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Percepción de los efectivos militares mexicas por parte de los españoles. De la Noche
El presente estudio, pretende revelar la percepción de las fuerzas militares mexicas en torno
a uno de los acontecimientos militares que desencadenaron una de las más grandes batallas
y asedios que han tenido lugar en territorio mexicano, si no es que la primera de ellas. Se
pondrá especial atención en las descripciones que Bernal Díaz del Castillo retoma en su obra:
retomaran los antecedentes directos a la “Noche Triste”, las escaramuzas que se registraron
indirectas que se realizaron a los contingentes mexicas por el conquistador antes nombrado,
serán comparadas con descripciones de contemporáneos suyos para dar pie a una descripción
Originario de Medina del Campo, Castilla, viajo con sus escasos 20 años a la expedición de
Pedro Arias de Ávila, efectuando prácticamente desde su “madures” como participe de las
había sido conquistada, y destacaría en estas después de dos años inactivo, a falta de
revender a indígenas. En estas viajó bajo las órdenes del Capitán Francisco Hernández de
Córdoba (1517) descubriendo con ellos Yucatán, en la expedición de Juan de Grijalva (1518)
y finalmente bajo las órdenes del Capitán Hernán Cortes (1519) donde, dicha expedición le
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de México, pero haciendo frecuentes salidas a Coatzacoalcos, donde más tarde obtuvo el
indios en encomienda; aunque por diversas razones no se conformó con lo que había recibido
y a causa de esto comienza a realizar diversas gestiones ante altos funcionarios de la Nueva
España esperando obtener una mejor recompensa. Los primeros frutos de ello fueron las
México. Entre los testigos figura su antiguo capitán Luis Marín. Continuando esta búsqueda
de retribución, Díaz del Castillo hizo varios viajes a España en demanda de mercedes. En el
primero de ellos llevó consigo sendas cartas escritas por el virrey Antonio de
Mendoza y Hernán Cortés recomendándole. No obstante, Bernal no logró ser atendido por
el Consejo de Indias; sin embargo, en un segundo intento logró que se le expidiesen cédulas
a su favor que le regresaban las encomiendas en Chiapas y Tabasco que le habían quitado
mismo Bernal observaba, para obtener las encomiendas, se ve obligado a casarse (1544) con
doña Teresa Becerra, hija del conquistador y alcalde ordinario de Guatemala Bartolomé
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Becerra. De los nueve hijos del matrimonio, Francisco sería el encargado de poner en limpio
uno de los manuscritos de la Historia verdadera que ha llegado hasta nuestros días.
En su búsqueda para comprobar sus méritos obtenidos por la conquista en favor a la corona,
Bernal no ve otra salida que empezar a escribir sus memorias, La Historia Verdadera de la
Conquista de la Nueva España, la cual, “Se cree que […] la comenzó a escribir con más de
ochenta y cuatro años”1, bajo un motivo, en cierto punto desolador para el conquistador, pero
que debemos agradecer pues, sus acontecimientos no hubieran tenido este curso su popular
hechos que mayormente se acentúan son los referidos a la conquista de México. Sus
los contactos entre ellos con los mexicas, tlaxcaltecas, mayas, tlatelolcas, texcocanos, etc. Se
considera que Bernal, concluiría su obra “en 1569, como generalmente se acepta 2” se sabe
que la primera copia en limpio, sería enviada a España. Circuló manuscrita hasta que una
copia fue publicada póstuma en 1632; de ella existen dos ediciones diferentes en la que consta
el año 1632 en portada, se cree que solo una es "verdadera", aunque con dos variantes de
estado; la segunda se cree es una falsificación o edición contrahecha que imita la primera
1
Wikipedia; Bernal Díaz del Castillo;
https://es.wikipedia.org/wiki/Bernal_D%C3%ADaz_del_Castillo#Relaciones_de_los_dem%C3%A1s_conquist
adores
2
Bernal Díaz del Castillo, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, vigesimoséptima
impresión, “Sepan Cuantos…” Núm.5, Introducción y notas Joaquín Ramírez Cabañas, Ciudad de México,
Porrúa, 2017, Pág. X.
