Acta de acusación

Asunto:​ El rol del periodismo.

Abogados: ​Aurelli, Enrique; Pracánica, Candela; Quintana, Matías.
Peritos: ​Gimenez, Marianela Sol; Barzola Agustina y Diani Joaquín.

En el día de la fecha, jueves 24 de octubre del año 2019, convocamos esta primer audiencia
para presentar nuestras pruebas en contra de esta degradación hacia la ética periodística,
de las cuales mencionaremos a continuación en carácter reflexivo.

Las 5 líneas argumentativas con respecto al rol del periodismo desde las cuales se
posicionará la acusación son:
- El periodismo como formador de opinión.
- El periodismo como producto.
- Manipulación y desinformación.
- Ética y objetividad en el rol.
- El tratamiento de la mujer en la noticia.

En la causa judicial que integramos, visibilizaremos cómo los medios masivos de

comunicación en conjunto con los periodistas que trabajan dentro del ámbito, tienen el
poder de crear opiniones homogéneas, sedimentar con ellas condiciones hegemónicas en
diferentes núcleos sociales, utilizando herramientas diseñadas para distraer a la población
de temas que definen la vida de las sociedades democráticas, como violencia simbólica y
patriarcal hacia los receptores de esa comunicación, en particular podemos destacar hacia
todos los que no pertenezcan al modelo de ciudadano al que representa el medio, como
ejemplo, la figura de la mujer, aborígenes, piqueteros, huelguistas, pueblo reclamando,
adultos mayores, construyendo siempre un otro externo, distinto al modelo del que el
interlocutor expresa en el medio, un otro intangible en lo inmediato, pero configura le en el
imaginario, con todos los atributos que el periodista o el hablante le asigna, etc. Para dar
pruebas fehacientes de esto, queremos traer casos particulares -centrales-, que evidencian
en nuestro planteo que se encuentran latentes dentro del contexto sociocultural de una gran
parte del periodismo argentino y de la región.

Como acusantes, afirmamos que los medios masivos como tal, tienen el poder de crear
opiniones homogéneas y hegemónicas en el núcleo social, ​por lo tanto, nos parece
necesario problematizar y explicar el trasfondo comunicacional, ya que las formas en las
que habitualmente se imparte la información, produce contenidos perniciosos que se
instalan en el consciente colectivo.

El periodista en casos similares al que expondremos, funciona como sujeto de manipulación

y desinformación, ya que las formas utilizadas para la transmisión de contenidos, son
funcionales a sus intereses y carecen de ética objetiva. Esta problemática atañe a todas las
áreas en las que el/la periodista se involucra, y se traduce en la obstaculización, puesta a
favor, objetivización, desestimación o embellecimiento de las noticias de acuerdo a las
propias conveniencias de ellos/ellas mismos/as y del consecuente monopolio del cual
forman parte.

Queremos que los aquí presentes también analicen en profundidad el siguiente tema:
Si bien el foro de periodistas argentinos (FOPEA) se compromete a buscar la verdad, a
resguardar su independencia y a dar un tratamiento honesto a la información,
desafortunadamente corrompe tanto los partidos de izquierda como los de derecha, las
ideologías han quedado en un segundo plano porque finalmente el poder económico es el
que gobierna y lo hemos visto en las últimas décadas. Un caso contundente que generó
revuelo, fueron las polémicas declaraciones de la diputada Elisa Carrió para el canal de
noticias TN contra los periodistas. Con estas textuales palabras: “Vamos a condenar a
quien, a través de los diarios, comunique reuniones falsas y pretenda al mismo tiempo
tambalear al presidente", refiriéndose a Mauricio Macri.

Ante estas acusaciones, FOPEA de inmediato emitió un comunicado repudiando los

ataques de la diputada. Argumentando que está comprometida con la lucha contra la
difusión de noticias falsas, pero la advertencia de Elisa Carrió, puede interpretarse como un
intento de censura.

