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Documento 3

Tendencias de Futuro en el Mundo,


en la Iglesia y en la Vida Religiosa

INTRODUCCION

1. Entendemos por "tendencias" las expresiones de la conciencia colectiva que


tienden a definir el futuro, es decir, aquellas ideas y acciones que son más
comunes en la sociedad de hoy y que marcan una línea para el porvenir. En este
sentido, la Iglesia, atenta a los signos de los tiempos, desea ser fiel a su misión: :
ser Luz, en todo tiempo y en toda circunstancia, "para transformar el mundo
según el designio divino" (GS 2).

El Concilio Vaticano II proclamó así el sentido de la evangelización: "Por ser


Cristo Luz de los pueblos, este Sagrado Concilio...desea iluminar a todos los
pueblos con su claridad, que resplandece sobre el rostro de la Iglesia, anunciando
el Evangelio a toda criatura." (LG 1). LUZ para las naciones, es la misión. La
necesidad de iluminar es lo que nos mueve a actualizarnos, a poder ser luz, AQUÍ
y AHORA, en ESTE lugar y en ESTE momento. "Para realizar este cometido
pesa sobre la Iglesia el deber de escrutar los signos de los tiempos e interpretarlos
a la luz del Evangelio" (GS 4). De allí la importancia del presente documento que
espera identificar algunas de las tendencias del futuro presente en la situación
actual.

I. TENDENCIAS DE FUTURO EN EL MUNDO ACTUAL

El cambio: un mundo en transformación permanente.

2. El fenómeno fundamental en torno al cual se puede describir el conjunto de la


situación actual es el cambio, con sus luces y sombras, desequilibrios y desafíos
en el orden ético. Este cambio se caracteriza por ser:

· Rápido: En nuestro siglo se están dando mas cambios que en todos los siglos
pasados juntos.

· En aceleración constante: El ciclo invención-aplicación- comercialización,


gracias a la técnica se hace cada vez más rápido.
· Universal: En extensión geográfica por la interdependencia a nivel mundial en
todos los niveles del quehacer humano (científico, político, económico, cultural y
técnico) y en profundidad, pues toca a todo el ser humano y en toda su realidad
personal.

· Diferenciado: producido por algunos y sufrido por otros, pero nadie queda
excluido.(1)

Realmente este tiempo que estamos viviendo más que una época de cambios es
un cambio de época. Entramos en la Post-modernidad, la nueva era del
subjetivismo y las ideologías en crisis, en la que se hacen notar especialmente los
fenómenos de la secularización, la liberación y la globalización.

La secularización

3. Este fenómeno comporta una transformación de la relación del ser humano con
la naturaleza, de las personas entre sí y del ser humano con Dios. La relación con
Dios y con el hecho religioso se relativiza, así como toda forma o concepción que
pueda alienar al ser humano de su responsabilidad de constructor del mundo. Es
el fenómeno de la desacralización en favor de afirmar la legítima autonomía de la
persona, de la cultura y de la ciencia, pero que origina algunos desequilibrios:

· Entre la autonomía del ser humano y la pérdida del sentido de la trascendencia


o secularismo, entre valores religiosos y nuevos mitos e ídolos.

· Entre la familia con sus valores del pasado y la atomización de la misma, su


desintegración y la consecuente ruptura de los valores tradicionales.

· Entre las culturas tradicionales y la postmodernidad.

La liberación

4. Del mismo modo el cambio comporta un proceso de liberación o dinamismo


por el que personas, grupos, pueblos, razas y culturas no quieren ser simples
objetos de quienes tienen el poder de determinar el cambio, sino protagonistas
del propio destino en situación de igualdad, responsabilidad, participación y
comunión. De nuevo, con los inevitables desequilibrios:

· Entre liberación y nuevas formas de opresión, de marginación, de explotación y


de instrumentalización de los más débiles.
· Entre la concentración de poder económico-político-militar-técnico en manos
de pocos y las grandes masas que ven amenazada su dignidad personal y
colectiva sin poder de decisión.

