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SEIS PROPUESTAS

PARA EL PRÓXIMO MILENIO


SEIS PROPUESTAS
PARA EL PRÓXIMO MILENIO

ITALO CALVINO

Nota preliminar de
Esther Calvino

Edición al cuidado de
César Palma

Traducciones de
Aurora Bernárdez
y César Palma

Ediciones Siruela

Ut'-lIVERSIDAD DE NAVARRA
BIBLIOTECA DE HUMANIDADES
ÍNDICE

NOTA PRELIMINAR
Esther Calvino 9

SEIS PROPUESTAS
PARA EL PRÓXIMO MILENIO 15
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta pllblicac~ón
puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna
ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico,
-J. LEVEDAD 19
de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor·.

Título original: Six Memos fOl' tbe Next Millel1/1illlrt


,J 11 RAPIDEZ 45
Diseño gráfico: G. Gauger & J. Siruela
© Palomar S.r.l., 1988 EXACTITUD 67
Todos los derechos reservados
© De la traducción, Aurora Bcrnárdez
© De la cronología y de la traducción VISIBILIDAD 89
de «El arte de empezar y el arte de acabar», César Palma
© Ediciones Siruela, S. A., 1989, 1998
Plaza de Manuel Becerra, 15. _El Pabellón» ¡¡ MULTIPLICIDAD 105
28028 Madrid. Tels.: 91 355 57 20 / 913552202
Telefax: 91 355 22 01
si ruel a@siruela.com ~ APÉNDICE: EL ARTE DE EMPEZAR
www.sirueJa.com
Printed and made in Spain
Y EL ARTE DE ACABAR 125

r J
NOTA BIBLIOGRÁFICA 143 NOTA PRELIMINAR

CRONOLOGÍA
César Palma 145

ÍNDICE ONOMÁSTICO 157

La primera edición de Seis propuestas para el próximo mile-


nio fue publicada en mayo de 1988 por la editorial Garzanti de Mi-
lán. Corno Calvino no dejó ni escritos ni entrevistas sobre los temas ni
sobre la elaboración de las Seis propuestas (murió mientras estaba
trabajando en ellas), reproducirnos íntegramente el texto escrito por Est-
her Calvino con ocasión de esa primera edición, así como uno nuevo
para ésta de 1998.

Nota a la edición de 1989

El 6 de junio de 1984 la Universidad de Harvard invitó ofi-


cialmente a Calvino a ocupar la cátedra de las "Charles Eliot
Norton Poetry Lectures». Es éste un ciclo de seis conferencias
que tiene lugar durante el año académico (para Calvino ha-
bría sido el año 1985-1986) en la Universidad de Harvard, Cam-
bridge, en Massachusetts. El término "poetry» significa en este
caso toda forma de comunicación poética -literaria, musical,
pictórica-, y la elección del tema es totalmente libre.
Esta libertad fue el primer problema que Calvino tuvo que
afrontar, convencido como estaba de que la constricción es
fundamental para la creación literaria. A partir del momento

8 9
en que logró definir claramente el tema que habría de tratar Deseo expresar mi agradecimiento a Luca Marighetti, de
-algunos valores literarios que deberían conservarse en el pró- la Universidad de Constanza, por su profundo conocimiento
ximo milenio-, dedicó casi todo su tiempo a la preparación de de la obra y el pensamiento de Calvino, y a Angelika Koch, de la
las conferencias, que no tardaron en convertirse en una obse- misma Universidad, por la ayuda que me ha prestado.
sión. Un día me dijo que tenía ideas y materiales para ocho
conferencias por lo menos, y no sólo las seis previstas y obliga- Esther Calvino
torias. Conozco el título de la que hubiera podido ser la octa-
va, "Sul cominciare e sul finire» (de las novelas), pero hasta
hoy no he encontrado el texto. Sólo notas. Nota a la edición de 1998
En el momento de partir hacia los Estados Unidos, de las seis
conferencias Calvino había escrito cinco. Falta la sexta, "Consise- En esta nueva edición se incluye el texto inédito «El arte de
teney», de la que sólo sé que se habría referido, entre otras cosas, empezar y el arte de acabar», que no es la sexta conferencia
al Bartleby, de Herman Melville, y que la escribiría en Harvard. ("Consistency») y que fue hallado entre los papeles y manus-
Naturalmente, éstas son las conferencias que Calvino hubie- Clitos de Calvino ocho años después de la primera edición de
ri} dictado en público. No dudo de que las habría revisado nue- este libro.
vamente antes de darlas a la imprenta. Pero creo poder afirmar En realidad no se sabe si se hubiese tratado de la séptima o
que los cambios hubieran sido poco importantes. Las diferen- de la octava, como yo suponía tras haberle escuchado decir
cias entre las primeras versiones que leí y las últimas residen en que tenía ideas y material para escribir por lo menos ocho con-
la estructura, no en el contenido. ferencias, y unas semanas después, que acababa de escribir
Este libro reproduce el manuscrito tal como lo encontré. una conferencia entera y que había encontrado en nuestra bi-
He dejado en inglés las palabras escritas directamente por Cal- blioteca los libros que necesitaba consultar y releer.
vino en ese idioma, así como en su lengua original han que- Lo cierto es que, según su tradición, las "Charles Eliot Nor-
dado las citas de diversos autores. ton Poetry Lectures» no admiten ciclos de más de seis confe-
Calvino dejó este libro sin título en italiano. Tuvo que pen- rencias, por lo que Calvino se vio obligado a adaptar un conjun-
sar primero el título inglés, Six Memos for the Next Millennium, y to coherente de ideas y reflexiones a la forma que le imponían.
éste fue el definitivo. Aquí sería conveniente aclarar que, aun- En el manuscrito de Seis propuestas para el próximo milenio fi-
que fueron escritas en italiano, las conferencias habrían sido guran ocho esquemas más o menos detallados y anotados de
leídas por Calvino en su traducción inglesa. los temas que debían ser desarrollados. El problema del em-
Diré por último que el manuscrito estaba en su escritorio, ~ezar y acabar aparece en siete de ellos, que copio textual y
en perfecto orden, cada conferencia dentro de un sobre trans- literalmente del manuscrito:
parente y todas en una carpeta rígida, lista para el vi,!je. Calvi-
no murió una semana antes de emprenderlo, el 19 de sep- 23.2.85
tiembre de 1985. Nuevo proyecto de esquema general:
empezar y acabar
Las "Charles Eliot Norton Poetry Lectures», que se inicia,- la enciclopedia y la nada (mathesis singularis y universalis?)
ron en 1926, fueron confiadas a personalidades corno T. S. el prójimo - la interdependencia
Eliot, Igor Stravinsky, Jorge Luis Borges, Northrop Frye, Octa,- singularis y universalis - precisión y vaguedad
vio Paz. Era la primera vez que se invitaba a un escritor italiano. rapidez - formas breves

10 11
- en la época de la imagen y de la falta de tiempo 3 la mciprocidad las personas
levedad - átomos y alfabeto intersubjetividad y solipsismo
Con esta nota: lón todas [las conferencias] recordar el carácter in- 4 visibilidad etcétera
sustituible de la literatura y de la lectura en un mundo en el que ya 5 la nada y lo poco
nadie querrá leer. 6 el empezar y el acabar

12.3.85 Aunque introducido como tema inicial, Empezary acabar pa-


Otro esquema: sa al último lugar.
1 Empezar y acabar A partir del 19 de abril anota otros esquemas, cada vez más
2 la Enciclopedia y la nada (la multiPlicidad dentro de la obra) concretos, abandona el italiano y los escribe directamente en
3 Visibilidad y palabra (. . .) inglés. La conferencia que nos interesa aparece como
4 el individuo y los otros The art of beginning
-Amerika (Candide? el hombre en el vasto mundo) The arl of concluding
5 la progenie de Ovidio (??) y, en otros dos casos,
6 la progenie de Lucrecio, conocimiento pulviscular The art of beginning and the art of concluding.

(Sin fecha.) El 8 de mayo de 1985 escribe:


El esquema podría ser: habiendo acabado (?) La levedad
Empezar y acabar " esbozado Multiplicidad
la Enciclopedia y la nada " ya escrito extensamente sobre The art of beginning and the
Mathesis singularis (vaguedad y precisión - descripción) art of concluding
la subjetividad Plural (América de Kafka - el yo) manteniendo como punto necesario visible/invisible
la progenie de Ovidio -singularis/universalis
la progenie de Lucrecio trato de puntualizar:
otras §uestiones podrían ser:
[24.3.85] rapidez (quickness) la nada los otros
1 Cosmicidad - Lucrecio y Ovidio - enciclopedia concisión
2 Visibilidad - visión y palabra exactitud - geometría
3 Levedad - disolución de lo concreto
4 vaguedad geometría precisión ¿Qué sucede con el empezar y el acabar en el momento de
5 (los otros) intersubjetividad la redacción definitiva?
6 lo acabado (en el sentido de realizado y perfecto) empezar y acabar Cabe suponer que, siendo éste un problema de técnica lite-
raria, no haya encontrado su lugar en un conjunto de valores
[6.4.85] A partir de esta fecha, la levedad ocupará definitiva- abstractos y conceptuales (tales como la levedad, rapidez, exac-
mente el primer lugar: titud, visibilidad, multiplicidad) destinados a ser preservados
1 la levedad y transmitidos al próximo milenio.
2 la relación de todo con todo (enciclopedia)
Lucrecio Ovidio Gadda Perec Esther Calvino

12 13
SEIS PROPUESTAS
PARA EL PRÓXIMO MILENIO
Estamos en 1985: apenas nos separan quince años del co-
mienzo de un nuevo milenio. Por el momento no veo que la
proximidad de esta fecha despierte una emoción particular.
De todas maneras no estoy aquí para hablar de futurología. si-
no de literatura. El milenio que está por terminar ha asistido
al nacimiento ya la expansión de las lenguas modernas de Oc-
cidente y de las literaturas que han explorado las posibilidades
expresivas y cognoscitivas e imaginativas de esas lenguas. Ha si-
do también el milenio del libro, dado que ha visto cómo el ob-
jeto libro adquiría la forma que nos es familiar. La señal de 'lue
el milenio está por concluir talvez sea la f'recuenCiacon'que-nos
iD'térrogamossobre Iasuerte de la literatura y del libro enla
(;r-"ií.~~cllo1~gic<1II:l~aª:l-p()~ tilld~~tdªj,N;;~;';y;'~v-;:D' iurarme '
en previsiones de este tipo. Mi fe en el futuro de la literatura
consiste en saber que hay cosas que sólo la literatura, con sus
medios específicos, puede dar. Quisiera, pues, dedicar estas
conferencias a algunos valores o cualidades o especificidades
de la literatura que me son particularmente caros, tratando de
situarlos en la perspectiva del nuevo milenio.

17
LEVEDAD

Dedicaré la primera conferencia a la oposici§[lJ"""-"2,,,:<!-pe-


so y daré las razones de mi preferencia por laQeved:ic!'. Esto no
quiere decir que considere menos válidas las razo;,}es del peso,
sino que sobre la levedad creo tener más cosas que decir.
Tras cuarenta años de escribir fiction, tras haber explorado
distintos caminos y hecho experimentos diversos, ha llegado el
momento de buscar una definición general para mi trabajo;
propongo ésta: rgiIa1:>0rllac~llsisticl(), las más de las veces en
sustraer peso; he tratadodequitarp,es() a las figuras humanas,
a los cuerpos celestes, a las ciudades; he tratado, sobre todo, de
quitar peso -a la - estructura
" - - --
'''' --
,del re]"tQ-Y¡tUelJg1J"je.
,,--~ ,-,'-

En esta conferencia trataré de explicar -a mí mismo y a us-


tedes- por qué he llegado a considerar la levedad más como
un valor que como un defecto; cuáles son, entre las ohras de!
pasado, los ejemplos en los que reconozco mi ideal de levedad;
cómo sitúo ese valor en el presente y cómo lo proyecto en e!
futuro.

Empezaré por el último punto. Cuando inicié mi actividad,


el deber de representar nuestro tiempo era el imperativo cate-
górico de todo joven escritor. Lleno de buena voluntad, traté
de identificarme con la energía despiadada que mueve la his-
toria de nuestro siglo, con sus vicisitudes individuales y colec-

19
T tivas. Trataba de percibir una sintonía entre e! movido espec-
táculo de! mundo, unas veces dramático otras grotesco, y el
dusa nace un caballo alado, Pegaso; la pesadez de la piedra
puede convertirse en su contrario; de una coz, Pegaso hace
ritmo interior picaresco y azaroso que me incitaba a escribir. brotar en el monte Helicón la fuente donde beben las Musas.
Rápidamente advertí que entre los hech,?s de¡<l3ida que hu- En algunas versiones del mito, Perseo montará el maravilloso
bieran debido ser mi materia prima y la agilidad nerviosa e in- Pegaso caro a las Musas, nacido de la sangre maldita de la Me-
cisiva que yo quería dar a mi escritura, había una -~lvergencia dusa. (Por lo demás, también las sandalias aladas provenían
que cada vez nle costaba 111ás esfuerzo superar. Quizá -soiü"-en- del mundo de los monstruos: Perseo las había recibido de las
tonces estaba descubriendo la pesadez, la inercia, la opacidad hermanas de la Medusa, las de un solo ojo, las Greas.) En
del mundo, características que se adhieren rápidamente a la cuanto a la cabeza cercenada, Perseo no la abandona, la lleva
escritura si no se encuentra la manera de evitarlas. consigo escondida en un saco; cuando sus enemigos están a
En ciertos momentos me parecía que el mundo se iba vol- punto de vencerlo, le bast~ mostrarla alzándola po~ la cabelle-
viendo de piedra: una lenta petrificación, más o menos avan- ra de serpientes ygl r["woJo sangml}olgnto_~~<:()nvlerte_enun_
zada según las personas y los lugares, pero de la que no se sal- arma invenci~le _~n la_mé;Q19. cl~l_ h.~roe, un arma que no usa si-
vaba ningún aspecto de la vida. Era como si nadie pudiera y
no en casos ext~~~~~ sólo contra quien merece el castigo de
esquivar la mirada inexorable de la Medusa. convertirse en la estatua de sí mismo. Aquí, sin duda, el mito
El único héroe capaz de cortar la cabeza de la Medusa es quiere decirme algo, algo que está implícito en las imágenes y
Perseo, que vuela con sus sandalias aladas; Perseo, que no mi- que no se puede explicar de otra manera. Perseo consigue do-
ra el rostro de la Corgona sino sólo a su imagen reflejada en el minar ese rostro temible manteniéndolo oculto, así como lo
escudo de bronce. Y en este momento, cuando empezaba a había veucido antes mirándolo en el espejo. La fuerza de Per-
sentirme atenazado por la piedra, como me sucede cada vez seo está siempre en un rechazo de la visión directa, pero no en
que intento una evocación histórico-autobiográfica, Perseo acu- un rechazo de la realidad del mundo de los monstruos en el
de de nuevo en mi ayuda. Más vale dejar que mi explicación se que le ha tocado vivir, una realidad que lleva consigo, que asu-
componga de las imágenes de la mitología. Para cortar la ca- me como carga personal.
beza de la Medusa sin quedar petrificado, Perseo se apoya en Sobre la relación entre Perseo y la Medusa podemos apren-
lo más leve que existe: los vientos y las nubes, y dirige la mira- der algo más leyendo a Ovidio en las Metamorfosis. Perseo gana
da hacia lo que únicamente puede revelársele en una visión in- una nueva batalla, mata con su espada a un monstruo marino,
directa, en lUla imagen cautiva en un espejo. Inmediatamente libera a Andrómeda. Y decide hacer lo que cualquiera de no-
siento la tentación de encontrar en este mito una alegoría de sotros haría después de semejante faena: lavarse las manos. En
la relación del poeta con el mundo, una lección del método este caso su problema «s dónde posar la cabeza de la Medusa.
rpara seguir escribiendo. Pero sé que toda interpretación em- y aquí Ovidio explica, en versos (N, 740-752) que me parecen
r~e Ipobrece el mito y lo ahoga; con los mitos no hay que andar con extraordinarios, cuánta delicadeza de alma se necesita para ser
: prisa; es mejor dejar que se depositen en la memoria, de te- un Perseo, vencedor de monstruos:
\
~t:~~~~~¡) nerse a meditar en cada detalle, razonar sobre lo que nos di- "Para que la áspera arena no dañe la cabeza de serpentina
1cen sin salir de su lenguaje de imágenes. La lección que pode- cabellera (anguiferumque caput dura ne laedat harena), Perseo
mos extraer de un mito reside en la literalidad del relato, no mulle el suelo cubriéndolo con una capa de hojas, extiende
[
j'n lo que añadimos nosotros desde fuera. encima unas ramitas nacidas bajo el agua, y en ellas posa, bo-
La relación entre Perseo y la Corgona es compleja: no ter- ca abajo, la cabeza de la Medusa.» Me parece que la levedad de
mina con la decapitación del monstruo. De la sangre de la Me- la que Perseo es el héroe no podría estar mejor representada

20 21
que con este gesto de refrescante cortesía hacia ese ser mons- es. en Tealidad..Ull<Lamarga . constatación dela.Ineluctable
truoso y aterrador, aunque también en cierto modo ª-et~riora:_,_ ;;;~dez del Vivir: no sólo de la condición de opresión deses-
ble, frágil. Pero lo más inesperado es el milagro que sigue: las -¿r¡¡day all-pervading que ha tocado en suerte a su desventu-
ramitas marinas en contacto con la Medusa se transforman en p
rada país, sino de una c~n d'"
1~lon h uman~ q~e nos es comun,' ~)_J-\"::<'''c. _
corales y para adornarse con ellos acuden las ninfas que acer- aunque nosotros seamos InfinItamente mas afortunados: El, ~el' ~~ c-l,J'Y"\-~:
can ramitas y algas a la terrible cabeza. del vivir para Kundera está en toda forma de constncClonJ;,h" di",
¿l.o I,:M-¡--'f-i;~ r Este encuentro de imágenes, en el que la sutil gracia del co- :~ tupida red de constricciones públicas y privadas qu~ termi- >" %, '
"i(O,c,'-)\' h" -;¡, i ral roza la feroz atrocidad de la Corgona, talnbién está tan car-
na por envolver toda existencia con nudos cada vez mas apre-
~:~~::- tgado de sugestiones que no quisiera echarlo a perder inten- tados. Su novela nos demuestra cómo en la vida tod()lo__'llle
1;-,1<on",55 tanda comentarios o interpretaciones. Lo que puedo hacer es
1.-1[;"'.' úJ elegimos yapreciamos p()r su .levedad no tarda en revel~r su
~¡M1J_· acercar a estos versos de Ovidio los de un poeta moderno, el propiopesoiIlsosl"Ilible. Quizá ~ólolavivaci~adyla movll.ld~d
~_!~~,:~,-,.'\V «Piccolo testamento» de Eugenio MontaJe, en el que encon- de la inteligencia!"scapanaest",condena: yrrtudes qu~ dlstm-
0~"'¡f, tramos igualmente elementos sutilísimos que son como em-
e
~e:n a esa_.no."_~la, que pertenecen a un universo dlstmlo del
blemas de su poesía ("traccia madreperlacea di lumaca / o universo del VIVIr.
smeriglio di vetro calpestato» [huella nacarada de caracol/o En los momentos en que el reino de lo humano me parece
esmeril de vidrio pisoteado l) frente a un espantoso monstruo condenado a la pesadez, pienso que debería volar como Per-
infernal, un Lucifer de alas bituminosas que se abate sobre las seo a otro es¡:>acio. No hablo de fugas al sueño o a lo irracio-
capitales de Occidente. Jamás evocó Montale como en este nal.' Quiero decir q~e-,_~e de cam"bi~r mi enfoq~e, he de mir":;_-:::~:~~::,,
poema escrito en 1953 una visión tan apocalíptica, pero lo que el mundo ,con otra optlca, otra 10glCa, o~ros metodos de conoI0-~); h~"<l'--','~
sus versos ponen en primer plano son las mínimas huellas lu- cimiento y de verificación. Las imágenes de levedad que bysco :0;", :,'::'
minosas que contrapone a la oscura catástrofe: «Conservane la no deben dejarse disolver como sueños por la realidad del pre~ ;-;:,,~":;',':
cipria nello specchietto / quando spenta ogni lampada / la sente y del futuro... 'OC"~
_J.Y,.""'"
sardana si fara infernale ... » [Conserva su polvo en el espejito / En el universo infinito de la literatura se abren siempre
cuando apagadas todas las lámparas / la sardana sea infer- otras vías que explorar, novísimas o muy antiguas, estilos y for-
na!...]. Pero ¿cómo podemos esperar salvarnos en lo que es mas que pueden cambiar nuestra imagen del mundo ... Pero si
pás frágil? Este poema de Montale es una profesión de fe en la literatura no basta para asegurarme que no hago sino per-
a persistencia de lo que parece más destinado a perecer y en seguir sueños, busco en la ciencia alimento para mis visiones,
os valores morales depositados en las huellas más tenues: di
f tenue bagliore strofinato / laggiii non era 'luello d'un fiam-
mifero» [El tenue fulgor restregado / allá abajo no era el de
en las que toda pesadez se disuelve ...
Hoy todas las ramas de la ciencia parecen querer demos-
trarnos que el mundo se apoya en entidades sutilísimas, como
un fósforo l. los mensajes del ADN, los impulsos de las neuronas, los quarks,
Para poder hablar de nuestra época he tenido, pues, que los neutrinos errantes en el espacio desde el comienzo de los
dar un largo rodeo, evocar la frágil Medusa de Ovidio y el bi- tiempos ...
tuminoso Lucifer de Montale. Es dificil para un novelista re- Además, la informática. Es cierto que el software no podría
presentar su idea de la levedad con ejemplos tomados de la ejercitar los poderes de su levedad sin la pesadez del hardware;
vida contemporánea si no se la convierte en el objeto inalcan- pero el software es el que manda, el que actúa sobre el mundo
zable de una quite sin fin. Es lo que ha hecho con evidencia e exterior y sobre las máquinas, que existen sólo en función del
inmediatez Milan Kundera. Su novela La insoportable levedad del software, se desarrollan para elaborar programas cada vez más

22 23
complejos. La segunda revolución industrial no se presenta co- c1opédico (escrito unos cincuenta años más tarde que el de
mo la primera, con imágenes aplastantes como laminadoras o Lucrecio), que parte, no ya de la realidad fisica, sino de las fá-
coladas de acero, sino como los bits de un flujo de informa- bulas mitológicas. También para Ovidio todo puede transf0I11g ,.~ 0. '.,'
ción que corre por circuitos en forma de impulsos electróni- marse en nuevas for,mas; ~a;nbién para Ovid~o el conocirnieni ~:,-~::-:,,:~~~,
cos. Las máquinas de hierro siguen existiendo, pero obedecen to del mundo es dIsoluCIon de la compaCIdad del mundo\ J~ "'N"'~
i' los bits sin peso. también para Ovidio hay una paridad esencial entre todo Id :o~\~,~7.~~~;;~,:

¿Es legítimo extrapolar del discurso de las ciencias una ima-


que exi~te, contra :oda j~rarquía de foderes. y de valores. Si e~ .;-"'~: :::;q
mundo de LucreClO esta hecho de atomos Inalterables, el del,,:!. Gh~ »(>$ ,

gen del mundo que corresponda a mis deseos? Si la operación Ovidio está hecho de cualidades, de atributos, de formas que :~~<o'<>5 @N,O,
que estoy intentando me atrae es porque siento que podría re- definen la diversidad de cada cosa, cada planta, cada animal, l~"'f~:'~~;;;'\_
tomar un hilo muy antiguo de la historia de la poesía. cada persona; pero éstas no son sino tenues envolturas de un c"'~:~. 0,.,.",-,,;-
De rerurn natura de Lucrecio es la primera gran obra de poe- sustancia cornún que -sfla agita una profunda pasión- pued ~",. ~:~,~ ::'""."
sía en la que el conocimiento del mundo se convierte en diso- transfonnaYse en lo más distinto de cuanto hay. " ..i-C.L ".ol,c' ' ),;,
lución de la compacidad del mundo, en percepción de lo infi- Ovidio despliega su incomparable talento cuando sigue la """,
nitamente minúsculo y móvil y leve.Jéllcrecio quiere escribir el continuidad del paso de una forma a otra: cuando cuenta có-
poema de la materia, pero en seguida nos advierte de que la mo una mujer advierte que se está transformando en azufaifo:
ELc@Qer"'Lealida_d ~ de esa materia está hecha de corpúsculos los pies se le clavan en la tierra, una corteza tierna sube poco
invisibles. Es el poeta de 1aconcreciÓn fisica ';'¡sta e'n su sustan- a poco y le ciñe las ingles; trata de soltar sus cabellos y descu-
cia permanente e inmutable, pero lo primero que nos dice es bre su mano llena de hojas. O cuando habla de los dedos de
~:,_:-s;;~_-~ que f-l v~0~~_~"t~!?:~oncreto como los cuerpos sólidos. La ma- Aracne, agilísimos cuando cardan e hilan la lana, cuando ha-
.. 'o.". '" c, yor preocupación de Lucrecio parece ser la de -"yitªLnll,,~el
Nb "E" ":>·c- -, "1
pe,
_ cen girar el huso y mueven la aguja de bordar, y que de pron-
So '''''';'. so de la materi_anos ~ap1."",te. En el momento de establecer las to vemos alargarse en delgadas patas de araña que empiezan a

~
rigurosas leyes Illecánicas que determinan todo el acaecer, tejer su tela.
n siente lanecesidad dé~aeJar que los átomos puedan desviarse Tanto en Lucrecio como en Ovidio la levedad esuna ma-
ImpreVISIblemente de la Imea recta, con el fin de garantizar la neiadever ei;';;uIldo fundada en lafilosofÍ~y~,," laci~ncia: las
ibertad tanto a la materia como a los seres humanos. La poe- cloctrinas de Epicuro para Lucrecio, las doctrinas de Pitágoras
sía de lo invisible, la poesía de las infinitas potencialidades im- para Ovidio (un Pitágoras que, tal como nos lo presenta Ovi-
previsibles, así como la poesía de la nada, nacen de un poeta dio, se párece mucho a Buda). Pero en ambos casos la levedad 10 ~"., "
que no tiene dudas sobre la fisicidad del mundo. es algo que,,,~,~ c~~ª,,~n,la eS,~<~~!:1~,ª,_ con los medios l~ng~ísticos r-:~ :,!.",~.,(,,))
Esta pulverización de la realidad se extiende también a los as-
pectos visibles, y ahí es donde descuella la calidad poética de
propios del poeta, independientemente de la doctrina del fi- \,~'o,
l'osoJio que e I poeta d ec1ara pro¡:-esar. 'o, "I""~
<>(1 •. " ',1'0 S.;.-
"
Lucrecio: las partículas de polvo que se arremolinan en un rayo ("'ilLc) <l- <--o¿? -
\01"0
de sol dentro de un aposento a oscuras (U, 114-124); las minús- Con lo que llevo dicho hasta aquí, me parece que empieza
Cluas conchas, todas iguales y todas diferentes, que la ola empu- a precisarse el concepto de levedad; espero ante todo haber
ja indolente sobre bibula harena, la arena que se embebe (u, demostrado que existe una !"veclad del pensar, así como todos , ~
... 3.76); las.telarañ.asque,. cuando an<!a~os, nos enVJlelyen.sill sabemos que existe una LeyeclaQcle lü{iíYü[ü; más aún,la lel'e- J~' ~~;:?~:­

:;c
'-'"c\;, U¡l. 374-
.u." 1-< •• '; que nos demos cuenta (m, 381-390). ~
Y,~::::." He citado ya las Metarnorfosis de Ovidio, otro poema enci-
dad del pensar puede h,tcerno-,p_arecer pesada y_opacajafri- ~T:~~
.YDlidad. i"Ol?"'?01fo Si .~'" , --:>J; ',Fu) ,,¡n~
::,'"
~\ J-.¡6)l 1C\,s~-;:;r~. J lIt) ~7·.:>?EUr
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24 25 C(~'J,-k' ).0 5~ '.10::>'7'" Tlj'VI",~"j·-1<~

1.l~\1¡1'/?50.Jj.)Q-D -:;>h -'RYJ-G'\,;,'


Nada ilustra mejor esta idea que un cuento del Decamerón la plaza de Santa Reparata y, al ver a Guido entre las sepulturas,
(VI, 9) donde aparece el poeta florentino Guido Cavalcanti. dijeron: «Vamos a gastarle una broma»; y, espoleando.los caba-
Boccaccio nos presenta a Cavalcanti como un austero filósofo llos, se le echaron encima, a guisa de festivo asalto, casi antes de
que se pasea meditando entre los sepulcros de mármol, delan- que se diera cuenta, y empezaron a decirle:
te de una iglesia. La jeunesse dorée florentina cabalgaba en gru- -Guido, te niegas a ser de nuestro grupo; pero, cuando hayas
pos por la ciudad, yendo de una fiesta a otra, buscando siem- averiguado que Dios no existe, ¿qué vas a hacer?
pre ocasiones de multiplicar sus invitaciones recíprocas. Guido, viéndose rodeado por ellos, prestamente d~jo:
Cavalcanti no era popular entre esos jóvenes porque, a pesar -Señores, en vuestra casa podéis decirme cuanto os plazca.
de ser rico y elegante, no aceptaba nunca ir de juerga con Y, poniendo la mano en uno de los sarcófagos, que eran gran-
ellos, y porque se sospechaba que su misteriosa filosofía era sa- des, como agilísimo que era dio un salto y cayó del otro lado y, li-
crílega. brándose de ellos, se marchó.]

Ora avvenne un giorno che, essendo Guido partito d'Orto Lo que nos interesa aquí no es tanto la réplica atribuida a
San Michele e venutosene per 10 Corso degli Adimari infina a San Cava1canti (que se puede interpretar estimando que el pre-
Giovanni, 11 quale spesse volte era sua cammino, essendo arche sunto «epicureísmo» del poeta era en realidad averroísmo, pa-
gran di di marmo, che oggi sono in Santa Reparata, e molte altre ra el cual el alma individual forma parte del intelecto univer-
dintorno a San Giovanni, e egli essendo tralle colonne del parfi- sal: las tumbas no son mi casa sino la vuestra, ya que la muerte
do che vi sono e quelle arche e la porta di San Giovanni, che sc- corporal es vencida por quien se eleva a la contemplación uni-
rrata era, messer Betto con sua brigata a caval venenda su per la versal a través de la especulación del intelecto). Lo que nos
piazza di Santa Reparata, vedendo Guido h1 tra quelle sepolture, sorprende es la imagen visual que Boccaccio evoca: Cavalcanti
dissero: «Andiamo a dargli briga»; e spronati i cavalli, a guisa d'u- liberándose de un salto «si come c()lui ch~, le_gK~I:}~~,~rn.-o _~ra».
no assalto sollazzevole gli furano, quasi prima che egli se ne av- Si quisiera escoger un símbolo prop'ic::io para asomarnos al
vedesse, sopra e cominciarongli a dire: «Guido, tu rifiuti d'esser nuevo milenio, optaría por éste: eL~gi} salt<;:> r~pentino del poe-7~"J'~o'R':~~,J,;)·~
di nostra brigata; ma ecco, quando tu avrai trovato que Idio non ta filósofo que se alzasobre la pesadez del mundo,demos-I ,.,\'"
sia, che avrai fatto?». trando que Sil gravedad contiene .el secreto de la levedad,,/
A' quali Guido, da 101' veggendosi chiuso, prestamente disse: ,:,ientras q\,e lo que ,:,uchos conSIderan la VItahdad de los I
«Signad, voi mi potete dire a casa vostra ció che vi piace»; e pos- tIempos, rUIdosa, agreSIva, rabIosa y atr~nadora, pe~~e~ece al.!
ta la mano sopra una di quelle arche, che grandi erano, si come reino de la muerte, como un cementeno de automovIles he-
colui che leggedssimo era, prese un salto e fusi gittato dall'altra rrumbrosos. -
parte, e sviluppatosi da loro se n'andó.
Quisiera que, ahora que me dispongo a hablar de Caval-
[Ahora bien, un día ocurrió que, habiendo salido Guido de canti, poeta de la levedad, tuvieran presente esta imagen. En
Orsanmiche1e, avanzaba por el Paseo de los Adimari hasta San sus poemas los dramatis personae más que personajes humanos
Juan, que muchas veces era su camino; alrededor de San Juan ha- son ~uspiros, rayos luminosos, imágenes ópticas, y sobre todo
bía unos grandes sarcófagos de mármol, que hoy están en Santa esos impulsos o mensajes inmateriales que élllarna «espíritus».
Reparata, y otros muchos; mientras él estaba entre las columnas Un tema nada leve, como los padecimientos del amor, lo des-
de pórfido que allí hay y los sarcófagos y la puerta de San Juan, compone Cavalcanti en entidades impalpables que se despla-
que cerrada estaba, llegó micer Betto con su grupo a caballo por zan entre alma sensitiva y alma intelectiva, entre corazón y

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entre ojos y voz. En una palabra, se trata siempre de al- canta'/" d'auf!,rdli e ragionar d'amore;
go que se distingue por tres características: 1) es levísimo; 2) adorni legni'n mar/orte correnti;
está en movimiento; 3) es un vector de informaciÓ;;:-E~~lgu­
nos poemas -este mensaje-mens~fero es el texto poético mismo: aria. Serena quand'apjxl'r l'albore
en el más famoso de todos, el poeta desterrado se dirige a la e bianca neve scender senza venti;
balada que está escribiendo y dice: ,Na' tu, leggera e piana / rivera d'acqua e prato d'ogni fiore;
dritt'a la donna mia» [Ve, leve y silenciosa, / sin desviarte, a mi om, argento, azzuTro 'n ornamenti:
señora]. En otro, son los instrumentos de la escritura -plumas
y utensilios para afilarlas- los que toman la palabra: "Noi sian [Belleza de dama y de sabio mente / y gentiles caballeros aro
le triste penne isbigottite, / le cesoiuzze e'l coltellin dolente ... » mados; / cantar de aves y razonar de amor; / hermosas naves que
[Somos las tristes plumas desalentadas, / las tijerillas y el cor- se deslizan por el mar: / / aire sereno cuando el albor aparece /
taplumas doliente ... ]. En un soneto la palabra «spirito» o "spi- y blanca nieve que cae sin viento; / vega y prado con flores; / oro,
ritello» aparece en cada verso; en una evidente autoparodia, plata, azul en los ornamentos.]
Cavalcanti lleva hasta sus últimas consecuencias su predilec-
ción por esa palabra clave, concentrando en los catorce versos El verso «y blanca nieve, que cae sin viel1,to>} fue tomado con
un complicado relato abstracto en el que intervienen catorce pocas variante~por Dante en elInfierno (XIV, 30): "Come di ne-
«espíritus», cada uno con una función diferente. En otro so- ve in alpe sanza vento» [como nieve en los Alpes, si no hayvien-
neto, el cuerpo es desmembrado por el padecimiento amoro- to]. Los dos versos son casi idénticos, y sin embargo expresan
so, pero sigue andando como un autómata "fatto di rame o di dos concepciones completamente diferentes. En ambos la nie-
pietra o di legno» [hecho de cobre o de piedra o de madera]. ve sin viento evoca un movimiento leve y silencioso. Pero aquí
Ya en un soneto de Guinizelli las penas de amor transforma- termina la semejanza y empieza la diferencia. En Dante el ver-
ban al poeta en una estatua de azófar, imagen muy concreta so está dominado por la especificación del lugar (en los Alpes),
cuya fuerza reside justamente en la sensación de peso que que evoca un escenario montañoso. En cambio, en Cavalcanti
transmite. En Cavalcanti el peso de la materia se anula por el el adjetivo "blanca», que podría parecer pleonástico, unido al
hecho de que los !lLateriaJ"s_<iel.~rnulai'LQbumano.pueden.ser verbo "bajar», también totalmente previsible, borrdIl el paisaje
!lll1.chos ..c_imeri'ambiªbleE;la metáfora no impone un objeto en una atmósfera de suspendida abstracción. Pero la primera
sólido y ni siquiera la palabra "piedra» llega a dar pesadez al palabra es sobre todo la que determina el significado diferente
verso. Encontramos esa p..a.r:idad dr,10dol0.queexistea la que de los dos versos. En Cavalcanti la conjunción "y" pone a la nie-
me referí a propósito de Lucrecio y Ovidio. Un maestro de la ve en el mismo plano que las otras visiones que la preceden y la
crítica estilística italiana, Gianfranco Contini, la define como siguen: una fuga de imágenes que es como un muestrario de las
«homologación cavalcantiana de los reales». bellezas del mundo. En Dante e! adverbio "como» encierra to-
El ejemplo más feliz de "homologación de los reales» lo da da la escena en el marco de una metáfora, pero dentro de ese
Cavalcanti en un soneto que se inicia con una enumeración de marco la metáfora tiene una realidad concreta, así como tiene
imágenes de belleza, destinadas todas a ser superadas por la una realidad no menos concreta y dramática el paisaje de! in-
belleza de la mujer amada: fierno bajo una lluvia de fuego, para'ilustrar el cual introduce
el símil de la nieve. En Cavalcanti todo se mueve tan rápida-
BiUa di donna e di saccente core mente que no podemos percibir su consistencia sino tan sólo
e cavalieri armati che sien gen ti; sus efectos; en Dante todo adquiere consistencia y estabilidad:

28 29
establece con precisión el peso de las cosas. Hasta cuando ha- encuentra su lugar. Forzando un poco la contraposición se po-
bla de cosas leves, Dante parece querer dar el peso exacto de dría decir que Dante da solidez corpórea incluso a la especu-
esa levedad: «como nieve en los Alpes, si no hay viento»; así co- lación intelectual más abstracta, mientras que Cavalcauti di-
mo, en otro verso muy similar, la pesadez de un cuerpo que se suelve lo concreto de la experiencia tangible en versos de
hunde en el agua y desaparece está como retenida y amorti- ritmo medido, silabeado, como si el pensamiento se fuera se-
guada: «come per acqua cupa cosa grave» [como en agua pro- parando de la oscuridad en rápidas descargas eléctricas.
funda cosa grave] (ParaisoIlI, 123). El haberme detenido en Cavalanti me ha servido para acla-
Al llegar aquí debemos recordar que la idea de que el mun- rar (al menos para mí mismo) lo que entiendo por «levedad».
do está constituido por átomos sin peso nos sorprende porque La levedad, para mf~e,aso~ia con la ,precisión Xl", determina-
tenemos experiencia del peso de las cosas, así como no po- ción, nocün' favaguedad y el abandonarse al azar. piul Valéry
dríamos admirar la levedad del lenguaje si no supiéramos ad- 'ha dicho: dI faut etre léger comme l'oiseau, et non comme la
mirar también el lenguaje dotado de peso.
' plume».
Me he servido de Cavalcanti para ejemplificar la levedad en,
Podemos decir que dos vocaciones opuestas se disputan el
campo de la liter,atura a través de los siglos: una tiende a hacer
G
-
por lo menos, tres acepciones diferentes:
1) Un alig"~aJlliento del lenguaje mediante el cual los signi-
del l"Ilgllaj" un e!<',lIleIltosinpeso que flota sobre las cosas Hcados.SOIlJanalizados por un tejido verbal corno sin peso,
como una nube, o mejor, como un polvillo sutil, o mejor aún, co- hasta adquirir la misma consistencia enrarecida.
mo un campo de ,impulsos magnéticos; la otra tiende a comu- Les d<:jo buscar otros ejemplos en esta dirección. Emily
nicar al lenguaje el I,eso, el espesor, lo concreto de las cosas, Dickinson puede proporcionarnos cuantos queramos:
de los cuerpos, de las sensaciones.
En los orígenes de la literatura italiana -y europea-, Caval- A sepaZ, petal, and a thom
canti y Dante son quienes abren estas dos VÍas. La oposición es [~Jjon a common summer's morn -
válida, naturalmente, en líneas generales, pero exigiría innu- A flash of De," - a Bee or ttoO -
merables especificaciones, dada la enorme riqueza de recursos A Breeze - a caper in the trees -
de Dante y su extraordinaria versatilidad. No es casual que el And I'm a Rose!
soneto de Dante inspirado en la levedad más feliz: «Guido, i'
vorrei che tu e Lapo ed io» [Guido, quisiera que tú y Lapo y [Un sépalo, un pétalo, y una espina / una mañana cualquiera
yo], esté dedicado a Cavalcanti. En la Vida Nueva, Dante trata de verano, / un frasco de rocío, una abeja ° dos, / una brisa, una
la misma materia de su maestro y amigo, y hay palabras, moti- cabriola entre los árboles, / iY soy una rosa!]
vos y conceptos que se encuentran en ambos poetas; cuando
Dante quiere expresar la levedad, también en la Divina Come- 2) El relato de un razonamiento o de un proceso psicológi·
dia, nadie sabe hacerlo mejor que él; pero su genialidad se ma- ca en el que obran elementos sutiles e imperceptibles, o una
nifiesta en el sentido opuesto, en la manera de extraer de la descripción cualquiera que comporte un alto grado de abs·
lengua todas las posibilidades sonoras, emocionales, de evoca- tracción.
ción de sensaciones; en la manera de capturar en el verso el y aquí, por buscar un ejemplo más moderno, podemos
mundo en toda la variedad de sus niveles y de sus formas yatri- probar con Henry James, abriendo al azar uno de sus libros:
butos, de transmitir el sentido de que el mundo está organiza-
do según un sistema, un orden, una jerarquía en la que todo It was as if these depths, constantly bridged over by a structu·

30 31
re that was firm enough in spite of its lightness and ofits occasion- enamorado; que Cupido te preste sus alas y álzate con ellas
al oscillation in the somewhat vertiginous air, invited on occasion, lnás que con un salto]. Mercucio contradice inmediatamente
in the interest of their nerves, a dropping of the plummet and a a Romeo, que acaba de decir: «Under love's heavy burden do
measurement 01' the abyss. A difference had been made more- 1 sinb [B,!jo el peso del amor me hundo). La forma en que
over, once for all, by the fact that she had, al! the while, not appear- Mercucio se mueve en el mundo queda definida por los pri-
ed to feel the need of rebutting his charge of an idea within her meros verbos que emplea: lo dance, to SDar, to prickle (bailar, al-
that she didn 't dare to express, uttered just before one of the fu- zarse, punzar). El semblante humano es una máscara, a visor.
llest of their later discussions ended (The Eeast in the ¡ungle). Apenas entra en escena siente el deseo de explicar su filosofÍa;-~.'·
no con un discurso teórico, sino contando un sueño: la Rein<0
[Este abismo, constall_temente salvado por una estructura 10 Mab, «Queen Mab, the fairies' midwife», aparece en una ca-
bastante firme a pesar de su ligereza y de sus ocasionales oscilacio- rroza hecha con «an empty hazelnut» (La Reina Mab, partera
nes en el espacio un tanto vertiginoso, invitaba en ocasiones, pa- de las hadas [aparece en una carroza hecha con) la cáscara de
ra tranquilidad de los nervios, a un descenso de la plomada y a una avellana) :
una medición de la profundidad. Había quedado establecida una
diferencia, además, una vez y para siempre, por el hecho de que Her waggon-spokes nzade 01 long sPinners' legs;
durante todo este tiempo ella no parecía sentir la necesidad de The cover, 01 the wings C?f grasshoppers;
refutar el cargo de que tenía una idea que no se atrevía a cxpre- The traces, 01 the snzallest sPider:'l web;
=t,';-r-¡.'''.:, "'"'R,-O ,sar, un cargo formulado precisamente antes de terminar una de ]'he callars, olthe nzoonshine's watery bemns,'
-lO' _C,","
""J:'-V~ ';'5 -l"'o]Qr~ \ 'lás más extensas de sus últimas discusiones.] Her whijJ, oJ cricket's hone; the lash, oJjilm;
=;;. '1'-''''0'"<-\1 qb"t>--,

""e'" 3) Unaim':lgl"ufigurada .de levedaJiq.!!eCObce un. valou,1U- [Los radios de las ruedas de su carroza están fabricados de lar-
--- blemático, como, en el cuento de Boccacdo, Cava1canti sal- gas patas de araña; / la cubierta, de alas de saltamontes; / las rien-
tando con sus delgadas piernas por encima de la losa sepul- das, de finísima telaraña; / las colleras, de húmedos rayos de lu-
cral. na; / su látigo, de un hueso de grillo; la tralla, de una hebra sutil;]
:Hay ihY~:r!-cioº~ª--Jjter~li~~_~e~~jmponen a la-lll.e-ill9ria
.m;Í,,:;.pOL§lLS!lge~tión verbªLqll.l.'_poLlas.palaJ:>.r.as. La escena en y no olvidemos que esta carroza era «drawn with a team oflit-
que Don Quijote clava su lanza en un aspa del molino de vien- tle atomies» [tirada por un tronco de minúsculos átomos): de-
to y es izado por los aires ocupa unas pocas líneas en la nove- talle decisivo, creo, que permite fundir en el sueño de la Rei-
la de Cervantes; se puede decir que el autor ha invertido en na Mab atomismo lucredano, neoplatonismo renacentista y
ella un mínimo de sus recursos de escritura; no obstante, es celtic-lore.
uno de los momentos más famosos de la literatura de todos los Quisiéramos que también el paso danzarín de Mercucio nos
tiempos. acompañara hasta el umbral del nuevo milenio. La época que
sirve de fondo a Rnmeo y ¡ulieta tiene muchos aspectos que no
Creo que con estas indicaciones puedo ponerme a hojear difieren demasiado de los de nuestro tiempo: las ciudades
los libros de mi biblioteca en busca de ejemplos de levedad. En ensangrentadas por violentas querellas no menos insensatas
Shakespeare voy a buscar ahora mismo el momento en que que las de Capuletos y Montescos; la liberación sexual predica-
Mercucio entra en escena: «You are a lover; borrow Cupid's da por la Nodriza que no logra convertirse en modelo de amor
wings / and soar with them above a common bound" [Te has universal; los experimentos de Fray Lorenzo, guiados por el ge-

32 33
neroso optimismo de su «filosofía natural», pero que nunca se templation of rny travels, which, by often rumination, wraps me in
sabe con certeza si se usarán para la vida o para la muerte.
,E.tJ Jr~~ o., hif ).v <¿ uf
a mast humorous sadness.

