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1.

Peso colombiano sigue depreciándose


frente al dólar
Publicado 3 octubre 2019

El peso colombiano continúa devaluándose y se ubicó este miércoles por


debajo de sus mínimos históricos.

El peso colombiano se ubicó este miércoles por debajo de sus mínimos históricos
respecto al valor del dólar estadounidense, lo que, de acuerdo con los expertos, podría
encarecer el costo de la vida en la nación suramericana.

LEA TAMBIÉN:

Alertan riesgo electoral en más de 150 municipios de Colombia

La mañana de este miércoles el peso colombiano se cotizó a 3.500 por cada dólar
estadounidense, sin embargo, luego se contrajo y se posicionó en 3.497,28 pesos por
dólar.

La tendencia a la baja se mantiene desde hace semanas, lo que los especialistas


atribuyen a la recesión económica mundial y la guerra económica de Estados Unidos
contra China.

Al respecto, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Jorge Enrique


Bedoya, explicó que el mayor impacto se sentirá sobre los alimentos importados, que en
Colombia llegan a las 14 millones de toneladas anuales.

Entretanto, el valor del dólar alto favorece el turismo local y al sector exportador.

De acuerdo con José Antonio Ocampo, codirector del Banco de la República, el aza de
la divisa estadounidense tendrá efectos positivos sobre la balanza comercial: "Es más
rentable exportar y más caro importar".

2."El imperialismo norteamericano se


vale de Haití para sabotear la unidad
regional": entrevista a Camille
Chalmers
Por: Lautaro Rivara

Publicado 11 octubre 2019


Camille Chalmers es uno de los intelectuales más reconocidos del Caribe, y su labor
como docente e investigador tiene una proyección global. Economista, especialista en el
análisis de los procesos de integración y en la formulación de políticas públicas
alternativas. Coordina la plataforma PAPDA y es uno de los dirigentes políticos de
mayor renombre en el país, en tanto dirigente del Foro Patriótico y la articulación
ALBA Movimientos. En esta entrevista ofrece un análisis del ciclo de multitudinarias
protestas en su país y sobre las razones de la crisis. También realiza un balance de los
15 años de ocupación internacional en Haití y sobre los desafíos de la integración
regional en América Latina y el Caribe.

Lautaro Rivara:

Desde el año pasado, hemos visto manifestaciones de una masividad sin precedentes.
¿Tienes una estimación de cuanta gente se ha movilizado en los últimos dos años?
¿Cuáles son, brevemente, las causas que empujan a la población haitiana a las calles
una y otra vez?

Camille Chalmers:

Desde julio del año pasado estamos viviendo un proceso muy interesante de
removilización. Son niveles de movilización que no habíamos conocido durante mucho
tiempo. Alrededor de la coyuntura del 1986 cuando cayó la dictadura de [François]
Duvalier, conocimos manifestaciones amplias de este tamaño. Pero después de que el
movimiento popular sufrió un ataque muy agresivo del imperialismo a través de grupos
paramilitares, a través de la inseguridad, a través de la corrupción, a través de los
proyectos de "desarrollo", de golpes de Estado y ocupación militar, entramos en un
largo período de reflujo donde se veía que la población había perdido mucha capacidad
de movilización. Otra de las causas de ese reflujo fue la división causada alrededor de
[Jean-Bertrand] Aristide. Utilizaron su imagen para hacer una división profunda dentro
del movimiento popular.

Pero estamos viviendo desde enero del 2016 un proceso donde el pueblo está
recuperando sus capacidades de movilización, donde la gente salió a las calles para
denunciar el proceso electoral. Pasamos luego a una movilización muy fuerte contra el
presupuesto en el año 2017 que la población llamó "presupuesto criminal", porque
después de la caída del programa Petrocaribe el Estado haitiano entró en una crisis de
liquidez muy grave e intentaron hacer una represión fiscal contra las capas populares y
la gente se levantó contra eso. A partir el 2018, a raíz de un alza importante de los
precios de los combustibles de entre el 35 y el 51 por ciento de aumento, el pueblo se
levantó de una manera increíble logrando juntar movilizaciones masivas de calle con
bloqueo de carreteras y de la actividad económica del país.

Se ve claramente que hay un proceso de aprendizaje a dos niveles: primero a nivel de la


conciencia política, porque ahora la gente está yendo hacia una conciencia anti-
imperialista. La última gran manifestación del viernes lo testimonió muy claramente,
porque el blanco fue el Core Group, que es el brazo visible del imperialismo aquí. La
manifestación fue para denunciar la injerencia del Core Group y la decisión de Estados
Unidos de mantener [al actual presidente] Jovenel Moïse. El segundo nivel de
aprendizaje es al nivel de las capacidades de movilización: resulta impresionante no
solamente como se logra bloquear la ciudad, sino que también hay todo un sistema de
comunicación no visible que permite que esto mismo ocurra simultáneamente en todo el
país. Considerando julio del 2018, el 17 de octubre, el 18 de noviembre, el 7 de febrero,
el 9 de junio, podemos hablar de millones de ciudadanos haitianos que se alzaron en las
calles para protestar contra Jovenel Moïse y para reclamar la salida del poder no
solamente del presidente sino también del PHTK, reclamando en suma un cambio de
sistema. Es muy interesante que se están jugando dos reivindicaciones centrales: la
dimisión de Jovenel Moïse y la transformación del sistema. Podemos decir que son
movilizaciones importantísimas en términos de la amplitud, de la participación, de la
diversidad de capas sociales que están presentes, de la gran presencia de la juventud,
que juega un papel central en las movilizaciones con mucha creatividad. Es un proceso
muy interesante, muy esperanzador, que crea las bases para realmente lograr una
articulación de todas esas iniciativas y construir un potente movimiento popular
antisistémico.

L.R.

¿Cuál es hoy por hoy la oposición al gobierno de Jovenel Moïse? ¿Puede hablarse de
una única oposición única, o más bies encontramos diferentes sectores e intereses
convergentes pero contradictorios? ¿Porqué desde tu espacio político no proponen
una convocatoria a nuevas elecciones y sí un amplio gobierno de transición?

C.C.

Los sectores opositores son múltiples y se han ido expandiendo. Cada día hay nuevos
sectores que se pliegan a la movilización. Podemos decir que esto entra en una dinámica
larga, porque cuando se produjo el gran movimiento popular contra la dictadura de
Duvalier en los años '85 y '86 era para quebrar el sistema político, que es un sistema
construido sobre la exclusión de las masas. Es decir que lo que está en juego aún hoy es
fundamentalmente la presencia de las masas en la arena política. No solamente lograr la
renuncia de Jovenel Moïse sino también romper la solución institucional que el
imperialismo construyó en respuesta a la crisis del '86. A la vanguardia tuvimos grupos
populares, sobre todo de los barrios humildes, y de la juventud estudiantil que jugó un
papel determinante en desatar la lucha contra la corrupción, pero muy rápidamente ésta
se ha ampliado a otros sectores. Se puede decir que en la actualidad prácticamente todas
las fuerzas sociales y políticas del país están en contra de Jovenel Moïse, incluyendo ex
aliados como las cámaras de comercio, como el grupo de Bernard Craan, el Foro
Económico Privado. Esta semana fueron consultadas las cámaras de comercio, y sobre
un total de seis, cuatro apoyan la dimisión de Jovenel Moïse. La Iglesia Católica que
siempre mantuvo una alianza con el gobierno de Martelly se ha pronunciado claramente
en contra del actual presidente. E incluso familias de la oligarquía tradicional, como es
el caso de [Reginald] Boulos, quien se ha manifestado en contra de Jovenel Moïse y
trata de presentarte como una personalidad política opositora.

Dentro de ese proceso la izquierda ya estaba construyendo un proceso unitario con


cinco estructuras políticas desde hace varios meses. Ese proceso de unificación se ha
beneficiado de la Escuela Política Charlemagne Peralta, un espacio donde se encuentran
militantes de organizaciones sociales de diferentes tendencias políticas. La Escuela
lanzó un proceso unitario donde se encuentran ahora regularmente cinco organizaciones
políticas de izquierda que están trabajando en la doble perspectiva de construir una
fuerza unitaria de la izquierda revolucionaria, y en influir en la coyuntura política
actual, en el juego de alianzas y propuestas que se están formulando. Es en ese sentido
que nosotros presentamos un programa de transición. Primero decimos que Jovenel
Moïse debe irse en conjunto con los parlamentarios, y que todo el sistema del PHTK,
que monopoliza todas las estructuras del Estado, debe acabar. Pero también decimos
que debemos instalar un proceso transitorio, porque si fuéramos a un proceso electoral
ahora, tendríamos nuevamente elecciones no democráticas, controladas por el
imperialismo, estructuradas para impedir la participación popular.

