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CARACTERÍSTICAS DE LAS NEOPLASIAS BENIGNAS Y MALIGNAS

Los tumores benignos y malignos se diferencias por una serie de rasgos


morfológicos histológicos y anatómicos.
Neoplasias benignas:
- Crecimiento lento (meses o años) y expansivo.
- Tumores redondeados, a veces capsulados, bien delimitados. Pueden ser
extirpados quirúrgicamente por completo, sin que vuelvan a aparecer, no
existe recidiva.
- Células típicas del tejido en que se originan, (células muy bien
diferenciadas).
- Mitosis escasas o ausentes.
Tumores malignos:
- Crecimiento rápido: (semanas a meses), puede haber mitosis
abundantes; necrosis, por crecimiento discordante entre parénquima y
estroma. En las neoplasias malignas de superficies cutáneas o mucosas
la necrosis da origen a úlceras (tumores ulcerados).
- Crecimiento infiltrativo e invasor, destructor. Además, son mal
delimitados, irregulares según la resistencia relativa de los diversos
tejidos a la invasión: el tejido conectivo laxo y el lumen de pequeños vasos
linfáticos ofrecen poca resistencia a la invasión; las paredes arteriales, el
hueso y el cartílago ofrecen mayor resistencia, pero pueden también ser
invadidos.

DIFERENCIACIÓN Y ANAPLASIA
La diferenciación es la magnitud en que las células parenquimatosas
neoplásicas se asemejan a las del parénquima sano. En contraste con la
anaplasia que es la falta de diferenciación.
Anaplasia significa “formar hacia atrás” hacia un parénquima más primitivo; es
la falta de diferenciación, distintivo de las neoplasias malignas poco
diferenciadas. La falta de diferenciación, o anaplasia, suele asociarse a muchas
otras alteraciones morfológicas como:
- Pleomorfismo es decir, una variación en su tamaño y forma la cual las
células cancerosas exhiben muy a menudo, desde células pequeñas
hasta células tumorales gigantes, Algunas células tumorales gigantes solo
tienen un núcleo polimorfo enorme, mientras que otras presentan dos o
más núcleos hipercromáticos grandes.
- Morfología nuclear anómala. Núcleos desproporcionadamente grandes,
la forma nuclear varía y a menudo es irregular, cromatina adquiere
aspecto tosco y se distribuye a lo largo de la membrana nuclear y es
hipercromático (presenta una tinción más oscura de lo habitual, frecuencia
de nucléolos anormalmente grandes.
- Mitosis. Las mitosis señalan el crecimiento celular rápido. Por eso, suelen
observarse células con mitosis en los tejidos que se renuevan con rapidez,
como el epitelio del tubo digestivo, y en proliferaciones no neoplásicas,
como las hiperplasias. Un rasgo morfológico que denota mejor la
malignidad son las figuras mitóticas atípicas y grotescas, en ocasiones
con husos tripolares, tetrapolares o multipolares.
- Pérdida de la polaridad: Las láminas o grandes masas de células
tumorales crecen de forma anárquica y desorganizada.
- Otros cambios: Las células tumorales que crecen necesitan, como es
lógico, un aporte sanguíneo y, a menudo, no basta con el estroma
vascular; por eso, se observan grandes zonas centrales de necrosis
isquémica en muchos tumores malignos de crecimiento rápido.

Metaplasia y displasia
La metaplasia es la sustitución de un tipo de célula por otro y encuentra asociada
casi siempre a daño, reparación y regeneración del tejido.
La displasia que significa literalmente “crecimiento desordenado” se da
principalmente en los epitelios y se caracteriza por una constelación de
alteraciones, como pérdida de la uniformidad de cada célula y desorientación
arquitectónica. Si la alteración displásica es intensa y afecta a todo el espesor
del epitelio, pero la lesión no penetra la membrana basal, se habla de neoplasia
preinvasiva o de carcinoma in situ. Una vez que las células tumorales rompen la
membrana basal, se habla de tumor invasivo o infiltrante; displasia se considera
una lesión precursora de la transformación maligna, no siempre evoluciona hacia
el cáncer.