;:1:,;;Nf~!' ~~.e ..tl i 'h


.11-2 Ú
J
El renacimiento shakesperiano conoce las influencias eté-
:"ó' 1"S • [ ... pero es una melancolía mía propia, compuesta de muchos
C""_'\ ..h 1,. \",: _ feas que conectan macrocosmos y mICrocosmos, desde el fir-
elementos, extraída de muchos objetos, mera y diversa contem-
h !~(,;-,')! I,,!,'_A"~"-mamento neoplatónico hasta los espíritus de los metales que
Ú<?\II ' plación de mis viajes, que, al rumiarla a menudo, me envuelve en
'ag','; :.:..~ se transforman en el crisol de los alquimistas. Las mitologías una tristeza muy humorística.]
.n,,>. u " " clásicas pueden proporcionar su repertorio de ninfas y de drí-
ÍJI-lo "\-';:1~,\1: '6n
q", .. , ••~ •. :... ,adas, pero las mitol~gías célticas, con sus elfos y sus hadas, SO!' SQ'<;S(,-O!;¡8

No es, pues, una melancolía compacta y opaca, sino un ve-


.. desde luego más rica~ en imágenes de las fuerzas naturales mas lo de minúsculas partículas de humores y sensaciones, un ~ol­
, " . " "'~utiles. Este fondo cultural (pienso naturalmente en los fasci- villo de átomos, como todo lo que constituye la sustanCia uln-
." nantes estudios de Frances A. Yates sobre la filosofía oculta del
ma de la multiplicidad de las cosas.
'./:/' .:.::';; Renacimiento y sus ecos en la literatura) explica por qué en Confieso que mi tentación de fabricarme un Shakes~eare
. n !'.' Shakespeare se pueden hallar los más abundantes ejemplos de adepto del atomismo de Lucrecio es muy fuerte, pero se que
mi tema. Y no pienso solamente en Puck y en toda la fantas- sería arbitrario. El primer escritor del mundo moderno qu~ ha-
magoría del Sueño, o en Ariel y en todos los que "are such stuff ce explícita profesión de una cQllce¡:¡cióll atomi$Jacle!_un1y!'r-
/ as dreams are made on» [son de la misma sustancia de que so en su_ transfiguración fantástica lo encontrarnos solo unos
están hechos los sueños], sino sobre todo en esae~p~cia~ años después, en Francia: Cyrano de Bergerac. , ,
dulación líricay-""ist,,-nc:01 ql1e pl"rII)it~QIl!Cml'I3l1:.'iJ)r()I'i() Extraordinario escritor, eyrano, que merecena ser mas re-
grama 'comQdesile-:-fueraj'disoly,,[Ioen melaJ:l~ºlí~e irQIlía. cordado, y no sólo como primero y auténtico precursor, de la
".~. C'" L¡'gra:vedad sin peso de la que he hablado a propósito de ciencia-ficción, sino porsus cualidades intelectuales y poencas .
•..• .,.... l., Cavalcanti vuelve a aiJorar en la época de Cervantes y de Partidario del sensismo de Gassendi y de la astronomía de Co-
Y'R''C, ••.", Shakespeare: esa conexión especial entre melancolía y humo-
pérnico, pero imbuido sobre todo de la «filosofía natural» del
rismo que Klibansky, Panofsky y Saxl estudiaron en Saturno y la Renacimiento italiano -Cardano, Bruno, Campanella-, eyra-
melancolía. Así como la melancolía es la tristeza que se aligera, no es el primer poeta del atomismo en las literaturas moder-
así el humour es lo cómico que ha perdido la pesadez corpórea nas. En páginas cuya ironía no disimula una verdadera con-
(esa dimensión de la carnalidad humana que sin embargo cons- moción cósmica, Cyrano celebra la unidad de todas las cosas,
tituye la grandeza de Boccaccio y Rabelais) y pone en duda el inanimadas o animadas, la combinatoria de figuras elemen-
yo y el mundo y toda la red de relaciones que los constituyen. tales que determina la variedad de las formas vivientes, y sobre
Melancolía y humourmezclados e inseparables caracterizan todo transmite el sentido de la precariedad de los procesos
el acento del Príncipe de Dinamarca, que hemos aprendido a que las han creado, es decir, lo poco que faltó para que el hom-
reconocer en todos o casi todos los dramas shakesperianos en bre no fuera el hombre,y la vida la vida, y el mundo un mundo.
labios de los muchos avatares del personaje de Hamlet. Uno
de ellos, Jaques en Como gustéis, define así la melancolía (acto Vous vous étonnez eomme eette matiere, brouillée pele-meIe,
N, escena 1):
au gré du hasard, peut avoir eoristitué un hornme, vu qu'il y avait
tant de ehoses néeessaires a la eonstruetion de son etre, mais vous
... but it is a melancholy of my own, compounded of many sim- ne savez pas que eent millions de fois eette matiere, s'aeheminant
ples, extracted fron: many objects, and indeed the sundry COll- au dessein d 'un hOffilne, s' est arretée a fonner tantót une pierre,

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35
r
¡

tantot du plomb, tantot du corail, tantót une fleur, tantót une [Hombre, mi querido hermano, ¿qué te he hecho que merez-
comete, pour le trap ou trap pcu de certaines figures qu'iI fallait ca la muerte? ( ... ) ¡Me alzo de la tierra, me abro, te tiendo mis
ou ne fallait pas a désigner un hornme? Si bien que ce n'est pas brazos, te ofrezco a mis hijos en semilla y, en recompcnsa a mi
lllcrveille qu'entre une infinie quantité de matiere qui change et cortesía, tú me haces cortar la cabeza!]
se remne incessamment, elle ait rencontré a faire le peu d'ani-
maux, de végétaux, de minéraux que nQllS voyons; non plus que Si pensamos que este alegato por una verdadera fraternidad
ce n'cst pas merveille qu'cn cent coups de dés il arrive une rafle. universal fue escrito casi ciento cincuenta años antes de la Revo-
Aussi bien est-il impossible que de ce remuement il ne se fasse lución francesa, vemos cómo la lentitud de la conciencia huma-
quelque chose, et ectte chose sera tOlüours admirée d'un étourdi na para salir de su parochialism antropocéntrico puede quedar
qui ne saura pas combien peu s'en est fallu qu'elle n'ait pas été anulada en un instante por la invención poética. Todo esto en el
faite (Voyage dans la lune). contexto de un viaje a la luna en el que Cyrano supera en ima-
ginación a sus más ilustres predecesores, Luciano de Samosata y
[Y, después de esto, os extrañáis de que esta materia, revuelta Ludovico Ariosto. En mi análisis de la levedad, Cyrano figura so-
en desorden al azar, pueda haber constituido un hombre, te- bre todo por la manera en que, antes de Newton, sintió el pro-
niendo en cuenta que había tantas cosas necesarias a la construc- blema de la gravitación universal; o mejor, el problema de cómo
ción de su ser. ¿No sabéis, pues, que un millón de veces esta ma- sustraerse a la fuerza de la gravedad estimula tanto su fantasía
teria, encaminándose al dibujo de un hombre, se ha parado a que lo lleva a inventar toda una serie de sistemas, a cuál más in-
formar ya una piedra, ya plomo, ya coral, ya una flor, ya un co- genioso, para subir a la luna: con ampolletas llenas de rocío que
meta, y todo esto debido a la mayor o mc:::.jor cantidad de ciertas se evapora al sol; untándose con médula de buey, que es habi-
figuras que se necesitaban o no se necesitaban para diseñar un tualmente absorbida por la luna; con una pelota imantada arro-
hombre? No es, pues, una maravilla que entre una infinidad de jada repetidas veces verticalmente al aire desde una lanzadera.
materias que cambian y que se renuevan incesantemente hayan En cuanto al sistema del imán,]onathan Swifi: lo desarrolla-
encontrado el medio de hacer los pocos animales, vegetales y mi- rá y perfeccionará para sostener en el aire la isla volante de La-
nerales que vemos, como tampoco es ninguna maravilla que en puta. La aparición de Laputa volando es un momento en el
cien jugadas de dados haya una en la que salen los tres con el mis- que las dos obsesiones de Swift parecen anularse en un equili-
mo número; más aún, es imposible que de ese movimiento no se brio mágico: me refiero a la abstracción incorpórea del racio-
haga algo, y este algo será admirado siempre por un atolondrado nalismo contra el cual dirige su sátira, y al peso material de la
que no sabrá lo poco que ha faltado para que no se hubiera he- corporeidad.
cho.]
... and 1 could see the sides of it, encompassed with several g-ra-
Por este camino Cyrano llega a proclamar la fraternidad de dations of Galleries and Stairs, at certain intervals, to descend
los hombres con los repollos, y así imagina la protesta de un from one to the other. In the lowest Gallery 1 beheld sorne Peo-
repollo que va a ser cortado: pIe fishing with long Angling Rods, and others looking on.

Hornme, mon cher frere, que t'aije fait qui mérite la mort? [ ... y pude ver sus lados, rodeados por diversas series de gale-
( ... ) Je me leve de terre,je m'épanouis,je te tends les bras,je t'of- rías y escaleras a detenninados intervalos para descender de unas
fre mes enfants en graine, et pour récompense de ma courtoisie, a otras. En la galería inferior pude distinguir a algunas personas
tu me fais trancher la tetc! pescando con largas cañas, y a otras mirando.]

36 37
; i
Lt
En su ininterrumpido discurrir sobre el insostenible peso
Swift es contemporáneo y adversario de Newton. Voltaire es del vivir, Leopardi da de la felicidad inalcanzable imágenes de
admirador de Newton e imagina un gigante, Micromegas, que, levedad: los pájaros, una voz de mujer que canta en una ven-
al revés que los de Swift, se define no por su corporeidad sino
ta n a , la transparencia del aire y, sobre todo, la luna.
1 1 .
por dimensiones expresadas en cifras, por propiedades espa- Apenas se asoma a los ~e:sos de lo~ poetas, a una nene
ciales y temporales enunciadas en los términos rigurosos e im- . mpre el poder de transmitir la sensaClOn de levedad, de sus-
Sie .
pasibles de los tratados científicos. En virtud de esta lógica y de ension, de silencioso y calmo hechizo. En un pnmer m~­
este estilo, Micromegas consigue viajar por el espacio desde Si- p ento quise dedicar esta conferencia entera a la luna: segUlr
m . .
rio hasta Saturno y hasta la Tierra. Se diría que en las teorías aparición en las literaturas de todos los tiempos y paises.
de Newton lo que estimula la imaginación literaria no es el m
Después decidí que la luna se la dejaba toda a Leopa~d'P1. or-
condicionamiento de todas las cosas y personas a la fatalidad e el milagro de Leopardi fue el de qUltar al lenguaJe su pe-
del propio peso, sino el equilibrio de fuerzas que permite a los
~ .
so hasta hacerlo parecido a la luz lunar. Las numerosas apan-
cuerpos celestes flotar en el espacio. ciones de la luna ocupan pocos versos en sus poemas, pero
La imaginación del siglo XVIII abunda en figuras suspendi- bastan para iluminar toda la composición con esa luz o para
das en el aire. No es casual que a comienzos de ese siglo la tra- proyectar en ella la sombra de su ausencia.
ducción al francés de Las mil y una noches de Antaine Galland
abriese a la fantasía occidental los horizontes de lo maravillo- Dolce e chiara ela notte e senza vento,
so oriental: alfombras voladoras, caballos voladores, genios e queta sovra i letti e in mezzo agli orti
que salen de lámparas. posa la luna, e di lonlan rivela
El siglo XVIII verá la culmirlación de esta tendencia de la ima- serena op;ni montagna,
ginación a superar todo límite con el vuelo del Barón de Mun-
chausen montado en una bala de cañón, imagen que en nues- o graziosa luna, io mi rammento
tra memoria ha quedado definitivamente identificada con la che, or volge l'anno, sovra questo calle
ilustración que es la obra maestra de Gustave Doré. Las aventu- io venia Píen d'angoscia a rimirarti:
ras de Munchausen, que, como Las mil y una noches, no se sabe e tu pendevi allor su quella selva
si tuvieron un autor, muchos autores o ninguno, son un conti- sicc01ne or Jai, che tutta la rischiari.
nuo desafío a la ley de la gravitación: el Barón es llevado en vue-
lo por unos patos, se levanta por los aires junto con su caballo o cara luna, al cuí tranquillo raggio
tirando hacia arriba de la coleta de su peluca, baja de la luna danzan le lepri nelle selve...
por medio de una cuerda que va cortando y anudando varias ve-
ces durante el descenso. Cid t1ltta l'aria imbT'una,
Estas imágenes de la literatura popular, junto con las de la li- torna azzurro il sereno, e tornan l'ombre
teratura culta que hemos visto, acompañan la fortuna literaria giu da' colli e da' tetti,
de las teorías de Newton. A los quince años Giacomo Leopardi al biancheggiar della recente luna~
escribe una historia de la astronomía extraordinariamente eru-
dita, en la que, entre otras cosas, resume las teorías newtonia- Che fai tu, luna, in ciel? dimmi, che fai,
nas. La contemplación del cielo nocturno, que inspirará a Leo- silenziosa luna?
pardi sus versos más bellos, no era sólo un motivo lírico; cuando Sorgi la sera, e vai,
hablaba de la luna, Leopardi sabía exactamente de qué hablaba.

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38
contemjJlando i deserti; indi ti posi.
cipio: ~a literatura como funcióneX"istell~i~l, 1~ búsqueda de la
[Dulce y clara es la noche y sin viento, / y quieta sobre los te- levedad como reaccióI~ al peso devivir. Quizá-iaI;biéil-iíTu-
jados y entre los huertos / se posa la luna, y de lejos revela / se- ~;:eCi;;, también a Ovidio los impulsaba esa necesidad: Lucre-
rena _cada montaña. / / Oh graciosa luna recuerdo / que hace ya cio, que buscaba -o creía buscar- la impasibilidad epicúrea;
un ano, a este monte / venía lleno de angustia a contemplarte: / Ovidio, que buscaba -o creía buscar- la resurrección en otras
y pendías entonces sobre aquel bosque / lo mismo que hoy, ilu- \~das según Pitágoras.

minándolo. / / Oh cara luna, a cuyos calmos rayos / danzan las Acostumbrado a considerar la literatura corno búsqueda de
liebres en los bosques ... / / Ya todo el aire se oscurece, / tórnase conocimiento, para moverme en el terreno existencial necesi-
~zul el sereno, y tornan las sombras / a bajar de montes y de te- to considerarlo extensivo a la antropología, a la etnología, a la
Jados / al blanquear de la reciente luna. / / ¿Qué haces, luna, en mitología.
el cielo? dime, ¿qué haces, silenciosa luna? / Surges de noche y A la precariedad de la existencia de la tribu -sequías, en-
vas / contemplando los desiertos; después te detienes.] fermedades, influjos malignos- el chamán respondía anulan-
do el peso de su cuerpo, transportándose en vuelo a otro mun-
¿Se han ido entretejiendo muchos hilos en mi exposición? do, a otro nivel de percepción donde podía encontrar fuerzas
¿De cuál he de tirar para que la conclusión me llegue a las ma- para modificar la realidad. En siglos y civilizaciones más cerca-
nos~ Está el hilo .~ue une la luna, Leopardi, New~on, la gravi- nos a nosotros, en las aldeas donde la mujer soportaba el peso
taclOn y la levItaclOn ... Está el hilo de Lucrecio, el atomismo, la mayor de una vida de constricciones, las brujas volaban de no-
filosofía de! amor de Cavalcanti, la magia renacentista, Cyra- che en e! palo de la escoba o en vehículos más livianos, como
no ... Después está el hilo de la escritura como metáfora de la espigas o briznas de p<\ja. Antes de ser codificadas por los in-
sustancia pulverulenta de! mundo: ya para Lucrecio las letras quisidores, estas visiones formaban parte de lo imaginario po-
eran átomos en continuo movimiento, que con sus continuas pular o, digamos, también de lo vivido. Creo que este nexo en-
permutaciones creaban las palabras y los sonidos más diversos; tre levitación deseada y privación padecida es una constante
Idea que fue retomada por una larga tradición de pensadores antropológica. Este dispositivo antropológico es lo que la li-
para quienes los secretos del mundo estaban contenidos en la teratura perpetúa.
combinatoria de los signos de la escritura: el Ars Magna de Rai- Primero, la literatura oral: en los cuentos populares el vue-
mundo Lulio, la Cábala de los rabinos españoles y la de Pico lo a otro mundo es una situación que se repite muy a menudo.
della Mirandola ... El mismo Galileo verá en el alfabeto el mo- Entre las «funciones» catalogadas porProR12-en Morfología del
delo de toda combinatoria de unidades mínimas. Después cuento, ése es un,o de los modos de «traslado del héroe}>, así de-
Leibniz ... finido: "Por lo general el objeto de las búsquedas se encuentra
¿Debo seguir este camino? Pero la conclusión que me espe- en "otro" reino "diferente", que puede estar situado muy lejos en
""\-ra, {~!o sonará demasiado obvia? La escritura, modelo de todo línea horizontal o a gran altura o profundidad en sentido ver-
'¡proceso de la realidad ... más aún, única realidad conocible ... tical». Propp enumera a continuación varios ejemplos del tema
"má~ aún, única realidad tout court... No, no escogeré esa ví~ El héroe vuela por los aires: "Montado en un caballo o en un pá-
oblIgada que me aleja demasiado del uso de la palabra tal co- jaro, en forma de pájaro, en una nave voladora, en una alfom-
mo yo la entiendo, como persecución perpetua de las cosas bra voladora, a hombros de un gigante o de un espíritu, en el
adecuación a su variedad infinita. ' carruaje del diablo, etc.».
Queda todavía un hilo, el que comencé a desovillar al prin- No me parece forzado conectar esta función chamánica o
de hechicería documentada por la etnología y el folclore, con

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._-_._-----

'1' domésticos como puede ser un cubo, Pero el héroe de es-


.100 .'
lo imaginario literario; por el contrario, creo que l-ª--xacionali- te cuento de Kafka no parece dotado de poderes cham~mcos
"" dad.lIlá2.profunda_implícita.en.todaJabor literaria deb,,-.bus- o ma• 0'1' cos ' ni parece que en el reino allende las Montanas
.
de
b
"'-,c"",,",,' car:se "n las 11ecesidades antropológicas. a. las .que· aquéUª-,,-o- Hielo vaya a llenarse el cubo vacío, Sobre todo porque SI se lle-
tr~sponde, nara no permitiría volar. Así, montados en nuestro cubo nos
Quisiera terminar esta conferencia recordando un cuento asomaremos al próximo milenio, sin esperar encontrarnos na-
de Kafka, El jinete del cubo, Es un breve relato en primera per- da más que aquello que seamos capaces de llevar, La levedad,
sona, escrito en 1917, y su punto de partida es evidentemente por ejemplo, cuyas virtudes ha tratado de ilustar esta confe-
una situación muy real de aquel invierno de guerra, el más te- rencia.
rrible para el Imperio austriaco: la falta de carbón, El narrador
sale con el cubo vacío en busca de carbón para la estufa, Por
la calle el cubo le sirve de caballo, llega a izarlo a la altura de
los primeros pisos y lo transporta meciéndolo como en la gru-
pa de un camello,

La carbonería es subterránea y el jinete del cubo está de-


masiado alto; trata de hacerse oír por el hombre, que está dis-
puesto a satisfacerle, mientras que la mujer no lo quiere escu-
char, El jinete le suplica que le dé una paletada del carbón de
la peor calidad, aunque no pueda pagarle en seguida, La mu-
jer del carbonero se desata el mandil y almyenta al intruso co-
mo si espantara una mosca, El cubo es tan liviano que sale vo-
lando con el jinete, hasta perderse más allá de las Montañas de
Hielo,
Muchos de los cuentos de Kafka son misteriosos y éste lo es
especialmente, Tal vez Kafka sólo quería contarnos que salir en
busca de un poco de carbón, una fría noche en tiempos de
guerra, se transforma, con el simple balanceo del cubo vacío,
en quite de jinete errante, travesía de caravanas en el desierto,
vuelo mágico, Pero la idea de esJc-cubovacJ() .glle_teJ,,'@nta
po,: "n"illl-ª.d.el nivd.donde.se encuentr.ala--ª)'I!da_y,también'-"l
egoísmo de los demás, el cubo. vacío sigllo.de.pri:vación,.dede_
seo, de búsqueda, que te levanta has.ta eLpunto de que. tJJ.hu,
Illilcleplegaria ya no, F!uede ser escuchada,abree·l camino a re-
flexiones sin fin. I--bCÓ,'f''lv) 1i( l_\"q Jq-- ,ts}~) <:Qn JIJ JI bi 1~l\r.l5'I,,)
'"1)

He habl<,do del chamán y del héroe del cuento popular, de


la privación padecida que se transforma en levedad y permite
volar al reino donde. toda carencia será mágicamente satisfe-
cha, He hablado de las brujas que volaban en humildes uten-

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RAPIDEZ

Para empezar les contaré una vieja leyenda.


El emperador Carlomagno se enamoró, siendo ya viejo, de
una muchacha alemana. Los'nobles de la corte estaban muy
preocupados porque el soberano, poseído de ardor amoroso y
olvidado de la dignidad real, descuidaba los asuntos del Impe-
rio. Cuando la muchacha murió repentinamente, los dignata-
rios respiraron aliviados, pero por poco tiempo, porque el
amor de Carlomagno no había muerto con ella. El Emperador,
que había hecho llevar a su aposento el cadáver embalsamado,
no quería separarse de él. El arzobispo Turpín, asustado de es-
ta macabra pasión, sospechó un encantamiento y quiso exami-
nar el cadáver. Escondido debajo de la lengua muerta, encon-
tró un anillo con una piedra preciosa. No bien el anillo estuvo
en manos de Turpín, Carlomagno se apresuró a dar sepultura
al cadáver y volcó su amor en la persona del arzobispo. Para
escapar de la embarazosa situación, Turpín arrojó el anillo al
lago de Constanza. Carlomagno se enamoró del lago de Cons-
tanza y no quiso alejarse nunca más de sus orillas.
Esta leyenda, «tomada de un libro sobre la magia", se cuen-
ta en una versión aún más sintética que la mía en un cuader-
no de apuntes inédito del escritor romántico francés Barbey
d'Aurevilly. Figura en las notas de la edición de la Pléiade de
las obras de Barbey d'Aurevilly (1, pág. 1.315). Desde que la leí,

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h~ seguido representándose en mi mente como si el encanta-
mIento del anillo continuara actuando a través del cuento. dad de cierto número de objetos dotados de ciertos poderes,
Tratemos de explicarnos por qué una historia como ésta que determinan las relaciones entre cierto número de perso-
puede fascinarnos. Hay una sucesión de acontecimientos to najes.
dos ~u.era de lo corriente, que se encadenan unos con o¡ros~
En la narrativa realista, el yelmo de Mambrino se convierte
un vIeJo que se enamora de una joven, una obsesión necrófila en la bacía de un barbero, pero no pierde importancia ni
una inclina'.'~ón homos;xual, y al final todo se aplaca en un~ significado; así como son importantísimos todos los objetos
conte,mplaclOn melancolrca: el vi"jo rey absorto en la contem- que Robinson Crusoe salva del naufragio y los que fabrica con
placlon del lago. «Charlemagne, la vue attachée sur son lac de sus manos. Diremos que, desde el momclltoenqu"unobjeto
Constance, amo,:,reux de l'abime caché», escribe Barbey d'Au- ap~~E~ce en ull a narraci~n,,_~~e carga de un~ fu,~J;'~~-,_e_~R~~~aC se
revrlly en el pasaje de la novela a que remite la nota que refie- convierte en algo como el polo de un campo magnético, un nu-
re la leyenda (Une vieille maitresse). do de una red de relacion~s invisibles. El simbolismo de un ob-
. Hay un vínculo verbal que crea esta cadena de aconteci- J"t,~ Pll~4e~er IIl;Ís q me,Il os ej{plícit() ,p~~;;~~isÍ:~iiempEe. pO-
t~l1e~tos: la palabra «amor» o «pasión», que establece una COll-
dríamos decir que en una narración un o~jeto es siempre un
tmUld~d entre diversas formas de atracción; y hay un vínculo objeto mágico.
narrativo, el anillo mágico, que establece entre los diversos epi- La leyenda de Carlomagno, para volver a ella, tiene tras de
sodIOS una relación lógica de causa a efecto. La carrera del de- sí una tradición en la literatura italiana. En sus Cartasfamilia-
s~o ha~ia un objeto que no existe, una ausencia, una carencia, res (1, 4), Petrarca cuenta que se ha enterado de esta «graciosa
SImbolIzada por el círculo vacío del anillo, está dada más por historieta» (fabella non inamena), en la que dice no creer, al vi-
el fltrno del relato que por los hechos narrados. Del mismo sitar el sepulcro de Carlomagno en Aquisgrán. En el latín de
modo, todo el cuento está recorrido por la sensación de muer- Petrarca, el relato es mucho más rico en detalles y sensaciones
te ,en la que parece debatirse afanosamente Carlomagno afe- (el obispo de Colonia que, obedeciendo a una milagrosa ad-
rrandose a los lazos de la vida, afán que se aplaca después en vertencia divina, hurga con el dedo debajo de la lengua gélida
la con templ.ación del lago. y rígida, sub gelida rigentique lingua, del cadáver) yen comenta-
Elverda~ero protagonista del relato es, en cualquier caso,
rios morales, pero yo encuentro mucho más fuerte la ªugesti§p.
el anIllo maglco: porque son los movimientos del anillo los del resumen descarnado donde 1QdQ_qneda_lihradD_~a-'ajrna­
que determinan los movimientos de los personajes, y porque gin_'!iliín, y donde la ~apidez con que se suceden los hechos
el anIllo es el que establece las relaciones entre ellos. En torno crea la sensación de lo ineluctable. ~
al objeto mágico se forma como un campo de fuerzas que es el La leyenda reaparece en el florido italiano del siglo XVI, en
c.ampo narratIvo. Podemos decir que el obj¡:to mágico es un varias versiones, en las cuales la fase de necrofilia es la que más
sIgno reconoCIble que hace explícito el nexo entrepersonas o se desarrolla. Sebastiano Erizzo, cuentista veneciano, hace pro-
entre ac_o~t~Clmlentos: una t\lp-~ióri narrativa cuya histor"ia po-
nunciar a Carlomagno, acostado con el cadáver, una lamenta-
demos segUIr en las sagas nórdicas y en las novelas de caballe- ción de varias páginas. En cambio, a la fase homosexual de la
ría y que sigue presentándose en los poemas italianos del Re-' pasión por el obispo sólo se hace alusión o directamente se
nacImIento. En el Orlando furioso asistimos a una interminable la censura, comO en uno de los más famosos tratados sobre el
serie de intercambios de espadas, escudos, yelmos, caballos, amor del siglo XVI, el de Giuseppe Betussi, en que el cuento
dotados cada u,no de p:-opiedades características, de modo que termina con el hallazgo del anillo. En cuanto al final, en Pe-
la mtnga podna descnbIrse a través de los cambios de propie- trarca y sus continuadores italianos no se habla del lago de
Constanza porque toda la acción se desarrolla en Aquisgrán,

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ya que la leyenda debía explicar los orígenes del palacio y del en las repeticiones, por ejemplo, cuando el cuento consiste en
templo que el Emperador había hecho construir; el anillo es una serie de obstáculos que hay que superar. El placer infantil
arrojado a un pantano cuyo olor a fango aspira el Emperador de escuchar cuentos reside también en la espera de lo que se
como un perfume y de cuyas aguas "hace uso con gran volup- repite: situaciones, frases, fórmulas. Así como en los poemas-(
tuosidad» (esto se relaciona con otras leyendas locales sobre o en las canciones las rimas pautan el ritmo, en las narraciones'
los orígenes de las fuentes termales), detalles que acentúan en prosa hay acontecimientos que riman entre sí. La leyenda
aún más la impresión fúnebre de todo el conjunto. de Cario magno tiene eficacia narrativa porque es una suce-
Antes aún estaban las tradiciones medievales alemanas estu- sión de acontecimientos que se responden como rimas en un
diadas por Gaston Paris, qne se refieren al amor de Carlomag- poema.
no por la mujer muerta, con variantes que la convierten en Si en una época de mi actividad literaria me atrajeron los
una historia muy diferente: unas veces la amada es la legítima folk-tales, los fairy-tales, no fue por fidelidad a una tradición ét-
esposa del Emperador, la cual se asegura su fidelidad con el nica (puesto que mis raíces están en una Italia absolutamente
anillo mágico; otras es un hada o ninfa que muere apenas se la moderna y cosmopolita) ni por nostalgia de las lecturas infan-
despoja del anillo; otras es una mujer que parece viva y al qui- tiles (en mi familia un niño debía leer solamente libros ins-
tarle el anillo resulta ser un cadáver. El origen está probable- tructivos y con algún fundamento científico), sino por interés
mente en una saga escandinava: el rey noruego Harald duer- estilístico y estructural, por la economía, el ritmo, la lógica
me con su mujer muerta envuelta en una capa mágica que la esencial con que son narrados. En mi labor de transcripción
conserva como viva. de los cuentos populares italianos a partir de las compilaciones
En una palabra, en las versiones medievales recogidas por hechas por los estudiosos del folklore del siglo pasado, experi-
Gaston Paris falta la sucesión en cadena de los acontecimien- mentaba un placer particular cuando el texto original era muy
tos, y en las versiones literarias de Petrarca y de los escritores lacónico y debía intentar contarlo respetando su concisión y
del Renacimiento falta la rapidez. Por eso sigo prefiliendo la tratando de extraerle el máximo de eficacia narrativa y de su-
versión contada por Barbey d'Aurevilly, a pesar de su tosque- gestión poética. Por ejemplo:
dad un poco patched up; su secreto reside en la economía del
rj'Olatg: los acontecimientos, independientementé" d;:"~;""d~ra­ Un Re s'ammaló. Vennero i medid e gli dissero: «5enta, Ma-
ción, se vuelven puntiformes, ligados por segmen tos rectilíne- esta, se vuol guarire, bisogna che leí prenda una penna deH'Or-
os, en un dibujo en zigzag qne corresponde a un movimiento co. E un rimedio difficile, perche l'Orco tutti i cristiani che vede
sin pallsa. r·-~-'~-~~~ ~
se li mangia».
¡"I,(¡,c" Con esto no quiero decir qne la velocidad sea un valor en Il Re 10 disse a tutti ma nessuno ci voleva andare. Lo chiese a
"\~/c)",!ií: el tiempo narrativo puede ser también retardador, o cíclico, un suo sottoposto, molto fedele e coraggioso, e questi disse:
:~ ~ ''"!'" 'o inmóvil. En cualquier caso el relato es una__ ,()pe~_aci~n sobre «AndróJ>J>.
v¡s\;. ;:: la duración, un encantamiento que obra sobre_"-'e~ t~anscurrir Gli insegnarono la strada: «In cima a un monte, ci sono sette
ctel"¡je~po, c~nt~~y~nQQlo o dilatánd'")lo.En Sidha el que buche: in una delle sette, d sta l'OrcoJ».
«1u
cuenta historias emplea una fóiriíuEi: cuntu nun metti tem- L'uomo andó e 10 prese i1 buio per la strada. Si fenno in una
pu» [el cuento no lleva tiempo], cuando quiere saltar pasajes locanda ... (Fiabe italiane, 57).
o indicar un intervalo de meses o de años. La técnica de la na-
rración oral en la tradición popular responde a criterios de [Un Rey enfermó. Vinieron los médicos y le dijeron: «Oíd,
funcionalidad: descuida los detalles que no sirven, pero insiste Majestad, si queréis curaros tenéis que tomar una pluma del