Necesitamos un período de transición más o menos largo, de tres años o tres años y
medio. En ese período de transición habrá tareas fundamentales como por ejemplo
rehacer el sistema electoral, convocar una a conferencia nacional donde se pueda
construir un proyecto nacional de largo plazo e incluso avanzar hacia un cambio
constitucional. También, iniciar un proceso a los responsables del robo de los fondos
públicos de Petrocaribe. La población tiene derecho a acceder al resultado de las
investigaciones sobre quiénes han sido los responsables del desfalco. Debe haber una
recuperación de los fondos hacia el tesoro público, y necesitamos montar estructuras y
procedimientos institucionales que impidan que se repitan ese tipo de escándalos. El
proceso permitirá desnudar todos los hilos de poder mediante los cuales la oligarquía
controla el Estado y se beneficia ilegalmente de él. A nivel institucional hemos
propuesto un Consejo de Gobierno de tres miembros en lugar de un Presidente, con dos
personas designadas por el sector político y otra designada por la sociedad civil. Que
haya una estructura de gobierno reducida y un órgano de control construido a través de
representaciones departamentales. Eso abrirá la perspectiva de una transición controlada
por los actores políticos nacionales y una transición de ruptura, que despeje los caminos
para tener una ruptura estructural con el sistema neocolonial que tenemos en la
actualidad.

Es en ese sentido que hemos convocado el Foro Patriótico que se desarrolló en Papaye
del 27 al 30 de Agosto, que fue un evento muy importante convocado por las fuerzas
campesinas, en donde prácticamente todos los sectores respondieron con su presencia.
Tuvimos una participación muy amplia que dio lugar a un debate profundo, interesante
y también contradictorio, pero que terminó con un consenso. Ahora, a partir de un
Comité de Seguimiento estamos construyendo otros tantos foros departamentales que
darán las bases organizacionales para que la lucha contra Jovenel Moïse sea una lucha
exitosa, pero que también abra perspectivas más profundas de cambios estructurales.

L.R.

Haití ha tenido una trayectoria sinuosa en la geopolítica regional en los últimos años.
Luego de su ingreso a Petrocaribe y de sostener una postura respetuosa de la
soberanía de naciones como Venezuela y Cuba en los organismos regionales, el
gobierno actual decidió retirar su reconocimiento al gobierno de Nicolás Maduro y
comenzó a votar mociones contra él en espacios como la OEA y la Comunidad del
Caribe (CARICOM). ¿Cómo se explica este viraje? ¿Cuál es el lugar de Haití en la
geopolítica del Caribe?

C.C.
Este es un asunto fundamental porque el proyecto de Petrocaribe, muy importante
dentro de la construcción del ALBA, ha sido un blanco esencial del imperialismo. Es
claro que para los Estados Unidos mantener el control sobre los estados del Caribe es
decisivo, porque el Caribe es un espacio muy importante para la acumulación mundial.
En su carácter de lugar de tránsito, por su cercanía con los Estados Unidos, y por los
recursos naturales que existen allí. En ese sentido la mayoría de los países del
CARICOM han sido beneficiarios del programa Petrocaribe y muchos de ellos no
querían meterse en la aventura de la agresión contra Venezuela. Ahora el imperialismo
norteamericano se vale de Haití para sabotear la unidad regional. Por ejemplo, en la
última votación que se hizo en la OEA para autorizar la activación del TIAR [Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca] contra Venezuela, Haití fue el único país del
CARICOM que se posicionó a favor. Esto fue una traición, una vergüenza para la
imagen de Haití, históricamente afín a los pueblos que buscan su libertad. Esta traición
empaña nuestra postura histórica, pero también es un sinsentido considerando las
relaciones entre ambos países. Hugo Chávez siempre dijo que América Latina tiene una
deuda con respecto a Haití por la contribución que hicimos a las luchas libertarias del
siglo XIX. Y Jovenel Moïse y su gobierno se beneficiaron de un apoyo directo, también
durante el gobierno de Maduro. Cuando el estado haitiano tenía dificultades para pagar
el servicio de la deuda en el 2016 y 2017, Maduro dijo que no era necesario pagar la
deuda y que el monto adeudado podía utilizarse para proyectos sociales internos.

El haitiano es un Estado que ha sido beneficiado por Petrocaribe, y que ha traicionado a


un aliado histórico. Todas las relaciones entre Venezuela y Haití, durante más de dos
siglos, han sido de amistad y solidaridad. Creo que Jovenel Moïse está haciendo esto
para asegurar la protección y el apoyo del imperialismo y del gobierno de Trump. Es
una moneda de cambio que ofrece a los Estados Unidos para decir que a pesar de todo,
su alineación con ellos es total. Por supuesto, esto nos debilita mucho, dado que una de
las estrategias del imperialismo es romper los esquemas de integración regional como
UNASUR, CELAC, ALBA. La posición aventurera de Haití dentro del CARICOM
podría incluso llegar a romper este bloque regional. Para asegurar la dominación
económica y política, para las potencias es mucho mejor negociar país por país que
negociar con un bloque articulado.

L.R.

Se que para el mes de diciembre estás organizando un seminario internacional sobre


la epidemia de cólera que azotó al país en el año 2010, que también ofrecerá una
balance sobre los quince años que se cumplen desde que comenzó a operar en el país
la MINUSTAH, la tristemente célebre Misión de las Naciones Unidas para la
Estabilización de Haití. ¿En este sentido, cuál ha sido el rol de la llamada
"comunidad internacional" en el país? ¿Y cómo viene actuando ésta,
particularmente los Estados Unidos, en la última fase de la crisis?

C.C.

A partir de 2004 ellos se aprovecharon de una crisis política interna para imponer una
presencia militar extranjera que llamaron MINUSTAH, que teóricamente fue una
misión de mantenimiento de la paz. Pero la situación de Haití no tenía nada que ver con
aquellas que habitualmente justifican este tipo de iniciativas, como sucedió en ocasiones
África. No había aquí ejércitos en pugna, no había guerra civil, no había crímenes
contra la humanidad. Se ha violado incluso la Carta Magna de las Naciones Unidas para
imponer esta misión, que ha implicado una tercerización de la ocupación, para que los
ejércitos latinoamericanos hagan el trabajo sucio del imperialismo a menor costo.
Mantener la MINUSTAH aquí de esta forma implicó reducir a un cuarto los costos
directos que su despliegue habría implicado a los Estados Unidos. Además hubo toda
una propaganda, una manipulación ideológica para presentarla como una iniciativa de
cooperación sur-sur, como una operación de ayuda humanitaria.

Nosotros vivimos esos años con mucho dolor porque la MINUSTAH no tenía nada que
ver con esto, porque la agenda era dictada directamente por los Estados Unidos, y lo que
sucedía era decidido en Washington y en Europa. No fue tampoco una misión
humanitaria, porque durante este período Haití vivió situaciones de profunda gravedad:
fuimos golpeados por cuatro huracanes, luego aconteció el terremoto devastador del año
2010, y en todas estas oportunidades la MINUSTAH no dio ninguna respuesta
significativa para acompañar al pueblo de Haití. La burla fue que luego del terremoto
que causó 300 mil víctimas fatales, la MINUSTAH alquiló un barco lujoso y
excesivamente costoso en la bahía de Puerto Príncipe, para que sus integrantes fueran a
dormir cada noche, lejos de las penurias del pueblo haitiano. Esa es la imagen más clara
del significado de esa supuesta presencia humanitaria. No han hecho ninguna
contribución significativa, a pesar de contar con un presupuesto muy holgado si lo
comparamos con el PBI de Haití. Hablamos de miles de millones dólares gastados para
mantener una tropa que fue inútil para enfrentar la crisis humanitaria.

Por si fuera poco, contribuyeron a agravar los problemas de la sociedad haitiana. Por
ejemplo el problema de la inseguridad es mucho más grave ahora, dado que hay ahora
una circulación de armas impresionantes. Tenemos pandillas mucho más sofisticadas,
tenemos una inseguridad ciudadana grave que incluso obstaculiza el proceso de
organización popular, y tuvimos una multiplicidad de violaciones contra mujeres, niños
y niñas que quedó totalmente impune. Y lo más grave, sin dudas, fue la introducción del
cólera que causó según diferentes especialistas 30 mil muertos, 800 mil infectados, y
tuvo consecuencias económicas dramáticas para el país. Es decir que una misión
construida con una retórica de derechos humanos, vulneró los derechos humanos
fundamentales de la población. Además, siempre sostuvo una alianza con los sectores
más conservadores y retrógrados, ayudó a instalar un presidente de extrema derecha
como Martelly, que durante su mandato de cinco años trató de desarticular las
conquistas democráticas que el pueblo haitiano había ganado después del año '86.

