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INFORME

A RODRIGO VILLALBA
Senador de la república de Colombia
DE JOHANA CAROLINA PUENTES N.
Asistente III
ASUNTO Deforestación en Colombia
FECHA Septiembre de 2019

Con respecto al documento, me dirijo a usted senador en mis funciones como


asistente III para informarle lo siguiente:

Los procesos de crecimiento y desarrollo socioeconómico junto con el uso y manejo


de nuestros recursos naturales suponen el deterioro y/o desaparición de nuestros
bosques y otros recursos naturales. Las cifras de deforestación en el territorio
nacional aumentan cada año a un ritmo acelerado, principalmente por causas tales
como el acaparamiento de tierras para uso ganadero y los cultivos ilícitos. Dando
lugar a diferentes impactos sociales y ambientales que se ven reflejados tanto a
nivel regional como mundial mediante los efectos del cambio climático.
Las intenciones de los diferentes gobiernos para disminuir y frenar la deforestación
se ven reflejadas en acciones que permitan llevar un mayor control

Cifras de la deforestación en Colombia

Colombia cuenta con 114 millones de hectáreas, de las cuales 60 millones están
representadas en superficie de bosque natural. Esto representa una gran diversidad
en flora y fauna, por lo tanto, nos convierte en uno de los países con mayor riqueza
natural.

Debido a la diversidad de climas y relieves colombianos, el país se encuentra


dividido en cinco regiones naturales. La Amazonía es la que posee la mayor área
de bosques del país con 39.7 millones de hectáreas, dos terceras partes del total
nacional. En esta región se encuentran principalmente bosques altos de tipo
selvático. Le sigue la Región Andina con el 18% de los bosques naturales del país.
Esta región presenta la mayor variedad de tipos de bosque por la variedad de
condiciones climáticas que la componen, aunque muchos son bosques
fragmentados. Se observan bosques selváticos, bosques de niebla, bosques
enanos, entre otros. La Región Pacífico contiene el 8% de los bosques naturales
del país y la mitad de su territorio está cubierta por bosques, principalmente selvas.
También sobresalen las coberturas relativas a la vegetación de manglar. La
Orinoquía se caracteriza por bosques bajos y mixtos, así como vegetación de
sabana. Finalmente, la Región Caribe presenta bosques mixtos que son 2,7% del
total nacional. La mayor parte de esta región está cubierta por pastos utilizados en
actividades ganaderas (IGAC et al., 2002).

Sin embargo, en los últimos 20 años se ha perdido un gran número de hectáreas de


bosques. En 1990 la cobertura boscosa en el país era de 64,442,269 hectáreas, es
decir, el 56.5% del territorio nacional. Para 2010 la superficie de cobertura boscosa
total había descendido a 59,021,810 hectáreas. De esta manera, en los últimos 20
años se perdieron 5.4 millones de hectáreas de bosque, un área del tamaño de
Costa Rica. Las zonas más afectadas son el norte de los Andes, la Región Caribe
y la Amazonía (IDEAM, 2011). Para el 2015 y 2016 la deforestación se incrementó
en un 43 %, entre 2016 y 2017 aumentó 20 %. A nivel regional, las cifras obtenidas
por El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) reportan
que las áreas de cambio en la cobertura de bosque natural durante el 2017 se
concentran principalmente en las regiones de la Amazonía (65,5 % de la
deforestación), los Andes (17 %), el Caribe (7,1 %), el Pacífico (6,1 %), y la
Orinoquia (4,5 %).
Sin embargo, IDEAM dio a conocer la cifra oficial de deforestación en 2018, la cual
se ubicó en 197.159 hectáreas. El número sorprendió pues resultó ser menor al del
2017, mostrando una reducción del 10 %. Se convierte en una cifra alentadora,
aunque hay que tener en cuenta, que, si bien en algunas regiones estos números
disminuyen, en regiones como la Amazonia que aún conservan bosques nativos,
una alta diversidad de flora y fauna, grandes e importantes afluentes y una gran
riqueza cultural; la deforestación está creciendo cada vez más.

