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Bhagavad Guita

Dios habla con Arjuna , vol 2


Paramahansa Yogananda
Capitulo 8-Estrofa 6

¡Oh hijo de kunti! (Arjuna), el pensamiento que una persona


abriga en el momento de morir y abandonar el cuerpo
determina - por la prolongada fijeza en él - su próximo
estado de existencia.
Toda la vida del hombre es una preparación para el
examen final a la hora de morir. Al encontrarse de pronto a
las puertas de la muerte, el ser humano repasa en un
instante los pensamientos, deseos y hábitos de su vida
entera. Rápidamente le invade un sentimiento o deseo
arrollador cuya naturaleza concuerda con las
características de su vida. Tal vez el sentimiento
predominante sea de culpa, debido a sus malas acciones, o
de dicha, como resultado de sus buenas acciones, o
mundano, como consecuencia de sus actividades
materiales.
Cualquiera que sea ese sentimiento, será la causa
determinante que le conduzca a un sitio particular de los
mundos astrales y, posteriormente, a otra encarnación
apropiada en la tierra.
“Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es
el”.
El hábito dominante de pensamiento y sentimiento que una
persona haya abrigado durante sus años de estancia en la
tierra es, por consiguiente, el factor más importante en “el
día del juicio”. El último pensamiento que se produce en
forma inexorable como resultado del tenor de toda una
vida, es en verdad el juez karmico que, al sonar “la
trompeta de Gabriel”, anuncia el destino siguiente de esa
alma.
La trompeta de Gabriel es el sonido de OM cósmico que
acompaña a todo ser humano al abandonar el cuerpo físico
en el momento de la muerte. La vibración de OM, qué
contiene todos los patrones creativos, le presenta a cada
ser humano a la hora de su muerte el modelo de su vida
siguiente, que el mismo ha creado. Aquel que vive una
existencia mecánica y sin sentido, o lleva una mala vida,
poco comprende que será juzgado en el último día y que la
trompeta de Gabriel del karma proclamara su “suerte”.
Si una persona está cansada de la vida material o de los
hábitos perjudiciales, ¿porque ha de seguir por ese camino
hasta el final, para que le sea requerido continuar con la
misma clase de existencia detestable después de la
muerte? Todo hombre debe esforzarse por llevar una vida
virtuosa, para que cuando está concluya no sienta culpa en
su conciencia ni deba renacer entre seres perversos.
Mediante la práctica del desapego, el yogui disuelve todas
las inclinaciones y deseos de su corazón y permanece en
continuo éxtasis en la vibración de OM, la expresión de
Dios es la creación. Cuando llega la muerte, la trompeta de
Gabriel, emanada del OM cósmico, conduce al yogui hacia
las trascendentales esferas de Dios. Lahiri Mahasaya se
unió con el infinito a través de este OM y resucitó en un
cuerpo físico el día posterior a su “muerte”.
Los devotos que pueden manifestar la conciencia Cristica o
Kutastha se liberan emergiendo de los tres cuerpos
muertos ya inservibles (físico, astral y causal) a través del
OM cósmico.
La conciencia Cristica o kutastha “es el primogénito de
entre los muertos”, la primera experiencia de la
omnipresencia del ser liberado, a través de la cual el “va al
Padre (la conciencia cósmica)”. En dicho estado, el ser
emancipado toma conciencia de que el pensamiento divino
es la matriz de la creación; él también posee ahora el poder
de materializar el pensamiento y darle la forma de su
cuerpo anterior o de cualquier otro cuerpo en que desee
manifestarse. O bien puede permanecer inmerso en el
Absoluto Sin Forma, en la dicha del Espíritu Trascendental,
si así lo elige.
Un hombre de mundo llora cuando no recoge los frutos
deseados de sus actividades egoístas. El hombre
espiritual, si no tiene éxito al principio en sus
actividades altruistas, sigue intentándolo una y otra
vez. Tener éxito para Dios es el incentivo más
fascinante. Y cuando Dios está presente en el
compromiso de los devotos, el karma automático de la
acción de la naturaleza es cauterizada a fondo en la
llama de la sabiduría divina inherente. (471)
~ Paramahansa Yogananda, Dios habla con arjuna - el
bhagavad gita

Capitulo 4 estrofa 27 (Guita,Dios habla con Arjuna, P.Y.)


- Por medio del control de la fuerza vital, como ocurre
durante la práctica de la técnica de Kriya Yoga, el yogui
puede con certeza alcanzar un profundo estado de éxtasis
divino.
Mediante la perfecta ejecución de kríya 1728 veces en una
única postura (es decir en una única sesión), y practicando
un total 20.736 kriyas, el devoto puede alcanzar el estado
de Samadhi (la union con Dios). Sin embargo, al
practicante no le es posible practicar un número tan
elevado de kríyas. Cuando el cuerpo y la mente del Kriya
Yogi están adecuadamente preparados para recibir el alto
voltaje de la tan intensa práctica de Kriya Yoga, su guru le
hace saber que está apto para la experiencia del Samadhi.
Cuando mi mente y mi cuerpo estuvieron capacitados, mi
gurú me confirió el Samadhi. Antes que esto ocurriera
cuando yo no estaba todavía preparado espiritualmente
para experimentar ese estado, mi pedido de samadhi me
fue negado con razón por el gran yogui Ram Gopal
Muzumdar.
Capitulo 4 estrofa 27 (Guita,Dios habla con Arjuna, P.Y.)
Por un cable delgado solo podría circular una cierta
cantidad de corriente, en cambio, a través de un cable
grueso es posible hacer pasar una corriente de alto
amperaje. De modo similar el cuerpo de una persona
común en el estado inicial de la práctica de kriya se
asemeja a un cable delgado y débil, que solo es capaz de
absorber con provecho aumentos graduales de corriente
generada por la práctica de Kriya Yoga, dos periodos al
día, y luego con incrementos progresivos de 12 kriyas,
hasta llegar a un máximo de 108(según lo indique el gurú).
Por medio del Kriya Yoga, el devoto avanza cientificamente
hacia Dios, acelerando su evolución con métodos
graduales y con un número mayor o menor de prácticas
correctas de la técnica de Kriya yoga. Cuando el yogui y
después de practicar kriya yoga durante años, logra
adaptar el cuerpo y los nervios, puede manifestar en su
cuerpo - en forma estática y sencilla - toda la corriente
generada por la práctica de 20.736 kriyas y aun mas. El
kriya yogui experto concentra el poder para alcanzar el
éxtasis no en el número de kriyas si no en cada kriya.
Después de años de práctica intensa y gracias a las
bendiciones de mi gurú y mis paramgurus, ahora, con la
práctica de solo una a tres kriyas , mi conciencia entra en el
bienaventurado estado de Samadhi. ¡Mi Amado señor
jamás se encuentra a más de una Kriya de distancia!
En el éxtasis de Kriya yoga, el cuerpo no se percibe como
un conjunto de carne y huesos, sino como energía electro-
vitratónica. Al experimentar que el cuerpo es fuerza vital,
este se vuelve uno con la Energía Cósmica. La conciencia
del ego se transmuta convirtiéndose en el inconcebible
gozo del alma. El alma y su gozo se funde en la
bienaventuranza cósmica del espíritu. En el estado de
éxtasis, el yogui sabe que su cuerpo es una película
cinematográfica de energía divina que, a su vez, es un
sueño de la conciencia de Dios, y que él -el Ser- es una
parte eterna de esa Conciencia que sueña.

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