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GRIMM’S

FAIRY TALES
ÍNDICE
1. RAPUNZEL 05

2. EL SASTRECILLO VALIENTE 12

3. CAPERUCITA ROJA 24

4. RUMPELSTILSKIN 31
Rapunzel
Había una vez un hombre y su esposa que por largo tiempo
esperaron en vano por un hijo. Al fin la mujer supo que Dios estaba
por concederles el deseo. Esta gente tenían en su casa una ventana
en la parte de atrás desde la cual se veía un espléndido jardín,
lleno de las más bellas flores y hierbas. El jardín, sin embargo,
estaba rodeado por un gran muro, y nadie intentaba entrar en él
porque pertenecía a una “hechicera” que tenía grandes poderes
y era temida por todo el mundo. Un día la esposa estaba en la
ventana mirando hacia abajo al jardín cuando vio un lecho que
estaba plantada con bellísimos rapunzeles. Y las vio tan frescas y
verdes que suspiraba por ellas y le entró el gran antojo de comer
algunas.

Ese deseo se incrementaba día a día, y como ella sabía que no


podía coger ninguna, fue perdiendo su salud, y se veía pálida y
miserable. Entonces su esposo se alarmó y preguntó: -“¿Qué es
lo que te sucede, querida esposa?”-
-“¡Ay, si yo no pudiera obtener alguno de los rapunzeles, que están El hombre, aterrorizado, consintió en todo, y
en el jardín atrás de la casa, para comerlos, me moriría.”- cuando nació la creatura, la hechicera apareció
al momento, le dio a la creatura el nombre de
El hombre, que la amaba mucho, pensó: Rapunzel, y se la llevó con ella.

-“Antes que dejar que mi mujer se muera, le traeré algunos Rapunzel se desarrolló como la niña más bella
rapunzeles, no importa lo que cueste.”- bajo el sol. Cuando cumplió los doce años, la
hechicera la encerró en una torre, dentro del
Al medio oscurecer del final de la tarde, escaló y atravesó el muro bosque, que no tenía puertas ni escaleras,
cayendo sobre el jardín de la hechicera, rápidamente cogió un excepto una pequeña ventana arriba. Cuando
racimo de rapunzeles y se los llevó a su esposa. Inmediatamente la hechicera quería subir, ella se paraba
ella se hizo una ensalada y se la comió con mucho gusto. A ella, exactamente abajo de la ventana y gritaba:
sin embargo, le gustaron tanto, tanto, tanto, que al día siguiente -“Rapunzel, Rapunzel, tírame tu cabellera a
estaba tres veces más antojada que antes. Si él debía tener algún mí.”-
reposo, debería ir otra vez más al jardín. En la penumbra del
atardecer, sin embargo, él bajó de nuevo el muro, pero cuando Rapunzel tenía una exuberante cabellera larga,
había bajado al suelo, se asustó terriblemente pues encontró a la muy fina y de un color dorado, y cuando ella oía
hechicera parada a su lado. la voz de la hechicera, se soltaba las prensas
que la sostenían, la amarraba de una de las
-“¿Cómo te atreves”- dijo ella con una mirada furiosa, -“descender barras de la ventana, y entonces la dejaba caer
dentro de mi jardín y robarme los rapunzeles como un ladrón? veinte metros hacia abajo, y la hechicera subía
¡Sufrirás por ello!”- por medio de ella.

-“Oh”- contestó él, -“deja que la misericordia tome el lugar de la Como uno o dos años después, sucedió
justicia, yo sólo lo hacía por necesidad. Mi esposa ha visto sus que el hijo del rey, recorriendo el bosque,
rapunzeles desde la ventana, y ha sentido tan grande antojo por llegó a la torre. Entonces el oyó una canción
ellos, que moriría si no le llevo algunos para comer”- de una voz tan tierna que paró y se quedó
escuchando. Era la voz de Rapunzel, que
Entonces la hechicera dejó que se calmara su enojo, y le dijo: en su soledad pasaba el tiempo haciendo
resonar su dulce voz. El hijo del rey quería
-“Si el caso es como lo dices, te permitiré llevar contigo todos subir hasta ella, y buscó la puerta que no
los que quieras, solamente con una condición, deben darme la encontró. Él regresó al hogar, pero el canto
creatura que tu esposa traerá al mundo. Será muy bien tratada, y tocó tan profundamente su corazón, que
yo cuidaré de ella como una madre.”- todos los días iba al bosque a escucharla.
Un día, cuando él estaba parado detrás
de un árbol, vio que la hechicera llegó allí, y escuchó lo que mí de subirte, que el joven hijo del rey? – él estará conmigo más
gritaba: -“Rapunzel, Rapunzel, tírame tu cabellera a mí.”- tarde-“-

