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Cuerpos de aire: retórica visual de la vanidad

· luis vives-ferrándiz sánchez ·


Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias “González Martí”

la metáfora de las burbujas una burbuja ya que su vida es igual de frágil que éstas, pues
La vanitas es una idea que ha formado parte de la cultura cris- explotan nada más tocarlas.
tiana de la Europa occidental y sus zonas de influencia desde
época antigua. Sus orígenes se encuentran en las palabras de La comparación de la vida del hombre con las burbujas en-
Salomón, recogidas en el Eclesiastés, que afirman “vanidad de tronca, además, con el propio sentido y profundidad del con-
vanidades, todo es vanidad”1. Se trata de una reflexión de corte cepto vanitas. Una aproximación filológica al término desvela
existencialista sobre el sentido de la vida pues ante la perspec- que la palabra latina vanus, de la que deriva vanitas, significa
tiva de la resurrección y la eternidad, la vida terrena se carga hueco, vacío, inconsistente, irreal. De hecho, es un término
de un sentido peyorativo: el mundo es vanidad. El mensaje de que forma parte del vocabulario arquitectónico para hacer
la vanitas es rico, amplísimo, ya que en torno a él orbitan una referencia a un hueco o espacio vacío abierto en un muro. El
serie de temas que lo enriquecen a la par que le dan pleno sen- término hebreo que se utiliza en el Eclesiastés, hebhel, que se
tido y que son una constante en la cultura de muchas épocas y tradujo por vanitas en la Vulgata, complementa este sentido
lugares: la vanitas trata de la fugacidad del tiempo, de la belle- ya que se traduce al castellano por irrealidad, vacío, inconsis-
za que se marchita, del carácter igualatorio de la muerte hacia tente, humo o vapor4. Vanitas hace mención, por lo tanto, a
todas las clases sociales, de la inutilidad del poder, del despego algo vacío o inconsistente, siendo las burbujas una expresión
del mundo o la fragilidad de la vida. La vanitas no puede re- real y metafórica para subrayar la fragilidad e inconsistencia
ducirse a una de estas ideas sino que todas ellas conforman y de la vida humana. La metáfora nos habla de un cuerpo frá-
enriquecen su discurso a lo largo del tiempo, como si fuera un gil como una burbuja que explota al mínimo contacto, de un
puzle o mosaico que necesita de todas ellas para ser compren- cuerpo de aire que está vacío.
dido en su totalidad2.
del texto a la imagen
El rico repertorio de las imágenes de vanitas transmite éstas y El proceso de formación de la imagen del homo bulla fue es-
otras nociones por medio de metáforas: el reloj de arena, una tudiado inicialmente por Janson y Stechow, quienes estable-
flor que se marchita, la calavera, la vela que se apaga o las co- cieron las fuentes en los escritores romanos Varrón y Luciano
ronas del poder son metáforas que persuaden al observador y propusieron una cadena de transmisión y supervivencia de
de ideas como el paso del tiempo, la belleza que desaparece, las mismas a lo largo de la Edad Media hasta la creación de la
la vida que termina o la inutilidad del poder ante la llegada de imagen visual en el siglo xvi5. Al comienzo del Rerum rustica-
la muerte. Se trata de conceptos o significados que se vehi- rum de Varrón se encuentra la primera referencia conocida al
culan a través de la mirada, de la visualidad, formando parte tema. El autor se dirige a su esposa Fundania lamentándose
de lo que se conoce como retórica visual. Si la retórica es la de los achaques de la edad ya que si el hombre es tan frágil
disciplina que estudia las técnicas y recursos que el lenguaje como una burbuja, más lo es un viejo6. El mismo lamento se
emplea para persuadir, la retórica visual es la disciplina que encuentra en uno de los diálogos satíricos de Luciano titulado
estudia la persuasión por medio de los recursos del lenguaje Caronte o Los contempladores. El mítico remero Caronte de-
de las imágenes3. Entre ellos se encuentran la metáfora o la sea conocer qué es la vida humana pues la mayoría de almas
alegoría, técnicas en las que opera el fenómeno de la sustitu- que debe trasladar se quejan y suspiran por haber perdido la
ción de términos, pues se dice una cosa por medio de otra: el vida. Hermes le acompaña en este viaje y le enseña desde las
reloj de arena para aludir al paso del tiempo o la vela como alturas qué es la vida humana, haciendo comentarios críticos
sustituto de la vida humana. Una de las metáforas más origi- y satíricos sobre la misma. Una vez ha terminado el trayec-
nales que forma parte del discurso de la vanitas es la que com- to, Caronte, tras conocer la esencia de la vida, se expresa con
para la vida del hombre con una burbuja. El tema se conoce estas palabras: “al menos yo, Hermes, quiero decirte a qué se
con el término latino homo bulla, es decir, el hombre es como me han parecido asemejarse los hombres y su vida. ¿Has visto

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1 Pieter Bruegel: Juegos de niños,
1560. Kunsthistorisches Museum,
Viena.

alguna vez las burbujas que se producen en el agua cuando crito la relación del cuerpo y el alma como la de un receptáculo
uno llena el caldero a cierta altura bajo el chorro de la fuente? que contiene aire8, una metáfora muy próxima conceptualmen-
Esas pequeñas pompas, quiero decir, de las que se forma la te al tema del homo bulla que Gregorio adaptó con modifica-
espuma. Algunas de ellas son pequeñas y en cuanto se revien- ciones a la doctrina cristiana. En el Dialogus de anima et resu-
tan se desvanecen; otras, en cambio, duran más. Cuando se les rrectione o en De Pauperibus Amandis Gregorio la utiliza para
acercan otras, infladas, van creciendo hasta formar una gran enfatizar que la vida del hombre es frágil como una burbuja,
bola, y, sin embargo, después, también ellas se estallan. No es mientras que en Contra Eunomium la emplea para explicar la
posible que suceda de otro modo; así es también la vida del resurrección y ascensión de Cristo, pues se produjo siguiendo
hombre: todos se hinchan por acción del aire, los mayores, los un movimiento ascensional como el de una burbuja9.
menores; y unos mantienen el soplo de aire por un breve es-
pacio de tiempo y un destino rápido; otros dejan de existir al La comparación de la vida del hombre con una burbuja pervi-
instante mismo de su constitución; pero a todos no les queda vió en la cultura medieval ya que fue incluido en el Lexicon de
más remedio que romperse”7. Suidas, una compilación medieval de dichos y proverbios del
siglo x, en orden alfabético, que fue reimpresa en Milán en 1499
Varrón y Luciano constituyen, por lo tanto, las fuentes tex- y en las prensas venecianas de Aldo Manuzio en 1514. Erasmo
tuales de las que deriva el tema aunque cada uno le imprime de Róterdam cita en más de trescientas ocasiones el Lexicon de
un sello personal. Varrón habla en términos melancólicos ya Suidas en sus Adagia como si fuera un autor, aunque en reali-
que es un anciano que se lamenta de los achaques de la edad dad es una compilación anónima. La inclusión de la compara-
y de la dificultad que ha encontrado para terminar su libro. ción del hombre con una burbuja en el libro de Erasmo, un es-
Luciano, por su parte, emplea la metáfora con un tono satíri- cueto Homo bulla10, fue uno de los detonantes para su posterior
co y describe la vida humana con un cierto desprecio o burla difusión en imágenes a partir de la segunda mitad del siglo xvi.
casi nihilista en el que no queda lugar para lo sentimental: da La metáfora que comparaba la vida del hombre con una bur-
igual si la burbuja es más grande o más pequeña pues al final buja llena de aire se transmitió desde Varrón y Luciano hasta
todas explotan. Erasmo pasando por el Lexicon.

Los textos de los Padres de la Iglesia apenas hacen referencia a Hasta esta fecha, la comparación pervive en forma puramente
la metáfora para moralizar y adoctrinar sobre la vida humana textual pero a partir de la segunda mitad del xvi se produce
pues tan sólo hay constancia que la utilice Gregorio de Nisa, se- una verdadera eclosión de imágenes sobre el tema que tiene
gún los trabajos de Saffrey y Peroli. Los epicúreos habían des- lugar en el ámbito flamenco y nórdico, probablemente por in-

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2 Hadrianus Junius: Cuncta complecti
velle, stultum, 1565.

der Zeden, un poema sobre juegos de niños vistos desde una


óptica moralizante. La imagen del niño que hace pompas de
jabón no falta en la ilustración de los poemas, una imagen
que Cats utiliza para recordar que quien asciende muy rápido
puede acabar mal12. La moralización que posteriormente hace
Cats de las pompas de jabón es el principal argumento que se
esgrime para buscar ese mismo sentido en la pintura de Brue-
gel, de modo que ésta sería la primera imagen en la que la idea
de fragilidad se expresa por medio del homo bulla. No obstan-
te, otras interpretaciones apuntan que la temática del lienzo
se orientaría a representar la necedad o locura, así como la
primera de las edades de la vida, la Infancia, pues la tradición
cultural la asociaba con el juego13.

