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Las escenografías cotidianas en la poesía

de Raúl Gómez Jattin

Por

Luis Alfredo Diaz

LICENCIATURA EN LITERATURA

ESCUELA DE ESTUDIOS LITERARIOS

FACULTAD DE HUMANIDADES

Palmira, septiembre 2019


El siguiente texto tiene como propósito principal abordar la obra del poeta colombiano
Gómez Jattin con la finalidad de demostrar mediante los avances más recientes de la teoría
de la enunciación propuestos por el teórico francés Dominique Maingueneau que las
escenografías en sus poemas se inscriben en géneros discursivos propios de realidades
perdidas en la cotidianidad; puesto que el enunciador lirico de estas escenografías representa
autobiográficamente a Gómez Jattin se puede afirmar que este – en tanto poeta autobiográfico
– se expresa desde un yo escindido y bajo un estado de conciencia alterado propios de los
sujetos que experimentan aquellas percepciones. Por ello, planteamos adicionalmente que
este análisis enunciativo “escenográfico” trasciende y problematiza las categorías clásicas
(semióticas, retoricas y pragmáticas) propuestas por la teoría autobiográfica.

Consideramos de vital importancia la realización de este trabajo dado que la obra de Gómez
Jattin si bien ha sido estudiada de manera exhaustiva por la crítica colombiana no se ha
abordado desde un enfoque teórico que permita dar cuenta de la relación entre su vida y su
obra; teniendo en cuenta aspectos tales como: el uso de sustancias alucinógenas. Puesto que
el estudio de sus poemas se ha visto mediado por una visón moralista y tradicional muy
propia de la sociedad colombiana. Veamos por ejemplo la opinión de esta autora:

No hay peor engaño que el establecer una ecuación entre el discurso poético y el
discurso psicótico. La locura es un accidente dentro del espíritu creador, cuyas causas
misteriosas son más cercanas a la salud, al eros como fuerza vital (…). Lo que da
permanencia y trascendencia a su voz, desde una clara y cultivada conciencia estética
es la raigambre clásica de su verbo y de su imaginario, su anclaje en la tradición. El
amor homosexual que elabora en su obra es estéticamente subsidiario de lo
grecolatino y de sus influencias sobre Cavafis y otros (Fiorillo, 2003, p.20).

Lo anterior revela en palabras del propio Gómez Jattin “Una incapacidad de Colombia para
reconocer los méritos propios a tiempo”. Sin embargo, también hay otros autores que
reconocen la fuerza, la importancia y la innovación que aportó su obra a la poesía
colombiana. Entre ellos tenemos al escritor Roberto Burgos Cantor y al poeta nadaísta
Bernardo Jaramillo (X-504), quien le hizo llegar una carta en la que manifestaba su
admiración por su poesía y de igual modo su inconformidad con la crítica colombiana de la
siguiente manera:

He estado recomendando mucho tu poesía: a todo aquel que está enfermo le receto dos
poemas tuyos y al que se acusa de algún pecado le mando a leer tres veces el poema de la
burrita. A los viajeros les recomiendo llevar tus poemas en el bolsillo y a los que llegan les
presento tus poemas como la única cosa vital, grande, oxigenada, robusta, libre, natural y
bella que tenemos aquí: lo único con fuerza joven, originalidad, audacia, libertad y novedad
que se encuentra hoy en el bazar de la poesía colombiana; lo único que se desborda, que
brama, que tiene impulso y pasión, el único vendaval que nos refresca, primitivo, animal y
selvático como un desodorante de TV, lo único apasionado y amoroso, ¡¡¡lo único!!! Lo
demás está reglamentado por la Academia, pero tú eres territorio libre del poema. Todos los
demás estamos maniatados por la crítica, los reglamentos del verso, los corsés de la
gramática, las normas de la sociedad, los preceptos religiosos, las jaulas políticas, los
considerandos utilitaristas, las órdenes de diáconos, la urbanidad, los regaños de la familia
(Jaramillo citado en Fiorillo 2003).