Entonces Rapunzel bajó las trenzas de su cabello, y la hechicera -“Ah já, chica malvada”- gritó la hechicera, -“¿Qué es lo que he
subió hasta ella. oído que dijiste? Yo creía que te había separado del mundo, pero
me has engañado.”-
-“Si esa es la escalera por la que uno sube, probaré por esta vez
mi fortuna.”- dijo él. En su enojo ella agarró las bellas trenzas de Rapunzel, las enrolló
en su mano izquierda, sostuvo unas tijeras con la derecha, y tras,
Y al siguiente día, cuando empezaba a oscurecer, él fue a la torre tras, tras, todas fueron cortadas, y las adorables trenzas quedaron
y gritó: -“Rapunzel, Rapunzel, tírame tu cabellera a mí.”- en el suelo. Y estuvo tan sin piedad que se llevó a Rapunzel a un
desierto donde tuvo que vivir en gran pesadumbre y miseria.
Inmediatamente la cabellera bajó y el hijo de rey subió. Al principio,
Rapunzel quedó terriblemente atemorizada cuando un hombre Ese mismo día en que mudó de sitio a Rapunzel, la hechicera al
como sus ojos nunca habían conocido, llegó donde ella. Pero el atardecer ató todas las trenzas que había cortado del cabello de
hijo del rey comenzó a hablarle como un amigo, y le contó que la muchacha, las amarró a las barras de la ventana, y cuando el
su corazón estaba tan conmocionado que no tenía descanso, y hijo del rey llegó y gritó:
que se había visto forzado a verla. Entonces Rapunzel perdió su
temor, y cuando le preguntó que si ella lo tomaría por esposo, y -“Rapunzel, Rapunzel, tírame tu cabellera a mí.”-
ella vio que era joven, apuesto y bueno, pensó:
dejó caer las trenzas. El hijo del rey ascendió, pero no encontró a
-“Él me amará más que la vieja hechicera.”- y dijo sí, y puso sus su amada Rapunzel, sino a la hechicera, que le lanzaba malvadas
manos en las de él. y venenosas miradas.

Ella le dijo: -“Estoy decidida a ir contigo, pero yo no sé como bajar. -“¡Ah já!”- gritaba mofándose, -“Hubieras alcanzado a tu apreciada,
Trae contigo un ovillo de seda cada vez que vengas, y yo tejeré una pero el bello pájaro no se sienta más en el nido para cantar, el
escalera con ellos, y cuando esté lista, yo descenderé y podrás gato la ha capturado, y te arrancará sus ojos también. Rapunzel
llevarme en tu caballo.”- está perdida para ti, nunca más la volverás a ver.”-

Ellos acordaron que mientras llegaba ese momento, él vendría El hijo del rey se confundió todo con dolor, y en su desesperación
cada atardecer, ya que la vieja mujer llegaba en las mañanas. La saltó desde lo alto de la torre. Él escapó con vida, pero las zarzas
hechicera no sabía nada de eso, hasta que un día inocentemente en que cayó le agujerearon los ojos. Entonces anduvo errante y
Rapunzel le dijo a ella: ciego por el bosque, comiendo únicamente raíces y bayas, y no
hacía más que lamentarse y llorar por la pérdida de su amada
-“Dime señora, por qué sucede que eres mucho más pesada para esposa.
Así él vagó miserablemente por varios años, y al fin llegó al
desierto donde estaba Rapunzel, quien con los gemelos que ella
había dado a luz, un niño y una niña, vivían en desdicha.

Él oyó una voz, y le pareció tan familiar que corrió hacia donde la
oía, y cuando llegó, Rapunzel lo reconoció y arrecostándolo sobre
su cabeza, lloró. Dos de sus lágrimas le humedecieron sus ojos, y
le devolvieron la vista y pudo ver tan bien como antes. Él entonces
la llevó a su reino donde fue recibido con júbilo, y en adelante
vivieron muy felices y contentos.
Fue a su armario a buscar pan, cortó un pedazo a lo largo de
la miga y lo untó con mermelada -”No va a quedar amargo por
cierto” – dijo -”pero antes dellevarlo a la boca voy a termina mi
pespunte.”-. Puso el pan a su lado, continuó cosiendo y por el
placer que experimentaba hacía las puntadas cada vez más
largas. Sin embargo, al aroma de la mermelada subía hasta el

el
techo donde había una gran cantidad de moscas; pronto fueron
atraídas y se abalanzaron en regimiento sobre el pan -”¡Eh!...
¿quién las ha invitado? “- protestó el sastrecillo mientras espantaba
a las inoportunas convidadas. Pero las moscas, que no entendían

Sastrecillo alemán, no se dejaron despojar de su presa y volvieron, esta


vez en compañía de nuevas divisiones. Entonces, sumamente
enojado, el sastrecillo tomó un trozo de tela de su montón de
retazos y exclamó:-”¡Ahora van a ver!”- y descargó sobre ellas un

Valiente golpe despiadado. Cuando levantó su improvisada palmeta e hizo


el recuento vio por lo menos siete moscas muertas con las patitas
para arriba. -”¿Quién iría a decir que era tan valiente?“- se dijo,
pues forzosamente debía admirarse de su valor ante tal masacre.

