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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUMBES

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA DE MEDICINA HUMANA

TEMA:
Descripción de las regiones de la cara: Nariz, Boca, Región Orbitaria y Oído.
CURSO:
Anatomía Humana I
DOCENTE:

Dr. Andy Jimmy Valencia Cruz

INTEGRANTES:

Aguayo Preciado Ramiro Israel


Apaestegui Hernandez Gerson Efrain
Arredondo Reto, María Narcisa
Castromonte Izquierdo Cristian Junior
Echeverre Alemán, Fiorela Alexandra
Padilla Espinosa Andersson Jhair
Rivera Troncos Darwin Duberly
Villavicencio Boyer, Heidy Lisbeth
Zapata Maza, Nicole Grimanesa
Stefany, Alvarado Zarate

Fecha De Entrega: 15/09/2019


TUMBES
I. ÍNDICE

I. ÍNDICE .........................................................................................................................
II. INTRODUCCIÓN: .........................................................................................................
III. CONTENIDO TEÓRICO: ..........................................................................................
1. NARÍZ .......................................................................................................................
1.2. SENOS FRONTALES ........................................................................................
1.3. CELDILLAS ETMOIDALES ................................................................................
1.4. SENOS ESFENOIDALES ..................................................................................
1.5. SENOS MAXILARES .........................................................................................
2. BOCA .......................................................................................................................................
2.1. CAVIDAD BUCAL ..............................................................................................
2.2. LABIOS, MEJILLAS Y ENCÍAS: .........................................................................
2.3. DIENTES………………………………………………………………………………
2.4. PALADAR…………………………………………………………………………….
2.5. LENGUA……………………………………………………………………………...
2.6. GLÁNDULAS SALIVARES…………………………………………………………
2.7. GLÁNDULAS SUBMANDIBULARES……………………………………………..
2.8. GLANDULAS SUBLINGUALES…………………………………………………...
3. OJO, ÓRBITA, REGIÓN ORBITARIA Y GLOBO OCULAR ..........................................
3.1. ÓRBITAS ...........................................................................................................
3.2. PÁRPADOS Y APARATO LAGRIMAL ...............................................................
3.3. GLOBO OCULAR…………………………………………………………………….
3.4. MÚSCULOS EXTRÍNSECOS DEL GLOBO OCULAR…………………………...
3.5. INERVACIÓN DE LA ÓRBITA………………………………………………………
3.6. VASCULARIZACIÓN DE LA ÓRBITA……………………………………………..
3.7. ANATOMÍA DE SUPERFICIE DEL OJO Y APARATO LAGRIMAL…………....
4. OÍDO ……………………………………………………………………………………….
4.1. OÍDO EXTERNO…………………………………………………………………….
4.2. OÍDO MEDIO………………………………………………………………………...
4.3. OÍDO INTERNO……………………………………………………………………..
V. CONCLUSIÓN:.......................................................................................................................
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VI. REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA: ...........................................................................................
VII. ANEXOS ..................................................................................................................................

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II. INTRODUCCIÓN:
La cara o rostro representa una región que abarca desde las cejas hasta la barbilla;
los músculos que la conforman permiten la transmisión de las emociones de los
individuos. Incluye las cejas, los ojos, la nariz, las mejillas, los labios, la boca y el
mentón; las partes blandas y las inserciones musculares forman distintos pliegues.
Asimismo, la apariencia facial depende de los elementos óseos y musculares.
Existen alrededor de 30 pares de músculos que cumplen distintas funciones. Del
mismo modo, existen huesos superficiales y otros que forman las distintas
cavidades de la región.
La cara está delimitada anteriormente y hacia arriba por la unión frontal al punto
supraorbitario u ofrión; lateralmente y a ambos lados, por una línea que pasa dorsal
a la articulación temporomandibular, borde posterior de la rama mandibular, hasta
el ángulo mandibular o gonión; inferiormente, por la base de la mandíbula hasta el
punto inferior mentoniano o gnatión.
En sentido profundo, el viscerocráneo conforma las órbitas y las cavidades nasal y
oral. La forma de la cara y sus variantes dependen de los huesos del viscerocráneo
y los componentes anatómicos topográficamente dispuestos.
III. CONTENIDO TEÓRICO:

1. NARÍZ
La nariz es la parte del tracto respiratorio superior al paladar duro y contiene el
órgano periférico del olfato. Incluye la nariz propiamente dicha y la cavidad nasal,
que está dividida en cavidades derecha a izquierda por el tabique nasal.
Las funciones de la nariz son la olfacción, la respiración, la filtración del polvo, la
humidificación del aire inspirado, y la recepción y la eliminación de las secreciones
procedentes de los senos paranasales y los conductos nasolagrimales. (1)
1.1.1. Nariz propiamente dicha
La nariz propiamente dicha es la porción visible que sobresale de la cara; su
esqueleto es en gran parte cartilaginoso. La nariz varía considerablemente de
tamaño y forma, debido sobre todo a diferencias en los cartílagos. El dorso de la
nariz se extiende desde la raíz de la nariz hasta el vértice (punta). La superficie
inferior de la nariz está atravesada por dos aberturas piriformes, las narinas (orificios
nasales, orificios nasales anteriores), que están limitadas lateralmente por las alas
de la nariz. La parte ósea superior de la nariz, incluida su raíz, está cubierta por piel
delgada. (Anexo 1) (1)
1.1.2. Esqueleto de la Nariz
El esqueleto de soporte de la nariz se compone de hueso y cartílago hialino. La
porción ósea de la nariz consiste en los huesos nasales, los procesos frontales de
los maxilares, la porción nasal del hueso frontal y su espina nasal, y las porciones
óseas del tabique nasal. La porción cartilaginosa de la nariz está compuesta por
cinco cartílagos principales: dos laterales, dos alares y un cartílago del tabique
nasal. Los cartílagos alares, en forma de U, son libres y móviles; dilatan o contraen
las narinas cuando se contraen los músculos que actúan sobre la nariz. (Anexo 2)
(1)

1.1.3. Tabique Nasal


El tabique nasal divide la nariz en dos cavidades nasales. El tabique posee una
parte ósea y un parte cartilatinosa, blanda y móvil.
Los principales componentes del tabique nasal son la lámina perpendicular del
etmoides, el vómer y el cartílago del tabique. La delgada lámina perpendicular del
hueso etmoides, que constituye la parte superior del tabique nasal, desciende desde
la lámina cribosa y se continúa, superiormente a esta lámina, con la crista galli. El
vómer, un hueso delgado y plano, forma la porción posteroinferior del tabique nasal,
con una cierta contribución de las crestas nasales de los huesos maxilar y palatino.
El cartílago del tabique posee una articulación tipo esquindilesis (ranuradiente) con
los bordes del tabique óseo. (Anexo 3) (1)
1.1.4. Fosas Nasales o Cavidades Nasales.
El término cavidad nasal se refiere a la totalidad o a sus mitades derecha o
izquierda, según el contexto. Las cavidades nasales tienen su entrada
anteriormente a través de las narinas, y posteriormente se abren en la nasofaringe
por las coanas.
La mucosa tapiza las cavidades nasales, excepto el vestíbulo nasal, que está
recubierto de piel. La mucosa nasal está firmemente unida al periostio y al
pericondrio de los huesos y cartílagos de soporte de la nariz. La mucosa se continúa
con el revestimiento de todas las cámaras con que se comunican las cavidades
nasales: la nasofaringe posteriormente, los senos paranasales superiormente y
lateralmente, y el saco lagrimal y la conjuntiva superiormente. Los dos tercios
inferiores de la mucosa nasal forman el área respiratoria, y el tercio superior la
olfatoria. (1)
1.1.5. Límites de las Cavidades Nasales
Las cavidades nasales tienen techo, suelo y paredes medial y lateral.
 El techo de las cavidades nasales es curvo y estrecho excepto en su extremo
posterior, donde está formado por el cuerpo hueco del esfenoides. Está
dividido en tres partes (frontonasal, etmoidal y esfenoidal), según los huesos
que las constituyen.
 El suelo de las cavidades nasales es más ancho que el techo y está formado
por los procesos palatinos del maxilar y las láminas horizontales del hueso
palatino.
 La pared medial de las cavidades nasales está formada por el tabique nasal.
 La pared lateral de las cavidades nasales es irregular debido a la presencia
de tres láminas óseas, las conchas o cornetes nasales, que se proyectan
inferiormente. (1)
1.1.6. Características de las Cavidades Nasales
Las conchas o cornetes nasales (superior, medio e inferior) se curvan
inferomedialmente y cuelgan a modo de cortinas cortas desde la pared lateral.
Las conchas o cornetes de muchos mamíferos (especialmente los corredores y los
que viven en ambientes extremos) se hallan muy enroscadas a modo de rollos que
ofrecen una superficie muy amplia para el intercambio de calor.
En la especie humana, con cornetes nasales simples a modo de láminas, y en los
animales con cornetes complejos, existe un receso o meato nasal (pasajes en la
cavidad nasal) bajo cada una de las formaciones óseas. Así pues, la cavidad nasal
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está dividida en cinco pasajes: un receso esfenoetmoidal situado
posterosuperiormente, tres meatos nasales (superior, medio e inferior) situados
lateralmente, y un meato nasal común localizado medialmente, en el cual se abren
los cuatro pasajes laterales. (1) (Anexo 4)

La concha o cornete inferior es el más largo y ancho de la concha, y está formado


por un hueso independiente homónimo (concha inferior) recubierto de una mucosa
que contiene grandes espacios vasculares que pueden agrandarse para controlar
el calibre de la cavidad nasal. (1)
Las conchas o cornetes medio y superior son procesos mediales del hueso
etmoides. (1)
El receso esfenoetmoidal, situado posterosuperiormente al cornete superior, recibe
la abertura del seno esfenoidal, una cavidad llena de aire en el cuerpo del
esfenoides. El meato nasal superior es un estrecho pasaje entre los cornetes
nasales superior y medio, en el cual se abren las celdillas etmoidales posteriores a
través de uno o más orificios (Anexo algo). El meato nasal medio es más largo y
profundo que el superior(1). (Anexo 5)
La parte anterosuperior de este pasaje conduce a una abertura en forma de
embudo, el infundíbulo etmoidal, a través del cual se comunica con el seno frontal.
El pasaje que conduce inferiormente desde cada seno frontal al infundíbulo es el
conducto frontonasal. (1)
El hiato semilunar es un surco semicircular en el cual desemboca el seno frontal. La
bulla etmoidal, una elevación redondeada localizada superiormente al hiato
semilunar, es visible cuando se extirpa el cornete nasal medio. La bulla está formada
por las celdillas etmoidales medias que constituyen los senos etmoidales. (1)
El meato nasal inferior es un pasaje horizontal, inferolateral al cornete nasal inferior.
El conducto nasolagrimal, que drena las lágrimas desde el saco lagrimal, se abre
en la parte anterior de este meato. El meato nasal común es la parte medial de la
cavidad nasal entre los cornetes y el tabique nasal, en el cual se abren los recesos
laterales y los meatos. (1)
1.1.7. Vascularización e Inervación de la Nariz
La irrigación arterial de las paredes medial y lateral de la cavidad nasal procede de
cinco fuentes:
1. Arteria etmoidal anterior (desde la arteria oftálmica).
2. Arteria etmoidal posterior (desde la arteria oftálmica).
3. Arteria esfenopalatina (desde la arteria maxilar).
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4. Arteria palatina mayor (desde la arteria maxilar).
5. Rama septal de la arteria labial superior (desde la arteria facial).
Las tres primeras arterias se dividen en ramas laterales y mediales (septales). La
arteria palatina mayor llega al tabique por el conducto incisivo, a través de la parte
anterior del paladar duro. En la parte anterior del tabique nasal existe un plexo (área
de Kiessel bach) donde se anastomosan las cinco arterias que irrigan el tabique. La
nariz también recibe sangre de las arterias enumeradas primera y quinta, así como
ramas nasales de la arteria infraorbitaria y ramas nasales laterales de la arteria facial
(Anexo 6). (1)
Un abundante plexo venoso submucoso, profundo a la mucosa nasal, proporciona
el drenaje venoso de la nariz de las venas esfenopalatina, facial y oftálmica. Este
plexo venoso es una parte importante del sistema termorregulador del organismo,
que intercambia calor y calienta el aire antes de que penetre en los pulmones. La
sangre venosa de la nariz drena principalmente en la vena facial, a través de las
venas angular y nasal lateral. Hay que recordar que esta zona pertenece al
«triángulo peligroso» de la cara, debido a las comunicaciones existentes con el seno
cavernoso (1)
En cuanto a la inervación, la mucosa nasal puede dividirse en las porciones
posteroinferior y anterosuperior mediante una línea oblicua que pasa
aproximadamente a través de la espina nasal anterior y el receso esfenoetmoidal
(Anexo 7). La inervación de la porción posteroinferior de la mucosa nasal corre a
cargo principalmente del nervio maxilar, mediante el nervio nasopalatino para el
tabique nasal, y los ramos nasales posteriores superiores laterales y nasales
inferiores laterales del nervio palatino mayor para la pared lateral. La inervación de
la porción anterosuperior proviene del nervio oftálmico (NC V1), mediante los
nervios etmoidales anterior y posterior, ramos del nervio nasociliar. La mayor parte
de la nariz (dorso y vértice) también recibe inervación del NC V1 (por vía del nervio
infratroclear y el ramo nasal externo del nervio etmoidal anterior), pero las alas de
la nariz la reciben de los ramos nasales del nervio infraorbitario (NC V2). (1)
1.1.8. Senos Paranasales
Los senos paranasales, llenos de aire, son extensiones de la porción respiratoria de
la cavidad nasal en los huesos frontal, etmoides, esfenoides y maxilar. Su
denominación corresponde a la de los huesos donde se alojan. Los senos continúan
invadiendo el hueso circundante, y es frecuente hallar extensiones importantes de
ellos en el cráneo de los individuos de edad avanzada (Anexo 8). (1)