Los actores populares no podemos aceptar que esos crímenes queden impunes. Estamos
demandando su reparación y queremos crear una gran coalición internacional para
luchar para obtener la reparación del crimen de la difusión del cólera, enfermedad que el
país no conocía hasta entonces. Naciones Unidas es un organismo que tiene la
capacidad financiera, humana, técnica y científica para no solamente luchar contra el
cólera y sus secuelas, sino también para ayudar a crear infraestructuras que no permitan
que la epidemia se repita, tanto a nivel sanitario como en relación a la disponibilidad de
agua potable. Por ejemplo, estamos pensando en la universalización del acceso al agua
potable, que es la mejor manera de erradicar el cólera, lo que demanda de inversiones
menos costosas que lo que gastaba la MINUSTAH en un solo año de actuación.

L.R.
En estos meses hemos acompañado convocatorias y manifestaciones de apoyo a las
luchas del pueblo haitiano en países tan distantes y diferentes como Canadá,
Argentina, Estados Unidos, Brasil, República Dominicana y Puerto Rico. ¿Cuál crees
que es el rol que puede jugar esta otra comunidad internacional? ¿Cuales son hoy las
formas más concretas y útiles de manifestar esta solidaridad?

C.C.

Esa solidaridad es muy importante para nosotros, porque Haití ha nacido dentro de una
visión de solidaridad internacionalista. [Jean-Jacques] Dessalines tenía la convicción de
que el porvenir de la Revolución Haitiana radicaba en la posibilidad de
internacionalizarse, de luchar contra la esclavitud en todo el mundo, e hizo muchos
esfuerzos para combatirla en Brasil, Estados Unidos, Jamaica, Puerto Rico, etc. Para
nosotros la construcción de un proyecto socialista en Haití se basa en la posibilidad de
reconstruir también esa visión internacionalista y de desmentir todos los mitos
perniciosos construidos en torno al país. El imperialismo ha creado una especie de cerco
mediático, una cuarentena que no permite que los pueblos de América Latina que
luchan por las mismas causas que nosotros, conozcan lo que pasa en Haití.

Es muy importante intensificar los intercambios y los procesos de lucha común. En ese
sentido creemos que los últimos años han sido interesantes para recrear esos lazos
internacionalistas. Tenemos el ejemplo magnífico de la Brigada Desallines, una
iniciativa que partió del movimiento campesino de Brasil, para expresar otra forma de
presencia internacional en Haití en oposición a la MINUSTAH, y demostrar que no son
ni tanques ni armas lo que América Latina puede y debe ofrecer. También fue central el
hecho de que durante la presencia nefasta de la MINUSTAH hemos trabajado con
Comités de Solidaridad para la desocupación de Haití en Brasil, Argentina, Uruguay,
Chile, México y otras naciones, lo que ha creado una cercanía mayor y nuevas
estructuras de trabajo. Estamos en un momento en donde se conoce mejor lo que está
haciendo Haití, y a su vez nosotros acompañamos más de cerca las luchas de los
pueblos de América Latina. Recientemente en el Foro Patriótico en Papaye contamos
con la presencia de importantes dirigentes de Brasil, Estados Unidos, Sudáfrica,
Venezuela y Argentina, que también contaron sus experiencias y manifestaron su
voluntad de estar presentes en las luchas del pueblo de Haití.

L.R.

Tú eres un intelectual muy reconocido no sólo en Haití, sino también en la región


caribeña y en todo el continente, y tienes una idea muy precisa sobre las nociones y
prejuicios que nuestros países tienen en torno a tu país, como comentabas recién. En
general, Haití sólo es noticia en caso de catástrofe humanitaria o por la violencia de
grandes convulsiones sociales. ¿Por qué otras cuestiones, quizás más positivas, te
parece que el país debería ser conocido?

C.C.

Creo que hay una batalla para deconstruir la imagen creada alrededor de Haití y el
desconocimiento casi total sobre su historia, sobre su naturaleza y su cultura. Esto se
logrará creando espacios de confraternización, de trabajo común, de lucha conjunta.
Primero, por supuesto, es interesante estudiar la Revolución Haitiana que es un proceso
único como todas las revoluciones, surgida en un contexto muy adverso en el cual un
pueblo esclavizado logró construir una estrategia victoriosa frente a los tres ejércitos
más potentes de la época: el inglés, el español y el francés. Ese proceso da pistas
fundamentales para reflexionar sobre la construcción de una alternativa postcapitalista.
Hay que pensar que la Revolución Haitiana fue posible en parte gracias a la
movilización de los cimarrones, que fueron grupos de esclavos que huían de las
plantaciones hacia las montañas creando una sociedad totalmente nueva, distinta a las
conocidas, y que a partir de esa nueva sociedad atacaban el régimen de la esclavitud y a
las plantaciones. Ese proceso nos inspira a la hora de pensar como atacar el capitalismo,
como crear una nueva sociedad y nuevas formas de vida y de sociabilidad. Y también el
hecho de que la historia de Haití es una historia de muchas iniciativas de solidaridad con
los afrodescendientes. Dessalines, por ejemplo, invitó a la gente de Estados Unidos a
venir a Haití en tanto tierra de libertad. También, el proceso histórico de resistencia
anticolonial nos obligó a inventar elementos culturales como una lengua, el creol
haitiano, una nueva forma de espiritualidad como el vudú, nuevas formas de cultivar la
tierra a través del lakou, que es un espacio de trabajo comunitario y colectivo. Así que
hay elementos muy interesantes para desde aquí construir una visión totalmente nueva
que rompa con los mandatos capitalistas del individualismo, del egoísmo, de la
instrumentalización de la naturaleza. Por ejemplo, la relación con la naturaleza en el
vudú es muy interesante. Hay una visión de equilibrio entre los ciclos económicos, los
culturales y los biológicos. También, el proceso de resistencia que siempre se ha
mantenido a través de la historia de Haití, ha multiplicado las creaciones culturales en la
música, la danza, la escultura, la pintura, el grabado, el teatro, etc. Hay realmente una
vivencia cultural excepcionalmente rica que siempre tuvo sus raíces en el proceso de
resistencia frente a la dominación colonial y neocolonial.

L.R.

Entonces, ¿sos optimista sobre el futuro de tu país?

C.C.

¿Por qué no habría de serlo?

3.México reduce deuda de Pemex en


cinco mil millones de dólares
Publicado 24 septiembre 2019

Tras esta estrategia de recuperación de bonos y pago adelantado de la


deuda, el Gobierno de México apuesta por la vigorización de la liquidez
de esta empresa petrolera estatal.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México (SHCP) informó que la


compañía estatal, Petróleos Mexicanos (Pemex), logró el pago anticipado de deuda a
través de la recompra de un compendio de bonos con vencimiento entre 2020 y 2023,
valorados en unos 5.000 millones de dólares.

De acuerdo con el ente mexicano esta cancelación adelantada ha impulsado la


participación de los inversionistas extranjeros, principalmente de Europa, Asia, Medio
Oriente, Sudamérica y Estados Unidos.

“Con esta operación, Petróleos Mexicanos reduce en 5,005.8 millones de dólares el


saldo de su deuda, amplía el plazo promedio de la deuda en dólares y se logra disminuir
el perfil de vencimientos de corto plazo, lo que contribuye a fortalecer la posición
financiera de la empresa y reduce el riesgo de refinanciamiento en los próximos años”,
reza el comunicado del Gobierno mexicano.

Por su parte, el director general de Pemex, Octavio Romero, destacó que esta maniobra
financiera estima establecer mejores condiciones a la compañía estatal de petróleos en
tasas porcentuales y plazos de cancelación de deuda.

“No estamos contratando deuda adicional para Pemex, por el contrario, estamos
mejorando las condiciones financieras de lo que ya se debía, logrando mejores
condiciones, tanto en plazos como tasas”, detalló Romero.

Asimismo, el mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que


Pemex goza de un repunte en la producción de crudo, lo que representa una evidente
restauración de sus políticas de explotación.

