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Camino #1: Estar consciente en todo momento

por Rav Noaj Weinberg zt"l


Para alcanzar resultados significativos en la vida, el esfuerzo debe ser constante. ¡No
desperdicies ni un minuto!

Imagina que vas en tu auto y observas cómo el conductor de al lado comienza a tirar dólares por su
ventana. ¡No lo puedes creer! Esta persona está loca. Cada cinco minutos, otro billete vuela por su
ventana.

Probablemente nunca has visto eso. Pero seguro has visto a alguien tirando cinco minutos por la
ventana. Probablemente lo has hecho tú mismo. El autobús avanza y tú realmente disfrutas el
paisaje: "Oh, una montaña… mira esa tienda... y allí hay un parque". Eso no está tan mal durante los
primeros minutos. Pero la caja registradora comienza a marcar cada vez más tiempo perdido. ¡Ding!
¡Ding!

Para llegar a ser un gran ser humano deberás utilizar tu mente constantemente, hasta que esto
impregne cada fibra de tu ser. Todo empieza con una decisión, un compromiso. Trata de decir en
voz alta: "La vida es una oportunidad. Quiero usar mi cabeza, y avanzar constantemente hacia mi
meta".

Es posible que encuentres cierta resistencia y escuches una voz que protesta internamente: "¡De
ninguna manera! ¿¡Puro trabajo y nada de diversión!? ¡Te convertirás en una persona triste! ¡Mejor
vamos a matar el tiempo o a mirar televisión!".

¿Esto significa que debes ser un trabajólico obsesivo? Claro que no, ¡también necesitas dormir!

Clarifiquemos esto. "Trabajar constantemente" significa que cuando duermes para ser más
productivo, entonces el dormir se transforma en parte de tu trabajo. Y es lo mismo con la comida o el
ejercicio.

¿Y qué hay con respecto a relajarse?

Claro que está bien relajarse. Pero relajarte significa "cambiar los neumáticos". Tu relajo debe ser
con un propósito y con una dirección. Piensa en algo que no sea tan extenuante, pero que aun así
sea significativo. Por ejemplo, cambia tu foco hacia la naturaleza, la música o el arte. A veces,
incluso un pequeño cambio de escenario, una bebida fría o una bocanada de aire fresco es
suficiente para recargar las baterías.

Pero no mates el tiempo.

Hacemos eso porque es doloroso estar contantemente conscientes, estar constantemente


“conectados”.

Para superar ese dolor, enfócate en los beneficios. Cuando estás constantemente consciente, cada
experiencia se convierte en una lección para la vida. Por ejemplo, si estás esperando en el
consultorio del dentista, puedes utilizar ese tiempo para llegar a un sinnúmero de conclusiones
cruciales:
 "Tengo suerte de tener dientes. Una vida sin dientes sería mucho menos placentera".

 "Si existe una cosa como la higiene dental, debe existir también un concepto de higiene
espiritual. Me pregunto, ¿cuál será?".

 "Si no fuera por el dolor del torno, mis dientes se habrían caído. Probablemente otras
dificultades en la vida también me ayudan a lograr cosas buenas".

 "El cuerpo humano es sumamente complejo. La integración de los dientes, encías, lengua y
saliva es una increíble muestra de diseño anatómico y fisiológico. ¿Cómo se formó todo
esto?".

Independientemente de qué hagas en un momento determinado —leer las noticias, cerrar un trato
comercial, platicar con un amigo o leer este artículo— préstale toda tu atención a lo que estés
haciendo. Decide que estás dispuesto a realizar el esfuerzo de pensar, de estar consciente, todo el
día.

Continuo: Sin interrupción

Siempre que persigas un objetivo específico, debe ser sin interrupción alguna. En realidad, es mejor
estudiar una hora seguida que dos horas con interrupciones. Las interrupciones rompen nuestra
concentración y limitan nuestra habilidad de retener información. Le quitan el poder a nuestro
estudio.

Determina algún espacio de tiempo en el que dejes todo lo demás afuera, en el que no te desvíes de
la actividad en la que estés concentrado. Que no ocurra que te sientas, e inmediatamente te paras a
abrir la ventana. Y luego vas por un vaso de bebida. Y luego te paras nuevamente a cerrar la
ventana. Y después enciendes la radio.

Fija la idea en tu cabeza: "voy a hacer la actividad ‘X’ por una hora seguida. ¡Sin interrupciones!". Por
15 minutos completos, no te detengas. No te cambies de lugar, no tomes ninguna bebida, ¡no
interrumpas ese momento a menos que sea algo de vida o muerte!

Puedes practicar esto mientras vas en el autobús, o cuando estás esperando en el consultorio del
dentista. Establece un objetivo de 15 minutos para enfocarte exclusivamente en una sola cosa.
Puede ser un problema que estás teniendo en el trabajo, una meta personal, o algún problema
amoroso. Por ejemplo te puedes decir a ti mismo, "los siguientes 15 minutos voy a emplearlos para
pensar en mi familia, en cómo puedo ayudarlos, en por qué los quiero y en el placer que siento por
tenerlos en mi vida".

O trata de dedicar 15 minutos por día a estar consciente de cualquier aspecto de la creación, desde
la sangre que corre por tus venas para mantener a cada célula viva, hasta la hormiga que está
arrastrándose en el piso debajo de tus pies. Durante esos 15 minutos, estarás completamente
maravillado por el milagro de estar vivo.

Luego, al final de los 15 minutos, aprecia cuán bien empleaste el tiempo. De otra forma, éste hubiera
sido desperdiciado...

Poco a poco, incrementa el tiempo. Primero 15 minutos, después 30 minutos, después una hora y
después dos horas. Una vez que hayas llegado a cuatro horas, ya estarás del otro lado.
El Gaón de Vilna, un gran estudioso judío del siglo XVIII, decía que las primeras tres horas con 59
minutos son como preparar el horno. Para la cuarta hora, la olla estará hirviendo.

Y no te detengas. Porque si remueves la olla del fuego —aunque sólo sea por algunos
minutos— tendrás que recalentarla otra vez desde el principio.

Consistencia: De acuerdo al itinerario

Para realmente entrar en marcha, necesitas encontrar tu ritmo.

Al cuerpo humano le encantan los patrones. Inclusive los retos más desalentadores se hacen más
fluidos cuando tienen una rutina. Esto significa hacer la actividad en el mismo lugar, a la misma hora
y de la misma forma (dentro de lo posible).

Es por eso que el judaísmo tiene ciertas actividades preestablecidas cada día. Por ejemplo, cuando
nos levantamos decimos: "Gracias Dios porque estoy vivo". Es un momento de apreciación
consciente por tener otra oportunidad, otro día. Esta conciencia nos permite levantarnos con el pie
derecho y empezar nuestro día de buena manera.

Cuando se trata de alcanzar alguna meta, haz que cierto tiempo del día sea “sagrado”. Ya sea
mucho o poco tiempo, haz un compromiso y sé consecuente cada día. Hay poder en ese
compromiso. Sabes que vas a cambiar. Tu vida será diferente.

Inténtalo. Comprométete los 365 días del año, por el resto de tu vida: Cuando te levantes en la
mañana, ¡aprecia estar vivo!

Cíclico: Repetición y repaso

La vida no es unidimensional. Debe ser estudiada desde cada ángulo y analizada al revés y al
derecho.

Estudia el mismo tema por un largo período de tiempo. No estés saltando superficialmente de un
tema a otro. Escoge un tema que te guste y hazte experto por lo menos en un aspecto de la vida.

Cualquiera que sea el tema que escojas, siempre habrá más para aprender. Inclusive cuando te
muevas hacia otras áreas del conocimiento, tienes que estar alerta para tomar información pertinente
a los temas previos. Esto permite hacer referencia cruzada y, como consecuencia, genera un
entendimiento más profundo.

Respecto a cualquier cosa que estudies, asegúrate de no olvidarla. ¿Cuántas veces entró un
pensamiento en tu cabeza con una increíble claridad y al día siguiente ya se había ido? El
pensamiento quedará en el aire si tú no lo capturas de alguna forma. Tiene que meterse en tus
huesos y penetrar tu mente.

Esto significa repasar constantemente lo que uno aprende de una forma u otra.

La repetición verbal es muy poderosa. Clarifica una idea y la trae a la realidad. Esa es la razón por la
cual repetimos dos veces al día el Shemá, y por la que repasamos la Torá año tras año. Los Sabios
del Talmud repetían 40 veces cualquier pensamiento innovador, y una idea vital 101 veces.
Para eso, puedes resumir las ideas en algún lema que recuerdes; por ejemplo, podrías recordar este
artículo con una frase como “haz que cada segundo cuente” o “vive al máximo”. Cualquier cosa que
te mueva y te llene de energía, repítela una y otra vez. Hazlo tu refrán, tu música de fondo. Cuando
ya hayas agotado una frase, inventa otra. Cualquier cosa que funcione tiene poder.

Global: Sé un estudiante de la vida

Imagina que alguien te pregunta: "¿Qué haces?". Tú probablemente le contestarías: "soy abogado",
o "soy ingeniero", o "soy contador".

¡Pero eso es un error!

Imagina que ves a alguien preparándose para ir a dormir, y le preguntas: "¿qué haces?". Él te
responde: "Soy un dormilón"."¿Eres un dormilón?". "¿Cómo te mantienes haciendo eso? ¡¿Quién te
paga por dormir?!".

Exactamente, ese es mi punto. Cuando sumas las horas de una vida, gastas más tiempo durmiendo
que siendo un abogado.El tú esencial no es el abogado. Es el que piensa, el que busca, el que vive,
el que respira, el que ama, el que crece constantemente, el que desea excelencia, el que está
hambriento por saber más. Identifícate con esa parte de ti. Ese eres tú realmente.

Pregúntale a una mujer con cuatro hijos: "¿Quién eres?". Ella te contestará: "Soy una madre". Pero,
¿ese es el único aspecto de quién ella es (aunque sea el más importante)? Ella también es amiga,
voluntaria comunitaria, educadora, cocinera, enfermera, psicóloga de niños, pensadora, buscadora
de información y de la verdad, y mucho más.

Desafortunadamente, desarrollamos este problema de identidad a muy temprana edad. A todo niño
se le pregunta: ¿Qué quieres ser cuando seas mayor?". Esta pregunta tiene sutiles implicaciones
que pueden dañar una personalidad en desarrollo. El niño está pensando: "¿Cuál es el problema con
ser ‘yo’? ¿Mi ‘yo’ es tan terrible que debo ‘convertirme’ en algo diferente cuando crezca?".

Nuestros Sabios dicen: "Haz del estudio de la vida tu ocupación primordial, y de tu profesión algo
secundario". La pregunta no es "a qué te dedicas para mantenerte", sino "a qué te dedicas en la
vida". Si te ves como un ‘pensador’, entonces pensar se convierte en una prioridad. Por lo tanto,
actualiza tu definición de ti mismo. Descubre cuál es tu razón para vivir y vívela plenamente.

¿La vida es buena?

Al final de cuentas, tienes que decidir: ¿la vida es buena o no?

Esto nos lleva a una pregunta aún más básica: ¿la vida tiene un propósito? Si no lo tiene, entonces
no hay razón para no perder el tiempo, porque de cualquier forma nada importa. Pero si crees que
existe un propósito en la vida, ¿por qué querrías perder aunque sea un poco de ella? Deberías
querer entender cada aspecto de la vida, para hacer lo máximo con el limitado tiempo con el que
cuentas.

El judaísmo dice que el peor crimen es el asesinato.

 El peor asesinato es aquel que es premeditado.


 El peor asesinato premeditado es el de un familiar.
 El asesinato de uno mismo —es decir, el suicidio— es aún peor.
 El suicidio espiritual es peor que el suicidio físico.
 Matar el tiempo es un suicidio espiritual.

Los seres humanos fueron creados para deleitarse. Adán y Eva fueron puestos en el jardín del Edén.
En hebreo Edén significa "deleite".

Cuando te comprometes a cumplir con el propósito por el cual el hombre fue creado —una vida de
deleite— irás en búsqueda de los máximos placeres. En el camino, distinguirás entre comodidad y
placer, entre dolor necesario y sufrimiento en vano. Y en el proceso, descubrirás el significado real
de la vida.

La Torá dice: "Abraham era viejo y vino con sus días". Mucha gente puede envejecer sin tener sus
días, porque sólo pueden experimentar crecimiento de año en año. Pero Abraham y Sara
experimentaban un crecimiento diario. Ellos obtuvieron lo máximo posible de la vida.

Comprométete a descubrir los placeres más profundos de la vida. Esto puede marcar la diferencia
entre una vida útil y una vida desperdiciada.

10 herramientas para estar consciente en todo momento

1. Planea qué es lo que quieres lograr. Si sabes por qué estás luchando, lo buscarás con más
vitalidad.

2. Planea en la noche cómo vas a levantarte en la mañana. No dejes que el reloj despertador
controle tu vida.

3. Para comenzar el día con el pie derecho, levántate 10 minutos más temprano y recita
el Shemá.

4. Repasa tu día. Observa cuáles fueron los obstáculos que tuviste. Haz una estrategia para
evitarlos en el futuro. Repasa lo que estudiaste en las últimas 24 horas.

5. Atrápate a ti mismo soñando despierto al menos una vez al día y analiza: ¿Qué estoy
haciendo ahora, y cómo podría utilizar este momento de forma más efectiva?

6. Conviértete en un estudioso de la vida. Estudia donde quiera que estés. Carga contigo libros,
pensamientos, etc., para mantener tu mente en crecimiento (en lugar de mirar por la ventana
como un zombi).

7. Memoriza piezas de sabiduría. Te va a dar algo para estudiar mientras estás caminando en la
calle o esperando en la fila del supermercado.

8. Escoge frases atractivas para inspirarte y para animarte cuando te sientas ahogado.

9. Medita frecuentemente en la pregunta: ¿Cuál es el propósito de la vida? ¿Qué estoy haciendo


en este planeta?

10. Planea a futuro. ¿Qué quieres estudiar? ¿Qué necesitas para lograr tus ambiciones? ¿Cómo
quieres crecer?
Camino #2: Escuchando efectivamente
por Rav Noaj Weinberg zt"l
Cuando los medios te envíen un mensaje, no creas inmediatamente lo que dicen. Analiza y
cuestiónate.

¿Estuviste alguna vez en una conversación importante y sentiste que no podías dar a entender tu
punto de vista? Comenzaste a gritar: "¿¡Escuchas lo que digo!? No estás prestando atención. ¿¡Me
escuchas!?".

A todos nos ha pasado. ¿Cuántas veces creemos escuchar a la otra persona, para luego darnos
cuenta que nuestra mente estaba en otro lado? Antes de decidir si aceptar o rechazar una idea,
antes de discutir, de hacer comentarios y de negarla, debes asegurarte que estás siendo objetivo. De
otra forma, estarás expresando un prejuicio emocional y no una opinión inteligente.

El Camino #2 es Shmiat beozen, que significa literalmente 'escucha con tus oídos'. Cuando la Torá
utiliza la palabra Shemá —así como en el Shemá Israel (Escucha Israel)— esto implica un nivel más
profundo de atención: enfocarse, prestar atención y poner en acción. Pon toda tu atención en lo que
te están diciendo y permite que el mensaje penetre tus pensamientos.

Escuchar efectivamente significa:

1. Escuchar las palabras.


2. Entender el mensaje.
3. Ponerlo en acción.

Define tus términos

Una vez, estaba hablando con un turista en su primera visita a Israel. Él parecía estar desencantado.

"¿Le llaman a esto Tierra Santa?", me dijo. "He estado en el norte, en el sur, en Jerusalem, en
Masada y en el resto de los lugares, y no hay nada santo en este lugar".

Entonces le pregunté: "Dime, ¿eres un bafustick?".

"¿Qué es eso?".

"Sólo contesta la pregunta: ¿eres un bafustick o no?".

"¡¿Cómo puedo contestarte si no sé sobre qué estás hablando?!".

"Ahá”, lo detuve. “¿Y qué es santidad? ¿Son acaso ángeles aleteando sus alas por las calles?".

Hablamos sobre conceptos, pero muchas veces nuestros pensamientos son vagos y carecen de
fundamento. Sin una definición objetiva, no podemos empezar ningún proceso intelectual.

"¿Eres una buena persona?".

"¡Claro que soy bueno! ¿Qué tipo de pregunta tan insolente es esa?".

"Entonces dime, ¿cuál es la definición de ‘buena persona’?”.


Si realmente deseas ser una buena persona, necesitas más que sentimientos para determinar si
estás logrando tu objetivo o no. Necesitas tener una forma clara de medirlo. De otra manera, la gente
puede hacer lo que le parezca bien y creer que son "buenos". Inclusive Hitler tenía supuestamente
una meta de "hacer el bien", liberar al mundo de los parásitos judíos. Pero en alguna parte, algo
estaba mal.

Una vez que tengas una definición objetiva, entonces puedes determinar si tu vida es consistente
con esa definición. Es verdad, una persona puede tergiversar lo que sea. Pero cuanta más claridad
tengamos, más difícil será de tergiversar.

El juego de "yo-tú-él"

Los 48 caminos tienen un concepto llamado el juego "yo-tú-él". Está basado en la premisa de que
generalmente describimos a la gente en tres niveles. Cuando nos referimos a nosotros mismos, nos
pintamos de la mejor manera posible. Con los demás, no queremos ser groseros delante de ellos,
por lo que los pintamos de forma más grisácea. Y cuando alguien no está para defenderse, lo
pintamos de negro. "Yo" soy blanco. "Tú" eres gris. "Él" es negro.

Eres el pasajero en un auto que está recorriendo una montaña llena de curvas a 90 kilómetros
por hora. Mientras te agarras fuertemente temiendo por tu vida, volteas hacia el conductor y le
dices: "¿No estás siendo un poco arriesgado?".

"¿Yo? No. Yo soy valiente. ¡No le temo a nada!".

Si eres lo suficientemente afortunado para vivir y contarlo, dirás: "¡Esa persona es un tonto
imprudente!".

El conductor se refiere a sí mismo como "valiente". Cuando hablas con él, lo llamas "arriesgado".
Pero hablando con una tercera persona, lo describes como un "tonto imprudente".

¿Cuál es la descripción real?

Mediante trabajar con definiciones objetivas, podemos evaluar la situación sin que las emociones se
interpongan en el camino:

1. "Valiente" = es tomar un riesgo necesario por un propósito que vale la pena (por ejemplo,
entrar a un edificio en llamas para salvar a unos niños que están atrapados adentro).
2. "Arriesgado" = es quien toma un riesgo innecesario por una causa noble (por ejemplo, entrar
a salvar a los niños, pero sin el equipamiento adecuado).
3. "Tonto imprudente" = es quien toma un riesgo innecesario por un propósito que no vale la
pena (por ejemplo, entrar al edificio sólo para ver cómo las llamas destruyen el lugar).

Regresemos al auto en la montaña. Volteas hacia el conductor y le dices: "¿Por qué estamos
arriesgando nuestra vida? ¿Cuál es el propósito de esto que hace que valga la pena?".

El conductor tendrá que aceptar que está siendo un tonto imprudente.

Eso es ser un intelectual. Dirigir con tu cabeza, en lugar de guiarte por la vida basado solamente en
emociones. De otra forma, siempre quedarás estancado en el nivel de: "Yo soy valiente, él es un
tonto imprudente".
Regresa a lo básico

Para que tus definiciones sean rectas, debes comenzar con lo básico. Piensa en los conceptos que
usas todo el tiempo, los fundamentos sobre los cuales has construido tu vida. No utilices palabras
hasta que tengas una definición. Te sorprenderás de cuánto has asumido sobre alguna idea en
particular, y de cómo esa suposición ha guiado tu vida.

Tú crees en la "tolerancia". ¿A que te refieres con eso? ¿Crees en la justicia? ¿En la verdad? ¿En el
amor? ¿En la libertad? ¿En la imparcialidad? Pregúntate: "¿Qué significan realmente estas ideas?".
Si es una idea básica que moldea tu visión del mundo, ¡más vale que sepas lo que significa!

Toma el ejemplo del libre albedrío. El judaísmo dice que libre albedrío es la decisión entre lo que
"quieres” hacer y lo que "tienes ganas" de hacer. Por ejemplo, si le haces daño a alguien, sabes que
"quieres" pedirle perdón. Claro, es lo correcto y harás las paces. Pero no "tienes ganas" de hacerlo,
porque puede ser desagradable y vergonzoso.

Salvo raras excepciones, nadie escoge conscientemente hacer el mal por hacer el mal en sí mismo
"¡Oh, quiero ser malo e infligir sufrimiento!". No es así. Escogemos hacer el mal porque en el corto
plazo, es una manera menos dolorosa de lidiar con una situación difícil. Hacemos lo que "queremos
hacer" porque es más fácil.

Aplica esta definición de libre albedrío a tu vida. ¿Quieres ser grandioso? ¡Claro! Pero no tienes
ganas de realizar el esfuerzo. Te dan ganas de posponerlo, de perder tiempo y de evadir el asunto.

"Yo no quiero ser grandioso, sólo quiero ser alguien promedio".

"¿En verdad? ¿Quieres ser mediocre?".

"Claro que no. Quiero grandeza. ¡Sólo que no hoy!".

"¿Por qué no hoy?".

"Porque no me siento con ganas...".

¿Tienes una meta? Tú sabes que lo puedes lograr, sólo que es demasiado doloroso. Toma la
decisión y nada te detendrá. Eso es usar tu libre albedrío. ¿Lo ves?

Discusión objetiva

Algunas veces no prestamos atención. Podemos hablar por horas y ni siquiera saber por qué
estamos discutiendo.

Beit Hillel y Beit Shamai son dos famosos grupos de estudiosos de la literatura talmúdica. Ellos
discutían sobre prácticamente todas las cosas, y veían el mundo desde perspectivas totalmente
opuestas. Por ejemplo, Beit Hillel dice que debemos encender una vela en la primera noche de
Januca, y agregar subsecuentemente una vela cada noche. Por otro lado, Beit Shamai dice que hay
que encender ocho velas la primera noche e ir disminuyendo una vela cada noche. ¡Perspectivas
opuestas!

La ley judía sigue la opinión de Beit Hillel. ¿Por qué? Porque en cualquier desacuerdo, Beit Hillel
siempre escuchaba primero la opinión de Beit Shamai y sólo después planteaba su postura. De esta
forma, la posición de Beit Hillel era considerada como más objetiva y reflejaba una verdad que
estaba en algún lugar intermedio. Es por eso que la ley judía sigue a Beit Hillel.

La próxima vez que te encuentres en una discusión, analiza la situación de forma clara. No tomes
ninguna idea por sentada, inclusive si crees que entiendes lo que significa. Escucha el mensaje
detrás del mensaje. Frecuentemente la pelea es sobre algo completamente diferente de lo que
pensabas que era. Quizás, la otra persona está sintiendo que "él no me respeta" o que "no me
valora". Capta el mensaje, no sólo las palabras. Pregunta: "¿Cuál es su punto? ¿A qué se refiere?
¿Qué es lo que quiere?".

No te dediques a preparar tu respuesta mientras la otra persona está hablando. Por medio del
cuestionamiento, encontrarás que siempre hay algo más profundo. Pregúntale a la otra persona:
"¿Quieres decir que...? Por favor dime si te entendí correctamente". De esta manera, al menos vas a
saber que están discutiendo sobre el mismo asunto.

Una vez que creas que entendiste la idea, haz el esfuerzo de repetirlo en tus propias palabras.
Asimismo, utilizar un ejemplo propio para ilustrar lo que los demás te están diciendo te forzará a
concentrarte en la esencia de la idea. Es una buena prueba para ver si entendiste el mensaje. Te
ayudará a integrarlo y recordarlo.

No seas un zombi

La pereza nos impide avanzar. Los animales utilizan sus mejores herramientas de forma efectiva:
sus alas, garras o pico. Pero el hombre frecuentemente fracasa en utilizar su mejor instrumento, la
mente. Una persona es capaz de hacer todo tipo de cosas para evitar pensar. Puedes leer el
periódico por unas cuantas horas y después... nada, ¡vacío! Es una gran sensación, pero ¿qué
significado tiene? ¿Qué aprendiste de eso?

Aprende a definir. Adquiere el hábito de analizar qué es lo que está pasando a tu alrededor.
Cualquier cosa en la que valga la pena invertir tu tiempo —leer el periódico, una novela, tener una
conversación, ver una película, pasear— debe ser algo productivo. Siempre debes definir primero tu
objetivo. ¿Qué quieres lograr?

Posteriormente, articula lo que has aprendido. Si no lo haces, vas a terminar viviendo con una
confusión intelectual. Por ejemplo, las personas que son despedidas de sus trabajos dicen que han
aprendido mucho: "Ahora, sé que no puedo confiar en los dueños, que soy incapaz de hacer una
carrera satisfactoria, que el mundo de los negocios es un infierno..."

Pero no es eso lo que deberían aprender. ¡Lo que deberían aprender es la importancia de estudiar
las claves para tener una carrera exitosa antes de obtener un trabajo!

En el judaísmo, vamos un poco más allá. Decimos "claridad o muerte". La “muerte" es la ausencia
completa de conciencia; una conciencia reducida es por lo tanto una muerte parcial. Si no sabes por
qué estás viviendo, qué quieres de la vida y qué te causa placer – quiere decir que estás viviendo
como un zombi. Es por eso que necesitamos definiciones. Nos dan claridad para vivir.
La Sabiduría de la Torá

Tener definiciones adecuadas es especialmente importante cuando estás estudiando nuestra


herencia judía. Superficialmente, la Torá puede parecer simplista. Sin embargo, sabemos por
nuestra tradición que los conceptos más profundos están contenidos en la Torá, comúnmente
codificados en mensajes más simples. Cada palabra es escogida cuidadosamente.

Si Dios te está hablando, entonces debes entender exactamente qué te está diciendo. Cuando
hablamos de Torá, estamos hablando de Dios y de eternidad. No podemos tolerar errores en esta
área de la vida. Un error al entender la Torá es un error para la eternidad. Es como enviar un cohete
a la luna. Si lo mandas hacia determinada dirección, pero desvías la puntería en una pequeña
fracción por un error de cálculo, entonces estarás perdido en el espacio.

Veamos un ejemplo. La Torá dice que hay un mandamiento que te pide "saber que existe un Dios".
Entonces deberás preguntarte: "¿Cuál es ese mandamiento? ¿Qué significa "saber"? ¿Quién es
Dios? Define tus términos, de forma tal que puedas comprender a cabalidad el mensaje y descubrir
ideas profundas para la vida. Decodifica la clave.

Y el último paso es que siempre debes preguntarte: "Ahora que lo entiendo, ¿qué voy a hacer al
respecto?".

¿Por qué escuchar efectivamente es un camino a la sabiduría?

 Debes escuchar atentamente cuando te hablan.

 Mira el problema de forma objetiva, especialmente cuando estás involucrado emocionalmente.

 No entres en el juego del "yo-tú-él".

 Sin definiciones, puedes estar engañándote a ti mismo y pensar que estás viviendo una
"buena vida".

 Nadie quiere ser un bafustick.

 La Torá posee herramientas muy poderosas para vivir. Asegúrate de buscar su profundidad y
significado.

 No tiene sentido discutir si no sabes sobre qué estás discutiendo. No tiene sentido estudiar si
no sabes lo que has estudiado. No tiene sentido hacer algo si no sabes lo que quieres lograr.

 Si utilizas esta herramienta por el resto de tu vida, serás rico.

Camino #3: Dilo en voz alta


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Articula tus creencias en voz alta, y descubre si realmente crees en lo que dices.

Venimos de una sociedad en la que se estudia en silencio, en la cual que te digan “shhhh” es la
norma. Si se te cae un libro en la biblioteca, la gente se asusta como si hubiese caído una bomba.
Contrasta esto con una Ieshivá, donde serás recibido por un mar de ruido. El visitante ocasional
suele preguntar: "¡¿Cómo pueden esas personas aprender algo con tanto ruido?!".

Todo es cosa de costumbre. Una persona del campo encuentra difícil dormir en la ciudad, porque
hay mucho ruido. De igual forma, una persona de la ciudad que visita el campo también encuentra
difícil dormir, ¡porque el silencio es enloquecedor!

El Camino #3 es Arijat sefataim, que significa literalmente 'articúlalo con tus labios'. Para obtener
más claridad y sabiduría, intenta decir las cosas en voz alta.

A veces uno ve a alguien caminando por la calle muy concentrado, hablando consigo mismo.
¿Recuerdas haber hecho esto tú mismo? ¿Cuándo? ¿Por qué? Es una poderosa técnica de
concentración.

Todas las personas tienen un mantra. El mantra es tu música particular, tu melodía personal.
Especialmente con respecto al estudio, hay un cierto ritmo musical que te hace penetrar más
profundo. Si estudias por un tiempo suficiente, entrarás en contacto con esa melodía. Es una
tremenda ayuda para hacer partir tu motor. Comienza con tu melodía… ¡y ya estarás adentro!

Si estás leyendo, y tienes dificultad para mantenerte enfocado, comienza lentamente a leerlo en voz
alta y descubrirás que esto te llevará directamente a entrar en contacto con el texto.
Independientemente de qué estés leyendo —inclusive que sea un simple periódico— obtendrás una
tasa de comprensión y retención muchísimo más alta si lo lees en voz alta. Puede que te sientas
como un tonto al principio, pero eventualmente te acostumbrarás, ¡y veras cuán beneficioso es!

Articula tus principios para la vida

Tómate un momento y piensa: “¿Para qué estoy viviendo?”.

Ahora trata de decir en voz alta: “Estoy viviendo para…”

¿Notas la diferencia? Hablar de nuestras creencias en voz alta nos ayuda a descubrir cuán fieles
somos a nuestros principios para la vida y si éstos realmente nos hacen sentido.

Todos queremos ser felices, exitosos, lograr cosas. Todos queremos utilizar nuestro potencial. No
queremos perder siquiera un poco de éste. Todos queremos ser amables. Queremos cercanía.
Queremos estar en la realidad. Queremos ser eficientes. Queremos todo lo bueno para nosotros,
para nuestros seres amados y para toda la humanidad.

Si esto es cierto, di en voz alta: “Quiero ser grandioso”. Repite esto para ti mismo, quizás en una
grabadora. Escucha cómo suenas. Descubre si lo dices con suficiente intención o no. Las palabras
son efectivas como “balas”: si dices algo, entonces lo piensas; si piensas algo entonces lo eres. Lo
que sale de la boca de una persona indica su “balance” real entre cuerpo y alma.

Si un concepto importante es confuso o difícil, explícalo, articúlalo, y obtendrás claridad. Así


podemos detectar errores en nuestro razonamiento, errores que nunca habríamos encontrado si
hubiésemos dejado esos pensamientos dentro de nuestras cabezas.

Articula lo que estás pensando, lo que estudias, lo que sabes sobre la vida. No dejes que se quedé
ahí, en el fondo de tu cabeza. Cuando sea que escuches una idea sabia, transfórmala en una
resolución, porque si no lo sacas hacia afuera, es inservible.
De potencial a real

El habla es una característica única que poseen los seres humanos. Cuando quieres traducir algo
desde la realidad espiritual hacia la realidad física, el habla es el método para hacerlo.

Cuando tengas una pregunta o un problema, utiliza tu voz. Te forzará a lidiar con la extrañeza y la
vaguedad. Llevar un problema de tu mente a tu boca lo traslada del potencial a la realidad. Cuando
lo decimos en voz alta, el pensamiento permanece, se transforma en algo inamovible.

El alma quiere crecer, pero el cuerpo la detiene. Es por eso que debes articular las ideas de tal forma
que sean convincentes, para poder así ingresar la idea al cuerpo. Sentimos gran responsabilidad de
cumplir con lo que decimos, mucho más que con lo que pensamos.

La articulación cierra la brecha que hay entre las demandas del cuerpo y los elevados conceptos del
alma.

Esto tiene una aplicación práctica en nuestra vida diaria en la sinagoga. Durante el rezo silencioso de
la “Amidá”, los labios de la gente se mueven, pese a que sus voces permanecen silenciosas. Y en
Iom Kipur, la confesión llamada “Vidui” se dice suficientemente fuerte como para que uno mismo se
pueda escuchar.

Ten un diálogo

Supón que tomas cierta decisión, pero te das cuenta que te estás resistiendo a llevarla a cabo.
Háblate a ti mismo sobre el tema. Juega a ser tu propio abogado del diablo.

“Voy a trabajar más tarde en mi proyecto”.

“No te creo. Convénceme. La última vez que dijiste eso, al final no terminaste el proyecto”.

“Eso fue porque estaba demasiado cansado”.

“Entonces, ¡no más excusas! ¡Ponte a trabajar en el proyecto ahora, o si no vas a acabar por no
hacerlo otra vez!”.

Empújate a ti mismo con palabras. Cuando te levantes en la mañana y no tengas ganas de salir de la
cama, dite a ti mismo: “Vamos, pon un pie abajo. No te dolerá”. Cuando estés decaído
anímicamente, súbete el ánimo. Si estás enojado, apacíguate. Si te estás quejando, cálmate. Utiliza
cualquier método que sea necesario para dar vuelta las cosas.

Dite a ti mismo lo que vas a hacer a continuación: “Voy a tomar esta pista de esquí ahora…”

Similarmente, antes de ir a un ambiente amenazador, repite muchas veces tus valores básicos. Te
ayudará a estabilizarte.

Obviamente todo poder puede ser mal utilizado, y hay muchos locos ahí afuera hablando solos. Por
lo tanto, es mejor no hacer esto en público. En vez de eso, enciérrate en tu cuarto y deja que la
gente piense que estás ensayando para una obra teatral. Discútelo contigo mismo. Llámate con
distintos nombres. Lo principal es que al estar articulando tus ideas respecto a la vida, estarás
obteniendo claridad.
También debes estar atento a las palabras que son contraproducentes. No digas “no soy bueno, soy
tonto, no voy a entender, soy un fracaso, no puedo cambiar”. Ya que si lo haces, prontamente
comenzarás a creerlo realmente. Te derribarás a ti mismo y te sentirás como que fueras nada.

La idea no es volverte loco ni hacer que los otros piensen que estás al borde de la locura. La idea es
sacar a la superficie tus racionalizaciones, de forma tal que puedas tener una visión más clara de la
realidad. Es una manera de poner las distintas “partes” de ti sobre la mesa, de hacerlas trabajar en
conjunto, y de eliminar los obstáculos que te impiden avanzar.

Palabras inspiradoras

Trata de decirte diariamente palabras inspiradoras respecto a lo mucho que vas a lograr.

“Hoy es un gran día, lleno de oportunidades. La vida es hermosa y tengo suerte de estar vivo. Voy a
estar lleno de alegría y voy a aplicar toda la sabiduría que tengo. Hoy voy a alcanzar mis metas”.

De pronto, ¡estás acelerado y listo para partir!

Si tienes suficiente dinero, puedes incluso contratar a alguien para que te diga palabras inspiradoras.
También puedes hacer un pacto con algún amigo para darse ánimo mutuamente. ¡O simplemente
puedes hablarte a ti mismo!

Cada noche dite a ti mismo: “Mañana voy a saltar de la cama con energía y alegría”, o “No me voy a
enojar”. Dite a ti mismo por qué lo vas a hacer, cómo lo vas a hacer y el placer que vas a obtener
por hacerlo.

Y después de que te hayas convencido a ti mismo, ¡anda y hazlo!

Resuelve tus problemas en voz alta

Pensar acerca de un problema es sólo uno de los pasos de su proceso de resolución. Un problema
que se mantiene en tu mente suele quedar irresuelto. Escuchar el problema con tus oídos le da un
mayor nivel de objetividad y perspectiva, y te ayuda a enfocar tu atención.

Por medio de revisar el asunto en voz alta (o en papel), podrás definir cuáles son las dificultades.
Esto te forzará a buscar una solución. En cierto sentido, serás capaz de desempeñar dos roles
simultáneamente: de profesor y estudiante.

Prueba este método para resolver tus problemas:

1. Escribe una lista de ventajas y desventajas.


2. Asigna a cada ítem un valor. 1 para importante, 2 para muy importante y 3 para esencial.
3. Suma los puntos en las ventajas y las desventajas. De esta forma, tendrás una decisión. Así
de fácil.

Luego, una vez que hayas tomado la decisión, no des por hecho que la vas a llevar a cabo. Esto no
es así. A veces tomamos una decisión y luego ni siquiera lo intentamos. Sólo estamos
engañándonos a nosotros mismos.
No confíes en el solo hecho de que tomaste una decisión. Cuando sea que tomes una decisión
importante, dísela a un amigo y ve si te cree o no. Cuando trates de vendérsela a alguien más, él
puede simplemente decir: “¡Puras tonterías! ¡No te creo!”.

Imagina que has tomado una decisión: “Mañana voy a hacer X. Realmente voy a obtener lo que
quiero de la vida”. ¿Cómo te asegurarás de lograrlo? Dilo en voz alta, con convicción. Convéncete de
que realmente lo deseas. Tú eres quien manda. Si quieres que así sea, entonces así será. Tienes la
fuerza de voluntad para lograrlo. Cuando eres persistente, nadie te puede hacer cambiar de parecer.
No hay forma. Ya has tomado una decisión. Ahora hazlo. ¡Ya estás en camino!

Revisa los eventos en voz alta

Concretiza en palabras tus experiencias del día. ¿Qué significa? ¿Qué voy a hacer al respecto? Y si
no voy a hacer nada al respecto, ¿por qué no? Lidia con estos asuntos.

Menciona en voz alta los eventos importantes que ocurren en tu vida. Después de una boda, un
funeral o una graduación, di en voz alta: "¿Qué aprendí de esto?". Intenta entender todas las
experiencias, tanto antes como después de vivirlas. Eso te dará más control sobre tu vida, y hará
que esos eventos estén más integrados en tu conciencia.

También trata de decir en voz alta las bendiciones que hay en tu vida. Una dosis extra de gratitud es
una herramienta sumamente poderosa para aumentar nuestro nivel de alegría en el día a día.

¿Cuál es el beneficio de toda esta articulación? Lograrás conocerte mejor a ti mismo. Y cuando
sabes lo que quieres, puedes ir y conseguirlo. Si sabes qué es lo que te está deteniendo, puedes
eliminar los obstáculos. Si sabes qué te da placer, puedes disfrutarlo. Tus capacidades son
fabulosas.

Si no te conoces a ti mismo, estarás confundido. No podrás tener noción de tus capacidades.

La gente paga muchísimo dinero sólo para escucharse a sí mismos hablar. Cuando le pagas a un
psiquiatra 200 dólares la hora, debes hablar muchísimo para que el dinero valga la pena. Si alguien
se sentara contigo, te hiciera preguntas y te escuchara hablar, sería fantástico. Entonces, habla
contigo mismo, ¡gratis!

¿Te es difícil hablar en voz alta contigo mismo? Prueba entonces escribiendo. Ten un diario de vida.
Así es como puedes comenzar: toma un pedazo de papel y ponlo en la mesa, frente a ti. ¡El papel
está pidiendo que escribas algo en él!

Transforma metas en eslóganes

“A que no puedes comer sólo una”, “Porque tú lo vales”, “Destapa la felicidad”. La industria
publicitaria gasta millones de dólares para desarrollar eslóganes.

Un eslogan es una manera rápida y efectiva de expresar ideas fundamentales. Los eslóganes nos
permiten mantenernos claros respecto a cuáles son nuestras metas y motivaciones, en especial
cuando estamos confundidos o cansados. Los eslóganes nos inspiran a seguir intentándolo cuando
estamos a punto de darnos por vencidos.

Antes de intentar cualquier cosa, pregúntate: “¿Qué quiero lograr?”. Luego, transforma la respuesta
en un eslogan que quede pegado en tu mente.
Revisa la lista de los “48 Caminos”. Básicamente se trata de una serie de eslóganes.

El eslogan más famoso del judaísmo es el Shemá: “Escucha Israel, Hashem es nuestro Dios,
Hashem es Uno”. Más que un rezo, es un recordatorio del propósito mismo de la vida.

Aquí hay otros eslóganes judíos:

 Es una mitzvá estar siempre alegre.

 Lo externo afecta lo interno.

 El mundo se mantiene por la Torá, por el rezo y por los actos de bondad.

 Todo lo que pasa es para bien (“gam zu le tová”).

 Dios es bueno.

 Dios me ama.

Para aumentar tu foco en la vida, intenta decir estas frases… en voz alta… una y otra vez.

Si eres realmente serio respecto a la vida, pregúntate a ti mismo: “¿Para qué estoy viviendo?”.
Luego, has un eslogan de la respuesta, para que puedas mantenerte enfocado en todo momento.

Mientras más sentidos tengas trabajando de forma simultánea, mayor será la huella que quedará.
Decir algo en voz alta quiere decir que estás utilizando todo tu ser. Estás utilizando tu diafragma, tu
cerebro, tus oídos, tus labios, tus dientes y tu lengua. Trata de estar consciente de involucrar cada
fibra de tu ser. Cuando dices “Escucha Israel, Hashem es nuestro Dios, Hashem es Uno”, haz que
sea desde los dedos de tus pies. Eso dejará una gran huella. Eso es vivir con todo lo que tienes.

¿Por qué decir las cosas en voz alta es un camino a la sabiduría?

 Decir las cosas en voz alta te ayuda a aclarar las ideas difusas.

 Articular es obtener objetividad.

 Mientras más sentidos involucres, mayor será la huella que quedará.

 Lo que dices es una expresión de quién eres.

 Todos necesitan que los escuchen y recibir retroalimentación. ¡Hazlo tú mismo!

 Nunca digas “no puedo”. Porque entonces no podrás, a pesar de que en realidad podrías.

 El lenguaje es el punto en el que se unen el alma y el cuerpo.

 Decir las cosas en voz alta evita que te quedes dormido y que sueñes despierto.

 Las palabras son una realidad. “Decir es ser”.


Camino #4: Conócete a ti mismo
por Rav Noaj Weinberg zt"l
No vayas por la vida haciendo suposiciones sobre quién eres. Tómate un tiempo para
conocerte, antes de que una crisis te obligue a hacerlo.

¿Alguna vez tomaste un tren hacia algún lugar y luego te diste cuenta que lo habías tomado en la
dirección equivocada?

Lo mismo puede ocurrir en la vida. Nos ponemos metas y hacemos planes, pero a veces
descubrimos que estamos “en el tren equivocado”.

El Camino #4 es Binat Halev, que significa literalmente 'entendimiento del corazón'. El corazón es
donde se asientan las emociones. Decimos “me rompió el corazón”, “me robó el corazón”, “me duele
el corazón”, etc. Entender tu corazón es entender tu verdadero yo interior.

Mucha gente va por la vida haciendo suposiciones sobre quiénes son. Nunca se toman el tiempo
para conocerse a sí mismos. No tengas miedo de descubrir que el “verdadero tú” quizás es diferente
al “tú actual”.

Generalmente suele haber una crisis en la adultez en la cual la gente se pregunta: “¿De qué se trata
la vida? ¿Vale la pena todo este esfuerzo?”. Probablemente has escuchado historias de personas
que repentinamente hacen un cambio de dirección, renuncian a sus trabajos y se divorcian. Ya
sabes, como la típica historia del exitoso doctor que decide que nunca quiso ser médico realmente,
por lo que deja el mundo de la medicina y se convierte en artista.

Conocerte a ti mismo es la esencia de estar vivo. Si no te conoces a ti mismo, no estás viviendo


realmente. Si no sabes qué es lo que te interesa en realidad, entonces eres un robot, un zombi, una
marioneta.

Por lo tanto, no esperes hasta la crisis. La vida es demasiado corta como para tomar el tren
equivocado.

Comenzando

Piensa en alguien a quien te fascinaría conocer, alguien sobre quien te encantaría saber cuáles son
sus intereses y pasiones.

Ahora, debes darte cuenta que la persona más fascinante que podrías llegar a conocer es… ¡tú
mismo!

Siéntate, di “hola” y preséntate a ti mismo. Familiarízate contigo mismo como si estuvieras


conociendo a un pariente perdido. Entrevístate. Haz preguntas sobre tu vida y sobre la dirección en
la que estás yendo. Ve cuáles son tus sueños, tanto los que estás cumpliendo como los que has
relegado al fondo de tu cerebro.

Vuelve a lo básico. Quieres ser rico. Quieres ser famoso. Quieres ser bueno. Quieres lograr cosas.
Quieres obtener significado. Quieres ser creativo. Pero, ¿por qué quieres todas esas cosas? ¿Qué
es lo que te motiva? ¿Qué quieres obtener realmente de la vida?
El proceso de autodescubrimiento involucra hacerse una serie de preguntas, investigando cada vez
más profundo hasta que la verdad subyacente emerja. Hazte a ti mismo 10 preguntas que le harías a
un amigo íntimo. Luego, espera por las respuestas. No te preocupes, nadie se va a burlar de ti.

1. ¿Cuál es el propósito de la vida?


2. ¿Cuál es mi meta en la vida?
3. ¿Por qué elegí esta profesión?
4. ¿Cómo utilizo mi tiempo libre?
5. ¿Cuál es mi motivación para hacer lo que hago?
6. ¿Qué me hace realmente feliz?
7. ¿Soy tan feliz como quiero ser?
8. ¿Es más importante ser rico o ser feliz?
9. ¿Cuáles son mis planes para el futuro? ¿Por qué?
10. ¿Cuáles son mis sueños y ambiciones secretas?

No te sorprendas si las respuestas no son inmediatas. Éste es un proceso que puede tomar varios
meses. Mantente firme y descubrirás qué es lo que te motiva. Las respuestas están ahí. Después de
todo, tienes un compañero fascinante.

Finalmente, la pregunta más importante que debes hacerte es:

“¿Para qué estoy viviendo?”.

Suena como una pregunta simple, pero a muchos les avergüenza preguntarla. Una voz en nuestro
interior dice: “Nah, ¿para qué hacer una pregunta tan básica?”. Nos resistimos porque sabemos que
requiere mucha introspección. Pero cuando llegues a conocerte a ti mismo, habrás cambiado.
Habrás cambiado tu relación contigo mismo y con el mundo.

Confianza en la toma de decisiones

Usualmente, la gente evita tomar decisiones por miedo a cometer un error.

La verdad es que el no tomar decisiones es uno de los errores más grandes de la vida.

Imagina un mendigo que recibe una carta que dice que ha heredado 1 millón de dólares. Si él no lee
la carta, ¿es rico o no?

De forma similar, Dios nos dio libre albedrío para tomar decisiones en la vida y alcanzar de esta
forma la grandeza. Pero si no estamos conscientes de nuestro libre albedrío, entonces no lo tenemos
realmente. Y luego terminamos culpando a otros cuando las cosas no resultan bien – a pesar de que
sabemos que la decisión está en nuestras manos.

Si no utilizas tu potencial, tu confianza en ti mismo se verá disminuida. ¿Sabes cuál es tu potencial?


¿Has intentado utilizarlo? Tienes que hacer frente a la vida. No te has rendido aún, ¿o sí? Debes
seguir con el juego – debes comenzar a vivir de verdad en vez de simplemente “seguir con la
inercia”.

Debes conocer la diferencia entre “tomar decisiones” y “seguir la corriente”. ¿Escogiste ir a la


universidad, o quizás no tuviste nada que ver con esa decisión? ¿Fue algo que simplemente hiciste
porque te graduaste de la secundaria y todo el resto de la gente lo estaba haciendo? ¿Lo pensaste
con calma y luego tomaste una decisión?
Imagina la siguiente conversación privada de un estudiante universitario:

¿Para qué estoy yendo a la universidad?


Para obtener un título.
¿Para qué?
Para realizar un postgrado en una institución de renombre.
¿Para qué?
Para obtener un buen trabajo.
¿Para qué?
¡Para poder pagar mi deuda universitaria!

Mediante el proceso de cuestionamiento, él reveló una falla lógica en su razonamiento. En realidad,


la razón principal para ir a la universidad debiese ser adquirir conocimiento, sabiduría e información.
En otras palabras, ¡para obtener una educación!

Ahora intenta hacer tú mismo el proceso, utilizando éste ejemplo:

¿Por qué quiero casarme?

No aceptes respuestas fáciles. Sigue preguntando “¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué?”. Sé franco.
Se trata de ti mismo. Haz cualquier pregunta que quieras. Sé paciente y persistente. Eventualmente,
obtendrás una respuesta.

Cuando analizas un tema a fondo, entonces puedes tomar decisiones sabias con confianza.

Identifica dónde te falta confianza. ¿Qué te pone nervioso? ¿Qué situación impide que seas tú
mismo? ¿Por qué no puedes tomar decisiones? ¿Es porque no sabes cómo tomar decisiones? ¿O
es porque dudas sobre tus decisiones una vez que las has tomado? ¿O quizás simplemente no
tienes ganas de tomar decisiones?

Disfruta el tomar decisiones. Involúcrate con el mundo en el que vives. Eso es amar la dinámica de la
vida.

Aísla tus bloqueos

Cuando se te haga difícil alcanzar una meta, deberás descubrir qué es lo que te está deteniendo.

Todos tenemos problemas. Estar conscientes de esos problemas es la clave para entrar en contacto
contigo mismo. Porque mientras no enfrentes tus problemas, estos te irritarán y fastidiarán por
detrás.

Escribe cuáles son tus “bloqueos” en un pedazo de papel. Eso es dar un paso en la dirección
correcta. Al ser capaz de aislar los obstáculos específicos, los convertirás en desafíos concretos que
requerirán de una solución.

Pregúntate a ti mismo:

 ¿Soy flojo? ¿Por qué?


 ¿Soy desorganizado? ¿Por qué?
 ¿Suelo enojarme? ¿Cuándo?
 ¿Me pongo alguna vez a la defensiva? ¿Respecto a qué?
 ¿Qué me pone celoso?
 ¿Qué me hace ser arrogante?
 ¿Tengo problemas para tomar decisiones? ¿Por qué?
 ¿Me falta tener autodisciplina?
 ¿Me falta tener confianza en mí mismo?
 ¿Por qué no tengo más iniciativa?

Las características personales negativas son la raíz de nuestros problemas. Haz una lista de tus
características negativas e identifica cuándo te ves más afectado por ellas. Luego, analiza qué cosas
desencadenan esas reacciones en ti. Finalmente, formula un método efectivo para enfrentarlas.

Trabajar en esto toma tiempo. ¿Pero tienes algo mejor para hacer ahora mismo?

Revisa tus emociones

Ponte en contacto con tu estado emocional. Revisa cómo te sientes. ¿Feliz? ¿Enojado? ¿Tenso?
¿Triste? Las emociones son un medidor respecto a qué está pasando bajo la superficie. Es como
tomarte la temperatura. Si estás enfermo, necesitas estar al tanto para que puedas arreglar el
problema.

Descubre por qué estás enojado. ¿Qué o quién te está presionando? ¿Es un problema interno o
externo? Identifícalo.

Digamos que estás irritado. ¿Por qué?

Porque el jefe me regañó.


¿Y por qué estoy irritado?
Porque estoy resentido con él.
¿Por qué? ¿Qué me importa?
Porque siento que no soy bueno.
¿No soy bueno? ¡Él está loco!

Salte de ti mismo y rastrea la causa. Si no lo haces, es simplemente enojo. Y lo siguiente que harás
probablemente será ir a casa a gritarle a tus hijos.

Una vez que hayas identificado la causa de tus sentimientos negativos, ajústate para minimizar el
impacto. Puedes intentar evitar ese tipo de situaciones, o bien puedes prepararte a ti mismo para
enfrentarlas cuando aparezcan.

Y no sólo eso. También debes rastrear las motivaciones negativas que corrompen tu
comportamiento. Digamos por ejemplo que das dinero a caridad. ¿Por qué? Una motivación posible
es ayudar a la humanidad. Otra es el placer de ser constructivo. Una tercera opción es el deseo de
hacer lo correcto. Todas estas son motivaciones positivas. Una motivación negativa para dar dinero
de caridad podría ser: “quiero que la gente me admire”. Eso te corrompe. ¿Me entiendes?

La próxima vez que des dinero a caridad, hazlo de forma anónima. Elimina las razones negativas.
Éstas son destructivas.

Lo mismo ocurre con las emociones positivas. Debes estar consiente de cómo tu estado emocional
afecta tus decisiones. Por ejemplo, no compres una radio nueva cuando estés eufórico. Espera.
Piénsalo de nuevo. Eres susceptible.
Identifica qué es lo que te hace feliz. Puedes obtener más alegría cada día por medio de establecer
algunas aplicaciones prácticas. Te levantas en la mañana, es un hermoso día y te sientes genial. Te
sientes con energía. Ahora, toma ese sentimiento y enséñate a ti mismo cómo levantarte con el pie
derecho – ¡todos los días!

Otro ejemplo: Hiciste un buen trabajo y recibiste una felicitación de tu jefe. Ahora enfócate:
¿Necesitas un jefe que te diga que hiciste un gran trabajo? ¡No! Crea tu propio placer cuando hagas
un buen trabajo.

Ponte en contacto con tus dos lados

Todos desean grandeza. Queremos honor, poder, fama. Queremos lograr cosas, ser fuertes, hacer
lo correcto e inclusive salvar el mundo.

Sin embargo, al mismo tiempo, tenemos un sentimiento opuesto, que nos hace querer escapar de la
responsabilidad, que nos hace querer meternos en la cama y escondernos bajo las sábanas.

Alguien puede decir que “la vida es hermosa”, pero puede no sentirlo. Sus emociones lo detienen, y
él va por la vida pensando “Ugh, la vida es agobiante”.

Reconoce el gran conflicto que se desarrolla en tu interior: Está lo que “quieres” hacer, versus lo que
“tienes ganas” de hacer. Éste es el conflicto entre el cuerpo y el alma.

Una vez que te des cuenta de la dicotomía, podrás identificar en todo momento si es tu cuerpo o tu
alma la que está hablando. Esto hace posible vivir con sanidad y escoger lo correcto.

El siguiente paso es hacer las paces entre ambos lados. La forma más simple sería eliminar tu deseo
de ser grandioso. Pero la vida no se trata de tomar el camino fácil. El hecho de que te sientas
incómodo con una idea no quiere decir que sea incorrecta para ti. Es difícil romper los hábitos, y
crecer puede ser atemorizante.

Por ejemplo, ¿preferirías ser rico o feliz? Está bien, preferirías ser feliz. Ahora imagina el siguiente
diálogo:

“Vamos, te enseñare cómo ser feliz. Todo lo que se requiere es esforzarse y cambiar”.

“Me encantaría, pero no puedo ahora. Me es imposible. Tengo un vuelo que tomar”.

“¿En verdad? Te pagaré $10.000 dólares a la semana si trabajas en tu felicidad”.

“¡Por supuesto! ¿Dónde firmo?”.

“Pensé que no podías ahora…”.

Ocultamos nuestros problemas por medio de la racionalización. “Arruinaré mi mente si me pongo a


pensar cuál es el objetivo de la vida. Nadie lo sabe realmente. No va a funcionar. Y de cualquier
forma, no hay nada que hacer al respecto. En realidad, no me importa. ¡No vale la pena invertir mi
tiempo en ello!”.
Nuestros sabios dicen que una persona actúa mal sólo cuando tiene un momento de locura.
Entonces, date cuenta que estás combatiendo la “locura”. No es algo lógico. Debes estar en guardia,
porque si te distraes, pagaras el costo.

Entonces… ¿quieres cambiar? ¿Qué es lo que te detiene? Siente la aversión del cuerpo. Somos tan
perezosos. Lo único que quiere el cuerpo es dormir. “Aaaah… no quiero cambiar. Soy
suficientemente feliz. Estoy cómodo en mi nicho de miseria.” ¿Eres suficientemente rico? ¡No! ¿Eres
lo suficientemente feliz?

¿Te das cuenta de la importancia de detectarlo? Debes identificar al animal con el que estás
peleando. “El temor al cambio”.

Si estás alerta, verás al enemigo. Puedes luchar contra él. Puedes perder una batalla contra el
cuerpo, pero al menos tendrás confianza en ti mismo. “Sé lo que hago”.

Convence al cuerpo

Ponte en contacto con tu núcleo espiritual. Descubre qué es lo que te motiva. No dejes que el libre
albedrío sea algo subconsciente. Tú quieres alcanzar la grandeza. Pero el cuerpo dice que eso es
demasiado esfuerzo.

Para intentar convencer al cuerpo, debes identificar el beneficio tangible. “¿Por qué es necesario?
¿En qué me va a ayudar?”. Debes llevarlo al plano de la comprensión emocional. “¿Qué tengo para
perder? ¿Qué tengo para ganar?”. Sólo entonces la idea tendrá poder y podrás convencer a tu
cuerpo.

Ésta es la fórmula secreta: Identifica con tu intelecto, y convence a tu cuerpo. Por ejemplo, si estás
emocionalmente convencido del beneficio de ponerse en buen estado físico, entonces incluso
cuando estés sudando y tu corazón esté latiendo sumamente rápido, seguirás adelante. Eso es
porque has decidido “yo quiero esto”, porque sabes que es importante.

Para evitar una reacción negativa, tus emociones deben sentirse cómodas con los cambios que
hagas. Aprende a relajar y tranquilizar a tu cuerpo. Engatusa a tu cuerpo y dile: “No va a ser tan
malo. ¡Recuerda cuán bien te sentiste la última vez que hiciste un esfuerzo!”. Dale aliento a tu cuerpo
y recompénsalo cuando tengas éxito.

No digas que no funciona. No has hecho el esfuerzo. No renuncies a tu intuición y percepción.


Simplemente date cuenta que aún no has hecho lo necesario para lograrlo.

Considera cómo las motivaciones humanas básicas te afectan: seguridad, autoestima, honor, pasión,
presión social y posesiones. Pon especial atención en cómo aceptas la responsabilidad. Digamos
por ejemplo que cometes un error. Tú quieres disculparte de forma plena y directa. Sin embargo,
“tienes ganas” de olvidar el asunto, de esconderte, de escapar y decir “no es mi culpa”.

Éste es el “gran conflicto”. Queremos ser firmes, dedicados y poderosos, pero no tenemos ganas.
Elegir el camino del alma no es algo que nace naturalmente. Requiere mucho tiempo y esfuerzo.
Debes saber lo que sabes

No creas que sólo porque entiendes algo estarás viviendo acorde a eso. Es posible creer en algo y
sin embargo actuar de otra manera. Nos ocurre a todos constantemente. Puedes creer que es
importante comer comida saludable y sin embargo atiborrarte de papas fritas y tarta de chocolate.

Nuestras acciones están determinadas por nuestro nivel de claridad. Si entendemos una idea sólo en
un nivel superficial, entonces tendremos dificultades para apegarnos a ella cuando las cosas se
pongan difíciles.

La próxima vez que vayas a un funeral, observa cuidadosamente. Cuando llevan el cuerpo hacia el
cementerio, los dolientes comienzan a llorar. ¿Acaso lloran porque quieren que el cuerpo se quede
donde estaba? No. De pronto, tienen una mayor conciencia sobre la muerte, sobre el hecho de que
él difunto no volverá. En el cementerio, cuando sitúan el ataúd bajo la tierra, los dolientes lloran
nuevamente. Se dan cuenta en un nivel emocional que la muerte es definitiva.

Mientras no pongas en línea tus sentimientos con la realidad, estarás viviendo en el mundo de los
sueños. El crecimiento comienza en la mente, pero el corazón debe aceptar todo lo que tu mente
descubra. Sólo entonces podrás integrar estas ideas a tu vida diaria.

Mucha gente cree en Dios, pero hay muy pocas personas que viven con Dios. ¿Hace eso sentido?
Debes asimilar algo que has aceptado como verdad. Debe convertirse en parte de ti.

Claridad absoluta

Debes conocerte a ti mismo de forma objetiva, tal como sabes que tienes 5 dedos en la mano.
¿Cómo sabes que estás en el camino correcto? ¿Cómo sabes que no estás cometiendo un error
ahora mismo?

Para desarrollar esta claridad, debes articular los principios más importantes que guían tu vida. Por
ejemplo, en el judaísmo decimos que amar es una obligación. ¿Es esto lógico? Piensa en ello:

“Ridículo. No puedes obligarme a amar”.

“Pero si tuviera hijos, ¿los amaría?”.

“¡Obvio que amaría a mis hijos!”.

“¿Cómo puedo saber? No sé que clase de hijos voy a tener. Quizás sean unos maleducados y
no los ame”.

“Lo haré. Estoy obligado a amar a mis hijos”.

¿Ves la contradicción? En un nivel intuitivo, sabes que el amor es una obligación. Pero el concepto
no está tan claro como para que puedas articularlo.

Tómate tu tiempo. Resuelve los aspectos básicos de la vida. Hazte preguntas importantes respecto a
los temas globales y espirituales de la vida.

 ¿Cuál es el significado de la vida?


 ¿Qué es lo bueno de vivir?
 ¿Cómo me siento respecto a la humanidad?
 ¿Qué hay después de esta vida?
 ¿Cómo entiendo el bien versus el mal?
 ¿Tengo libre albedrío? ¿Cómo lo activo?
 ¿Qué me pone triste? ¿Está bien estar triste?
 ¿Cómo me siento respecto a Dios?
 ¿Estoy orgulloso de ser judío?
 ¿Cómo entiendo el Holocausto?

Puede ser desagradable pensar sobre algunos de estos temas. Si es así, ¿por qué es
desagradable? Rastréalo.

No repitas como un perico las cosas que has escuchado. Debes saber por qué estás haciendo lo que
estás haciendo. De otra forma, será solo la sociedad la que estará hablando. Es posible que hayas
adoptado cosas de la sociedad sin haber analizado su validez. Revísalas.

Trabaja los distintos temas hasta que tengas claridad absoluta. Una persona que sabe lo que quiere,
lo obtendrá, a como dé lugar. Es como un misil teledirigido. Si lo programas adecuadamente, llegará
a su destino.

¿Por qué conocerte a ti mismo es un camino a la sabiduría?

 Puedes conocer la verdad si miras honestamente dentro de ti.

 Las emociones son fuerzas sumamente poderosas para alcanzar la grandeza. Conócelas.
Aprovéchalas.

 Identifica tus problemas. Es el primer paso para resolverlos.

 Si no lo clarificas ahora, estarás destinado a cometer graves errores.

 No tengas miedo de descubrir quién eres realmente.

 Utiliza tu libre albedrío como una herramienta consciente para tener una mejor vida.

 Si estás enojado o molesto, rastrea la causa. ¿Dónde se origina?

 Si estás actuando de forma ilógica, ¡por lo menos date cuenta!

 La clave para obtener sanidad es dejar que la verdad penetre en tu cuerpo.

 No puedes permitirte esperar mucho tiempo para conocerte a ti mismo. Tú eres la persona
más fascinante que puedes llegar a conocer.
Camino #5: El poder del asombro
por Rav Noaj Weinberg zt"l
Frente al Gran Cañón o a un Huracán, nos sentimos sumamente pequeños. Es el poder del
asombro.

Imagina que estás parado en el borde del Gran Cañón, frente a un atardecer majestuoso en el que
una mezcla de tonalidades de naranja y púrpura colma el cielo. Te quedas inmóvil por una hora, y
luego miras el asombroso firmamento. Esta experiencia te transforma, te eleva, te asombra.

El Camino #5 es Beeimá, que significa literalmente 'con asombro'. El asombro es una experiencia tan
poderosa que llega a ser paralizante. Por otro lado, el asombro es también extremadamente
estimulante. ¿Qué define que una experiencia sea asombrosa?

Cuando miramos el firmamento, vemos poder, belleza, armonía. Nos damos cuenta que cada
pequeña estrella es en realidad un gran sol. Y frente a esta tremenda fuerza, nos sentimos
insignificantes. Tomamos conciencia de nuestras propias debilidades, de nuestra pequeñez, de
nuestra mortalidad.

Sin embargo, sorprendentemente, esto no nos deprime, sino que nos inspira. Porque nos
fusionamos con el gran todo. Esa comprensión que hemos alcanzado puede ser una gran fuente de
energía positiva. Y si conoces el secreto del asombro y lo utilizas de forma efectiva, puedes liberar
activamente su poder en la vida diaria.

Capturando el momento

Todos vivimos momentos sorprendentes: Podemos ver el enorme poder que tiene un huracán, un
tornado, una avalancha, las grandes olas del mar. O estar en la presencia de un asombroso líder
político o cultural.

Sin embargo, solemos dejar esta asombrosa experiencia y volver a nuestras vidas rutinarias sin
haber sido afectados mayormente.

El secreto es capturar la experiencia de forma tal que puedas volver a utilizar su energía en el futuro.

Esto se puede hacer de la siguiente manera: la próxima vez que te sientas asombrado —ya sea por
un logro humano o por las fuerzas de la naturaleza— verbaliza lo que sientes. Di en voz alta: “¡Esto
es asombroso!”. Mientras una pequeña voz en tu interior reafirma lo que acabas de decir, sientes un
escalofrío y una elevación instantánea. Pero más importante que eso, el momento se vuelve algo
concreto. Ahora tienes un punto de referencia al cual recurrir en el futuro.

El siguiente paso, por supuesto, es repetir la “experiencia asombrosa” en tu mente. Imagina, por
ejemplo, que tienes un momento libre mientras estás en medio de una gran congestión vehicular. Te
proyectas a ti mismo hacia atrás en el tiempo, hacia aquella experiencia asombrosa, y de repente, el
mundo se ve diferente. Estas en una frecuencia distinta. ¡Ésta no es una congestión vehicular
regular!

Ganando perspectiva

Imagina que alguien te dice que eres un tonto. O que estás atrapado en medio de una gran
congestión vehicular. O que tu jefe te está fastidiando.
Cuando esto ocurre, podemos enojarnos y quedar atrapados en las pequeñeces de la vida.

¿La solución? Tómate un momento para salir y caminar bajo las estrellas. Cuando atestigües la
inmensidad del universo, pondrás las cosas en perspectiva. Cuando vuelvas, estarás energizado.
Dirás, “lo siento. Olvidémonos de este asunto y continuemos”.