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1.2. SENOS FRONTALES
Los senos frontales derecho e izquierdo se hallan entre las tablas externa e interna
del hueso frontal, posteriormente a los arcos superciliares y a la raíz de la nariz. Los
senos frontales suelen detectarse en los niños hacia los 7 años de edad. (1)
Cada seno frontal drena a través de un conducto frontonasal en el infundíbulo
etmoidal, que se abre en el hiato semilunar del meato nasal medio. Los senos
frontales están inervados por ramos de los nervios supraorbitarios (NC V1). (1)
Los dos senos frontales raras veces tienen el mismo tamaño, y el tabique que los
divide no suele estar situado totalmente en el plano medio. El tamaño de los senos
frontales varía desde unos 5 mm hasta grandes espacios que se extienden
lateralmente hacia las alas mayores del esfenoides. (1)
A menudo un seno frontal está dividido en dos partes: una parte vertical en la porción
escamosa del hueso frontal, y una parte horizontal en su porción orbitaria. Una o
ambas partes pueden ser grandes o pequeñas. (1)
Cuando la parte supraorbitaria es grande, su techo forma el suelo de la fosa craneal
anterior, y su suelo constituye el techo de la órbita. (1)
1.3. CELDILLAS ETMOIDALES
Las celdillas (senos) etmoidales son pequeñas invaginaciones de la mucosa de los
meatos nasales medio y superior en el hueso etmoides, entre la cavidad nasal y la
órbita. Las celdillas etmoidales no suelen verse en las radiografías simples antes de
los 2 años de edad, pero pueden reconocerse en las exploraciones por TC. (1)
Las celdillas etmoidales anteriores drenan directa o indirectamente en el meato
nasal medio, a través del infundíbulo etmoidal.
Las celdillas etmoidales medias se abren directamente en el meato medio y a veces
se denominan «celdillas bullares» debido a que forman la bulla etmoidal, una
protuberancia situada en el borde superior del hiato semilunar. Las celdillas
etmoidales posteriores se abren directamente en el meato superior. Las celdillas
etmoidales están inervadas por los ramos etmoidales anterior y posterior de los
nervios nasociliares (NC V1). (1)
1.4. SENOS ESFENOIDALES
Los senos esfenoidales están localizados en el cuerpo del esfenoides y pueden
extenderse a sus alas. Se hallan divididos desigualmente y separados por un
tabique óseo. Debido a esta extensa neumatización (formación de celdillas aéreas),
el cuerpo del esfenoides es frágil. (1)
Sólo hay unas delgadas láminas óseas de separación entre los senos y varias
estructuras importantes, como los nervios ópticos, el quiasma óptico, la hipófisis, las
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arterias carótidas internas y los senos cavernosos. Los senos esfenoidales derivan
de una celdilla etmoidal posterior que comienza a invadir el esfenoides hacia los 2
años de edad. En algunas personas, esta invasión corre a cargo de varias celdillas
etmoidales posteriores, lo que da lugar a la formación de múltiples senos
esfenoidales que se abren por separado en el receso esfenoetmoidal. (1)
Las arterias etmoidales posteriores, y los nervios homónimos que las acompañan,
irrigan e inervan, respectivamente, los senos esfenoidales. (1)
1.5. SENOS MAXILARES
Los senos maxilares son los senos paranasales de mayor tamaño. Ocupan el
cuerpo de los maxilares y comunican con el meato nasal medio.
• El vértice del seno maxilar se extiende hacia el hueso cigomático, y con frecuencia
se introduce en él.
• La base del seno maxilar forma la porción inferior de la pared lateral de la cavidad
nasal.
• El techo del seno maxilar está formado por el suelo de la órbita.
• El suelo del seno maxilar está formado por la porción alveolar del maxilar. Las
raíces de los dientes maxilares, particularmente las de los dos primeros molares, a
menudo producen elevaciones cónicas en el suelo del seno.
Cada seno maxilar drena por medio de una o más aberturas, el orificio del seno
maxilar (que puede ser múltiple), en el meato nasal medio de la cavidad nasal, a
través del hiato semilunar.
La irrigación arterial del seno maxilar procede principalmente de ramas alveolares
superiores de la arteria maxilar, aunque el suelo del seno recibe irrigación de ramas
de las arterias palatinas descendente y mayor. La inervación del seno maxilar
proviene de los nervios alveolares superiores anterior, medio y posterior, ramos del
nervio maxilar. (1)
2. REGIÓN BUCAL

La región bucal incluye la cavidad bucal, los dientes, las encías, la lengua, el paladar
y la región de las tonsilas palatinas. La cavidad bucal es donde se ingieren y
preparan los alimentos para su digestión en el estómago y el intestino delgado. La
masticación del alimento con los dientes y su mezcla con la saliva de las glándulas
salivares facilitan la formación de un bolo alimentario manejable. La deglución se
inicia voluntariamente en la cavidad bucal. En la fase voluntaria del proceso se
impulsa el bolo desde la cavidad bucal a la faringe, la porción expandida del sistema
digestivo (alimentario) donde tiene lugar la fase involuntaria (automática) de la
deglución.(1)

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2.1.1. CAVIDAD BUCAL
La cavidad bucal (boca) consta de dos partes: el vestíbulo bucal y la cavidad bucal
propiamente dicha.
En esta cavidad bucal es donde se paladean los alimentos y las bebidas, y donde
tienen lugar la masticación y la manipulación lingual de la comida. El vestíbulo bucal
es el espacio en forma de hendidura situado entre los dientes y las encías, por un
lado, y los labios y las mejillas por otro.
El vestíbulo comunica con el exterior por la hendidura bucal (abertura). El tamaño
de la hendidura bucal está controlado por los músculos periorales, como el orbicular
de la boca (el esfínter de la hendidura bucal), el buccinador, el risorio y los
depresores y elevadores de los labios (dilatadores de la hendidura). La cavidad
bucal propiamente dicha es el espacio entre los arcos dentales, o arcadas, superior
e inferior (arcos alveolares maxilar y mandibular y los dientes incluidos). Está
limitada lateralmente y anteriormente por los arcos dentales.
El techo de la cavidad bucal está formado por el paladar. Posteriormente, la cavidad
bucal comunica con la bucofaringe (parte bucal de la faringe). Cuando la boca está
cerrada y en reposo, la cavidad bucal está totalmente ocupada por la lengua.
2.2. LABIOS, MEJILLAS Y ENCÍAS

2.2.1. LABIOS Y MEJILLAS


Los labios son repliegues musculo fibrosos móviles que rodean la boca; se
extienden desde los surcos nasolabiales y las narinas lateral y superiormente hasta
el surco mentolabial inferiormente.
Contienen el músculo orbicular de la boca y los músculos, vasos y nervios labiales
superiores e inferiores.
Los labios están cubiertos externamente por piel, e internamente por mucosa.
Funcionan a modo de válvulas de la hendidura bucal; contienen el esfínter (orbicular
de la boca) que controla la entrada y salida de la boca y los tractos superiores
digestivo y respiratorio. Se utilizan para la prensión del alimento, succionar líquidos,
mantener el alimento fuera del vestíbulo bucal, formar el habla y besar.
La zona de transición de los labios (considerada habitualmente como el labio
propiamente dicho), de color que varía de pardo a rojo, continúa hasta la membrana
mucosa bucal (mucosa labial) para transformarse en la mucosa que cubre la porción
vestibular intrabucal de los labios.

Los frenillos labiales son pliegues de la mucosa, de bordes libres, situados en la


línea media; se extienden desde la encía vestibular hasta la mucosa de los labios

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superior e inferior, y el del labio superior es de mayor tamaño. A veces existen otros
frenillos más pequeños lateralmente en las regiones vestibulares premolares.

Las arterias labiales superior e inferior, ramas de la arteria facial, se anastomosan


entre sí en los labios para formar un anillo arterial. El pulso de estas arterias puede
palparse si se pinza ligeramente el labio superior o inferior entre los dos primeros
dedos.

El labio superior está irrigado por ramas labiales superiores de las arterias facial e
infraorbitaria. El labio inferior recibe irrigación de ramas labiales inferiores de las
arterias facial y mentoniana. El labio superior está inervado por los ramos labiales
superiores de los nervios infraorbitarios. El labio inferior recibe inervación de los
ramos labiales inferiores de los nervios mentonianos. La linfa del labio superior y las
partes laterales del labio inferior drena sobre todo en los nódulos linfáticos
submandibulares, mientras que la linfa de la parte medial del labio inferior drena
inicialmente en los nódulos linfáticos submentonianos. Las mejillas presentan
esencialmente la misma estructura que los labios, con los que se continúan.

Las mejillas forman las paredes móviles de la cavidad bucal. Anatómicamente, la


cara externa de las mejillas constituye la región de la mejilla, bordeada
anteriormente por las regiones labial y mentoniana (labios y mentón), superiormente
por la región cigomática, posteriormente por la región parotídea, e inferiormente por
el borde inferior de la mandíbula.

La prominencia de la mejilla se halla en la unión de las regiones cigomática y de la


mejilla. El hueso cigomático subyacente a la prominencia, y el arco cigomático que
lo continúa posteriormente, se conocen habitualmente como el «pómulo». Los
profanos consideran que las regiones cigomática y parotídea también forman parte
de la mejilla.
Los principales músculos de las mejillas son los buccinadores. Existen numerosas
glándulas bucales de pequeño tamaño entre la mucosa y el buccinador.
Superficialmente a los buccinadores hay acumulaciones encapsuladas de tejido
adiposo; este cuerpo adiposo de la mejilla es proporcionalmente mucho mayor en
los lactantes, presumiblemente para reforzar las mejillas e impedir que se colapsen
al succionar. Las mejillas están irrigadas por las ramas bucales de la arteria maxilar,
e inervadas por los ramos bucales del nervio mandibular.

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2.2.2. ENCIAS

Las encías se componen de tejido fibroso tapizado por una mucosa. La encía
propiamente dicha (encía adherida) está firmemente unida a los procesos
alveolares de la mandíbula y el maxilar, y a los cuellos de los dientes.

La encía propiamente dicha adyacente a la lengua es la encía lingual superior e


inferior; la encía adyacente a los labios y las mejillas es la encía labial o bucal (de
la mejilla), respectivamente, maxilar y mandibular. La encía propiamente dicha suele
ser rosada, punteada y queratinizada. La mucosa alveolar (encía no adherida) suele
ser brillante, roja y no queratinizada. Los nervios y vasos que llegan a las encías, al
hueso alveolar subyacente y al periodonto (que rodea las raíces del diente y lo fija
en el alvéolo dentario).
2.3. DIENTES
Las principales funciones de los dientes son:

• Incidir (seccionar), reducir y mezclar los productos alimentarios con saliva durante
la masticación.

