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FACULTAD DE HUMANIDADES
MARIO ALFREDO CALDERÓN HERRERA
PROFESORADO DE ENSEÑANZA MEDIA EN PEDAGOGÍA
CIENCIAS SOCIALES Y FORMACIÓN CIUDADANA
CURSO: ANTROPOLOGÍA SOCIOCULTURAL
DOCENTE: LICDA. ALBA ELIZABETH GALINDO DUARTE
TRABAJO:
BLOQUE DE APRENDIZAJE I
ANTROPOLOGÍA
ESTUDIANTE: CARNÉ:
Este trabajo nos presenta lo que es la antropología, sus ramas y la importancia que
tiene para el estudio de todas las ciencias. La relación que guarda con todas las
ciencias y las formas de estudio. Aquí nos enteramos de las distintas definiciones
de la antropología social, como estudia al hombre en su integridad y al hombre en
su integración con la sociedad.
Hacemos referencia desde el origen del hombre y su forma de vida, los hallazgos
de los fósiles en diferentes partes del planeta, su raza y su cultura. Nos referimos al
origen de la cultura y la evolución cultural.
La antropología aplicada y su relación con la Sociología, el Estructuralismo, la
Psicología Social y la relación de la racionalidad de lo irracional.
Qué es la Antropología:
La antropología es una ciencia social que se dedica al estudio de todos los
aspectos de la naturaleza humana. Es un término de origen griego compuesto por
las palabras anthropos, que quiere decir 'hombre' o 'humano', y logos, que quiere
decir 'conocimiento' o 'ciencia'.
La antropología estudia los fenómenos
humanos, por lo que toma en cuenta tanto las
sociedades originarias y antiguas como las
presentes. Esta ciencia toma en cuenta la
evolución de la especie humana, la diversidad
étnica, la diversidad cultural, las costumbres
sociales, las creencias, los procesos de
transformación, etc.
A partir del siglo XVIII, gracias a las inquietudes del movimiento de la Ilustración, se
impulsa el estudio tanto de las ciencias como de las humanidades, y en ellas, las
investigaciones en el ámbito social y cultural comienzan a ganar espacio. En ese
contexto, los debates sobre la condición humana fueron muy importantes para el
desarrollo de los estudios antropológicos.
Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX, cuando los procesos de
modernización alcanzan también a las sociedades lejanas, la antropología
comienza a estudiar todo tipo de culturas, incluidas las modernas.
Para ello analiza las diferentes relaciones que existen entre el proceso evolutivo
natural del hombre y los fenómenos sociales que determinan su comportamiento,
producto de también una evolución de los pueblos a los que pertenece cada hombre
y que han formado una cultura.
En un principio, la antropología era entendida como una ciencia que estudiaba a los
hombres primitivos (Davies, 2010). Finalmente, surgió como una disciplina
académica profesional independiente en la segunda mitad del siglo XIX.
Antropología Social
La antropología social es
una disciplina fundamental del
conocimiento humano. Esta ciencia
comenzó a desarrollarse de un modo
más concreto a partir del siglo XIX. En
aquella primera etapa, el objeto de
estudio propio de la antropología social
fue la sociedad preindustrial. Sin
embargo, con la evolución social, esta
ciencia también ha ido ampliando su
campo de estudio.
Otro factor como, por ejemplo, el idioma de una región es vital para poder hacer
antropología social de ese lugar.
Antropología cultural
También conocida
como antropología social o etnología, esta rama estudia todas las características de
las diferentes configuraciones cultuales que tienen los grupos sociales.
Adicional a la otredad, la alteridad irrumpe como una forma de entender al otro como
el propio yo. A través del entendimiento del otro, se puede conseguir el
entendimiento de una sociedad ajena o de una cultura distinta.
Sin embargo, con el surgimiento del estructuralismo como corriente filosófica, las
lenguas comenzaron a ser un mecanismo de comprensión de la cultura que las
habla, porque son el pilar fundamental de ésta.
Al entenderse que los idiomas son una forma de estudiar a las sociedades, surge el
estudio desde la antropología lingüística. Las lenguas expresan una teoría del
mundo y muestran la cosmovisión que mantiene un determinado grupo social sobre
sí mismo y sus semejantes.