Pocos años después se sitúa un emblema de Hadrianus Ju-


nius que ya trata el tema con un sentido moralizante mucho
más claro (fig. 2). La pictura del mismo muestra a un grupo
de niños o putti que se afanan en perseguir unas burbujas
de jabón. La moralidad que encierra el emblema alude a que
sólo los necios se preocuparían por perseguir las burbujas ya
que éstas, al mínimo contacto, explotan14. Perseguir burbu-
2
jas es una necedad, una locura, una idea que también estaría
latente en el lienzo de Bruegel a tenor de algunas interpreta-
fluencia de la obra de Erasmo. Un San Jerónimo en su estudio ciones y que enlazarían con la difusión del tema del loco o el
de Joos van Cleve (The Art Museum, Princeton University), necio en el siglo xvi. Las burbujas aparentan ser consisten-
fechado en 1528, contiene la inscripción Homo Bulla en una tes, brillan, flotan pero se desvanecen rápidamente: perse-
cartela dispuesta sobre uno de los muros del estudio del san- guirlas es de necios.
to11. Es la primera vez que una imagen visual hace alusión al
tema pero no se puede hablar todavía de retórica visual ya que Otra de las primeras imágenes del tema del homo bulla se en-
la metáfora no está articulada en imagen sino que mantiene su cuentra en el reverso del retrato circular de Adam Wachen-
expresión textual. En este sentido, la primera imagen sobre el dorff (Rijksmuseum, Ámsterdam) pintado por Cornelis Ketel
tema del homo bulla podría ser una pintura de Pieter Bruegel en 1574: un niño se dedica a hacer pompas de jabón acompa-
titulada Kinderspel (Juegos de niños) y fechada hacia el año ñado de una inscripción en griego que recuerda “el hombre es
1560 (fig. 1). Se trata de una auténtica enciclopedia visual de una burbuja”15. Sin embargo, el niño de Ketel no está realizando
juegos de niños en la que no falta un niño haciendo pompas ninguna burbuja a pesar de haber sido representado con el ges-
de jabón y en la que Bruegel querría mostrar un paralelismo to de soplar por el canutillo (fig. 3). El pintor propone al espec-
entre la infancia y la vejez. En la parte inferior izquierda del tador una reflexión más profunda en la que pintura y mensaje,
lienzo se encuentra el niño haciendo burbujas, una imagen forma y contenido, se combinan de manera sofisticada. La pro-
que probablemente tendría una interpretación moralizante pia forma circular del retrato es la burbuja, de manera que el
en su época ya que, años después, en 1618, el poeta Jacob Cats reverso del lienzo (la representación del homo bulla) comple-
publicó el Kinderspel Gheduyt tot Sinne-Beelden, ende Leere menta lo representado en el anverso (el retratado) en un juego

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3 Cornelis Ketel: Retrato de Adam
Wachendorff, reverso, 1574.
Rijksmuseum, Ámsterdam.

intelectual que enlaza con el tema del doble retrato macabro


tan propio del Flandes de finales del siglo xv, una tipología que
jugaba con los dos espacios de representación que permite un
lienzo. Según Stoichita, en este tipo de retratos, el reverso es el
espacio destinado a la verdad frente al anverso, el ámbito habi-
tual de la representación, que se asocia con la ilusión, el engaño
o la falsedad16. De este modo, el retrato de Adam Wachendorf
debe entenderse en función del tema representado en el rever-
so, el homo bulla. Una inscripción escrita sobre el marco alude a
que el reino de Dios es eterno y todo lo demás es caduco. Adam
Wachendorff está sujeto al paso del tiempo y su vida es frágil
como la burbuja que le rodea. El marco circular de la pintura
marca el límite, la frontera, entre lo físico y lo metafísico, entre
lo caduco y la eternidad17.

El libro de emblemas de Jean Jacques Boissard, de 1588, tam-


bién dedica uno de ellos al tema del homo bulla con la finali-
dad de moralizar acerca de L’estat de l’homme: la condición del
hombre es como las burbujas, recuerda Boissard, pues pueden
ser grandes, pequeñas, fuertes o débiles (lo que ya había dicho
Caronte en el diálogo de Luciano), pero, tarde o temprano, to-
3
das explotan por igual. Es el tema de la igualdad de la muerte
pero expresado en otros términos18.
fadores y que servía para guardar en su interior los amuletos
Estas imágenes seminales del tema del homo bulla contienen, que creían más eficaces contra la envidia20. Estaba formada
no obstante, dos novedades que los textos de Varrón y Lu- por dos placas de oro o bronce, convexas, unidas por una ca-
ciano no mencionan. Por un lado son niños o putti los que dena de metal o juntadas a base de martilleo que le confería
protagonizan las escenas, haciendo, soplando o persiguiendo una apariencia esférica, como un globo aplastado. La bulla
las burbujas y, por otro, éstas son de jabón19. Ni Varrón, ni Lu- aurea la portaban únicamente aquellos hijos de patricios cu-
ciano ni Erasmo mencionan a los niños en sus metáforas del yos padres habían ejercido una magistratura civil, mientras
homo bulla ni tampoco al jabón, pero los cuadros de Bruegel que la bulla scortea, hecha de cuero, la llevaban los hijos de
y Kettel o los emblemas de Junius o Boissard relacionan las las clases inferiores. Macrobio sostiene que los niños portan
burbujas de jabón con la infancia, como un juego propio de la bulla, con forma esférica o de corazón, sobre el pecho, para
los niños del que se puede extraer un mensaje moralizante. que “al contemplarla, pensaran que sólo serían hombres si se
Los niños juegan con las pompas de jabón, las hacen, las per- distinguían por el corazón”21.
siguen y explotan en sus manos al mínimo contacto. Es un
juego de niños. Pero, además, las bullae eran unos amuletos Sebastián de Covarrubias explica en su Tesoro que el término
de origen etrusco cuyo uso se generalizó en la cultura romana castellano Bula o Bulla es “el ampolla que se levanta en el agua
como colgantes protectores y apotropaicos que llevaban los con el viento encerrado en ella, que al momento se desvanece,
niños. Macrobio menciona la llamada bulla aurea en las Sa- de do tomó origen el proverbio griego Homo bulla”22. El pro-
turnales como un atributo que llevaban en el pecho los triun- pio Covarrubias remite al término Ampolla, que deriva del latín

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4 Hendrick Goltzius: Quis evadet?, 5 Francisco Camilo y Juan de
1594. Arellano: Vanitas, 1646. Museo de
Bellas Artes, Valencia.

petus desenfrenados de aquella verde edad se habían de regir y


moderar con consejo y cordura. De la similitud desta insignia
llamaron bulla a la ampolla que suele levantarse en el agua y
al punto se deshace, de donde nació el proverbio latino Homo
bulla, porque con un soplo se desvanece”23.

la tradición del putto con la calavera


El grabador Hendrick Goltzius realizó en 1594 la imagen del
homo bulla más difundida y conocida (fig. 4). Su grabado titu-
lado Quis evadet? es una de las imágenes que gozó de mayor
difusión y constituyó una fuente de inspiración para muchos
artistas. Su importancia radica en que junto al putto que hace
pompas de jabón colocó la imagen de una gran calavera, de
manera que en el grabado de Goltzius convergen dos tradicio-
nes. Por un lado, la antigua tradición del homo bulla y, por otro,
la del putto acompañado de la calavera, una tradición más mo-
derna que tiene sus orígenes en la Italia del Renacimiento y,
concretamente, en las medallas del veneciano Giovanni Boldú,
tal como demostraron Janson y Seznec24. Esta fusión entre dos
tipos iconográficos que se da en el grabado de Goltzius enri-
queció el significado del tema del homo bulla (y el de los putti
que lo protagonizan) con matices y nociones más próximas a la
melancolía o la muerte.

Las medallas de Boldú contenían, por primera vez en la cultu-


ra visual, la imagen del putto o el niño acompañado de la cala-
vera y fueron el punto de partida de una rica tradición que se
difundió primero por el norte de Europa y, de ahí, al resto del
continente. Su significado, no obstante, sólo era conocido por el
4
propio Boldú. Cuando los artistas nórdicos entraron en contac-
to con las imágenes derivadas de las medallas malinterpreta-
ampula, ambulla o bulla, una insignia de forma redonda que, ron la postura del putto, pues éste solía aparecer con la mejilla
como dice, solían portar los niños romanos: “Bulla fue al prin- apoyada en su mano. Este gesto, la cabeza apoyada en la mejilla,
cipio una cierta insignia que llevaban colgada del pecho los que se relacionó desde antiguo con la disposición melancólica, de
entraban triunfando, y dentro della ciertos remedios que creían manera que los grabadores y pintores flamencos o alemanes
ser eficacísimos contra la envidia. Era la bulla redonda y casi asociaron al putto acompañado de la calavera con la idea de
en forma de corazón. Al primero que se le concedió en señal de muerte, melancolía, pereza o con cualquier concepto próximo
su honor fue a su hijo de Tarquinio Prisco, por haber peleado a éstos. La mejilla apoyada en la mano es un gesto antiquísi-
valerosamente en una batalla, y con ella la toga pretexta. Des- mo que se puede encontrar en las representaciones del duelo
pués dél fue común a todos los muchachos ingenios y nobles. en los sarcófagos egipcios, así como las nociones de fatiga, el
Díjose, según Macrobio (...), para darles a entender, que los ím- pensamiento creador o el sueño y constituyó, desde el famoso

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6 Juan de Valdés Leal: Alegoría de la
vanidad, 1660. The Wadsworth
Atheneum Museum of Art, Hartford.