• Ayudar a auto mantenerse en los alvéolos dentarios; para ello colaboran en el


desarrollo y la protección de los tejidos que los sustentan.
• Participar en la articulación de la palabra (habla conexa y clara).

Los dientes se disponen en los alvéolos dentarios y se utilizan para la masticación


y como ayuda en la articulación de la palabra. Los dientes se identifican y describen
según sean deciduos (primarios) o permanentes (secundarios), el tipo de diente y
su proximidad a la línea media o parte anterior de la boca (p. ej., incisivos mediales
o laterales; el 1.er molar es anterior al 2.o).

Los niños tienen 20 dientes deciduos; los adultos normalmente tienen 32 dientes
permanentes.

Los tipos de dientes se distinguen por sus características: incisivos, de bordes


delgados y cortantes; caninos, formados por un cono prominente; premolares
(bicúspides) con dos cúspides; y molares, con tres o más cúspides. La cara
vestibular (labial o bucal) de cada diente se dirige hacia fuera, y la cara lingual hacia
dentro.

Según la nomenclatura práctica que se utiliza en odontología, la cara mesial de un


diente es la que se dirige hacia el plano medio de la parte facial del cráneo. La cara
distal se aleja de este plano; ambas caras, mesial y distal, son superficies de
contacto, es decir, que contactan con los dientes adyacentes. La cara masticatoria
es la cara oclusal.
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2.3.1. Partes y estructuras de los dientes

Los dientes se componen de corona, cuello y raíz. La corona sobresale de la encía.


El cuello se halla entre la corona y la raíz. La raíz está unida al alvéolo dentario por
el periodonto (tejido conectivo rodeado de raíces); el número de raíces es variable.

La mayor parte del diente está constituida por la dentina, cubierta por el esmalte
sobre la corona, y por el cemento sobre la raíz. La cavidad pulpar contiene tejido
conectivo, vasos sanguíneos y nervios. El conducto radicular (conducto pulpar) da
paso a los nervios y vasos que entran y salen de la cavidad pulpar a través del
foramen apical.

Los alvéolos dentarios se hallan en los procesos alveolares del maxilar y la


mandíbula. Son las estructuras esqueléticas que experimentan un mayor cambio a
lo largo de la vida.

Los alvéolos adyacentes están separados por los tabiques interalveolares; dentro
del alvéolo, las raíces de los dientes que poseen más de una raíz están separadas
por los tabiques interradiculares. El hueso del alvéolo posee una fina corteza que
está separada de las cortezas labial y lingual adyacentes por una cantidad variable
de hueso trabecular.

La pared labial del alvéolo es particularmente delgada en los dientes incisivos; en


cambio, en los molares, la pared más delgada es la lingual. Por lo tanto,
habitualmente se rompe la cara labial para extraer los incisivos, y la cara lingual
para extraer los molares. Las raíces de los dientes están unidas al hueso del alvéolo
por una suspensión elástica que forma un tipo especial de articulación fibrosa,
denominada sindesmosis dentoalveolar o gonfosis.

El periodonto (membrana periodontal) está compuesto por fibras de colágeno que


se extienden entre el cemento de la raíz y el periostio del alvéolo. Recibe
abundantes terminaciones nerviosas táctiles presorreceptoras, capilares linfáticos y
vasos sanguíneos glomerulares, y actúa como un cojinete hidráulico para frenar la
presión masticatoria axial. Las terminaciones nerviosas presorreceptoras son
sensibles a cambios de presión.
2.3.2. INERVACIÓN DE LOS DIENTES

Los nervios que inervan los dientes se ilustran en la figura 7-79 A. Los ramos con
denominación de los nervios alveolares superior e inferior dan lugar a los plexos
dentarios que inervan los dientes maxilares y mandibulares.

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2.4. PALADAR

El paladar forma el techo arqueado de la boca y el suelo de las cavidades nasales


(fig. 7-83). Separa la cavidad bucal de las cavidades nasales y la nasofaringe, o
parte de la faringe superior al paladar blando. La cara superior (nasal) del paladar
está cubierta por mucosa respiratoria, mientras que la cara inferior (bucal) lo está
por mucosa bucal, densamente poblada de glándulas. El paladar consta de dos
regiones: el paladar duro anterior y el paladar blando posterior.
2.4.1. Paladar duro

El paladar duro es abovedado (cóncavo) y está ocupado principalmente por la


lengua cuando ésta se encuentra en reposo. Los dos tercios anteriores del paladar
poseen un esqueleto óseo formado por los procesos palatinos de los maxilares y
las láminas horizontales de los huesos palatinos. La fosa incisiva es una depresión
situada en la línea media del paladar óseo posterior a los dientes incisivos centrales,
en la cual se abren los conductos incisivos. Los nervios naso palatinos discurren
desde la nariz a través de un número variable de conductos y forámenes incisivos
que se abren en la fosa incisiva.

Medial al 3.er molar, el foramen palatino mayor atraviesa el borde lateral del paladar
óseo. Los vasos y el nervio palatinos mayores emergen de este foramen y discurren
anteriormente por el paladar. Los forámenes palatinos menores, posteriores al
foramen palatino mayor, atraviesan el proceso piramidal del hueso palatino. Estos
forámenes conducen los nervios y vasos palatinos menores al paladar blando y las
estructuras adyacentes.
2.4.2. Paladar Blando

El paladar blando es el tercio posterior móvil del paladar, suspendido del borde
posterior del paladar duro. El paladar blando carece de esqueleto óseo; sin
embargo, su porción aponeurótica anterior está fortalecida por la aponeurosis
palatina, que se une al borde posterior del paladar duro. La aponeurosis es gruesa
anteriormente y delgada posteriormente, donde se une con una porción muscular.
Posteroinferiormente, el paladar blando presenta un borde libre curvo, del cual
pende una prolongación cónica, la úvula.

Cuando una persona deglute, el paladar blando se tensa inicialmente para permitir
que la lengua presione contra él y empuje el bolo alimentario hacia la parte posterior
de la cavidad bucal. Luego, el paladar blando se eleva posterior y superiormente
contra la pared de la faringe, y previene así el paso del alimento hacia el interior de
la cavidad nasal.

P á g i n a 15 | 75
2.5. LENGUA

La lengua es un órgano muscular móvil cubierto por mucosa que puede adoptar una
serie de formas y posiciones. Se halla en parte en la cavidad bucal y en parte en la
bucofaringe. Las principales funciones de la lengua son la articulación (formación
de palabras al hablar) y la introducción de los alimentos en la bucofaringe como
parte de la deglución. La lengua participa también en la masticación, el gusto y la
limpieza bucal.
2.5.1. Partes y caras de la lengua

La lengua tiene una raíz, un cuerpo y un vértice (fig. 7-88 A). La raíz de la lengua
es la porción posterior fijada, que se extiende entre la mandíbula, el hueso hioides
y la cara posterior de la lengua, casi vertical. El cuerpo de la lengua está constituido
aproximadamente por sus dos tercios anteriores, entre la raíz y el vértice. El vértice
(punta) de la lengua es el extremo anterior de su cuerpo, que se apoya sobre los
dientes incisivos. El cuerpo y el vértice de la lengua son extremadamente móviles.
La lengua presenta dos caras. La más extensa, la cara superior y posterior, es el
dorso de la lengua (conocido como parte superior de la lengua). La cara inferior de
la lengua (parte inferior) descansa habitualmente sobre el suelo de la boca.

El borde de la lengua, que separa las dos caras, está relacionado a ambos lados
con las encías linguales y los dientes laterales. El dorso de la lengua se caracteriza
por la presencia de un surco en V, el surco terminal, cuyo vértice está dirigido
posteriormente hacia el foramen ciego (fig. 7-88 B). Este pequeño hoyo, a menudo
ausente, es el resto afuncional de la parte proximal del conducto tirogloso
embrionario, a partir del cual se desarrolla la glándula tiroides. El surco terminal
divide transversalmente el dorso de la lengua en una parte anterior al surco, que
está en la cavidad bucal propiamente dicha, y una parte posterior al surco, en la
bucofaringe.

Un surco medio divide la parte anterior de la lengua en dos, derecha e izquierda. La


mucosa de la parte anterior de la lengua es relativamente delgada y se halla muy
unida al músculo subyacente. Su textura es rugosa por las numerosas papilas
linguales de pequeño tamaño:

• Las papilas circunvaladas son grandes y de cúspide aplanada; se encuentran


directamente anteriores al surco terminal y se disponen en una fila en forma de V.
Están rodeadas por surcos profundos semejantes a fosos circulares, cuyas paredes
están recubiertas por botones gustativos. Los conductos de las glándulas serosas
linguales se abren en estos surcos.

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• Las papilas foliadas son pequeños pliegues laterales de la mucosa lingual; están
poco desarrolladas en la especie humana.

• Las papilas filiformes son largas, numerosas y contienen terminaciones nerviosas


aferentes sensibles al tacto. Estas proyecciones cónicas son de un color gris rosado
y se hallan dispuestas en filas en forma de V, paralelamente al surco terminal
excepto en el vértice, donde suelen disponerse transversalmente.

• Las papilas fungiformes tienen forma de seta y aparecen como puntos rosas o
rojos; están esparcidas entre las papilas filiformes, pero son más numerosas en el
vértice y los bordes de la lengua.

Las papilas circunvaladas, foliadas y la mayoría de las fungiformes contienen


receptores gustativos en los botones gustativos.
La mucosa de la parte posterior de la lengua es más gruesa y móvil. Carece de
papilas linguales, pero los nodulillos linfoides subyacentes, a los que se conoce
colectivamente como tonsila (amígdala) lingual, confieren su aspecto adoquinado e
irregular a esta parte de la lengua. La parte faríngea de la lengua constituye la pared
anterior de la bucofaringe y sólo puede inspeccionarse con un espejo o al ejercer
presión hacia abajo con un depresor lingual.
2.5.2. Inervación de la lengua

Todos los músculos de la lengua, excepto el palatogloso, reciben inervación motora


del NC XII, el nervio hipogloso (fig. 7-91).

El palatogloso es un músculo palatino inervado por el plexo faríngeo. En cuanto a


la sensibilidad general (tacto y temperatura), la mucosa de los dos tercios anteriores
de la lengua está inervada por el nervio lingual. Para la sensibilidad especial (gusto),
dicha parte de la lengua, a excepción de las papilas circunvaladas, recibe inervación
de la cuerda del tímpano. La cuerda del tímpano se une al nervio lingual en la fosa
infratemporal y discurre anteriormente en su vaina.
La mucosa del tercio posterior de la lengua y las papilas circunvaladas reciben
inervación del ramo lingual del nervio glosofaríngeo (NC IX) para las sensibilidades
general y especial. Pequeños ramos del nervio laríngeo interno, ramo del nervio
vago (NC X), aportan casi toda la sensibilidad general y algo de la sensibilidad
especial a una pequeña área de la lengua situada inmediatamente anterior a la
epiglotis. Estos nervios, sobre todo sensitivos, llevan también fibras parasimpáticas
secretomotoras a las glándulas serosas de la lengua.

Existen cuatro sensaciones gustativas básicas, o sabores: dulce, salado, ácido y


amargo. El sabor dulce se detecta en el vértice de la lengua; el salado, en los bordes

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laterales; el ácido y el amargo, en la parte posterior. Todos los demás «gustos»
expresados por los gourmets son sensaciones olfatorias (olfato y aroma).
2.6. GLÁNDULAS SALIVARES
Las glándulas salivares incluyen las glándulas parótidas, submandibulares y
sublinguales. El líquido transparente, insípido, inodoro y viscoso, la saliva, que
secretan estas glándulas y las glándulas mucosas de la cavidad bucal:
• Mantiene húmeda la mucosa bucal.
• Lubrifica los alimentos durante la masticación.
• Comienza la digestión de los almidones.
• Sirve de «lavado de boca» intrínseco.
• Desempeña papeles significativos en la prevención de la caries dental y en la
capacidad gustativa.