El asombro nos ayuda a liberarnos de los límites del cuerpo. De pronto te encuentras en un mundo
de dimensiones diferentes, eres transportado hacia la eternidad de la belleza, el poder y la
majestuosidad. Ahora tu perspectiva se ha expandido. Ya no es “yo contra ti”. Todos somos uno. Por
lo tanto, ¿por qué enojarse?

El asombro nos lleva más allá de nosotros mismos. En épocas de guerra y tragedia —así como en
épocas de prosperidad y alegría— la gente “crece”. Se tratan mejor los unos a los otros. Olvidan las
pequeñeces.

Cuando estés atrapado en la rutina, sácate a ti mismo de allí. Sal a caminar bajo las estrellas. Esto
va a liberar el poder que está encerrado. No puedes estar aburrido o preocupado por pequeñeces
cuando estás en un estado de asombro.

El “wow” de la calma

Un “wow” que proviene de la calma puede ser igualmente asombroso.

Después de una tormenta, miras por la ventana y ves la brillante nieve cubriendo todo a tu alrededor.
Es un momento que está, literalmente, congelado en el tiempo.

Cuando pensamos en la simple belleza de la vida, nos elevamos, nos conectamos, nos
transportamos más allá de nosotros mismos.

Constantemente podemos tener acceso a esta “asombrosa calma”. Una caminata primaveral por el
bosque. Un arroyo silvestre. Música majestuosa. Un bebé riendo. El latido de nuestro corazón.

Entonces, ¿por qué no sentimos este asombro de forma constante? Porque lo que ayer fue novedad,
hoy es aburrimiento. Fíjate cómo los niños pequeños encuentran que todo es excitante y fascinante.
Pero al poco tiempo, se acostumbran a las cosas a las que tienen acceso constante – personas,
lugares, ideas. Y la vida simplemente parece ser mundana.

Sin embargo, ¿quién dijo que crecer significa adormecerse?

En lugar de tomar por sentado las cosas que te rodean, detente y enfócate. Cuando veas a un ser
humano, aprecia el milagro que hay en él. Considera, por ejemplo, el habla humana: la coordinación
de los labios, dientes, lengua, laringe. Todo esto mientras el cerebro recuerda, formula y transforma
pensamientos en movimientos musculares, los cuales de alguna forma producen ondas de sonido. Y
todo esto no es más que un montón de electrones girando casi a la velocidad de la luz, conectados a
protones a través del mágico poder de la fuerza de gravedad.

Asómbrate. Observa las cosas en la dimensión en la que realmente están, en lugar de verlas como
parte de la mundana naturaleza a la que estamos acostumbrados. Inténtalo sólo una vez. Esto te
volverá a sincronizar con el asombroso poder de la vida.
No necesitas viajar a través del mundo para vivir momentos de asombro. Éstos están disponibles
para nosotros constantemente. Si tan sólo abrimos nuestros ojos los encontraremos. Cada vez que
ves una locomotora, un océano, una flor. No hay nada mundano acerca de la existencia. Nada. Un
bosque entero puede haber germinado de una sola semilla…

Es un mundo alucinante. Sólo tenemos que prestar atención.

La “lucha por la vida” es ser sensibles y estar conscientes. Mantén tus ojos abiertos, aunque sea de
manera forzosa, mientras avanzas por la vida; no estés nunca aburrido, no seas mundano, no vivas
una existencia simple. Siempre pregúntate qué es la vida, quiénes somos nosotros, qué estamos
haciendo acá.

Si prestas atención y piensas en todo lo que ocurre, es un estilo de vida diferente, un poder diferente
para la existencia, una manera diferente de relacionarte con tu familia, con tus amigos y con tu
entorno. Nunca estarás preocupado por pequeñeces. Nunca te rendirás. Te elevarás. Crecerás.
Todo es alucinante. Esto te transformará por el resto de tu vida.

¿Te hace sentido todo esto?

El gran potencial humano

El guepardo es un animal asombroso, y un súper-computador también es algo asombroso.

Pero los humanos son más asombrosos aún. Tienen un potencial espiritual. Cada ser humano es
creado a imagen y semejanza de Dios. Tenemos poderes divinos. Podemos alcanzar la grandeza
por medio de emular a Dios. Eso hace que cada ser humano sea asombroso.

El Rey David escribió:

“Cuando miro los cielos, y veo el trabajo de Tus dedos, pienso en el hombre. Y digo: ‘¿Qué es el
hombre, que Tú lo recuerdas? ¿Qué es la humanidad, que Tú la notas?’ Y sin embargo, Tú lo
hiciste levemente inferior que Dios mismo”.

Asómbrate de ti mismo así como te asombrarías con un volcán en erupción. Hay una gran cantidad
de energía disponible. Tan sólo debes acceder a ella. Tú eres poder latente que espera ser
materializado. Nunca pierdas esto de vista.

Date a ti mismo la oportunidad de descubrir tu verdadero potencial. Asómbrate de tu habilidad


humana de mover el universo, de abarcarlo todo, de entenderlo, de alcanzar las estrellas, y de enviar
pedazos de metal que vuelan hasta planetas distantes.

No te menosprecies. Deja de mirar lo que eres. Mira lo que puedes ser. Tú puedes resolver los
problemas de la humanidad, en lugar de simplemente aceptarlos y sufrir. Tú puedes destruir o crear
el mundo entero. De eso estamos hablando.

Utiliza este poder proactivamente. Si tienes un plazo final que cumplir, o si estás preparándote para
hablar frente a una gran audiencia, sal a caminar bajo las estrellas. Te despertará y te hará ver las
cosas desde la perspectiva correcta. No hay razón para estar nervioso. Un mundo de oportunidades
te espera. Ahora, debes ponerte en posición y golpear la pelota lo más lejos posible.
Debes estar siempre consciente del asombroso poder que hay en ti, y en todo ser humano. Trata a
todos con reverencia, cuidado, respeto, admiración. Y trátate a ti mismo de la misma manera.

El verdadero origen del asombro

Un atajo para sentir asombro es ir directamente a la fuente. La verdadera razón de por qué un
huracán, una flor, la nieve o la música son cosas asombrosas es porque son un reflejo de la fuerza
eterna y trascendental que llamamos Dios.

Y si la creación es así de sorprendente, ¡imagina cuán sorprendente debe ser el Creador mismo!

Considera lo que hace Dios por ti diariamente. La intervención personal de Dios en nuestras vidas es
sorprendente. Tómate el tiempo para notarla en tu vida. Si no sientes Su presencia, quiere decir que
no estás viviendo en la realidad. La realidad es que en este mundo, no hay nada mundano, aburrido
o rutinario. Estamos en contacto con el infinito en cada instante de nuestras vidas.

Cuando sabemos que hay un Dios —un Creador, Sostenedor y Supervisor de todo—entonces
estamos a la vanguardia en el juego. Todo se ve distinto. Nos da una nueva perspectiva. Vemos
nuevas posibilidades, nuevas dimensiones.

Y Él es un Dios personal. Está consciente de nosotros. Estamos frente a Él. Nos está poniendo
atención. Dios se está comunicando con nosotros a través de su mundo lleno de belleza y diseño. Él
está aquí, y está disponible. El omnipotente Creador de este universo te está diciendo: “Mi hijo, te
amo. Te creé para que disfrutes. Ven, exploremos el mundo juntos”.

¿El Creador del universo te ama? ¡Despierta! ¡Son fantásticas noticias!

La Torá es el mensaje personal de Dios para sus hijos. Trátala con respeto. Imagina si hubieras
recibido un mensaje secreto desde el espacio. ¡Sería genial! Averiguarías quién te envió el mensaje,
y buscarías entender la profundidad de su significado.

Ya sea que lo sepamos o no, cada uno de nosotros está buscando una experiencia trascendental.
Estamos realmente viviendo por ese momento de reconocimiento, por ese momento de contacto con
Dios.

“Asombro” es estar conscientes del pequeño e insignificante “yo” y de la sobrecogedora grandeza de


Dios. ¿Estás preocupado por tu auto, tu sueldo, tus entradas para el teatro? Es tonto preocuparse
por esas cosas cuando estás parado frente a la presencia de Dios. Es por eso que te sientes
elevado, transportado y en contacto con la eternidad.

Rezar es la experiencia de hablar con Dios. Estás hablándole al Amo de toda la creación. Así que la
próxima vez que recites una bendición, debes saber a Quién le estás hablando.

El judaísmo postula que antes de realizar cualquier acción, debes detenerte y preguntarte a ti mismo:
“¿Por qué estoy haciendo esto?”. Enfócate cuando comiences a hacer cualquier actividad. Esto te
permitirá conectarte con tu Creador. Antes de comer, cuando vayas camino al trabajo, cuando estés
regando tu jardín. Detente y di: “Estoy haciendo esto para conectarme con mi Creador…”

Anda por la vida de esta manera, con tu cabeza en los cielos y tus pies en la tierra.
¿Por qué el asombro es un camino a la sabiduría?

 El asombro puede sobreponerse a la flojera y abrir surcos. Libera potenciales y energías


contenidas.

 Es una tendencia humana preocuparse por pequeñeces. El asombro nos eleva y nos aleja de
eso.

 La realidad de este mundo es que nada es mundano.

 La vida tiene el potencial de ser una emoción tras otra, si entiendes el poder de cada
momento.

 Concretiza las experiencias asombrosas de tal forma que puedas acceder a ellas en cualquier
momento.

 El asombro es la consecuencia de ver materializado el potencial.

 Busca los pequeños “wow”. La genialidad de la vida no tiene límites.

 Utiliza las cosas asombrosas del día a día para relacionarte con el Creador.

 Nota el poder y el placer de entender la verdad. Tú estás en contacto con lo asombrosa que
es la “sabiduría”.

 Sal a caminar bajo las estrellas. Experiencias como ésta te pondrán de vuelta en el camino
correcto.

Camino #6: Dominando el miedo


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Montañas rusas y películas de terror... gastamos mucho dinero para que nos asusten.
Aprende a aprovechar la energía del "miedo" para fines positivos.

La palabra hebrea irá significa tanto 'tener miedo' como 'ver'. El Camino #6 Irá, nos enseña que la
elección fundamental de la vida es abrir nuestros ojos ante las oportunidades disponibles, y temer las
consecuencias de evitar esa realidad.

El miedo a las consecuencias puede ser un gran motivador para cumplir con nuestro deber de forma
rápida y eficiente.

Pídele a un adolescente: "Por favor saca la basura". Su respuesta será: "¡Más tarde!".

Ahora, díselo de esta forma: "Si no sacas la basura, olvídate de utilizar el auto". ¿Cuál será su
respuesta? ¡Irá corriendo a sacar la basura!

El miedo es como cualquier otra emoción, tiene tanto aspectos positivos como negativos. El miedo
negativo es debilitante. El miedo positivo es estimulante. La adrenalina hace que la sangre corra por
tus venas. Te da el poder para lograr lo que quieras. Si estás caminando y te encuentras con una
serpiente, el miedo te impulsará a correr a gran velocidad y serás capaz de saltar la cerca como un
atleta olímpico. Con miedo, estás fuera del mundo de los sueños y cien por ciento en la realidad.
Hacer la elección correcta es una constante lucha humana. Tenemos una tendencia a tomar el
camino más fácil e ignorar las consecuencias que vendrán a continuación. "¿Ver o no ver?", esa es
la pregunta que hace el judaísmo.

Témele a la falta de sentido

¿Recuerdas el viejo programa de televisión en el que un participante tenía 10 minutos para tomar
todo lo que pudiese de un supermercado? El participante corría de un lado a otro por los pasillos,
buscando los productos más valiosos. Él no quería terminar con un carro lleno de jabones.

Ese programa es una metáfora de la vida. Hay consecuencias eternas. Cada momento puede ser
vivido al máximo, o puede ser desperdiciado. La vida es un asunto serio.

El mayor miedo humano es vivir una vida sin sentido. Todos queremos causar un impacto, ayudar a
otros, cambiar el mundo. Trata de decir en voz alta las siguientes palabras: "Soy feliz siendo
mediocre". ¡Uno no puede decir eso!

Recuerdas cuando te preguntaste: "¿Cuál es el sentido de todo esto?". Tenemos un momento de


claridad y, ¿qué hacemos? Buscamos la forma de escaparnos: empezamos a jugar en el
computador, ponemos música o llamamos a algún amigo.

No te escapes. Ten miedo de ser mediocre. Ten miedo de no tener amor propio. Ten miedo de
despertar una mañana y decirte a ti mismo: "¿Qué he hecho con mi vida?".

Utiliza ese miedo a para averiguar qué es lo más importante de la vida. Y luego, ¡ve por ello!

El miedo a la mortalidad

Todos sabemos que vamos a morir algún día. Pero nos engañamos a nosotros mismos pensando
que los que mueren pertenecen a un grupo separado de la humanidad. "Ellos son los mortales.
Nosotros somos inmortales". En el fondo, todos tenemos esta ilusión.

¿Alguna vez tuviste un amigo que murió? Quizá él tenía 17 años y falleció en un accidente de
motocicleta. ¿Cómo reaccionaste? "¡Pero si yo hablé con él ayer! ¡No puede ser! ¡No puede estar
muerto de verdad! ¡Él estaba tan lleno de vida!".

¿Qué significa "no puede ser"? Lo que estamos diciendo en realidad es que es demasiado cercano
como para que nos sintamos cómodos. Yo no estoy en el grupo mortal. Y ahora, mi amigo está
muerto. Eso es demasiado cercano. No puede ser.

Date cuenta que cada uno de nosotros podría morir en cualquier momento. No necesitas un avión
que se estrelle contra el techo. No necesitas tener un problema cardiaco. Todo lo que se necesita es
un coágulo de sangre y... ¡bang! Así es la vida. Pero no tenemos ganas de ver esta realidad. "Yo soy
inmortal. Otras personas son atacadas, otras personas son las que mueren. ¡Pero yo no!".

Cuando alguien que conocemos muere inesperadamente, tenemos un sentimiento de vulnerabilidad.


Nos hace pensar: "¿Estoy utilizando mi tiempo eficientemente?".

Echa un vistazo a la historia de tu vida. Mira hacia atrás y evalúa cuán bien has utilizado tu tiempo. A
menudo, nuestro pasado se ve borroso, y esto va aumentando a medida que nos hacemos más
viejos.
El reloj de la vida corre, y no sabemos cuánto tiempo más va a funcionar. ¿Cuántos años crees que
te quedan? No creas que es ilimitado. Algún día te quedará sólo un año. Y algún día te quedará sólo
un día. Así que debes planear ahora mismo. Como dicen nuestros sabios: "Endereza tu vida un día
antes de morir".

Algunos judíos tienen la costumbre de visitar sus futuros lotes en el cementerio una vez al año,
generalmente antes de Rosh HaShaná. ¿Por qué? No es morbosidad. Es para aclarar la idea: "Yo
soy mortal, y aquí es donde voy a terminar. Entonces, ¿qué es lo que quiero que esté escrito en mi
tumba?".

Vive cada día como si fuera el último, porque algún día lo será. Tic, tac, tic, tac...

Elimina las pequeñeces

Utiliza esta conciencia para corregir la forma en la que vives tu vida. Elimina las pequeñeces,
irritaciones, ilusiones, trivialidades.

¿Cómo eliminar las pequeñeces? Imagina que estás peleando con tus padres o hermanos, y luego
te enteras de que tienes sólo un día más de vida. ¿Qué vas a decir? O si ellos estuvieran muriendo,
¿qué les dirías? Solemos no apreciar lo que tenemos hasta que lo perdemos. Cuando mueren,
decimos: "Yo debería haberlos tratado mejor. Debería haber llamado más a menudo".

Si vives con esa realidad, no pelearás con tus padres nunca más. No le guardarás rencor a tu
hermano. Si tuvieras una enfermedad terminal, tratarías distinto incluso a un extraño. No perderías tu
tiempo discutiendo con alguien que no respetó la hilera en el banco. La vida es demasiado valiosa
como para ser insignificante.

Motívate con el miedo de perder algo valioso. Imagínate perder la vista. Camina con los ojos
vendados durante una hora.

Imagina que vas a morir mañana. ¿Qué harías hoy? ¿Perderías tu día en cosas frívolas, o tratarías
de lograr algo más duradero, más significativo, más eterno?

¿Ves cómo ese miedo te empuja un poco?

Temor a Dios

Una de las obligaciones principales del judaísmo es temer a Dios. Cumplimos con esta mitzvá al
prestar atención a la realidad y ver las consecuencias de nuestras acciones.

Imagina que hubiera cámaras ocultas que monitorearan tu progreso a través de la vida. Todo el
mundo te está mirando. La gente aplaude cuando tienes éxito y abuchean cuando fallas.

Con toda esa gente mirando, ¿no tendrías cuidado con cada movimiento? ¿No aumentaría
enormemente tu motivación por tener éxito?

Ve por la vida con una conciencia constante de Dios. Todo queda grabado en video. ¿Estamos
maximizando la oportunidad que nos da la vida o la estamos perdiendo? Un día vamos a tener que
rendir cuentas por nuestras acciones.
Ese miedo puede motivarte a alcanzar la grandeza.

Por desgracia, el distraerse es parte de la naturaleza humana. Cada uno de nosotros tiene una
inclinación que nos hace dudar, llamada ietzer hará. Es como un perro feroz, que está siempre
amenazándote: "Estás sobrepasando tus capacidades. Vas a tener un colapso nervioso". Dudamos
de nuestras acciones porque tenemos miedo de sus amenazas.

El temor a Dios te libera. Nada se interpondrá en tu camino. El perro es insignificante en


comparación con el temor a Dios. Tan sólo debes seguir adelante. Tú eres libre de todos los otros
miedos.

El temor a Dios es la clave de todo lo que queremos lograr en este mundo. Entonces, ¿qué nos
detiene?

Considera los siguientes cuatro mitos:

Mito # 1 - El miedo es doloroso

Por un lado, la gente dice que el miedo es desagradable y amenazante. Estructuramos nuestras
vidas de forma tal que podamos evitarlo. Pero por otro lado, las personas se suben a montañas
rusas y ven películas de terror, ¡y pagan mucho dinero para que las asusten!

¿Cómo podemos entender esta contradicción?

Es un error pensar que el miedo es doloroso. Sí, el miedo es incómodo, pero te puede dar un gran
placer. Cuando saltas de un avión, antes de que el paracaídas se abra, te olvidas de todos los
disparates de este mundo. El roce con la muerte te hace apreciar cuán bueno es estar vivo. Te
reconectas con la realidad. ¡De pronto la vida vuelve a ser emocionante!

Céntrate en el lado positivo del miedo para neutralizar el malestar que te causa: ¡cada momento es
vivido de forma consciente y con emoción! Reúne tus poderes. Utiliza tu potencial. Que el miedo te
motive. ¡Tener miedo es muy emocionante!

Ve a un parque de diversiones y observa a la gente bajar de la montaña rusa. Al principio, todos se


ríen y dicen: "¡Wow, sobrevivimos!". Luego, se ponen cada vez más serios a medida que comienzan
a recordar sus problemas. Poco tiempo después, están nuevamente sumidos en tonterías
insignificantes, de vuelta en sus depresivas vidas…

La vida es aburrida si no hay miedo. Fíjate cómo la gente "exitosa" busca inevitablemente tener
nuevas aventuras arriesgadas. Puede ser una riesgosa inversión financiera, o pueden ser clases de
paracaidismo.

¿Cuál es la clave para obtener el máximo provecho de la vida? Sentir como si estuvieras
constantemente bajándote de la montaña rusa.

Mito # 2 - El miedo es paralizante

La gente cree que el miedo es paralizante y que reduce tu potencial.

En realidad, lo contrario es cierto. El miedo puede generar proezas sobrehumanas. Todos hemos
escuchado historias acerca de alguna madre que es capaz de levantar incluso un vehículo con tal de
salvar a su hijo que está atrapado debajo. Enfrentar el miedo te hace sentir poderoso. Te da fuerzas
que nunca supiste que tenías.

El miedo es sólo perjudicial cuando uno se escapa y no le hace frente.

Imagina que viste cómo golpearon unos matones a una persona y tú simplemente te quedaste ahí
mirando. Te estremecerías cada vez que pensaras en ello. Si no enfrentas el miedo y haces algo
para defender lo que es correcto, sufrirás a partir de esa experiencia por el resto de tu vida.

Pero si haces frente a los matones y logras que se vayan (o incluso si luchas y sales herido),
disfrutarás de ese momento por el resto de tu vida. Tenías miedo, pero te mantuviste firme. Hiciste lo
correcto. Eso es placer verdadero.

Es mejor haber intentado y fallado, que haber temido intentar.

Una "conmoción" te debilita, el "miedo" te motiva. Imagina un vaquero montando un caballo salvaje.
El miedo de ser sacudido lo hace estar atento a cada movimiento, y por eso es capaz de responder
de manera rápida y precisa.

¿Entiendes la idea? Tú también debes mirar la vida de esa manera.

Evitando el desafío

Con demasiada frecuencia perdemos una oportunidad para sobresalir porque decimos: "No puedo.
Es demasiado esfuerzo". Por ejemplo, imagina que te piden que memorices una página de la guía
telefónica en 24 horas. "¡Imposible!", dirás.

Pero si fueses secuestrado y te dijeran: "Si no memorizas una página de la guía telefónica antes de
mañana por la noche, te mataremos", ¡No hay duda que lo harías!

He aquí un ejemplo práctico. ¿Quieres levantarte de la cama con mucha energía por la mañana?
Claro, pero es demasiado esfuerzo. ¿Qué tal si yo viniese con un arma cada mañana? ¡Te
levantarías enérgicamente sin lugar a dudas!

Ahora, ¿cuánto pagarías para despertar así todos los días por el resto de tu vida? ¿$5.000 dólares?
¿$10.000? ¡Ciertamente quieres levantarte así! ¡Así que vamos! ¡Levántate!

Aprovecha el poder del miedo como un instrumento para hacer frente a todos tus "no puedo". Haz
una lista de los "no puedo" y ponles precio. ¿Cuál es la recompensa y cuál es la consecuencia?
Tener esta claridad te convertirá en un ser humano muy eficaz.

Mito # 3 - El miedo te hace perder la libertad

Los humanos solemos evitar el miedo porque queremos preservar nuestra independencia. Creemos
que si hay una fuerza externa diciéndonos qué hacer, vamos a terminar actuando como robots.
Preferiríamos elegir hacer lo correcto por nuestra propia cuenta.

Pero el temor a Dios es diferente. Cuando tienes miedo de violar la palabra de Dios, eso en sí mismo
libera tu potencial. ¿Por qué? Porque Dios no quiere controlarte, sino que sólo quiere lo mejor para ti.
Por lo tanto, el temor a Dios te libera de los disparates, de los miedos tontos, de las pequeñeces. Si
temes a Dios, serás libre de todos los otros temores del mundo.
El miedo te esclaviza sólo cuando alguien intenta deliberadamente ser intimidante y controlador.
Pero el miedo de la realidad —la posibilidad de perder oportunidades— es una motivación que nos
ayuda a llegar donde queremos estar. Todos decimos: "Quiero ser bueno, pero no quiero hacer el
esfuerzo". El miedo te motiva a hacer realmente el trabajo.

Tú sabes que si no te presentas al trabajo te despedirán. Por lo tanto, te levantas de la cama


temprano. El miedo a reprobar una prueba te hace estudiar más duro. Al final, el miedo te ayuda a
tener éxito y a tener más respeto por ti mismo.

Todos queremos grandeza. Queremos ser fuertes, disciplinados y organizados. El miedo elimina las
trabas. Por una cantidad de dinero apropiada o por supervivencia, harías lo que fuese necesario con
tal de tener éxito.

Mito # 4 - El miedo es humillante

La gente piensa que si cierta acción es correcta, deberías hacerla por el simple hecho de que es
correcta, y no por el miedo a las consecuencias de no hacerla. Parece humillante actuar en base al
miedo.

Idealmente, deberíamos hacer lo correcto por el solo hecho de que es correcto, y deberíamos evitar
lo que no es correcto, independiente de cuáles sean las consecuencias. De hecho, nuestros sabios
dicen: “Quien sirve a Dios porque busca una recompensa, o para evitar el castigo, es un mal
sirviente”. Él se esta sirviendo solamente a sí mismo. Si hacer el mal fuera más beneficioso, él lo
haría.

Entonces, ¿por qué hay una mitzvá especial de temer a Dios? ¿No deberíamos obtener toda nuestra
motivación de nuestro amor a Dios?

Sí, alguien que sirve a Dios por amor está en un nivel mucho más alto. Y deberíamos esforzarnos
para hacer lo correcto simplemente porque es correcto, y no porque te va a “llevar al cielo”. Pero
también tenemos que ser realistas. El amor suele ser una motivación insuficiente para hacer el bien.
Si recibir un pago de $100.000 dólares te ayuda a ser más efectivo y a hacer lo correcto, ¡es mejor
que tomes el dinero y hagas lo correcto!

Imagina que hay un programa que acoge a quienes no tienen hogar en un alberge comunitario.
Idealmente, deberías hacer esto de forma gratuita. Pero si te ofrecieran $100 dólares por cada
persona sin hogar que llevases al albergue comunitario, probablemente llevarías mucha más gente.
¿Acaso la “recompensa” te corrompió? No. Simplemente te dio una motivación más fuerte para
hacer lo que ya sabías que era correcto.

Y hay una cosa más que debes considerar. Es probable que el hacer algo por temor te lleve
eventualmente a hacerlo por amor.

El reflejo del dolor

Todos nacemos con la capacidad de sentir dolor. Si nos clavamos una aguja o nos quemamos con
fuego, retraemos nuestra mano de forma instintiva. Pero alguna gente nace sin una sensibilidad al
dolor. No sienten nada si ponen su mano al fuego.
Seguro, es agradable no sentir dolor. Pero alguien que no siente dolor está en constante peligro. Él
podría poner su mano en el fuego y decir “¿Hueles algo quemado? ¡Hey, es mi mano!”, pero el
problema es que sería demasiado tarde.

El dolor es esencial para nuestra supervivencia. Y ese es el propósito de temer a Dios, de mantener
en mente las consecuencias de todo. No es el objetivo de la vida, sino que es un medio para
conseguir un fin. Nos ayuda a pensarlo dos veces antes de insultar a alguien o de gritarle a nuestros
padres.

Imagina que estás hablando con alguien y de pronto, la persona comienza a hablar chismes. Tú
sabes que está mal escuchar, pero evalúas: “Quizás me debería quedar acá, por respeto, tan solo
unos minutos…”. Pero si alguien estuviera dispuesto a pegarte con un palo en la cabeza cada vez
que escuchas chismes, dirías inmediatamente: “¡Lo siento! ¡Yo me voy de aquí!”. No comenzarías a
hacer cálculos. Simplemente harías lo correcto.

El miedo al castigo es como el reflejo del dolor. Evita que hagamos cosas que nos dañarían más
adelante. Te ayuda a llegar donde quieres estar.

Uniendo todas la piezas

La meta más importante en la vida es tener claridad, vivir en la realidad. Y por supuesto, la realidad
existe objetivamente, fuera de nuestra propia percepción subjetiva de ella.

La realidad es muy emocionante. Te despierta y te ayuda a poner las cosas en perspectiva. Imagina
a alguien que es adicto a la nicotina. ¿Cómo puedes motivarlo para que deje de fumar? Muéstrale
una radiografía de unos pulmones llenos de alquitrán. Este miedo le dará la libertad necesaria para
escapar de la rutina y hacer lo que sabe que tiene que hacer.

Y tal como a ti te motiva el miedo, haz lo mismo por tu familia, por tu comunidad y por toda la
humanidad.

Ves divorcios. Ves padres que maltratan a sus hijos. Ves personas con depresión, personas que son
llevadas a un hospital psiquiátrico, personas que se dañan unas a otras. Vemos esto
constantemente. ¿Y qué hacemos? Actuamos como una avestruz. Vemos pero no vemos. Decimos:
“No me va a pasar a mí, yo nunca voy a abusar de mis hijos. No me va a pasar a mí, yo nunca voy a
estar deprimido. No me va a pasar a mí, yo nunca me voy a divorciar”.

¿Realmente crees que eres tan diferente? ¡Sé realista! ¡También te puede pasar a ti!

Donde sea que veas una tragedia, aprende a evitarla. Si escuchas que alguien fue asaltado en cierto
lugar, no vayas allí. No importa lo que sea, extrae una lección. Cuando veas un divorcio, ten temor a
la posibilidad de que esto te podría pasar a ti. Eso se llama “ser realista”.

Lo mismo aplica al pueblo judío. En 1967, todos sabían que el estado judío peligraba con ser borrado
del mapa. Entonces, la gente se acercó a las organizaciones que apoyaban a Israel y ofrecieron su
ayuda: dinero, tiempo, contactos o activismo. El miedo, la amenaza, los llevo a darse cuenta de
cuánto les importaba en realidad el pueblo judío.

¿Cómo te sentirías si, Dios no lo quiera, Israel fuera borrado del mapa?
Tómate en serio las consecuencias de la vida. No necesitas una montaña rusa. Todo lo que tienes
que hacer es salir a la calle a media noche. O recordar que hay villanos con un gran poder militar.
Mira a tu alrededor y lee los titulares. Es un mundo amenazante. Lleva el miedo contigo y utilízalo
como un motivador para alcanzar la grandeza.

¿Por qué el miedo es un camino a la sabiduría?

 El miedo te ayuda a hacer lo correcto, y no lo que la sociedad considera que es correcto.

 El miedo te hace entrar en contacto con tu propia moralidad; la muerte es el miedo más
potente.

 El miedo te ayuda a utilizar tu libre albedrío.

 Ten miedo de una vejez sin sentido. Si vives como si siempre hubiese un mañana, entonces
nunca aprovecharás al máximo el día de hoy.

 El miedo no es restrictivo; es poder y libertad.

 Con miedo, podrás sentir la emoción de la vida el 100% del tiempo.

Camino #7: El verdadero carisma


por Rav Noaj Weinberg zt"l
La humildad no es un complejo de inferioridad. Es hacer lo que es correcto, y no depender de
las opiniones de los demás.

Una estrella de cine entra en una fiesta con un caminar pomposo, engreído y con la cabeza en alto.
Su forma de actuar dice: “Soy genial, y todos lo saben”. La gente observa con un silencio reverencial.
¡Carisma!

El judaísmo llama a esto un falso carisma. La estrella de cine depende totalmente de factores
externos sobre los cuales no tiene ningún control. Sin sus admiradores, él no tiene nada.

El Camino #7 enseña que la forma para obtener verdadero carisma es Be Anavá, 'con humildad'.

Pero, ¡¿acaso la humildad genera carisma?! ¿No imaginamos por lo general a la persona humilde
como alguien manso, encorvado y apenas perceptible?

Definamos nuestros términos. Humildad no es un complejo de inferioridad o una falta de autoestima.


Humildad significa: "Vivir sabiendo que nada importa realmente excepto hacer lo que es correcto".
Aquel que es humilde está totalmente dedicado a la búsqueda de la verdad. Y dado que su
autoestima no depende de la aprobación de otros, puede elegir hacer lo correcto incluso cuando no
es popular o políticamente correcto hacerlo.

Por otro lado, una persona arrogante está preocupada principalmente por su propio ego, su propio
orgullo, su propio dinero. Por lo tanto, a pesar de que parezca ser amistoso y encantador, realmente
está manipulando las cosas para servir sus propios intereses.
“Arrogancia”: Yo soy todo lo que importa.

“Humildad”: Lo que es más grande que yo, eso es lo que importa.

Trascendiendo las pequeñeces

Fuera de su suave exterior, una persona arrogante es, irónicamente, alguien inhibido y restringido
que no expresa su “verdadero yo”. ¿Cómo podría ser “él mismo”, siendo que está constantemente
preocupado con cómo se ve ante los ojos del resto?

Humildad es libertad. Cuando lo único que te preocupa es la verdad, y vivir acorde a ella, entonces
eres libre de expresarte de la forma más genuina y desinhibida posible. Tu belleza natural
resplandece. ¡Eso es verdadero carisma!

La Torá nos dice que la persona más humilde de todos los tiempos —Moshé— era también la más
carismática, y esto no es una mera coincidencia. En su rol de ser quien enseñaba Torá, Moshé debía
tener bastante confianza en que su causa era justa. Él no se inquietaba ante los rebeldes o ante las
quejas. Y esa es precisamente la razón por la cual era sumamente respetado.

Al tener una genuina confianza en sí mismo, la persona humilde trasciende las pequeñeces
mundanas de este mundo. Él no tiene que responder a cada insulto, sino que puede elevarse por
sobre las peleas.

Él sabe cuál es su lugar, y ayuda a otros a encontrar el de ellos. Él hace que todas las personas se
sientan importantes. Porque con la persona humilde, si los otros son exitosos, no hay problemas de
celos o el riesgo de una crisis de ego.

¿Has conocido alguna vez a una persona así? ¡Te atrae como un magneto! ¿No te gustaría tener un
poco de ese carisma?

La necesidad humana de vivir una vida con sentido

Dado que la humildad se basa en la búsqueda de la verdad, ésta nutre la necesidad humana básica
de vivir una vida con sentido.

Podemos ver que la gente está en búsqueda de un sentido en la vida. Casi todos quieren ayudar a
los necesitados, a los pobres, a los hambrientos y a quienes no tienen hogar. Y mucha gente elige
carreras profesionales en las que pueden “ayudar a otros”, mediante trabajo social o cuidados
medicinales. El dinero por sí solo no genera suficiente placer como para dedicarse sólo a eso
durante toda la vida.

Por desgracia, a menudo los asuntos mundanos de la vida diaria nos desvían. En medio de todas las
diligencias, reuniones y correos electrónicos, perdemos la claridad sobre qué es realmente
significativo.

Una forma de volver a enfocarse es preguntarse a uno mismo: “¿Para qué estoy viviendo? ¿Estoy
comiendo para vivir, o viviendo para comer? ¿Trabajo para vivir, o vivo para trabajar?”.

Todos los días debes volver a preguntarte esto. Te ayudara a mantener tu trabajo, relaciones
interpersonales y metas generales en perspectiva.
Entonces, ¿para qué estás viviendo? Haz una búsqueda. Ve si tus “metas de vida” son realmente
significativas, o si son simplemente una noción abstracta.

Si escuchas una voz que te dice: “no hay ningún propósito verdadero que sea objetivo en la vida”,
entonces verifica si es verdad antes de asentir. No te rindas tan fácil. No te comportes como los
cínicos. El que haya un sentido para la vida es algo demasiado vital como para ignorarlo. Tu salud
depende de él tanto como del agua y la comida.

Haz lo correcto

Hacer lo correcto suele ser difícil, ya que no siempre lo percibimos como una fuente de placer.

Pero si lo piensas bien, te darás cuenta que en realidad no hay mayor placer que éste.

Los placeres materiales son necesarios y agradables, pero no se comparan con los grandes placeres
del amor y de una vida con sentido. Imagina que te ofrecen 10 millones de dólares a cambio de uno
de tus hijos. Luego de declinar la oferta, ¡te sentirías abrumado con el gran valor que tiene realmente
ese niño para ti! Puede que siempre hayas conocido su valor en un nivel intelectual, pero ahora se
ha vuelto real para ti.

Similarmente, si te dieran la opción de matar a 1.000 niños inocentes o que te maten a ti, sabes muy
bien qué elegirías.

Pese a que ese escenario es un poco extremo, revela algo muy profundo acerca de la psiquis
humana: ser bueno es tan importante que estamos dispuestos incluso a morir por ello.

¿Cuál es tu causa?

Llevemos esto un paso más allá. Si estarías dispuesto a morir con tal de ser “bueno”, el corolario es
que no hay una mayor meta en la vida que ser bueno.

Todos estamos dispuestos a morir por alguna causa. Ya sea la paz mundial, salvar a las ballenas o
una reforma política, todos estamos dedicados a algo. La única pregunta que queda es: “¿Cuál es tu
causa?”.

Siéntate y averigua por qué estarías dispuesto a morir. Lee discursos fúnebres. Estos te darán una
buena dosis de humildad. Te ayudarán a entender el significado de la vida. Intenta escribir tu propio
obituario. ¿Cómo te gustaría ser recordado? Esto te dará objetividad y perspectiva.

Una vez que hayas encontrado una causa tan significativa que estarías dispuesto a morir por ella,
entonces tendrás la respuesta a la pregunta más importante: para qué estás viviendo.

Y cuando en realidad estés viviendo por esa causa, entonces tendrás un poder, propósito y placer
sin paralelos.

Ahora, haz un plan para implementar esto en tu vida diaria. Comienza lentamente, dando un
pequeño paso a la vez, de forma que no te sientas abrumado. Mantén tu vista en el objetivo y mide
tu progreso de forma continua.

Conectarte con tu propósito de vida es un gran proyecto. Pero no hay un mejor uso posible para tu
tiempo y energía.
¿Estás preparado para el desafío?

Hazlo por la razón correcta

“Hacer lo correcto” es un gran nivel, pero hay un nivel incluso más alto. Debes hacer lo correcto por
la razón correcta, es decir, “porque es lo correcto de hacer”. Si haces lo correcto por motivaciones
egoístas, como por ejemplo, para poder presumir de tus logros, terminarás sintiéndote muy mal
contigo mismo.

Cuentan la historia de un gran rabino que, en su lecho de muerte, estaba rezando con gran
intensidad. Sus discípulos estaban reunidos alrededor suyo y le preguntaron: “Rav, ¿qué está
pensando en este momento?”.

Él les respondió: “Una pequeña voz en mi interior está diciendo ‘reza con gran intensidad para que
tus estudiantes estén impresionados’”. Incluso en el momento de su muerte, ¡este gran sabio estaba
batallando con su ego!

El verdadero carisma viene cuando nos logramos desvincular de la necesidad de obtener aprobación
externa. Entonces, haz lo correcto por la razón correcta. No importa cuáles sean las consecuencias.
¡Es el mejor sentimiento que hay en el mundo!

Dios: El propósito supremo

En la búsqueda de un logro significativo, ¿qué hace que una persona logre un mayor impacto, actuar
en base a una opinión subjetiva (la cual puede cambiar en cualquier momento) o actuar en base a un
estándar exterior objetivo? Obviamente es más significativo lograr lo que es objetivamente correcto.

El judaísmo dice que para encontrar el verdadero sentido de la vida, debemos conectarnos con lo
que quiere nuestro Creador. Esto es porque Dios, Quien está más allá de los bordes que delimitan el
ego humano, es la fuente de toda objetividad. En esencia, Él es quien define qué es “bueno”.

Objetividad y humildad son ideas que están relacionadas. La objetividad te da la habilidad de


elevarte por sobre los deseos egoístas y hacer lo correcto por la razón correcta. Y eso te lleva a la
humildad.

La Torá llama a Moshé “el más humilde de los hombres” porque se paró frente a Dios con sumo
respeto, de forma reverencial. Moshé sabía cuál era su lugar. Cualquier otra actitud niega la
presencia divina. Por eso el Talmud relaciona la arrogancia con la idolatría; ambas alejan la
presencia de Dios.

En cualquier situación, debes preguntarte a ti mismo: “¿Qué quiere Dios de mí?”. Haz lo que Él dice,
y siempre estarás haciendo lo que es correcto.

Ábrete a la posibilidad de recibir sabiduría

Utiliza la humildad para abrirte a la posibilidad de recibir sabiduría. Sin humildad no podemos
escuchar la sabiduría, porque estamos demasiado atrapados en nuestra propia realidad subjetiva.

Nuestros sabios plantean una pregunta fundamental: ¿Por qué la Torá fue entregada en el desierto?
Y responden que es porque el desierto es un lugar que está vacío. Esto significa que para adquirir
Torá —para recibir la sabiduría de Dios— debemos primero estar dispuestos a abrir un espacio en
nuestro interior.

Una forma de lograr más objetividad es dar consejos a un tercero. Enfrentar problemas externos te
ayudará a ver tu propia situación de forma más clara.

En resumen: mientras más te eleves por sobre la necesidad de tener la aprobación de otros, y
mientras más desarrolles tu sentimiento interno de autoestima, más carisma poseerás. Y eso es algo
que nadie podrá quitarte nunca.

¿Por qué la humildad es un camino a la sabiduría?

 La humildad genera verdad y objetividad.

 Humildad es libertad. Con ella, tu personalidad se expresa de forma más orgánica y real.

 La humildad es placentera. La arrogancia es dolor.

 La humildad te permite darle a otros.

 La humildad hace que tu relación con Dios sea más profunda.

 Hasta que no sepas por qué estás dispuesto morir, no habrás comenzado a vivir.

Camino #8: Pura alegría


por Rav Noaj Weinberg zt"l
La alegría te da el poder, la motivación y la confianza para lograr cosas que de otra forma
parecerían demasiado difíciles. La alegría es pura energía... ¡mejor que una barra de cereal!

¿Recuerdas la emoción de anotar un gol? ¿De salir de clases el último día de escuela? ¿De montar
tu bicicleta nueva? Saltaste de alegría. ¡Fantástico!

La alegría te da energía y te hace sentir genial. Puedes lograr todo tipo de cosas que de otra forma
parecerían demasiado difíciles de alcanzar. Con alegría, no tienes miedo de hablarle al tipo que está
sentado al lado tuyo en el avión. ¡No hay problema! Tienes energía, dinamismo. ¡Estás vivo!

El Camino #8 es Be Simjá, 'con alegría'. Es posible que algunas personas tengan una alegría más
“natural”. Pero la alegría puede ser estudiada y dominada como cualquier otra herramienta.

Cuando tienes alegría, puedes hacer lo que sea de mejor manera, más rápido y más fuerte. Tu
memoria es mejor. Tu desempeño en el campo de golf es mejor. Vendes más. Todo es mejor.

No estarás utilizando todo tu potencial sino hasta que tengas alegría. No importa cuánta experiencia
tenga un deportista de alto rendimiento, siempre necesita un aire nuevo, el apoyo del público, un
poco de inspiración. De otra manera, su juego sería demasiado plano; estaría jugando de forma
rutinaria.

Lo mismo ocurre en la vida. Cuando tienes alegría, tu vida tiene un ímpetu distinto. Las personas
alegres son energéticas y ambiciosas. Nunca tienen suficiente tiempo para hacer todo lo que quieren
hacer.
Así que independientemente de si estás estudiando, paseando, trabajando o relajándote, primero
debes sumergirte en un estado de alegría. Eso te dará un gran impulso de poder y confianza.

Alegría falsa

¿Recuerdas cuando tu equipo favorito ganó el campeonato? La ciudad tuvo una erupción de energía
y euforia, y miles de personas se tomaron las calles. Pero al final, todo terminó en violencia,
destrucción y arrestos.

¿Es eso lo que se supone que debería generar la alegría? ¿Esa gente tenía realmente alegría?
¿Qué salio mal?

No era alegría. Era solamente histeria.

Hay que aprender a diferenciar entre la alegría real, la cual te da el poder de lograr cosas, y la
alegría ilusoria, cuya explosión inicial se desvanece luego en un bajón.

Alegría ilusoria es celebrar toda la noche en año nuevo. “¡El mundo es perfecto y los amo a todos!”.
Pero luego hay un bajón. Más que cualquier otro día, la noche de año nuevo tiene la tasa más alta
de suicidios.

Una persona que gana 100 millones de dólares en la lotería salta de alegría. ¿Qué es lo que ellos
esperan? Viajar por el mundo, ser importantes. “Ahora voy a hacer lo que yo quiera por el resto de mi
vida. Soy libre, dueño de mi propio destino. No más trabajo, no más preocupaciones, no más de
nada. ¡100 millones de dólares!”.

¿Cuánto dura esa sensación? Sabes muy bien que puedes tener mucho dinero y ser tremendamente
miserable. Es posible que el ganador de la lotería no sepa qué es lo que quiere lograr con su vida.
Entonces, la alegría es una ilusión. Luego de un año, él estará de vuelta en la universidad, será el
estudiante universitario de los cien millones de dólares. ¿Por qué? “Quizás la filosofía me interese…”

Alegría no es sinónimo de embriagarse, jugar bromas, o burlarse de la gente. Alegría es la profunda


felicidad que viene con el hecho de utilizar todo tu potencial.

Si sabes qué es lo que quieres en la vida, entonces podrás ir tras ello incluso si no tienes 100
millones de dólares. Un sorbo de alegría y estarás listo para partir. ¿Puedes ver cómo esto te da
poder para vivir?

El placer de crecer

Antes, cuando querían retratar alegría eufórica en una película, filmaban una escena en donde le
contaban a un hombre que sería papá. Éste bailaba de un lado a otro, delirante de alegría, y corría
por la calle cuesta abajo poniendo cigarros en la boca de todo el mundo.

Hoy en día, cuando el doctor le dice a un hombre que va a tener un hijo, él comienza a pensar en
todos los problemas: despertarse en las noches para alimentarlo, ahorrar para pagar sus estudios,
etc. ¿Qué pasó con la alegría?

La verdadera alegría viene con el placer de crecer y la autorrealización; cuando superamos un


desafío difícil, o cuando experimentamos un momento de claridad.
Cuando tu equipo favorito gana el campeonato o cuando ganas la lotería, la alegría es una falsa
ilusión. ¿Por qué? Porque no cambiaste ni creciste.

La alegría no se encuentra en eventos fortuitos, en las “cosas buenas que te pasan”. La alegría es
solamente un resultado de tu accionar en la vida, de tu compromiso con convertir cada momento en
una experiencia positiva de crecimiento. Un nuevo bebé significa que deberás hacer cosas a toda
hora, tanto de día como de noche. Eso no es algo fácil. Pero si te enfocas —incluso a las 3 de la
mañana— te darás cuenta que ésa es una alegría verdadera.

Haz cosas significativas y obtendrás más alegría. Si estás peleando por una causa quiere decir que
estás causando un impacto en el mundo. Eres intenso. Eres eterno.

Encuentra cuál es tu causa, sea cual sea, y trabaja por ella. Para el judaísmo, servir a Dios es la
causa suprema.

Interno, externo

El judaísmo tiene un principio llamado jitzoniut meoreret pnimiut, 'lo externo despierta lo interno'. Esto
significa que es posible desarrollar un estado emocional interno al actuar como si uno ya estuviera
en ese estado.

Por ejemplo, los estudios muestran que sonreír cuando estás triste puede mejorar tu estado de
ánimo. Hay una correlación directa entre activar los músculos físicos y tu estado emocional.

Haz cosas que fomenten la alegría, y serás más alegre. Por ejemplo:

 Viste ropas lindas.


 Come comida deliciosa.
 Canta.
 Da un paseo por la playa.
 Pasa tiempo con tus amigos.
 Haz actos de bondad por otros.
 Reflexiona sobre cuán maravilloso es estar vivo.
 Llama a tus padres y agradéceles por haberte dado la vida.

Una vez que sientas alegría, canalízala en una dirección productiva. No te sientes simplemente a
disfrutar de esa alegría. Ahora tienes la energía para ir allá afuera y hacer algo fantástico. Ayuda a
alguien necesitado. O ve por un trabajo que de otra forma no podrías afrontar.

La alegría del placer potencial

Una forma de incrementar la alegría es esperar con ansias el placer que vendrá. Cuando esperas
con ansias algo hermoso, es más probable que lo veas como tal. Y la alegría que obtendrás será
más electrizante, más excitante, más real.

“¡Hurra! Hoy vamos al circo. ¡Será un gran día!”.

Sientes alegría con el mero hecho de expresar tus ansias. ¿Lo ves?

La implicación es profunda. Si esperas con ansias los placeres, estarás constantemente en un


estado de alegría. Por ejemplo, hoy es un nuevo día. ¿Qué es lo que esperas hoy? ¿A quién
conocerás? ¿Qué encontrarás? ¿Qué lograrás? “Hoy va a ser un gran día”. Utiliza esas ansias para
energizarte.

¿Vas al trabajo? No te enfoques en las cosas negativas: “Estoy cansado…”, “mi jefe es
impaciente…”. En vez de eso, aférrate a las cosas positivas: “Voy a hacer algo productivo…”, “voy a
ganar dinero para pagar mis cuentas…”.

Utiliza esta herramienta en todo. ¿Vas a un museo hoy? ¿Qué esperas obtener? Di en voz alta los
beneficios y placeres de forma anticipada. Eso te va a dar un flujo constante de alegría.

Estado mental

Mucha gente no experimenta alegría porque toma la vida por sentado.

Eso es hasta que se encuentran cercanos a la muerte.

Alguien que sobrevive a un accidente automovilístico nunca vuelve a vivir de la misma manera. O
alguien que tuvo cáncer y sale del hospital con su salud completamente renovada. Ellos van de un
lado para otro diciéndole a la gente: “¿No es maravillosa la vida? ¡Estoy vivo!”.

La gente cree que está loco. ¡Nadie puede estar tan feliz si no es porque se ganó un millón de
dólares!

Aprecia lo que tienes. Dios nos creó para que tengamos placer. ¿Cuál es el placer de estar vivos?
¡Tus manos! ¡Tus pies! ¡Tu mente! Aprende a sentir el placer. Estará contigo siempre, donde sea que
estés.

La alegría no es algo que simplemente ocurre. La alegría es un estado mental. Puedes tener todo en
el mundo e igualmente ser miserable. O puedes tener relativamente poco y desbordar de alegría.

Siente el placer de simplemente existir, la alegría de estar vivo. Así, tendrás una base para crecer
más, y más y más. De otra forma, es sólo una sensación, un sueño, una ilusión. ¿Qué te dará un
auto nuevo? ¿Qué te dará un millón de dólares? Sólo te darán una forma de escapar de la vida, de
soñar, de sentirte cómodo…

El estado natural

La alegría es el estado natural del ser humano. Los niños la tienen y disfrutan de sus vidas en la más
simple de sus formas. Una zanahoria, una pelota, la luna. Pero nosotros los adultos aprendemos a
ser miserables. Las razones para ser felices no han desaparecido. Es simplemente que la carga de
las responsabilidades diarias nos distrae.

Hazte conciente de la belleza de cada momento. Enfócate en tu estado subyacente natural de


alegría, incluso en medio de los asuntos mundanos del día a día. Porque si no tienes el sentimiento
de que la vida es buena, entonces en realidad no tienes nada.

Por eso las plegarias matutinas comienzan con una serie de bendiciones en las que agradecemos a
Dios por lo simple y obvio:

 Gracias Dios por darme vida.


 Gracias Dios porque puedo ver.
 Gracias Dios porque puedo usar mis manos y pies.
 Gracias Dios porque puedo pensar.

Si logras dominar el arte de notar, apreciar y disfrutar conscientemente lo que tienes, entonces
siempre vas a ser feliz.

Más allá de esto: Cuando nosotros somos felices, entonces Dios está alegre (por así decir) y nos
llena de bendiciones. En otras palabras, si disfrutamos lo que Dios nos ha dado, Él nos dará más.

Es por esto que el Rey David dijo: “Sirve a Dios con alegría”. Él no quiere gente con caras
melancólicas a su alrededor. Es nuestra obligación servirlo con alegría.

Es más, la Torá dice que seremos castigados “porque no servimos a Dios con alegría”. Puedes
cumplir con todas las obligaciones que existen —como honrar a tus padres y ayudar a la
humanidad— pero si no lo haces con alegría, entonces Dios te hará rendir cuentas. ¿Por qué?
Porque Él quiere que tengamos el máximo placer posible.

¿No disfrutas de tus manos y de tus pies? ¿No crees que el mundo es hermoso? Entonces estás
sirviendo al Dios equivocado. Él tomará de vuelta esas cosas de ti, ¡ten cuidado!

Toma las cosas con calma

Y no sólo eso, sino que debes aprender a relacionarte incluso con tus problemas de forma alegre.
¿Cómo es posible hacer esto? Míralos como oportunidades para crecer; desafíos que te ayudarán a
desarrollar el carácter.

Por definición, la vida tiene sus desafíos. La pregunta es si estos desafíos van a hacer que aumente
tu nivel de alegría o que disminuya. Si te dejas atrapar por pequeñeces, entonces tu alegría se verá
disminuida. Cuando te encuentres preocupado por un problema, pregúntate a ti mismo: ¿vale la
pena tener toda esta energía negativa? La decisión es tuya.

El libro Orjot Tzadikim (siglo XV) dice: “La alegría reside en el corazón de la persona cuando no se
enfoca en las dificultades”. Si puedes alejar tu foco de las dificultades, entonces tu estado natural
será de alegría.

Existe una diferencia entre prestar atención a un problema y preocuparse por él. “Preocuparse”
significa que tus problemas te consumen, incluso cuando no tienes nada que hacer al respecto.
“Prestar atención al problema” significa buscar soluciones para el problema, pero sin que éste te
deprima.

No sufras por padres que te regañan, niños quejumbrosos, un jefe insoportable, malos empleados o
profesores irracionales. Incluso en los momentos tristes o dolorosos, acéptalos como una realidad.
No te rindas hasta que encuentres algo positivo en lo cuál puedas enfocarte. Cuenta las bendiciones
que hay en tu vida. ¡¿Qué importa si tus hijos están llorando?! Es una buena señal, ¡significa que
están vivos!

Cuando estás alegre, eres alguien que resuelve los problemas, y no alguien que los sufre. Imagina
que eres el dueño de un negocio y un cliente va donde ti a quejarse. Si eres miserable, él también se
irá siendo miserable, ¡y al día siguiente lo tendrás protestando frente a tu puerta!
¿Qué pasa cuando, Dios no lo quiera, alguien sufre una tragedia? El rezo del kadish, que es recitado
luego de la muerte de un pariente cercano, no es un rezo por el muerto, sino una afirmación de que
la vida es increíble, hermosa, fantástica. No se espera de ti que saltes a la tumba tras el muerto. La
historia de Romeo y Julieta no representa la visión judía de la vida. El mayor tributo que le podemos
dar a quien falleció es afirmar el sentido y la alegría que tiene la vida misma. Ese es el propósito de
la muerte, hacer que el resto de nosotros apreciemos el sentido de la vida.

Incluso si no puedes resolver tus problemas, no vayas de un lado a otro contaminando al resto. “Yo
soy miserable. ¿A quien puedo contagiar con mi miseria?”. Al menos no hagas que el resto de las
personas también sean miserables.

La alegría de la sabiduría

La sabiduría es una gran fuente de alegría. Con sabiduría, podemos entender el mundo que nos
rodea y nuestro rol en él.

El judaísmo dice que la esencia de la alegría es la Torá. ¿Por qué? Porque la Torá nos enseña cuál
es el sentido de la vida. Nos enseña cómo conectarnos con Dios, cómo vivir de acuerdo a Su
voluntad.

Por eso en Tishá B’Av, el día nacional de duelo del pueblo judío, no está permitido estudiar Torá.
Porque Torá es alegría. El gran cabalista conocido como el Arizal (siglo XVI, Israel) dijo que “la
alegría abre las puertas para alcanzar grandes niveles de sabiduría”. Mientras más sabiduría
adquieras, más feliz serás.

Hay una alegría natural relativa a adquirir sabiduría, incluso si uno no aplica esta sabiduría, ya que
habrás expandido tu existencia.

Cuando estudies una pieza de sabiduría, analiza cómo puedes mejorar tu vida desde un punto de
vista práctico con ella. Si levantas una piedra y ves que es un diamante, bailarás por las calles hasta
llegar donde el joyero. Pero si coges un diamante y comienzas a jugar a las canicas con él,
probablemente terminarás perdiéndolo.

Nuestros sabios utilizan una cruda metáfora para esto. Dicen que estudiar Torá y olvidarla es como
enterrar a tus propios hijos. Habrás perdido un pedazo de realidad, una conexión con la eternidad.

Haz una “lista de alegrías”

Haz el siguiente ejercicio: Tomate 10 minutos y escribe una lista de todos los momentos en los que
danzaste de alegría. ¿Un impresionante logro atlético? ¿Reunirte con un amigo luego de muchos
años de separación? ¿Lograr superar una difícil enfermedad? ¿El nacimiento de tu primer hijo?

Ahora estudia tu lista e identifica cuál es el factor común que gatilla tu alegría. Al lograr aislar la
“causa” habrás obtenido el arma secreta que te permitirá salir de cualquier estado de humor
negativo.

Examina tu lista y determina qué situaciones reflejan verdadera alegría, y cuáles reflejan solamente
ilusión e histeria.

Busca una manera de expandir tu lista de alegrías. Pídele a otros que te describan sus más grandes
alegrías.
¿Por qué la alegría es un camino a la sabiduría?

 La alegría te da poder y energía.

 Con alegría, lograrás anotar un gol.

 Es natural sentir alegría, pero los humanos solemos pasarla por alto.

 No sufras por tus problemas. Resuélvelos.

 ¿Por qué esperar hasta estar cercano a la muerte para apreciar cuán buena es la vida?

 Haz la voluntad de Dios y estarás conectado con la eternidad.

Camino #9: Concentración total


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Sólo utilizamos una pequeña fracción de nuestra capacidad mental. Aprende a concentrarte y
a evadir las distracciones. ¡Alcanzarás todas tus metas fácilmente!

El atleta olímpico está allí, totalmente inmóvil, repasando el salto una y otra vez en su mente:
comienza a correr, se aproxima, se impulsa, vuela por los aires y aterriza. Él está 100% enfocado. La
meta está definida. La mente está pura. El tiempo se detiene.

El Camino #9 es Be Tahará, 'con pureza'. Cuando nos concentramos completamente, alcanzamos


gran pureza intelectual y emocional.

Todos lo hemos experimentado. Un momento de concentración total en el que logramos concretar


todo nuestro potencial. Estás en la universidad, el examen final es mañana y de repente tomas
conciencia. Te quedas despierto toda la noche, sin comer ni beber. Nadie te puede hablar. Nada más
entra en tu mente. Estas en un 100% allí.

¿O recuerdas la vez que estabas en el autobús absorto leyendo una novela, y de pronto el conductor
se dio media vuelta y te dijo “¿Dónde vas amigo? Ésta es la última estación”?

¿Te ha ocurrido esto? Ese es el poder de la concentración.

El ser humano utiliza sólo una pequeña fracción de su capacidad mental. En el mundo de los
deportes, la diferencia que hay entre los competidores desde el punto de vista atlético es mínima;
ganar depende 90% de la concentración mental. Así, para lograr más en la vida, debes enfocar tu
atención. Saca a relucir tu poder latente y utilízalo.

Cuida tus pensamientos

Generalmente es sumamente difícil concentrarse. Nuestra mente deambula por muchos lugares.

Tal como necesitas “cuidar tu lengua” para no decir palabras en vano, asimismo debes “cuidar tus
pensamientos” para dirigirlos en la dirección correcta.

Entra en contacto con tu mente. Ella está flotando por cualquier parte. Congela el momento: ¿En qué
estás pensando ahora? ¡Te estás preguntando que habrá de cenar!
En el judaísmo, antes de cualquier actividad importante decimos Hineni mujan umezumán, 'estoy
listo para hacer la actividad X'. Es una declaración de que enfocaremos nuestra mente, por
determinado período de tiempo, a dicha actividad, y de que bloquearemos los pensamientos y
emociones extrañas a ésta. Intenta decir en voz alta “ahora voy a estudiar”, o “ahora voy a honrar a
mis padres”, etc.

Establece qué vas a hacer, cierra el resto de los compartimentos y concéntrate. Tu mente está aquí,
y no en otro lugar. Si el cuarto está muy caluroso o muy frío, no importa. No te interesan los
deportes, la política o las finanzas en este momento. Estás concentrado solamente en la tarea que
tienes frente a ti.

Muerto para el mundo

La vida nos empuja hacia muchas direcciones diferentes, y es difícil mantener el rumbo.

Imagina al dueño de un local comercial, quien apenas tiene un momento libre para respirar. A él le
gustaría tener una vida más significativa, pero su negocio le demanda atención constante. Los
clientes simplemente no lo dejan tranquilo.

Una noche, él sueña que muere por causa de su duro trabajar. El sueño es tan sobrecogedor, que
cuando se despierta, se levanta de la cama, mira el espejo y ve a un hombre anciano y con el pelo
gris. Inmediatamente se va a la sala de estar y comienza a leer libros de filosofía.

Su esposa se da cuenta que él no está en la cama. “¡Son las 3:30 de la mañana! ¿Qué estás
leyendo a esta hora que es tan importante?”.

“Querida, ¿te das cuenta que podría morir en cualquier momento, y habría gastado los mejores años
de mi vida en la tienda? He decidido que desde hoy no voy a ir a trabajar sino hasta el mediodía. Voy
a dedicar mis mañanas a estudiar sabiduría”.

“¿Estás loco? ¡No puedes hacer eso!”, exclama su esposa. “¿Qué le voy a decir a los clientes?”.

“¿Qué le vas a decir al ángel de la muerte cuando venga por mí? ¿Que los clientes están
esperando? Por tres horas cada mañana, ¡considera que estoy muerto!”.

Por supuesto que no es simple tomarse un tiempo libre. Pero lo que sea que hagas, cuando sea que
lo hagas, hazlo estando completamente inmerso y envuelto en ello. Actúa como si estuvieras “muerto
para el mundo”. Por ese período de tiempo, que nada te aleje de la significativa tarea en la que estás
enfocado. Nada más existe.

Los caminos de la mente

El judaísmo dice que la mente tiene 70 “caminos”. Esto puede sonar extraño, pero la realidad es que
todo el tiempo estamos utilizando múltiples caminos de forma simultánea.

¿Recuerdas cuando aprendiste por primera vez cómo manejar un automóvil? No podías concentrarte
en nada más. Si alguien comenzaba a hablar, tú le pedías que se mantuviera en silencio. Todo tu
foco estaba puesto en el camino.
Ahora, piensa en todas las actividades que eres capaz de hacer hoy en día mientras manejas:
enciendes la radio, planeas tu día, hablas por teléfono, disfrutas del paisaje, buscas estacionamiento
- ¡y también manejas el automóvil!

Al controlar distintos “caminos” puedes incrementar de forma exponencial tu poder para vivir. Es
sabido que Rav Iehoshua Leib Diskin (siglo XX, Israel) podía escribir dos cartas, una con cada mano,
mientras mantenía simultáneamente una conversación – ¡y eso sin contar lo que estaba pasando por
su mente!

Esta habilidad no es algo que viene de la noche a la mañana. Al igual que el malabarismo, antes de
que puedas tener la coordinación necesaria para hacer malabares con tres bolas y lanzarlas hacia
arriba, primero tienes que saber cómo agarrarlas cuando caen.

Para desarrollar la concentración, elige un pensamiento, enfócate intensamente, y trabaja en él.


(Obviamente el prerrequisito para que puedas concentrarte completamente en una idea es que ésta
debe ser interesante e importante para ti).

Una vez que hayas dominado el uso de un “camino”, entonces podrás expandirte hacia los otros 69
caminos de tu mente.

En el judaísmo decimos “shiviti Hashem lenegdi tamid” – “sitúo a Dios frente a mí, siempre”. Uno de
estos “caminos” debe estar reservado para Dios de forma constante. Es como cuando estás casado:
no quieres ir a algún otro lugar y olvidar a tu esposa. Asimismo, no es bueno que olvides a Dios. Ve
por la vida con Él en todo momento.

Limpia tu mente

Somos lo que pensamos. Nuestras ideas determinan la realidad. Si alguien piensa que hay personas
persiguiéndolo, entonces no importa si esto es verdad o no, él estará asustado. O si un niño
inteligente piensa que es tonto, ésta se convertirá en su realidad.

Pureza intelectual significa elegir tus ideas. Distingue cuáles son verdad, y cuáles son falsas; cuáles
hacen sentido, y cuáles son tontas. Y luego, limpia tu mente; saca la “basura”, de forma que no se
mezcle con el resto de las ideas que hay en el interior de tu cerebro.

Entra en contacto con tu mente. ¿En qué estás pensando? Cuando articules una afirmación,
pregúntate a ti mismo; “¿Realmente creo eso?”. Si una idea falsa es repetida muchas veces, puede
convertirse en tu realidad, incluso si en un principio no creías en ella.

Clarifica tus ideas. Por ejemplo, todos están de acuerdo que es malo dañar a otros. Pero, ¿es verdad
que uno nunca debería dañar a alguien?

“Bueno, nunca deberías dañar a alguien sin una buena razón”.

¿A qué te refieres con nunca dañar a alguien “sin una buena razón”? Si él te daña primero, ¿la
venganza es una buena razón?

¿Ves la confusión? Clarifícalo.


Otro ejemplo: Todos quieren ser buenas personas. Y tú probablemente también quieres ser una
buena persona. Entonces, ¿cuál es la definición de “bueno”? Bin Laden creía que estaba haciendo lo
correcto al intentar deshacerse del imperialismo occidental.

Tienes que obtener claridad, para que de esta forma realmente sepas lo que ya sabes. Haz una lista
de las 100 cosas de las que estás convencido. “Mis padres me aman. Tengo 10 dedos en las manos.
La tierra es redonda”. No pongas estas cosas en el mismo cesto junto con ideas que no están claras,
porque si lo haces, las ideas que no están claras contaminarán toda la cesta.

Escríbelas y ordénalas. Pregúntate a ti mismo, “¿cómo sé que mis padres me aman? Porque tengo
evidencia en base a la forma en que me tratan”. Creo que entendiste la idea.

Finalmente, relaciónate con las ideas como si fueran reales. Una vez que decidas que cierta idea es
correcta, tradúcela a una idea concreta. Por ejemplo, toma el sentimiento de “no quiero perder mi
tiempo”, y transfórmalo en la idea de “la vida es preciosa”. El siguiente paso es llevarla desde tu
mente a la acción. Ignorarla y seguir adelante con tu vida es una actitud esquizofrénica.