Una mañana de verano un sastrecillo, sentado a su mesacerca -” Es necesario que todo el pueblo lo sepa.”- Entonces con gran
de la ventana, estaba de buen humor y cosía tanto co-mo rapidez el sastrecillo se cortó un cinturón, lo cosió y en grandes
podía. Entonces apareció una campesina por la callegritando: letras bordó: “Siete de un golpe”.
- “¡Mermelada; vendo buena mermelada!”- El pregon sonó muy
agradablemente a oídos del sastrecillo; quien sacando la cabeza “No solamente el pueblo” - se dijo - “¡el mundo entero de-be
por la ventana gritó: -”Suba buena señora; aquí hay quien le va a saberlo!”. Y de puro contento, el corazón se le agitaba en el pecho
comprar sumercadería.”- La mujer subió los tres pisos de la casa como la cola a un corderito. El sastrecillo se anudó el cinturón
del sastrecillocon su pesado canasto al hombro y, una vez arriba, y quiso salir al vasto mundo pues pensaba que su taller era
tuvo que desempacar todas los tarros frente al comprador. Este demasiado pequeño para su coraje. Antes de partir buscó si no
los examinó uno por uno, los levantó, los olió y dijo: -”El dulce me había en la casa algo para llevar pero no encontró más que un
parece bueno: péseme cuatro onzas, buenamujer; incluso puede queso viejo, que puso en su bolsillo.
ser un cuarto de libra”- .La mujer, que esperaba hacer una buena
venta, le dio lo que le pedía y se fue muy ofendida y rezongando. A la salida del pueblo vio a un pajarito que había quedado
-”Ahora, que Dios bendiga mi dulce”- exclamó el sastrecillo -”y que aprisionado en un arbusto y lo puso en su bolsillo junto al queso.
me dé fuerza y vigor”- .
Comenzó a recorrer su camino a grandes pasos y como era sastrecillo. - ”No está mal”- dijo el gigante - “;pero ahora vamos a
liviano y ágil, no sentía fatiga. El sendero lo llevó a lo alto de ver si eres capaz de algo realmente importante.”-
una montaña; al alcanzar la cumbre se encontró con un gigante
enorme que, plácidamente sentado, paseaba su mirada por los Y condujo al sastrecillo hasta un roble muy grande que yacía en
alrededores. Con toda osadía el sastrecillo se encaminó hacia él el suelo. -”Si eres tan fuerte como dices, ayúdame a sacar este
e interpelándolo, le dijo: -”Buen día, amigo; ¿así que mirando el árbol del camino.”
mundo? Hacia él voy para probar suerte. ¿Tienes ganas de venir
conmigo?”-. El gigante desdeñosamente midió al sastrecillo y le - ”Con mucho gusto”- dijo el sastrecillo -”; toma tú sobre tu espalda
dijo: -”¡Sinvergüenza!, ¡Infeliz!. el tronco y yo levantaré las ramas con el follaje que es lo más
pesado.”- El gigante cargó el tronco sobre su espalda mientras
-“¡Mucho cuidado!” -replicó el sastrecillo mientras desprendía que el sastrecillo se sentaba sobre una gruesa ruina; como el co-
su ropa y mostraba al gigante su cinturón - “Mira, aquí puedes loso no podía darse vuelta debió cargar con todo: el árbol y el
leer quién soy yo.”- El gigante leyó: “Siete de un golpe”, pensó sastrecillo. Este, muy vivaracho y de buen humor, silbaba desde
que eran hombres a quienes el sastrecillo había abatido y sintió atrás la canción “Tres sastres iban a caballo”, como si levantar un
un poco de respeto por el pequeño bribón. Sin embargo, quiso árbol fuera un juego de niños. Después de arrastrar su pesado
ponerlo a prueba; tomó una piedra en su mano y la oprimió con fardo un rato, el gigante no pudo continuar más y exclamó:-
tanta fuerza que la convirtió en gotas de agua. -”Haz lo mismo” - ”¡Escucha, tengo que soltarlo!”- Rápidamente el sastrecillo saltó
dijo el gigante -”si tienes tanta fuerza.” al suelo, tomó el árbol como si lo hubiera llevado todo el camino y
dijo al gigante:-”¡Un grandote como tú!; ¡y ni siquiera puedes llevar
-”Si no es más que eso” - replicó el sastreciIlo - “es una ba-gatela, y este árbol!”-
llevando la mano al bolsillo tomó el queso esponjoso oprimiéndolo
de manera de extraerle su jugo. Siguieron caminando juntos y cuando pasaron cerca de un cerezo
el gigante tomó la copa del árbol, donde estaban los frutos más
-”¿Está mejor así?”- dijo el sastrecillo. El gigante no supo qué decir maduros, la bajó poniéndola al alcance de la mano del sastrecillo
pues no hubiera esperado nunca que ese enanito fuera capaz de y lo invitó a comer. Pero el pequeño tenía muy poca fuerza como
hacer eso. Entonces recogió un guijarro y lo arrojó tan alto que para poder sostener la copa del árbol y cuando el gigante la soltó
apenas se le podía seguir con Ia vista. ella se enderezó violentamente y proyectó por el aire al sastrecillo.
Cuando volvió a tierra, sin lastimarse, el gigante dijo: -”¿Qué es
-”Y bien, patito, imítame si puedes.”- eso? ¿No tienes fuerza para sostener esta débil ramita?”-

