0 оценок0% нашли этот документ полезным (0 голосов)
156 просмотров2 страницы
Alfredo Pareja Diezcanseco fue un escritor ecuatoriano (1908-1993). Su novela más representativa fue Baldomero. A los 17 años comenzó a publicar poemas. Al igual que otros escritores de su época, escribió poemas en honor a Sarita Chacón, la primera Miss Ecuador, incluyendo el poema "Retrato al aguafuerte" en 1930.
Alfredo Pareja Diezcanseco fue un escritor ecuatoriano (1908-1993). Su novela más representativa fue Baldomero. A los 17 años comenzó a publicar poemas. Al igual que otros escritores de su época, escribió poemas en honor a Sarita Chacón, la primera Miss Ecuador, incluyendo el poema "Retrato al aguafuerte" en 1930.
Alfredo Pareja Diezcanseco fue un escritor ecuatoriano (1908-1993). Su novela más representativa fue Baldomero. A los 17 años comenzó a publicar poemas. Al igual que otros escritores de su época, escribió poemas en honor a Sarita Chacón, la primera Miss Ecuador, incluyendo el poema "Retrato al aguafuerte" en 1930.
Baldomero es su novela más representativa. A los 17 años
empezó a publicar versos. Al igual que varios escritores de la época, escribió en honor a Sarita Chacón, la primera Miss Ecuador y en 1930 publicó el reportaje novelado La Señorita Ecuador. Guerra Cáceres recoge siete poemas escritos entre 1927 a 1936.
Retrato al aguafuerte (1930) (fragmento)
(Para Sarita Chacón, la divina mujer de nuestra raza)
Cabellos de tristeza, cual los ramajes fuertes de mi selva caliente, hacen nido de amor en tu belleza. Ojos valientes, profundos, imposibles, soberanos, proclaman los ardores de una raza que siente! (…) Tu cuerpo es tropical, tu talle es ondulante, tu seno, bautismal… Y en el porte anhelante de las columnas griegas de tus piernas divinas canta tu ritmo de fuego emocionante! Carne fresca hecha pétalos de rosas Alma buena, como una aria de virtud, y los brazos tan perfectos como un ansia temblorosa… El paso lento, porte de juventud, la cabeza altiva y la mirada dura, y algún sueño que es rimado por arpegios de laúd. ¡Tierra, tierra, oh! mi tierra de locura, amarilla como un gran plato de luz bajo un cielo que agoniza y aún fulgura! (I)