"Cesó el descenso en la extracción que se inició hace 24 años y que hizo crisis en 2018
cuando se perdieron 200 mil barriles diarios. Así nos entregaron el gobierno, con baja
en la extracción y una tendencia negativa hacia la desaparición", dictaminó AMLO.

21 octubre 2019
| Javier Tolcachier
Blog

4. Las venas orgánicas de América Latina y el


desafío a las recetas neoliberales

Como era previsible, la oposición no respeta los resultados y convoca por estas horas a
sus adeptos a desconocer el triunfo y la reelección de Morales Ayma. Invocan fraude,
que igualmente vociferarían ante cualquier resultado adverso, en primera o segunda
vuelta. Al escapárseles esta última de las manos, el tenor se vuelve violento y golpista.

En el legislativo, el Gobierno pierde su amplia supremacía de dos tercios, pero conserva


la mayoría en ambas cámaras.

Con esta victoria ganan los sectores más pobres de Bolivia, el campesinado, los
trabajadores y la clase media baja en proceso de empoderamiento social. Celebran
también con júbilos en los distintos rincones de América Latina y el Caribe las fuerzas
de la izquierda y el progresismo.

Luego del lógico desgaste de un período de más de trece años de gobierno, la


emergencia de una nueva generación en Bolivia, la guerra sucia de noticias falsas de
muy mal gusto, la exacerbación secesionista y racista, la aparición de un candidato
evangelista de ultraderecha y el trabajo de zapa conspirativo de los tentáculos de
Estados Unidos, ¿cuál es la clave del nuevo triunfo del primer presidente de origen
indígena y campesino de Bolivia?

Las venas orgánicas del Proceso de Cambio

La legitimidad democrática de la victoria del binomio gubernamental no está sólo dada


por la matemática electoral exigida (más del 40% y diferencia de 10% con el segundo)
sino por el apoyo y representatividad que confieren al gobierno las organizaciones
sociales campesino-indígena y obreras. Las primeras, agrupadas inicialmente en el
Pacto de Unidad, luego en la CONALCAM, representan al arco íntegro de la ruralidad
discriminada, alejada hasta el 2006 de toda decisión e incidencia en las políticas
públicas.

Estas fueron las fuerzas que constituyeron el grueso de la resistencia al último tramo –
neoliberal - de una explotación de siglos. Constituyen a su vez, el complejo organismo
popular que dio vida a una revolución plurinacional y soberana, que devolvió dignidad
cultural en el intento de ampliar las fronteras democráticas de un estado racista y
plutocrático, enajenado por la oligarquía y servil al interés multinacional.

La potencia de las organizaciones campesino-indígenas está relacionada con una matriz


demográfica cuyo modo de vida y memoria histórica exhibe fuertes trazos comunitarios.
Si bien hoy ya el 70% de la población boliviana vive en medios urbanos, la migración
interna ha trasladado aquella estructura mental a los sectores periféricos de las ciudades.

Por su parte los obreros, mayoritariamente representados por la Confederación Obrera


Boliviana (COB), son la memoria viva de la larga y dolorosa lucha de mineros y otros
sectores fabriles para superar la vejación y adquirir los más elementales derechos
humanos. Herederos de la Revolución nacionalista del ’52, completan el conglomerado
de sublevados que, con apoyo a veces muy crítico, forman parte del entramado popular
que sustenta al Proceso de Cambio.

La legitimidad popular de Evo Morales tiene mucha relación con sus orígenes pobres y
campesinos, pero se funda sobre todo en su trayectoria como dirigente social cocalero y
constructor de la unidad campesino-indígena de todas las regiones y su instrumento
político MAS-IPSP. Herramienta a través de la cual estas orgánicas lograron ocupar
espacio institucional y tener incidencia en las políticas públicas.

Asimismo, Evo Morales ha cumplido el papel de mediar en la tensión urbano-rural y


establecer un equilibrio inestable entre la cultura originaria del Buen Vivir y las ansias
de desarrollo humano dependientes del avance de una economía anteriormente muy
precaria. Paradoja que aumenta si se piensa que esta inédita revolución basó el triunfo
electoral de este domingo en premisas de estabilidad y crecimiento.
Urnas blanquicelestes

La inmensa mayoría de las y los argentinos ansía el triunfo de la fórmula opositora


encabezada por Alberto Fernández secundado, desde una centralidad política innegable,
por la ex presidenta Cristina Fernández. La debacle social producida por el
neoliberalismo de una banda delincuencial les da la razón.

La victoria del Frente de Todos será producto de la unidad de (casi) todos los sectores
(casi) opuestos a las políticas macristas. El doble “casi” expresa el eterno aislacionismo
trotskista, cuya razón política suele alimentarse de la autoreferenciación vanguardista,
legado del asesinado fundador de esta corriente, Lev “Trotsky” Bronstein. Tampoco
forman parte de este frente los gobernadores justicialistas de Salta y Córdoba.

El segundo “casi” hace referencia a un cúmulo de dirigentes, legisladores, gobernadores


y hasta organizaciones que, por voluntad propia o por extorsión, apoyó largamente al
macrismo o al menos no lo confrontó explícitamente.

Lo cierto es que la unidad de esta configuración política electoral de coyuntura expresa


la voluntad popular, hecho que se verá reflejado en el amplio margen (de alrededor de
un 20% o más) que resultará de las urnas el domingo 27, concluyendo así con este
período nefasto y devolviendo las esperanzas a un hoy asfixiado pueblo argentino. Un
pueblo dispuesto a afrontar las consecuencias de sus errores políticos anteriores y “tirar
para adelante”.

La unidad de fuerzas que incluye a diversos sectores políticos (de la Teología de la


Liberación, de izquierda nacional, comunistas, humanistas, bolivarianos, radicales
alfonsinistas, pequeño y mediano empresariado, campesinos, entre otros), está
vertebrada alrededor del movimiento peronista. Movimiento cuya estructura se entronca
desde sus inicios laboristas con el sindicalismo – en ocasiones más burocrático, otras
veces más reivindicativo – y cuenta con una base política significativa de gobiernos
provinciales y municipales. Estos gobiernos son los que en provincias y municipios
menos favorecidos proveen muchos puestos de trabajo que, combinados con una
imprescindible estructura de asistencia social configuran un esquema de poder
innegable. De ellos emana un importante caudal de votos y de movilización, pero
también contrapeso federalista al omnipresente centralismo portuario heredado de la
historia colonial, centralismo que condensa el macrismo en símbolo y presencia política.

A estas formas políticas orgánicas, se agregan movimientos populares, que actúan


generalmente en las periferias donde la miseria hace estragos. La combinación de
reivindicaciones de urgencia (hábitat, programas de trabajo y autoconstrucción, salarios
sociales, fortalecimiento de la economía popular) en conjunto con una multiplicidad de
acciones directas de desarrollo humano han proyectado a estos movimientos a
constituirse a su vez en columnas importantes de expresión y acción popular.

También han proliferado con fuerza en Argentina otras expresiones orgánicas.


Iniciativas y redes feministas, activismos en defensa del medioambiente, coaliciones de
comunicación democrática, organismos de derechos humanos, articulaciones de la
cultura, que junto a las innumerables actividades sociales, culturales y deportivas
tradicionales extienden un mapa orgánico que vertebra en profundidad a la Argentina.
La banda oriental

El caso uruguayo, similar demográficamente al argentino en cuanto a la influencia de la


inmigración europea, presenta un mapa político diferente. Uruguay fue pionero en la
realización de la confluencia de fuerzas de izquierda con otros sectores progresistas. El
Frente Amplio, actualmente en el gobierno, condensa las luchas de trabajadores
organizados en la central sindical única CNT (hoy PIT-CNT) y la sedimentación del
movimiento estudiantil uruguayo -unido en la FEUU ya desde 1929-. Agrupa en su
heterogeneidad el esforzado trabajo político de los partidos de izquierda y del brazo
político del MLN-Tupamaros, y a través de la complementación de esfuerzos contra la
dictadura, incluye a algunos sectores colorados y blancos en defensa de las libertades
democráticas, de fuerte arraigo en la sociedad uruguaya.

Este entramado permitió al Frente Amplio conquistar sucesivamente territorio político


que antes estaba capturado por el batllismo colorado. Sin embargo, la heterogeneidad en
su interior, necesaria para la acumulación de fuerzas, constituye no sólo la explicación
de su fortaleza sino también de su vaivén ideológico y las contradicciones en su rumbo.