-”Buen lanzamiento”- respondió el sastrecillo -”pero tu guijarro - “No es fuerza lo que me falta”- respondió el sastrecillo -”;¿piensas
volvió a caer. Yo voy a tirar uno que no volverá más.”- Llevó la que eso puede asustar a alguien que mató a siete de un golpe?.
mano al bolsillo, tomó el pájaro y Io arrojó al aire. Contento de Salté sobre el árbol porque los cazadores que se encuentran a
haber recuperado su libertad el pájaro se elevó, voló y no volvió la entrada del bosque están a punto de disparar sus armas hacia
más -”¿Y qué te pareció mi lanzamiento, amigo?”- preguntó el aquí. ¡Salta y reúnete conmigo si es que puedes!”- El gigante trató
pero no pudo pasar por encima del árbol y quedó colgando en las paliza huyeron con gran apuro. El sastrecillo continuó su camino
ramas, de modo que el sastrecillo siguió llevándole ventaja. llevando por única dirección la de su nariz. Después de haber viajado
mucho llegó hasta los alrededores del palacio de un rey. Como se
-”Ya que eres tan valiente” - dijo el gigante - “ven conmigo a nuestra sentía muy cansado, se acostó sobre la hierba y se durmió. Mientras
caverna y pasa la noche con nosotros.”- El sastrecillo se mostró dormía llegaron algunas personas que lo examinaron desde todos
dispuesto a seguirlo. Cuando llegaron al antro se encontraron con los ángulos y leyeron en su cinturón: “Siete de un golpe”.
otros gigantes sentados alrededor del fuego; cada uno tenía en sus
manos un carnero asado que devoraba con avidez. El sastrecillo -”¡Ah!”- se dijeron -”, ¿qué es lo que viene a hacer este azote de
inspeccionó el lugar y pensó que era mucho más grande que su guerra en tiempos de paz? Debe de ser un señor poderoso.”-
taller. El gigante le asignó un lecho y le dijo que durmiera a sus
anchas. El lecho era demasiado grande para el sastrecillo y no se De inmediato fueron a comunicar la novedad al rey y sostuvieron la
acostó en él sino que sedeslizó hasta un rincón y allí pasó la noche. opinión de que si estallaba la guerra sería un personaje importante
y útil y que bajo ningún punto de vista había que dejarlo ir. El
A medianoche y creyendo que el sastrecillo dormía profundamente, consejo satisfizo al rey v, que envió a uno de sus cortesanos con
el gigante se levantó, tomó una pesada barra de hierro y atravesó el la misión de ofrecerle al sastrecillo entrar en su ejército, en cuanto
lecho de un solo golpe; creyó que había acabado con el saltamontes. despertara. El embajador permaneció junto a él, esperando que
comenzara a moverse y sólo entonces le hizo la propuesta.
Al amanecer los gigantes partieron hacia el bosque y ya se habían
olvidado por completo del sastrecillo cuando lo vieron pasearse -”Justamente para eso es que he venido” - respondió -”; estoy listo
muy vivaracho y osado. Se asustaron mucho y temiendo una gran para ponerme al servicio del rey.”-

Fue recibido con honores e inmediatamente se le asignó una


vivienda particular. Pero a los militares no les gustó mucho la
presencia del sastrecillo y desearon que estuviera a mil leguas
del reino. -”¿Qué saldrá de todo esto?”- se decían -”, si llegamos
a pelearnos con él y de cada golpe derriba a siete no podríamos
hacerle frente.”- Entonces tomaron una resolución; todos juntos
fuerona ver al rey y le dijeron que renunciaban.

-”No estamos en condiciones de tener a nuestro lado a un hombre


capaz de derribar a siete de un golpe.”- La perspectiva de perder a
todos sus fieles servidores por amor a uno solo de ellos entristeció
al rey. Deseó que el sastrecillo nunca hubiera aparecido ante sus
ojos y de buen grado deseaba desembarazarse de él. Pero no se
atrevía a despedirlo por temor a que lo matara junto con todos sus
soldados y luego ocupara el trono. Examiné largamente la cuestión “Yo no te tiro nada” - replicó el primero, y volvió a roncar. Por
bajo todos sus aspectos y finalmente encontró una solución. Envió un momento estuvieron vigilantes pero como estaban cansados
a alguien para que lo viera y le dijera que, dadas sus condiciones pronto sus ojos comenzaron a cerrarse nuevamente. Entonces el
de guerrero, iba a hacerle una proposición. En un bosque, cerca sastreciIlo recomenzó con su juego, eligió la piedra más grande
del reino, vivían dos gigantes que causaban grandes perjuicios y la arrojó con toda su fuerza contra el primer gigante.- “¡Esto es
robando, matando, destrozando, incendiando. Nadie se les podía demasiado! “- vociferó el apedreado y levantándose como loco
aproximar sin peligro de muerte. Si él abatía los dos gigantes y los empujó a su compañero contra el tronco con tal violencia que el
mataba, el rey le daría su única hija en matrimonio y la mitad del árbol se estremeció. El otro replicó del mismo modo y así entraron
reino como dote; más de cien carabineros lo acompañarían y le en un furor tal que arrancaron árboles y con ellos se aporrearon
prestarían toda la ayuda que fuera necesaria. hasta que terminaron por morder el polvo en compañía. Entonces
el sastrecillo saltó al suelo exclamando: -”Fue una suerte que no
-” He aquí una buena ocasión para un hombre como yo” - pensó el hayan arrancado el árbol en el que estaba subido; de lo contrario
sastrecillo -”; ¡una linda princesa y medio reino no son cosas que
se ofrezcan todos los días!”- Y respondió: -”Sí, sí, yo me encargo
de domar los gigantes y no necesito cien soldados para eso.
Quien mató a siete de un golpe no tiene nada que temer de dos.”-

El sastrecillo se puso en camino seguido de cien caballeros. Cuando


llegó a la frontera del bosque dijo a sus compañeros:-”¡Quédense
aquí! Me las arreglaré solo con los gigantes.”- Luego se internó en
el bosque mirando a derecha y a izquierda. Después de un rato
descubrió a los dos gigantes acostados bajo un árbol, roncando
tan fuerte que las ramas subían y bajaban. Sin perder tiempo el
sastrecillo llenó de piedras sus bolsillos y subió al árbol. Cuando
estuvo bien arriba se dejó deslizar a lo largo de una rama para
quedar exactamente sobre los dormilones. Desde allí fue dejando
caer una tras otra las piedras sobre el pecho de uno de ellos.
Durante mucho rato el gigante no sintió nada pero finalmente
terminó por despertarse y, sacudiendo a su compañero, le dijo:-
”¿Por qué me golpeas?”-