Al recibir la carta, la respuesta de Gómez Jattin no se hizo esperar a partir de un poema


titulado Respuesta a una carta en el que manifestaba en primer lugar su afinidad con X-504
respecto a la burguesía colombiana y en segundo lugar su admiración y agradecimiento por
la inspiración que le suscitó su obra como podemos ver en los siguientes versos: “Eres en mi
corazón el poeta que me ayudó/Con sapiencia y serenidad a leer poesía” (Jattin, 2018, p.76).
Lo anterior significa que su obra fue bien recibida por aquellos artistas que se ubicaban al
otro lado de la cultura oficial.

Contexto sociocultural

La obra de Gómez Jattin se ubica entre los años 60’s y 90’s una época de grandes cambios
no solo en Colombia sino en todo el mundos. Estaba en auge el movimiento hippie, la
revolución cultural, la liberación sexual, la lucha ideológica contra el capitalismo, los nuevos
paradigmas artísticos y por su puesto el uso de sustancias alucinógenas especialmente entre
los jóvenes universitarios. Todos estos elementos configuraban el sistema de pensamiento de
una contracultura que se oponía de a los valores tradicionales provenientes de la “cultura
oficial”. En este sentido Acevedo (2013) afirma que:
En Colombia, tal como aconteció en otros lugares del globo, la revolución cultural de finales
de los años sesenta fue un acontecimiento protagonizado por los jóvenes universitarios.
Fueron ellos, en efecto, quienes encabezaron una lucha con la que pretendían no solo difundir
y justificar la guerra revolucionaria que los grupos subversivos desarrollaban en varios países
del tercer mundo, sino alentar la disputa ideológica en contra de la cultura y las tradiciones
aristocrático-burguesas, la defensa de los nuevos paradigmas estéticos y la búsqueda de un
nuevo sistema de valores. Para alcanzar tales fines, los jóvenes universitarios privilegiaron
un medio de comunicación asumido generalmente como anodino: las revistas culturales y los
libros de literatura, filosofía y ciencias sociales (Acevedo, 2013, p.96).

Sumado a estos factores las drogas alucinógenos o psicodélicas tales como: la marihuana, el
LSD, los hongos y el peyote y otras plantas sagradas provenientes de las culturas indígenas
jugaron un papel decisivo en la reinterpretación de las estructuras tradicionales que
soportaban la realidad sociocultural hasta el momento, ya que permitían alcanzar
experiencias místicas y percepciones extrasensoriales a partir de un estado de conciencia
alterado. Por estos motivos, muchos intelectuales de aquella época abordaron este fenómeno
desde diversos campos de estudios. Entre los principales representantes de esta corriente
encontramos al psicólogo norteamericano Timothy Leary y al filósofo británico Aldous
Huxley quienes realizaron múltiples experimentos con LSD, psilocibina y DMT para
demostrar los beneficios terapéuticos de estas sustancias y su importancia para acceder a
realidades místicas. En este sentido Huxley dice que:
Siempre me ha parecido que, por ejemplo, mediante la hipnosis o la autohipnosis, por medio
de una meditación sistemática o también tomando la droga adecuada, es posible cambiar mi
modo ordinario de conciencia hasta el punto de quedar en condiciones de saber, desde dentro,
de qué hablan el visionario, el médium y hasta el místico (Huxley,2019, p.9).

Dicho lo anterior, es necesario mencionar que Gómez Jattin en lo absoluto fue ignorante de
estas experiencias y estos estudios. En su caso fueron los hongos stropharia los que guiaron
su proceso creativo como el mismo lo afirmaba en varios de sus poemas. Veamos entonces
de qué manera estas vivencias quedaron grabadas en Elogio de los alucinógenos uno de sus
más celebres poemas:

