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Endocarditis
Especialidad Cardiología
CIE-10 I33
CIE-9 421
DiseasesDB 4224
MedlinePlus 001098
MeSH D004696
Aviso médico
Índice
1Historia
2Epidemiología
3Etiología
4Clasificación
o 4.1Según su ubicación
o 4.2Según su adquisición
o 4.3Según los resultados microbiológicos
5Patología
6Cuadro clínico
7Diagnóstico
o 7.1Criterios de Duke
7.1.1Criterios mayores
7.1.2Criterios menores
8Tratamiento
9Pronóstico
10Complicaciones
11Prevención
12Endocarditis no-infecciosa
13Véase también
14Referencias
15Enlaces externos
Historia[editar]
La primera descripción documentada de un caso de endocarditis fue realizada en 1646 por
Lazare Rivière. Giovanni Battista Morgagni describiría en su obra De sedibus, et causis
morborum per anatomen indagatis detalladamente el curso clínico de los pacientes afectados.
Sin embargo, no sería hasta 1806 que Jean-Nicolas Corvisart introduce el término vegetación
y Jean Baptiste Bouillaud en 1924 los términos endocardio y endocarditis. Dos estudiantes de
Rudolf Virchow, Emanuel Fredrik Hagbarth Winge y Theodor Albrecht Edwin Klebs, serían los
responsables de establecer la etiología infecciosa de esta enfermedad. William Osler llevaría a
cabo importantes descripciones y habría advertido al compositor Gustav Mahler del estado de
su salud. 2
Epidemiología[editar]
En países desarrollados, la incidencia de la endocarditis varía entre 1,5 y 6,2 casos por
100.000 habitantes cada año. La incidencia en el resto del mundo parece ser muy similar a la
de los países desarrollados y suele ser 2 o 3 veces más frecuente en hombres que en
mujeres, estadísticas que no han variado en los últimos 50 años.3 Anteriormente era más
prevalente en adultos con valvulopatía reumática, sin embargo ha disminuido debido a la
terapia antimicrobiana. En la actualidad, el riesgo mayor lo comparten los ancianos, los
que consumen drogas intravenosas (en los que aparecen casi exclusivamente sobre la válvula
tricúspide) y quienes hayan tenido una sustitución valvular. Los adultos intervenidos de
algunos tipos de cardiopatías congénitas en la infancia o adolescencia tienen mayor
probabilidad de endocarditis. No es frecuente en niños, en quienes aparece principalmente
asociada al uso de catéteres de larga duración, especialmente en recién nacidos prematuros y
niños con cáncer.4 En la población pediátrica, el principal factor de riesgo es la presencia al
nacer de una cardiopatía congénita.4
Etiología[editar]
Aunque es generalmente una enfermedad bacteriana (endocarditis bacteriana),
los hongos y virus también son considerados como agentes causales de la enfermedad.5 Por
ello es mejor hablar de endocarditis infecciosa. No es infrecuente que no se identifique el
organismo responsable del desarrollo de la endocarditis, en cuyo caso se habla de
endocarditis bacteriana por germen desconocido.
La mayor proporción de los casos de endocarditis son producidos por un pequeño número
de bacterias, las cuales llegan al torrente sanguíneo por portales de entrada, como la cavidad
bucal, la piel y las vías respiratorias. Las bacterias más frecuentemente asociadas a la
endocarditis infecciosa son:
Adquirida en la comunidad.
Nosocomial.
Asociada al uso de drogas intravenosas.
Según los resultados microbiológicos[editar]
En las endocarditis, los síntomas pueden generarse de un modo lento (subagudo) menos
grave, dependiendo del microorganismo infectante, que puede prolongarse semanas o meses,
o en cambio, de modo repentino (agudo), producido por microorganismos virulentos.7 No
siempre existe una clara separación entre la forma aguda y la subaguda. En más del 50% de
los pacientes se nota:
Debilidad y fatiga.
Escalofríos.
Fiebre el síntoma más común, prolongada por semanas o meses.
Soplo cardíaco.
Esplenomegalia en el 55-70 % de los casos.
En menos de la mitad de los pacientes puede verse:
Pérdida de peso
Sudoración excesiva y/o sudoración nocturna, puede ser severa
Dificultad para respirar con la actividad o, cuando hay daño valvular severo, en reposo.
Dolores musculares (mialgias)
Palidez (secundaria a anemia)
Dolores articulares (artralgias) en 25% de los casos
Sangre en la orina u orina de color anormal
Inflamación de pies, piernas o abdomen
Lesiones de Janeway, (manchas cutáneas rojas e indoloras, localizadas en las palmas de
las manos y en las plantas de los pies)9
Nódulos de Osler: Lesiones subcutáneas rojas y dolorosas en la yema de los dedos de
manos y pies o en las eminencias tenar o hipotenar 9
Anomalías en las uñas (hemorragias en astillas bajo las uñas)
Diagnóstico[editar]
El diagnóstico de endocarditis es actualmente más fácil, debido a la introducción y difusión del
uso de la ecocardiografía en la práctica clínica habitual y la mejora progresiva de la calidad de
las imágenes. Igualmente, el progreso en las técnicas de hemocultivo ha facilitado el
diagnóstico.
El grado de sospecha se incrementa en el momento en el que existan antecedentes de
enfermedades cardiacas predisponentes (las señaladas anteriormente que se asocian a daño
del endocardio), especialmente si se puede identificar a través de la anamnesis, un
antecedente reciente de manipulación dental, urológica, o digestiva, o un proceso infeccioso
que pueda haber actuado como puerta de entrada a una bacteria. El examen físico puede
mostrar una hipertrofia del bazo (esplenomegalia).7
A la exploración lo más característico y específico es la auscultación de un soplo cardiaco que
el paciente no tenía previamente o el cambio en las características auscultatorias de un soplo
cardíaco previo. El soplo está presente en cerca de la mitad de los pacientes con
endocarditis.9 El examen de las uñas puede mostrar hemorragias en astilla.
El examen oftalmológico puede mostrar hemorragias retinales caracterizadas por un área
central clara (llamada manchas de Roth) y petequias (pequeños puntos de hemorragia) que se
pueden detectar en la conjuntiva.7 Las puntas de los dedos de las manos se pueden agrandar
y las uñas pueden encorvarse (dedos hipocráticos).
Exámenes
Endocarditis no-infecciosa[editar]
La inflamación de las válvulas cardíacas por causas no infecciosas son poco frecuentes.
Incluye la endocarditis trombótica no bacteriana, caracterizada por precipitaciones de
pequeñas masas de fibrina y otros elementos sanguíneos sobre las válvulas cardíacas de
ambos lados del corazón. Estas vegetaciones son estériles, miden entre 1-5 mm y pueden ser
únicas o, con menos frecuencia, múltiples.
Una forma de endocarditis donde se afectan las válvulas mitral y tricúspide por inflamación
mucoide es la endocarditis de Libman Sacks. Se caracteriza por degeneración fibrinoide y
posterior fibrosis por colágeno, infiltración por neutrófilos y otras células mononucleares.
La valvulitis conduce a la formación de pequeñas vegetaciones en las valvas en forma de
mora. Esta inflamación aparece a menudo en pacientes con lupus eritematoso, el síndrome
del antifosfolípido y, ocasionalmente, en pacientes con cáncer, en particular con
un adenocarcinoma mucinoso.