-”Sueñas”- respondió el otro -”; yo no te golpeo.”- Volvieron a acostarse


para dormir y entonces el sastrecillo arrojó una piedra al segundo.
-”¿Qué quiere decir esto?” - gritó el otro - “¿Por qué me tiras piedras?”-
hubiera tenido que saltar como una ardilla a otro: pero para algo de hacha, desprendió el cuerno del árbol. Cuando todo estuvo
soy astuto.”- Extrajo la espada, dio algunos buenos golpes en listo condujo la bestia ante el rey. Tampoco esta vez quiso el
el pecho de cada uno, salió del bosque para reunirse con sus rey acordarle la recompensa prometida e impuso una tercera
carabineros y les dijo: -”¡Tarea cumplida! Aunque no fue fácil, condición. Antes de la boda el sastrecillo tendría que atrapar un
les di el golpe degracia a ambos. Al verse en peligro llegaron a jabalí que había estado haciendo grandes daños en el bosque; los
arrancar árboles; no sirve de nada cuando viene alguien como yo, cazadores le prestarían toda la ayuda necesaria.
capaz de abatir a siete de un golpe.”-
-”Con mucho gusto” - dijo el sastrecillo -”es una bagatela”-.
-”¿No estás herido?”- preguntaron los caballeros. -”No teman” -
respondió el sastrecillo - “no me han hecho el menor daño.”- Los No llevó los cazadores al bosque, para alegría de ellos, pues a
caballeros, que dudaban de lo que el sastrecillo decía, entraron menudo el jabalí les había brindado tal recibimiento que no tenían
al bosque y se encontraron con los dos gigantes derribados, ningún deseo de salir a cazarlo. Cuando el marrano distinguió
bañados en sangre, en medio de los árboles arrancados. al sastrecillo, se abalanzó sobre él con las fauces espumantes,
aguzando los dientes. Pero rápidamente el héroe saltó hacia una
El sastrecillo reclamó al rey la recompensa prometida. Pero éste, capilla vecina y volvió a salir de un salto por la ventana superior.
que lamentaba haber ofrecido tanto, reflexionó e inventó un nuevo
medio para deshacerse del héroe, -”Antes de obtener a mi hija El jabalí lo había seguido pero el sastrecillo salió y volviendo sobre
y la mitad del reino” - le dijo -”,es necesario que lleves a cabo sus pasos cerró la puerta tras él. Entonces la enfurecida bestia,
una nueva hazaña.”- Por el bosque anda un unicornio que comete que era demasiado pesada y torpe como para saltar por la ventana,
grandes destrozos; deberás atraparlo. se encontró prisionera. El sastreciilo llamó a los cazadores, pues
era necesario que vieran con sus propios ojos al animal apresado.
-”Un unicornio me asusta menos que dos gigantes. ¡Siete de un
golpe!, ese es mi lema.”- Recogió una cuerda y un hacha, fue Por su parte, el héroe fue a ver al rey, quien de mala gana se vio
al bosque y una vez más ordenó a sus subordinados que lo obligado a cumplir su promesa y a darle la hija y la mitad del reino.
esperaran afuera. No tuvo que buscar mucho tiempo puesto que Si hubiera sabido que no tenía ante él a un gran guerrero sino a
pronto acudió el unicornio y embistió al sastrecillo como si fuera un simple sastrecillo, seguramente el asunto le habría resultado
a ensartarlo sin más trámite. -”Despacito, despacito” - exclamó mucho más doloroso. Las bodas fueron celebradas con gran
él -”, que no es tan sencillo.”- Se detuvo y esperó que la bestia pompa y poca alegría y fue así que un sastrecillo se convirtió en
estuviera muy cerca de él; entonces, con mucha agilidad, saltó rey. Algún tiempo después la joven reina oyó a su esposo hablar
detrás de un árbol. El unicornio se precipitó con toda su fuerza en sueños -”¡Hazme este pespunte, muchacho, y remienda este
contra el tronco, donde clavó tan profundamente su cuerno que pantalón o te romperé la cabeza con el metro!”- Se dio cuenta
ya no pudo extraerlo, quedando prisionero. entonces en qué callejuela había nacido el joven señor y al día
siguiente, muy temprano, fue a confiar su tristeza al padre y a
-”Ya lo atrapé” -dijo el sastrecilio. Salió de detrás del árbol, pasó pedirle que la librara de un marido que no era más que un sastre.
una cuerda alrededor del cuello del unicornio y luego, a golpes
El rey la consoló diciéndole: -”La próxima noche dejarás abierta
la puerta de tu habitación; mis servidores esperarán afuera hasta
que él se haya dormido, entrarán, lo atarán y lo meterán en un
barco que lo llevará muy lejos.”- La dama se quedó contenta pero
el escudero del rey, que había oído toda la conversación y que
estimaba mucho al joven rey, fue y le denunció todo el complot.

-”Pondré algunos obstáculos a esa empresa” - dijo el sastrecillo.