Pureza emocional

Todos hemos visto cómo corre un equipo de fútbol al campo de juego luego de escuchar una charla
motivadora. Ellos están frenéticos. ¡Muévanse del camino! O cuando el jefe de ventas da su charla
motivadora de los lunes por la mañana: “¡Vamos a agarrar esos teléfonos y vamos vender 100
pólizas hoy!”. Si tú eres el pobre tipo al cual llaman primero, vas a haber comprado cinco pólizas
antes que te des cuenta qué te atropelló.

Tal como necesitas tener una pureza de mente, necesitas también tener una pureza de corazón,
“una emoción a la vez”. Puede que te invadan diferentes emociones en un momento inoportuno, y si
no estás claro, serás empujado hacia muchas direcciones distintas.

Ser empujado hacia distintas direcciones causa parálisis. Hay un antiguo dicho que dice “el burro
murió porque no podía decidirse entre dos fardos de heno”.

Antes de entrar en una determinada situación, decide qué emoción quieres elegir. Si vas a ir a una
boda y es importante tener alegría, no te desvíes hacia temas que te alejen de esa emoción, como
“¿Qué harán para mantenerse a sí mismos? ¿Cómo se ve mi cabello? ¿Qué voy a elegir, salmón o
carne?”. En vez de eso, enfócate en la emoción específica que elegiste y dite a ti mismo: “Voy a
estar alegre, ¡y nadie me va a detener!”.

En realidad, el judaísmo dice que uno debe guardar siempre uno de los “caminos” para la alegría.
¿Acaso no es buena la vida? Siente alegría constantemente y siempre tendrás energía para todo.
Cuando te levantes en la mañana, enciende ese interruptor. ¿Qué emoción quieres tener hoy día?
¡Alegría! Cuando abras tus ojos, agradécele a Dios y decide que la vida es buena y que será un gran
día. Sin dolores de cabeza, sin problemas, sin complicaciones. La alegría es la pieza clave para tu
día.

Incluso cuando no sientas “alegría”, fíngela. La pureza emocional es un acto de disciplina. Tú eres el
amo de tu mente. Intensifica tu voluntad y lleva tu mente hacia donde tú quieres que esté. En poco
tiempo, tu realidad interna se pondrá al día con sus acciones externas.

Bloquéalas

Toma un grupo de agobiantes emociones negativas y bloquéalas.


Si sientes una emoción negativa, debes darte cuenta que tienes la habilidad de “dejarla ir” y sentirte
reanimado en tan sólo un momento. Es sólo el orgullo herido el que dice: "Tengo que poner mala
cara un rato más antes de que pueda salir de ésta". La energía negativa no le está haciendo daño a
nadie más que a ti mismo. Tú tienes el poder del libre albedrío para elevarte y salir de allí.

Esto es especialmente importante en momentos de confusión y ansiedad. Tienes un vuelo que


alcanzar, pero el taxi llega tarde y hay mucha congestión vehicular. No estés enojado o irritado.
Arruinarás tu día. En vez de eso, ten pensamientos positivos: “Está bien, perdí el vuelo. ¡Pero por lo
menos puedo disfrutar del paisaje!”. Obviamente, si hay algo que puedas hacer al respecto, hazlo.
Pero si no, bloquea el sentimiento.

Imagina un cirujano que se pelea con su esposa por la mañana. Él está enojado, y ahora va a
operar. ¿Cómo es posible que se concentre? Él es un profesional entrenado. Él bloqueará el enojo.

Actúa fríamente. No siempre es malo ser frío. Si el cirujano no se concentra completamente, estará
poniendo en peligro al paciente.

El objetivo, por supuesto, no es ser una persona desprovista de emociones, sino alguien que las
controla y las aplica apropiadamente.

Alguna gente abusa de la herramienta del “bloqueo emocional” cuando se trata de temas con los que
no quieren lidiar. Háblale a alguien sobre una potencial guerra nuclear. “No existe tal amenaza. No
puede ser. Es tan irritante. Déjame tranquilo”. O intenta convencer a un racista de la belleza que hay
en cada ser humano. No te escuchará. Te bloqueará. No están interesados en el tema, ¡punto final!

¿Cómo evitas caer en esa trampa? Interésate en la verdad, independiente de adonde te lleve. Si
encuentras que algo es verdad, y esto está en conflicto con tus creencias previas, deshazte de tus
prejuicios. Sé implacable en tu búsqueda por la verdad. “¿Debo cambiar toda mi vida? Está bien, no
tengo miedo”.

Emociones múltiples

Tal como tenemos 70 “caminos de la mente”, asimismo tenemos 70 “caminos de emociones”. Es


posible sentirse alegre y triste al mismo tiempo.

Imagina que logras obtener un gran ascenso en el trabajo, pero eso significa tener que mudarte de
ciudad. Eso es tener emociones mezcladas. O si un pariente cercano fallece y te deja una gran
herencia. Tendrás muchas emociones dentro tuyo de forma simultánea.

Para poder dominar estas emociones, debes tomarlas de a una.

Pregúntate siempre, “¿qué estoy sintiendo ahora? ¿Ansiedad? ¿Alegría? ¿Ambas?”.

Una vez que definas tu emoción, podrás controlar el interruptor. Si estás en una buena racha en el
trabajo, y recibes una llamada urgente de tu esposa, no vas a decir “un minuto, tengo que cerrar este
negocio primero”. Vas a pararte y a atender esa llamada.
Tiempo privado

El judaísmo tiene un concepto de meditación, pero no es una meditación sin sentido. Meditar no
significa pronunciar repetitivamente una palabra que no tiene sentido para ti, sino que significa tomar
un tema y sumergirte en él completamente, dejando todos los otros temas fuera.

Utiliza una venda en los ojos para conectarte con tus emociones más profundas relativas a Dios, la
vida, la humanidad, tu familia, el sufrimiento, etc.

Los judíos se han dedicado a la meditación a lo largo de toda la historia. El rezo silencioso, la Amidá,
es una meditación larga y significativa. Todos los primeros grandes líderes del pueblo judío —
Abraham, Moshé, el Rey David— eran pastores. Eso les daba tiempo para meditar bajo el
maravilloso cielo, y les daba tiempo privado para concentrarse en elevadas ideas espirituales, de
forma tal que pudiesen entrar en el estado mental apropiado para poder hablar con Dios.

Para meditar, intenta decir una sola palabra en voz alta, y concéntrate en su significado. Luego de 10
minutos, tu mente estará totalmente enfocada.

Poniendo todo junto

Una vez que hayas desarrollado las reglas de la pureza emocional e intelectual, el paso siguiente es
la “pureza integrada”, poniendo todo junto.

Por ejemplo, para el judaísmo, cuando vas a batear una pelota de béisbol, incluso la forma en que te
paras afecta el cómo utilizas tu mente para dar el golpe. Como dijo el Rey David en los Salmos: “Con
todos mis huesos, digo que no hay ninguno como Tú, Dios”. Sólo cuando te involucras en un 100%
en el acto estarás completamente enfocado.

Obviamente debes mantenerte alejado de las actividades contraproducentes. No puedes salir de


fiesta toda la noche y pretender meditar por la mañana. Es la antítesis de la pureza.

No contamines tu objetivo. Enfocarte en lo que quieres es el primer paso para alcanzarlo. “Confuso
es lo mismo que difuso”. Si no sabes hacia dónde vas, nunca llegaras a ningún lado.

El sentimiento de falta de propósito suele venir por no tener claros los objetivos personales. Debes
saber cuáles son tus metas y prioridades en todo momento, y tener un plan sobre cómo alcanzarlas.

Lo más importante es que sepas por qué estás viviendo, es decir, cuál es tu objetivo principal. Si
estás dispuesto a morir por algo, eso es bastante decir. ¿Quieres ser una buena persona? Toda
persona está dispuesta a morir con tal de ser una buena persona. ¿No es cierto?

Una vez que tengas una meta, necesitas enfocarte. Todos necesitan alguien que les dé ánimo, y no
hay mejor persona para eso (que esté disponible de inmediato) que tú mismo. Intenta darte a ti
mismo una charla de motivación, como si fueras un entrenador de fútbol: “Voy a lograr cosas hoy.
Voy a concentrarme. Voy a ir en búsqueda de la verdad y nada me detendrá. La próxima vez que
alguien comparta conmigo una pieza de sabiduría, voy a escucharla, apreciarla, pensar sobre ella y
aplicarla”.

Haz de tus metas algo real. Tienes poco tiempo para lograr todo lo que quieres en la vida. Comienza
ahora y entrégate por completo.
¿Por qué la concentración total es un camino a la sabiduría?

 Interrumpe el proceso de soñar despierto.

 Enfoca tu mente en la tarea en la que estás envuelto.

 Incorpora lo que has estudiado en tu comportamiento.

 Piensa en una idea a la vez y clarifícala lo máximo posible.

 Elige una emoción y vívela plenamente.

 Conecta tus emociones con tus metas.

 El éxito depende principalmente de la intensidad de la ambición.

 Toma una emoción y poténciala.

 Tú eres el amo de tu mente. Puedes entrenarla a enfocarse.

 Bloquea la demencia.

 Piensa lo que dices y di lo que piensas.

Camino #10: Honrando a la persona sabia


por Rav Noaj Weinberg zt"l
No leas sobre sabiduría en un libro. ¡Busca un experto y ve cómo trabaja!

Imagina que te contratan para construir un gigantesco puente. Te proveen de todas las herramientas,
equipamiento y mano de obra, y te ofrecen un exorbitante salario de 10 millones de dólares. Pero
hay una sola condición: Tú eres el único ingeniero que puede participar en el trabajo. Sin embargo,
tú no sabes nada acerca de cómo construir un puente, y a la humanidad le tomó miles de años
dominar las técnicas necesarias para esto. ¿Cómo harías para lograr tu objetivo?

“Bueno, planeo ir a ver distintos puentes. Los voy a mirar, y voy a caminar por sobre ellos. Y
luego voy a intentar un poco de prueba y error, quizás si entierro algunos palos en la tierra...”

Obviamente esto es ridículo. Podrías pasar los siguientes 50 años experimentando e igualmente no
llegar a nada. Sería más inteligente decir: “Dame un año en una buena universidad. Voy a estudiar
duro, contratar tutores privados y voy a leer todos los libros de ingeniería que pueda. Luego
construiré ese puente”.

Nadie se embarca en un proyecto importante sin estar entrenado. Entonces, ¿por qué elegimos una
carrera profesional, nos casamos y criamos hijos sin ningún tipo de entrenamiento? Nos defendemos
diciendo que “voy a tomar las decisiones sobre la marcha”, pero luego, cuando las cosas salen mal,
nos lamentamos y comenzamos otra vez desde cero. ¿Es esta la forma de vivir?

La vida es infinitamente más complicada que la construcción de un puente. Si quieres construir una
vida significativa, deberás encontrar gente que tenga la sabiduría necesaria y deberás estar
dispuesto a tomar un curso insensivo.
El Camino #10 es be shimush jajamim, que significa literalmente 'sirviendo al sabio'. Esto significa:
(a) aprender de él, y (b) asistirlo. Para tener éxito en la vida, debes desear tener sabiduría e ir tras
ella con entusiasmo. Rodéate de gente sabia y ve cómo aplican ellos su sabiduría a la vida. Haz
muchas preguntas, y sigue preguntando todo el tiempo que ellos puedan responderte.

La sabiduría es lo más importante en el mundo; es la clave para tener una vida significativa. Nunca
pensarías en utilizar el sistema de prueba y error en una sala de operaciones. Entonces, ¿por qué
guiar tu vida personal en base a conjeturas?

Aprende sobre la vida

A los seres humanos nos gusta la independencia. Odiamos admitir que necesitamos a otros. La
mayoría de la gente preferiría aprender de sus propios errores antes que aprender de otros.
Creemos que “sabremos qué hacer” cuando sea necesario. “Sé que soy inteligente. Puedo
arreglármelas”.

La vida es demasiado corta para eso. De cualquier forma cometeremos algunos errores. Entonces,
¿por qué no prevenir los errores que podamos? Como dice el dicho, “un tonto aprende de sus
propios errores y un sabio aprende de los errores de los demás”.

Vemos gente que hace esto todo el tiempo. Los estudiantes universitarios viajan por Europa para
“aprender de la vida”. Puede que conozcan mucha gente en la calle, pero hay maneras muchísimo
más eficientes para aprender de la vida. Si realmente lo deseas, entonces harás un plan y buscarás
quien te enseñe.

Imagina que pudieses viajar en el tiempo 10 años hacia el pasado, y que pudieses enseñarte a ti
mismo una lección importante. ¿Escucharías la lección? ¿Sería un error no escucharla?

Ahora, ve y conversa con alguien que sea 10 años mayor que tú. Pregúntale: “¿Alguna vez cometiste
un error?”. Él seguramente ha aprendido de la vida. ¿Hace sentido eso?

Date cuenta que tienes un recurso de sabiduría en casa: tus padres. Ellos no son los “viejos
anticuados” que tú crees que son. Como solía decir Mark Twain: “Cuando fui a la universidad, mi
padre era un tonto. Cuando volví, cuatro años después, ¡estaba sorprendido de cuán sabio se había
vuelto!”.

¿Quieres darle un poco de placer a tus padres? Pídeles un consejo sobre algún tema importante –
como por ejemplo sobre matrimonio o sobre tu carrera profesional. Eso los hará realmente felices. Y
a la vez, tú podrás obtener sabiduría que te habría tomado 20 años alcanzar por ti mismo.

Una forma de comenzar este proceso es pensar en la siguiente pregunta: “Si pudiera conocer a
alguien que esté vivo hoy en día, ¿a quién sería y qué le preguntaría?”.

Ahora haz el proceso inverso y busca a alguien que pueda ayudarte a lograr tu propósito en la vida.
Y no dejes de buscar sabiduría hasta que la alcances.

Asiste al sabio

Si el presidente de los Estados Unidos fuera a visitarte, tú te pararías, le ofrecerías algo para beber,
y estarías listo y dispuesto para ayudarlo de cualquier forma que fuese posible. Le pedirías consejos
y lo escucharías atentamente. (Incluso si no votaste por él, ¡aun así es el presidente de los Estados
Unidos!)

Nosotros deberíamos hacer lo mismo con una persona sabia. Pararnos cuando entra al cuarto,
ayudarlo, prestarle atención. Como dicen nuestros sabios: “servir al sabio es incluso más grandioso
que estudiar Torá”, más que cualquier clase o libro de estudios.

Sé un aprendiz. Sigue a tu mentor a todas partes. Acompáñalo a sus reuniones y cuando tenga que
hacer diligencias. Fíjate en todos los detalles. Puedes leer sobre ello en un libro, pero la mejor
educación es observar a un experto en acción.

Servir a tu mentor te hace ser más cercano a él. Vas a estar más alerta y dispuesto a escuchar sus
consejos. Vas a tener más respeto por su sabiduría. Vas a entender qué es lo que hace que tu
mentor sea distinto del resto.

Y por sobre todo, vas a aprender y vas a crecer.

Prepárate para absorber sabiduría

Si aprendieras todo de todos, serías una de las personas más sabias del mundo. Pero eso no es
práctico, por lo que debes priorizar tus “necesidades de sabiduría”.

Comienza con una lista de temas importantes en la vida, como matrimonio y crianza de los hijos.
Luego agrega temas más globales.

Ahora sal de compras con tu lista. Pregúntale a la gente: ¿Eres un experto en este tema, o sabes de
alguien que lo sea? Lleva tu lista contigo, de forma que siempre estés preparado para preguntarle al
sabio.

Aquí hay algunas ideas con las que puedes partir:

 ¿Qué significa ser una “buena persona”?


 ¿Cómo puedo ser bueno con los otros sin que se aprovechen de mí?
 ¿Cómo puedo controlar mi enojo?
 ¿Cuál es la clave para alcanzar grandeza?
 ¿Cómo puedo maximizar mi tiempo?
 ¿Qué hace que un matrimonio sea exitoso?
 ¿Cómo puedo utilizar todo mi potencial?
 ¿Cómo puedo superar la flojera?
 ¿Cómo puedo ser más alegre?
 ¿Cómo puedo tener más paciencia con mis hijos?
 ¿Cómo puedo ser un mejor hijo/a?
 ¿Cuáles son mis responsabilidades con mi comunidad?
 ¿Cuál es el significado de la existencia?
 ¿Qué quiere Dios de mí?
 ¿Hay vida después de la muerte?
 ¿Cómo se puede lograr la paz mundial?

Eligiendo un maestro para la vida

En la escuela primaria, uno generalmente tiene una maestra nueva cada año. Tan pronto como te
familiarizas con una maestra, es tiempo de pasar de grado y conocer a la siguiente maestra.
En nuestra vida adulta, tenemos que adoptar una postura diferente. Idealmente, deberías intentar
encontrar un solo mentor que te acompañe a lo largo de tu vida.

Para encontrar al mentor adecuado, no tomes simplemente al experto más cercano, al que vive en tu
calle. Busca inteligentemente. Pide referencias. Chequea sus antecedentes. Revisa si él vive de
forma honesta y consistente con su sabiduría. Prueba su sabiduría con preguntas. Averigua quiénes
son sus propios mentores. Asegúrate que él es parte de una comunidad respetada.

La clave para encontrar un buen mentor es desarrollar una confianza fuerte y una buena
comunicación. Es difícil aceptar críticas, pero ciertamente es más fácil hacerlo cuando las críticas
vienen de alguien en quien confías, alguien que tiene conocimiento y sabiduría, alguien que sabes
que busca solamente tu bien. Elige a alguien que te entienda, y que conozca tus antecedentes y tu
historia familiar.

Por sobre todo, asegúrate que el mentor esté disponible para ti. Porque puedes tener el mejor
mentor del mundo, pero si no puedes hablar con él, no sirve de nada.

Si no puedes encontrar a la persona adecuada, encuentra un “maestro interino” con quien puedas
discutir ideas y a quien le rindas cuentas. El Rey Shlomó fue la persona más sabia que haya vivido,
pero aún así tenía un maestro. La tradición dice que el Rey Shlomó nunca cometió un error mientras
su maestro estuvo vivo; pero una vez que el maestro murió, el Rey Shlomó erró. Tener un consejero
objetivo es tan crucial que incluso si eliges a alguien que es “menos inteligente” que tú, aún así vale
la pena.

Siempre debes estar en búsqueda y no debes rendirte hasta que encuentres al maestro adecuado.

El factor de la lealtad

Los seres humanos tendemos a aferrarnos a lo que “sabemos” y a defender nuestra posición. La
sabiduría requiere que uno cambie, que uno se mueva hacia afuera de su zona de confort. Muchas
veces buscamos evitar el dolor, y junto con eso desechamos la sabiduría.

Resístete a esta tentación. Al elegir un maestro, encuentra a alguien que te imponga desafíos y que
te estimule a alcanzar la grandeza.

Sé fiel a tu maestro. Así serás menos propenso a salir en búsqueda de un nuevo mentor cada vez
que éste te sugiera algo que no te guste. Si cambias constantemente de mentor, probablemente
terminarías con alguien que será menos desafiante. Si tienes un buen doctor, confías en su opinión.
Si tienes un buen maestro, apégate a él. No salgas en búsqueda de respuestas que te gusten.

Dile: “Si me ves haciendo algo mal, por favor dime. Prometo prestar atención”. Entonces, si él ve que
estás haciendo determinado error —por ejemplo, siendo improductivo— debes escucharlo. Incluso si
no estás de acuerdo, no tienes permitido desechar lo que él te dice como diciendo “tú has de tu
forma y yo haré de la mía”. Le debes respeto a tu maestro. Has aceptado esa responsabilidad.

Esto no quiere decir que debas seguir a tu maestro ciegamente. No tienes que estar necesariamente
de acuerdo con él, pero sí estás obligado a intentar entender su posición. Trabajen juntos las
discrepancias. Descubran quién es el que está cometiendo el error. Dile: “debes convencerme o
estar de acuerdo conmigo”.

Ese es el poder de tener un maestro: el mensaje eventualmente penetrará tu muro de defensa.


Podrás evitar unos cuantos errores graves.
Más aún, los humanos somos sumamente subjetivos respecto a nosotros mismos. Torcemos la
realidad y no somos capaces de vernos realmente. Un maestro te da una visión objetiva. Él reduce tu
capacidad de racionalizar. Sientes que debes rendirle cuentas a alguien y piensas dos veces antes
de actuar. “¿Qué diría mi maestro si yo hiciera esto?”. Si no puedes obtener una buena respuesta a
esa pregunta, entonces mejor no lo hagas.

Para comenzar, ve y pregúntale a tres personas: “¿Qué recomiendas que haga en tal situación?”.
Obtén un consejo, y si no estás de acuerdo, discútelo respetuosamente. Inténtalo.

¿Por qué honrar a una persona sabia es un camino a la sabiduría?

 Para aprender de la vida, necesitas un maestro, alguien que te guíe en un camino racional y
consistente.

 Los seres humanos somos subjetivos. Necesitamos que alguien nos ayude dándonos
objetividad.

 La independencia es parte de la naturaleza humana, pero si no la moderas, se va a interponer


en tu crecimiento.

 Sé un estudiante de la verdad. La enfermedad más destructiva es la ignorancia, el no estar


conectado con la realidad.

 Ponte en contacto con quienes entienden la vida y obtén información de ellos.

 Ve a buscar un maestro ahora.

Camino #11: Aprovechando el poder de la amistad


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Las compañías hacen encuestas antes de lanzar un nuevo producto. Encuentra amigos que te
den su opinión honesta, para que así conozcas el verdadero valor de tus ideas.

En todas partes hay gente luchando. Luchas religiosas, luchas nacionalistas, luchas familiares.
Algunos incluso están dispuestos a morir porque piensan que están en lo correcto. ¿Cómo vamos
alguna vez a reunificar este mundo?

El Camino #11 es dikduk javerim, que significa literalmente 'afínalo con tus amigos'. Ve la
importancia de sentarse y razonar juntos. No asumas que tu punto de vista es el correcto. Ábrete a
las ideas de los demás. "No hace falta que me mates. Si me convences que tienes razón, entonces
me uniré a ti".

Necesitamos amigos de verdad, alguien en quien puedas confiar y con quien puedas discutir tus
planes, sentimientos y ambiciones. Con un amigo, no estarás preocupado de sumar puntos o de
ganar algún concurso de ego. Un buen amigo escuchará los puntos a favor y los puntos en contra, y
te dará su opinión de forma recta y honesta.

Esto es especialmente importante con decisiones como: ¿Debería casarme con tal persona? ¿Debo
aceptar esta oferta de trabajo? ¿Debería moverme a ese barrio? Todo el mundo tiene ideas
diferentes. Entre mucha gente encontrarás muchas soluciones.
Algunos caminos pueden recorrerse solo, pero el camino de la vida no debe ser uno de ellos. Ve con
un amigo.

Elige tus amigos cuidadosamente

Cuando vas a comprar un automóvil, probablemente decides de antemano qué conjunto específico
de características quieres que tenga y sólo después de eso vas a ver automóviles y a buscar la
mejor oferta que haya antes de hacer la inversión.

Ciertamente no deberíamos hacer menos que eso cuando buscamos un amigo.

Sin embargo, por lo general nuestros amigos son el resultado de las circunstancias: vecinos,
colegas, compañeros de cuarto. "Jugamos al tenis en la misma cancha, luego compartimos una
pizza y ahora somos amigos". No es tan simple como eso. Una buena pareja para jugar tenis podría
no seguir siendo tan buen amigo una vez que tu interés por el tenis se desvanezca. Pregúntate a ti
mismo: "¿Cómo va a ser este amigo en 20 años?".

Sé proactivo y ve en búsqueda del amigo correcto. Un amigo debe ser de por vida. Elige un amigo
que busque la verdad, y cuyos objetivos de vida y valores respetes.

La definición de amistad es lealtad. Lealtad significa que a pesar de que sus caminos se separen, no
te desharás simplemente del otro. Compartes una identidad, una cercanía. Sabes que él está de tu
lado, y que tú estás de su lado. Siempre harás lo que puedas para ayudar.

La moneda de cambio es la confianza. Si pagas con confianza, ganarás un amigo a cambio. Cuanto
mejor es el amigo, más confianza tienes que pagar.

La Torá nos dice que "dos son mejor que uno". ¿Por qué? Porque podemos ser más objetivos sobre
los errores de otros que sobre los nuestros. Si le gritas a tus hijos, tu amigo te dirá que estuvo mal lo
que hiciste; si él le grita a sus hijos, tú le dirás a él. Ustedes deben elevarse mutuamente y criticarse
constructivamente el uno al otro para corregir los errores.

Un amigo cercano estimulará tu creatividad. Pueden reunirse y realizar una lluvia de ideas. Todo
vale. Un amigo no te dejará a un lado por haber dicho algo ridículo.

La amistad es más que mero compañerismo. Un verdadero amigo te ayuda a convertirte en la mejor
versión de ti mismo.

No te pelees, ¡discute!

“¿Pena capital?”. La voz sube de tono. “No tienes idea de lo que estás hablando. ¡Estás loco!”.

Sé provocativo. Entra en una discusión sobre un tema que te preocupe genuinamente. No por el
hecho de discutir, sino por el hecho de estimular una buena e intensa discusión.

Conviértete en un experto de las discusiones. No eleves tu voz, no grites. Sólo comunica tu posición.
Y estate abierto a nuevas ideas. Haz preguntas. Analiza toda la evidencia. No tengas miedo de darte
cuenta que estás cometiendo un error.
Los temas más importantes a explorar son aquellos relacionados con el sentido de la vida. Si crees
que hay un Dios, entonces entra en una discusión con un ateo. Pregúntale: "¿Cuál es tu evidencia?
¿Por qué has llegado a esa conclusión?".

AishLatino.com ha publicado una serie de artículos titulada "Shmuz", una excelente herramienta para
iniciar una discusión profunda y significativa. Contiene preguntas provocativas y las fuentes
tradicionales sobre 10 temas importantes, como el amor, la tolerancia, el antisemitismo y los
chismes.

Para mantener la calma, recuerda que las otras personas son tan apasionadas como tú respecto a
sus propias posiciones. Tal como tú no aceptas automáticamente la otra posición, tampoco la
rechaces automáticamente. El otro tipo tiene un punto de vista que está basado en algún tipo de
evidencia. Ésta podría estar errada, pero al menos debe ser respetada. ¡Hay algo respaldando su
locura!

Expone tu punto de vista y luego escucha: "Ya veo. Te entiendo". Suponiendo que tú no estés en
desacuerdo con todo lo que la otra persona te diga, valida antes de mostrar tu desacuerdo. "Tienes
un buen punto, pero ¿qué pasa con...?".

No te desanimes cuando las cosas se pongan un poco calientes. Con la práctica aprenderás a
transformar toda pelea en una discusión. Escucha con atención y trata de entender. Baja la voz y di:
"Por favor dime tus razones". Harás nuevos amigos, profundizarás tus relaciones y crecerás en
sabiduría.

Conclusiones comunes

¿Tus conversaciones suelen terminar en que alguien se molesta, se agita y se pone agresivo?

Una discusión exitosa se basa en la máxima: "Las personas con buena voluntad que razonan juntas
llegarán a una conclusión común".

Esto significa que:

 Estoy dispuesto a escuchar al otro lado.


 Quiero saber la verdad.
 Voy a tomar en cuenta la evidencia.
 Estoy dispuesto a cambiar, incluso si es doloroso.

¿Cómo haces que el otro tipo también cumpla con esto? Recuérdale: "Quiero saber la verdad, tal
como tú quieres saber la verdad. Tú crees que tienes pruebas, y yo creo que tengo pruebas. Así que
vamos a comparar. Si estoy en un error, por favor, muéstramelo. Estoy dispuesto a cambiar.
¡Convénceme o únete a mí!".

En lugar de apegarse a los hechos, las personas suelen terminan atacándose los unos a los otros.
Cada vez que entres en una discusión con alguien que sea insultante o antagónico, paren y
enfóquense en tener una "buena voluntad". Definan juntos sus términos. Lleven la conversación a
términos racionales. De lo contrario, quedarán encasillados en sus respectivas posiciones y no
tendrá sentido discutir.

La clave es ser un juez, no un abogado. ¿Cuál es la diferencia entre un juez y un abogado? Un


abogado argumenta a favor de la parte que va a pagar sus honorarios. Un juez tiene una visión
objetiva, y así puede evaluar ambas posturas y encontrar la verdad.
Las personas que entran en discusiones como “abogados” sólo están interesadas en ganar la
discusión. Puede que escuchen a la otra persona, pero no están realmente “escuchando”. Ellos sólo
escuchan lo que quieren oír.

Imagina que tienes un enfrentamiento con un mecánico de automóviles. "Has hecho un trabajo
terrible en mi automóvil". Él dice: "¿Yo hice un trabajo terrible? ¡Tú eres un cliente terrible!". Disipa la
tensión. Dile: “Mira, si he cometido un error, quiero admitirlo. Si tú has cometido un error, ¿quieres
admitirlo? Bueno, echemos un vistazo a la evidencia”.

Es una forma totalmente distinta de lidiar con los problemas: un clima de comunicación diferente.
Tendrás altas posibilidades de voltear a un cliente beligerante, un padre iracundo, o a un hijo
rebelde. Tenemos la capacidad de razonar juntos.

Como dice el Talmud: La manera de saber si una discusión es sincera, es ver si las dos personas
salen amándose más el uno al otro después de la discusión. No es fácil, pero vale la pena.

Búsqueda de la verdad

Para sacar el máximo provecho de tus discusiones, ten una lista de temas importantes preparada (ya
sea en papel o de forma mental). Tómate un descanso en el almuerzo y en vez de discutir sobre el
mercado de valores, habla en cambio sobre ideas importantes. Al principio puede ser difícil hacer
que tus amigos se interesen, pero una vez que lo logres, ellos te lo agradecerán.

Los temas más importantes a tratar son aquellos que forman nuestra perspectiva básica, por
ejemplo, la existencia de Dios, por qué existe el sufrimiento, el libre albedrío, el propósito de la vida.

En el judaísmo entendemos estos conceptos por medio del estudio de Torá. Y el método preferido
para el estudio de Torá es con un compañero (javruta en hebreo). Trabajar con un amigo es una
parte esencial de la búsqueda de la verdad. Si la Torá representa las instrucciones de Dios, ¡más
nos vale entenderlas correctamente!

El Talmud habla sobre el gran erudito Rabí Iojanán y su compañero de estudio Reish Lakish. Ellos
estudiaron juntos durante muchos años, hasta que un día Reish Lakish se enfermó y murió. Rabí
Iojanán estaba totalmente afligido por la pérdida. Sus estudiantes trataron de consolarlo diciendo:
"No te preocupes, maestro. Vamos a encontrarte un nuevo compañero de estudios; el hombre más
brillante de la ciudad".

Unas semanas más tarde, Rabí Iojanán fue visto caminando por la calle, totalmente deprimido.
"Maestro, ¿cuál es el problema?", preguntaron sus estudiantes. "Te hemos enviado un compañero
de estudios brillante. ¿Por qué estás tan triste?".

Rabí Iojanán les dijo: "Él es de hecho un erudito. Es más, es tan brillante que puede encontrar 24
maneras de probar que lo que yo estoy diciendo es correcto. Pero cuando estudiaba con Reish
Lakish, él me traía 24 pruebas de que yo estaba equivocado. ¡Y eso es lo que extraño! Quiero una
pareja de estudios que me critique y que me cuestione. De eso se trata el estudio de Torá".

La crítica conduce al crecimiento. Y el crecimiento es la emoción de la vida. Pero la crítica es


también una cosa difícil de aceptar. Algunas personas tienen tanto miedo de revelar sus errores que
prefieren aislarse del mundo. El truco es encontrar amigos que sean lo suficientemente sensibles
como para dar una retroalimentación positiva junto con la crítica.
Si quieres alcanzar la grandeza, necesitas trabajo en equipo. Así que pon tus ideas en el mercado.
Todas las cosas importantes de este mundo se han logrado mediante trabajo en equipo: la llegada a
la luna, Internet, los derechos civiles. Si resulta que estabas en lo cierto, habrás ganado poco. Pero
si te demuestran que estabas equivocado, habrás ganado mucho; conocerás la verdad.

El Talmud llega al extremo de decir: javruta o mituta, 'un compañero de estudio o la muerte'. Muerte
en este contexto significa pérdida de tiempo y oportunidades. Un compañero de estudio te obliga a
ser real contigo mismo.

Conviértete en el tipo de persona que busca la verdad, que quiere "hacer lo correcto". Esa es la
manera de comunicarse con los demás.

¿Por qué trabajar en conjunto con tus amigos es un camino a la sabiduría?

 Los amigos son demasiado importantes como para dejarlos al azar. Elige un amigo con quien
puedas cumplir tus objetivos de vida.

 Discute ideas con otras personas que pueden ser más objetivas de lo que somos nosotros
con nosotros mismos.

 Los amigos íntimos estimulan y expanden tus ideas.

 Para alcanzar la grandeza, necesitas que otros te ayuden a llegar allí. Es necesario el trabajo
en equipo.

 Uno es afectado por los amigos y por el medio ambiente. Si ellos quieren sabiduría, tú querrás
sabiduría.

 Si te encuentras en una pelea necia, recuerda que las personas de buena voluntad que
razonan juntas pueden alcanzar una conclusión común.

 Una de las metas principales de la vida es corregir tus errores. No tengas miedo de enterarte
si has cometido algún error.

Camino #12: Crece enseñando


por Rav Noaj Weinberg zt"l
No dejes que tu idea sea sólo una noción confusa en tu mente. Transmítesela a otros y
transfórmala en una realidad.

La mayoría de las personas no se consideran a sí mismas 'maestros'. “¡¿Yo, un maestro?!”. Vemos


el acto de enseñar como una profesión que requiere un entrenamiento formal y una certificación.
Además, pensamos que debe existir una "habilidad natural" que hace que alguien sea un buen
maestro.

El Camino #12 es pilpul hatalmidim, que significa literalmente 'discusiones con los estudiantes'. Para
alcanzar sabiduría para la vida, “enseñar” debe ser básicamente una forma de vida. ¿Por qué?
Porque si no puedes enseñar una idea, entonces significa que tú mismo no la entiendes realmente.

Recuerdas cuando estabas en la escuela y el maestro de matemáticas preguntaba: "¿Quién sabe


esta ecuación?". Tú levantabas la mano y él decía: "Adelante, ¡enséñala a tus compañeros!".
Entonces tú comenzabas a murmurar: "Bueno, umm..." Creías que la sabías, pero cuando intentaste
explicarla te diste cuenta de lo contrario.

Tener que explicar la idea a otros te fuerza a clarificarla para ti mismo. Te obliga a examinar todo de
forma más minuciosa: los detalles, la progresión lógica, etc. Y te hace estar motivado con la idea.
Como dicen nuestros sabios: “Aprendí mucho de mis maestros. Aprendí aún más de mis colegas.
Pero más que de todos, aprendí de mis alumnos”.

Mientras no compartas una idea, ésta no será tuya; será sólo una noción confusa en tu mente.
Transmitir una idea a los demás la convierte en algo real. Habrás transformado el potencial en algo
real. Al enseñar a otros te estarás enseñando a ti mismo.

La obligación de enseñar

Enseñar es también una profunda obligación moral. ¿Por qué? Imagínate que alguien conoce la cura
para el cáncer y no quiere compartirla con nadie. Él está feliz con dejar que todos sufran. ¿Cómo lo
llamaríamos? ¡Asesino!

Ahora debes saber que la peor enfermedad —la más destructiva, la más dolorosa y la más
contagiosa de todas— es la ignorancia. La ignorancia pervierte a la gente y los lleva a tener vidas
contraproducentes. La ignorancia conduce a una vida de sufrimiento, causa que la gente arruine a
sus propios hijos, tenga conflictos con sus parejas y sufra en un trabajo sin sentido toda la vida. Todo
esto es provocado por la ignorancia.

Si entiendes algo sobre la vida y no lo compartes, eres un desconsiderado. Hay algo en ti que dice:
"No me importan los demás. Soy un lobo solitario". Vivir en un vacío no es humano. ¿Lo ves?

Por ejemplo, si conoces el secreto de la felicidad, ¡compártelo! Si ves a una persona caminando
deprimida, casi muerta, ¡dale un poco de alegría! De lo contrario, siempre cargarás en tu conciencia
con el conocimiento de “lo que podrías haber hecho”.

Cuando reduces la ignorancia en el mundo —incluso un poco— le estás dando un increíble regalo a
la humanidad. Algunas enfermedades sólo pueden ser tratadas por doctores especialistas, pero la
ignorancia puede ser tratada por cualquier persona que se tome la sabiduría en serio.

Ayuda a curar el problema mundial de la ignorancia. Enseña sabiduría.

La necesidad de comunicar

Todos disfrutamos cuando ayudamos a cambiar la vida de los demás. El noventa y nueve por ciento
del mundo —ya sean periodistas, psicólogos, dentistas, etc.— están motivados (aunque sea un
poco) con ayudar a los demás. Es un impulso natural humano. Y mientras más personas
influenciemos positivamente, mejor nos sentiremos con nosotros mismos.

¿Sabes cómo se juega al béisbol, verdad? Si vez a alguien agarrando el bate al revés, ¿qué haces?
Ves cómo esta persona batea mal una vez, y luego otra. Entonces te acercas y le dices:
"Perdóname, no te estoy criticando, pero si tomas el bate del otro lado podrás batear mejor. ¿Por
qué no lo intentas y ves si funciona?". ¡Le enseñas lo que sabes porque te duele observar a alguien
perdiendo el tiempo, incluso si está en el equipo contrario!
Enseñar es una manera de crear un lazo eterno con otra persona. ¿Recuerdas cuando tu tío te
enseñó a silbar? Debes saber que esa satisfacción es mucho mayor cuando compartes un poco de
sabiduría sobre la vida con otra persona.

No te menosprecies. Tú tienes la capacidad de provocar un gran cambio en la vida de los demás. No


tienes que ser necesariamente un doctor o un trabajador social para esto. Con un poco de sabiduría
puedes ayudar a la humanidad.

Piensa en experiencias de vida que te hayan cambiado. Probablemente hay algo que te hizo
madurar, o que te ha ayudado a enfrentar los problemas de mejor manera, a ser más independiente,
o a ser más tolerante. Si esa experiencia quedó grabada en tu memoria, entonces vale la pena
compartirla con los demás.

Creando el deseo

Imagina que hay un niño que está enfermo con una extraña enfermedad. Si fuera alguien conocido,
probablemente dirías: "Oh, que terrible. ¡Es una lástima!".

Si fuera tu primo, tomarías un poco de responsabilidad en el asunto, como por ejemplo, buscando
información relevante en Internet.

Pero si fuera tu propio hijo, harías todo lo que estuviera en tus manos.

Conozco una pareja joven, él es un hombre de negocios y ella es doctora. Ellos descubrieron que
sus dos hijos pequeños tenían la Enfermedad de Gaucher, una condición debilitante de por vida que
incluso puede llegar a ser fatal. Entonces, ¿qué hicieron ellos? Juntos fundaron una organización
que se dedica a buscar una cura para la enfermedad de Gaucher. Ella se dedica a la investigación
médica y él al levantamiento de fondos.

No había ninguna garantía de que tendrían éxito. Pero dado que se trataba de sus propios hijos, no
tenían más alternativa que intentarlo. Luego de seis años, desarrollaron una enzima sintética que era
capaz de tratar efectivamente la condición, y sus hijos se transformaron en las primeras personas del
mundo en tener un pronóstico esperanzador.

Entonces, ¿cómo nos motivamos a ayudar?

Debe importarte.

Cuando nos importe lo suficiente, haremos el esfuerzo.

No aburras a tu audiencia

“Ooooaaahh (bostezo), qué aburrimiento... aquí viene de nuevo con otro monólogo”.

Cuando enseñes, no recites un manifiesto. Lo que estás enseñando debe ser relevante. Enseñar
significa llegar a alguien, hacer que aprecie lo que tú sientes que es importante.

Quizás quieras comenzar con un chiste o con una historia que atraiga la atención de la audiencia.

Motiva a tus estudiantes a hacer preguntas que revelen la esencia del mensaje. Cuando alguien
hace una pregunta, es una señal de que está en “modalidad de aprender”. Pero cuando están
meramente escuchando una charla, sus mentes pueden divagar, ¡y no volver hasta que sea hora de
ir a casa!

Nunca pierdas de vista a tu audiencia. Debes “sentir” cómo están reaccionando a tu mensaje. La
gente por lo general está dispuesta a escuchar lo que sea, siempre y cuando esto sea dicho de una
forma en que ellos puedan apreciarlo y entenderlo.

Clarifica tu objetivo

Sé claro y conciso. Explica en términos simples lo que quieres comunicar. Si no puedes resumir tu
mensaje en una o dos líneas, significa que no está lo suficientemente claro en tu mente. Y sin lugar a
dudas, tu público acabará confundido.

Imagina que tienes 12 años y que tu hermano pequeño está desordenando tu cuarto. "¡Más te vale
que no desordenes mi cuarto o voy a tener que romperte la cara!". ¿Es la amenaza de violencia lo
que quieres comunicar? ¡No! Lo que realmente quieres es que él sepa que es una falta de educación
el desordenar el cuarto de otra persona y que si lo hace sufrirá las consecuencias. Ese es el punto,
¿verdad?

Entonces, ¿cómo le comunicas eso? La pregunta no es cómo vas a irritarlo, desafiarlo, enfrentarlo y
hacer que sea tu enemigo. La pregunta es cómo llegar a él. Tómate el tiempo para descubrirlo.

Refina el mensaje: “Querido hermano, tal como a ti no te gusta tener tu cuarto desordenado, yo
tampoco quiero que el mío esté desordenado”. ¡Así es mucho mejor! Le has enseñado un principio
muy importante para vivir: "Ama a tu prójimo como a ti mismo".

Deja de gritar, deja de pelear. Comienza a enseñar, comienza a conectarte con el otro.

Enseña, no prediques

"¡Yo no soy un predicador! ¿Quién soy yo para decirle a la gente qué hacer?".

Predicar es dar información con fuego y azufre, sin prestar atención a lo que la audiencia está
sintiendo. Un predicador ordena: "Yo soy la autoridad... Yo te enderezaré... Acepta lo que yo digo...
No preguntes... Apaga tu mente... Escúchame... ¡Obedéceme!".

Predicar es ser un semidiós y hacer que la gente se sobreexcite y se sienta sobrecogida, para poder
influir en ellos por medio de una sacudida emocional. Eso no es enseñar. ¡Eso es lavarles el cerebro!
Y esa no es de ninguna manera la forma judía de enseñar.

¿Qué es enseñar? Enseñar es transmitirle a un ser humano independiente la claridad de un


concepto. Es hacer que los demás vean y entiendan tu mensaje en sus propios términos. Es
permitirle al estudiante entrar en contacto con aquello que él ya conoce con anterioridad para poder
redescubrirlo por sí mismo.

Un maestro apasionado puede ser muy inspirador, pero igualmente debe ser capaz de transmitir las
ideas de una manera en la que las emociones no interfieran y distorsionen el mensaje. ¿Entiendes la
diferencia?

Si enseñas pensando "los voy a enderezar", entonces nadie va a escucharte. Habla “con” la gente, y
no “a” la gente. Y debes estar abierto a la retroalimentación: "Si estoy equivocado, por favor
corríjanme". Dales espacio a tus estudiantes para que evalúen los argumentos y tomen sus propias
decisiones. Ten confianza en que la verdad prevalecerá. De otra manera, los estarás forzando a que
se traguen tus ideas.

Hazlo real

Repasa tu material hasta saberlo a la perfección. Antes de comunicar una idea, repasa los puntos
importantes. Esto fortalece tu confianza, para que en el momento de enseñarlo, puedas enfocarte
menos en el contenido y más en la presentación.

No puedes recitar notas muertas. Incluso si has enseñado el mismo material 100 veces, éste debe
ser real para ti. Tiene que estimularte. De esta manera, algo mucho más sincero saldrá de ti. Como
dicen nuestros sabios: "Lo que sale del corazón, entra al corazón".

Lo mejor es repasar en forma rutinaria, por lo menos una vez al año. ¡El Talmud dice que inclusive
Dios repasó la Torá cuatro veces antes de transmitírsela a Moshé!

Inspira acción

Es posible estar expuesto a una idea, creer que la entiendes e igualmente estar perdiendo casi por
completo la idea esencial. Es por eso que a veces la gente es inconsistente —e incluso
contradictoria— en su actuar.

Enseñar no es sólo transmitir bytes de información; es causar un cambio de comportamiento. Piensa


en cómo transmitir una idea, de forma tal que los demás no sólo la aprecien, sino que también la
pongan en práctica. De otra forma, no habrás tenido éxito enseñando.

Las ideas impactan a la gente. Las ideas cambian la manera en que la gente piensa, y les otorga las
herramientas para cambiar su forma de actuar.

Desarrolla un plan para enseñar buenas clases. Trabaja sobre los pasos para hacer que la gente
realmente implemente lo que enseñas.

¿Por qué enseñar es un Camino a la Sabiduría?

 La prueba de fuego para comprobar si has entendido apropiadamente una idea o no, es
enseñársela a otra persona. Hasta que no puedas hacer esto, no la habrás comprendido
realmente.

 Todos queremos ser buenos. Compartir tu sabiduría te da el auto-respeto que viene con el
acto de compartir.

 Si tu propio hijo necesitara que le enseñes algo importante, te importaría lo suficiente como
para enseñárselo.

 Enseña cuando sea que puedas. Cuanto más practiques, mejor serás en ello.

 Enseñarle a los demás de forma significativa es una expresión profunda de creatividad.

 Los estudiantes te hacen ser honesto contigo mismo.


 Si tienes un poco de sabiduría, hay una obligación moral de enseñarla.

 Enseñar a los demás contribuye a mejorar el mundo.

Camino #13: Analiza tus decisiones


por Rav Noaj Weinberg zt"l
A veces tomamos decisiones apresuradamente. Otras veces nos demoramos demasiado.
Aprende las técnicas para tomar decisiones correctas.

Imagina que estás caminando sobre una cuerda por encima de las Cataratas del Niágara. Vas
avanzando lentamente y de pronto ves que un loco viene persiguiéndote. Ahora no sólo estás
preocupado de no caerte hacia los lados, ¡sino que también debes asegurarte de que el loco no te
atrape!

Así es la vida. Cada paso que damos tiene consecuencias reales, y a pesar de eso, debemos seguir
moviéndonos hacia adelante.

La gente quiere obtener resultados inmediatos y tienden a perder la paciencia cuando se trata de
tomar decisiones. Una persona puede tomar una decisión precipitada —para bien o para mal— sólo
para sacarse el peso de encima.

Por otro lado, otros pueden pensar sus decisiones durante demasiado tiempo por miedo a tomar la
decisión incorrecta.

De cualquier manera, las decisiones que tomamos pueden regresar para intimidarnos. Entonces nos
preguntamos: "¿Por qué no pensé sobre esto con más detenimiento?".

Toma nota de la manera en la cual tomas tus decisiones. ¿Analizas y sopesas las alternativas
cuando se trata de un asunto importante? ¿Eres impulsivo y no piensas en las consecuencias? ¿O
simplemente encoges tus hombros y tomas una decisión basada en tu ignorancia respecto al tema?

El Camino #13 es beishuv que significa literalmente 'mediante el sentarse'. En la vida debemos
tomar decisiones constantemente. No seas apresurado. Ve con calma. Examina todos los aspectos.
Reflexiona. Medita.

Toma las mejores decisiones que puedas, sin que te de miedo comprometerte con una decisión final.

Las siguientes técnicas te ayudarán a resolver los problemas que inevitablemente se presentarán en
tu carrera profesional, en tu matrimonio, con tus hijos, etc. De esta manera, cuando tomes una
decisión, podrás seguir adelante con confianza, sabiendo que fue la mejor decisión que pudiste
haber tomado.

4 pasos para tomar decisiones

Tomar una decisión implica evaluar ideas, sucesos, puntos de vista; cualquier cosa que encontremos
en la vida. Deja que las cosas reposen un momento y después vuelve a analizarlas.

Nuestros sabios nos dicen que cualquier idea nueva que encontremos debemos estudiarla cuatro
veces. Este proceso se compara metafóricamente con la acción de cultivar, porque la sabiduría es
para el alma lo que la comida es para el cuerpo.
 Sembrar: La primera vez que te encuentras con una idea debes tratar de entenderla. Eso es
como “hacer el hoyo en la tierra”.

 Plantar: La segunda vez, la idea comienza a tener sentido. Estás “poniendo la semilla en la
tierra”, plantándola en tu interior.

 Cosechar: La tercera vez obtienes un entendimiento vivencial e intelectual. Es como


“cosechar el trigo”.

 Digerir: La cuarta vez es cuando integras la idea a tu vida. Digieres la idea, ella “nutre” tu
alma y pasa a formar parte de ti.

Todos queremos lograr cosas increíbles con el mínimo esfuerzo. Un gran sabio solía decir: “El
hombre quiere volverse grandioso en una sola noche, ¡pero también quiere dormir bien esa misma
noche!”. Debes darte cuenta que el verdadero crecimiento es un proceso lento. Por eso analizar tus
decisiones es una herramienta importante, porque te obliga a disminuir la velocidad, ejercitar tu
paciencia y aumentar el límite de tus fuerzas.

Dado todo lo que quieres lograr —y dado el tiempo limitado del cual dispones— tomarte un tiempo
para analizar tus decisiones es la mejor inversión que podrías hacer.

Las 6 herramientas para el análisis de tus decisiones

Herramienta #1: Repaso nocturno

Antes de ir a dormir en la noche, revisa y repasa los eventos de tu día. Trata de identificar lo que has
aprendido y luego proyéctalo hacia el futuro. Anticipa lo que esperas para el día, la semana o el mes
siguiente.

Establece un cronograma para revisar tu vida de forma regular. En el judaísmo, los momentos
establecidos para esto son cada semana antes de Shabat, cada mes antes de Rosh Jodesh, y cada
año antes de Rosh HaShaná. También puedes hacerlo antes de tu cumpleaños, graduación, boda o
antes de cualquier otro evento importante de tu vida.

Haz esto con constancia durante el resto de tu vida. Piensa sobre lo que has hecho en el pasado y
sobre lo que quieres hacer en el futuro. Si no lo haces, estarás corriendo sin rumbo por la vida;
eventualmente acabarás en algún lugar, pero no serás feliz ni sabrás cómo llegaste allí.

Herramienta #2: Captura y materializa

Todos tenemos ocasionalmente algún momento de claridad, aquellos momentos en los que nos
damos cuenta lo que significa ser un amigo, lo que estamos haciendo mal, lo que realmente
queremos de nuestra vida. Comúnmente, creemos que ese momento nos cambiará para siempre.
Pero por lo general, ese momento queda en el olvido. Porque a menos que concreticemos esa
visión, nunca actuaremos en base a ella, y finalmente su efecto terminará disipándose.

La próxima vez que obtengas claridad sobre alguna idea, detente. Congela el momento. No te
muevas. Piensa sobre el significado de esta idea en el esquema general de las cosas. Y descubre
cómo llevarla a la práctica.
Imagina que ves el sufrimiento de los pobres y te conmueves hasta las lágrimas. Si quieres
ayudarlos, entonces deberás estructurar un plan sumamente cuidadoso y detallado. De otra manera,
todas tus buenas intenciones no serán capaces de lograr nada.

Herramienta #3: Piensa antes de hablar

Todos tenemos altos y bajos, buenos y malos días. Las reacciones precipitadas son un mecanismo
de defensa, y usualmente no son la forma más efectiva de actuar. Si no estamos en guardia,
podemos terminar actuando de forma impulsiva.

La crítica se mete bajo nuestra piel y nos hace atacar a la fuente de dicha crítica. Por lo tanto, antes
de reaccionar, date una oportunidad de analizar qué significa realmente el comentario que te han
hecho, y quizás verás que éste sí tiene alguna validez. Como decía el Rey Shlomó: “No te apresures
en responder”.

Cuando alguien te dañe o te insulte, espera antes de reaccionar. Naturalmente estarás a la


defensiva. Ten cuidado de no hacer o decir algo de lo que te arrepentirás más adelante. Antes de
empezar a gritar, ¡detente! Respira y cuenta hasta 10.

Similarmente, cuando alguien te haga una pregunta, piensa antes de contestar. No tengas miedo de
decir “no sé”. Cuando te pregunten tu opinión aprende a decir “no estoy seguro” o “me parece que...”.
A la larga ganarás el respeto de la gente.

Herramienta #4: Analiza la información

Si no vale la pena reflexionar sobre determinada idea, quiere decir que no vale la pena ni siquiera
comenzar a estudiarla. Porque al final de cuentas, toda esa información puede simplemente terminar
confundiéndote en vez de ayudándote a obtener claridad.

Cuando escuchas o lees algo, aprende a identificar y a resumir la idea esencial en unas cuantas
palabras. Si no te tomas el tiempo para analizar lo que acabas de estudiar, estarás siguiendo
ciegamente las ideas de otra persona.

Luego, examina las implicancias de lo que has leído o escuchado. Ayuda mucho tener una lista de
preguntas estándar. Por ejemplo:

 ¿La fuente es objetiva?


 ¿Cuál es la evidencia citada?
 ¿Qué parte no entiendo?
 ¿Cuáles son las implicancias o las consecuencias de esto para mi vida?

Hacerte estas preguntas afilará tu habilidad analítica, y te ayudará a aplicar lo que aprendas.

Luego, toma una hoja y escribe los puntos a favor y los puntos en contra. Esto te encaminará en una
dirección constructiva.

A pesar de que parezca que este proceso te hará avanzar más lento, una vez que domines la
técnica, ésta se convertirá en algo más automático. Y luego serás capaz de analizar las cosas a la
velocidad de la luz y de tomar mejores decisiones.
Herramienta #5: Prepárate

Es necesario que distingas entre “realidad” y “estados de ánimo”. Pensar en el tema antes de que
surja algún problema te permitirá actuar con mayor confianza cuando esto ocurra.

Por lo tanto, antes de enfrentar una situación que te podría causar problemas —como por ejemplo
una entrevista de trabajo, una reunión familiar, etc.— considera con anticipación qué cosas tendrás
que enfrentar y practica para ello. Actúa frente a un espejo (o con un amigo) y prepara eslóganes
que te ayuden a mantener el foco en medio de la tensión.

Cuando estás preparado, tienes confianza. Y entonces, nadie puede derribarte.

Herramienta #6: Dale tiempo

¿Alguna vez te ocurrió que te fuiste a dormir teniendo un problema y te despertaste con la solución?

Para obtener claridad, a veces lo que debes hacer es simplemente alejarte de la situación y regresar
después. Si sientes que no tienes soluciones, tómate un descanso y regresa luego cuando estés
más fresco. Tú eres más inteligente de lo que crees. Las soluciones pueden llegar a ti en cualquier
momento.

Con el tiempo, obtenemos las respuestas que necesitamos. ¡Así que no desesperes! Aconséjate con
otras personas. Pídele ayuda a Dios. La claridad finalmente vendrá a ti.

¿Por qué analizar tus decisiones es un Camino a la Sabiduría?

 Todos queremos grandeza, pero toma tiempo y mucho trabajo alcanzarla.

 Cuando te encuentres con una dificultad, haz una pausa y analiza la situación. Enfrenta el
problema. No busques una solución fácil y rápida.

 Una reflexión cuidadosa genera una respuesta mucho más sabia que una reacción impulsiva.

 Para saber por qué estás viviendo, tómate el tiempo para pensarlo. De otra forma, podrías
terminar viviendo una vida sumamente superficial.

Camino #14: Instrucciones escritas para la vida


por Rav Noaj Weinberg zt"l
La Torá no es un texto arcaico del mundo antiguo. Es la esencia del judaísmo, que a su vez es
la esencia de nosotros mismos.

El pueblo judío tiene tanto una serie de "instrucciones escritas para la vida", llamadas Torá Escrita,
como una serie de "instrucciones orales para la vida", llamadas Torá Oral o Talmud.

El Camino #14 es be-mikra, el estudio de las instrucciones escritas. La Torá escrita consta de tres
partes, y contiene un total de 24 libros:

 Torá - Los Cinco Libros de Moshé, que fueron revelados al pueblo judío por Dios en el monte
Sinai.
 Los Profetas - Dios habló con varios profetas (Isaías, Jeremías, Ezequiel, etc.) - quienes
transmitieron mensajes que fortalecían el compromiso del pueblo judío con la Torá.

 Los Escritos – Los Escritos (Proverbios, Salmos, el libro de Ester, etc.) enfatizan el mensaje
de Dios en forma poética.

La Torá es el libro más vendido de todos los tiempos y ha causado un enorme impacto en la
sociedad occidental. Todo el mundo debería estudiar la Torá al menos una vez en la vida.

“Ama a tu prójimo como a ti mismo”, lo dijo primero la Torá. La famosa visión profética de la paz de
Isaías adorna las Naciones Unidas. Y hay muchos otros ejemplos de cómo ha influido la Torá escrita
en la sociedad occidental.

No necesitas aceptar la existencia de Dios para aprender los conceptos básicos. Ya sea en las
relaciones interpersonales, en el conocimiento de uno mismo, en las relaciones sociales, o en las
preocupaciones medioambientales, la Torá es la mejor guía disponible en el mercado.

En un nivel más profundo, la tradición judía dice que la Torá es algo así como los "planos de la
creación". Todo lo que existe en la vida puede ser encontrado en la Torá… si haces las preguntas
correctas y si posees las herramientas adecuadas.

Comunicación intergaláctica

Imagina que recibieras un mensaje del espacio exterior. Quizás no entenderías completamente su
significado, pero igualmente estarías fascinado. Estudiarías cada palabra y tratarías de descifrarla.

La Torá es la palabra de Dios, que fue comunicada al pueblo judío en el Monte Sinai. Si alguna parte
de la Torá no parece hacer sentido, no las pases por alto como si fuese irrelevante. Sigue
preguntando, buscando, profundizando.

Estudia con profundidad lo que te está diciendo cada frase de la Torá. Todas las historias y
mandamientos son en realidad mensajes filosóficos que están esperando ser revelados por mentes
intelectualmente activas. El diluvio, la torre de Babel, la apertura del mar, todos estos hechos
contienen una profunda sabiduría para la vida. Incluso las fechas, nombres, números, eventos y
linajes están allí para enseñarnos algo. El mensaje está generalmente entrelíneas. Y cuando el
mensaje parece ser obvio, hay mucho más debajo de la superficie.

Veamos un ejemplo. En el capítulo 18 del libro de Génesis, Abraham está en el medio de una
conversación con Dios. Entonces, pasan tres extraños y Abraham corre inmediatamente a servirles.
En este punto, el lector atento debería preguntarse: ¿Por qué Abraham dejaría de conversar con
Dios solamente para servir a 3 extraños? No hace sentido. ¡Incluso un ateo admitiría que hablar con
Dios es una experiencia superior!

De acá podemos aprender una profunda lección espiritual: Incluso más importante que hablar con
Dios, es ser como Dios.

¿Qué significa “ser como Él”?

Dios creó el mundo para que tengamos placer. Todo lo que Él puso aquí —deliciosos frutos,
nuestras manos, el amor— son manifestaciones de Su bondad. Este mundo es un gran hotel de
hospitalidad. Por lo tanto, cuando tú tomas el rol de anfitrión, de servir a tu prójimo, estás siendo
como Dios. Abraham era rico y famoso, pero a pesar de eso, servía a extraños. Él había
comprendido la lección.

Lee la Torá de forma inteligente. La Torá es la fuerza motriz detrás de los logros del pueblo judío, y
es tan válida hoy en día como lo era 3.500 años atrás. No descartes su validez sin hacer primero un
esfuerzo por estudiarla. Respeta la Torá. Es un tesoro escondido, un mensaje especial que viene
directamente de Dios.

El original

Si quieres entender la Torá escrita, debes aprender hebreo. No hay forma de entender
correctamente la Torá por medio de una traducción.

Por ejemplo, la Torá utiliza diez nombres diferentes para referirse a Dios. Cada uno de estos
“nombres” hace referencia a un aspecto único de la esencia de Dios: omnisciente, omnipotente,
existencia primigenia, piadoso, etc. Pero en español, todos estos nombres son traducidos igual, con
lo cual se pierde toda la profundidad contenida.

Peor aún, las traducciones de la Torá llevan a concepciones erróneas. Por ejemplo, si estás leyendo
una traducción, de pronto te encontraras con la palabra “pecado”. Pecado, mal, castigo. Pero la
palabra en hebreo “jet” no significa pecado. “Jet” aparece en la Torá en referencia a una flecha que
erra su objetivo. No hay nada inherentemente “malo” con la flecha (o con el arquero). Simplemente
se ha cometido un error por falta de foco, concentración o habilidad.

De aquí aprendemos que los seres humanos son esencialmente buenos. Nadie quiere pecar.
Ocasionalmente cometemos un error, perdemos el foco, y no le apuntamos al blanco. Pero en
esencia siempre queremos hacer el bien. Esta es una gran lección para la autoestima. ¡Simplemente
debes ajustar la puntería y volver a intentarlo!

Con la traducción, el mensaje se pierde. De hecho, han nacido nuevas religiones basadas en
traducciones erróneas. Para entenderlo correctamente, debes aprender hebreo.

Ideas preconcebidas

Una vez vi una revista que hablaba de un grupo de hippies que pasaban su día leyendo el libro
bíblico llamado “Cantar de los Cantares”. Dicho libro está escrito en forma de poema, es una canción
de amor entre un hombre y una mujer que simboliza la relación que hay entre Dios y la humanidad.
El mensaje es tan profundo y hermoso que el pueblo judío llama a este libro “lo más santo de lo
santo”.

Este grupo de hippies se juntaban y los hombres leían las líneas correspondientes a los hombres, y
las mujeres leían las líneas correspondientes a las mujeres. La revista decía que ellos leían el
“Cantar de los Cantares” y tenían una experiencia fantástica.

Luego, las mujeres proclamaron que finalmente habían encontrado una porción en la Torá que había
sido escrita por una mujer, porque ningún hombre podría alguna vez entender los sentimientos de
una mujer de forma tan profunda y expresarlos de forma tan potente. Ellas concluyeron que sólo un
hermafrodita podría haber escrito la Torá. ¿Pero Dios? No, eso era inconcebible.

Desafortunadamente, los críticos bíblicos suelen partir desde una posición preconcebida, y cuando la
Torá no calza con esos parámetros se ven forzados a sacar conclusiones inverosímiles. Ellos no
consideran seriamente la idea de una Torá de origen Divino que haya sido entregada en una
“revelación nacional”.

Sin embargo, nosotros sabemos por tradición que 3 millones de hombres, mujeres y niños se
pararon a los pies del Monte Sinai y escucharon la Torá directamente de Dios. Y por los 3.300 años
siguientes, ninguna otra religión ha proclamado algo como eso, simplemente porque un hecho como
ese es imposible de inventar.

Naturaleza y milagros

Algunos críticos bíblicos tienen problemas para aceptar la idea de la intervención Divina. Para ellos,
todo fenómeno bíblico debe ser explicado en términos de la naturaleza. Un libro llamado “Mundos en
Colisión”, por ejemplo, explica la apertura del mar de la siguiente forma:

Un gran cometa se acercó a la tierra en el momento en que los egipcios estaban persiguiendo a los
judíos. En ese preciso momento, el cometa estaba exactamente en la posición requerida para que el
mar se partiese por medio de la acción de la fuerza de gravedad que éste producía, haciendo que
quedase tierra seca entre dos murallas de agua. Los judíos entraron al mar, y obviamente los
egipcios los siguieron. Los judíos alcanzaron a salir por el otro lado, y luego de esto, el cometa
terminó de pasar, las aguas retornaron a su curso normal y los egipcios murieron ahogados.

¿Simple, verdad? No necesitas a Dios.

¿Cómo explica este libro el Maná que recolectaban los judíos cada mañana durante los 40 años que
estuvieron en el desierto? Dice que después de que el cometa pasó, partículas de petróleo quedaron
suspendidas en la parte alta de la atmósfera. Éstas eventualmente se quemaron y se mezclaron con
el rocío. Luego el rocío se combinó con una microbacteria que digiere el petróleo y lo convierte en
proteínas.

Y esto explica como cada mañana, por 40 años, la nación judía recogió maná, “rocío que contenía
proteínas predigeridas por microbacterias”. Los viernes, había doble porción, pero él no explicó
eso…

Estas explicaciones están perdiendo el punto principal. La Torá no es un libro de historia, de física o
de cuentos, sino que es Torat Jaim, que significa literalmente 'instrucciones para la vida'. Cada
palabra y cada frase contienen un mensaje sobre cómo maximizar el placer en la vida. Busca el
mensaje profundo —la sabiduría contenida— y vas a obtener una gran recompensa.

El momento es ahora

La primera frase que se le enseña a un niño judío es Torá tzivá lanu Moshé, morashá keilat
Yaakov, 'La Torá fue comandada a nosotros por medio de Moshé y es la herencia de cada judío'. La
Torá fue entregada a todos. No es de dominio exclusivo de alguna casta sacerdotal. Es un
documento vivo, que respira; es la sangre de nuestra nación. En todo momento debemos estar
envueltos en su estudio y práctica. Como está escrito, “deberás meditar en ella día y noche” (Ieoshua
1:8).

Puede que tu educación académica haya terminado, y que hayas llegado a un punto en que eres tan
buen “profesional” como necesitas ser. Pero el estudio de Torá comienza en una edad temprana y
continúa a lo largo de toda la vida. A medida que tu madurez y tu conciencia de la realidad
aumentan, tu entendimiento de conceptos que pensabas que comprendías también irá aumentando.
Todo judío debe repasar la porción semanal de la Torá tres veces durante la semana, y luego deben
oírla nuevamente en la sinagoga en Shabat. Repasamos, hacemos preguntas, discutimos los temas.
“¿Qué ves? ¿Qué es difícil? ¿Qué no entiendes?”.

