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“Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de
nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. Porque ya sabéis qué
instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis
de fornicación; que cada uno sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia,
como los gentiles que no conocen a Dios; que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el
Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. Pues no nos ha llamado Dios a
inmundicia, sino a santificación. Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también
nos dio su Espíritu Santo.”
I Tesalonicenses 4:1-8
Verso 2 Verso 2
*Seguir en obediencia las órdenes que nos *Hay que buscar nuevas y creativas
han sido encomendadas formas de pecar
Definitivamente, ¡sí hay una respuesta! Existe esperanza. Sí puedes encontrar una forma de salir de este
enredo. Es un proceso que puede resultarte difícil pero con la fortaleza del Señor, ¡es posible lograrlo!
1. No existe pecado tan feo, horrible, asqueroso, vergonzoso, repetitivo, esclavizante, profundo, escondido,
que Dios no pueda (o quiera) limpiar y perdonar. Por más que pienses (o sientas) que no mereces el perdón de
Dios, recuerda que, en efecto, no lo merecemos. Somos perdonados y limpiados únicamente porque Dios así
lo ha decidido. Lee I Juan 1:9. No importa lo que hagas, jamás lograrás que Dios deje de ser fiel y justo. Él
quiere y puede limpiarte del pecado de la pornografía.
2. Nunca pienses que eres la única persona que tiene la tentación de la pornografía. Es más, no caigas en la
trampa de sentir que eres anormal o demasiado malo porque eres tentado de esta manera. Esto es algo que le
sucede a seres normales, humanos, sexuales. Lee I Corintios 10:13. Ser tentados no es pecado; pero sí hay una
gran diferencia entre escoger la salida (y huir del pecado) o quedarse disfrutando del fracaso. Dios quiere que
huyas de la pornografía.
3. Dios quiere socorrerte en los momentos de debilidad, y espera que otros lo hagan también. No estamos
solos en esta lucha contra el pecado. Dios es nuestro aliado, y de igual forma deben serlo nuestros hermanos
en la fe. Lee Gálatas 6:1. Debemos rodearnos de personas maduras (espirituales) que no van a condenarnos
por nuestro pecado, sino que van a tendernos la mano y ayudarnos a salir adelante. Dios desea que seamos
ministrados para salir delante de un pecado como la pornografía.
1. Preséntate delante de Dios para confesar tu pecado. Sé muy específico y honesto para contarle a Dios en
qué has desobedecido. No tengas temor ni sientas vergüenza; recuerda que te estás presentando ante el trono
de la gracia (y no de condenación). Lee Hebreos 4:16.
2. Prepara una estrategia inteligente para huir del pecado. Haz una lista de los momentos o las situaciones en
las que eres vulnerable a caer en la tentación de la pornografía. Sé honesto y específico (no trates de
engañarte). Una vez que sabes cuando estás más cercano a caer, podrás hacer un compromiso para alejarte de
esas situaciones. Lee I Corintios 10:12.
3. Busca a un amigo, maduro en su fe, quien pueda ser tu confidente. Ten la confianza de contarle (aunque te
cueste mucho la primera vez) acerca de tus luchas, de tus áreas débiles, de tus momentos vulnerables. Juntos
podrán orar para no caer en tentación y recordarse del compromiso que han hecho con Dios para alejarse de la
pornografía. Así podrán compartir también sus victorias sobre el pecado. Juntos aprendan a disfrutar la vida
abundante que Jesús nos ofrece.