Invasión local
El crecimiento del cáncer se acompaña de una infiltración, invasión y destrucción
progresivas del tejido circundante, mientras que casi todos los tumores benignos
crecen en forma de masas expansivas y cohesionadas que se mantienen en su
lugar de origen y carecen de la capacidad para infiltrar, invadir o metastatizar.
Metástasis
La metástasis se define como la propagación del tumor a sitios físicamente
alejados del tumor primario y marca, de un modo inequívoco, dicho tumor como
maligno, ya que, por definición, una neoplasia benigna no metastatiza.
Vías de propagación
El cáncer puede diseminarse por cualquiera de estas tres vías:
a. Siembra directa de cavidades o superficies corporales: La siembra de
cavidades y superficies corporales ocurre cada vez que una neoplasia
maligna penetra en un «campo abierto» natural sin barreras físicas.
b. Siembra linfática: El transporte por los vasos linfáticos es la vía más
habitual de diseminación inicial de los carcinomas pues un tejido sensible
a invasión.
c. Siembra hematógena: es característica de los sarcomas, pero se da
también en los carcinomas. Las arterias, de paredes más gruesas, son
penetradas con menos facilidad que las venas.

EPIDEMIOLOGIA

Una variedad de factores predisponentes a un individuo o a una población al


desarrollo del cáncer. Los canceres de próstata, pulmón, colon son los canceres
más comunes en varones, en mujeres son los de mama, pulmón y colon.

Factores geográficos y medioambientales.


Los factores medioambientales influyen de modo significativo sobre la frecuencia
de formas específicas de cáncer en las diferentes partes del mundo. Por ejemplo
la tasa de mortalidad de cáncer gástrico es aproximadamente siete veces mayor
en Japón que en Estados Unidos. A la inversa el carcinoma de colon es mucho
menos frecuente como causa de muerte en Japón.

Edad
El cáncer es más habitual en las personas mayores de 55 años de edad, y es la
causa principal de muerte en mujeres con edades comprendidas entre los 40 y
79 años, y en los hombres de 60 a 79 años. No obstante, ciertas neoplasias son
particularmente comunes en niños menores de 15 años de edad:
- Tumores del sistema hematopoyético (leucemias y linfomas).
- Neuroblastomas
- Tumor de Wilms
- Retinoblastomas
- Sarcomas del hueso y del musculo esquelético.

Predisposición genética al cáncer


La herencia desempeña un papel en el desarrollo del cáncer, incluso en
presencia de factores medioambientales claramente definidos. No obstante,
menos del 10% de los pacientes con cáncer tienen mutaciones heredadas que
predisponen a un tumor maligno: la frecuencia es aún menor (0.1%) en ciertas
neoplasias. A pesar de la baja frecuencia, la comprensión de los aspectos
hereditarios del cáncer ha tenido una repercusión importante en la comprensión
de la patogenia de las neoplasias; además, los genes heredables también
desempeñan con frecuencia un papel en los tumores esporádicos más
habituales.
Afecciones predisponentes no hereditarias
Ciertos trastornos clínicos se asocian con un mayor riesgo de desarrollo de
neoplasias (ej. Cirrosis hepática, carcinoma patocelular, o colitis ulcerosa y
cáncer
de colon).
Inflamación crónica y cáncer
Las reacciones inflamatorias crónicas pueden causar una producción local
continua de citocinas que pueden estimular el crecimiento de las células
transformadas o promover directamente la inestabilidad genómica por la
producción de radicales libres de oxígeno. La inflamación también puede
aumentar el depósito local de las células madre, que pueden ser sometidas a los
efectos de muta génicos.
Procesos preneoplásicos
Aunque en la mayoría de estas lesiones no se produce una formación maligna,
ciertos procesos no neoplásicos (Lecoplaquia de la mucosa oral) tienen una
asociación bien definida con el cáncer. Ciertos tumores benignos se asocian
también con el posterior desarrollo de una neoplasia. Aunque es infrecuente el
desarrollo de neoplasias en tumores benignos, hay algunas excepciones (ej. Los
adenomas vellosos del colon se transforman en cáncer). La mayoría de los
tumores malignos, no obstante, se originan de novó

