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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE HUMANIDADES
MARIO ALFREDO CALDERÓN HERRERA
PROFESORADO DE ENSEÑANZA MEDIA EN PEDAGOGÍA
CIENCIAS SOCIALES Y FORMACIÓN CIUDADANA
CURSO: ANTROPOLOGÍA SOCIOCULTURAL
DOCENTE: LICDA. ALBA ELIZABETH GALINDO DUARTE

TRABAJO:

BLOQUE DE APRENDIZAJE I
ANTROPOLOGÍA

ESTUDIANTE: CARNÉ:

Gregorio Aguilar Salguero 201806690


Karen Jessenia Hernández López 201510553

La Gomera, Escuintla, noviembre 2019


INTRODUCCIÓN

Este trabajo nos presenta lo que es la antropología, sus ramas y la importancia que
tiene para el estudio de todas las ciencias. La relación que guarda con todas las
ciencias y las formas de estudio. Aquí nos enteramos de las distintas definiciones
de la antropología social, como estudia al hombre en su integridad y al hombre en
su integración con la sociedad.
Hacemos referencia desde el origen del hombre y su forma de vida, los hallazgos
de los fósiles en diferentes partes del planeta, su raza y su cultura. Nos referimos al
origen de la cultura y la evolución cultural.
La antropología aplicada y su relación con la Sociología, el Estructuralismo, la
Psicología Social y la relación de la racionalidad de lo irracional.

Qué es la Antropología:
La antropología es una ciencia social que se dedica al estudio de todos los
aspectos de la naturaleza humana. Es un término de origen griego compuesto por
las palabras anthropos, que quiere decir 'hombre' o 'humano', y logos, que quiere
decir 'conocimiento' o 'ciencia'.
La antropología estudia los fenómenos
humanos, por lo que toma en cuenta tanto las
sociedades originarias y antiguas como las
presentes. Esta ciencia toma en cuenta la
evolución de la especie humana, la diversidad
étnica, la diversidad cultural, las costumbres
sociales, las creencias, los procesos de
transformación, etc.

Los estudios antropológicos muestran la diversidad cultural que existen y ha


existido a lo largo de la historia, lo que ha contribuido a fomentar el respeto y la
tolerancia hacia creencias y culturas divergentes.

Como ciencia social, la antropología está abierta a la integración de varias


disciplinas que tratan de reflexionar sobre las dimensiones biológicas, sociales y
culturales. Sus principales áreas son:
 Antropología física o biológica: estudia los aspectos genéticos y biológicos del
hombre tomando el cuenta la perspectiva evolutiva y de adaptación de la especie al
medio ambiente. Dentro de esta disciplina se pueden distinguir especialidades como
la antropología genética, la antropología forense, la paleoantropología, entre otras.
 Antropología social, antropología cultural o etnología: analiza el
comportamiento del hombre en la sociedad, la organización social y política, las
relaciones sociales y las instituciones sociales. Investiga asimismo las culturas en
el tiempo y en el espacio, las costumbres, los mitos, los valores, las creencias, los
rituales, la religión y el idioma. De esta se desprenden áreas como la antropología
urbana, de parentesco, filosófica o de religión. Asimismo, algunos autores incluyen
en esta categoría la arqueología.
 Antropología lingüística: se aboca al estudio y comprensión de los lenguajes
humanos en tanto sistemas de representación simbólica.
Origen de la antropología
La reflexión sobre la sociedad, el hombre y su comportamiento tiene sus
antecedentes desde la Antigüedad Clásica a través del pensamiento de los grandes
filósofos, especialmente el griego Heródoto, considerado el padre de la historia y la
antropología.
También pueden señalarse como antecedentes los relatos de viajeros, misioneros
y comerciantes sobre los hábitos de los nativos de las tierras descubiertas tras los
viajes de Colón y otros navegantes alrededor del globo.