Colombia, pese a ser uno de los países que cuenta con mayores extensiones de
ecosistemas naturales, cada hora, el país pierde 20 hectáreas de bosques,
principalmente en Chocó, Antioquia, Caquetá, Guaviare, Meta y Norte de
Santander, lo que representa la tasa de pérdida de recursos forestales más alta de
los últimos 25 años.

Causas de la Deforestación

La deforestación implica cambiar la cobertura del suelo y es el resultado directo de


procesos como la expansión de la frontera agrícola, la conversión de bosques a
pasturas, la tala ilegal o los incendios forestales en muchos casos asociados a la
especulación con la propiedad de la tierra. Pero también son causas de la
deforestación, el establecimiento de cultivos ilícitos, la minería, la creación de
carreteras, los asentamientos humanos e incluso la obtención de leña o carbón.
Las principales causas de disminución de cobertura boscosa en el país son:

 Ganadería extensiva: La ganadería extensiva representa casi el 60 % de


la deforestación en el país según la investigadora Helena García de
Fedesarrollo. Esta incluye tanto a aquellas ganaderías que mantienen ganado
con fines productivos, como las inversiones que solo buscan asegurar la
tenencia de la tierra mediante la introducción de ganado en pie. Las cifras
reveladas por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) son al menos
inquietantes: en el país 14 millones de hectáreas son destinadas a ganadería
neta aun cuando solo 2,7 millones son aptas para tal fin.

 Cultivos ilícitos: según MinAmbiente En el año 2017, la deforestación


asociada a cultivos de coca en Colombia representó el 24% del total
deforestado en el país. Es decir, por cultivos de coca se deforestan 137
hectáreas diariamente de bosque natural colombiano, que equivalen a 161
canchas de fútbol con coca en ecosistemas estratégicos. Esta deforestación
asociada a cultivos de coca tiene impactos relacionados con la pérdida y
migración de la fauna y flora de estos bosques, pérdida de estos suelos y
aumento de la erosión y desertificación, y el consecuente incremento de
deslizamientos, avalanchas y demás desastres asociados en el país.

 Tala ilegal: Cada año en el país, por la deforestación clandestina, se pierden


unas 48.000 hectáreas de bosque, un poco más del área urbana de Bogotá.
Por tratarse de una actividad extractiva que implica bajas inversiones, la tala
y tráfico ilegal se realizan tanto a gran escala como para satisfacer
necesidades básicas y para proporcionar combustible a escala doméstica
(Ministerio de Ambiente, 2002). Por otro lado, el periódico El Tiempo reporta
cifras del Banco Mundial del 2006 indican que, en Colombia, el 42 por ciento
de la madera que se explota, transporta y comercializa en el país es ilegal.

 Minería: El daño que hace la minería ilegal al suelo y al subsuelo es


irreparable. Arrasa no solo con árboles, sino con todo un ecosistema que
nunca volverá a ser el mismo. sus efectos son devastadores en la Amazonía
por la presencia de dragas, barcas y otros equipos utilizados para la
extracción de oro que acaban con los bosques, así como por el uso
indiscriminado de mercurio que genera daños a la salud de las poblaciones
locales -principalmente indígenas- y afecta a ríos y peces.

 Infraestructura: Es imposible pensar en extracción, sin pensar en una vasta


red de infraestructura complementaria y, por tanto, en una deforestación y
destrucción incluso más amplia. El establecimiento de vías para el transporte
de diferentes productos sobre todo aquellos provenientes de prácticas
ilegales, es también de los principales causantes de la desaparición de
cobertura boscosa en el país.