Hoy la disputa política en Uruguay viró a la derecha. Tres mandatos consecutivos en el


gobierno del FA, la paradoja de una sociedad avejentada y una juventud en dialéctica
con una memoria posneoliberal, propician que la derecha gane terreno con el discurso
de la seguridad ciudadana y la antipolítica. Por su parte, el Frente Amplio hace valer el
peso de una situación objetiva de relativa estabilidad económica.

El peligro de derrumbe social que muestra Argentina no es plenamente identificado con


lo que podría suceder si un ultraliberal toma las riendas, porque el FA emprendió hace
tiempo un rumbo poco inquisidor de las estructuras sistémicas. Por otra parte, el giro
conservador del mundo y la región también afecta el escenario de los sentidos comunes,
restando oxígeno a la agenda progresista, sobre todo si esta resulta desteñida.

La reactivación de la prosapia Lacalle en el Partido Nacional, el intento del Partido


Colorado de recuperar o mantener terreno y la reaparición castrense en la escena
política bajo la sigla de Cabildo Abierto, en la figura del destituido y ahora procesado
ex comandante en jefe del ejército Manini Ríos, configuran la constelación
conservadora. Para lograr impedir la continuidad de la coalición progresista en el
Ejecutivo, la oposición debería presentar, en una casi segura segunda vuelta, una unidad
difícil pero no improbable. Todo indica, sin embargo, que el FA será la fuerza más
votada en la primera vuelta, prolongando una probable mayoría legislativa.

Si bien el pronóstico es aún incierto, la activación de la fibra social organizada y quizás


los ecos del triunfo frentetodista en Argentina, serán de suma importancia.

De la opresión a la rebelión

Los levantamientos populares se suceden en América Latina y el Caribe, producto de la


aplicación de programas fondomonetaristas de dudosa eficiencia fiscal, recorte a
prestaciones sociales y aumento del costo de vida. La multiplicación de expresiones
masivas de descontento popular se desprende de un contexto globalizado de economía
financiarizada que anula las demandas de bienestar social de una población con
creciente conciencia de sus derechos.
En Ecuador, el protagonismo inicial del sector transportista y los estudiantes y la
imponente movilización indígena posterior encarnaron un reclamo popular que luego se
extendió a otros sectores sociales.

En Haití, el grave desamparo humano de un país en manos de una élite corrupta y


ocupado militarmente por fuerzas multinacionales, provoca recurrentes alzamientos de
la población. La ficción de gobierno democrático que encarna el empresario Jovenel
Moise se sostiene apenas por la voluntad de los personeros del “Core Group”,
compuesto por representantes de la ONU, la OEA, la Unión Europea y las embajadas de
Estados Unidos, Francia, Canadá, Alemania, España y Brasil.

Frente a la ignominia, el proyecto de unidad de agrupaciones campesinas y populares


aglutinadas en el Foro Patriótico asume la propuesta de una transformación institucional
y económica soberana, sin tutelas externas.

En Chile, los jóvenes estudiantes secundarios -tal como ocurrió en la Revolución de los
Pingüinos en 2006- encabezaron la revuelta de la “Evasión masiva” ante el aumento de
los pasajes en el transporte subterráneo, concitando el decidido apoyo de la población
hastiado ya de una dictadura neoliberal de cuatro décadas.

La fuerte orgánica social chilena que llevó a Salvador Allende a la presidencia y fue
destruida o exiliada por el régimen asesino de Pinochet, se ha comenzado a reconstruir.
La resistencia se asienta en el estudiantado, en la articulación de sectores sindicales y
actores sectoriales contra el expolio medioambiental, el sistema de pensiones,
agrupaciones feministas, de Derechos Humanos y de la diversidad. El agotamiento del
bipartidismo como fórmula de conservación ha dado pie además a un conglomerado
frenteamplista cuya inserción social será puesta a prueba en las próximas elecciones
municipales y de gobernadores regionales (2020).

El pueblo sigue movilizado desafiando la represión y la Unidad Social, un


conglomerado constituido por más de cien organizaciones y movimientos sociales,
llamó a Huelga General. Además de la exigencia de levantamiento del estado de
excepción y descriminalización de la protesta, hay demandas de renuncia
gubernamental y vuelve a reivindicarse la convocatoria a una Asamblea Constituyente
con participación popular, para relevar a la Constitución impuesta por la dictadura
pinochetista en 1980.

Las orgánicas reaccionarias

Tanto en Ecuador como en Chile, como respuesta violenta a la justa protesta, los
gobiernos de Moreno y Piñera sacaron el ejército a la calle, decretaron el estado de
excepción y el toque de queda propios de épocas dictatoriales.

En Honduras continúa la movilización popular antigolpista liderada por el partido Libre


en consonancia con el Partido Liberal y el ex candidato Nasralla, ante la represión de un
gobierno ilícito y ligado a mafias del narcotráfico. En Perú el aparato político y judicial
está en quiebra. En Colombia, la violencia institucional y paramilitar, el asesinato y
amenaza permanente a líderes y lideresas sociales, la concentración económica y el
faccionalismo opositor prolongan una agonía popular de décadas. En Brasil un títere sin
partido es apenas la fachada institucional de la tutela militar y norteamericana. En
Guatemala, el fraude político y la falta de alternativas populares sólidas ahogan de
momento las expectativas de cambio, al igual que en el Paraguay.

Las iglesias pentecostales y la jerarquía católica actúan como elementos regresivos


decisivos en el sentir de las franjas suabalternizadas de la población. Entre los pliegues
de una religiosidad que conecta con el desamparo y la vacuidad de sentido, van
envueltos falsos discursos moralizantes y una influencia colonialista que carcomen las
posibilidades de reales y profundas transformaciones sociales y humanas.

Por su parte, los medios hegemónicos operan en el campo de la subjetividad con un


aceitado sistema de censura, desinformación y tergiversación. Las redes sociales
digitales monopólicas se vuelven un campo de disputa comunicacional, en el que junto
a indispensables coberturas informativas alternativas, pululan las noticias falsas, el
troleo contrainsurgente y los ataques dirigidos.

El aparato de la extrema derecha republicana ha hecho de la guerra multiforme contra


Cuba, Venezuela, Nicaragua y todos los procesos progresistas de América Latina, el
centro de sus acciones, junto a una ofensiva agresiva mundial contra las naciones que no
obedecen a las pretensiones hegemónicas de la potencia en declive.

El aparato “orgánico” de la acción conspirativa local en América Latina y el Caribe son


un conglomerado de fundaciones y organizaciones (¿No?) gubernamentales, financiadas
por agencias estadounidenses, que construyen y entrenan liderazgos, operan guerras de
sentidos e intrigas contrarias a los procesos emancipadores en la región.

Neoliberalismo, un disolvente orgánico en un mundo en descomposición

Las rebeliones requieren un grupo de activistas disparadores y la adhesión de una


amplia mayoría popular alrededor de sentidos comunes simples e indubitables. Las
revoluciones, si bien derivan habitualmente de desbordes coyunturales, implican
además visiones, liderazgo y una estructura orgánica consistente, capaz de proyectar la
inmediatez al mediano plazo y sostener la segura avalancha contrarrevolucionaria del
poder establecido.

De allí que el poder sitúe entre sus objetivos primarios aniquilar preventivamente las
imágenes de posibles alternativas, descabezar y deslegitimar a las rebeldías y
desestructurar todo posible movimiento que amenace con constituirse en eje de las
transformaciones.

El neoliberalismo, lejos de ser sólo un esquema económico, es un vector ideológico que


apunta a desconectar al individuo de su medio social, cultivando significados de
competencia, acumulación, meritocracia y estratificación social. Esta estrategia,
pretende relevar todo componente colectivo indispensable para una transformación
social consistente y de cierta permanencia.

Sin embargo, la penetración de esta ideología, que se presenta como némesis de lo


ideológico, no se debe solamente a los refinados y omnipresentes dispositivos acuñados
para instalarla. Es la desestructuración creciente de la época lo que lo facilita.
La dinámica de un sistema que ha llegado a sus límites planetarios promueve su propia
descomposición. La aceleración del cambio tecnológico y sus implicancias chocan con
los hábitos y memoria de un conjunto humano con tendencia a la ancianización,
abriendo profundas grietas generacionales. Los antiguos lazos pierden consistencia y la
fragmentación se expande.