Además de las glándulas salivares principales, existen pequeñas glándulas


salivares accesorias dispersas por el paladar, los labios, las mejillas, las tonsilas y
la lengua. Las glándulas parótidas, las mayores de las tres glándulas salivares
dobles, se han expuesto anteriormente en este capítulo (p. 914). Las glándulas
parótidas están localizadas lateral y posteriormente a las ramas de la mandíbula y
a los músculos maseteros, dentro de vainas fibrosas rígidas, y drenan anteriormente
por vía de conductos únicos que entran en el vestíbulo bucal frente al segundo molar
maxilar.
2.7. GLÁNDULAS SUBMANDIBULARES

Se ubican por detrás y abajo del músculo miohioideo. Drenan en el conducto de


Wharton en las carúnculas sublinguales a cada lado del frenillo lingual. Presentan
una cápsula bien desarrollada que emite tabiques internos.
Es una glándula mixta con predominio seroso en proporción de 10 a 1 con relación
a las glándulas mucosas. Puede presentar adipocitos, pero en menor cantidad que
la parótida. Los conductos estriados son más largos. Los principales elementos de
su secreción con glicoproteínas sulfatadas, cistatinas y otras proteínas, además de
factor epidérmico que sirve para favorecer la cicatrización.
2.8. GLÁNDULAS SUBLINGUALES

Son las menores de los tres grupos. Se ubican en el piso de la boca y el músculo
milohioideo. Drenan por el conducto de Bartholin en la carúncula sublingual, cerca
al conducto de Wharton.

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Puede presentar el conducto accesorio conocido como conducto de Rivinus. Su
secreción es mixta con predominio mucoso. Se presenta acinar compuesta y puede
tener glándulas menores aledañas que drenan a través de sus propios conductos.
3. OJO, ÓRBITA, REGIÓN ORBITARIA Y GLOBO OCULAR

El ojo es el órgano de la visión y está formado por el globo ocular y el nervio óptico.
La órbita contiene el ojo y sus estructuras visuales accesorias. La región orbitaria
es el área de la cara superpuesta a la órbita y al globo ocular, e incluye los párpados
superior e inferior y el aparato lagrimal. (1)
3.1. ÓRBITAS

Las órbitas son cavidades óseas bilaterales en el esqueleto facial. Su aspecto es


semejante al de pirámides cuadrangulares huecas, con sus bases dirigidas antero
lateralmente y sus vértices posteromedialmente (Anexo 1A). Las paredes mediales
de ambas órbitas, separadas por las celdillas etmoidales y las porciones superiores
de la cavidad nasal, son casi paralelas, mientras que sus paredes laterales forman
aproximadamente un ángulo recto (90o). Por lo tanto, los ejes de las órbitas
divergen unos 45o. Sin embargo, los ejes ópticos (ejes de la mirada, dirección o
línea visual) de ambos globos oculares son paralelos, y en la posición anatómica
van dirigidos anteriormente («mirada al frente») al estar los globos oculares en la
posición primaria. Las órbitas y la región orbitaria anterior a ellas contienen y
protegen los globos oculares y las estructuras visuales accesorias (Anexo 2), que
son: (1)
• Los párpados, que están unidos a las órbitas anteriormente y controlan la
exposición del globo ocular anterior. (1)
• Los músculos extrínsecos del globo ocular, que posicionan el globo ocular y elevan
el párpado superior. (1)
• Los nervios y vasos en tránsito hacia los globos oculares y los músculos. (1)
• La fascia orbitaria que rodea los globos oculares y los músculos. (1)
• La mucosa (conjuntiva) que tapiza los párpados, la cara anterior de los globos
oculares y la mayor parte del aparato lagrimal que la lubrifica. (1)
Todo el espacio en el interior de las órbitas que no está ocupado por estas
estructuras contiene la grasa orbitaria (cuerpo adiposo de la órbita), que forma una
matriz en la cual están inmersas las estructuras de la órbita. La órbita, con forma de
pirámide cuadrangular, posee una base, cuatro paredes y un vértice (Anexo 1B): (1)
• La base de la órbita está limitada por el borde de la cavidad orbitaria, que rodea la
entrada de la órbita. El hueso que forma el borde está reforzado para proteger el
contenido orbitario, y proporciona inserción al tabique orbitario, una membrana
fibrosa que se extiende hacia los párpados. (1)
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• La pared superior (techo) es aproximadamente horizontal y está formada por la
porción orbitaria del hueso frontal, que separa la cavidad orbitaria de la fosa craneal
anterior. Cerca del vértice de la órbita, la pared superior está formada por el ala
menor del esfenoides. Antero lateralmente, una depresión superficial en la porción
orbitaria del hueso frontal, denominada fosa de la glándula lagrimal (fosa lagrimal),
aloja dicha glándula. (1)
• Las paredes mediales de ambas órbitas son casi paralelas y están formadas
principalmente por la lámina orbitaria del etmoides, además de recibir
contribuciones del proceso frontal del maxilar, y los huesos lagrimal y esfenoides.
Anteriormente, la pared medial presenta incisuras para el surco lagrimal y la fosa
del saco lagrimal; la tróclea (polea) para el tendón de uno de los músculos
extrínsecos del globo ocular está localizada superiormente. Gran parte del hueso
que forma la pared medial es delgado como un papel; el hueso etmoides está muy
neumatizado por las celdillas etmoidales, a menudo visibles a través del hueso en
un cráneo desecado. (1)
• La pared inferior (suelo orbitario) está formado principalmente por el maxilar y en
parte por los huesos cigomático y palatino. La delgada pared inferior es compartida
por la órbita y el seno maxilar. Se inclina inferiormente desde el vértice hacia el
borde inferior de la órbita. La pared inferior está delimitada de la pared lateral de la
órbita por la fisura orbitaria inferior, un hiato entre las caras orbitarias del maxilar y
el esfenoides. (1)
• La pared lateral está formada por el proceso frontal del hueso cigomático y el ala
mayor del esfenoides. Es más fuerte y gruesa, hecho importante porque es la que
se halla más expuesta y es más vulnerable a un traumatismo directo. Su porción
posterior separa la órbita de las fosas temporal y craneal media. Las paredes
laterales de ambas órbitas son casi perpendiculares entre sí. (1)
• El vértice de la órbita se halla en el conducto óptico en el ala menor del esfenoides,
inmediatamente medial a la fisura orbitaria superior. La parte más ancha de la órbita
corresponde al ecuador del globo ocular (Anexo 2A), una línea imaginaria que lo
rodea y se halla equidistante a sus polos anterior y posterior. Los huesos que forman
la órbita están tapizados por la periórbita, el periostio orbitario. La periórbita se
continúa: (1)
• En el conducto óptico y la fisura orbitaria superior, con la capa perióstica de la
duramadre. (1)
• Sobre el borde de la cavidad orbitaria y a través de la fisura orbitaria inferior, con
el periostio que cubre la superficie externa del cráneo (pericráneo). (1)
• Con el tabique orbitario en los bordes de la órbita. (1)
• Con las vainas faciales de los músculos extrínsecos del globo ocular. (1)

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• Con la fascia orbitaria que forma la vaina facial del globo ocular. (1)

3.2. PÁRPADOS Y APARATO LAGRIMAL


Los párpados y el líquido lagrimal secretado por las glándulas lagrimales protegen
la córnea y los globos oculares frente a los traumatismos y la irritación. (1)
3.2.1. Párpados:
Los párpados son repliegues móviles que cubren el globo ocular anteriormente
cuando están cerrados, y por tanto protegen frente a los traumatismos y la luz
excesiva. También mantienen la córnea húmeda al extender sobre ella el líquido
lagrimal. Los párpados están cubiertos externamente por una piel delgada, e
internamente por una mucosa transparente, la conjuntiva palpebral (Anexo 2A y C).
Esta parte de la conjuntiva se refleja sobre el globo ocular, donde se continúa con
la conjuntiva bulbar, delgada y transparente, que se halla unida laxamente a la cara
anterior del globo ocular. La conjuntiva bulbar, laxa y arrugada sobre la esclera
(donde contiene pequeños vasos sanguíneos visibles), se adhiere a la periferia de
la córnea (Anexo 3B). La línea de reflexión de la conjuntiva palpebral sobre el globo
ocular forma unos profundos fondos de saco, los fórnix conjuntivales superior e
inferior (Anexo 2A y 3). El saco conjuntival es el espacio limitado por las conjuntivas
palpebral y bulbar; es un espacio cerrado cuando los párpados están cerrados, pero
presenta una abertura anterior, la hendidura palpebral, cuando el ojo está abierto
(los párpados se hallan separados) (Anexo 2A). El saco conjuntival es una forma
especializada de «bolsa» mucosa que permite que los párpados se muevan
libremente sobre la superficie del globo ocular cuando se abren y cierran. Los
párpados superior e inferior están reforzados por unas láminas densas de tejido
conectivo, los tarsos superior e inferior, que forman el «esqueleto» de los párpados
(Anexo 2C y 4A). Algunas fibras de la porción palpebral del músculo orbicular del
ojo (el esfínter de la hendidura palpebral) se hallan en el tejido conectivo
superficialmente con respecto a estos tarsos y profundamente a la piel de los
párpados (Anexo 2C). Incluidas en los tarsos se hallan las glándulas tarsales, que
producen una secreción lipídica que lubrifica los bordes de los párpados y les impide
adherirse entre sí al cerrar los ojos. Además, esta secreción forma una barrera que
no cruza el líquido lagrimal cuando se produce en cantidades normales. Si la
producción es excesiva, se desparrama sobre la barrera y aparece en las mejillas
en forma de lágrimas. Las pestañas se encuentran en los bordes de los párpados.
Las grandes glándulas sebáceas asociadas con las pestañas son glándulas ciliares.
Las uniones de los párpados superior e inferior constituyen las comisuras
palpebrales medial y lateral, que definen los ángulos medial y lateral del ojo, o
cantos (Anexo 3B y 4A). Entre la nariz y el ángulo medial del ojo se halla el ligamento
palpebral medial, que conecta los tarsos al borde medial de la órbita (Anexo 4A). El
músculo orbicular del ojo se origina e inserta en este ligamento. El ligamento

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palpebral lateral, similar al anterior, une los tarsos al borde lateral de la órbita, pero
no proporciona ninguna inserción muscular directa. (1)
El tabique orbitario es una membrana fibrosa que se extiende desde los tarsos hasta
los bordes de la órbita, donde se continúa con el periostio (Anexo 2A y 4A). Sirve
de contención para la grasa orbitaria y, debido a su continuidad con la periórbita,
puede evitar que una infección se propague hacia la órbita y desde ella. El tabique
constituye en gran parte la fascia posterior del músculo orbicular del ojo. (1)
3.2.2. Aparato lagrimal
El aparato lagrimal (Anexo 3A y 4B) se compone de: (1)
• Glándula lagrimal. Secreta el líquido lagrimal, una solución salina fisiológica
acuosa que contiene lisozima, una enzima bactericida. El líquido humedece y
lubrifica las superficies de la conjuntiva y la córnea, y proporciona a ésta algunos
nutrientes y oxígeno disuelto; cuando se produce en exceso constituye las lágrimas.
(1)
• Conductos excretores de la glándula lagrimal. Transportan el líquido lagrimal
desde las glándulas lagrimales al saco conjuntival (Anexo 3A). (1)
• Conductillos lagrimales. Comienzan en el punto lagrimal (abertura) de la papila
lagrimal, cerca del ángulo medial del ojo, y drenan el líquido lagrimal desde el lago
lagrimal (un espacio triangular en el ángulo medial del ojo donde se acumulan las
lágrimas) al saco lagrimal (la parte superior dilatada del conducto nasolagrimal)
(Anexo 3A y 4B). (1)
• Conducto nasolagrimal. Conduce el líquido lagrimal al meato nasal inferior (parte
de la cavidad nasal, inferior a la concha o cornete nasal inferior). La glándula
lagrimal, de forma almendrada y unos 2 cm de longitud, está situada en la fosa de
la glándula lagrimal, en la parte superolateral de la órbita (Anexo 1B, 3A y 4B). La
glándula está dividida en una parte superior orbitaria y otra inferior palpebral por la
expansión lateral del tendón del elevador del párpado superior (Anexo 3A). También
se encuentran glándulas lagrimales accesorias, a veces en la parte media del
párpado o a lo largo de los fórnix superior o inferior del saco conjuntival. Son más
numerosas en el párpado superior que en el inferior. La producción de líquido
lagrimal se estimula por impulsos parasimpáticos del NC VII. El líquido se secreta a
través de 8 a 12 conductos excretores, que se abren en la parte lateral del fórnix
conjuntival superior del saco conjuntival. El líquido fluye inferiormente dentro del
saco por la fuerza de la gravedad. Cuando la córnea se seca, el ojo parpadea. Los
párpados se ponen en contacto en una secuencia lateral a medial, lo que empuja
una película de líquido medialmente sobre la córnea, de modo algo parecido a lo
que ocurre con un limpiaparabrisas. De esta manera, el líquido lagrimal con material
extraño, como polvo, es impulsado hacia el ángulo medial del ojo y se acumula en