Del hongo stropharia y su herida mortal


derivó mi alma una locura alucinada
de entregarle a mis palabras de siempre
todo el sentido decisivo de la plena vida
Decir mi soledad y sus motivos sin amargura
Acercarme a esa mula vieja de mi angustia
y sacarle de la boca todo el fervor posible
toda su babaza y estrangularla lenta
con poemas anudados por la desolación
De la interminable edad adolescente
otorgada por la cannabis sativa diré
un elogio diferente Su mal es menos bello
Pero hay imágenes en mi escritura
que volvieron gracias a su embrujo enfermizo
Ciertos amores regresaron investidos de fulgor
eterno Algunos pasajes de mi niñez volcaron
su intacta lumbre en el papel Desengaños
de siempre me mostraron sus vísceras
(Jattin,2018,p.97).

Este poema refleja la influencia que tuvieron estos hongos en la concatenación de su obra
desde un estado de conciencia alterado. Además hay que mencionar que tenía conocimientos
de las investigaciones realizadas por Huxley y un creciente interés por el uso de estas
sustancias en las comunidades indígenas tal y como afirma Fiorillo (2003) en el siguiente
fragmento:

Unos amigos de Raúl que habían consumido dos y tres veces hongos alucinógenos le
hablaron de percepción extrasensorial, de chamanismo, de las llamadas plantas de los
dioses. Raúl era un hombre curioso, un artista con afanes de mayor conocimiento,
que había leído a Aldous Huxley y sus pruebas con distintas drogas, así como sobre
Antonin Artaud y aquellos alucinantes viajes suyos de peyote con los indios
taraumara. Raúl también quería tener una experiencia psicodélica (p.188).

Este planteamiento quiere decir que Gómez Jattin no fue ajeno a todas las dinámicas
contraculturales que surgieron entre los años 60’s y 70’s pues en esta época ingresó a estudiar
leyes en la Universidad Externado de Colombia y fue ahí donde entró en contacto por primera
vez con la marihuana y también con el teatro. Este último también hacía parte de las nuevas
formas estéticas que los jóvenes usaron para expresar sus inconformidades frente al
establecimiento y la tradición aburguesada de la sociedad colombiana.

Gómez Jattin y el teatro


Para entender la poesía de este poeta es necesario conocer su relación con el teatro pues de
ahí proviene gran parte de su inspiración. Como mencionamos anteriormente Gómez Jattin
ingreso a la Universidad Externado de Colombia para estudiar leyes más por los deseos de
su padre que por su propia voluntad. Sin embargo, fue en ese lugar donde conoció el TEX
(Teatro Experimental del Externado) dirigido por Carlos José Reyes, quien en medio de una
entrevista contó a manera de anécdota lo siguiente: “En los primeros ensayos, la fonética de
Raúl era una catástrofe. El hombre no solo hablaba en costeño de Cereté sino que se trababa
por querer decirlo todo y muy rápido. Sus parlamentos eran ininteligibles” (Fiorillo, 2003,
p.154). Pese a esto, llegó a convertirse en un gran actor e incluso montó y dirigió una obra
basada en los Cuentos de Macondo del escritor Gabriel García Marquez, quien en medio de
la presentación en el teatro colón se levantó de su silla para aplaudir el gran trabajo de
adaptación que había realizado Gómez Jattin con su cuento. En otra ocasión, el poeta logró
sumergir en una especie de trance a todo un auditorio a leer su poema Qué te vas acordar
Isabel durante el Festival Internacional de Poesía de 1991 en la ciudad de Cartagena.
Respecto a lo anterior, Mauricio Contreras refiere que:

Un día mientras disfrutábamos de un café humeante, le pregunté inesperadamente a


Raúl el secreto para cautivar la atención del público cuando leía sus poemas. Con
una sonora carcajada, como de costumbre respondió: “Yo les llevo una ventajita a mis
colegas… es que soy actor, ja, ja, jajaja (Contreras, 2018, p.347).

Esto demuestra la profunda conexión que existe entre la poesía de Gómez Jattin y el teatro.
Para comprender con más claridad esta relación, tendremos que partir de los avances más
recientes de la teoría de la enunciación realizados por el teórico francés Dominique
Maingueneau más específicamente desde el concepto de escena de enunciación.