Revolución y recomposición del tejido social

Ante los ojos humanos se evidencia la imperiosa necesidad de nuevos horizontes que
recojan lo mejor del trajín histórico anterior y que profundicen la construcción humilde
y sentida de “una revolución social que cambie drásticamente las condiciones de vida
del pueblo, una revolución política que modifique la estructura del poder y, en
definitiva, una revolución humana que cree sus propios paradigmas en reemplazo de los
decadentes valores actuales.”[1]

Las revoluciones presentes y futuras habrán de abordar necesariamente entre sus


primarios la reconstrucción del tejido social deteriorado. Para hacer frente a la ola de
nacionalismos xenófobos, el fundamentalismo, la misoginia, el disciplinamiento social
y la exclusión, promovidos por el sistema a través de sus vehículos de derecha, dicha
reconstrucción podrá colocar como premisa fundamental de su escala de valores el
reconocimiento pleno de la humanidad en cada uno y las derivaciones de este hecho en
la vida personal, interpersonal y colectiva.

Este vínculo de humanidad primordial, esta actitud de reconocimiento de una posible


“comunidad en la diversidad”, puede representar en el mundo actual un núcleo
orientador para avanzar en la lucha por la justicia social, la liberación política y la
realización efectiva de los Derechos Humanos para todas y todos.

[1] Silo. Cartas a mis amigos. Séptima Carta. Ed. Centaurus. 1era. Edición (1994)
Buenos Aires.

5. 4 octubre 2019

| Javier Tolcachier
Blog

5. El racismo, un instrumento del poder en


América Latina y el Caribe
Mientras en una Europa arrasada por la pobreza, la enfermedad, las guerras
intestinas, contra el Islam y la inquisición medieval despuntaba no sin esfuerzo la luz
del Humanismo renacentista, la Iglesia imponía su credo a sangre y fuego en los nuevos
territorios.

América, la llamaron tiempo después, en honor a un comerciante-navegante florentino


allegado a la familia Médici. En adelante, la Corona española, la portuguesa y los
violentos recién llegados se repartieron territorio y fortuna, compartiendo la triste gloria
de sus delitos de lesa humanidad.
A compartir el triste destino de los menguados autóctonos – llamados “indígenas” en
honor al mismo error fundacional de los colonizadores - émulos de Colón -, fueron
traídos en cadenas africanos esclavizados. Para gloria y fortuna de los dueños de las
plantaciones, pertenecientes a la aristocracia criolla.

Al abominable saqueo se sumaron ingleses y franceses hasta que una de las antiguas
colonias –replicando las antiguas enseñanzas de su madre patria británica- barrió a los
demás piratas y reclamó potestad -ya entrado el siglo XX- sobre un conglomerado de
repúblicas dominadas por una oligarquía criolla surgida de la misma prosapia colonial.

Oligarquía a la que se sumaron inmigrantes de Medio Oriente o expulsados de Europa


del Este, cuya cultura de avezados comerciantes los hizo colocarse rápidamente en
situación económica ventajosa.

Para los esclavos y los autóctonos, sus hijos y los descendientes de una cruza
mayoritariamente forzada, quedó tan sólo la servidumbre y la aceptación de una cultura
extraña como superior, a fuerza de látigo, hambre y plomo. Esa es la breve historia de la
“civilización” de América y de la crucifixión de sus culturas originarias.

Una herida en llaga

La matriz económica fundada en la exportación de productos primarios, la imposición


de deudas, el subdesarrollo tecnológico, la enorme desigualdad, la extranjerización de
sus principales activos y la instalación de una minoría acaudalada al comando de los
asuntos públicos son herencia directa del mundo colonial.

El sistema republicano, importado de la democracia burguesa del norte, es venerado


como único posible a pesar de que hace agua a manos de la falta de real participación
ciudadana, la manipulación mediática, la conspiración geoestratégica, la persecución
política y la violencia estatal.

De un calado histórico determinante ha sido la extirpación y negación de la subjetividad


cultural de los conquistados, condición de perdurabilidad que habitualmente intentan
implantar los imperios, aunque siempre de manera imperfecta. En la época colonial, las
clases dominantes miraban al “refinamiento” europeo como la cúspide de las buenas
costumbres y el buen gusto. Igual a lo que sucede hoy, cuando los sectores medios y
altos de las sociedades latinoamericano caribeñas miran al Norte con admiración,
despreciando por completo la riqueza cultural del suelo que habitan.

Indio o negro continúan siendo términos despectivos y los indios y los negros continúan
siendo los últimos de la tierra. Ser indio o negro es considerado hasta hoy sinónimo de
atraso y aún exhibiendo en el propio rostro la historia y la cultura mestizada de indios o
negros, muchos prefieren distanciarse de su memoria. Esta negación cultural fue exigida
pero también utilizada por el poder blanco para impedir que indios y negros y sus
descendientes tuvieran acceso a formación profesional y con ello a ascenso social y por
supuesto a toda posibilidad de obtener incidencia política.

Por eso mismo, aquél que quería “escalar” socialmente debía abjurar de toda condición
indígena o negra. Para ser aceptado y pertenecer, aunque de modo subalterno, el mestizo
debía demostrar su desprecio por sí mismo, debía dividirse y combatir internamente su
ligazón histórica con los sometidos, colaborando así con el sistema de opresión.

A esta porción de la población se agregó una nueva inmigración de europeos. Algunos


trajeron su modelo de ideación técnico y conocimiento industrial. Otros tantos, su
arraigada tendencia a la comercialización, lo que les permitió forjarse rápidamente una
posición social intermedia. Su historia, hábitos e inserción generaron una nueva grieta, a
distancia de los segregados parias americanos. Hubo también entre ellos muchos
luchadores por sociedades equitativas, pero la empatía profunda llegó sólo a una
minoría que se atrevió a reconocer la plena humanidad en el otro.

Sobre esta estructura psicosocial de oligarquías extranjerizadas, de sectores medios


compuestos por inmigrantes diferenciadores y mestizos complacientes y de una casta
segregada de negros, indígenas y mestizos pobres, se pretendió erigir la ficción de una
república de iguales derechos.

La geolocalización social de América Latina y el Caribe

La pobreza es visible y fácilmente geolocalizable. No así la riqueza que se esconde


detrás de gruesos muros electrificados, de exilios voluntarios u obligados, que se oculta
en múltiples paraísos fiscales, que se fuga a casas matrices de corporaciones o a la
órbita especulativa y de inversión internacional.

En las ciudades, donde hoy vive más del 80% de la población latinoamericana, debido
al alto costo del suelo (producto de la especulación inmobiliaria) la pobreza se
encuentra en los altos cerros y morros, pero también en las ciénagas y las periferias
urbanas sin servicios públicos. Es habitual también que los marginados se asienten en
zonas cercanas a donde las urbes desaguan sus desechos y olvidan sus derechos. En las
zonas rurales la mayoría es indígena o proviene de su mestizaje.

La segregación tiene rasgos y color. Los marginados portan su origen en la piel, en sus
ojos y cabello. Llevan la historia tallada en sus facciones.

La orografía humana de América Latina y el Caribe muestra además que las zonas más
abandonadas, empobrecidas, subdesarrolladas o alejadas son habitadas
mayoritariamente por indígenas y negros. El Nordeste brasileño, el Chocó colombiano,
Haití y la mayor parte del Caribe, la Sierra y Amazonía ecuatorianas, el Ande peruano y
boliviano, el Norte argentino, la selva paraguaya, el Sur mexicano, la ruralidad
guatemalteca y salvadoreña, el Darién panameño, la costa del Pacífico en Nicaragua,
Honduras y Costa Rica son ejemplos vívidos.

Huyendo a zonas liberadas de esclavitud, permaneciendo forzadamente en zonas


portuarias y periurbanas o resistiendo a la termita devoradora del capitalismo en
entornos difíciles y poco accesibles, más de un cuarto de la población latinoamericana
continúa siendo discriminada y explotada.

La rebelión de los discriminados y la contrarrevolución racista

Las revueltas negras e indígenas fueron numerosas y han sido el germen inequívoco de
posteriores gestas libertarias republicanas. Rebeliones que tuvieron en ocasiones
relativo éxito aunque fueron invariablemente respondidas con represión, tormento y
asesinato por parte del poder establecido.

En la mayor parte de los países de Latinoamérica y el Caribe, la abolición de la


esclavitud se decretó en la primera mitad del siglo XIX, a excepción del Brasil, en la
que hacendados y el Imperio se resistieron hasta 1888. En relación a la población
indígena, los sistemas de mita y encomienda a favor de conquistadores fueron recién
prohibidos hacia fines del siglo XVIII. En la práctica, indígenas y negros siguieron
sirviendo con escasa remuneración y generalizado desprecio.

