Investigación acción participativa

John Sebastián Santamaría Erazo

Majo,

Cómo estás, espero que bien. Desde donde te escribo cae la noche, no se ven mucho las estrellas y
el frio se extiende en la holgura de la noche. En Bogotá por lo general hace frío pero no es nada que
no pueda quitar algo de tomar caliente. Te escribo con el fin de saludarte y saber cómo estás y
también compartirte un poco de mis experiencias en Bogotá en general y en la Universidad
particularmente. Te cuento que ando viendo una materia que me había intrigado toda la carrera, se
llama Investigación Acción Participativa. Ese fue un concepto que acuño el que podríamos decir fue
el padre de la sociología, Orlando Fals Borda; un señor canoso, costeño, que estudio fuera del país
y, al parecer, tenía una gran sensibilidad y disciplina con las cuestiones sociales y artísticas. Logro
encontrar financiación y se montó en la Nacional el departamento de sociología por allá en el año
1959. Te confieso que hasta el día de hoy tengo dudas sobre a qué se refiere exactamente ese
concepto que acuño, no termino de descifrar qué lo diferencia de otras corrientes o métodos.

La otra vez en una clase, en un día de esos en que uno puede ver a través de la ventada del salón
cómo el sol pega sobre la corteza de los árboles y aviva el verde de las hojas, estaba yo –
naturalmente- divagando y dejándome llevar por ese paisaje hermoso oscilante entre un cielo azul
que me llenaba de alegría y las hojas de los árboles. Ver cómo esas hojas hacían todo un ritual con
la música del aire me hizo pensar en la armonicidad que tenían las mismas ¿acaso podrían hablar
entre sí e interactuar? Como fuese, ello me hizo pensar en que tanto las plantas, animales como
seres humanos podríamos, tal vez, tener algo en común: la organización. Pues verás, pensaba que
desde la dimensión más molecular y/o de los microorganismos, uno puede ver –a través del
microscopio– como esos cuerpos raros que parecen mamarrachos salidos de la libreta de uno están
interactuando entre sí; en veces pelean entre ellos, otras se entienden y buscan alcanzar el mismo
fin y otras, simplemente, se afectan y se trasforman juntos en algo nuevo. Ahora, lo que te digo que
es seguro es que todo eso pasa porque están buscando sobrevivir, reproducirse y no perecer del
mundo. También puedes ver cómo las aves que se encuentran en las selvas suramericanas migran
al norte en el verano para reproducirse o como las ballenas jorobadas y las tortuguitas (de esas que
te gustan!) llegan al pacífico para dar a luz a sus crías y tener un tiempo entre ellas, en calma y
familia –como cuando nos vamos de paseo a estar tranquis. Todo esto lo hacen en grupo, manada,
familiar, comunidad o como lo quieras llamar.

Es como si la vida, más allá de las leyes físicas, tuviera como principio la organización en grupos para
poder vivir. Y es que cómo lograrían las ballenas cruzar el océano solas y llegar a salvo a nuestras
costas, y con quién se reproducirían. Casi que los microorganismos y animales nos dan pistas sobre
cuáles son los secretos para vivir en el planeta tierra. Ahora, si piensas en nosotros los humanos,
desde el inicio de nuestra historia encontrarás que éramos nómadas que iban conociendo cada vez
más territorios y lugares para ver cuál era el más chévere para parchar. Esto, claramente, lo hacían
en grupo, en parche y con la familia. Casi que uno podría decir que estarías dispuesta hacer esta
travesía con un buen grupo. Esto porque necesitaban alguien para la caza, alguien que supiera
cocinar, construir cabañas, también personas de diferentes géneros para lograr reproducirse y todas
esas cosas. Todo esto hacía que nos organizáramos en torno a cosas fundamentales para nuestra
supervivencia y reproducción como la comida, la vivienda, rituales y cosas las cuales, en el fondo, le
dan forma a eso que uno puede llamar como cultura. Entenderás, claro, que como el planeta es tan
grande, han surgido un montón de culturas según el lugar geográfico en que se encuentren, pues
muchas veces ello determina las prácticas y creencias de estos grupos.

