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jUSTIFICACION

El progreso tecnológico, por una parte y el acelerado crecimiento demográfico, por


la otra, producen la alteración del medio, llegando en algunos casos a atentar
contra el equilibrio biológico de la Tierra. No es que exista una incompatibilidad
absoluta entre el desarrollo tecnológico, el avance de la civilización y el
mantenimiento del equilibrio ecológico, pero es importante que el hombre sepa
armonizarlos. Para ello es necesario que proteja los recursos renovables y no
renovables y que tome conciencia de que el saneamiento del ambiente es
fundamental para la vida sobre el planeta La contaminación es uno de los
problemas ambientales más importantes que afectan a nuestro mundo y surge
cuando se produce un desequilibrio, como resultado de la adición de cualquier
sustancia al medio ambiente, en cantidad tal, que cause efectos adversos en el
hombre, en los animales, vegetales o materiales expuestos a dosis que
sobrepasen los niveles aceptables en la naturaleza.

Bases Teóricas

La química verde es sinónimo de salud y de sostenibilidad ambiental.


Básicamente, la química verde u orgánica está orientada a buscar nuevas formas
de sintetizar sustancias químicas para lograr una química más amigable con la
salud y el entorno. Su razón de ser, el fin que se persigue con la química verde,
también denominada química sostenible u orgánica-, es encontrar alternativas a
las propuestas por la química tradicional, que en tantas ocasiones representa un
peligro para la salud y también para el medio ambiente.

El simple hecho de tener en consideración el posible impacto que puede


implicar una nueva sustancia, ya sea a nivel ambiental o humano supone una
diferencia clave con respecto a la química convencional. En este tipo de química,
desde la misma fase de diseño y desarrollo de las nuevas sustancias se tiene en
cuenta el potencial impacto que representan las fórmulas tradicionales para
ofrecer alternativas más saludables y/o sustentables.

Compatibilidad ambiental de la química verde


Las alternativas buscan eliminar esos efectos perjudiciales o, al menos,
minimizarlos, con lo que su aportación abre una ventana a la esperanza, en este
mundo nuestro, colonizado por la química como agente solucionador que además
amenaza la salud de las personas desde los lugares más cotidianos y al mismo
tiempo insospechado.

Como explica Kenneth Doxsee, investigador de la Universidad de Oregón, en


Estados Unidos, la química orgánica ayuda a prevenir la contaminación gracias a
soluciones científicas que tienen un sinfín de aplicaciones.

Al ofrecer alternativas de mayor compatibilidad ambiental, comparadas con los


productos o procesos disponibles actualmente cuya peligrosidad es mayor y que
son usados tanto por el consumidor como en aplicaciones industriales, la química
verde promueve la prevención de la contaminación a nivel molecular.

El concepto de química verde o sostenible nos descubre un lado mucho más


amable de la química, sobre todo, gracias a su enfoque revolucionario, que ayuda
a ahorrar recursos y también a preservarlos, a obtener beneficios de la misma que
nos permitan llevar una vida más saludable en un entorno más saludable, -menor
uso del agua y la energía, a la reducción del impacto ambiental de los químicos
una vez usados y haciendo más sostenibles los procesos productivos- y, entre
otros sectores, también puede transformar la industria farmacéutica.

Aunque todavía hay mucho que avanzar, hay un creciente compromiso por parte
de los científicos, inversores e instituciones para ayudar a su desarrollo. Destaca
el Green Chemistry Institute, cuyo objetivo es promover el uso de la química verde
en pro de un mundo más sostenible y también protector de la salud humana
recurriendo a este nuevo concepto de química orgánica.

Principios de la química verde


Los principios de la química verde o sostenible fueron formulados por Paul Anasta
y John Warner en su libro "Green Chemistry: Theory and Practice", y son los
siguientes:
 Evitar los residuos siempre será mejor que tener que tratarlos o eliminarlos
luego.
 El producto acabado en los diseños de síntesis ha de incorporar el máximo
posible de materiales utilizados durante el proceso.
 Minimizar la toxicidad en el diseño de los métodos sintéticos debe ser una
prioridad. Idealmente no ha de tener ninguna, y en la práctica siempre ha
de minimizarse en la medida de lo posible.
 Preservar la eficacia ha se ser compatible con reducir o eliminar la
toxicidad.
 Uso mínimo de sustancias auxiliares (disolventes, adsorbentes, etc.),
siempre optando por las más inocuas.
 Aplicar procesos a presión y temperatura ambiental con preferencia para
lograr la eficiencia energética.
 Los materiales renovables siempre serán prioritarios.
 Evitar derivaciones cuando sea posible, como los grupos de bloqueo o, por
ejemplo, los pasos de protección y desprotección.
 Sustituir los reactivos estequiométricos por reactivos catalíticos siempre que
se pueda.
 Diseñar los productos de modo que resulten biodegradables.
 Vigilar el proceso para evitar que se formen sustancias peligrosas.

 Reducir el riesgo de accidente también mediante la selección de los


procesos y las sustancias.