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variante de estado y fue hecha a finales del siglo XVII o principios del XVIII, aunque muchos
Cortés, después de grandes problemas y suplicas para que este evitara legar a la ciudad de
Tenochtitlán, logro ser recibido por Moctezuma el 8 de noviembre de 1519, siendo este bien
recibido y fue finamente alojado en la ciudad de Tenochtitlán, dentro de lo que había sido el
vería frustrada por un problema proveniente del Este, igual que ellos, de la isla de Cuba,
Pánfilo de Narváez.
de Pedro de Alvarado con ochenta soldados, y uno de sus mejores capitanes, una vez
diplomático con Narváez, aunque posteriormente fuera con acción militar, mientras, en
Tenochtitlán se llevaban a cabo los preparativos para una de las fiestas más importantes para
los mexicas, fiesta que sin duda, terminaría en circunstancias muy desfavorables para Cortes.
los indígenas pidieron permiso a Alvarado para celebrar “la fiesta Tóxcatl […] la cual caía
a 20 de mayo3”, por lo cual, el comandante dio respuesta afirmativa a la celebración, bajo las
consignas, con claro origen cristiano y segura intención de atacar a los desprevenidos
3
Ibidem, Bernal Díaz del castillo, pág. 35.
4
Francisco López de Gómara, Historia de la Conquista de México, Prologo y bibliografía por Jorge Gurria
Lacroix; Actualización, cronología y bibliografía por Mirla Alcibíades, Caracas Venezuela, Biblioteca
Ayacucho, 2007, Págs. 197.
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cierto es que Alvarado, al igual que todos sus compañeros, y con el conocimiento sobre las
insignias y las joyas con las que festejaban los danzantes, los sacerdotes y los miembros de
la nobleza, Alvarado ordena un ataque “preventivo” según unos para evitar un alzamiento,
que irónicamente provoca, lo cierto es que “dejo la mitad de su fuerza en el cuartel, y que
con la otra mitad se dirigió al templo mayor5”. La ironía se haría presente al ser fieramente
perseguidos por los soldados mexicas, pues, aun cuando Alvarado y sus hombres tuvieron
mucho esmero en recoger las joyas que estos hombres portaban “Pero no tuvo tiempo para
más. Los mexicas, al saber la matanza del templo, alzáronse en toda la ciudad, y se lanzaron
Con base en la cita anterior, aunque se trate de un estudio actual, se pude entender
acerca de un sistema de alarmas que existía entre los pobladores que, sumada a la creciente
tensión entre los ciudadanos, aunque sobre este priorizaron la festividad del Tóxcatl. Por lo
que se nota el fervor religioso de los mexicas, pero también se puede resaltar la capacidad
militar que, junto con la inconformidad caracterizaron los momentos anteriores a la Noche
triste, pero en su momento se hablará de ellos. La noticia llegada a Cortes fue de la peor
sazón pues, terminando la entrega de armas a los soldados de Narváez, llegando ante él cuatro
principales enviados por Moctezuma, estos quejándose de Pedro de Alvarado dieron a Cortes
descripción de la atroz masacre que esta había efectuado dentro del templo mayor cuando se
celebraban el Tóxcatl.
5
Alfredo Chavero, Explicación del Lienzo de Tlaxcala, (PDF), Ciudad de México, Editorial Cosmos, 1970., pág.
35.
6
Ibidem, Alfredo Chavero, pág. 35.
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que habría nombrado para poblar Panuco y Coatzacoalcos. Una vez llegados a Tenochtitlan7
y sabedores de la muerte de siete españoles, aunque no tienen mención sobre los efectivos
Tlaxcaltecas muertos que debía de cuadruplicar la cifra, Cortes entraba con un gran
contingente aproximado de “mil trecientos soldados [entre los de Cortes y Narváez] […] y
sobre noventa y seis caballos y ochenta ballesteros, y otros tantos escopeteros […] [más] dos
mil hombres indios de guerra.8”, con los cuales quiso sentir que podría poner en orden la
situación.
El curso de los acontecimientos se fue dando, hasta el punto de llegado Cortes al cuartel en
conversación que llevaron entre camaradas, los hombres de Cortes y Narváez con los de
en tales circunstancias; primeramente Cortes investigó con Alvarado las causas de este
ataque, al que aseguraba por lengua de un sacerdote, les darían terminando los canticos y
danza.
por un cañonazo contra los indios de guerra, pero en esa acción le llevaron dos soldados
entenderse que es a causa de las “los indios atacaron el cuartel; y aunque fueron rechazados,
7
Según Bernal, llegan a la ciudad el 1 Julio de 1519; Óp. cit. Bernal Díaz del Castillo, Pág. 245. Aunque se
8
Ibidem, Bernal Díaz del Castillo, pág. 245.