Teoría de la enunciación
Esta teoría fue propuesta en los años 60’s por el teórico francés Emile Benveniste y surgió
con el propósito de abordar los análisis discursivos desde coordenadas puramente lingüísticas
y para ello se definieron tres categorías: el enunciador, el co-enunciador y la posición de no
persona. La primera tiene que ver con las marcas textuales que nos permiten identificar el
uso de la primera persona en un discurso. La segunda, se refiere a la relación señalada entre
el enunciador y el co-enunciador a partir de los deícticos tú y vos y la tercera corresponde a
la presencia de enunciados que parecen no tener un enunciador definido y por este motivo se
sitúa en un plano diferente al de los dos primeros generando así una ruptura. Por otro lado,
tenemos el concepto de escenografía propuesto por Dominique Maingueneau. Según este
teórico la escenografía hace parte de las tres categorías que conforman la escena de
enunciación1. Esta categoría consiste en la recreación de la situación o el momento donde se
genera el discurso a partir de los mismos elementos que se encuentran presentes en la
enunciación. Esto quiere decir que:

El momento en el que acontece, la enunciación del texto (pre)supone una cierta escena, escena
que, en realidad, se convalida progresivamente a través de la enunciación misma. La
escenografía resulta así, simultáneamente, aquello de donde el discurso proviene y aquello
que el mismo discurso genera (Maingueneau, 2001, p.6).

Ahora bien, estas escenografías estarán determinadas a su vez por los diferentes géneros
discursivos. Según Maingueneau, existen géneros discursivos con escenografías de habla ya
preestablecidas (guías turísticas, recetas médicas, manuales, etc.) mientras que hay otros
como la publicidad, la filosofía o la literatura cuyas escenografías no son fijas y exigen una
gran variedad de escenas para poner en marcha el discurso. Por otro lado, tenemos el
concepto denominado situación de locución, según Maingueneau este se presenta cuando los
deícticos no se corresponden con la posición de los interlocutores y el locutor asume el rol
o la posición del alocutorio produciéndose así una especie de desdoblamiento entre estas dos
instancias. A continuación veremos cómo estos elementos permitirán realizar un análisis
detallado para dar cuenta de las escenografías cotidianas y teatrales que implementa Gómez
Jattin en su poesía.

Análisis de los poemas


Lo primero por decir es que la poesía de Gómez Jattin se nutre de la cultura popular, del
discurso coloquial, el teatro, el amor homosexual y de sus experiencias extrasensoriales. Por
ello, muchas de las escenografías de sus poemas se inscriben en géneros discursivos propios
de la cotidianidad tales como: chismes, rumores, conversaciones callejeras, etc. En este
sentido Burgos (1997) afirma que: “De lo que escribía, que iba dejando en cartas, escaños de

1
Este concepto surge de la necesidad de aclarar la confusión terminológica entre situación de enunciación y
situación de comunicación. Entendiendo la primera noción como aquellos análisis de orden intratextual
propuestos por Emile Benveniste a partir de la relación entre enunciador, enunciatario y los deícticos.
Mientras que la segunda se ubica desde los análisis de orden concebidos por la pragmática y la semántica y el
análisis del discurso. Por este motivo, Maingueneau propone una reinterpretación de estas tres dimensiones
teóricas mediante lo que él denomina escena de enunciación como una manera de cerrar la brecha entre los
análisis intratexuales y extralinguisticos del discurso. Para ello propone tres categorías: la escena englobante,
la escena genérica y la escenografía.
parque, pensiones de navegantes, calabozos, mesitas de habitaciones de sanatorios, palabras
al viento” (p.16). Esto con la finalidad de rescatar realidades perdidas en las rutinas de la
sociedad colombiana y al mismo tiempo subvertir la axiología hegemónica de la cultura
oficial. Veamos por ejemplo este poema:

YO TENGO PARA TI mi buen amigo


un corazón de mango del Sinú
oloroso genuino
amable y tierno
(Mi resto es una llaga
una tierra de nadie
una pedrada
un abrir y cerrar de ojo
en noche ajena
unas manos que asesinan fantasmas)
Y un consejo
No te encuentres conmigo (Jattin,2018,p.20).