7 Tumba de Thomas Bannatyne,


detalle, c. 1635. Greyfriars Kirkyard,
Edimburgo. (Foto: C. Saguar).

8 Hieronymus Wieryx: Cristo hace


pompas de jabón, 1619. British Museum,
Londres.

grabado de Durero Melencolia I, el atributo por antonomasia de tradición del gesto era tan sólida que su simple inclusión en una
la idea de melancolía, un auténtico gesto-metáfora25. Por otra imagen podía dar lugar a multitud de interpretaciones.
parte, el gesto propio de la melancolía también formaba parte
del tipo iconográfica de la pereza o acedía. La teología moral La inclusión de la calavera en el grabado de Goltzius aquilata-
medieval relacionó la melancolía con la acedía ya que la pri- ba conceptualmente la imagen del homo bulla al tiempo que la
mera podía ser vista como un vicio, tanto más cuando los sínto- dirigía hacia el ámbito de la discordia concors o armonía de con-
mas externos de la pereza eran muy similares al cuadro médico trarios tan propia del Renacimiento y el Barroco. A la imagen
que la melancolía planteaba26. De este modo, cuando los artistas del niño, rollizo y lleno de vida, se le asociaba la cruda calavera
nórdicos vieron el putto apoyando su cabeza sobre su mejilla como imagen de la muerte, presentando al mismo tiempo dos
acompañado de la calavera, interpretaron que el niño podría elementos contrarios, el principio y el fin, la vida y la muerte.
sufrir melancolía, pereza, estar dormido o, incluso, muerto. La Ello contribuía a cargar de misterio y hacer más enigmáticas a

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estas imágenes ya que se trataba de relacionar dos elementos
que por naturaleza son opuestos, la vida y la muerte, el niño y
la calavera27. Con ello también se cumplía uno de los precep-
tos que las artes de la memoria artificial recomendaban para
las imágenes mnemotécnicas, pues éstas debían ser sorpren-
dentes y maravillosas para que permanecieran más tiempo en
la mente y fuesen más fáciles de recordar28. Colocando al niño
acompañado de la calavera y haciendo pompas de jabón se con-
seguía crear una imagen extraña, casi hermética, que sigue los
preceptos de la memoria artificial pues es una imagen que, por
su misterio, ayuda a recordar su mensaje.

El grabado de Goltzius fue, por lo tanto, el punto de partida para


la abundante tradición barroca de niños que hacen pompas de
jabón acompañados de calaveras, unas imágenes que subrayan
la retórica de la fragilidad tanto por la voluble burbuja como por
7
la amenazante calavera que acompaña a las promesas de vida
que son los niños. Una Vanitas pintada por Francisco Camilo y
Juan de Arellano (Museo de Bellas Artes, Valencia) representa
a un grupo de putti entre los que uno de ellos hace pompas de
jabón al lado de una gran calavera y acompañados de un reloj de
arena alado y una vela apagada y humeante, un escena rodeada
de una gran guirnalda de flores que enfatizan la idea de caduci-
dad (fig. 5). El homo bulla también se encuentra en la Alegoría de
la vanidad de Valdés Leal (The Wadsworth Atheneum Museum
of Art, Hartford), con el putto haciendo pompas de jabón en el
lado izquierdo de la composición y acompañado de la calavera
coronada de laurel, alusión al triunfo sobre la muerte (fig. 6). In-
teresante es también una pintura de Marten de Vos que dispone
a dos niños en primer plano. Uno de ellos mira al espectador al
tiempo que infla una burbuja con un canutillo. A su lado yace el
otro niño, con los ojos cerrados y abrazando una calavera que
aplasta un manojo de trigo, otra metáfora puesta en imagen ya
que se trata también de una velada alusión a la Resurrección29.
Un ejemplo interesante de la influencia del grabado de Goltzius
es la tumba del comerciante Thomas Bannatyne en Edimbur-
go, fallecido en 1635, pues en el tímpano de la misma se ha re-
presentado al putto haciendo pompas de jabón apoyado en la
calavera y con el lema Quis evadet? (fig. 7). La fragilidad de las
burbujas queda desplazada por la consistencia de su materiali-
zación mineral, de manera que el mensaje de transitoriedad se
transmite gracias a la solidez de la piedra.

El homo bulla también aparece en contextos temáticos que no


son propios de la vanitas pero que contienen alguna proximidad
conceptual. Es el caso, por un lado, del lienzo de Luca Giordano
titulado Rubens pintando: alegoría de la paz (Museo del Prado,
Madrid) en el que la presencia de los niños haciendo pompas de
jabón en la parte inferior izquierda de la pintura recuerda la fra-
8
gilidad de la vida humana en las contiendas bélicas. Por otro lado,
se trata de un juego de niños del que también participó Cristo
durante su infancia, según recoge un grabado de Hieronymus En otras ocasiones se hace referencia al tema del homo bu-
Wierix (fig. 8) en el que Cristo niño hace pompas de jabón en lla con la simple inclusión de las burbujas, sin la presencia
el taller de carpintería de su padre, junto a dos ángeles, bajo la del niño, ya sea flotando o posadas sobre la concha junto al
atenta mirada de María, José, san Joaquín y santa Ana30. canutillo. Así se encuentran en la Vanitas con autorretrato

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9 Theodor Galle: Speculum falax, 1610. 10 Anónimo: Las tribulaciones de la
vida humana, siglo XVI. Patrimonio
Nacional.

Beaux-Arts, Caen)31. La simple presencia de la burbuja alude


al tema del homo bulla, un recurso o tropos que en el ámbito de
la retórica corresponde con la metonimia, pues es una parte
que alude a un todo, la burbuja en sustitución del putto ha-
ciendo pompas de jabón32.

el humor melancólico y la fragilidad del vidrio


La metáfora de la fragilidad que la burbuja proporcionaba se
amplificó para referirse al propio mundo, una asociación que
además casaba con su forma esférica. Un grabado de Theodor
Galle titulado Speculum falax (fig. 9) es muy expresivo en este
sentido ya que representa a un zorro, animal proverbial de la
falsedad y el engaño, inflando una gran pompa de jabón que
representa el mundo33. Una de las inscripciones que acompa-
ña la imagen recuerda que éste es el espejo más engañoso de
todos, algo de lo que Estella ya advertía al señalar la condición
etérea, volátil, del mundo pues “a muchos engaña, y a gran-
de multitud de gente ciega. Quando huye es nada, siendo visto
es sombra, y quando se ensalça, es humo”34. En ocasiones, en
lugar de una burbuja de aire, el mundo se compara con una
esfera de vidrio, material también asociado con la fragilidad.
Un tapiz anónimo del siglo xvi titulado Las tribulaciones de
la vida humana (fig. 10) compara al mundo con una gran bola
de vidrio que realiza una alegórica travesía por un mar lleno
de peligros35. Estella recordaba que “las honras y deleytes del
mundo, fragiles son como vidrio, y sombra son de las verda-
deras riquezas y deleytes celestiales”36, mientras Miranda ad-
vertía que es un “peligroso engaño, fiarse de lo mas fragil”37. El
vidrio tiene apariencia de solidez y un aspecto brillante pero
es un material frágil que no contiene nada en su interior, carac-
terísticas que hacen de él un tema moralizante, como también
hizo Barcia en su Despertador christiano: “le llevava uno a un
Principe una fuente grande de vidrios muy finos, y muy her-
mosos, y llegando a darlos, tropeçó, le cayeron, y se quebraron.
Preguntaronle, que era lo que traia, y respondio que nada. O, y
lo que brillan en la vida los vidrios (y que vidrios!) de la honra,
9
del aplauso, de la celebridad! Pero en llegando à quebrarse en
el momento de la muerte: que son todas? Nada: nada”38. El mis-
de David Bailly (Stedelijk Museum de Lakenhal, Leiden), en mo Barcia comparaba al hombre con el vidrio en el contexto
la Vanitas de Hendrick Andriessen (Musée des Beaux-Arts, retórico del desengaño y el tempus fugit tan propios del barro-
Gante) o en la Vanitas de Nicolaes van Veerendael (Musée des co. El hombre, sea cual sea su edad, es frágil como el vidrio,