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el saco lagrimal, desde donde drena por capilaridad a través de los puntos y
canalículos lagrimales hacia el saco lagrimal (Anexo 3A y B, y 4B). (1)
Desde dicho saco, el líquido pasa al meato nasal inferior de la cavidad nasal por el
conducto nasolagrimal, y drena posteriormente a través del suelo de la cavidad
nasal a la nasofaringe, y más tarde se deglute. Además de limpiar las partículas y
el material irritante del saco conjuntival, el líquido lagrimal aporta nutrientes y
oxígeno a la córnea. La inervación de la glándula lagrimal se realiza por parte del
simpático y el parasimpático (Anexo 5). Las fibras secretomotoras parasimpáticas
presinápticas llegan desde el nervio facial por el nervio petroso mayor, y luego por
el nervio del conducto pterigoideo al ganglio pterigopalatino, donde establecen
sinapsis con los cuerpos celulares de las fibras postsinápticas. Las fibras simpáticas
postsinápticas vasoconstrictoras, que llegan desde el ganglio cervical superior por
el plexo carotídeo interno y el nervio petroso profundo, se unen a las fibras
parasimpáticas para formar el nervio del conducto pterigoideo y atravesar el ganglio
pterigopalatino. El nervio cigomático (ramo del nervio maxilar) lleva ambos tipos de
fibras al ramo lagrimal del nervio oftálmico, por el cual penetran en la glándula. (1)
3.3. GLOBO OCULAR
El globo ocular contiene el aparato óptico del sistema visual (Anexo 2A). Ocupa la
mayor parte de la porción anterior de la órbita, suspendido por seis músculos
extrínsecos, que controlan sus movimientos, y por un aparato suspensor fascial.
Mide unos 25 mm de diámetro. Todas las estructuras anatómicas intrao culares
adoptan una disposición circular o esférica. El globo ocular propiamente dicho posee
tres capas, aunque existe una capa adicional de tejido conectivo que rodea el globo
ocular y lo mantiene dentro de la órbita. Esta capa de tejido conectivo está
compuesta posteriormente por la vaina fascial del globo ocular (fascia bulbar o
cápsula de Tenon), que forma el cuenco real para el globo ocular, y anteriormente
por la conjuntiva bulbar. La vaina fascial es la parte más importante del aparato
suspensor. Una capa de tejido conectivo muy laxo, el espacio epiescleral (un
espacio potencial), situada entre la vaina fascial y la capa más externa del globo
ocular, facilita los movimientos oculares dentro de la vaina facial. (1)
Las tres capas del globo ocular son (Anexo 6):
1. La capa fibrosa (externa), formada por la esclera y la córnea.
2. La capa vascular (media), formada por la coroides, el cuerpo ciliar y el iris.
3. La capa interna, formada por la retina, que posee las porciones óptica y ciega.
3.4. MÚSCULOS EXTRÍNSECOS DEL GLOBO OCULAR
Los músculos extrínsecos del globo ocular son el elevador del párpado superior,
cuatro rectos (superior, inferior, medial y lateral) y dos oblicuos (superior e inferior).

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Estos siete músculos actúan conjuntamente para mover el párpado superior y el
globo ocular. (1)

3.4.1. Elevador del párpado superior


El elevador del párpado superior se ensancha para constituir una amplia
aponeurosis bilaminar al aproximarse a sus inserciones distales. La lámina
superficial se une a la piel del párpado superior, y la lámina profunda al tarso
superior (Anexo 11B). Este músculo se opone la mayor parte del tiempo a la
gravedad y es el antagonista de la mitad superior del músculo orbicular del ojo, el
esfínter de la hendidura palpebral. La lámina profunda de la parte distal (palpebral)
del músculo incluye fibras musculares lisas, el músculo tarsal superior, que amplían
adicionalmente la hendidura palpebral, en especial durante una respuesta simpática
(miedo). Sin embargo, parece ser que funcionan continuamente (en ausencia de
respuesta simpática), porque al interrumpirse la inervación simpática se produce
una ptosis constante (caída del párpado superior). (1)
3.4.2. Movimientos del globo ocular
Los movimientos del globo ocular se producen por rotación en torno a tres ejes—
vertical, transverso y anteroposterior (Anexo 11A)—y se describen según la
dirección del movimiento de la pupila desde la posición primaria, o del polo superior
del globo ocular desde la posición neutra. La rotación del globo ocular en torno al
eje vertical desplaza la pupila medialmente (hacia la línea media, aducción) o
lateralmente (alejándose de la línea media, abducción). La rotación en torno al eje
transversal mueve la pupila superiormente (elevación) o inferiormente (descenso).
Los movimientos alrededor del eje anteroposterior, que corresponde al eje de la
mirada en la posición primaria, desplazan el polo superior del globo ocular
medialmente (rotación medial, o intorsión) o lateralmente (rotación lateral, o
extorsión). Estos movimientos de rotación acomodan los cambios producidos al
ladear la cabeza. La ausencia de estos movimientos, por lesiones nerviosas,
contribuye a la visión doble. Pueden producirse movimientos en torno a los tres ejes
simultáneamente, lo que obliga a emplear tres términos para describir la dirección
del movimiento a partir de la posición primaria (p. ej., la pupila se eleva, se aduce y
rota medialmente). (1)
3.5. INERVACIÓN DE LA ÓRBITA
Los grandes nervios ópticos son nervios puramente sensoriales que transmiten los
impulsos generados por los estímulos ópticos (Anexo 2A y 10A).
Convencionalmente se consideran como nervios craneales (NC II), aunque se
desarrollan como dos extensiones anteriores del prosencéfalo; en realidad, son
tractos de fibras del sistema nervioso central (SNC) formados a partir de neuronas
de segundo orden. Los nervios ópticos se inician en la lámina cribosa de la esclera,

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donde las fibras nerviosas amielínicas perforan la esclera, y luego se mielinizan
posteriormente al disco óptico. Salen de las órbitas a través de los conductos
ópticos. A su paso por la órbita, el nervio óptico está rodeado por extensiones de
las meninges craneales y el espacio subaracnoideo, este último ocupado por una
delgada capa de LCR (Anexo 2A). Las extensiones intraorbitarias de la duramadre
craneal y la aracnoides constituyen la vaina del nervio óptico, que se continúa
anteriormente con la vaina fascial del globo ocular y la esclera. Una capa de
piamadre cubre la superficie del nervio óptico dentro de la vaina. Además del nervio
óptico (NC II), los nervios de la órbita incluyen los que penetran a través de la fisura
orbitaria superior e inervan los músculos oculares: los nervios oculomotor (NC III),
troclear (NC IV) y abducens (NC VI) (Anexo 12 y 14). Los nervios troclear y
abducens pasan directamente al músculo inervado por cada uno. El nervio
oculomotor se fracciona en una división superior y otra inferior. El ramo superior
inerva los músculos recto superior y elevador del párpado superior. El ramo inferior
inerva los músculos rectos medial e inferior y el oblicuo inferior, y lleva fibras
parasimpáticas presinápticas al ganglio ciliar (Anexo 15). Los movimientos
binoculares estimulados por los nervios oculomotor, troclear y abducens. Los tres
ramos terminales del nervio oftálmico (NC V1) (los nervios frontal, nasociliar y
lagrimal) atraviesan la fisura orbitaria superior e inervan estructuras relacionadas
con la parte anterior de la órbita (p. ej., la glándula lagrimal y los párpados), la cara
y el cuero cabelludo (Anexo 16). El ganglio ciliar es un pequeño grupo de cuerpos
neuronales parasimpáticos postsinápticos asociados con el NC V1. Se localiza entre
el nervio óptico y el músculo recto lateral, hacia el límite posterior de la órbita. Este
ganglio recibe fibrasnerviosas de tres procedencias (Anexo 14): (1)
• Fibras sensitivas del NC V1 por vía de la raíz sensitiva o nasociliar del ganglio
ciliar.
• Fibras parasimpáticas presinápticas del NC III por vía de la raíz parasimpática u
oculomotora del ganglio ciliar.
• Fibras simpáticas postsinápticas del plexo carotídeo interno por vía de la raíz
simpática del ganglio ciliar.
Los nervios ciliares cortos surgen del ganglio ciliar y se consideran como ramos del
NC V1. Llevan fibras parasimpáticas y simpáticas al cuerpo ciliar y el iris. Los nervios
ciliares cortos se componen de fibras parasimpáticas postsinápticas que nacen en
el ganglio ciliar, fibras aferentes del nervio nasociliar que pasan a través del ganglio,
y fibras simpáticas postsinápticas que pasan también a través de él. Los nervios
ciliares largos, ramos del nervio nasociliar (NC V1) que llegan al globo ocular sin
pasar por el ganglio ciliar, llevan fibras simpáticas postsinápticas al dilatador de la
pupila, y fibras aferentes del iris y la córnea. Los nervios etmoidales posterior y
anterior, ramos del nervio nasociliar que surgen en la órbita, salen por aberturas de
la pared medial de la órbita para inervar las mucosas del seno esfenoidal y las

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celdillas etmoidales y de las cavidades nasales, así como la duramadre de la fosa
craneal anterior. (1)