La cultura antropológica
Las noticias proporcionadas por los exploradores, los colonizadores y los misioneros
fueron generando una vasta literatura de descripciones de comportamientos y
rasgos culturales que cuajaron en las primeras colecciones etnográficas. Este
primer material está en el origen de la antropología cultural, que se constituye como
ciencia durante el siglo XIX, y en el contexto de la aceptación de las teorías
evolucionistas, aunque en sus inicios esta ciencia estaba fuertemente marcada por
una concepción etnocéntrica, ya que la tendencia dominante era la de considerar
las «otras» culturas como otras tantas etapas menos desarrolladas de la cultura
europea occidental. La corriente del evolucionismo cultural, que fue la primera de
las tendencias en imponerse en esta ciencia naciente, estaba influida tanto por el
evolucionismo de Darwin como por la idea de progreso cultural.
El antropólogo ingles Sir Edward B. Tylor (La cultura primitiva, 1865), y el americano
Lewis H. Morgan (La sociedad antigua, 1877), son los autores más destacados de
esta línea de investigación.
Investigador
Escuela
La cultura académica
Optamos por este tema, porque consideramos que es importante que dentro del
aula los docentes fomenten el aprendizaje significativo en sus alumnos. El aula
debe ser un ámbito de intercambio entre la cultura experiencial y la cultura
académica. Dónde la primera debe ser el punto de partida para que los nuevos
contenidos provoquen la activación de sus esquemas habituales de actuar y pensar.
Es por eso que podemos afirmar que la adquisición de la cultura académica se debe
dar por medio de un proceso de "reconstrucción" y no de imposición. Hay que
proporcionarle al alumno nuevos instrumentos de análisis de la realidad.
Este proceso de reconstrucción debe partir de las inquietudes, actitudes y
propósitos propios del alumno, es decir del estado actual del conocimiento del
mismo.
El aula debe ser un espacio
de negociación y discusión, donde el
docente le acerque al alumno el
conocimiento de su disciplina, tratando
de que en el alumno se desestructuren
sus esquemas pre – existentes.
El objetivo no es hacer prevalecer la
cultura académica, sino facilitar la
reconstrucción del conocimiento
"experiencial" que el alumno va
adquiriendo a lo largo de su vida previa y paralela a la escuela.
En este punto juegan un papel preponderante los medios masivos
de comunicación, que en la actualidad constituyen una competencia para la
escuela, ya que estos son un canal mucho más poderoso y atractivo de
proveer información (cultura de la imagen). El estudiante llega a la escuela no sólo
con la cultura familiar sino también con un fuerte influjo cultural, proveniente no solo
de la cultura local sino internacional, producto de la globalización en la que estamos
insertos.
Vigotsky y Bruner destacan la importancia de crear espacios de diálogo, de
"significados compartidos", entre lo que el alumno trae y lo que el docente tiene para
ofrecerle del conocimiento de su disciplina.
Por otra parte, es importante el aprendizaje significativo en el salón de clases en
tanto este fomenta la actitud reflexiva y crítica del alumno. Este último debe
encargarse de establecer relaciones entre la estructura cognoscitiva pre – existente
y el nuevo conocimiento. Todo esto con el fin de lograr una comprensión total de las
"proposiciones".
Dicho aprendizaje debe aplicarse en todas las disciplinas, en este caso, nosotros
vamos a centrarnos en el "aprendizaje significativo" en la Historia.
En el caso particular de la Historia, cuando presentamos un hecho histórico,
tenemos que tener presente las preconcepciones que manejan los alumnos sobre
ese tema (y esto con el fin de saber que concepciones erróneas o limitadas
manejan). El nuevo conocimiento debe ser presentado de forma tal, que el alumno
pueda contrastarlo y entablar nuevas relaciones.
Para que se produzca aprendizaje significativo, es necesario que el material sea
potencialmente significativo, que exista una actitud de parte del alumno de
realizar aprendizaje significativo, y finalmente se debe producir una relación con
algún aspecto existente específicamente relevante de la estructura cognoscitiva del
alumno.
Si el alumno se remite a repetir y memorizar una serie de palabras relacionándolas
entre sí, esto no tiene sentido ni significado (el docente debe distinguir cuando la
comprensión de conceptos no existe). Puede ocurrir que el material presentado no
sea significativo y aquí la actitud del aprendizaje significativo se pierda.
Ambas variables deben estar interrelacionadas. Por ejemplo, cuando se memoriza
un concepto, sin comprender el significado del mismo (uno puede aprenderse
de memoria la ley de Pitágoras y no comprender ninguno de los conceptos que en
él intervienen y esto imposibilita la relación).