CANCER en el PERÚ
De acuerdo a las estimaciones realizadas por la Agencia Internacional de
Investigación en Cáncer (IARC) y publicadas en el GLOBOCAN9 del año 2008,
se estima que la incidencia acumulada de cáncer en nuestro país es de 157.1
casos por 100 000 habitantes, siendo esta notablemente más alta en mujeres
que en varones (174.9 por 100 000 versus 140.9 por 100 000); si estas cifras son
proyectadas a la población peruana de aproximadamente 30 millones de
habitantes, se tiene que cada año se diagnostican más de 45000 casos nuevos
de cáncer. Los datos del Registro Poblacional de Cáncer de Lima Metropolitana
permiten estimar que para el año 2011 se diagnosticarían en Lima Metropolitana
un total de 34 000 casos nuevos de cáncer; asimismo, si a estos datos se
incluyen los del Registro de Cáncer Poblacional de Arequipa y los del Registro
de Cáncer de Base Poblacional de Trujillo se estima que para el año 2015, se
diagnosticarían 46 264 casos nuevos a nivel nacional. Los datos del Registro de
Cáncer Poblacional de Arequipa, encuentran para el período 2004-2007 una
incidencia acumulada de 228 casos por 100 000 habitantes (Incluyendo el cáncer
de piel no melanoma) observándose nuevamente una mayor incidencia en el
sexo femenino en comparación con el masculino (269.0 por 100 000 versus
183.1 por 100 000 respectivamente). Asimismo, los datos del Registro de Cáncer
de Base Poblacional de Trujillo publicados en el documento “Cancer incidence
in five continents”, encuentran una incidencia de cáncer de 159.8 casos por 100
000 en varones y de 190.3 casos por 100 000 en mujeres (Sin incluir al cáncer
de piel no melanoma). Esta situación de tasas de incidencia más altas en
mujeres que en hombres constituye una situación distinta de la reportada a nivel
mundial y en la región.
Para el período comprendido entre enero y diciembre de 2017, se registró 10
650 casos de cáncer; de los cuales, 7 537 correspondieron a casos nuevos (70,8
%), los casos procedían de 47 establecimientos notificantes a nivel nacional
(Tabla 1). Al momento del diagnóstico, el 66,0 % de los casos correspondieron
al sexo femenino (Razón mujer/varón de 1,9:1). La mayor frecuencia de casos
en el sexo masculino se concentra entre los 60 y 79 años (50,6 %); mientras que,
en el sexo femenino la mayor frecuencia se concentra entre los 45 y 69 años
(51,0 %).
Los tipos de cáncer más frecuentes independiente del sexo fueron los de cérvix
(20,9 %), estómago (11,1 %) y piel (10,4 %). En el sexo masculino, los tipos de
cáncer más frecuentes fueron los de estómago (18,2 %), piel (14,0 %) y próstata
(13,9 %); mientras que, en el sexo femenino, predominaron los de cérvix (31,6
%), mama (14,3 %) y piel (8,6 %), respectivamente.

REFERENCIAS
1. Valencia Mayoral P, Ancer Rodrig ́ uez J. Patologia
́ . 6th ed. México:
McGrawHillEducation; 2014. Disponible en
https://accessmedicina.mhmedical.com/book.aspx?bookid=1493
2. Herrera-Gómez Á, Ñamendys-Silva S, Meneses-García A. Manual de
Oncología: procedimientos medico-quirurgicos. 6th ed. McGraw Hill;
2016. Disponible en
https://accessmedicina.mhmedical.com/book.aspx?bookid=2306
3. Dirección General de Epidemiología. Análisis de la situación del cáncer
en el Perú 2013 [Internet]. MINSA; 2013 [cited 6 October 2019]. Available
from: http://bvs.minsa.gob.pe/local/MINSA/2741.pdf
4. Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de
Enfermedades. BOLETÍN EPIDEMIOLÓGICO DEL PERÚ Semana
Epidemiológica VOLUMEN 27 - SE 31 [Internet]. MINSA; 2018 [cited 6
October 2019]. Available from:
https://www.dge.gob.pe/portal/docs/vigilancia/boletines/2018/31.pdf

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