 Incendios forestales: Los incendios forestales también son una causa


importante de la pérdida de bosques y afectan la diversidad biológica y la
sostenibilidad de los recursos agua y suelo. Para SIAC (sistema de
información ambiental de Colombia) este fenómeno se presenta de manera
recurrente durante los periodos secos anuales y, tanto el área como la
frecuencia de afectación, tienden al incremento en forma notoria, en especial
en la región Andina, en la que afectan páramos, bosques húmedos andinos
y áreas de plantaciones forestales, con causalidades asociadas a las
necesidades de expansión y deficiencias en la educación ambiental de la
población. Se estima que en lo que va de corrido este año se han presentado
por lo menos 100 incendios forestales que se han atendido en 11
departamentos del país, dejando más de cien mil hectáreas consumidas por
estas conflagraciones.
En Colombia, en los periodos de menor precipitación, que se han
intensificado en épocas del fenómeno del Niño y que han contribuido a la
degradación de los ecosistemas boscosos del país, cada año afectan un
promedio de 42.000 hectáreas. (MAVDT 2010).

 Crecimiento poblacional: La consolidación de la tendencia de urbanización,


impulsada por la creciente industrialización en las ciudades principales ha
sido un factor determinante en el cambio en el uso del suelo. Este movimiento
de la población hacia centros urbanos se concentró principalmente en la
región Andina, ejerciendo mayor presión sobre los recursos naturales ante la
mayor demanda de alimentos y tierra para vivienda. Esto ha generado
procesos de colonización sin planeación alguna y dirigidos sobre territorios
ambientalmente frágiles (IGAC et al., 2002).

Cuáles son los impactos que deja la deforestación

El gran impacto de la deforestación se produce a nivel local. Con la pérdida de


bosque, las comunidades rurales pierden los valiosos servicios que ellos les
prestan, los cuales raramente se tienen en cuenta cuando se toman decisiones,
tales como asegurar el flujo regular de agua y el clima, la protección contra las
inundaciones y los deslizamientos. Los bosques, además, actúan como esponjas
que absorben la precipitación durante eventos climáticos extremos, retienen los
suelos y liberan agua a intervalos regulares de tiempo. Por lo tanto, la pérdida de
bosques afecta el suministro y disponibilidad de agua.

Adicionalmente, la pérdida en biodiversidad asociada a la destrucción de


ecosistemas es enorme. Actualmente se han identificado 2,500 especies que están
bajo amenaza de extinción por deforestación, 500 de ellas especies nativas al país.
Esto es especialmente grave si tomamos en cuenta que Colombia es uno de los 17
países megadiversos en el mundo. Encontramos también el debilitamiento de la
vegetación predisponiéndola al ataque de plagas y enfermedades y como
consecuencia de los incendios forestales, vemos los efectos sobre el aire que
repercuten sobre la salud pública.
Para Elsa Matilde Escobar, directora de la Fundación Natura muchas comunidades
que viven al interior de los bosques, la deforestación representa la pérdida de sus
espacios sagrados, de su cultura y su vida. Además, el impacto sobre las mujeres
es enorme, porque ellas tienen que desplazarse cada vez más lejos para conseguir
la leña para cocinar, el agua para su familia y los alimentos derivados de los
recursos forestales.

Los departamentos con mayor pérdida de bosque

De acuerdo al informe del IDEAM, los principales núcleos de deforestación se


concentran en el noroccidente de la región amazónica colombiana, en específico en
los departamentos de Caquetá (980 puntos de deforestación), Putumayo (179),
Guaviare (106) y Meta (76).

Para el departamento del Caquetá desafortunadamente los dos años que duro las
negociaciones de La Paz en la Habana, Cuba la deforestación creció de una forma
desmesurada. La situación en la región no es menos alarmante si se tiene en cuenta
que de cada cinco hectáreas que se arrasan en Colombia una está en el Caquetá.

A ese ritmo, en 2017 en el país se perdieron 220.000 hectáreas de bosque y de


ellas unas 144.000 se esfumaron en la Amazonia.