Luego de estudiar una porción de la Torá, organízala para que esté al alcance de tu mano. Por
ejemplo, los cinco libros de Moshé están divididos en 54 porciones semanales y 674 capítulos.
Luego de estudiar un capítulo, haz una pausa y asígnale una palabra clave o frase al capítulo. Así
tendrás un mecanismo de acceso a la sabiduría que estos contienen.

Algunas personas se excusan diciendo “soy muy viejo para comenzar a estudiar”. Pero el sabio
talmúdico Rabí Akiva no aprendió ni siquiera el abecedario sino hasta que tenía 40 años. ¡Y este es
el mismo Rabí Akiva que se convirtió en el más grande sabio de su generación y que llegó a tener 24
mil alumnos!

Algunas personas no quieren estudiar Torá porque piensan que nunca podrán convertirse en
grandes eruditos, y por lo tanto “para qué comenzar”. Este es un pensamiento erróneo. Cada gota de
estudio de Torá es preciada y eterna.

El árbol de la vida

Hay dos maneras de adquirir sabiduría: mediante la experiencia de vida, o por medio del estudio de
Torá.

El judaísmo dice que es mejor obtener la sabiduría por medio del estudio de Torá. ¿Por qué? Porque
a pesar de que puedes aprender de la experiencia, ésta tiene un efecto residual negativo. Es verdad,
una mujer que experimenta una serie de relaciones amorosas fallidas terminará aprendiendo
eventualmente cuáles son las cualidades de un buen marido. Pero si ella hubiese estudiado con
anterioridad, se podría haber evitado muchos dolores de cabeza innecesarios.

Aprendemos esta lección del Jardín del Edén. Allí hay una historia que pareciera ser un verdadero
cuento de hadas: hay dos árboles en el medio del jardín, y Dios le instruye a Adam que el árbol de la
vida (que simboliza la obtención de la sabiduría por medio del estudio de Torá) fue hecho para
comer, mientras que el árbol del conocimiento (que simboliza la obtención de sabiduría por medio de
la experiencia) es mejor evitarlo. ¿Cuál fue el error de Adam? Él comió del árbol del conocimiento.

No tenemos la paciencia para llegar a conocernos a nosotros mismos y queremos aprender de la


experiencia. Mucha gente dice: “Después de que gane mucho dinero, cuando mi negocio se auto
sustente, entonces me tomaré el tiempo para estudiar Torá. Pero primero necesito experimentar un
poco la vida”.

Tres divorcios más tarde…

No digas “cuando tenga tiempo voy a estudiar”, porque quizás nunca tendrás el tiempo. Hablando de
forma realista, una vez que seas promovido a vicepresidente de la compañía, ¿crees que tendrás
más tiempo libre o menos tiempo libre?

La Torá es un “árbol de vida” para quienes se apegan a él. Cuando estudiamos Torá, no estamos
estudiando un texto abstracto y arcaico del mundo antiguo, sino que estamos descubriendo la
esencia de nosotros mismos.
¿Por qué la Torá escrita es un Camino a la Sabiduría?

 Lee la Torá de principio a fin. Si aún no has aprendido hebreo, compra una traducción
autentica judía.

 Estudia Torá. Descubre las instrucciones de Dios para la vida. No esperes a que tu vida esté
casi acabada.

 Entiende la Torá. Es el libro que cambió el mundo. Haz preguntas hasta que entiendas el
mensaje en detalle.

 Analiza todas las diferencias que encuentres y resuélvelas. No hay discrepancias


“accidentales” en la Torá. Si buscas bien, encontrarás las respuestas.

 Organiza el conocimiento. Éste es útil sólo cuando está a tu alcance. La Torá debiese ser tu
enciclopedia, tu almanaque y tu índice para la vida.

 Repasa la Torá para recordarla. No saldrías a la carretera sin un mapa. Asimismo, cuando
vayas por la vida, no dejes la Torá atrás.

 Integra la Torá a tu vida. Haz que las ideas que contiene sean parte de tu realidad. Rabí Akiva
decía que un judío sin Torá es como un pez sin agua.

 Renuévate. Refresca tu conocimiento de Torá a medida que tu vida avanza. No “honres a tus
padres” a los 25 años de la misma manera que lo hacías a los 5 años.

 Actualízate. El primer párrafo del Shemá tiene 48 palabras, que corresponden a los 48
caminos a la sabiduría. La sabiduría de la Torá es infinitamente vasta. Debes profundizar
siempre un nivel más allá.

Camino #15: Instrucciones orales para la vida


por Rav Noaj Weinberg zt"l
El judaísmo no es un libro de referencia que está guardado en el librero. Es algo que debe ser
vivido e internalizado.

La mayoría de la gente está familiarizada con la Torá Escrita, los Cinco Libros de Moshé. Pero
muchos no saben que hace 3.300 años, el pueblo judío recibió también la Torá Oral, la Mishná.

De hecho, la Torá Oral precedió a la Torá Escrita. En el Monte Sinai, Dios le transmitió a Moshé las
613 mitzvot junto con una explicación detallada de cómo cumplirlas. En aquel tiempo, las
enseñanzas eran completamente orales. No fue sino hasta 40 años después, justo antes de entrar a
la tierra de Israel, que se hicieron copias escritas de los Cinco Libros de Moshé y fueron repartidas al
pueblo judío.

El Camino #15 es be mishná, las instrucciones orales para la vida. La palabra mishná proviene de la
palabra leshanén, que significa 'repasar'. Al igual que cualquier otra porción de sabiduría, debes
repasarla y repasarla hasta que la sepas de memoria. Esa es la forma de vivir. Esa es la forma de
crecer. Esa es la forma para llegar a ser grandioso.
Imagina que deseas casarte. Hay muchos errores que podrías cometer, pero una vez que te cases
desearás que todo resulte bien. Entonces, debes hacer una lista antes de casarte. ¿Qué cualidades
personales son indispensables para un matrimonio duradero? ¿Cuál es la diferencia entre
enamoramiento y amor? ¿Qué es lo que buscas realmente en un matrimonio? ¿Alguien que te
prepare la cena, o alguien que sea tu alma gemela?

En un avión 747 el piloto pasa media hora revisando su lista antes de llevar el avión hacia la pista (y
si por alguna razón sabes que no lo hizo, ¡no te subas a ese avión!). De la misma forma, necesitas
una lista para la vida. Memorízala y llévala contigo en todo momento. De eso se trata la Mishná.

El proceso de transmisión

¿Tienes una enciclopedia? ¿Cuándo fue la última vez que la usaste? La abres de forma ocasional
para buscar algo específico y, fuera de eso, no es más que un adorno en el librero.

La Torá no es un libro de referencia que fue escrito para quedarse en el librero. La Torá fue diseñada
para ser vivida e internalizada. En la Torá Escrita está lo básico, pero todo lo restante debe ser
aprendido de forma oral. El intercambio entre maestro y alumno nos motiva a discutir, clarificar y
repasar las cosas una y otra vez.

Por miles de años, las instrucciones orales fueron traspasadas de maestro a alumno. El estudiante
tomaba notas, y después repetía y repasaba hasta saberlo de memoria. Por la naturaleza de la
transmisión oral, el repaso constante es la mejor manera de mantener su integridad. El sistema de
miles de personas estudiando la misma información nos garantiza que no se infiltren errores en la
transmisión.

Pero hace casi 2.000 años, cuando los romanos capturaron Jerusalem y enviaron a los judíos al
exilio, Rabí Yehudá HaNasí, el jefe del Sanedrín, vio que la estructura de maestro-alumno estaba en
peligro y por eso decidió escribir la Torá Oral —la Mishná—para prevenir que fuese olvidada.

A medida que pasaron las generaciones, más información fue escrita para explicar la Mishná; esta
información es conocida como Talmud. Hoy en día, las leyes básicas están publicadas en el Código
Legal Judío (llamado “Shulján Aruj”). Pero gran parte de la Torá aún se preserva de manera oral, y
es transmitida de maestro a alumno.

Dios, con Su sabiduría infinita, ideó un sistema para transmitir la Torá a través de las generaciones.
Y este sistema no es sólo una Torá Escrita o sólo una Torá Oral, sino que ambas.

¿Por qué necesitamos la Torá Oral?

La Torá Escrita enumera los mandamientos del diario vivir y la Torá Oral explica cómo llevarlos a
cabo. De hecho, la Torá Escrita es una especie de resumen de la Torá Oral. Por ejemplo:

Los Totafot (mejor conocidos como Tefilín) están mencionados en la Torá Escrita: "Y te pondrás
los Totafot entre tus ojos". Pero, ¿cómo sabemos qué son los Totafot? ¿De qué color son? ¿Qué
tamaño tienen? ¿Qué forma? ¿Cuántos compartimientos tienen? ¿Qué pergaminos van dentro de
ellos? ¿Cómo deben ser utilizados? ¿Quién debe ponérselos? ¿Cuándo?

Nada de esto está escrito en la Torá Escrita. Para saber estos importantes detalles, necesitamos la
Torá Oral.
¿Ha sido transmitido exitosamente este mensaje? Solamente tenemos que observar un par de
Tefilín, los cuales han sido utilizados por todo hombre judío a lo largo de la historia judía. Si el
mensaje no hubiese sido transmitido claramente, una persona estaría poniéndose un zapato entre
los ojos, otro una cinta adhesiva azul, y otro...

Utiliza la Mishná tal como utilizarías una enciclopedia, un diccionario o un almanaque. Cuando
compras un refrigerador, éste viene con un pequeño libro de instrucciones. Si compras un avión 747,
éste vendrá con una biblioteca entera de libros de mantenimiento. Dios creó este mundo de forma
mucho más poderosa y mucho más peligrosa. La Torá es el manual de instrucciones del mundo.

¿Quieres saber cómo amar a la humanidad? ¿Quieres dejar de guardar rencor? ¿Quieres saber la
definición de justicia? ¿Quieres saber qué es el matrimonio? ¡Búscalo en la Torá!

Niveles de profundidad

Una sola palabra en la Torá puede encerrar una infinidad de entendimientos —si sabes cómo aplicar
las herramientas adecuadas—. La Torá puede ser entendida en cuatro niveles:

 "Pshat" — Es la explicación simple de lo que dice la Torá. Rashi escribió en el siglo XII un
famoso comentario explicando este nivel.

 "Drush" — El Midrash es la fuente homilética de los conceptos bíblicos, y de cómo aplicarlos


a la vida.

 "Remez" — Es un nivel más sofisticado de Midrash, en el que diferentes pronunciaciones de


palabras revelan los diferentes significados. La Torá no está vocalizada, para facilitar estas
alusiones.

 "Sod" — Es el significado oculto y místico del universo, como está explicado en el "Zohar".

Estos cuatro niveles forman la palabra "PaRDeS" que significa "huerto". La Torá está llena de
deliciosas frutas espirituales esperando ser recolectadas y saboreadas.

De hecho, esta es la razón por la cual Dios nos creó con la necesidad de comer. Es una señal de
que necesitamos sabiduría para poder crecer. No puedes decir: "Ya comí ayer" o "ya comí hace unos
años y ahora no necesito comer". Rezamos tres veces al día, lo cual es un paralelo a las tres
comidas diarias. Tienes que crecer diariamente, para alimentar el alma.

Es un error de la sociedad occidental el hecho de que la gente crece en un sólo aspecto y no en


otros. Alguien puede ser muy exitoso en los negocios pero ser un adolescente en su vida espiritual.
Date cuenta de que tal como tus aspiraciones profesionales no son las mismas que cuando tenías 18
años, así mismo tu relación con Dios debe madurar y desarrollarse con el tiempo.

Más aún, cuando comes, tienes que masticar y luego eventualmente eliminar los desechos. De la
misma manera, al obtener sabiduría tienes que pensar las cosas cuidadosamente y eliminar las
partes venenosas. De otra manera, éstas terminaran contaminando todo.
La experiencia judía

Cuando un ingeniero tiene que resolver un problema, revisa sus tablas logarítmicas. Cuando un
abogado tiene que enfrentar un caso, revisa casos similares. Un doctor tiene revistas de medicina. Y
un judío tiene la Mishná.

A veces, parece que la Torá y la Mishná se contradicen. Una dice "erradica el mal del mundo" y la
otra dice "ama a la humanidad". ¿Realmente se contradicen?

Si ciertos síntomas se contradijeran en tus funciones corporales, irías al doctor y lo hablarías con él.
De la misma forma, cuando tengas una dificultad para entender la Torá, revisa qué tienen para decir
los comentaristas al respecto. Probablemente no serás el primero en preguntar cierta duda, y puedes
beneficiarte de las muchas generaciones de estudiosos que te precedieron.

La mejor opción es preguntarle a un rabino calificado. Él no sólo va a ayudarte a contestar tu


pregunta, sino que también puede enseñarte las herramientas para que estudies solo. La Torá, dado
que abarca tanta información y que viene de una fuente Divina, tiene principios inmutables de
estudio. Si ignoras las reglas, es casi seguro que llegarás a un entendimiento equivocado.

Cuando el escritor Alex Haley escribió el libro "Raíces", hizo un viaje en bote a través del océano
porque quería experimentar cómo se sintieron sus antepasados cuando fueron transportados hacia
la esclavitud.

Si quieres sentir lo que sentían tus antepasados judíos, lee un capítulo de Mishná y apréndelo de
memoria. Esa es la raíz de la cultura judía. Eventualmente encontrarás la belleza en esto. Apreciarás
la Torá, y entenderás lo que es realmente el pueblo judío.

Aplica tu sabiduría

¿Cuántos años tienes? A lo largo de los años, ¿has aprendido cosas sobre la vida? ¿Puedes
enumerar 10 cosas que hayas aprendido?

Generalmente, tu sabiduría está ahí, pero no puedes articularla. Debes darte cuenta que la sabiduría
es tu bien más preciado. Deberías memorizarla y ser capaz de acceder a ella en cualquier momento.

En este mismo instante, toma un papel y un lápiz y haz una lista de las 10 cosas más importantes
que has aprendido en tu vida. Haz un compromiso de repasar la lista cada día y memorízala para el
resto de tu vida.

Imagina un hombre que le envía flores a su esposa. Ella se emociona mucho. Entonces, él se dice a
sí mismo: "¡Huau! ¡Debería hacer esto más seguido!". Pero la próxima vez que ella recibe flores es
un año más tarde. ¡Es un tonto! Si él utilizara su sabiduría, se habría cuenta de cuánto pueden
ayudar las flores en su matrimonio y habría hecho algo al respecto.

¿Qué sabes acerca de lidiar con tus padres? ¿Qué sabes sobre conocer nuevos amigos? Lo que
sepas, memorízalo. Regístralo. Es una tontería tener sabiduría e ignorarla.

Cada noche debes repasar tu día. ¿Qué aprendiste ese día? Escríbelo en un cuaderno. Luego, cada
comienzo de mes, repasa tu mes. “¿Qué es lo que gané? ¿Qué aprendí sobre la vida?”.
¿Por qué la Torá Oral es un camino a la sabiduría?

 Si Dios habló en el monte Sinai, ¡el mensaje es significativo! Busca la explicación de lo que Él
dijo.

 La Torá es sabiduría para la vida. Cuanta más Torá sepas, más completo estarás.

 La Torá Oral es tan absoluta como la escrita. Una no puede ser entendida sin la otra.

 Domina la Mishná y descubrirás un nuevo mundo de entendimiento y comprensión.

 Si entiendes algo de la vida, recuérdalo e intégralo a tu vida.

 Obtén una parte de la sabiduría que el pueblo judío ha acumulado a través del tiempo.

 Estudia la Torá, repásala y repítela hasta saberla a la perfección.

Camino #16: Aplica la perspicacia de los negocios a tu vida


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Para que un negocio sea competitivo debe funcionar de manera muy eficiente. Aplica estos
mismos principios a tu vida espiritual.

Nadie puede comer chocolate todo el día sin aburrirse. ¿Pero aburrirse del dinero? Uno puede ver a
menudo gente que es consumida por sus carreras profesionales. “Tengo un millón de dólares, pero
quiero diez”. ¿Por qué? Porque el dinero es un símbolo de placer. Nos seduce prometiéndonos lo
inimaginable.

El Camino #16 es Be Miut Sjorá, 'minimizando los negocios'. Obviamente debes trabajar para llevar
comida a la mesa. Pero demasiados negocios te consumirán. Toma consciencia de tus ambiciones
monetarias y trata de controlarlas. Si puedes salir de la oficina una hora antes para pasar más
tiempo con tu familia, entonces estarás tomando una decisión consciente respecto a tus prioridades.

¿Qué preferirías, ser rico o sabio? Obviamente sabio. ¿Entonces por qué vas tras el dinero con
mayor entusiasmo? Porque el dinero es más real para nosotros. La clave es tomar esa motivación
por el dinero, y aplicarla a aspectos más significativos de la vida como relaciones interpersonales o
espiritualidad.

Si tu negocio lo vale, ¡entonces de seguro tu vida también lo vale! Trata contigo mismo como si
fueras un “gran negocio”. Examina cómo lo haces para ganar dinero y ve tras la sabiduría de la
misma forma. Aplica los principios de los negocios a la vida.

Opera eficientemente

Para ser competitivo en el mercado, un negocio debe funcionar con máxima eficiencia. Imagina un
trabajador que ejecuta 10 pasos para dar vueltas a un tornillo, cuando podría haberlo hecho en 2.
Multiplica eso por 1.000 trabajadores, 8 horas al día, y obtendrás una gran pérdida de dinero.

Aplica esa idea a tu vida. Cuando te despiertas en la mañana, ¿dónde están tus zapatos? ¡Donde los
pusiste! Si no eres organizado, podrías perder cinco minutos cada día. ¿Cuánto tiempo de tu vida
gastas siendo un buscador de zapatos?
¿La solución? Si esto fuera un negocio, crearías un sistema de archivo y tendrías una carpeta que se
llamaría “zapatos”. Entonces, haz lo mismo acá, designa un lugar específico para poner tus zapatos
cada día.

Aplica esto a todas tus actividades. ¿Tienes una cita con el doctor? Planifica con anticipación y lleva
contigo algo significativo para hacer en la sala de espera. De otra manera, estarás tirando por la
borda una hora de tu vida.

Cuando quieres cerrar un trato comercial, te quedas en la oficina hasta medianoche. Y si estás
haciendo negocios al otro lado del mundo, te levantas al amanecer. ¿Por qué? Porque los clientes
tienen que confiar en ti. Y cada minuto es valioso cuando se trata de enfrentar a la competencia.

La vida es un gran negocio. Organízate. Ten tu tiempo bajo control. Tendrás menos estrés y lograrás
más cosas.

Comprométete con el objetivo

Imagina que alguien llega a registrarse a una universidad y pregunta:

“¿Cuándo me van a pagar?”.

“¿A qué te refieres? ¡Tú tienes que pagarnos a nosotros!”.

“¿De qué hablan? ¡Yo viene acá para convertirme en un ingeniero y ganar mucho dinero!”.

A este tipo lo llevarían al manicomio. ¿Por qué? Porque todos saben que si quieres ser un ingeniero,
primero tienes que aprender sobre el negocio.

En la búsqueda de sabiduría, es posible que a pesar de que escuches buena información, de todas
formas te desanimes. “Fui a un seminario sobre cómo ganar confianza en uno mismo, pero no
funcionó. Al final de los 90 minutos, yo aún no tenía confianza en mí mismo”.

¡¿Crees que te van a pagar de inmediato?!

“Negocios” y “riesgo” van de la mano. Para tener éxito en los negocios, debes estar dispuesto a
tomar riesgos.

Cuántas veces has escuchado “¿Qué? ¿Tomarme tiempo para estudiar Torá? ¡¿En esta etapa de mi
vida?!”.

Todos necesitamos más goce en la vida. Date cuenta que hay un costo para obtenerlo. No intentes
jugar el juego de la felicidad y decir inmediatamente “no funcionó”. Si es suficientemente importante,
lo intentarás 3, 4 o incluso 10 veces. Si logras ser feliz por el resto de tu vida, entonces la inversión
habrá valido la pena.

Todos sabemos que para tener éxito en los negocios, debes mantenerte a la vanguardia respecto a
las tendencias e innovaciones del mercado. En la vida, debes mantenerte en la vanguardia respecto
a las más avanzadas técnicas de sabiduría. Anda a seminarios. Lee libros. Toma cursos
suplementarios. Todo esto te ayudará a seguir creciendo, y te mantendrá alejado de la ignorancia y
de la apatía.
Persigue constantemente la sabiduría. Sé un “adicto a la sabiduría”. Tal como alguien que se
convirtió en multimillonario en base a su propio esfuerzo es un magneto de admiración y respeto,
encuentra para ti un mentor de sabiduría. Escoge a alguien que sea humilde, sabio y que esté
dispuesto a compartir contigo su fórmula personal para el éxito.

Cuando tu jefe habla, tú escuchas. Date cuenta de lo mucho que debes soportar para poder avanzar
en tu carrera. Es un largo camino hacia la cima. Si tu jefe te asigna un trabajo poco placentero, lo
harás, porque tu paga y tu ascenso dependen de ello.

Similarmente, cuando luchas para alcanzar niveles más altos de placer, no te debes dejar seducir
por la gratificación instantánea. Debes estar dispuesto a entrenar, invertir tiempo y dedicación y
hacer sacrificios. Cuando encuentres a un mentor, pon atención y sigue sus instrucciones.

Imagina que tienes un cliente que es un poco desagradable, ¿lo echarías de la tienda? ¡No! Si
alguien puede ayudarte a obtener utilidades, entonces dicha persona no tiene que ser
necesariamente la persona más encantadora del mundo. Si la tarifa es la correcta, tú puedes lidiar
con prácticamente cualquier cosa.

Similarmente, si un nudnik llega a tu vida, pon a un lado la animosidad personal. Olvídate si te


agrada o no. Lo importante es ver cómo podrías forjar una relación que les permita compartir
conocimiento. Haz vista gorda a las peculiaridades que ves en otros. Aprende a relacionarte con todo
tipo de personas. Esto te abrirá un mundo de oportunidades.

Sé determinado y enfócate en la meta. Tu bienestar emocional y espiritual se lo merecen.

Planeamiento estratégico

Un negocio exitoso debe desarrollar estrategias a corto y largo plazo. Nadie diría: “Hey, hagamos
una fábrica en China. Que alguien vaya allá y compre un edificio”. No. Primero invertirían 6 meses
investigando. ¿De dónde proviene la materia prima? ¿Cómo es la mano de obra? ¿Cuáles son los
costos impositivos y de exportación?

Una buena vida demanda una buena planificación. Porque si no sabes cuál es tu objetivo, entonces
nunca llegarás allí.

En el corto plazo, debes saber cómo utilizarás el día de mañana. ¿A qué hora te levantarás? ¿Cómo
re-energizarás tu cuerpo en el almuerzo? ¿Cómo nutrirás tu alma?

En el largo plazo, la gente exitosa tiene planes a 1 año y a 5 años. ¿Qué cosas debes lograr para
que cuando mires hacia atrás en 5 años, sientas que fue un éxito? Estos planes son cruciales para
mantener el foco. Y deberías revisarlos, actualizarlos y modificarlos constantemente.

Debes mantener en vista siempre los asuntos importantes. Pregúntate a ti mismo: “Para cuando
termine mi vida, ¿qué es lo más importante que quiero haber alcanzado? ¿Un portafolio de
inversiones de un millón de dólares, o una relación profunda con mi familia y con Dios?”.

Debes saber cómo priorizar los placeres. Nadie cambiaría el placer de tener éxito por un plato de
comida china. Dale a cada placer un valor. ¿Te quedarías soltero toda tu vida? Compara eso con el
placer de tener una familia. ¿Cuánto vale ese placer? Esa es la forma inteligente de tomar
decisiones.
No te engañes a ti mismo pensando: “Me dedicaré a mi familia apenas obtenga mi primer millón de
dólares”. Si no comienzas ahora, puede que después sea demasiado tarde. Mucha gente llega a la
edad de 65 y dice: “He perdido tantas oportunidades. Podría haber hecho algo significativo, pero lo
pospuse”.

Cuando el gerente general de una empresa firma un contrato, llama a los mejores abogados para
revisar la letra chica. “¿Cómo se entiende este punto? ¿Cómo nos afectara este otro punto?”.

La vida es demasiado corta como para encaminarse en una dirección sólo para descubrir más tarde
que estás obteniendo algo totalmente diferente. Lee la letra chica y define los términos: ¿Qué es la
felicidad? ¿Qué es el placer? Ésta es la única manera de asegurarte que más tarde no llegarás a ser
responsable por incumplimiento de contrato, contigo mismo.

Contabilidad

Muchas veces el éxito de un negocio depende de su departamento de contabilidad. Para lograr tener
utilidades, las hojas de balance deben estar en orden y reflejar las ganancias o pérdidas diarias. Ésta
es la piedra angular que determinará en qué dirección irá el negocio.

Nosotros debemos tener nuestro propio “departamento de contabilidad”. ¿Qué logré hoy? ¿Qué
perdí?

Cada noche, antes de ir a dormir, revisa los eventos del día y evalúa dónde tuviste ganancias o
pérdidas. Y así cada día. Eventualmente te convertirás en un gran ser humano.

También es crucial hacer un plan para el día siguiente. ¿Cómo te vas a levantar? ¿Vas a buscar tus
zapatos? Entonces escríbelo: 10 minutos de buscar mis zapatos. ¿Luego vas a gruñir camino a la
ducha? Está bien, anota eso también. ¡Qué día te espera!

O mejor aún, intenta estar determinado a tener un buen inicio. Salta de la cama y alístate en dos
minutos para salir. ¡Es genial estar vivo!

¿Eso es lo que te gustaría hacer? ¡Ahora escríbelo y haz un plan! Ciertamente pondrás tus zapatos
en el lugar adecuado.

Para comenzar, hazte las siguientes preguntas:

 ¿Qué he logrado hoy?


 ¿Logré lo que quería?
 ¿Cómo voy a mejorar mañana?
 ¿Cuáles son mis fortalezas y mis debilidades?
 ¿Cuál fue mi ganancia? ¿Y mi pérdida?
 ¿Cuán lejos he llegado respecto a mis metas a largo plazo?
 ¿Qué me está deteniendo de crecer más?

Cierta perspicacia para los negocios es particularmente relevante para negocios de gran

envergadura. Por ejemplo:


Mantén un control de calidad

Un gran negocio depende de su control de calidad. Imagina que sale un auto espectacular de la línea
de montaje y otro sumamente malo. A los clientes no les importa quién estaba trabajando en la línea
de montaje ese día. Si salen autos malos, la empresa va a perder su cuota de mercado.

¿Cómo aplica esto a tu vida? En la vida, nos enfrentamos a desafíos, problemas e inquietudes. A las
personas que atraviesan constantes cambios de humor —arriba un día, abajo al día siguiente— les
cuesta más cumplir sus metas y mantener relaciones interpersonales. La clave es mantenerse en un
nivel estable. No permitas que tu rendimiento varíe cada vez que te enfrentes a un nuevo problema.

¿A qué hora te levantas en la mañana? ¿A veces a las 7 de la mañana, a veces a las 8, a veces a
las 9? Establece un horario fijo, para que no te encuentres madrugando un día y durmiendo hasta
tarde al día siguiente.

Los hombres de negocios alcanzan el éxito mediante superar constantemente los pequeños
obstáculos. Si el gerente general de una empresa tiene un dolor de cabeza o un resfrío, ¿se queda
en cama o va a la reunión que tiene programada?

Asimismo en la vida, cada momento es una oportunidad para crecer, para cosechar, para mejorar la
calidad de tu vida. ¿No tienes ganas hoy? Empújate a ti mismo un poco más allá. Realiza un control
de calidad sobre tu vida. Asegúrate de que lo que sea que hagas, nunca esté por debajo del nivel de
tus habilidades y metas.

Acá hay una pequeña lista con características personales que son necesarias para alcanzar el éxito:
Asertivo, consistente, decidido, eficiente, orientado a objetivos, honesto, leal, abierto a la crítica,
optimista, organizado, paciente, confiable, con buena autoestima, con autodisciplina, con sentido del
humor, capaz de trabajar en equipo, tolerante.

Invierte a largo plazo

Un negocio no puede dormirse en los laureles. Eventualmente aparecerá algún competidor con
productos de mejor calidad y más baratos. Es por eso que un negocio exitoso debe invertir en
investigación y desarrollo para mantenerse a la vanguardia.

Y tú también deberías invertir más tiempo “investigando y desarrollando” mejores técnicas para vivir.

¿Quieres más placer? “No gracias, soy suficientemente feliz”. Nadie diría eso. Imagina un
inversionista que va a una gran empresa.

“Tengo un gran negocio con el que ganarían 200 millones de dólares este año”.

“No gracias, estamos ganando suficiente dinero”.

Cuando se trata de inversiones, un hombre de negocios inteligente se enfoca más en las ganancias
a largo plazo que a corto plazo. A veces, los costos de una nueva empresa son altos, y por unos
cuantos años el negocio va a arrojar resultados negativos. Pero si es una buena inversión,
probablemente obtendrás grandes ganancias en el futuro.

Cuando haces una inversión, debes tomar en cuenta los beneficios que obtendrás a lo largo de la
vida. Mientras más profundas sean las metas que persigas, más duradero será el placer. Por
ejemplo, si inviertes 10 horas en aprender cómo ser feliz, vas a ser un mejor amigo, un mejor padre,
un mejor esposo, un mejor empleado. Aprecia cuánto vale eso en su totalidad.

Puede parecerte que “lo tienes todo”: un matrimonio fuerte, hijos maravillosos, un negocio exitoso.
Pero no te detengas allí. Haz que esos placeres sean más profundos y más amplios. ¿Hay maneras
en las que puedes ayudar a tu comunidad? ¿Puedes mejorar la educación de tus hijos?

Las leyes de física establecen: Si algo no está creciendo, entonces se está deteriorando. Entonces
no te “satisfagas” con tu nivel actual. Siempre debes estar buscando nuevas maneras de crecer.

Prueba de mercado

Antes de que una compañía introduzca un nuevo producto al mercado, se dedica durante varios
meses a determinar los costos generales, la comerciabilidad y las ganancias potenciales.

Antes de tomar cualquier decisión importante en la vida —como moverte a una nueva ciudad,
casarte o escoger una profesión— asegúrate de hacer un análisis exhaustivo sobre su viabilidad a
largo plazo.

Haz un análisis de mercado para tus ideas. No asumas que tu punto de vista es el correcto.
Comparte tu plan con otros. Consigue un grupo de amigos que respondan de forma honesta y
abierta. Discute tus ideas con ellos. Consigue a alguien que encuentre las fallas en tu idea. Al tener
diversos puntos de vista podrás saber si estás en el camino correcto o no. (Para más detalles sobre
este tema, revisa el Camino #11).

El gerente general de una compañía aceptaría gustoso los consejos del encargado de limpieza si
estos lo ayudaran a obtener más ganancias con el negocio. ¡Sin embargo este mismo gerente podría
llegar a ignorar los consejos de su propia esposa!

En el mundo de los negocios, uno pierde si no acepta la crítica constructiva. Y lo mismo es cierto
respecto a la vida. Debes estar abierto a recibir sugerencias. Pon un “buzón de sugerencias”. En el
peor de los casos, siempre puedes escoger ignorarlas.

Cierta perspicacia para los negocios es particularmente relevante para negocios pequeños. Por
ejemplo:

Control de inventario

¿Te pasó alguna vez que fuiste a una ferretería y preguntaste: “¿Tiene clavos número 9?”, y el
dueño te respondió: “Espera, déjame revisar en mi inventario”? ¡Obvio que no! El dueño de un
negocio pequeño suele tener una asombrosa habilidad para conocer su inventario a la perfección. Si
hay 5.000 artículos en la tienda, él sabe con exactitud la locación y precio de cada uno de ellos.

Tú tienes el potencial de volverte una persona sabia. ¿Te sabes los 48 Caminos a la Sabiduría de
memoria? No. ¿Por qué no? ¿Son demasiados ítems? Si son valiosos para ti, los memorizarás y los
llevarás contigo siempre.

Ten claro cuáles son tus recursos disponibles. Debes conocer tus fortalezas, debilidades, talentos y
habilidades. Haz una lista detallada.
Esto es fundamental para tomar decisiones sabias. No quieres darte cuenta 20 años más tarde, que
todo este tiempo has estado negando una parte esencial de ti mismo. De lo contrario, estarás
destinado a sufrir una “crisis de la mediana edad”.

Si no estás seguro de cuáles son tus recursos disponibles, entonces búscalos. Pregúntale a algún
amigo de confianza. Así, cuando la oportunidad se presente, estarás listo para responder
adecuadamente.

Eliahu y el pescador

La motivación de una persona por los negocios es un gran indicador de cuánto podría alcanzar esa
persona en su vida personal. ¿Acaso no tiene sentido que el mismo Dios que te dio los medios para
ser un experto en los negocios te dio también los medios para ser un gran ser humano?

El Midrash (Tanna d’Bei Eliahu) cuenta la historia del encuentro entre el profeta Eliahu y un
pescador. “¿Estudias Torá?”, le preguntó Eliahu.

“No”, respondió el pescador. “No soy más que un hombre simple. No tengo ningún tipo de talento o
inteligencia. No puedo entender la Torá. ¡Es culpa de Dios!”.

“Dime”, le dijo Eliahu, “¿cómo preparas tu red de pesca?”.

“Bueno”, dijo el hombre, “la verdad es que es bastante complicado. Primero debo seleccionar la
cuerda adecuada, y después, tejo la red con un patrón específico para asegurarme que tenga un
balance apropiado entre fuerza y flexibilidad. Es toda una ciencia”.

“¿Y cómo lo haces para atrapar los peces?”, preguntó Eliahu.

“Oh, eso también es muy complejo. Hay muchos factores involucrados: la época del año, la hora del
día, el tipo de pez y la locación. También tomo en cuenta la profundidad, la temperatura del agua y la
velocidad de la corriente. He pasado años perfeccionando estas técnicas, por lo que soy capaz de
ganar suficiente dinero como para vivir bien gracias a mi pesca”.

“Cuando llegues al cielo”, le dijo Eliahu, “vas a querer argumentar que no estudiaste Torá porque
eres un hombre simple, sin ningún talento o inteligencia especial. Todos intentan decir eso para
defenderse. ¡Pero tú eres un exitoso pescador! Tus acciones desacreditan tu argumento. Tú sí tienes
lo necesario para llegar a ser grande”.

A veces, todos caemos en una modalidad de autocompasión. “Si tan sólo supiera cómo, habría
logrado más cosas. Habría sido un mejor padre, un esposo más preocupado y cariñoso. Pero Dios,
¡Tú no me diste las herramientas adecuadas!”.

Todos tenemos las herramientas adecuadas. Y en lo profundo de nuestro ser, sabemos que la
sabiduría es más importante que el dinero.

La verdadera pregunta es, una vez que obtengas todo ese dinero, ¿cómo lo utilizarás? No puedes
comprar amor. No puedes comprar felicidad. El dinero tiene que ser utilizado en algo significativo.
Comprométete. Cuando minimizas tu participación en los negocios y maximizas tu crecimiento, estás
haciendo una afirmación sobre qué es valioso en realidad.

¿Por qué la perspicacia en los negocios es un camino a la sabiduría?


 Si puedes trabajar duro para ganar dinero, entonces puedes trabajar igual de duro para tener
una buena vida.

 Valora tu tiempo, es tu posesión más preciada en este mundo.

 Lo que te hace exitoso en los negocios te hará exitoso en la vida.

 Nunca nadie dijo en su lecho de muerte: “me gustaría haber pasado más tiempo en la oficina”.

 Los mayores placeres demandan las mayores inversiones.

Camino #17: Aprovecha el poder del matrimonio


por Rav Noaj Weinberg zt"l
El deseo sexual es una fuerza sumamente poderosa, la cuál es superada sólo por el instinto
de supervivencia. Utilízalo sabiamente.

El deseo sexual es una fuerza sumamente poderosa, la cuál es superada sólo por el instinto de
supervivencia. Sin embargo, la sociedad lo utiliza para vender películas, cigarrillos y automóviles.

Es tan poderoso que incluso puede hacer que nos comportemos como verdaderos orangutanes.
Puede ser peligroso, a tal punto que podría llegar a destruir familias enteras. Es por eso que es
sumamente importante tenerlo bajo control.

El Camino #17 es Bemiut Derej Eretz, una expresión en hebreo que implica controlar la actividad
íntima. Una persona sabia sabe cómo controlar su impulso sexual y cómo aprovechar al mismo
tiempo ese poder de forma constructiva.

Hay tres aspectos de la sexualidad:

 Positivo: Es importante tener cierta cantidad de actividad sexual. El cuerpo humano produce
energía química en los momentos de atracción.

 Negativo: Demasiada actividad sexual te hará mal. Cuando las hormonas están a cargo,
dejamos de ser libres.

 Equilibrio: Tu mente debe controlar tus acciones. Controla tus deseos. Utiliza la intimidad
correctamente en el momento correcto.

La ilusión es que mientras más satisfagas tus deseos, más satisfecho estarás. Pero en realidad,
mientras más alimentes un deseo, más vas a querer.

Incluso en el contexto del matrimonio, el exceso transforma la relación en algo vulgar y egocéntrico.
El balance es algo esencial.

En el contexto del matrimonio

Antes de casarte, debes saber de qué se trata el matrimonio. ¿Es un contrato entre dos partes? ¿Un
romance de larga duración? ¿Una forma de obtener una rebaja en los impuestos? Debes estar
atento. La manera en que definas el matrimonio determinará qué clase de pareja elegirás.
En la Torá, la expresión utilizada para describir la intimidad es yadá, que significa 'conocer'. (“Y
Adam conoció a su esposa Javá, y ella quedó embarazada y tuvo un hijo”, Génesis
4:1). Yadá denota que la intimidad no es solamente un acto físico, sino que también es una unión
emocional entre dos personas.

El judaísmo define el matrimonio como “encontrar a tu otra mitad”. A través del matrimonio, dos
personas se unen en una sola entidad, completándose el uno al otro. El deseo de intimidad es en
realidad una expresión del deseo de unirnos con nuestra “otra mitad”. A través de la relación sexual
expresamos esta unicidad.

Decimos que cuando un hombre muere, “sólo muere realmente para su esposa” y asimismo cuando
una mujer muere, “sólo muere realmente para su marido”. Las demás personas se entristecen con su
muerte, pero la vida de la pareja queda destrozada. Si tenían un matrimonio fuerte, el integrante de
la pareja que queda vivo tendrá que reconstruir su existencia por completo.

El deseo sexual no es un deseo como cualquier otro. Está reservado para el propósito de formar una
unicidad con la pareja. Debe contener amor, ya que de lo contrario no significa nada.

Cuando un hombre y una mujer adquieren un compromiso marital, forman una profunda conexión
espiritual. Se entregan mutuamente y se comprometen de por vida. La intimidad nos une como
pareja, ya que nos enseña a ver más allá de nosotros mismos.

Por otra parte, la intimidad fuera del matrimonio es frustrante, ya que la unicidad nunca puede ser
alcanzada. Por eso la Torá prohíbe la intimidad fuera del contexto del matrimonio.

Esto es obvio con respecto a una relación íntima aislada, pero incluso en el contexto de una relación
a largo plazo; sin el compromiso del matrimonio, siempre existe la opción de abandonar la relación.
Como resultado, el grado de conexión se enfrentará constantemente a una barrera. Eventualmente
se terminará haciendo presente la frustración y finalmente se erosionarán las bases de la relación.

Eligiendo la pareja correcta

¿Cómo deberías escoger a tu pareja? ¿Acaso vas a elegir a la que tenga mejor apariencia? ¿La que
tenga más vitalidad? ¿La que tenga más dinero?

Debes pensar a largo plazo. Considera a alguien que tenga potencial, decencia, fortaleza. Busca a
alguien que tenga dignidad y que sea un buen ser humano; una persona generosa, preocupada por
los demás y modesta.

¿Sabes cómo hacer que termine un gran romance? ¡Cásate! ¡En dos semanas se estarán gritando el
uno al otro! Ellos se llevaban fantástico, pero justo después de que se casaron, de pronto… “No me
preparaste la cena… No llegaste a casa a la hora… ¿Qué hiciste con el dinero?...” ¡Bum!

El problema con un “romance” es que uno no ve las cualidades reales de la otra persona. Si alguien
va donde ti y te dice: “Conocí a una chica perfecta. Es hermosa, inteligente, exitosa, inteligente,
idealista, dulce y…”, ¿sabes lo que ocurrió realmente? El no encontró el amor, sino que solamente
se “enamoró”.

Esto no quiere decir que haya que eliminar el romance. Es simplemente que el mundo occidental ha
invertido el orden. Primero uno debe enfocarse en buscar las cualidades espirituales de la persona y
luego, una vez que te hayas comprometido, podrás enamorarte todo lo que quieras y disfrutar de la
relación. Después de todo, ¡tendrás la mejor pareja del mundo!
La cábala del matrimonio

Existe un nivel más profundo en el matrimonio.

El judaísmo opina que la relación sexual con la pareja es uno de los actos más sagrados que uno
puede realizar. De hecho, la palabra hebrea para la ceremonia nupcial, kidushin, viene de la
palabra kadosh, que significa sagrado.

El judaísmo dice que el placer físico más grande es aquel que se realiza por una razón espiritual. Es
por eso que nuestros sabios dicen que Shabat, el día más sagrado de la semana, es el momento
apropiado para que las parejas estén juntas de manera íntima.

Es importante entender cómo este anhelo por cercanía física te impulsa y te da energía. Es algo muy
profundo. Entenderlo le dará más significado a tu matrimonio.

El “Cantar de los Cantares”, escrito por el Rey Shlomó, es una canción de amor entre un hombre y
una mujer. Sin embargo, el Talmud lo llama "Kodesh Kodashim" – el texto bíblico más sagrado. ¿Por
qué? Porque la relación íntima es realmente una expresión de nuestro profundo deseo de alcanzar la
suprema unicidad: conectarnos con Dios.

El versículo "yo soy para mi amado y mi amado es para mí" (Cantar de los Cantares 6:3) se refiere a
nuestro deseo de unidad con Dios.

Incorpora espiritualidad en tu matrimonio. El secreto para tener un matrimonio realmente exitoso es


que Dios esté en el medio. Ser bueno con tu pareja es una forma de parecerse a Dios, quien nos
creó para darnos placer. Entender esto le dará a tu matrimonio más significado y éste será
consecuentemente más placentero.

Lazo eterno

La Torá llama al matrimonio basar ejad, “ellos serán una sola carne”. Un matrimonio no es una
sociedad, ni una compañía. Es una unidad. Es un lazo espiritual. Hay una fuerza que los une. En lo
más profundo de los instintos humanos, hay un lazo que une a la pareja.

Tal como tu hijo es parte de ti, cuando te casas tu pareja se vuelve parte de ti. Ese lazo sagrado
hace que sean uno parte del otro por toda la eternidad. Nunca más estarás solo.

Cada vez que tienes una relación íntima estás entregando una parte de ti para siempre. Por lo tanto,
¡asegúrate de entregarle estas "partes de ti" a la persona con quien quieres tener una unión eterna!

Esto es cierto tanto en el sentido físico como en el sentido metafísico. ¿Te acuerdas del primer chico
o chica con quien tuviste una relación íntima? ¿Puedes recordar la magia del momento?

¿No debería esa magia estar reservada sólo para tu pareja? Imagina que hubiese sólo un
hombre/mujer en el mundo. Si tú pudieras casarte con el único hombre/mujer del mundo, ¿entiendes
cuán preciada sería tu relación? Ese es el poder del cual estamos hablando.

Si te unes a otros de forma descuidada, cada vez será más difícil que te cases y que te mantengas
casado/a. Siempre compararás a tu pareja: “A ella le falta esto. A él le falta aquello”. No tendrás al
único hombre/mujer del mundo.
Sopesa tus acciones con cuidado, ya que éstas afectarán tus relaciones de pareja por siempre.

Evita las tentaciones dañinas

Cualquier cosa que sea valiosa debe ser cuidada. Por lo tanto, no es ninguna coincidencia que
mientras más promiscua y rebelde se torna una sociedad, peor es la calidad de las relaciones de
pareja y el compromiso con el matrimonio que hay en ella.

Entonces, dado el bombardeo que recibimos constantemente por parte de los medios de
comunicación, ¿cómo podemos evitar ver las relaciones íntimas como algo barato, fácil y
degradante?

Una de las mejores maneras de evitar cualquier abuso es crear una barrera protectora. Si estás
haciendo una dieta para perder peso, entonces intentarás alejarte de lugares en los que se sirve
comida que engorda. De la misma forma, si quieres que tu mente y tus ojos estén donde deben
estar, evita ir a lugares donde encuentres una tentación constante.

Aleja tu mirada. Esa es la disciplina de estar en control.

Puedes evitar la tentación al mantener tu mente ocupada en cosas que te interesen. Cuando debes
patear un penal en el último minuto del partido, no notarás a la gente que está caminando a tu
alrededor. Tu mirada estará enfocada solamente en la pelota. Asimismo, mantén tu mente inmersa
en actividades intelectuales y creativas.

En especial, debes evitar soñar despierto o tener fantasías sobre estos temas. Es destructivo y
contraproducente. Gastar el poder de tu mente en ilusiones es desperdiciar tu potencial.

El fantasear crea ficciones que tú y tu pareja nunca podrán vivir realmente; te llevarán a estar
buscando siempre en otro lado.

¿Por qué el aprovechar el poder del matrimonio es un camino a la sabiduría?

 El cómo te relacionas con la intimidad es un barómetro de cuánto control tienes sobre tus
deseos.

 Tener una relación íntima por el simple hecho de tenerla es algo degradante.

 El matrimonio es un acto sagrado de unión que nos ayuda a elevarnos hacia una conexión
con Dios.

 La relación íntima genera un lazo eterno. Sé cuidadoso al elegir tu eternidad.

 Cuando escoges minimizar, eres tú el que está en control.

Camino #18: El placer físico


por Rav Noaj Weinberg zt"l
El mundo físico existe para que obtengamos placer de él. El crecimiento espiritual viene a
través de elevar lo mundano.
¿Te involucraste alguna vez en alguna actividad física estimulante y después descubriste que no
podías detenerte? Tomaste un paquete de papas fritas y comenzaste a comer dos, tres, cuatro,
cinco. Antes de que te dieras cuenta, ya te habías terminado el paquete. En realidad tú no querías
más, pero simplemente no pudiste detenerte. Te pasaste de la raya y ahora te duele el estómago.

Pese a que el placer físico es algo esencial para disfrutar de la vida, es importante saber cómo
controlarlo. El Camino #18 es bemiut taanug, 'minimizando los placeres'. No puedes pasar el día
entero comiendo barras de chocolate. Eso no es vivir.

Los seres humanos somos buscadores de placer. El placer es energía. Descubre cómo transformar
una mera sensación física en un profundo placer, como el amor, el sentido, la creatividad. No te
preocupes, no perderás el placer físico, sino que en realidad lo potenciarás y lo apreciarás más.

Vida gourmet

Imagina que estás comiendo un bife con papas fritas. La primera mordida, te enfocas intensamente
en el placer.

¿Pero qué ocurre después? Antes de que te des cuenta, comienzas a engullir lo que queda.

Cuando un catador de vinos toma una copa de vino, el “tomar” mismo es tan sólo uno de los
aspectos de su disfrute. Primero lo huele, después se pone un poco en la boca y lo mueve,
chequeando su frutosidad y aroma. Sólo si pasa la prueba lo tomará.

La próxima vez que tomes una gaseosa, pregúntate a ti mismo: “¿Cómo me afecta esto? ¿Qué hace
esto por mí?”. Para la mayoría de nosotros, el 90% de la gaseosa va directo al estómago, sin pasar
por las papilas gustativas. No la disfrutamos realmente.

Lo importante es que identifiques e intensifiques los placeres. Define con exactitud qué es
placentero. ¿Qué hace que tenga buen sabor, que se vea bien, que huela bien, que se sienta bien?
Por ejemplo:

 Helado: frío, dulce, suave.


 Amigos: seguridad, conexión, sentimiento de pertenencia.
 Torá: claridad, sabiduría, trascendencia.

Sé un gourmet de la vida. Enfócate y asegúrate de recibir el placer completo. Medita sobre él para
prolongar su efecto. Mientras más profunda es la apreciación, más motivación y energía tendrás.

La belleza del placer físico

Al haber crecido en una sociedad occidental, es posible que muchos de nosotros hayamos
escuchado la idea de que “el placer físico es malo”. Esto puede tener origen en la visión católica,
para la cual la intimidad, incluso en el contexto del matrimonio, es considerada como una concesión
a los instintos humanos, mientras que los sacerdotes y monjas son célibes.

La sociedad secular, por el otro lado, se basa en la visión opuesta: la vida es la búsqueda hedonista
de placer físico sin restricción alguna.

El judaísmo toma el camino intermedio: Dios no creó un mundo físico para que nos sintamos
frustrados, sino que lo creó para que disfrutemos. La vida debiese ser hermosa y atractiva. La
espiritualidad judía no se alcanza meditando durante muchos años en la cima de un monte o
ayunando en reclusión en un monasterio. La espiritualidad judía se alcanza lidiando con el mundo de
forma tal que éste sea elevado. En la noche del viernes, levantamos una copa de vino y la utilizamos
no para emborracharnos, sino para hacer kidush y santificar el día de Shabat. La espiritualidad —
dice el judaísmo— se encuentra en la cocina, en la oficina, y sí, incluso en el dormitorio.

Dios creó este mundo para que nosotros tengamos placer. El Talmud dice que si una persona tiene
la oportunidad de probar un nuevo fruto y se rehúsa a hacerlo, entonces tendrá que rendir cuenta por
sus acciones en el mundo venidero. ¿Qué hay de especial en los frutos? Dios pudo haber creado
una avena que contuviese todas las vitaminas y minerales necesarios para nuestra supervivencia.
Pero los frutos son el postre que creó Dios. Son una muestra de amor; fueron creados simplemente
para nuestro placer. Rehusar probarlos muestra una falta de apreciación.

Nuestros Sabios enseñan también que una persona anciana debe sentarse al sol. No importa cuánto
aprecies la sabiduría y el conocimiento, igualmente debes tratar bien a tu cuerpo. E incluso cuando la
fortaleza física ha disminuido, uno aún puede disfrutar del calor del sol.

La Torá también nos ordena recitar una bendición de agradecimiento antes de comer o beber
cualquier alimento, e incluso al presenciar fenómenos naturales como un relámpago o un arcoíris.
Decir una bendición nos da tiempo para pausar y reflexionar; para recordar que todo es un regalo de
Dios.

Toma nota de cuántas oportunidades tienes cada día para obtener placer. El amanecer, un
chapuzón en el agua, una brisa refrescante. ¿Estás prestando atención o estás dejándolas pasar?

Un medio, no un fin

Imagina que invitas a alguien a una cena elegante. Primero les sirves un aperitivo y ellos, después
de comerlo, te agradecen y se levantan de la mesa.

“¿Adónde van? Apenas estamos comenzando. ¡Lo mejor está aún por venir!”.

Esa es la visión judía del placer físico. Si haces del aperitivo la parte principal de tu dieta alimenticia,
ésta nunca te proveerá de todos los nutrientes que necesitas para estar sano y satisfecho.
Similarmente, el materialismo es simplemente el aperitivo de la existencia. No cometas el error de
levantarte después del aperitivo, ya que nunca estarás satisfecho.

Cuando lo utilizamos con sabiduría, el placer físico es un trampolín hacia placeres más elevados.
Cuando estamos disfrutando de cosas hermosas, nuestros cuerpos se sienten relajados, y por lo
tanto, estamos más preparados para encarar los problemas más profundos de la vida. Lidiar con
problemas —violencia, desempleo, guerra— requiere de una inmensa fortaleza emocional, y el
propósito del placer físico es generar esa fortaleza.

Ponte en contacto con el deseo de trascendencia que tienes adentro. Corremos tras el placer físico,
pero la verdadera satisfacción no se encuentra en tus papilas gustativas. Es un deseo del alma.
Queremos trascendencia. Queremos significado.

Cuando obtienes energía a través del cuerpo, ésta puede ayudar a que el alma se abra. Este es el
placer de Shabat. Es un día hermoso. Comida deliciosa. Comes con calma. El placer físico es un
incentivo. Estás llevando al cuerpo contigo. Entonces puedes abrir tu alma y acercarte a Dios.
Debes distinguir un tipo de placer del otro. Esta es una manera de saber si estás experimentando un
simple placer físico o un placer espiritual más profundo.

El placer físico es:

 Transitorio.
 Te deja deprimido.
 Es un fin en sí mismo.
 No te satisface completamente.

Un placer espiritual es:

 Permanente.
 Energizante.
 Un medio y no un fin.
 Te despierta.

El auto y el conductor

Toda persona que tiene un automóvil sabe que debe hacerle un mantenimiento mecánico y que debe
ponerle gasolina de calidad. Si abusas del automóvil, entonces éste no te llevará donde quieres ir. Y
para hacer que se siga viendo bien, es posible que ocasionalmente tengas que lavarlo y limpiar su
interior.

Pero obviamente el automóvil no es más importante que el conductor mismo. Alguien que reniega de
su familia y pasa interminables horas encerando su automóvil ha perdido todo sentido de prioridad.

Lo mismo ocurre con el cuerpo y el alma. El cuerpo es el vehículo del alma. Debes estar en control.
Por otro lado, no quieres ser un tirano. Para dominar al cuerpo, la clave es la autodisciplina, no la
opresión. Lo importante es controlar las cantidades, y utilizarlas adecuadamente en los momentos
correctos.

A veces debes mimar a tu cuerpo para que tu alma pueda lograr más. Luego de haber completado
un proyecto complicado, por ejemplo, quizás quieras premiarte a ti mismo con una cena en un
restaurante lujoso. Pero debes mantener las cosas en perspectiva. Debe haber un balance entre
disfrutar y mimarte en demasía. No te confundas y creas que esa cena es el objetivo de todo.

“Disfruta” el placer, pero sin llegar a “necesitarlo”. Ya que si no, querrá decir que eres adicto, que
estás esclavizado.

Debes estar atento a las artimañas del cuerpo. Cada vez que intentas controlar los placeres físicos,
una pequeña voz en tu interior declara: “Esto es opresivo, aburrido, antinatural. ¡Voy a tener un
colapso nervioso!”.

Siéntete confiado y seguro. No te desmayarás si no comes otro caramelo. La gente cambia sus
hábitos y viven felices para siempre. Inténtalo. Mantente enfocado. Sé fuerte.

Tal como debiste aprender a conducir un automóvil, asimismo debes aprender cómo conducir esta
máquina llamada cuerpo. Tú sabes que tiene un tremendo potencial. Tienes 48 engranajes, 48
herramientas para maximizar tu vida. ¿Estás teniendo suficiente placer?
Minimiza para poder maximizar

Para evitar el abuso, debes decidir de antemano: ¿Cuánto placer voy a tomar de esto?

Generalmente, la gente come hasta que ya no pueden tomar otro bocado. Pero el Shuljan Aruj, el
Código de Ley Judía, nos instruye a comer sólo dos tercios de nuestra capacidad. Detenernos antes
de que el medidor diga “lleno” es una forma más sana de actuar desde todos los puntos de vista:
digestión, cintura, autoestima.

Toma una decisión: “Esto es lo que voy a comer y me voy a apegar a ello”. No puedes cambiar de
opinión después. Incluso si calculaste mal y “una papa frita más estaría bien”, lo siento, no puedes
ceder. ¡La próxima vez haz tu estimación calculando una papa frita más! Pero ahora, no hay vuelta
atrás, porque tu juicio está nublado. Nos confundimos por cómo nos sentimos durante la actividad, a
expensas del sentimiento que tendremos después de ella. Por lo tanto, establece un límite firme con
anterioridad y apégate a él. Ya que de no ser así, podrías terminar yendo más allá de los límites y
podrías arrepentirte.

Haz que valga la pena tu inversión

Antes de disfrutar de algún placer en particular, pregúntate a ti mismo: “¿Qué pretendo obtener de
esto?”. Luego, durante la actividad, pregúntate: “¿Estoy obteniendo el placer que pretendía?”. No
asumas que estás obteniendo placer. Presta atención. ¿Lo estás obteniendo? Si la respuesta es no,
no seas indulgente. Toma una decisión consciente.

Disfruta de tu comida. Haz que valga la pena tu inversión. Pero si no te gustó, no obtendrás más de
ella por comértela, ¿o sí? “¡Pero ya pagué por ella, debo comerla!”. Te dará dolor de estómago.
“¡Pero ya pagué por ella!”. ¡No! Pagaste por placer. No te deprimas por ello. No seas un zombi. Al
principio estabas interesado. Ahora estás atrapado en ello, obsesionado. “Mira, pagué mucho dinero
por esto”. No te fuerces a ti mismo. Es una mala inversión. Si no te dará placer, ¡entonces arrójalo al
tacho de la basura!

Esto no sólo aplica a comer, sino que a cualquier forma de estimulación sensorial, tal como ir a ver
una película o un partido de fútbol. Debes saber cuándo es suficiente, y no perder tiempo preciado
en ello.

Sé consciente desde el punto de vista energético. No desperdicies tu tiempo. Si no estás


transformando ese helado en energía para vivir, entonces es un desperdicio. “¿Qué está haciendo
este placer por mí? ¿Lo estoy utilizando con desgano, o para energizarme para avanzar y lograr
cosas?”. Si te da energías renovadas, entonces está bien. Si no, no lo está.

Monitoréate a ti mismo: ¿Qué quieres obtener de estas papas fritas? Un sentimiento de haber
probado algo sabroso. ¿Basta una papa frita para eso? La probaste. No, quiero que me quite el
hambre; quiero que sea llenador y sabroso. Entonces, ¿cuántas hacen falta para eso?

¿Puedes ver cómo esto es un ejercicio de auto-conocimiento?

Rompe el hábito

El mimarse materialmente puede ser utilizado como un escape. “Me subí a la balanza y me di cuenta
que peso demasiado. Voy a ir al refrigerador y tomaré una gran tajada de torta de chocolate para
sentirme mejor”.
No utilices el placer como un escape a los problemas. ¿Por qué lo estás haciendo? ¿Para obtener
energía o para escapar de la vida? Escapar es atractivo. Pero quién escapa hoy deberá escapar
también otro día. Si una persona se consuela a sí misma por ser obesa por medio de comer más,
tendrá que comer aún más para consolarse del extra peso que ha ganado. Es un ciclo vicioso.

Debes notar que cualquier hábito —sin importar cuán desagradable sea o cuán determinado
estés— es difícil de cambiar.

La mejor manera de sobreponerse a un mal hábito es ser feliz y estar absorto en la vida. Las
personas que no tienen una dirección clara en la vida, son más propensas a tener baja autoestima y
a buscar maneras de “mimarse” a sí mismas. Pero si tienes algo importante que lograr, verás que te
es más fácil deshacerte de los malos hábitos. Cuando tu energía y vitalidad están en la potencia
máxima, tu deseo de lograr cosas también lo está.

Haz un plan. Desarrolla una estrategia de crecimiento que sea acorde con lo que pretendes lograr, y
luego sube la vara un poco más alto.

Una manera de romper un mal hábito es conseguir un “nudnik” amistoso. Por ejemplo, si estás
tratando de apegarte a una dieta, pídele a un amigo que te indique cada vez que saques mucho
pastel o que tomes un bocadillo entre comidas.

Incluso puedes establecer un sistema de multas. Dile al nudnik: “Si me ves comiendo caramelos, te
pagaré 50 dólares”. A un costo de 50 dólares por bocadillo, romperás tu mal hábito antes de romper
tu cuenta de banco.

¿Por qué el placer físico es un camino a la sabiduría?

 Desperdiciar cualquier cosa en la vida es tonto: desperdiciar placer es absurdo.


 El cuerpo es para el alma lo que el automóvil es para el conductor. Mantén al cuerpo
sintiéndose bien para que el alma pueda enfrentar la vida.
 Vivimos en un “mundo de placer”. Asegúrate de obtener los placeres verdaderos y duraderos.
 Cuídate de no utilizar los placeres como una forma de escapar de la vida.
 Mimarse en demasía atenta contra tu auto-respeto.
 Para obtener el máximo placer de la vida, debes estar lleno de vitalidad y propósito.
 Saborea tus placeres como un gourmet.
 Transforma tus placeres en energía para vivir.
 Cuando tomas una taza de café, te sientes bien. Ahora, ¿cómo aplicarás esa nueva ráfaga de
energía?
 Para maximizar cualquier experiencia física, debes asegurarte de entender su “significado”
subyacente.
 No te retires de la vida, elévala.
 La sabiduría es un sabor delicioso. Transforma la energía de un buen helado en sabiduría.
 No te pierdas en un paquete de papas fritas.

Camino #19: Despierta y vive


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Minimiza el sueño, porque en un sentido más profundo, ¡hay que despertar a la vida!

Tienes que despertar a tu compañero de cuarto a las 7 a.m. Él te dice gruñendo: "Gracias, ya estoy
despierto". Regresas cinco minutos más tarde y lo encuentras nuevamente durmiendo. Lo mueves
otra vez: “¡Levántate!”. Él abre un poco los ojos y te dice: "Ya voy, ya voy", y se vuelve a dormir.
¿Te ha pasado esto alguna vez? Desafortunadamente, esta es una descripción bastante precisa de
cómo guían sus vidas muchas personas. Uno puede decir: “No puedo perder más tiempo. Hasta aquí
llegué. Voy a empezar a ser más estricto conmigo mismo”, y una hora más tarde olvidarse de todo el
asunto y volver a dormir.

El Camino #19 es Bemiut Sheiná, que significa literalmente 'minimizando el sueño'. El deseo por vivir
es la lucha en contra del sueño. En un nivel más profundo, significa despertar a la vida.

Mantenernos alerta es una lucha constante. Entendemos una idea. Tomamos resoluciones. Pero,
¿podemos estar constantemente inspirados?

El propósito de dormir

Obviamente dormir tiene un aspecto positivo: ¡Nuestros cuerpos necesitan dormir para funcionar! El
sueño te da la oportunidad de recuperar energías. Te quita la tensión y te ayuda a estar bien, tanto
física como emocionalmente.

Sin embargo, nunca debes considerar el dormir como un fin en sí mismo. No veas el hecho de dormir
como una recompensa por un día difícil de trabajo. Debes ver el dormir como la forma de recargar
tus baterías para un nuevo día de crecimiento.

No duermas más de lo necesario y no “ames dormir”. Lucha contra el deseo de comodidad. Si te


gusta dormir, vas a añorar dormir cada ves más y al final se te va a ir la vida durmiendo.

La mejor forma de aprovechar los poderes recuperativos del sueño es tomando siestas. Cuando
estés cansado, duerme una siesta de 20 minutos. Si duermes más que eso, va a ser una lucha
volver a recobrar el impulso.

Encuentra el equilibrio adecuado. En general, duerme tan poco como sea necesario. Minimiza el
sueño y maximiza tu conciencia.

La emoción de vivir

Dormir puede ser una ilusión. La prueba es que cuando estás lleno de excitación y energía,
simplemente no puedes dormir. ¿Alguna vez te despertaste a las 4 de la mañana para escalar una
montaña antes del amanecer? No estabas dormido. Estabas despierto y lleno de excitación,
frescura, ¡fantástico!

Si tu vida es aburrida, entonces tienes más ganas de dormir. Alguien que ama la vida no quiere irse
a dormir en la noche, sino que simplemente sigue haciendo cosas hasta que se queda dormido, y
luego se levanta al día siguiente como un león.

Los niños son el ejemplo perfecto. Desde el momento en que un bebé abre los ojos, se levanta como
una bala. “Otro día... nuevas aventuras... nuevas cosas que descubrir... ¡Waaaah! ¡Sáquenme de mi
cuna!”.

¿Alguna vez has tratado de poner un bebé a dormir? De ninguna manera, tiene miedo de perderse
toda la emoción.

Para captar este entusiasmo de vivir, necesitas enfocarte en el sentido más profundo de la
existencia. Busca actividades fascinantes y significativas. Aprende a vivir con alegría, en vez de
esperar simplemente a que “ocurra”. Cuando estés excitado y esperando con ansias un nuevo día,
entonces estarás realmente alerta.

¿Por qué los adultos ansían dormir? Sentimos el peso de las obligaciones. Queremos meternos en
nuestra cama y escondernos bajo nuestras sábanas para tener un poco de tranquilidad.

Más allá de todo, ¿crees realmente que es bueno estar vivo? ¿O simplemente estás tratando de
esquivar los problemas? Si estar vivo es bueno, entonces dormir es un escape.

¿Cuánto necesitas dormir?

Acomoda la cantidad de sueño a tu itinerario; no hagas tu itinerario en base a tu necesidad de sueño.


Calcula lógicamente cuánto necesitas dormir para funcionar adecuadamente. ¿Estás durmiendo más
de lo que necesitas? Mantén una bitácora de tus patrones de sueño por un mes y calcula el
promedio. Si no decides conscientemente cuánto tiempo necesitas, entonces estás simplemente
dormitando por la vida.

Estar dormitando por la vida no es estar vivo. Te priva de la existencia.

Maimónides escribe que ocho horas es lo máximo que una persona debe dormir, a menos que esté
enferma. Si te entrenas para dormir menos, mucho mejor.

Vas a tener más tiempo para lograr cosas, leer y hacerte más sabio. El Gaón de Vilna, el rabino más
importante de los últimos 500 años, dormía sólo cuatro intervalos de 30 minutos cada día, un total de
dos horas de sueño en cada período de 24 horas.

Napoleón solía dormir tan sólo 4 horas por noche. Él decía: “Cada momento que estoy despierto
puedo disfrutar de la gloria de ser el rey. Pero cuando estoy durmiendo, pierdo la experiencia. ¡Qué
lástima perdérsela!”.