Por la noche, a la hora acostumbrada, fue al lecho en compañía


de su mujer. Cuando ella lo creyó dormido, se levantó, abrió la
puerta y volvió al lecho. El sastrecillo, que fingía dormir, se puso
a gritar, con voz muy nítida:-”¡Hazme este pespunte, muchacho,
y remiéndame este pantalón o te rompo la cabeza con el metro!
¡Maté a siete de un solo golpe, derribé a dos gigantes, reduje a
un unicornio, apresé un jabalí!; ¿voy a tener miedo, ahora, de los
que están ahí afuera, delante de mi habitación?”- Cuando éstos
oyeron hablar así al sastrecillo fueron presa de un gran pánico y
huyeron precipitadamente, como si los siguieran de cerca perros
de caza. Ninguno de ellos quiso arriesgarse a atacarlo de nuevo.
Y fue así que el sastrecillo,convertido en rey, siguió reinando por
el resto de su vida.
días”, ah, y no andes curioseando por todo el aposento.”-

-”No te preocupes, haré bien todo,” - dijo Caperucita Roja y tomó


las cosas y se despidió cariñosamente.

La abuelita vivía en el bosque, como a un kilómetro de su casa.


Y no más había entrado Caperucita Roja en el bosque, siempre
dentro del sendero, cuando se encontró con un lobo. Caperucita
Roja no sabía que esa criatura pudiera hacer algún daño, y no

Caperucita
tuvo ningún temor hacia él.

-”Buenos días, Caperucita Roja” -dijo el lobo.

Roja
-”Buenos días, amable lobo.”-

-¿Adonde vas tan temprano, Caperucita Roja?”-

-”A casa de mi abuelita.”-

-”¿Y qué llevas en esa canasta?”-

Había una vez una adorable niña que era querida por todo aquél -”Pastel y vino. Ayer fue día de hornear, así que mi pobre abuelita
que la conociera, pero sobre todo por su abuelita, y no quedaba enferma va a tener algo bueno para fortalecerse.”-
nada que no le hubiera dado a la niña. Una vez le regaló una
pequeña caperuza o gorrito de un color rojo, que le quedaba tan -”¿Y dónde vive tu abuelita, Caperucita Roja?”-
bien que ella nunca quería usar otra cosa, así que la empezaron
a llamar Caperucita Roja. -Como a medio kilómetro más adentro en el bosque. Su casa está
bajo tres grandes robles, al lado de unos avellanos. Seguramente
Un día su madre le dijo: -”Ven, Caperucita Roja, aquí tengo un ya los habrás visto” - contestó inocentemente Caperucita Roja. El
pastel y una botella de vino, llévaselas en esta canasta a tu lobo se dijo en silencio a sí mismo: “¡Qué criatura tan tierna! qué
abuelita que esta enfermita y débil y esto le ayudará. Vete ahora buen bocadito y será más sabroso que esa viejita. Así que debo
temprano, antes de que caliente el día y en el camino, camina actuar con delicadeza para obtener a ambas fácilmente.”
tranquila y con cuidado, no te apartes de la ruta, no vayas a
caerte y se quiebre la botella y no quede nada para tu abuelita. Entonces acompañó a Caperucita Roja un pequeño tramo del
Y cuando entres a su dormitorio no olvides decirle, “Buenos camino y luego le dijo: -”Mira Caperucita Roja, que lindas flores se
ven por allá, ¿por qué no vas y recoges algunas? Y yo creo también -”¿Quién es?” - preguntó la abuelita. -”Caperucita Roja” - contestó
que no te has dado cuenta de lo dulce que cantan los pajaritos. Es el lobo - “Traigo pastel y vino. Ábreme, por favor.”-
que vas tan apurada en el camino como si fueras para la escuela,
mientras que todo el bosque está lleno de maravillas.”- -”Mueve la cerradura y abre tú” - gritó la abuelita -”, estoy muy
débil y no me puedo levantar.”- El lobo movió la cerradura, abrió la
Caperucita Roja levantó sus ojos y cuando vio los rayos del sol puerta y sin decir una palabra más, se fue directo a la cama de la
danzando aquí y allá entre los árboles y vio las bellas flores y abuelita y de un bocado se la tragó. Y enseguida se puso ropa de
el canto de los pájaros, pensó: “Supongo que podría llevarle ella, se colocó un gorro, se metió en la cama y cerró las cortinas.
unas de estas flores frescas a mi abuelita y que le encantarán. Mientras tanto, Caperucita Roja se había quedado recolectando
Además, aún es muy temprano y no habrá problema si me atraso flores y cuando vio que tenía tantas que ya no podía llevar más,
un poquito, siempre llegaré a buena hora.” Y así, ella se salió del se acordó de su abuelita y se puso en camino hacia ella. Cuando
camino y se fue a cortar flores. Y cuando cortaba una, veía otra llegó, se sorprendió al encontrar la puerta abierta y al entrar a la
más bonita, y otra y otra, y sin darse cuenta se fue adentrando casa, sintió un extraño presentimiento y se dijo para sí misma:
en el bosque. Mientras tanto el lobo aprovechó el tiempo y corrió “¡Oh Dios! que incómoda me siento hoy, y otras veces que me
directo a la casa de la abuelita y tocó a la puerta. ha gustado tanto estar con abuelita.” Entonces gritó: -”¡Buenos
días!” - pero no hubo respuesta, así que fue al dormitorio y abrió
las cortinas. Allí parecía estar la abuelita con su gorro cubriéndole
toda la cara y con una apariencia muy extraña.

-”¡Oh, abuelita!” - dijo -”, qué orejas tan grandes que tienes.”-

-”Es para oírte mejor, mi niña” - fue la respuesta.