3.6. VASCULARIZACIÓN DE LA ÓRBITA

3.6.1. Arterias de la órbita


La irrigación sanguínea de la órbita corre a cargo principalmente de la arteria
oftálmica, rama de la arteria carótida interna (Anexo 17); la arteria infraorbitaria,
rama de la arteria carótida externa, también irriga estructuras relacionadas con el
suelo de la órbita. La arteria central de la retina, rama de la arteria oftálmica, surge
inferiormente al nervio óptico, perfora su vaina y discurre dentro de él hasta el globo
ocular, donde emerge en el disco óptico (Anexo 2A). Sus ramas se extienden por la
cara interna de la retina (Anexo 8 y 18). Las ramas finales son arterias terminales
(arteriolas) y constituyen la única irrigación que recibe la cara interna de la retina.
La cara externa de la retina está irrigada también por la lámina coroidocapilar. De
las aproximadamente ocho arterias ciliares posteriores (que también son ramas de
la arteria oftálmica), seis arterias ciliares posteriores cortas irrigan directamente la
coroides, que nutre la capa externa no vascular de la retina. Las arterias ciliares
posteriores largas, una a cada lado del globo ocular, discurren entre la esclera y la
coroides para anastomosarse con las arterias ciliares anteriores (continuaciones de
las ramas musculares de la arteria oftálmica a los músculos rectos) e irrigar el plexo
ciliar. (1)
3.6.2. Venas de la órbita
El drenaje venoso de la órbita se realiza a través de las venas oftálmicas superior e
inferior, que atraviesan la fisura orbitaria superior y penetran en el seno cavernoso
(Anexo 19). La vena central de la retina (Anexo 18) suele penetrar directamente en
el seno cavernoso, aunque puede unirse antes a una de las venas oftálmicas. Las
venas vorticosas, procedentes de la capa vascular del globo ocular, drenan en la
vena oftálmica inferior. El seno venoso de la esclera es una estructura vascular que
rodea la cámara anterior del globo ocular; constituye la vía de retorno del humor
acuoso a la circulación sanguínea. (1)
3.7. ANATOMÍA DE SUPERFICIE DEL OJO Y EL APARATO LAGRIMAL
La parte anterior de la esclera (el «blanco» del ojo) está cubierta por la conjuntiva
bulbar, transparente, que contiene vasos sanguíneos conjuntivales, minúsculos
pero visibles (Anexo 20B). Cuando está irritada, los vasos pueden ingurgitarse
notablemente y la conjuntiva bulbar puede adquirir un aspecto rosa do al inflamarse
(ojos «rojos»). La esclera normal, dura y opaca, puede aparecer ligeramente
azulada en el lactante y el niño, y presenta una tonalidad amarillenta en muchos
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ancianos. La parte anterior transparente del ojo es la córnea, que se continúa en
sus bordes con la esclera. En una vista lateral (Anexo 20A), la mayor parte visible
del ojo hace una ligera prominencia a través de la hendidura palpebral. Se observa
que la córnea tiene una mayor curvatura (convexidad) que el resto del globo ocular
(la parte cubierta por la esclera); por lo tanto, existe un ligero ángulo en la unión
esclerocorneal, el limbo de la córnea (Anexo 20B). La prominencia de la córnea da
lugar también a que se pongan de manifiesto los movimientos del globo ocular
cuando los párpados están cerrados. La abertura oscura circular a través de la cual
penetra la luz en el globo ocular, la pupila, está rodeada por el iris, un diafragma
pigmentado circular. El tamaño relativo de la pupila y el iris varía según la intensidad
de la luz entrante; sin embargo, el tamaño de la pupila y el iris contralaterales deben
guardar uniformidad. Normalmente, con los ojos abiertos y la mirada dirigida hacia
delante, la parte superior de la córnea y del iris están cubiertos por el borde del
párpado superior, la parte inferior de la córnea y del iris se hallan plenamente
expuestos por encima del párpado inferior, y suele quedar al descubierto un
estrecho borde de esclera. Incluso ligeras variaciones en la posición de los globos
oculares resultan perceptibles y ocasionan cambios en la expresión facial; por
ejemplo, un aspecto de sorpresa cuando se eleva el párpado superior (como ocurre
en el exoftalmos, o protrusión de los globos oculares, causado por el
hipertiroidismo), o una apariencia somnolienta (como al caer el párpado superior, o
ptosis, por ausencia de inervación simpática en el síndrome de Horner). La
conjuntiva bulbar se refleja desde la esclera a la superficie profunda del párpado.
La conjuntiva palpebral es normalmente roja y vascular; con experiencia, puede
aportar una cierta valoración sobre el nivel de hemoglogina. Suele examinarse
cuando se sospecha una anemia, afección de la sangre que habitualmente se
manifiesta por palidez de las mucosas. Cuando el párpado superior se coloca en
eversión, pueden apreciarse el tamaño y la extensión del tarso superior englobado
en él, y en general, se ponen de manifiesto las glándulas tarsales a través de la
conjuntiva palpebral, en forma de bandas verticales amarillentas. En un examen
detenido pueden observarse las aberturas de estas glándulas (unas 20 en cada
párpado) sobre los bordes de los párpados, posteriormente a las dos o tres filas de
cilios emergentes, o pestañas. En la continuación de la conjuntiva bulbar con el
epitelio anterior de la córnea y la conjuntiva palpebral se forma el saco conjuntival.
La hendidura palpebral es la «boca», o abertura anterior, del saco conjuntival. (1)
En el ángulo medial del ojo se halla un reservorio de las lágrimas, superficial y rojizo,
el lago lagrimal, dentro del cual se halla la carúncula lagrimal, un pequeño acúmulo
de piel húmeda modificada. Lateralmente a la carúncula se encuentra un pliegue
conjuntival semilunar que se superpone ligeramente al globo ocular. Este repliegue
es un rudimento de la membrana nictitante de las aves y los reptiles. Al situar los
bordes de los párpados en eversión, se aprecia un pequeño hoyuelo en su extremo
medial, el punto lagrimal, situado en la cúspide de una pequeña elevación, la papila
lagrimal. (1)

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4. OÍDO
El oído es el órgano receptor de las ondas sonoras, transmitidas a los centros
nerviosos. Al mismo tiempo interviene en el sentido del equilibrio. Se lo puede dividir
en tres porciones: oído externo, que es el que recibe las ondas sonoras y las
transmite al oído medio. Éste está constituido por una cavidad central llamada
cavidad timpánica, en cuyo interior se localizan los huesecillos del oído, que
conducen las vibraciones al oído interno, formado por cavidades óseos que
contienen vesículas membranosas. En las paredes del oído interno se encuentran
los ramos del nervio vestibulococlear, formado por el ramo coclear (relacionado con
la audición) y el ramo vestibular (vinculado con el equilibrio)(1).
4.1. Oído externo
El oído externo comprende de dos partes: la oreja y el conducto auditivo externo(1).
4.1.1. Oreja
Es una estructura situada a ambos lados de la cabeza, anterior a la apófisis
mastoides y posterior a la articulación temporomandibular(1).
4.1.1.1. Configuración externa
Se describen una cara lateral, una cara medial y una circunferencia (anexo1).
a) Cara lateral. En su parte media presenta una excavación profunda, la concha
auricular. A su alrededor se disponen cuatro salientes:
- El hélix, pliegue curvilíneo que bordea al pabellón auricular y ocupa sus
partes anterior, superior y posterior(1).
- El antihélix, pliegue de dirección ascendente, situado entre el hélix y la
concha(1).
- El trago, eminencia de forma triangular, situada en la parte anterior de la
concha y separada del hélix por la escotadura anterior(1).
- El antritrago, situado en la parte posteroinferior de la concha y enfrentado
al trago, del cual está separado en su porción inferior por la escotadura
intertrágica(1).
Debajo de la parte inferior del hélix, del trago y del antitrago se encuentra el lóbulo,
formación blanda, cuya forma y dimensiones son variables(1).

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b) Cara medial. Orientada medialmente y hacia atrás. Está limitada adelante por
un surco curvilíneo, el surco posterior de la oreja(1). Presenta irregularidades
comparables a las de la cara lateral, pero configuradas en forma inversa, la
concha auricular es convexa, el antihélix es cóncavo.
En su parte anteroinferior, esta cara se adhiere a la pared lateral del cráneo
alrededor del conducto auditivo externo(1).
Circunferencia. Tiene forma ovalada y reúne a las dos caras precedentes. La forma
del pabellón de la oreja varía mucho de una persona a otra, de tal manera que puede
servir para el reconocimiento de los individuos. Características no estéticas pueden
hacerla objeto de correcciones quirúrgicas. Del lóbulo de la oreja se puede obtener,
por punción, sangre para el examen de la coagulación o para el recuento
globular(1).
4.1.1.2. Configuración Anatómica
La oreja comprende el cartílago auricular, los ligamentos, los músculos y un
revestimiento cutáneo(1).
a) Cartílago de la oreja.- Lámina delgada y elástica que ocupa toda su
extensión, con excepción del lóbulo (anexo2). Reproduce exactamente todos
los relieves de la oreja: hacia adelante, la espina del hélix, que se continúa
con la raíz del hélix, y hacia atrás, la cola del hélix y el antihélix, separadas
del antitrago por la fisura antitragohelicina. En su porción media, el surco
transversal del antihélix separa la saliente de la concha de la saliente de la
fosa triangular(1).
b) Ligamentos.-
- Ligamentos extrínsecos: el ligamento anterior, que relaciona la apófisis
cigomática con el trago y con la parte anterior de la concha auricular, y el
ligamento posterior, que une la base de la apófisis mastoides con la
convexidad de la concha auricular(1).
- Ligamentos intrínsecos: éstos se extienden de la convexidad de la concha
auricular a la convexidad del antihélix, de la convexidad del hélix a las
convexidades del antihélix y la concha auricular, y del trago al hélix(1).
c) Músculos Auriculares.- Carecen de valor funcional, son rudimentarios
(anexo3), se reconocen:
- Músculos extrínsecos: son los músculos auriculares superior, anterior y
posterior(1).
- Músculos intrínsecos: son los músculos mayores y menos del hélix, los
músculos del trago, los músculos del antitrago, el músculo transverso de
la oreja y el músculo oblicuo de la oreja(1).

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d) Piel.- Delgada y lisa, cubre por sus dos caras al cartílago de la oreja,
reproduciéndose sus relieves. El tejido celular subcutáneo está representado
en su cara medial por un tejido relativamente laxo, pero en su cara lateral es
mucho más compacto. Se encuentran anexos de la piel: pelos del trago
situados en su cara medial, glándulas sebáceas en la concha auricular, y de
algunas glándulas sudoríparas, raras, solo en la cara interna del pabellón
auricular(1).
4.1.1.3. Vasos y Nervios
a) Arterias.- Provienen de la arteria temporal superficial de la arteria auricular
posterior. La primera da ramos a la cara lateral, mientras que la segunda
irriga a la cara medial (anexo4). Ramos perforantes y ramos circundantes
reúnen la circulación de ambas caras de la oreja(1).
b) Venas. Una corriente anterior se dirige a la vena temporal superficial y una
corriente posterior drena en la vena yugular externa o en la vena
mastoidea(1).
c) Linfáticos. Forman una fina red (anexo5). Los de la cara medial terminan en
los ganglios mastoideos y en los ganglios parotídeos profundos
infraauriculares; los de la cara lateral van a los ganglios parotídeos profundos
preauriculares, y hacia el borde posterior, los linfáticos del borde de la oreja
encuentran a los de la cara medial del pabellón(1).
d) Nervios. Los nervios motores proceden del nervio facial (anexo6). Los nervios
sensitivos provienen del nervio auriculotemporal y del ramo auricular mayor
del plexo cervical superficial(1).
4.1.2. Conducto Auditivo Externo
Prolonga la cavidad de la concha hasta la membrana timpánica (anexo7y8)
4.1.2.1. Forma y dirección
El conducto auditivo externo es aplanado en sentido anteroposterior. Al corte
transversal, parece elíptico y oval, con su eje mayor dirigido desde arriba hacia
abajo y desde adelante hacia atrás. En un corte horizontal, está orientado en sentido
lateromedial y ligeramente desde atrás hacia adelante(1).
4.1.2.2. Constitución Anatómica
Está formado por una porción ósea, una porción fibrocartilaginosa y un
revestimiento cutáneo(1).
a) Porción ósea.- Está constituida por la porción timpánica del hueso temporal.
Se trata de un anillo óseo unido a la porción escamosa por la fisura
timpanoescamosa y a la porción petrosa por la fisura timpanomastoidea(1).

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b) Porción fibrocartilaginosa.- Es la porción lateral del meato. Está formada por
dos partes
- La porción cartilaginosa, adelante y abajo, que se continúa en sentido
lateral con el trago y se estrecha progresivamente de lateral a medial.
- La porción fibrosa, que se encuentra atrás y arriba, y que se ensancha de
lateral a medial(1).
c) Revestimiento cutáneo.- La piel del conducto auditivo externo continúa
medialmente a la de la oreja. Se va adelgazando en forma gradual de lateral
a medial. Sus anexos son pelos rudimentarios y algunas glándulas sebáceas
y sudoríparas modificadas. Estas glándulas segregan una materia
amarillenta: el cerumen. El cerumen se puede acumular, hasta el punto de
formar un tapón que provoca una disminución de la agudeza auditiva. Es fácil
de eliminar mediante un simple lavado del conducto auditivo(1).
4.1.2.3. Relaciones
La pared anterior es inmediatamente posterior a la articulación temporomandibular.
La pared posterior se apoya en la cara anterior de la apófisis mastoides. La pared
superior se relaciona con la fosa craneal media. La pared inferior corresponde a la
glándula parótida. El extremo medial oblicuo medialmente, hacia arriba y adelante,
está cerrado por la membrana del tímpano. El extremo lateral se abre a nivel de la
concha auricular por un orificio elíptico, cuyo eje mayor es vertical. El conducto
auditivo externo puede explorarse por examen directo o mediante un espéculo
especial (otoscopio), que permite ver el interior del conducto y la membrana del
tímpano(1).
4.1.2.3. Vasos y Nervios
a) Arterias.- Provienen de la temporal superficial y de la auricular posterior para
la porción lateral del conducto; de la arteria timpánica (rama de la arteria
maxilar) para la porción profunda(1).
b) Venas.- Drenan en las venas maxilares y en la vena yugular externa
c) Vasos linfáticos.- Terminan en los ganglios parotídeos profundos
preauriculares y en los cervicales profundos(1).
d) Nervios.- Provienen del nervio auriculotemporal para la parte superficial; del
ramo auricular mayor del plexo cervical para la parte posterior; del nervio
vago, que da un ramo auricular a la porción ósea del conducto y a la
membrana del tímpano, y del nervio facial, que da un ramo sensitivo que
inerva la pared posterior, al mismo tiempo que una parte de la oreja. Estos
nervios aseguran al conducto auditivo externo una extrema sensibilidad(1).
4.2. Oído medio