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¡
ii
Este motivo puede entenderse también como una alegoría
O?r~. Es un remedio difícil, porque el Ogro, cristiano que ve,
del tiempo narrativo, de su inconmensurabilidad en relación
CrIstIano que se come».
con el tiempo real. Y el mismo significado se puede recono-
. ~ El Rey 10 dijo a todos, pero nadie quería ir. Entonces se lo pi-
cer en la operación inversa, la de la dilatación del tiempo por
dlO a uno de sus subordinados, muy fiel y corajudo, que le dijo:
proliferación interna de una historia a otra, característica de
~(Allá voy».
los cuentos orientales. Shahrazad cuenta una historia en la
Le indicaron el camino: «En lo alto de un monte hay siete cue-
que se cuenta una historia en la que se cuenta una historia, y
vas: en una de las siete está el Ogro».
así sucesivamente.
El hombre salió y en el camino se le hizo de noche. Se detuvo
El arte gracias al cual Shabrazad salva cada noche su vida re- o
side en saber eIlcaden~r llna historia c()n otr,,} en saber inJ '0'''0'70_'••
en una posada ... (Cuentos pojJUlares italianos, 57).]
terrurpÉ~~~-~·,·.~~'· ~,í'_~o,m-~r:_to J~sto,:' dos operádones s'ühre la (-o;) ¡,I,-"':'i:l
Nada se dice de la enfermedad del Rey, de cómo es posible continuidad'y']ad'iicür;Üiiuidad 'del tiempo. Es un secrdooQ". )y- -u",,,
que un Ogro tenga plumas, de cómo son las siete cuevas. Pero
ri~trrl0' una cap~ura,A~.1, tiempo que podemos reconocer" de~de ;;\·~~~):~~;\.'I
todo lo que se nombra tiene en la trama una función necesa- los'orígenes: en la épica, por efecto de la métrica del verso; en lVü1'rl"\'~'iU
ria; la prim~ra característica del folk-tale es la econ"mía expre-
la narración en prosa, por los efectos que mantienen vivo el
~~~; ~ª~, p-~~~e~,C:~(ls más extraordinarias se narrin tenÍendoen
deseo de escuchar la continuación.
~ll~;'ta solamente lo esencial; hay siempreun,,-batarlacontra
Todos conocen la sensación de incomodidad que se tiene
"luen.'p~, contra los obstáculos que impiden üretardan'C!
cuando alguien que pretende contar un chiste no sabe hacer-
c"mphml,ento de un deseo o la recuperación de uri']5féfCper-
lo y se equivoca en los efectos, es decir, en las concatenaciones
dldo. El tJempo puede detenerse del todo, como en el castillo
yen los ritmos sobre todo. Hay un cuento de Boccaccio (VI, 1),
de la Bella Durmiente, pero para eso basta que Charles Pe-
relativo justamente al arte del relato oral, en que se evoca esta
rrault escriba:
sensación.
Un alegre grupo de damas y caballeros que una dama flo-
... .les bro~hes llleme gui étaient au feu toutes pleines de per-
rentina ha acogido en su casa de campo sale a dar un paseo a
dnx et de falsans s'endormirent, et le feu aussi. Tout cela se fit en
pie, después del almuerzo, hasta otra amena localidad de los al-
un momcnt: les fées n'étaient pas longues a leur besogne.
rededores. Para hacer más llevadero el camino, uno de los caba-
lleros propone contar un cuento: .
. [ ... hasta las br.oquetas en gue se asaban cantidad de perdices y
faIsanes se durmIeron, y el fuego también. Todo eso ocurrió en
«Madonna Oretta, guando voi vogliate, io vi portero, gran par-
un instante: las hadas haeen muy rápido las cosas.]
te della via che a andare abbiamo, a cavallo con una delle belle
novelle del mondo.»
[L'a relatividad del tiempo es el tema de un folk-tale difundido
Al guale la donna rispuose: «Messere, anzi ve ne priego io mol-
por todas partes: el viaje al más allá que es vivido por quien lo
to, e sarammi carissimo}).
cumple como SI durase pocas horas, mientras que al regreso el
Messer 10 cavaliere, al guale forse non stava meglio la spada
lugar de partid~ es irreconocible porque han pasado años y
allato che'l novellar neUa lingua, udito guesto, comineio una sua
anos. Recordare en passant que en los comienzos de la literatu-
novella, la guale nel vero da sé era beUissima, ma egli or tre e gua-
ra no:-teamericana este motivo dio origen al Rip Van Winkle de
tro e sei volte replicando una medesima parola e ora indietro tor-
Washmgton Irvmg, que asumió el significado de un mito de
nando e talvolta dicendo: «lo non dissi bene» e spesso ne' nomi
fundación de la sociedad norteamericana basada en el cambio.

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50
errando, un per un altro ponen done, fieramente la guastava: sen- dad estilística se trata de l:'tpi<iez de adaptación,agilidad<ie la
za che egli pessimamente, secondo le qualitl delle persone e gli $:xprssión y del pensamiento.
atti che accadevano, profereva.
Di che a madonna Oretta, udendolo, spesse volte veniva un su- El caballo como emblema de la velocidad, incluso mental,
dore e uno sfinimento di cuore, come se inferma fosse stata per marca toda la historia de la literatura, preanunciando toda la
terminare; la qual cosa poi che piu sofferir non poté, conoscendo problemática propia de nuestro horizonte tecnológico. La era
che il cavaliere era en trato nel pecoreccio né era per riuscirne, de la velocidad, tanto en los transportes como en la informa-
piacevolmente disse: «Messer, questo vostro cavallo ha troppo du- ción, comienza con uno de los más bellos ensayos de la litera-
ro trotto, per che io vi priego che vi piaccia di pormi a pie». tura inglesa, El coche correo inglés (The English Mail-Coach) de
Thomas de Quincey, que ya en 1849 había entendido todo lo
[-Doña Oretta, si queréis, os llevaré gran parte del camino que hoy sabemos del mundo motorizado y de las autopistas, in-
que hemos de andar como si fuerais a caballo, con una de las más cluidos los choques mortales a gran velocidad.
bellas novelas del mundo. De Quincey describe un viaje nocturno en el pescante de
La señora respondió: un velocísimo mail-coach, junto a un gigantesco cochero pro-
-Señor, mucho os lo nlego, que me será gratísimo. fundamente dormido. La perfección técnica del vehículo y la
El señor caballero, a quien tal vez no le sentaba mc:::jor la espa.. transformación del conductor en un ciego objeto inanimado
da al cinto que el contar historias, oído esto comenzó una novela dejan al viajero a merced de la inexorable exactitud de una
que en verdad era en sí bellísima, pero que él estropeaba grave- máquina. Con la acuidad de sensaciones que le ha provocado
mente, repitiendo tres, cuatro o seis veces una misma palabra, o una dosis de láudano, De Quincey advierte que los caballos co-
bien volviendo atrás y diciendo a veces: «No es como dije», yequi- rren a una velocidad de trece millas por hora, por el lado dere-
vocándose a menudo en los nombres, sustituyendo uno por otro; cho del camino. Esto significa un desastre seguro, no para el
sin contar con que la exponía pésimamente, según la calidad de mail-coach veloz y solidísimo, sino para el primer desdichado
las personas y los hechos que sucedían. vehículo que venga en sentido contrario. En efecto, al fondo
Con lo cual a doña Oretta, al oírlo, a menudo le entraban su- del recto camino arbolado, que parece la nave de una catedral,
dores y UIl desmayo del corazón, como si estuviera enferma y a divisa una pequeña y frágil calesa de mimbre con una joven pa-
punto de morir; cuando ya no lo pudo aguantar más, viendo que reja que avanza a una milla por hora. «Between them and eter~
el caballero se había metido en un atolladero y no sabía cómo sa- nity, to all human calculation, there is but a minute and a half»
lir, le dijo placenteramente: [Entre ellas y la eternidad, para todo cálculo humano, no hay
-Seúor, este caballo vuestro tiene un trote demasiado duro, más que un minuto y medio]. De Quincey lanza un grito. «Mi-
por lo que os ruego que me dejéis seguir a pie.] ne had be en the first step; the second was for the young man;
the third was for God» [El primer paso había sido mío; el se-
El cuento es un caballo: un medio de transporte, con su an- gundo le correspondía al joven; el tercero, a Dios].
dadura propia, trote o galope, según el itinerario que haya de El relato de esos pocos segundos no ha sido aún superado,
seguir, pero la velocidad de que se habla es una velocidad men- ni siquiera en la época en que la experiencia de las grandes
tal. Los defectos dd narrador torpe enumerados por Boccac- velocidades ha llegado a ser fundamental en la vida humana.
cio son sobre todo ofensas al ritmo, además de defectos de es-
tilo, porque no usa las expresiones apropiadas a los personajes Glance of eye, thought of man, wing of angel, which of these
y a las acciones, es decir, que, bien mirado, aun en la propie- had speed enough to sweep between the question and the answer,

52 53

tt-
r
I
and divide the one from the other? Light does not tread upon the
steps of light more indivisibly than did our all-conquering arrival
upon the escaping elforts of the gig.
capace di abbraccÍarle tutte, e pienamente ciaseuna, o non ha
tempo di restare in ozio, e priva di sensazioni. La forza dello
stile poetico, che in gran parte e tutt'uno colla rapidita, non e
[Golpe de vista, pensamiento humano, ala de ángel, ¿cuál de piacevole per altro che per questi effetti, : non consiste in. al-
éstos tenía bastante rapidez para volar eI).tre la pregunta y la res- tro. L' eccitamento d'idee simultanee, puo denvare e da Clas-
puesta y separar la una de la otra? La luz no pisa sobre las hüellas cuna parola isolata, o propria o metaforica, e dalla loro collo-
de la luz de forma más indivisible que nuestra negada avasallado- cazione, e dal giro della frase, e dalla soppressione stessa di
ra sobre los esfuerzos del quitrín por escaparse.] altre parole o frasi ec." (3 de r'toviembre de 1821) [Larapidez
yla concisióndel estilo agradan porque presentan ~1'.'spliitÚ
De Quincey consigue dar la sensación de un lapso de tiem- un,únliItitüd ue ideas sirriultáneas, en sucesión tan rapIda que
po extremadamente breve, que sin embargo puede contener parecensiinultáneas, yilacen flotar el espíritu en tal abundan-
el cálculo de la inevitabilidad técnica del choque y a la vez lo cia de pensamientos o de--ímigenes y sensaciones e~pirituales,
imponderable, la parte de Dios, gracias a la cual los dos vehícu- qile-éste' n'Oe,; capaz de abarcarlos todos y cada uno plena-
los pasan sin rozarse. mente, o no tiene tiempo de permanecer ocioso y privado de
El tema que aquí nos interesa no es la velocidad física, sino sensaciones. La fuerza del estilo poético, que en gran parte es
la r!:!<l!:i§.n.!;.Jltr" ye]ocidad fIsisaYYS'locid:,,2-mental. Esta rela- una con la rapidez, no es placentera sino por estos efectos y no
ción ha interesado también a un gran poeta ita1¡;¡no de la ge- consiste en otra cosa. La excitación de ideas simultáneas pue-
neración de De Quincey. Giacomo Leopardi, en su juventud de derivar de cada palabra aislada, o propia o metafórica, y de
más que sedentaria, encontraba uno de sus raros momentos su ubicación, y del giro de la frase, y de la supresión misma de
de júbilo cuando escribía en las notas de su Zibaldone: "La ve- otras palabras o frases, etc.].
locita', per esempio, de' cavalli o veduta, o sperimentata, cioe
quando essi vi trasportano ( ... ) e piacevolissima per sé sola, Creo que la metáfora del caballo aplicada a la velocidad de
cioe per la vivacita, l'energia, la forza, la vita di tal sensazione. la mente fue usada por primera vez por Galileo Galilei. En el
Essa desta realmente una quasi idea dell'infinito, sublima l'a- Saggiatore, polemizando con un adversario que sostenía sus te-
nima, la fortifica ... " (27 de octubre de 1821) [La velocidad, por sis con gran acopio de citas clásicas, escribía:
ejemplo, de los caballos, ya sea vista, ya experimentada, es de-
cir, cuando nos transportan ( ... ) es gratísima en sí misma por Se i1 discorrere circa un problema difficile fosse come iI por-
la vivacidad, la energía, la fuerza, la vida de esa sensación. Des- tar pesi, dove molti cavalli porteranno piu sacca di grano che un
pierta realmente una casi idea del infinito, eleva el alma, la for- caval solo, io acconsentirei che i molti discorsi facessero piu che
talece ... ]. un solo; ma il discorrere e come il correre, e non come il porta-
En las notas del Zibaldone de los meses siguientes Leopardi re, ed un caval barbero solo correra piu che cento frisoni (45).
desarrolla sus reflexiones sobre la velocidad, y en cierto mo-
mento llega a hablar del estilo: "La rapidita e la concisione [Si el discurrir acerca de un problema dificil fuera como llevar
dello stile piace perché presenta all'anima una folla d'idee si- pesos, en que muchos caballos cargarán más sacos de grano que
multanee, cosi rapidamente succedentisi, che paiono simulta- un caballo solo, consentiría en que muchos discursos cuentan
nee, e fanno ondeggiar l'anima in una tale abbondanza di más que uno solo; pero discurrir es como correr, y no como car-
pensieri, o d'irnmagini e sensazioni spirituali, eh 'ella o non e gar pesos, y un solo caballo berberisco correrá más que den fri-
sones.]

54
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r . «Discurrir», «discurso» quiere decir para Galileo razona-
mIento, y a menudo razonamiento deductivo. «Discurrir es co-
gredo haciendo el elogio de la más grande invención humana,
el alfabeto (Dialogo dei massimi sisterni, fin de la Plimerajornada):
mo .correr»: esta afirmación es como el programa estilístico de
Ma sopra tutte la invenzioni stupendc, qual eminenza di men-
Gahl:o, estilo como método de pensamiento y como gusto li-
te fu quena di colui che s'immagino di trovar modo di comuni-
terano: la rapIdez, la agilislad del. razonamiento, la economía
care i suoi piú reconditi pensiere a qualsivoglia altra persona,
. cielos argu~erltos, pero tambi¿i1-lafantasla:d;:íos;j~mplos
benché distante per lunghissimo intervallo di luogo e di tempo?
son para Gahleo cualIdades decisivas del pensar bien.
parlare con quelli che son nell 'lndie, parlare a quelli che non so~
Añádase a esto una predilección por el caballo en las metá-
no ancora nati né saranno se non di qua a mille e dieci mila an-
foras y en los Gedanken-Experirnenten de Galileo' en un estudio
que hice sobre la. metáfora en los escritos de G~lileo conté por ni? e con qual facilita? con i vari accozzamenti di venti caratte-
lo menos once ejemplos significativos en los que habla de ca- ruzzi sopra una carta.
ballos: como imágenes de movimiento, por lo tanto como ins-
[Pero por encima de todas las invenciones admirables, ¿cuán
trumento de experimentos de cinética, corno forma de la na-
soberana no fue la mente de quien imaginó y halló la manera de
turaleza en toda su complejidad y también en toda su belleza,
comunicar sus más recónditos pensamientos a cualquier persona,
como forma que desencadena la imaginación en las hipótesis
aunque separada por larguísimos intervalos de lugar y de tiempo?
de caballos sometIdos a las pruebas más inverosímiles o que
¿De hablar con los que están en las Indias, de hablar con los que
han ~reCldo has:a adquirir dimensiones gigantescas; además
todavía no han nacido ni nacerán hasta dentro de mil, de diez mil
de la IdentlficaClon del razonamiento con la carrera: «discurrir
es como correr» . años? ¿Y de qué manera? Disponiendo de diversas maneras vein-
te caracteres insignificantes sobre un papel.]
. La velocidad del pensamiento en el Dialogo dei rnassirni sistl}-
rn, e: enc~rnada por Sagredo, un personaje que interviene en
En mi anterior conferencia sobre la levedad cité a Lucrecio,
la d.lscuslOn.entre el tolemaico Simplicio y el copernicano Sal-
VlatI. SalVlatl y Sagredo representan dos facetas diferentes del quien veía en la combinatoria del alfabeto el modelo de la
temperamento de Galileo: Salviati es el razonador metodoló- impalpable estructura atómica de la materia; hoy cito a Gali-
leo, que veía en la combinatoria alfabética (<<disponiendo de
. . gicamente riguroso que avanza lentamente y con prudencia;
diversas maneras veinte caracteres insignificantes») el instru-
r~.Ij:r~.'~I::. G{/0 S~~:[~~JQ_ ~e. car~cteriza p~.r su ~~_.~!.o.;_~!~i_.~~_dt~curso», por un es- mento insuperable de la comunicación. Comunicación entre
Glt'tl--'¡:;'- plntu mas Inchnado a lalm~g.!.~_~Clon, _a extraer consecuencias
personas alejadas en el espacio y en el tiempo, dice Galileo, pe-
S'-.\J~{"=1~~ ;:0 no -º-.e~ostradas y a llevar cada idea hasta sus últimas conse-
ro es preciso añadir: comunicación inmediata que la escritura
~'" n6!\?'-i.~<¡); cU:llClas, c~mo cuando enuncia hipótesis acerca de cómo po-
dna ser la VIda en la luna o lo que sucedería si la tierra se de- establece entre todas las cosas existentes o posibles.
tuviese. Como en cada una de estas conferencias me he propuesto
recomendar al próximo milenio un valor que me es caro, hoy
Pero s~r,á Salviati q~ien defina la escala de valores en la que
Galrleo sltua la velOCIdad mental: el razonamiento instantá- el valor que quiero recomendar es justamente éste: en unO'
neo, sin passaggi (tránsitos), es el de la mente de Dios, infini- época en que triunfan otros rnedia velocísimos y de amplísimo
alcance, y en que corremos el riesgo de achatar toda comuni-
tam~nte superior. a la humana, que sin embargo no debe des-
cación convirtiéndola en una costra uniforme y homogénea, la
p~eClarse m consIderarse nula, puesto que ha sido creada por
flmción de la literatura es la de establecer una comunicación
DIOS, y procedIendo paso a paso ha comprendido, investigado
y realrzado cosas maravillosas. En ese momento interviene Sa- e~treioqlle~¿dif¿r:~nt~ ep cuant~~;d¡fe;~;;te,sin ~t~nuar la
¡-.('i-l1Q';C;¡

'p·,'IO ):!', l'LY1Ji ~


57 21;'. ')'<") ¡'q,~.o
56 \/1 ).J \1 <; ,\)
'¡dif"renci"sino exaltándol,,:,según la vocación.pr()pia del len-
i guaj e escri to .'~"-~-" vagante y el sentido de un tiempo ilimitado aún a la observa-
,- El siglo de la motorización ha impuesto la velocidad como ción de los problemas sociales. Escribía Carla Levi:
un valor mensurable, cuyos records marcan la historia del pro-
greso de las máquinas y de los hombres. Pero la velocidad L'orologio e i1 primo simbolo di Shandy, soHo il suo influsso
meutal no se puede medir y no permite confrontac;o;:':e~ o egli viene generato, ed iniziano le sue disgrazie, che sano tut1'U110
,> competiciones, ni puede disponer los propios resultados en con questo segno del tempo, La morte sta nascosta negli orologi,
una perspectiva histórica. La velocidad mental vale por sí mis- como diceva il Belli; e l'infelicita della vita individuale, di questo
ma, por el placer que provoca en quien es sensibl;' ~estepla­ frammento, di questa cosa scissa e disgregata, e priva di totalita:
cer, no por la utilidad práctica que de ella se pueda obtener. la morte, che e il tempo, il tempo della individuazione, della se-
Un razonamiento veloz no es necesariamente mejor que un ra- parazione, l'astratto tempo que rotola verso la sua fine. Tristram
zonamiento ponderado, todo lo contrario; pero comunica al- Shandy non vuol nascere, perché non Vilol morire. Tutti i mezzi,
_go especial que residejustamente en su rapidez. tutte le anni sano buone per salvarsi dalla morte e dal tempo. Se
Cada uno de los valores que escojo como tema de mis con- la linea retta e la piu breve fra due punti fatali e inevitabili, le di-
ferencias, lo he dicho al principio, no pretende excluir el vdlor gressioni la allungheranno: e se' queste digressioni diventeranno
contrario: así como en mi elogio de la levedad estaba implíci- cosi complesse, aggrovigliate, tortuose, casi rapide da far perdere
to mi respeto por el peso, así esta apología de la rapidez no le proprie tracce, chissa che la morte non ci trovi pili, che i1 tem-
pretencl" negar los placeres de la dilación. La literatura ha da- po si smarrisca, e che possiamo restare celati nei mutevoli nas-
11);.'4:<,(';1-> el
borado varias técnicas para retard~~' ctirso del tiempo; he re- condiglL
.
~\(:~,:!~: :~~t. cardado ya la iteración; me referiré ahora a la digresión.
(El reloj es el primer símbolo de Shandy, bajo su influjo es en-
En la vida práctica el tiempo es una riqueza de la qUe somos
avaros; en literatura, el tiempo es una riqueza de la que se dis- gendrado y comienzan sus desgracias, que son una sola cosa con
pone con comodidad y distanciamiento: no se trata de llegar an- ese signo del tiempo. La muerte está escondida en los rel~jes, co-
tes a tilla meta establecida: al contrario, la economía de tiempo mo decía Bel1i, y la infelicidad de la vida individual, de ese frag-
es algo bueno pqrql:l_<;__ c:uanto más tit::mpo economicemos, más mento, de esa cosa escindida y disgregada y desprovista de totali-
tiempo podrem()sp"r~~r. Rapidez de e,stilo ydepe.ri;';;:;;;;-;:;to dad: la muerte, que es el tiempo, el tiempo de la individuación,
quiere decir sobre todo agilidad, mO\~lidad, desenvoltura;cua- de la separación, el abstracto tiempo que rueda hacia su fin. Tris-
~'rv,,\\l~J<A,O lidades todas que se avienen é¿-il una escntura dispuesta a las di- tram Shandy no quiere nacer porque no quiere morir. Todos los
,',1r:\,,0V vagaciones, a saltar de un argumento a otro, a perder el hilo medios, todas las armas son buenos para salvarse de la muerte y
l"->y(,c'J Y-<C l :C'l',3clen veces y a encontrarlo al cabo de cien vericuetos. del tiempo. Si la línea recta es la más breve entre dos puntos fa-
El gran invento de Laurence Sterne fue la novela hecha tales e inevitables, las digresiones la alargarán.; y si esas digresio-
enteramente de digresiones, ejemplo que seguirá después Di- nes se vuelven tan complejas, enredadas, tortuosas, tan rápidas
[ derot La divagación o digresión es una estrategia para aplazar que hacen perder las propias huellas, tal vez la muerte no nos en-
I l' la conclusión, una multiplicación del tiempo en el interior de la cuentre, el tiempo se extravíe y podamos permanecer ocultos en
obra, una fuga perpetua; ¿fuga de qué? De la muerte, sin du- los mudables escondrijos.]
da, dice en su introducción al Tris/mm Shandy un escritor ita-
liano, Cario Levi, que pocos imaginarían admirador de Sterne, Palabras que me hacen reflexionar. Porque yo no soy un
ya que su secreto consistíajustamente en aplicar un espíritu di- cultivador de la divagación; podría decir que prefiero fiarme
de la línea recta, en la esperanza de que siga hasta el infinito y

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S,) )"..:l""10¡¡,],,,,:,;;'.) ;U··IIsS '1>-.. ', <-0),-;) a. ;"", "",,(,.;,j ,,'i-;~-,,~j/
1-1.>;1-;,) ).o";'i:Q~~ C'.J¡';O,_0~ C'''(;,)_<l_,A::J?'-~C.hV)'-'._ -c:::;."<,'T:," .5$~,n~c;,)"\- ';"~('
i • ).,. L,,-S'~V" '
me vuelva inalcanzable.l'r:<'fi""g.~alcllla~Ja':EaIIlent<:.Eli tra- ~g})'Y~Jl_(~iC!-º __ d_ei Jjue __ ese-r:ibir -prosa___11.Q _de b_exJa ser-.-d-lferente \-"", \,_ _ \ ,'J-:'?I,.,.
J'ector:la de fll~'ia, esperando poder lanzarmr,como una flech:' de escribir po¿sía; en ambos casos es búsqueda de una ex-
y~esaparecer eneIJí()r:L:Z:<LIJJe.O si no, si me- bloq~Ie;;;'~l-Z';:­ presión necesaria, única, densa, concisa, memorable.
mmo, demasiados obstáculos, calcular la seIie de segmentos" Es difícil mantener este tipo de tepsi§peI}gbr,-,s muylargas,
rectllmeos que me saquen de! labeIinto en el tiempo más b r e - I y p;)r'10 demás mi temperamento me lleva a realizarme mejor
:h-l\li'~ v::' ve posIble. en textos breves: mi obra se compone en gran parte de short sto-
~\"G*'\;o.t'Q'§(¡J)\(~ya desde mi juventud elegí como lema la antigua máxima ries. Por ejemplo, el tipo de operación que experimenté en las
J . . ' latma Festinaknte,ilE~",.sú~JI1~_.ª,~§.Bi:\"i.o. Tal vez más que las pa- Cosmicómicas y Tiempo cero, dando evidencia narrativa a ideas
~ rof1;;j) , labras y el concepto, me atrajo la sugestión de los emblemas. abstractas del espacio y el tiempo, no podrían realizarse sino
,::.$~~~~:X Recordarán el del gran editor humanista veneciano, Aldo Ma- en e! breve arco de la shart story. Pero he intentado también
::>f r).B c-ftS- nuzio, que en todos los frontispicios simbolizaba el lema Festi- composiciones aún más cortas, con un desarrollo narrativo
·':¡(tL>2-'~. na lente con un delfín que se desliza sinuoso alrededor de un más reducido, entre la alegoría y el petit-poeme en prose, en Las
,,~';:<':~:'Jl a~c1a. La intensidad y la constancia del trabajo intelectual es- ciudades invisibles y recientemente en las descripciones de Palo-
",,,;"', '." tan representadas en ese elegante sello gráfico que Erasmo de mar. La longitud y la brevedad del texto son, desde luego, cri-
:~~~ ~:\,~;;- Rotterdam comentó en páginas memorables. Pero delfín yan- terios externos, pero yo hablo de una del!Sidadpartic,lJ!ar que,
i'J'.-J \lln-,PlJ) da p~rtenecen a un mundo homogéneo de imágenes marinas, aunque pueda alcanzarse también en narraciones largas, _en:__
l,:;y" y yo sIempre he preferido los emblemas que reúnen figuras in- cuentra su mrclidi'en la p.ªgina única.
congruent~s y enigmáticas como charadas. Como la mariposa -En ":sta predilección por las formas..breyes. no hago sino se-
y el cangrejo que Ilustran el Festina lente en la recopilación he- guir la verdadera vocación de la literatura italiana, pobre enü::lf.3'cl d-.;JF'C-o>
cha por Paolo Giovio de emblemas del siglo XVI, dos formas novelistas pero siempre rica en poetas, que cuando escriben:;;;~:,:~:')'-'l
ammal~:s, las dos peculiares y las dos simétricas, que establecen en prosa dan lo mejor de sí mismos en.Jextos ."Il,I,o-'-'llle_e.LIIlá - "'
entre SI una Inesperada armonía. ximQ_~jnYención Y- de- p-e.ru'-al}Ü~º_tº_~_ª~ª~~_o!:!tenido__en- p-D-ca&~:'~~~: "",q~~'
D.esde que, empecé a escribir he tratado de seguir el re- p_ªginas, como ese libro sin igual en otras literaturas que son ::;,';.~~:~~~=
c?rndo fulmmeo de los circuitos mentales que capturan y los Diálogos (Operette morali) de Leopardi.
vI','culan pu~~os alepdos en el espacio y en el tiempo. En La literatura norteamericana tiene una gloriosa y siempre
mI predllecclOn por la aventura y el cuento popular busca- viva tradición de short stories; diré incluso que entre las shart sto-
ba el equivalente de una energía interior, de un movimien- nes se cuentan sus joyas insuperables. Pero la bipartición rígi-
to de la mente. He apuntado siempre a la imagen y al mo- da de la clasificación editorial -o short stories o novel- deja fue-
:"mlento que brota naturalmente de la imagen, aunque sin ra otras posibilidades de formas breves, como las que están sin
Ignorar que no se puede hablar de un resultado literario embargo presentes en la obra en prosa de los grandes poetas
mie~tras esa corriente de la imaginación no se haya COD- norteameIicanos, desde los Specimen Days de Walt Whitman
verüdo en palabra ..Cpmº~ra el poetaen-ve·Fsos, para el hasta muchas páginas de William Carlos Williams. La deman-
e.s;ntor en prosa eLLngm está en la felicidaclcl"J,,_ e."Rr e - da del mercado del libro es un fetiche que no debe inmovili-
sloIl_verl)ªI, que en algunos casos podrá realizarse en ful- zar la experimentación de formas nuevas. Quisiera romper
g:,raciones repentinas, pero queRor lo general quierede- aquí una lanza en favor de la riqueza de las formas breves, con
CILuna.paciente_búsqueda del mot juste, de la fra~~"~;'-Ia lo que ellas presuponen como estilo y como densidad de con-
que cad<Ll'alª,ºr-"--,,sjIl_Sllstit.!.!ible,_del.ensamblajf'.,.de_seni" tenidos. Pienso en el Paul Valéry de Monsieur Teste y de muchos
.ºo~l'-ªesonceptos más _eficaz y denso de significado.,J:sL0l'._ de sus ensayos, en los pequeños poemas en prosa sobre los ob-

60 61
ma. En los tiempos cada vez más congestionados que nos aguar-
jetos de Francis Ponge, en las exploraciones de sí mismo y del
dan, la necesidad de literatura deberá apuntar a la máxima
propio lenguaje de Michel Leiris, en el hurnour misterioso y
concentración de la poesía y del pensamiento.
alucinado de Henri Michaux en los brevísimos relatos de Plurne.
Borges y Bioy Casares recopilaron una antología de C~entos
breves y extraordinarios. Yo quisiera preparar una colecClon de
La última gran invención de un género literario a que haya- cuentos de una soja frase, o de una sola línea, si fuera posible.
mos asistido es obra de un maestro de la escritura breve, Jorge
Pero hasta ahora no he encontrado ninguno que supere el del
Luis Borges, y fue la invención de sí mismo como narrador, el escritor guatemalteco Augusto Monten-oso: «Cuando desper-
huevo de Colón que le permitió superar el bloqueo que le ha-
tó, el dinosaurio todavía estaba allí».
bía impedido, hasta los cuarenta años aproximadamente, pasar Me doy cuenta de que esta conferencia fundada en las
de la prosa ensayística a la prosa narrativa. La idea de Borges conexiones invisibles, se ha ramificado en diversas direcciones
consistió en fingir que el libro que quería escribir ya estaba es- con peligro de dispersión. Pero todos los temas que he tratado
crito, escrito por otro, por un hipotético autor desconocido, un esta tarde, y quizá también los de la vez pasada, pueden umfi-
autor de otra lengua, de otra cultura, y en describir, resumir, co- carse porque sobre ellos reina un dios del Olimpo al que tr~­
mentar ese libro hipotético. Forma parte de la leyenda de Bor- buto un culto especial: Hermes-Mercurio, dios de la comum-
ges la anécdota de que, cuando apareció en la revista Sur, en cación y de las mediaciones; bajo el nombre de Toth, inventor
1940, el primer y extraordinario cuento escrito según esta fór- de la escritura; y que, según dice C. G. Jung en sus estudIoS so-
mula, «El acercamiento a Almotásim}), se creyó que era real-
bre la simbología alquímica, como «espíritu Mercurio» repre-
mente un comentado de un libro de autor indio. Así como for-
senta también el princiPiurn individuationis. _
ma parte de los lugares obligados de la crítica sobre Borges Mercurio, el de los pies alados, leve y aéreo, hábil y ágil,) ~~~~;,,'.~,~
observar que cada texto suyo duplica o multiplica el propio es- adaptable y desenvuelto, establece las relaciones de los dioses "/ ';'Ok',,'
pacio a través de otros libros de una biblioteca imaginaria o re- • 1",= yo ~,,;¡

entre sí y entre los dioses y los hombres, entre las leyes ullIVer-¡ ~1\lLi"
al, lecturas clásicas o simplemente inventadas. Lo que más me
íll"Ü f'u\to\<¿tJ.\ ~
sales y los casos individuales, entre las fuerz~s de la naturaleza . ~s; \,))'<il F-.I:t:!,-
1 f:_~B-.)l"T<J interesa subrayar es cómo realiza Borges sus aperturas hacia el
Y las formas de la cultura, entre todos los objetos del mundo} ¡::, ~ó ""=,,,.
I\M0~_;¡'Z,~:Y.< - infinito sin -la menor congestión, con el fraseo más cristalino,
entre todos los sujetos pensantes. ¿Qué mejor patrono podna) JM," ",',))
~~:: :¡c~; sobrio y airoso; cómo el narrar sintéticamente y en escorzo lleva escoger para mi propuesta de literatura?
101.0'0 ) a un lenguaje de absoluta precisión y concreción, cuya inventi-
En la sabiduría antigua, en la que el microcosmos y el ma-
~T";rt,)~.:;¡¡ . va se manifiesta en la vadedad de los dtmos, del movimiento sin-
crocosmos se reflejan en las correspondencias entre psicología
;:':H j( '1'<,-)<,,) ~ táctico, de los adjetivos siempre inesperados y sorprendentes.
\t<v\vL,~,,,/\)0~

,_ .:.~, Jo"I"., y astrología, entre humores, temperamen:o~, plan~tas, con~­


\,.\\¡C \~)
-1- '" )L~
Nace con Borges una literatura elevada al cuadrado y al mis- telaciones, el estatuto de Mercurio es el mas mdefimdo y OSCl-
mo tiempo una literatura como extracción de la raíz cuadrada
lante.
de sí misma; una «literatura potencial», por usar un ténnino
Pero, según la opinión más difundida, el temperamento in-
que se aplicará más tarde en Francia, pero cuyos precedentes fluido por Mercurio, inclinado a los intercambios, a lo~ co~er­
se pueden encontrar en Ficciones, en ideas y fórmulas de las cios, a la habilidad, se contrapone al temperamento mflmdo
que hubieran podido ser las obras de un hipotético autor lla- por Saturno, melancólico, contemplativo, solitario. De~de la
mado Herbert Quain.
Antigüedad se considera que el temperamento saturmno es
La concisión es sólo un aspecto del tema que quería tratal; y justamente el de los artistas, los poetas, los pensadores, y me
me limitaré a decirles que sueño con inmensas cosmogonías, parece que esta caracterización corresponde a la verdad. Desde
sagas y epopeyas encerradas en las dimensiones de un epigra-
..Aa O:Jje;, <)7R},\,!;).J-=:>[¡- j(1"'2 I"'~-'<.l.»
1ZJCOl.. fM-I~'¡¡-¡bj A- (\,,'I01\' ~\ -Y(.~·"_'':';Jli''J

63 ~..'J-\-') (),,~-:'-'O t~, .Il __le;·I-:.>o) :-0; l_í! I_! , \"


62

5
luego, la literatura nunca hubiese existido si una parte de los socializada; pero, por parte de madre, Mercurio desciende de
seres humanos no tuviera una tendencia a una fuerte intro- Urano, cuyo reino era el del tiempo «cic1ofrénico» de la con-
versión, a un descontento con el mundo tal como es, al olvido tinuidad indiferenciada, y Vulcano desciende de Saturno, cu-
de las horas y los días, fija la mirada en la inmovilidad de las yo reino era el del tiempo «esquizofrénico» del aislamiento
palabras mudas. Mi carácter corresponde ciertamente a las pe- egocéntrico. Saturno destronó a Urano,]úpiter destronó a Sa-
culiaridades tradicionales de la categoría a la que pertenezco: turno; al final, en el reino equilibrado y luminoso de Júpiter,
también yo he sido siempre un saturnino, cualquiera que fue- Mercurio y Vulcano llevan cada uno el recuerdo de uno de los =c,•.. ,,'"
se la máscara que tratara de ponerme. Mi culto a Mercurio co- oscuros reinos primordiales, transformando lo que era enfer- <-:-0'." .10. el :-j
(;;';'5. ~,~ <-e"~"~
rresponde quizá sólo a una aspiración, a un querer ser: soy un medad destructiva en cualidad positiva: sintonía y focalidad. o,.• , " ",
saturnino que sueña con ser mercurial, y todo lo que escribo ¡---Desde que leí esta explicación de la contraposición y Tir':",:'.::~
está marcado por estos dos impulsos. ,complementariedad entre Mercurio y Vulcano, empecé a en- 11'""= ).,
},z. .)..¡r- CDI"'\o Pero si ?-ªJ1l-.!lln-:Cr..ollos ejerce sobre mí su poder, también es \ tender algo que hasta entonces sólo había intuido confusamen- í"y",· _,r
~J:i .L~~;'V) cierto qu: !!"ll!Ca I~Ls!~V9_~~ Ae _~se_~i_()s; nunca alimenté por él 1te: algo acerca de mí mismo, de cómo soy y cómo quisiera ser, i~:,:'-'.~': :(",:"~J
-Uf. \,,-,Q (oI"'V·y) otro sentImIento que no fuera un ~e~I?_~!lQs-º--- temor. En cambio 'ide cómo escribo y cómo podría escribir.LaLilllC.entracióILyJa I
hay otro dios que tiene con Saturno lazos de afinidad y parentes- icr!l/ir¡¡.flnshij!-d.e.. YllkaUD sonlas. condiciDnes_ necesarias"p-al:<\es,
co, que me inspira un gran afecto, un dios que no goza de tan- ¡cribir las aventuf_asylas mek'lmol"fO.liis de MercuLÍo. La movili-
to prestigio astrológico y por lo tanto psicológico, por no ser el i dad y la rap¡(lez de Mercurio son las condiciones necesarias pa-
titular de uno de los siete planetas del cielo de los antiguos, pe- ra que los esfuerzos interminables de Vulcano sean portadores
ro que goza en cambio de una gran fortuna literaria desde los de siguificado, y de la informe ganga mineral cobren forma los" l'
tiempos de Homero: hablo de Vulcano-Hefesto, dios que no pla- atributos de los dioses, cetros o tridentes, lanzas o diademas. El )
nea en los cielos sino que se refugia en el fondo de los cráteres, trabajo del escritor debe tener en cuenta tiempos diferentes: el, JI
encerrado en su fragua, donde fabrica infatigablemente objetos tiempo de Mercurio y el tiempo de Vulcano, un mensaje de in- ¡1I
V acabados en todos sus detalles, joyas y ornamentos para las dio- mediatez obtenido a fuerza de ajustes pacientes y meticulosos;(/
1
iI
sas y los dioses, armas, escudos, redes, trampas. Vulcano, que una intuición instantánea que, apenas formulada, adquiere laU
s
n
contrapone al vuelo aéreo de Mercmio el ritmo discontinuo de rotundidad de lo que no podía ser de otra manera; pero tallld I
su paso claudicante y el golpeteo cadencioso de su martillo. bién el tiempo que corre sin otra intención que la de dejar que 1 ,
" Aquí he de referirme también a una lectura ocasional, pero
a veces de la lectura de libros extraños y difícilmente clasifica-
los sentimientos y los pensamientos se sedimenten, maduren, se ..~
aparten de toda impaciencia y de toda contingencia eUmera. \
"
bIes desde el punto de vista del rigor académico nacen ideas -. Empecé esta conferencia contando un cuento; permítanriie
esclarecedoras. El libro en cuestión, que leí cuando estudiaba que la termine con otro. Es un cuento chino.
la simbología de los tarots, se titula Histoire de notre image, de Entre sus muchas virtudes, Chuang Tzu tenía la de ser dies-
André Virel (Ginebra 1965). Según el aut01~ un estudioso de lo tro en el dibujo. El rey le pidió que dibujara un cangrejo.
imaginario colectivo, de escuela -creo-junguiana, Mercurio y Chuang Tzu respondió que necesitaba cinco años y una casa
Vulcano represen tan las dos funciones vitales inseparables y con doce servidores. Pasaron cinco años y el dibujo aún no es-
complementarias: Mercurio, la[sznt""i& o sea la participación taba empezado. «Necesito otros cinco años», dijo Chuang Tzu.
en el mundo que nos rodea; Vulcano, 13{jiJCiiliiJij)1J o sea la con- El rey se los conceclió. Transcurridos los cliez años, Chuang Tzu
centración constructiva. Mercurio y Vulcano son ambos hijos tomó el pincel y en un instante, con un solo gesto, dibujó un
de Júpiter, cuyo reino es el de la conciencia individualizada y cangrejo, el cangrejo más perfecto que jamás se hubiera ,~sto.
J-p'ñ;¡, %11 IJFp"';¡>S () Jn "'"~- ()~)(:;

64 65

R
EXACTITUD

Para los antiguos egipcios el símbolo de la precisión era una


pluma que servía de pesa en el platillo de la balanza donde se
pesaban las almas. Aquella pluma ligera se llamaba Maat, dio-
sa de la balanza. El jeroglífico de Maat indicaba t3lllbién la uni-
dad de longitud, los 33 centímetros del ladrillo unitatio, y
también el tono fundamental de la flauta.
Estos datos proceden de una conferencia de Giorgio de
Santillana sobre la precisión de los antiguos en la observación
de los fenómenos celestes, conferencia que escuché en Italia
en 1963 y que tuvo en mí una profunda influencia. Desde que
estoy aquí* pienso a menudo en Santillana, porque me sirvió
de guía en mi primera visita a Massachusetts en 1960. En re-
cuerdo de su amistad inicio esta conferencia sobre la exactitud
en la literatura con el nombre de Maat, diosa de la balanza.
Tanto más cuanto que la Balanza, Libra, es mi signo zodiacal.
Trataré ante todo de definir mi tema. Exactitud quiere de-
cir para mí sobre todo tres cosas:
1) undiseño de la obra bien definido ybiencalculado;
2) ~_-~y~()_caci<S~ d-e imágenes, nítida:s, incisivas, memorables; ,
en italiano tenemos un adjetivo que no existe en inglés, «icás- ;
tieo», del griego ELKCXCJ''TLKÓS; ~