-”Pero abuelita, qué ojos tan grandes que tienes.”-

-”Son para verte mejor, querida.”-

-”Pero abuelita, qué brazos tan grandes que tienes.”-

-”Para abrazarte mejor.”-

-”Y qué boca tan grande que tienes.”-

-”Para comerte mejor.”- Y no había terminado de decir lo anterior, cuando


de un salto salió de la cama y se tragó también a Caperucita Roja.
Entonces el lobo decidió hacer una siesta y se volvió a tirar en la -”Bueno, “- dijo la abuelita - “cerraremos bien la puerta, de modo
cama y una vez dormido empezó a roncar fuertemente. Un cazador que no pueda ingresar.”- Luego, al cabo de un rato, llegó el lobo y
que por casualidad pasaba en ese momento por allí, escuchó los tocó a la puerta y gritó: -”¡Abre abuelita que soy Caperucita Roja
fuertes ronquidos y pensó, “¡Cómo ronca esa viejita! Voy a ver si y te traigo unos pasteles!”- Pero ellas callaron y no abrieron la
necesita alguna ayuda.” Entonces ingresó al dormitorio y cuando puerta, así que aquel hocicón se puso a dar vueltas alrededor de
se acercó a la cama vio al lobo tirado allí. la casa y de último saltó sobre el techo y se sentó a esperar que
Caperucita Roja regresara a su casa al atardecer para entonces
-”¡Así que te encuentro aquí, viejo pecador!” - dijo él - “¡Hacía saltar sobre ella y devorarla en la oscuridad. Pero la abuelita
tiempo que te buscaba!”-. Y ya se disponía a disparar su arma conocía muy bien sus malas intenciones. Al frente de la casa
contra él, cuando pensó que el lobo podría haber devorado a la había una gran olla, así que le dijo a la niña: -”Mira Caperucita
viejita y que aún podría ser salvada, por lo que decidió no disparar. Roja, ayer hice algunas ricas salsas, por lo que traje con agua la
En su lugar tomó unas tijeras y empezó a cortar el vientre del cubeta en las que las cociné y la olla que está afuera.”-
lobo durmiente. En cuanto había hecho dos cortes, vio brillar una
gorrita roja, entonces hizo dos cortes más y la pequeña Caperucita Y llenaron la gran olla a su máximo, agregando deliciosos
Roja salió rapidísimo, gritando: -”¡Qué asustada que estuve, qué condimentos. Y empezaron aquellos deliciosos aromas a llegar a la
oscuro que está ahí dentro del lobo!” - y enseguida salió también nariz del lobo y empezó a aspirar y a caminar hacia aquel exquisito
la abuelita, vivita, pero que casi no podía respirar. Rápidamente, olor. Y caminó hasta llegar a la orilla del techo y estiró tanto su
Caperucita Roja trajo muchas piedras con las que llenaron el cabeza que resbaló y cayó de bruces exactamente en el centro
vientre del lobo. Y cuando el lobo despertó, quiso correr e irse de la olla hirviente, ahogándose y cocinándose inmediatamente. Y
lejos, pero las piedras estaban tan pesadas que no soportó el Caperucita Roja retornó segura a su casa y en adelante siempre
esfuerzo y cayó muerto. se cuidó de no caer en las trampas de los que buscan hacer daño.

Las tres personas se sintieron felices. El cazador le quitó la piel al


lobo y se la llevó a su casa. La abuelita comió el pastel y bebió el
vino que le trajo Caperucita Roja y se reanimó. Pero Caperucita
Roja solamente pensó: “Mientras viva, nunca me retiraré del
sendero para internarme en el bosque, cosa que mi madre me
había ya prohibido hacer.” También se dice que otra vez que
Caperucita Roja llevaba pasteles a la abuelita, otro lobo le habló
y trató de hacer que se saliera del sendero. Sin embargo,
Caperucita Roja ya estaba a la defensiva y siguió directo en su
camino. Al llegar, le contó a su abuelita que se había encontrado
con otro lobo y que la había saludado con “buenos días”, pero con
una mirada tan sospechosa, que si no hubiera sido porque ella
estaba en la vía pública, de seguro que se la hubiera tragado.
Rumpelstilskin

Había una vez un pobre molinero que tenía una bellísima hija. Y
sucedió que en cierta ocasión se encontró con el rey, y como le
gustaba darse importancia sin medir las consecuencias de sus
mentiras, le dijo: -”Mi hija es tan hábil y sabe hilar tan bien, que
convierte la hierba seca en oro.”-

-”Eso es admirable, es un arte que me agrada” - dijo el rey -. Si


realmente tu hija puede hacer lo que dices, llévala mañana a
palacio y la pondremos a prueba.”-. Y en cuanto llegó la muchacha
ante la presencia del rey, éste la condujo a una habitación que
estaba llena de hierba seca, le entregó una rueca y un carrete y
le dijo: -”Ahora ponte a trabajar y si mañana temprano toda esta
hierba seca no ha sido convertida en oro, morirás.”- y dichas estas
palabras, cerró él mismo la puerta y la dejó sola.