La globalización

5. Visto globalmente, el mundo vive hoy un proceso de unificación, dada la


interdependencia creciente en todos los ámbitos. La tierra se ha convertido en
aldea en que la humanidad ha ido tejiendo una trama apretada de lazos
económicos y comerciales, políticos y militares, hasta ecológicos. Las
comunicaciones han acercado a muchos entre sí, en un mundo lleno de
informaciones, comunicaciones y encuentros. Este proceso de unificación
creciente se da con profundas contradicciones. Asistimos a una enorme
concentración de poder económico. También la información y las
comunicaciones están las manos de los grandes poderes económicos que
condicionan decisiones políticas, formación de la opinión, administración de la
justicia, aparatos militares, con tendencia a subordinar todo y del todo a sus
intereses. Por otra parte y al mismo tiempo se afirma el valor de las culturas
locales y regionales, y surge la amenaza del desequilibrio:

· Entre el progreso industrial irracional; y el problema ecológico por el


agotamiento de ciertas materias primas; entre países cada vez más ricos y países
cada vez más pobres. Al mismo tiempo en los países ricos hay masas de pobres
mientras en los paises pobres existen minorías ricas.

· Entre una sociedad ideal enriquecida por los aportes de la globalización y una
sociedad amenazada por la corrupción, la pobreza y la inseguridad.

Nueva ética.

6. Detrás de estos fenómenos, hay uno global, presente en ellos: la crisis de la


ética del pasado y la búsqueda de una nueva ética. Los recientes descubrimientos
y la interdependencia a nivel mundial exigen nuevos parámetros éticos que
orienten la convivencia de la humanidad, fundándola sobre la paz, la justicia y la
salvaguardia de lo creado.

Esta búsqueda de sentido, sin embargo, no está dirigida por las instituciones
religiosas, aunque hay en ella una positiva explosión de lo sagrado pluralista y
que a veces desemboca en nuevos movimientos religiosos o pseudoreligiosos. En
efecto, Dios y el hecho religioso, aunque con distinta intensidad y matices según
los países y ambientes, no son tenidos en cuenta al momento de organizar la
convivencia social, sino que quedan confinados a la esfera de lo particular y
privado. En general, en la vida pública y en la organización de la sociedad Dios
no cuenta o cuenta marginal u oportunísticamente.

Tendencias de futuro.

7. En este proceso de transformación y a pesar de sus desequilibrios se dan


algunas tendencias positivas:

Conciencia del valor de la persona, de sus derechos fundamentales y de que se


asegure su ejercicio real por parte de los estados; de la igualdad y la participación
como expresiones de la misma dignidad y libertad de toda persona humana, la
necesidad de la integración plena de la mujer en la vida colectiva.

Preocupación por reencontrar una nueva armonía entre el ser humano y su


ambiente circundante, con la naturaleza.

Sensibilidad ante el valor de la vida, de la justicia y de la paz como valores


independientes en un mundo que la ambición de algunos puede llevar a la
destrucción.

Toma de conciencia del valor de las propias culturas dentro de la unidad nacional
e internacional y relativización de los nacionalismos.

Búsqueda de un nuevo orden económico mundial y cambio de los actuales


sistemas económicos.

Sentido creciente de la responsabilidad del ser humano frente al futuro; visto no


como extrapolación del presente, ni como simple evolución del mismo, sino
como algo qué crear y planificar(2).

Creciente sensibilidad y gusto por las experiencias religiosas y místicas como


medio de un proceso personalizador y liberador.

Mayor diálogo ecuménico e interreligioso entre las diversas iglesias y religiones.

II. TENDENCIAS DE FUTURO EN AMÉRICA LATINA.

8. Dentro del contexto de la visión del mundo, como ha sido presentada, se nota
la incidencia de ciertas tendencias peculiares a la realidad Latinoamericana que
será importante tener en cuenta al tratar de hablar de tendencias del futuro. En el
Documento de Santo Domingo, los obispos señalan los siguientes como los
nuevos signos de los tiempos en el campo de la promoción humana:

1. Los Derechos Humanos (3)


2. La Ecología y el destino universal de los bienes y de la tierra (4)

3. Nuevo orden económico (5)

4. Regímenes democráticos (6)

5. Creciente urbanización (7)

El crecimiento de las ciudades ha convertido a varios de los países de América


Latina en unos de los más urbanizados del mundo. El rápido proceso de
urbanización ha hecho que Brasil, Ecuador y Perú dupliquen sus tasas de
urbanización en tan solo unas décadas. De hecho, Argentina, Chile, Uruguay y
Venezuela cuentan con poblaciones urbanas de más de 85% y, por ende, están
más urbanizados que Suiza (60%), Francia (74%), USA (75%), Japón (77%) y
España (79%).