Muchos docentes no aceptan como correcta una respuesta, si el alumno no la repite
literalmente como este la presentó. Esto coarta la actitud en el alumno en el
momento de realizar aprendizaje significativo. También están aquellos alumnos que
no se creen capaces de realizar aprendizajes significativos y solo se limitan a repetir,
adquiriendo una actitud de pánico frente a esa materia, por ejemplo Matemáticas.
Muchos docentes, nos enfrentamos a que los alumnos tienen el prejuicio de que la
Historia, consiste en memorizar fechas y nombres, limitándose a repetir
textualmente los manuales. Estos no entablan relaciones entre los hechos
históricos, llevando a una fragmentación de la Historia.
Una de las funciones de la educación histórica es que justamente nos permite
realizar una revisión crítica, tanto de los hechos, como de las versiones que nos son
incorporadas. La enseñanza de la historia debe proporcionar al alumno un mejor
conocimiento de la realidad que le toca vivir; permite que el adolescente enriquezca
su conocimiento y comprensión de la naturaleza social e individual del ser humano.
Si bien existen otras disciplinas con este fin, la historia estudia la experiencia
humana a través del tiempo. Para poder comprender así las fuerzas generadoras
de cambio y evolución en las sociedades humanas.
Finalmente la historia contribuye a que el alumno pueda adquirir ciertas habilidades
cognitivas (análisis, juicio, espíritu crítico, interpretación, etc.). Desarrolla la
capacidad del alumno para el tratamiento de la información, vinculado con
el desarrollo creciente de la comunicación en nuestras sociedades.
De acuerdo a lo que expusimos, nuestro objetivo será demostrar, basándonos en lo
que otros autores han concluido sobre este tema, la importancia del aula como
un foro de intercambios simbólicos. Donde el docente debe proporcionar los
instrumentos, que lleven al debate y la reflexión entre el educador – educando y
entre educando – educando (el aula como ámbito de negociación
e interacción social). Todo esto se podrá llevar a cabo, si el docente tiene en cuenta,
los conocimientos, intereses y preocupaciones que tiene el adolescente; y por sobre
todas las cosas si tiene presente que el alumno es un ser social que actúa fuera de
la Institución Educativa.
Cultura antropológica y educación
La Antropología y La Pedagogía
están condenadas a entenderse y
desde hace décadas su confluencia
ha sido una realidad. F. Boas, junto
con sus discípulas R. Benedit y M.
Mead, destacaron La importancia de
La educación en el seno de los
estudios antropológicos, así como
su significación en los procesos
culturales. Por otra parte, y desde
La Pedagogía, los estudios del folklore y en general de la cultura popular, se
instrumentalizaron educativamente desde finales del siglo XIX. Hoy en día y debido
a los procesos de globalización, las relaciones entre antropología, cultura y
educación se han reactualizado conformando múltiples perspectivas que atañen a
ambas materias, tales como el lenguaje, las corrientes migratorias, el
multiculturalismo, la etnografía de aula, los valores, La política, la tecnología...etc.
que requieren para su estudio de coordinación e interdisciplinariedad. EL presente
Libro responde a esta nueva visión de la sociedad intercultural y lo hace con un
enfoque riguroso, actual, ajustado a Las últimas investigaciones, en donde los
antropólogos y pedagogos más significativos del país componen una obra
exhaustiva, que se nos antoja necesaria e imprescindible para estar al día de los
nuevos avances antropológico-educativos. Por ello no dudamos en recomendar el
presente texto a profesores y estudiantes de ambas materias, a los profesionales
de nuestro sistema educativo, y en general, a las personas interesadas en la
comprensión de los fenómenos culturales más significativos de nuestro tiempo.
Es un campo de la antropología y frecuentemente asociada con el trabajo pionero
de George Spindler. Como el propio nombre indica, el foco de la Antropología de la
Educación es la educación, aunque una aproximación antropológica de la
educación tiende a focalizarse en los aspectos culturales de la educación, tanto de
sus aspectos formales como informales.
Puesto que la educación implica la comprensión de quiénes somos, no resulta
sorprendente que el principal dictamen de la Antropología de la Educación es que
sea un campo interesado principalmente en la transmisión cultural. La transmisión
o aprendizaje de la cultura implica la transferencia de un sentido de la identidad
entre generaciones, a veces denominado endoculturación y también la
transferencia de identidad entre culturas, a veces conocido como aculturación. De
acuerdo a todo ello, no resulta extraño que la Antropología de la Educación haya
ido incrementado su focalización en la identidad étnica y en los cambios étnicos.
CONCLUSIÓN