Entonces, no sé, qué te digo, pienso que tal vez hay un principio sobre la tierra para que se pueda
generar la vida y es la necesidad de buscarnos unos a otro, ya sea que seamos microrganismos
buscando hacer un bosque de musgo en la ventana de un bus, aves que quieren ir a ver qué sale en
el norte o seres humanos en busca de lo fundamental para vivir: la comidita y la vivienda. Entenderás
que desde que somos humanos ha habido miles y miles de cambios y formas de organizarnos. Desde
las tribus nativas que se encuentran en selvas vírgenes del amazonas, hasta esas famosas ciudades
europeas de edificios y monumentos grandes. En general hay una forma de organizarse que tomo
fuerza en Europa en el periodo de las revoluciones y se llama el Estado-Nación. Más o menos
consiste en que hay unas comunidades bajo un territorio delimitado, organizadas para prosperar
económicamente y socialmente las cuales, con el fin de poder entenderse, deciden cobijarse todas
bajo las mismas leyes para que todo sea igualitario y haya justicia al interior de dicha extensión.
Mejor dicho, derechos y deberes para todo el mundo. Cada país verá cómo rellena ese Estado-
Nación según los objetivos que quiera alcanzar y todo eso. Ahora, sabes que en Colombia
particularmente hay bosques, selvas, desiertos, costas, paramos, llanos y un sinfín de paisajes los
cuales hacen que las gentes que viven en esos lugares sean entre sí muy diferentes. Naturalmente
de ves en ves surgirán conflictos entre ellas.

Podríamos decir que uno de los rasgos característicos y casi que necesarios para que el ser humano
se haya constituido como tal es su referencia con otros humanos, es decir, la vida desarrollada en
un contexto de colectividad. Esto le da cuerpo a una cultura en la cual podemos observar ciertos
actos rituales y creencias. Si realizamos una arqueología sobre la historia de la humanidad,
encontraremos que la organización en sociedad es casi inseparable a lo que consideramos que es
ser humano. Esta organización en grupos o colectividades en sí misma desborda la raza humana, y
es que podemos ver como desde las aves que migran al norte buscando reproducirse hasta el grupo
de ballenas jorobadas que arriban en el pacífico buscando calma, se juntan entre sí formando una
suerte de grupo el cual les permite a miles de especies sobre el planeta enfrentar los desafíos y retos
que les traerá la existencia en el mundo. De hecho, podríamos ir más lejos y observar la vida en la
dimensión de los microorganismos y moléculas en donde, en efecto, encontramos una suerte de
organización de diferentes componentes juntándose, afectándose y trastocándose para armonizar,
antagonizar o simplemente transformarse mutuamente en algo nuevo. En todos los ejemplos
anteriores encontramos algo trasversal: la organización de todos estos seres vivientes (orgánicos)
en torno a un ejercicio práctico de supervivencia y reproducción. Ello en el nivel humano lo
entenderíamos como una organización a las actividades de la vivienda, la comida y la reproducción.
Lo anterior ha permitido al ser humano jugar y experimentar en los diferentes lugares y contextos
que encontramos en el planeta creando culturas tan variopintas como los colores perceptibles por
el ser humano.

Hoy por hoy encontraremos diversidad formas de organizarse en sociedad: desde las tribus nativas
que aún se conservan en lugares como la selva amazónica virgen o áfrica central, hasta las
sociedades modernas occidentales como las europeas. Todo, basado en la organización social.
Ahora bien, no hay que romantizar lo anterior. Al interior de los grupos, en algunos casos,
encontremos conflictos tan fuertes que fraguarán su propia extensión; naturalmente también se
presentan antagonismos entre los diferentes grupos sociales.

Uno de los discursos los cuales manejamos en Colombia para referir la forma en que nos
organizamos social, política y económicamente es la de Estado-nación. Ella cobija bajo las mismas
leyes un territorio dentro de cual convergerán diferentes poblaciones. En nuestro país
particularmente encontramos una gama poblaciones y comunidades de muy diversa procedencia y
diferentes prácticas culturales.