Aquí podemos observar como un elemento tan cotidiano como un mango del Sinú sirve para
construir una atmosfera de ternura y al mismo tiempo de soledad y melancolía habitada por
fantasmas, es decir, que los aspectos comunes y materiales se unifican con otros que son
extraños e invisibles mediante la subjetividad del sujeto lirico. En este orden de ideas Burgos
(1997) plantea que Gómez Jattin: “Construyó una especie de sinuana, una región que se
confunde con la infancia y en la cual mora el desencanto que es descubierta al ser revisitada”
(p.16). Esto es posible en gran parte a las experiencias extrasensoriales con los hongos, pues
los alucinógenos posibilitan una recarga semántica y simbólica de los elementos más
comunes de la cotidianidad en la percepción a quien experimenta sus efectos. Produciendo
así una proyección de los sentimientos, los pensamientos, las creencias y los miedos
almacenados en el inconsciente hacia la realidad exterior.

Ahora bien, otro punto que nos permite analizar las escenografías cotidianas y al mismo
tiempo la condición de marginalidad en Gómez Jattin son los poemas contenidos en El libro
de la locura. Tal y como podemos observar en el siguiente poema:

ESTÁ TENDIDO EN LA ACERA


Su alma está ausente

Su sensibilidad presente

No consigue conciliar el sueño

La cara sobre el dorso de la mano

Pretende una mínima comodidad

La gente pasa en sus raudos carros

Las estrellas brillan para el desdichado (Jattin, 2018, p.195).

De acuerdo con lo dicho por Maingueneau respecto a la relación que existe entre los
enunciados, los géneros discursivos y las situaciones en las que se desarrolla la enunciación.
Podemos afirmar que este poema surge de un cuadro teatral callejero en el que el sujeto lirico
se encuentra tratando de dormir en la calle. Dado que marcas textuales como Esta tendido en
la acera o La cara sobre el dorso denotan un lenguaje propio del género dramático con el
que se indican las acciones realizadas por los personajes en el escenario.

Otro poema de este libro que nos permite reconstruir una escenografía a partir de un estado
de conciencia alterado en el que un sujeto lirico asume el rol discursivo de la madre para
expresar una admonición frente a sí mismo. Es decir que en el siguiente poema se presenta
una situación de locución propiciada por el desdoblamiento que produce el uso de alguna
sustancia alucinógeno o la esquizofrenia que padecía el autor.

Soy tu madre atiéndeme en tu pensamiento

Al nacer te vendí al diablo me alimento de ti

Te crié para la muerte Soy eterna gracias a ti

Te cuidé como a una mujercita te llené

de mimos y caricias y te hice frágil como el vidrio

para cuando llegara la hora - ¡ Y ha llegado! –

no opusieras ninguna resistencia

Entrégate al dolor que será tu compañero en la eternidad

Porque la muerte es eterna

El dolor es eterno Dolerás para siempre

Y yo reiré para siempre (Jattin,2018,p.205).


Cabe señalar que otra escenografía que se puede reconstruir aquí es el de un discurso
persecutorio muy propio de las sensaciones experimentadas por aquellos sujetos que padecen
patologías mentales como psicosis o esquizofrenia o usan sustancias alucinógenas. El mismo
Gómez Jattin una vez le dijo a su sobrino lo siguiente: “Los alucinógenos permiten que tú
mismo te veas en forma crítica” (Fiorillo, 2003, p.190). Por ello podemos afirmar que la
situación de la que surge esta enunciación proviene de uno de esos estados en el que el yo se
manifiesta desde distintas voces.