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:;: Calvino alude a Harvard, adonde en realidad no llegó. }o -j-

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67
;L\ ,YP\-".I-'Lo 'Ji' -'f(y-O S/O~'F
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3) ':';ll1enli:,aje lo máspreciso~posible c()11101éxi~()L~0il}0 '[ genes que en gran parte carecen de la necesidad interna que
expresión de los matices del pensamiento yde Iaiillagillación. debería caracterizar a toda i:nagen, como forma y~conlo sign~­
¿Por qué siento lanecesidad de defender valores que a niü~ ficado, como capacidad de Imponerse a la atenClon, como rI-
chos parecerán obvios? Creo que mi primer impulso obedece queza de significados posibles. ~ G~a_n-paLte. de.esta nube. de
a que padezco de una hipersensibilidad o alergia: tengo la im~ imág_enes B_e_djsllelv~_inmediatameDte, __ ColTloJo.s_sJJ~iiº-s__q!l_G _.110
presión de que el lenguaje se usa siempre de manera aproxi~ dej"Ilbuellas enlaIi1ell1oria;l0.que no se dislldve es una sen-
ITlativa, casual, negligente, yeso rne causa un disgusto intole- sación__ <i~_ extrañeza" de malestar.
rable. No se vaya a creer que esta reacción corresponde a una ------Pe~o quizá la inconsistencia no está solamente en las imá-
intolerancia hacia e! prójimo: lo que más me molesta es oírme genes o en el lenguaje: está en el mundo. Lapeste ataca tam-
hablar. Por eso trato de hablar lo menos posible, y si prefiero bién la vida de las personas y la historia de las naciones vuelve
escribir es porque escribiendo puedo corregir cada frase informes, casuales, confusas, sin principio ni fin, todas las his-
tantas veces como sea necesario para llegar, no digo a estar sa- torias. Mi malestar se debe a la pérdida de forma que constato
tisfecho de mis palabras, pero por lo menos a eliminar las ra- en la vida, a la cual trato de oponer la única defensa que con-
zones de insatisfacción que soy capaz de percibir. La literatura sigo concebir: una idea de la l~teratura. 1~0 CJ..,¡j2,0l Y:,,,; '-""';::"'0 7 ?->"'''L
-quiero decir, la literatura que responda a estas exigencias- es Puedo por lo tanto definir también negativamen te el valor
la Tierra Prometida en donde e/ lenguaje llega a ser lo que que me propongo defender. Queda por ver si con argumentos
realmente debería ser. igualmente convincentes no se puede defender también la te-
A veces tengo la impresión de que una epidemia pestilen~ sis contraria. Por ejemplo, Giacomo Leopardi sostenía que el
cial azota a la humanidad en la facultad que más la caracteri- lenguaje es tanto más poético cuanto más vago, impreciso·I-.:;~':-'~_~1 ~0 '-'~'I';':':~
za, es decir, en el uso de la palabra; una peste del lenguaje que (Señalaré de paso que el italiano es, creo, la única lengua'0 "" ,,'w~
se manifiesta como pérdida de fuerza cognoscitiva y de inme- en la que «vago» significa también gracioso, atrayente: par- ~'~~\(~'J~;';¡---~;'
diatez, como automatismo que tiende a nivelar la expresión en tiendo del sentido original wandering [vagar l, la palabra «va-:, )~""')c
sus formas más genéricas, anónimas, abstractas, a diluir los sig- go>~ lleva consigo una idea de movimiento y mutabilidad que '1\~'\I;:'(,C'¡,,),j,"~
nificados, a limar las puntas expresivas, a apagar cualquier en italiano se asocia tanto con lo incierto y lo indefinido como 'N ","'S5O
7-'" .J-'<l
chispa que brote del encuentro de las palabras con nuevas cir- con lo gracioso, lo agradable.)
c,,',;~),

~S'iri-0\;~~',:~)
cunstancias. Para poner a prueba mi culto de la exactitud, releeré los pa- "", y yA

No me interesa aquí preguntarme si los orígenes de esta sajes de! Zibaldone en los que Leopardi hace el elogio de lo «va- 0)té" ~y"
epidemia están en la política, en la ideología, en la uniformi- '2>'_'<> ,,>J; ,
go». (_/~>"¡,' ,,'_
dad burocrática, en la homogeneización de los mass-media, en Dice Leopardi: «Le parole lontano, antico e simili sano poe- ;±s ';-5 ';'(li"'(1

la difusión escolar de la cultura media. Lo que me interesa son ticissime e piacevoli, perché destano idee vaste, e indefinite ... » C13,)\'2'-'¡--'<'~(
las posibilidades de salud. La literatura (y quizá sólo la litera~ (25 de septiembre de 1821). «Le parole notte, nottumo, ee., le ,<.='o",¡--\i,'-':o<:)::;>\ _
tura) puede crear anticuerpos que contrarresten la expansión ... - hYl ).0 MO;;"" O?
descrizioni della notte sano poetIClssIme, perc e a notte con- 1.,,,, c:""'"t":YCl
de la peste de/lenguaje. fondendo gli oggetti, l'animo non ne concepisce che un'im-
Quisiera añadir que no sólo e/lenguaje parece afectado por magine ne vaga, indistinta, incompleta, SI di essa che di quanto
esta peste. También las imágen;:s;'po~ ejemplo. Vivimos bajo essa contiene. CosI oscurita, profondo, ee. ec.» (28 de septiembre
uua l1{~Ylaininterrumpida de imágenes; los media más potentes de 1821) [Las palabras lejano, antigua y otras análogas son muy
no hacen sino transformar el mundo en imágenes y multipli~ poéticas y agradables, porque sugieren ideas vastas e indefini-
carlas a través de una fantasmagoría de juegos de espejos: imá- das ... Las palabras noche, nocturno, ete., las descripciones de la

68 69
no entre y no dé directamente, sino que sea reflejada y difusa por
noche son muy poéticas, porque, al confundir la noche los ob-
algún otro lugar u o~jeto ete. donde vaya a dar; en un vestíbulo
jetos, el alma no concibe sino una imagen vaga indistinta in-
cmupieta, tanto de aquélla cuanto de <su conte'nido. Así ;am- visto por dentro o por fuera, y también en una galería, etc., esos
lugares donde la luz se confunde ete. etc. con las sombras, como
bién oscuridad, profundo, ete., ete.]
debajo de un soportal en una galería alta y en saledizo, entre las
Las razones de Leopardi están perfectamente ejemplifica-
rocas y los desfiladeros, en un valle, sobre los montes vistos desde
das en sus versos, que les dan la autoridad de lo que está de-
dIado de la sombra de manera que dore sus cimas; el reflejo que
mostrado con los hechos. Sigo hojeando el Zibaldone en busca
produce, por ejemplo, un vidrio coloreado en los objetos en los
de otros ejemplos de esta pasión de Leopardi y encuentro una
cuales se reflejan los rayos que pasan por dieho vidrio; todos
nota más larga de lo habitual, una lista de situaciones propicias
aquellos objetos, en fin, que en razón de sus diversos materiales y
al estado de ánimo de lo «indefinido»:
lnínimas circunstancias, llegan a nuestra vista, oído, etc., de lna-
nefa incierta, poco definida, imperfecta, incompleta, o hIera de
.. .la luce del sole o deHa luna, veduta in luago dov'essi non si
vedano e non si scopra la sorgente della luce; un luogo solamen- 10 común, ete.]
te in parte illuminato da essa luce; il riflesso di detta luce, e i vari
¡Esto es, pues, lo que nos pide Leopardi para hacernos gus-
effetti rnateriali che ne derivano; il penetrare di deLta luce in
tar la belleza de lo indeterminado y de lo vago! Una atención
luoghi dov'ella divenga incerta e impedita, e non bene si distin-
extremadamente precisa y meticulosa es lo qu~ exige en la
gua, come attraverso un canueto, in una selva, per 1i balconi 80C-
composición de cada imagen, en la definición minuciosa de
chiusi ee. ee.; la dctta luce veduta in luogo, oggetto ce. dov'ella
los detalles, en la selección de los objetos, de la ilnminación de
non cntri e non percata dirittamente, roa vi sia ribattuta e diffusa
la atmósfera, para alcanzar la vaguedad deseada. Por lo tanto,
da qua1che altro luogo od oggetto eco dov'ella venga a battere; in
un andito veduto al di dentro o al di fuori, e in una loggia pari-
Leopardi, a quien elegí como adversario ideal de mi apología
mente ee. quei luoghi dove la luce si confonde ee. ee. calle om-
de la exactitud, resulta ser un testigo decisivo a favor... El poe-
bre, come sotto un portieo, in una loggia elevata e pensile, fra le :¡ ta de lo vago puede ser sólo el poeta de la precisión, que sabe
rupi e i burroni, in una valle, sui colli veduti dalla porte dell'om-
captar la sensación más sutil con ojos, oídos, manos rápidos y
bra, in modo che ne sieno indorate le cime; il riflesso che produ-
seguros. Vale la pena que siga leyendo hasta el final esta nota
ce, per esempio, un vetro colorato su quegli oggetti su cui si ri-
del Zibaldone; la búsqueda de lo indeterminado se convierte en
observación de lo múltiple, de lo pululan te, de lo pulverulen-
~ettono i raggi che passano per dctto vetro; tutti quegli oggetti
lllsomma che per diverse materiali e rnenorne circostanze giun- to ...
gano alla nostra vista, udito ee. in modo incerto, mal distinto, im-
petietto, incompleto, o fuor deH'ordinario ec ..
E piacevolissima e sentimentalissima la stessa luce veduta nelle
citta, dov'ella e frastagliata dalle ombre, dove lo scuro contrasta
in nlOlti luoghi col chiaro, dove la luce in molte parti degrada ap-
[ .. .la luz del solo de la luna, vista en un lugar donde aquéllos
poco appoco, come sui tetti, dove alcuni luoghi riposti nascondo-
no se vean y no se descubra la fuente de la luz; un lugar sólo en
no la vista dell'astro luminoso eco ee. Aquesto piacere contri-
parte iluminado por dieha luz; el reflejo de esa luz, y los varios
buisce la varieta, l'incertezza, i1 non veder tutto, e il potersi percio
efectos materiales que de él derivan; el penetrar de aquella luz en
spaziare coll'immaginazione, riguardo a cio che non si vede. Si-
lugares donde resulte incierta y difícil, Y no se distinga bien, co-
milmente dico dei si mili cffetti, che producono gli alberi, i filari,
mo a través de un cañizo, en un bosque, a través de balcones en-
i colli, i pergolati, i casolari, i pagFai, le ineguaglianze del suolo
trecerrados, ete., ete.; dieha luz vista en lugar, objeto, cte., donde

70 71
eco neUe campagne. Per lo contrario una vasta e tutta uguale pia-
nura, dove la luce si spazi e diffonda senza diversid., né ostacolo. también agradabilísima, por la idea indefinida en extensión que
dove l'occhio si perda eco e pure piacevolissima, per l'idea indefi~ deriva de esa vista. Lo mismo un cielo sin nubes. ~ propj_~i!~? c!!
nita in estensione, che deriva da tal veduta. Cosi un cielo senza l_~sual DbservD---QJ.le el_w-ª~_eJ; J;;l~J(L variedad_~ _Q~_J<:tjns_~rti4uP1hre___ _

nuvolo. Nel qual proposito osservo che il piacere della varieta e preval~ce_ sOQr~ _~l d~~Ja __<;lp<l~ep.te in-0-pid;:tJl_X- _q~_Ja inmensa __uni"
dell'incertezza prevale aquello dell'apparente infinita, e dell'im- fOf_midad.-Y por lo tanto un cielo sembrado de nubecillas es tal
mensa uniformita. E quindi un cielo variamente sparso di nuvo- vez más placentero que un ciclo enteramente puro; y la vista del
lt~tti, e forse phi piacevole di un cielo affatto puro; e la vista del
cielo es quizá menos agradable que la de la tierra y de los campos,
CIelo e forse meno piacevole di quella della terra, e delle campa- ete., porque es menos variada (y también menos semejante a no-
gne ee. perché meno varia (ed anche meno simile a noí, meno sotros, no nos es tan propia, pertenece menos a lo nuestro, e te. ).
propria di noi, meno appartenente aIle cose nostre ee.). Infatti, En efecto, tendeos boca arriba de manera que sólo veáis el cielo,
ponetevi supino in modo che voi non vediate se non il cielo separado de la tierra: vuestra sensación será mucho menos grata
separato dalla terra, voi proverete una sensazione molto men~ que cuando miráis los campos, o el cielo en su correspondencia y
piacevole che considerando una campagna, o considerando il cie- relación con la tierra y conjuntamente con ésta desde un mismo
lo neUa sua corrispondenza e relazione colla terra, ed unitamen- punto de vista.
te a~ essa in un medesimo punto di vista. Es gratísiIna también, por las mencionadas razones, la visión
E piacevolissima ancora, per le sopraddette cagioni, la vista di de una multitud innumerable, como la de las""estrellas, o de per-
una moltitudine innumerabile, come deHe stelle, o di persone ee. sonas, ete., un movimiento múltiple, incierto, confuso, irregular,
un moto moltiplice, incerto, confuso, irregolare, disordinato, un desordenado, una vaga ondulación, etc., que el alma no pueda
ondeggiamento vago ec., che l'animo non possa determinare né determinar ni concebir definida y diferenciadamente, etc., como
concepir~ definitamente e distintamente ee., come queHo di ~na el de una muchedumbre o un gran número de hormigas o el mar
fo~la, o dI un gran numero di fonniche o del filare agitato eco Si- agitado, ete. Análogamente una multitud de sonidos irregular-LI.:pJ'J:">~,
mente mezclados y no distinguibles el uno del otro, etc., ete., ete.] \ l..a,J L, ""Pq'"'1
mIlmente una moltitudine di suoni irregolarmente mescolati, e .0F(NQ

non distinguibili I'uno dall'a1tro eco eco ce. (20 de septiembre de


1821). Llegamos aquí a uno de los núcleos de la poética de Leopar-
di, el de su poema lírico más bello y famoso, «L'infinito". Pro-
[Es agradabilísima y sentimentalísima la misma luz en las ciu- tegido por un seto al otro lado del cual se ve solamente el cie-
dades, donde la recortan las sombras, donde 10 oscuro contrasta lo, el poeta siente al mismo tiempo miedo y placer imaginando
en muchos lugares con 10 claro, donde la luz en muchas partes se los espacios infinitos. Este poema es de 1819; las notas del Zi-
degrada poco a poco, como sobre los tejados, donde algunos lu- baldone que he leído son de dos años después y prueban que Le-
gares apartados ocultan la vista del astro luminoso, ete., ete. A este opardi seguía reflexionando sobre los problemas que la com-
placer contribuye la variedad, la incertidumbre, el no verlo todo posición de «L'infinito» le babía planteado. En sus reflexiones
y por lo tanto ~l pod~r volar con la imaginación hasta aquello que aparecen continuamente confrontados dos términos: indefinido
~o se ve. Lo mIsmo dIgo de los efectos análogos que producen los
e infinito. Para el hedonista infeliz que era Leopardi, lo ignoto
~boles, l~s alame~as, las colinas, las pérgolas, las alquerías, los pá- es siempre' más atrayente que lo conocido, la esperanza y la
Jaro.s, las Irregulandades del suelo, ete., en los campos. Por el con- imaginación SOn el único consuelo de las desilusiones y los do-
trano, ~na ~lan~ra vasta y toda igual, donde la luz planea y se di- lores de la experiencia. El hombre proyecta, pues, su deseo en
funde S111 dIVerSIdad ni obstáculo, donde el ojo se pierde, etc., es el infinito, sólo siente placer cuándo puede imaginar que aquél
no tiene fin. Pero como la mente humana no logra conó,bir el

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infinito, más aún, retrocede atemorizada ante su sola idea ticos .que nQ_<=!q.glt!~.l] llºª-§oll}dQIl..g~.l!:era.l,. . ~tn<? Ig~~.bien so-:
Id' ,no luciones parciales cuya combi:q.ació~ .p.Gfmite. aprOX!Ill_arSe a
e que a SIno contentarse con lo indeHnido, con sensaciones
una solución genera!» (cap. 83) y piensa que este método se
que al confundirse ~na con otra crean la impresión de lo ilimi-
achtptaría a la vida humana. Muchos años después otro escritor
tado, Ilusona pero SIn embargo placentera. «E iI naufragar m'
di' • e en cuya mente cohabitaban el demonio de la exactitud y el de
o ce: In questo mare». [Y naufragar me es dulce en este mar]:
la sensibilidad, Roland Barthes, se preguntaba si no sería posi-
no solo en el famoso ¡mal de "L'infinito» prevalece la dulzura
ble concebir una ciencia de lo único y de lo irrepetible en La
,;1
sobr,: temor, porque lo que los versos comunican a través de
cám,ara lúcida: «Pourquoi n'y aurait-il pas, en quelque sorte,
la mUSIca de las palabras es siempre una sensación de dulzura,
une science nouvelle par objet? Une Mathesis singularis (et non
aun cuando definan experiencias de angustia.
plus llniversalis)?" [¿Por qué no habría de haber, en cierto sen-
, . Me doy cuenta de que estoy explicando a Leopardi sólo en
tido, una nueva ciencia para cada objeto? ¿Una Mathesis singu-
te~mlnos de sens~Cl~nes, como si aceptara la imagen que
pIetende dar de SI Husmo como seguidor del sen sismo del si- {aris (y no ya llniversalis) ?].
Si Ulrich se resigna rápidamente a las derrotas a que le con-
glo XVllI. En realidad el problema que Leopardi aborda es es-
duce necesariamente su pasión por la exa~titud, otro gran per-
pecul~tivo y, metafísico, un problema que domina la historia
son"je intelectual de nuestro siglo, Monsieur Feste, de Paul Va-
de l~ hlosoha desde Parménides hasta Descartes y Kant: la re-
léry, no duda de que el espíritu humano pueda realizarse en la
lill'lOII,el1trce la Idea de infinito corno espacio absoluto y tiem-
forma más exacta y rigurosa. Y si Leopardi, poeta del dolor de
~oa?soluto,y nuesu'o conocimiento empírico d~l~spád() y
vivir, da pruebas de la máxima precisión al designar las sensa-
. el uempo. Leopardl parte, pues, del rigor abstracto de una
ciones indefinidas que causan placer, Valéry, poeta del rigor
~dea matemática de espacio y de tiempo y la confronta con el
impasible de la mente, da pruebas de la máxima exactitud
Indefimdo, vago fluctuar de las sensaciones.
cuando pone a su Teste frente al dolor, haciéndole combatir el
\- -,
sufrimiento físico mediante un ejercicio de abstracción geo- .
Exactitud e indeternúnación son también los polos entre
los cuales oscIlan las conjeturas filosófico-irónicas de Ulrich en métrica.
la IntermInable y no terminada novela de Robert Musil El hom-
bre sin atributos: ]'ai, dit-il, ... pas grand'chose.]'ai... un dixieme de seconde qui
se montre ... Attendez ... TI y a des instants Ol! mon corps s'illumi-
ne ... C' est tres curieux.]'y vois tout a coup en moi ... je distingue
Si el el~mento observado es la propia exactitud, si se lo aísla y
les profondeurs des couches de roa chair; etje sen~ des zones de
se le permIte desarrollarse, si se lo considera como un hábito del
douleur, des anneaux, des poles, des aigrettes de dou:eltL Vo-
p.ensamiento y una postura ante la vida y se deja actuar su fuerza
yez-vous ces figures vives? cette géometrie de ma souffrance? Il y
c:~emplar sobre todo lo que se ponga en contacto con él, se llega-
a de ces éclairs qui ressemblcnt tout a fait a des idées. Ils font
r~ a un hombre en el que se opera una alianza paradójica de exac-
comprendre,- d'ici, jusque-Ll ... Et pourtant ils me laissent incer-
titud y. de indefinición. Este hombre posee esa sangre fría delibe-
tain. Incertain n'est pas le mot... Quand cela va venir,je trouve en
rada, Incorruptible, que es el temperamento de la exactitud'
moi quelque chose de confns ou de diffus. Jl se fait dans mon etre
pero, fuera de esa cualidad, todo el resto es indefinido (vol. 1, par~
des endroits ... brumeux, il y a des étendues qui font leur appari-
te n, cap. 61).
tion. Alors,je prends dans ma mémoire une question, Hn proble-
me queIconque ... Je m'y enfonce. Je com.pte des grains de sable·...
El.l~omento en que Musil se acerca más a una propuesta de
et, tant que je les vois ... - Ma douleur grossissante me force al' ob~
soluClon es cuando recuerda que existen «p~~blem.?~ malemá=

75
74
server.J'y pense! -Je n'attends que mon cri, ... et des queje l'ai Esto es lo que dice Valéry en su ensayo Situai;on de Baude-
entendu -l'o~jet, le terrible objet, devcnant plus perit, et encare ZaiTe, que tiene para mí el valor de un manifics~to de poé~ti~a,
plus petit, se dérobe a ma vue intérieurc ... junto con otro ensayo sobre Poe y la cosmogoma, a propOSItO
de EUTeha.
[-No tengo -dijo- gran cosa. Tengo una décima de segundo En el ensayo sobre Eureka, de Poe, Valéry se inten:~ga sobr;
que se muestra ... Espere ... Hay instantes en que mi cuerpo se ilu- la cosmogonía, género literario antes que especulaCIon Clcntl-
mina ... Es extraño. Veo, entonces, de pronto, en mÍ. .. distingo las fica, y hace una brillante refutación de la idea del universo, que
profundidades de las capas de mi carne; siento las zonas de dolor, es asimismo una reafirmación de la fuerza mítIca que toda Ima-
los anillos, los polos, los plum~es de dolor. ¿Ve usted estas figu- gen del universo lleva consigo. También aquí, como en ~eo­
ras vivas?, ¿esta geometría de mi sufrimiento? Se producen estos pardi, la atracción y la repulsión delmhr;tto. TambIen aqm las
relámpagos que asemejan en todo a las ideas. Ellos hacen COln- conjeturas cosmológicas como género hterano, las que Leo-
prender, desde aquí hasta allá ... Y, sin embargo, me dejan. en la pardi se entretuvo en hacer en algunas de sus prosas «apocn-
incertidumbre. Incertidumbre no es la palabra ... Cuando ello va a fas»: el Fmrnrnento apocri!o di Simtone da Larnpsaco, acerca del na-
venir, encuentro en mí algo de confuso y de difuso. Se formulan cimiento y, sobre todo, del fin del globo terráqueo, que se
en mi ser lugares ... brumosos; hay extensiones que hacen su apa- achata y se vacía como el anillo de Saturno y se dIspersa hasta.
rición. Entonces tomo en mi memoria una cuestión, un problema arder en el sol; o un apócrifo talmúdico, el Cántico del gallo s!l-
cualquiera ... Me sumetjo en él. Cuento granos de arena ... y, mien- vestre donde el universo entero se apaga y desaparece: «Un SI-
tras los veo ... Mi dolor creciente me obliga a observarlo. Pienso en lenzi~ nudo, e una quiete altissima, empieranno lo spazio im-
él. Sólo espero mi grito ... y cuando ya lo he escuchado, el objeto, el menso. Cosi questo arcano mirabile e spaventoso deH' esistenza
terrible objeto, haciéndose cada vez más pequeño, se hurta a mi vis- universale, innanzi di essere dichiarato né inteso, si dileguera e
ta interior ... ]
perderassi» [Un silencio desnudo y una altísima caln.'a llenarán
el espacio inmenso. Así este arcano espantoso y admIrable de la
Paul Valéry es la personalidad de nuestro siglo que mejor existencia universal, antes de ser proclamado y entendIdo, se
ha definido la poesía_~~mouna tensión hai'iala exactitud. Me disipará y desaparecerá]. Donde se ve que lo espa:,toso y lo in-
refiero sobre todoasu obra de crítico y de ensayista, en la cual concebible no es el vacío infinito, sino la eXIstenCIa.
la poética de la exactitud es una línea que se remonta desde
Mallarmé a Baudelaire y de Baudelaire a Edgar Allan Poe. Esta conferencia no se deja guiar en la dirección que me ha-
En Edgar Allan Poe, en el Poe visto por Baudelaire y Ma- bía propuesto. Mi intención era hablar de b exactitud,. :'0 del
llarmé, Valéry ve de démon de la lucidité, le génie de l'analy- infinito y del cosmos. Quería hablarles de mI predrlecclOn por
se et l'inventeur des combinaisons les plus neuves et les plus sé- las fornlas geométricas, por las sinletrías, por las senes, por la
duisantes de la logique avec l'imagination, de la mysticité avec combinatoria, por las proporciones numéricas, explicar las~ ce:-
le calcul, le psychologue de l' exception, l'ingénieur littéraire sas que he escrito en función de mi fidelidad a la Idea de hml-
qui approfondit et utilise toutes les ressources de I'art ... » [el te, de medida ... Pero tal vez esta idea es la que justamente evo-
demonio de la lucidez, el genio del análisis y el inventor de las ca aquella de lo que no tiene fin: la sucesión de los númer~s
combinaciones más nuevas y seductoras de la lógica con la ima- enteros, las rectas de Euclides ... Quizá, en lugar de contarles co-
ginación, del misticismo con el cálculo, el psicólogo de la ex- mo he escrito lo que he escrito, sería más interesante hablar de
cepción, el ingeniero literario que ahonda y utiliza todos los los problemas que todavía no he resuelto, que no sé cómo re- .
recursos del arte ... ]. solver, ni qué me llevarán a escribir... A veces trato de concen-

76 77
~rarme en
el cuen to que quisiera escribir y veo que lo que me pero eu el interior de este proceso irreversible pueden darse
Interesa es ~tra cosa, es decir, no algo preciso sino todo lo que zonas de orden, porciones de lo existente que tienden hacia
queda exclUIdo de lo que debería escribir; la relación entre ese uua forma, puntos privilegiados desde los cuales parece perci-
a,rgumento determinado y todas sus variantes y alternativas pa- birse un plan, una perspectiva. La ~bra literaria es una de esas
sibles, todos los acontecimientos que el tiempo y el espacio pue- mínimas porciones en las cuales lo existente se cristaliza en
)05 ,~.(f"\iho'. den contener. Es una obsesión devoradora, destructora, que una forma, adquiere un sentido, no fijo, no definitivo, no en-
;j",'" basta para paralizarme. Para combatirla trato de limitar el carn- l
2U)c0"'Z cÍurecido en una inmovilidad mineral, sino -yiviente como un
e,'""" ¡;:"n" i po de lo que voy a decir, y de dividirlo en campos aún más li- R"iJ<J\;;>0'A\\Q- organismo. La poesía es la gran enemiga del azar?" a pesar--de-

U-¡--w",,;);¿ rnltados, para seguir subdividiéndolos, y así sucesivamente. Y


I! C"'MeO?',',", ser también ella hija del azar, y que sepa que el azar, en defi-
"," "', '~""'i entonces siento otro vértigo, el vértigo del detalle del detalle nitiva, ganará la partida. "Un coup de désjamais n'abolira le
~;c::':,~o, I del detal~e, y lo infinitesimal, lo infinitamente pequeño me ah- hasard.)~
;;:~ ,,,-,'.n-o\<v¡ s?~?e, aSl como antes me dispersaba en lo infinitamente vasto. Dentro de este marco ha de considerarse la revaloración de
~~:o.,:<;> ro~<~\J>ll_ La afirmación de Flaubert, «Le bon Dieu est dans le de'tal'l» los procedimientos lógico-geométrica-metafísicos que se han
<1-_
,-"10\'\"',\;)(,-0 ,

,~. >>>c" "o la explicaría y~ a la luz de la filosofía de Giordano Bruno, gran impuesto en las artes figurativas de los primeros decenios del
:::~'~~.1\)Q ~S' cosmologo :nslonano que ve el universo infinito y compuesto siglo y a continuación en la literatura: el emblema del cristal
de mundos mnumerab)es, pero no puede decir que sea «total- podría caracterizar a una constelación de poetas y esclitores
mente infinito» porque cada uno de esos mundos es finito' muy diferentes entre sí, como Paul Valéry en Francia, WaIlace
«total:nente infinito», en cambio, es Dios «perché tutto luí e i~ Stevens en los Estados Unidos, Gottfried Benn en Alemania,
tutto 11 mondo, ed iu ciascuna sua parte infinitamente e total- Fernando Pessoa en Portugal, Ramón Gómez de la Serna en
mente» [porque todo él está en todo el mundo y en cada una España, Massimo Bontempelli en Italia, Jorge Luis Borges en
de sus partes infinita y totalmente]. Argen tina. '. '
Entre los libros italianos de los últimos años, el que más he El cristal, con su talla exacta y su capacidad de refractar la \~:~~~.c-,~:~.:-
leído, releído y meditado es la Breve staria dell'infinito de Paolo luz, es el modelo de perfección que sicDl_prc ha sido mi em- ~':::<:"';('~_"'l,
Zellini (Adelphi, Milán 1980 / Breve historia del infinito, Siruela, blema, y esta predilección resulta más significativa desde que ",~",i
Madrid 1991), que comienza con la famosa invectiva de Borges se sabe que ciertas propiedades del nacimiento y crecimiento;,.~:~:'r'o,~L;,
contra elmfimto, «concepto que corrompe y altera todos los de los cristales se a'iemejan a las de los seres biológicos más ele-'BW:--Zl / t '

otros», y continúa pasando revista a todas las argumentaciones mentales, constituyendo así casi un puente entre el mundo mi-
sobre el tema, con el resultado de que la extensión del infini- neral y la materia viviente.
to se disuelve e invierte en la densidad de lo infinitesimal. Entre los libros científicos en los que husmeo en busca de
CGJ;~§'R\f-¿<* -:;,r. ~ Es~e vín:ulo ~ntre las elecciones formales d~ la composi- estímulos para la imaginación, he leído recientemente que los
\)\\0 I<J-L¡¿I,-"<j-; C~?!l)l~e~ar~a.y la necesidad de un.modelo cosmolÓgico (~s-'de­ modelos del proceso de formación de los seres vivientes son
~,,:;~:~ en:. un cuadro mitológico general) está presente, creo, aun en +1 "por un lado el cristql (imagen de invariabilidad y de regulari-
los autores, que no Jo declaran explícitameute. El gusto por la I dad de estructuras específicas), y por otro la 112;!!,:,a (imagen de

~z:>E\'-C::0q,s cOlnposlclon geometrizante, cuya historia en la literatura lTIUll- constancia de una forma global exterior, a pesar de la ince-
})}:-I"'tit.1IOS: dial podríamos rastrear a partir de MalIarmé, tiene como Ion- sante agitación interna)>>. Cito de la introducción de Massimo
IM\\0).';C,("o~· do la 0rosición ordcn-desordcn, fundamental en la ciencia Piattelli-Palmarini al volumen del debate entre .lean Piaget y
contemporánea. El universo se deshace en una nube de calor Noam Chomsky en el Centre Royaumont (Théories du langage-
se precipita irremediablemente en un torbellino de entropía: Théories de l'apprenlissage; Éd. du Seuil, París 1980). Las imáge-

78 79
nes contrapuestas de la llama y e! cristal se usan para visualizar perio a la combinatoria de las piezas en el tablero de ajedre.z;
las alternativas que se plantean a la biología y de ésta pasan a las ciudades que Marco Polo le descnbe con gran abundanCIa
las teorías sobre el lenguaje y sobre las capacidades de apren- de detalles se las representa con una u otra disposición de to-
dizaje. rres, alfiles, caballos, reyes, reinas, peones, en sus casillas blan-
Dejaré ahora de lado las implicaciones que para la filosofía cas y negras. La conclusión final a que le conduce esta opera-
de la ciencia tienen las posiciones de Piaget, que defiende el ción es que el objeto de sus conquistas no es sino la tesela de
principio de! «orden del ruido», es decü~ la llama, y de Chomsky, madera en la que se posa cada pieza: un emblema de la nada ...
que defiende el «self organizing system», es decir, el cristal. Pero en ese momento se produce un efecto teatral: Marco Po-
Lo que me interesa ahora es la yuxtaposición de estas dos fi- lo invita al Gran Kan a observar mejor aquello que le parece la
guras, como en uno de aquellos emblemas del siglo XVI de que nada:
les hablé en la conferencia anterior. Cristal y llama, dos formas
de belleza perfecta de las cuales no puede apartarse la mirada, ... Il Gran Kan cercava el 'irnmcdesimarsi nel gioco: ma adcsso
dos modos de crecimiento en el tiempo, de gasto de la mate- era il perché del gioco a sfuggirgli. 11 fine el' ogni partita e una vin-
ria circundante, dos símbolos morales, dos absolutos, dos ca- dta o una perdita: ma di cosa? Qual era la vera posta? AlIo scacco
tegorías para clasificar hechos, ideas, estilos, sentimientos. Me matto, sotto il piede del re sbalzato via dalla mano del vincitore,
referí hace un momento a un partido del cristal en la literatu- resta il liulla: un quadrato nero o bianco. A forza di scorporare le
ra de nuestro siglo; creo que se podría establecer una lista si- suc conquiste per ridurle all'essenza, Kublai era arrivato all'opc-
milar para el partido de la llama. Siempre me he considerado razione es trema: la conquista definitiva, di eui i multiformi tesori
partidario del cristal, pero la página que acabo de citar me en- deH'impero non crano che involucri illusori, si riduceva a un tas-
seña a no olvidar el valor que tiene la llama como modo de ser, sello di legno piallato.
como forma de existencia. Quisiera igualmente que quienes se AHora Marco Polo parló: -La tua scacchiera, sire, e un intarsio di
consideran partidarios de la llama no pierdan de vista la calma dne legni: ebano e acero. 11 tassello sul quale si fissa i1 tuo sguardo
y ardua lección de los cristales. i11uminato fu tagliato in uno strato del tronco che crebbe in un
Un símbolo más complejo, que me ha dado las mayores po- anno di siccita: vedi come si dispongono le fibrc? Qui si scorge
sibilidades de expresar la tensión entre racionalidad geométri- un nodo appena accennato: una gemma tentó di spuntare in un
ca y maraña de las existencias humanas, es el de la ciudad. El giorno di primavera precoce, ma la brina della notte l' obbligó a
libro en que creo haber dicho más cosas sigue siendo Las ciu- desistere-. Il Gran Kan non s'era fin'alIora reso conto che lo stra-
'1 dades invisibles, porque pude concentrar en un único símbolo niero sapesse esprimersi fluentemente nelIa sua lingua, ma non
1 todas las reflexiones, mis experiencias, mis conjeturas, y por- era questo a stupirlo. -Ecco un poro piu grosso: forse e stato i1 ni-
l>f(J ~~$lO- que construí una estructura con facetas en la que cada breve do d'una larva; non d'un tarlo, perché appena nato avrebbe COIl-
,I1I '."0
~G
'-'
t>l
,0= \ t ex t o l'Ind
<JS5,1\:¡ a con os otrosI en una" suceSlon que no lmp. l'lCa una tinuato a scavare, ma d'un bruco che rosicchió le foglie e fu la
<:>', \Jl.IGt'.,,~ consecuencia o una jerarquía, sino una red dentro de la cual causa per cui l'albero fu scelto per essere abbattuto ... Questo mar-
:~';~1~~' se pueden seguir múltiples recorridos y extraer conclusiones gine fu inciso dall'ebanista con la sgorbia perché aderisse al qua-
plurales y ramificadas. drato vicino, piu sporgente ...
En Las ciudades inviszbles cada concepto y cada valor resulta La quantita di cose che si potevano leggere in un pezzctto di
ser doble: la exactitud también. En cierto momento Kublai legno liscio e vuoto sommergeva Kublai; gia Polo era venuto a
Kan personifica la tendencia racionalizadora, geometrizante o parlare dei boschi d'ebano, deHe zattere di tronchi che disccndo-
algebraizante del intelecto, y reduce el conocimiento de su im- no i fiumi, degli approdi, delle donne alle finestrc ...

80 81
[ ... EI Gran Kan trataba de ensimismarse en el juego: pero aho- dos caminos divergentes que corresponden a .dos tipos distin-
ra el porqué del juego era 10 que se le escapaba. El fin de cada tos de conocimiento:
.... .. .. .... .. . . ¡uno que .....
avanza por el espacie;-
.. ,',.,.,-.. .... '.' 'mental
.... , .. _, .....de
.
partida es una victoria o una derrota: ¿pero de qué? ¿Cuál era la una racionalida(j ~ncorpórea". ~onde se _.ru~d~n trazar 1.~l2..~~S_
verdadera baza? En el jaque mate, bajo el pie del rey destituido que ln~en punt~¿~"proyeccione-s, formas'
abstra-ctas, ve-cto~es de
por la mano del vencedor, queda la nada: un cuadrado blanco o fuerzas; el otro, :¡.ue a,~anza por un espacio atestad~cleobJetos
negro. A fuerza de descarnar sus conquistas para reducirlas a la y trata de crear un equivalente verbal de ese espacIO llenando
esencia, Kublai había llegado a la operación extrema: la conquis- la páginade¡>ala,bras, en un esfuerzo de adecuación minucio-
ta definitiva, de la cual los multiformes tesoros del imperio no s",; de lo escrito a 10110 escrito, a la totalidad de lo decible y de
eran sino apariencias ilusorias, se reducía a una tesela de madera lo no decible. Son dos impulsos diferentes hacia laexactitud
cepillada. que nUEca lIegarán'-';:-la satisfacción absoluta:' uno porque las
Entonces Marco Polo habló: lenguas naturales dicen siempre algo más de lo que dicen los
-Tu tablero, sire, es una taracea de dos maderas: ébano y ar- lengu,!jes formalizados, entrañan siempre cierta cantidad de
ce. La tesela en la que se [lja tu mirada luminosa fue tallada en ruido que perturba la esencialidad de la información; el otro
un estrato del tronco que creció durante un año de sequía: ¿ves po'rque, al expresar la densidad y la continuidad del mundo
cómo se disponen las fibras? Aquí se distingue un nudo apenas que nos rodea, el lenguaje se muestra fragmentario, con la&u-
insinuado: una yema trató de despuntar un día de primavera nas, dice siempre algo menos respecto a la totalidad de lo ex-
precoz, pero la helada de la noche la obligó a desistir -el Gran peri¡nentable,· .
Kan no había advertido hasta ese momento que el extranjero Entre estos dos caminos vacilo continuamente, y cuando
supiera expresarse con tanta fluidez en su lengua, pero no era siento que he explorado al máximo las posibilidades de uno,
esto 10 que le pasmaba-o Aquí hay un poro más grande: tal vez me lanzo al otro y viceversa. Así en los últimos años)le alter-
fue el nido de una larva; no de carcoma, porque apenas nacido nado mis 'ejer"iciossobre la estructura del relato con ~jer¿icios
hubiera seguido excavando, sino de una oruga que royó las ho- de descripción, arte hoy muy descuidado. Como un escólatcú-
jas y fue la causa de que se eligiera el árbol para talarlo ... Este yo tema fuera «Describir una jirafa» o «Describir el cielo estre-
borde lo talló el ebanista con su gubia para que se adhiriera al llado», me he dedicado a llenar un cuaderno con estos ejer-
cuadrado vecino que sobresalía ... cicios y los he convertido en materia de un libro. El libro se
La cantidad de cosas que se podían leer en un trocito de ma- llama Palomary acaba de aparecer en versión inglesa*; es una
dera liso y vacío abismaba a Kublai; Polo le estaba hablando ya de especie de diario sobre problemas de conocimiento mínimos,
los bosques de ébano, de las balsas de troncos que descienden los vías para estahlecer relaciones con el mundo, gratificaciones y
ríos, de los atracaderos, de las nmjeres en las ventanas ... ] frustraciones en el uso del silencio y de la palabra. l/Oh,,,,
En el curso de esta búsqueda me he acercado a la expe-! """l¡
A partir del momento en que escribí esa página vi clara- riencia de los poetas: pienso en William Carlos Williams, que
= mente que mi búsqueda de la exactitud. se bifurcaba en d2s di- cuando descrihe tan minuciosamente las hojas del ciclamen
r:ecciones. Por una parte, far~?:~c~~?n de l~?~.~~??!~,~_~"~~.~.~,~.~~ hace que la flor tome forma y se ahra entre las hojas que des-
contingentes a esquemas abstractos con los que se pueden cribe, y logra dar al poema la ligereza de la planta; pienso en
el~:_~!_~ar'~?p_~racio~~s y_ 'cfemostrar teC?~el?J-?-s; y, por ot~~')1l r~"~~ Marianne Moore, que al definir sus pangolines y sus nautilus y
fuerzo de las palabras por expresar con la mayor preclsIOnpo-
~ilil;-:eraspecto sensible de lascosas.· ... .... * PalomaT se publicó en inglés en los Estados Unidos en septiembre de
. En realidad mi escritura se ha en~ontrado siempre frente a 1985.
r-? U;/~'-<;~:'\YG(,i"Qj ,>."íl.. _~í.\h, ;>,) \J\¡V\\-~<i;)' ,;,,), I\")t,\\,\_~\

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¡"<o'B)'t)(i<¿;H¡:·.!. é '¿'\J~é,,,II~ i ¡,.' ; ~-'lUJ -: ?~¿,r.!,"!_, \Al -;5;~!o~!'i S;,W"'_:i'-V_ IJ;.'

:;¡t )"" ?~"'1S)'f-)'\'J';J ~vJ>}.? Q-iJJYjl'J\~0-i)

todos los otros animales de su bestiario, une las nociones de ningún otro conocimiento del mundo. Hay en cambio quien
los libros de zoología y los significados simbólicos y alegóricos entiende el uso de la palabr~~oIDo un J~~~_~~nte seguimiento
que hacen de cada uno de sus poemas una fábula rTIoral; y g~_~~s_c:9sas, una aproximación no a su sustanc1a-·sulo a-sli"Ti1fi~
pienso en Eugenio Montale, que, puede decirse, suma los re- nita variedad"uIl,I()""r su multiforrne,_ill"go"tablesuperlicie.
sultados de ambos en «L'anguilla», un poerna de una sola lar- Como dij0I-I_ofÍll_a-"Ils!hal: «La-profundidad . hay que . escon-