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defensa, dos caballeros, un soldado de espada y rodela y dos indios tlaxcaltecas. […] Y en el
Se denota cierta fiereza en los ataques, el querer acabar con los extraños que profanaron
su ciudad, y por encima de todo trayendo consigo a enemigos, tributarios a los mexicas, que
se les han sublevado. Pero regresando a los acontecimientos que tuvieron lugar poco después
de la llegada de Cortes; este se encontraba enojado por supuestas alianzas entre Moctezuma
y Narváez, más la falta de comida por parte de los mexicas a los soldados del mismo Cortes,
pero sus capitanes le hicieron entrar en razón. Para su mala suerte le llegarían noticas de un
soldado, herido y proveniente del poblado de Tacuba, las nuevas consistían en la captura
una de las tres grandes calzadas. Al oír esto la moral española bajo, pero ¿Por qué?, la
bien entendido teníamos, los que solíamos batallar con los indios, la mucha multitud que de ellos se
suelen juntar, y que por bien que peleásemos, y aunque más soldados trajésemos ahora que habíamos de
pasar gran riesgo de nuestras vidas y hambres y trabajos especialmente estando en tan fuerte ciudad. 11
De toda la temporalidad analizada, este momento es crucial, pues aquí Bernal hablando por
sus compañeros, que en plena conciencia tienen los riesgos a los que se enfrentan, en especial
sus compañeros de armas que vienen al mando de Cortes desde Cuba, no logran ver muchas
esperanzas y menos con los refuerzos conseguidos de Narváez. Entiéndase por esta cita, que
los españoles tienen grande conciencia de los hombres a los que se enfrentan, más aparte de
9
Óp. Cit, Alfredo Chavero, pág. 35
10
Ibidem, Alfredo Chavero, pág. 35.
11
Óp. Cit. Bernal Díaz del Castillo, pág. 248.
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visitantes en eta ciudad, pues como le habían contado a Cortes la calzada había sido destruida,
esta era la más cercana a tierra firme, por ende su salida conveniente.
Cortes quiso asegurar la información que este soldado le decía, por lo que mando al
capitán Diego de Ordaz con cuatrocientos hombres (en su mayoría escopeteros y ballesteros),
pero a sorpresa del capitán, los mexicas les emboscaron a media calle “le salen tantos
escuadrones de guerra, y otros muchos que estaban en las azoteas12” por lo cual no tuvieron
más que replegarse al cuartel dejando atrás a diez y nueve españoles muertos, mientras los
con tantas flechas y piedras como les era posible, hiriendo a cuarenta y seis soldados,
Esta emboscada deja al descubierto un tipo de guerra, que hoy podríamos interpretar
de güerillas, pero con una variante importante pues toda la población atacaba a los españoles
y aliados que estaban atrincherados dejándose ir en masa contra estos y su desgastado cuartel.
Otra característica importante denota la persistencia de los ataques con armas arrojadizas
pues aprovechado las brechas abiertas en los muros y las características arquitectónicas del
tomado palacio de Axayácatl, podían herir a cualquier persona resguardada cerca del patio
central. Cuando los soldados de Ordaz se encontraban en el cuartel, los soldados mexicas no
dejaban de atacar cuerpo a cuerpo en contra de las brechas y puertas n algunos casos estas
hordas llegaban a prender fuego en contra de los españoles, su fin tratar de quemarlos vivos,
aunque la respuesta fue arrojar tierra al fuego y a todo aquel elemento que se pudiera quemar,
logrando asfixiar el fuego. Bernal confiesa que estas arremetidas escaramuzas a puertas del
12
Óp. Cit., Bernal Díaz del Castillo, Pág. 248.