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de modo que la muerte puede llegar en cualquier momento: Rodajas tras beber un filtro de amor preparado por una gita-
“considera en aquel Altar un aparador de vidrios, puestos en nilla despechada. Desde ese momento, el licenciado pasa a lla-
distintos tiempos. Unos están en él cinquenta años ha; otros marse Vidriera e “imaginóse el desdichado que era todo hecho
veinte; otros que ayer se pusieron; y otros oy. Qual de estos vi- de vidrio, y con esta imaginación cuando alguno se llegaba a él,
drios està mas cerca de quebrarse? El mas antiguo? Ya se ve daba terribles voces pidiendo y suplicando con palabras y razo-
que no, porque siendo vidrios todos, tan cerca està el uno como nes concertadas, que no se le acercasen porque le quebrarían,
el otro”39. Ripa también colocó al vidrio en la descripción que que real y verdaderamente él no era como los otros hombres,
hace de la Fragilidad, pues sostiene “con la sinistra un vaso de que todo era de vidrio de los pies a la cabeza”41. Sin embargo,
vidrio de grandes proporciones, que aparecerá suspendido y los hombres de vidrio no fueron una invención de Cervantes
colgando de un hilo”, atributo que “no parece necesario entrar ni una extensión de la metáfora del homo bulla sino que fueron
en grandes explicaciones, por ser el vidrio especialmente bello una realidad en el contexto médico-cultural de la melancolía en
y también especialmente frágil y fácil de romper”40. la Europa del momento. El protagonista de la pieza teatral Lin-
gua de Thomas Tomkis, de 1607, finge un ataque de melancolía
Un hombre de vidrio es el protagonista de la novela de Cervan- durante el que cree que está hecho de vidrio. En ese mismo año
tes El licenciado Vidriera. La metáfora de la fragilidad da una Thomas Walkington describe en The opticke glasse of humours
vuelta de tuerca con Cervantes ya que no se trata de un mero a un veneciano convencido que tenía sus hombros y nalgas he-
recurso literario sino que el autor presenta a un hombre que se chos también de vidrio, patología que también se describe en
cree de vidrio. La novela narra las desventuras del licenciado la obra satírica Costelick Mal del poeta holandés Constantin

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11 John Everett Millais: Burbujas, 1886.
Lady Lever Art Gallery, Liverpool.

que tras leer novelas pastorales y literatura popular española


creyó durante diez años que estaba hecho de vidrio42.

Las burbujas explotan y el vidrio se rompe, sendas acciones que


resumen la poética del desengaño43 y muestran la compleja pre-
sencia de la melancolía en el tema de la vanitas. La retórica de
la fragilidad expresa una metáfora impregnada del sabor amar-
go de la melancolía. Las burbujas y los cuerpos de vidrio están
llenos de aire, de viento, de nada, como denuncia el discurso
de la vanitas. Miranda se lamentaba que la vida humana es tan
breve como un soplido que se desvanece rápidamente en el
aire: “es la mas larga vida un soplo. Niebla, o escarcha, es la vida,
a los rayos del Sol; humo en el aire; estopa al fuego”44, mien-
tras que Estella definió a los bienes mundanos como un vapor
inconsistente: “asi todas las honras, riquezas: y gloria de este
mundo, no son bienes verdaderos sino vanos y ficticios: y como
dice Santiago, vapor que un dia aparece”45. Dos emblemas de
Wither ahondan en esta cuestión al relacionar el mundo y los
bienes materiales con el humo. Uno de ellos está formado por
una esfera de vidrio que se encuentra quebrada y deja escapar
una columna de humo. La esfera se dispone sobre un paisaje
en el que un grupo de hombres se encuentra recogiendo trigo y
quemando fardos de heno en un horno del que sale una colum-
na de humo: las cosas del mundo son aire, humo, nada, vanidad,
son humana fumus, como recuerda el mote del emblema. El
otro recuerda que las glorias del mundo son tan inconsistentes
como el humo, disponiéndose coronas, cetros y espadas sobre
una columna de humo que sale de la tierra46.
11
Perseguir las burbujas es como perseguir la nada, el vapor o el
humo, ya que “todas las cosas que son hechas de nada se conver-
Huygens, de 1622 y que fue descrita por vez primera en 1561 tirán en nada”47. Son apariencia de algo, se mueven de un lugar
en el tratado médico de Levinus Lemnius De habitu et consti- a otro, son una ilusión, una ficción, pero en su interior no tienen
tutione corporis. El diagnóstico de este síntoma fue abundante nada. Descubrir que bajo esa apariencia se encuentra un vacío
en la Europa del momento (entre muchos, Nicole du Plessis, real, pero también metafórico y metafísico, conlleva la melanco-
hermana del Cardenal Richelieu) y llegó a adquirir tintes de lía y el duelo propios de los desengañados48. Cuando lo real ya no
epidemia. Podía afectar a partes aisladas como nalgas, cabeza, es lo que era, la nostalgia (digamos también la melancolía) cobra
corazón, pecho o extenderse a todo el cuerpo, como padeció todo su sentido, como bien denuncia Baudrillard49. Cuando las
Carlos VI, rey de Francia, y que le obligó a vestir con ropas re- burbujas que se persiguen se rompen al mínimo contacto devie-
forzadas para evitar quebrarse. Probablemente Cervantes se ne el duelo propio del desengañado que descubre por analogía
inspiró en el caso del alemán Kaspar von Barth, un humanista (la que establece la metáfora) que su cuerpo es igual de frágil50.

54 g o ya 3 4 2 · a ñ o 2 0 1 3
12 John G. Sowerby y Henry H.
Emmerson: Bubbles, 1881.

El homo bulla es una fórmula que invita a desactivar la pasión


por el mundo en aras de una pulsión por la eternidad, pues el
propio cuerpo del desengañado es un agente semiótico que ve-
hicula los conceptos de vacío y nada que expresan las burbujas.

Perseguir es un concepto clave en la retórica del homo bulla. Los


niños persiguen las burbujas, que es como perseguir la nada,
como intentar apresar el vacío, expresando la imposibilidad de
tocar y atrapar lo que es incorpóreo, algo que el Eclesiastés re-
cordaba pues “todo es vanidad y atrapar vientos”51. Perseguir la
vanidad es el tema que trata El carro de heno de El Bosco según
el comentario que Fray José de Sigüenza realizó sobre la tabla52,
una explicación que describe al hombre desterrado del Paraí-
so que tan sólo se ocupa de perseguir una gloria que es vana y
efímera como el heno53. Perseguir heno es como perseguir bur-
bujas, pura vanidad, pura inanidad. No es de extrañar que debi-
do a esta proximidad conceptual entre el heno y la burbuja se
hiciesen imágenes que combinaban ambos temas. El tapiz del
Patrimonio Nacional anteriormente comentado (fig. 10) es una
imagen que deriva directamente del tríptico de El Bosco y fue
realizado, probablemente, unos cien años después. A su vez, de
este tapiz, deriva un lienzo posterior de Gilles Mostaert en el
que el pintor ha cambiado la vestimenta de los protagonistas y la
imagen se muestra invertida, como si fuese un negativo del tapiz
y se hubiese empleado o copiado un grabado para su ejecución54.
A la imagen del carro de heno, que ya de por sí se asocia con la
vanidad y la futilidad de la vida, se le añadió la gran esfera que
significa el mundo en una peligrosa navegación alegórica por
12
el mar. Vanidad de la vida y vanidad del mundo. No obstante,
no sólo se combinaron los temas de la burbuja y el heno sino
que también encontramos niños con fardos de heno. Un emble- terpretativa del mundo que comenzó a palidecer a partir del
ma de George Wither alude a la vanidad de la vida humana por neoclasicismo y la filosofía del siglo xviii. Con el Barroco co-
medio de la imagen de un niño recostado que sostiene con su menzó el cambio del sistema epistémico que había dominado
mano izquierda un manojo de heno a modo de estandarte con en Occidente desde la Antigüedad clásica en el que la alegoría
un mote que no deja dudas sobre el sentido de la misma: omnis o la metáfora fueron paradigmas hermenéuticos y herramien-
caro foenum, es decir, todo en la vida es como un carro de heno55. tas didácticas al servicio del poder que posibilitaron mantener
y conservar la cohesión cultural y social. Este ocaso no significa
el nachleben de las burbujas que la alegoría como figura retórica desapareciese sino que el
Tras el Barroco se produce la clausura de un paradigma mile- nuevo orden epistémico basado en el logos y la razón que empie-
nario que tuvo a la alegoría como una práctica creadora y her- za a dominar en Occidente a partir del xviii recurre a otras es-
menéutica. La retórica visual fue una potente estrategia in- trategias hermenéuticas para dar sentido al mundo56. De hecho,