En tiempos más recientes, los pueblos indígenas y afrodescendientes optaron por


distintos caminos. Uno de ellos fue adscribir a procesos nacionales de emancipación
popular como en Cuba, Venezuela o Brasil, siendo masacrados en Guatemala y el
Salvador por el terrorismo de Estado, lo mismo que en Perú, tanto por la dictadura
fujimorista como por la insurgencia maoísta.

Una variante distinta y muy significativa ha sido la emergencia del EZLN en México,
con la denuncia del Estado como mecanismo de sojuzgamiento y la afirmación del
autogobierno local.

Casos sobresalientes lo constituyen Ecuador o Bolivia, donde el movimiento indígena


adoptó la estrategia de la plurinacionalidad en defensa de sus reivindicaciones
colectivas y derecho a la autonomía. En la nación andina, los movimientos indígenas y
sociales llevaron a Evo Morales a ser el primer presidente de origen indígena. En
Ecuador, como en Bolivia, las organizaciones indígenas emergen como sujetos políticos
fundamentales en razón de su poder de movilización, pero cuya incidencia electoral
disminuye debido a su concentración territorial y su menor peso demográfico.

A esta legítima rebelión de negros e indígenas, tal como en épocas pretéritas, los
sectores dominantes oponen un racismo despiadado. En ocasiones sin cortapisas, como
es el caso de la ultraderecha blanca en Bolivia, Brasil, Ecuador, Chile o Uruguay, por
sólo citar algunas, en asociación con los nuevos fundamentalistas evangélicos y sectores
del ejército. En otros casos con engaños mediatizados, clavando la cuchilla en el
segregacionismo latente en parte de los sectores medios. Único modo de dividir a las
mayorías poblacionales, que de otro modo, en unidad, no podrían dominar.

Reparación y reconstitución social

Los llamados a una conciliación social voluntarista, como muestran las estadísticas y un
proceso que lleva ya varios siglos son ingenuas y poco eficientes. La recomposición del
tejido social exige la nivelación de condiciones de vida y la diversidad de posibilidades
vitales para todos.

Una efectiva nivelación de oportunidades afecta sin duda la estructura general de un


sistema de lucro exorbitante para pocos y una geoeconomía cuyas posiciones
dominantes están enclavadas – al menos hasta la reciente emergencia de China – en el
Norte global.

La Comisión de Reparación del Caribe, organismo surgido del CARICOM en su Plan


de 10 Puntos, señala que es imprescindible que las naciones europeas acepten su
responsabilidad histórica por los crímenes cometidos. Dicho plan incluye como ejes
fundamentales la repatriación y reinserción de aquellos descendientes de africanos que
así lo quieran, ofrecer desarrollo con participación a las comunidades indígenas,
erradicar el analfabetismo, ampliar el sistema de salud y el acceso a la educación y
posibilitar un conocimiento más profundo de su propia y dolorosa historia.

Al mismo tiempo, se indica que el subdesarrollo tecnológico y la condena de la


exportación de productos primarios generada por el sistema colonial deben ser
reparadas, al menos parcialmente, con una abundante transferencia de capacidades
tecnológicas y científicas y del mismo modo, ser canceladas las deudas impuestas por la
usura anterior y actual.

Para que proclamas, declaraciones y planificaciones bienintencionadas se conviertan en


hechos, es preciso remover las estructuras a través de fuertes movimientos
emancipadores que promuevan la redistribución y el acceso al conocimiento al interior
de sus países y conformen un poderoso eje de integración y unidad para equilibrar la
relación de fuerzas existente.

A fin de proceder a una verdadera reconciliación, sin embargo, habrá de realizarse en


simultáneo un ejercicio doblemente difícil. Será procedente comprender las corrientes
subjetivas que fluyen en el interior de conjuntos e individuos, cuyos profundos
significados culturales, generacionales y biográficos son condicionantes de su accionar.
De allí surgen comprensiones transformadoras que constituyen el piso firme del
mañana.

América Latina y el Caribe es sometida hoy a una intensa presión del poder del Norte,
constituyendo una pieza clave en el sostenimiento del viejo mundo o en la apertura a
uno nuevo, multilateral, libre, compartido, humanista. Un error en la elección de los
pueblos no podrá detener la historia, pero sí retrasarla.

Javier Tolcachier es investigador del Centro de Estudios Humanistas de Córdoba,


Argentina y comunicador en agencia internacional de noticias Pressenza.

6.Venezuela y Cuba revisan


cooperación contra bloqueo de
EE.UU.
Publicado 23 octubre 2019 (Hace 17 horas 42 minutos)

En el marco de la reunión del MNOAL, los cancilleres de Cuba y


Venezuela revisaron este miércoles estrategias para hacer frente a las
agresiones de Estados Unidos.
Los Gobiernos de Venezuela y Cuba revisaron este miércoles las estrategias para hacer
frente a las agresiones de Estados Unidos, en el marco de la reunión ministerial del
Movimento de Países No Alienados (MNOAL).

Los cancilleres de Cuba, Bruno Rodríguez, y de Venezuela, Jorge Arreaza, se reunieron


en el marco del encuentro que se celebra en la ciudad de Bakú, Azerbaiyán.

Las Gobiernos de ambas naciones buscan proteger al pueblo del bloqueo económico,
financiero y comercial impuesto por Estados Unidos como medida de desestabilización.

Asimismo, durante la cita, el canciller venezolano se reunió con su par de Azerbaiyán, Elmar
Mammadyarov, a quien entregará próximamente la presidencia del organismo regional.

Arreaza ofreció todo su respaldo al funcionario para avazar en la agenda de este grupo que
integra a naciones como contrafuerza internacional.

7. Evo agradece a votantes por triunfo y


denuncia golpe de Estado
Publicado 23 octubre 2019

"Hago un llamado a organismos internacionales a defender la


democracia", expresó el mandatario boliviano.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció este miércoles que está en curso un
golpe de Estado en su contra, orquestado por la oposición de derecha, y refrendó su
compromiso de defender la democracia en el país suramericano al asegurar que ganó en
las pasadas elecciones generales

"Denuncio ante el pueblo boliviano y el mundo que está en proceso un golpe de estado"
que ha sido preparado por la derecha con apoyo desde el exterior", indicó Morales en
alocución ante medios extranjeros y nacionales.

"Hago un llamado a organismos internacionales a defender la democracia", expresó el


mandatario quien compareció este miércoles ante los medios, donde agradeció a los
votantes por darle el triunfo en la primera vuelta.

En este sentido, Morales aseguró que su triunfo es inobjetable en la primera vuelta


debido al gran apoyo que recibe del sector rural de Bolivia.

Aseguró que el Movimiento al Socialismo (MAS) ganó con más de medio millón de
votos, lo cual calificó de un gran triunfo.

"Ganamos con más de medio millón de votos. Es un gran triunfo'" resaltó el mandatario
desde la Casa Grande del Pueblo (sede el Ejecutivo), quien añadió: "Hemos garantizado
el crecimiento económico, la paz social, la justicia social, la igualdad".
El jefe de Estado también llamó a la población a estar atenta y declaró “estado de
emergencia” y destacó que "hasta ahora hemos aguantado y soportado con paciencia
para evitar violencia”.

"No vamos a buscar la confrontación pero vamos a defender la democracia", aseveró


Morales quien responsabiliza a la oposición de ejercer actitudes racistas y
discriminatorias.

"Quiero decir al pueblo que (estamos) en estado de emergencia y movilización pacífica


y constitucional para defender la democracia”, agregó el mandatario.

Morales precisó que los cuestionamientos a los resultados electorales tienen un


trasfondo "racista", y denunció que el paro general convocado en diferentes regiones del
país "es político y un golpe de Estado".

"No hemos entrado a la confrontación y nunca vamos a entrar a la confrontación",


remarcó.

Explicó que el golpe de Estado que se gesta en Bolivia comenzó con la arremetida
violenta que intentó frenar el conteo de votos electorales, sin brindar la garantía
necesaria al órgano electoral para concluir ese proceso, además de querer posesionar a
un presidente ilegítimo.

Destacó que el sector campesino, cuyo voto le dio la victoria en primera vuelta en un
conteo rápido que hizo el Tribunal Supremo Electoral, fue el protagonista en la
recuperación de la democracia y también resistió las agresiones, internas y externas,
provenientes de dictaduras militares y democracias pactadas que ahora buscan
desconocer las elecciones generales.

"Entiendo la desesperación de la derecha boliviana que no quiere reconocer el voto


indígena, como en el pasado que nunca han reconocido", agregó.