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El oído medio es una cavidad llena de aire excavada en el hueso temporal, situado
entre el conducto auditivo externo y del oído interno. Contiene una cadena de
huesecillos del oído. Consta de una parte centra, la cavidad timpánica, que se
comunica adelante con la faringe por la trompa auditiva. Hacia atrás, se comunica
con las cavidades mastoideas(1).
4.2.1. Cavidad Timpánica

En un corte coronal presenta la forma de una lente bicóncava, deprimida en su


centro. Está orientada hacia abajo, lateralmente y adelante (anexo9)(1).
a) Pared lateral (membranosa).- Comprende la membrana timpánica y la parte
ósea que la rodea.
- Membrana Timpánica: Es una membrana circular, delgada y
transparente, de 1 cm de diámetro (anexo10y 11). Está orientada hacia
abajo y lateralmente, formando con la horizontal un ángulo de 40° a 45°
Se inserta en el surco timpánico, en la porción timpánica del hueso
temporal, al cual está unida por un rodete anular fibrocartilaginos. Hacia
arriba no existe surco timpánico, y el rodete se separa de la pared ósea
para dirigirse hacia la apófisis lateral del martillo aplicada contra la
membrana. Se constituyen así los pliegues anterior y posterior del martillo
Por encima de estos pliegues, la membrana timpánica es menos espesa;
esta porción se llama porción fláccida (membrana de Shrapnell)(1).
La parte medial de la membrana timpánica, algo por debajo y detrás de su centro,
es saliente: es el ombligo del membrana timpánica, relacionado con el extremo
inferior del manubrio del martillo.
Por su cara lateral, la membrana timpánica cierra el conducto auditivo externo, cuyo
fondo constituye. Se la observa fácilmente y se la explora por la otoscopia. En
estado normal su color es gris perla. En la membrana timpánica se describen cuatro
cuadrantes, dos de los cuales son retroumbilicales y dos, preumbilicales. En el
cuadrante posterosuperior se puede distinguir desde el exterior el relieve de la rama
larga del yunque y algunas veces el nervio cuerda del tímpano (proveniente del
nervio facial). Es en el cuadrante posteroinferior donde se efectúa la punción de la
membrana timpánica, cuando existe una supuración de la cavidad timpánica(1).
 Estructura. La membrana timpánica está compuesta por una capa
media fibrosa, por una capa cutánea y por una capa mucosa. Sus
arterias, sus venas y sus linfáticos son tributarios de los vasos
vecinos. Sus nervios provienen del auriculotemporal, del vago y del
nervio timpánico(1).

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- Porción ósea: Completa la pared lateral alrededor de la membrana
timpánica(anexo9). Es más arriba donde toma el nombre de muro del
alvéolo. A este nivel constituye la parte lateral de la porción superior de la
cavidad: el receso epitimpánico (ático). Abajo, el reborde óseo es más
estrecho y responde a la parte inferior de la cavidad timpánica: el receso
hipotimpánico. Delante y detrás de la membrana, la pared ósea se
estrecha(1).
b) Pared Medial (laberíntica).- Separa el oído medio del oído externo(anexo12).
Presenta los siguientes accidentes:
- Promontorio: Es una saliente óseo, proyectada desde la porción petrosa
del temporal, situada en la parte central de esta pared. En su parte inferior
se encuentra el pequeño orificio (ostium) del conductillo de nervio
timpánico (conducto de Jacobson) a partir del cual las ramas nacidas del
nervio timpánico se ramifican en contacto con el promontorio (anexo
16)(1).
- Ventana Redonda (coclear): es un orificio situado debajo y detrás del
promontorio. Corresponde medialmente a la rampa timpánica de la
cóclea. En estado fresco está cerrada por una membrana denominada
membrana secundaria del tímpano (anexo16)(1).
- Ventana Oval: (vestibular): este orificio se encuentra arriba del
promontorio. Por esta abertura la cavidad timpánica se comunica con la
cavidad vestibular del oído interno. Del lado de la cavidad timpánica, la
base del estribo se apoya en los bordes de esta ventana (anexo 15 y
16)(1).
- Eminencia piramidal (pirámide): es una pequeña saliente ósea ubicada
detrás de los elementos precedentes y algo lateral a ellos. Su vértice, con
extremidad libre, está perforado: es el orificio de un conducto donde se
encuentra el músculo del estribo, cuyo tendón emerge por el
orificio de la pirámide (anexo16) y cuyo vientre muscular se localiza en el interior de
la eminencia piramidal(1).
- Apófisis cocleariforme (pico de cuchara): esta saliente se halla arriba y
adelante del promontorio. Constituye la prolongación de una saliente
donde se aloja el músculo tensor del tímpano, cuyo tendón pasa por el
orificio de la apófisis cocleariforme (anexo15)(1).
- Parte posterior y superior: arriba de la ventana oval, se ve la saliente de
la parte anteroposterior del conducto facial y por arriba de esta última, el
relieve del conducto semicircular lateral.

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c) Pared Superior (tegumentaria).- Está constituida por una delgada lámina
ósea, convexa la hacia arriba, el techo del tímpano (tegmen tympan), que
separa la cavidad timpánica del piso de la fosa media de cavidad craneal
(anexo9)(1).
d) Pared inferior (yugular).- Es el piso de la cavidad (anexo9). Es irregular, con
pequeñas celdillas cóncavas hacia arriba. Se encuentra en relación con el
bulbo superior de la vena yugular interna, situado debajo de la fosa yugular.
Puede estar levantada por la implantación de la apófisis estiloides del
temporal (eminencia estiloidea)(1).
e) Pared posterior (mastoidea).- La pared mastoidea está constituida por la
entrada al antro mastoideo (aditus ad antrum), que comunica la cavidad
timpánica con el antro mastoideo (anexo 12 y 16). Debajo y medial a este
orificio, una superficie cóncava y lisa da apoyo a la rama corta del yunque.
Por debajo de esta superficie se encuentra el pequeño orificio de entrada de
la cuerda del tímpano, por el cual esta rama del nervio facial penetra en la
cavidad timpánica (anexo11)(1).
f) Pared anterior (carotídea).- Está marcada por el orificio timpánico de la
porción ósea de la trompa auditiva (anexo 15y16) Por encima y adelante de
éste, se abre el orificio del músculo tensor del tímpano. Más lateral, se ve el
orificio anterior de la cuerda del tímpano. Debajo de éstos, la pared de la
cavidad está formada por una lámina delgada que la separa del conducto
carotídeo. El canalículo carotidotimpánico comunica las dos cavidades entre
sí. En él dejan su impresión los nervios y los vasos del mismo nombre(1).
g) Huesecillos del oído.- De lateral a medial, constituyen una cadena articulada,
desde la membrana timpánica hasta la ventana oval se encuentran: martillo,
yunque y estribo (anexo 14, 15 y 16)
- Martillo: Es el huesecillo más voluminoso (anexo13). Alargado de arriba
hacia abajo, en él se describen: una cabeza, situada hacia arriba y alojada
en el receso epitimpánico (anexo16), redondeada, lisa y convexa, que se
articula con el yunque. Un cuello corto y aplastado sostiene a la cabeza.
Un manubrio, orientado hacia abajo y atrás, se encuentra en el espesor
de la membrana timpánica, entre la capa fibrosa y la mucosa que la tapiza
medialmente. El manubrio termina a nivel del ombligo, donde se
ensancha en forma de espátula (anexo10). También presenta dos
apófisis, una lateral, que es corta y gruesa, de forma cónica, situada en la
unión del cuello y del manubrio, está orientada lateralmente para llegar a
la membrana timpánica. Y una apófisis anterior, larga, delgada, que se
desprende de la parte anteriore inferior del cuello, se dirige hacia adelante
y termina en la pared inferior de la cavidad timpánica, a nivel de la fisura
petrotimpánica(1).

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- Yunque: Este huesecillo está ubicado medial y detrás del martillo
(anexo13). En él se describen: un cuerpo situado en el receso
epitimpánico, junto con la cabeza del martillo con la cual se articula
adelante y lateralmente. Presenta dos ramas: una rama corta (superior),
horizontal, dirigida hacia atrás, hacia la pared posterior de la cavidad
timpánica, y una rama larga, vertical, dirigida hacia abajo, que luego se
inflexiona medialmente y termina en una pequeña dilatación, la apófisis
lenticular(1).
- Estribo: Es el más pequeño y el más medial de los huesecillos (anexo13).
En él se describen: una cabeza, que es la parte lateral del hueso,
cuadrilátera, aplastada de arriba hacia abajo, que presenta en su cara
lateral una pequeña superficie que se articula con la apófisis lenticular del
yunque. Su cara medial da origen a los siguientes elementos: dos ramas,
una anterior y otra posterior, que se separan de la cabeza del estribo y se
dirigen medialmente, delimitando un espacio cerrado por abajo por la
base del estribo. La base del estribo es una lámina ósea, dispuesta en
sentido vertical que se apoya sobre la ventana oval, de la cual toma su
forma(1).
h) Mucosa. Vascularización e inervación.-
- Mucosa de la cavidad timpánica: Es fina. Tapiza las paredes, así como
los huesecillos y sus ligamentos. El intervalo comprendido entre las dos
ramas del estribo y cerrado por la membrana obturatriz.
- Arterias: Son numerosas, provienen estilomastoideas, timpánica,
meníngea media, faríngea ascendente y carótida.
- Venas: Son también muy numerosas y salen de la cavidad timpánica por
los orificios por donde penetran las arterias(1).
- Linfáticos: En la parte superior de la cavidad timpánica se agrupan
constituyendo ganglios rudimentarios. Terminan en los ganglios
parotídeos y laterofaríngeos.
- Nervios: Además de los nervios musculares, existen nervios sensitivos y
autónomos, provenientes del nervio timpánico y de los nervios
carotidotimpánicos que vienen del plexo carotídeo interno(1).

4.2.2. Trompa Auditiva (de Eustaquio)


Es un largo conducto que se extiende desde la parte anterior de la cavidad timpánica
hasta la nasofaringe (anexo17 y 18).
4.2.2.1. Generalidades

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La trompa (tuba) auditiva se compone de dos porciones, una porción posterolateral
ósea, excavada en la parte inferior del hueso temporal, y una porción anteromedial
fibrocartilaginosa. La trompa auditiva, en conjunto, es oblicua de atrás hacia
adelante, de lateral a medial y algo de arriba hacia abajo. Las dos partes
constitutivas forman un ángulo obtuso, abierto abajo y adelante. La trompa está
aplastada de adelante hacia atrás y de lateral a medial. De atrás hacia adelante, se
estrecha cerca de su parte fibrocartilaginosa, para ensancharse nuevamente hacia
la faringe, de donde surgen dos conos, uno timpánico (posterolateral) y otro faríngeo
(anteromedial), unidos por sus vértices: istmo de la trompa. La trompa mide en el
adulto entre 35 y 45 mm, de los cuales 1/3 pertenece al cono timpánico óseo(1).
4.2.2.2. Forma y Relaciones
Se le describen: dos caras, dos bordes y dos forámenes.
a) Cara anterolateral: orientada algo hacia arriba, está al principio separada de
la fosa mandibular del temporal y la fisura petrotimpánica por la apófisis
tubaria del techo timpánico. Luego se relaciona con el músculo tensor del
velo del paladar y con la lámina medial de la apófisis pterigoides(1).
b) Cara posteromedial: se relaciona sucesivamente con el conducto carotídeo,
con el músculo elevador del velo del paladar(1).
c) Borde superior: al principio se halla debajo del conducto del músculo tensor
del tímpano, se aplica luego a la cara inferior de la base del cráneo.
d) Borde inferior: ocupa el intervalo comprendido entre los músculos elevador y
tensor del velo del paladar.
e) Orificio timpánico: ovalado, se abre en la puerta anterior y superior de la
cavidad timpánica.
f) Orificio Faríngeo: constituye el pabellón de la trompa.