luis vives-ferrándiz sánchez 55


13

la metáfora del homo bulla pervive en la cultura visual y literaria resplandecientes bolitas que flotaban por la atmósfera de la ca-
de los siglos xviii y xix. Lienzos como La burbuja de jabón de lle, enriqueciéndola con su fantasía. Algunos se detenían a mirar
Chardin, de 1739, Niño con burbujas de jabón de Thomas Cou- y quizás conservaban hasta la esquina un agradable recuerdo.
ture, de 1859, Burbujas del prerrafaelista John Everett Millais Otros miraban enojados hacia arriba, como si el pobre Clifford
(fig. 11) o Burbujas de Edouard Manet, ambos de finales del siglo les causara algún daño el enviar una imagen de belleza a la calle
xix, son anacronismos alegóricos que se sitúan en un sistema polvorienta. Muchos intentaron tocarlas con los dedos o con la
epistémico basado en nuevos presupuestos, los síntomas del punta del bastón y perversamente se alegraban cuando la bur-
Nachleben de una metáfora de largo recorrido en la cultura oc- buja se desvanecía, con el cielo y la tierra reflejados en su super-
cidental, los saltos en el tiempo que años después comenzarían ficie etérea, como si jamás hubiesen existido”58.
a interesar a Aby Warburg57. No sólo pervive en la cultura visual
sino que, como he dicho, también se encuentra en la literatura. El episodio de las burbujas que describe Hawthorne se inser-
Nathaniel Hawthorne incluye un pasaje en La casa de los siete ta en una novela alegórica y moralizante llena de metáforas
tejados en el que el anciano Clifford contempla con melancolía y símbolos. La propia casa en la que viven sus protagonistas,
y tristeza el discurrir de la vida desde la ventana arqueada de su el viejo olmo, el pozo de Maule o el jardín son metáforas de la
casa en Salem. Clifford contempla a los niños que juegan con vida, la familia, la venganza o el paraíso perdido, una serie de
el aro o la pelota y tiene deseos de compartir esos pasatiempos alegorías en las que se debe insertar le escena de la burbuja59.
con ellos. Así, una tarde “siente el deseo irresistible de hacer Unas líneas antes, el propio Clifford había contemplado la vida
burbujas de jabón”, su pasatiempo preferido durante su niñez: que discurre frente a su ventana como si fuera una represen-
“era curioso ver cómo los transeúntes contemplaban aquellas tación, un baile en el que “nosotros, mortales, bailamos al son

56 g o ya 3 4 2 · a ñ o 2 0 1 3
13 Charles Chaplin: Fotograma
de El gran dictador, 1940.

de una misma tonadilla”60. Hawthorne compara la vida humana los supporters del club de fútbol West Ham United de Londres
con un baile en el que, al parar la música de un organillo tocado en una curiosa historia que se remonta a la década de 1920. El
por un niño italiano, todos quedan petrificados como muertos. cuadro Bubbles de Millais había sido comprado por la empresa
Clifford contempla desde su ventana esa vieja alegoría, como si de jabones Pears para hacer propaganda de sus productos, una
el marco de la misma marcase los límites de un lienzo. Una ale- operación que popularizó la imagen de Millais al tiempo que
goría más viva que pintada, al igual que la escena de las burbu- sustituía los restos de la persuasión barroca por los incipientes
jas, pues también queda enmarcada por la ventana de su casa, métodos persuasivos de la publicidad. Por esas fechas jugaba
como si el protagonista de un imaginario lienzo sobre el tema en las competiciones escolares de West Ham Park, la zona de
del homo bulla fuese él mismo. influencia del club, un chico llamado William Murray cuyo
sorprendente parecido físico con el muchacho del cuadro de
Otros ecos de la metáfora se encuentran en una de las ilustra- Millais le valieron el sobrenombre de “Bubbles”, especialmente
ciones (fig. 12) que componen un libro para niños de finales por la popularidad que había conseguido la imagen gracias a la
del siglo xix titulado Afternoon tea: rhymes for children, obra publicidad de los jabones Pears. Cuenta el cronista del club que
de Sowerby y Emmerson. Tanto el poema como la ilustración, cuando Billy “Bubbles” Murray jugaba bien al fútbol, uno de sus
titulados Bubbles, contienen los detalles y pormenores del tó- entrenadores, Mr. Cornelius Beal, entonaba la popular melodía
pico, pues recuerda que la vida del hombre es como una ligera en un gesto que antecedió a los cánticos actuales que se pueden
burbuja que flota en el aire, moviéndose de un lado a otro, pero escuchar en los campos de fútbol. De esta manera tan inusual,
que pronto se desvanecerá61. Un grupo de niños hace pompas de una canción con un trasfondo moralizante y pesimista se con-
jabón en la ilustración que acompaña al poema. La fragilidad de virtió en la seña de identidad que (todavía) hoy en día se puede
la vida del hombre no sólo se expresa con las burbujas que van escuchar en las gradas de Upton Park63.
de un lado a otro sino que el grupo de niños se ha representado
junto a la tapia de un cementerio, con lápidas, cruces y fúnebres La metáfora de la burbuja era una imagen muy poderosa para
cipreses. La calavera ha sido sustituida por el camposanto, un transmitir nociones como la fragilidad del mundo en el clima
desplazamiento que mantiene el contraste entre el juego de los bélico de los años 30 y 40 del siglo xx. Si en el barroco se aso-
niños y la crudeza del escenario en el que se desarrolla. ciaba el mundo con la burbuja para subrayar su vanidad, en El
gran dictador se emplea la misma metáfora con un sentido to-
El siglo xx no será ajeno a la metáfora, encontrando nuevos talmente diferente: el mundo es una frágil burbuja en manos
síntomas, nuevos saltos en el tiempo que garantizan la super- de dictadores como Adenoid Heynkel, sosias de Adolf Hitler
vivencia de la imago fragilitatis aunque alejados de los cómo- en la película dirigida y protagonizada por Charles Chaplin.
dos límites que marca la tradicional dialéctica entre imágenes y Es curioso señalar que los dos, Hitler y Chaplin, nacieron el
textos62. I’m forever blowing bubbles es el título de una canción mismo año con sólo cuatro días de diferencia y que ambos te-
americana de 1918, compuesta por Jaan Kenbrovin y John Wi- nían un sorprendente parecido físico que, entre otros motivos,
lliam Kellette que fue muy popular en los music hall y teatros impulsaron al cineasta a filmar este alegato antibélico que se
británicos de los años 20, siendo utilizada en cine y televisión gestó y nació rodeado de polémica. No obstante, a pesar de las
con cierta profusión. La letra no deja de lado ninguno de los presiones, Chaplin continuó con el proyecto. Parece ser que un
tópicos del homo bulla pues dice que las burbujas flotan sobre guionista amigo suyo le aconsejó con las siguientes palabras:
el aire pero tarde o temprano explotan y desaparecen como los “aquí hay un momento de la historia del hombre, cuando el
sueños. No obstante, es evidente que su sentido moralizante ha peor villano conocido por la civilización, y el mayor comedian-
desaparecido al ritmo de una alegre melodía de jazz que han te conocido por esa civilización se parecen físicamente entre
llegado a interpretar Chat Baker o Woody Allen y que, a fecha sí (...). No tienes que decidir sobre esta película. Ya está decidi-
de hoy, se ha popularizado como himno o canción que cantan do. Es inevitable”64. Los sueños colonizadores y dominadores

luis vives-ferrándiz sánchez 57


14 Tom Schmelzer: Homo bulla or the
sacred baboon, 2009. (Foto: cortesía del
artista).

15 Sebastián de Covarrubias: Et omnia


vanitas, 1610.