A partir del siglo XVIII, gracias a las inquietudes del movimiento de la Ilustración, se
impulsa el estudio tanto de las ciencias como de las humanidades, y en ellas, las
investigaciones en el ámbito social y cultural comienzan a ganar espacio. En ese
contexto, los debates sobre la condición humana fueron muy importantes para el
desarrollo de los estudios antropológicos.

Sin embargo, la antropología como campo específico de estudio tiene su


origen en la segunda mitad del siglo XIX al igual que la sociología. Se
diferenciaba de esta y otras áreas de estudio humanístico en el hecho de que, para
entonces, la antropología se abocaba a la investigación de sociedades remotas,
ajenas culturalmente a la sociedad occidental, que eran consideradas "simples" o
"primitivas".
A lo largo de su primera etapa, la antropología estuvo fuertemente influenciada por
el evolucionismo social, relacionado con las teorías de Darwin acerca de la
evolución de la especie humana. Esta idea intentó aplicarse también como ley
general para estudiar los fenómenos socioculturales. Además, el siglo XIX estuvo
marcado por el desarrollo del colonialismo y el imperialismo. No es de extrañar, por
tanto, que en sus primeros años la antropología tuviera una mirada "etnocéntrica".

Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX, cuando los procesos de
modernización alcanzan también a las sociedades lejanas, la antropología
comienza a estudiar todo tipo de culturas, incluidas las modernas.

En efecto, a partir del siglo XX la antropología inicia un proceso de cambio en el


cual se van transformando sus enfoques, métodos y propósitos hasta consolidar
una antropología "moderna". En este sentido, se considera que Claude Lévi-Strauss
fue, por excelencia, fue uno de los principales impulsores de ese cambio.

Lévi-Strauss fue el padre del estructuralismo en las ciencias sociales. Además,


ejerció una notable influencia gracias al desarrollo de su teoría de la alianza, el
estudio de los procesos mentales del conocimiento del ser humano y el análisis
estructural de los mitos.
Objeto de Estudio de la Antropología
El objeto de estudio de la antropología es el ser humano, la civilización, sus
creencias, la moral, costumbres, arte, derecho y hábitos del ser humano en
sociedad.

Para ello analiza las diferentes relaciones que existen entre el proceso evolutivo
natural del hombre y los fenómenos sociales que determinan su comportamiento,
producto de también una evolución de los pueblos a los que pertenece cada hombre
y que han formado una cultura.

La antropología es una ciencia que estudia al ser humano de


forma íntegra. Antropología es una palabra es de origen griego
(ἄνθρωπος ánthrōpos, «hombre (humano)», y λόγος, logos,
«conocimiento») y significa, literalmente, conocimiento del
hombre.

Para concretar el mismo, la antropología logra mantener una


relación de enriquecimiento entre las ciencias naturales y las
ciencias sociales.

Orígenes y objeto de estudio de la antropología

En un principio, la antropología era entendida como una ciencia que estudiaba a los
hombres primitivos (Davies, 2010). Finalmente, surgió como una disciplina
académica profesional independiente en la segunda mitad del siglo XIX.

Esto se debió en mayor medida, a la extrapolación que hicieron muchos


antropólogos de la Teoría de la evolución biológica a las sociedades humanas, en
lo que se conoció como el evolucionismo social. La idea general de los pioneros en
la antropología era que así como evolucionaban los animales y las plantas, las
culturas también lo hacían.

Con la llegada del siglo XX, la antropología sufre un cambio radical. El


evolucionismo social fue superado y la antropología comenzó a desarrollarse
mediante corrientes íntimamente relacionadas con la filosofía. En este sentido,
surgieron corrientes como la antropología estructuralista, estructural-funcionalista o
marxista. A pesar de que sus diferencias son notorias y provocan que el enfoque
sea completamente opuesto, la antropología moderna busca estudiar al ser humano
en todas sus facetas, integrando distintas ciencias y técnicas.
La antropología registra y documenta para analizar
la evolución del comportamiento humano, además
de comparar distintos grupos y tratar de entender
cuáles son sus particularidades y semejanzas con
el resto, con sustento en ciencias sociales como la
historia y la sociología y en ciencias naturales como
la biología.