4.2.2.3. Constitución anatómica


La trompa dispone de un armazón fibroso y cartilaginoso, de una mucosa y de un
aparato muscular motor(1).
a) Armazón de la trompa.- el cono timpánico está constituido enteramente por
hueso cóncavo en la parte petrosa del temporal. El cono faríngeo está
formado por:
- Una lámina cartilaginosa posterior y medial
- Una lámina fibrosa.- que se encuentra fijada a los dos bordes de la lámina
cartilaginosa y que constituye la pared anterolateral del cono faríngeo de
la trompa(1).
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b) Mucosa.- Se adhiere al armazón osteofibrocartilaginoso, Se prolonga con la
cara de la faringe hacia adelante y con a cara de la cavidad timpánica hacia
atrás. Contiene glándulas acinosas y acúmulos linfoides, la amígdala
tubaria(1).
c) Aparato muscular.- Aplicadas una contra otra, las paredes de la trompa
puedes separarse por acción de los músculos elevador y del tensor del velor
del paladar y el músculo palatofaríngeo(1).
d) Vasos y Nervios.- Las arterias provienen de la faríngea inferior, arteria del
conductor pterigoideo y de la meníngea media. Las venas son tributarias de
los plexos faríngeos y pterigoideos. Los linfáticos están en comunicación con
los de la faringe, tributarios de los ganglios retrofaríngeos y parotídeos
prufundos. Los nervios sensitivos provienen del nervio timpánico y del nervio
pterigopalatino(1).
4.2.2.4. Anatomía Funcional
Encargado de la transmisión de sonidos recibidos por el oído externo al oído interno,
el oído medio asegura esta función gracias a las vibraciones de la membrana
timpánica, transmitidas a la ventana oval por la cadena de los huesecillos(1). Esta
transmisión supone:
- La suavidad y la elasticidad de la membrana receptora.
- La integridad de los huesecillos, de sus articulaciones y de sus músculos.
- Que la presión del aire sea igual sobre las dos caras de la membrana
timpánica.
Su cara lateral está ampliamente abierta al exterior por el conducto auditivo externo,
y está sometida a la presión atmosférica. La cara medial soporta una presión
idéntica debido a la comunicación establecida con el exterior por la trompa auditiva.
Los descensos rápidos de la presión atmosférica que sufre a veces el organismo
(ascenso en avión, en teleférico) o sus aumentos (sumersión) pueden ser
compensados por movimientos activos de deglución, que modifican la presión en la
nasofaringe y aseguran, por la contracción de los músculos tensor y elevador del
velo del paladar, la apertura de la trompa(1).
Las condiciones normales de funcionamiento del oído medio resultan a menudo
perturbadas por lesiones del tímpano (esclerosis, perforaciones); por afección de la
cadena de los huesecillos (osteoporosis, anquilosis articulares) y por la inflamación
de la mucosa del oído medio, sobre todo. Debido a sus relaciones con la mucosa
faríngea, esta mucosa se infecta fácilmente, lo que produce obliteraciones
congestivas de la trompa, inflamaciones o infecciones del oído medio (otitis), con
sus complicaciones posteriores (mastoiditis)(1).

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Si se presentan, estas lesiones pueden hacer necesario el drenaje de la cavidad
mediante perforación instrumental del tímpano (paracentesis) o dirigida hacia el
antro (trepanación mastoidea); en ocasiones se necesita ampliar el acceso y el antro
mastoideo (vaciamiento petromastoideo), lo que conduce fatalmente a la sordera
del oído operado(1).
4.3. Oído interno
El oído interno está formado por un conjunto de cavidades óseas excavadas en el
espesor de la porción petrosa del temporal, ubicadas mediatamente y por detrás de
la Cavidad timpánica. Estas cavidades constituyen el laberinto óseo, ocupado por
vesículas o sacos membranosos cuyo conjunto forma el laberinto membranoso. Los
sacos membranosos contienen un líquido, la endolinfa, y están separados de las
paredes óseas por otro líquido, la perilinfa Las paredes de los sacos membranosos
contienen receptores nerviosos a partir de los cuales se constituye el nervio
vestibulococlear (VIII)(1).
Este nervio es conductor de aferencias auditivas (nervio coclear) y del equilibrio
(nervio vestibular)
4.3.1. Laberinto óseo
Comprende: el vestíbulo, los conductos semicirculares, la cóclea y el conducto
auditivo interno.
a) Vestíbulo.- Constituye la parte central del laberinto óseo y es una cavidad
ovoide, alargada de adelante hacia atrás y aplastada en sentido lateromedial.
Está ubicada por detrás de la cóclea y por delante de los conductos
semicirculares. Medialmente se relaciona con el conducto auditivo interno y
lateralmente, con la cavidad timpánica. En el vestíbulo se pueden describir
seis paredes: lateral (anexo19), medial (anexo 20y21), superior, inferior,
anterior y posterior(1).
b) Conductos Semicirculares.- Están situados por detrás y por arriba del
vestibulo (anexo19y20). Son tres: anterior, posterior y lateral. Son conductos
tubulares en forma de herradura, que parten del vestíbulo y vuelven a él,
después de un trayecto excavado en la porción petrosa del temporal. Cada
uno de ellos presenta dos extremos con sendos orificios: un orificio dilatado
por la ampolla, el orificio ampular, y un orificio no dilatado el orificio no
ampular. Los extremos no ampulares de los conductos semicirculares
posterior y anterior se reúnen medialmente por un abocamiento común, la
rama ósea común que los comunica con el techo del vestíbulo. Los conductos
semicirculares están orientados en planos prácticamente perpendiculares
entre sí. Los conductos semicirculares laterales de ambos oídos se
encuentran en el mismo plano y el conducto anterior de un lado es casi

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paralelo al conducto posterior del lado opuesto. Cada uno de estos conductos
posee características particulares(1).
c) Cóclea (caracol).- Tienen la forma de un cono cuya base se aplica atrás y
medialmente en el fondo del conducto auditivo interno (anexo21 y 22). Se
describen: Mondiolo (columela), Conducto espiral (lámina de contornos),
lámina espiral ósea y rampas de la cóclea(1).
d) Conducto Auditivo Interno.- Su dirección es horizontal y está dirigido hacia
lateral y algo hacia adelante. Se abre en la cara posterior de la porción
petrosa del temporal. Su fondo está limitado lateralmente por una lámina
vertical que corresponde a la parte medial del vestíbulo y a la base de la
cóclea(1). Una cresta transversal divide al fondo del conducto en dos partes,
superior e inferior:
- Parte superior: se observa por delante la fosa anterior, por donde penetra
el nervio facial y que marca el comienzo del conducto facial; y por detrás,
el área donde llega la porción superior del nervio vestibular.
- Parte inferior: se encuentra, hacia anterior, el área coclear con el tracto
espiral por donde emergen las fibras del nervio coclear, y hacia posterior,
el área que da pase a la porción inferior del nervio vestibular. En esta área
se localiza el foramen por donde pasa el nervio ampular posterior
[singular] (rama del nervio vestibular). El conducto auditivo interno
también es recorrido por la arteria laberíntica y por el nervio intermedio
que acompaña al nervio facial(1).
4.3.2. Laberinto membranoso
Comprende las partes blandas contenidas en las cavidades del laberinto óseo: el
laberinto vestibular y el laberinto coclear (anexo23y24)(1).
4.3.3. Líquidos del oído interno
a) Endolinfa.- Llena las cavidades del laberinto membranoso. Es un líquido
claro, comparable al agua. A veces contiene secreciones calcáreas (otolitos)
concentradas a nivel de las máculas y de las crestas acústicas(1).
b) Perilinfa.- Se encuentra en el espacio comprendido entre el laberinto
membranoso y el laberinto óseo. Excepto en las dos rampas de la Cóclea,
los espacios perilinfáticos están tabicados por trabéculas conjuntivas que
fijan al utrículo, al sáculo y a los conductos semicirculares a las paredes
óseas. La perilinfa es un líquido claro, incoloro, semejante a la endolinfa. Los
dos espacios perilinfáticos se comunican ampliamente (anexo23)(1).

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4.3.4. Vascularización
a) Arterias.- La arteria principal es la arteria laberíntica (rama de la arteria
cerebelosa anteroinferior y/o de la arteria basilar) (anexo25). Llega al
laberinto por el conducto auditivo interno, donde se divide en dos ramas
arteria coclear común (anterior) y arteria vestibular (posterior). Existen
arterias accesorias que proceden de las arterias meníngeas, de la arteria
estilomastoidea y de las arteriolas de la pared medial de la cavidad
timpánica(1).
b) Venas.- Se describen tres venas: vena laberíntica que sigue a la arteria del
mismo nombre y termina en el seno petroso inferior, la vena del acueducto
vestibular, que desemboca en el seno petroso superior, y la vena del
acueducto de la cóclea, cuya desembocadura se encuentra en la vena
yugular interna(1).
c) Linfáticos.- La linfa está representada por la endolinfa y la perilinfa. En el oído
interno no existen vasos ni ganglios linfáticos(1).

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CONCLUSIONES:
1. Se llegó a la conclusión de que la Nariz, Boca, Región orbitaria y oído son de

suma importancia.

2. Se pudo distinguir las diferentes zonas de la región de la Nariz

3. Se clasificó por orden de importancia las regiones de la cavidad bucal.

4. Se pudieron determinar las zonas de la región del ojo, órbita, región orbitaria

y globo ocular.

5. Se identificaron las partes más importantes del oído.

6. Se describió las características de la boca, región labial,

región gingivo –dentaria, vestíbulo oral.

7. Se reconoció las estructuras de la boca, músculos, nervios y su respectiva

irrigación.

8. Se explicó la fórmula dentaria

9. Se describió la estructura, irrigación y función de la lengua y su importancia

como órgano del gusto.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
10. Keith L. Moore. Clinically Oriented Anatomy.

11. Keith L.Moore , Arthur F.Dalley, Anne M.Agur. Moore Anatomía con orientación
clínica.2. 8°edición. Barcelona: Wolters Kluwer; 2017.

12. Gardner , Gray, O´Rahillly.Anatomía O´Rahilly.1.5°edición. Barcelona:Salvat


edittores; 1972

13. Anatomía del periodonto [Internet]. [citado 29 de abril de 2019]. Disponible en:
https://www.dentalcare.com.mx/es-mx/formacion-profesional/cursos-de-
formacion-continua/ce500/anatomia-del-periodonto

14. Diente - EcuRed [Internet]. [citado 29 de abril de 2019]. Disponible en:


https://www.ecured.cu/Diente

15. Mi Breviario: FORMULA DENTAL DEL ADULTO Y DEL NIÑO [Internet]. [citado
29 de abril de 2019]. Disponible en:
http://micarpesano.blogspot.com/2013/11/formula-dental-del-adulto-y-del-
nino.html

16. Glándulas salivales.pdf [Internet]. [citado 29 de abril de 2019]. Disponible en:


http://www.apoyo.usac.gt/Gl%C3%A1ndulas%20salivales.pdf

17. Admin. La fisura labiopalatina [Internet]. Clínica López Giménez. 2018 [citado
29 de abril de 2019]. Disponible en: http://www.clinicalopezgimenez.com/la-
fisura-labiopalatina/

18. Ruiz Liard L. Anatomía Humana. Quinta. Vol. 1. Editorial Médica Panamericana;
1511 p.

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ANEXOS:
NARIZ
Anexo 1

Anexo 2

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Anexo 3

Anexo 4

P á g i n a 44 | 75
Anexo 5

Anexo 6

Anexo 7

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Anexo 8

Anexo 1:

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Anexo 2:

Anexo 3:

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Anexo 4:

CAVIDAD BUCAL
Anexo 1:

Anexo 2:

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Anexo 3:

Anexo 4:

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LABIO LEPORINO
Anexo 5:

REGIÓN ORBITARIA:
Anexo 1:

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Anexo 2:

Anexo 3:

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Anexo 4:

Anexo 5:

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Anexo 6:

Anexo 7:

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Anexo 8:

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Anexo 9:

Anexo 10:

Anexo 11:

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Anexo 12:

P á g i n a 56 | 75
Anexo 13:

Anexo 14:

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Anexo 15:

Anexo 16:

P á g i n a 58 | 75
Anexo 17:

Anexo 18:

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Anexo 19:

Anexo 20:

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Anexo 21:

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OÍDO:
Anexo 1:

Anexo 2:

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Anexo3:

Anexo4:

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Anrxo5:

Anexo6:

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Anexo7:

Anexo8:

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Anexo9:

Anexo10:

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Anexo11:

Anexo12:

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Anexo13:

Anexo14:

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Anexo15:

Anexo16:

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Anexo17:

Anexo18:

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Anexo19:

Anexo20:

P á g i n a 71 | 75
Anexo21:

Anexo22:

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Anexo23:

P á g i n a 73 | 75
Anexo24:

Anexo25:

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