guísima frase que tiene la forma de la anguila, sigue toda la vi- derla. ¿Dónde? En la superfiCl;;;;-.YWíí1 ensiéinibiallllmás g
da de la anguila y hace de la anguila un símbolo moral. 'lejos que Hofmannsthal cuando-decía: «Lo que está oculto no
Pero sobre todo pienso en Francis Ponge, que con sus peque- n os in teresa».
ños poemas en prosa ha creado un género único en la litera- Yo no sería tan drástico: pienso que andamos siempre a la
tura contenlporánea: exactarTIente ese «cuaderno de ~jercicios» caza de algo escondido o sólo potencial o hipotético, cuyas
del escolar que debe ejercitarse ante todo en la tarea de dis-, huellas, que asoman a la superficie del suelo, seguimos. Creo
poner sus_pal"br",,_ sobreJa extensión de los aspectos del rn-'c'!l:; que nuestros mecanismos mentales primarios se repiten, des-
cJQ y lo -~onsigue a trav¿-s de una serÍe de tentativas, bmuillons, de el Paleolítico de nuestros padres cazadores y recolectores
aproximaciones. Ponge es para ll1Í un rnaestro sin igual por- de frutos, a travésr-pvol
de todas las culturas de la historia humana.
@l).Jl .'¡"-

que los breves textos de Le parli pris des choses y de otros libros LaRalabra nne La'llllella visible con la <:Qsa iIlyisible, con la co-
que siguen esa dirección, hablen de la crevette o del gafet o del sa ausente, con la cosa deseada o te~i-da, c~mo -~n·frágil puen-
savon, representan el mejor ejemplo de una batalla coll_ellen: te improvisado tendido sobre el vacío. 3'J(",~ 01_G"i>

I'-l!i>~ "0C\iO guaje par:~(;::º_v-yerti-dG--~n--e-l-lengM?-j~__~e ~_~~_cQ~~~1-g~..p-ªJte_-ºé; Por eso para mí .el :uso Justo del lenguaje es el que permite¡;t-~:~\)~; ~~L
~n~_ -¿osas· y
n .l\'\\\~'::"las ____________________
'-G'i'\ ,-\",."_,,'.1::,,-,0<»
vuelve a.__ nosotrº~
--------- -.--
s_a:rgado 4e__ t~9.0 J\> __
.h.!:l!!l---ª!!9.__~1~.!.e

~cerca~se a las cosas (presentes o ausentes) con discreción y ~~~~~Y~,:::~:<",
, en las cosas hemos invertido. Intención declarada de FranCls a!~E-ción y cautela, con el respeto hacia aquello _qlle las cosas j'J.,";'",) m
~"'j' Q";;O Ponge ha sÚiola d~ c~mpo;'er a través de sus breves textos y (presentes o ausentes) comunican sin palabra~. - ,. =" ~'"-"l4- y '''<
J;)' ''f'(:C'iF'v
\- 10 ~((lJs) sus elaboradas variantes un nuevo De rerum natura; creo que
}:j¡C'f''''0JlíL podemos reconocer en él al Lucrecio de nuestro tiempo, que El ejemplo más significativo de una batalla con la lengna pa-
f'G";"ló>, reconstruye la fisicidad_iLellllllndoa_trayé~ del impalRabl<; poL ra captnrar algo que sigue escapando a la expresión es Leo-
villo_ele las palabras.,- nardo da Vinci: los códices leonardescos son un documento
Me parece que la operación de Ponge debe situarse en el extraordinario de una batalla con la lengua, una lengna híspi-
mismo plano que la de Mallarmé, en dirección divergente y da y nudosa, en busca de la expresión más rica, sutil y precisa.
complemen taria: e¡-{,l\iallam;~) la palabra alcanza el extremo Las diversas fases del tratamiento de una idea que Francis Pon-
de la exactitud tocand'; el' extremo de la abstracciÓn e-Indi- ge termina por publicar una tras otra porqne la obra verdade-
cando la nada como sustancia última delrnundo; errPcínge-'fl ra consiste no en su forma definitiva sino en la serie de
mundo tiene la forma de la~ cosas más humildes, contingenIes aproximaciones para alcanzarla, son para el Leonardo escritor
y asimétricas, yla palabra es lo que sirve para dar cuenta de la la prueba de lás fuerzas que invertía en la,escritn':;;~º!)lo ins-
variedad infinita de esas formas irregnlares y minuciosamente _tnlJllJ''II!() cognoscitivo, y del hecho de qne -de todos los lib'';',-
complicadas. Hay quien cree que la palabra es elmedio para qne se proponía escribir- le ints:r.f's'lJ:>a más el Rroceso de bús-
alcanzar la sust-3IiCii deY mundo, la sustancia última,-Mt;Üf.a, ab- oqneda gue_el"acabar\J,lU,ex:1Q para publicªILo. También los te-
soluta; más que representar esta sustancia, la palabra s~ iden- mas son a veces parecidos a los de Ponge, como en la serie de
tifica con ella (por lo tanto es erróneo decir qne es un medío): fábulas breves que Leonardo escribe sobre objetos o animales.
hayla palabra que sólo se conoce a sí misma, y no es posible Tomemos como ejemplo la fábnla del fuego. Leonardo da

84 85

H d
un breve resumen (el fuego, ofendido porque tiene encima el tierra. Después de dar ejemplos de ciudades tragadas por la
agua de la olla, él que, sin embargo, es el superiore elemento, al- tierra, pasa a los fósiles marinos hallados en las montañas, y en
za sus llamas cada vez más alto, hasta que el agua hierve y al particular a ciertos huesos que supone pertenecientes. a u~
derramarse lo apaga) que después desarrolla en tres versiones monstruo marino antediluviano. En aquel momento su ImagI-
sucesivas, todas incompletas, escritas en tres columnas parale- nación debía de estar fascinada por la visión del inmenso ani-
las, aüadiendo cada vez un detalle, describiendo cómo la llama mal cuando todavía nadaba entre las olas. El hecho es que
de una pequeüa brasa se desliza entre los espacios de la ma- vuelve la hoja y trata de fijar la imagen del animal, intentando
dera, crepita y se dilata; pero en seguida .1e(lJlmdo. se i~ tres veces una frase que exprese toda la maravilla de la evoca-
rrumpe como si coE'prendiera.gu".llohay Jímitc-"lJa...minu- ción.
dosIdaa::-con·ques-e.puede.contar.la.historia.más..senc.illa. El
relato de la madera que arde en el fogón de la cocina puede o quante volte fusti tu veduto in fra 1'onde del gonfiato e gran-
crecer también desde dentro hasta volverse infinito. de oceano, col setoluto enero dosso, a guisa di montagna e con
Leonardo, «omo sanza lettere» [hombre sin letras], como grave e superho andamento!
se definía a sí mismo, tenía una relación difícil con la palabra
escrita. Su saber no tenía igual en el mundo, pero la ignoran- [¡Oh, cuántas veces se te vio entre las ondas del henchido y
cia del latín y de la gramática le impedía comunicarse por es- grande océano, con el cerdoso y negro lomo a guisa de montaña
crito con los doctos de su tiempo. Naturalmente, él sabía que y con grave y soberbia andadura!]
mucha de su ciencia podía expresarla con el dibujo mejor que
con la palabra. ("O scrittore, con quali lettere scriverai tu con Después trata de animar la andadura del monstruo introdu-
tal perfezione la intera figurazione qual fa qui il disegno?» ciendo el verbo volteggiam [caracolear]:
[Oh escritor, ¿con qué letras escribirás con tanta perfección la
representación entera como lo hace aquí el dibujo?], anotaba E spesse volte eri veduto in fra l' onde del gonfiato e grande
en sus cuadernos de anatomía.) Y no sólo la ciencia, sino tam- oceano, e col superbo e grave moto gir volteggiando in fra le ma-
bién la filosofía estaba seguro de comunicarla mejor con la rine acque. E con setoluto enero dosso, a guisa di montagna, que-
pintura y el dibujo. Pero tenía además una necesidad incesan- He vincere e sopraffare!
te de escribir, de usar la escritura para indagar el mundo en sus
manifestaciones multiformes y en sus secretos, y también para [Y varias veces se te vio entre las ondas del henchido y grande
dar forma a sus fantasías, a sus emociones, a sus rencores. (Co- océano, y con soberbio y grave movimiento ir caracoleando entre
mo cuando increpa a los literatos, sólo capaces, según él, de re- las marinas aguas. ¡Y con cerdoso y negro lomo, a guisa de mon-
petir lo que han leído en los libros ajenos, a diferencia de quie- taña, vencerlas y dominarlas!]
nes corno él formaban parte de los "inventori e interpreti tra
la natura e li omini» [inventores e intérpretes entre la natura- Pero le parece que el caracoleo atenúa la impresión de
leza y los hombres].) Por eso escribía cada vez más: con el paso grandiosidad y majestad que quiere evocar. Escoge entonces el
de los IDOS dejó de pintar, pensaba escribiendo y dibujando, verbo soleare [surcar] y corrige toda la construcción del pasaje,
como si continuara con dibujos y palabras un único discurso, dándole compacidad y ritmo, con segura sabiduría literaria:
llenaba sus cuadernos con su escritura zurda y especular.
En la hoja 265 del Códice Atlántico, Leonardo comienza a o quante volte fusti tu veduto in fra l'onde del gonfiato e gran-
anotar pruebas para demostrar la tesis del crecimiento de la de oceano, a guisa di montagna quelle vincere e sopraffare, e col

86 87
r setoluto enero dasso soleare le marine acque, e con superbo e
grave andamento!
VISIBILIDAD

[¡Oh, cuántas veces se te vio entre las olas del henchido y


grande océano, a guisa de montaña vencerlas y dominarlas, y con
el cerdoso y negro lomo surcar las marinas aguas, y con soberbia
y grave andadura!]

El seguimiento de esta aparición, que se presenta casi como


un símbolo de la fuerza solemne de la naturaleza, nos permite
entrever cómo funcionaba la imaginación de Leonardo, Les
entrego esta imagen, con la que termino mi conferencia, para
que la guarden en la memoria el mayor tiempo posible en to-
da su limpidez y en todo su misterio.

Hay un verso de Dante en el Purgatorio (XVI!, 25) que dice:


"Poi piowe dentro a ralta fantasia» [Llovió después en la alta
fantasía). Mi conferencia de esta tarde partirá de esta consta-
tación: la fantasía es unIllgaren elque llueve.
Vea~;;~~en qu{ el-conte~·to ~~~ ~~cuentra este verso del Pur-
gatmio. Estamos en el círculo de los iracundos y Dante con-
templa las imágenes que se fOTInan directamente en su mente
y que representan ejemplos clásicos y bíblicos de ira castigada;
Dante comprende que esas imágenes llueven del cielo, es de-
cir, que Dios se las manda.
En los diversos círculos del Purgatorio, además de las parti-
cularidades del paisaje y de la bóveda celeste, además de los
encuentros con ánimas de pecadores arrepentidos y con seres
sobrenaturales, se presentan a Dante escenas que son como ci-
tas o representaciones de ejemplos de pecados y de virtudes:
primero en forma de bajorrelieves que parecen moverse y ha-
blar, después como visiones proyectadas delante de sus ojos,
como voces que llegan a sus oídos, y por fin como imágenes
puramente mentales. Estas visiones se van interiorizando pro-
gresivamente, corno si Dante comprendiese que es inútil in-
ventar en cada círculo una nueva fonna de metarrepresenta-
ción, y que es lo mismo situar la visión en la mente, sin hacerla
pasar a través de los sentidos.

88 89
Pero antes de hacer esto es preciso definir qué es la imagi- ta~1to lo que su ,.person~e ve como ,lo q~e cree v~r,_._C?_~s_~á S9-.
nación, y [)"ntelo hace en dos tercetos (XVI!, 13-18): --~n~o, o. ~ecllerc!~,o ve repres~ntadQ, O le cuentan,~asJ .como
Jebe imaginar el ~ontenido visual de las metáforas ele que se
o imaginativa che ne T'llbe 'rveJ'ustamente para facilitar esta evocación visual.. Por. lo tan-
SI . -"
talvolta si di .fU01~ eh 'om non s 'accorge to, lo que Dante trata de definir es el papel de la lmagmaclOn
perché dintorno suonin mille tube,
en la Divina Comedia, y más precisamente la parte vlsual de su
chi move le, se J[ senso non ti porge?
fantasía, anterior a la imaginación verbal o contemporánea de
Moveti lume che nel del s 'informa
ésta.
per sé o per voler che giú, lo scorge.
Podemos distinguir 4q~_~iPS'~~",:Ie,pr2~eso~5rnaginativ()s: el
qu'j parte de la palabra y llega a la image?,}isual, XI elqueyar-
[Oh fantasía que, de cuando en cuando, / arrebatas al hom- te de la imagen visual y lIega a la expreslOn verbal. El pnmer
bre de tal suerte / que no oyera mil tubas resonando, / ¿quién, si proceso es el que se opera normalmente en la lectl[ra: leemos,
no es el sentido, ha de moverte? / Muévete aquella luz que el cie- por ejemplo, una escena de novela o un reportaje sobre un
lo sella, / por sí o por el querer de quien la vierte.] acontecimiento en el periódico y, según la mayor o menor efi-
cacia del texto, llegamos a ver la escena como si se desarrolIa-
Se trata, desde luego, de la «alt~ farltasÍa», corno se especi- se delante de nuesú'os ojos, ¿ por lo menos fragmentos y deta-
ficará más adelante, es decir, de-la parte más elevada de la lIes de la escena que emergen de lo indistinto.
imaginación, dife~ente de la imaginación corporal, como la En el cine la imagen que vemos en la pantalla ha pasado
que se manifiesta en el caos de los sueños. Aclarado este pun- también ~- i~vés d~ 'u-il t~it.!~__~§_G;rito, después fue «vista» men-
to, tratemos de seguir el razonamiento de Dante, que repro- talmen te por el director, después se reconstruyó en su IDjlte-
duce fielmente el de la filosofía de su tiempo. rialidad física en el estudio para quedar definitivamente fijada
¡Oh imaginación, que tienes el poder de imponerte a nues- en los fotogramas de la película. U na película es, pues, el re-
. tras facultades y a nuestra voluntad y de arrebatarnos a un sultado de una sucesión de fases, inmateriales 'y nlateriale~, eri!
mundo interior, arrancándonos del mundo exterior, tanto que las cuales las imágenes cobran forma; en este proceso, el «cine~
aunque soharan mil trompetas no nos daríamos cuenta! ¿De mental» de la imaginación tiene una función no menos im-
dónde proceden los mensajes visuales que recibes, cuando no portante que la función de las fases de realización efectiva de
están formados por sensaciones depositadas en la memoria? las secuencias tal como las registrará la cámara y se montarán
"Muévete aquella luz que el cielo sella»: según Dante -y según después en la moviola. Este «cine mental» funciona continua:--:~.
santo Tomás de Aquino- hay en el cielo una especie de ma- mente en todos nosotros -siempre ha funcionado, aun antes r,

nantial luminoso que transmite imágenes ideales, formadas se- de la invención del cine- y no cesa nunca de proyectar imáge-
gún la lógica intrínseca del mundo imaginario ("por sí») o por nes en nuestra visión interior.
voluntad de Dios ("O por el querer de quien la vierte»). Es significativa la importancia que tiene la imaginación \vi-
Dante habla de las visiones que se le presentan (a él, el per- sual en los Ejercicios espiritu.ales de Ignacio de Loyola. Al comien-
sonaje Dante) casi como si fueran proyecciones cinematográ- zo mismo de su manual, san Ignacio prescribe la «composición
ficas o emisiones televisivas recibidas en una pantalIa separada viendo el lugar» con términos que parecen instrucciones para
de lo que es para él la realidad objetiva de su viaje uItraterre- la puesta en escena de un espectáculo: « ... en la contemplación
no. Pero, para el poeta Dante, todo el viaje del personaje Dan- o meditación visible, así como contemplal~ a Cristo nuestro Se-
te es corno estas visiones; el poeta debe imaginar visualmente ñor, el cual es visible, la composición será ver con la vista de la

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te
imaginación el lugar corpóreo donde se halla la cosa que quie- presente me hallase, con todo acatamiento y reverencia possible;
ro contemplar. Digo el lugar corpóreo, así como un teluplo o y después reflectir en my mismo para sacar algún provecho.
monte, donde se halla Jesucristo o Nuestra Señora». Inmedia-
tamente después san Ignacio precisa que la contemplación de El catolicismo de la Contrarreforma tenía, desde luego, un
los propios pecados no debe ser visual o -si entiendo bien- de- vehículo fundamental en la comunicación visual, con las suges-
be servirse de una visualidad de tipo metafórico (el alma en- tiones emotivas del arte sagrado desde el cual los fieles debían
carcelada en el cuerpo corruptible). remontarse a los significados según la enseñanza oral de la
Más adelante, el primer día de la segunda semana, el ejer- Iglesia. Pero se trataba de partir siempre de una imagen dada,
cicio espiritual se inicia COil_ una vasta panorámica visionaria y propuesta por la Iglesia misma, no dmaginada» por los fieles.
con espectaculares escenas de masas: Lo que distingue, creo, el procedimiento de Loyola incluso de
las formas de la devoción de su época es elp~~o_del3-palabr",
1. º jntncto. El primer pUlieto es ver las personas, las unas y las aJajmaginación sisuaLcomo vía para alcanzar el conocimien-
otras; y prinlcro las de la haz de la tierra, en tanta diversidad, así to de los si~nitIcadº$.p~~f1!l1dºScTambién aquÍ el punto de par-
en trajes corno en gestos, unos blancos y otros negros, unos en tida y el de llegada están ya establecidos; elLe! meclio_seabre_un
paz y otros en guerra, unos llorando y otros riendo, unos sanos, C_ampo.deinfinitas posibiJidade~deapli~ación de _la fantasía
otros enfermos, unos nasciendo y otros muriendo, etc. individualpara representarse person'!ies, lugares, esce~~~ en mo-
vimiento. Los fieles mismos son quienes deben pintar en los
2. º: ver y considerar las tres personas divinas, como en el su so- muros de la mente frescos atestados de fig'uras, partiendo de
lio real o throno de la su divina majestad, cómo miran toda la haz los estímulos que la propia imaginación visual consiga extraer
y redondez de la tierra y todas las gentes en tanta (eguedad, y có- de un enunciado teológico o de un lacónico versículo de los
mo mueren y descienden al infierno. Evangelios.
Volvamos a la problemática literaria y preguntémonos có~
A Ignacio de Loyola no parece ocurrÍrsele nunca la idea de rno se forma lojlllagi',ªrio de una_épDca en que la literatura
que el Dios de Moisés no tolera ser representado en imáge- no se remite a una autoridad o a una tradición como origen o
nes. Por el contrario, se diría que reivindica para todos los como fin, sino que apunta a la novedad, la originalidad,Ja-in_
<;ristianos el grandioso don visionario de Dante y de Miguel v<cn.ción. Me parece que en,esta situación el pro_~lema de la
Angel, sin siquiera el freno que Dante se siente obligado a po- prioridad de la imagen visu)i¡ o de la expresión verbal (que es
ner a la propia imaginación figurativa frente a las supremas vi- un poco como el problema del huevo y la gallina) se resuelve
siones celestiales del Paraíso. decididamen te a favor de la imagen visual.
En el ejercicio espiritual del día siguiente (segunda con- ¿De_ººIlQ,,_«lllleyen» las imágenes en la fal1tasía? Dante te-
templación, primer punto), el contemplador mismo debe en- nía justamente un alt~ ~o~¿~pto de -si mismo, tanto que no te-
t~ar en escena, asumir un papel de actor en la acción imagina- nía empacho en proclamar la directa inspiración divina de sus
na: visiones. Los escritores más cercanos a nosotros (salvo algún
caso raro de vocación profética) establecen enlaces con emi-
El primer puncto es ver las personas, es a saber, ver a Nuestra sores terrenos como el,inconsciente--individual_º,__c,olectivo, el
Señora y a]oseph y a la ancilla y al niño ]esú, después de ser nas- tiempo recobrado en las sensaciones-que reaflorandeltiempo
cid o, haziéndorne yo un pobrezito y esclavito indigno, mirándo- PfLdido, las epifanías o concentraciones del ser en un solo
los, contemplándolos y serviéndolos en sus necesidades, como si punto o instante. Se trata, en fin, de procesos que, aunque no

92 93

d
partan del cielo, J'llCapan deLámbito.de nuestras intenciones.j' teorías de la imaginación como depositaria de la verdad del
de Iluestro cont.--rol, aSUlniendo
-
_" ,-
respecto
--
del indiyiduo__lln,,-- universo pueden concordar con una Naturphilosophie o con un
suerte de trascendencia. Y no sólo los poetas y los novelistas se tipo de conocimiento teosófico, pero son incompatibles con el
plantean el problema: de un modo análogo se lo plantea un es- conocimiento científico. A menos que se separe lo cognoscible
tudioso de la inteligencia como Douglas Hofstadter en su fa- en dos, dejando a la ciencia el mundo exterior y aislando el
mosa obra Gadel, Escher, Bach, donde el verdadero problema es conocimiento imaginativo en la interioridad individual. Staro-
el de la elección entre varias imágenes «llovidas» en la fantasía: binski reconoce en esta última posición el método del psicoa-
nálisis freudiano, mientras que el de Jung, que da a los arque-
Think, for instance, of a writer who is trying to convey certain tipos y al inconsciente colectivo validez universal, se remite a la
ideas which lo him are contained in mental irnages. He isn 't qui- idea de imaginación como participación en la verdad del mllD-
te sure how those images fit together in his mind, and he experi- do.
ments around, expressing things first one way and then another, Al llegar a este punto, no puedo eludir una pregunta: ¿en
and finally settles on sorne version. But does he know where it all cuál de las dos corrientes trazadas por Starobinski debo situar
carne fram? Only in a vague sense. Much of the saUTee, like an ice- mi idea de la imaginación? Para poder contestar tengo que re-
berg, is deep undcTh'ater, unseen - and he knows that. correr de nuevo en cierto modo mi experiencia de escritor,
sobre todo la relacionada con la narrativa fantástica. Cuando
[Piénsese, por ejemplo, en un escritor que trata de expresar empecé a escribir relatos fantásticos aún no- me planteaba
ciertas ideas contenidas para él en imágenes mentales. No sabe problemas teóricos; lo único de lo que estaba seguro era Se]
con seguridad absoluta cómo armonizan entre sí, en su mente, que en el origen de todos mis cuentos había una imagen vi]
esas imágenes y hace experimentos, prueba prünero de una ma- sual. Por ejemplo, una de esas imágenes fue la de un hombre¡
l::T ~);;': .s\f-YIill\ f nera, después de otra y finalmente se detiene en una versión, Pe- cortado en dos mitades que siguen viviendo independiente~
J<i,!:o,,>_~ .__T~'3\'-t:'( ro ¿sabe de dónde procede todo eso? Sólo vagamente, La mayor mente; otro ejemplo podría ser el del muchacho que trepa a
;:~~~~\;:0\~"-\.\JÜ p~rte de su fuente, com,o,un ice~erg, está profundamente sumer- un árbol y después pasa de un árbol a otro sin volver a bajar a
c'.)~ü
,"
I
1\"\1 ',:d_:::»
(I\..'y ).\J':;Go
glda en el agua, no es vIsIble, y ello sabe,] tierra; otro, una armadura vacía que se mueve y habla como si
dentro hubiera alguien.
Pero tal vez debamos pasar primero revista a las maneras en Por lo tanto, al idear un relato lo primero que acude a mi
que se planteó este problema en el pasado. La historia más ex- mente es una imagen que por alguna razón (~~ __rr:te presenta
baustiva, clara y sintética de la idea de imaginación la encon- cargada de significado, aunque no sepa formular ese significa-
tré en un ensayo de Jean Starobinski, «El imperio de lo imagi- do en términos discursivos o conceptuales. Apenas la imagen
nario» (en La retation critique, Gallimard, 1970). De la magia se ha vuelto en mi mente bastante nítida, me pongo a desa-
renacentista de origen neoplatónico parte la idea de la,imag¡:n rrollarla en una historia, m~jor dicho, las imágenes mismas
<;2mo..roumnicación"<':Qne!all11a_!klmundo, idea que después son las que desarrollan sus potencialidades implícitas, el rela-
será la del romanticismo y el surrealismo; Esta idea c.ontrasta to que llevan dentro, En torno a cada imagen nacen otras, se
conJa de la imªKinación como instrumento de conocimiento; fonna un campo de analogías, de simetrías, de contraposicio-
en este caso, aunque-s-e--a-p~irte--de--his--vías del conodiiiiélio nes. En la organización de este 111aterial, que no es sólo visual
científico, la imaginación puede coexistir con este último y sino también conceptual, interviene en ese momento una in-
también ayudarlo, e incluso ser para el científico un momento tención mía en la tarea de ordenar y dar un sentido al desa-
necesario en la formulación de sus hipótesis. En cambio, las rrollo de la historia; o más oien,Tü que hago es tratar de esta-

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blecer cuáles son los significados compatibles con el trazado contrarse presa en una red donde razonamientos y expresión
genel'a( que quisiera dar a la historia y cuáles no, dejando verbal imponen también su lógica. <:;ClIIlo_qllieraque sea, las
siempre cierto margen de opciones posibles. Al mismo tiempo, sob.Jd.ones _visuales---siguen -siendo_. det.erminant~_s, y a veces,
la escritura, la expresión verbal, asume cada vez más impor- cuando menos se espera, n~g~:r! a _c!~c~_q.i.r: _ sH1J._~ciones q~_<;ni las
tancia; diría que,""aesde el momento en que empiezo escribir, conjeturas de! pensamiento ni los recursos del lenguaje logra-
lapalabra escrita es 10 que cuenta: primero como búsqueda de rían resolver.
un equivalente de la imagen visual, después como desarrollo Una aclaración sobre e! antropomorfismo de las Cosmicómi-
coherente de la impostación estilística inicial, y poco a poco se cas: la ciencia me interesa justamente en mi esfuerzo por salir
adueña del terreno. La escritura será lo que guíeelrelato en de un conocimiento antropomorfo; pero al mismo tiempo es-
la dirección en la cual la expresión verbal fluya más felizmen- toy convencido de que nuestra imaginación no puede ser sino
L_ te, y la imaginación visual no tiene más remedio que seguirla. antropomorfa; de ahí mi intento de representar antropomór-
En las CfjJ.1riic1micas e! procedimiento es un poco diferente, ficamente un universo donde el hombre nunca ha existido,
porque el punto de partida es un enunciado extraído del dis- más aún, donde parece sumamente improbable que existaja-
curso científico: el juego autónomo de las imágenes visuales más.
debe nacer de ese enunciado conceptual. Mi propósito era Ha llegado el momento de responder a la pregunta que me
demostrar cómo e! discurso por imágenes, típico de! mito, hice con respecto a las dos corrientes de que habla Starobins-
puede nacer en cualquier terreno, aun en el del lenguaje más ki: la}1?_~J5inaciól1 comoXuente_.de.c()l10cimiento _~_.c_?:m() iden~
alejado de cualquier imagen visual, como e! de la ciencia de hoy. tifi~aCiéin'conel aIrnadelmundo:¿Por cuál opto? Ajuzgar por
Incluso al leer el libro científico más técnico o el libro de filo- lo q';e ll':vo dicho, debería ser u;' decidido partidario de la pri-
sofIa más abstracto se pnede encontrar una frase que inespe- mera tendencia, porque¡ eLrelato es para mí unifica"iéil1 ..de
radamente sirva de estímulo a la fantasía figurativa. Nos halla- i una lógicaespoIltáll"-,,_<iel,,silllágenes ycie un proy,ectoguia-
mos, pues, con uno de esos .~.ª~os _.en los qu<: la imagen está J ¡fopor -una intención racional. Pero al mismo tiempo siempre

determinada por un texto escrito preexistente (una página o he buscado en la imaginación VP_.lJ'l..",:ljgAe alc,aIlz"run cono:
una sola frase con la que me topo leyendo), y que puede dar cimiento extraindividual, extrasubjetivo; por lo tanto, seríajus-
lugar a un desarrollo fantástico tanto dentro del espíritu del 1.0 queme-declarase más cerca de la segunda posición, laiden-
texto de partida como en una dirección totalmente autónoma. tificación con el alma de! mundo.
La primera cosmicómica que escdbí, «La distancia de la lu- . Pero hay otra definición en la que me reconozco plena-
na», es, por así decirlo, la más «surrealista», en el sentido de que 'c.; mente, y es hi'lmaginación comq repertori() de lo potencial, de
el punto de arranque basado en la fIsica gravitatoria da vía li- e lo hipotético, de lo que no es, no ha sido ni tal vez será, pero

bre a una fantasía de tipo onírico. En otras cosmicómicas, el plot que hubiera podido ser. En la argumentación de Starobinski
está guiado por una idea más consecuente con el punto de este aspecto está presente cuando se recuerda la concepción
partida científico, pero rodeada siempre de una envoltura de Giordano Bruno. El spiritus phantasticus según Giordano
de imágenes, afectiva, de voces que monologan o dialogan. Bruno es «mundus quidem et sinus inexplebilis formarum et
En una palabra, mi procedimiento quiere unificar la gene- specierum» [un mundo o un golfo, nunca saturable, de formas
ración espontánea de las imágenes y la intencionalidad del y de imágenes l. Yo creo que para_cuaJql.\Í!.'X. forma de conocÍ-
pensamiento discursivo. Aun cuando el movimiento de aper- miento es indispensabk alcanzar ese golfo de.Ja multiplicidad
tura esté dictado por la imaginación visual que hace funcionar ,2()tenciaL La mente de! poeta y, en algún momento decisivo,
su lógica intrínseca, aquélla termina tarde o temprano por en- la mente de! científico funcionan según un procedimiento de

96 97
asociacioIles de imágen~s que es etsistema ,más veloz para vin- pLactiCaLSohr_e_U?_Q mis~.O, E~?__~~~_~~~~Jn~e~t~~_~~"":~~_:_~=Z
cular y escoger entre las infinitas formas de lo posible y de lo y con re~tlltad()~~lrn2xeV1sl"ks,~~La expenencla de mi pnmera
Imposlble. La fantasía es una especie de máquina electrónica formación es ya la de un hijo de la "ci,~lización de las imáge-
que tiene en cuenta todas las combinaciones posibles y elige nes», aunque estuviera aún en sus comienzos, lejos de la infla-
las que responden a un fin o simplemente las que son más in- ción actual. Digamos que soy hijo de una época intermedia,
teresantes, agradables, divertidas. cuando eran muy importantes las ilustraciones coloreadas que
Queda por aclarar la parte que en este golfo ümtástico co- acompañaban la infancia, en los libros, en los semanarios para
rresponde a lo imaginario indirecto, ° sea, las imágenes que nit1os, en los juguetes. Creo que el haber nacido en aquel pe-
nos proporciona la cultura, trátese de la cultura de masas o de ríodo marcó profundamente mi formación. En mi mundo
otra forma de tradición. Esta pregunta trae otra consigo: ¿cuál imaginario influyeron ante todo las figuras de! Comere dei Pic-
será el futuro de la imaginación indi~dual en lo que suele lla- coli, por entonces el semanario italiano para niños de más di-
marse la «civilización de la imagen»? El poder de evocar imá- fusión. Hablo de una parte de mi vida que va de los tres a los
genes en ausencia, ¿seguirá desarrollándose en una humanidad trece at1os, antes de que la pasión por el cine llegara a conver-
cada vez más inundada por el diluvio de imágenes prefabrica- tirse en una forma de posesión absoluta que duró toda la ado-
das? ,I-IubQ un. tiempo en que la memoria vísual de un indivi- lescencia. Más aún, creo que el período decisivo fue entre los
duo ~e liInitaba al patrimonio de sus experiencias directas y a tres y los seis at1os, antes de que aprendiera a leer.
un reducido repertorio de imágenes reflejadas por la cultura; En los at10s veinte el Comere dei Piccoli publicaba en Italia to-
la posibilidad de dar forma a mitos personales nacía del modo dos los comics norteamericanos más conocidos de la época:
en que los fragmentos de esa memoria se combinaban entre sí Happy Hooligan, the Katzenjammer Kids, Felix the Cat, Mag-
ensa:nblánd~se_ de maneras inesperadas y sugestivas.l'-I0~ l~ gie and Jiggs, rebautizados todos con nombres italianos. Y ha-
Gllltldad de Imagenes que nos bombardea es tal que no ~ sabe- bía series italianas, algunas de excelente calidad por su gusto
mos distinguir ya la experiencia directa de lo que hemos visto gráfico y estilo de época. En aquel tiempo en Italia e! sistema
unos pocos segundos en la tele~sión. La memoria está cubier- de los balloons con las frases del diálogo no era todavía un re-
ta por capas de fragmentos de imágenes, como un depósito de curso habitual (comenzó en los at10s treinta cuando se impor-
desperdicios donde cada vez es más difícil que una figura en- tó Mickey Mouse); e! Comere dei Piccoli redibujaba las historie-
tre tantas logre adquirir relieve. tas norteamericanas sin los bocadillos, que eran sustituidos por
Si he incluido la Visibilidad en mi lista de los valores que se dos o cuatro versos rimados al pie de cada imagen. Pero yo,
han de salvar, es como advertencia del p~eligro que nos acecha que no sabía leer, podía prescindir perfectamente de las pala-
¡t,,,):>: S\J ,,\\-
.L:::.,,)"",_.5(t
ti ';) -..X< t::rUJ-
Ii de perder ~na facu~tad humana fundamental: la ~apacidad de bras, porque me bastaban los dibujos. Vivía con esta revistilla
c:':~-(,)U).(,l i enfocar Imagenes V1sualescon los ojos cerrados, de hacer que que mi madre había empezado a comprar y a coleccionar ya
i\\\1 ;"";¡Ú~, broten colores y formas del alineamiento de caracteres alfabé- antes de mi nacimiento y que hacía encuadernar por at1os. Me
V;;:,) k' n'~_")
tkos negros sobre ~na página blanca, de pensar con imágenes. pasaba las horas recorriendo las imágenes de cada serie de un
~'h'.L 'fÚ5!\~'V~1~ Plens~ en una posible pedagogía de la imaginación que nos número a o.tro, me contaba mentalmente las historias inter-
<>,\11:\"\\ 1-">:
n O';,")D :'<"-o:J-:<p hab,tue a controlar la ~sión interior sin sofocarla y sin dejarla pretando las escenas de diversas maneras, elaboraba variantes,
caer, por otra parte, en un confuso, lábil fantaseo, sino permi- fundía cada episodio en una historia más vasta, descubría, ais-
tiendo que las imágenes cristalicen en una forma bien defini- laba y relacionaba ciertas constantes en cada serie, contamina-
da, memorable, autosuficiente, «icástica». ba una serie con otra, imaginaba nuevas series en las que los
Naturalmente, se trata de una jJ-"d~ogí<igll_e séJl() se puede personajes secundarios se convertían en protagonistas.

98 99
Cuando aprendí a leer, la ventaja que obtuve fue mínima:
'fi la parte visual de la imaginación literaria: la observa-
aquellos versos simplotes de rimas pareadas no proporciona_
ban una información esclarecedora; eran a menudo interpre-
!4\J""fl"'", Ic~~~a~irecta del mundo reaC fatr~~sfiguración fantasmal y
6)[09 a l , " , ,
,:,,¡9i!' IOlllnca,
el mundo figurativo transmItIdo por
. " la cultura
d en"- sus
taciones conjeturales, igual que las mías; era evidente que el
fQ/>. i d";-- rsos niveles y un proceso de abstracclon, con ensaclo.n_"e
versificador no tenía la más mínima idea de lo que estaba es- l-oV'¡tI'oto I lve , . - -. . d
--'". J.cll~~:~r\. t ri()rización de la experiencia sensible, de llupo.rtanCla e-
crito en los balloons del original, porque no sabía inglés o por-
"0".~' ,I~ e. tanto para la visualización como para la verbalización del
CISlVa
que trabajaba con cartoons ya redibujados y enmudecidos. En
todo caso, yo prefería ignorar las líneas escritas y seguir con mi pensamiento.
Elementos todos en cierta medida presentes er: los autores
ocupación favorita de fantasear dentro de cada viñeta y en su su-
cesión. ue reconozco como modelos, sobre todo en las epocas partl-
¿ularmente felices para la imaginación_VÍsJlal, en las literaturas
Esta costumbre retrasó sin duda ,,!,i capacidad para con-
del Renacimiento y del barroco y en la,s del romantIcIsmo. En
centrarme en la palabra escrita (la atención necesaria para la
una antología que hice del cuento fantastIco en el sIglo XIX, se-
lectura la conseguí sólo más tarde y con esfuerzo), pero la lec-
guí la vena vigQnariay espe~tacular que surge de los relat~s de
tura de las figuras sin palabras fue sin duda para mí una es-
Hoffmann, Chamisso, Armm, Elchendorff, Po~odu, C::0gol,
cuela de fabulación, de estilización, de composición de la ima-
Nerval, Gautier, Hawtho.rne, Po.e, Dickens, TurguenIev, Lesko.v,
gen. Por ejemplo, la elegancia gráfica de Pat O'Sullivan al pintar
para llegar a Stevenson, Kipling, Wells. y paralelamente a esta
en el pequeño cartoon cuadrado la silueta negra de Felix the
vena seguí .Qlrª,. a veces en lo.s mIsmo.S au:o.~es, 9-ue ~ac~~.bro.::,__ .
Cat, en una calle que se pierde en el paisaje dominado por una
w~lQJªntªsliLO"Jl<; J.Q._~Qtigiªll(), lo fantaslIco mtenonzadp,
luna llena en el cielo negro, creo que quedó para mí como un
modelo. 1ll"I1.tal , invisible, q~e culminará ,:n .Henry Jan::es . ""í '!fe
A "" 20"".0 ¡~ La operació~ ,que en edad m~dura me llevó a extraer histo-
'Será posible la lIteratura fantastIca en el ano 2000, dada la I
I~: :':~~~:!'_~';t~¡1 \) nas de la suceslo,n de las mIstenosas figuras de los tarots, in- cre~iente inflación de imágenes prefabricadas? Las vía5 que ve- .
~. .... I terpretando la mIsma figura de una manera cada vez diferen- mas abiertas desde ahora pueden ser dos: 1) Reci~lar la~ iIT,Já-
11'&l)QC"QDJ''NO

J,:",Vo"," \;\J te, tiene seguramente sus raíces en aquel fantaseo infantil
(1
genes usadas sn un nuevo contexto que les. cambIe el slg~:llfi­
"'"''''"''' Ide Ian t e d cado. El post-modernism puede conSIderarse la tendencI~ a
o¿ ~'~lQ.':;t; e Ias "
pagInas II enas de lmagenes.
" Lo que intenté en
:~"~:'~~c~J El castillo de los destinos cruzados (Il castello dei destini incrocia- li'acer un uso. irónico de lo imaginario de los mass-medza, o bIen
la tendencia a introducir el gusto por lo maravilloso heredado
"h boct<v't: i tI) es una especie de iconología fantástica, no sólo con los ta-
:::~l;:/~ rots sino con los cuadros de la gran pintura. En realidad in- de la tradición literaria en mecanismos narrativos que acen-
,~,~::~. tenté interpretar las pinturas de Carpaccio en San Giorgio túen su extrañamklltQ, 2) I;,I'.'~erelvacíop'.'ravolyer a e"!'p;-
zar desde c";o. Saniuel Beckett ha obtenido los resultados mas
"",=,0'''' degli Schiavoni en Venecia, siguiendo los ciclos de San Jorge y
.o:-'>CÓ-'--:>i" San Jerónimo como si fueran una historia única, e identificar exiraordi~arios reduciendo al mínimo elementos visuales y
I
mi vida con la de Jorgejerónimo. Esta iconología fantástica se
lenguaje, como en un mundo después del fin del mundo.
Tal vez el primer texto en el que todos es~os problemas es-
I ha convertido en mi modo habitual de expresar mi gran pa-
tán presentes al mismo tiempo sea Le chefd,:uvre znconnu de
sión por la pintura: he adoptado el método de contar mis his-
Balzac. Y no es casualidad que una comprenslOn que podemo.s
torias partiendo de cuadros famosos de la historia del arte o
."_de imágenes que ejercen una sugestión sobre mí. ' calificar de profética venga de Balzac, situado en una. encruc~­
jada de la historia de la literatura, en una expenenCla "de lI-
mite», unas veces visionario, otras realista, otras las dos cosas al
Digamos que son diversos los elementos que concurren a
mismo tiempo, siempre como arrastrado por la fuerza de la na-

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UNIVERSIDAD DE NAVARRA
turaleza, pero también siempre muy consciente de lo que ha- expresión. Resume la literatura fantástica; dice todo lo que es-¡-v~;s :b "":~~.\
ce. " • '¡-Ir,_c ( )d"V;"
capa a las percepcion~s limitadas de ~uestro espIntu; y cuan-'i~,~) '::.'~~,~:(~~)--~':
Le chefd'ceuvre inconnu, en el que Balzac trabajó desde 1831 do la situáis ante lo~ oJos de un lector, este se ve proyectado enb::,;',',~::,:"
hasta 1837, tenía al principio como subtítulo «cante fantasti- el espacIo ImagInano ... ]. . -' . \"'1J c:"~,\;y,,.