Antropología Social

La antropología social es
una disciplina fundamental del
conocimiento humano. Esta ciencia
comenzó a desarrollarse de un modo
más concreto a partir del siglo XIX. En
aquella primera etapa, el objeto de
estudio propio de la antropología social
fue la sociedad preindustrial. Sin
embargo, con la evolución social, esta
ciencia también ha ido ampliando su
campo de estudio.

Los profesionales que trabajan en el campo de la antropología social son


expertos en profundizar en el conocimiento cultural de un pueblo

Por ejemplo, el estudio de un antropólogo social puede abordar cuestiones


concretas cómo la fe de un pueblo (es decir, ideas religiosas), corrientes artísticas
dominantes en la época, cuál es la teoría del conocimiento dominante, formas de
relación social, valores y creencias que estructuran la ética social,
convencionalismos sociales y tradiciones de los pueblos en fechas determinadas.
Por tanto, al igual que otras disciplinas humanas, la antropología social es un tesoro
que permite al ser humano conocerse mejor a sí mismo como parte de la sociedad
a la que pertenece.

Además, la antropología social también muestra la riqueza cultural que hay en el


mundo a partir de las diferencias presentes en las costumbres de distintos pueblos.
Es decir, la cultura como alimento del espíritu es un bien esencial de la evolución
puesto que es un bien diverso. Uno de los métodos de investigación llevados a
cabo por los antropólogos sociales es la observación directa que es clave para
reunir datos objetivos.

Otro factor como, por ejemplo, el idioma de una región es vital para poder hacer
antropología social de ese lugar.

El hombre es un ser cultural

El sentido de la antropología social parte también de la


premisa del ser humano como un ser cultural por su
propia naturaleza. Es decir, la inteligencia, la razón,
la sensibilidad y la voluntad son capacidades
esenciales para comprender el estilo de vida humano.

Por otra parte, mientras que un ser humano puede ser


comprendido de un modo individual, la antropología
social pone el marco de observación en el grupo como
entidad. Es decir, en la sociedad como una estructura
con vida propia que se nutre de ritos, costumbres,
normas y hechos. Es imposible entender al ser
humano, como una manifestación de su propia
naturaleza.

Antropología cultural

Aunque puede ser el tipo de


antropología de formación más
reciente, es bastante probable
que sea el más amplio que
existe.

También conocida
como antropología social o etnología, esta rama estudia todas las características de
las diferentes configuraciones cultuales que tienen los grupos sociales.

La antropología cultural es más reciente en países desarrollados de cultura


anglosajona, aunque en culturas latinas y países en vías de desarrollo como los
latinoamericanos lleva muchas décadas estudiándose.
Uno de sus mayores exponentes es el filósofo y antropólogo Claude Lévi-Strauss,
que relaciona directamente el comportamiento del individuo perteneciente a una
cultura con el comportamiento de la cultura, de la que ningún integrante puede
escabullirse.

Uno de los grandes objetivos de la antropología cultural es el entendimiento del otro.


Por este motivo, surgen conceptos como la otredad, que entiende al otro de cuatro
formas distintas: por diferencia, por diversidad, por desigualdad y por consumo,
dependiendo del cristal con que se mire.

Adicional a la otredad, la alteridad irrumpe como una forma de entender al otro como
el propio yo. A través del entendimiento del otro, se puede conseguir el
entendimiento de una sociedad ajena o de una cultura distinta.

Los seres humanos, desde la formación de su


especie, se han comunicado de distintas maneras.
Para la concreción de esta comunicación y que
pueda ser entendida por un grupo, evolucionaron
diversos códigos que constituyeron lenguajes
específicos.

La antropología lingüística es aquella rama de esta


ciencia que estudia las formas de lenguaje humano y sus relaciones entre sí y con
su entorno.

El trabajo de los lingüistas antropólogos ha evolucionado con el tiempo. En los


inicios de la antropología, su relación con la lingüística se restringía a estudiar las
diferentes familias lingüísticas que agrupan a los idiomas y sus relaciones.

