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ISSN: 1548-5633
34 Letras Hispanas Volume 8.1, Spring 2012
Tiempo/espacio, memoria/narrativa:
la novela española finisecular
María del Carmen Caña Jiménez, Virgina Tech
durante la transición al siglo XXI. Este pe- conocieron; sobre la monotonía en la que se
ríodo se caracteriza, en el ámbito de la lite- asienta su relación matrimonial; sobre la nece-
ratura y como reflejo de los debates políticos, sidad que tiene de hablar “con el ilustrador de
por la reivindicación de un pasado histórico [su] último cuento para decirle que cambiara
reciente—el de la Guerra Civil española y el los bocetos del Burrito Hablador porque pare-
franquismo—a partir de la articulación dis- cía más una Vaquita Vociferante” (10) y sobre
cursiva de memorias que durante décadas una sensación de hambre que empieza a des-
fueron relegadas al olvido impuesto por la pertarse en su estómago—sensación que a su
Historia oficial. Si se tiene en cuenta el estado vez adquiere un valor metafórico en relación
emocional de los protagonistas de las novelas con el título La hija del caníbal.
arriba mencionadas, se observa que la crisis La desesperante espera del marido
que marca la existencia de cada uno de ellos mientras Lucía contempla el constante batir
se convierte en un denominador común en de la puerta del vulgar retrete tiene lugar en
este tipo de novelas. La crisis, como mani- un aeropuerto que, al igual que la puerta, es
festación esencial del cronotopo del umbral, también un lugar de paso y de transición,
es entendida como un cambio brusco, repen- metafóricamente concebido como uno de
tino e imprevisto en el existir del sujeto y es los lugares de (des)encuentro de los que ha-
concebida como una mutación importan- bla Bakhtin en su estudio sobre el cronotopo
te en el devenir del protagonista, a un nivel (98). El desencuentro o separación de la pa-
microcósmico, o una mutación en el devenir reja provoca en Lucía un estado de crisis que
histórico, a un nivel macrocósmico. Dicho la enfrenta consigo misma y provoca la pér-
de otro modo, la crisis es concebida como el dida del falso sentimiento de estabilidad que
espacio-tiempo que se sitúa en el umbral de la había mantenido unida a su marido. No
dos estados y el umbral, como la puerta de la obstante, esta supuesta estabilidad no es más
que hablamos al comienzo de este trabajo, “es que una mentira que la protagonista ha crea-
obvio símbolo del tránsito de un lugar a otro, do con el objetivo de mantener una identidad
o de una situación a otra, o incluso entre el anclada en la relación con Ramón. Es en este
estado anterior y el venidero” (Becker 421). momento durante la contemplación ingenua
La primera de las partes de este ensa- de la puerta del vulgar retrete cuando Lucía
yo corresponde al estudio de la obra de Rosa se percata de que su desarrollo como sujeto
Montero. La acción en La hija del caníbal se autónomo se ha visto siempre obstaculizado
origina en el aeropuerto de Barajas en Madrid e imposibilitado por la existencia de otros
desde donde Lucía Romero, escritora frustra- como, por ejemplo, su marido, su padre y el
da de cuentos infantiles, y su marido Ramón, editor de sus libros. Lucía se siente impoten-
funcionario del Ministerio de Hacienda, se te e incapacitada en diferentes niveles: en el
disponen a emprender unas vacaciones. Mi- ámbito personal, la intimidad con su marido
nutos antes de embarcar, Ramón se ausenta se caracteriza por la frialdad y la monotonía
para ir al cuarto de baño y aunque en un prin- en la cama; en el ámbito laboral, Lucía es una
cipio esta ausencia parece ser sólo algo mo- escritora frustrada que sólo ha encontrado
mentáneo para Lucía, acaba convirtiéndose éxito en la escritura de un género que verda-
en una desaparición en toda regla que se tor- deramente detesta—el de la literatura infantil.