qu~», mie~tras que en la versión definitiva figura como «étude En los años siguientes Balzac rechaza la hteratura f~n~stI-~I,~"'~:~",\,,':)'~'r\,
phllosophlque». En el camino ocurrió que -como declara el ca, que para él había querido decir el ar.te ~?mo ~on~ClmIen-~:":,-,,:;,:¡~,(J,;(',, ';,
propIO Balzac en otro cuento- da littérature a tué le fantasti- to místico del todo; emprende la descnpClon mInUCIosa del" ,c j.; <lvl- 1"0'
q;,e». El,,:u~dEl_p~fec:to<iel viej()_pint()~Frenhofer,en el que mundo tal como es, siempre con la convicción de expresar el U,G-0"
solo un pIe femenino emerge de un caos de colores d~-{¡~-; secreto de la vida. Como Balzac vaciló largamente entre hacer ",.-,,,
niebla sin forma, es comprendido y ,ú:lmíradop~r lo~ dos co- de ErenhofeLlllL-Vidente -O-un-Ioco, ~1L!:Ue!1t9sigue conte-
legas Pourbus y Nicolas Ponssin en la primera versión del -
nLeJld_Q,_1!~ª-_~.m_bjgYed_ª1L.eJ1~I 'd
a,_que_ d d f d J "'""'0;
o,';,SI, e__su ver .a . pro un - a. ~-@)'osí'J "-"<j,
cuento (1831, en revista). «Combien dejouissances sur ce mor- La fantasía del artista es un mundo de potenClahdades que 0f'",,<,
ceau de toile!" [¡Cuántas delicias en ese trocito de tela!] Y la ninguna obra logrará llevar al acto; aquello que experimenta- Jo 0"' ;cT,
~odelo misma, que no lo entiende, en cierto modo se suges- mas al vivir constituye otro mundo, que responde a otras for- ~"~.,.",,,
mas de orden y de desorden; los estratos de palabras que se ~:~';,~"::,,,
tIona.
E~ la seg:,nda versión (también de 183!, en volumen) algu- acumulan en las páginas como" estratos de colore~ en la tela -r
na rephca anadlda demuestra la incomprensión de los colegas. son a su vez otro mundo, tambIen InfinIto, pero mas goberna- '.J-
Frenhofer es todavía un místico iluminado que vive para su . L 1 " t 1
bIe, menos refractano a una forma. a re aClon en re ~s re.s PtJO¡;"-""Z,p t )üs-n?f,0SV

Ideal, pero está condenado a la soledad. La versión definitiva mundos es ese indefinible del que hablaba Balzac; o mejor, dl-~,;q''-802''''
de 1837 añade muchas páginas de reflexiones técnicas sobre la remos que es indecidible, como la paradoja de un conjunto in- ~9~o-:\!~~,~',:;
pmtura, y un final donde resulta claro que Frenhofer es un lo- finito que contiene otros conjuntos infinitos. _ ,', ,."u Í"-':¡hQ)
co que terminará por encerrarse en su presunta obra maestra El escritor -hablo del escdtor de ambiciones infinitas como "', ¡"',,-J,r,
para después quemarla y suicidarse. ' Balzac- cumple operaciones en que lo infinito de su imagina-
~u;hetd,'ceuvre inconnuha sido comentado muchas veces co- ción O lo infinito de la contingencia experimentable, o ambos,
~9_11naparáboladeI desarrollod"rarte moderno, Leyendo-el llevan consigo lo infinito de las posibilidades lingüísticas de la
ultImo de esos estudios, el de Hubert Damisch (en Fenétre jau- escritura. Alguien podría objetar que una sola vida, del naci~
ne cadmzum, Ed. du Seuil, París 1984), entendí que el cnento miento a la muerte, puede contener sólo una cantidad finita
puede ser leído también como unapa~ábola sobreJa Jite_mlu- de información: ¿cómo pueden lo imaginario individual y la
ra.-sobre l~_div:rgencia inconciliable entre exp~';-~iÓn lingüísti- experiencia individual extenderse más allá de ese límite? Pues
ca_l'_expenenc!'Lsen§1bJe, sobre lo inasible de la imaginación bien, creo que estas tentativas de huir del vértigo de l~ innu-
visual. En la primera versión hay nna definición de lo fantásti- merable son vanas. Giordano Bruno nos ha exphcado como el
co como indefinible: «Pour toutes ces singularités, l'idiome spiritus phantasticus, del cual la fantasía del escdtor extrae for-
moderne n'a qu'un mot: c'était indéfinissable... Admirable ex- mas y figuras, es un pozo sin fondo; y en cuanto a la reahdad
pr?s~lon. Elle résume la littérature fantastique; elle dit tout ce exterior, la Comedia humana de Balzac parte del supuesto de
qm eC,happe au,: perceptions bornées de notre esprit; et quand que el mundo escrito puede constituirse en homólogo del
vous 1 avez placee sous les yeux d'un lecteur, il est lancé dans mundo vivo, tanto del de hoy como del de ayer y del de ma-
l'espace imagi?aire ... » [Para todas esas singularidades, el idio- nana.
ma moderno tiene una sola palabra: era indefinible... Admirable El Balzac fantástico trat~ de captar_el almadeLnmndoen

102 103
llIlQsol'diguLa~eJJJce~las_iIlfinitas figuras imaginables;-pero_PZ MULTIPLICIDAD
ra ello debía cargarla palabra escrita de tal intensida_d-';¡lleés- -
Jª_terminarÍa_por no remitir ya a un-IDundo. exterior:-a. ellª, __c.o:"
mo los colores y las Jíneasdel cuadra de Frenhofer, Balzac se
asoma a este umbral, se detiene y cambia su programa, Ya no
la escritura intensiva sino la extensiva, El Balzac realista trata-
rá de cubrir de escritura la extensión infinita de! espacio y del
tiempo bullentes de multitudes, de vidas, de historias,
~/ Pero ¿no podría verificarse lo que ocurre en los cuadros de
Escher, que Douglas R. Hofstadter cita para ilustrar la parado-
ja de Cadel? En una galería de cuadros un hombre mira el pai-
saje de una ciudad, y este paisaje se abre para incluir también
la galería que lo contiene y el hombre que lo está mirando, En
la Comedia humana infinita Balzac deberá incluir también al
escritor fantástico que él es o fue, con todas sus fantasías infi-
nitas; y deberá incluir al escritor realista que él es o quiere ser,
Comencemos con una cita:
empeñado en captar el infinito mundo real en su Comedia hu-
mana, (Pero tal vez el mundo interior del Balzac fantástico es
Nella sua saggezza e ne11 a sua p overta molisana, i1 dottor .
el que incluye el mundo interior del Balzac realista, porque . di silenzio e di sonno sotto la gmn-
una de las infinitas fan tasías del primero coincide con e! infi- Ingravallo, che pareva VIvere 1 ida c~me pece e riccioluta come
la nera di quella parrucca, uc . . 1 fa co-
nito realista de la Comedia humana .. ,)
De cualquier modo, ~odas las «rea)idades» y las. «fanta~ías»
~'agnello d'Astrakan, nella sua saggezza mterromp~vatda o ('dea
. ualche teoretlca 1 ea 1
pueden cobrar forma sólo a travésde la escritura, en la cual ex- desto sonno e silenzio per ~nun~lare ~ '. d He donne. A prima
enerale s'intende) sui caSl degh UOmlnl. e ,e, no bana-
terioridad e interioridad, mundo y yo, experiencia y fantasía
aparecen compuestas de la misma materia verbal; las visiones ~ista, cioe al primo udirle, se~bravanoe~:~:I:~~~s:: ~:cca il cre-
rta. COSI quei rapidi enuncIatl, che fac . , "
polimorfas de los ojos y del alma se encuentran contenidas en 1,.' ' . d'uno zolfanello illuminatore, nVlVevano pOl nel
líneas uniformes de caracteres minúsculos o mayúsculos, de pltlO lmproVVlso - , d' i dana enunciazio-
puntos, de comas, de paréntesis; páginas de signos alineados, timpani della gente a ,dist~za dt:~pr~ ~nc~::~;io, «GiaJ~> ricono -
me dopo un mlsterIOSO
apretados como granos de arena, representan el espectáculo ne: co
ceva l'interessato' «il dottor Ingrav o m
all l
e l'aveva pur detto>,
, 'i
abigarrado del mundo en una superficie siempre igual y siem- s f a l'alt~o che le inopinate catastrofi non sono mal, a
pre diferente, como las dunas que empuja e! viento del de- Sosteneva, r , " t i v o d'una
sierto. l' effetto che dir si voglia d un unlCO mo ,
conseguenza o un vortice un punto di depres-
causa al singolare: ma so~o come d J rso cui hanno cospi-

sione ciclonica nella COSClenza del mon 0, ve " nche


1 r 'C di causali convergen tI. DlCeva a
rato tutta una mo tep lCl a, he alla romana vu@l
'r rbugho o gnommero, c
n~do o g~o~g l~ o .f:ermine' giuridico «le causali, la causale» gli
dlre gomito o. a l . i contro sua voglia. L' 0-
sfuggiva prefe:entemente .~l ~~;:\~:a~i il senso della categoria
piniane che blsognasse «n ar .

104 105
.,
di causa» quale avevamo dai filosofi, da Aristotele o da Ernma- decisione sicura, moderazione civile; gia: gia: e polso fermo. Di
iluele Kant, e sostituire aBa causa le cause era in lni una opinione queste obiezioni COSI giuste lui, don Ciccio, non se ne dava per in-
centrale e persistente: una fissazione, quasi: che gli evaporava da- teso: seguitava a dormire in pie di, a filosofare a stomaco vuoto, e
lle labbra cafnas'e, ma piuttosto bianche, clove un mozzicone di si- a fingere di fumare la sua mezza sigheretta, regolarmente spenta.
garetta spenta pareva, pcncolando da un angola, accompagnare
la sonnolenza dello sguardo e il quasi-ghigno, tra amaro e scetti- [Con su cordura y su pobreza molisana, el doctor Ingravallo,
c~, a cni per «vecchia» abitudine soleva atteggiarc la meta infc- que dijérase viviera de silencio y de sueño bajo lajungla negra de
nore della faccia, sotto quel sonno della fronte e delle palpebre e tamaño pelucón, reluciente como la pez y caracolado corno calo-
queI nero pkco della parrucca. CasI, proprio cosi, avveniva dei yo de astracán, con su cordura interrumpía de vez en cuando ta-
«suoi» delitti. «Quanno me chiammenol... Gia. Si me chiarnmeno maño sueño y silencio para enunciar alguna teorétka idea (idea
a me ... puó sta ssicure ch'e nu guaia: quacche gliuornmero ... de general, se entiende) en orden a las quisicosas de los hombres: y
sberreta... » diceva, contaminando napolitano, molisano, e italiano. de las mujeres. A primera vista, a prÍlnera oída por mejor decir,
La causale apparente, la causale principe, era SI, una. Ma il fat- parecían trivialidades. De ahí que aquellos rápidos enunciados,
taccio era l' effetto di tutta una rosa di causali che gli eran soffia- que producían en su boca el improviso crepitar de un fósforo
te addosso a luolinello (come i sedici venti della rosa dei venti iluminador, seguidamente revivieran en los tímpanos de la gente
quando s'avviluppano a tromba in una depressione cic1onica) e a distancia de horas, o de meses, de su enunciación: como al ca-
avevano finito per strizzare nel vortice del delitto la debilitata «ra- bo de un misterioso tiempo incubatorio. «¡Claro!», reconocía el
gio~e del mondo». Come si storce il collo a un pollo. E poi sole- interesado: «el doctor Ingravallo ya me lo tenía dicho>,. Entre
va dlre, ma questo un po' stancamente, «ch'i' femmene se retro- otras cosas, sostenía que las inopinadas catástrofes no son nunca
veno addo' n'i vuó truva~). Una tarda riedizione italica del vieto consecuencia o efecto, si se prefiere, de un motivo solo, de una
«cherchez la femme». E poi pareva pentirsi, come d'aver calun- causa en singular; antes son como un vórtice, un punto de pre-
niato 'e femmene, e voler mutare idea. Ma aHora si sarebbe an- sión ciclónica en la conciencia del mundo y hacia la cual han·
1: I
dati nel difficile. Sicché taceva pensieroso, come temendo d'aver conspirado una porción de causales convergentes. Decía también
detto troppo. Voleva significare che un certo movente affettivo nudo u ovillo, o maraña, o rebullo, que en dialecto vale por en-
un ~to ~, di~este oggi, un quanto di affettivita, un certo «quan~ redo. Pero el término jurídico das causales, la causal» es el que
to dI eroba}}, SI mescolava anche ai «casi d'interesse», ai deHtti ap- de preferencia brotaba de sus labios: casi a su pesar. La opinión de
parentemente piu lontani dalle tempeste d'amore. Qualche co- que fuese menester «refoITIlar en nosotros mismos el sentido de la
llega un ~antin~ invi~ioso delle sue trovate, qualche prete piu categoría de causa» según nos venía de los filósofos, de Aristóte-
edotto del moltl dannI del secolo, alcuni subalterni, certi uscieri les o de Immanuel Kant, y sustituir a la causa las causas, era en él
i superiori, sostenevano che leggesse dei libri strani: da cui cavav~ una opinión central y persistente, casi una idea fija, que vaporaba
tutte quelle parole che non vogliono dir nulla, o quasi nu11a, ma de sus labios carnosos, pero n1ás bien blancos, donde una punta
servono come non altre accileccare gli sprovveduti, gli ignari. Era- de cigarrillo apagado parecía, colgando de la comisura, acompa-
no. ques:ioni un po' da manicomio: una tenninologia da medid ñar la somnolencia de la mirada y el asomo de sonrisita, entre
del mattl. Per la pratica ci vuol altro! 1 fumi e le filosoficherie son amarga y escéptica, que por «inveterada» costumbre solía impri-
da lasciare ai trattatist:i: la pratica dei commissariati e della squa- mir a la mitad inferior del rostro, bajo aquel sueño de la frente y
dra mobile e tutt'un altro alIare: ci vuole della gran pazienza, de- de los párpados y el negro pícco de la pelambre. Así, que no de
Ha ~ran carita: uno stomaco pUl' anche a posto: e, quando non tra- otro modo, sucedía con «sus» delitos. «¡En cuanto que te lla-
balh tutta la baracca dei taliani, senso di responsabilita e man,,, ¡la fija! Que si me llaman a mí. .. estate s~guro que es de bi-

106 107
,"'-:-,'
'

~ contaminando idio
gote: .una baruca." de no t e menees ... », deCla,
(6;dda)He querido empezar ~on esta cita porque me parece
ma yJerga, .
que,;e presta muy bIen para mtroduClr el tema de mI confe-
rencia, que es ltLl!~~~,~<:" ,~,C:!1:~_~1!l:P?E~~,~~: _S?,~~",,:'J:l_~~~,~,~p~di~
~
tad LaP causal aparente
I ' 1a causa1 pnnclpe, . sería una, por descon-
o. ero e suceso era el precipitado de toda una gama de cau- como mét()dode con()cbniento, y sobre todo comoredde
sa~.1es .que soplando a pleno
~
~ en las aspas (como los dieci-
pu1roon <
conexi~n-es' _e-~-~~~j~s ",hechos/_ ent~e', hlS"persünas, ent~e' lái'co~(
seIS VIentos de la rosa revolviénd . s~s~ del mundo,' ,,', ~ ','" ,~, ,,'
ciclónica) acababa . ose a un tIen:Po en una depresión
bTt d .' n por estn~ar en el remolino del delito la de- Hubiera podido escoger otros autores para ejemplificar es-
11 a A
l 1 a «1
1 azon del~ mundo
_ Jo>,
eamo retorcerle el pescuezo a un ta vocación de la novela de nuestro siglo, He elegido a Gadda
P o
he b o. o que soha anadir ' pero ya con cierta cansera «que las na sólo porque se trata de un escritor de mi lengua relativa-
r IDd r;s apa.recen en cuanto uno las busca», Tardía ree~ición itá- mente poco conocido aquí (incluso por su particular comple-
lea e manIdo «cherchez la fernmc», Aun 1 .- jidad estilística, difícil aun en italiano), sino sobre todo porque
sarle, como de haber calumni . "que uego pareCla pe-
biar de .d L ~ ado al ffil!Jcno, y que quisiera cam- su filosofía se presta muy bien a mi argumentación, por cuan:__
1 ea. o que sena meterse en berenjenales De d d tü ve el mundo cümü un «sistema de sistemas» en el que cada ~ '-;
su callar ca '1 ' on e un
, VI oso, como temiendo haber hablad d
entender, t i ' 1 " l o e
~
mas,
A
su sl~tem" singular condiciona l()s otr:()sy es condicionado por (~
afec'" 'd d a .cua moVI afectivo, unotant o, d'IDaIS,
~ .
un cuanto de ellos, e

1 uVI " a , SIempre algu'n quan to d'z erotza


" Intervenía incluso e '''Carla Emilio Gadda trató toda su vida de representar el
os «casos de Intereses» 1 d r
d d I ' en os e Itos aparentemente más aleja-
n mundo cornü un enredü o una maraña .o un ovillü, de repre-
~s e as tempestades de amor. Algún colega un tantico envi- sentarlo sin atenuar en absoluto su inextricable complejidad,
~I;~o"ld~ slus hallazgos~ tal cura más enterado de los muchos ma- o mejor dicho, la presencia simultánea de los elementos más
los St~ ;~o~~;:~o mas de un s~ba1terno, no pocos ordenanzas, heterogéneos que concurren a determinar cualquier aconteci-
t ? d SIDOS, pretendmll que ello fuese por leer libros miento,
~:i~os~ ~ los cu~les sacaba todas aquellas historias que nada A esta visión llegó Gadda conducido por su formación inte-
prep:':dOeClr, 10 C~SI nada, pero que sirven para burlar a los poco lectual, su temperamento de escritor y su neurosis, Por su for-
'. s, a o~ Ignorantes. Eran cosas un sí es no es de mani- mación intelectual, Gadda era un ingeniero nutrido de cultu-
comIO. una termInología de médico de locos ,y ra científica, de conocimientos técnicüs y de una verdadera
:~:;s~::~:a práctic~! Los humos y los fi1o~~fis:: ~~;::~ap:~ pasión filosófica, Mantuvo esta última -se puede decir- secre-
'1 taso la practIca de las comisarías y de la brigada mó- ta, y sólo en sus papeles póstumos se descubrió el esbozo de un
VI ~s otro can~ar, requiere mucha paciencia y no menos caridad' sistema filosófico que se remite a Spinoza y a Leibniz, Como es-
amen
b que estomago
. fi rme.. y, mIentras
. no vaya manga por hom-' critor, Gadda -considerado una especie de equivalente italia-
todo
ro '. ~ el tmg1ado de 1os tal'ranos, sentIdo ' de responsabilidad y no de Joyce- elaboró un estilo que corresponde a su compleja
deClSIOn
. segura
.: modera . ~ "1
Clon CIVl : eso es: eso: y pulso firme D epistemología en cuanto superposición de los variados niveles
tan Justas ObjeCiOneS la verdad es que él don Chl'to d' be lingüísticos altos y bajos, y de los más diversos léxicos, Como
por t d ~ " no se a a
o vean~ era o:. segudla durmiendo en un pie, filosofando a estóma- neurótico, Gadda se vuelca enteramente en la página que está
g
ro 1 ClO, h aClen o como que f urna ba su medio cigarrillo nor- escribiendo, con todas sus angustias y obsesiones, de modo
a mente apagado.] ,
que el dibujo suele perderse, los detalles crecen hasta cubrir
todo el cuadro, Lo que debía ser una novela policiaca queda
El pasaje que acaban d h
novela El zafarrancho aque~ ~:c~~a ~~ulana sin solución; se puede decir que todas sus novelas han queda-
ra aldcocmielnzo de !a
e ar o EmIlIO I do incompletas o fragmentarias, como ruinas de ambiciosos

L_!) "):;UI-"I'\-'<-¡ -.)_~ SU(:i~,H__ ") 2\)')>; ó\'~A--O--


1'-""1-)' ~ So).)\:,-¡\

108 109
~- 1

proyectos q~e conservan las huellas de la magnificencia y del y enel tiempo. A eso se lI,eg." mediante la explot~cióndelpo­
cUIdado meaculoso con que fueron concebidas. tencial semántico de las palabras, de toda la vanedad de for-
Para apreciar cómo el enciclopedismo de Gadda puede or- y
mas verbales sinÚcticas con sus connotaciones y coloridos y
denarse en una construcción acabada, hay que considerar los los efectos casi siempre cómicos que su ensamblaje produce.
textos más breves, como por ejemplo una receta para el «ri- Caracteriza la visión de Gadda una comicidad grotesca, con
sotto alla milanese» que es una obra maestra de prosa italiana puntas de desesperación maniática: Au~ antes de que la cien-
y de sabiduría práctica por el modo en que describe los granos cia reconociera oficialmente el pnnCIpIO de que la observa-
de a;roz revestIdos en parte todavía por su envoltura ("peri- ción interviene modificando de algún modo el fenómeno ob-
carpIo}) ), las cacerolas más adecuadas, el azafrán, las diversas . al I pi'
servado, Gadda sabía que «EoP,?~~~~ ,~,s__~J?:~.~~~~",_,_,~~._.,~.?:~...?~~~~' ,
fases de la cocción. Otro texto similar está dedicado a la tec- y-por 10 tanto deformar 1<;, reah. De ahí sll típico modo de n;-
n?logía de la construcción, que desde la adopción del hormi- presentar, siempre deformante, y la tenslon que crea ent~e el .ts 6¿
gon armado y de los ladrillos huecos ya no preserva las casas mismo y las cosas representadas, de manera que cuanto mas se Vl.s:,-r~';C¡J-1
del calor y de lo~ ruidos; a continuación hace una descripción deforma el mundo bajo sus ojos, más se compromete, se de-
grotesca de su VIda en un edificio moderno y de su obsesión forma, se perturba el seif del autor. . ..
por todos los ruidos de los vecinos que llegan a sus oídos. l:i'pasi§Il ~oglloscitiv" ll~va, pues, a Gadda del":.o!'JetIVId"d
. Tanto en los textos breves como en cada uno de los episo- del mundo a su propia sllbjetivtd,,<;l_e.'c"sper"cia , y esto, para un
dIOS de las novelas de Gadda, ~.ac!a. mínimo objeto está con- hC;ffibre- q~e ~~ se ama a sí mismo, antes bien se detesta, es una
te;uplando como el c"ntro de una red de relaciones que el es- tortura espantosa, como se ilustra abundantemente en su no-
cntor no puede dejar de seguir, !p.ultiplicando los detalles de vela El aprendizaje del dolor. En este libro Gadda estalla en una
manera que sus descripciones y divagaciones se vuelvan infini- invectiva furiosa contra el pronombre yo; más aún, contra to-
tas. Cualquiera que sea el punto de partida, el discurso se en- dos los pronombres, parásitos del pensa,;,iento: :, .. .I'io, io!. .. iI
sancha para abarc~r horizontes cada vez más vastos, y si pudie- piii lurido di tutti i pronomi!... 1 pr~nomI! So:,o 1 p,docchI del
ra seguIr desarrollandose en todas direcciones llegaría a abarcar pensiero. Quando il pensiero ha 1 p,docchI, SI gratta come tut-
el universo entero. ti quelli che hanno i pidocchi ... e nelle unghle, allora ... CI ~I­
El mejor ejemplo de esta red que se propaga a partir de ca- trova i pronomi: i pronomi di persona» [ ... el yo, yo ... ¡el mas
da obj,eto es el episodio del encuentro de las joyas robadas en asqueroso de todos los pronombres!. .. ¡Los pronombres! Son
el capItulo 9 de El zafarrancho aquel de Vía Merulana. Relaciones los piojos del pensamiento. Cuando el pensamIento nene flO-
de cada piedra preciosa con la historia geológica, con su com- jos, se rasca como todos los que tienen piojos ... y en las unas,
posic~?n química, con las referencias históricas y artísticas y entonces ... se encuentran los pronombres: los pronombres
tambI~n con todos los destinos posibles y con las asociaciones personales l.
de Imagenes que suscitan. El ensayo crítico fundamental sobre
la epistemología implícita en la escritura de Gadda (Gian Car- Si la escritura de Gadda se define por esta \$'nsiiíllent~e
Io Roscioni, La disarmonia prestabilita, Einaudi, Turín 1969) se exactitud racional y def<:rmación frenética como componen-
mICI.a con un análisis de esas cinco páginas sobre las joyas. A tes fundamentales de todo proceso cognoscitivo, en los mIS-
parar de ahí Roscioni explica cómo para Gadda ese conoci- mos años otro escritor de formaci§n. técnico-científica y filosó-
mIento de las cosa~ en tanto «infinitas relaciones, pasadas y fu- fica, también ingeniero, iJ~.obert"Musit! ~xpresaba la t:n~ión
turas, reales o pOSIbles, que en ellas convergen» exjge_qlJeto- entre exactitud matemática y aproxim;:.tción a los aconteClml~n­
! (;l() S~_~l~xact;lmente nombrad<?<~ <?-e_~crito, ubicado en el espacio tos humanos , mediante una . escritura
-
totalmente
.. -
distinta: f1ui-
l'}~Jo 7·--""Je3';\\;";) JL;·-,IL:'i: ';':"1 . ¡':_';\'_,j - .

111
?-~~!)rónica, ,c(),l1tn)l~d~. Una matemática de las soluciones sin- idea de la Recherche nace toda al mismo tiempo: comienzo, fin
gulares: éste era el sueño de Musil: y líneas generales, sino porque la obra va espesándose y di-
latándose desde dentro en virtud de su proplO sistema vital.
Pero Ulrich había estado a punto de decir otra cosa, una alu- La red que vincula todas las cosas es también e! tema de
sión a «los problemas matemáticos que no admiten una solución Proust; pero en Proust esta red está hecha de puntos espacio-
general sino más bien soluciones parciales cuya combinación per- temporales ocupados sucesivamente por cada ser, lo que im-
mite aproximarse a una solución general. Hubiera podido añadir plica una multiplicación infinita .de las dimensiones de! espa-
que el problema de la vida humana también le parecía de este ti- cio y del tiempo. El mundo se dtlata hasta resultar maslble, y
po. Lo que se llama una época (sin saber si con ello debe enten- para Proust el conocimiento pasa a través del padecimiento de
derse siglos, milenios o e1 breve lapso que separa al escolar del esta inasibilidad. En este sentido, los celos que e! narrador
abuelo), ese amplio y libre río de situaciones sería entonces una siente hacia Albertine son una típica experiencia de conoci-
sucesión desordenada de soluciones insuficientes e individual- miento:
mente equivocadas, de las que sólo podría resultar una solución
de conjunto exacta cuando la humanidad fuera capaz de asumir- ... Etje comprenais l'impossibilité OU se heurte l'amour. Nous
las todas.
nous imaginons qu'il a pour objet un etre quí peut etre couché
';.--u~ ,\ ,--X\.c-,C,.--,Il\ En el tranvía que 10 llevaba a su casa, siguió pensando ... (El devant nons, enfermé dans un corps. Hélas! 11 est l'extension de
''''':) ~_~l.'i:IO\' hombre sin atributos, vol.
1, parte 11, cap. 83).
cet etre a tous les points de l' espace et du temps que cet etre a oc-
cupés et occupera. Si nous ne possédons pas son contact avec te1
rn.-',:) Para Musil el í:0n?cimiento es conc~enci(l_A~l_?incC?ncilia­
"N:;l --;:,1,
lieu, avec telle heure, nous ne le possédons paso Or nous ne pou-
;.:~:.:;<" ble de d()spol~rididesco~t~aPllestas:la que lÍa;';au!;asveces vons toucher tous ces points. Si encore ils nous étaient désignés,
'o ".~]{actitud otras ma!emática otl'as espíritu puro otras directa- peut-etre pourrions-nous nous étendre jusqu'a eux. Mais nous ta-
,'{'f·l"<' Il1ente mentalidad militar, y otr",que llam:illnas veces,atmá tonnons sans les trouver. De la la défiance, la jalousie, les persé-
o.tras irracionalidad otras humañidadotras caos. Todo lo que cutions. Nous perdons un temps précieux sur une piste absurde
sabe o lo que piensa lo deposita en un libro enciclopédico, tra- et nous passons sans le soup(onner a coté du vrai.
t'i tando de mantener su forma de novela; pero la estructura de
la obra cambia continuamente, se le deshace entre las manos,
de manera que no sólo no consigue terminarla, sino ni siquie-
[Y comprendía la imp~sibilidad c~nque se estrella el amor. r~::.7.~,:~c;')Z.'JJ.,
Nos imaginamos que liene por objeto un ser que puede estar ~'''l '''"J :1'" '. ',"
ra decidir cuáles deberían ser sus líneas generales para conte- acostado -ante nosotros, encerrado en un cuerpo. ¡Ay! Es la
ner dentro de contornos precisos la enorme masa de materia- prolongación de ese ser a todos los puntos del espacio y del tiem-
les. En una comparación entre los dos escritores-ingenieros, po que ese ser ha ocupado y ocupará. Si no poseemos su contac-
Gadda, para quien comprender era dejarse envolver en la red to con tal lugar, con tal hora, no poseemos a ese ser. Ahora bien,
de las relaciones, y Musí!, que da 1" impresión de entender no podemos llegar a todos esos puntos. Si por lo menos nos los
siempre todo en la multiplicidad de los códigos yde los nive- señalaran, acaso podríamos llegar hasta ellos. Pero andamos a
les sin dejarse envolver jamás, se ha de tomar nota también ae tientas y no los encontramos. De aquí la desconfianza, los celo~,
este d",to común a ambos: laincapacidadpa:a concluir. las persecuciones. Perdemos un tiempo pre<;.ioso en una pista ab-
surda y pasamos sin sospecharlo aliado de la verdadera.]
TampocoQ'r';{¡s}Jconsigue ver terminada su novela-enciclo-
pedia, pero no'-pór falta de un plan, por cierto, dado que la Este pasaje está en la página de La prisonniiire (ed. Pléiade,

112 113
I1I, pág, 100) donde se habla de las divinidades irascibles que Aproximadamente en los mismos años, Lichtenberg escribía:
gobiernan los teléfonos, Pocas páginas después asistimos a las «Creo que un poema sobre el espacio vacío podría ser subli-
primeras exhibiciones de los aeroplanos, así como en el volu- me», El universo y el vacío: volveré a estos dos términos, entre
men precedente habíamos visto la sustitución de los carruajes los cuales vemos oscilar el punto de llegada de la literatura y
por los automóviles, que cambió la relación del espacio con el que a menudo tienden a identificarse.
tiempo, tanto que «!'art en est aussi modifié>, (id., n, pág. 996). He hallado las citas de Goethe y de Lichtenberg en el fasci-
Digo esto para demostrar que Proust, en cuanto a conoci- nante libro de Hans Blumenberg Die Lesbarkeit der Welt, en cu-
mientos tecnológicos, no tiene nada que envidiar a los dos es- yos últimos capítulos el autor sigue la historia de esta ambición,
critores-ingenieros que cité antes. El advenirrúento de la mo- desde Novalis, que se propone escribir un «libro absoluto» vis-
dernidad tecnológica que vernos perfilarse poco a poco en la to ya como una (,enciclopedística», ya como una «biblia», hasta
Ri;che;:clw no sólo (~rma parte del «color del tiempo», sino de la Humboldt, que con Kosmos lleva a buen fin su proyecto de una
forma misma de la obra~ de su razón interna, de
su ansili de «descripción del universo físico».
ag;otar la multipliciclad de io escribible ~nlabrevedad de la vi- El capítulo de Blumenberg que más me interesa en relación
da que se consume. con mi terna es el titulado «El libro vacío del mundo», dedicado
En mi primera conferencia partí de los poemas de Lucrecio a Mallarrné y a Flaubert. Siempre me fascinó el hecho de que
y de Ovidio y del modelo de un sistema de infinitas relaciones Mallarmé, que en sus versos había logrado dar a la nada una in-
de todo con todo que se encuentra en esos dos libros tan dife- comparable forma Clistalina, hubiese dedicado los últimos años
rentes. En esta conferencia creo que las referencias a las li- de su vida al proyecto de un libro absoluto como fin último del
teraturas del pasado se pueden reducir al mínimo, a lo que universo, misterioso trabajo cuyas huellas destruyó enteramen-
basta para demostrar cómo en nuestra época la literatura ha te. Igualmente me fascina pensar que Flaubert, que había escri-
llegado a hacerse cargo de esa antigua ambición de represen- to a Louise Colet, el 16 de enero de 1852, «ce que je voudrais fai-
tar la multiplicidad de las relaciones, en acto y en potencia. re c'est un livre sur ríen» [lo que querría hacer es un libro sobre·
La ".;<;s~siva ambició,: de propósitos puede ser reprobable nada], dedicara los últimos diez años de su vida a la novela más
en muchos campos de actividad, no en literatura. La literatura enciclopédica que jamás se haya escrito, Bouvard y Pécuchet.
sólo vive si se propoIleobjetivos desmesurados, incluso más Bouvard y Pécuchet es el verdadero fundador de la estirpe de
'allá de toda posibilidad de realización. La literatura seguirá te- las novelas que esta tarde examino, aunque el patético e hila-
niendo una función únicamente si poetas y escritores s~".P~~­ rante recorrido del saber universal realizado por los dos quijo-
ponen empresas que ningún otro osa imaginar. Desde que la tes del cientificismo decimonónico se presente como una su-
_ _. _ciencia desconfía de las explicaciones generaÍes y de lassolu- cesión de naufragios. Para los dos cándidos autodidactas cada
_.~.c, ~,.iO. nes que n.. o sean seco tO,.. r, ales y especia.lizadas, el gran,(des.afio)
l.'
de la literatura es poder "ntretejer los diversos saberes y los di-
libro abre un mundo, pero son mundos que se excluyen mu-
tuamente, o que con sus contradicciones destruyen toda posi-
---C') ._, ••-.... . ,. '., ' -
-- / versos códigos en una visión plural, facetada del mundo. bilidad de certeza. Por mucha buena voluntad que pongan, los
Un escritor que sin duda no ponía límites a la ambición de dos copistas carecen de esa especie de gracia subjetiva que per-
los propios proyectos era Goethe, quien en 1780 confía a Char- mite adecuar las nociones al uso que se les quiera dar o al pla-
lotte von Stein que está proyectando una <<novela sobre el uni- cer gratuito que de ellas se quiera extraer, don que en suma no
verso». Poco sabernos de la forma que pensaba dar a esa idea, se aprende en los libros.
pero el haber escogido la novela como forma literaria capaz de ¿Cómo se ha de entender el final de la inconclusa novela,
contener el universo entero es ya un hecho cargado de futuro. con la renuncia de Bouvard y Pécuchet a comprender el mun-

114 115
do, su resignación al destino de copistas, su decisión de dedi- ni la duda) y para defender a Flaubert de la definición sim-
carse a copiar los libros de la biblioteca universal? ¿Hemos de plista de «adversario de la ciencia».
concluir que en la experiencia de Bouvard y Pécuchet enci- «Flaubert est pour la science», dice Queneau, «dans la me-
clopedia y nada se equivalen? Pero detrás de los personajes es- sure justement ou celle-ci est sceptique, méthodique, pruden-
tá Flaubert, que para alimentar sus aventuras capítulo por ca- te, humaine. Il a horreur des dogmatiques, des métaphysi-
pítulo tiene que construirse una competencia en cada rama ciens, des philosophes" [Flaubert está por la ciencia en la
del saber, edificar una ciencia que los dos héroes puedan des- precisa medida en que ésta es escéptica, metódica, prudente,
truir. Para eso lee manuales de agricultura y horticultura, de humana. Le horrorizan los dogmáticos, los metafísicos, los fi-
química, anatomía, medicina, geología ... En una carta de agos- lósofos (Bátons, chiffres et lettres)]. "
to de 1873 dice que ha leído con este objeto, tomando notas, El 'escepticismo de Flaubert, junto con su curiosidad infini-
194 volúmenes; en junio de 1874 esa cifra ya ha subido a 294; ~or ':fsab~i-~u;;añoacumuladü alüC¡rgo de-lossiglos;-soE ;,',;, :~:f
cinco años más tarde puede anunciar a Zola: «Mes lectures las cualidades <:lu~_ h~_r_á~ sl1Y~s lo~ Illás grand~s e,~cri_t()F,e~ d~l ~i- ;:o:;ill,:t~ ""'{ "Y-'!',.-,
sont finies etje n'ouvre plus aucun bouquinjusqu'a la tenni- ií~xx; pero en el caso de ellos yo habl";fad~;:~~epti<:¡smoac- ~,'¡ N "C'"''
naison de mon roman" [He tenninado mis lecturas y no vuel- t!~, 4_e sentido deljueg~ y de lU~ 9º~~i:q.ars~, como apuesta, en.r:~~::J;'~~q -""-'-c,)
vo a abrir un libro hasta terminar mi novela]. Pero en la co- establecer relaciones entre los discursos, los métodos, los nive-AJlJ¡'\!>¡Je ~_\'l!ci'¡¡~J'
rrespondencia de poco después lo encontramos metido en les. El <;2!-l:(!,_c;:i:gI_i_~nt() c:~m? m~1tipli~~~(;l,d es el hilo que une las4,~ \'d':'~:~ .'~,",I'r ~ ~/,l

lecturas eclesiásticas, a continuación pasa a ocuparse de peda- obras mayores, tanto de lo que se ha llamado modernismo co-
gogía, y esta disciplina le obliga a reabrir un abanico de cien- mo del llamado postmodern, un hilo que -más allá de todas las ~o 'nA,
cias de lo más dispares. En enero de 1880 escribe: «Savez-vous etiquetas- quisiera que continuase desenvolviéndose en el pró- ~J.), p,;.:u:";¡
a combien se montent les volumes qu'il m'a fallu absorber ximo milenio.
pour mes deux bonhommes? A plus de 1.5001" [¿Sabe usted a Recordemos que el libro que podemos considerar la intro-
cuánto llegan los volúmenes que he tenido que absorber para ducción más completa a la cultura de nuestro siglo es una no-
mis dos hombrecitos? ¡A más de 1.5001]. vela: La montaña mágica de Thomas Mann. Se puede decir que
La epopeya enciclopédica de los dos autodidactas es, pues, del mundo cerrado del sanatorio alpino parten todos los hilos
doublée por una titánica empresa paralela, cumplida en la rea- que los maltres apense!' del siglo retomarán: todos los temas que
lidad: Flaubert en persona es quien se transforma en una en- aún hoy siguen alimentando las discusiones están allí prea-
ciclopedia universal, asimilando con una pasión no menor que nunciados y expuestos. )..10 \)ÚkiJ¡-C1iO

la de sus héroes todo el saber que ellos tratan de apropiarse y Lo que toma forma en las grandes novelas del siglo XX es 1 :;~(;-<:)~-~'~:f'­
todo el saber del que quedarán excluidos. ¿Tanto esfuerzo pa- idea de una enciclopedia abierta, adjetivo que sin duda contra ~I(f'i' ,~(; ~:< ;1lo v } -
ra demostrar la vanidad del saber tal como lo usan los dos au- dice el sustantivo enciclopedia, nacido etimológicamente de 1 'f0sc.,,~~'::~);"n,_,\
todidactas? (<<Du défaut de méthode dans les sciences" [De la pretensión de agotar el conocimiento del mundo encerrándo :::~:;::\úw~:>_-lo
falta de método en las ciencias] es el subtítulo que Flaubert Io en un CIrcu ' 1o. l:Io.. y h. a. d' ela d o d e ser con ceb'bl
1 e una tata l'1 . "0'·
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1",
'-../"1'. ()
:J í-)~,¡- • '''O

quería poner a la novela; carta del 16 de diciembre de 1879.) dad que no sea potencial, conjetural" múltiple. ' ..lü
9
¡,'::
C.\j!.H:H)::.)

¿O para demostrar la vanidad del saber, tout court? A diferencia de la literatura medieval, que tendía a obras ca-7¡\~'::L( Oc,
,:;: '-"JI~'
Un novelista enciclopédico de un siglo después, Raymond paces de expresar la integración del saber humano en un or- . ',,"
Queneau, escribió un ensayo para defender a los dos héroes den y una forma estable de cohesión, como la Divina Comedia,
de la acusación de bitise (su maldición es estar «épris d'absolw, donde convergen una multiforme riqueza lingüística y la apli-
[prendados de lo absoluto] y no admitir ni las contradicciones cación de un pensamiento sistemático y unitario, los libros mo-

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dernos que más amamos nacen de la confluencia y el choque no consigue darse una forma y dibujarse unos contornos, y
de una multiplicidad de métodos interpretativos, modos de
ueda inconclusa por vocación cons~i~ucio~a~,_ c~"~o he~~~, '.'
pensar, estilos de expresión. Aurique elciiseño general haya si- ;¡stü-(;n-Musil y en Gadda.,,-H1:-'~N" e.:rd> ü3~,¿ .c.,N',', \''''0'0(\ J-~"H<"O\ ün'í'1S"7-',S' .d'a
do lninuciosamente planeado, lo que cuenta no es que se cie- <! Tenemos la obra que corresponde en literatura a lo que en
rre en una ª-g~T~ ar~oniqsa, sino la i~~!~~~~~Dt!'J(I:lg~ que se . filosofía es el pensamiento no-sistemático, que procede po~
libera, la pluralidad de lenguajes como garautía de una verdad aforismos, por -centelleos puntiformes y discontmuos, y aqur
no parcial. Así lo prueban los dos grandes autores de nuestro ha llegado el momento de citar a un autor que nunca me can-
siglo que más se remiten a la Edad Media, T. S. Eliot y James so de leer, Paul Valéry. Hablo de su obra en prosa, ,hecha de en-
Joyce, ambos cultores de Dante, ambos con una gran concien- sayos de pocas páginas y de notas de pocas Imeas en sus
cia teológica (aunque sea con intenciones diferentes). T. S.
Cahiers. "Une philosophie doit etre portatlve» (xx:"' 71,3)
Eliot disuelve el diseño teológico en la levedad de la ironía y [Una filosofía debe ser portátil], ha dicho, pero t:unb1en: '1 al
en e! vertiginoso encantamiento verbal. Joyce, que tiene toda cherché, je cherche et chercherai pour ce que Je nomme le
la intención de construir una obra sistemática, enciclopédica e Phénomene Total, c' est a dire le Tout de la conSCIence, des re-
interpretable en varios niveles según la hermenéutica medie-
lations, des conditions, des possibilités, des impossibilités".;,
val (y traza cuadros de correspondencias de los capítulos de (XII, 722) [He buseado, busco y buscaré lo q,:,e llamo e! Fer;o-
Ulysses con las partes del cuerpo humano, las artes, los colores, meno Total, es decir, e! Todo de la conCienCIa, de las re!~c~~­
los símbolos), realiza sobre todo la enciclopedia de los estilos, nes, de las condiciones, de las posibilidades, de las Imposlblh-
capítulo por capítulo, en Ulysses, o canalizando la multiplici- crC"':':0\\ (f-'~1J\-I'1.
dades... ] . di',_1 }~'\ . \ '-'k,)