Sin embargo, con el surgimiento del estructuralismo como corriente filosófica, las
lenguas comenzaron a ser un mecanismo de comprensión de la cultura que las
habla, porque son el pilar fundamental de ésta.

Al entenderse que los idiomas son una forma de estudiar a las sociedades, surge el
estudio desde la antropología lingüística. Las lenguas expresan una teoría del
mundo y muestran la cosmovisión que mantiene un determinado grupo social sobre
sí mismo y sus semejantes.
La cultura antropológica

Antropología cultural que estudia las


características del comportamiento
aprendido en las sociedades humanas,
es decir, ciencia de la cultura humana.
En general, es la ciencia que estudia el
origen, desarrollo, estructura,
características y variaciones de la
cultura humana tanto de las
sociedades del pasado como de las del
presente. La etnografía, la etnología, la
arqueología, la lingüística y la antropología física son las disciplinas sobre las que
se funda la antropología cultural.

Las noticias proporcionadas por los exploradores, los colonizadores y los misioneros
fueron generando una vasta literatura de descripciones de comportamientos y
rasgos culturales que cuajaron en las primeras colecciones etnográficas. Este
primer material está en el origen de la antropología cultural, que se constituye como
ciencia durante el siglo XIX, y en el contexto de la aceptación de las teorías
evolucionistas, aunque en sus inicios esta ciencia estaba fuertemente marcada por
una concepción etnocéntrica, ya que la tendencia dominante era la de considerar
las «otras» culturas como otras tantas etapas menos desarrolladas de la cultura
europea occidental. La corriente del evolucionismo cultural, que fue la primera de
las tendencias en imponerse en esta ciencia naciente, estaba influida tanto por el
evolucionismo de Darwin como por la idea de progreso cultural.

El antropólogo ingles Sir Edward B. Tylor (La cultura primitiva, 1865), y el americano
Lewis H. Morgan (La sociedad antigua, 1877), son los autores más destacados de
esta línea de investigación.

Tylor introdujo el término «cultura» en la antropología y dio de él una definición


clásica. Por su parte, la obra de Morgan influyó directamente en las concepciones
marxistas, especialmente en F. Engels (El origen de la familia, la propiedad privada
y el Estado). Otro autor evolucionista, Sir James G. Frazer (La rama dorada) influyó
mucho en las concepciones de Freud. Desde la perspectiva del evolucionismo se
consideraba la historia del género humano como una historia única, incluso en el
aspecto cultural, idea bajo la que subyacía el supuesto (etnocéntrico) de una única
línea de evolución que va desde los otros hasta nosotros, de manera que también
se consideraban los supuestos estadios evolutivos como otros tantos pasos hacia
la realización de la sociedad civilizada.
Evolucionismo cultural

Los descubrimientos no confirmaban


estas hipótesis y los antropólogos
posteriores abandonaron los supuestos
del primer evolucionismo cultural,
evitando pronunciarse sobre
concepciones generales de la cultura,
razón por la que se centraron en estudios
concretos. Fruto de esta reacción fue la
aparición del historicismo cultural y del
difusionismo. Con Franz Boas, en los
Estados Unidos, la antropología cultural deja de considerarse como un estudio
general de toda cultura, para pasar a ser un estudio descriptivo y comparativo de
los rasgos culturales de pueblos determinados, considerando la cultura como un
proceso particular para cuyo estudio debe practicarse el trabajo de campo y una
metodología naturalista e inductivista. Al mismo tiempo, y bajo la influencia de la
escuela americana de Franz Boas, se desarrollaron las corrientes psicologistas de
la cultura encabezadas por Margaret Mead, Ruth Benedict y Ralph Linton.

Esta escuela considera que la cultura específica de una sociedad es la causa


esencial de la estructura de la personalidad de sus miembros. En este contexto
surgió la tesis del relativismo cultural, que abandonó toda pretensión de pensar la
cultura para estudiar las culturas.