6. Situación demográfica (8)

En 1990 el 25% de los latinoamericanos tenían 9 años o menos de edad y el 49%


tenían 20 años o menos. La distribución de edades de la población
latinoamericana es muy diferente a la de los países de otras partes del mundo.
Mientras en Latinoamérica la distribución de edades tiene una forma
perfectamente piramidal, en USA la distribución es mucho más achatada y en
Alemania y Japón bastante más uniforme. De forma que los problemas sociales
son muy diferentes en Latinoamérica y esos otros países. Sin embargo, y como
fruto de la mentalidad y políticas antinatalistas, hay una tendencia hacia la
disminución de la población y el aumento de la media de edad.

7. La Mujer doblemente marginada.

El reconocimiento del papel de la mujer, tanto en la familia como en las


comunidades eclesiales y en las diversas organizaciones de un país, choca
escandalosamente con la frecuente realidad de su marginación. Se la pospone en
su dignidad y derechos, relegándola a un lugar secundario: "se le niega una vida
digna a aquella que da y defiende la vida"(9).
Otros signos importantes que podemos señalar en relación a la dignidad humana
son:

8. La creciente organización de los pueblos indígenas.

9. Florecimiento de organizaciones no gubernamentales.

III. LAS TENDENCIAS DE FUTURO EN LA IGLESIA DE AL

9. Los obispos de América Latina, en el documento de Santo Domingo, nos


dicen: "En América Latina, continente religioso y sufrido, urge una Nueva
Evangelización que proclame sin equívocos el Evangelio de la justicia, del amor
y de la misericordia" (n. 13). El Papa convocó la IV Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano para comprometer a la Iglesia en una Nueva
Evangelización y para trazar una nueva estrategia evangelizadora, un plan global
de evangelización (n. 22) que se proyecte en un mayor compromiso por la
promoción integral del ser humano e impregne con la luz del Evangelio las
culturas de los pueblos latinoamericanos" (n. 2).

10. Con todo, es importante reconocer que hoy la Iglesia en América Latina vive
un proceso de transformación, un proceso que demuestra signos de contradicción,
luces y sombras. La proyección Conciliar de una Iglesia Comunión todavía no
llega a realizarse plenamente. Por tanto, es preciso reconocer en la Iglesia
latinoamericana el conjunto de luces y sombras tantas veces señalado:

Dificultades y peligros para la evangelización.

11. Existe el peligro de perder el dinamismo renovador del Concilio por una serie
de circunstancias y actitudes que no favorecen la comunión ni la evangelización:

· entre los agentes pastorales se vive una falta de unicidad organizativa: unidad
de vida, y criterios pastorales, que se manifiesta en el desacuerdo explícito con la
doctrina, la oposición de bandas dentro de la Iglesia, donde el modelo de
comunidad se reduce a pequeños grupos, movimientos eclesiales , asociaciones y
instituciones particulares, sin poder comprender su lugar dentro del modelo
englobante de Iglesia;
· la acción de la Iglesia pierde fuerza debido a la fragmentación de modelo de
Iglesia que se promueve en la pastoral: Iglesia como Sociedad Perfecta, de Elite,
de Pequeñas Comunidades, etc. Esto se reduce a una nueva forma de
individualismo de grupos y de sectores que absolutizan su propia forma de
entender y vivir la fe;

· en general, en este momento, se vive como si fuesen apartados separados: la


doctrina, la espiritualidad y la acción pastoral; cada uno va por su lado;

· se vive una crisis de espiritualidad, ya que la actual situación justifica el


individualismo, sin conducir a la convergencia o a la comunión, y por tanto, no
hace confluir las energías de la Iglesia hacia la edificación de la comunidad,

· falta el más mínimo punto de referencia: aún en el lenguaje existe tanta


diversidad (la misma palabra tiene diversos significados) de tal forma que no
puede haber comprensión entre los que trabajan en la misma Iglesia local o viven
en la misma comunidad religiosa;(10)

· frente a la propuesta de acciones comunes, las actitudes van desde rechazo hasta
resignación;