dad polifónica en el tejido verbal del Finnegans Wake.
Entre los valores que quisiera que se transmitiesen al próxi-=-,'II\í<i .-;>
mo milenio figura sobre todo éste: el de una literatu:a que ha- ; ~<":<:,','
Es hora de poner un poco de orden en las propuestas que ya hecbo suyo e! gusto por e! ordenlllental yla ex.acnt,ud, lam- .
he ido acumulando como ejemplos de multiplicidad.
teligencia de la poésÍa y al mismo tiempo d: la clen.CIa yde la'
I'o:x:/; ;-JS
Tenemos el texto unitario que se desenvuelve como el dis- filosofía, como la delValéry ensayista y proSIsta. (Y SI recuerdo
\-"\)\..<:;,c561, curso de una sola voz y que resulta ser interpretable en vari;'s a Valéry en un contexto en el que dominan los nomb~es de I~s
niveles. Aquí el récord de la inventiva y de! tour-dejorce corres- novelistas, es también porque él, que no era novelIsta, .m~s
.l.~? \\'{,}c'rl

'-'~1~,;~ 'L\ 0'~;'~,1{()


ponde a AlfredJarry con L'amour absolu (1899), una novela de aún, que, gracias a una célebre frase, pasaba por ~aber lIqUI-
cincuenta páginas que se puede leer como tres historias com- dado la narrativa tradicional, era un crítico que sabIa entender
pletamente distintas: 1) la espera de un condenado a muerte
las novelas como nadie y definir su especificidad de no;,e!as.)
en su celda la noche anterior a la ejecución; 2) el monólogo de Si tuviera que decir quién h", realizado alaperfecCIon, en
un hombre que sufre de insomnio y que en e! duermevela sue- la narrativa, el ideal estético de Valéry en cuanto a exactItud de
ña que está condenado a muerte; 3) la historia de Cristo.
imaginación y de lengu;ue, construyendo obras q,:,? responden
Tenemos el texto múltiple que sustituye la unicidad de un a la rigurosa geometría del cristal y a la abstracc.IOn de un ra-
yo pensante por una multiplicidad de sujetos, de voces, de mi- zonamiento deductivo, diría sin vacilar }~rge}éu~~Borges. Las
radas sobre el mundo, según ese modelo qu'; Mijail B;Utirt¡u razones de mi predilección por Borges no se detienen aquí;
llamado «dial~_gi_~(}» o «polifónico» o" «~arnavalesco», y cuyos trataré de enumerar las principales: porque cada uno de sus
antecedente" encuentra en autores que van de Platón a Rabe- textos contiene un modelo de! universo o de un atributo del
Iais y a Dostoievski.
universo: lo infinito;' lo innumerable, el tiempo eterno o co-
Tenemos la obra que, ansiosa por contener todo lo posible, presente o cíclico; porque son siempre textos contenidos en

118
119
I)Ocaspáginas, con una ejemplar economía de expresión; por- Estas consideraciones fundamentan mi propuesta de lo que
que a menudo sus cuentos adoptan la forma exterior'de algu- llamo la «hipernovela», y de la que he tratado de dar un ejem-
no de los géneros de la literatura pop1l1ar, formas que un largo plo con Si una noche de invierno un viajero. Mi propósito era dar
¡USO ha puesto a prueba convirtiéndolas en estructuras míticas. la esencia de lo novelesco concentrándola en diez comienzos
Por ejemplo, su vertiginoso ensayo sobre el tiempo,<jiX}ardfn de novelas, que desarrollan de las maneras más diferentes un
de senderos que se bifurcan» (Ficciones, Emecé, Buenos Aires núcleo común, y que actúan en un marco que los determina y
1956), se presenta como un cuento de espionaje, que incluye está a su vez determinado por ellos. El mismo principio de
u.": cuento lógico-rr:etafísico, que incluye a su vez la descrip- muestrario de la multiplicidad potencial de lo narrable se ha-
Clon de una mtermmable novela china, todo concentrado en lla en la base de otro libro mío, El castillo de los destinos cruzados,
una docena de páginas. que quiere ser una especie de máquina de ,multiplicar las na-
Las hipótesis que Borges enuncia en este cuento, cada una rraciones partiendo de elementos icónicos de muchos signifi-
contenida (y casi oculta) en pocas líneas, son: una idea de cad,,;, posibles, como una baraja de tarot. Mi temperamento
tiempo puntual, casi un absoluto presente subjetivo: «... refle- me-Ueva y
a «escribir breve» estas estructuras me permiten l!-r:ti:r
x~oné que todas las cosas le suceden a uno precisamente, pre- la concentración de la invención y de la expresión con el sen-
Clsamente ahora. Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren tido de las potencialidades infinitas. '
los hechos; innumerables hombres en el aire, en la tierra y el Otro ejemplo de lo que llamo «hipernovela» es La vida ins-
mar, y todo lo que realmente pasa me pasa a mí. .. »; después trucciones de uso (La vie mode d'emploi) de Georges Perec, no-
una idea de tiempo determinado por la voluntad, en la que el vela muy larga pero construida con muchas historias que se en-
futuro se presenta irrevocable como el pasado; y por fin la idea trecruzan (no en vano su subtítulo es Romans, en plural),
central del cuento: un tiempo múltiple y ramificado en el que haciendo revivir el placer de los grandes ciclos, a la manera de
todo presente se bifurca en dos futuros, de manera que for- Balzac.
man «una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, Creo que este libro, aparecido en París en 1978, cuatro años
convergentes y paralelos». Esta idea de infinitos universos con- antes de que el autor muriera con sólo cuarenta y seis años,
~:\1.~::~") o' temporáneos, en la qu~ t¿da~' 'las posibilidades h'an de reali- constituye el último verdadero acontecimiento en la historia
;.c" '" -:"J(<;:JQ,,7i zarse en todas las combinaciones posibles, no es una digresión de la novela. Y por muchas razones: el plan inmenso y al mis-
o
, l·'" ,)C del relato sino la condición misma para que el protagonista se mo tiempo terminado, la novedad de la manera de abordar la
sienta autorizado a cumplir el clelito absurdo y abominable obra literaria, el compendio de una tradición narrativa y la su-
que su misión de espía le impone, seguro de que ocurre sólo ma enciclopédica de saberes que dan forma a una imagen del
en uno de los universos, pero no en los otros; más aún: que co- mundo, el sentido del hoy que está también hecho de acumu-
metiendó el asesinato ahora y aquí, él y su víctima podrán re- lación del pasado y de vértigo del vacío, la presencia simultá-
conocerse como. amigos y hermanos en otros universos. nea y continua de ironía y angustia, en una palabra, la forma
El modelo de la red de los posibles puede, pues, concen- en que la prosecución de un proyecto estructural y lo impon-
trarse en las pocas páginas de un cuento de Borges, como pue- derable de la poesía se convierten en una sola cosa.
de servIr de estructura portante a novelas largas o larguísimas. Elpuzzleda ala novelaeltemade la trama y el modelo for-
donde la densidad de concentración se reproduce en cada maC Otro moClelü-es'ercorié fraÍlsversaCde un típiéü ínmue-
" una de las partes. Pero diría que hoy la regla de «escribir bre- ble parisiense en el que se desarrolla toda la acción, un capí-
ve» se confirma también en las novelas largas, que presentan tulo por habitación, cinco plantas de apartamentos cuyos
una estructura acumulativa, modular, combinatoria. muebles y enseres se enumeran, refiriéndose los traspasos de

120 121
propiedad y las vidas de sus habitantes, de sus ascendientes y objetos de los que existe solamente un ejemplar. Pero Perec,
descendieutes, El plano del edificio se preseuta como un "bi- en la vida, coleccionista no era más que de palabras, de cono-
cuadrado» de diez cuadrados por diez: un tablero de ajedrez cimientos, de recuerdos; la eyactitud terminológica era su for-
en el que Perec pasa de una casilla (o sea habitación, o sea ca- ma de poseer; remgfa J nc» .1l)rabaagll"liQ queco~stitlJy~Ja
pítulo) a otra con el salto del caballo, según cierto orden que lluicidad . de. c~da hecho, persona, cosa. Nach~ . mas llllllune
permite recorrer sucesivamente todas las casillas, (¿Son cien que Pe;':~ al~peor plaga de laescritura dehoy:la vagued.ad.
los capítulos? No, son noventa y nueve; este libro ultratermi- Quisiera insistir en el hecho de que para Perec constrUIr I~
nado deja intencionadamente una pequeña fisura a lo incon- novela a base de reglas fijas, de contraintes, no ahogaba la lI-
cluso,)
bertad narrativa sino que la estimulaba. No es casual que fue-
_b -¡,) ,c;'(~"'f Éste es, por así decir, el c().ntin~,Ilte. En cuanto al colltenido se el más inventivo de los participantes en el Oulipo (Ouvroir
'Q )D h- Perec preparó listas de te~asdivididos por cat~gorías yd~-;::i: de littérature potentielle) fundado por su maestro Rayrnond
cY\nU.;1 (Fh;(¡;l"ú¡dió que en cada capítulo debía figurar, aunque fuera apenas Queneau. Queneau, quien ya muchos años antes,,,nl=1iem-
~¡'¿t:,0 t,~;~ ,1-\'<:0:, esbozado, un terna de cada categoría, a fin de variar siempre
J?9S de Sl:!._po_I~~.i_~~_S:?l!!r~ la_~<~~~ritura automátic~} __de_los_su-
...20-, 'R'C:G-.l,j») $<1;-' las combinaciones, según procedimientos matemáticos que no
rrealistas., eB.cribía;.
-;S~1:\0~J ¡-.Q-,~', estoy en condiciones de definir pero sobre cuya exactitud no
:
-
~\~~-:~:L,:~!/ tengo dudas. (Traté a Perec durante los nueve años que dedi-
có a la redacción de la novela, pero conozco sólo algunas de
Une autre bien fausse idée qui a également cours actuelle-
ment, c'est l'équivalence que l'on établit entre inspiration, explo-
sus reglas secretas.) Estas categorías temáticas son nada menos ration du subconscient et libération, entre hasard, automatisme et
que cuarenta y dos y comprenden citas literarias, localidades liberté. Or, cette inspiratíon qui consiste a obéir aveuglément a tou-
geográficas, fechas históricas, muebles, objetos, estilos, colo- te impulsion est en réalité un esclavage. Le classique qui écrit sa
res, comidas, animales, plantas, minerales, y no sé cuántas co- tragédie en obseIVant un certain nombre de regles qu'il connait
sas más, así como no sé cómo hizo para respetar estas reglas ¡n- est plus libre que le poete qui écrit ce q'ui lui passe par la tete et
" c1uso en los capítulos más breves y sintéticos. qui est l'esclave d'autres regles qu'il ignore (Edtons, chiffres et let-
Jo di. Jos Para escapar a la arbitrariedad de la existencia, Perec, co- tres).
:~~,~~"":;' fiO su protagonista, necesita imponers~ J;'eglas rigurosas (aun-
HlC.nCúSct,5<.:ixóque estas reglas sean, a su vez, arbitrarias). Pero el mi'lagro es [Otra idea totalmente falsa que también es aceptada actual-
~'\ que esta poét.ica que se diría artificiosa y mecánica da por re- mente es la equivalencia que se establece entre inspiración,
sultado una lIbertad y una riqueza de invención ·inagotables. exploración del subconsciente y liberación, entre azar, automa-
Porque esa poética coincide con lo que fue, desde los tiempos tismo y libertad. Ahora bien, esta inspiración que consiste en
de su primera novela, Las cosas (1965), la pasión de Perec por obedecer ciegamente a todo impulso es en realidad una esclavi-
los catálogos: enumeraciones de objetos, cada uno definido
en su especificidad y pertenencia a una época, a un estilo, a
tud. El clásico que escribe una tragedia observando cierto nú-! I
mero de reglas que él conoce es más libre que el poeta que es-¡!l
una sociedad, y también menús de comidas, programas de cribe 10 que le pasa por la cabeza y que es esclavo de otras reglas I:,\
conciertos: tablas dietéticas, bibliografías verdaderas o imagi- .,
narias. ~~~l .
El demonio del coleccionismo flota constantemente en las He llegado al término de esta apología de la novela como__
páginas de Perec, y la colección más «suya» entre las muchas gran red. Alguien podrá objetar que cuanto más tiende la obra \
que este libro evoca es, diría yo, la de los unica, es decir, la de a la multiplicación de los posibles, más se alep del unzcum que I
122 123
5"0:. ~\L.')
(\.~ S>·IP.~,}")'.(iy
es _e~sel[cle'!lli"n escribe, la sinceridad interior, el descubri- APÉNDICE
S0l ·\-\\YII.:.6,. lIliento de la propia verdad. -Ar contrario, respondü;¿quesó- EL ARTE DE EMPEZAR
mos, qué es cada uno de nosotros sino una combinatoria de
e~p_~~i_~~_~i~s, de informacio~~~: de lecturas, --d~imag:Iña:oo­ Y EL ARTE DE ACABAR *
nes? Cada vida es una enciclopedia, una biblioteca, un mues-
trario de estilos donde todo se puede mezclar continuamente
y reordenar de todas las formas posibles.
Pero quizá la respuesta que realmente corresponde a mis
deseos sea otra: ojalá fuese posible una obra concebida fuera
del sel[, una obra que permitiese salir de la perspectiva limita-
da de un yo individual, no sólo para entrar en otros yoes se-
mejantes al nuestro, sino para hacer hablar a lo que no tiene
palabra, al pájaro que se posa en el canalón, al árbol en pri-
mavera y al árbol en otoño, a la piedra, al cemento, al plásti-
co ...
¿No sería ésta la meta a la que aspiraba Ovidio al narrar la Empezar una conferencia, o mejor dicho un ciclo de con-
continuidad de las formas, la meta a la que aspiraba Lucrecio ferencias, es un instante crucial, como cuando se empieza a es-
(-:.:..--
al identificarse con la común naturaleza de todas las cosas? cribir una novela. Es el instante de la elección: se nos ofrece la
p_()si]}ilidad .de d"cirlo tod(), de todoslo~modos posibles; y te-
nemos que llegar a decir algo, de una manera especial.
Así pues, el punto de partida de mis conferencias será ese
instante decisivo parael escritor: el distanciamiento de la po-
tencialidad ilimitada y multiforme para dar con algo que to-
(í'lVÍa no existe y que podrá existir sólo por medio de la acep-
tación de los límites y las reglas. Hasta el instante previo al
momento en que empezamos a escribir, ~erlemos a nu~_~tr~ dis-
posición el mundo -el que para cada uno de nosotros consti-
tuye el mundo, una suma de datos, de experiencias, de valo-
res-, el mundo dado en bloque, sin un antes ni un después, el
mundo "amo memoria individllal y como potencialidad implí-
cita; y lo que queremos es extraer de este mundo Vi' argu-
~e~to, un cuent~, un sentimiento: o, tal vez más exactamen-
te, queremosllevar a cabo un acto qu~ nos permita situarnos,
en este mundo. Disponemos de todos los lenguaj"s: los elabo:.:

*Inédito, tomado de los manuscritos de las Norton Lectures. Algunas in-


serciones necesarias aparecen entre [corchetes]; las lecturas dudosas y con-
jeturales, entre paréntesis <antilambda>.

124 125
radas por la literatura, los estilos en los que se han expresado ello olvidaban las vicisitudes de las vueltas de todos los res-
civilizaciones e individuos en todos los siglos y países, y tam- tantes héroes.
bién los lenguajes elaborados por las disciplinas más dispares, En el teatro antiguo, el escenario fijo era el lugar ideal don-
los concebidos para alcanzar las más variadas formas de cana- de todas las'trageélias,así como todas las comedia.s, podían in-
I cimiento. Y lo que nos proponemos es extraer de ellos el len- r
terpretarse. Un lugar d"la ment~, fuera del espaCIO del tIem-
"'~\ guaje más apropiado para contar loqu~ queremos contar, un po, pero capaz de identificarse con los lugares y los llempos de
lenguaje que iea aquello que queremos con tal'. ' to-da acción dralTIática. Los teatros romanos que se han con-
El principio es siempre ese instante de distanciamiento de servado y las reconstrucciones del Renacimie:,to palladiano
la multiplicidad de los posibles; para el narrador, supone des- nos han familiarizado con esa imagen del clasIcIsmo como dIS-
prenderse de la multiplicidad de las historias posibles paraais- ponibilidad indiferente al desencadenamiento de las. pasiones
lary hacer narrable aquella historia que ha decidido contar ~; humanas: la fachada marmórea de un solemne palaCIO, con el
esta velada; para el poeta, desprenderse de un sentimiento del pórtico en el centro y dos puertas bter.ales más pequeñas y si-
mundo indiferenciado, con objeto de aislar y lograr una ar- métricas, que podía ser cualqUIer edIficIO regla, cualqUIer tem-
monía de palabras que coincidan con una sensaciÓn o un pen- plo, cualquier plaza de ciudad. Bastaba que por el umbral de
samiento. una de esas puertas se asomase un rey, un adIVIno o un ~en­
, El principio es también la.':Iltrada en un mundo completa- sajero, y entonces, de entre los numerosos actos potenciales,
:, mente distinto: u_n,IlllIndo verb~CFue~a, antes del principio, uno se hacía actual, sin que la continuidad con el resto de lo
existe, o se supone que existe, un mundo completamente dis- existente y de lo imaginable se interrumpiese.
tinto, el mundo no escrito, el mundo vivido o vivible. Pasado En los clásicos de la novela, en los siglos XVII, XVIII YXIX, los
este umbral se entra en otro mundo, que con aquél puede en- principios subrayan que la novela tratará de perso;,as o hech~s
tablar relaciones que se deciden en cada ocasión, o ninguna bien identificados en los planos temporal, geografico y nomI-
relación. El principio es el lugar literario por excelencia por- nal. La precisión de Cervantes parece desprenderse de u Il fon:
que el mundo de fuera es continuo pordefinición, no tiene lí- do de indeterminación mítica, que sin embargo no va mas alla
mites visibles. Estudiar las zonas fronterizas de la obra literaria del primer párrafo, donde el lugar y el nombre del personaje
e~ observar los modos en que la labor literari';:comporta refle- quedan velados por una bruma de incertidumbre. "En un lugar
XIOnes que van más allá de la literatura pero que sólo la litera- de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha
tura puede <expresar>. mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en as>tüle-
Los antiguos tenían una clara concienciá de la importan- ro ... " Pero un siglo después, Robinson Crusoe ya no tendra du-
cia de ese instante, e iniciaban sus poemas ~on una invoca- das sobre su propia identidad y origen: «I was bom m the year
ción a la Musa, justoJ20Il1'On~e a la diosa que custodia y ad- 1632, in the city of York, of a good family, though not of that
ministra el,g:r,,-n~es()r_o_de,la-memoria, de la que forman country, my father being a foreigner ofBremen who settled first
parte todos los mitos, todas las epopeyas, todos los cuentos. at Hulh [Nací en el año 1632 en la ciudad de York, de buena fa-
Bastaba la fugaz llamada a la Musa, una invocación que era milia, aunque no de aquella región, pues mi padre era extran-
también un adiós, un gesto de complicidad con la multitud jero, de Bremen, que antes se había afincado en H,ül]. La pre-
de héroes, con la infinidad de tramas, como si dijeran que cisión no disminuye en el caso de una novela fanta,stlca c~mo
aunque entonces trataran de la cólera de Aquiles, no olvida- Ds viajes' de Gulliver. «My father had a small estate m Nottmg-
ban los otros cien episodios de la guerra de Troya, que si lo hamshire; 1 was the third of five sonso He sent me to Emanuel
que entonces les interesaba era la vuelta de Ulises, no por College in Cambridge, at fourteen years old ... " [Mi padre tenía

126 127

t'--

u.na pequeña finca en Nottinghamshire; yo era el tercero de
1 épocas en las ,que ]2re.domina alguna inspiración religiosa, con
I independencia del nombre de la divinidad invocada en el um-
cmco hermanos. Me envi~ al Emanuel College de Cambridge
bral. Agustín empieza sus Confesiones preguntándose por dón-
cua.ndo co~taba .cator.c,e anos]. Bien mirada, esta necesidad pre-
de puede iniciar su búsqueda de Dios y decide buscarlo en sí
hml.nar de Idenl:ificaClon se convierte para el novelista en un ac-
mismo, en el relato de su vida. Si el principio de la Divina Co-
to ",1~ual con;o la invocación a la Musa; sobrentiende la preocu-
media nos lleva al meollo de una crisis individual, ya en el pri-
paClon de eVItar que la historia que va a ser contad,;'se confunda
mer verso, «Nel mezzo del cammin di nostra vita», el nostra re-
con otros destinos, con otros avatares; sigue siend;-,-e~'-¿ierto
cuerda que el individuo Dante es un specimen del hombre, y
modo, un homenaje a la enormidad del universo. Toda historia
anuncia que en el poema las referencias a lo vivido por el au-
de la novela ha de tener en cuenta la historia de la antinovela
tor y a la sociedad de su tiempo se mezclarán coutinuamente
qu.e discurre ~e forma simultánea y paralela. Así, al principio de
con alegorías universales, con las nociones cósmicas teológicas ,__
! L.L ~
~Z ~f
,.
la IdentlficaCIO;" del siglo XVIII se contrapone el principio de la
morales de un saber enciclopédico. ')«bUJ-
mdeter.mmaclOn absoluta: en Jacques elfatalista, lo primero que La literatura moderna, al menos la de los dos últimos siglos, i ¡\V\rJ -;,
h~ce Dlderot es indicar que lo que se lee no es vida sino narra-
ya nü--sierilé"la ne6=~sidad de señ~lar e,l c()lTl,ienzo de l~ ol)fa con' \ ;~'>'~~J
Clon escnta,resuelta sobre la marcha por el autor:
un rito o un umbral que recÍlerdé aquello qué queda fuera de ""
la obra. ~os escritores se sie?-ten aut?_r~zados a_ aislar la_ ~is~oria 'J(.-;~~~~:<l:r;,
Cornment s'étaient-ils rencontrés? Par hasard, eorome tout le
que deCide .narl:ar del conjunto de lo narrable. ( ... ) [SIC] Da-; ';-;00 ".,,0
m~nde: Comment s'appelaient-ils? Que vous importe? D'ou ve- ll
do que la Vida es un tejido continuo, dado que cualquier prin- "·0.1••" \,' s"
cipio es arbitrario, entor:c~~~ es pe~'fec~amente legítil!l0 empe- :
nalent-Ils? Du lieu le plus prochain. Oli allaient-ils? Est-ce que
l''\Ol;'--'ii9
l'an sait ou l'an va?
zar la narrac:i?n in medias res, en l~n momento cualquierLi' a ' h )."1.., b C'-,\,,,
E5 \jf>(¡ ;c.;T",jQ ~; ~',- i:nita·d'd~-;In di:iIogo, como empiezan a hacer Turguéniev, Tols-
¿l.:" 1i\(,<">I),, !\-4I'í-1>~,~s[¿Cómo se conocieron? Por azar, como todo el mundo 'C"-
~!1í~<i~'¡\<-d ""'
..k;..> CQ?....
,,~-¡r.¡>;O""$"'Gi\I'fl0 mo
. II b;¡' ~ . ~ .e o
se ama ano ,Que os Importa? ¿De donde venían? Del sitio
tÓi,Maupassant.Existe también el tipo de comienzo aplazado:
el narrador no tiene prisa por entrar en materia, se· explaya, y
G <:'>:01'--,0 más cercano. ¿Adónde iban? ¿Sabemos acaso adónde vamos?] .
entonces la multiplicidad de lo narrable se asoma por un ins-
tante a esta rendija. Recordaré el hermoso comienzo de Alma-
. Por I? qU,e respecta ~ Sterne: por contraposición a los prin- cén de antigüedades (The Old Curiosity Shop): «Night is gene-
CipIOS blOgr.~ficos, empieza la bIOgrafía de Tristram a partir de
rally my time for walking" [La noche suele ser mi hora de
I~ <~eneraclOn>, de la concepción, de los antecedentes del na-
'P1t0 ~JL paseo], empieza Dickens, y a lo largo de dos páginas evoca la
$J2.b,.;> =..);J} clml~nto, de manera que la aproximación a la génesis del per-
01Ül..l.();, ciudad de noche que recorre el narrador insomne, los en-
sonaJe ocupa gran parte del libro.
cuentros a la luz de las farolas, hasta que se cruza con Little
. Est~~ propuestas no hacen sino confirmar el acto de la iden- Nell y la historia empieza. A Dickens no le preocupa demasia-
tlfi_~_~~_~?_~ __~_?~,~__ ~~,to ,c~_Ilórüco P3!a_emp~zar _~una-_-~?v~la:p'ero do el rigor estructural de sus novelas, y en seguida se olvida de
las variantes se alejarán cada vez Iliás· del modelo. Los escrito-
este principio en primera persona; queda, sin embargo, como
res se convencen c~da. v~z más de la illuti!Ld"<i-cL,,,.JQSjJreám-
un manifiesto del modo clásico de contar. .
bulQs. El famoso prmClplO, "Call me Ishmael» [L1amadme hh-
Solamente en pocos escritores se aprecia la necesidad -ve-
m~el] '. más que identificar, parece subrayar un fondo variado y
lada por un espíritu irónico- de prescindir de la vastedad del
mlst~noso del qu~ se distancia la voz que habla.
cosmos, para dedicar toda su atención, una' vez establecida la
SIn. d~da, los nt.uales que marcan el principio de la obra co-
escala de proporción, a la representación minuciosa de una
mo transito del umversal al particular son característicos de las

128
historia aislada. Uno de los pocos fieles a la conciencia cósmi-
ca es sin duda Robert Musil, que empieza [así] El hombre sin ele dormir y de despertar, esos dos momentos sobre los que
atributos: Proust tiene cosas innumerables que contarnos, figuran en la
apertura de un capítulo o de un volnmen, como el hermosísi-
En el Atlántico, un mínimo barométrico avanzaba hacia el es- mo principio del despertar al comienzo de La prisonniíire. Aho-
te contra un máximo que amenazaba a Rusia, sin mostrar, de mo- ra bien, si nos detenemos en el principio de la obra, «Long-
mento, ninguna tendencia a esquivarlo desplazándose hacia el temps je me suis couché de bonne heUl"e", el pnnto que más
norte. Las isotermas y las Ísóteras se comportaban debidamente. interesa a nuestra argumentación está pocos párrafos más ade-
La temperatura del aire guardaba una relación normal con la lante:
temperatura media anual, con la temperatura del mes más cálido
y con la del mes más frío, así como con la oscilación mensual ape- Un homme qui dort tient en cercle antour de lni le fil des heu-
riódica. La salida y la puesta del sol y de la luna, las fases de la lu- res, l'ordre des années et des mondes. Illes consulte d'instinct en
na, de Venus, del anillo de Saturno y muchos otros fenómenos im- s'éveillant et y lit en une seconde le point de la terre qu'il occu-
portantes se sucedían conforme a las previsiones de los anuarios pe, le temps qui s'est écoulé jusqu'a son réveil; mais leurs rangs
astronómicos. El vapor líquido del aire tenía la máxima presión, y peuvent se meter, se rompre.
la humedad atmosférica era escasa. En definitiva, por decirlo con
una frase que, aunque algu antigua, resume perfectamente los he- [A un hombre que duerme lo rodea el hilo de las horas, de los
chos: era un bonito día de agosto del año 1913. órdenes de los años y de los mundos. Los consulta instintivamen-
có~"t> (~J:-J R te al despertarse y lee en un segundo el punto de la tierra que
<co':-'{f<'a..\ i'..l() 1-/ Me viene a la mente otro comienzo cósmico realmente me- ocupa, el tiempo que ha transcurrido hasta su despertar; pero sus
~~'::~d;:::r;;~~~¡:'~'Iií¿~able, el del cuento de Borges «El Aleph»: vueltas pueden confundirse, romperse.]
8). 1<'<'0'f.'c(\

La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, Donde vemos que la multiplicidad de las historias posibles
después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo ins- se vuelca en la multiplicidad de lo vivido posible, la unicidad
tante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de del cuento que empieza se convierte en la unicidad de los días
fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso que nos toca vivir, decidida al despertar, al separarse de la in-
de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el determinación del sueño. Habíamos empezado con las Musas
incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio de Homero, guardianas de la memoria, y ahora resulta que el
era el primero de una serie infinita. poema de la memoria de nuestro siglo, la Recherche, recurre al
olvido para recuperar desde él los bilos del recuerdo.
El cosm(~s puede buscarse también dentro de cada uno de . Memoria y olvido son dos entidades complementarias. Si
nos~tros, com~caós 111c\iferenCiadó, como multipli~id~d po- nos remontamos a los orígenes orales del arte de contar, vemos
tenCIal. E~ sueno pertenece a una cosmicidad antropológica, que el narrador de fábulas recurre a la memoria colectiva ya
como sabIa perfectamen te quien empezó una de las más gran- I~ vez a un pozo de olvido <.le donde las fábul~s ~urgen como
des empresas narrativas de todos los tiempos con estas pala- despojádas de_ t01<l:, 4et~rminación individual. «Erase una vez ... » :~_ 'li",lO'n\;'; 0-_(,_

bras: «Longtemps je me suis couché de bonne heure" [Du- El nar~ad';r~cuenta porque recuerda (cree que recuerda) his- t,e" u...,'
rante mucho tiempo me he acostado muy temprano]. Es más, t()rias ya olvidadas (que cree ya olvidadas). EImundo~"~" la ~v, ",,, OIV
basta hojear la Recherche para comprobar cuántas veces el acto 'Pultiplicidad del que la fábnla brota esl~noche de la rnemo- =, ""1'
ria, pero también la noche del olvido., Al salir de esa oscuridad,
'\
130
131
ser comprendida ni capaz de enriquecer, sino que, a lo sumo, fue
tiempos lugares personas deben permanecer confundidos pa-
entendida como alegoda. El mundo, del que durante tanto tiem-
ra que qUIen escucha la fábula se pueda identificar inmedia-
po se había hecho caso omiso, había dado la espalda al hombre,
tament~ con ella, completarla con imágenes de su propia ex-
penencIa. tal y como el hombre había dado la espalda al mundo, y cuando
el hombre se dirigió nuevamente al mundo, necesitó esforzarse
. Ahora b~en, del patrimonio de la narrativa oral nace ( ... )
mucho para dominarlo. La entera estructura del mundo se le ha-
[SIC] ta~blen I~ que en la cultura italiana se llama novel/a, que
bía vuelto extraña; el hombre ya no veía la masa infinita de los su-
en cambiO persigue un máximo de identificación. Las historias
cesos, donde uno confluía en otro para formar un conjunto (la
q~;.:e__ s_~,,~co~_~ervan> en la memoria colect(va constituyen t<lm-
bien un UnIverso de casos singulares, de destinos posibles con causalidad), sino lnás bien hechos aislados ...
todas sus especificaciones. - -
Al respecto quisiera remitirme a dos ensayos: uno es muy fa- Auerbach compara las novelas orientales en las que acci- T-;,
dentalidad y contradicciones forman parte del orden inma- S'.I<:r''::'>¡¡ 5",
moso, el ensayo de Benjamin El narrador, que trata de los cuen- -k'_,)"i'1'é;)
nente del mundo con la rigidez de las compilaciones de exem-
tos ~e Lésk~v. 1':!.-Il"rrador, paráBelljarnin, era aquel quetrans-
~ ~ mltIa expenencIa, en épocas en las que la capacidad cle--Ios
pla que usaban los predicadores, donde los cuentos debían:
~~'12> I+!- 'fi4.'J'OR~h
\..1" ,,-,,-<OLJ
v'\tJ ?ffi b res para apren d er d e la experiencia no se había perdido servir para una demostración moral prefijada.
\¡\~<l NO~?,\":;¡' aun. El narrador acude a un anónimo patrimonio de memoria
La extraordinaria novedad de Boccaccio es fruto, según
<:;qh~Q)~Y¡ SJ
\0 •• d Auerbach, de la imagen de una sociedad ideal que sirve de mar-
~'<. <:::6-,::~::.u _ t:ansmrtI 0, oralmente, donde el suceso aislado en su singula-
co a las novelas. Es una sociedad de mujeres, que responde a
::<;"~~~:~~o.::t"Tldad nos dICe algo del «sentido de la vida». ¿Qué es el «senti-
e,. """.'0 do de la vida»? Es algo que podemos captar solamente en las una nueva imagen de la mujer que cobra forma en la civili-
vidas de los demás, que, para ser oqjeto de narración, se nos zación urbana. «Graziosissime donne>} es el vocativo con el que
presentan como consumadas, selladas por la muerte. El cuen- empieza el Decamerón. Boccaccio se dirige a las mujeres, cuenta
to popular habla de la vida y alimen ta nuestro deseo de vida historias en las que las mujeres desempeñan un papel activo y
pero precisamente porque esta vida implícitamente contien~ representa un mundo gobernado por la ley amorosa. El marco
la presencia de la muerte, es decir, tiene como fondo la eter- del Decamerón en el que se engarzan las cien novelas adquiere
nidad. una importancia decisiva. Aquél contiene un modelo de socie-
El otro ensayo, de Erich Auerbach, sobre la técnica de com- dad que podría extenderse a modelo de universo. Esta ambi-
ción cosmológica está anunciada por el título, Decamerón, las
posición de la ?o"veIa, es menos conocido, siendo, creo, lo pri-
mero que publIco Auerbach en su juventud (1926): Zur Technik diez jornadas, tomado de Hexamerón, las seis jornadas, título de
der Frührenaissanc":,o1Jelle i,n Italien und Frankreich. El punto que una obra de san Ambrosio sobre la creación del mundo. Como
nos ocupa se explIca aqm de la manera más clara: es sabido, la introducción del Decamerón empieza con la espe-
luznante descripción de la peste de 1348 en Florencia y cuenta
Para escribir una novela ( ... ) era preciso proceder del siguien-
luego cómo siete muchachas nobles deciden huir de la epide-
te modo: de la infinita abundancia de los sucesos sensibles había
mia instalándose en una villa campestre, acompañadas por tres
q~e fijarse en uno en concreto y luego desarrollarlo con sus prin-
jóvenes, y pasar los días en alegres bonestos pasatiempos. Cada
CIpales presupuestos, de tal modo que pudiese ser representativo
día, por turno, uno de los diez integrantes del grupo es nom-
de esa abundancia infinita. Eso no era posible en el Medioevo; brado reina o rey, y decide el programa del día. Cada tarde el
durante mucho tiempo, en efecto, la misma abundancia de los su- grupo se reúne en un prado y cada uno cuenta una novela, so-
cesos, la innlanencia, al observador no le había parecido digna de bre un tema que se establece cada día.

132 133
El universo del que se desprenden todas y cada una de las Velas d e I D ecamero'n el mundo de los mercaderes ~. está tpre-
novelas presenta, pues, una doble imagen: la peste figura co- nO te en las experiencias contadas, en la moral practIca y a;-
s~~ estructura de la obra, que permite un mecanlSlllO e
l~io Pue~
mo un caos que destruye los vínculos sociales y familiares y mo-
rales, y, en contraposÍción a la peste, un orden ideal, una so- bien e,n narrativo, de circulación de las historias. la
ciedad de nobleza y armonía y caballerosidad, una sociedad mtercam 'd
quena SOCIe a d perfecta de los diez narradores es, efectiva-
na sublimación, un ideal arist~cratlco, como lC
", d' e
que reflexioua sobre las vicisitudes humanas, donde el amor es pe
una fuerza natural que tan sólo si se respeta por lo que es pue- , mente,.~ ero también un mercado perfecto en el que todos
de ser gobernada por la razón y la moral. Un confuso deleite Auerbac ~~
beneficio. La justa narrativa que se repite en cada
envuelve el marco del Decamerón: la escritura de Boccaccio, tan obtIenen d I tan precisas como las de un tor-
velada está regi a por reg as _ cidos ni vencedores; más
precisa en las novelas, deja aquí todo en lo indeterminado, los neo caballeresco, pero no preve ven , d ual tiene algo
paisajes son plácidamente convencionales, los personajes de que un torneo, es un mercado en el que ca a e
los diez narradores no están caracterizados, nada perturba sus
que ofrecer y algo que gaAnar, b' h Y en Beniamin dos defini-
jornadas, nada sabemos de las relaciones que los unen, no sa- Así ues, tenemos en uer ac ,~, , _
bemos de cuál de las siete mujeres están enamorados los tres
'A ¡-hombres. J<:sta diferencia detrat"miento lit"rariosubr"yala di- cion: ~:~::r~~~;~lt~~:~rae~~:;ac;:fi~~~~c~~;a:i ::;~:~~
i ferencia entre marcoyna!,r<:t,<::ió~. El_ marco, como el escenario cace, cÍ Ben'aniTd por la falta de cualqUIer marco, pero
• del teatro clásico, debe permanecer en lo genérico, como ima- el Le::~~ s:rem~te al~ matrIz d"'l,,narrativa oral qU,e es co:
I gen del espacio ideal donde cobran cuerpo las histoI'üis:¿Có_ o un marco sob ren t en dI'do', el saber local transmitido
BellJ d pOId'
'mo se relacionan las novelas del Decamerón con el marco y entre
sí? Por lo general, el tejido cor:juntivo es moral: cada narrador,
;:s cuentos campesinos, la experienciapráctic~ ~e;e~;;'~oso
f dida por los mercaderes y los manneros, o
d:;

al tomar la palabra, se enlaza a la novela del narrador prece- o~io contenidos en los cuentos de los artesa~os,como a~~:
dente con un breve comentario moral que exige una ulterior n muchos cuentos de Léskov, Recordare un extraor ~ ,
ejemplificación, e introduce la nueva novela; en algunos casos r~e~n euento de este autor, «La alexandrita», que empieza eli-
el nexo es simplemente una asociación de ideas: algún detalle narlo c ." a luego a contar a
tan do un tratado de mmeralogia y pas, 'de ie- 1M,">
de la última novela, algún objeto, alguna situación despierta historia de una piedra preciosa y de un sabiO talladm p e~¡'?4Ffq","
en el narrador siguiente el recuerdo de otra historia. Este tipo de ErmCl¡:nonar~a.tlvo, que d ¡" 'FHz¡
dras, un poco mago, "" i" rse sin duda en-)'",,:,"
«El recuerdo», dice Benjamín, «crea el entramado que to- finiría como «enciclop~<?ico», ha de cata oga. 'd C " t \ \J_'';;"'"'
das las historias acaban por formar entre sÍ. Una se eng<lIicha I del os.- -.de- comienzo
-. que es t oY analIzan o. "-'_,
onSlS..""" e)l <.:QJ"/':::>
l
'Vi"

a la otra, como a los grandes narradores les ha gustado siem-


tre os IDO -'-.'--~-'--'-'-- -'. - . -' al como d e una vo_z_____de__en- : ____ _l __

pre plasmar, y ante todo los orientales. En cada uno de ellos vi-
en partir:.cie,una mforrnaCIon gener d" '¿lá descripción de : s,:) ,"
cic,l,o,"p','edia o del capítulo de un trata °d'o e, t'tucI'o-n:'YP,a-'
ve una Shahrazad, que, en cada pasaje de sus historias, recuer- - . a
una' usanza, de un tipO e amo _ien
b' tea eunalnSl
, . mieza aCOlitar:
, .
da una historia nueva". Un poco más adelante Ber:jamin alude ra ejemplificar esta informaClon general, se e p . ,
a la importancia que han tenido los mercaderes en el arte de la historia concreta. I ' :
contar, con sus «astucias para concitar la atención de los oyen- En las'novelas de Boccaccio he encontrado un so o ,ey,m
tes», y cómo ellos «han dejado una profunda huella en Las mil plo de comienzo «enCIC ' l ope-d'!Ca», pero muy, caractenstlCo,
l' do
y una noches}).
~t;:~~ncionan "a~uanas» (dogane~
la décima de la octava jornada empIeza exp lcan
Estas observaciones resultan muy atinadas para un narrador los «fondacs" (jondaci) o
perteneciente a la sociedad mercantil como Boccaccio; en las de los puertos, donde los mercaderes depositan las mercan

134 135
cías desembarcadas de los buques, registrándolas ante las au- roÍsmo de LordJim y calibrar el abismo de su caída y de su cul-
toridades portuarias. La novela, que se desarrolla en Palermo,
cuenta las astucias de una cortesana para engañar a un mer- pa. Sin duda, Joseph Conrad sab"la como po d'la ser un comIen- .
cader y las astucias del mercader para resarcirse del daño, y zo: piénsese en cómo empieza El cora:~n de las tinieblas: la lle-
toda la intriga se basa en las normas de reglamen tación del ada al puerto de Londres, la evocaClon de los romanos que
tráfico en los puertos, hasta el punto de que los historiadores ~esembarcan en un mundo desconocido y salvaje, la historia y
de la economía han usado dicha novela como un documento la geografia activadas para servir de marco -también la espec-
histórico, y los lingüistas para estudiar la introducción de tér- tral Bruselas- al viaje del vapor que remonta el Congo ... todo
minos árabes como dogana, que en italiano moderno signifi- ara llegar al final en el que de nuevo la experiencia limitada
ca Custom House [sic]. Sea como fuere, la escena principal no p
se abre a una aseurí d a d Sin . l'imItes.
.
se desarrolla en una aduana sino en un ambiente mucho más El final... Dante termina las tres partes de su poema con la