Investigador

El investigador polaco Bronislaw Malinowski (Teoría científica de la cultura y otros


ensayos) reaccionó, con su funcionalismo, contra una consideración fragmentaria
de la cultura. Las tesis funcionalistas ponen el énfasis en la necesidad de interpretar
todo rasgo cultural dentro de un totalidad funcional integrada. Otro representante
del funcionalismo fue el antropólogo inglés Alfred Reginald Radcliffe-Brown, pero
centró sus estudios más en la sociedad que en la cultura, lo que marcó la orientación
general de la antropología británica.

Escuela

Durante los años veinte y treinta se desarrolló la llamada «escuela sociológica»


francesa, cuyo precursor fue É. Durkheim, integrada por Marcel Mauss, P. Rivet y
Lucien Lévy-Bruhl. El estructuralismo en la antropología cultural se debe,
fundamentalmente, al también investigador francés Claude Lévi-Strauss, y se basa
en la producción de modelos culturales sustentados en los métodos de la lingüística
y de la lógica formal, para establecer principios relativos al comportamiento social.
Dichos elementos se organizan teniendo en cuenta sus propiedades y sus
interrelaciones con otros elementos integrantes de una cultura, de manera que la
reconstrucción de las pautas de la cultura a partir del «modelo» ha de manifestar
las funciones de dichas pautas.

El estructuralismo estudia sobre todo las uniformidades psicológicas subyacentes a


las aparentemente diferentes culturas, uniformidades que tienen su origen en la
estructura misma del cerebro humano y en la estructura de los procesos de
pensamiento inconsciente. Por ello, el estructuralismo, más que estudiar y explicar
las diversidades culturales, explica las semejanzas entre culturas, ya que para el
estructuralismo todas las culturas, por aparentemente distintas que sean, son una
reproducción de estas estructuras originadas en el cerebro humano (de entre las
cuales destaca, por ejemplo, la estructura de la oposición dicotómica, ya que la
mente humana tiende a dicotomizar, es decir, a pensar en pares de opuestos que
se sintetizan en un tercer elemento).

Otra tendencia es la del neoevolucionismo cultural, representado por Leslie A. White


y por Julian Steward. Es una corriente fuertemente influida por el marxismo, que
considera que el conjunto de la sociedad humana evoluciona hacia formas cada vez
más complejas de estructura social, y que el estudio de la antropología debe
enfocarse desde esta perspectiva. Los neoevolucionistas han reexaminado las
aportaciones de los evolucionista culturales del s. XIX, a los que han reivindicado,
aunque sin caer en sus ingenuidades ni en sus concepciones etnocentristas.
Especialmente remarcable es el punto de vista de L. White, según el cual la
dirección fundamental de la evolución cultural está determinada en gran parte por
las cantidades de energía disponibles. El materialismo cultural es una reelaboración
del neoevolucionismo que, aunque se aparta de las concepciones más
marcadamente marxistas, sigue considerando que la antropología cultural debe
basarse en el estudio de los condicionantes materiales que surgen en las
necesidades de producir alimentos, refugios, máquinas y, en general, de todos
aquellos condicionantes materiales de la cultura. Entre sus representantes más
destacados se encuentra Marvin Harris. Por otra parte, también la sociobiología ha
hecho sus aportaciones a la antropología cultural.