No tengas miedo de dormir "menos de lo normal". Una persona puede estar en la cumbre de su
condición física con una mínima cantidad de sueño. Los soldados están a veces en un régimen de
dos o tres horas de sueño por noche. Ellos no dicen: “Estoy delirando... mis huesos se están
disolviendo... me estoy volviendo loco”. Y cuando acaban el entrenamiento militar, ¡están en una
excelente forma física!

Técnicas para dormir menos

Hay muchas técnicas para mantenerte despierto. Ponte de pie en lugar de estar sentado, o pon tus
pies en agua fría o sobre el suelo frío. Mi padre sólo dormía una vez a la semana en la cama, el
viernes por la noche.

En los tiempos del Templo Sagrado de Jerusalem, el Sumo Sacerdote se mantenía despierto toda la
noche de Iom Kipur por medio de hacer flexiones. El ejercicio, de cualquier tipo, mantiene tu cuerpo y
mente energizados.

Presiónate para dormir menos. No tengas miedo. No te morirás. ¿Qué es lo peor que puede pasar?
¡Si estás cansado te quedarás dormido!

Temprano por la mañana, trata de animar a tu cuerpo para que salga de la cama: “Vamos...
¡levántate! De otra manera nos perderemos la fantástica experiencia de [rellena el espacio]”.
Un cuerpo que está cómodo tiene problemas para levantarse de la cama. El arrancar las sábanas
hará que te levantes inmediatamente. Algunas personas eligen incluso dormir en el piso, pues una
persona no se aferra a un piso duro de la misma forma que a una cama.

Cada mañana cuando te levantes, vuelve a pensar, analiza y reevalúa lo que pasó ayer. Aprende de
tus errores. Anticipa un comienzo fresco. Vas a estar más excitado de estar despierto.

El segundo aire

¿Alguna vez estuviste involucrado en un proyecto tan absorbente que te tuviste que quedar despierto
toda la noche? A pesar de que te comenzaste a sentir cansado, te forzaste para seguir adelante.
Eventualmente, obtuviste un segundo aire, un nuevo despertar, un punto en el que tu mente se
volvió clara, fresca y alerta nuevamente.

El segundo aire viene sólo cuando uno está involucrado profundamente en una actividad. Cuando yo
era estudiante, nos desafiábamos los unos a los otros a quedarnos despiertos toda la noche del
jueves estudiando. Trata de comprometerte con una actividad como esa. Es una zona de prueba
para ver cómo luchar contra el sueño.

Evita la "vida zombi"

La lucha contra la somnolencia y la fatiga es la lucha por la búsqueda de sentido. Puedes vivir toda
una vida y al mismo tiempo no estar consciente de buena parte del mundo que te rodea. No
camines, hables o comas como una persona semi-consciente. Pon atención a lo que estás haciendo
en todo momento.

Ten cuidado de vivir como un zombi. No camines con “nada” en tu cabeza. Algunas veces estás
esperando en la línea del supermercado y tu cabeza está completamente muerta, sin ningún
pensamiento en tu mente. Agita tu cabeza para mantenerte despierto. Dite a ti mismo: ¿Qué estoy
haciendo? ¿A dónde estoy yendo? ¿Por qué estoy yendo hacia allá?

En el judaísmo, nuestra motivación básica es obtener claridad. “Despierta” al propósito de tu vida.


Deja las ilusiones sobre la fama, romances, etc. Evita recibir un balde de agua fría cuando te
gradúes de la universidad y te des cuenta de que no todos se convierten automáticamente en
ejecutivos exitosos.

Quieres grandeza. Quieres ser bueno. Quieres ayudar a la humanidad. ¿Qué harás al respecto?
Enfrenta los asuntos importantes y obtén respuestas verdaderas. Pregúntate: “¿Para qué vivo y qué
quiero hacer por el resto de mi vida?”.

No pienses sólo sobre mañana o el año siguiente, sino que debes hacer una predicción a largo
plazo: ¿Qué quiero que inscriban en mi tumba? ¿Que me gradué de la universidad, gané un millón
de dólares y que era dueño de una casa grande? ¿O que ayudé y me preocupé por la humanidad?

Date cuenta del placer de estar vivo. Si tus ideales son elevados y difíciles de alcanzar no querrás
dormir. No querrás abandonar este juego de vivir. Tú quieres ser grande. Reconoce eso. Claro, vivir
es una lucha. ¡Pero es sumamente excitante!

Puedes cambiar
Todos tenemos momentos de conciencia, un reconocimiento inmediato en el que decimos
"¡Ahaaaaa!". Escuchas algo que te hace sentido. Ves un destello de luz - una idea, una verdad, un
momento en el cuál reconoces que la vida puede ser bella. Este es el placer de estudiar sabiduría.
Se enciende una luz y, al menos en lo que respecta a esa idea en particular, habías estado dormido
hasta ahora. Es una excitante sensación de despertar.

Sin embargo, podemos tener aquellos momentos de claridad... y después volver a dormir. Es posible
que termines de leer esto y digas: “Sí, es un buen punto. Debería pensar esto y hacer un plan.
Después de todo una conciencia más amplia en la vida es algo que me interesa”.

Estos pensamientos están pasando por tu mente. Pero unos minutos más tarde, estás de nuevo
dormido. ¿Verdad?

Cuando tengas un momento de claridad, captúralo. Como cuando estabas conduciendo y te sentías
somnoliento. Te quedaste dormido por un momento y te desviaste del camino. Te despertaste.
Recuerdas el golpe de adrenalina. No vas a dejar que vuelva a pasar.

Cuando tengas un momento de claridad, toma inmediatamente una decisión. Decide que puedes
cambiar, que las cosas pueden ser diferentes.

El término judío para describir un despertar espiritual es "teshuvá", que significa regresar al camino
correcto. Ve el daño que tus errores han causado, y considera lo que has perdido como resultado.

No importa qué tan viejo seas, puedes cambiar. Puedes encontrar la verdad y actuar en base a ella.

Reconoce que despertar es tu batalla. ¡Ahora ve a luchar y obtén la victoria!

¿Por qué despertar es un camino a la sabiduría?

 La lucha por la vida es la lucha por estar despierto.


 Decide que la vida es buena. Si no, te quedarás dormido.
 Obtén el máximo de tu cuerpo. ¡Pero sin torturarlo!
 No desaproveches los placeres y las oportunidades de la vida por dormir demasiado.
 Cuidado con vivir como zombi. No camines sin pensamientos en la cabeza.
 Dormir demasiado debilita la mente.
 El cansancio es un hábito, rómpelo.
 A menos que hagamos cosas prácticas para mantenernos despiertos, el sueño nos vencerá.
 Cuando aprendas algo nuevo, date cuenta que antes estabas parcialmente dormido.
 Si aprendes a vivir con alegría, el sueño desaparecerá.
 ¿Qué quieres que esté escrito en tu lápida?

Camino #20: El arte de la conversación


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Hoy en día la gente está más ocupada que nunca. Tener una conversación es cada vez menos
frecuente... ¿Aló? ¿Alguien me está escuchando?

Jorge va caminando por un callejón oscuro, cuando de repente salta frente a él un hombre con
una pistola.

"¡No dispares!", suplica Jorge. "Te entregaré todo mi dinero".


"No quiero tu dinero", dice el hombre con la pistola. "Toda mi vida he querido que alguien se
siente a platicar conmigo. Ahora voy a hacer que me escuches durante una hora".

Esta historia refleja un aspecto muy penoso de la condición humana. Hoy en día, la gente está más
ocupada que nunca, trabajando, viajando, comprando. Pero al final, el tiempo de conversación está
disminuyendo. ¿Quién tiene tiempo para hablar?

Reflexionas. Quieres que la gente te entienda. Pero... ¿acaso hay alguien escuchándote?

El Camino #20 es Bemiut sijá, que significa literalmente 'minimiza la conversación'. En otras
palabras, es utilizar la conversación de manera efectiva. La conversación es nuestra herramienta
para estar en contacto con otros seres humanos. Si no nos comunicamos, estamos solos.

Construyendo relaciones

La Torá dice que Dios creó al hombre como un "ente hablante" (ver Targum Onkelos, Génesis 2:7).
El habla es, consecuentemente, lo que diferencia a los seres humanos de las demás criaturas. La
gente suele centrarse en sí misma y cerrarse. La conversación es una manera de salir de esta
absorción.

Muchas amistades nunca traspasan el nivel superficial. Es posible hablar infinitamente sobre recetas,
fútbol y moda. Pero eso no es suficiente. Necesitamos gente con la que podamos compartir nuestros
pensamientos más profundos.

Inclusive miembros de una misma familia pueden vivir en un aislamiento comunicativo. Los muebles
de la sala estaban originalmente diseñados para que las personas se vieran unas a otras. Hoy, las
salas están diseñadas para que todos vean televisión. Ves un partido de fútbol y dices mientras
masticas: “Esa fue una buena jugada”. ¿¡Qué conversación puede competir con la magia de la
tecnología!?

Hoy en día, cada uno está en su pequeño rincón luchando consigo mismo. Necesitamos pasar
tiempo con los demás, pero no para ver televisión, sino para estar juntos y comunicarnos. Sin esto te
sofocas en tu propio mundo. Te aíslas en tu propia opinión. Te aíslas en tu propio hogar.

Destina un tiempo específico de tu día para hablar. Programa un periodo de tiempo para hablar con
tu esposa, con tus hijos, con tus padres y con tus amigos. El habla transmite los pensamientos más
profundos del alma. Las palabras que salen del corazón entran al corazón. Una cosa que otra
persona dice puede tocar una cuerda interna en nosotros. Las conversaciones construyen
conexiones fuertes y expanden nuestro mundo. Sin ellas, nos deterioramos emocionalmente y
morimos.

Una gran conversación es una oportunidad para explorar mundos enteros. A diferencia de una
película, este mundo es real, no imaginario. Y la relación resultante es infinitamente más valiosa.

Practica el arte de la conversación

La gente está acostumbrada a “hablar”, pero muy pocos se “comunican” realmente. Hablar es natural
y automático. Pero la comunicación es un arte que debe ser aprendido y practicado.
Empieza cambiando tu actitud. ¿Alguna vez te has sentado por varias horas en un avión? Lees todas
las revistas y ves la película proyectada. No hay nada más que hacer. Trata de hablarle a la persona
que está a tu lado.

Tienes que preparar el ambiente. Empieza diciendo: “Hola”. Después pregunta algo simple, no hagas
preguntas amenazantes. "¿De dónde eres? ¿Cuál es tu nombre?". Sólo estás intercambiando
credenciales. Sin daño. Sin armas.

Sí, es difícil, porque no sabes adónde se dirigirá la conversación. Pero, ¿de qué te preocupas?
¿Acaso se levantará y anunciará a todos los pasajeros: “¡Hey, atención, estoy sentado al lado de una
persona aburrida!”?

Es una lástima sentarse silenciosamente durante todo el vuelo y después “accidentalmente” iniciar
una conversación fascinante justo antes del aterrizaje.

No tengas miedo a que te rechacen o a no tener nada inteligente que decir. No te vas a morir. Vas a
aprender cómo hacerlo. Las buenas conversaciones deben ser cultivadas y producidas. ¿Te hace
sentido?

No confundas “discusión” con “conversación”

Una “discusión” es una cuestión de bien y mal, un intercambio cerebral de hechos concretos y
opiniones.

Una "conversación" es una exploración personal de otra persona. El punto de la conversación no es


impresionar a otros o engrandecer tu popularidad, sino aprender de otros.

Este es nuestro error más común. Cuando hablas con la persona en el avión, no le digas al final del
viaje cuántos trofeos has ganado y cuánto dinero has ganado en la bolsa de comercio. Tampoco
preguntes acerca de quién ganó el partido de fútbol o del precio del dólar. Eso no es una
conversación, eso es el mesón de informaciones.

El punto de la conversación es conectarte con alguien y explorar sus experiencias, pensamientos,


sentimientos y apreciaciones internas. ¿Qué opina de la vida, del amor, del sentido de la creación?
Por ejemplo, mientras que una “discusión” se podría enfocar en la pregunta: "¿El presidente está
lidiando efectivamente con la economía?", en una “conversación” preguntarías: “¿Cómo te está
afectando la situación económica personalmente?”.

Intenta traer el tema a una realidad más emocional. Pregúntale a la otra persona cómo está lidiando
con las cosas que le molestan. Tal como cuando hablas con tu esposa/o después de un largo día, la
conversación debe ser: “¿Cómo te sientes? ¿Qué te molestó en el día? ¿Qué te dio alegría?”.

Si experimentas dificultad para hacer que el otro hable, construye confianza hablando sobre tus
propias experiencias y sentimientos. No seas el “señor sabelotodo”. Cuando presentes una idea, di:
“Llegar a un equilibrio entre la familia y la carrera ha sido difícil para mí. Veo la situación de esta
forma. Me gustaría realmente conocer tu experiencia y cómo te sientes al respecto”. Al informarle al
otro acerca de tu reacción ante una situación, el otro también sentirá deseos de informarte acerca de
su reacción.

El fascinante mundo de un ser humano


¿Cómo mantienes una conversación interesante? Manteniéndote fascinado. Si tienes una curiosidad
apasionada sobre la vida y el ser humano, serás un excelente conversador. La gente te hablará
libremente porque tu interés los atraerá como un imán.

Si encuentras que tener “fascinación” no es fácil para ti, haz un análisis interno. Intenta averiguar por
qué. Generalmente el problema es la indiferencia, es decir, “¿por qué debería importarme esta
persona?”.

Para enfocarte, toma conciencia de que todo ser humano es un misterio increíble, creado a imagen y
semejanza de Dios. Puede que cometamos errores, pero cada persona es única y sagrada, llena de
ideas, experiencias y una sabiduría especial.

No te confundas. La mayoría de la gente no revela inmediatamente lo que es especialmente


interesante y significativo en ellos.

Para descubrir a la maravillosa persona que hay detrás de la fachada, intenta entrevistarlos como un
periodista que persigue una historia importante. “¡Wow! ¿Eres de Panamá? ¿¡Cómo te arreglas con
el calor!?”.

Todos quieren llegar a conocerse a sí mismos, pero la introspección es demasiado dolorosa.


Entonces, cuando haces preguntas, estás en realidad ayudando a la otra persona a que se conozca
a sí misma. Imagina que alguien te preguntara: “¿Qué opinas de la vida? ¿Es bella? ¿Es aburrida?
¿Es una lucha?”. La conversación provoca que veas dentro de ti, que te examines y que trabajes en
tu descubrimiento personal. Las mismas preguntas que te gustaría que te hiciesen, ¡pregúntaselas a
otra persona!

Especialmente cuando estés planeando un paso importante en tu vida —como matrimonio, carrera
profesional, espiritualidad— utiliza la conversación como una herramienta. Entrevista a los demás:
¿Cómo fue tu experiencia? ¿Fue interesante? ¿Cuáles son los problemas? ¿Qué es lo placentero?
¿Cómo te sobrepones a tus temores? ¿Qué ganaste? ¿Cuáles son las alternativas disponibles?

Cuando estás fascinado, la gente comienza a hablar sin parar. Explora la vida. ¿Te das cuenta que
ésta es una herramienta para la vida? ¡Es ridículo no utilizarla!

¿Cuál es tu nombre?

La manera principal de conectarte con la singularidad de alguien es aprender acerca de su nombre.


Un nombre es un aspecto intrínseco de la identidad humana. Al utilizar su nombre, estableces una
conexión y comunicas interés sobre quién es la otra persona. No puedes tener una buena
conversación con alguien que te es indiferente.

Un ser humano es real sólo cuando sabes su nombre. Frecuentemente nos olvidamos del nombre de
alguien y después le hablamos sin identidad. Nos sentimos incómodos. El ambiente no está bien y
arruina toda la conversación.

¿Tiendes a olvidar nombres? La clave es prestar atención al comienzo, y repetir el nombre para ti
mismo unas cuentas veces. Una técnica para la memoria es hacer una asociación mental. Por
ejemplo, si el nombre de la persona es David Naranjo, imagínate al Rey David vistiendo un traje color
naranja. (Entre más extraña la imagen, más fácil será recordarla).
Aprende a escuchar bien

Un buen amigo es alguien que sabe escuchar.

La Torá dice: “No endurezcas tu corazón o cierres tu mano” (Deuteronomio 15:7). “Cerrar tu mano”
se refiere a ser avaro monetariamente, mientras que “endurecer tu corazón” se refiere a ser avaro
emocionalmente. No subestimes el valor que esto tiene. Escuchar pacientemente a alguien que te
cuenta sus problemas vale más que darle dinero.

En una conversación, nunca interrumpas. No anticipes ansiosamente el final del enunciado para dar
tu opinión. Si alguien dice una idea con la cuál estás en desacuerdo, muérdete la lengua y sigue
escuchando. Una respuesta abrupta probablemente va a poner a la otra persona en una posición
defensiva, ya sea enojándose o interrumpiendo la conversación completamente. Sólo cálmate y
presta atención. No comiences a mirar hacia los lados. No pienses en otras cosas. Presta atención.

Pregunta los puntos que no entiendes. Trata de entender realmente. Construye una atmósfera de
confianza que te posibilitará expresar tu opinión más tarde.

No pelees con la gente. No critiques. No crees una confrontación. Comparte sentimientos. Eso es
conversación.

Emite constantemente señales de que estás escuchando para demostrar interés. Utiliza el contacto
visual o un gesto de reconocimiento. Utiliza palabras simples de retroalimentación como por ejemplo:
“Sí, interesante”, o “Eso debe haber sido increíble”. Una persona que sabe conversar puede decir
unas cuantas palabras… y construir una relación sumamente fuerte.

Haz que tus palabras cuenten

A veces nos aburrimos de vivir. Entonces hacemos una llamada y charlamos para pasar el rato.

No utilices la conversación como un escape de la realidad. Es una pérdida de energía y de palabras.


Cuando acabe la conversación, te sentirás vacío.

Haz que cada palabra cuente. Considera tus palabras como joyas preciosas, que deben ser
utilizadas con moderación. Habla con precisión, con claridad y propósito. Piensa antes de hablar.
Asegúrate de decir lo que querías decir, y de hacerlo de la mejor manera posible. Limita tus
palabras. Conecta tus palabras con tu mente en lugar de dejar que tu lengua hable sola.

El habla innecesaria entorpece tu mente. Un uso eficiente de las palabras hace que estés en control
de tu mente.

Hay un dicho antiguo que dice: “La gente pequeña habla sobre otra gente. La gente mediana habla
sobre lugares y cosas. La gente grande habla sobre ideas”. Las palabras que escoges determinan el
tipo de persona que serás.

No hables si no tienes un propósito. En cualquier conversación, pregúntate: “¿Tiene algún propósito


esta conversación? ¿Estoy aprendiendo algo sobre la vida? ¿Estoy creciendo? ¿Estamos
estableciendo un contacto?”. Si no puedes identificar un propósito, probablemente es porque no lo
hay.
Existe una antigua tradición judía llamada taanit dibur, un 'ayuno de palabras'. Cuando la gente se
encuentra a sí misma hablando demasiado, se abstienen de toda conversación fuera del estudio de
Torá. De la misma manera, en la sinagoga no debe haber diálogos externos, sólo tú y Dios.

Trata de experimentar no hablar durante una hora. Es un sano ejercicio de control personal, te
ayudará a enfocarte en tu “yo” interno. No te preocupes, la gente pensará que tienes laringitis.

Evita hablar mal

La Torá dice que Dios utilizó la palabra para crear el mundo. ("Y Dios dijo: Que haya luz").

De la misma manera, para nosotros el lenguaje es una herramienta de creación; a través del
lenguaje podemos construir el mundo. Una palabra de aliento le dará confianza a los demás. Hacer
que alguien se sienta importante es decirle: “Tu existencia es necesaria”. Esto da vida y reafirma el
deseo de vivir.

Por otro lado, el habla también puede ser utilizada para destruir. Palabras como: “No vales nada, eso
es terrible”, acaban con la autoestima de una persona. El famoso dicho “Palos y piedras pueden
quebrar mis huesos, pero las palabras nunca me dañarán” es una mentira.

¿Alguna vez te has encontrado en la mitad de un chisme o de un chiste de mal gusto? Es insidioso.
De repente te encuentras atrapado en una discusión que ha dado un giro para mal.

Nunca digas nada negativo o derogatorio sobre otra persona, inclusive si es verdad. El chisme causa
conflicto y destruye relaciones, familias e incluso comunidades enteras. Como dijo el Rey Salomón.
“La vida y la muerte están en manos de la lengua” (Proverbios 18:21).

Aprende a cambiar de tema. Monitorea la conversación, y cuando te des cuenta que se está
desviando del tema, hazla regresar de manera sutil.

Si esto no funciona, salte de la conversación. Ten frases simpáticas listas para utilizar en cualquier
minuto. Obviamente nunca debes avergonzar al otro… ¡pero tampoco puedes quedarte ahí y verte
involucrado en eso!

¿Por qué el arte de la conversación es un camino a la sabiduría?

 Fascínate con los seres humanos y serás un excelente conversador.


 Los seres humanos tienen sabiduría. Ayúdalos a compartirla.
 El habla negativa te convertirá en una persona negativa.
 Utiliza las palabras sabiamente. El habla es uno de los regalos más grandes que tenemos.
 Mantén una conversación, no una confrontación.
 La conversación es una herramienta de creación; nos saca del aislamiento, construye
conexiones y expande nuestro mundo.
 Satisfacer tus necesidades depende de cuán bien comuniques tus necesidades a los demás.

Camino #21: La risa es cosa seria


por Rav Noaj Weinberg zt"l
La risa es una profunda emoción espiritual. Aprende la dinámica de la risa y utilízala
sabiamente.
La lista de comediantes judíos es muy extensa. El Talmud dice que inclusive cuando el gran sabio
Rav dictaba clases a miles de estudiantes acerca de temas serios de Torá, siempre empezaba con
un chiste. ¿Por qué?

Los chistes tienen el poder de atrapar nuestra atención y enfocar nuestra mente. La risa puede
sacarnos de la melancolía, poner las cosas nuevamente en perspectiva y proveer el escenario
apropiado para sacar el máximo provecho de la vida.

He aquí uno de mis chistes favoritos:

Un hombre va viajando en su motocicleta por la montaña cuando de pronto pierde el control y


cae por el precipicio. Mientras va cayendo, grita desesperado: "¡Dios! ¡Por favor haz un milagro!
¡Sálvame!".

Después de un instante, su camisa se engancha milagrosamente en una rama que sobresalía


de un árbol y queda colgado a miles de metros del suelo.

No hay manera de salir de allí, por lo que el hombre mira hacia al cielo nuevamente y grita:
"¡Dios, por favor ayúdame!".

"¿Confías en Mí, hijo mío?", dice la voz del cielo.

"Sí Dios, confío en Ti. Sólo sálvame".

"Está bien”, le dice Dios. "¡Suéltate de la rama y Yo te agarraré!".

El hombre lo piensa por un momento, mira a su alrededor y grita de nuevo: "¡¿Hay alguien más
que pueda ayudarme?!".

El Camino #21 es Bemiut tzjok, que literalmente significa ‘minimizar la risa’. Debes entender la
dinámica de la risa y utilizarla sabiamente. La risa es una espada de doble filo. Cuando la utilizas
inapropiadamente —por ejemplo, insultando o burlándote de alguien— la risa puede ser destructiva.

Necesitamos definir nuestros términos: ¿Por qué nos reímos?

La risa surge cuando ocurre lo inesperado. Si un niño pequeño se pone los zapatos de su padre, nos
reímos. Si al presidente se le olvida lo que tiene que decir en su discurso, nos reímos. Cuando dos
elementos contrarios se yuxtaponen, la sorpresa repentina nos agarra desprevenidos. Y cuanto más
inesperado, más chistoso es.

La risa es una parte integral de nuestra salud emocional. No tienes que ver la TV para quitarte la
tensión. Sólo necesitas recordar un buen chiste o tener sentido del humor para ver lo absurdo en la
vida diaria y... ¡listo! Estás sonriendo, y ahora puedes convertir ese positivismo en movimiento,
crecimiento y energía para algo significativo que necesites hacer.

Poniendo la vida en perspectiva

¿Alguna vez has visto a un niño caer, obtener un pequeño raspón y después soltarse a llorar? ¿Qué
tal si vieras al niño y le dijeras: "¡Oh!, ¡creo que tenemos que ir al hospital!?".
El niño se reiría pues reconoce que el raspón es una preocupación muy pequeña como para ir al
hospital.

Tener sentido del humor es una señal de madurez, porque demuestra un sentido de proporción
sobre lo que realmente es importante.

Crecer y madurar es un proceso en el cual aprendemos a ver todos los acontecimientos de la vida
dentro de su contexto. Es parte de la naturaleza humana perder el enfoque e involucrarnos
emocionalmente en nuestras preocupaciones cotidianas. Podemos reírnos diariamente si
reconocemos lo absurdo de una perspectiva retorcida. Alguien que pierde un zapato puede pensar
que su mundo se está cayendo a pedazos, hasta que conoce a una persona sin un pie.

Los niños no tienen un sentido de proporción. Lloran por cosas triviales y guardan rencor por cosas
pequeñas. Un adulto que hace lo mismo está actuando como un niño. "Alguien pisó mi sombra, o
alguien me insultó". Está fuera de proporción.

Trata de reírte de tus complejos y de tus idiosincrasias. Cuando es claro cuán ridícula y absurda es
nuestra situación, somos capaces de reírnos de nosotros mismos.

"Reírte de tus problemas" no significa ignorarlos. Eso sería ser irresponsable. Claro que tienes que
lidiar con la fuente de tu depresión. Pero cuando estás metido en un problema, tratar de analizar las
razones del problema te deprimirá aún más. Si puedes reírte de haber hecho que algo trivial sea
demasiado grande, entonces te habrás alejado lo suficiente de tus problemas; eso te dará la energía
y la perspectiva para lidiar con la verdadera causa.

Cada día debe ser algo nuevo. No vengas con nociones preconcebidas. La risa te ayuda a limpiar el
aire. Entonces ríete. Disfruta la vida. No te quedes ahí sintiendo lástima de ti mismo.

Libera la tensión

¿Por qué las niñas de la preparatoria se ríen cuando los niños pasan caminando? ¿O por qué en la
"casa de los sustos" de un parque de diversiones la gente ríe cuando aparecen los fantasmas?

Porque la risa es un desahogo subconsciente de la tensión. La risa te quita la tristeza, la depresión,


la preocupación; todas las formas de tensión.

Utiliza la risa conscientemente para romper la tensión que hay en ti mismo y en otros. En el mundo
moderno, todos están preocupados por la economía, los misiles nucleares, los impuestos, los
despidos. Estas preocupaciones nos han tensionado tanto que mucha gente camina alrededor de
nosotros como bombas de tiempo, listas para explotar.

Ríete para liberar el vapor y para levantar tu ánimo. No te darás cuenta con cuánta tensión caminas
diariamente hasta que hayas experimentado una buena risa para desahogar esa tensión.

Cuando le estés hablando a alguien que está tenso, ríete y cuéntale un chiste. Seguramente alguna
vez te ha pasado que estabas en una terrible discusión con un amigo —con todo tipo de malas
vibraciones y sentimientos— cuando de repente comenzaste a reír. Algo te pareció ridículo. Todos
los malos sentimientos desaparecieron y pudiste ver cuán absurda era toda la pelea.

Utiliza la risa conscientemente. Para disipar el enojo en la mitad de una discusión, empieza a reírte.
Hará que todos se relajen. La risa es una pequeña pero poderosa herramienta.
O si estás nervioso por un examen, ríete y di: "¡Y qué si repruebo! ¡Tal vez romperé el record del
examen con más baja calificación!". Ese tipo de bromas te relajarán y te ayudarán a visualizar que lo
más probable es que sí pases el examen.

Es más, el puro hecho de sentir la risa puede elevar tu espíritu y relajarte. Lleva siempre contigo un
chiste favorito que te haga reír en cualquier momento. Recuerda esa broma y comienza a reírte.
¡Reírte cuando no sientes ganas de hacerlo puede ser en sí mismo muy chistoso!

Ríete de la incoherencia

Cuando nos reímos de algo, ya sea de una idea, de una persona o de una cosa absurda, la
destruimos. Y al igual que cualquier arma poderosa, la risa debe ser dirigida sólo hacia un objetivo
apropiado.

Obviamente es cruel reírse de una persona loca. Pero sí puedes reírte de ideas locas. Por ejemplo,
ríete de la idea de "ser exitoso". Piensa en lo absurdo que es ver a tantas personas perdiendo sus
vidas en la persecución de posesiones materiales, incluso cuando ya hace mucho que no las
necesitan. Ríete del mal y de la idolatría de los valores artificiales. Eso te distanciará de aquellos
valores e impedirá que quedes atrapado en ellos.

Ríete de los celos, trivialidades y peleas. Cuando sea que estés rodeado de incoherencia, ríete y no
caerás en su hechizo.

Ríete de las absurdas formas en que la gente pierde el tiempo. En un largo vuelo, cientos de
personas se sientan con los ojos pegados a una pantalla, viendo una película aburrida por la cual no
pagarían ni un centavo para verla en casa. Pero ya que están atorados en el avión, se quedan
viéndola. ¿No es una manera absurda de perder preciosas horas de vida? En lugar de eso, la
persona podría estudiar, pensar o mantener una conversación productiva.

Analiza tus "objetivos de vida" y toma conciencia del poco tiempo que estás invirtiendo para
alcanzarlos. ¿No es absurdo?

No todas las risas tienen que ser risas felices; sin embargo, todas proveen igualmente perspectiva.
En el mundo existe la cantidad necesaria de comida para alimentar a todos por lo menos durante
una década, y sin embargo, miles de personas pasan hambre. ¿Por qué? Por política y ambición.
¡Es absurdo! El primer paso es reconocerlo. Tenemos que reírnos sólo para reconocer lo absurdo de
la situación, y así podremos tomar acción al respecto.

Cuando veas estás cosas tan ridículas, ríete de ellas para que no quedes atrapado en ellas. Cuando
veas incoherencia a tu alrededor, asegúrate de reírte y te salvarás.

Abusos de la risa

Abusar de la herramienta de la risa es peligroso y destructivo. Aléjate de:

a) Ridiculizar

Ríete "con" la gente, no "de" la gente. Ridiculizar a alguien hiere su alma. Es vergonzoso y lo hace
sentir inútil. "Eres un payaso, no eres nada". Ridiculizar es la manera más terrible de herir a otro ser
humano. La gente siente esto muy profundo.
Entonces, la próxima vez que ocurra algo "chistoso", asegúrate de no dirigir tu risa hacia esa
persona, sino a lo que hizo.

Similarmente, nunca te rías de las preocupaciones de otra persona. Dado que es posible que la
persona no vea las cosas desde tu misma perspectiva, tu sentido de alegría ante sus problemas sólo
empeora las cosas. (A menos que logres que la otra persona también se ría).

b) La risa excesiva

Reír por reír es sólo un escape. Los chistes por sí solos no se comparan a la felicidad, y demasiada
risa otorga un sentimiento artificial de felicidad. Puedes pasarla muy bien en el show de un
comediante, e igualmente sentir un vacío cuando éste termine. Esto es porque pese a que subiste tu
estado de ánimo, dicha alza no era algo real. Y la realidad siempre regresa.

La tontería es también una señal de escape de la realidad de la vida. La vida es cosa seria y la
frivolidad destruye el significado. Es por eso que la risa excesiva y la ligereza fuera de lugar pueden
llevar a un comportamiento inmoral.

c) La risa negativa

Ciertos tipos de risa —como el cinismo, el sarcasmo o la risa nerviosa— revelan un problema
emocional más profundo. Chistes étnicos y sucios son especialmente problemáticos. Ten cuidado de
estas "risas negativas" en ti y en los demás, y distánciate de ellas.

d) Fuera de límites

Hay un dicho antiguo que dice: "Nunca te rías de una madre o de Dios". Esto quiere decir "no seas
irrespetuoso riéndote sobre temas serios".

Nunca te rías del idealismo. Si alguien está dejando a un lado sus deseos materiales para servir las
necesidades de los demás, no digas: "los buenos se quedan atrás", ya que lo único que lograras es
inyectar energía negativa a la sociedad. Esto es algo serio y tú también debes ser serio al respecto.

La risa y Dios

En un nivel más profundo, la risa nos enseña cómo interactúa Dios con el mundo.

El día oficial de la "risa judía" es Purim. Nos disfrazamos con disfraces chistosos y hacemos
actuaciones absurdas, lo cuál es sumamente sorprendente, ¡ya que la historia de Purim es sobre la
aniquilación inminente del pueblo judío!

Pero la historia tomó un vuelco inesperado. Los judíos pasaron de ser el objeto de aniquilación, a ser
los héroes y vencedores. Hamán fue colgado y los judíos fueron rescatados. Fue un milagroso giro
de 180 grados que cambió nuestra historia para siempre. Aquel que piensa que está en peligro y de
pronto descubre que estaba a salvo, se ríe fuertemente al sentirse aliviado. Aquel que piensa que
vive en un mundo hostil y de repente se da cuenta que Dios existe, se ríe fuertemente de alegría.

Los seres humanos vemos el mundo desde una perspectiva finita. Dado que estamos atados al
mundo físico por nuestros cuerpos, estamos forzados a vivir con la ilusión de lo que percibimos.
La risa es una oportunidad de trascender los límites que nos impiden ver a Dios claramente. Incluso
cuando las cosas se ven mal, incluso si estamos sufriendo, sabemos que todo es para bien, pues
hay un Dios benevolente detrás de todo que está manipulando los eventos para nuestro beneficio.

Y esa es la historia del pueblo judío.

El Talmud dice que en los tiempos del Mesías, "entonces, nuestras bocas se llenarán de risa". ¿Por
qué entonces y no ahora? Porque hoy el mundo está acosado por celos, ambición, violencia,
intolerancia y fraude. Sospechamos de nuestros vecinos y somos cínicos con nuestros líderes.
Manipulamos y buscamos sacar ventaja a expensas de los demás. En lugar de cooperar,
competimos.

Pero en la era mesiánica todo se va a voltear. Como dice el profeta: "El venado se acostará con el
león... y los niños pequeños jugaran en el nido de una cobra" (Isaías 11:6). En ese tiempo, cuando
toda la verdad sea revelada, "entonces, nuestras bocas se llenarán de risa".

Si realmente tuviéramos claro que el único poder en el mundo es Dios, no tendríamos tantas
preocupaciones y ansiedad. Si confiáramos en Dios, estaríamos completamente relajados. Entonces,
necesitamos una buena risa para relajarnos, olvidar nuestras ansiedades y romper nuestros
bloqueos. De esta forma, podremos reafirmar nuestra creencia en que el mundo de Dios es bueno y
que todo resultará bien.

¿Por qué la risa es un camino a la sabiduría?

 Utiliza la risa para mantener tus problemas en proporción. Date cuenta de que no son tan
malos como parecen. La vida no es un conjunto de problemas, sino de oportunidades.

 La risa disipa la melancolía, la depresión y el dolor. ¡Utilízala como una manera rápida de
volver a la acción!

 Utiliza la risa de forma consciente y de manera medida.

 La depresión y el sufrimiento limitan nuestra fuerza. La risa te relaja y te da nuevas energías.

 La risa destruye todo lo que se interpone en su camino, para bien y para mal.

 La risa nos conecta con la profunda realidad de la interacción de Dios con el mundo.

Camino #22: Conquistando la frustración


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Es un mundo difícil y debemos ser persistentes. Acepta la frustración como un desafío.
¡Disfrútala!

Imagina que acabas de comprar un auto deportivo y que lo estás utilizando por primera vez. Te
vas acercando al semáforo y ves que cambia a color amarillo, por lo que bajas la velocidad
cuidadosamente y te detienes. De repente, alguien te choca por atrás. Y como si esto fuera
poco, el mismo conductor retrocede y te vuelve a chocar. ¡Ahora estás furioso! ¡Han destrozado
tu precioso y flamante auto deportivo que te costó un año de salario!
Saltas enfadado hacia afuera del auto, listo para saldar cuentas con el tipo que te hizo esto...
cuando de pronto, un tipo enorme de dos metros de alto sale del otro auto.

"Eee... disculpe señor", comienzas a decir, con un tono mucho más bajo que el que
originalmente pensabas utilizar. "Parece que accidentalmente chocó mi auto, ¿está usted bien?
¿Tiene seguro?".

¿Cómo se te fue el enojo tan rápido?

En un nivel intelectual, entendemos que el enojo es contraproducente. Poseemos el poder de


controlar nuestras emociones. No importa cuán exasperante sea una situación, podemos poner el
enojo a un lado y actuar de forma civilizada. Especialmente cuando estamos frente a un mastodonte
de dos metros.

El Camino #22 es Erej hapaim, que significa literalmente ‘amplias fosas nasales’. ¿Te das cuenta de
cómo se ensanchan las fosas nasales de una persona cuando está enojado? Una herramienta para
llevar una vida saludable es conquistar esta frustración.

Una persona enojada actúa como un animal salvaje: deja a un lado toda la moderación, cierra la
puerta con fuerza y grita obscenidades. No evalúa las consecuencias de sus acciones. Se ha dejado
llevar por la frustración.

El primer paso para controlar el enojo es reconocer cuán contraproducente es. Cuando sientas que
la frustración está creciendo y una voz interna te dice: "Vamos a gritarle a esa persona tan fuerte que
se escuche del otro lado del mundo", pregúntate: "¿Qué beneficio tendré? Sólo me avergonzaré a mí
mismo y luego estaré arrepentido de mis acciones".

Si pudiéramos ver un vídeo de nosotros mismos cuando nos enojamos, ¡la humillación nos podría
curar del enojo por el resto de nuestras vidas!

Nunca renuncies a causa de la frustración

¿Alguna vez quisiste aprender una nueva habilidad —como un lenguaje diferente o un instrumento
musical— y al final renunciaste?

"Renunciar" es otra forma de dejarse llevar por la frustración. Debes darte cuenta que vivimos en un
mundo difícil y que tenemos que ser persistentes para poder lograr cosas. Nunca des marcha atrás a
medio camino. Sigue hasta el final.

Piensa en cuántos proyectos empezaste y desechaste porque te frustraste y perdiste la paciencia.


Haz una lista de las cosas que empezaste y desechaste porque parecían muy difíciles. Ahora calcula
la decepción y la pérdida que sufriste por no aceptar la frustración.

¿Cómo reparamos esta falta? Mira la lista de las cosas a las que has renunciado. Escoge una y
decide llevarla a cabo. Y por el resto de tu vida, una vez que decidas realizar algo, nunca renuncies.
(A menos que estés objetivamente seguro de que "no vale la pena"; por ejemplo, si calculaste
equivocadamente la cantidad de esfuerzo requerido en relación al pago final).

Cada noche antes de dormir evalúate: ¿Dónde gane y dónde perdí?


Perder la confianza

Además del resultado obvio de renunciar (es decir, no lograr tu objetivo), existe un terrible efecto
secundario, el hecho de perder la confianza en ti mismo. Si renunciamos una vez, entonces la
próxima vez que planeemos un proyecto, no confiaremos en nuestra habilidad para llevarlo a cabo.

Para darte cuenta de lo destructivo que puede ser este patrón, haz una lista de los proyectos que
alguna vez pensaste, pero que nunca empezaste porque creíste que nunca los podrías lograr. Ve
cuán poca credibilidad tienes a tus propios ojos. Después de unos cuantos fracasos, ¡obviamente
esperas que eso siga pasando!

Cuando una persona deja de creer en sí misma, ha llegado a un callejón sin salida. De ese punto en
adelante, la persona comienza a aceptar la idea de que está bien ser “mediocre”. Y esa es una
actitud autodestructiva.

Toma una decisión: de hoy en adelante, cuando sea que estés considerando un proyecto, te
sentarás y calcularás cuanto tiempo, energía y esfuerzo te exigiría dicho proyecto. Después de eso,
decidirás si vale la pena o no. Si concluyes que sí vale la pena, entonces empezarás con confianza,
y no te permitirás renunciar a menos que ocurra algo fuera de tu control.

Cuando algo se torne difícil y una voz diga: "¡No vale la pena!", debes decirte a ti mismo: "¡Sí vale!".

Al seguir adelante, no sólo conseguirás completar el trabajo, sino que generarás confianza en ti
mismo, lo cual es en sí una razón suficiente para seguir adelante con el proyecto.

Sólo cinco minutos más

La frustración puede surgir al no progresar tan rápido como te habría gustado. En circunstancias
como esa, es importante monitorear tu éxito, inclusive si se trata sólo de incrementos microscópicos.
Lograr algo te ayudará a sentirte bien contigo mismo.

Para evitar renunciar, engáñate a ti mismo: Una maratón de tres horas puede ser casi imposible de
correr, pero 10 tramos de 18 minutos cada uno es más razonable. Divide la meta en objetivos
pequeños y realizables. Después, cuando estés en medio del proyecto y sientas que ya no puedes
seguir, sólo dite a ti mismo: "otros cinco minutos y luego renuncio".

Cuando se acaben los cinco minutos, puedes regatear otros cinco minutos.

La frustración es mucho más fácil de soportar en dosis pequeñas. Si estás luchando con una dieta,
decide que sólo por "hoy" vas a comer avena y jugo de naranja. ¡Mañana vas a darte el lujo de
comer una carne grasosa con papas fritas! Eso te ayudará a convencer a tu cuerpo hasta que logres
tus objetivos.

Nuestros Sabios dijeron en relación a la espiritualidad: "Si trabajas y no tienes éxito, significa que no
has trabajado lo suficiente". Pese a que no existe ninguna garantía en otras áreas, respecto a lo
espiritual sí existe una garantía de éxito. Y saber eso te ayuda a construir confianza.

No importa cuál sea el resultado, cada paso exitoso mejora tu confianza en ti mismo y te mantiene
en el camino hacia el éxito.
La frustración de perder tiempo

La gente dice: "Lo único que quiero hacer es tomarme unas vacaciones y recostarme al sol". Pero,
¿qué ocurre después de unas cuantas horas de estar sentados en la playa, pensando, "Ahh... esto
es vida"? Empiezas a sentirte inquieto e incómodo. Empiezas a pensar en qué cosas constructivas
podrías estar haciendo. Después de dos días en la playa, ¡ya no sabes qué hacer!

La mayor forma de frustración es perder el tiempo. Cuando estás parado en la línea de un banco y
ves cómo estás perdiendo tu día, sientes una frustración inmensa.

Renunciar también es una forma de perder el tiempo. Si invertimos tiempo y esfuerzo en un proyecto
y luego no continuamos hasta completarlo, entonces habremos perdido muchísimo tiempo.

Dios creó la frustración para motivarnos a lograr cosas con nuestra vida.

La vida es un desafío

¿Es razonable asumir que nunca experimentarás frustración y que tu vida será siempre fácil?
¡Obviamente no!

En el libro de Proverbios, el Rey Salomón dice: "La persona justa cae siete veces y luego se levanta.
La persona malvada cae sólo una vez". Vemos que no se define a la persona justa como alguien que
nunca comete un error, sino que por el contrario, la persona que logra obtener grandeza es aquella
que lo intenta una y otra vez. Es aquella que ve la frustración como una molestia pasajera y que por
lo tanto nunca se rinde. De hecho, ¡el caer siete veces puede ser precisamente la forma en la que se
hizo grande!

Tienes que distinguir entre lo que "esperas que pase" y lo que "probablemente pasará". La vida
inevitablemente tiene altos y bajos; momentos de relajación y tiempos de tensión. Cuando aceptes
esta realidad, estarás un paso más cerca de ser capaz de lidiar con la frustración de una forma más
sana.

La próxima vez que surja la frustración, sólo debes recordarte a ti mismo: "¡Así es la vida!".

Toma las cosas con calma

La alegría es una de las herramientas más poderosas para eliminar el enojo y la frustración. Si
estamos tristes, entonces tenemos menos paciencia y tolerancia para todo y para todos.

Ayer, cuando alguien pisó tu pie, probablemente le dijiste: "¡fíjate por donde caminas!". Pero imagina
que hoy te ganas la lotería y que luego alguien pisa tu pie. "No hay problema amigo", le dirías con
una sonrisa. "Qué tengas un buen día".

¿Por qué la diferencia? Sentirte relajado, seguro y elevado mantiene a la frustración y al enojo en
jaque. Además, tu salud física se ve beneficiada; menos úlceras, menos presión sanguínea alta,
etcétera...

¡Pero no esperes hasta ganarte la lotería para hacerlo!


Disfrutando la frustración

Ser capaz de tolerar la frustración es una manera de lidiar con ella. Un nivel más elevado —
generalmente característico de aquellos que llegan a la grandeza— es decidir amar la frustración y
trabajar con ella.

Si piensas en eso, verás que muy dentro de ti realmente "amas la frustración". Imagínate ir a
comprar un rompecabezas de 1000 piezas. Lo llevas a casa, abres la caja y descubres que todas las
piezas están numeradas y en orden. ¡Te pondrías furioso! ¿Por qué? Porque pagaste una buena
cantidad de dinero por una caja de frustración, ¡y te quitaron el desafío!

La vida es como un rompecabezas. Cuando tienes un problema complejo, primero debes tratar de
construir el marco, un sentido general de cómo quieres que esto se resuelva finalmente. Después,
debes ver cómo resolver el puzzle… una pieza a la vez.

En nuestro día a día también obtenemos disfrute de la resolución de frustraciones. Hay muchas
cosas que sólo se pueden lograr por medio de la lucha. Ya sea para dar a luz a un hijo o para tener
éxito en el trabajo, estamos dispuestos a aceptar algunos sufrimientos como un precio que vale la
pena pagar a cambio del placer que obtendremos posteriormente.

En realidad, mientras más grande el desafío, más alto nos podremos elevar al superarlo. Considera
una persona muy enferma cuyo sufrimiento es intolerable. Él puede decidir no dejar que el
sufrimiento le robe más calidad de vida de la necesaria. Puede decidir trabajar con el dolor, en lugar
de trabajar en contra de él. En el instante en que toma la decisión, logra reducir notablemente el
sufrimiento, si no físicamente, al menos emocionalmente.

Creyendo en ti

Hay dos tipos de problemas: Aquellos que sabes que pueden ser resueltos, y aquellos que no estás
seguro si pueden ser resueltos o no.

El primer tipo es obviamente mucho más fácil de manejar. Cuando sabes que puede ser resuelto,
tienes más ganas de luchar en contra de la frustración.

Siempre debes tratar de mover tus problemas a la categoría "conocida" de frustración. Cuando
primero aprendiste a andar en bicicleta, probablemente tenías miedo de caerte y romperte la cabeza.
Pero observaste a tu alrededor y viste a los otros niños que no perdían el equilibrio. Ver a otros
teniendo éxito te da confianza para realizarlo. (¡Si nunca hubieras visto a alguien andar en uniciclo,
pensarías que es totalmente imposible!).

Deshazte de la actitud de "no puedo hacerlo". Eso te derrota y es una excusa para ni siquiera
intentarlo.

La sabiduría es una de las cosas más difíciles de obtener, y por lo tanto está sujeta a muchas
frustraciones. La próxima vez que estés estancado, mira a otros que han tenido éxito. Sabemos que
si ellos pudieron lograrlo, entonces nosotros también podremos. Creer eso es tener la mitad de la
batalla ganada.
Dios provee el desafío

Hay un profundo aspecto metafísico respecto a la frustración: Dios nunca le presenta a una persona
un desafío que no pueda superar. Esto pone efectivamente a cada desafío en la categoría de
"realizable". Al igual que un buen entrenador de atletismo, Dios no va a levantar la vara más alto de
lo que podemos saltar, porque eso nos llevaría directo hacia el fracaso. Y Dios quiere
desesperadamente que tengamos éxito.

Similarmente, para aquellos que creen que Dios le habló a la humanidad en el monte Sinaí, y que le
dio la Torá al pueblo judío, todos los problemas se mueven automáticamente a la categoría
"conocida" de frustración. Si Dios nos dijo que estamos obligados a ayudar a la humanidad, a
trabajar en conjunto y a amarnos los unos a los otros, entonces, eso significa que estas cosas sí son
realizables. Dios no es sádico. Si no pudiese ser realizable, no nos hubiera ordenado hacerlo.

Es por eso que el judaísmo sostiene que el enojo y la frustración son equivalentes a la idolatría.
Porque decir "no puedo hacerlo", es como decir que Dios no está involucrado en nuestras vidas. "No
puedo" significa que no creo que Dios me pueda ayudar. Y eso, es idolatría.

No existen problemas en la vida; sólo oportunidades.

¿Por qué conquistar la frustración es un camino a la sabiduría?

 Los que se rinden nunca ganan, y los ganadores nunca se rinden. Si pierdes tu temperamento
significa que te rindes fácilmente.

 Cuando te rindes a causa de la frustración, pierdes credibilidad y confianza en ti mismo.


Adopta el lema: "Voy a sobreponerme a la frustración".

 La mejor manera de lidiar con la frustración es aceptarla como un desafío, y amarla.

 Enfócate en tu progreso y obtén placer en cada paso del camino, incluso si es tan sólo un
pequeño paso.

 El enojo es llamado idolatría, porque estamos escuchando órdenes del jefe equivocado.

 La vida es difícil y el camino hacia la grandeza está pavimentado con frustración. No puedes
llegar al cielo con patines.

 Cuando sabemos que Dios es quien provee el desafío, entonces sabemos que podemos
lograrlo.

Camino #23: El buen corazón


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Dentro de nosotros hay una lucha interna entre dos inclinaciones opuestas: actuar
correctamente o ser egoístas.

Todos queremos ser buenos, pero no es fácil. Si le preguntas a una persona malvada y a una
persona bondadosa la misma pregunta: "¿Eres una buena persona?", quién crees que diría: "¡Obvio
que soy bueno!" ¿La persona malvada o la persona bondadosa?
La respuesta es, ¡la persona malvada! El malvado puede insultar a su propia madre y aún así pensar
que es bueno. Si le dijeras: "¡Eso es terrible! ¿Cómo puedes hacerle eso?", él probablemente
racionalizaría y te diría: "Tú no entiendes. Ella me pidió que saque la basura. Si saco la basura,
¿quién sabe qué otra cosa me pedirá después?, ¡Esto podría seguir así eternamente!".

El hombre bueno saca la basura. Tú le dices: "¡Veo que eres una buena persona!".

Él te responde: “No, en verdad no soy tan bueno. ¿No te diste cuenta que mientras sacaba la
basura insulté a mi madre?".

"¿Qué estás diciendo? ¡Yo te estaba observando y tú no insultaste a tu madre!".

Él te dice: "Bueno, no la insulté realmente, pero sí me quejé mucho respecto a sacar la basura.
Estaba leyendo un libro muy interesante, y si no mostraba mi disgusto, quién sabe, ¡quizás me
pedirá que lo haga mañana nuevamente!".

¿Ves la diferencia? La persona malvada siempre dice que está en lo correcto. A él no le interesa ser
bueno, y por lo tanto nunca tiene un conflicto interno. Simplemente asume que está en lo correcto.

En contraste, la persona que intenta ser buena sabe lo difícil que es esto. Y siempre está intentando
alcanzar un nivel más alto.

Existe un tercer tipo: el tzadik, la persona completamente justa. Él saca la basura y dice: "Con todo
gusto, mamá. Tú trabajas muy duro en atender nuestras necesidades. ¡Gracias por darme la
oportunidad de expresarte mi aprecio!".

Dos corazones: “lo que quiero” y “lo que deseo”

El Camino #23 es Be lev tov, que significa literalmente ‘con un buen corazón’.

La lucha por hacer el bien deriva de dos inclinaciones opuestas que hay en cada ser humano. Una
persona tiene dos corazones: uno que ama hacer lo correcto, y otro que prefiere ser egoísta. Debes
esforzarte por desarrollar una conciencia respecto a la lucha que ocurre en tu interior. Por ejemplo:

 Quieres utilizar tu tiempo de manera efectiva, pero tienes ganas de no hacer nada.
 Quieres comer sano, pero tienes ganas de comer una torta de chocolate.
 Quieres sabiduría, pero tienes ganas de ver televisión.

Lo que “quieres” es algo permanente. Está enraizado en la realidad. Lo que “tienes ganas” es algo
momentáneo, que le da poca importancia a las consecuencias futuras. Es un escape.

Este es en realidad el conflicto entre cuerpo y alma. Tu alma eterna quiere hacer lo correcto: amar a
la humanidad, buscar justicia, ser altruista, sensible, honorable y responsable. Tu alma lucha por
alcanzar su potencial.

Por otro lado, tu cuerpo, que está destinado a la tumba, busca satisfacciones momentáneas. Se
siente atraído por la comida, la comodidad y la lujuria.

Tú sabes que no es correcto rehusarse a sacar la basura, y tu corazón realmente quiere ser bueno.
Pero tu otro corazón, el corazón del deseo, prefiere quedarse adentro, calentito, leyendo un libro con
comodidad.
Incluso mientras lees esto, tu alma te está diciendo: “Presta atención, ¡esto te ayudará a ser
grandioso!”. Pero tu cuerpo la contradice: “Todo este trabajo duro es demasiado difícil. ¡Estoy bien
como estoy!”.

Ante cada decisión, los dos corazones se enfrentan y crean un dilema. Para triunfar en la batalla
debes enfocarte en tu deseo innato de ser bueno. Hazlo parte de tu modo de pensar y verás un
efecto apreciable a lo largo de tu día. Tomarás decisiones de forma más madura y efectiva.

Distingue entre los dos corazones

Establecer qué corazón te está hablando en determinado momento puede ser muy confuso.

Pregúntale a alguien: “Qué es más importante para ti ¿la felicidad o el dinero?”.

“Preferiría ser feliz. Dame sustento, ropa y un techo, y entonces me dedicaré a la búsqueda de
la felicidad. Después de todo, ¿qué clase de tonto querría ser un millonario miserable?”.

“Ok, dame una semana de tu tiempo y te garantizo que puedo mostrarte cómo ser feliz”.

“Bueno... es una oferta interesante… quizás algún día la considere”.

“Ok, hagamos un trato: si tu nivel de felicidad aumenta después de un mes, te daré un bono de
$10.000 dólares”.

¡Observa como el tipo corre hacia ti!

¿Por qué? ¿Qué es más importante para él, la felicidad o el dinero?

Obviamente la felicidad es más importante. Pero ese es sólo el entendimiento intelectual del alma.
Por otro lado, ¡el cuerpo se distrae con un manojo de billetes!

El deseo corporal confunde nuestro pensamiento. El materialismo puede verse tan atractivo que
podemos ser engañados y comenzar a pensar que eso es lo que queremos realmente.

A menos que hagas el esfuerzo para diferenciar entre lo que quieres y lo que deseas, y para
clarificar qué aspecto está influenciando tus acciones, entonces probablemente perderás
oportunidades valiosas para alcanzar tus metas.

Hazte dos preguntas para aclarar el conflicto: ¿Qué quiero hacer versus qué tengo ganas de
hacer? Lo que quieres hacer es generalmente lo correcto, mientras que lo que tienes ganas de
hacer suele ser la opción más cómoda.

El reloj despertador suena por la mañana. Quieres salir de la cama y comenzar con tu día.
Pero tienes ganas de reprogramar la alarma para diez minutos más y seguir durmiendo. Es un
tira y afloja. ¡Salir de la cama se transforma en un dilema moral!

El ganar o perder va a depender de qué voz sea más fuerte en el momento de la decisión: la voz de
lo que quieres o la voz de lo que tienes ganas.

Una vez que estás al tanto del conflicto y recuerdas que estás luchando, serás capaz de escuchar
más cuidadosamente la voz del buen corazón y de desechar la voz del corazón egoísta.
Definiendo “bueno”

Una definición apropiada de “bueno” es el comienzo para todo lo que haces en la vida. Obviamente
no puedes inventar tu propia definición de “bueno”.

Debes investigar en fuentes confiables y luego analizar cuál describe de mejor manera la condición
humana y la realidad.

En Gaza, la definición de “bueno” podría ser alguien que está dispuesto a atarse una bomba al
cuerpo para detonarla en algún lugar concurrido de Israel.

Una definición constante que tiene el mundo occidental sobre “bueno” es el éxito financiero. La gente
cae en depresión si no son exitosos. “¿Qué está mal conmigo? ¡No puedo conseguir un trabajo
gerencial! Debo estar mal. ¡Necesito un terapeuta!”.

Este sentimiento es el que causa que consumamos de la manera en que lo hacemos. Nuestra
colección de música, vacaciones y autos lujosos son un tercio comodidad y dos tercios estatus.
Queremos mostrar que calzamos con la definición que tiene la sociedad de “bueno”. (Educadamente,
obviamente, de forma que la gente no piense que somos unos bárbaros).

Pregúntate a ti mismo: ¿Estoy definiendo “bueno” en base al segmento de la sociedad de la comida


rápida / alta tecnología / Hollywood? ¿O estoy definiendo “bueno” en base a aquello que tiene un
significado profundo y que hace una contribución valiosa a la humanidad?

Si no nos mantenemos atentos podemos ser ricos y famosos, pero de todas formas podemos estar
atrapados en las drogas y sumidos en la depresión. ¿Por qué la típica imagen de una estrella de cine
es la de alguien que está lleno de disputas legales, que no puede mantener un matrimonio
funcionando y que gasta cientos de horas en el psicoanalista?

La definición básica de “bueno” está errada.

Para el judaísmo, la definición de bueno está en la Torá. La Torá detalla cómo debe actuar una
persona buena con sus amigos, con su familia y con la sociedad como un todo. Bondad es
generosidad, justicia, verdad y lealtad a Dios.

Por lo tanto, debes tener cuidado y buscar la definición correcta. De otra forma, podrías terminar
descubriendo que has perdido 20 años con una mala definición.

Apégate a tu definición

Una vez que encuentres una definición correcta, debes apegarte a ella. El resto de la gente siempre
tratará de cambiar tu definición de “bueno”, especialmente cuando ésta los hace sentir incómodos
respecto a su propio comportamiento. Vas a necesitar mucha convicción para mantenerte apegado a
tu definición incluso si el resto se burla de ti.

¿Por qué alguien jugaría a la ruleta rusa? Por miedo a que se burlen de él, a que lo llamen cobarde.
¿Pero quién es el verdadero cobarde? ¡El que no tiene el coraje para pararse firme frente a quienes
se burlan de él! Al final, en vez de vivir como un cobarde, muere como un cobarde. Es la mayor
ironía: la percepción vence a la realidad.

No dejes de lado lo que ya sabes.


Ser bueno es más importante que la vida misma

Imagina que eres un exitoso cirujano. Eres famoso, rico, tienes una hermosa esposa e hijos
maravillosos. Eres presidente de tu sinagoga, y fuiste recientemente nominado para recibir un
doctorado de una prestigiosa universidad. ¡La vida es grandiosa!

Ahora, vas viajando por el lejano oriente con amigos. Una noche, mientras tus amigos están en
el cine, la policía secreta va a tu dormitorio y dice: “Tus compañeros de viaje han sido
clasificados como peligrosos espías. ¡Dinos dónde están o te mataremos!”.

¿Qué harías?

Obviamente, traicionar a tus amigos es algo terrible. Por otro lado, tú no quieres morir, y nadie se
enteraría de que delataste a tus amigos. Aún puedes ser un exitoso cirujano, tener tu hermosa
familia, ser rico y famoso, ¡e incluso podrías volver a casa a tiempo para tu graduación de la
universidad!

¿Qué harías?

Ahora, compliquemos un poco más el asunto. ¿Qué harías si la policía secreta te pidiera que mates
a 1.000 niños? “Mata a 1.000 niños y podrás volver a tu hermosa vida”. ¿Crees que podrías hacer
eso?

No.

Este escenario revela algo muy profundo sobre todo ser humano: Ser bueno es tan importante que
incluso estaríamos dispuestos a morir por ello. (E incluso si fueses capaz de matar a los 1.000 niños,
probablemente después de eso volverías a casa y te pegarías un tiro).

Si estás dispuesto a sacrificar tu vida por ser “bueno”, entonces probablemente no hay una meta
más alta en la vida que esa.

Entonces, ¡ve allá afuera y vive por ello! Aprovecha aquella fuerza que hay en tu interior. Haz de la
bondad tu meta de vida. Debes estar dispuesto a darlo todo. No le estás haciendo un favor a nadie
con ser bueno, sino que simplemente estás haciendo lo que tu “yo” interno quiere. Cuando haces lo
correcto, siempre saldrás ganando.

Todo ser humano quiere ser grandioso

En realidad, nuestro deseo de ser buenos no es más que la punta del iceberg. La verdad es que
todos nosotros queremos ir más allá del simple hecho de ser buenos, queremos ser “grandiosos”.

Nadie quiere ser una persona promedio. Intenta decir: “Quiero ser mediocre”. ¡Ni siquiera puedes
pronunciar esas palabras! Eso es porque queremos ser grandiosos, y no nos conformamos sólo con
ser buenos.

¿Te gustaría descubrir la cura para el cáncer o eliminar la amenaza nuclear? ¡Obvio! A todos nos
gustaría liberar al mundo de sus problemas y unir a la humanidad en paz y armonía. Ese es el
concepto judío de Mesías. Él unirá al mundo nuevamente.
Una vez le pregunte a una clase: “Díganme honestamente. En sus anhelos más profundos, ¿quién
desea ser el Mesías?”.

Todos levantaron la mano.

Este es un profundo secreto espiritual: El alma, la chispa de divinidad que hay en cada uno de
nosotros, desea unirse con la fuente de toda la vida, Dios todopoderoso. Y es por eso que todo ser
humano, en el fondo de su ser, no estaría satisfecho ni siquiera siendo el Mesías. Nuestras almas
desean ser como Dios mismo.

De hecho, una de las mitzvot de la Torá es ser como Dios, emular sus caminos.

Cada uno de nosotros tiene el potencial de hacer una contribución significativa a la sociedad.
Nuestros sabios nos enseñan que cada persona debería decir: “Todo el mundo fue creado sólo para
mí”. Esto no significa que puedas saquear la propiedad de otros, sino que significa que todo individuo
es responsable por el mundo. Actúa consecuentemente, tú estás aquí para enderezarlo.

Entonces, ¿por qué no aspiramos a eso?

No es porque no queramos cambiar el mundo, sino que el problema es que el esfuerzo parece ser
demasiado grande. Es muchísimo trabajo. Pero eso es lo que realmente buscamos. Por lo tanto, ¡ve
por ello! En el proceso, no sólo te convertirás en alguien bueno, ¡sino que te convertirás en alguien
grandioso!

¿Qué puedo hacer yo al respecto?

Pregúntale a cualquier persona joven:

“¿Cuáles son las probabilidades de que haya una guerra nuclear en los próximos 20 años?”.

Obtendrás una amplia gama de respuestas. Algunos dirán 90%, y otros dirán 20%.

¡De cualquier forma eso es horroroso!

Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?

¿Yo? ¿Qué podría hacer yo al respecto? La Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos,
etc., ¡ellos están a cargo! Yo soy tan sólo una persona”.

Pero yo te pregunto: Si supieras que Dios te está apoyando, ¿que harías?

¡Todo!

Bueno, te tengo buenas noticias: Dios te está apoyando. Dios dice: “Si tú lo intentas, yo te ayudaré.
Quiero que endereces el mundo”. Esa es la misión nacional judía de “tikún olam”, de reparar el
mundo. Si eludimos nuestra responsabilidad, tendremos que rendir cuentas por ello.

No existe rendirse. Tú quieres ser grandioso, tú puedes ser grandioso, y tú tienes que ser grandioso.
Así que ve y hazlo. Aprovecha tu poderoso deseo de alcanzar grandeza. Te está guiando por la vida,
te guste o no.
Haz el esfuerzo apropiado, y Dios seguramente te ayudará a lograrlo.

¿Por qué un buen corazón es un camino a la sabiduría?

 Recuerda diariamente que quieres ser bueno. En general nos distraemos con la rutina y
olvidamos la importancia de esto.

 Debes estar consciente de tu conflicto interno entre lo que realmente "quieres" y los deseos
que se cruzan en el camino.

 Una vez que entiendas el conflicto interno, será mucho más fácil decidir conscientemente.

 Date cuenta que al hacer el bien te estás haciendo un favor a ti mismo. Tú quieres respetarte
a ti mismo más que nada en el mundo.

 Asegúrate de perseguir lo que objetivamente consideras bueno, y no lo que la sociedad te


dice.

 Si quieres ser bueno, entonces debes adquirir sabiduría. La sabiduría te permite reconocer el
"bien" para tomar decisiones correctas.

 Ante cada decisión pregúntate lo siguiente: ¿Qué quiere mi alma? ¿Qué desea mi cuerpo?

 Nunca digas: Ya soy suficientemente bueno. Eso no es verdad.

 Si vale la pena morir por hacer el bien, entonces también vale la pena vivir para hacer el bien.

 Hay una mitzvá de emular a Dios. Eso es lo que todos nosotros deseamos.

Camino #24: La búsqueda de la sabiduría


por Rav Noaj Weinberg zt"l
La sabiduría es lo que te hace avanzar. No te estanques. Busca la sabiduría activamente.

Hay mucho que aprender acerca de la vida. Quizás puedes descubrir todo solo, pero eso es tonto y
consume demasiado tiempo.

Para ser sabio, no basta con toparte ocasionalmente con sabiduría; debes perseguir la sabiduría de
forma activa. Mientras más sabiduría tengas, más vida, placer y significado tendrás. La sabiduría es
el mayor valor. Como dijo el Rey Shlomó: "¡Si deseas la sabiduría como deseas el dinero y los
tesoros enterrados, entonces la encontrarás!".

La gente piensa que no se puede aprender nada afuera de la universidad. Solemos pensar: "¿Qué
sabe una persona promedio de la calle?". Esta actitud es destructiva, porque impide que
aprovechemos mucha de la sabiduría disponible. El solo hecho de que alguien sobreviva día a día y
que se enfrente a los obstáculos de la vida significa que ha recolectado consejos valiosos sobre la
vida.

