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Sin afán de estigmatizar a todos los dueños de perros, porque sé que hay
quienes atienden los requerimientos exigidos por la ley y la comunidad, los
llevan con bozal, atados con correa y recogen sus heces, otros, la
dinámica es diferente, que lo hace insostenible el ambiente del sector.
Ese es un problema que no tiene difícil solución, pero hay otro escenario,
igual de peligroso en términos de salud pública y es el que pretendo que
se reflexione y prontamente se logre solución.
Muchos dueños de perros han convertido las áreas comunes del barrio en
zonas de juegos para sus mascotas, que son espacios para niños
principalmente, la alcaldía local no ejerce los correctivos conforme sus
funciones de prevención, inspección, vigilancia y control. Porque debería
acotar el perímetro de los parques y zonas comunes del sector y reducir el
riesgo higiénico, y porque aunque los ciertos dueños de perros sean unos
desconsiderados y no recojan las heces caninas, no es obstáculo para que
no se limpie con mayor regularidad el parque, o que la policía no aumente
sus inspecciones y sancione a los infractores de las medidas del Código de
Policía y convivencia ciudadana.
Les puedo asegurar que las áreas cercanas a mi vivienda, entre las
carreras 98 y la 104, y la calle 14 y la 20, presenta a veces un estado
lamentable: cacas y orines repartidos por todos los andenes y parques,
papeleras llenas de heces, moscas, andenes congestionados de basuras,
un hedor insoportable…
Hay personas que creen que el excremento del perro sirve como abono o
fertilizante natural para el pasto, no es así, recoger las heces del perro no
solo es cuestión de estética, es necesario por razones de higiene.
Los perros domésticos mantienen ciertas conductas del lobo (canis lupus),
desarrollan mapas mentales del territorio para orientarse y delimitar
territorios. Estas señales se comunican químicamente para informar los
límites espaciales y se renuevan periódicamente. Es decir, que marcan su
territorio con señales olorosas y visuales. Por lo tanto es lógico que el perro
siga la misma conducta. Dejará sus excrementos en lugares bien visibles y
accesibles para otros perros. El contacto entre perros y heces es una
necesidad biológica; su naturaleza les indica que olfateen las heces de
otros perros. Así pues, la probabilidad de contagio de enfermedades es
elevada. Esto debería ser razón suficiente para que los propietarios
levanten las heces del perro de la vía pública. Con ello se cuida la salud
del perro, tu familia, otros perros y otras familias.
Sin resolver esto se tiene también que paseando por el parque, jardín
avenida se pisa caca de perro, desagradable, ¿verdad? ¡Dan ganas de
ahorcar al dueño del perro! En los parques y lugares públicos no recoger la
caca del perro no es sólo insalubre, es simplemente grosero y falta de
respeto que debe ser sancionado por las autoridades locales, ya que los
gestos de las personas no son tomadas como medio de juicio para exigir a
cualquier individuo que se vea en la calle que alce correctamente las
heces de su perro.
Si no lo hacías porque sabes cómo, te sugiero que recicles todas las bolsas
de plástico del súpermercado, la frutería, la tienda, etc. Cuando salgas a
pasear a tu perro lleva contigo varias bolsas, coloca la bolsa en la mano
como si fuera un guante, recoge las heces, voltéala, hazle un nudo y tírala
en la basura y listo. Resulta asqueroso, pero tiene que hacerse. Tus manos
no habrán tocado el excremento. Por si acaso, lleva toallitas
desinfectantes y gel antibacterial.