La cultura académica

Optamos por este tema, porque consideramos que es importante que dentro del
aula los docentes fomenten el aprendizaje significativo en sus alumnos. El aula
debe ser un ámbito de intercambio entre la cultura experiencial y la cultura
académica. Dónde la primera debe ser el punto de partida para que los nuevos
contenidos provoquen la activación de sus esquemas habituales de actuar y pensar.
Es por eso que podemos afirmar que la adquisición de la cultura académica se debe
dar por medio de un proceso de "reconstrucción" y no de imposición. Hay que
proporcionarle al alumno nuevos instrumentos de análisis de la realidad.
Este proceso de reconstrucción debe partir de las inquietudes, actitudes y
propósitos propios del alumno, es decir del estado actual del conocimiento del
mismo.
El aula debe ser un espacio
de negociación y discusión, donde el
docente le acerque al alumno el
conocimiento de su disciplina, tratando
de que en el alumno se desestructuren
sus esquemas pre – existentes.
El objetivo no es hacer prevalecer la
cultura académica, sino facilitar la
reconstrucción del conocimiento
"experiencial" que el alumno va
adquiriendo a lo largo de su vida previa y paralela a la escuela.
En este punto juegan un papel preponderante los medios masivos
de comunicación, que en la actualidad constituyen una competencia para la
escuela, ya que estos son un canal mucho más poderoso y atractivo de
proveer información (cultura de la imagen). El estudiante llega a la escuela no sólo
con la cultura familiar sino también con un fuerte influjo cultural, proveniente no solo
de la cultura local sino internacional, producto de la globalización en la que estamos
insertos.
Vigotsky y Bruner destacan la importancia de crear espacios de diálogo, de
"significados compartidos", entre lo que el alumno trae y lo que el docente tiene para
ofrecerle del conocimiento de su disciplina.
Por otra parte, es importante el aprendizaje significativo en el salón de clases en
tanto este fomenta la actitud reflexiva y crítica del alumno. Este último debe
encargarse de establecer relaciones entre la estructura cognoscitiva pre – existente
y el nuevo conocimiento. Todo esto con el fin de lograr una comprensión total de las
"proposiciones".
Dicho aprendizaje debe aplicarse en todas las disciplinas, en este caso, nosotros
vamos a centrarnos en el "aprendizaje significativo" en la Historia.
En el caso particular de la Historia, cuando presentamos un hecho histórico,
tenemos que tener presente las preconcepciones que manejan los alumnos sobre
ese tema (y esto con el fin de saber que concepciones erróneas o limitadas
manejan). El nuevo conocimiento debe ser presentado de forma tal, que el alumno
pueda contrastarlo y entablar nuevas relaciones.
Para que se produzca aprendizaje significativo, es necesario que el material sea
potencialmente significativo, que exista una actitud de parte del alumno de
realizar aprendizaje significativo, y finalmente se debe producir una relación con
algún aspecto existente específicamente relevante de la estructura cognoscitiva del
alumno.
Si el alumno se remite a repetir y memorizar una serie de palabras relacionándolas
entre sí, esto no tiene sentido ni significado (el docente debe distinguir cuando la
comprensión de conceptos no existe). Puede ocurrir que el material presentado no
sea significativo y aquí la actitud del aprendizaje significativo se pierda.
Ambas variables deben estar interrelacionadas. Por ejemplo, cuando se memoriza
un concepto, sin comprender el significado del mismo (uno puede aprenderse
de memoria la ley de Pitágoras y no comprender ninguno de los conceptos que en
él intervienen y esto imposibilita la relación).
Muchos docentes no aceptan como correcta una respuesta, si el alumno no la repite
literalmente como este la presentó. Esto coarta la actitud en el alumno en el
momento de realizar aprendizaje significativo. También están aquellos alumnos que
no se creen capaces de realizar aprendizajes significativos y solo se limitan a repetir,
adquiriendo una actitud de pánico frente a esa materia, por ejemplo Matemáticas.
Muchos docentes, nos enfrentamos a que los alumnos tienen el prejuicio de que la
Historia, consiste en memorizar fechas y nombres, limitándose a repetir
textualmente los manuales. Estos no entablan relaciones entre los hechos
históricos, llevando a una fragmentación de la Historia.
Una de las funciones de la educación histórica es que justamente nos permite
realizar una revisión crítica, tanto de los hechos, como de las versiones que nos son
incorporadas. La enseñanza de la historia debe proporcionar al alumno un mejor