na en el motor inmóvil que impulsa la acción Además, su identidad como escritora se pre-
narrativa. Es en este preciso instante, sentada senta borrosa ya que los críticos, con frecuen-
en la puerta de embarque a la espera del regre- cia, confunden su trabajo con el de su mayor ri-
so de Ramón, que Lucía reflexiona, mientras val. Su autoridad como novelista se encuentra,
contempla “la puerta batiente de [los] urina- a su vez, limitada por el poder ejercido por su
rios” (9), sobre el cambio físico que presenta editor, quien designa la portada de sus libros a
su marido con respecto al momento en que se su propio antojo dando lugar a la manipulación
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Félix y Adrián, va a permitir que Lucía consi- (16), la necesidad de saber qué es lo que ha
ga quitarse la máscara que había ocultado su ocurrido con nuestra historia es uno de los
verdadera identidad durante muchos años. A mensajes subyacentes en la novela, resultan-
medida que la novela avanza, Lucía se percata te del diálogo compartido por las tres gene-
del deterioro inevitable del cuerpo y acepta raciones presentes en la narrativa, así como
que mientras que el cuerpo lentamente des- el lugar destacado que ocupa una parte de la
aparece, el acto creativo de la narrativa da sig- historia de España que durante décadas fue
nificado y continuidad a una experiencia que relegada al lado oscuro del archivo (Gonzá-
de no ser así se desvanecería y disiparía con el lez-Espitia 16)—la del anarquismo.1
cuerpo. Según Samuel Amago, En torno al ejercicio de memoria y
de construcción del proceso narrativo, Lu-
memory, narrative and the material cía evoca aspectos como “la fragilidad de la
body interact in La hija del caníbal [and] memoria, la mentira, las consecuencias que
the recurrring themes of ageing, bodily tiene el proceso de la narración y sus carac-
decay, time and mortality are related to
terísticas para la constitución de la historia”
the novel’s self conscious preoccupation
with the narrative act. (1030)
(Gatzmeier 99). Lucía comienza su autobio-
grafía por medio de una mentira de la que
Al tomar control de su escritura, Lucía se ar- posteriormente se retracta y afirma que “era
ticula a sí misma dentro de una posición de el 28 de diciembre y Ramón y yo nos íbamos a
autoridad, siendo esto un asunto que Elaine pasar el fin de año en Viena” (9). El siguiente
Scarry enfatiza cuando teoriza la importancia capítulo comienza así:
simbólica de la comunicación. Según Scarry,
[b]ien, no he hecho nada más que
ya sea a partir de la escritura o de la oralidad,
empezar y ya he mentido. El día que
desapareció Ramón no fue el 28 de
the voice becomes a final source
diciembre sino el 30; pero me pare-
of self-extension; so long as one is
ció que esta historia absurda quedaría
speaking, the self extends out beyond
más redonda si fechaba su comienzo
the boundaries of the body, occupies a
en el Día de los Inocentes [...] eso es
space much larger than the body. (33)
lo que hacemos todos, reordenar y
reinventar constantemente nuestro
Al reconocer la esencia ontológica de la pasado, la narración de nuestra bio-
identidad, Lucía Romero comenta que “para grafía. (17)
poder ser, los humanos nos tenemos previa-
mente que contar [...] la identidad no es más Por medio de estas palabras, Lucía, y Rosa
que el relato que nos hacemos de nosotros Montero como autora real de la novela, po-
mismos” (17). El texto novelístico se presen- nen de manifiesto sus conciencias de autoras
ta, por consiguiente, como el cronotopo de y afirman su autoridad a la hora de cons-
la memoria en la medida en que permite la truir e inventar el pasado conectando, de
materialización del concepto abstracto que es esta manera, la construcción narrativa con
el recuerdo y se convierte en un entramado el cronotopo de la ficción española contem-
dialógico donde se entrelazan las voces de poránea. En conexión con la fragilidad de la
diferentes generaciones: Félix, Lucía y Adrián memoria, Joan Ramón Resina expone que
pertenecen a la primera, segunda y tercera desde una perspectiva sociológica, la me-
generación de la Guerra Civil española res- moria no se concibe como algo acumulativo
pectivamente. Del mismo modo en que Lucía sino que es una permanente construcción
afirmaba al comienzo de la novela que reco- (23). Desde su punto de vista, la construcción
nocía no amar a Ramón pero que “no podría del discurso recurre a cuatro principios pre-
descansar hasta saber qué le había ocurrido” sentes en todas las narrativas: anacronismo,
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Libros Olvidados por parte de Daniel en La “[also] imprison some dead material of some
sombra del viento. En ambos casos, la lectura sort” (Bakhtin 253). La narrativización de
de cada uno de los libros desencadena un pro- este material exánime a lo largo de la nove-
ceso de reivindicación del pasado por parte la permite, no obstante, que éste recobre su
de los protagonistas aunque esta reivindica- vida, aunque sólo sea textualmente.