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cuartel se dieron de día y de noche, los escuadrones mexicas “tiraban varas y piedras y flechas
a bulto y piedra perdida13” peligrosa situación en que se encontraban los hispanos, generada
Bernal asegura que estos ataques se mantuvieron constantes, aunque, el orgullo del
militar hispano logro inspirar a los soldados a salir todos los soldados a pelear y demostrar
mermaba los esfuerzos de estos, lográndoles reconocer la superioridad mexicana, por lo cual
se recurrió a pedir las paces para salir de la ciudad, aunque al hablar Moctezuma desde una
azotea para pedir que cesasen las guerras, este fue apedreado por creer, los mexicas, que
Junio de 1520, “cuando viésemos que los escuadrones de guerreros estaban más descuidados
[…] habíamos de salir e ir aquella noche a las puentes, y como hacía y había niebla y
lloviznaba”14, los problemas parecían no acabarse pues, gracias a la alerta de una anciana el
lago y el puente por el que cruzaban los españoles se llenó de guerreros lo que culmino en
una masacre, enemigos muertos, tanto españoles como mexicas y sus aliados. En este
momento es muy importante reconocer la rapidez con que, según Bernal, respondieron los
mexicas ante este intento de huida, pues entre ellos se “suenan voces y cornetas y gritas y
13
Ibidem, Bernal Díaz del Castillo, Pág. 249.
14
Ibidem, Bernal Díaz del Castillo, Pág. 354
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silbidos de los mexicanos y decían en su lengua a los de tlatelulco: “Salid presto con vuestras
canoas, que se van los teules y tajadlos que no quede ninguno con vida”15.
Esta empresa terminaría con grandes bajas para los soldados hispanos, el 1 de Julio de
1520, así como la perdida de grandes cantidades de oro, entre estas piezas las dedicadas a
formar parte del diezmo real. Hasta la perdida de “escopetas y ballestas todas quedaban en el
puente, y siendo de noche”, gracias a estas desgracias los españoles acordaron salir lo antes
sino que también estuvieron alerta con sus movimientos y eran constantes n los ataques, más
no dejaron nunca que estos saliera bien librados de esta ciudad, por lo cual habían llegado
La Batalla de Otumba
Los destrozados españoles no solo serían diezmados en su salida de Tenochtitlan, sino que,
se les daría caza a lo largo de su camino hacia Tlaxcala, donde estarían a salvo entre sus
aliados Tlaxcaltecas, entre el cobijo de las estrellas y el calor del sol se recorrían a marchas
forzadas y con los mexicas junto a sus aliados atacando y matando constantemente con
piedras y palos. Desde el amanecer, la sangre se esfumaba entre las aguas del lago, mientras
las calzadas se hallaban encharcadas en sangre y cuerpos, por lo que se dice que Cortes
lloraría ante la pérdida de sus aliados y del oro que habían guardado para el quinto real, se
dio a la fuga hacia Tlaxcala, donde constantemente tuvo arremetidas de sus aliados peleando
15
Ibiedem, Bernal Díaz del Castillo, Pág. 256
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“hasta llegar a un cerro alto, donde estaba una torre y templo”16 donde la mataron a gran cantidad
de aliados y españoles, pero lograron resguardarse entre los muros del templo.
pues ya todos sus aliados estaban en condiciones pésimas y se debía a las heridas sufridas en
sus veinticuatro caballos y se sentían cansados y hambrientos por la continua casería que les
tenían encima y el poco o nulo descanso que alcanzaron, hasta la llegada de aquel templo que
fortalecieron para poder a duras penas beber algo y sin más curar sus heridas. A media noche
partirían con guía a Tlaxcala por sus aliados. Cortes en una última formación se trasladó con
vanguardia y retaguardia.
Tras una incesante persecución con perpetuos descansos, el día 7 de Julio de 1520 las
diezmadas fuerzas españolas muy de mañana cerca de un llano, buscando tomar el camino a
Tlaxcala, del que habían sido desviados en una escaramuza anterior, pero después de caminar
legua y media en camino seguro se toparon con gran cantidad de escuadrones de indios
tendidos “los cuales daban espantosos alaridos y saltos, blandiendo las macanas y arrojando
muchas varas y piedras”17, aunque la respuesta española fue romper con caballería de a cinco
en cinco las filas de escuadrones que atacaban en su contra, “no parasen a lancear, sino
[llevando] las lanzas por los rostros hasta romper sus escuadrones”18. Si nos detenemos a
analizar esto, los mexicas aguardaban a los soldados españoles y Tlaxcaltecas después de
emboscada debía de haber tenido como finalidad acabar en medida de lo posible con la
16
Óp cit, Francisco López de Gómara, Pág. 211.
17
Lienzo de Tlaxcala, Pág 50.
18
Óp. Cit, Bernal Díaz, Pág. 259.