conocimiento de la realidad que le toca vivir; permite que el adolescente enriquezca
su conocimiento y comprensión de la naturaleza social e individual del ser humano.
Si bien existen otras disciplinas con este fin, la historia estudia la experiencia
humana a través del tiempo. Para poder comprender así las fuerzas generadoras
de cambio y evolución en las sociedades humanas.
Finalmente la historia contribuye a que el alumno pueda adquirir ciertas habilidades
cognitivas (análisis, juicio, espíritu crítico, interpretación, etc.). Desarrolla la
capacidad del alumno para el tratamiento de la información, vinculado con
el desarrollo creciente de la comunicación en nuestras sociedades.
De acuerdo a lo que expusimos, nuestro objetivo será demostrar, basándonos en lo
que otros autores han concluido sobre este tema, la importancia del aula como
un foro de intercambios simbólicos. Donde el docente debe proporcionar los
instrumentos, que lleven al debate y la reflexión entre el educador – educando y
entre educando – educando (el aula como ámbito de negociación
e interacción social). Todo esto se podrá llevar a cabo, si el docente tiene en cuenta,
los conocimientos, intereses y preocupaciones que tiene el adolescente; y por sobre
todas las cosas si tiene presente que el alumno es un ser social que actúa fuera de
la Institución Educativa.
Cultura antropológica y educación
La Antropología y La Pedagogía
están condenadas a entenderse y
desde hace décadas su confluencia
ha sido una realidad. F. Boas, junto
con sus discípulas R. Benedit y M.
Mead, destacaron La importancia de
La educación en el seno de los
estudios antropológicos, así como
su significación en los procesos
culturales. Por otra parte, y desde
La Pedagogía, los estudios del folklore y en general de la cultura popular, se
instrumentalizaron educativamente desde finales del siglo XIX. Hoy en día y debido
a los procesos de globalización, las relaciones entre antropología, cultura y
educación se han reactualizado conformando múltiples perspectivas que atañen a
ambas materias, tales como el lenguaje, las corrientes migratorias, el
multiculturalismo, la etnografía de aula, los valores, La política, la tecnología...etc.
que requieren para su estudio de coordinación e interdisciplinariedad. EL presente
Libro responde a esta nueva visión de la sociedad intercultural y lo hace con un
enfoque riguroso, actual, ajustado a Las últimas investigaciones, en donde los
antropólogos y pedagogos más significativos del país componen una obra
exhaustiva, que se nos antoja necesaria e imprescindible para estar al día de los
nuevos avances antropológico-educativos. Por ello no dudamos en recomendar el
presente texto a profesores y estudiantes de ambas materias, a los profesionales
de nuestro sistema educativo, y en general, a las personas interesadas en la
comprensión de los fenómenos culturales más significativos de nuestro tiempo.
Es un campo de la antropología y frecuentemente asociada con el trabajo pionero
de George Spindler. Como el propio nombre indica, el foco de la Antropología de la
Educación es la educación, aunque una aproximación antropológica de la
educación tiende a focalizarse en los aspectos culturales de la educación, tanto de
sus aspectos formales como informales.
Puesto que la educación implica la comprensión de quiénes somos, no resulta
sorprendente que el principal dictamen de la Antropología de la Educación es que
sea un campo interesado principalmente en la transmisión cultural. La transmisión
o aprendizaje de la cultura implica la transferencia de un sentido de la identidad
entre generaciones, a veces denominado endoculturación y también la
transferencia de identidad entre culturas, a veces conocido como aculturación. De
acuerdo a todo ello, no resulta extraño que la Antropología de la Educación haya
ido incrementado su focalización en la identidad étnica y en los cambios étnicos.
CONCLUSIÓN

La antropología nace con el hombre, porque desde un comienzo el hombre se


preocupó por sí mismo y por su entorno. En sus ritos y religiosidad ya se nota en el
hombre la curiosidad del conocimiento de su pasado y de su futuro, así como del
ambiente que lo cobija. Cuando el campo u objeto de la antropología se va
ampliando ahí la necesidad de estudiar la antropología por segmentos o bloques
definidos, lo que viene a hacer las ramas de la antropología. Para mejor
conocimiento de la antropología los científicos dividen el campo de la antropología
en ramas surgiendo así según su orientación varias ramas de la antropología, como
por ejemplo: antropología física, antropología cultural, antropología filosófica,
lingüística, etc.
ANEXOS

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