ción presenta unas connotaciones diferentes. La vida de David, que es la estructura
A su regreso a España tras asistir al funeral narrativa sobre la que se erige la novela ela-
de su mejor amigo, Joseba tiene el encargo de borada por Joseba aparece dividida en dos
llevar consigo una de las tres copias originales cronotopos: el del pasado y el del presente.
del manuscrito de David, escrita en la “vieja El cronotopo del pasado trascurre en dos pe-
lengua” (19), con el objetivo de donarla a la queñas poblaciones ficticias del País Vasco,
biblioteca de Obaba. Una vez en su país na- una localidad urbana llamada Obaba, y otra
tal, Joseba comunica a Mary Ann, la viuda de rural llamada Iruain. El cronotopo del pre-
David, su decisión de “escribir un libro basa- sente, por su parte, transcurre en el rancho
do en el texto de David” con la intención de de Stoneham situado a las afueras de la urbe
“reescribir y ampliar sus memorias” (24). El en los Estados Unidos. Los dos cronotopos se
impulso que le lleva a tomar esta iniciativa no encuentran separados por el océano Atlánti-
es aquél del que co y por la presencia fantasmagórica de un
pasado que no ha sido articulado. Tras la Am-
derriba una casa y levanta en su lugar nistía de 1976, David queda absuelto de su
una nueva, sino [por el contrario] el cargo por etarra y huye a Estados Unidos para
espíritu del que encuentra en un árbol rehacer una nueva vida relegando al silencio
el carving de un pastor ya desapareci-
gran parte de su pasado. Pese a su intento por
do y decide marcar de nuevo las líneas
para dar un mejor acabado al dibujo,
dejar en el olvido una etapa de su vida, la nue-
a las figuras. (24) va vida que David emprende en los Estados
Unidos no resulta ser muy novedosa ya que
Del mismo modo en que la multiplici- por medio del análisis morfológico de Irauin
dad de géneros que convergían en La sombra y de Stoneham se deja entrever que el segun-
del viento funcionaban como diferentes cro- do lugar no es más que la transposición en el
notopos que hacían avanzar la acción narra- tiempo y el espacio de la vieja Iruain de su
tiva, en El hijo del acordeonista una función infancia. Según Iñigo Barbancho,
similar la desempeñan las inscripciones que
tanto Iruain como Stoneham se descri-
abundan a lo largo de la novela de Atxaga. ben como enclaves naturales atravesa-
Una especial atención merecen, por ejemplo, dos por un río [...] la figura central en
la inscripción a manos de Joseba sobre el ma- ambos es el tío Juan y la actividad cen-
nuscrito de su amigo, la inscripción tallada en tral en los dos es la cría de caballos. (85)
la tumba de David y las diferentes inscripcio-
nes vascas encontradas en los pequeños ro- Los paisajes aquí presentados son, por consi-
llos de papel que las hijas de David metían en guiente, más propios de una visión idealiza-
cajas de cerilla y enterraban en el jardín como da del mundo que de una realidad concreta.
parte de un juego que inventó su padre para Stoneham e Iruaín aparecen descritos como
que las niñas, “Liz y Sara[,] aprendieran algo lugares paradisíacos hasta el punto de que el
de [su] lengua” (13). Al igual que “La sombra rancho americano aparece atravesado por tres
del viento” que lee Daniel en la obra de Ruiz ríos que aluden, sin duda alguna, a los tres ríos
Zafón aprisiona dentro de sí la vida pasada de que fluían en el mítico jardín del Edén.