Tal vez algunos no lo sepan, pero talar la Amazonia no solo es perjudicial para el
Caquetá, sino para la humanidad entera. Cortar esos árboles tiene implicaciones en
el cambio del clima del planeta. Ahora bien, lo peligroso es que, si esta parte del
país se sigue talando a ese ritmo, el bosque amazónico podría terminar de
exterminarse completamente en 50 o 70 años.
La deforestación en la Amazonía está asociada principalmente a praderización,
especulación sobre la tierra, ganadería extensiva, cultivos ilícitos e infraestructura
vial. El IDEAM calcula que 53% del territorio nacional está cubierto de bosques. Ahí
vive buena parte de las 55.000 especies animales y vegetales que tiene Colombia
y de ellos dependen cientos de miles de personas.

Postconflicto y la deforestación

El medio ambiente tiene todo que ver con el postconflicto. Por una parte, los
conflictos en Colombia se han dado, en gran medida, como consecuencia de las
desiguales relaciones en el acceso, tenencia y uso de la tierra y no se puede obviar
que la tierra es también un recurso natural y que su uso conforme a la vocación que
tiene viene dado, en parte, por disposiciones ambientales.

En Cartagena del Chairá y en San Vicente del Caguán, dos municipios que fueron
escenarios de los momentos más duros del conflicto, la tala se disparó en
proporciones no vistas en Colombia. Solo en esas dos jurisdicciones se concentró
en 2017 el 22 por ciento de la deforestación total del país. El dato es impresionante
si se tiene en cuenta que estos territorios representan muchísimo menos que el 1
por ciento de la superficie del suelo colombiano.
Parece paradójico pero la presencia de los grupos armados al margen de la ley y
su control en diferentes zonas del país garantizaban la permanencia y conservación
de nuestros bosques. En tiempos de la guerra, las FARC redactaron un manual de
convivencia en el que, existían normas ambientales de obligatorio cumplimiento,
pues la selva era el refugio perfecto y la garantía para controlar el territorio.
El posconflicto no dimensionó el impacto de la dejación de los territorios por las
FARC-EP. Esto se evidencia con la falta de preparación y alcance de las
autoridades ambientales para llegar a aquellos territorios que controlaba este grupo
armado en el país. Ahora han llegado grandes terratenientes y tumban selva a
mayor escala.

Proyectos y acuerdos para frenar la deforestación


Existen diferentes acciones que se implementan para frenar o disminuir la
deforestación en el país. La Gobernanza forestal busca proteger los árboles del país
y, además, intenta hacerles seguimiento para que la explotación de este recurso no
siga en las manos de ilegales. A continuación, se expone las estrategias que
funcionan actualmente en pro de la conservación y protección de nuestros bosques:

 Pacto por la madera legal: El Pacto Intersectorial por la Madera Legal en


Colombia (PIMLC) es definido por FEDEMADERAS como la suma de
voluntades de entidades públicas y privadas del país, que tiene como objetivo
asegurar que la madera extraída, transportada, comercializada y utilizada,
provenga exclusivamente de fuentes legales.

En la actualidad, el proyecto fortalece y actualiza las regulaciones para evitar


que se siga comercializando la madera de forma irregular, y mejorar el
aprovechamiento planificado de los bosques. También se busca salir del
atraso tecnológico, que el propio Ministerio de Ambiente reconoce, para la
detención de los productos legales.

 Acuerdo de París: Es un pacto que realizo en Colombia ante la comunidad


internacional a tomar 10 medidas concretas de adaptación, que van desde la
delimitación y protección de los 36 complejos de páramos, hasta lograr que
el 100 % del territorio nacional cuente con planes de adaptación al cambio
climático. Esta contribución va de la mano del Plan Nacional de Adaptación
y la Política Nacional de Cambio Climático, actualmente en proceso de
adopción. Por otra parte, Colombia contribuye al 0,46 % de las emisiones
globales. Aunque esta cifra es baja, se calcula que si no se toman medidas
las emisiones podrían aumentar cerca de 50 % en 2030. Por esa razón, el
país se comprometió a reducir 20 % de sus emisiones con base en un
escenario proyectado a 2030 e, inclusive, a disminuir el 30 % si cuenta con
cooperación internacional.