¿Alguna vez has conocido a alguna persona que se fascine con cada palabra que dice la otra
persona, sin importar con quien esté hablando? ¡Esa es una vida rica! Como dicen nuestros Sabios:
"¿Quién es sabio? Aquel que aprende de todas las personas".
Aceptar consejos de las personas equivocadas, sin embargo, puede ser desastroso. Piensa en
cuánto cuidado tendrías antes de confiar tu dinero a otra persona. ¿No deberías ser aún más
cuidadoso con respecto a aceptar consejos sobre cómo vivir tu vida?

El mundo está lleno de gente sabia. Aprende de ellos.

Analiza cuidadosamente cualquier idea

Tomarse la sabiduría en serio significa apreciar cómo cada gota engrandece tu vida. La gente
comete generalmente el error de esperar que eventos grandiosos marquen una diferencia en sus
vidas, lo que significa que todo lo demás es tratado como "mundano".

No tienes por qué esperar una gran idea para cambiar tu vida dramáticamente. Incluso un conjunto
de ideas pequeñas y menos impresionantes podrían hacer un impacto significativo en tu vida.
Cuando escuches una pequeña idea, analízala e intenta extraer su esencia.

Particularmente, cuando escuches una idea que no te hace sentido, no la deseches tan rápidamente.
Quizás tiene un mensaje más profundo que no has entendido todavía. Obviamente no debes aceptar
nada ciegamente, pero sé respetuoso y fíjate en quién es la fuente de esa "sabiduría": si la persona
tiene experiencia de vida, entonces existe una probabilidad bastante decente de que lo que te está
diciendo sea verdad.

Similarmente, cuando escuches una idea que sí te haga sentido, no te conformes con eso
solamente. ¡Regresa por más!

Busca la fuente de la verdad

Para adquirir sabiduría, lo primero que debes hacer es decidir firmemente que lo que quieres en la
vida es la verdad y que no te vas a conformar con menos. Comienza a buscar sabiduría ahora, y no
esperes a llegar a alguna crisis para hacerlo.

Comienza el proceso con un simple ejercicio. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué me gustaría saber si
tuviera la posibilidad de hablar con una persona sabia? Haz una lista de preguntas sobre el sentido
de la vida y problemas personales sobre los cuales necesites consejo. Ahora, empieza a buscar
personas que te puedan dar las respuestas.

Tal como existen especialistas en el campo de la medicina, también existen especialistas en el


campo de la sabiduría. La pregunta es, ¿quiénes son? ¿Dónde encuentras a esa gente? Pese a que
hay mucha gente que tiene “conocimientos”, la gente que tiene “sabiduría” es poca.

Las personas sabias no son pseudo filósofos, son algo real. Lidian con asuntos como "el propósito
de la vida" y "el potencial de la persona para obtener grandeza". Están constantemente involucrados
en el estudio de la sabiduría y viven con la realidad de esas enseñanzas.

Decide con cautela

Así como es importante adquirir sabiduría, también es importante tener cuidado.

Imagínate que estás en un país extranjero —un lugar donde no tienes amigos o parientes— y te
enfermas. Seguramente buscarías con mucho cuidado algún doctor que tenga buena reputación y
que tenga credenciales válidas. ¡Tu salud física está en juego! Debemos ser igual de cautelosos con
respecto a decidir a quién le confiamos nuestra salud espiritual.

Hay muchas ideas ahí afuera, y cada persona tiene una manera distinta de ver las cosas. Cada
credo, sociedad y religión cree que tiene la verdad; comunistas, republicanos y demócratas, judíos,
católicos, protestantes o musulmanes. Las personas que crecen con estas ideologías generalmente
aceptan lo que se les ha enseñado. Entonces, ¿quién tiene razón? ¿Cómo sabemos dónde está la
verdad?

No siempre es fácil llegar a una conclusión de forma inmediata, por lo que debes evaluar lo que
escuchas o lees. El factor determinante es ver si la ética que ellos proponen ha creado una mejor
sociedad. Si no es así, entonces debes buscar un sistema de valores que sí beneficie a la sociedad,
incluso si eso significa ir en contra de las ideas con las que creciste.

La prueba de fuego

¿Cómo puedes juzgar si un mentor te está ofreciendo sabiduría verdadera o si son sólo fórmulas
vacías? He aquí algunos métodos para evaluar críticamente si debes creer en aquella persona o no:

1. Chequéalo en relación a algún concepto que sí entiendas. Por ejemplo, digamos que sientes
que la definición de felicidad es "apreciar lo que tienes". Ahora, pregúntale a tu potencial
maestro qué debes hacer para ser feliz. Si te contesta "debes meditar mucho", entonces
pregúntale cuál es su definición de felicidad. Si no puede explicarte adecuadamente lo que es
la felicidad, entonces no es una fuente seria de sabiduría.
2. Observa si las respuestas que te ofrece enriquecen tu vida y la vida de los demás. Pregúntale
a otras personas sobre sus experiencias de largo plazo.
3. Chequea si tu maestro vive en base a los estándares éticos que predica.
4. ¿Tu maestro está dispuesto a escuchar puntos de vista distintos o sólo se queda con el
propio? Un buen maestro les da a sus alumnos espacio para discutir y los motiva a desarrollar
sus propias habilidades críticas.

Uno de los aspectos más importantes del sistema educacional de la Torá es que los rabinos a veces
dicen cosas carentes de lógica para calibrar las mentes de los estudiantes. Quieren chequear si los
estudiantes están aceptando las cosas sin pensar o si están escuchando con un oído crítico.

Conocimiento versus fe

¿Cómo puede saber una persona si un conjunto de ideas están basadas en una evidencia sólida o
en pura fe?

Antes que nada, vamos a definir nuestros términos. ¿Qué es fe? El diccionario define fe como "una
creencia sin prueba". ¿Qué es el conocimiento? "Verdad, hechos o principios obtenidos a través de
la investigación o evidencia".

La fe es por lo general un producto del deseo. ¿Alguna vez te han dado un consejo de inversiones
en la bolsa de valores que te garantizaba triplicar tu dinero en un mes? Es difícil desechar este tipo
de ofrecimientos, porque todos queremos ganar dinero rápidamente. Muchas personas inteligentes
han fracasado porque antepusieron sus emociones a la evidencia.

Por otro lado, el conocimiento está basado en evidencia. Sabemos que existe un lugar llamado
China porque tenemos muchos productos en nuestra casa que dicen "hecho en China". Existe
mucha evidencia de que China existe, a pesar de que muchos de nosotros nunca hayamos ido.
En otras palabras, ver es tan sólo una de las maneras de creer en algo. Hay muchas otras formas de
recolectar evidencia y llegar a conclusiones.

Ahora, ¿cuál de estas dos definiciones crees que describe con más precisión la base del judaísmo?
¿La fe o el conocimiento?

El judaísmo enseña que la base de nuestras convicciones en la vida debe ser conocimiento, y no fe.
Por ejemplo, el primero de los diez mandamientos es "saber que existe Dios". No es "desear" o
"preguntarse" si Dios está por ahí, sino "saber" que Él existe.

Ésta es una manera sensata de vivir. Imagínate que llevas tu auto al mecánico. Vuelves después de
una hora y él te dice que necesitas un nuevo carburador. Cuesta 300 dólares (¡sin incluir la mano de
obra!). Tú estás un poco enojado, por lo que le preguntas: “¿Cómo determinaste que necesito un
nuevo carburador?”. Él te responde: "Muy simple, encendí el motor, puse mis manos sobre el volante
y ‘sentí’ que el auto necesita un carburador nuevo".

Nadie va a gastar 300 dólares porque un mecánico "siente" que debe cambiarse. Queremos pruebas
concretas. Esa es la única forma de tomar una buena decisión. ¿No es obvio entonces que debemos
utilizar nuestra cabeza para tomar las decisiones importantes de la vida?

Los 48 Caminos nos dicen: Escucha a la persona sabia, pero no aceptes sus palabras
incondicionalmente. Sé crítico. Si ves contradicciones, pregunta. Pero al menos debes escuchar las
respuestas. Considera sus palabras, incluso si van en contra de tus prejuicios. Resuelve lo que no
entiendas. Y luego, vive en base a la sabiduría que te han enseñado.

Una fuente escondida: Tus padres

Nosotros por lo general asumimos que, a menos que una persona sea reconocida como un
estudioso o un hombre de negocios exitoso, carece de sabiduría. Pero la verdad es que cualquiera
que tuvo experiencia de vida posee una gran sabiduría.

Pensemos por ejemplo en tus padres. Aunque ellos quizás no te podrían enseñar sobre cómo
funcionan los computadores, sí saben mucho sobre la vida. Pese a que la moda y la tecnología
puedan cambiar, los aspectos profundos de la vida nunca cambian:

 ¿Qué hace que un matrimonio sea exitoso?


 ¿Cómo podemos criar niños alegres, y cómo les podemos enseñar moral y ética?
 ¿A qué profesiones vale la pena dedicar la vida y a cuáles no?
 ¿Qué metas son importantes, y cuáles son tontas? ¿En qué debería invertir mi tiempo y mi
dinero?

Puedes sorprenderte de cuánto saben tus padres acerca de los asuntos con los que estás teniendo
que lidiar actualmente. Como dijo Mark Twain: "Estuve cuatro años en la universidad, ¡y me
sorprendí de ver cuán sabio se volvió mi padre mientras estuve lejos!".

No sólo ganarás sabiduría al consultar con tus padres, sino que además ganarás una relación eterna
que apreciarás ahora mismo y por muchos años más después de que ellos hayan dejado este
mundo.
La sabiduría de Dios y de los Sabios

El judaísmo no tiene el concepto de líderes religiosos infalibles. Cualquier ser humano puede
cometer un error. Sólo Dios es perfecto.

¿Cuál es el historial de Dios? Él prometió sacarnos de Egipto, y lo hizo. Prometió convertirnos en


una nación eterna, y lo hizo. Prometió regresarnos a la tierra de Israel, y lo hizo. Si Dios dice algo, es
100% confiable.

Una parte esencial de la creencia del judaísmo es la idea de que Dios le confió Su mensaje a los
Sabios. Las personas sabias de los tiempos Talmúdicos estaban en un nivel espiritual muy diferente
de cualquier cosa que nos podamos imaginar hoy en día. Eran personas grandiosas que estaban
constantemente conectados a las esferas metafísicas.

La Torá quiere que utilicemos nuestro cerebro. Esto significa: Debes creer en los rabinos, pero no
hagas que tu cabeza deje de pensar. Si bien los sabios no son infalibles, aún así son la mejor fuente
de verdad que tenemos disponible hoy en día. Ellos entienden la palabra de Dios. ¡Aprende de ellos!

¿Por qué la búsqueda de la sabiduría es un camino a la sabiduría?

 Si te molesta la ignorancia, buscarás sabiduría.

 Todos han aprendido de sus experiencias. Pregúntate: ¿Qué sabe esta persona de la vida
que pueda ser valioso para mí?

 Respetar la sabiduría significa tomarla en serio, y hacer un esfuerzo sincero para adquirirla.

 Antes de aprender cualquier cosa, debes primero saber para qué vives. La gente sabia sabe.
Escúchalos.

 Si eres judío, tiene sentido que busques en el judaísmo para obtener sabiduría.

 Escuchar a gente sabia es un buen ejercicio para aprender a escuchar a Dios.

Camino #25: Aceptando el dolor


por Rav Noaj Weinberg zt"l
El dolor es una realidad inevitable de la vida. La clave para el éxito es aprender cómo aceptar
el dolor y crecer con él.

¿Qué es lo opuesto al dolor?

Nueve de cada diez personas te responderán: "Placer".

¡Incorrecto! Lo opuesto al dolor es "ausencia de dolor", es decir, comodidad. Y a pesar de que la


comodidad puede ser muy agradable, no es el mayor placer que hay. Una persona que va por la vida
buscando comodidad se decepcionará mucho al final, porque si pasas la vida evitando el dolor,
también evitarás los placeres más profundos.
Por más que todos tratan de minimizar el dolor en la vida, la verdad es que el dolor es inevitable.
Todo tiene sus altibajos. Por lo tanto, si queremos tener éxito en la vida, la clave no es eliminar el
dolor por completo (ya que eso es imposible), sino tratar de entenderlo y aceptarlo.

El Camino #25 es: Be kabalat haisurim, que significa literalmente ‘aceptando el dolor’. Los 48
caminos dicen: El dolor es el precio que pagamos para obtener placer. Todos los placeres duraderos
de la vida —buenas relaciones, carreras exitosas, búsqueda de significado— requieren de mucho
dolor y esfuerzo para ser alcanzados.

Lo que llamamos "dolor" es frecuentemente una cuestión de "esfuerzo". El esfuerzo de pensar sobre
una idea compleja es doloroso. El esfuerzo de construir una relación duradera es doloroso. De aquí
vemos que a pesar de que el esfuerzo puede ser difícil, el objetivo de la vida no es escapar de él.

Cualquiera que busque tener una vida tranquila se perderá los placeres más increíbles de la vida.

Un ejemplo de dolor/placer

El placer real es inseparable del dolor. He aquí un ejemplo:

¿Cuál dirías que es el "placer" más grande de los padres?

La respuesta es: Los hijos.

¿Cuál dirías que es el "dolor" más grande para los padres?

La misma respuesta: Los hijos

No es un accidente que el placer más grande de los padres sea al mismo tiempo su fuente de dolor
más grande. Porque cuanto más grande es el placer, más esfuerzo se requiere.

Además de esto, mientras mayor es el dolor que experimentamos cuando nos dirigimos hacia una
determinada meta, más disfrutaremos el éxito de alcanzarla. En otras palabras: mientras más
pagamos, más lo apreciamos.

El buscar la comodidad es definido como "decadencia". Cuando toda una sociedad hace de la
comodidad su objetivo principal, es muy peligroso. El Imperio Romano colapsó por la decadencia;
estaban demasiado cómodos.

El bajo índice de natalidad que existe en el mundo Occidental es un indicador de la decadencia


contemporánea. Muchas veces le pregunto a la gente joven cuántos hijos quieren tener y me dicen:
"dos".

"¿Por qué tan pocos?".

"Porque amo a mis hijos y quiero brindarles lo mejor. Ya es suficientemente difícil mandar a dos hijos
a la universidad, imagina a cinco. ¿Y que hay de la ropa? ¿Y el campamento de verano? Con dos
hijos se puede pagar, pero con cinco...”

Eso suena lógico. Entonces les digo: "Está bien, no te preocupes por el dinero, te ofrezco un millón
de dólares por una de tus hermanas. Tienes tres, no extrañarás si te falta una de ellas. Le voy a dar
todas las oportunidades. No le pasará nada malo. Sólo que no la volverás a ver nunca más".
"¿Estás loco? Estás hablando de mi hermana. ¡No aceptaría ni diez millones de dólares por ella!".

¿Ves? Si te alejas de las dificultades o del esfuerzo, estarás realmente huyendo del placer.

Miedo al dolor

Comúnmente, el miedo al dolor es peor que el dolor mismo. Una vacuna dura un segundo, pero la
anticipación al dolor puede durar horas.

El miedo es la mayor restricción que hay. Si tienes miedo de viajar, nunca irás a ningún lado. Si
tienes miedo de hacer un esfuerzo físico o emocional, entonces no lograrás nada, no crecerás, no
encontrarás la verdad.

Todos tenemos una decisión que tomar: pagar el dolor de intentarlo o pagar el dolor emocional de
saber que eres demasiado débil para intentarlo. Por ejemplo: si no buscas trabajo, evitarás el dolor al
rechazo, pero tendrás el dolor de ser un cobarde el resto de tu vida. Y ese dolor siempre te
perseguirá.

¿Qué es lo que pasa por la cabeza de alguien que decide suicidarse? ¿Qué es lo que lo motiva a
tomar una pistola para poner fin a su vida?

Él quiere evitar el dolor. Está buscando un escape.

En las palabras de Shakespeare: "Ser o no Ser, esa es la cuestión. Ya sea soportar los tiros y las
flechas de la monstruosa fortuna, o tomar armas en contra del destino... para acabarlo todo".

Eso es lo que está buscando. Quiere dormir.

Cuando confrontes situaciones difíciles recuerda: "El dolor es pasajero, los resultados son
duraderos". De hecho, el dolor suele ser algo que debemos atravesar para poder acceder a un
mundo de placer. Un buen ejemplo es un dentista. El torno y el relleno de la muela llevan una hora, y
el dolor se sentirá por dos horas más. Pero el relleno prevendrá que se caiga el diente y te permitirá
comer por muchos años más.

Miedo a la realidad

El miedo más grande que tiene la gente, y el más difícil de superar, es el miedo de enfrentar la
realidad. La gente prefiere vivir en una ilusión antes que despertar a la realidad.

¿Por qué? Porque si la realidad resulta ser diferente a lo que estamos acostumbrados, entonces eso
significa que debemos cambiar nuestro rumbo en la vida, y eso duele.

Todos escogemos escapar, ahora y después, por el esfuerzo que involucra alcanzar las metas y
ambiciones que tenemos en la vida. Todos queremos grandeza; todos queremos cambiar el mundo.
Sólo que no siempre tenemos ganas de esforzarnos. Entonces nos distraemos y escapamos de lo
que realmente somos y de lo que queremos lograr.

Los 48 caminos dicen: Duele mucho más cuando la realidad nos confronta, especialmente cuando es
demasiado tarde para hacer algo al respecto.
Siempre pregúntate: "¿Qué dolor estoy evitando?". Identifica exactamente a qué le temes.
Racionalízalo. ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Como ejercicio, haz una lista de las metas que te encantaría alcanzar si no hubiera ningún dolor de
por medio. Después, al lado de cada meta, escribe la cantidad de dolor que piensas que tendrías
que experimentar para alcanzar esas metas.

Después, escribe qué es lo que hace que tu meta valga la pena. Ahora compara las dos columnas.
Si una meta realmente vale la pena, entonces te darás cuenta instantáneamente de cómo tu miedo
al dolor te está impidiendo alcanzar esa meta. ¡Y te mostrará también que en realidad sí estás
dispuesto a pagar el precio del dolor para alcanzarla!

Mantén tus ojos en la meta

Una de las mejores maneras de deshacerse del dolor es olvidarse de él y comenzar a enfocarse en
el placer.

Probablemente crees que el placer y el dolor no pueden existir simultáneamente, y que por lo tanto si
hay dolor entonces no habrá placer. ¡Pero eso es incorrecto! Incluso cuando hay placer, si te enfocas
en el dolor, entonces dejarás de sentir placer. Cambia el enfoque y cambiarás el sentimiento.

Imagínate a un equipo de jugadores de básquetbol corriendo en el estadio, esforzándose al máximo


sólo para anotar otro punto. ¿Acaso se puede percibir el dolor que ellos sienten? ¡Para nada! El
placer de jugar y anotar otro punto sobrepasa el sentimiento de dolor.

Ahora bien, ¿qué pasaría si les pidieras que realicen el siguiente experimento?:

Jueguen básquetbol como lo hacen normalmente, corran, salten, tiren y defiendan. ¡Pero esta vez
sin la pelota!

¿Cuánto tiempo crees que podrían soportar? Tal vez cinco minutos. Porque sin la pelota no hay
placer que los distraiga del dolor. ¡Cada paso se transforma en un gran esfuerzo!

¡Devuélveles la pelota y jugarán dos horas!

El judaísmo dice: Mantén el ojo en la pelota. Si quieres obtener lo mejor de la vida, entonces querrás
aprender todo lo que puedas sobre ella. Eso te ayudará a enfocarte y hacer de cualquier esfuerzo un
placer.

Enfócate en el lado positivo

Imagínate a un niño pequeño jugando a la pelota con sus amigos. Se cae, se raspa la rodilla y
empieza a llorar. Pero cuando sus amigos gritan "¡miren cómo llora el bebé!", él rápidamente se
reincorpora y sigue jugando.

Una hora después el niño llega a casa, entra por la puerta, le enseña la rodilla a su madre, ¡e
inmediatamente empieza a llorar!

Nuestro disfrute de la vida tiene mucho que ver con la manera en la que lidiamos con el dolor. Mucha
gente ha aprendido a decir: "¿¡Y qué!?", y toman el dolor de forma liviana. Otros se enfocan en su
dolor y se atoran en un nudo de quejas y autocompasión.
Mucha gente comete el error de enfocarse en sus faltas en lugar de enfocarse en sus fortalezas.
Esto causa dolor y angustia sin sentido. Todo ser humano ha sido creado con talentos y un potencial
maravilloso. Por lo tanto, obsesionarte con tus faltas es igual de absurdo que ir a un delicioso
restaurante, el cual tiene una hermosa vista y una bella decoración… y a continuación inquietarse
por el hecho de que no haya sal. “¡NO HAY SAL! ¡¿Cómo puede ser?! ¡Es una falta de respeto!”. Lo
que podría haber sido una velada encantadora se transforma en una pesadilla para ti y para quienes
te acompañan.

Aquellos que alcanzan grandes cosas son los que tienen la capacidad de soportar el dolor más
grande. ¿Detendrías una revolución porque tienes una astilla en el dedo? ¿Dejarías de obtener
sabiduría por un dolor de cabeza?

La gente es capaz de nadar en aguas congeladas o de caminar sobre carbones encendidos tan sólo
para conquistar el dolor. Sobreponernos al dolor nos hace tomar conciencia de nuestro libre albedrío
y nos da una noción de cómo podemos manejar nuestras vidas.

Aprende a enfocarte en lo bueno dentro del dolor y descubrirás la bondad que la vida tiene para
ofrecer.

El dolor de otros

Las reglas son diferentes cuando se trata del dolor de otros. No ignores su dolor. Cuando vayas a
visitar a un amigo al hospital no empieces a predicarle que vea el "lado positivo de las cosas". La
compasión y el entendimiento ayudarán a aliviar su dolor.

Similarmente, no hagas vista gorda del dolor de la humanidad. Si hay un problema en tu comunidad
(o en una tierra lejana) pregúntate: ¿Qué puedo hacer para ayudar?

Una persona tiene que ser ciega (o estar demasiado centrada en sí misma) para no estar consciente
de la difícil situación de la humanidad hoy en día: desesperación, persecución, hogares rotos...
Aquellos que tienen un poco de sensibilidad y ven lo que ocurre, escriben un cheque cuando tocan a
su puerta. Pero inclusive ellos están demasiado "ocupados" para involucrarse personalmente.

Son pocos los que van más allá de sí mismos para buscar soluciones reales a los problemas.

Grandeza no significa "incrementar tu donación". Grandeza es involucrarte, es hacer que el problema


de aquel que está sufriendo sea tu propio problema tanto como lo es de él. Eso es un verdadero
líder, y es ahí donde tu propia grandeza será expresada.

¿Por qué Dios lo hizo de esta forma?

Dios pudo crearnos como robots automáticos. Pero en lugar de eso, nos dio a cada uno de nosotros
una serie de desafíos, y el potencial para superarlos. Así es como crecemos y "reparamos nuestras
almas".

Utilizar el libre albedrío es la esencia de lo que implica ser humano.

Cada momento que estamos vivos utilizamos nuestro libre albedrío para escoger entre la vida y la
muerte, realidad o fantasía. Es una elección constante. Estamos tomando la decisión de soportar el
dolor y crecer, o estamos renunciando.
Esto no quiere decir que deberíamos desviarnos de nuestro camino para buscar dificultades. Pero si
hay un proceso que debemos enfrentar, entonces es absurdo evitarlo. Comúnmente nos ocupamos
con distracciones para escaparnos de la confrontación con la realidad. Pero ésta siempre nos
termina confrontando de igual forma. Porque es parte de nuestra razón de existir, es parte del plan
Divino.

El esfuerzo es un proceso que cada uno de nosotros debe atravesar. Hay lecciones cruciales en la
vida que debemos aprender, y precisamente esa es la razón por la cual nuestras almas tienen que
venir a la tierra en primer lugar. Nuestra grandeza es utilizar nuestro libre albedrío para resolver
conflictos, para luchar y avanzar. Para enfrentar los problemas, y no para escapar.

Tú sabes que tienes lo que se necesita para lograrlo. ¡Ve y hazlo!

¿Por qué aceptar el dolor es un camino a la sabiduría?

 "De acuerdo al esfuerzo es la recompensa". Cuanto más esfuerzo pongas en algo, más placer
obtendrás.

 Si saltas del barco cuando las aguas se ponen agitadas, no llegarás a la costa.

 Acepta el dolor de confrontar la realidad y de encontrar la verdad.

 Lidia con las dificultades de la vida mediante encontrar placer en medio del dolor.

 No le tengas miedo al dolor: aprende a recibirlo como un elemento necesario para el


crecimiento.

 No te escapes del dolor de los demás.

 Adquirir conocimiento requiere luchar para encontrar una idea, entenderla, integrarla y
practicarla una y otra vez.

Camino #26: Conoce tu lugar en el mundo


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Toda persona tiene una contribución única que hacer en este mundo. Descubre quién eres y
cuál es tu lugar dentro del gran esquema.

Imagina un contador parado en un auditorio lleno de doctores, dictando una cátedra de medicina.
¿¡Cuán tonto suena!?

Un ingrediente clave de la sabiduría es saber quién eres y cuál es tu lugar en el mundo. La


arrogancia es una barrera muy grande para el crecimiento. La arrogancia nos hace sentir satisfechos
con quienes somos. El "sabelotodo" siempre está satisfecho. No seas arrogante, no estés satisfecho.
Date cuenta de lo poco que sabes. Aprecia el hecho de que la sabiduría es tu posesión más valiosa.
Si lo haces, entonces lucharás por más.

El Camino #26 es Ha-makir et mekomó, que literalmente significa ‘el que conoce su lugar’. ¿Sabes
dónde estás parado en relación a los demás? Evalúa tus fortalezas y debilidades de manera realista.
Al aprender cómo calcular esto serás capaz de evaluar si eres el más capacitado para determinado
trabajo o no. Si lo eres, entonces no debes detenerte a causa de la falsa modestia. Es tu obligación
dar un paso hacia adelante y tomar el liderazgo. Por otro lado, también significa saber cuándo son
otros quienes están más capacitados para realizar el trabajo y ser capaz de dar un paso al costado.

A veces, el silencio es muy preciado. El Talmud enseña que "una persona no debe hablar en la
presencia de alguien más sabio que él". No te apresures en mostrar lo poco que sabes.

Puedes creer que eres lo mejor que hay, hasta que entras a un cuarto que está lleno de genios y te
das cuenta que aún tienes mucho por aprender. O puede que no tengas muy buena opinión de ti
mismo, hasta que entras a un cuarto lleno de fracasados y te das cuenta que no eres tan malo
después de todo.

Nuestros sabios nos enseñan que debemos llevar constantemente con nosotros dos pedazos de
papel, uno en el bolsillo derecho y otro en el bolsillo izquierdo. En un papel debe decir: "Todo el
universo fue creado sólo para mí" (Talmud, Sanedrín 38a). Y en el otro deben estar escritas las
palabras de Abraham: "No soy sino polvo y cenizas" (Génesis 18:27).

Debes conocer tu lugar. Antes de comenzar a hablar, piensa un segundo: ¿Es este un momento
indicado para hablar, o es mejor callar?

Tu rol especial

Cada uno de nosotros tiene un rol especial que desempeñar en este mundo. Cada ser humano
posee una combinación única de personalidad, talentos y circunstancias. Nuestro papel depende de
muchos factores, no sólo de nuestros talentos innatos, sino también de las necesidades de la época.

Lo importante es descubrir cuál es la contribución única que puedes hacer y llevarla a cabo.

La Torá nos cuenta que un día Moshé vio a un egipcio agrediendo a un judío.

"Y Moshé observó a su alrededor y vio que no había ningún otro hombre, y actuó" (Éxodo 2:11-
12).

¿Por qué la Torá nos dice que "no había ningún otro hombre”? Porque Moshé estaba revisando si
había algún otro hombre disponible, alguien que estuviese más capacitado para el trabajo. Porque si
buscas liderazgo cuando no es necesario, entonces significa que lo quieres por motivos personales y
no por las necesidades del pueblo. Sólo cuando Moshé vio que no había nadie más calificado que él,
entonces decidió actuar.

El conocimiento es responsabilidad. Si sabes algo, entonces eres responsable de compartirlo y de


actuar consecuentemente. Esto es parte de conocer tu lugar.

Evalúa la fuente

Para evitar costosos errores de juicio, debes aprender cómo evaluar las opiniones de los demás.
Generalmente asumimos que alguien sabe más que nosotros sólo porque es mayor, porque tiene
más experiencia o porque ocupa una posición más elevada. Pero esto no necesariamente es así.
Sólo porque alguien es exitoso en los negocios no significa que pueda aconsejarte acerca de cómo
tener un matrimonio feliz.
Cuando alguien exprese un punto de vista, ponlo en perspectiva: ¿Esta persona sabe de qué está
hablando? ¿O no es más que un sabelotodo?

Por otro lado, cuando tu conocimiento no es suficiente, no dejes que tu ego te engañe. A todos nos
gusta pensar que tenemos suficiente sentido común como para saber qué es lo que debemos hacer
en la vida. Pero a veces necesitas la ayuda de los demás.

Si estás pensando en casarte, busca una persona sabia y pregúntale: ¿Cómo me debo preparar
para el matrimonio? ¿Qué cualidades internas debo buscar en una pareja? ¿Cómo puedo saber si
encontré a la persona "adecuada"?

Debes saber lo que sabes

A veces carecemos de confianza en nosotros mismos, ya que, ¿quién puede decir qué punto de
vista es el correcto?

Los 48 caminos dicen: La claridad absoluta sí es posible. Por ejemplo, tienes claridad absoluta de
que tienes cinco dedos en tu mano. Nadie te puede convencer de que tienes 75 dedos. Tú puedes
contar esos cinco dedos en tu mano. Hay tanta evidencia para apoyar tu declaración que eso la
transforma en una convicción inamovible.

El judaísmo dice que tenemos que tener “claridad de cinco dedos" sobre nuestras creencias y
valores.

Una forma de ganar confianza es definir las cosas. Te vas a casar. ¿Amas a la persona? ¿Qué es el
amor? ¿Cómo se diferencia el amor del enamoramiento?

El amor se construye a partir del conocimiento. Cuanto más íntimo es el conocimiento, más podrás
amar. ¿Cómo sabes si amas a la persona o si estás enamorado? Si sueles pensar: "Él es perfecto" o
"ella es perfecta", ¡entonces ten cuidado! Esa no es la realidad. Esa es una señal clara de
enamoramiento. El amor verdadero toma trabajo. Debes estar dispuesto a esforzarte.

Asume responsabilidad y sé consecuente con tus decisiones. Eres responsable por tus actitudes y
tus acciones, en lo que sea que estés involucrado. Las cosas no se “arreglan solas”. Tienes que
hacer el esfuerzo apropiado para evaluar tus decisiones y para entender en qué se basan.
Pregúntate: ¿Cuál es mi posición en este asunto? ¿Realmente sé de qué estoy hablando? ¿Tengo
definiciones? ¿Tengo evidencia que apoye mi posición? ¿Soy yo el que está hablando o estoy
repitiendo algo que escuché o leí?

Si no tienes confianza en ti mismo, entonces serás manipulado como un títere por la sociedad. ¡Y
puede que la sociedad esté cometiendo graves errores en relación a la forma en la que debemos
enfrentar la vida!

Ajusta tus relaciones

Ser sensible es uno de los pasos más importantes para conocer tu lugar. No debes solamente
"estar" con la gente. Toma conciencia de ellos. ¿En qué son fuertes y en qué son débiles? Eso te
ayudará a entender mejor dónde estás parado.

Analiza tus relaciones con la gente que es importante para ti. ¿Tu relación es de maestro-alumno?
¿Padre-hijo? ¿Amistad? ¿O una combinación?
Al preguntarte esto serás capaz de determinar si tu posición en la relación es saludable o no. Por
ejemplo, un buen matrimonio es aquel en donde ambas partes comparten sus virtudes y se
complementan el uno al otro.

Por otra parte, podrás descubrir que algunas de tus relaciones son una lucha de poder, una
constante lucha por obtener el control.

A veces, los padres pueden tratar a sus hijos de 25 de la misma forma que cuando tenían 15, y
viceversa. (Similarmente, los adultos pueden tratar a sus padres como cuando eran niños). Corrige
esto.

Conoce tu lugar frente a Dios

Un elemento básico para conocer tu lugar es poner tu relación con Dios en perspectiva. La primera
cosa que un judío debe decir en la mañana al despertarse es el rezo de "Modé aní".

"Te agradezco, Dios, por haber regresado con gracia mi alma".

Cuanto más elevada es la persona espiritualmente, más humilde es. Cuanto más nos acercamos a
Dios, más realistas nos volvemos respecto de nuestras propias limitaciones, vulnerabilidad y
mortalidad. Internalizamos que la realidad de cada ser humano es pasajera y que sólo Dios es
eterno.

Moshé fue llamado "el hombre más humilde" porque al estar parado frente a Dios sabía cuál era su
lugar. Cualquier otra actitud evita que Dios se manifieste. Esa es la razón por la cual el Talmud
compara la arrogancia con la idolatría; ambas alejan la presencia de Dios.

Cuando somos humildes frente a Dios, sentimos la unidad del mundo, en vez de sentir la energía
negativa. Estamos más relajados y calmados, y somos más flexibles. Y esto influye en todas
nuestras relaciones interpersonales: en nuestro trabajo, matrimonio, comunidad y en la construcción
de nuestro pueblo.

Moshé se transformó en el líder del pueblo judío porque se vio a sí mismo meramente como un
servidor del pueblo y de Dios. Era capaz de valorar las necesidades y anhelos de todo el pueblo.

¿Por qué conocer tu lugar en el mundo es un camino a la sabiduría?

 Cuando estés en presencia de alguien más sabio, piensa dos veces antes de hablar.

 Entender a otros te ayuda a ver lo que sabes y lo que no sabes.

 No temas pedirle consejo a otros.

 Si no tomas control sobre tu vida, serás manipulado por otros.

 Si la situación lo amerita, toma el liderazgo.

 Tienes que desempeñar tu rol único en la vida.

amino #27: Felicidad


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Puedes ser rico y miserable al mismo tiempo. La felicidad es un estado mental. Desarrolla
herramientas para obtenerla.

Una vez vino un joven a visitarme a Jerusalem. Él tenía una actitud inusualmente alegre, por lo que
le pregunté cuál era su secreto. Él me contestó:

"Cuando tenía 11 años, recibí un regalo de felicidad de Dios".

"Estaba montando mi bicicleta cuando de repente un fuerte viento me tiró al suelo, justo frente a
un camión que iba en marcha. El camión pasó por encima mío y me cortó la pierna”.

"Mientras estaba tirado sangrando, me di cuenta de que tendría que vivir el resto de mi vida sin
una pierna. ¡Qué deprimente! Pero luego me di cuenta de que el hecho de estar deprimido no
me devolvería mi pierna. Entonces decidí que desde ese momento, no perdería mi vida viviendo
en la desesperanza".

"Cuando mis padres llegaron al hospital estaban impactados y afligidos. Entonces les dije: 'Yo
ya me adapté. Ahora ustedes también tienen que acostumbrarse a la idea'".

"Desde ese momento, veo a mis amigos enojarse por cosas insignificantes: el autobús llegó
tarde, tuvieron una mala calificación en la escuela, alguien los insultó. Yo, en cambio,
simplemente disfruto de la vida".

A la edad de 11 años, este joven obtuvo la claridad necesaria para entender que enfocarte en lo que
te falta es una pérdida de energía. La clave de la felicidad es disfrutar lo que ya tienes.

¿Suena simple, verdad?

El Camino #27 es Sameaj ve jelkó, que literalmente significa ‘satisfecho con su porción’. La felicidad
es alcanzable. Entonces, ¿por qué hay tanta gente infeliz? Porque carecemos de las herramientas
adecuadas.

La felicidad es un estado mental

La sociedad occidental cree por lo general que la felicidad es el resultado de lo que logras y
adquieres.

"Mi vida mejoraría por completo si tuviera un automóvil nuevo...".

"Sólo necesito un mejor trabajo, entonces podré relajarme y ser feliz".

"Si tan sólo conociera a la mujer indicada...".

Obtienes el automóvil. ¿Qué pasa entonces? Durante toda una semana te sientes en las nubes.
Pero después de esa semana, vuelves directamente a tu estado de infelicidad.

¿Te suena familiar?


La felicidad no es algo que ocurre. La felicidad es un estado mental. Puedes tenerlo todo en el
mundo y aún así seguir siendo miserable. O puedes tener relativamente poco y sentir una felicidad
infinita.

El Talmud dice: "¿Quién es rico? Aquel que aprecia lo que tiene". (Pirkei Avot 4:1).

Es por eso que en los rezos matutinos comenzamos agradeciéndole a Dios por lo simple y obvio:

 "Gracias Dios, por darme la vida".


 "Gracias Dios, por la posibilidad de ver".
 "Gracias Dios, porque puedo usar mis manos y piernas".
 "Gracias Dios, porque puedo pensar".

Una vez que logres dominar el arte de darte cuenta de las cosas, de apreciarlas y de disfrutar
conscientemente lo que ya tienes, entonces siempre serás feliz.

Haz que tus problemas sean insignificantes

Estás parado en el piso 70 de un rascacielos, disfrutando de la hermosa vista. De repente, un


corpulento hombre pasa bruscamente por tu lado, se acerca a la ventana, la abre y anuncia su
intención de saltar.

Tú le gritas —¡Detente! ¡No lo hagas!.

El corpulento hombre en la ventana voltea y te dice —¡Intenta detenerme y te llevo conmigo!

—Umm… No hay problema señor. Que tenga un buen viaje. ¿Quiere decir sus últimas
palabras?

Él te dice —Déjame contarte mis problemas. Mi esposa me dejó, mis hijos no me hablan, perdí
mi trabajo, tengo miles de deudas y mi tortuga murió. ¿Para que seguir viviendo?

De repente tienes un destello de inspiración.

—Señor, cierre sus ojos por un minuto e imagínese que es ciego. No puede apreciar los colores,
los niños jugando, los campos de flores o las puestas de sol. Ahora imagínese que de repente
ocurre un milagro. Usted abre sus ojos y ¡ha recuperado la visión! ¿Usted saltaría o se quedaría
una semana más para disfrutar de su visión?

—Me quedaría una semana más.

—¿Pero que ocurrió con todos los problemas?

—Ah, bueno, no son tan importantes realmente. ¡Ahora puedo ver!

Un ojo vale por lo menos 5 millones de dólares. ¿Tienes dos? ¡Entonces eres enormemente rico!

Si realmente apreciaras tus ojos, entonces todos los demás problemas serían insignificantes para ti.

Sin embargo, si das todo por sentado, entonces nada en la vida te brindará felicidad.
3 Concepciones erróneas en la búsqueda de la felicidad

Concepción errónea #1: "Una vez que conozca las herramientas para ser feliz, entonces seré
feliz instantáneamente".

No esperes que los resultados lleguen automáticamente. Es posible comprender intelectualmente


cómo adquirir la felicidad, pero no poner estos conocimientos en práctica.

De hecho, muchas personas pueden escoger estar cómodos y ser infelices, en lugar de soportar la
incomodidad de cambiar sus hábitos.

Al igual que para aprender cualquier nueva destreza necesitas esfuerzo, para lograr una verdadera
felicidad también necesitas invertir mucho esfuerzo.

Concepción errónea #2: "Si me conformo y estoy satisfecho con lo que tengo, voy a perder la
motivación para lograr más".

La felicidad no te quita energía. Por el contrario, ¡te da más!

Pregúntale a una persona feliz: "Tengo un bote. ¿Quieres ir a pescar?".

Él te responderá: "¡Claro, vamos!".

Ahora pregúntale a alguien deprimido: "¿Vamos a pescar?".

Él te responderá: "Estoy cansado. Tal vez mañana. De todas formas, probablemente llueva…".

La gente feliz es ambiciosa y está llena de energía. Nunca hay suficiente tiempo para hacer todo lo
que quieren hacer.

Concepción errónea #3: "La felicidad es opcional. Si quiero estar deprimido es mi elección".

Imagina un bello domingo en la tarde. Estás en el parque haciendo un picnic con tus amigos.

De repente, el ambiente se hecha a perder por una persona que empieza a reclamar: "¿A quién
se le olvidaron los tenedores? Hace demasiado calor para jugar Voleibol. Ya me quiero ir a
casa".

Tienes una obligación de estar feliz cuando tu estado de ánimo afecta negativamente a los demás.
No les arruines la diversión.

Todos tratamos de poner una cara alegre cuando estamos en una fiesta. ¿Pero qué hay de cuando
estamos en casa, o con nuestros hijos? ¿O cuando llegamos a la oficina un lunes por la mañana?

Al igual que un agujero en medio de la calle, una actitud amarga es una amenaza pública. Ser feliz
es ser considerado con las personas que nos rodean.
La cuenta diaria de los placeres de tu vida

Para comenzar a apreciar la vida, identifica algunas de las cosas por las cuales estás
extremadamente agradecido y repásalas cada mañana durante un lapso de un mes. Por ejemplo: tus
ojos, tus manos, tus hijos, tu gato.

Fija un tiempo cada día para reflexionar sobre estas cosas. Siente gratitud por ellos. Este ejercicio
puede cambiar el estado de ánimo de incluso el más miserable de nosotros.

La próxima vez que visites a tu tía (esa que siempre se queja), dile respetuosamente:

—Tía, hoy vine a sufrir contigo. Pero antes de que te quejes y de que suframos juntos, es justo
que también compartas conmigo 5 cosas placenteras que te han ocurrido el día de hoy.

—No me ocurrió nada placentero.

—Tía, ¿tomaste café para el desayuno?

—Sí.

No la dejes librarse tan fácil con esa simple respuesta. Trata de que comparta contigo el placer.

—¿Era dulce? ¿Estaba caliente? ¿El aroma era agradable? ¿Te dio energía? (Seguro que
querrá quejarse pues para eso te invitó).

—Está bien, estaba dulce y fue placentero.

—¡Muy bien tía, ahora faltan cuatro!.

—No hay nada más.

—¿Te lavaste la cara al levantarte? ¿Fue placentero? ¿El agua estaba tibia? ¿Fue agradable?
Revivan juntos esos pequeños placeres. Luego otro más.

Después de que ella te describa 5 cosas placenteras, sus quejas no serán tan terribles.

Para trabajar realmente en esto, siéntate con tu pareja (o compañero de cuarto) cada noche y hablen
sobre una cosa placentera que tuvo cada uno en su día. Al final, ¡tendrás una pareja o compañero de
cuarto más feliz!

Incorpora esto a tu rutina familiar para que tus hijos puedan apreciar sus placeres diarios.

La hora de las bendiciones

El siguiente ejercicio es más sofisticado.

Tómate una hora y escribe todas las cosas por las cuales estás agradecido.

Mucha gente vuela en los primeros 15 minutos. Durante los siguientes 15 minutos la pluma se
mueve más lentamente. Los siguientes 15 minutos se hacen más difíciles, pero puedes lograrlo si
incluyes tus pestañas y tus calcetines...
Los últimos 15 minutos son muy dolorosos.

Una vez que la lista esté completa, agrega diariamente una pequeña bendición que haya en tu vida
sobre la cual estés agradecido.

El poder de este ejercicio es claro: tienes que estar consciente de todas las bendiciones que hay en
tu vida para ser capaz de apreciar las bendiciones que se te presenten en el futuro.

Establece prioridades entre tus bendiciones

Para realmente mejorar tus habilidades y convertirte en un experto de la apreciación, establece


prioridades en tu lista.

 ¿Qué es más valioso? ¿Tus manos o tus pies?


 ¿Tus ojos o tus orejas?
 ¿El sentido del gusto o del tacto?

Comparar las distintas bendiciones de tu vida te fuerza a entender las sutilezas de los diferentes
aspectos de cada una y a cuantificar cuanto placer te da cada una de ellas.

Implementa este ejercicio diariamente. Tu gratitud continuará creciendo y construirás una base sólida
para tener una vida llena de felicidad.

¿Por qué la felicidad es un Camino a la Sabiduría?

 La felicidad es energía y poder para vivir.

 Enfócate en lo que tienes y siempre serás feliz. Enfócate en lo que te falta y siempre serás
miserable.

 La felicidad no es un objetivo en la vida; es un medio para acrecentar tu energía interna y así


poder desarrollar tu potencial.

 La gente feliz es saludable, optimista y está llena de energía.

 Ser feliz no es "vivir en un estado de semi depresión". Eso es simplemente sobrevivir.

 La felicidad está bajo tu control. Al no controlarla, eres esclavo de tus emociones.

 La felicidad requiere disciplina, determinación y mucho trabajo.

 La felicidad no es algo que ocurre. No esperes que ocurra. ¡Sal y créala!

Camino #28: Protege lo que tiene valor


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Un cerco nos mantiene a una distancia segura del peligro. Si encuentras un "hoyo" en tu vida,
toma precauciones para evitar caer en errores.
¿Cuál es el propósito de un cerco? Cuidar y proteger. Si hay un hoyo en la mitad de la calle,
entonces la municipalidad viene y hace un cerco para que nadie se caiga. El cerco nos mantiene a
salvo del peligro.

El Camino #28 es Haosé siyag lidevarav, que significa ‘hacer un cerco protector’. Si encuentras un
"hoyo" en tu vida, entonces necesitas un cerco para evitar caerte y herirte a ti mismo y a los demás.
Tienes que encontrar métodos que te ayuden a evitar caer en errores.

Todos cometemos errores. ¿Pero que ocurre si te encuentras a ti mismo cometiendo el mismo error
una y otra vez? Por ejemplo: Si tienes una pelea con tu esposa y te arrepientes... y luego otra pelea
y te arrepientes… y otra vez y te arrepientes.

La vida es demasiado corta como para esperar a que el daño esté hecho para construir un cerco.
Empieza ahora haciendo una lista de las debilidades que debes corregir, como por ejemplo: gastar
más allá de tu presupuesto, descuidar a tu esposa e hijos, o siempre llegar tarde.

El Rey David dice en los Salmos: "Mis errores están frente a mí constantemente". Mantén una lista
con tus errores, repásalos cada día y asegúrate de no volver a caer en ellos.

Toma precauciones. Descubre qué cercos necesitas, ¡y constrúyelos hoy mismo!

Planea una estrategia

La gente se relaciona mejor con procedimientos técnicos que con sueños y aspiraciones etéreas. Por
lo tanto, si tienes la esperanza de cumplir un sueño, debes concretizarlo. Haz un plan detallado, paso
a paso. Cuanto más concreta sea tu estrategia, más efectiva será.

Cuando tomes una resolución, comprométete con ella. Establece una fecha en la cual pondrás tu
plan en acción, y escríbela en tu calendario. Ponte metas y monitorea tu progreso.

A medida que se desarrolla tu estrategia, visualiza las posibles caídas que puedan ocurrir y
desarrolla un plan para evitarlas. Haz una estrategia de cómo sobreponerte a los obstáculos.
Después, si los obstáculos se presentan realmente, recuerda: ¡sólo fueron puestos en mi camino
para que yo los sobrepase, para fortalecerme y para ayudarme a crecer!

Control de calidad personal

Los hombres de negocios tienen que tener un sistema de control de calidad. Cualquier negocio
perdería rápidamente participación de mercado si algunos de sus productos fuesen de mala calidad,
inclusive si los otros fuesen perfectos.

A lo largo de nuestras vidas, no podemos permitir que nuestro nivel de rendimiento cambie cada vez
que nos enfrentamos a un problema. La clave para el éxito es ser constante. La gente que pasa por
cambios frecuentes de estado de ánimo —arriba un día, abajo el otro—, tiene muchas más
dificultades para cumplir sus metas y mantener sus relaciones interpersonales.

Y es ahí donde los cercos entran en juego. Sin límites claros de demarcación, los seres humanos
utilizan todo tipo de lógicas retorcidas para racionalizar lo que quieren hacer. Por ejemplo: "Mi caso
es una excepción", "Eso no me afectará a mí", etc.
Cuando ponemos un cerco objetivamente, entonces en el momento de tentación la puerta de la
racionalización estará cerrada. O bien las cosas están permitidas, o no lo están. De esta manera, no
hay lugar para debatir o colorear subjetivamente nuestro razonamiento.

Los cercos son necesarios principalmente en aquellas áreas donde los impulsos físicos pueden
superar nuestra objetividad.

Idea un método que te asegure que sin importar lo que hagas, nunca caerás bajo un estándar que
sea acorde a tus habilidades y metas. Establece estándares de excelencia y atente a ellos.

Protege tu confianza

Un "cerco" esencial es decidir que cuando te involucres en algo, te comprometerás totalmente a


llevarlo a cabo.

Cada vez que fracasas en llevar a cabo una decisión o una idea, sufres no sólo la pérdida de tiempo,
sino también la falta de confianza que eso crea. Desgasta tu credibilidad. Después de un tiempo, ya
nunca más harás siquiera el esfuerzo.

Pregúntate a ti mismo en qué punto sueles perder la inspiración para llevar a cabo tus decisiones.
Luego, diseña un sistema que te dificulte echarte hacia atrás.

Para crear confianza, escoge cosas de tu lista de "cosas por hacer", incluso algunas cosas pequeñas
que no consuman mucho tiempo. El hecho de completar 10 cosas pequeñas levantará tu confianza
mucho más que una sola cosa grande. ¡Y tu éxito con las cosas pequeñas te dará más confianza
para llevar a cabo las grandes!

La autoestima es el combustible que te lleva a la grandeza. ¡No dejes que la tuya se pierda! ¿Qué
podría ser más valioso? ¡Vale la pena protegerla!

El sistema de contabilidad espiritual

El mejor cerco para evitar desperdiciar tu vida es el Jeshbón Hanefesh, ‘la contabilidad espiritual’.
Necesitas un sistema regular para evaluar tus acciones y tomar conciencia de dónde estás parado.

Cada noche antes de dormir, repasa los eventos del día y evalúa lo que ganaste y lo que perdiste.
Después, haz un plan para que el día siguiente sea más productivo.

Pregúntate:

 ¿Qué logré el día de hoy?


 ¿Logré lo que esperaba?
 ¿Cómo voy a mejorar mañana?
 ¿Cuáles son mis virtudes y mis debilidades?
 ¿Cuál es mi pérdida y cuál es mi ganancia?
 ¿Cuán lejos he llegado respecto a mis metas de largo plazo?
 ¿Qué me está impidiendo crecer?

Identifica tu "talón de Aquiles", ya sea la flojera, la envidia o el mal temperamento. Concéntrate en


eso y recuérdate a ti mismo: "Este es el enemigo". Enójate con tus estupideces y utiliza ese enojo
como una motivación para implementar cambios.
Planea con anticipación

Si vas a viajar a Europa, lo primero que harías sería leer una guía de turismo para determinar los
lugares que visitarás. No quieres ir sin un plan, ¡ya que probablemente te perderías todos los lugares
de interés y las distintas experiencias que hay!

Lo mismo se aplica a la vida. Alguien que va sin un plan se queda en la oscuridad y no ve lo que la
vida tiene para ofrecer. Cuanto más preparado estés, más habilidad tendrás para improvisar de
acuerdo a las circunstancias. Por lo tanto, siéntate y planea tu vida. (Y no olvides tomar en
consideración la gran cantidad de imprevistos que pueden ocurrir).

"Planear con anticipación" también significa ver el futuro distante. Nuestros sabios enseñan que "los
ojos del sabio están frente a él". Esto significa que una persona sabia no pierde su tiempo
obsesionado con los errores pasados, sino que mira hacia adelante y busca estrategias para
corregirlos. Cuando tengas 70 años y mires hacia atrás, ¿qué es lo que quieres ver que lograste? Si
supieras que sólo te queda un día de vida, te preguntarías: "¿Quién soy? ¿De qué se trata la vida?".

Pero para ese entonces, será demasiado tarde. ¡Pregúntatelo ahora!

Cuenta con la ayuda de otros

No estamos solos. Muchas personas han transitado exactamente por los mismos caminos. Algunos
han tenido éxito en sobreponerse a los obstáculos, mientras que otros siguen luchando. Pero todos
tienen experiencias y consejos de los cuales nos podemos beneficiar, y generalmente la gente se
siente feliz de ayudarnos.

Una buena manera para construir un cerco es contratar a un nudnik amigable. Pídele a un amigo que
te llame la atención cada vez que comas más de un pedazo de pastel, que comas entre comidas o
que pases cualquier límite que te propusiste no pasar.

Puedes ponerte inclusive un sistema de penalización. Dile a tu amigo: "Si me ves mordiéndome las
uñas, te pagaré 50 dólares. Pagando 50 dólares por cada mordida, ¡probablemente acabarás con tu
hábito mucho antes de que acabes con tu cuenta de banco!

Nuestros sabios nos enseñan: "Dos son mejor que uno. Cuando uno cae, el otro lo levanta". Cuando
las cosas se ponen difíciles, busca un sistema de apoyo.

Construye un cerco ante las enfermedades de la sociedad

Parte de ser libre es tener la habilidad de elevarnos a nosotros mismos por sobre el denominador
común. Todos hemos visto la agresión sensorial que hay en la publicidad, las modas inmodestas y la
violencia que hay en la televisión.

Antes de comer, una persona se lava las manos para asegurarse de no consumir tierra ni gérmenes.
De la misma forma, alguien que se preocupa por su bienestar espiritual selecciona todos los tipos de
consumo: qué películas ver, con qué amigos pasar el tiempo, qué estándar de ética llevar en el
negocio, etc.

Las calles están repletas de una multitud de opciones. Pero no debemos consumir
indiscriminadamente. Evita los errores que la humanidad comete. Por ejemplo, muchas personas:
 No aprecian lo que tienen.
 Piensan que tener éxito en los negocios significa ser una buena persona.
 No les gusta tomar decisiones y asumir responsabilidad.
 No saben para qué viven.

Los 48 caminos dicen: Ponte límites. Piensa antes de consumir. La verdadera libertad es tener la
posibilidad de decir: "¡Escojo no formar parte de eso!".

¿Por qué la construir cercos es un Camino a la Sabiduría?

 La vida es difícil. Cuando te enfrentas a algo difícil, necesitas herramientas fuertes.

 Si no te proteges, vas a perder confianza y te darás por vencido en la vida.

 Enfrenta la guerra con estrategias. Haz un plan para saber hacia dónde te diriges.

 No trates de hacer todo solo. Cuenta con la ayuda de los demás.

 Protege tus valores del asalto de la sociedad.

 Mantén estándares altos e implementa un método para evaluarte a ti mismo.

 Si racionalizas, terminarás distorsionando la razón para satisfacer tus deseos.

Camino #29: Sutiles trampas de la arrogancia


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Distingue entre orgullo ("soy mejor que los demás") y placer ("soy afortunado").

Imagínate que ganas la lotería. ¡No cabrías en ti de alegría! ¿Pero acaso atribuirías tu nueva fortuna
a tu increíble inteligencia y habilidad? ¡Por supuesto que no! Por otro lado, si inventas un producto
que te hace ganar un millón de dólares, es probable que empieces a creer que eres mejor que los
demás.

Existe un sentimiento positivo —justificado, por cierto— que se genera al lograr algo. Pero los 48
caminos dicen: Cuando logramos algo, debemos distinguir entre orgullo y placer.

Orgullo significa: "Lo logré. Por lo tanto, soy mejor que los demás".

Placer significa: "Gracias a Dios se me dio esta oportunidad para disfrutar y lograr algo. No soy
mejor, sólo soy afortunado".

El Camino #29 es Einó majzik tová leatzmó, que significa literalmente ‘no atribuirse méritos a uno
mismo’. Reflexiona por algunos minutos y piensa en algo de lo cual estés realmente orgulloso. ¿Te
hace sentir más agradecido o más arrogante?

Facultades naturales, dones naturales

La arrogancia surge comúnmente cuando se trata de habilidades naturales. La gente a menudo


presume de su fuerza física, salud y belleza. ¡Pero eso es absurdo! A pesar de que una persona
puede realmente mejorar estas cualidades con ejercicio y una buena dieta, en esencia son regalos
innatos. Es casi racista sostener que una persona es inherentemente mejor que otra porque posee
una nariz perfecta y pómulos bien formados.

Sin embargo, la gente suele presumir de tales cosas. ¿Te sucedió alguna vez que estabas en cama
con un resfrío terrible y un visitante te dijo con orgullo "yo nunca me enfermo"? Si hubieras tenido
fuerzas, ¡lo habrías tomado del cuello!

¿Y en el caso de la destreza intelectual? ¿Acaso un genio debería ser alabado por la buena suerte
de tener un cerebro ágil?

En definitiva, todo lo que poseemos es un regalo de Dios. A los arrogantes les cuesta reconocer esta
realidad. No quieren aceptar que Dios los ha ayudado, porque no están dispuestos a renunciar al
orgullo que acompaña a sus logros.

La próxima vez que sientas orgullo por una habilidad natural, pregúntate: "¿Acaso hice algo para
conseguirla?".

¿Posees destrezas atléticas? ¿Buena memoria? ¿Talento artístico? Disfrútalo, pero no sientas
orgullo.

El orgullo de lograr algo

¿Tuviste alguna vez un amigo que repentinamente se volvió rico o alcanzó el éxito profesional y
ahora apenas te dirige la palabra?

Es común que nos volvamos arrogantes por las cosas que logramos mediante nuestro esfuerzo,
porque es entonces cuando una persona realmente siente que "lo logró".

La manera de cuidarte ante esta clase de orgullo consiste en sentirte agradecido por las ideas que
tuviste y con las personas que te ayudaron a alcanzar tu meta. Nunca lograríamos nada si no fuera
por nuestros padres y maestros, o si no fuera por las personas que trazaron el camino antes de
nosotros. Es bueno disfrutar de nuestros logros, ¡pero no al extremo de pensar que eso nos hace
superiores a los demás!

Por ejemplo, tú sabes como utilizar una computadora. Tus abuelos probablemente nunca utilizaron
una computadora, a pesar de que no son menos inteligentes que tú. Tus destrezas computacionales
sólo son posibles gracias a la época en la que vives. Y la siguiente generación sin duda poseerá
habilidades tecnológicas que hallarás igualmente intimidantes.

Debemos enfocarnos bien. La próxima vez que empieces a sentirte orgulloso de algo, pregúntate:
"¿Acaso controlé todas las circunstancias que me colocaron en el lugar indicado y en el momento
preciso para gozar de esta maravillosa oportunidad?".

Mantente alerta de los presumidos

Los presumidos son prepotentes. Tienen muy poca paciencia con quienes no tienen idénticos logros
a su haber.

Los padres que se sienten "realizados" tienden a provocar un sentimiento de inadecuación en sus
hijos si éstos no exhiben el mismo ímpetu y habilidad. Muchos padres, según ellos por amor, exigen
tanto de sus hijos que éstos acaban sintiéndose como unos fracasados.
Por otro lado, los padres que se sienten agradecidos por su éxito son pacientes con las personas
que no tienen determinadas habilidades – especialmente si son sus propios hijos.

Los 48 caminos dicen: El orgullo lleva al desprecio; la gratitud lleva a la compasión. Orgullo significa
menospreciar a los demás. Debes cuidarte mucho de no destruir a los demás en el trayecto hacia tu
meta.

Orgulloso de la bondad propia

La arrogancia respecto a nuestra propia bondad es la más peligrosa, pues muchas de las peores
fechorías de la historia fueron cometidas en aras de la "bondad".

¿Escuchaste alguna vez a alguien decir "nunca le hice mal a nadie"? Esa sería una gran proeza si
fuese verdad. Sin embargo, es muy poco probable que nunca haya insultado a algún familiar o
amigo.

Además, siempre hay niveles superiores de "bondad", como por ejemplo luchar por la justicia social.
No debes presumir ni ser arrogante por las cosas buenas que hayas logrado, porque no existen
límites con respecto a lo que podemos lograr.

¿Acaso las personas religiosas piensan que son mejores que los demás? Es verdad que creer que
posees la palabra revelada de Dios puede llevarte a la complacencia y a la arrogancia. Pero es por
ese motivo que las personas religiosas intentan esforzarse al máximo por ser humildes.

La arrogancia en la sociedad

En cierto modo, todos nos enorgullecemos de nuestra propia sociedad, nación o cultura. Quienes
nacieron en China probablemente sean comunistas, a mucha honra. Si hubieras nacido en España
probablemente serías un orgulloso católico. Y hubieses nacido en Irán, quizás serías un
fundamentalista islámico - ¡a mucha honra!

La influencia de la sociedad es tan poderosa que a menudo adoptamos valores sin siquiera
percatarnos de ello. Luego, esos valores pasan a ser más un "instinto emotivo" que una "conciencia
intelectual". Por ejemplo, los estadounidenses pueden sentir que quienes hablan inglés con un
marcado acento extranjero ¡son menos inteligentes!

Por cierto, no existe nexo alguno entre la intelectualidad y la decencia y bondad. En la Conferencia
de Wanasee (la reunión nazi convocada para formular la "Solución Final" para el exterminio de los
judíos), 9 de sus 13 participantes poseían el grado académico de "Doctor". Esas eran las mentes
más creativas y científicas del mundo civilizado.

Los 48 caminos dicen que es crucial que evaluemos nuestras convicciones. De lo contrario, seguirás
ciegamente los dictados de tu sociedad.

1. Identifica los orígenes de tus valores.


2. Defínelos.
3. Determina objetivamente si esos valores son buenos.
4. Procura que sean tus propios valores.
Un obstáculo para la sabiduría

El orgullo es uno de los mayores obstáculos para alcanzar la sabiduría. Si eres arrogante, ¡te
resultará imposible aprender de los demás! Tal como enseñan nuestros sabios: "¿Quién es sabio?
Aquél que aprende de todas las personas" (Pirkei Avot 4:1).

Siéntete agradecido hacia tus maestros. Es arrogante decir: "Esto es sencillo, siempre lo supe". Si
alguien invierte tiempo para enseñarte algo, reconoce su esfuerzo, independientemente de si
piensas que has aprendido algo o no.

Debes darte cuenta del daño que puede provocar el orgullo. Si alguien se te acerca y cuestiona algo
de lo cual te sientes orgulloso, entonces lo tomarás como un ataque personal, te pondrás a la
defensiva y esto te impedirá poder seguir prestando atención.

Pero si alguien te dice que estás haciendo algo mal y dejas el orgullo de lado, entonces escucharás
con atención. "¡Si obtuve tanto placer de hacer lo que yo creía que estaba bien, entonces cuánto
mayor será el placer que podré obtener por hacer algo que realmente esté bien!".

La gente comete el error de pensar que tienen que pregonar su éxito para sentirse bien al respecto.
Pero la verdad es que el no atribuirse méritos suele traer como resultado un mejor sentimiento,
porque de esa manera hacemos el bien sencillamente porque es lo correcto y no por la fama que nos
pueda ofrecer.

La medicina que cura la arrogancia

¿Qué le pasa a una persona arrogante cuando entra alguien más importante que él a la habitación?
Se queda misteriosamente callado.

La mejor medicina contra la arrogancia es darse cuenta que Dios nos puso en este mundo para
lograr grandes cosas. Todos queremos ser el que mete el gol ganador del partido. Si reconoces esta
necesidad de alcanzar la grandeza, entonces te darás cuenta que no importa lo que hayas logrado,
aún no haz ni siquiera comenzado a desarrollar todo tu potencial.

Por ejemplo, si te dedicas a la compra y venta de propiedades, probablemente estés orgulloso de la


vez que compraste una propiedad en 10.000 dólares y la vendiste en 25.000 dólares. Pero cuando
ves que alguien la vendió en 1 millón de dólares, ¡entonces te das cuenta de cuanto te falta por
crecer!

Un antiguo dicho dice que “un gato gordo no puede correr”. Si te conviertes en alguien que esta
satisfecho con lo logrado, entonces probablemente no progresarás hacia logros aún mayores. ¡Te
volverás complaciente y quedarás atrapado en ese nivel por siempre!

Cada vez que sientas que te estás volviendo demasiado orgulloso, recuérdate a ti mismo que
significa la verdadera grandeza y cuán lejos estás de alcanzar tu verdadero potencial. Esto te bajara
de vuelta a la tierra. Luego, detente a disfrutar de cuán lejos has llegado. ¡Esto te devolverá el
balance!

¿Por qué evitar la arrogancia es un Camino a la Sabiduría?

 Si estas ocupado felicitándote a ti mismo por lo que has logrado, no te esforzarás por lograr
más.
 Si estás constantemente defendiendo tus opiniones, nunca estarás dispuesto a escuchar a los
demás.

 Si presumes de tus ideas, te estarás limitando.

 Si eres agradecido, crecerás como persona.

 Si te da placer hacer lo correcto, entonces busca más placer.

Camino #30: Sentirse amado


por Rav Noaj Weinberg zt"l
El deseo humano de sentirse amado es profundo y natural. Si das amor, atraerás amor.

A veces exhibimos una actitud que pareciera decir: "¡No necesito a nadie! ¡Soy autosuficiente!".

El Camino #30 es Ahuv, que significa literalmente ‘ser amado’. Porque ya sea en el ámbito de las
relaciones familiares, comerciales o sociales, el ser humano tiene una necesidad profunda y natural
de ser amado. Es tan necesario como el aire que respiramos.

Obviamente el amor debe ser merecido. El Rey Salomón dijo: "Tal como el agua refleja un rostro, así
también lo hace el corazón de una persona". En otras palabras, si proyectas frialdad, despertarás
frialdad; si proyectas calidez, despertarás calidez.

Cuando las personas te aman, desean ayudarte para que alcances sabiduría y prosperidad. Te
invitan a eventos sociales y te ayudan con los negocios. Te dan consejos acertados y con gusto
aceptan tus consejos. Tendrás éxito en todas las áreas de la vida.

¿Qué amas de los demás?

Comencemos definiendo amor: "Obtener placer de las virtudes del otro". De ahí nace la expresión
"conocer es amar".

