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La atropina tópica es un medicamento utilizado para dilatar la pupila, así como para
paralizar temporalmente la acomodación y relajar por completo el mecanismo de
enfoque de los ojos.
La atropina no se usa para los exámenes corrientes de dilatación de los ojos
porque sus acciones son duraderas y pueden tardar hasta una semana o más en
desaparecer. El efecto de las gotas dilatadoras, aquellas que el doctor de la visión
utiliza durante el examen de la vista, suele desaparecer en un par de horas.
Dado que las investigaciones indican que la miopía en niños puede estar vinculada
al esfuerzo acomodativo, los investigadores han considerado el uso de atropina
para desactivar el mecanismo de enfoque del ojo para controlar la miopía.
Y los resultados de los estudios de gotas para los ojos de atropina para controlar la
progresión de la miopía han sido impresionantes —al menos durante el primer año
de tratamiento. Cuatro estudios a corto plazo publicados entre 1989 y 2010
concluyeron que la atropina produce una reducción media del 81 % de la
progresión de la miopía en niños miopes.
Ortoqueratología
La ortoqueratología es una técnica mediante la cual se usan lentes de contacto
permeables al gas especialmente diseñados durante las horas de sueño en la
noche, que corrigen temporalmente la miopía y otros problemas de visión, de
manera que no es necesario usar gafas ni lentes de contacto durante las horas en
que está despierto.
Algunos doctores de la visión utilizan los lentes orto-k (otro nombre para la
ortoqueratología) para controlar la progresión de la miopía en niños. La evidencia
sugiere que los niños miopes que se han sometido a la ortoqueratología durante
varios años llegan a la adultez con menos miopía en comparación con niños que
llevan gafas o lentes de contacto regulares durante los años propicios para la
progresión de la miopía.
Al final del estudio, los niños del grupo que usaba gafas tuvieron un incremento
significativamente mayor en el promedio de la longitud axial de los ojos en
comparación con los niños que usaban los lentes de contacto orto-k. Los autores
del estudio concluyeron que la ortoqueratología durante la noche suprimió el
alargamiento de los ojos de los niños en este estudio, y que el estudio sugiere que
los lentes orto-k podrían retardar la progresión de miopía en comparación con el
uso de gafas.
de control de la miopía, puede ser que en el futuro menos niños necesiten lentes para la miopía.
Los niños que usaron los lentes orto-k tuvieron un aumento más lento de la longitud
axial de sus ojos en un 43 %, en comparación con los niños que usaron gafas.
Además, los niños más pequeños a los que les ajustaron los lentes de contacto
permeables al gas para moldear la córnea tuvieron una mayor reducción de la
progresión de la miopía que los niños mayores.
Asimismo, el experto en control de la miopía, Jeffrey J. Walline, OD, PhD, de la
Escuela de Optometría de la Universidad Estatal de Ohio (EE. UU.), señaló en su
análisis del estudio publicado en el mismo número de Investigative Ophthalmology
& Visual Science, (Oftalmología Investigativa y Ciencias Visuales) que el beneficio
del retraso en la progresión de la miopía como resultado del uso de los lentes de
contacto para moldear la córnea se prolongó más allá del primer año de tratamiento
de la miopía.
Aunque este estudio no incluyó un grupo control (que no recibió tratamiento para
controlar la miopía), los autores del estudio mencionaron que en estudios similares,
la progresión de la miopía en niños que usaron lentes orto-k para el control de la
miopía fue aproximadamente la mitad, en comparación con aquellos que no
recibieron tratamiento para el control de la miopía durante un período de dos años.
Los participantes tenían entre 7 y 14 años al comienzo del estudio, y tenían entre
-0.75 a -3.50 dioptrías (D) de miopía, con no más de 0.50 D de astigmatismo. Un
total de 65 niños usaron los lentes de contacto multifocales experimentales, y 50
niños usaron gafas. Después de seis meses, los niños que usaron los lentes de
contacto multifocales tuvieron un 54 % menos progresión de la miopía en
comparación con los niños que usaron gafas.
Los niños que participaron en el estudio estaban entre las edades de 8 a 11 años y
tenían entre -1.00 D y -6.00 D de miopía en el momento de la inscripción.
Los autores del estudio concluyeron que tanto los resultados de este estudio de
control de la miopía como los anteriores estudios indican la necesidad de un
ensayo clínico aleatorizado a largo plazo para investigar más a fondo el potencial
de los lentes de contacto blandos multifocales para controlar la progresión de la
miopía en niños, y reducir así los riesgos asociados con la alta miopía.
Gafas multifocales
Las gafas multifocales también se han probado para el control de la miopía en
niños, pero los resultados han sido menos impresionantes que los producidos con
los lentes de contacto multifocales.
Una serie de estudios publicados entre 2000 y 2011 concluyeron que usar gafas
multifocales no proporciona una reducción significativa en la progresión de la
miopía en la mayoría de los niños.
Incluso si su hijo no se queja de problemas de visión (los niños miopes suelen ser
excelentes estudiantes y no se quejan de problemas de visión cuando leen o hacen
otras tareas escolares), es importante programar un examen de la vista de rutina
antes de entrar al preescolar.
Algunos de estos programas de ejercicios para los ojos recomiendan que consulte
con el doctor de la visión para que le haga una prescripción de gafas que
intencionadamente subcorrija la miopía al usarlas todo el tiempo como tratamiento
de apoyo a la realización de los ejercicios. La afirmación es que los ejercicios y la
subcorrección de la miopía reducirán la vista corta, por lo que necesitará menos
corrección de la visión a medida que pasa el tiempo.
Vale la pena señalar que las investigaciones han demostrado que la subcorrección
de la miopía es ineficaz para retardar la progresión de la miopía y, de hecho, puede
aumentar el riesgo de que empeore. Asimismo, la subcorrección intencional de la
miopía ocasiona visión borrosa de lejos, lo que puede poner a su hijo en una
situación de desventaja en el aula o en los deportes, y afectar su seguridad.