En el poemario Amanecer en el valle del Sinú también podemos encontrar escenografías


construidas a partir de ambientes y elementos muy propios de las dinámicas sociales de la
cotidianidad en la región caribe. Por ejemplo el poema De contrabando permite reconstruir
la escenografía que surge de una conversación callejera con algún amigo:

Casi no conozco a mi mejor amigo

Nos vemos por la calle

Un cómo estás cálido y sentido

Casi no lo he tratado

pero presiento en él

a un hombre de valor

No me importa que no me reconozca

Es mi mejor amigo

Son los suyos los ojos más sinceros

Que jamás me han mirado (Jattin, 2018, p.89)

De lo anterior, podemos afirmar que las marcas textuales Nos vemos en la calle y Un cómo
estás cálido y sentido son las que permiten legitimar la existencia de una escenografía que
surge de una conversación callejera. Vemos entonces como Gómez Jattin utiliza las imágenes
y el lenguaje de la cotidianidad para redescubrir la realidad y transmitir así la fuerza de su
poesía de una manera coloquial pero totalmente innovadora y subversiva frente a la
institución literaria.
Una vez realizado este análisis enunciativo, pasaremos a demostrar como la poesía de Gómez
Jattin problematiza y trasciende las categorías semióticas, retóricas y pragmáticas de la teoría
autobiográfica. Por ello, conceptos como la triple identidad autobiográfica, el concepto del
yo y la individualidad resultan insuficientes para ofrecer un panorama sobre la vida interior
de este autor mediante su obra.

Análisis autobiográfico

Para comenzar hay que decir que el centro de las teorías autobiográficas es la manifestación
del yo a partir de un discurso. Por este motivo, las categorías enunciativas (enunciador,
enunciatario y no persona) han servido para identificar la posición del yo en estas instancias
mediante el análisis de los deícticos. Según Puertas Moya el yo es la unidad mínima del sujeto
que surge mediante la unificación entre el lenguaje, la intercomuniación y la individualidad.
Este autor señala que:

Ese átomo social que se desgaja del entramado social no lo hace en el aspecto físico,
sino que se reserva para sí un intangible espacio que le sirve para la distinción y la
separación: así surge la subjetividad, que es la manifestación extrema e
incomprobable de la interioridad en que se desarrolla esa diferencia con respecto al
grupo (Puertas, 2003, p.97).
Por otro lado, Lejeune (1994) define la autobiografía como: “Un relato retrospectivo en
prosa que alguien escribe ocupándose de su propia existencia, en el que se centra en su vida
individual, y en particular en la historia de su personalidad” (p.12).Lo que hasta aquí se ha
dicho resulta exiguo frente a la forma con la que Gómez Jattin ha expresado los aspectos de
su vida. La incompatibilidad con estos postulados no solo se presenta desde aspectos como
la diferencia entre prosa y verso sino que se manifiesta también en la falta de una línea
temporal bien definida. Esto se debe a que Gómez Jattin escribía bajo el efecto de algunas
sustancias alucinógenas que le permitían fundir el pasado con el presente en un solo plano.
Lo anterior queda más claro al observar el poema Y van:

Hay una tarde varada frente a un río

y entre los dos un niño canta


Vaiviniendose en su mecedora de bejuco (...)

y al niño lo he visto casi un hombre

en la penumbra de un cinemátografo

El cuerpo de esa tarde

es un fluido tenso entre el pasado y el futuro

que en ciertos lugares de mi angustia

Se coagula como una caracola instantánea

(Jattin, 2018, p.28).

Como se dijo anteriormente, este poema refleja la intemporalidad de un sujeto lirico que se
expresa desde un yo dividido en varios planos temporales. Respecto a lo anterior, Puertas
(2003) señala que: “No existe el yo sin el tiempo, cuya sustancia lo compone y lo modifica
íntima y constantemente, por lo que él mismo se encuentra en modificación y movimiento
perpetuo” (p.101). Por este motivo, la obra de Jattin tampoco se ajusta a las categorías
clásicas de la teoría autobiográfica.