Es claro que estas cadenas y corporaciones mediáticas buscan resguardarse, dado que son
los culpables de una democracia degradada, y lo definimos de este modo porque para ellos
la democracia es poder cuidar sus intereses económicos, la realidad que buscan imponer
en el usuario, televidente y lector es conveniente a sus objetivos. Cuentan con diferentes
medios de comunicación como los sitios web, para llegar a todos los estratos sociales y
tratan de imponer una verdad o simplemente no darla a conocer. Estos portales de fake
news, reciben importantes cantidades de dinero bajo la apariencia de un medio de
comunicación tradicional con contenidos que deambulan entre la sátira y lo creíble. Se
caracterizan por no proporcionar información clara sobre los autores, editores y propietarios
reales de los documentos obtenidos, carecen de transparencia y responsabilidad. Además
de omitir la verificación de los hechos, también falsifican fuentes, son identidades de marca
o estrategias de contenido.

Es importante que el ciudadano esté alerta, y sepa que realmente no se cuenta todo lo que
se debería de contar, el no dejar saber es una forma de dominar y realmente tenemos que
pensar que siempre detrás de un mensaje hay alguien que lo envía, debemos preguntarnos:
¿quién es ese alguien?, ¿por qué nos lo envía?, ¿para qué nos lo envía? porque en ese
momento ser un lector responsable significa querer ser un ciudadano responsable, por
ende, se debe hacer ese esfuerzo. No podemos tragarnos toda información que recibimos,
si sólo vivimos de “porquería informativa”, tendremos un cuerpo social enfermo.
El uso de internet abre paso al desconocimiento y existen grandes fuerzas que están muy
interesadas en provocarlo, porque justamente lo que no se quiere es una sociedad que
piense, lo que se quiere es una sociedad que consuma y, por lo tanto, los objetivos son
distintos. La fórmula consiste en no dejarse arrastrar por lo inmediato y siempre hacerse
muchas preguntas acerca de lo que acontece, para darnos cuenta de que las riendas de
nuestras vidas tenemos que llevarlas nosotros, de lo contrario, alguien pensará y decidirá
por nosotros mismos.

La tecnología es una herramienta que se debe saber muy bien cómo manejarla y para no
morir por el mal uso de la misma, tenemos que ser activos pero con conocimiento, para
saber y conocer los hechos tal como son y tratar de aproximarnos lo más posible a la
verdad, la cual ya sabemos que nunca es absoluta y que es muy difícil, pero por lo menos
de una forma honesta, transparente, plural y con respeto del que piensa diferente, es decir,
si nosotros podemos basar nuestras opiniones en hechos contrastados y que nos llegan con
una garantía de calidad, es probable que tomemos una decisión adecuada. Pero si nos
basamos en hechos que están manipulados o contados por la mitad, es muy probable que
tomemos una decisión en base a una opinión que sea equivocada, ese juego de la
interactividad es muy delicado, en la información hay que saber buscar calidad.

El periodismo perdió credibilidad, en este momento los medios de comunicación privados

tienen como objetivo solamente hacer negocios, obviando la calidad y excelencia
informativa. Su prioridad no es servir a la sociedad, sino que más bien se sirven de la
sociedad. El periodista es un producto de este comercio, no solo porque es utilizado por
estos grandes monopolios comunicacionales sino que también es el resultado de una
formación que apunta a informar, transmitir, comunicar, etc, pero que finalmente termina
atravesada por el uso de estrategias comerciales e intereses corporativos. Y esto cambia
rotundamente el rol social que originalmente se le otorga a un periodista. Aunque continúa
siendo fundamental en el proceso comunicacional su objetividad, transparencia y equidad,
son cuestionadas cada vez más por las acciones que los propietarios de los medios para los
que trabajan les imponen llevar a cabo. Podemos decir que el periodista es actualmente
producto de un mercado que más allá de cumplir con su profesión, se centra en ganar
adeptos en todos sus medios masivos de comunicación que generen ganancias de gran
capital.

Habiendo hecho uso de la palabra, sostenemos firmemente nuestra denuncia esperando

que los argumentos presentados por la parte acusada, estén a la altura de las
circunstancias siendo coherentes hasta finalizado el juicio.