La función de la química verde

La industria química genera muchos productos útiles, entre ellos:


antibióticos y medicinas, plásticos, gasolina y otros combustibles, productos
agroquímicos como fertilizantes y plaguicidas y telas sintéticas como el
nailon, el rayón y el poliéster. Estos productos son importantes pero
algunos de ellos, y los procesos químicos que se emplean para fabricarlos,
perjudican el ambiente y la salud humana. La química verde se propone
reducir la contaminación eliminando la generación de la misma. Cuando los
químicos idean una reacción química conforme los principios de este
método, prestan mucha atención a la información sobre los posibles riesgos
para la salud o el ambiente que presenta una sustancia química, antes de
utilizarla en la elaboración de un producto. Es decir, consideran el peligro
que plantea una sustancia como propiedad que se debe tener en cuenta
junto con las otras propiedades químicas y físicas y eligen aquellas
sustancias que reduzcan al mínimo ese peligro
.
En su libro titulado: Green Chemistry: Theory and Practice (Química verde:
teoría y práctica), Paul Anastas y John Warner exponen 12 principios que
constituyen una guía para aquellos químicos que quieran llevar a la práctica
la química verde. A continuación se explican cuatro de estos principios:

1. Parta de una base segura. Identifique las reacciones que no precisan


sustancias iniciadoras peligrosas para fabricar el producto deseado.
Este principio minimiza el peligro para los trabajadores en las plantas de
fabricación que manejan productos químicos, y previene la descarga
accidental de sustancias químicas perjudiciales a causa de escapes o
explosiones. Un nuevo método de fabricación de ácido atípico, un producto
químico industrial importante, ilustra este principio.

Para fabricar nailon, poliuretano, lubricantes y plastificantes se necesitan


cerca de 2 000 millones de kilogramos de ácido adípico. El método
normalizado según el cual se fabrica el ácido adípico emplea como material
de base la bencina, que puede causar cáncer. En un proceso de reciente
creación que usa bacterias genéticamente modificadas o biocatalizadores,
la bencina se sustituye por la glucosa simple. Fabricar ácido adípico a partir
de una sustancia segura como la glucosa implica que se puede evitar el uso
de una sustancia química perjudicial en grandes cantidades si se extiende
ampliamente el uso de nuevos procesos como éste.

2. Use materias primas renovables. Ponga mayor énfasis en materiales de


inicio renovables como las sustancias derivadas de las plantas en
crecimiento, en lugar de los materiales irremplazables como el petróleo y el
gas natural.

La glucosa, que se mencionó en el ejemplo anterior como material de inicio,


puede extraerse del almidón de maíz o la celulosa que se encuentra en las
plantas. Incluso las mazorcas, los tallos y las hojas caídas pueden producir
glucosa. A modo de ejemplo, el almidón de maíz se utiliza para producir las
pequeñas pelotillas infladas de empaque que protegen los artículos que se
transportan dentro de los contenedores. Estas pelotillas pueden reemplazar
a los materiales plásticos de empaque fabricados a partir de sustancias
químicas basadas en el petróleo.

3. Utilice solventes más seguros. Elimine el uso de solventes tóxicos para


disolver los productos reaccionantes.

Los solventes son sustancias químicas que pueden disolver otra sustancia.
Muchos solventes que se usan en grandes cantidades en la industria son
perjudiciales para la salud o pueden generar otros peligros, como
explosiones o incendios. Entre los solventes que se utilizan ampliamente y
que presentan riesgos para la salud cabe mencionar: el tetracloruro de
carbono, el cloroformo y el percloroetileno.

A veces es posible utilizar en lugar de estos solventes otros más seguros


como el agua o el dióxido de carbono líquido. Por ejemplo, recientemente
se han desarrollado nuevos procesos para el lavado en seco de la ropa que
disuelven la grasa y la suciedad con dióxido de carbono líquido, en lugar del
percloroetileno tóxico.

4. Economice átomos. Diseñe reacciones en que la mayoría o todos los


átomos con los que se empieza terminan en el producto y no en los
productos secundarios de desecho.

Importancia

La química de la atmósfera, a medida que la comunidad internacional


presta más atención a las tesis del ecologismo (con acuerdos
internacionales como el protocolo de Kioto para reducir las emisiones de
gases de efecto invernadero), es una disciplina que ha ido cobrando cada
vez más importancia.

El desarrollo de esta disciplina mostró las graves consecuencias que tuvo


para la capa de ozono el uso generalizado de los clorofluorocarbonos. Tras
las experiencias con la lluvia ácida, la combinación de química
medioambiental e ingeniería química resultó en el desarrollo de los
tratamientos para limitar las emisiones de las fábricas. También la química
medioambiental se ocupa de los procesos, reacciones, evolución e
interacciones que tienen lugar en las masas de agua continental y marina
por el vertido de contaminantes antropogénicos. Asimismo, estudia los
tratamientos de dichos vertidos para reducir su carga dañina.

También hay interacción entre la llamada Química sostenible o Química


verde y la preservación del ambiente, pues aquella estudia optimizar los
procesos productivos químicos, eliminando productos secundarios,
empleando condiciones menos agresivas (de presión y temperatura, de tipo
de disolvente).

La química ambiental se encarga de realizar la supervisión de los proyectos


industriales, teniendo en cuenta el impacto ambiental.

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