· la informalidad es llevada al terreno religiosa y se manifiesta en el sincretismo


que ofrece a las personas la posibilidad de elegir según sus preferencias, una
práctica religiosa ocasional y emotiva, desprovista de doctrina e indiferente ante
las directivas de la Jerarquía, una ética basada en la personal definición del bien y
del mal, la influencia decisiva de los multimedia en la formación de criterios y
valores, la búsqueda del sentido de la vida en ámbitos ajenos a la religión;

· hay gran número de fieles que buscan:


- una experiencia personal antes que una doctrina;
- interioridad antes que organización;
- paz personal antes que armonía social;
- la percepción de lo sagrado antes que la conducta moral;
- la salvación adquirida por los propios medios antes que la recibida;
- el grupo elegido antes que la comunidad anónima;
- la acción política antes que el compromiso de fe;
- pertenencia al grupo cerrado antes que la comunión eclesial.

Iglesia que camina hacia la Nueva Evangelización.


12. Encontramos también la llamada a una Nueva Evangelización y una nueva
imagen de la Iglesia, entendida como Comunión:

· se siente la necesidad de construir el techo común de la comunidad eclesial, de


buscar juntos la verdad, no sólo entre agentes pastorales sino con todos los
bautizados;

· se trabaja hacia la integración de las diversidades, en un dinamismo que desea


poner los dones, carismas y ministerios de todos al servicio de la comunidad
entera, de una manera coordinada, por medio de estructuras funcionales,
auténticas y flexibles, que tienden hacia la unidad;

· existe mayor conciencia de la necesidad de un itinerario de evangelización, de


crecer juntos en una espíritu de comunión, que da sentido a las relaciones
humanas y a la vida misma; un itinerario que conduce al pueblo en su conjunto a
crecer en la fe, con nuevos métodos;

· en definitivo, una Iglesia que desea estar cerca a la persona en estos tiempos
para ofrecerle nuestra manera de comprender el sentido de la vida; por tanto, una
Iglesia que centra su atención en la unidad, la comunión, la primacía de las
relaciones de caridad sobre las relaciones basadas en roles o ministerios; mas
bien, privilegia las relaciones de fraternidad y de igualdad, de integración y
sentido de pertinencia; una Iglesia que opta conscientemente y con gozo por el
servicio, la humildad, la misericordia, el diálogo; una Iglesia misionera, abierta a
la inculturación, identificada con los pobres y su causa, siguiendo el ejemplo y
las palabras de Jesús, "asumiendo con decisión renovada la opción evangélica y
preferencial por los pobres" (SD #180).

· Una Iglesia que siente el llamado del ecumenismo, a pesar de las dificultades
reales que surgen en su camino, experimentando el peligro del fanatismo y la
dificultad del diálogo no sólo en relación con otras confesiones, sino incluso
entre los diversos movimientos y corrientes intraeclesiales.

13. Los dos aspectos forman parte, ciertamente, de la realidad de la Iglesia


Latinoamericana, mientras camina hacia la imagen que Santo Domingo
promueve a través de los títulos del primer capítulo del documento, donde refiere
a la nueva evangelización:
Una Iglesia convocada a la santidad,

conformada de comunidades eclesiales vivas y dinámicas,

en la unidad del Espíritu con diversidad de carismas y ministerios

para anunciar el Reino a todos los pueblos (Capítulo 1)

privilegiando la Promoción Humana (Capítulo 2)

y la Inculturación (Capítulo 3).

14. La Iglesia Latinoamericana ha vivido en los últimos años un notable proceso


de renovación y revitalización al que no podemos permanecer ajenos. Es un
proceso marcado para siempre desde Medellín por el compromiso de la
liberación integral y la actitud profética, sellado en Puebla por la opción
preferencial por el pobre y enriquecido en Santo Domingo de cara al desafío de la
nueva evangelización y la inculturación del Evangelio. Los agustinos no
podemos estar ajeno a este plan global. La Orden en América Latina está llamada
a situarse dentro del marco del plan global de Nueva Evangelización trazado en
Santo Domingo(11).