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mayoría de estos hombres tomando prisioneros y por ende, tratando de vengar la muerte de
¡Oh que cosa era de ver esta tan temerosa y rota batalla; cómo andábamos tan revueltos con ellos, pie
con pie, y qué cuchilladas y estocadas les dábamos, y con qué furia los perros peleaban, y qué herir y
matar hacían en nosotros con sus lanzas y macanas y espadas de dos manos, y los de a caballo, cómo era
el campo llano, cómo lanceaban a su placer entrando y saliendo, y aunque estaban heridos ellos y sus
caballos, no dejaban de batallar muy como varones esforzados! 19
La batalla sería muy reñida, por lo que el conocimiento sobre las costumbres guerreras de los
posiblemente habrían perdido, debido a su condición física y moral por las continuas
arremetidas que tuvieron en su contra estos españoles, pues Cortes mientras se dedicaba a
romper los escuadrones enemigos con los hombres de a caballo; daría la orden de concentrar
sus esfuerzos; estocadas, tiros y lanzas fuese en contra de los principales hombres de guerra,
podría decirse que matasen a los comandantes y capitanes, pues estos eran fácilmente
hombres, más sus armaduras, como describe El Conquistador Anónimo, son “de diversos
colores, que hacen de muy buena vista20” y de igual forma menciona que estos hombres
portan: “la bandera en su asta, de tal manera atada en la espalda, que no le molesta nada para
Esta pequeña ventaja, bien encaminada, llevo a un encuentro heroico entre Héctor y
Aquiles, pues Cortes se topó junto con los hombres de a caballo al capitán general de los
mexicanos y a otros tantos nobles que le rodeaban, de inmediato le identifico por “su bandera
19
Ibidem, Bernal Díaz, Pág. 259.
20
Joaquín García Icazbalceta, Conquistador anónimo, Pág 3.
21
ibidem, Joaquín García Icazbalceta, Pág. 2.
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tendida, con ricas armas de oro y grandes penachos de argentería”22. Dándole carga de
caballería sobre estos desprevenidos hombres separándoles, por lo cual el mando principal
de los mexicanos seria seguido por Juan de Salamanca, el cual le daría muerte con su lanza
y se apodero del tocado de plumas y del estandarte de guerra, gracias a esto los combatientes
mexicanos perdieron las ganas de batallar y terminaron dándose la retirada dejando que los
españoles y sus aliados llegasen a Tlaxcala, donde finalmente se darían reposo y planearía su
conquista.
-Conclusión
Retornando a estos precisos momentos históricos, gracias a las fuentes podemos concluir
sobre las percepciones militares mexicanas por parte del ojo español dos características muy
importantes:
estrategia principal consiste en arremeter constantemente con armas de largo alcance, como
son; dardos, flechas, piedras, y donde el combate cuerpo a cuerpo es rudo, fluido y con arto
estruendo por los gritos y silbidos rituales. En Bernal es muy recurrente, durante las batallas
antes tratadas que los mexicanos le den lugar al factor psicológico en la guerra y en sus
comparación con la organización que traían lo españoles de su unidad favorita; Los Tercios
Españoles.
22
Óp. Cit, Bernal Díaz, Pág. 259.
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de Axayácatl, que la ciudad misma, tenia características defensivas que les daba la ventaja
de los naturales de la misma para arremeter en contra de los posibles invasores, pues como
se ha explicado; podían ser emboscados a media calle sin avanzar mucho ya sea por las
alarmas sonoras que se daban como por las características de la traza urbana mexica. Cabe
resaltar que estas características les darían enormes problemas a los españoles durante el
Finalmente podemos concluir que; los españoles desde la perspectiva de Bernal Díaz,
veían con admiractimar, al contrario los tenían en cuidado por ser primeramente inferiores,
los españoles en comparación con los indios y en segunda por serles buenos guerreros que
ya sin superstición divina les atacaban y mataban como a cualquier hombre al que se hubieran
enfrentado. Por lo tanto, los españoles veían en los mexicanos dignos oponentes que fueron
para ellos más que una piedra en la calza, sino que un digno rival que hubiera sido mucho
mejor aliado que enemigo, pero finalmente arremetieron contra ellos por no dejarles opción.
-Referencias:
-Biografía.
bibliografía por Jorge Gurria Lacroix; Actualización, cronología y bibliografía por Mirla
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Cibergrafia:
Universal, http://www.biblioteca.org.ar/libros/154048.pdf
mese@unam.mx
yaldamariana@gmail.com
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