rico de sugestiones sensuales: un baño utilizado como casa de palabra «estrellas» ... ¿Podemos hacer para el final conside.ra;
citas. La transmisión de consejos prácticos, la enciclopedia de ciones simétricas a las que hemos hecho para el pnnCIplO.
las nociones objetivas queda, pues, f!jada en la memoria na- Desde luego, podríamos divertirnos buscando finales ecquiva-
rrativa a través de la experiencia subjetiva de la vida emocio- lentes a los distintos tipos de principio hasta aquí resenados.

* nal y moral.
Si me dejo llevar por las asociaciones de mi memoria na-
rrativa, me viene a la mente otra historia que empieza en una
Úñ-finaIque deshace la ilusión realista del cuento recordando
que el universo al que pertenece es el de la escritura, que la
sustancia de sus vicisitudes son las palabras escntas en el papel,
. Custom House. Me refiero al principio de una famosa novela, es el de Don Quijote, donde Cervantes le cede la palabra a su ál-
La letra escarlata de Hawthorne. Es la ruinosa Custom House ter ego Cide Hamete Benengeli, quien se dirige a su propia
del puerto de Salem, llena de empleados decrépitos, símbolo pluma: «y el prudentísimo Cide Hamete duo ~ su pluma:
del depósito de la memoria del pasado, de donde Hawthorne "Aquí quedarás, colgada desta espetera,! deste, hll,? de alan::-
parte para evocar una historia cuyos vestigios ha encontrado bre ni sé si bien cortada o mal tapda penola mla ... ». A contl-
hurgando entre los papeles del archivo. La experiencia del nu~ción, la que habla es la propia pluma: "Para mí sola nació .
mundo para Hawthorne está contenida en un pasado ances- don Quijote, y yo para él; él supo obrar y yo escribir... ». ~.;,,},:
tral condenado a la desaparición, y es el sentido de esa pérdi- En cambio, si querem?s :n:ont~ar ,:n)in~l~~,~:r::~,~_?que s: o¿_ "\ll,,1¡~J'
da lo que domina el principio de la novela y lo que determi- pueda enlazar con los pnnCIpIos COSilllCOS ~,:e he CItado, esta <:;~>_,
na la decisión de Hawthorne de contar la historia de Hester el de La conciencia de Zeno, que es una refleX10n sobre la enfer- t: tl -..:{~
Prynne. medad sobre la vida humana como enfermedad, sobre la na--<¡,;G .. <

¿Debo seguir todavía el hilo de mi memoria de lector? No- turalez~ contaminada del hombre, llegando hasta una profe- '~~\:,:'
velas que empiezan en un puerto ... AqUÍ tenemos una novela cía de la bomba atómica: «Habrá una explosión enorme que
que empieza explicando lo que significa ejercer la profesión nadie oirá, y la tierra, otra vez como nebulosa, errará por los
de ship-chandler's water elerk y describiendo el shop de un water cielos, desprovista de parásitos y de enfermedades".
clerk en un puerto de Oriente. Este comienzo sirve a Joseph Como final indeterminado, recordaré el de La rnontaña má-
Conrad para establecer una precisión profesional, basada en gica. Tras ':TT,:~tis¡;;;';"~;'¡¿ede'rse de los meses en el sanatorio,
las mercancías y en el instrumental técnico, porque sólo te- de pronto nos vemos transportados, en las breves y convulsas
niendo en cuenta esta base podemos definir el código ético de páginas del final, al centro de una batalla de la Pnmera Gue-
la profesión de marinero, juzgar los románticos sueños de he- rra Mundial: Hans Castorp está en el fango, los proyectlles s11-

1~6 137
hablar con un viejo amigo, un episodio que contiene en sí to-
ban sobre su cabeza. Pero lo vemos sólo durante un instante;
da la torpeza y futilidad de la adolescencia: una visita al burdel
Thomas Mann se niega a decirnos si muere o si se salva.
donde la <fuerte> desenvoltura queda abrumada por la timI-
dez, y que se resuelve en una fuga:
jAdiós! ¡Vivas o caigas, adiós! Tus probabilidades son pocas. El
torbellino al que has sido arrastrado durará aún algún aiio más, y
«C'est la ce que nous avons eu de memeur!>~, dit Frédéric.
nosotros no nos atrevemos a decir que lograrás salir incólume.
«Oui, peut-Hre bien? C'cstla ce que nous avons eu de meilleurl».
Hablando sinceramente, dejamos la cuestión sin resolver, y casi
dit Deslauriers.
nos da igual. Aventuras del cuerpo y del espíritu, aventuras que
refinaron tu sencillez, que te hicieron vivir en el espíritu lo que
[-¡Allí es donde nos lo hemos pasado mejor! -dijo Frédélic.
probablemente no vivirás en la carne. ¿De esta fiesta mundial de
-Sí, muy probablemente. ¡Allí es donde nos lo hemos pasado
la muerte, de este terrible delirio que abrasa a nuestro alrededor
mt:;jor! -dijo Deslauriers.]
la noche lluviosa, surgirá algún día el amor?

Es un final que se proyec!" r"t~ospectivalDente sobr.e toda


El problema de no acabar una historia es éste. Como quie-
la novela; sobre su acumulación de días llenos de sentImIentos,
ra que acabe, cualquiera que sea el momento en que decidi-
sucesos, esperas, esperanzas, vacilaciones, dramas, y todo se
mos que la historia se puede juzgar acabada, reparamos en
desmorona como una montaña de cenizas.
que no es hacia ese punto adonde conducía el acto de narrar,
que lo que importa está en otro lugar, en lo que ha pasado an- En cualquier caso, comienzo yfinal, por mucho que poda- *{~"'&" ."
mas considerarlos sim¿"ú:icos. en ~.ll plano teórico, no ,-10 son~" ,'.
tes: está en el sentido que adquiere ese segmento aislado de.
en el plano estético. La historia de la literatura ~bunda de ""
sucesos, extraído de la continuidad de lo narrable. Por su-
prill~iEi()s,lllemorables, mientras los ,fi,nales q,:e presentan.;;,,',
:"puesto, las forma~ narrativas tradicionales dan ,l}P:~ iwp~esi9n
una genuina originalidad como forma y como slg.mficad", ~s-¿ Q, q \;
de consumación: la f~bulatermina cuando el héroeha supe-
casean más o al menos no acuden a la memona tan facIl- t\ J ~(1.\ ~
rad() l<ís "dversidades,¡~ noyela bi()g-ráfica halla su finaliIÍdis- , es especialmente cierto para las novelas: es como:::."o...{'ko);(' ~.&.. J.~
cutible en la muerte del hÚoe,í"Il():;'~Ia def?~:rnacióncuan-
men'te. Esto " .,\¡ '1
..
[si] en el momento del principio la novela SIntIese I a nece~l'd a d'"
· do el héroe al~anza la madurez, la ¿?y~.y~ I'olici~~~ ¿~a,'¡do se
'\)J.';,lj ,,"'.:;

· deséiíbie al culpable. Otras novela~yot;¿~'~uentos, lamayo-


de""InarÍifestar toda su energía. El comienzo de una novela es %\ <\',1::)
l~ entrada en un mundo distinto, con características físicas, Fri) ",.: ¡¿"¡
ría, no pueden prov()car su resultado final tan nítidamente: al-
perceptivas y lógicas del todo propias. De dicha constatadó:";,;"¡~',
gunos\ ..~~rminan cu~~ao cualquier continuación no haría más
· que re",-etir lo que ya se ha representado, o cuando la comu- partí cuando empecé a concebir una nov~la hecha de ~n~cl- 'v~;~~'~_~'J~' .L

pios de novela, la que se convertiría en Sz un~ noche de znvzer- -<'\:).. "!~,-(:,


nicación que querían transmitir se ha redondeado: y esa co-
no un viajero. No se trata del único caso en mI obra en que e l ) " .
i municación puede ser una imagen del mundo, un sentimien-
problema de cómo empezar ha sido el a:gument,o mIsmo del
ji to, una apuesta de la imaginación, un ejercicio de coherencia
cuento. En la serie de cuentos que tItule Cosmzcomicas (y que
",r"l[ f[del pensamiento. 1':.1.final.realmente importanteesa'lllel'llle,
comprende además un segundo volumen, Tiempo cero), traté
Q".JO \ como en La educación sentimental, pone en entredicho toda la
de comprender la historia del universo como nos la proponen
:~; (~". narración, lajer~rquía d: ~alores que informa a la.rÍo';-eLi~Aló
. L
. \~)
las teorías cosmológicas de hoy y de hacer un cuento que se
largo de cuatroCIentas pagmas, Flaubert cuenta laJuventud de
tradujese en los términos de una experiencia individual. Es
Frédéric Moreau casi con los «tiempos reales» de la vida: amo-
un tipo de cuento que no he abandonado del todo: cuando
res, vida parisina y revolución: al final, Frédéric recuerda, al

139
138
l
-> . ' •·."
. .

¡
r·····
universo se cristaliza en una forma, en las que cobra un senti-
leo alguna nueva teoría cosmogónica que me inspira trato d
'b' ' e do, no fijo, no definitivo, no atenazado por una inmovilidad
esc,n Ir ,un nuevo cuento: hace poco escribí uno inspirado en
la znjlatzonary theory. A menudo el final de estos cuentos reins- mortal, sino vivo como un organismo.
! taura una continuidad con la historia universal. La p()esía es la gran enemiga del azar, por mucho que tam-
. ,'1' A lo mejor es esta ansia por el problema del empezar y del bién ella sea ¡'ij"delazar y que sepa que el azar, en última ins-
~!J $~N:" ~ C'4't'0acabar lo que ha hecho de mí más un escritor de short-stories tancia, 1,,_gaEaJ::á.1a,partic;la: "Un coup de des jamais n'abolira
t<1Q\h,. ti d I ' le hazard» [Una jugada de dados nunca abolirá el azar l. Al
r'''I\)\l";)GJ~ }:.1_::::\("0' q e e nove as, como SI no lograse convencerme nunca de que'
_
~V\T k. ~~':li ~~:', el mundo elucubrado por mi narración es un mundo en sí au- ineluctable triunfo de la entropía, Mallarmé responde contra-
:0~¿)\~\~~t~'::J)~~~tónomo, autosuficiente, donde cabe instalarse definitivam;nte poniendo sus perfectos cristales de palabras, aunque sabe que
'>-0_ 'c;,t:Jiiii¡'fi ,,0 al menos durante plazos largos. En cambio, continuamente su sustancia es la misma hacia la que tiende el universo: la ne-
i '~:~'~_';:I::~~':,;~\\~)se apodera de mí el deseo de abordar ese mundo hipotético gación, la ausencia, la nada. Rien es la primera palabra del pri-
\";. ;'-~''2' ':_".: desde fuera, como uno de los tantos mundos posibles, una is- mer verso del soneto que abre sus Poésies. Con ella puede con-
;i .ó/"""< ) la en un archipiélago, un cuerpo celeste en una galaxia. Mi cluir mi repaso de comienzos, pero no sin recordar la última
:IJ:)~t:,~; ~roblema se podría enunciar así: ¿es posible contar una histo- perspectiva que Mallarmé propone: "".que tout, au monde,
na frente al universo? ¿Cómo se puede aislar una historia sin- existe pour aboutir a un livre» [que todo, en el mundo, existe*-
gular si ésta entraña otras historias que la surcan y la <condi- para concluir en un libro 1; y un poco más adelante precisa que
Clonan>, lo mIsmo que éstas a otras, hasta abarcar el universo este libro, único, debería ser ,,1' explication orphique de la Ter-
entero? ¿Y si no es posible abarcar el universo en una historia
cómo se puede, a partir de esta historia imposible, lograr his:
re».
Mi segunda conferencia versará sobre esta tentación o vo- ·,1
cación (en función del punto de vista) de la literatura con- h~,
J
r
tonas que tengan un sentido cabal?
A lo m~jor es éste el obstáculo que me ha impedido hasta temporánea: el libro que contenga en sí el universo, que se fj()JJf)
ahora ~edIcarr:'e a ~ondo a la autobiografía, yeso que desde identifique con el universo; y especialmente reflexionaré acer- ~J.¡;:_) q;¡,c
ha~e mas ~e .veInte anos hago intentos en este sentido; pero no ca de la tendencia de la novela contemporánea a convertirse
qmero antlCIpar una obra todavía por hacer. en una enciclopedia. Si esta tarde he <abordado> la multipli-
..Espero haber explicado cumplidamente por qué estimo de- cidad de lo posible como exterior a la obra literaria, lo que vie-
;~.SIVO e;, la obra literaria .~l modo en que La,particularidad que ne antes y después de la obra, la próxima vez trataré de cómo
est.a rep~esent"\o de la que parte se enlaza con la multiplicidad esa multiplicidad se recrea en el seno de la obra. Y dado que
de lo eXIstente y de lo posible. He preferido hablar de parti- esfu imagen del universo se puede identificar con la nada, ha-
cular y de múltiple, en vez de «parte» y de «todo», porque «to- blaré del caso especial del libro que tiende a la perfecta re-
do», «totalidad», son palabras de las que desconfío siempre un presentación de la nada. Pero tampoco voy a pasar por alto la
poco. No puede haber un todo dado, actual, presente, sino só- tercera alternativa, distinta al todo y la nada, que es la identifi-
l~ un. polVIllo de posibilidades que se agregan y se disgregan. ¿ación con algo; con un objeto limitado en su unicidad. Rien
El u~lVerso se dIluye en una nube de calor, se precipita sin re- es el principio de Mallarmé con el que he concluido mi repaso
medIO en un torbellino de entropía, pero en ese proceso irre- de los comienzos. Para concluir el repaso de los finales, recor-
versIble .se pueden presentar zonas de orden, p_oLcion-""--<le daré una de las últimas piéces de Samuel Beckett, Ohio Im-
,exI~tenCla,que 11ende,n_hacia_'lIl,,_fogna, l'lllltos__privilegiaclgs promPlu. Dos viejos idénticos, de larga cabellera blanca, vesti-
en ,os. que parece vislumbrarse, un plan, una perspectiva. La dos con largas capas negras, están sentados a una mesa. Uno
obra lIterana es una de estas mínimas pOfoo;';es -en 'las que el sostiene un libro ajado y lee. El otro escucha, calla y de vez en

140 l41
cuando I? int.errumpe con un golpeteo de los nudillos en la
mesa ..«LIttle lS left to tell" [Queda poco por decir], y cuenta NOTA BIBLIOGRÁFICA
uua hlstona de luto y soledad y de un hombre que segura-
mente es el hombre que escucha esa historia hasta la llegada
del ho~bre que lee y relee esa historia, leída y releída quién
sabe ~u~n.tas veces hasta la frase final: «Little is left to telJ", pe-
ro qUiza sIempre quede algo por decir a la espera de esa frase ..
A lo mejor por '.'ez primera en el mundo hay un autor que
cuenta el ago:amlento de todas las historias. Sólo que, por ago-
tadas que esten, por poco que quede por contar, todavía se si-
gue contando.

Relación de las ediciones castellanas de las que se han extraído las


citas de autor:

Giovanni Boccaccio, El Decamerón, traducción de Esther Be-


nítez, Alianza Editorial, Madrid 1987. [Publicado en 1990 por
Ediciones Siruela, en traducción de Pilar Gómez Bedate.]
Guido Cavalcanti, Cancionero, traducción de julio Martínez
Mesanza. [Publicado en 1990 por Ediciones Siruela, en traduc-
ción de juan Ramón Masoliver.]
Cyrano de Bergerac, El otro mundo, l. Los estados e imperios de
la Luna, traducción de Emilio Sempere, Aguilar, Buenos Aires
1968.
Dante Alighieri, Comedia, traducción de Ángel Crespo, Seix
Barral, Barcelona 1976.
Thomas De Quincey, El coche correo inglés, traducción de An-
tonio Dorta, Espasa-Calpe, Madrid 1966.
Carla Emilio Gadda, El zafarrancho aquel de Vía Merulana, tra-
ducción de Juan Ramón Masoliver, Seix Barral, Barcelona 1965.
Henry james, La bestia en la jungla, traducción de Arturo
Maccarini, Monte Ávila Editores, Caracas 1973.
Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, 5. La prisionera, tra-
ducción de Consuelo Berges, Alianza Editorial, Madrid 1982
(6'ed.).

142
143

d
} onathan Swift, Los viajes de Cultiver, traducción de Be 0- CRONOLOGÍA
Garate Ayas:uy, Alianza Editorial, Madrid 1987. g na
Paul Val~"y, Monsieur Teste, traducción de Salvador Elizo
do, Montesmos Editor, Barcelona 1986 (2.' ed.). n-

Su prosa más francesa que toscana,


su estro más volteriano que tradicionalista:
su sencillez no gris, su mesura no tediosa,
su claridad no presuntuosa.
Su espléndido amor por el mundo
fermentado y enrevesado de la fábula.
P. P. Pasolini (1960)

1923 Nace en Santiago de Cuba el 15 de octubre de 1923,


«bajo un cielo donde el sol radiante y el sombrío Saturno eran
huéspedes de la armoniosa Libra"'. Hijo de Mario Calvino,
agrónomo y botánico de origen ligur, y de Evelina Mameli,
profesora de .botánica de origen sardo. En 1925 la familia se
traslada a San Remo, Italia, donde los padres dirigen una esta'
ción experimental de floricultura. En 1927 nace su hermano
Floriano, futuro geólogo de fama internacional y docente en
la Universidad de Génova. En San Remo, donde vive hasta los
veinte años, Calvino recibe una educación primordialmente
laica y mazziniana.

1941-1947 Se matricula en la Facultad de Agrónomos de la


Universidad de Turín, donde su padre era profesor de Agri-
cultura Tropical. Durante la ocupación alemana combate con
los partigiani en las Brigadas Garibaldi. En 1944 se hace mili-
tante del Partido Comunista Italiano (PCI). Tras la liberación
I i
! De una carta enviada por Calvino a Franco Maria Ricci y reproducida en
el volumen Tarocchi, FMR, Parma 1969, luego incluida en 1990 en el volumen
Eremita a Parigi. Pagine aUlobiograjiche [Ermitaño en París. Páginas autobiográji-
cas, Siruela, Madrid 1994, pág. 179, traducción de Ángel Sánchez-Gijón}.

144 145
1951 Concluye una novela de corte realista, J giovani del Po
se matricula en la Facultad de Letras de Turín, licenciándose [Los jóvenes de! Po], que publicará uno~ años después en la
en 1947 con una tesina sobreJoseph Conrad. Escribe entonces revista Officina, entre enero de 1957 y abnl de 1958. En e! vera-
sus primeros cuentos (luego integrados en Ultimo viene il earvo no de ese año escribe Il visconte dimezzato [El vizconde deme-
[Por último, el cuervo]) y su primera novela (JI sentiero dei ni- diado].
di di ragno [El sendero de los nidos de araña]), que terminó en Viaja a la Unión Soviética. La corresponden.cia de su viaje ap~­
20 días. Colabora además en e! semanario Il Politeenico (dirigi-. rece en L'Unita entre febrero y marzo del ano slgmente, consI-
do por Elio Vittorini) y el periódico L'Unita, y empieza a tra- guiendo e! Premio SainteVincent. _ ,
b;uar para la editorial turinesa Einaudi, primero como vende- El 25 de octubre fallece su padre, del que anos despues (1962)
dor de libros a plazos y, desde 1947, como redactor. JI sentiero... , trazará una semblanza en el cuento «La strada di San Giovan-
presentado a la editorial Einaudi por Cesare Pavese (<<A la en- ni» [El camino de San Giovanni].
señanza de Pavese, al que estuve cotidianamente próximo en
los últimos años de su vida, debo mi formación de escritop>2), 1952 Publica Il viseante dimezzato, que obtiene un enonne
alcanza un moderado éxito y obtiene el Premio Riccione. En éxito.
la editorial turinesa entabla amistad con escritores como el En mayo aparece el primer número de! Notiziario Einaudi, .ca-
mencionado Pavese, Elio Vittorini y Natalia Ginzburg, con his- tálogo de novedades editoriales con textos de Calvmo, qUIen
toriadores como Franco Venturi y con filósofos como Norber- se encargará de su dirección a partir del n.º 7 de ese mismo
to Bobbio y Fe!ice Balbo.
ano.
publica en Botteghe Oscure (revista romana de literatura dirigi-
1948-1950 D<;ja la editorial Einaudi para incorporarse a la da por Giorgio Bassani) el cuento «La formica arg_entina» [La
redacción turinesa de L'Unita. Empieza a colaborar en el se- hormiga argentina]. En los últimos meses de ese ano aparecen
manario comunista Rinascita, con cuentos y notas de lectura. los primeros cuentos de Marcovaldo.
Publica Ultimo viene il corvo.
En enero de 1950 se reincorpora a la editorial Einaudi como 1953-1955 En la revista romana Nuovi argomenti (fundada en
redactor. La editorial turinesa crea ese año una nueva colec- 1953 por Alberto Moravia y Alberto Carocci) publica e! cuento
ción, la Plccola Biblioteca Scientifica-Letteraria, de la que Cal- «Gli avanguadisti a Mentone» [Los vanguardIstas en Menton].
vino será responsable de la parte literaria. Publica, en la editorial Einaudi, L'entrata in guerra [La entrada
El 27 de agosto de 1950 Cesare Pavese se quita la vida. Diez en la guerra].
años más tarde, en «Pavese: essere e fare» [Pavese: ser y hacer], Empieza a ocuparse de! proyecto de .¡,zabr; italiane [Cuentos po-
que incluirá después (1980) en la recopilación de ensayos Una pulares italianos], selección y transcnpclOn de dOSCIentos cuen-
pietra sopra. Diseorsi di letteratura e societa [Punto y aparte: ensa- tos del folldore italiano.
yos sobre literatura y sociedad], Calvino aborda la herencia Colabora asiduamente en e! semanario marxista Il Contempora-
moral y literaria del poeta. Además, en 1951 prologa el volu- neo.
men de Pavese La letteratura americana e altri saggi (Einaudi), en
1962 anota la edición de sus Poesie edite e inedite (Einaudi) yen 1956 Aparecen las Fiabe italiane, qu.e tendrán una fantásti-
1966 la de Lettere 1945-1950 (Einaudi). ca acogida. "En cuanto a trabajos que ImplIquen, un Cle~to es-
fuerzo de estudio y de investigaciones bIbhográficas hIce el
2En «Questionario 1956», publicado en JI Caffi, IV, n.º 1, enero 1956, más de los Cuentos populares italianos (1956); me ocupó un par de
tarde recogido en Ermitaño en París, op. cit., págs. 21-29.

147
146
años y me gustaba, pero luego no seguí el camino del
1959 Publica Il eavaliere inesistente [El caballero inexistente].
diosa; me agrada más ser escritor yeso ya me hace sudar
tante.»_1 I 'Itimo número del NotZZlaTZO Eznaudz. .,
'Aparecel e uvista Il menaba di letteratura, dirigida por ElIo Vltto-
Se crea a re
Escribe el acto único La panchina [El banco], con música
Sergio Liberovici, que se representará en octubre en el Teatro . ' el propio Calvino.
Donizetti de Bérgamo. nm y . I F . de Venecia, se representa su cuen-
En septiembre, en a emce ,. d Luciano Berio.
to mímico "Allez-hop», ~on .1~~s~c~oseEstados Unidos, donde
1957 Publica en Cittá aperta (revista quincenal creada en En noviemb;e ?mpren e Vl de ellos en Nueva York. La ciu-
t
1957 por un grupo de intelectuales comunistas romanos disi, Permanecera seis meses, cua r~ ., Del otro lado del
d honda ImpreslOn. "
dentes) el cuento "La gran bonaccia delle Antille» [La gran bo- dad le pro uc.e una t de esa mayoría de italianos que van
nanza de las An tillas]. Atlántico, me siento par e 'I'd d ( ) yno de esa minoría que
-' . a con gran f aCI 1 a ...
Presenta su dimisión al PCI con una carta que publica el 7 de a Norteamenc < • rue estuve en
agosto el diario L'Unitá. "Mi decisión de abandonar la condi- se queda en Italia, tal vez porque ~a pnm:ra ~:Za~do ya adulto
ción de miembro del Partido no madura sino cuando com- Nor:eamérka conv,:~sa~~~r~:t:~:I; ~~i:~' tenía una grant de
prendo que mis discrepancias con el Partido se han converti_ volvl por pnme~a d b derecho a ir por todos los Es-
do en un obstáculo para cualquier participación política que la Ford FoundatlOn q~e m.e, a a turalmente me di una vuelta
yo pudiera tener.» tados sin ninguna ob~g:,clo~a~;ornia pero yo me sentía neo-
Publica 11 barone rampante [El barón rampante], con el que ob- viajando al Sur y tam len a 4

tiene el Premio Viareggio, y, en el fascículo 20 de Botteghe Oscu- yorquino: pi ciudad es Nueva York.»
re, "La speculazione edilizia» [La especulación inmobiliaria].
' ero 2 de Il menaba di letteratura aparece el en-
1960 E'n e I num b' "d d]*
, tivita» [El mar de la o ~etlvl a .
1958 Publica, en Nuova Corrente (revista genovesa fundada sayo dl.mare d~1I ogJe la trilogía 1 nostri antenati [Nuestros an-.
en 1954), "La gallina di reparto» [La gallina de reparto], frag- PublIca, en mau 1, . d' to Il barone rampante
mento de la novela inédita La collana delta regina [El collar de tepasados], que incluye Il vzsconte zmezza ,
la reina] y, en Nuovi argomenti, "La nuvola de smog» [La nube e 11 eavaliere inesistente.
de smog]. Aparece el volumen antológico Raceonti [Cuentos],
que al año siguiente recibirá el premio Bagutta. 1962 En abril conoce a Esther Judith Singer, traductora ar:
. trabaja para orgamsmos mterna
Escribe los textos de cuatro canciones de Sergio Liberovici g:ntlal'na de
Clon es corno onglaenU::~oqy~: International Energy Agency. Cal-
(<<Canzone triste», «Dove yola l'avvoltoio», «Il padrone del
R Turín París y San Remo.
mondo» y "Oltre iI ponte») y una de Fiorenzo Carpi ("Sul vino vive entre oma" , L fida allabirinto" [El reto
verde fiume Po»). También la letra de una canción de Laura
Betti, «La tigre», y la de «Turin-Ia-nuit», con música de Piero
Eln
a l aebl enn d]~Lyl "~:':f:af~:;'~~:e:e: e altro, el cuento "La stra-
n ..º 5to , ,
Santi. da di San Giovanni».
Colabora en la revista Passato e Presente y en el semanario Italia
Domani. 1963 Publica Marcovaldo ovvero Le stagioni in cittá [Marcovaldo

.- "270
4Ermtlano ... , op. at., pago . dIque más adelante
!ll!."1-mita11,o ... , oj;. cit., pág. 29. *También incluido en Una pietm sopm, como to os os
figuran señalados con un asterisco.

148
149
r-
o sea las estaciones en la ciudad]. Aparece La gi,ornata d'uno sGrU-
tatore [La Jornada de un escrutador]. vejez, tal vez con la esperanza de prolongarla empezándola
antes.»G
. ,1964 El 19 de f~brero, en La Habana, se casa con Esther ]u-
dlth Sm~er..«En mi vida he conocido a mujeres de gran fuerza. 1967 En julio se traslada con su familia a París. Aunque su
No pod~la, VIVIr Sl~ una ml~er a mi lado. Soy sólo una parte de intención inicial era la de permanecer cinco años, se queda
un ser blcefalo y blsexuado, que es el auténtico organismo bio- hasta 1980, con frecuentes viajes a Italia.
lógico y pensante.,,5 Traduce Les fleurs bleus [Flores azules] de Raymond Queneau,
El viaje a Cub~ le permite visitar algunos lugares de su infan- autor que tendrá una influencia decisiva en sus nuevas crea-
cia. Se entreVista con varias personalidades de la isla, entre ciones literarias.
ellas, Ernesto Che Guevara. publica en Nuova corrente (revista literaria genovesa fundada
Se establece en Roma. Cada dos semanas se desplaza a Turín en 1954) el ensayo «Appunti sulla narrativa come processo
para las reumones de la editorial Einaudi. combinatorio» [Notas sobre la narrativa como proceso com-
En el n.º 7 de Ji menabiJ aparece el ensayo «L'antitesi operaia .. binatorio]. En la misma revista publica, además, La carioeinesi
[La antítesis obrera]*. [Mitosis], yen Rendiconti (de Bolonia) di sangue, il mare" [La
Aparecen en la revista JI Caffi cuatro cosmicómicas. sangre, el mar], textos que luego incluirá en el volumen Ti
con zero [Tiempo cero].
1965 Nace en Roma su hija Giovanna.
Publica Le Cosmicomiche [Las cosmicómicas]. 1968 Participa en dos seminario~ dirigidos por Ro!and Bar-
thes sobre Sarrasine de Balzac en la Ecole des Hautes Etudes de
1966 El 1,2 de febrero fallece Elio Vittorini. Al año siguien- la Sorbona y en una semana de estudios semióticos en la Uni-
te, en un numero de Ji menabiJ dedicado' al escritor siciliano versidad de Urbino, entre cuyos invitados se cuenta A1girdas ]u-
Calvino publica el ensayo «Vittorini: progettazione e lettera: lien Greimas.
tura .. [Vittorini: planificación y literatura] *. La desaparición En París frecuenta a Queneau y conoce a otros miembros del
de Vittorini marcará un nuevo rumbo en la vida de Calvino. grupo Oulipo (Ouvroir de littérature potentielle), como Geor-
« .. .los años inmediatamente posteriores a su muerte coinci- ges Perec, Fran~ois Le Lionnais,]acques Roubaud y Paul Four-
den .con una-toma de distancia por mi parte, con un cambio ne!.
de nt~o ( ... ). No, es que disminuyera mi interés por lo que Publica La memoria del mondo e altre storie cosmicomiche [Memoria
su:edla, pero deje de sentir el impulso a estar en medio en del mundo y otras cosmicómicas].
p-nmera persona. Sobre todo por el hecho, claro, de que de-
Je de ser Joven. El stendhalismo, que había sido la filosofía 1969 Aparece di castello dei destini incrociati" [El castillo
práctica de mi juventud, termina en un momento dado A lo de los destinos cruzados] en el volumen Tarocchi. Il mazzo vis-
mejor no es más que un proceso del metabolismo, alg~ que conteo di Bergamo e New York, editado por Franco Maria Ricci.
llega c?n la edad, había sido joven largo tiempo, a lo mejor En la revista JI Caffi aparece «La decapitazione dei capi.. [La
demasiado, de repente sentí que debía empezar la vejez, sí, la decapitación de los jefes].

5En Se una sera d'aulunno uno scnttore, entrevista de Ludovica Ripa di Mea-
na, L'Europeo, XXXVI, 47, 17 de noviembre de 1980, págs. 84-91. 6Ferdinando Caruon, le. Il mestiere di sCTittore. Conversazioni critiche, Gar-
zanti, Milán 1973, pág. 191.

150
151
1970 Publica el volumen de cuentos Gli amori difficili [Lo 1976 Dicta conferencias en distintas ciudades norteameri-
amores dificil es]. s canas. Viaja a México y Japón y publica varios artículos en el
Publica una selección de pasajes del Orlando jurioso de Ludovi- Corriere, que más tarde (1984) serán recogidos en Collezione di
co Ariosto, que previamente había narrado en una emisión ra- sabbia [Colección de arena]. dtalo Calvino, ligur de San Re-
diofónica. mo, se reveló como escritor en la inmediata posguerra y desde
Vnelve a ocuparse del mundo de las fábulas y escribe varios entonces ha publicado una veintena de libros, muchos de ellos
prólogos para ediciones de obras de autores como Basile, Lan- . traducidos en todo el mundo. En su formación han tenido un
za, Grimm, Perrault, más tarde recogidos (1980) en el volumen papel importante los años de trabajo editorial en Einaudi de
Sulla fiaba [De fábula]. Turín. Desde los años sesenta en adelante ha VIVIdo sobre todo
en París. En los setenta colaboró en el Comere della Sera; desde
1971 Dirige la colección Centopagine de la editorial Ei- 1980 es un colaborador habitual de La Repubblica.»7
naudi, colección en la que se editarán importantes textos bre- Recibe en Viena el Staatpreis.
ves de autores clásicos europeos.
En la miscelánea Adelphiana aparece «Dall' opaco» [De lo opaco]. 1978 Fallece su madre, que contaba 92 años de edad.
SeleCCIOna e mtroduce, para Einaudi, Teoria dei Quattro movi-
menti - JI Nuovo Mondo Amoroso, de Charles Fourier. 1979 Publica Se una notte d'inverno un viaggiatore [Si una no-
che de invierno un viajero].
1972-1974 Publica Le citta invisibili [Las ciudades invisi- Empieza a colaborar en el diario La Repubblica con cuentos, re-
bles]. señas de libros y críticas de exposiciones de arte.
En noviembre de 1972 participa en un déjeuner del Oulipo, del
~ue, en febrero de 1973, se convertirá en membre étranger. 1980 Se instala de nuevo en Roma.
En el pnmer número de la edición italiana de la revista Play- Publica Una pietra sopra. «Recogidos aquí por primera vez en
boyaparece «n nome, il naso» [El nombre, la nariz]. volumen unos cuarenta ensayos de ltalo Calvino, del año
En octubre de 1973 publica, en Einaudi, Il castello dei destini in- 1955 al 1980, entre los que figuran "El meollo del león", "El
crociati, con el añadido de un nuevo texto, La taverna dei desti- mar de la objetividad", "El reto al laberinto" y algunos inédi-
ni incrociati [La taberna de los destinos cruzados]. tos. En ellos el escritor trata de poner en orden sus lecturas,
En 1974 empieza a colaborar en el Corriere della Sera. Publica, sus preferencias, sus antipatías, sus proyectos. El ho~~~onte
entre otros, los artículos «Ricordo di una battaglia» [Recuerdo cultural cambia repetidas veces a su alrededor: de la htera-
de una batalla] y «Autobiografia di uno spettatore» [Autobio- tura comprometida" de la posguerra a la experiencia de. las
grafía de un espectador], que servirá además de prólogo a vanguardias internacionales, de las filosofías de la hlstona a
Quattro film, de Federico Fellini. la lingüística y a las "ciencias humanas", d:l "rigo:'~ al "d,e-
Para la serie radiofónica Le interviste impossibili escribe los diá- seo". En este escenario en movimiento, segUimos el ItInerano
logos «Montezuma» y «L'uomo di Neanderthah. de alguien que trata de comprender y que nunca s~ siente
plenamente satisfecho de sus intentos de ordenaclOn. Am-
1975 Con el cuento «La corsa delle giraffe» [La carrera de pliando continuamente su ángulo visual para abarcar los as-
las jirafas], publicado en el Comere della Sera, empieza una se-
rie protagonizada por el señor Palomar. 7Nota biográfica de la primera edición de Collezione di saMia (Garzanti, Mi-
lán 1984), cuya redacción pertenece, casi con seguridad, al propio Calvino.

152 153
1
pectos más alejados, ltalo Calvino quiere seguir decidiendo
en cada ocasión sus síes y sus noes, frente a una realidad ca- donde participa, con Borges, en un congreso so!'re literat~ra
da vez más difícil de dominar.»" f ntástica celebrado en la UniverSIdad InternacIOnal Menen-
¡ez Pelayo. Dicta, en castellano, la conferencia "La literatura
1981 Le conceden la Legión de Honor. fantástica y las letras italianas» (luego recog¡da en Literatura
Edita Segni, cifre e leUere e altri saggi [Signos, cifras y letras y otros jantástica, Siruela, Madrid 1985, págs. 39-55).
ensayos], de Raymond Queneau. Al año siguiente, como epí-' Se representa en Salzburgo Un re In ascolto.
logo a la edición italiana de la Petite cosmogonie portatile del mis- Publica Collezione di sabbia.
mo autor (traducida por el poeta y ensayista Sergio Solmi),
1985 Durante el verano prepara un ciclo de conferencias
aparecerá su "Piccola guida alla piccola cosmogonia» [Peque-
ña guía a la cosmogonía portátil]. que iba a pronunciar en la Universidad de Harvard ("Norton
Lectures,,). Son las Six Memos jor the Next Mzllennzum [SeIs pro-
1982 Preside el jurado de la XXIX edición del Festival de Ci- puestas para el próximo milenio]. Sin embargo, el 6 d<; sep-
ne de Venecia. tiembre tuvo que ser ingresado en el hospllal Santa Mana de-
!la Scala de Siena, donde falleció de hemorragIa cerebral en la
En el teatro La Scala de Milán se representa La Vera Storia [La
verdadera historia], ópera en dos actos escrita en colaboración madrugada del día 19 de dicho mes.
con Luciano Berio. Del mismo año es Duo, acto musical que
anuncia el futuro Un re in ascolto [Un rey a la escucha], que com-
pone también con Berio.
Publica en FMR "Sapore sapere» [Sabor saber].
Edita una selección de cuentos de Tommaso Landolfi (Le piu
belle pagine di Tommaso Landolji), con una nota final.

1983 Durante un mes es directeur d'études en la École des


Hautes Études de la Sorbona. El 25 de enero imparte una lec-
ción magistral sobre Scienze et métaphore chez Galilée en el semi-
nario de Algirdas Julien Greimas. En la Universidad de Nueva
York ('James Lecture») dicta, en inglés, la conferencia "Mun-
do escrito y mundo no escrito».
Selecciona y prologa Racconti jantastici dell' Ottocento [Cuentos
fantásticos del XIX].
Publica Palomar.

1984 En abril viaja a Argentina y en septiembre a Sevilla,

8Texto de contraportada de la primera edición de Una pielra sopra (Ei-


naudi, TurÍn 1980), cuya autoría, con toda probabilidad, es del propio Cal-
vino.

I1

154
155
ÍNDICE ONOMÁSTICO

Agustín, san, 129 Boccaccia, Giovanni, 26-27,


Ambrosio, san, 133 32,34,51-52, 133-135
Ariosto, Ludovico, 37 Bontempelli, Massimo, 79
Aristóteles, 107 Borges, Jorge Luis, 62-63, 78-
Arnim, Ludwig Joachim van, 79,119-120,130
101 Bruno, Giordano, 35, 78, 97,
Auerbach, Erich, 132-133, 135 103
Bajtin, Mijail, 118 Buda,25
Balzac, Honoré de, 101-104, Campanella, Tommaso, 35
121 Cardano, Girolamo, 35
Barbey d'Aurevilly,Jules, 45- Carlomagno, 45-48
46, 48 Carpaccio, Vittore, 100
Barthes, Roland, 75 Cavalcanti, Guido, 26-32, 34,
Baudelaire, Charles, 76 40
Beckett, Samuel, 101, 141 Cervantes, Miguel de, 32, 34,
Belli, Giuseppe Giaacchino, 127, 137
59 Chamisso, Adelbert von, 101
Benjamin, Walter, 132, 134- Chomsky, Noam, 79-80
135 Chuang Tzu, 65
Benn, Gottfried, 79 Colet, Louise, 115
Betussi, Giuseppe, 47 Courad,Joseph,136-137
Bioy Casares, Adolfo, 63 Contini, Gianfranco, 28
Blumenbcrg, Hans, 115 Copérnico, Nicolás, 35

157
I i
Monterroso, Augusto, 63 Spinoza, Baruch, 109
Cyrano de Bergerac, 35-37, 40 Hoffmann, Ernst Theodor Moore, Marianne, 83 Starobinski, Jean, 94-95, 97
Damisch, Hubert, 102 Amadeus,I01 Musil, Robert, 74,111-112, Stein, Charlotte von, 114
Dante A1ighieri, 29-31, 89-93, Hofmannsthal, Hugo von, 85 119,130 Sterne, Laurence, 58, 128
118, 129, 137 Hofstadter, Douglas R., 94, 104 Nerval, Gérard de, 101 Stevens, Wallaee, 79
De Quincey, Thomas, 53-54 Homero, 64, 131 Newton, Isaac, 37-38, 40 Stevenson, Robert Louis, 101,
De Santillana, Giorgio, 67 Humboldt, Wilhelm von, 115 Novalis, 115 127
Descartes, René, 74 Ignacio de Loyola, san, 91-93 O'Sullivan, Pat, 100 Svevo, Italo, 137
Dickens, Charles, 101, 129 Irving, Washington, 50 Ovidio, 21-22, 24-25, 28, 41, Swift, Jonathan, 37-38, 127
Dickinson, Emily, 31 James, Henry, 31, 101 114,124 Tolstói, Liev Nikoláievieh,
Diderot, Denis, 58, 128 Jan'y, A1fred, 118 Panofsky, Erwin, 34 129
Doré, Gustave, 38 Joyce,James,118 Paris, Gaston, 48 Tomás de Aquino, santo, 90
Dostoievski, Fiodor Jung, Carl Gustav, 63, 95 Parménides, 74 Turguéniev, Iván
Mijáilovic, 118 Kafka, Franz, 42-43 Perec, Georges, 121-123 Serguiéievieh, 101, 129
Eichendorff,Joseph von, 101 Kant, Immanue!, 74, 107 Perrault, Charles, 50 Valéry, Paul, 31, 61, 75-77, 79,
Eliot, Thomas Stearns, 118 Kipling, Rudyard, 101 Pessoa, Fernando, 79 119
Epicuro,25 Klibansky, Rayrnond, 34 Petrarca, Francesco, 47-48 Virel, André, 64
Erasmo de Rotterdam, 60 Kundera, Milan, 22-23 Piaget, Jean, 79-80 Voltaire, 38
Erizzo, Sebastiano, 47 Leibniz, Gottfried Wilhelm, Piattelli-Palmarini, Massimo, Wells, Herbert George, 101
Escher, Maurits C., 104 40, 109 79 Whittnan, Walt, 61
Euclides, 77 Leiris, Michel, 62 Pico della Mirandola, Williams, William Carlos, 61,
Flaubert, Gustave, 78, 115- Leonardo da Vinci, 85-86, 88 Giovanni, 38 83
117, 138 Leopardi, Giacomo, 38-40, Pitágoras, 25, 41 Wittgenstein, Ludwig, 85
Gadda, Carlo Emilio, 108-112, 54, 61, 69-71, 73-75, 77 Platón, 118 Yates, Franees A., 34
119 Léskov, Nikolai, 101, 132, 135 Poe, Edgar Allan, 76-77, 101 Zellini, Paolo, 78
Galilei, Galileo, 40, 55-57 Levi, Carlo, 58-59 Polo, Marco, 81 Zola, Émile, 116
Galland, Antoine, 38 Lichtenberg, Georg, 115 Ponge, Franeis, 62, 84-85
Gassendi, Pietro, 35 Luciano de Samosata, 37 Potoeki,Jan,l11
Gautier, Théophile, 101 Lucrecio Caro, Tito, 24-25, Propp, Vladímir Jakóvlevieh,
Giovio, Paolo, 60 28,35,40-41,57,114,124 39,41
Gódel, Kurt, 104 Lulio, Raimundo, 40 Proust, Maree!, 112-114, 131
Goethe,Johann Wolfgang Mallarmé, Stéphane, 76, 78, Queneau, Rayrnond, 116-117,
von,114-115 84, 115, 141 123
Gógol, Nikolai Vasílievich, 101 Mann, Thomas, 117, 138 Rabelais, Fran~ois, 34, 118
Gómez de la Serna, Ramón, Manuzio, A1do, 60 Roscioni, Gian Carlo, 110
79 Maupassant, Guy de, 129 Saxl, Fritz, 34
Guinizelli, Guido, 28 Michaux, Henri, 62 Shakespeare, William, 32, 34-
Hawthorne, Nathaniel, 101, Miguel Ángel Buonarroti, 92 35
13(> Montale, Eugenio, 22, 84

159
158 UNIVERSIDAD DE NAVARRA
BIBLIOTECA DE HUMANIDADES
BIBLIOTECA CALVINO

1. DE FÁBULA 4. EL VIZCONDE OE,\iEDlADO


Halo Calvino Halo Calvino
Nuta pre/imil/ar di! autor Nota prellmil/(w del alltor
Traducciolles de Césm' Palma Traducción de Estbe/" Bellítez
l' Carlos Gardilli
5. EL BARÓN RAi\1PANTE
2. SEIS PROPUESTAS PARA EL PRÓXIMO Italo Calvino
MILENIO Nota prellmilJaI' del autol'
Ualo Calvino Traducción de Es/ber Benítez
Nota preliminar de Hstber Caloillo
Ji'aducciones de Aurora Bemárdez 6. EL CABALLERO INEXISTENTE
Y César Palma Halo Calvino
Nota prelimhuuo del autor
,. LAS OUDADES INVISIBLES Traducción de Esther Benítez
ualo Calvino
Nota preliminar del alltor
Traducción de Al/mm Bel'1lárdez

ISBN: 84-7844-414-9
Depósito legal: M-34.373-1998
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