Carax y, de manera indirecta, la de la misma Más que haber comenzado una nueva
madre del protagonista, las inscripciones, ya vida, David parece haber reproducido su pa-
sean en piedra, ladrillo, piel, papiro o papel, raíso infantil en los Estados Unidos y, por lo
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tanto, su huida a los Estados Unidos no su- el sujeto no consigue desidentificarse del ob-
pone un olvidar y comenzar de nuevo sino jeto perdido. A lo largo de la novela, David
que, más bien, supone un silencio y no con- muestra de una manera clara y en ocasiones
tinuidad sino, repetición. David presenta una ridícula su preferencia y obsesión por un
fijación con respecto al lugar de su infancia mundo rural inexistente de acuerdo a la for-
y esta fijación no le permite hacer borrón y ma en que él lo concibe. Como forma de mos-
cuenta nueva. La sintomatología que presen- trar el gran apego que siente por un mundo
ta David es reminiscente al comportamiento rural anclado en la imaginación, David llega
asociado con el trauma que, a su vez, posee incluso a compararse en cierta ocasión con
un lugar central en la narrativa española con- un caballo al que le obligan a beber del agua
temporánea. La transposición del lugar de su de un río contra su voluntad. Al igual que el
infancia al lugar de su exilio podría ser con- caballo es obligado a ir al río en contra de
cebida, de este modo, como uno de los sín- sus deseos, también David es obligado a asis-
tomas más frecuentes entre las personas que tir al colegio de la Salle que queda muy lejos
padecen una experiencia traumática, esto es, de donde vive con el objetivo de que éste se
el de la fijación al objeto amado y con ello, el aparte de la vida del campo. No obstante y a
de la repetición. El sujeto, en este caso David, pesar de los esfuerzos de sus familiares David
se muestra incapaz de sobrellevar la pérdida se reafirma diciendo que:
del paraíso infantil y es por ello por lo que
construye una réplica de éste en Stoneham. prefería [...] el otro mundo, el rural
A lo largo de la novela se alude a las múl- [aunque] lo ignoraba todo acerca del
tiples pérdidas sufridas por David al abando- pastoreo, no sabía cómo preparar el
nar su tierra natal y comenzar una nueva vida biberón de leche para un ternero o
en los Estados Unidos. No obstante, más que la forma en que había que ayudar a
una yegua para tener un potrillo; pero
de pérdida se debería hablar de ausencia ya
sentía nostalgia de aquellas labores
que mientras que sencillas, como si alguna vez en una
vida anterior, hubiese sido uno de
the historical past is the scene of losses
aquellos “campesinos demasiado feli-
[...] [which] are specific and involve
ces” que elogió Virgilio. (68-9)
particular events, such as the death of
loved ones on a personal level or, on a
broader scale, the losses brought about La vida rural que David parece añorar no
by the apartheid or the Holocaust, es más que una construcción utópica de un
pasado que nunca existió de la forma en que
la ausencia “is not an event and does not im- David lo recuerda. Al igual que la Arcadia
ply tenses (past, present, future)” (LaCapra que elogió Virgilio, el Iruain añorado y an-
49). El lugar de su infancia, tal y como es siado por el protagonista no es más que un
aprehendido subjetivamente por David, nun- “país” imaginado y creado, producto de la
ca existió y, por consiguiente, uno no puede imaginación del protagonista.
perder lo que nunca tuvo. Con el análisis de las tres novelas he de-
La ausencia está relacionada con el pro- mostrado que todo ejercicio de memoria en
ceso melancólico propuesto por Sigmund el plano literario viene articulado por medio
Freud quien distingue dos procesos distintos de una narrativa cuyos eventos avanzan en
por medio de los que el hombre hace frente el tiempo por medio de la presencia de dife-
a un episodio doloroso del pasado: el duelo rentes cronotopos que hacen posible la con-
normal y la melancolía. El duelo alude al pro- cretización de ideas abstractas tales como la
ceso normal de recuperación tras la pérdida pérdida en el caso de La hija del caníbal, la
de un objeto amado. La melancolía, por el reivindicación de un pasado que nos pertene-
contrario, es un proceso patológico en el que ce como es el caso de La sombra del viento y
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Scarry, Elaine. The Body in Pain: The Making and Steen, María Sergia. “La sombra del viento: Inter-
Unmaking of the World. New York: Oxford sección de géneros y ‘bildungsroman.’” Espé-
UP, 1985. Print. culo 39. 2008. Web. 14 de octubre de 2008.