de Heynkel sobre el mundo se escenifican y satirizan en una hombre y el mono66. La instalación actualiza el tema del homo
escena alegórica que expresa la insoportable levedad de la po- bulla y lo orienta hacia cuestiones de crítica socio-política en
lítica internacional de la época en la que el dictador juega con una fecha muy significativa, pues el año 2009 celebró el 150 ani-
una bola del mundo hinchable: la lleva de un lado para otro, la versario de la publicación de El origen de las especies de Darwin.
toca dulcemente, la mueve, la impulsa con el trasero, danza con
ella hasta que explota y el gran dictador se sorprende y asusta El mono es una clara referencia a las teorías evolucionistas pero
como un niño incapaz de controlar sus sentimientos (fig. 13). también es un animal que en la tradición cultural ha estado vincu-
La fragilidad del mundo expresada en una metáfora de antigua lado con la vanidad, la locura, la lujuria, los vicios o la imitación67.
tradición aunque renovada en el contexto bélico del momento. Los monos suelen representarse imitando las actividades huma-
Chaplin quiso hacer con su película una burla de la vacuidad de nas debido a la semejanza lingüística entre el verbo to ape, imitar,
los discursos propagandísticos del Führer, tanto visuales como y el sustantivo ape, mono. Un grabado de Pieter van der Borcht
hablados. La imagen que crea Chaplin en su película es una res- IV, seguidor y copista de Bruegel en Amberes, reproduce el lien-
puesta a la imagen construida por Riefensthal en El triunfo de zo de éste, Kinderspel, pero con monos como protagonistas de los
la voluntad, un intento por desinflar el mito de poder y de gran- juegos: evidentemente, tampoco falta el tema del homo bulla con
deza que la propaganda nazi trataba de difundir por medios vi- dos monos que hacen pompas de jabón68. Por su parte, Tom Sch-
suales. Además, el discurso final de Heynkel pretende mostrar melzer los emplea para referirse al arzobispado de Canterbury en
que la palabrería de Hitler era también vacía y que no había una metáfora cuyo sentido es claro e introduce un matiz barroco
nada bajo una imagen construida con el propósito de persuadir: o neobarroco a su instalación. El tema del homo bulla en el con-
“La jerizonga del dictador, los micrófonos que se pliegan a los texto de la teoría de la evolución extiende su campo de significa-
bramidos del orador, y sobre todo las masas subyugadas que, al dos, pues se refiere a la futilidad del hombre en un panorama tem-
final del largometraje se beben las palabras llenas de humanis- poral de dimensiones gigantescas: ¿qué es la vida del hombre en
mo del barbero, alias el líder, no tienen solamente el objeto de el horizonte evolutivo de millones de años? Nada, aire, vanidad.
mostrar hasta qué punto la propaganda nazi es ridícula, sino
que Chaplin quiere llamar la atención sobre el lenguaje político “¡Le manine!”, grita una mujer al comienzo de Amarcord de
de Hitler, que no es sino palabrería vacía y grosera”65. No sólo el Federico Fellini, mientras los vilanos (las flores del cardo) que
mundo es frágil sino que los discursos también pueden ser aire. marcan el inicio de la primavera vuelan, empujados por el vien-
to, al tiempo que la cámara muestra los escenarios de la Rimini
Vanidad de los dictadores, de sus imágenes y sus discursos que de su infancia en los que va a desplegarse el recuerdo del ci-
amenazan la fragilidad del mundo y, en definitiva, una crítica a neasta. Unos alegres colegiales corren tras ellos, los persiguen
los excesos del poder. Las burbujas servirán, muchos años des- e intentan capturar mientras los vilanos vuelan de un lugar a
pués que el film de Chaplin, para denunciar los excesos de otro otro en una escena que, a estas alturas, nos resulta familiar. Un
tipo de poder, el religioso, en la instalación que Tom Schmelzer charlatán captura al vuelo uno de ellos y se dirige a la cámara
realizó en 2009 y titulada Homo bulla or the sacred baboon. La con la siguiente reflexión: “Los vilanos coinciden en nuestro
pieza está formada por un babuino de tamaño natural, coronado pueblo con la primavera. Son unos vilanos errantes que vagan,
con una mitra y que arrastra una toga de obispo brocada al tiem- vagan por aquí, vagan por allá, sobrevuelan el cementerio don-
po que lleva en una de sus manos un dispensador automático de todos reposan en paz, sobrevuelan a lo largo del mar como
de burbujas (fig. 14). La instalación, impactante e intrigante, es si fueran alemanes que no sienten el frío. ¡Ay! Vagan y vagan,
una crítica a la Iglesia Anglicana y al Arzobispo de Canterbury, revolotean, revolotean, revolotean, vagan, vagan, vagan”.
quienes no reconocieron las teorías evolucionistas de Charles
Darwin hasta el año 2008 y acusaron de herejía a todos aque- La escena también tiene una sensible tonalidad barroca. Re-
llos que defendiesen o proclamasen la común descendencia del cuerda a los niños juguetones que han perseguido burbujas a lo

58 g o ya 3 4 2 · a ñ o 2 0 1 3
largo de las páginas previas aunque ahora han sido sustituidas
por las hojas del cardo. Incluso el discurso del charlatán es un
lugar común sobre la inconsistencia de los vilanos que vuelan de
un lugar a otro como las burbujas. La tonalidad barroca viene de
un emblema de Sebastián de Covarrubias que ya desarrollaba la
misma escena (fig. 15), con unos niños que persiguen los vilanos
14
que vuelan empujados por el aire de un lado a otro y con el mote
Et omnia vanitas: “Suelen los niños coger las hojas secas del car-
do, que ellos llaman milanos, por ir bolando en el ayre, y despues aproximaciones antropológicas han sido las más populares,
de aver corrido tras ellos auiendolos a las manos se les deshazen piénsese en Marvin Harris, aunque sus planteamientos inicia-
entre ellas, y se hallan corridos y burlados. Los que van siguien- les se centraron en la distinción entre comida cruda y comida
do las cosas temporales son niños, y ellas flores de los cardos cocinada que marcaría los límites entre naturaleza y cultura.
espinosos, a los quales el Señor comparó las riquezas”69. No obstante, las recientes aproximaciones antropológicas al es-
tudio de la imagen orientan la problemática del estudio de la
Los vilanos de Amarcord están hechos de la misma textura que comida hacia un camino diferente, el propio de la imagen. La
los recuerdos: son inconsistentes, vagan, van de un lugar a otro comida también entra dentro del ámbito de las imágenes pues,
y son inasibles... como las burbujas. La película es un ejercicio en ocasiones, se trata de representaciones figuradas de algo72.
del recuerdo y un intento de capturar al vuelo las imágenes de la Reconociendo que el concepto imagen puede englobar fenó-
infancia, una suerte de Atlas Mnemosyne de los recuerdos perso- menos no sólo visuales sino también textuales, perceptivos,
nales de Fellini en Rimini, su localidad natal. El título de la pelí- ópticos, mentales o verbales, la comida hace su entrada en el
cula viene de “a m’arcord” que en dialecto de la zona significa “yo discurso de la cultura visual.
me acuerdo”. Sus escenas, personajes, anécdotas provienen del
recuerdo, del pasado que ya no existe pero que pervive en forma Andoni Luis Aduriz, chef del Restaurante Mugaritz, reciente-
de recuerdo en la memoria. Son recuerdos que vagan de un lugar mente nombrado el tercer mejor cocinero del mundo73, ha ex-
a otro de la memoria, inasibles, inconsistentes, distorsionados y plorado en su cocina los ámbitos de lo conceptual y el paladar
que se capturan en las imágenes que conforman la película. La con una sólida base científica en la elaboración de sus platos74. Se
película es un intento por atrapar el recuerdo y, en definitiva, el le ha definido como un cocinero filósofo por tratar de expresar
atlas que almacena el universo de recuerdos de Fellini70. conceptos abstractos por medio de sus platos. Sus creaciones son
imágenes en un sentido antropológico y culturalista, pues con-
El camino tras las burbujas ya llega a su fin sin saber, todavía, tienen conceptos que se vehiculan en un medio que tradicional-
si hemos atrapado su significado. Las hemos perseguido de mente no se asocia con las imágenes: la comida. Así se entiende
muchas maneras en las páginas previas aunque falta añadir un el pastel jugoso de chocolate que sirve en su restaurante titulado
último y original ejemplo sobre el homo bulla y la vanidad: la Interpretación de la vanidad y que da una original vuelta de tuer-
gastronomía. La comida ha sido, desde antiguo, un elemento o ca al tema del homo bulla pues se cubre de burbujas de cacao que
tema sobre el que vehicular aspectos de la experiencia humana. explotan al mínimo contacto con el cubierto del comensal.
Las representaciones de la comida, los banquetes, festines, na-
turalezas muertas, bodegones o cenas (últimas o no), han sido Nótese que en el caso de Aduriz no se trata de un objeto artístico
una constante en la cultura visual con múltiples y variadas in- realizado con chocolate75 sino de representar un concepto en un
terpretaciones: la gastronomía también es cultura. No se trata pastel. No obstante, la comida ya había sido empleada como ma-
tanto de estudiar las representaciones de la comida71 sino de teria plástica por el llamado Eat Art en el contexto del arte con-
plantear un enfoque culturalista en el estudio de la comida. Las ceptual de los años setenta del pasado siglo y, en el caso concreto

luis vives-ferrándiz sánchez 59


del chocolate, por el artista Dieter Roth en obras que buscan su-
brayar, a partir de la propia comida, las ideas de caducidad y des-
composición. Obras como Schokoladenmeer (Mar de chocolate,
en la colección del MACBA) es un ejemplo de esta propuesta que
pone el acento en el proceso de putrefacción ya que con el tiempo
se van transformando, pierden su color original y, en ocasiones,
llegan a desaparecer devoradas por los gusanos. La noción de va-
nitas y caducidad se expresa, no sólo como concepto, sino que el
propio medio es un memento mori ya que también desaparece76.

Las ideas de fragilidad y fugacidad están duplicadas en el postre


creado por Aduriz. Por un lado, en las burbujas, metáfora de lo
efímero y, por otro lado, en el propio objeto, el postre, que debe
servirse rápidamente al comensal para evitar que las burbujas
desaparezcan. Aquí reside la operación mental que descansa en
el pastel: la imagen de fragilidad que representan las burbujas
deviene imagen mental al comer el pastel. El cuerpo del comen-
sal es, desde ese momento, un lugar para albergar la imagen de
la fragilidad. La imagen pasa, vuela como una mariposa77, desde
el pastel al cuerpo. En definitiva, nos hemos comido la metáfora.