IV. TENDENCIAS DE FUTURO EN LA VIDA RELIGIOSA DE AL

15. El proceso que ha vivido la Iglesia Latinoamericana se ha dejado sentir muy


significativamente en la experiencia de la vida religiosa. Juan Pablo II en la
Exhortación Apostólica Postsinodal "Vida Consagrada" recuerda a los institutos
de vida religiosa apostólica que su misión "no se limita a leer los signos de los
tiempos, sino que contribuirá también a elaborar y llevar a cabo nuevos proyectos
de evangelización para las situaciones actuales" (n. 73) y nos pide ocuparnos " de
aquello que el mundo descuida, responder generosamente y con audacia a las
nuevas pobrezas, sobre todo en los lugares más abandonados" (n. 63)(12).

También nos recuerda que las comunidades de vida apostólica pueden "plantear
perspectivas culturales concretas y significativas cuando testimonian el modo
evangélico de vivir la acogida recíproca en la diversidad y del ejercicio de la
autoridad, la común participación en los bienes materiales y espirituales, la
escucha de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. El modo de pensar y de
actuar por parte de quien sigue a Cristo más de cerca da origen, en efecto, a una
auténtica cultura de referencia, pone a descubierto lo que hay de inhumano, y
testimonia que solo Dios da fuerza y plenitud a los valores" (n. 80).

16. Por tanto, el Documento de Puebla (nn. 725ss.), inspirado en la reflexión de


la CLAR, sintetiza las tendencias para la vida religiosa latinoamericana así:

Experiencia de Dios, deseo de interiorización y enriquecimiento mutuo de la


oración y la vida;

Comunidad fraterna, que valora la amistad, las relaciones interpersonales, el


diálogo y la participación;(13)

Opción preferencial por el pobre, que se expresa en la austeridad de vida y la


capacidad de compartir, solidarizarse y convivir con las víctimas de la
marginación;(14)

Inserción en la vida de la Iglesia particular, integrándose en su pastoral de con


junto y enriqueciéndola con el propio carisma.(15)

De acuerdo a estas tendencias, la mima CLAR subrayaba en su Asamblea


General de Lima (junio 1997), la necesidad de que la Vida religiosa reafirme hoy
sus "convicciones más profundas": centralidad del seguimiento de Jesús, opción
por los pobres, revitalización de la experiencia espiritual; y vivencia de la
comunión.

V. TENDENCIAS DE FUTURO EN LA ORDEN EN AL

Realidad y juicio sobre el presente de la Orden en AL.

17. Analizando el discurso del Prior General en la apertura del Encuentro Hipona
, encontramos algunos datos de nuestra realidad que merecen especial atención:
"La diversidad de actividades y planteamientos dentro de la Orden, como
respuesta a las condiciones concretas de la Iglesia y de la sociedad
latinoamericana, junto con las dramáticas condiciones sociales del
Continente evidencia en Latinoamérica, mejor que en ninguna otra parte de
nuestro mundo agustiniano, las diferencias existentes dentro de la Orden sobre
el modo de concebir nuestra misión en la Iglesia. Nuestras actividades están
sostenidas, en efecto, por opciones pastorales concretas, con frecuencia
diferentes y hasta contrapuestas entre sí. La consecuencia de este hecho se
traducía en dificultad para el diálogo, por hablar lenguajes diferente, e
imposibilidad práctica para la colaboración por la lejanía de nuestros
planteamientos pastorales. Como consecuencia de esta diversidad, el perfil del
agustino encarnado en Latinoamérica carecía de una identidad clara"(16). Por eso,
la realidad latinoamericana de la Orden, con sus contradicciones y con sus
posibilidades, con sus luces y sus sombras, nos urge al diálogo y a la
programación conjunta.

18. En relación con nuestra realidad estadística, una primera impresión puede
resultar algo desconcertante. Tomando como punto de comparación la situación
de la Orden en AL en el catálogo de 1963 (los datos corresponden al 1 enero
1963) y en el de 1994, vemos que en treinta años, además del natural
envejecimiento de los hermanos, observamos el cuadro siguiente:

· Ha crecido el número de comunidades: de 116 hemos pasado a 168 (52


comunidades más, lo que significa un aumento del 44,8 %).

· Sin embargo ha disminuido el número de religiosos presentes en América


Latina: en 1963 había 751 religiosos; en 1994 éramos 720 (una leve disminución
de 31 religiosos, equivalente a un 4,1 % menos).

Perspectivas para el futuro de la Orden en AL.

