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MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y MITIGACIÓN

En el histórico Acuerdo de París sobre cambio climático, los países miembros de la ONU
llegaron a un acuerdo sobre las medidas a tomar relacionadas al aumento de las temperaturas
del planeta. Entre los puntos acordados tenemos el compromiso al que arribaron los líderes
de 195 naciones donde se comprometieron a limitar el aumento de la temperatura en al menos
2 grados centígrados.

Si bien es cierto que los países buscan mitigar los efectos que se generan e impactan el medio
ambiente y que tienen como consecuencia la alteración en las condiciones climáticas, no
menos cierto es que cada ciudadano está en el deber y en la obligación de llevar a cabo
acciones para ayudar a los gobiernos con esta problemática que afecta y afectará a todo el
colectivo. He aquí 5 acciones concretas que un ciudadano puede tomar:

- Reducir la emisión de CO2, usando bicicletas en lugar de coches para movilizarse, ya que
haciendo esta práctica estarías dejando de emitir 2,5 litros de CO2 a la atmósfera. Ver
ejemplo de 10 ciudades sobre 2 ruedas;

- Ahorrar energía, desconectando los aparatos eléctricos cuando no se estén usando,


programar los aires acondicionados (ajuste del termostato), apagar las bombillas;

- Hacer uso de las 3R, Reutiliza, Recicla y Reduce (al reciclar puedes ahorrar 730 kilos de
CO2 anualmente con tan solo el 50 % de la basura generada en el hogar);

- Actuar contra la deforestación, siembra un árbol, a mediano plazo tendrá un impacto en la


absorción de CO2. Al adquirir madera, opta por aquella con prueba de origen sostenible;

- Demandar y exigir a los gobiernos la promoción de ciudades sostenibles, uso de energías


renovables, educación en el manejo de los desechos sólidos y la extensión de los proyectos
de reciclaje a todas las ciudades del país.

Finalmente, es fundamental el desarrollo de campañas de concienciación a la población por


parte de los organismos responsables de la implementación de políticas de medio ambiente.
Igualmente, los gobiernos están obligados a impulsar políticas de mitigación ante el cambio
climático, sin dejar de lado la responsabilidad que cada ciudadano, entre ellos los dueños de
grandes empresas, deben tener frente a esta problemática global.
RESUMEN:

Cuando la gente habla cotidianamente del cambio climático se refiere a la energía generada
por la actividad antropógena como el elemento central del problema. Sin embargo, la
comprensión y su posible solución son altamente complejas. A continuación haremos un
breve análisis de lo que implican algunos conceptos acerca de la energía y de las
implicaciones que conllevan las dos primeras leyes de la termodinámica dentro de los
procesos climáticos.

Se dice que la energía y la materia son inseparables, ya que es difícil describir la una sin la
otra. La energía es la capacidad de producir un trabajo y el trabajo se hace cuando un objeto
se mueve a través de una distancia, lo cual ocurre en todas las escalas incluso en el plano
molecular.

Hay varios tipos de energía: el calor, la luz, la electricidad y la energía química son las formas
más comunes. La energía involucrada en el movimiento de los objetos se llama energía
cinética, como la corriente de agua en una cascada o una leona que persigue a una gacela. En
contraste, la energía potencial es la que tiene la materia debido a su posición de referencia;
por ejemplo: el agua detrás de un dique tiene energía potencial en virtud de su posición
elevada; a escala molecular un electrón que se ha movido a una posición alejada del núcleo
incrementa su energía potencial debido a la distancia aumentada entre el electrón y el núcleo.

Todas las modificaciones que ocurren en la naturaleza física de una sustancia son debidas a
cambios de energía y la energía se agrega o se elimina en forma de calor.

Cuando dos formas de materia tienen temperaturas diferentes, la energía calórica se


transmitirá de la de mayor temperatura a la temperatura más baja. De ahí que, por ejemplo,
las corrientes cálidas de los trópicos fluyan hacia las regiones polares. La temperatura del
objeto más frío aumenta mientras disminuye la del más caliente. Este fenómeno se conoce
como transferencia de calor sensible. Cuando la energía calórica se usa para cambiar el estado
de la materia de sólido a líquido, se refiere a su punto de fusión, o si el cambio es de líquido
a gas se denomina punto de ebullición, el calor se transfiere pero la temperatura de la materia
no cambia. Esto se llama una transferencia de calor latente. Este efecto se experimenta
cuando el agua de la piel se evapora, ya que el cuerpo proporciona el calor necesario para
convertir el agua líquida en vapor de agua y en consecuencia el cuerpo se refresca al perder
calor.

1A. Y 2A. LEYES DE LA TERMODINÁMICA

La energía existe en distintas formas y es posible convertir una forma de energía en otra. Sin
embargo, la cantidad total de energía permanece constante. La primera ley de la termo-
dinámica establece que la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma de un estado
a otro. Desde la perspectiva humana, algunas formas de energía son más útiles que otras.

Actualmente hay un extenso uso de la energía eléctrica, pero la presencia de energía eléctrica
disponible en la naturaleza es muy pequeña (un ejemplo de ésta son los relámpagos); por
consiguiente, es necesario considerar otras fuentes de energía que puedan transformarse en
electricidad. Al cambiar la energía de una forma a otra, parte de ella se pierde puesto que no
se usa para producir un trabajo. Ésta es la segunda ley: la energía que no puede usarse para
realizar un trabajo se llama entropía.