En ese sentido, ratificó que el Movimiento Al Socialismo (MAS) esperará con respeto y
paciencia los resultados finales oficiales que emita el Órgano Electoral sobre las
elecciones generales del pasado domingo.

Morales también pidió a organismos y personalidades internacionales pronunciarse en


defensa de la democracia, cuya consolidación le costó sangre y luto al pueblo boliviano.

.8 Continúan protestas y huelga general


en medio del toque de queda en Chile,
Publicado 23 octubre 2019
Aunque el Gobierno insiste en la medida y en despliegue de militares
contra los manifestantes, las protestas se mantienen en todo el país
austral.

Fuerzas Militares de Chile empiezan este miércoles a desplegarse a 12, de las 15


regiones del país, para verificar el cumplimiento de un nuevo toque de queda decretado
por el presidente de la Nación, Sebastián Piñera.

Las zonas donde rige la medida son Arica, Antofagasta, Calama, Tocopilla, Iquique, La
Serena, Coquimbo, Valparaíso, Rancagua, Talca, Concepción y Santiago (capital).

A pesar de la medida y de acciones represivas por parte de carabineros y militares, las


personas aún se mantienen movilizadas y con cacerolas exigen una vida digna y la
salida del Gobierno presidido por Piñera.

Por su parte, el ministro de Secretario General de la Presidencia, Gonzalo Blumel,


defendió las medidas económicas optadas por el Ejecutivo, aludiendo que representan
un primer paso sólido para dirimir la crisis social que padece el país.

"Las medidas buscan dar un apoyo y un alivio a las familias chilenas de clase media y
sectores vulnerables; este es un primer paso importante, nos permite avanzar en la
recuperación de la confianza", indicó Blumel.

El ministro reiteró que los anuncios del presidente, en temas como pensiones, tarifas
eléctricas, salud y salario, permiten terminar con miedos de la clase media, "la agenda
social permite acabar con los temores de los más vulnerables de enfermarse y de perder
el empleo", agregó.

La diputada por el Partido Comunista, Carmen Hertz, rechazó las medidas optadas y
las calificó como leves, "ninguna medida de fondo subsidios, mijagas, nada de tocar el
modelo de apropiación de los salarios, y de goce de rentistas improductivos a costa de la
inmensa mayoría", añadió.

Este es el quinto toque de queda anunciado por el Gobierno chileno desde el inicio de
las manifestaciones por el alza en el precio en el transporte público.

9. Díaz-Canel llega a Bielorrusia para


consolidar cooperación
Publicado 22 octubre 2019
El mandatario cubano tiene previsto una reunión con su homólogo
Alexandr Lukashenko, con el propósito de afianzar los lazos entre ambas
naciones.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, llegó este martes a Bielorrusia como parte
de la agenda de la visita oficial que desarrolla por algunos países europeos.

El mandatario cubano fue recibido por el ministro de Industria, Pavel Utiopin; el


viceministro de Relaciones Exteriores, Pavel Shestakov y el embajador cubano en
Minsk, Juan Valdés Figueroa.

Se prevé que Díaz-Canel sostenga una reunión con el jefe de Gobierno bielorruso,
Alexandr Lukashenko, así como con otros altos funcionarios del país para desarrollar y
afianzar la cooperación entre ambas naciones.

Luego del arribo del presidente cubano, la cancillería a través de su cuenta de Twitter
publicó que "Díaz-Canel visitó el parque Industrial Gran Piedra, jornada que le
permitió conocer la experiencia del país europeo y las posibilidades que ofrece para el
comercio, la cooperación y la inversión".

El jefe de Estado cubano estima asistir a la XVIII Cumbre del Movimiento de Países No
Alineados (Mnoal), que tendrá lugar en Bakú, Azerbaiyán, el 25 y 26 de octubre,
reseñan medios locales.

Además, las actividades económicas y culturales también formarán parte del programa
de visita de Díaz-Canel en la nación europea.

El presidente y su delegación integrada por el canciller Bruno Rodríguez; el ministro de


Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, entre otros, tienen previsto luego ir Azerbaiyán
y Rusia para culminar su visita oficial por Europa.

10.
Cuba anuncia medidas económicas para
potenciar la industria
Publicado 15 octubre 2019
Las nuevas medidas buscan estimular la importación de mercancías con
fines no comerciales, especialmente, aquellas de primera necesidad para
la población.

El Gobierno de Cuba anunció este martes la implementación de nuevas medidas


económicas dirigidas al comercio interno, con el fin de potenciar la industria nacional
y avanzar en el desarrollo del país.

En el programa Mesa Redonda fue dada la información por el vicepresidente


cubano Salvador Valdés Mesa junto a los ministros de Comercio Interior, Comercio
Exterior, Economía y Planificación, Finanzas y Precios.
De acuerdo con Valdés, las nuevas acciones económicas buscan alcanzar un
ordenamiento de la importación de mercancías con fines no comerciales a través de
empresas estatales.

En ese sentido, el Estado decidió propinar una serie de bonificaciones y exenciones


arancelarias sobre la importación de materias primas e insumos, dando prioridad a
aquellas vinculadas con la producción nacional, así como para los productos de mayor
necesidad y demanda por parte de la población.

La medida será aplicada a las cadenas de tiendas y las instituciones dedicadas a la


comercialización, lo cual implica una reducción de costos que tendrá un impacto
importante sobre los precios, siendo ser más asequibles para la población.

Por su parte, el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera designará


varias empresas estatales para prestar servicios de importación a personas naturales en
moneda libremente convertible.

Una de las empresas para estas transacciones es la entidad estatal servicios automotores
S.A. Zaza, que tendrá a su cargo la comercialización de partes, piezas, accesorios y
otros automotores multimarcas.

Asimismo, los funcionarios indicaron que no habrá cambios en las regulaciones


aduaneras, mientras se impulsarán al máximo las variantes del comercio electrónico,
como tiendas virtuales, ventas en línea y la utilización de las pasarelas de pagos
nacionales e internacionales.

Estas medidas cuentan con la aprobación de una comisión intergubernamental


conformada por 14 organismos de la Administración Central del Estado, y están
respaldadas por especialistas en comercio interior y exterior, autoridades y expertos en
materia económica.

Las nuevas disposiciones forman parte de las estrategias económicas anunciadas en


julio pasado por el presidente Miguel Diaz-Canel, que buscan enfrentar las
consecuencias ocasionadas por el recrudecimiento del bloqueo económico y financiero
ilegal que impuso Estados Unidos (EE.UU.) desde hace más de 50 años.

11. Conaie suspende diálogo con


Gobierno de Ecuador por persecución
Publicado 23 octubre 2019
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie)
desmintió la supuesta creación de un "ejército armado" y "subversivo".

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) anunció este


miércoles que fue suspendido el diálogo con el Gobierno de Ecuador, por la presunta
persecución contra los representantes de la organización social.
n rueda de prensa, el presidente de la Conaie, Jaime Vargas, desmintió la supuesta
intención de crear un "ejército armado" o "subversivo", y aclaró que sus declaraciones
previas apuntan hacia la organización de la guardia indígena, como lo establece la
Constitución y las leyes internacionales.

Al respecto, el representante indígena señaló que no ha hablado en ningún momento de


la conformación de un "ejército armado" y que no ha cometido ningún delito. No
obstante, la Fiscalía General de Ecuador informó este martes que inició una
investigación previa contra Vargas, por su llamado a crear un "ejército propio".

La investigación se basa en el artículo 349 del Código Orgánico Integral Penal, el cual
establece que cualquier persona "que promueva, dirija o participe en organizaciones
armadas, comandos, grupos o células terroristas, destinadas a subvertir el órden
público... será sancionada con pena privativa de libertad de cinco a siete años".

En su intervención aseguró estar dispuesto a colaborar con la Justicia ecuatoriana en la


investigación en su contra, conforme con el derecho.

Sobre el diálogo, Vargas explicó que la Conaie convocó a una asamblea que recopile las
propuestas de las diferentes organizaciones sociales para ser presentadas cuando se
reanude el diálogo con el Gobierno de Lenín Moreno.

Por su parte, el también dirigente de la Conaie Apawki Castro denunció ataques


cibernéticos contra las plataformas comunicacionales del movimiento y responsabilizó
al Estado ecuatoriano de estas acciones.

Los movimientos sociales de Ecuador mantuvieron 12 días de protestas en todo el país,


que terminaron tras un acuerdo de diálogo con el Gobierno y la suspensión del decreto
que suprimió los subsidios a los combustibles.

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