Para terminar con este análisis veamos otro ejemplo en el que la poesía de Gómez Jattin
trasciende las instancias autobiográficas. Puertas (2003) afirma que: “Uno es quien es por
oposición a lo que son y lo que representan los demás, sin embargo, es en su más inaccesible
y secreto interior, donde se atrinchera la condición de único e irrepetible que ostenta cada ser
humano” (p.97). Esto quiere decir que la ipseidad y la personalidad se forman en una relación
de adaptación con los demás. No obstante, en Gómez Jattin esto no se presenta de ese modo,
pues su relación con los otros estuvo mediada por tensiones ideológicas que no le permitieron
reconocerse en sus semejantes sino que por el contrario le hicieron sentirse excluido y
marginado de la sociedad. Veamos el siguiente poema:

Ellos y mi ser anónimo

Es Raúl Gómez Jattin todos sus amigos


Y es Raúl Gómez ninguno cuando pasa
Cuando pasa son todos
Nadie soy yo Nadie soy yo

Por qué querrá esa gente mi persona


Si Raúl no es nadie Pienso yo
Si es mi vida una reunión de ello
que pasan por su centro y se llevan mi dolor
Será porque los amo
Porque está repartido en ellos mi corazón
Así vive en ellos Raúl Gómez
Llorando riendo y en veces sonriendo
Siendo ellos y siendo a veces también yo
(Jattin,2018,p.71).

Esto nos permite afirmar que el yo lirico de este poema se expresa a partir de una posición
de desdoblamiento provocada por un estado de conciencia alterado y existe la posibilidad
que este a su vez sea producido por el consumos de algún alucinógeno. Puesto que es muy
común encontrar que uno de los principales efectos causados por estas sustancias sea el de la
proyección de características propias de la personalidad en otras personas. En ese sentido,
aspectos tales como: el recorte en la cadena fónica del nombre Raúl Gómez Jattin hasta
convertirse en un Nadie soy yo en contraposición con las marcas textuales que denotan la
otredad; demuestran que a Gómez Jattin no le interesaba adaptarse a los demás aunque se
viera reflejado en ellos. Por estos motivos, resulta contraproducente aplicar teorías racionales
a manifestaciones lingüísticas que no se encuentran dentro de estos límites.

De todo lo anterior, podemos concluir que las escenografías de la cotidianidad y de los


estados de conciencia alterados en la poesía de Gómez Jattin permiten transgredir la tradición
de la cultura oficial en Colombia y la institucionalidad literaria a partir de la creación de
ambientes y discursos coloquiales mediante un lenguaje popular. Además, se puede afirmar
que su obra trasciende las categorías clásicas de la teoría autobiográfica debido a que estas
tienen un enfoque lógico y lineal que no se ajusta a la fuerza vital e irracional de su poesía.
Referencias

Acevedo,A. (2013) ¿Revolución cultural en Colombia? Impresos y representaciones, 1968 -1972.


HisTOReLo: REVISTA DE HISTORIA REGIONAL Y LOCAL. 5 (10), 92-128.

Burgos, R. (1997) El escenario donde se desvanece. Revista: Gaceta. 40, 13-6.


Fiorillo, H. (2003) Arde Raúl: La terrible y asombrosa historia del poeta Raúl Gomez Jattin.
Bogotá, Colombia: Editorial Heriberto Fiorillo S. en C.S.
Gómez, R. (2018) Que te vas acordar Isabel. Bogotá, Colombia: Uniediciones.
Huxley,A. Las puertas de la percepción: cielo e infierno. Recuperado de www.lectulandia.com

Lejeune,P. (1994) El pacto autobiográfico y otros estudios. Madrid, España: Megazul-

Endymion

Mainguenau, D. (2001) ¿”Situación de enunciación” o “situación de comunicación”? Universite


Paris XII, Paris.
Puertas,F. (2003) La escritura autobiográfica en el fin del siglo XIX: el ciclo novelístico Pío Cid
considerado como la autoficción de Ángel Gavinet. Universidad de la Rioja.

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