Allí quedó sentada la pobre hija del molinero y aunque se le iba


en ello la vida, no se le ocurría cómo hilar la hierba seca para
convertirla en oro. Cuanto más tiempo pasaba, más miedo tenía y
por fin no pudo más y se echó a llorar. De repente, se abrió la
puerta y entró un hombrecito. -”¡Buenas tardes, señorita molinera!” - “Hilarás todo esto durante la noche - le dijo - y si logras hacerlo,
- le dijo - “¿Por qué está llorando?”- serás mi esposa.”-

-”¡Ay de mí!” - respondió la muchacha -”Tengo que hilar toda esta Tan pronto quedó sola, apareció el hombrecito por tercera vez y le
hierba seca de modo que se convierta en oro y no sé cómo hacerlo.”- dijo: - “¿Qué me darás si nuevamente esta noche te convierto la
hierba seca en oro?”-
-”¿Qué me darás” - dijo el hombrecito - “si lo hago por ti?”-
- “No me queda nada para darte” - contestó la muchacha.
-”Mi collar” - dijo la muchacha. - “Prométeme entonces - dijo el hombrecito - que si llegas a ser
reina, me entregarás tu primer hijo.”-
El hombrecito tomó el collar, se sentó frente a la rueca y... ¡zas, zas,
zas!, dio varias vueltas a la rueda y se llenó el carrete. Enseguida La muchacha dudó un momento. « ¿Quién sabe si llegaré a tener
tomó otro y... ¡zas, zas, zas! con varias vueltas estuvo el segundo un hijo algún día, y esta noche debo hilar este heno seco? » se
lleno. Y así continuó sin parar hasta la mañana, en que toda la dijo. Y no sabiendo cómo salir del paso, prometió al hombrecito lo
hierba seca quedó hilada y todos los carreteles llenos de oro. que quería y éste convirtió una vez más la hierba seca en oro.
Cuando el rey llegó por la mañana y lo encontró todo tal como
Al amanecer se presentó el rey. Y cuando vio todo aquel oro lo había deseado, se casó enseguida con la muchacha y así fue
sintió un gran asombro y se alegró muchísimo: pero su corazón como se convirtió en reina la linda hija del molinero.
rebosó de codicia. Hizo que llevasen a la hija del molinero a una
habitación mucho mayor que la primera y también atestada de
hierba seca y le ordenó que la hilase en una noche si en algo
estimaba su vida. La muchacha no sabía cómo arreglárselas, y
ya se había echado a llorar, cuando se abrió la puerta y apareció
el hombrecito. -”¿Qué me darás” - preguntó - “si te convierto la
hierba seca en oro?”-

- “Mi sortija” - contestó la muchacha.

El hombrecito tomó la sortija, volvió a sentarse a la rueca y al


llegar la madrugada, toda la hierba seca estaba convertida en
reluciente oro.

Se alegró el rey a más no poder cuando lo vio, pero aún no tenía


bastante; y mandó que llevasen a la hija del molinero a una habitación
mucho mayor que las anteriores y también atestada de hierba seca.
Un año más tarde le nació un hermoso niño, sin que se hubiera “ Hoy tomo vino y mañana cerveza,
acordado más del hombrecito. Pero de repente, lo vio entrar en su después al niño sin falta traerán.
cámara: - “Vine a buscar lo que me prometiste” - dijo. Nunca, se rompan o no la cabeza,
el nombre Rumpelstilskin adivinarán.”
La reina se quedó horrorizada y le ofreció cuantas riquezas había
en el reino con tal de que le dejara al niño. Pero el hombrecito ¡Imagínense lo contenta que se puso la reina cuando oyó este
dijo: - “No. Una criatura viviente es más preciosa para mí que los nombre! Poco después entró el hombrecito y dijo: - “Y bien, señora
mayores tesoros de este mundo.”- reina, ¿cómo me llamo yo?”-

Comenzó entonces la reina a llorar, a rogarle y a lamentarse de - “¿Te llamarás Conrado?” - empezó ella.
tal modo que el hombrecito se compadeció de ella. - “Te daré tres
días de plazo” - le dijo - “Si en ese tiempo consigues adivinar mi - “¡No! Así no me llamo yo.”-
nombre te quedarás con el niño.”-
- “¿Y Enrique?”-
La reina se pasó la noche tratando de recordar todos los nombres
que oyera en su vida y como le parecieron pocos envió un - “¡No! ¡Así no me llamo yo!” -replicó el hombrecito con expresión
mensajero a recoger, de un extremo a otro del país, los demás triunfante. Sonrió la reina y le dijo: - “Pues... ¿quizás te llamas...
nombres que hubiese. Cuando el hombrecito llegó al día siguiente, Rumpelstilskin?”-
empezó por Gaspar, Melchor y Baltasar, y fue luego recitando uno
tras otro los nombres que sabía; pero el hombrecito repetía - “¡Te lo dijo una bruja! ¡Te lo dijo una bruja!” - gritó el hombrecito y
invariablemente: - “¡No! Así no me llamo yo.”- furioso dio en el suelo una patada tan fuerte, que se hundió hasta
la cintura. Luego, sujetándose al otro pie con ambas manos, tiró
Al segundo día la reina mandó averiguar los nombres de las y tiró hasta que pudo salir; y entonces, sin dejar de protestar, se
personas que vivían en los alrededores del palacio y repitió al marchó corriendo y saltando sobre una sola pierna, mientras en
hombrecito los más curiosos y poco comunes. - “¿Te llamarás palacio todos se reían de él por haber pasado en vano tantos
Arbilino, o Patizueco, o quizá Trinoboba?”- Pero él contestaba trabajos.
invariablemente: - “¡No! Así no me llamo yo.”-

Al tercer día regresó el mensajero de la reina y le dijo: -”No


he podido encontrar un sólo nombre nuevo; pero al subir
a una altísima montaña, más allá de lo más profundo del
bosque, allá donde el zorro y la liebre se dan las buenas
noches, vi una casita diminuta. Delante de la puerta ardía
una hoguera y alrededor de ella un hombrecito ridículo
brincaba sobre una sola pierna y cantaba:”

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