Otra manera de describir esta ley es: cuando la energía se convierte de una forma a otra,
aumenta la entropía. Una forma alterna de percibir la idea de entropía es que ésta es una
medida de desorden y que la cantidad de desorden (entropía) por lo general aumenta cuando
se llevan a cabo conversiones de energía. Así entonces, el grado de desorden de los seres
vivos se puede medir de acuerdo con la cantidad de calor que liberan a sus ambientes. Es
importante resaltar que cuando la energía se convierte de una forma a otra, no hay una pérdida
total de energía, sino una pérdida parcial de ella. Por ejemplo, el calor del carbón ardiente
que se usa para calentar el agua y generar el vapor que se desvía a las turbinas que generan
electricidad. En cada paso del proceso se pierde una parte de energía la cual se libera en
forma de calor al planeta. Por consiguiente, la cantidad de energía eléctrica que viene de la
planta generadora es mucho menor que la cantidad total de energía química presente en el
carbón que se quemó.

En el universo, la energía continuamente está siendo convertida de una forma a otra. Las
estrellas transforman la energía nuclear en calor y luz. Los animales procesan la energía
potencial química del alimento en energía cinética que les permite moverse. Las plantas
entrampan la energía de la luz del sol para metabolizarla como energía de enlace químico de
moléculas de azúcar; en cada uno de estos casos se disipa una proporción de calor hacia el
ambiente.

El proceso en el que los organismos liberan la energía del enlace químico del alimento se
conoce como respiración celular. Desde el punto de vista de la energía, es comparable al
proceso de la combustión, que consiste en quemar combustible para obtener calor, luz o
alguna otra forma de energía útil para el hombre. La eficiencia de la respiración celular es
relativamente alta: alrededor de 40 por ciento de la energía contenida en el alimento es
liberada en procesos metabólicos. El resto se disipa como calor al ecosistema.

UNAS ENERGÍAS MÁS ÚTILES QUE OTRAS

Para el hombre algunas formas de energía, como la eléctrica se consideran de calidad o útiles
porque se usan fácilmente para realizar una gran variedad de acciones prácticas. Otras
formas, como el calor presente en el agua del océano, poseen una calidad, hasta el momento,
poco útil porque no sirven para propósitos inmediatos –para las actividades cotidianas–.
Aunque la cantidad total de calor en este depósito es mucho mayor que la cantidad total de
energía eléctrica en el mundo, puede hacerse poco trabajo dado que no se han desarrollado
mecanismos tecnológicos para transformarla. Por consiguiente, no es tan valiosa,
económicamente.

La razón de que el calor del océano sea de poco valor se relaciona con la escasa diferencia
de temperatura entre dos fuentes de calor. Cuando dos objetos difieren en temperatura, el
calor fluirá del objeto más caliente al más frío. Mientras más grande es la diferencia de
temperatura mayor es el trabajo que se obtiene. Por ejemplo, el combustible fósil de las
plantas (diesel, petróleo o gasolina) aporta grandes cantidades de energía. Debido a que la
temperatura media del océano no es tan alta respecto a la de los continentes y, por si fuera
poco, resulta difícil encontrar otro objeto de grandes proporciones que tenga una temperatura
más baja que el mar, resulta muy complicado emplear el gran calor contenido en el océano
para producir un trabajo útil para nosotros.
EXCEDENTE LIBERADO = CONTAMINACIÓN

Una consecuencia infortunada de la conversión de energía es, sin duda, la contaminación, ya


que el calor perdido, procedente de las conversiones de energía, por un número cada vez
mayor de máquinas desarrolladas por los humanos, se convierte en un contaminante. Por
ejemplo, el uso de los frenos para detener un automóvil produce contaminación, al igual que
las emisiones de las plantas de generación de energía eléctrica o la combustión de petróleo.
Estos ejemplos ilustran el efecto de la segunda ley de la termodinámica.

Si bien, no se trata de que cada individuo en la Tierra use menos energía para que hubiese
menos calor residual, así como otras formas de contaminación generadas durante la
conversión de energía. No hay que perder de vista que la cantidad de energía en el universo
es limitada y sólo una pequeña porción es de calidad –dada la tecnología actual disponible–.
Es entonces tarea de todos nosotros buscar el equilibrio entre la generación de energía
eficiente, el consumo y el calor residual que se traduce en contaminación.

Este equilibrio se refiere a la temperatura, el aire respirable, la dosis adecuada de gases que
componen la atmósfera, la presencia del agua, al desarrollo de la fotosíntesis y a todos los
factores que hacen posible la existencia de seres vivos en el planeta. Sobre todo si
consideramos la totalidad del planeta como un organismo gigantesco cuya fisiología y
metabolismo responden a la interrelación dinámica entre los seres vivos y su entorno físico,
tal y como lo señala la Teoría de Gaia propuesta por el químico inglés J. Lovelock, es decir,
como un sistema altamente complejo y no como un conjunto de procesos químicos,
geológicos, físicos o biológicos aislados entre sí. En consecuencia, si el problema de
calentamiento global se enfoca de forma sistémica los resultados darán sus frutos en el corto,
mediano y largo plazos, mientras que, visualizando los problemas de forma independiente,
sólo paliaremos el problema.

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