19. En cuanto a las comunidades y en cuanto al número de religiosos:

Actualmente ya no hay grandes comunidades, como había en 1963,


particularmente en los colegios. La leve reducción del número total de religiosos
en América Latina se debe, principalmente, a la disminución de religiosos
europeos, porque el número de religiosos nativos ha aumentado. En efecto, el
número de religiosos nativos en 1963, incluyendo los profesos en periodo de
formación, era de 364. En 1994 el número ha ascendido a 421 (aumento de 15,6
%). Otro dato importante es que en 1963 había religiosos nativos sólo en 8
circunscripciones. Actualmente tenemos religiosos nativos en 18
circunscripciones. Aunque alguna provincia latinoamericana ha disminuido de
número (Chile y Quito), otras circunscripciones han aumentado.

20. Necesaria revitalización espiritual.

El compromiso religioso tiene un componente social importante, que nos hace


colaboradores del necesario cambio estructural, pero no puede identificarse con
esta dimensión social, ni estar, por tanto, fundamentado en motivaciones
humanas. Se busca la santidad comunitaria, de acuerdo al objetivo general
elaborado por la Asamblea de Superiores Mayores en Hipona 1996: "promover
en la Iglesia, inmersa en la sociedad, un dinamismo de conversión y
renovación permanentes por el testimonio de santidad comunitaria de la
Orden en América Latina".

21. Percepción de la realidad social.

En este punto se ha producido un avance muy significativo. Hoy existe una


conciencia más clara del mundo en que trabajamos y por tanto mayor apertura a
la lectura de los signos de los tiempos, a la realidad concreta del continente.
Latinoamérica vive situaciones dramáticas de pobreza e injusticia estructural y
nosotros no podemos mantenernos ajenos a la realidad de los pobres. A esta
conciencia, que se percibe incluso en un nuevo lenguaje común, se está llegando
como fruto del esfuerzo de muchos (Iglesia, Capítulos Generales, OALA,
Conocoto...). Hoy nuestros religiosos son más conscientes de las exigencias de la
realidad de América Latina, aunque no siempre se traduzca esa conciencia en
acciones concretas o en opciones eficaces de solidaridad y compromiso personal
y comunitario.

22. Escucha más atenta de la voz de la Iglesia.

Es precisamente la Iglesia Latinoamericana la que nos insta a nuestro


compromiso con los pobres: opción por los pobres (no exclusiva, ni excluyente),
recomendada en Puebla, Medellín y Santo Domingo. Recordemos la frase del
cardenal Arns, arzobispo de Sao Paulo, en el Capítulo General Intermedio de
1992: la Iglesia es la casa de los pobres. Ella promueve la justicia, por estar
comprometida en una evangelización integral. La opción por los pobres es una
exigencia teológica y religiosa de nuestra pertenencia a la Iglesia. No es algo
puramente sociológico, aunque algunos sectores dentro de la Iglesia hayan
tendido a interpretarlo de este modo. La Iglesia latinoamericana nos llama a vivir
y testimoniar la comunión y la participación. Lo que exige, además de la opción
por los pobres, comprometernos en la opción por los jóvenes y el proceso de la
inculturación del evangelio.
23. Esfuerzo por la promoción de vocaciones y su formación.

También este punto se ha producido un salto cualitativo hacia adelante. De las


siete circunscripciones con religiosos nativos en 1963, sólo cuatro tenían
profesos en periodo de formación y novicios, lo que hace pensar que,
probablemente, sólo estas cuatro provincias tenían programas de formación
(México, Quito, Chile, Michoacán). Hoy la mayoría de las circunscripciones
latinoamericanas está promoviendo programas de promoción vocacional y
esforzándose por poner al día la formación de sus candidatos de acuerdo a
la Ratio Institutionis.

En 1963 había 89 profesos en periodo de formación. Actualmente hay unos 100.


Casi todas las circunscripciones de la Orden en América Latina tienen la pastoral
vocacional como uno de sus objetivos prioritarios. Algo que, ciertamente, no
sucedía hace treinta años. Partiendo de cuanto ha sido hecho en los últimos años,
hay que seguir intensificando el esfuerzo de la Orden en esta dirección. Este es
uno de los campos donde es posible unir las fuerzas y colaborar entre las
circunscripciones. Ya existen algunos proyectos comunes, pero debe
profundizarse más en la cooperación.

