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Llevar a la persona a los pies del Señor para que pida perdón (no tiene que
nombrar sus pecados… luego le referimos al sacramento de reconciliación).
Oración de Liberación
En ocasiones las personas pueden estar bajo el ataque de algún espíritu maligno. Esta
oración puede ser realizada por cualquier bautizado, pero si se requiere un exorcismo
mayor, sólo quien tenga autorización del Obispo del lugar podrá facilitarlo. Pero una
oración de liberación simple, sí. Ej.
Estos individuos famosos son muy tentados en muchas áreas de sus vidas
como: en lo financiero, en lo sexual o se convierten en prepotentes por no
andar en compañía de hermanos que le ayuden a ser uno más en la Iglesia.
Orar por los que sufren junto a hermanos y/o hermanas de comunidad es
mejor por varias razones:
¿Cuáles son las destrezas, actitudes y actividades que mantienen el Ministerios de Sanación
como un ministerio creciente y vital dentro de la Iglesia?
a) Oído: Lo esencial que necesitamos desarrollar para ser un canal de sanación para los
demás es el ser sensibles al Espíritu Santo para recibir su dirección y su poder. Muchas
personas buscan una fórmula mágica o método único que resulte al orar por los
enfermos. Pero esto no funciona así, no depende de esto, debemos aprender, pues esto
se puede aprender, a ‘escuchar’ al Espíritu de Dios. Esto depende de Dios, la carne
siempre querrá tomar control pero con el tiempo vamos diferenciando lo que viene de
Dios y lo que es nuestro. La sanación es don de Dios, a través de nuestra fe, para el que
sufre. ¿Cómo practicamos esta sensibilidad o escucha al Espíritu Santo? En la oración,
haciendo silencio; aunque también en la alabanza fervorosa se sensibilizan nuestros
oídos para escucharle, también es beneficioso la lectura y meditación de la Palabra de
Dios.
Pero el corazón de todo esto es desarrollar una comunión con Dios en la que preguntemos:
¿Señor qué quieres hacer en la vida de esta persona que viene a pedirme oración? ¿Cómo
debo orar? O si estamos frente a mucha gente ¿A quién quieres sanar? Él lo hará. Nos pondrá
alguna imagen mental o impresión en nuestra alma o algún dolor en nuestro cuerpo para
que entendamos lo que Él quiere quitarle a alguien.
b) Vista. A medida que ‘oímos’ a Dios y oramos por las personas, el Espíritu Santo comienza
a obrar sobre ellas y esto, en ocasiones, provoca manifestaciones físicas y emocionales
en quien está recibiendo oración. Algunas de estas manifestaciones son obvias: la
persona llora, temblores, sudor o ruborización, en ocasiones caen al suelo en descanso
en el Espíritu, risa o salto, respiración profunda, a veces, las manifestaciones son más
interiores: paz, tranquilidad, lágrimas, etc…, siempre pregunto a la persona ¿Qué te
pasa? ¿Por qué tiemblas? ¿Por qué mueves esa mano? La respuesta me indica cómo
debo seguir orando. Si noto que la persona se pone muy emocional le invito a calmarse,
pero tampoco bloqueo lo que Dios puede estar haciendo. Hay que ser muy delicado en
estos momentos. También puede darse el caso de que el Señor abra nuestros ojos
espirituales para que podamos ver lo invisible. En ocasiones orando frente a multitudes
he visto como un brillo o luz sobre alguien, siendo esto un signo de que Dios está
bendiciendo a esa persona. Puede darse el caso de que veamos, específicamente al orar
por alguien, cuál es la parte del cuerpo donde tiene el dolor. También Dios puede
dejarnos ver si es un espíritu maligno que está enfermando o atacando a la persona que
recibe nuestra oración.
c) Habla. Debemos desarrollar la habilidad de sintonizar con el corazón de Dios para orar
como lo requiere cada persona con sus sufrimientos, así como para poder brindar
palabras de amor, comprensión y consuelo. En la Palabra de Dios vemos como en
ocasiones tanto Jesús como sus discípulos sanaban con una orden de fe. Ejemplos: Jesús
reprende la fiebre de la suegra de Pedro y la fiebre se fue (Lc. 4,38-39). Éstas órdenes
de fe son motivadas por el Espíritu Santo, no debemos forzar a nadie, pero es una de las
prácticas más efectivas para ser canales de sanación. Confieso que nunca me atrevía a
hacer estas declaraciones de fe, pero desde que me he lanzado en fe y cuando he
sentido del Espíritu que ésta es la manera en la que Él quiere que ore y le he obedecido
he visto piernas crecer, cuerpos torcidos enderezarse, ojos ciegos abrirse, etc. Está
también la Oración de Petición, con la cual también debemos tener cuidado pues a veces
rogamos a Dios como si nosotros somos los misericordiosos y Él fuese el Dios malo que
no quiere responder. Nuestra oración de petición debe fundamentarse en una fe férrea
y que a la vez active la fe del enfermo. A veces la sanación viene después que la persona
haga lo que Dios le indica, vemos en la Palabra de Dios cuando Jesús le dijo al ciego
después de haberle enlodado los ojos que se fuera a lavar y luego de hacerlo el ciego
comenzó a ver. Actos de obediencia producen sanación. Cuando la persona vaya y
exprese perdón al que le hirió, por citar un ejemplo.