Redacta una lista de las personas que amas. Estúdiala y pregúntate: ¿Qué es lo que me complace
de ellas? Después de conocer las virtudes, tendrás los fundamentos para desarrollar una verdadera
relación afectiva.

Asimismo, para ser amado por los demás debes volverte virtuoso ante sus ojos. Haz por ellos lo que
te gustaría que hicieran por ti. Esto te identificará como una fuente de placer, ¡y todos aman a
quienes les dan placer!

Una regla general consiste en estar siempre contento y optimista. Resulta agotador estar con
personas depresivas que se quejan por cualquier pequeñez. Si rebosas de felicidad y vitalidad, ¡sin
duda serás amado!

Transmitiendo amor

Todo padre ama a sus hijos. Entonces, ¿por qué tantos hijos se sienten rechazados? Porque "sentir"
amor hacia los demás es tan sólo una parte del proceso. También debemos "transmitir" ese amor.
Muchos hijos sólo captan el enfado y las críticas de sus padres, y por lo tanto captan un mensaje
equivocado.
Para transmitir amor, debes demostrar que entiendes, valoras y que te es placentera la esencia de la
otra persona. Detente y analiza las cosas positivas que ellos hacen, y deja de centrarte en sus
defectos. ¡A menudo somos más corteses y atentos con los extraños!

Esfuérzate por mostrarles a los demás que los aprecias. Ensaya frases como "me gustó lo que
dijiste", "me alegro que hayas venido", "lo hiciste a la perfección", etc.

Sin embargo, no debes confundir los cumplidos con la adulación (es decir, alabanzas insinceras). El
judaísmo prohíbe la adulación porque es engañoso y manipulativo. Debes asegurarte que el aprecio
que expreses sea sincero, y que no sea sólo un medio para ganarte la estima del otro.

La clave es dar

La manera más efectiva para ser amado es dar a los demás. Cuando das placer físico, material,
emocional o espiritual —sin condiciones de por medio— los otros sin duda te amarán.

En la práctica, ¿cómo puede alguien convertirse en un "dador"? La respuesta es sencilla: ¡debe


comenzar a dar!

Hay quienes dicen: "Sólo puedo dar a quien amo". Eso es un error. En hebreo, la raíz de la palabra
‘dar’ —que se dice hav— es la misma que la de la palabra ahavá, que significa ‘amor’. El judaísmo
sostiene que dar es lo que conduce al amor. Cuando yo te doy, invierto una parte de mí mismo en ti.
Entonces, te vuelves más apreciado ante mis ojos y te amo.

Es por eso que un padre ama a sus hijos por sobre todas las cosas. Son su mayor inversión.

Decide tanto intelectual como emocionalmente que el ayudar a los demás formará parte de tu
filosofía de vida.

Algunas sugerencias: visita a personas internadas en el hospital de tu ciudad. Invita amigos a una
cena de Shabat. Ofrécete de voluntario para servir alimentos en albergues para personas sin hogar.
O lava los platos en casa incluso cuando no sea tu turno. Emula a Dios y sé un dador. Hazlo con
entusiasmo e inspira a quienes te rodean a hacer lo mismo.

Tu placer es su placer

Darle placer a los demás nos proporciona una enorme fuente de placer. Dar placer imbuye nuestra
vida con propósito y significado, porque podemos apreciar el impacto positivo que somos capaces de
generar.

Entonces, ¿por qué no lo hacemos constantemente?

Porque estamos demasiado ocupados persiguiendo nuestro propio placer, envueltos en nuestro
propio narcisismo.

Sal de tu pequeño mundo personal. Extiende una mano. Un simple "hola" es capaz de levantar el
ánimo de una persona, y además es una muestra de que te preocupas por él o ella. ¡Las cosas
sencillas pueden marcar una enorme diferencia!

En el matrimonio, el dar representa el pilar de la relación. Cuando dos personas se concentran en


entregar, la relación fluye en ambas direcciones, conectando, uniendo y forjando los lazos
interpersonales. Pero cuando ambos se afanan en tomar para sí mismos, entonces la dinámica los
empuja en direcciones opuestas, generando fatiga y tensión.

Por desgracia, en la actualidad muchas personas se casan con la intención de obtener más placer
de la vida y no de dar placer al otro. ¿Cuánto puede sobrevivir un matrimonio en esas condiciones?

Amor y admiración

Debes distinguir entre "amor" y "admiración". Ser admirado significa que se nos respeta por nuestros
logros. Pero ser amado significa que se nos aprecia por la esencia de quienes somos, incluyendo
nuestros defectos.

Pese a que tus logros pueden conseguirte la admiración de los demás, eso no te llevará al amor.
Todo quien se afana por conseguir la admiración de los demás, por lo general la pierde. Pero el amor
de los demás es para toda la vida.

Temor a la intimidad

Un requisito para ser amado es tomar la decisión de permitir que te amen.

¿Por qué las personas huyen de la intimidad?

1. Una persona puede tener miedo a ser herido. (Una vez que bajas tus defensas, te pueden
herir).

2. Una persona puede tener miedo de conocerse mejor a sí mismo. (Si los demás se nos
acercan demasiado, fuerzan a que salgan algunos temas a la superficie).

3. Una persona puede querer simplemente estar solo.

Si sientes que tienes alguno de esos problemas, entonces tu mayor prioridad debería ser resolverlos.
Hasta que eso no suceda, ahuyentarás el amor de los demás.

El mayor obsequio de todos

El mayor obsequio que le puedes dar a una persona es la sabiduría. Un par de calcetines puede ser
utilizado durante un año, pero darle a alguien una idea correcta puede cambiar su vida para siempre.

De ahora en adelante, cuando sea que oigas alguna perla de sabiduría, piensa en cómo podrías
utilizarla para darle placer a otra persona.

No te olvides de "envolver para regalo" esa sabiduría, es decir, céntrate en la persona con quien
estés hablando y haz esa sabiduría relevante para él. No aburras ni ofendas a los demás, ni te
limites a pronunciar las palabras en forma fría y directa. Incluso si estás repitiendo una idea
"antigua", transmítela con el mismo entusiasmo que sentiste la primera vez que la oíste.

Al menos, no les provoques dolor a los demás. No critiques ni digas: "Es por tu propio bien". Trata a
los seres humanos como personas reales. Piensa en quienes son ellos y en qué es lo que necesitan.
Sé amistoso. Ayúdalos. Comparte sus problemas.
Asimismo, si realmente quieres adquirir más sabiduría, debes aprender a ser un buen alumno.
Presta atención y crece como persona. Eso le dará placer a tu maestro, quien de esa forma querrá
enseñarte más.

¿Por qué ser amados por los demás es un Camino a la Sabiduría?

 Dar placer a los demás constituye tu placer.

 Ver las virtudes de los demás es una de las mayores virtudes que puedes mostrar. Si amas a
los demás de esta forma, ellos también te amarán a ti.

 El primer lugar donde debes empezar a demostrar afecto es en tu propia familia.

 El amor fomenta la unión. Y en la unión está la fuerza.

Camino #31: Busca el máximo placer


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Incluso teniendo muchísimo dinero y poder, ningún ser humano se siente verdaderamente
satisfecho a menos que esté en contacto con la dimensión trascendental.

Todos hemos tenido alguna vez momentos en los cuales nos sentimos impresionados por el
esplendor de la vida, ya sea con el nacimiento de un bebé, con el cielo estrellado, con una magnífica
pieza musical o con una espectacular puesta de sol.

Estas vivencias nos energizan y nos calman al mismo tiempo. Nos permiten ir más allá de nuestras
propias limitaciones y fusionar nuestro ser (relativamente) diminuto e insignificante con la Unidad
Infinita y Trascendente.

Si las creaciones de Dios pueden generar tal grado de impacto en nosotros, cuánto más impacto
podría generar una experiencia con el Creador mismo. Debes darte cuenta que lo que realmente
deseas es conectarte con aquello que abarca todos los placeres existentes.

Imagina a alguien que se dedica a viajar por el mundo entero buscando experiencias emocionantes.
Ahora dile que, en el cuarto contiguo, ¡puede sentarse a hablar con Dios durante una hora!

¿No sería acaso la mejor experiencia posible?

El Camino #31 es Ohev et HaMakom, que literalmente significa ‘Ama el Lugar’. En el judaísmo, a
Dios se le conoce como "el Lugar" porque Dios no forma parte del universo, sino que "el universo
forma parte de Dios". Él creó el espacio; Él creó el tiempo. No existe lugar donde no se encuentre
Dios y, por ende, todos los lugares se encuentran en Él. Dios es "el Lugar" porque Él trasciende el
universo en su totalidad.

La Torá nos ordena amar "el Lugar". ¿Por qué?

Todos los demás placeres son insignificantes comparados con amar a Dios. Podemos tener una
deliciosa pizza, muchísimo dinero, amor y poder. Pero los seres humanos anhelan trascender la
rutina del diario vivir. Es por ello que el misterio, la magia y los milagros atrapan nuestra imaginación.
En definitiva, nadie puede sentirse verdaderamente satisfecho a menos que vaya más allá de su
existencia material y se conecte con la dimensión trascendental e infinita. Pues nada que sea
limitado y que esté arraigado en este mundo puede siquiera compararse con el infinito.

Un precio muy elevado

Para obtener el máximo placer, debemos pagar un precio exorbitante.

Gratitud.

Para amar a Dios, debes aprender a valorar todo lo bueno que ha hecho por ti. Eso significa
desechar la fantasía de que tú eres el responsable de tus logros, y admitir que todo lo que tienes es
un obsequio de Dios.

¿Por qué nos resulta tan difícil ser agradecidos? El ego de la persona está siempre deseoso de
reconocimiento e independencia y, por ello, rehúsa la noción de sentirse en deuda con un Poder
Superior. ¡Preferimos creer que logramos todo con nuestro propio esfuerzo!

Pensar que alguien más satisface tus necesidades significa tener una falsa relación con Dios. Si
piensas que tu carrera o tu pareja representan la máxima satisfacción, te equivocas, pues todas esas
cosas pueden desvanecerse. ¡Sólo Dios posee poder absoluto y sólo Él es eterno!

Para apreciar cuán valioso es el obsequio de Dios, debes darte cuenta que todas tus carencias no
son nada si las comparas con lo que ya posees. Analicemos por ejemplo tus ojos. No podrías
comprar un ojo ni por un millón de dólares. Sin embargo, Dios te dio en forma absolutamente gratuita
un par de ojos que funcionan con mayor precisión, rapidez y eficacia que los más sofisticados
dispositivos electrónicos de visión digital.

Amar a Dios es algo relativamente sencillo, ya que todo lo que tiene que ver con Dios es virtuoso. En
realidad, todos los placeres de este mundo se relacionan con la esencia de Dios, que es la fuente de
todo placer. Por ejemplo:

 Conducir un automóvil = el placer del poder = Dios.


 Cabalgar = el placer de la independencia = Dios.
 Escuchar Música = el placer de la armonía = Dios.
 Bailar = el placer de sentirse vivo = Dios.

Fomentar nuestro amor por Dios significa apreciar el increíble regalo que es la vida. Si puedes
identificar cuando tienes una experiencia como esa, entonces sabrás como tenerla nuevamente.
Trabaja conscientemente para apreciar el placer o incluso para apreciar las cosas sencillas como el
sentido del gusto, el respirar, la gravedad, etc. Pregúntate, "¿cómo podré incorporar esta experiencia
como un factor constante en mi vida?".

Una vez que valores los placeres de la vida, entonces podrás identificar a Dios como la fuente
invisible de todo eso. Tal como cada pincelada que dio Picasso en sus lienzos lleva su marca
personal, así también todo lo que se encuentra en este mundo tiene la marca personal de Dios. Tan
sólo debes saber identificarla.
Desarrollando amor por Dios

Dios, llamado "el Lugar", se encuentra en todas partes en todo momento. Si te comportas como si
Dios estuviera aquí tan sólo en ciertas ocasiones, o como si Él no se preocupa demasiado de ti, o
como si Él no presta atención a los detalles de tu vida, entonces te estarás enseñando a ti mismo
que tener una relación cercana con Dios es imposible.

Por eso, debes ser consecuente. Si quieres que tu vida esté llena de significado y trascendencia
entonces tienes que mantener en mente que Dios se encuentra en todas partes a cada instante, y
que está prestándote atención a ti... esperando a que tú le prestes atención a Él.

De hecho, esta es la máxima meta para la cual el hombre fue creado. Fuimos enviados a este
mundo para vencer la ilusión y para utilizar nuestro libre albedrío para forjar una relación con Dios. Él
podría haber fabricado robots, pero no es eso lo que Dios desea. Él quiere una relación real, lo que
significa que nosotros tenemos que decidir tenerla.

Dado que este nivel es difícil de alcanzar, la vida judía cotidiana incorpora varios recordatorios. Por
ejemplo, colocamos una mezuzá en el marco de nuestra puerta. Hay quienes piensan que se trata
de un ritual supersticioso para ahuyentar los fantasmas. Pero si abres una mezuzá y lees lo que se
encuentra en su interior, aprenderás sobre uno de los mayores placeres de la vida; Dios es Uno, Él
es un Dios personal que se preocupa por nosotros y hace todo exclusivamente por nuestro beneficio.
Reflexiona sobre lo que está escrito adentro. Bésala cuando entres y cuando salgas, para estar
siempre enfocado en cuál es el objetivo de la vida.

También decimos el Shemá, una vez por la mañana y otra por la noche. ¿Qué dice el Shemá?
"Amarás a Hashem, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todos tus recursos"
(Deuteronomio 6:5).

Existen tres caminos para desarrollar nuestro amor por Dios, que corresponden a los tres aspectos
enumerados en el versículo: corazón, alma y recursos. Examinémoslos uno por uno...

1) Amar a Dios a través de la naturaleza

Si observas la naturaleza y reconoces que todo lo que Dios puso en este mundo es un obsequio,
llegarás a amarle. Y mientras más analices la genialidad, belleza y simetría fenomenal de la
naturaleza, más apreciarás la perfección y la bondad del Creador. Con el correr del tiempo, la ciencia
ha realizado cada vez más hallazgos, sin embargo, apenas ha escarbado la superficie de las
maravillas que esconde la naturaleza.

Al contemplar las majestuosas Cataratas del Iguazú, quedamos boquiabiertos. Al observar una
pradera cubierta de nieve, nos invade la tranquilidad. Y cuando los relámpagos iluminan el negro
firmamento, nos sentimos agitados y eufóricos.

Un prerrequisito si deseas que la naturaleza te impresione, es tener la mente completamente abierta.


Realmente tienes que desear saber, sin prejuicio alguno, "¿qué me está diciendo la naturaleza?".

Observa cómo la naturaleza fue diseñada para satisfacer todas nuestras necesidades, tanto físicas
como emocionales. Por ejemplo, los alimentos no se limitan a proveernos un sustento alimenticio,
sino que incluyen un sinnúmero de beneficios adicionales. ¡Cada fruta posee su belleza, sabor,
forma, color y olor singular!
Imagínate si alguien te diera un automóvil como regalo y luego te lo pidiera prestado: accederías
gustoso a que lo maneje.

Lo mismo se aplica a Dios. Él nos dio un universo colmado de riquezas materiales. Entonces, si nos
pide comer alimentos casher o redistribuir un 10 por ciento de nuestros ingresos para beneficencia,
resulta difícil objetar. Este reconocimiento te lleva a "amar a Dios con todos tus recursos".

2) Amar a Dios a través de la historia

También se puede llegar a amar a Dios mediante el estudio de la historia, tanto tu historia personal
como la historia nacional del pueblo judío.

Contempla las cosas que Dios ha hecho por ti. Te dio la vida y te sostiene permanentemente.
Permite que respires y que tus órganos funcionen correctamente. Te dota con toda la fuerza y las
habilidades que posees.

Pero no se trata solamente de regalos. Si realmente te preocupas por alguien, querrás establecer
una relación con esa persona. ¿Qué pasa si esa persona te ignora? Harías algo para llamar su
atención.

Así es como interactúa Dios con nosotros. Él nos da obsequios sin cesar y, asimismo, hará algo para
despertarnos si dejamos que nuestra vida se maneje por la inercia. Él no nos castiga; tan sólo quiere
despertarnos: "¡Hey! Soy Yo, Dios. ¡Te extraño!".

Valora cómo Dios te cuida constantemente. Él dice: "¿Realmente quieres vivir? ¿Quieres que tu vida
tenga significado? ¿Quieres sentirte realizado? Quizás estás tomando el camino equivocado. Tal vez
pueda ayudarte. ¡Préstame atención!".

Analiza tu historia personal. No se trata de tu lucha por sobrevivir a pesar de todo. Por el contrario,
Dios te ha dado la oportunidad de crecer. Él organiza los sucesos de tu vida, según tu conjunto
especial de circunstancias, para enseñarte y guiarte en cada momento y etapa.

También puedes dar un vistazo a la historia universal y observar cómo Dios ha garantizado la
supervivencia del pueblo judío contra todas las probabilidades. Como parte de la eterna cadena del
pueblo judío, podrás apreciar la forma excepcional en que Dios se ha preocupado por ti.

Si alguien te ha demostrado que está absolutamente dispuesto a ayudarte, tú disfrutarías mucho


hacer cosas por esa persona. Es por eso que la intensidad del placer que sientes al cumplir con los
preceptos de Dios es indicativa del nivel de "Amor a Dios" que has alcanzado.

Amor a Dios significa maximizar nuestro anhelo de estar cerca de Dios. No te quedes sentado
esperando a que ocurra, búscalo con perseverancia. Hazlo con inteligencia. Debes estar dispuesto a
invertir tiempo y esfuerzo en obtener este placer.

Si no hay límites en el esfuerzo que inviertes para servir a Dios, significa que has logrado "amar a
Dios con toda tu alma".

3) Amar a Dios a través de la Torá

¿Cómo podemos descubrir la senda hacia una vida llena de significado? A través del estudio de la
Torá. La Torá es el mensaje de Dios para el mundo. Por eso, mientras más Torá estudies, más
podrás amar y apreciar la sabiduría de Dios, que es la máxima e infinita fuente de sabiduría. Y, a la
vez, podrás establecer una mejor relación con Él.

Cuando realmente empiezas a estudiar Torá, te das cuenta de que si algo parece no tener sentido,
debes romperte la cabeza para dar con la respuesta... porque sabes que la Torá es intrínsecamente
perfecta. Entonces, cada vez que logras resolver una dificultad en el estudio, el placer que obtienes
te motiva a desear más y más.

¿Qué te haría cambiar para seguir a Dios en vez de seguir tus deseos?

Si te dieras cuenta que Dios y Su Torá abarcan el término "significado" en su máxima expresión, la
lógica te diría que coloques tus metas y deseos personales en segundo plano para poder cumplir con
la voluntad de Dios. Te darías cuenta que nada más puede brindarte significado y abandonarías todo
lo que no guarde consecuencia con la voluntad de Dios.

La gente eventualmente reconoce que cualquier deseo de contravenir la voluntad de Dios abrirá una
brecha entre ellos. Una vez consciente de esto, querrás eliminar estas barreras, no sólo porque la
Torá te ordena hacerlo, ¡sino porque no podrás soportarlas! Se interponen y obstaculizan tu relación
con Dios. Cuando reconocemos que no existe nada más preciado que la cercanía a Dios, entonces
cada rasgo defectuoso de nuestra personalidad es visto como un infiltrado que busca quebrantar esa
relación y, en consecuencia, intentamos animosamente eliminar esos defectos.

Si te identificas con tu alma, entonces perseguirás esta meta toda tu vida. Eso significa "amar a Dios
con todo tu corazón".

El deseo de compartir con los demás

Una importante manifestación del amor a Dios es el deseo de compartirlo.

Cuando amas a Dios y observas a otras personas que quedan atrapadas en toda clase de
trivialidades, te duele. ¿Por qué? Porque te duele ver cómo otro ser humano pierde la oportunidad de
gozar un placer tan increíble. Entonces, si te llena de entusiasmo estar cerca de Dios, querrás que
toda la humanidad pueda tener esa relación también.

Esto no se compara a las personas cuyos celos se encienden cuando la atención de su ser amado
está enfocada en otra dirección. Cuando hablamos de Dios, no te dan celos cuando ves a otras
personas relacionándose con Él, porque Dios es infinito.

¿Por qué buscar el máximo placer es un camino a la sabiduría?

 Todo ser humano anhela lo trascendente.

 Disfruta la infinita belleza, gracia, poder, sabiduría y significado de nuestro Creador.

 La gente evade a Dios porque temen que se sentirán sofocados. Sin embargo, están
dispuestos a escalar montañas enteras en busca del máximo placer trascendental.

 Los artistas piensan que son lo máximo, pero no es verdad. Dios es la verdadera experiencia
estética.

 Ama a Dios por los obsequios que te da: manos, piernas, ojos, etc.
 Si sientes el amor de Dios por ti, le corresponderás con amor.

 El placer de un obsequio depende de la persona que te lo da. Aprecia lo que Dios es.

 La fuente de todos los placeres es Dios. Siente permanentemente Su presencia.

 Si decides constantemente amar a Dios, entonces te esforzarás por hacerlo.

 La mejor forma de amar a Dios es preguntarte siempre: "¿Cuál es mi meta en la vida? ¿Qué
quiero obtener de la vida?".

Camino #32: Ama a la humanidad


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Imagina que nunca antes has visto un ser humano. ¡Qué creación más fantástica!

Imagina que estás en una isla desierta y que nunca antes has visto a otro ser humano. Cuando te
encuentras con uno por primera vez, estás emocionadísimo. Él camina, habla y piensa. Te das
cuenta de que es un hermoso e increíble reflejo de Dios.

Cuán irónico es el hecho de que si te topases con esa misma persona en tu ciudad, probablemente
serías indiferente.

Nuestro error es que damos a las personas por sentado. Hay tantas, que nos aburrimos.

El Camino #32 es Ohev et habriot, que literalmente significa ‘amar a las creaciones’. Más
específicamente, esto nos enseña a amar a los seres humanos, que son el pináculo de la creación.
Eso no implica que tengamos que ignorar todo lo demás. Por el contrario, si amamos a las personas,
entonces de ahí fluirá naturalmente el amor hacia los animales, árboles y el resto de la creación.

No basta con amar a Dios y a tu familia. También debes amar a la humanidad en su totalidad. Esto
parece inalcanzable, pero constituye el ideal judío. El odio y la cizaña son aberraciones; paz entre la
humanidad es lo que debería haber. Lo encuentras explícitamente en la Torá: "Ama a tu prójimo
como a ti mismo".

Podemos conectarnos con todos los seres humanos y amarlos. Aprecia la belleza de la habilidad
humana para comunicar, lograr y crear. Esto es parte integral de todo ser humano. ¡Son creaciones
absolutamente fantásticas!

Haz una lista de virtudes

¿Qué significa exactamente "amar a los demás"?

La definición de amor es "el placer de identificar a las personas con sus virtudes".

Para poder enfocarte en el objetivo de apreciar la belleza de cada ser humano, intenta hacer una
lista de virtudes. Mientras más sean las virtudes potenciales de las que estés consciente, más
apreciarás a los demás.

Comienza con las virtudes obvias y luego intenta avanzar hacia las más difíciles. Una buena idea es
observar a las personas que te agradan, que te complacen, y analizar el por qué de ese sentimiento
positivo. De esta forma, conseguirás tener una lista exhaustiva que te ayudará a amar a toda clase
de personas.

Por último, asigna prioridades a tu lista: Identifica qué virtudes son más importantes que otras. No
puedes amar a todos por igual. Conviértete en un ‘experto'. Distingue entre una virtud y otra.

Aquí te sugerimos algunas virtudes con las cuales empezar:

Aceptador / consumado / intrépido / afable / altruista / ambicioso / apreciativo / articulado / asertivo /


atento / equilibrado / valiente / calmado / preocupado / cauteloso / carismático / caritativo / alegre /
compasivo / seguro / consciente / consecuente / cooperador / creativo / firme / honorable /
diplomático / tranquilo / eficiente / enérgico / entusiasta / expresivo / justo / flexible / indulgente /
amistoso / generoso / tierno / habilidoso / trabajador / saludable / honesto / humilde / idealista /
reflexivo / conocedor / lógico / afectuoso / leal / maduro / metódico / ético / ordenado / abierto /
optimista / organizado / original / paciente / persistente / educado / práctico / productivo / puntual /
realista / relajado / confiable / erudito / confiado / sincero / diestro / espiritual / dulce / talentoso /
ahorrativo / tolerante / versátil / cálido / sabio.

(Lista adaptada del libro “Comienza ahora nuevamente”, de Rav Zelig Pliskin)

La lista de afectos

Ahora, redacta una lista de todas las personas que amas.

¿Cuántas personas anotaste? ¿Dos? (bajo el promedio) ¿Diez? (promedio) ¿Veinte? (sobre el
promedio).

Cuando piensas en todo el placer que da el amor, ¿no es una pena que nuestra lista no incluya a las
miles de personas que conocemos durante nuestras vidas?

Nuestra tarea es buscar lo bueno en todos los seres humanos. Porque mientras no sepamos hacer
esto, sólo amaremos a un ínfimo porcentaje de personas. Date cuenta de cuán larga sería tu lista si
empezaras a concentrarte conscientemente en las virtudes de las personas y no en sus defectos. En
cada oportunidad que tengas, concéntrate en las virtudes de tus vecinos, familiares, jefe, empleados,
clientes, etc.

Concentrarnos en los defectos es el principal error que cometemos en nuestras relaciones


interpersonales. Si te desagrada alguien, es porque te estás enfocando en lo negativo. Intenta hacer
una lista de las personas que te desagradan... y observa cuántas virtudes poseen. No puedes odiar
las virtudes, tal como no puedes amar los defectos. Tan sólo puedes escoger con qué elementos
identificar a una persona.

La virtud de cada ser humano

Todas las personas poseen al menos una virtud en común: un alma Divina, que fue creada a imagen
y semejanza de Dios.

Sin importar cuán bajo haya caído una persona o cuán odioso sea, aún le queda una enorme virtud.
Todo ser humano es en realidad un ser intelectual, con libre albedrío y con un profundo deseo de
asemejarse a Dios.
Todo depende del foco. Los padres aman a sus hijos a pesar de sus defectos. A pesar de que se
hagan en los pañales. A pesar de que se peleen. A pesar de que sean egoístas. ¿Qué es lo que
aman de ellos? Que son inteligentes y que están llenos de potencial y vitalidad. ¡Que están vivos!

La verdad es que todo ser humano quiere ser bueno y moriría por ese ideal. Imagina a una persona
grosera y egoísta. Si le dijeras "mata a estos 1.000 niños o te mataremos", él te respondería:
"mátenme". Esa es la esencia de un ser humano.

Para llegar a amar a la humanidad, sé sensible ante aquellas virtudes que son comunes a todas las
personas. Todos buscan la bondad y la verdad. Es esta chispa Divina la que nos distingue de los
animales y la que nos dota con el máximo potencial: el libre albedrío. (¡Que no es una virtud
pequeña, por cierto!).

Amar o ser amado

¿Cuál placer crees que es mayor, amar o ser amado?

Amar es el mayor placer. Porque cuando percibes las profundas virtudes de otra persona —ya sea
su honestidad, su compasión o su inteligencia— eres capaz de compartir esa belleza.

En las raíces de nuestra eterna lucha por amar subyace un conflicto entre el cuerpo y el alma. El
alma quiere amar a los demás, porque dar amor es uno de los más profundos placeres que el alma
puede sentir. El alma quiere trascender y conectarse con todas las otras almas.

En un nivel más profundo, el amar a las demás personas es una forma de contactarnos con el amor
de Dios. Esto es así porque en la dimensión espiritual no existen límites convencionales entre las
entidades. Todo es uno.

El cuerpo, por otro lado, prefiere recibir amor. Esto es menos exigente, es más cómodo.

Chequéate a ti mismo. Si buscas atención, significa que el cuerpo tomó las riendas de tu ser.

Intenta conectarte conscientemente con el anhelo del alma de amar a los demás. Al principio es
difícil y debes esforzarte para que tu cuerpo acepte. Pero después de que te acostumbres a ver las
virtudes de los demás, ¡te será más fácil amar a toda clase de personas!

La unidad universal

La humanidad es un solo cuerpo. Si estás rebanando una zanahoria y accidentalmente te cortas un


dedo, ¿acaso tomarías el cuchillo y te cortarías la otra mano para vengarte? Por supuesto que no.
¿Por qué? Porque la otra mano también forma parte de ti.

El incienso en el Templo Sagrado era una mezcla de varias especias. Todas las especias eran
fragantes excepto una, cuyo aroma era penetrante y desagradable. Si el incienso era preparado sin
la totalidad de sus ingredientes, incluyendo el que olía fuerte, era inutilizable. De la misma forma,
cada judío es parte integral del conjunto y nadie es prescindible.

Cuando nos damos cuenta que somos un solo pueblo, entonces el herir al otro —"pagarle con la
misma moneda"— es tan ridículo como auto inferirte una herida. Es por eso que la Torá nos ordena
amar al prójimo "como a ti mismo". Herir a otra persona es tan tonto como cortarte la otra mano con
el cuchillo.
Obviamente la realidad es que nuestros cuerpos son unidades independientes. Cuando una persona
está comiendo, los demás no se nutren de su acción. Si te enfocas en los aspectos "corporales" de
los demás, eso es inherentemente divisivo.

Intenta en cambio enfocarte en el alma de la otra persona. Cuando una persona estudia, la otra
crece. Es como un partido de fútbol, si uno marca un gol, todos ganamos, porque todos somos una
unidad. No perderás nada por el hecho de que el otro sea más sabio; por el contrario, eso hará que
te sea más fácil adquirir sabiduría. Tus conocimientos me ayudan. Me puedes enseñar.

En cambio, si eres un hombre rico, eso hace que a mí me sea más difícil volverme un hombre rico.
Esa es la diferencia entre lo espiritual y lo físico.

Las almas son una unidad. Es como cuando dos hombres van viajando en un bote y uno comienza a
perforar el piso. "¿¡Qué haces!?", le grita su amigo. "No te preocupes", responde el primero. "¡Sólo
estoy perforando debajo de mi PROPIO asiento!".

El agujero en la capa de ozono no discrimina. Las drogas, el crimen y la violencia no tienen límites.
El concepto judío de Tikún Olam significa que cada uno de nosotros es responsable de reparar el
mundo, al máximo de nuestras capacidades.

El amor comienza en casa

No le creas a nadie que diga que "ama a la humanidad" pero que tiene una pésima relación con su
propia familia. Si una persona es incapaz de ver virtudes en su propio hermano, ¿cómo podría
entonces verlas en los demás?

Para llegar a amar a la humanidad, debemos comenzar con nuestra propia familia. Una progresión
sicológicamente sana consiste en primero amar a nuestros padres, luego a nuestros hermanos,
cónyuges e hijos. De ahí, la meta consiste en amar a los demás en la misma forma que un padre
ama a su hijo: nada se interpone.

El matrimonio es un buen campo de entrenamiento. Te enseña cómo identificarte con otra persona
tan intensamente como contigo mismo.

Existe un amor, sin embargo, que debe preceder a todo. La Torá dice que debes amar a tu prójimo
como "a ti mismo". Por ello, no es realista amar a tu prójimo a menos que primero te ames a ti
mismo. Si te sientes insatisfecho contigo mismo, no podrás amar al resto. Para que el amor sea
verdadero, debe fluir desde ti hacia el exterior.

Una técnica sencilla consiste en enfocarte en tus virtudes. Cada día, felicítate por tus características
positivas. ¿Eres un buen amigo? ¿Un trabajador esforzado? ¿Ambicioso? ¿Sincero? Siéntete
contento con tus puntos fuertes.

Revisa tu medidor

Imagina que conoces a alguien y que de repente descubres que él es en realidad tu hermano
perdido. ¡Inmediatamente querrías saber todo acerca de él!

¿Qué ocurrió? ¿Acaso no es la misma persona a quien ya conocías ayer? Su personalidad y sus
virtudes no cambiaron de la noche a la mañana. ¿Por qué ese repentino interés de tu parte?
Porque ahora te sientes más motivado a amarlo.

Analízate: ¿Cómo te sientes acerca de los demás? ¿Cómo reaccionas instintivamente cuando un
extraño entra a la sala? ¿Sientes una ola de afecto, o acaso tu primera respuesta es contenerte?
¿Tienes ganas de saber todo acerca de él, o piensas que eso sería entrometerte?

El Talmud relata que el sabio Hilel era acosado constantemente por una persona en particular. Hilel
respondía: "Hijo mío, ¿cómo puedo ayudarte?". Hilel siempre decía "hijo mío" para crear un vínculo
emocional, como si hubiera procreado a esa persona.

Cuando hablas con los demás como si fuesen extraños, eso es todo lo que serán. Pero si te
acostumbras a dirigirte a las personas como amigos o hermanos (sin un tono de superioridad),
entonces, amarlos será mucho más fácil.

Piensa en tres cosas que harías si descubrieras que tu vecino es realmente tu hermano perdido, y
llévalas a cabo. (Verás que las personas responden de forma muy positiva cuando se transforman en
objetos de tu afecto).

Empieza a tratar a toda la gente con más consideración y respeto. Cada vez que te topes con una
persona difícil, intenta pensar: "Si fuera mi hijo, ¿cómo lo trataría?".

Al fin y al cabo, todos los seres humanos somos hijos de Dios.

Una historia de amor fraternal

Cuando una persona ama a otra, Dios se les une.

Una vez, dos hermanos heredaron una granja. Durante muchos años trabajaron la tierra juntos y se
tenían mutuamente un gran amor fraternal. Después de un tiempo, uno de ellos contrajo matrimonio,
así que los hermanos se dividieron la granja. El casado construyó un nuevo hogar y vivió ahí con su
esposa, mientras que el soltero permaneció en la vieja casona. Los hermanos siguieron trabajando
sus granjas y tenían un buen pasar.

El hermano casado tuvo eventualmente una familia muy numerosa compuesta por 10 hijos. El otro
hermano aún seguía soltero.

Un día, el soltero pensó: "Tengo toda esta granja y todo este dinero, pero sólo debo preocuparme de
mí. Mi hermano tiene 12 bocas que alimentar". Por lo tanto, en medio de la noche, tomó algunos
manojos de trigo, trepó la colina que separaba ambas granjas y dejó el trigo en el granero de su
hermano.

Una noche, el hermano casado se puso a pensar: "Tengo una esposa e hijos maravillosos. Soy una
persona afortunada. Pero mi hermano está solo. Todo lo que él tiene es su trigo". Por lo tanto, en
medio de la noche, tomó un manojo de trigo, subió la colina y colocó secretamente el trigo en el
granero de su hermano.

Así siguieron comportándose ida y vuelta cada uno de los hermanos. Cada noche, los hermanos —
cada quien por su cuenta— trepaban furtivamente la colina y dejaban trigo en el granero del otro.

Una noche, ambos hermanos se toparon en la cima de la colina. Inmediatamente entendieron que es
lo que había estado ocurriendo y se unieron en un fuerte abrazo.
Y fue precisamente en ese sitio que Dios escogió edificar el Templo Sagrado, porque cuando un ser
humano ama a otro, Dios los acompaña. Porque de eso se trata la vida en realidad.

Llevando todo a la práctica

Los 48 caminos dicen: "Lo externo despierta lo interno". Esto significa que incluso si te es difícil amar
a los demás, puedes realizar acciones que demuestren amor, entendiendo que a la larga, eso
transformará tu mundo interior.

He aquí una breve lista de ideas para ayudarte a amar a los demás:

 Cuando alguien está sufriendo, muestra compasión.


 Esfuérzate por evitar que alguien sufra una pérdida monetaria.
 Visita a alguien que esté enfermo e intenta ayudarle.
 No avergüences a nadie, especialmente en público.
 No chismees sobre los demás.
 No te vengues ni guardes rencor.
 Sonríe: tu alegría afecta positivamente a los demás.
 Demuestra respeto hacia los ancianos.
 Ayuda a una persona pobre de tu comunidad.

¿Por qué amar a la humanidad es un camino a la sabiduría?

 Para desarrollar al máximo tu propio potencial, debes amar a la humanidad. El éxito de los
demás también es tu éxito.

 Mientras más amor tengas en tu vida, más feliz y eficiente serás.

 Si no valoras la existencia de los seres humanos, te estarás perdiendo uno de los mayores
placeres de la vida.

 Amar a los demás te conecta con el mundo, con todas las facetas de la creación.

 El amor te ayuda a salir de los confines del "yo" e ingresar al extenso campo del "nosotros".

 Pon prioridades en tu amor. Aprecia el valor relativo de cada virtud.

Camino #33: Cumple con tus obligaciones


por Rav Noaj Weinberg zt"l
No te quejes de tus obligaciones. Ellas te ayudan a materializar tu potencial y son la base de
la autoestima.

Los seres humanos son buscadores de placer. La mayoría de la gente busca placer en el trabajo, en
automóviles y en mansiones. En nuestra generación, muchos se quejan de que las obligaciones son
una tremenda incomodidad. Quizás por eso la gente espera tanto para casarse. ¡Imagínense verse
abrumados con responsabilidades e hijos que mantener!

Esa es una actitud superficial. Ciertamente es muy difícil cumplir con las obligaciones, pero al mismo
es muy placentero. En realidad, uno puede verse incluso energizado por la idea de asumir
obligaciones, es algo intrínseco en nuestra naturaleza. Así materializamos nuestro potencial. Nos da
un propósito verdadero, un placer verdadero.

El Camino #33 es Ohev et ha tzedakot, que literalmente significa ‘ama la justicia’. Una vez que te das
cuenta del placer implícito que hay en cumplir con tus obligaciones, resulta mucho más sencillo
llevarlas a cabo. Y si de todas formas vas a tener que realizarlas, ¡es mejor que las disfrutes!

Buenas acciones, buenos recuerdos

Acá hay un ejemplo sobre cómo cumplir con una obligación puede ser placentero y no sólo una
pesada responsabilidad:

Estás en la fila para pagar en el supermercado y el cajero te da vuelto de más. Sonríes orgulloso y
se lo regresas.

¿Cómo te sientes?

¡De maravilla! ¡Hiciste lo correcto! Eres una buena persona.

Analicemos este logro en perspectiva. Te abstuviste de robar unos cuantos centavos. Es


sorprendente que algo tan trivial te haga sentir como un héroe.

Así de exquisito es este placer. Un pequeño bocado te hace sentir fantástico, totalmente energizado.

Ahora imagina que estás sentado en un banco en el parque. Un hombre pasa caminando y se le cae
un sobre del bolsillo. Le dices: "Disculpe señor, se le cayó este sobre del bolsillo".

Él te responde: “¡Caramba! Me salvaste la vida. No puedo creerlo. ¿Sabes lo que había en ese
sobre? ¡Los ahorros de toda mi vida! ¡Si los hubiera perdido, habría enloquecido!”.

¿Cómo te sentirías ahora?

¡Increíble! No sólo le regresaste el dinero; prácticamente le salvaste la vida a este hombre.

La lección es que si hay placer en cumplir con una obligación sencilla, ¡entonces el placer de cumplir
con las obligaciones difíciles debe ser enorme!

Cuerpo versus alma

¿Qué determinará si veremos nuestras obligaciones como una fuente de angustia o como una fuente
de placer? Dependerá de si nos vemos a nosotros mismos principalmente como "cuerpos" o "almas".

A los cuerpos les disgustan las obligaciones, porque requieren de esfuerzo. El cuerpo prefiere estar
de vacaciones.

A las almas les fascinan las obligaciones, pues dan una sensación de importancia, dignidad y
eternidad.

Descubre qué es lo realmente importante en la vida. Cuando tenemos esa claridad, entonces
estamos dispuestos a ignorar las quejas del cuerpo y le prestamos atención a los anhelos del alma.
Y entonces te podrás identificar con el amor que siente el alma por el cumplimiento de las
obligaciones.

Ser bueno es hacerse un favor a uno mismo

¿Por qué tenemos un impulso tan fuerte de ser "buenos"? Porque el hecho de percibirnos a nosotros
mismos como "buenas personas" es una necesidad fundamental. Es la base del respeto por uno
mismo y de la autoestima. Y eso nos proporciona la energía necesaria para vivir. Si una persona no
piensa que es buena, pierde una buena parte de su voluntad para vivir.

Piénsalo: cuando ayudas a una anciana a cruzar la calle, no importa cuánto beneficio obtenga ella de
eso, ¡la satisfacción que tú sentirás será muchísimo mayor! Si piensas en la energía que obtienes al
hacer una buena acción, ¡es difícil entender por qué la gente no está corriendo de un lugar a otro
para ayudar a los demás!

Imagina que estás de vacaciones, paseando en un bote de excursión. Mientras admiras el


paisaje, uno de los excursionistas se cae por la borda. No puede nadar... se está ahogando. Así
que te zambulles en el río, que está lleno de fango, pero no te importa, porque estás intentando
salvar una vida. Logras tomarlo, pero él se mueve demasiado... ambos se sumergen en las
aguas turbias... finalmente, él deja de moverse, pero ahora está pesado como el plomo... lo jalas
con todas tus fuerzas... estás jadeando, el agua apesta.

Finalmente, después de lo que te pareció ser una eternidad, lo arrastras hasta la costa. Allí hay
otras personas que te ofrecen ayuda, y una ambulancia se lleva a la víctima al hospital. Gracias
a Dios está vivo, tosiendo y escupiendo un poco de agua turbia, pero va a estar bien. Regresas
a tu hotel y te das varios baños para sacarte la suciedad y el hedor a pescado de encima. Dices:
"¡Nunca regresaré aquí en el resto de mi vida!".

Ahora, 30 años más tarde, ¿cuáles fueron tus vacaciones más memorables? ¡La vez que ese
hombre se cayó por la borda y le salvaste la vida!

Los 48 Caminos dicen: en definitiva, hacer el bien siempre proporciona el máximo placer.

El truco consiste entonces en enfocarnos en los beneficios de cumplir con nuestras obligaciones. En
vez de simplemente obligarnos a nosotros mismos a cumplir con una obligación, debemos anticiparla
de manera positiva. Pregúntate a ti mismo: "¿Qué placer obtendré al hacer esto?".

Luego, después de completar la tarea, detente un minuto y disfruta del placer. "¡Se siente bien!". Y
asegúrate de registrar ese sentimiento, de forma que puedas recordarlo la próxima vez.

Un consejo práctico es que planifiques realizar buenas acciones. Llama a algún amigo que necesite
ánimo, ofrécete para hacer la compra del supermercado para una persona enferma o intenta ayudar
a alguien a conseguir empleo. Al hacer estas cosas, ¿acaso no se eleva el respeto que sientes por ti
mismo?

El percibirnos a nosotros mismos como "buenos" es el combustible que nos motiva y que nos ayuda
a salir de la cama en la mañana. ¡No debemos interponernos en el camino de alguien que se está
esforzando por ser bueno, pues pasará por sobre nosotros como una aplanadora!
Derechos versus obligaciones

Un par de generaciones atrás, la idea del deber cívico era parte fundamental de la sociedad
occidental. Pero ahora vivimos en una sociedad donde todos parecen preocuparse de sus derechos:
"¿Qué provecho sacaré de esto? ¿Qué tajada me corresponde?".

La perspectiva judía, por otro lado, consiste en enfocar las cosas desde el punto de vista de las
responsabilidades. Por ejemplo, cuando el Talmud analiza los daños a la propiedad, siempre enuncia
la ley en términos de "Fulano está OBLIGADO a pagarle a Zutano", en vez de "Zutano tiene el
DERECHO de cobrarle a Fulano".

Nuestros sabios dicen: "Más grande es quien actúa obligado que quien actúa en forma voluntaria".
¿Por qué? Porque cuando nos sentimos obligados, nuestra inclinación natural hace que nos
resistamos a la obligación. Por ello, si logramos sobreponernos a esa tendencia y realizamos una
buena acción, entonces seremos mejores personas por ello.

Es importante educar a los niños desde pequeños a cumplir con sus obligaciones. Para asegurarte
que crezcan a partir de sus experiencias, acércate al niño después de que haya realizado una buena
acción y pregúntale cómo se siente. Después de eso, pregúntale: "¿Renunciarías a este placer?".
¡De ninguna manera! Eso le demostrará el verdadero valor de hacer buenas acciones.

Redacta una lista. Cuáles son tus obligaciones con la humanidad, Dios, la sociedad, la familia, los
amigos, los maestros y contigo mismo. Y luego, ¡disfruta cumpliéndolas!

Las obligaciones más profundas

El judaísmo dice que nuestra mayor obligación es alcanzar la grandeza. Dios nos entregó las
herramientas y no podemos desaprovecharlas.

Por eso la sabiduría es una obligación. La sabiduría es el agua que nos ayuda a crecer. Sin ella, nos
estancaríamos. Para muchas personas, la principal lucha no consiste en "hacer lo correcto", sino que
tienen dudas sobre qué es lo correcto.

La felicidad también es una obligación. La sociedad occidental piensa que la felicidad es opcional
(“Si quiero estar deprimido, estoy en mi derecho”). Pero en realidad, ser feliz es parte de ser
considerado con quienes nos rodean. Cuando una persona vive con optimismo y alegría, su energía
se difunde. Y por el otro lado, una persona desdichada transmite desdicha.

Imagínate cómo te sentirías si tus padres o amigos estuvieran siempre tristes. ¿Acaso no te
deprimirías? Por lo tanto, debes esforzarte para darles a los demás la misma felicidad que te
gustaría que los demás te den a ti.

¿Por qué cumplir con tus obligaciones es un camino a la sabiduría?

 Hacer lo correcto representa un placer mucho mayor que el éxito material.

 Para ser una persona buena, debes disfrutar el hecho de ser bueno.

 Las obligaciones son más sencillas de cumplir cuando logras sentir el placer de hacer lo
correcto.
 Después de que completas una tarea difícil, debes tomarte un respiro y reflexionar sobre cuán
bien te sientes.

 Las obligaciones nos ayudan a concretar nuestro potencial.

 Cumplir obligaciones es una experiencia del alma.

 Las obligaciones son una parte inevitable de la vida, ¡así que más te vale disfrutarlas!

Camino #34: Utiliza tu guía interna


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Todo lo que necesitamos saber acerca de la vida yace en nuestro subconsciente.

Todos queremos hacer lo correcto. Nadie se despierta por la mañana diciendo “quiero ser malo”.
Incluso un criminal puede justificar su conducta como “buena”.

Sin embargo, si todos dicen hacer el “bien”, ¿cómo podemos saber objetivamente si nosotros
estamos haciendo el bien o no?

No podemos simplemente observar cuál es la norma social para saber qué está bien y qué no lo
está. Tenemos que verificarlo por nuestra propia cuenta. Necesitamos un conjunto básico de leyes
éticas que nos guíen. Pero eso no es suficiente. Dado que las circunstancias cambian
constantemente, no se pueden promulgar leyes que cubran cada caso imaginable. Por ello, debemos
cultivar un sentimiento interno de qué es lo correcto.

El Camino #34 es Ohev et hamesharin, que significa literalmente ‘amar el camino recto’. No sigas
ciegamente la idea que tiene la sociedad de “qué es correcto”. La gente tiende a tomar el camino
fácil, y el enfoque más difícil es a menudo el correcto.

Ponte en contacto con lo que sabes

El siguiente relato está en el Talmud:

Antes de nacer, cuando aún estamos en el vientre materno, Dios envía un ángel para que se
siente junto a nosotros y nos enseñe toda la sabiduría que necesitaremos saber acerca de cómo
vivir. Entonces, justo antes de nacer, el ángel nos propina un golpecito debajo de la nariz
(formando el surco nasolabial, la depresión que todos tenemos bajo la nariz), y olvidamos todo
lo que el ángel nos enseñó.

¿Cuál es la moraleja de esta historia?

¡Qué la verdad y la sabiduría están “justo debajo de tu nariz”!

Podemos mirar en nuestro propio interior para entender de qué se trata la vida. Enterrado en nuestro
subconsciente, en los rincones más recónditos de nuestra memoria, guardamos el conocimiento de
todo lo que necesitamos saber para vivir: el propósito de la vida, cómo amar, cómo explotar nuestro
potencial. Nuestra tarea consiste en traspasar ese conocimiento desde nuestro subconsciente a
nuestra mente consciente, es decir, ¡esforzarnos por recordar!
Esa es la visión que tiene el judaísmo de la educación. Nadie puede enseñarte algo nuevo. Tan sólo
pueden ayudarte a recordar lo que ya sabes por intuición que es verdadero.

"Educación" significa extraer lo que ya se encuentra dentro del alumno. Cuídate de los educadores
que intenten imponer su opinión sobre ti.

Saliéndote del camino

Todos tenemos una conciencia innata, una sabiduría natural que Dios programó en nuestro interior.
Por eso, lo primero que piensa una persona —su reacción instintiva— es a menudo la respuesta
correcta.

¿Pero qué es lo que sucede luego? En medio de la confusión de la vida comenzamos a aplicar
nuestra “lógica”, impulsada por el ego, a las diversas situaciones. Racionalizamos y nublamos
nuestro conocimiento interno.

Para evitar esa trampa, pregúntale a la gente que te conoce: “¿Crees que tiendo a racionalizar mi
forma de ver las cosas?”. O bien, dí en voz alta tus racionalizaciones, como si se tratara de la
situación de otra persona, no de la tuya.

Echa un vistazo en tu interior, aguarda un momento y reflexiona. Pregúntate a ti mismo en voz alta:
¿Qué es lo correcto?

En el judaísmo, la Torá es nuestra guía objetiva, la cual se ha mantenido intacta a lo largo de


generaciones y siempre ha estado disponible para servir como fuente de referencia. Los judíos
tienen una simple y efectiva herramienta para mantenerse en el camino correcto. Constantemente
nos preguntamos, ¿qué diría Dios sobre esto?

Mantén tus antecedentes impecables

Imagina la satisfacción de preguntarte a ti mismo “¿soy completamente honesto?” y poder contestar


sin titubeos en forma afirmativa.

Ser fidedigno es un factor importante en nuestra autoestima. A menudo, cuando rehuimos de


nuestras obligaciones, sentimos cómo nos reprende nuestra conciencia: “¡No lo hagas!”. Y a pesar
de que quizás evitamos un desafío difícil, sabemos en el fondo que hemos actuado mal.

La conciencia es un estímulo poderoso. Nos ayuda a ser honestos y a caminar por la senda correcta.
No la desperdicies. Escucha a tu conciencia y deja que te ayude a cumplir con tu cometido.

Después de tomar cualquier decisión, haz una pausa. Si has elegido en forma correcta, descubrirás
que sientes una ola de placer. No hay 'dudas' que te carcomen, no hay 'agendas ocultas'. Te sientes
limpio.

Utiliza el poder de tu conciencia antes de tomar una decisión. Pregúntate: ¿Qué sentiré después de
hacerlo? ¿Placer o desagrado? Preguntarte eso te ayudará a enfocarte en distinguir entre el bien y el
mal.
“No puedo” versus “no quiero”

Una de las racionalizaciones más comunes está en las palabras: “No puedo”. ¿Cuántas veces has
oído (o dicho) “Me gustaría ayudar, pero no puedo…”?

Si cambias "no puedo" por "no quiero", estarás asumiendo responsabilidad por tus decisiones. “No
puedo” significa que soy incapaz de hacer lo correcto. “No quiero” significa que tengo la capacidad,
pero que estoy optando por no hacerlo. (En otras palabras, “no me da la gana…”).

Cuidado con las excusas (los “peros”) que intentan bloquear tu impulso para hacer lo correcto. Cada
vez que oigas un “pero” —una justificación para no hacer lo correcto— desafíalo frontalmente.
Destruye esos “peros” y empieza a tomar las riendas de tu vida.

Cuando te encuentres diciendo “no puedo”, dí en su lugar “no quiero”. No te preocupes de si puedes
realmente o no. Tan sólo con decir estas palabras harás hincapié en que eres tú quien controla la
decisión, lo cual ampliará tus horizontes hacia nuevas oportunidades, desafíos y éxitos.

Midiendo lo correcto y lo incorrecto

El Talmud relata el siguiente caso:

El Sr. A. contrató un técnico para que le arreglase algo y, mientras trabajaba, el técnico lo
rompió. Según la ley judía, el técnico debía reemplazar el artículo. Pero dado que el técnico era
pobre, el Sr. A. no insistió en que le fuese pagado el daño ocasionado, pero él tampoco le pagó
por el trabajo.

Sorpresivamente, el técnico presentó una demanda contra el Sr. A., exigiendo que éste le
pagase por el tiempo trabajado. ¿Cuál fue el veredicto del juez? ¡El Sr. A. tenía que pagar! El
juez dijo que el tema del sueldo —al cual el técnico tenía derecho— no tenía nada que ver con
los perjuicios que el Sr. A. había condonado.

Este ejemplo demuestra que el Sr. A. pensó que estaba haciendo lo correcto —perdonándole los
daños— pero realmente estaba violando su obligación de pagarle el sueldo.

¡Esa es una gran racionalización!

Veamos ahora el ejemplo de la caridad. El Talmud dice que le puedes dar caridad a un pobre y
destruirlo al mismo tiempo. Todo depende de cómo lo hagas. Si una persona pobre llega a tu puerta,
le arrojas un billete en el rostro y le cierras la puerta en la nariz, entonces técnicamente habrás
“cumplido con tu deber”, ¡pero también lo habrás avergonzado y humillado!

Al tratar con los demás, pregúntate a ti mismo: “¿Qué es lo indicado?”. Sé sincero y descubre la
forma correcta de tratar a tus padres, amigos, colegas, etc.

No insistas en tus “derechos”

Las obligaciones por lo general están claramente redactadas en forma de contratos o convenios.
Pero hay algunas cosas que son correctas de hacer aunque no sean contractuales u obligatorias.
Ese es un nivel superior de rectitud.
Por ejemplo, los padres se esfuerzan por criar a sus hijos y van más allá del mínimo. Y puesto que
deciden hacerlo así voluntariamente, no existe una obligación “legal” de retribuirles. Sin embargo, si
tus padres envejecen y necesitan que los cuides, lo correcto es estar a su lado.

Si quieres hacer lo correcto, tendrás que vencer tu inclinación por exigir tus derechos. Evita
expresiones tales como “no es mi turno de sacar la basura”, o “no estoy obligado a renunciar a mi
asiento en el autobús”. Ajusta tu actitud y haz lo correcto, incluso cuando no estás obligado.

Aprende a entregar a los demás, ¡y verás lo lejos que eso te puede llevar! Para comenzar a avanzar
en esa dirección, haz una lista de las personas con quienes tengas "deudas no contractuales":

 Padres
 Hermanos
 Cónyuge
 Amigos
 La sociedad
 Tu pueblo
 Dios
 Tú mismo

Camino #35: Ama la crítica


por Rav Noaj Weinberg zt"l
La crítica no es un ataque personal, sino que es una forma de alcanzar nuestro máximo
potencial.

¿Amas la crítica? Probablemente no. La mayoría de las personas ven la crítica como un ataque
personal que activa todo tipo de mecanismos de defensa.

El Camino #35 es Ohev et hatojajot, que significa literalmente ‘ama la crítica’. ¿Te suena ridículo? En
realidad, ¡las empresas pagan grandes sumas de dinero para contratar consultores que les dicen
qué están haciendo mal! También instalan "buzones de sugerencias", ¡e incluso las palabras del
conserje son escuchadas por el presidente de la compañía si existe la posibilidad de mejorar las
ventas!

Entonces, ¿por qué ese mismo presidente se enoja cuando llega a casa y escucha las sugerencias
de su esposa? El problema es que él está enfocado en ganar más dinero, pero quizás no está
enfocado en convertirse en una mejor persona.

Debes darte cuenta que cada error acarrea una consecuencia negativa. La crítica puede salvarte de
las pérdidas futuras al ayudarte a identificar el defecto de personalidad que causó el error. Tu amigo
te dirá cuando tengas un poco de espinaca entre los dientes; ¡tu enemigo sonreirá y te dirá que te
ves fantástico! Como dicen nuestros sabios: “Es preferible la crítica de un amigo que el beso de un
enemigo”.

Necesitas la crítica para ser exitoso

¿Piensas que eres perfecto? ¡Por supuesto que no! Si quieres alcanzar tu potencial, debes buscar
proactivamente las críticas constructivas. Cuando una persona está decidida a alcanzar un objetivo,
aceptará increíbles cantidades de críticas, acoso e insultos. ¡Piensa en lo que un atleta olímpico
soporta voluntariamente de sus entrenadores!
Cuando vemos los beneficios, nos damos cuenta que en realidad nos gusta la crítica. Imagina que
olvidaste tu billetera en el correo y que alguien te grita: “¡Oye! ¡Se te olvidó tu billetera!”. En lugar de
ponerte a la defensiva por la crítica, dirías: “Muchas gracias. La próxima vez seré más cuidadoso”.

Una de las razones por las cuales tenemos dificultades para aceptar las críticas es porque no
estamos preparados emocionalmente para recibirlas. Nos encuentran con la guardia baja. Por otro
lado, cuando eres tú quien solicita las críticas, estás en una posición que te permite lidiar de mejor
manera con ellas, ya sea para aceptarlas o para desechar la información. Asimismo, el hecho que
las solicites significa que has elegido una fuente más confiable, y por lo tanto es más probable que
las tomes en serio. Además… ¡es una buena forma de practicar para aquellos momentos en los
cuales las recibirás inesperadamente!

No esperes tener una crisis para buscar la crítica. Anticípate a los problemas. Si quieres tener un
matrimonio exitoso, pide consejos. Si quieres criar hijos sanos, pide consejos.

La mejor manera es obtener retroalimentación de personas objetivas, de personas que nos conozcan
bien. Una vez al mes, pide a algunos amigos que te digan cinco maneras en las cuales podrías
mejorar. (Pídeles cinco cosas, porque típicamente empezarán por cosas no muy comprometedoras,
¡y sólo al final tocarán el meollo del asunto!).

Reacciona de buena forma

Si escuchamos la palabra “crítica” todos nos imaginamos instantáneamente algo negativo y doloroso.
El dolor que es producto de la crítica viene del orgullo herido. Pase lo que pase, existe esa sensación
de que uno “no es lo suficientemente bueno”.

La crítica no significa que no eres lo suficientemente bueno. Significa que "eres bueno, pero así es
como podrías ser aún mejor".

Aplaca tu instinto defensivo. No reacciones antes de llevarte esa crítica a casa y evaluarla. Puede
que te sientas avergonzado por el comentario, pero pídele a la persona que elabore la idea: “Dime
exactamente qué es lo que te molesta. Quiero ver si hay algo de cierto en esta crítica”.

Una manera de lidiar con la crítica es tomarla como algo abstracto y no como algo personal.
Abstráete de la situación y piensa: "¿Cómo aconsejaría a un amigo que ha recibido esta crítica?".

Tomar conciencia de nuestros errores es doloroso, pero es más doloroso ir por la vida repitiendo
esos mismos errores. La crítica es como una inyección. Puede que duela, pero el dolor pasa, y los
resultados te beneficiarán por el resto de la vida.

Si reconoces que el propósito de la crítica es despertarte y ponerte de vuelta en el camino correcto,


entonces estarás agradecido con quien te critique. Acostúmbrate a decir: "Gracias, de verdad aprecio
que me hayas dicho eso". Aunque lo tengas que decir a regañadientes…

Siempre que te critiquen:

 No trates de defenderte. Recuerda: ¡Nadie es perfecto en este mundo!


 No reacciones en ese preciso momento.
 Piénsalo bien, ¿es verdad? ¿Por qué esa persona lo ve de esa manera?
 Agradece a la persona por la crítica.
 Llévalo un paso más allá, pídele a esa persona que te ayude a mejorar.
Ayuda a otros

Si apreciamos el valor de la crítica, entonces apreciaremos la necesidad de ayudar a otros


ofreciendo nuestra crítica. Alguien que sufre espiritual y emocionalmente necesita tanta ayuda como
quien sufre de forma física.

Entonces, ¿por qué somos reacios a criticar? Porque queremos ser amados, y pensamos que la
gente se va a molestar por nuestras críticas.

Si vieras a una persona a punto de caerse por el hueco de un ascensor, ¿no correrías para indicarle
su error? Si tu hijo o hija se rehusara a tomar su medicina, ¿acaso te darías media vuelta y dirías:
"Yo quiero que me ame, así que no insistiré en que se tome esta desagradable medicina"?
(Obviamente sería mejor que aprendieras a dársela con mucha azúcar).

Cuando vemos claramente las consecuencias de los errores, nos sentimos obligados a ayudar. La
Torá nos dice que cualquier amor que no incluye crítica es falso. Si de verdad te preocupa, hallarás
la manera de ayudar, aunque esa persona no sepa que necesita ayuda. No actúes
despreocupadamente. Si alguien está sufriendo, haciendo algo mal, sintiéndose miserable o
actuando de una manera autodestructiva, no te quedes de brazos cruzados. Debes darte cuenta que
tarde o temprano tendrá que pagar por sus errores. Preocúpate. Ayúdalo.

Es fácil ser tolerante con los errores de otras personas cuando eres indiferente. Pero mientras más
ames a una persona, más te dolerá verla viviendo una vida equivocada. Por eso los padres —las
personas que más te aman— son por lo general quienes formulan más críticas. Es precisamente
porque te aman que no pueden simplemente darse vuelta y decir, "Está malgastando su vida pero no
me importa".

Ahora entendemos por qué en el libro de Levítico (19:16-18) la instrucción de criticar está escrita
junto al mandamiento de "amar a tu prójimo como a ti mismo" y junto a la prohibición de quedarse
cruzado de brazos mientras otra persona necesita ayuda.

Critica como a ti te gustaría que te critiquen

Para ayudar a alguien a cambiar, no es necesario tirar piedras o gritar más fuerte que los demás. El
objetivo no es tan sólo expresar lo que te molesta.

Debes apreciar cuán difícil es aceptar la crítica, y utilizar esa sensibilidad para saber cómo debes
criticar a los demás. Antes de criticar a alguien, pregúntate a ti mismo: "¿Cómo me sentiría yo si
estuviera del otro lado? ¿Cómo me gustaría que me dijeran eso?".

Dado que la crítica es muy valiosa, pero tiene al mismo tiempo mucho potencial para causar daño,
es fundamental criticar sabiamente. Si tu crítica crea animosidad o resentimiento, entonces es mejor
no decir nada.

El primer paso para corregir a los demás es amarlos. Si la persona siente que estás velando por tu
propio interés —y no por el suyo— no escuchará lo que le digas.

Debes entregar 10 partes de amor por cada parte de crítica. Debes entregar amor antes, durante y
después de la crítica. Tranquiliza a la persona asegurándole que te importa y que estás de su lado.
Muchos padres cometen el error de pensar que pueden criticar a sus hijos sin recordarles cuánto los
aman.
Exprésate de forma inteligente

El objetivo de la crítica es hacer que la otra persona acepte tu planteamiento y que salga favorecida
a partir de ello. Tu desafío es evitar accionar cualquier mecanismo de defensa. ¿Cómo se hace eso?
Intenta algo así:

"Sabes, anoche hice algo tonto".

"¿En serio? ¿Qué hiciste?", te pregunta tu compañero de cuarto sin darse cuenta.

"Después de terminar de comer, no lavé los platos".

"Sabes una cosa, ahora que lo mencionas, yo también dejé mis platos sucios sin lavar toda la
noche. Creo que yo también voy a empezar a lavarlos más seguido".

Misión cumplida, sin herir sentimientos. Obviamente no todas las situaciones son iguales, y tampoco
es fácil esconder tus intenciones. Pero si eres lo suficientemente listo, encontrarás la manera de
decir lo que tengas que decir manteniendo la paz.

La mejor reprimenda es demostrar tu punto a través de tus acciones. Si los niños no aprecian la
belleza y el valor de ser honesto, es probablemente porque sus padres no están siendo lo
suficientemente honestos. De otra manera, la verdad sería obvia para cualquiera. Sin peleas, sin
conflictos. El Talmud nos dice que Moshé fue capaz de instruir al pueblo sólo porque él ejemplificó
por completo lo que predicaba.

¡Compruébalo!

La palabra hebrea para crítica, tojajá, viene de la misma raíz que la palabra hojajá, que significa
‘prueba’.

La mejor manera de lograr que tu vecino cambie no es a través de una dura reprimenda,
argumentación o persuasión intelectual. La única manera de convencer a alguien es utilizando
pruebas claras y obvias. La persona debe ver por sí misma lo que está haciendo mal.

El Midrash cuenta la historia de Eliahu el Profeta, quien se encontró con un pescador:

"¿Estudias Torá?", preguntó Eliahu. "No", respondió el pescador. "Yo soy un hombre simple. No
estoy dotado de gran talento o inteligencia".

"Dime", dijo Eliahu, "¿cómo preparas tu red de pescador?".

"Bueno", dijo el hombre, "es bastante complicado, a decir verdad. Primero tengo que seleccionar
el calibre correcto de cuerda, y luego tengo que tejer la red en un diseño especial para
asegurarme de que tenga el equilibrio correcto entre fuerza y flexibilidad".

"¿Y cómo haces para atrapar los peces?", preguntó Eliahu.

"Ah", dijo el hombre, "eso también involucra muchos factores complejos: la estación del año,
hora del día, tipo de pez, profundidad del agua, temperatura y la velocidad de la corriente".
"Cuando llegues al cielo", dijo Eliahu, "¿acaso piensas argumentar que no estudiaste Torá
porque eras un hombre simple, carente de talento o inteligencia? ¡Tu pericia como pescador
refuta tu propia afirmación!".

La tojajá no es severa. Por el contrario, la tojajá es la belleza de la realidad que nos mira
directamente a los ojos.

¿Por qué amar la crítica es un camino a la sabiduría?

 Todos queremos obtener lo más que podamos de la vida. Pero los seres humanos somos
inherentemente subjetivos. Pídele retroalimentación a tus amigos.