El homo bulla, la metáfora que enseña que el hombre es como


una burbuja, tiene una extraordinaria vida multimedia: textos,
imágenes, instalaciones, música, comida o el cuerpo del comen-
sal. Las paradojas de la posmodernidad han querido que una
metáfora sobre el cuerpo humano termine viviendo y existiendo,
precisamente, en un cuerpo. Varrón nunca imaginó que una me-
táfora sobre la fragilidad de su vida iba a terminar, dos milenios
después, en el estómago de la cultura.
15

· notas ·

1 Qo 1, 2. monográfico de A. É. Spica (dir.), Litté- commodius tibi haec scriberem, quae Olms Verlag, Hildesheim-Zúrich-Nue-
2 De entre la bibliografía de la vanitas se ratures classiques. Discours et enjeux de nunc, ut potero, exponam cogitans esse va York, 2001, II, iii, 48.
puede destacar el breve capítulo de J. la Vanité, nº 56 (2005). properandum, quod, ut dicitur, si est 11 J. O. Hand, “Saint Jerome in his study
Bialostocki, Estilo e iconografía. Contri- 3 A. Carrere y J. Saborit, Retórica de la homo bulla, eo magis senex. Annus enim by Joos van Cleve”, Record of the Art
bución a una ciencia de las artes, Barral pintura, Cátedra, Madrid, 2000; B. Mor- octogesimus admonet me ut sarcinas Museum, Princeton University, 49, 1990,
Editores, Barcelona, 1973, pp. 185-226; tara Garavelli, Manual de retórica, Cáte- conligam, antequam proficiscar e vita”. pp. 2-10.
las exposiciones de A. Veca, Vanitas. Il dra, Madrid, 1991 y R. García Mahíques, Var. Re, 1, 1, 1. (Varrón, Del camp, Mn. 12 S. Slive, “Realism and symbolism in
simbolismo del tempo, Galleria Loren- Iconografía e iconología. Cuestiones de Salvador Galmés (trad.), Fundació Ber- Seventeenth Century Dutch painting”,
zelli, Bérgamo, 1981 y A. Tapié, Les va- método, Encuentro, Madrid, 2009, pp. nat Metge, Barcelona, 1928). Daedalus, 91, 1962, pp. 469-500, espe-
nités dans la peinture au XVIIe siècle, Mu- 96-111. Para la alegoría como modo de 7 Luc. Cont. 19. (Luciano, Obras, traduc- cialmente pp. 489-494.
sée du Petit Palais, París, 1990; el casi expresión es imprescindible el estudio ción de J. L. Navarro González, Gredos, 13 S. Hindman, “Pieter Bruegel’s Chil-
nunca citado texto de L. De Girolami de A. Fletcher, Alegoría. Teoría de un Madrid, 1988, tomo II, 19). dren Games. Folly, and chance”, The
Cheney, The symbolism of vanitas in the modo simbólico, Madrid, Akal, 2002. 8 Epicur. Ep. [2] 63-64. (Epicuro, Obras, Art Bulletin, 63, 1981, pp. 447-445. Vé-
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recientes aportaciones de E. Valdivieso, 5 H. W. Janson, “The putto with the neoplatonic doctrine of the soul”, Vig- limitations of the iconographic ap-
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l’âge classique. Paradoxes d’un discours, “Homo bulla. La boule transparente patristiques offerts au Cardinal Jean pues hacía alusión a los juegos de la
Honoré Champion Éditeur, París, 2006; dans la peinture hollandaise à la fin di Daniélou, Beauchesne, París, 1972, pp. infancia que deben abandonarse en
L. Vives-Ferrándiz Sanchez, Vanitas. XVIe siècle et au XVIIe siècle”, en A. 533-544. la edad adulta. Sobre este punto véa-
Retórica visual de la mirada, Ediciones Tapiè, op. cit., pp. 49-54. 10 D. E. Roterodami, Opera Omnia. Tomus se J. Dekker, “A republic of educator:
Encuentro, Madrid, 2011 o el número 6 “Otium si essem consectus, Fundania, secundus. Complectens adagia, Georg educational messages in seventeenth

