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Hipótesis sobre la formación del sistema solar


De “La Tierra y sus Recursos”, Levi Marrero.

La primera hipótesis sobre el origen del sistema solar la expuso a fines del siglo XVIII el
matemático francés Laplace. Imaginó que una nebulosa de forma redonda, constituida por gases
calientes, se movía lentamente sobre sí misma. Según este globo gaseoso se achicaba, rotaba con
mayor velocidad. La rapidez de la rotación haría que anillos de gases calientes se desprendieran
del ecuador de la nebulosa. Cada uno de esos anillos, al condensarse, formarían esferas que
terminarían convirtiéndose en los planetas. De algunos planetas, cuando aún estaban en estado
gaseoso, se desprendían a su vez, otros anillos, que serían los satélites.

Esta hipótesis nebular, muy aceptada durante el pasado siglo, ha sido refutada. Entre los hechos
que la contradicen figura la lenta rotación de nuestro Sol; para que la nebulosa solar hubiera dado
lugar a los anillos, el Sol debía rotar actualmente a una velocidad 50 veces mayor. En los primeros
años de este siglo adquirieron preponderancia dos hipótesis, bastantes similares, de los
norteamericanos Moulton y Chamberlain y del astrónomo inglés J. Jeans. El sistema solar se
originó, según estas hipótesis, al pasar cerca del Sol otra estrella mayor, la cual provocó una
gigantesca marea en la superficie solar (hipótesis de las Mareas). El material así desprendido del
Sol se fragmentó y más tarde se fue condensando hasta formar los planetas, que continuaron
moviéndose en torno al Sol, y los satélites, más pequeños, siguieron moviéndose en torno a
algunos planetas. Esta hipótesis es rebatida, pues se cree que la materia desprendida del Sol se
habría dispersado en el espacio, en lugar de condensarse para formar planetas y satélites.

La más reciente de las hipótesis - y la más aceptada actualmente - es del físico alemán Von
Weizäcker (1943). Se había notado que en el universo predominan el hidrógeno y el helio, en tanto
que en la Tierra y los demás planetas sólo hay trazas de estos elementos. ¿Por qué?
Originalmente - dice esta hipótesis - debió existir una nube de polvo en rotación, semejante a la
nebulosa imaginada por Laplace. El Sol se formaría en el centro de la nube, mientras que el resto
giraría en torno al Sol, como una rueda gigantesca. La nube se rompería en numerosos remolinos,
que irían condensándose y chocando unos con otros; al chocar se irían uniendo para formar los
planetas y satélites, en tanto el hidrógeno y el helio escaparían al espacio.

La hipótesis de la nube de polvo, como es llamada, explica así la distribución, movimiento y


composición de los astros del sistema solar, pero aún quedan muchos aspectos que investigar y
los sabios no se dan aún por satisfechos”.

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