Esta es una oportunidad para que el país modernice y transforme su


economía, proteja sus bosques, reduzca la deforestación y cuente con una
industria eficiente, baja en carbono y resiliente al clima.

 Declaración Conjunta de Intención: es una alianza entre el Gobierno de la


República de Colombia, el Gobierno del Reino de Noruega, el Gobierno de
la República Federal de Alemania y el Gobierno del Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte sobre Cooperación para la reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la deforestación,
la degradación de los bosques (REDD +) y promover el desarrollo sostenible
en Colombia. El objetivo para el país es contribuir a alcanzar la reducción
significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes
de la deforestación y la degradación forestal en Colombia. Para esto el
gobierno actual se comprometió con las siguientes metas:

i. Reducir la deforestación anual en Colombia a 90.000 hectáreas o a


menos para 2018.
ii. Alcanzar la deforestación neta cero en la Amazonía Colombiana en 2020.
iii. Tener 210.000 hectáreas adicionales en procesos de restauración en
entre 2015 y 2018, con la aspiración de sumar 200.000 hectáreas más
para el año 2020
iv. Esforzarse por dar fin a la pérdida de bosque natural para el año 2030.

 La estrategia Burbuja Forestal: es una estrategia militar que además de


brindar apoyo en la reacción oportuna ejerce una dinámica preventiva de tal
manera que no se generen impactos y daños ambientales. Esta creada en el
departamento del Caquetá como burbuja piloto y actualmente se origina en
el departamento del Guaviare. Esta estrategia se encuentra perfectamente
alineada con los objetivos de visión Amazonia que además de ejercer un
control sobre la tala indiscriminada también busca medidas ejemplares
contra quienes realice esta actividad ilícita.

CONCLUSION

La deforestación está estrechamente relacionada con fenómenos socioeconómicos


y su localización depende de variables geográficas, políticas y económicas.
Entender adecuadamente estos fenómenos es indispensable para el diseño de
políticas e instrumentos que busquen atacar o contrarrestar la deforestación en el
país.
Estrategias como la detección temprana de zonas deforestadas es una herramienta
importante que ha utilizado el gobierno para evaluar la situación de las regiones que
se están viendo más afectadas. Estas serían una fortaleza para combatir las causas
que afectan a la perdida de bosque siempre y cuando exista una verdadera
presencia de este. Los vacíos de control estatal son significativos y la falta de
mecanismos políticos adecuados permite a los grandes terratenientes extender y
mantener su control sobre el territorio, convirtiendo así zonas de bosque en
pastizales con una baja densidad de animales.

Por otra parte, se hace necesario fuertes sanciones para quienes talan los bosques,
practican la minería ilegal y realizan quemas no controladas.
El refuerzo de alternativas brindadas a los campesinos para sustituir la siembra de
coca erradicada por parte del Programa de Sustitución de Cultivos ya que
reconocen que siguen tumbando árboles para hacer sembrados o poner ganado por
falta de opciones de sustento. Hay demasiados productos secundarios del bosque
que se pueden aprovechar. Hay unos proyectos agroforestales como el cacao bajo
sombra que pueden funcionar muy bien.

PESE A LAS DIFERENTES ESTRATEGIAS PLANTEADAS PARA FRENAR LA DEFORESTACION EN


NUESTRO PAIS hay que tener en cuenta que los compromisos adquiridos hasta la fecha se quedan
cortos

La paz nos tomó distraídos, sin estrategias claras, sin trabajar con la gente, sin
implementar alternativas productivas sostenibles, sin organizar el turismo. Era
previsible que hacia las áreas que antes estaban restringidas por ser espacios de la
guerrilla, se movilizaran los que han sido desplazados por la inequidad de las
ciudades. Se sabía que allí iban a llegar aquellos que no tienen tierra y buscan
alternativas de vida o quienes simplemente han querido explorar territorios hermosos
que antes estaban vedados por el conflicto.

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