60 g o ya 3 4 2 · a ñ o 2 0 1 3
century Dutch genre painting”, His- Edad Media, Náyade, Valencia, 2005. Londres, 1635, lib. II, emb. 23 y 36. floating away now here, now there, the
tory of Education Quarterly, 36, 1996, 27 Sobre la armonía de contrarios véase 47 D. Estella, op. cit., fol. 79r. bubble looks likely to float all day, but
pp. 155-182. También se emplea en el S. Sebastián, Emblemática e historia del 48 La condición melancólica y desen- man’s life sooner fade away”. J. G. Sow-
contexto de la diligencia y ética en el arte, Cátedra, Madrid, 1995, pp. 37-41. gañada del periodo barroco ha sido erby, H. H. Emmerson, Afternoon tea:
trabajo según I. M. Veldman, “Images 28 Es lo que retórica Ad Herennium defi- estudiada por F. Rodríguez de la Flor, rhymes for children, Rhodes and Wash-
of Labor and Diligence in sixteenth nía como imágenes activas, imágenes Era melancólica. Figuras del imagina- burn, Nueva York, 1881, pp. 36-37.
century Netherlandish prints: the que no fuesen corrientes sino extra- rio barroco, Ediciones UIB, Palma de 62 Sobre esta dialéctica véase F. Tomás,
work ethic rooted in civic morality vagantes para que se pudieran adherir Mallorca, 2007. Para los conceptos de Escrito, pintado (Dialéctica entre escri-
or Protestantism?”, Simiolus: Nether- a la memoria durante más tiempo, en “nada” y “vacío” en el contexto cultural tura e imágenes en la conformación del
lands Quarterly for the History of Art, F. Yates, El arte de la memoria, Siruela, barroco hispano véase el enfoque del pensamiento europeo), A. Machado Li-
21, 1992, pp. 227-264. Madrid, 2005, p. 27. capítulo “Negro, nada, infinito. Vanitas bros, Madrid, 2005.
14 H. Junius, Emblemata, Christophoro 29 R. Wittkower, “Death and resurrec- y cuadros metafísicos en la pintura del 63 La historia de la canción se narra en la
Plantini, Antverp, 1565, emb. XVI, p. 22. tion in a picture by Marten de Vos”, en Siglo de Oro” de F. Rodríguez de la Flor, página web del club: http://www.whufc.
15 W. Stechow, op. cit., p. 227. Miscellanea Leo van Puyvelde, Editions Barroco. Representación e ideología en el com/articles/20071017/the-story-of-
16 Para las relaciones entre anverso y re- de la Connaisance, Bruselas, 1950, pp. mundo hispánico (1580-1680), Cátedra, bubbles_2240257_1193983 [consultado
verso véase V. Stoichita, La invención 117-123. La comparación que se realiza Madrid, 2002, pp. 77-121. el 11 de mayo de 2011]. La popular can-
del cuadro. Arte, artífices y artificios en entre el hombre y el trigo es que am- 49 J. Baudrillard, Cultura y simulacro, Kai- ción se escuchó brevemente en la ceremo-
los orígenes de la pintura europea, Edi- bos deben de ser enterrados en el suelo rós, Barcelona, 2005, p. 19. nia de inauguración de los Juegos Olím-
ciones del Serbal, Barcelona, 2000, pp. para poder renacer: la resurrección no 50 Para el duelo y la pérdida véase J. Kris- picos de Londres de 2012: http://www.
29-30. Para el tema del doble retrato es posible si antes no se ha producido teva, Black sun. Depression and mel- telegraph.co.uk/sport/olympics/9341231/
macabro, véase J. Wirth, La fanciulla la muerte. ancholia, Columbia University Press, London-2012-Olympics-the-full-musi-
e la morte: ricerche sui temi macabri 30 J. B. Knipping, Iconography of the Coun- Nueva York, 1989, pp. 11-13. No entro a cal-playlist-for-the-Olympic-opening-
nell’arte germanica del rinascimento, ter Reformation in the Netherlands, A.W. valorar la profundidad de matices que ceremony.html [consultado el 12 de mar-
Istituto della Enciclopedia Italiana, Sijthoff, Leiden, 1974, p. 88. el psicoanálisis establece entre duelo, zo de 2013].
Roma, 1985, pp. 48-61. 31 A. Tapié, op. cit., passim. luto, pérdida, melancolía o depresión. 64 E. Riambau, Charles Chaplin, Cátedra,
17 N. Galley, “Cornelis Ketel: a painter with- 32 Para la metonimia en el contexto de la Véase sobre este punto G. Agamben, Es- Madrid, 2000, p. 328.
out a brush”, Artibus et historiae, 49, 2004, retórica visual véase Carrere y Saborit, tancias. La palabra y el fantasma en la 65 S. Sand, El siglo XX en pantalla, Crítica,
pp. 87-100. op. cit., pp. 296-315. cultura occidental, Pre-Textos, Valencia, Barcelona, 2004, p. 258.
18 J. J. Boissard, Emblematum liber. Em- 33 J. David, Duodecim specula deum ali- 2006, pp. 51-55. 66 Véase la página web del artista en www.
blems latins de I. I. Boissard, avec l’in- quando videre desideranti concinnata, 51 Qo 1, 14. tomschmelzer.com para un panorama
terpretation françoise du I. Pierre Ioly Ex officina Plantiniana, apud Ioannem 52 J. Sigüenza, La fundación del Monaste- de su obra y sus propuestas [consulta-
Messin, Abrahamus Faber, Metis, 1588, Moretum, 1610, p. 12. rio de El Escorial, Aguilar, Madrid, 1988, do el 4 de mayo de 2011].
pp. 22-23. 34 D. Estella, Segunda parte del libro de la pp. 542-544. 67 Para los significados del mono, véase
19 Véase sobre este aspecto M. Emmer, vanidad del mundo, Juan Fernández, 53 Metáfora extraída por un lado de Isaías, G. Tervarent, Atributos y símbolos en el
“Soap bubbles in art and science: from Salamanca, 1581, fol. 2r. “toda carne es hierba y todo su esplen- arte profano. Diccionario de un lenguaje
the past to the future of math art”, 35 C. Herrero Carretero y P. Junquera dor como la flor del campo” (Is 40, 6) perdido, Ediciones del Serbal, Barcelo-
Leonardo, 20/4, 1987, pp. 327-334. de Vega, Catálogo de tapices del Patri- y de los Salmos, “el hombre es como na, 2002, pp. 371-375.
20 Macr. Sat. I, 6, 8-10 (Macrobio, Satur- monio Nacional. Volumen I: siglo XVI, heno, y sus glorias, como la flor del 68 S. Hindman, op. cit., pp. 460-461.
nales, Fernando Navarro Antolín (trad.), Patrimonio Nacional, Madrid, 1986, p. campo” (Sal 102, 11). El Bosco también 69 S. Covarrubias, Emblemas morales, Luis
Gredos, Madrid, 2010). 266. pudo tomar como referencia un pro- Sánchez, Madrid, 1610, fols. 206r-206v.
21 Macr. Sat. I, 6, 17. 36 D. Estella, op. cit., fol. 275r. verbio flamenco que dice “el mundo es 70 Sobre la película véase P. Pedraza y J.
22 S. Covarrubias, Tesoro de la lengua cas- 37 F. Miranda Paz, El desengañado. Philo- como un carro de heno y cada uno coge López Gandía, Federico Fellini, Cátedra,
tellana o española, F. C. R. Maldonado sophia moral, Francisco Calvo, Toledo, lo que puede”, en I. Bango Torviso y F. Madrid, 1999, pp. 259-279 y T. Kezic,
(ed.), Castalia, Madrid, 1995, p. 214. 1663, fol. 204r. Marías, Bosch. Realidad, símbolo, fan- Fellini. La vida y las obras, Tusquets,
23 Covarrubias, op. cit., p. 87. 38 J. Barcia Zambrana, Despertador chris- tasía, Sílex, Vitoria, 1982, p. 155. Ripa Barcelona, 2007, pp. 303-309.
24 H. W. Janson, op. cit. La diacronía de tiano de sermones doctrinales, sobre par- también coloca al heno en su alegoría 71 Sobre este punto, L’art del menjar. De la
la imagen del putto acompañado por ticulares assumptos, Dispuesto para que de la Vanagloria por los mismos moti- natura morta a Ferran Adrià, Caixa Ca-
la calavera también fue estudiada en J. buelva en su acuerdo el pecador, y vença vos, en Ripa, op. cit., pp. 381-382. taluña, Barcelona, 2011.
Seznec, “Youth, innocence and death: el peligroso letargo de sus culpas, ani- 54 O. Kurz, “Four tapestries after Hiero- 72 Sobre la imagen como representación
some notes on a medallion on the Cer- mandofe a la penitencia (...), Juan García nymus Bosch”, Journal of the Warburg y la comida, véase S. G. Nichols, “See-
tosa of Pavia”, Journal of the Warburg Infanzón, Madrid, 1687, t. I, p. 246. and Courtauld Institutes, 30, 1967, pp. ing food: an anthropology of ekphrasis,
Institute, 1/4, 1938, pp. 298-303. 39 J. Barcia Zambrana, op. cit., p. 113. 150-162. and still life in classical and medieval
25 R. Klibansky, E. Panofsky y F. Saxl, Sa- 40 C. Ripa, op. cit., t. I, p. 444. Ripa inclu- 55 G. Wither, op. cit., lib. IV, emb. 48. examples”, MLN, 106, 1991, pp. 818-851.
turno y la melancolía. Estudios sobre la ye, a continuación, la descripción de 56 Sobre este ocaso, véase S. Méndez, “Del Sobre los diversos significados de la pa-
historia de la filosofía de la naturaleza, la Fragilidad Humana, una mujer que barroco como el ocaso de la concep- labra “imagen” véase W. J. T. Mitchell,
la religión y el arte, Alianza, Madrid, lleva carámbanos en las manos porque ción alegórica del mundo”, Andamios, Iconology. Image, text, ideology, The
1991, pp. 281-283. En ocasiones, expli- según Pierio Valeriano los egipcios los 4, 2006, pp. 147-180. University of Chicago Press, Chicago,
ca Panofsky, la mano que sostiene la empleaban para representar la idea de 57 Para el anacronismo, véase G. Didi- 1986, pp. 7-46.
cabeza puede estar cerrada en alusión fragilidad. Esta descripción termina Huberman, Ante el tiempo. Historia 73 http://www.theworlds50best.com/
a la avaricia que sufrirían los melan- con un añadido: la fragilidad también del arte y anacronismo de las imágenes, awards/1-50-winners [consultado el 4
cólicos. La expresión gesto-metáfora se puede representar por medio de las Adriana Hidalgo editora, Buenos Ai- de mayo de 2011].
para referirse a la idea de melancolía burbujas que se forman en el agua. res, 2005. La bibliografía sobre War- 74 J. C. Arboleya, I. Olabarrieta, E. Sanmartín,
está tomada de C. Bologna, “La mano 41 M. de Cervantes, Novelas ejemplares II, burg ha crecido considerablemente en L. Iturriaga, A. Duch y I. Martínez de
en la mejilla”, Criticón, 87-88-89, 2003, Harry Sieber (ed.), Cátedra, Madrid, 1991, los últimos años debido a la revisión Marañón, “From the chef’s mind to the
pp. 79-96. La mano en la mejilla tam- p. 53. de su pensamiento en el contexto de dish: how scientific approaches facili-
bién es atributo de la Meditación, en 42 G. Speak, “El licenciado Vidriera and la posmodernidad y la corriente de la tate the creative proces”, Food Biophys-
alusión a la gravedad y profundidad the glass men of early modern Europe”, critical theory. Para la problemática de ics, 3, 2008, pp. 261-268.
de los pensamientos en que ocupa su The Modern Language Review, 85, 1994, la supervivencia (Nachleben), véase G. 75 Un ejemplo de esta posibilidad en
mente. Véase la descripción en C. Ripa, pp. 850-865. Didi-Huberman, La imagen supervi- Kunst in Schokolade. Chocolate art, Ge-
Iconología, Akal, Madrid, 1996, t. II, pp. 43 Para el desengaño como práctica filo- viente: historia del arte y tiempo de los sellschaft für moderne Kunst am Mu-
63-64. sófica que enseña a mirar por dentro fantasmas según Aby Warburg, Abada seum Ludwig, Colonia, 2005.
26 R. Klibansky, E. Panofsky y F. Saxl, op. de las cosas, véase A. Quirós Casado, editores, Madrid, 2009 y Ph. A. Mi- 76 E. Hartung, “La vida a fons. L’art i el
cit., pp. 96-97. Las relaciones entre ace- “El tema del desengaño”, en Actas del chaud, Aby Warburg and the Image in menjar, més que un fil conductor en
día y melancolía son más complejas V Seminario de Historia de la Filosofía Motion, Zone books, Nueva York, 2004. l’art del segle XX”, en L’art..., op. cit., pp.
que una simple asociación de síntomas Española, Kadmos, Salamanca, 1986, pp. 58 N. Hawthorne, La casa de los siete te- 112-113.
exteriores, pues los fenómenos que se 567-595. jados, Catalina Montes (ed.), Cátedra, 77 “Incluso es posible que algo así como
englobaban en la Antigüedad bajo el 44 F. Miranda Paz, op. cit., fol. 204v. Madrid, 2008, p. 193. un batir de alas de mariposa sea lo que
concepto de melancolía y en la Edad 45 D. Estella, Primera parte del libro de la 59 M. McFarnald Pennell, Student com- da un sentido y un límite a cualquier
Media bajo el concepto de acedía eran vanidad del mundo, Mathias Gast, Sala- panion to Nathaniel Hawthorne, Green- intento de descripción de una ima-
muy diversos. Sobre este punto, M. manca, 1576, fol. 109v. wood Press, Westport, 1999, p. 103. gen”, en G. Didi-Huberman, La ima-
Theunissen, Anteproyectos de moder- 46 G. Wither, A Collection of Emblemes, 60 N. Hawthorne, op. cit., p. 186. gen mariposa, Mudito & Co., Barcelo-
nidad: antigua melancolía y acedía en la Ancient and Moderne, Henry Tauton, 61 “Man’s life is a bubble as light as air, na, 2007, p. 10.

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