría llevar a un niño en un mundo como este?
Pensé: El mundo está tan mal. Influencias fuera de nuestro control son tan
fuertes. ¿Qué será de este niño? Yo no puedo explicar lo que pasó en ese
momento, pero de repente me sentí liberada de todo.

El pánico que había comenzado a construir en mi interior se disipó con


suavidad por una presencia tranquilizadora que envolvió mi vida y me llamó la
atención. Poco a poco, el miedo se hizo a un lado y la alegría comenzó a
regresar. Yo sabía que podía tener ese bebé y afrontar el futuro con optimismo
y confianza. Fue la resurrección de Cristo afirmándose en nuestra vida una vez
más. Fue la VIDA que conquista la muerte en la regularidad de mi día.

Dios nos envió a su hijo Cristo


Él es salud, paz y perdón
Vivió y murió por mis pecados
Vacía está la tumba porque Él triunfó.

Coro:
Porque Él vive Triunfaré mañana
Porque Él vive Ya no hay temor,
Porque yo sé Que el futuro es suyo,
La vida vale más y más, solo por Él.
Grato es tener a un tierno niño
Tocar su piel gozo nos da,
Pero es mejor la dulce calma
Que Cristo el Rey nos puede dar pues vivo está.
Yo sé que un día el río cruzaré
Con el dolor batallaré
Y al ver la vida triunfando invicta
Veré gloriosas luces y veré al Rey.
Dios nos envió a su hijo Cristo
Él es salud, paz y perdón
Vivió y murió por mis pecados
Vacía está la tumba porque Él triunfó.
6. HE DECIDIDO SEGUIR A CRISTO
Es un himno cristiano originado en la India. Sus letras están basadas en
las últimas palabras de un hombre en Assan (nordeste de la India), quien junto
a su familia –por la predicación de un misionero– fueron a Jesucristo con
arrepentimiento y confiando en Él como Salvador y Señor (se convirtieron a
Dios).

Cuando el jefe de la aldea se enteró de esto, llamó al hombre que se había


convertido, junto a su familia, a renunciar a su fe; si no, él y su familia morirían.
La respuesta de aquel hombre creyente fue comenzar a cantar: “He decidido
seguir a Cristo”.

Entonces el jefe de la aldea ordenó a sus arqueros que mataran a los dos
hijos del hombre creyente y después (el jefe de la aldea) amenazó con matar a
la esposa de aquel creyente. Aquel hombre creyente, aun después de haber
perdido a sus dos hijos y estando a punto de perder a su esposa, continuo
cantando: “Aun nadie uniéndose, yo seguiré”.

Después de eso, los arqueros mataron también a la esposa de aquel


creyente. Finalmente, el jefe de la aldea le había dado una última oportunidad
para que aquel hombre creyente salvara su vida física al renunciar a su fe; pero
éste no renunció a su fe, sino que prosiguió cantando: “La cruz delante, el
mundo atrás” –y así fue ejecutado. La historia dice que después de un tiempo,
el jefe de la aldea dijo –considerando la fe del hombre creyente: “¡Yo también
pertenezco a Jesucristo!”. Así él y toda la aldea se convirtieron a Dios.

La historia de este famoso himno es un reflejo de lo que puede llegar a


costar seguir a Cristo. Nuestro Señor, en Lucas 14:25-33 nos exhorta a ser
sabios y calcular el coste de lo que significa ser sus discípulos. ¿Realmente
estamos dispuestos a pagar el precio? El cruel listado de tantos hermanos, la
mayoría de ellos anónimos, que aparece en Hebreos 11, y otros muchos, que
hoy día son perseguidos sin piedad, y ni siquiera tenemos constancia en las
noticias de interés general, es lo que podemos sufrir cualquiera de nosotros, en
el momento que menos nos esperamos.
Los cristianos en la India, junto a muchos cristianos alrededor del mundo,
continúan cantando:

“He decidido seguir a Cristo (3 veces) No vuelvo atrás, no vuelvo atrás


La vida vieja ya he dejado (3 veces) No vuelvo atrás, no vuelvo atrás
Si otros vuelven yo sigo a Cristo (3 veces) No vuelvo atrás, no vuelvo atrás
La Cruz delante el mundo atrás (3 veces) No vuelvo atrás, no vuelvo atrás
El Rey de Gloria me ha transformado (3 veces) No vuelvo atrás, no vuelvo
atrás”.

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