24. Diálogo y colaboración dentro de la Orden.

Como fruto de los apartados anteriores ha aumentado significativamente el


diálogo y la colaboración dentro de la Orden. Se están rompiendo barreras que
parecían infranqueables, gracias a la actitud de mirar todos en una dirección, en
vez de dedicarnos a mirar unos enfrente a los otros, para subrayar lo que nos
separa. La conciencia de una necesaria revitalización espiritual, la apertura al
mundo de los pobres, a la voz de la Iglesia ha aproximado posturas y ha abierto
nuevos caminos de colaboración. De hecho, el Capítulo General de 1995 nos ha
instado a la renovación espiritual y comunitaria. Pero ha dirigido también, junto
con el Capítulo General precedente, una invitación muy insistente a la
"colaboración", que ha sido una de las palabras claves. En este punto estamos
recogiendo frutos muy positivos en algunas áreas geográficas. Latinoamérica
ofrece un amplio campo para la colaboración, por la unidad de propósitos. A ello
nos invita también el factor lingüístico. Es posible fomentar la colaboración
dentro de cada área lingüística e incluso superando la barrera de la lengua ya que
se trata de un obstáculo fácilmente superable por la cercanía de ambas lenguas.
La colaboración se ha de considerar como una exigencia de la Orden para crecer
armónica y eficazmente en el futuro y para desarrollar un servicio más eficaz en
la Iglesia.

BIBLIOGRAFIA
Constitución Dogmática sobre la Iglesia "Lumen Gentium"

Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Actual "Gaudium et Spes"

Exhortación Apostólica Postsinodal de su Santidad Juan Pablo II "Pastores Dabo


Vobis"

Exhortación Apostólica Postsinodal de su Santidad Juan Pablo II "Vita


Consecrata"

Conclusiones de la Cuarta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano


Santo Domingo

Documento del Encuentro Hipona 1996 de los Agustinos de Latinoamérica

"El Desafío Latinoamericano...y sus cinco grandes retos" por José Luis Cordeiro
McGraw Hill Interamericana 1995

Codean, V. SJ La misión de la Vida Religiosa ante los nuevos areópagos, en


Seminario Teológico de la CLAR, Febrero 1997, Bogotá.

Arnold, S.P., OSB Pensar la fe como religiosas/os; claves hermenéuticas, en


Seminario Teológico de la CLAR, Febrero 1997,Bogotá.

Valle, E. SVD, Las macrotendencias de nuestra época. Escenarios y ambientes de


la América Latina que está naciendo, en Caminos de CLAR y CONFER,
Diciembre 1996, n.8 p.5-16.

1.
0
Gaudium et Spes 5

2.
0
2. Cf. GS 55. También Pastores dabo vobis, n.6: "En la sociedad encontramos
una sed de justicia y de paz muy difundida e intensa; una conciencia más viva del
cuidado del hombre por la creación y por el respeto a la naturaleza; una búsqueda
más abierta de la verdad y de la tutela de la dignidad humana; el compromiso
creciente, en muchas zonas de la población mundial, por una solidaridad
internacional más concreta y por un nuevo orden mundial, en la libertad y en la
justicia. Junto al desarrollo cada vez mayor del potencial de energías ofrecido por
las ciencias y las técnicas, y la difusión de la información y de la cultura, surge
también una nueva pregunta ética: la pregunta sobre el sentido, es decir, sobre
una escala objetiva de valores que permita establecer las posibilidades y los
límites del progreso".

3.
0
La conciencia de los derechos humanos ha progresado notablemente, pero al
mismo tiempo ha crecido el problema de la violación de algunos derechos y se
han incrementado las condiciones sociales y políticas adversas. (SD, n. 166)

4. 0 Las propuestas de desarrollo tienen que estar subordinadas a criterios éticos.


Una ética ecológica implica el abandono de una moral utilitarista e individualista.
Postula la aceptación del principio del destino universal de los bienes de la
creación y promoción de la justicia y solidaridad como valores indispensables .
(SD n. 169)

5. 0 El creciente empobrecimiento en el que están sumidos millones de hermanos


nuestros hasta llegar a intolerables extremos de miseria es el más devastador y
humillante flagelo que vive América Latina debido a la inflación y reducción de
los salarios reales y a la falta de acceso a servicios básicos, al desempleo y el
aumento de la economía informal y de la dependencia científico-tecnológica.

La política de corte neoliberal que predomina hoy en América Latina profundiza


aún más las consecuencias negativas difundiendo una mentalidad y un estilo de
vida consumistas y egoístas, ampliamente divulgados por los medios de
comunicación social. Al desregular indiscriminadamente el mercado, eliminarse
partes importantes de la legislación laboral y despedirse trabajadores, al reducirse
los gastos sociales que protegían a las familias de trabajadores, se ha ahondado
aún más las distancias en la sociedad. (SD, nn. 179, 199)

6. 0 La convivencia democrática se ha venido deteriorando, entre otros factores,


por la corrupción administrativa, distanciamientos de los liderazgos partidistas
con relación a los intereses de las bases y las reales necesidades de la comunidad;
vacíos programáticos y desatención de lo social y ético-cultural de parte de las
organizaciones partidistas; gobiernos elegidos `por el pueblo, pero no orientados
eficazmente al bien común; mucho clientelismo político y populismo, pero poca
participación (SD, n. 192).
7. 0 Hay, en los últimos años, un fuerte incremento de la migración hacia los dos
grandes países en el Norte, y también, aunque en menor grado, hacia otros países
latinoamericanos más ricos. Esto trae graves consecuencias de desintegración
familiar y desangre de fuerzas productivas en nuestros pueblos (SD, n. 187).

8.
0
Las campañas anti-vida son un verdadero "terrorismo demográfico", que
exageran el peligro que puede representar el crecimiento de la población frente a
la calidad de vida. Existe una distribuición masiva de anticonceptivos, en su gran
mayoría abortivos. Inmensos sectores de mujeres son víctimas de programas de
esterilizaciones masivas. (SD, n. 219).

9.
0
Cf. SD, nn. 105, 106.

10. 0 "Se comprueba que la mayor parte de los bautizados no han tomado aún
conciencia plena de su pertenencia a la Iglesia. Se sienten católicos, pero no
Iglesia. Pocos asumen los valores cristianos como un elemento de su identidad
cultural y por lo tanto no sienten la necesidad de un compromiso eclesial y
evangelizador.... Así se explica la incoherencia que se da entre la fe que dicen
profesar y el compromiso real en la vida". (SD nn.96 y 161)

11.
0
La Nueva Evangelización exige la conversión pastoral de la Iglesia. Tal
conversión debe ser coherente con el Concilio. Lo toca todo y a todos: en la
conciencia y en la praxis personal y comunitaria, en las relaciones de igualdad y
de autoridad; con estructuras y dinamismos que hagan presentes cada vez con
más claridad a la Iglesia, en cuanto a signo eficaz, sacramento de salvación
universal

12.
0
Ver también Santo Domingo: Por su experiencia testimonial, la vida religiosa
ha de ser siempre evangelizadora para que los necesitados de la luz de la fe
acojan con gozo la Palabra de salvación; para que los pobres y los más olvidados
sientan la cercanía de la solidaridad fraterna; para que los marginados y
abandonados experimenten el amor de Cristo; para que los sin voz se sientan
escuchados; para que los tratados injustamente hallen defensa y ayuda" (n. 85).
También recuerdan los obispos que, a raíz del Concilio Vaticano II, y bajo el
impulso de Medellín y Puebla, ha habido un esfuerzo de renovación de los
religiosos, una "vuelta a las fuentes." No obstante, en el apartado de líneas
pastorales los obispos quieren "alentar las iniciativas en favor de la formación
inicial y permanente y de un acompañamiento espiritual de los religiosos para
que éstos puedan responder a los retos de la Nueva Evangelización" y "procurar
que los religiosos que se encuentran trabajando pastoralmente en una Iglesia
particular lo hagan siempre en perfecta comunión con el obispo y los presbíteros"
(n. 93).

13.
0
En este sentido es interesante resaltar la colaboración intercongregacional,
particularmente en programas de formación inicial.

14.
0
SD n. 85

15.
0
SD n. 93. San Agustín en su vida y promoción de la vida religiosa es un modelo
preclaro de esta inserción.

16.
0
R.P.Miguel A. Orcasitas Gómez, Discurso de apertura, Moroleón, Mex., 12 de septiembre de 1996.

https://oala.villanova.edu/hipona/tendencias.html

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