 Si tienes ganas de crecer, siempre estarás dispuesto a escuchar el consejo de los demás, sin
ponerte a la defensiva.

 Cuando pagamos por la crítica, la escuchamos cuidadosamente. Debes aprender a apreciar la


crítica gratuita también.

 La crítica constructiva demuestra que te importan los demás.

 La lucha por la vida es la lucha por la cordura. La crítica nos permite ver nuestros errores con
claridad.

 El pueblo judío es una unidad. Si un judío sufre, todos los judíos deberían sentirlo. Ayudar a
otro judío es ayudarte a ti mismo.

 El Talmud nos dice que Jerusalem fue destruida porque la gente no se corregía mutuamente.

 El Rey Shlomó dijo: "¡Critica a una persona sabia y te amará!". (Proverbios 9:8).

Camino #36: Cómo enfrentar la presión social


por Rav Noaj Weinberg zt"l
No desperdicies tu vida intentando impresionar a los demás. Mejor convéncete a ti mismo.

Conocí a un joven que siempre hablaba con la cabeza ligeramente ladeada, porque alguien le había
dicho alguna vez que tenía el perfil de un actor famoso. La mayoría de la gente no pensaba que
tenía el perfil de un actor famoso, ¡pensaban que le faltaba un tornillo!

Esto es lo que ocurre cuando dejamos que nuestro deseo por impresionar a los demás determine
nuestras acciones. Si estamos orgullosos de algo, queremos que los demás lo sepan. La próxima
vez que converses con alguien, fíjate cuánto tiempo pasa hasta que la otra persona (¡o tú mismo!)
empieza a mencionar sus logros personales.

¿Por qué tenemos esa necesidad de impresionar a los demás? Los seres humanos estamos
sedientos por significado. Pero a veces no alcanzamos el nivel que deberíamos. Por eso,
necesitamos compensar dicha falta con un espaldarazo artificial de los demás.

Si los demás te dicen que eres magnífico, podrías llegar a creértelo. Una estrella de cine que cree en
lo que dicen sus admiradoras, está en graves problemas. ¿Por qué? Porque se está elevando en
base a ilusiones, y cuando se caiga, caerá fuerte.
La búsqueda afanosa de honor es una señal de que no te respetas lo suficiente a ti mismo. Es como
decir: "No valgo mucho, pero si logro que los demás crean que valgo, entonces sí valdré algo". Pero
eso no es verdad. Equivale a buscar el "oro de los tontos", amarillo y brillante, pero carente de valor.
En tu interior te sentirás como un impostor.

El Camino #36 es mitrajek min hakavod, que significa literalmente ‘aléjate del honor’. Esto nos
enseña a no acudir a los demás para obtener reconocimiento, sino a encontrarlo en nosotros
mismos. Descubre qué cosas tienen importancia en la vida y utilízalas para impulsarte y llegar a ser
verdaderamente grande. Quienes están satisfechos consigo mismos no necesitan del
reconocimiento público para sentir que valen algo.

Este es un clásico conflicto entre cuerpo y alma. El cuerpo está feliz con la ilusión de que los demás
piensan que somos importantes. Pero el alma busca lo que es verdaderamente significativo. El
cuerpo dice: “Seamos importantes ahora”. El alma dice: “Hagamos que perdure”. El cuerpo vacila
ante las incomodidades que esto involucra. El alma sabe qué es lo correcto.

Libérate de las opiniones de los demás

Si dependes de las opiniones de los demás para decidir cuán bueno eres, quiere decir que no eres
más que una hoja en el viento, te mueves en la dirección en la que soplan las opiniones de los
demás y las modas pasajeras.

Si confías en tu propio valor, serás capaz de seguir tus propias opiniones y no las de la sociedad.

Dios llama a los judíos "un pueblo testarudo". Ser testarudo es tanto bueno como malo. Es malo
porque te hace ser porfiado y renuente al cambio. Pero es bueno porque te aferras a tus creencias a
pesar de las modas y tendencias. Se dice que si los judíos no fueran testarudos, no habrían
sobrevivido hasta la actualidad.

Todos queremos tener éxito y alcanzar la grandeza, y realmente debemos buscar estas cosas. Pero
no debemos vivir para los demás. No debemos elegir una profesión o un cierto tipo de vida
basándonos exclusivamente en lo que nos da estatus. Si quieres ser grande, entonces haz algo
verdaderamente grande. No porque te haga merecedor del respeto de los demás, sino porque tú
mismo quieres vivir una vida llena de significado y materializar tu potencial, independientemente de
cuánta atención captes de los demás.

No te preocupes. Cuando sigues el camino correcto, a pesar de que puedes ser rechazado por los
demás en un principio, podrás irte a dormir tranquilo sabiendo que tu conciencia está limpia, y
puedes estar seguro que, al final, la verdad prevalecerá.

Examina tus motivaciones

Asegúrate de que tus elecciones sean en base a qué es mejor para ti y no en base a impresionar a
los demás. Siempre debes preguntarte: “¿Cuál es mi verdadera motivación?”. Por ejemplo, si
planeas unas vacaciones en Europa, ¿es porque realmente quieres ir a Europa? ¿O es porque
esperas impresionar a todos con tus nuevas historias de aventuras?

Aquí hay algunos ejercicios prácticos que puedes hacer:

1. Haz una lista de cosas a través de las cuales la gente busca la admiración de los demás:
riqueza, fortaleza, habilidades, educación, inteligencia, profesión, salud, condición física.
¿Puedes mencionar otras cosas que correspondería incluir en esta lista?
2. Haz una lista de las cosas que tú haces para impresionar a los demás. ¿Qué tienen estas
cosas que te hacen sentir importante?
3. Pregúntate por qué sientes la necesidad de impresionar al resto. ¿Qué esperas lograr?

¿Estás impresionado?

Algunas personas constantemente presumen de sus logros, gritando: "¡Presten atención! ¡Soy
importante!".

El judaísmo sostiene que quien hace una buena acción y presume de ella, pierde la recompensa
correspondiente. Supongamos por ejemplo, que te enteras de una viuda y sus hijos que apenas
tienen para comer. Les llevas comida, les brindas apoyo y los encaminas hacia la autonomía
financiera. Apenas empieces a presumir de ello, habrás transformado un bellísimo acto en una
herramienta para inflar tu propio ego.

La gente sospecha de quienes buscan desesperadamente reconocimiento. Por eso, el honor es una
de esas extrañas cosas que mientras más persigas menos tendrás.

El judaísmo sostiene que cuando realizas una buena acción, los únicos que deben enterarse de ella
son tú y Dios. Haz el bien en forma anónima. No te preocupes, Dios hallará la forma de que seas
ampliamente recompensado.

Actuaciones

Una de las formas más destructivas de impresionar a los demás es actuando. Y nosotros usualmente
actuamos en los papeles que pensamos que complacerán a los demás. ¿Te has percatado cómo tu
personalidad puede cambiar en presencia de distintas personas? Ante los del gimnasio, actuamos
como atletas. Para nuestros amigos, somos divertidos. Para nuestro jefe, somos serios.
¡Probablemente actuamos en 10 o 20 papeles cada día!

Analiza las diversas formas en que te proyectas e intenta describirlas. Puede que incluso te des
cuenta que actúas en papeles contradictorios. Esto es peligroso, porque al cambiar nuestros papeles
constantemente, es fácil perder de vista quiénes somos realmente.

Cuídate de la presión de los medios, los cuales te exigen ajustarte a un modelo específico. ¡Piensa
en cuántas personas desean subconscientemente ser como una estrella de cine en particular! Ponte
en contacto contigo mismo y decide quién quieres ser realmente. Pregúntate: "¿En qué papel estoy
actuando? ¿Es así como quiero ser realmente?".

¿Quién es el verdadero tú?

Papeles positivos

La capacidad de actuar tiene su lado positivo: puede hacer florecer un potencial al cual quizás no
tendríamos acceso de otro modo. Porque cuando actuamos exteriormente de forma positiva, eso
despierta nuestra parte interna.

Elige un papel que te sea beneficioso y permite que comience a afectar tu conducta diaria.
Supongamos que decides que quieres ser auténticamente feliz. Entonces, comienza a actuar como
una persona alegre, sonriente y amistosa a quien le gusta estar con otra gente. Al actuar en ese
papel, el cuerpo entrará en la sintonía correspondiente, ¡y el personaje cuyo papel "representas" se
convertirá en el verdadero tú!

Quizás te estás preguntando: ¿Acaso hay alguna diferencia entre engañar a los demás y engañarte
a ti mismo? La respuesta es que actuar en ciertos papeles para hacer aflorar nuestro potencial es
algo bueno, mientras que hacerlo para provocar los elogios de los demás no lo es. La prueba de
fuego para saber por qué estás actuando es la siguiente: si lo estás haciendo para engañar a los
demás, te sentirás pésimo después; si lo estás haciendo para mejorar tu carácter, terminarás
sintiéndote mejor contigo mismo.

Una última aplicación positiva de nuestra capacidad para actuar: puedes desarrollar una estrategia
sobre cómo actuar frente a una situación difícil. Por ejemplo, si vas a hablar en público, practica
frente al espejo hasta que te salga perfecto. O si sabes que tiendes a discutir con tu jefe, entonces
practica cómo alivianar la tensión. Te ahorrará a ti y a los demás mucho sufrimiento.

¿Por qué enfrentar la presión social es un camino a la sabiduría?

 No te quedes atrapado en la obsesiva necesidad de obtener reconocimiento.

 Buscar la aprobación de los demás te hace daño porque te impide alcanzar la verdadera
grandeza.

 Si necesitas de los demás para reafirmar tu importancia quiere decir que llegó el momento de
examinar tu nivel de autoestima.

 Cuando actúas para impresionar a los demás, te sientes vacío por dentro.

 Pregúntate: Si te dieran la oportunidad, ¿preferirías ser famoso y desdichado, o anónimo y


feliz?

 Cuando sientas la necesidad de glorificarte, pregúntate: "¿A quién estoy tratando de


impresionar?".

 Incluso si convences a los demás de que eres magnífico, ¿te convenciste a ti mismo?

Camino #37: Nunca te aburras


por Rav Noaj Weinberg zt"l
No des la vida por sentado. Busca nuevas maneras de maravillarte. ¡Renueva el misterio!

"Ya sé eso… lo he oído mil veces… esas cosas viejas son aburridas".

Imagina que pierdes la vista por un año y que luego la recuperas repentinamente. Tu felicidad no
tendría límites. Cada "imagen" sería interesante y fascinante.

La gente generalmente se cansa de la vida cuando sus ideas se vuelven fijas. Los 48 Caminos dicen
que aquellos que siempre estén dispuestos a crecer conocen la fórmula de la juventud eterna.
Cualquiera sea tu edad, ocupación o etapa en la vida, ¡haz que te fascine aprender!
Cuando nos acostumbramos a algo, tendemos a pasar por alto su belleza intrínseca. Pierde su brillo
y resplandor. El Camino #37 es Lo maguís libó betalmudó, ‘Nunca te sacies de conocimiento’. Es
decir, no caigas en la autocomplacencia.

No asumas que tu punto de vista sobre algo es el único punto de vista correcto. Puede que hayas
escuchado una idea miles de veces, pero de repente viene alguien y te la presenta de una forma
ligeramente diferente y dices, "Eso es increíble, ¡nunca antes había pensado en eso!". Pon atención
a cada concepto como si lo estuvieras escuchando por primera vez. Te sorprenderás con la cantidad
de niveles de profundidad que te quedan por descubrir.

No importa cuánto sepas, aún hay mucho más para aprender acerca del amor, del significado de la
vida, del placer. Nunca te satisfagas con tu nivel. Mientras más aprendas, ¡más te darás cuenta de
cuánto te falta por aprender! Tan sólo utilizamos un pequeño porcentaje de nuestro potencial.

Aprecia la vida

Mira a tu alrededor: tu ropa, tu casa, tu trabajo. Intenta recordar lo que sentías cuando todo era
nuevo. ¡Recupera ese mismo entusiasmo y siéntelo hoy!

Dar las cosas por sentado es una tendencia humana. Tómate cinco minutos y haz una lista de los
aspectos sorprendentes de la creación: el ecosistema, la tecnología, la fuerza de gravedad, el
respirar, el cerebro humano. Aprecia los pequeños placeres de la vida: el cantar de un pájaro, la risa
de un niño, el sol brillando. Abre tus ojos a las impresionantes bellezas de la vida cotidiana.

Despiértate en la mañana con gratitud por el regalo de la vida. Los rezos judíos diarios le agradecen
a Dios por nuestra habilidad para pensar, por el correcto funcionamiento de nuestros órganos, por
tener ropa para vestirnos. Decir estos rezos trasformará por completo tu manera de enfrentar cada
día.

Otra manera de refrescar tu visión acerca del mundo consiste en renovar tu apreciación por la gente
que quieres. Replantea tu forma de actuar con tus padres, con tu pareja y contigo mismo. Busca
nuevos puntos de vista. Renueva el misterio y la química.

El síndrome del estancamiento

Nunca digas: "No puedo". Si es lo correcto de hacer, entonces puedes hacerlo. Debes darte cuenta
que cada vez que decimos "no puedo", estamos frenando nuestro propio crecimiento.

Haz una lista de todas las cosas que "no puedes" hacer. Por ejemplo, "no puedo encontrar a mi alma
gemela", o "no puedo conseguir el trabajo de mis sueños". Todo el mundo tiene cientos de estos "no
puedo" flotando a su alrededor.

Ahora clasifica tu lista. Distingue entre "no puedo" y "no tengo ganas". Noventa y nueve por ciento de
los "no puedo" son en realidad una excusa para "no tengo ganas". ¿Te estás restringiendo porque se
requiere mucho esfuerzo? ¿O es porque no tienes la confianza suficiente de que tendrás éxito?

Revisa cada punto de tu lista. Comprométete a cambiar el "no puedo" por un "lo voy a hacer". La
vida se pone emocionante cuando hacemos activamente que las cosas sucedan en lugar de ser
pasivos y dejar que las cosas nos pasen.
No pierdas la esperanza. Lucha con tus problemas, tus ambiciones, tus actitudes. Haz un plan para
lograr las cosas. No te preocupes por los errores del pasado, ¡mira hacia el futuro!

Nuevas rutas para la investigación

La complacencia es el asesino número uno en la vida. La gente satisfecha de sí misma cierra su


mente a las nuevas ideas y al crecimiento. Pero eso no es vivir; eso es meramente "existir".

Lo opuesto de la complacencia es la emoción de crecer y aprender. Abre tu mente a nuevas ideas y


evalúalas objetivamente.

¿Comunismo? ¿Capitalismo? ¿Judaísmo? Decide por ti mismo cuál es la mejor inversión.

Aplica nuevas ideas a la vida cotidiana. Imagina que estás aburrido con la rutina de la limpieza del
hogar, pero que no puedes darte el lujo de contratar una empleada doméstica. ¿Qué deberías
hacer? Investiga el mundo de los quehaceres domésticos y desarrolla el método más rápido, fácil y
estimulante para hacerlo todo. Conviértelo en un juego. Ponte la ropa para hacer ejercicio, prepara tu
aspiradora, ajusta tu cronómetro, y luego haz el trabajo volando. Es muy buen ejercicio, ¡y el reto
convertirá un trabajo monótono en algo emocionante!

Una manera segura de volver a sentir pasión por un tema es enseñarle a otros. Supongamos que
sabes cómo hacer un pastel, o cómo hacer malabarismos con tres balones. Cuando te preparas para
enseñarle a otra persona, necesitas emocionarte tú mismo. El puro hecho de prepararte te dará
nuevas perspectivas, y las preguntas de los demás le darán más profundidad y vitalidad al tema.

¿Para qué estás viviendo?

Mucha gente dice que es imposible saber cuál es el propósito de la vida.

Decir esto es muy peligroso. Porque cuando decimos que no podemos saber algo, nos damos por
vencidos en la búsqueda de su respuesta. Nunca digas: "No puedo saber la verdad". (Y el hecho de
que millones de personas no sepan algo, no significa que eso no pueda saberse).

Generalmente nos resistimos de formular preguntas existenciales acerca de la vida por el gran
esfuerzo que requiere investigar y desarrollar las ideas.

Los 48 Caminos dicen: Asume el desafío. Porque incluso si no encuentras la respuesta, el proceso
de investigar te proporcionará indudablemente de nuevas perspectivas sobre el tema.

Tómate unos minutos y pregúntate: “¿Cuál es mi meta en la vida?". Si tienes el coraje para mantener
esa pregunta presente en tu conciencia, tendrás garantizado que tu vida nunca más será aburrida.

Conceptos fundamentales de la vida

Cuando llega el momento de hablar de conceptos fundamentales de la vida, a veces decimos que
"sabemos" algo cuando puede que no lo sepamos realmente.

Por ejemplo, es un fundamento del judaísmo el hecho de que hay un Dios que ama a cada uno de
nosotros personal e individualmente. Él escucha nuestros rezos, quiere tener una relación con
nosotros y nos guía y cuida.
Puede que digamos que "lo sabemos", pero a menos que estemos viviendo con esa realidad, no lo
sabemos realmente. Sólo estamos hablando por hablar.

El método para "saber" algo es a través del entendimiento. Embárcate en el estudio de quién es Dios
y de por qué actúa de la manera en que lo hace. Como dice Rabeinu Bejaye (España, siglo XI) en su
libro Deberes del Corazón:

"La Torá explícitamente nos pide reflexionar y ejercitar nuestro intelecto en estos temas…
Debes investigar con tu razón, entendimiento y juicio hasta que la verdad esté clara para ti y las
ideas falsas desaparezcan; como está escrito, ‘Sabrás en este día y lo implantarás en tu
corazón que el Eterno, Él es Dios’ (Deuteronomio 4:39). Este aviso se refiere a todo método
racional de investigación que pueda ser utilizado”.

Una vez que empecemos a lidiar con la pregunta sobre la participación de Dios en nuestras vidas,
entonces podremos llegar a saber verdaderamente que Él nos ama. Y desdé ese punto, se nos
abrirá todo un mundo por delante.

¿Por qué nunca aburrirse es un camino a la sabiduría?

 Estancarse en el aprendizaje es estancarse como persona.

 Sigue investigando y renovando lo que sabes acerca de vivir.

 No tomes la vida por sentada.

 No te rindas. ¡Sigue intentándolo y lo lograrás!

 No dejes que te engañen con un detergente que dice “¡Ahora! ¡Nueva fórmula!”.

 Tú dices que lo sabes. Pero si lo estudias de nuevo te percatarás de cuánto te queda aún por
descubrir.

 Para llegar a la grandeza, debes deshacerte de la complacencia.

 Si no piensas que la vida es fantástica, intenta faltar un día.

Camino #38: Decisiones responsables


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Cada momento consciente es una nueva decisión. La decisión más importante es "¿Para qué
estoy viviendo?".

Algunas personas piensan que las decisiones son cosas que uno toma de vez en cuando, cuando
surge algún asunto importante. Pero en realidad, toda la vida —cada momento consciente— es una
decisión. Desde el instante en que despertamos, comenzamos a decidir: ¿Qué voy a desayunar?
¿Cómo voy a saludar a mi jefe hoy? Incluso si bostezamos, nos damos vuelta y volvemos a dormir,
eso también es una decisión.

El impacto acumulativo de las decisiones, aunque cada una sea pequeña por sí misma, es lo que
determina nuestra calidad de vida en términos generales. El Camino #38 es Eino sameaj Evora, que
significa ‘no tomes las decisiones a la ligera’.
Obviamente distintas decisiones tienen distintas consecuencias. Si no vas a Disneylandia, no verás
al Ratón Mickey. Pero si no adquieres sabiduría para tener un matrimonio exitoso, eso puede tener
consecuencias trágicas.

En cuanto a vivir, tómatelo en serio. Pregúntate: ¿Qué voy a hacer hoy? ¿Esta semana? ¿Este año?
¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Cuáles son mis posibilidades? ¿Qué puede lograr un ser
humano?

Vivir es tomar decisiones

Considera las consecuencias de no saber cuál es el sentido de la vida.

Quienquiera que diga que no hay respuestas para las preguntas filosóficas importantes de la vida, es
porque probablemente no ha hecho las preguntas correctas a las personas correctas. Debes saber
que no investigar esos temas tiene consecuencias.

Tenemos que investigar estas preguntas y encontrar respuestas serias:

 ¿Cómo debo honrar a mis padres?


 ¿Cómo mantendré mi honestidad en los negocios?
 ¿Cómo cuidaré de la humanidad?
 ¿Existe Dios?
 ¿Tengo libre albedrío?
 ¿Hay vida después de la muerte?

Mucha gente toma decisiones de vida o muerte sin pensarlas. Si tomar una decisión es incómodo,
generalmente optamos por hacer caso omiso del asunto y lo sacamos de nuestras mentes. Podemos
no cuestionar a un doctor por miedo a ofenderlo. O podemos elegir nuestro grupo de amigos en base
a motivos frívolos, sin tomar en cuenta las consecuencias de esto. Debes estar atento de no caer en
esa trampa.

Tómate un tiempo para hacer una introspección. Clarifica tus decisiones importantes. ¿En qué te
basaste para llegar a esas conclusiones? Puede que te sorprendas del poco cuidado que has tenido
al tomar algunas decisiones que han tenido un impacto dramático en tu vida.

Toma las decisiones con seriedad

Decidir qué hacer con tu vida es igual de serio que decidir si someterte o no a una operación del
corazón. ¿Decidirías una cirugía echándolo a la suerte? ¡Por supuesto que no! Entonces no tomes
las decisiones importantes (ni expreses tu opinión) hasta no haber pensado bien el tema.

Toma decisiones de una manera responsable. Antes de abordar cualquier tema, debes investigarlo
rigurosamente. Obtén toda la información necesaria.

Cuando te enfrentes a una decisión, relájate. No te sientas presionado de decidir en ese preciso
instante. Está bien tomarse un tiempo para elaborar una respuesta.

Toma las precauciones necesarias cuando vayas a tomar una decisión. Considera las distintas
opciones y sus respectivas consecuencias. ¿Sería una buena idea comprar esa casa? ¿Contraer
matrimonio con esa persona?Porque si tomas las decisiones sin la debida precaución, puedes llegar
a cometer costosos errores en tu vida.
Gran parte del problema es que muchas de nuestras decisiones no tienen consecuencias
inmediatas, o tienen consecuencias que no siempre podemos percibir. Al tomar una decisión
importante, asegúrate de haber tomado en cuenta tanto las consecuencias de largo plazo como las
de corto plazo. Analiza las posibles consecuencias de tus decisiones con otras personas, ya que
ellos podrían hacerte ver factores que tú nunca consideraste.

Similarmente, al ayudar a los demás debemos estar conscientes de que hay una delgada línea
divisoria entre enseñarle a alguien y tomar decisiones por él. Si alguien te pide un consejo, no te
precipites a dar instrucciones a menos que estés seguro de lo que dices. Imponer tu opinión es una
solución artificial: no será provechoso y eventualmente la otra persona guardará resentimiento.

La toma de decisiones fraudulenta

Hay un pasatiempo muy popular llamado "Entrenador del lunes por la mañana". Es la forma en que
los fanáticos del fútbol cuestionan a posteriori la forma en que el entrenador debería haber mejorado
su estrategia durante el partido del día anterior. Todos tienen una opinión brillante… ¡sobre las
decisiones de otros!

Pero el "Entrenador del lunes por la mañana" no se limita solamente al fútbol. A nosotros nos gusta
"jugar" a tomar decisiones en temas como: "Si yo fuera el presidente de Estados Unidos", o "Si yo
fuera el presidente de la compañía", o "Si yo fuera Dios". Ten cuidado. Juzgar los errores de los
demás nos da un falso sentido de nuestra propia sabiduría. Pero es bastante probable que nosotros
hubiéramos cometido los mismos errores.

Aprende a decir "no sé"

La sociedad moderna equipara el conocimiento con la importancia. Por lo tanto, a veces caemos en
la trampa de fingir que sabemos sólo porque nos avergonzamos de admitir que no sabemos.

Los seres humanos cometemos errores. El error más grande es decidir que no vas a cambiar de
parecer. Si cometes un error y estás demasiado avergonzado como para corregirlo, entonces estarás
cometiendo un segundo error.

Cuando discutas con otras personas, aprende a decir: "No sé". Incluso cuando estés seguro, di: "A
mí me parece". Porque de otra forma, una vez que te hayas comprometido con cierto punto de vista
puedes sentirte demasiado avergonzado como para retractarte y terminarás defendiendo firmemente
un punto de vista al que ya no te adhieres.

En realidad, decir “no sé” no es una razón para avergonzarse. Ser honesto respecto a tus
limitaciones te ayudará a percatarte de las lagunas que hay en tu conocimiento. Además, no
causarás que otros se equivoquen, y la gente llegará a respetarte más debido a tu honestidad.

Es poca la gente que es capaz de admitir que no sabe algo. Pregúntale a cualquier persona cuál es
la definición de una buena persona o como ser feliz. Es poco probable que admita nunca haber
pensado en eso.

Similarmente, es difícil admitir que nunca hayamos considerado la idea de si existe un Dios y si Él
habló en el Monte Sinai o no. O admitir que cuando se trata del libre albedrío, lo hemos estado
ejerciendo pero que no sabemos de qué se trata.
Sé flexible en tu toma de decisiones. Mantén la mente abierta cuando otra persona te muestre nueva
evidencia e intenta estar dispuesto a cambiar en base a la nueva información. Anda donde quienes
saben más que tú. Respeta sus consejos. ¡No juegues con tu vida!

¿Por qué tomar decisiones responsables es un camino a la sabiduría?

 Vivir significa crecer. Si no tomas decisiones, no crecerás.

 La decisión más importante que tomarás es: "¿Para qué estoy viviendo?".

 Tomar decisiones hará que tu vida sea real.

 Mientras más informado estés, mejores serán tus decisiones. No tomes ninguna decisión que
no estés calificado para tomar.

 Evalúa equitativamente, y no basado en prejuicios. Sé un juez y no un abogado.

 Para vivir de una manera racional y significativa, debes estar dispuesto a admitir cuando no
sabes algo.

 Sólo tú decides el camino de tu vida. Cuando quieras cambiar, dependerá de ti.

Camino #39: Comparte el dolor


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Ser más sensible al dolor de los demás te brindará más claridad para vivir.

Cuando has estado deprimido, ¿alguna vez alguien te dio una palmada en la espalda y te dijo
"¡Anímate, tienes toda la vida por delante!"? Probablemente quisiste darle un golpe en la mandíbula.
¿Por qué? Porque a pesar de que estaba tratando de ayudarte, en realidad no estaba sintiendo lo
que tú estabas sintiendo.

El Camino #39 es Nosé beol im javeró, que literalmente significa ‘carga con el pesar de tu amigo’. En
otras palabras, toma conciencia y comparte el dolor de los demás. No puedes ir por la vida como si
fuera una carrera de obstáculos: “Cuidado, he aquí un ser humano, manipúlalo, empújalo, obtén un
punto, ponte por encima de los demás”. Esa no es la manera de hacerlo; debes compartir el dolor.

Cuando alguien está herido físicamente, todos corren a ayudarlo. Pero cuando el dolor es emocional
o espiritual, si alguien está deprimido o sufriendo, no sabemos qué hacer. Por lo tanto, evitamos la
situación. Sin embargo, esos son los momentos en los que debiésemos ir más allá de nosotros
mismos e intentar compartir el dolor de otros, porque un corazón roto es peor que un brazo roto.

Debes estar consciente de que todo el mundo tiene docenas de cargas emocionales con las que
lidiar (estén o no conscientes de ellas): problemas con el respeto por sí mismos, planes inconclusos,
fracasos, dudas, ineptitudes. Todo eso es parte del desafío de vivir.

Si quieres vivir en un mundo "humanitario", tienes que aprender a no centrarte sólo en ti mismo y
comenzar a sentir los problemas de los demás. No puedes vivir con los ojos vendados en un mundo
"donde no existe nadie excepto yo". Eso es incivilizado… barbárico…
Ponte en su lugar

El primer paso para compartir el dolor de los demás es ver a los demás como personas de verdad, y
no como objetos. Saludar a la gente diciéndoles “Hola, ¿cómo estás?” es una conducta social
aceptada, pero a decir verdad, ¡lo último que queremos oír es cómo se sienten realmente!

Sé observador. ¿Esta persona está feliz o triste? ¿Débil o con fuerzas? ¿Temerosa o segura de sí
misma? Aprecia que los problemas, esperanzas, aspiraciones y sueños del resto son tan reales
como los tuyos. Enfócate en esto por medio de preguntarte a ti mismo: "¿Cuál es su dolor?". Utiliza
tu imaginación para sentir cómo esto los puede estar abrumando.

A pesar del dolor, muchas veces la gente oculta sus verdaderas emociones. No asumas que lo que
se ve en el exterior es un reflejo del interior. Alguien puede verse fuerte y disciplinado, pero por
dentro puede estar terriblemente confundido.

Ponte en sus zapatos. ¿Cómo se siente ser anciano? ¿Débil? ¿Tener problemas de audición? ¿No
tener dientes? ¿Perder un padre? ¿Cómo se siente en su primer día de trabajo? ¿Cómo se siente
mudarse a un nuevo vecindario? Pregúntate: Si yo fuera él, ¿cómo me sentiría? El hombre que
trabaja en el correo tiene un trabajo difícil. ¿Qué está sintiendo? O si alguien te empuja en el
autobús, piensa que quizás está bajo mucha tensión.

Concéntrate y siéntelo de verdad. Por ejemplo, cuando hables con un anciano, trata de imaginártelo
como una persona creativa y dinámica que alguna vez fue tan joven como tú. ¿Y qué hay de los
niños? Es fácil tratarlos como juguetes y olvidar que en realidad son muy perspicaces y sensibles.

¿Cuál es su punto de vista?

A todos nos fue dado el poder de la percepción —instintiva, emocional o intelectual— que usamos
para evaluar a la gente. Hacemos esto inconscientemente. Cuando alguien se sienta al lado tuyo en
el avión, ya lo estás descifrando. Tenemos la capacidad. Ahora úsala de una manera más
consciente.

Todos nos enfrascamos en discusiones con otras personas y nos preguntamos cómo es posible que
piensen de esa manera. Por eso debemos aprender a ver el mundo desde el punto de vista de
quienes nos critican.

Supongamos por ejemplo que tus padres te están sermoneando acerca de cómo estás malgastando
tu vida. (En otras palabras, ¡no estás haciendo lo que ellos esperan de ti!) No respondas de mala
manera, no intensifiques la pelea y no intentes ganarles con insultos. En lugar de eso, ponte en sus
zapatos. Siente su ansiedad. Reflexiona sobre cómo te sentirías si tuvieras un hijo que te
preocupara. ¿Qué les molesta? Están preocupados por mí. Están ansiosos, piensan que estoy
desperdiciando mi vida y se sienten mal por ello.

Todas las personas son un mundo entero por sí mismas, y tienen una visión de las cosas distinta a la
tuya. Tómate el tiempo para introducirte en su mundo y ver qué es lo que piensan. No te apresures
en tratar de imponer tu opinión; pregúntales la suya. Escucha.

Ver las cosas desde el punto de vista de otro por lo menos reducirá tu enojo y aumentará tu empatía.
¿Cómo discutir de manera sensible?

Cuando tengas un desacuerdo con alguien, no pienses sólo en la lógica y justicia de tu punto de
vista. Trata de descubrir cuál es el problema del otro. ¿Habrá algo que le impide ver la verdad?

Tienes que sentir dónde se encuentra atrapado tu amigo. No quiere admitir que cometió un error, así
que no lo presiones. Probablemente no le gusta la conclusión porque lo pone incómodo. Relájalo.

No tomes represalias contra la gente como si fueran objetos. Si tu empleado no hace su trabajo,
puede que necesite un poco de guía o un poco de aprecio.

Similarmente, cuando le estés enseñando a alguien no te comuniques en una sola dirección. Ve si la


persona te está oyendo, si está interesada, si está aprobando o negando, si tiene energías, si se
encuentra agitada, contenta. Tienes que sentirlo. Eso es percepción.

Esto va también para ti. Cuando tienes un profesor que está comunicando conocimientos, anda más
allá de sus palabras. Trata de darte cuenta de lo que significa para él a nivel personal. Te estás
metiendo en una nueva dimensión. Esa es la forma de aprender la sabiduría.

Comparte el dolor

Para poder apreciar los problemas que tiene una persona ciega, intenta estar con los ojos vendados
por un día. O ve al hospital y visita pacientes que han perdido alguna de sus extremidades. Eso
convierte al dolor de los demás en algo más real, y serás más receptivo cuando otros necesiten
ayuda.

Cuando una persona sabe que entiendes lo que está sintiendo, el dolor se aliviana en forma
instantánea. Imagínate que el padre de un amigo acaba de morir. Ve a visitarlo y aunque él no quiera
hablar, el solo hecho de sentarte a su lado hará que su dolor sea más soportable. Él sabe que estás
ahí compartiendo su dolor.

Esto también se aplica a los enfermos. Tu visita puede hacerlos sentir mejor e incluso más
saludables. Si te tomas el tiempo y el otro sabe que sientes su dolor, habrás alivianado su carga.
Puede que no te des cuenta, pero ayuda.

Yendo más allá, no sientas sólo empatía. Ve si hay alguna manera de involucrarte directamente para
ayudar a alivianar el dolor. Por una persona enferma podría ser abrirle la ventana, un masaje de pies
o el rezar por él.

Tú ya has estado ahí

A veces, una persona pobre se vuelve rica, y desde ese momento, evita a propósito el contacto con
la gente pobre. Los recuerdos son demasiado dolorosos.

El judaísmo dice lo contrario: Siempre que hayamos pasado por lo mismo que otra persona está
sufriendo, tenemos la obligación especial de demostrar empatía.

Por eso la Torá dice: "Amarás al forastero porque fuisteis forasteros en Egipto". La experiencia judía
en Egipto nos hace más sensibles a las dificultades de los demás. Lo podemos sentir porque hemos
estado en esa situación. Aunque hayan sido nuestros ancestros, nuestra memoria colectiva nacional
crea una obligación especial de ser sensibles.
Todo comienza en el hogar

El primer lugar para implementar estas ideas es con la familia y los amigos. Una falta de
entendimiento y empatía es la razón principal por la que las familias pelean. Cuando llegues a casa,
ponte en el lugar de tu cónyuge para saber por lo que está pasando. Siente lo que tiene que soportar
cada día para lograr que la familia marche bien. Habla acerca de ello y muéstrale que reconoces
cuán duro trabaja. Descubre nuevas formas de ayudar.

Similarmente, imagina a un adolescente que llega a casa y se tira en el sillón frente a la televisión
con un plato de comida. Es un insulto. Es como que los padres no fueran más que un mueble de la
casa que se encarga de pagar las cuentas. Mira a tu madre cuando entres a casa. ¿Tendrá algo en
mente? Pregúntale si puedes ayudarla de alguna manera.

Especialmente con la gente con quienes tienes contacto constante, piensa:

 ¿Cómo se siente tu profesor hoy?


 El carnicero, el panadero y la cosmetóloga, ¿qué sienten?
 ¿Cómo se ven tus padres? ¿Cansados? ¿Estresados? ¿Ansiosos?
 ¿Qué hay de tu pareja? ¿Hay alguna manera en que la puedas ayudar?

Tu mayor responsabilidad de cuidado es con tus hijos. Los amas. ¿Pero puedes sentir cuál es su
punto de vista? Eso a veces puede llegar a ser lo más difícil, porque implica darnos cuenta que son
entidades independientes. Y eso significa que debes dejar de pensar en tu propio dolor, motivado por
el fracaso de no lograr lo que quieres para ellos.

Lamentablemente, millones de padres se pelean con sus hijos. Aman a sus hijos más que a nadie
pero transmiten desdicha y odio. ¿No es horrible? Y es sólo porque no sienten lo que siente la otra
persona.

¡Mira cuán destructivo es no tener un poco de sabiduría!

Tendiendo la mano a la humanidad

Tarde o temprano tendrás que expandir tus horizontes. Tienes que sentir el dolor de los demás,
inclusive de quienes no conoces. Cuando escuches en las noticias que alguien fue herido, siente
dolor por él. Siente cómo es estar enterrado en casa y no poder moverte. Siente cómo es ser pobre y
qué significa eso para la autoestima. Siente dolor por aquellos que son más vulnerables: las viudas y
los huérfanos.

De otra forma, te volverás insensible.

Siente dolor por las víctimas de la sociedad. Por las víctimas del crimen. Por las víctimas de la edad.
Por las víctimas de la discriminación. Siente el sufrimiento de la gente que nunca conocerás, por las
situaciones difíciles que atraviesan algunas personas del otro lado del mundo.

Cuando compartimos el dolor con alguien que está deprimido, nos vacunamos contra esto nosotros
mismos. Comenzaos a ver la vida de forma más objetiva. Y nos confortamos con el conocimiento de
que otra gente puede estar sintiendo y experimentando lo mismo que nosotros.

Puedes caminar por ahí diciendo que eres una buena persona... y puedes hablar de ello... pero a
menos que lo sientas en tu interior, no estarás tratando con la realidad.
Sensibilidad a lo Divino

Ve el dolor de Dios de la misma manera. Dios sufre cuando el hombre sufre.

Cuando tienes hijos, te das cuenta que no puedes obligarlos a ser obedientes. No puedes
deshumanizarlos. Debes dejar que cometan sus propios errores, por su propio bien. Tienen que ser
independientes.

Los seres humanos cometemos muchos errores y Dios (por así decirlo) sufre con nuestra demencia.
Siente el dolor de Dios. Él creó un mundo hermoso, lleno de potencial, y sufre viendo tanto
desperdicio, sufre cuando ve a Sus hijos confundidos.

Quizás harás algo al respecto.

Compartiendo la felicidad

Imagina que acabas de tener un bebé y no hay nadie a quien contarle. O que tu novia te acaba de
decir “sí, quiero” y no hay nadie a quien contarle. Caminas por la calle y... ¡Oigan! ¡Estoy
comprometido! ¿A alguien le importa? Es doloroso no poder compartir la alegría.

En una boda judía, todos son partícipes de la felicidad de los novios. ¿Por qué? Compartir la
felicidad la hace real, la hace completa. Entonces cuando vayas a una boda, no vayas sólo a comer.

A la larga, incluso cuando compartimos las cargas negativas de otros, compartimos una sensación
de felicidad. ¿Por qué? Porque ayudar a la gente es, en efecto, un placer. Y cuando nuestro amigo
supera su problema, su nueva alegría es nuestra al igual que suya.

¿Por qué compartir el dolor es un camino a la sabiduría?

 Todos quieren ser buenas personas y ayudar a la humanidad. Para convertir este mundo en
un lugar benigno, debes ser sensible con los demás y compartir con ellos.

 Para tratar con las personas de una manera eficaz debes saber cuál es su punto de vista.

 Donde sea que te encuentres —ya sea en clases, en el trabajo, o en una reunión social—
presta atención a la gente que te rodea. Apréndete sus nombres, habla con ellos, observa sus
estados de humor y escúchalos.

 Si no sientes empatía por lo demás, por lo general terminarás agregando a su dolor; por
ejemplo, diciendo lo incorrecto cuando están sufriendo.

 Compartir el dolor de otros es la manera para eliminar la separación que hay entre nosotros y
el resto del mundo. De esta forma, nos conectaremos unicidad intrínseca de la humanidad y el
universo.

Camino #40: Juzga a los otros para bien


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Todos reconocemos la necesidad de asumir responsabilidad cuando alguien está en peligro
físico. Tenemos esa misma obligación cuando se trata de un peligro espiritual.
Imagina que estás en un hotel y que en la habitación contigua, un hombre se sube al balcón y se
prepara para saltar. ¿Lo ayudarías? ¿O te quedarías de brazos cruzados disfrutando de la emoción
mientras la gente grita: "¡Que salte, que salte!"?

Sabes que te importa. Entonces, ¿qué vas a hacer para ayudarlo? Si él te preguntara: "¿Por qué no
debo saltar?", ¿qué le dirías? ¿Tienes derecho de intentar detenerlo si es que él realmente quiere
saltar?

No es suficiente con sólo "sentir" los problemas de los demás. Tienes que hacer algo para ayudarlos.
Lucha contra la tendencia de quedarte de brazos cruzados, criticando y meneando la cabeza al ver
los errores de los demás. El Camino #40 es Majrió lekaf zejut, que literalmente significa ‘juzgar
favorablemente’. Debemos ayudar al resto a cambiar sus vidas y a volver al camino correcto.

Como seres humanos, nos importa lo que pase con los demás y queremos ayudarlos. Tú harás todo
lo posible para detenerlo. Nunca te perdonarías a ti mismo si te quedaras a un lado sin hacer nada.

Ahora, aplica esto al resto de tu vida.

Hazte responsable

Para poder ayudar a los demás, debes asumir responsabilidad. Una de las primeras y más
importantes lecciones del judaísmo es que "somos los cuidadores de nuestros hermanos". Todos
vivimos juntos en este mundo. Es fácil asumir responsabilidad cuando alguien está en peligro físico.
Sin embargo, tenemos la misma obligación cuando alguien está en peligro espiritual.

Ayuda a tu amigo a confrontar este problema. Si necesita ayuda, es tu obligación actuar incluso si tu
ayuda podría provocar inicialmente un resentimiento hacia tu persona. E incluso si la otra persona no
te agrada, no puedes excusarte diciendo: "Se lo merece".

Antes de darte por vencido con alguien —ya sea un alcohólico, un empleado flojo o un amigo que te
traicionó— otórgale el beneficio de la duda. Haz todo esfuerzo que te sea posible para devolverle la
sanidad. Trata al menos 10 formas de ayudarlo antes de darte por vencido. ¿No te gustaría que otros
tuviesen la misma consideración por ti?

Uno de los pasos más importantes para poder ayudar a los demás es tener un plan. Y no sólo un
plan, ¡sino que varios planes de respaldo! Si un plan no tiene éxito, entonces prueba con el siguiente.
Si le das suficiente valor a la vida humana, entonces tendrás la paciencia de encontrar el mejor
método que puedas.

 Sé creativo.
 Busca soluciones.
 Ten determinación, no te detengas hasta que tengas éxito.

Motiva a otros

Haz lo que esté dentro de tus posibilidades para motivar a otros a tener una vida más productiva.
Para lograr esto, deberás enfocarte en su problema específico, como por ejemplo la falta de
confianza, arrogancia, etc.

La idea no es "explicarle" o "sermonear" a alguien que necesita ayuda. No le digas que está
sangrando, ¡detén el sangramiento! Ponlo de vuelta en el camino correcto.
Para lograr la solución correcta, debes aislar la causa del problema. No eres tú quien cambia a la
gente; ellos cambian por sí mismos. Lo mejor que puedes hacer es iluminarlos. Esto puede cambiar
su perspectiva en la vida y consecuentemente cambiarán sus acciones. Esto es criticar de forma
constructiva.

Por ejemplo: Si sabes que alguien está deprimido, eso usualmente proviene del sentimiento de que
su vida no tiene sentido. Entonces, enséñale cómo ser feliz mediante hacer que entre en contacto
con todo lo que realmente tiene.

Ayúdalo de una manera práctica: "Vamos a nadar… a correr… pintemos un cuadro... compremos un
nuevo sombrero". Comparte con él un problema en el que te pueda ayudar, o motívalo a ser
voluntario en alguna organización en la que pueda hacer el bien por los demás. Estas cosas lo
ayudarán a salir de la depresión.

Demuestra un interés real. Mostrar interés te hará ganar la confianza de los demás y de esa forma te
contarán sus problemas. Incluso si no les dices directamente cómo mejorar sus vidas, el puro hecho
de que te preocupes por ellos hará que su admiración por ti crezca y les permitirá aprender de tus
buenos hábitos.

Cuando alguien cometa un error, puedes asumir que le falta información sobre la vida. Revisa si
existe una falta de información que puedas arreglar. Tienes que averiguar cuál es el problema. Por
ejemplo, ¿qué causa la infelicidad en nuestra generación? Decadencia, egoísmo, querer soluciones
rápidas y fáciles, etc. Deduce cuál es la mejor manera de ayudar. En el peor de los casos, el
esfuerzo de haberlo intentado te hará ser una mejor persona.

Juzga a las personas favorablemente

¿Alguna vez compraste algo en una tienda y después descubriste que otra tienda de la ciudad lo
estaba vendiendo a mitad de precio? ¡Cuán enojado debes haber estado con la primera tienda!

Por lo general, cuando vemos a una persona actuando de manera inapropiada, inmediatamente
asumimos que lo hizo a propósito.

Los 48 Caminos dicen: No pienses que el dueño de la tienda es un malvado ladrón. Velo como una
víctima de las racionalizaciones. Es muy probable que cuando fijó el precio se convenció a sí mismo
que estaba bien cobrar de más porque su tienda ofrece un mejor servicio en una mejor ubicación.

¿Suena descabellado? Piensa en ti mismo. ¿Podrías aguantar tal escrutinio?

Cuando veas a alguien hacer algo incorrecto, está bien tener sospechas. Pero no saques
conclusiones hasta que hayas examinado los hechos. Lo que ocurrió podría no ser más que un
simple error, o podría haber algún factor que pasamos por alto. Recordar esto nos ayudará a
mantener nuestro temperamento y nuestras críticas dentro de ciertos límites.

Como ejercicio, intenta juzgar a tus padres de manera favorable. Quizás no siempre hacen las cosas
exactamente como tú quieres, pero sin lugar a dudas te aman y quieren lo mejor para ti. Sé paciente
y dales el beneficio de la duda.
Encuentra mérito en todos

En el fondo, todos queremos ser buenos. Por lo tanto, cuando alguien comete un error y actúa de
manera incorrecta, a quien más daña es a sí mismo. Darte cuenta de esto te ayudará a reducir tu
enojo hacia él.

Por ejemplo, si conoces una persona arrogante, no pienses en él simplemente como un fanfarrón. En
lugar de eso, ten un poco de compasión. Bajo la superficie, su arrogancia es una manifestación de
terribles inseguridades. Piensa en cuánto sufre por su arrogancia y en cuán solitario se debe sentir
porque su arrogancia ahuyenta a la gente.

Es fácil quedar atrapado en los aspectos negativos de las personalidades y luchas internas de los
demás. Para poder juzgar a alguien "meritoriamente", primero tenemos que asumir que esa persona
tiene algún mérito. Todos tenemos virtudes, aunque a veces puedan estar ocultas bajo un manto de
confusión y dolor. Haz el esfuerzo para descubrir esas virtudes.

¿Por qué juzgar a los otros para bien es un camino a la sabiduría?

 Para ser un buen ser humano, tienes que preocuparte por los demás. Sus vidas y su
sufrimiento son igual de reales que los tuyos.

 Cuando ayudamos a otros, nuestras mentes son objetivas y funcionan bien. Entonces
podemos hacer lo mismo por nosotros mismos.

 No sufras por los problemas de la humanidad. En lugar de eso, encuentra una cura.

 Dale a los demás las preciosas ideas que has aprendido. Cuando escuches un poco de
sabiduría, pregúntate: ¿Cómo podría ayudar esta idea a mi amigo?

 Cuando la gente haga cosas que te causan daño, no asumas automáticamente que fueron
intencionales.

 Juzga a la gente favorablemente. Si ves sus méritos serás capaz de ayudarlos.

 Las personas se necesitan las unas a las otras. Haz todo lo que esté en tus manos para
ayudar.

 Siéntete responsable.

Camino #41: Viviendo en la realidad


por Rav Noaj Weinberg zt"l
La vida es impresionante. ¿No preferirías sentir el amor en vez de verlo en una película? Salte
de la ilusión y entra a la realidad.

Hoy en día, demasiada gente vive en una ilusión. Se escapan al mundo ficticio que crean las
películas o al mundo de la realidad virtual.

¿Pero acaso la realidad más hermosa no es aquella que es real? ¿No es mejor ver un fantástico
atardecer que una película? ¿No preferirías sentir la emoción de la aventura en vez de simularla en
un parque de diversiones? ¿No preferirías alcanzar la grandeza en vez de alucinar que eres
Cleopatra?

Todos saben en realidad que la vida es fantástica.

Entonces, ¿por qué hay tanta gente desdichada? Se debe a que no están enfocados en la realidad.
Una persona puede fingir que tiene todo bajo control, cuando en realidad se está engañando a sí
mismo. La realidad es absoluta. En todo momento es de día o de noche. Puedes vivir la realidad
durmiendo y decidir no relacionarte con ella, pero la realidad seguirá estando ahí.

El Camino #41 es Maamidó al haemet, que significa literalmente ‘institúyelo en la verdad’. No vivas
una vida de ilusiones. Entra en la realidad. Es lo único verdadero.

Tú puedes encontrar la verdad

Existen muchas teorías acerca de cuál es el "significado de la vida". Eso nos muestra cuán fácil es
engañarse a uno mismo. Tienes que saber en qué se basa tu "significado de la vida". Las decisiones
inteligentes están basadas en evidencias. ¿Cuál es la fuente de tu información? ¿Cuál es tu
evidencia?

Dos personas pueden ser vecinos por años, jugar golf juntos, cenar juntos, considerarse mejores
amigos y sólo estar en desacuerdo en un tema: Dios. El tema más fundamental en la vida —el cual
determina nuestro pensar sobre prácticamente todas las cosas— ¡y estos dos ni siquiera están de
acuerdo en si existe o no!

"Coexistencia" no es lo mismo que vivir en la misma realidad. Entonces, ¿la realidad de quién es la
verdadera?

Conviértete en un buscador de la verdad. Sé ambicioso y busca saber de qué se trata realmente la


vida. Busca constantemente evidencia para apoyar o para contradecir tus ideas. Siempre debes
estar abierto a recibir nueva información, la cual te permitirá afinar tu entendimiento de la verdad.

Conoce la evidencia

En nuestra generación, la gente generalmente no se molesta en buscar la verdad porque no creen


que exista. "Todos tienen razón. Es una opinión contra la otra”. Y por lo tanto, aceptamos vivir en un
mundo de confusión. La gente incluso tiene miedo de conversar sobre temas profundos, porque
dicen: "Me van a lavar el cerebro. No seré capaz de decidir si lo que me están diciendo es correcto o
no".

Lucha contra esa locura que habita en tu propio interior y en los demás. Debemos confiar en que
existe la verdad y en que puede ser encontrada. Ese es el punto de partida de toda realidad.

Debes tener confianza en tu habilidad para distinguir entre lo correcto y lo incorrecto. Por ejemplo,
sabes que tienes 10 dedos en las manos. ¿Pero qué pasa si viene alguien y te dice que tienes 74
dedos? ¿Tienes pruebas de que está mal?

Todos tus sentidos y tu experiencia previa te dicen conjuntamente que tienes 10 dedos en las
manos. Es una convicción inquebrantable.
Ahora probemos con un ejemplo más difícil. ¿Qué es más importante, ser feliz o ser rico? La mayoría
de la gente diría "ser feliz". Y que pasa si viene alguien y te dice: "Está bien sentirse miserable y
solitario, ¡siempre y cuando tengas mucho dinero!". ¿Quién está bien y quién está mal? ¿Acaso lo
sabes?

¿Qué pasaría si hubieras nacido en Alemania y te hubieran dicho “mata a los judíos, son una plaga
para la humanidad”? Cuando te pusieran en juicio por crímenes de guerra, ¿podrías declararte
inocente diciendo que tu opinión es tan válida como cualquier otra? ¿Por qué no? Porque sabemos
que ciertas cosas están objetivamente mal. Y todo ser humano tiene la responsabilidad de conocer
esa realidad.

Reúne evidencia clara para estructurar tu actitud frente a la vida. Te ayudará a evitar que te
conviertas en una víctima de las modas pasajeras… o de cosas peores.

Cambio de actitud

La realidad está íntimamente ligada a la actitud.

Imagina una mujer joven que viaja a una ciudad distante para ir a la boda de su amiga. Tiene un
hermoso vestido, diseñado especialmente para la ocasión. Entonces, justo antes de irse del hotel
rumbo a la boda, un torpe camarero le da vuelta una bandeja con comida encima del vestido. ¡Qué
desastre!

Instantáneamente, su mente empieza a recorrer todas las posibilidades: encontrar un servicio de


tintorería de emergencia, intentar pedir prestado otro vestido, o simplemente no ir a la boda. ¡Tiene
que tomar una decisión!

Esta mujer llega a la conclusión de que la mejor opción es ir a la boda con el vestido sucio. Esto
desencadena otra serie de decisiones, porque cuando alguien le pregunte, "¿Por qué tu vestido está
sucio?", ¿qué va a responder? Podría simplemente decir, "En realidad no importa, lo importante es
que estoy aquí para gozar de la boda de mi amiga”. O bien podría decir: "Pobre de mí", y pasar el
resto de la noche quejándose de cómo ocurrió, de cuán cabizbaja se siente y de cuán desastroso
había resultado todo.

Si decides que "el mundo es un desastre y es horrible tener que estar aquí", entonces así es como
vivirás. Pero si decides que "la vida es buena y es un placer estar aquí", ¡así es como vivirás!

Si es bueno estar vivo, debes saber: ¿Qué tiene de bueno?

Frecuentemente, el verdadero problema es que la gente no sabe lo que quiere. Si no sabes lo que
quieres, entonces no podrás poner todas tus energías en alcanzarlo.

Una vez que conozcas tu razón para vivir, no habrá qué te detenga. Cada mañana saltarás de la
cama con el asombro de un niño ante la emoción de vivir.

Si hay cosas malas en el mundo, tienes dos opciones: puedes quejarte o puedes ayudar a
mejorarlas. El secreto está en tu actitud. No te quedes ahí sentado diciendo, "Ojala el mundo fuera
diferente". Lo hermoso de esta vida es que podemos cambiar las cosas malas. Tienes el potencial,
sólo tienes que decidir usarlo. Siempre hay un sinnúmero de caminos para escoger. La vida es tu
decisión. Nadie más decidirá por ti. Pregúntate: ¿Estoy usando todo mi potencial? ¿Por qué no?
¿Qué me está deteniendo?
Lucha contra la locura

El judaísmo dice que la enfermedad más terrible, dolorosa, destructiva y contagiosa es la ignorancia.
La gente puede llegar a suicidarse por causa de la ignorancia. Pierden dinero en la bolsa de valores
y de repente piensan que ya no vale la pena vivir. ¿Qué ocurrió? Cortaron su conexión con la
realidad.

"Cordura" va más allá de que simplemente no te encierren en un hospital psiquiátrico. La cordura


despeja tu mente de la falta de claridad y te permite estudiar la belleza de la creación. La cordura es
energizante, expansiva, impresionante.

La locura es contagiosa. Imagina que te encerráramos en un hospital psiquiátrico donde todos ven
serpientes en las paredes. Después de seis meses, ¡es casi seguro que tú también creerás que hay
serpientes en las paredes!

La gente acepta las cosas más ridículas sólo porque los demás las aceptan. La moda y la
mercadotecnia de masas funcionan basadas en este principio.

¿Cuál es la mejor manera de sobrevivir en un hospital psiquiátrico? ¡Cura a los otros enfermos! Ya
que si no lo haces terminarán influenciándote.

Busca la raíz

Todos hemos tratado de ayudar a alguien que se encuentra en problemas, ya sea un amigo, un
compañero de habitación, un colega o un primo. El tipo está confundido y deprimido: "No sirvo para
nada, soy débil, no soy nada". Lo apoyas, haces que sonría, lo alistas para que se enfrente a la vida,
y después… a la mañana siguiente nuevamente está confundido y deprimido.

El problema es que no lo plantaste firmemente en la realidad. Solamente pusiste un parche, y el


parche se salió.

Para alinear a alguien con la realidad, no busques soluciones cosméticas. Debes llegar a la raíz del
problema. Busca cuál es la falta de conocimiento que lo lleva a esa acción negativa. ¿Cuál es el
problema de fondo que lo detiene en su avance? Busca cuál es la movida estratégica que le dará un
giro a su vida, liberará su potencial y hará que comience a avanzar en la dirección correcta. Eso hará
que tus soluciones sean más eficaces y duraderas.

Imagina al padre de un adolescente que está frustrado porque su hijo no escucha sus consejos.
Constantemente hay tensión y peleas. ¿Cuál es la solución? Haz que el padre se dé cuenta de un
principio básico: "Nunca le puedes decir a otro qué tiene que hacer. Sólo le puedes mostrar por qué
es significativo y le es beneficioso”. De esta manera, ayudarás al padre a replantearse su forma de
enfrentar el problema.

¿Y cómo ayudas al hijo, que está convencido de que sus padres lo odian? Dale el siguiente ejemplo:

Estás viajando por Europa, te atropella un auto y terminas en un hospital. ¿Quién va a viajar
10.000 kilómetros para asegurarse de que estés recibiendo el mejor tratamiento posible? Tú
sabes quién es el que viajará: tu padre. ¡Y sin embargo dices que te odia!
Canaliza su atención: Sus padres lo quieren incondicionalmente y no hay manera de que lo odien.
Ahora le has dado claridad. Al menos hasta la próxima vez que su padre lo llame un “bueno para
nada”...

Solución personalizada de problemas

Debes darte cuenta que no existen las soluciones estandarizadas. Tal como cada persona es única
en su apariencia, de igual manera cada persona tiene motivaciones y necesidades diferentes. Una
persona puede verse impulsada por el idealismo, otra necesita seguridad, otra quiere bienes
materiales y otra está en búsqueda del honor. Así que, aunque hayas encontrado una solución,
puede que ésta no sea aplicable en todos los casos.

(Por otro lado, existen ciertos motivadores universales: el deseo de ser mejor, de alcanzar nuestro
potencial, de ayudar al prójimo, etc.)

La mejor solución a un problema es aquella que cada uno ingenia por su propia cuenta. Porque
cuando alguien entiende a nivel personal los obstáculos que interfieren con su autorrealización, se
entregará más a esa solución.

Por ello, encarrilar a una persona en el camino correcto no significa ser un "mago de las soluciones"
que le diga qué hacer. Significa ser un guía que puede ayudar a otros a ver sus errores y que guía
sus exploraciones personales hacia las respuestas correctas.

No olvides enfrentar tus propios problemas. Para poder lograr que alguien viva en la realidad,
primero tienes que entenderla tú mismo. Por lo tanto, lucha para resolver tus propios problemas,
para liberarte y para poder ver más allá de tus problemas personales. Y mientras más "perfecto"
seas, mejor líder serás para los demás.

En algunas instancias, sin embargo, si te encuentras con un problema muy difícil de resolver, algo
que te puede ayudar es intentar resolver los problemas del resto. Contigo mismo, estás trabado. Con
los demás, puedes ser más objetivo, y una vez que experimentes el éxito al resolver problemas
externos, entonces podrás aplicarlo a ti mismo.

Dios y los judíos

Vas caminando y de repente ves un niño corriendo hacia la calle para buscar su pelota. Un automóvil
da un frenazo para poder alcanzar a detenerse. El conductor grita por la ventana, llamándole la
atención al niño por su insensatez. Algunos transeúntes menean la cabeza, otros apuntan al niño
con un dedo acusatorio. Pero una persona corre tras el niño, lo persigue por 5 cuadras, lo agarra y le
de una palmada en el trasero. ¿Quién es esta persona? ¡Su padre! Las demás personas dicen,
"Algún día se va a matar, que terrible". Pero sólo al padre le importa lo suficiente como para procurar
darle un gran susto de modo que no vuelva a hacer algo semejante.

Dios se preocupa del pueblo judío más de lo que cualquier padre se preocupa por su hijo. El pueblo
judío es el transmisor de los valores de la Torá, y Dios no va a permitir que desaparezcamos. Por
eso Dios tiene que mantenernos en contacto con la realidad. Incluso si nosotros decimos: "No nos
importa ser judíos, queremos asimilarnos", Dios dice: "De ninguna manera. Tengo un trato con
Abraham y ustedes son demasiado valiosos como para dejar que se pierdan. Aprenderán aunque
sea Yo mismo quien tenga que mostrarles la diferencia".

Dios nunca "castiga". Siempre es de manera instructiva, encarrilándonos en el camino de la realidad.


Además, Dios no se venga de Sus hijos. Imagina que tu hijo hace cosas muy malas, poniendo su
vida en peligro y causándote un sufrimiento intolerable. Entonces, un día vuelve y dice: "Papá, lo
siento. Lo que hice fue horrible. Por favor, discúlpame". ¿Ahora qué vas a decir? ¿“Espera, tengo
que vengarme por lo que me has hecho”? ¿O llorarás, lo abrazarás y celebrarás?

Un padre no se venga de su hijo. Ese es el principio de nuestro Padre Celestial.

¿Por qué vivir en la realidad es un camino a la sabiduría?

 Nunca dejes de preguntarte: ¿Es bueno estar vivo? ¿Para qué estoy viviendo?

 Debemos ser buenos. Ayudar a los demás a transitar por el camino correcto no es sólo otra
parte de nuestra vida; es de lo que se trata la vida.

 Identifica la raíz del problema. Córtala y libera el potencial latente.

 Pregúntate: "¿Realmente deseo vivir en la realidad?".

 Toma decisiones acerca de la sabiduría que adquieres: "¿Voy a vivir con ella o la voy a
ignorar?".

 Vive en el mundo real. Te hará anhelar la cordura.

Camino #42: La paz interior


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Incluso si el mundo exterior esta sumido en caos, nosotros podemos tener paz interior. Para
adquirir ese equilibrio, enfócate en las necesidades de tu alma.

Todo el mundo es partidario de la paz. Pero cuando los judíos se saludan unos a otros con el
famoso "Shalom Alejem" (‘Paz sobre ustedes’), realmente se refieren a un deseo de paz interior.
Porque todos los placeres del mundo son sólo un camino hacia la paz interior.

El Camino #42 es Maamidó al hashalom, que literalmente significa ‘hacer la paz’.

La palabra en hebreo para paz, shalom, deriva de shalem, que significa completitud, perfección y
plenitud. La verdadera paz es mucho más que el cese de la guerra. De hecho, la paz interior es
independiente de las circunstancias externas. El mundo puede estar sumido en la confusión, y pese
a eso, la persona puede estar en paz consigo misma. Y viceversa: el mundo puede estar en paz,
pero la persona puede estar intranquila interiormente.

¿Qué es paz interior?

Todos hemos sentido alguna vez que tenemos un conflicto interno, lo cual generalmente ocurre
cuando debemos tomar alguna decisión moral. Cuanto más grande sea la decisión moral, más
grande será el conflicto.

Este conflicto es entre dos “naturalezas humanas” opuestas: el cuerpo y el alma. El cuerpo busca
comodidades transitorias y placeres sensuales; desea rendirse, soñar, posponer y dejarse llevar por
las pasiones. Pero el cuerpo dice: "Dame comida, calor y una almohada. Quiero relajarme".
Por otro lado, el alma desea significado, logros, permanencia, grandeza, realidad y verdad.

Estas dos fuerzas chocan. Nosotros queremos ser firmes, pero nos sentimos como malvaviscos.
Queremos ser grandiosos, pero no tenemos ganas de hacer el esfuerzo. Queremos ser
independientes, pero nos sentimos seducidos.

E incluso cuando no nos damos cuenta, este conflicto se desata dentro de nosotros. La paz y la
tranquilidad sólo vienen cuando nosotros resolvemos la lucha interna. ¿Quieres grandeza o quieres
ser mediocre? ¡Despierta!

Paz: Victoria del alma

El Talmud enseña: "El justo le habla a sus deseos físicos, mientras que los malvados dejan que sus
deseos sean quienes les hablen a ellos". La pregunta es: ¿Quién dirige el espectáculo? ¿Quién
dictaminará lo que harás?

Los hedonistas creen que debemos dedicarnos al cuerpo y seguir sus deseos. Pero un placer
mundano no dura mucho tiempo, y generalmente deja una sensación amarga. Cada vez que te
rindes ante los deseos de tu cuerpo —cuando pierdes la calma, cuando fracasas en defender tus
creencias o cuando sucumbes ante la lujuria—, el buen sentimiento dura tan sólo un momento y
luego de eso terminas sintiéndote deprimido y enojado contigo mismo.

El auto respeto, que es la única paz verdadera, proviene de cuando seguimos lo que desea nuestra
alma.

Entonces, ¿cuál es la meta? Provocar que el cuerpo desee lo que el alma quiere, ya que no hay
manera de que logres tener paz siguiendo los deseos del cuerpo. Tu alma no se rendirá. Nunca.

Pero el cuerpo puede aliarse con el alma. Por supuesto que "duele" un poco alejarse de un placer
inmediato, pero podemos sobrevivir sin él.

Entrenamiento corporal

Hacer que tu cuerpo esté de acuerdo con tu alma no significa que debas romper tu cuerpo.

El deseo del cuerpo es una fuerza positiva que debe ser aprovechada. La clave está en enseñarle al
cuerpo a proporcionar la misma energía y entusiasmo cuando busque "sentido" como lo hace
cuando busca un dulce. El cuerpo está donde está la pasión, donde está el poder. Llévalo a que se
una a tu acción.

Entrena tu cuerpo para que esté a tono con tu alma. Cuando sientas la resistencia del cuerpo,
háblale. Convéncelo. Tranquilízalo.

Imagina a un corredor que corre por primera vez una larga carrera. El cuerpo protesta diciéndole:
“No seas masoquista… tendrás un ataque cardíaco… no llegarás más lejos que esa esquina…
¡Detente ya!”.

Sólo un firme poder de voluntad puede quebrantar la resistencia del cuerpo y hacer que acepte.
¿Cómo? Recuérdale constantemente el gran valor que tiene estar en forma, delgado y saludable.
"Esto es lo que realmente quieres… imagina lo bien que te sentirás… serás respetado… vivirás más
años…".
Dos meses más tarde, si llegas a perder un día de entrenamiento, tu cuerpo te reclamará: "Me estoy
perdiendo del placer de correr, ¿qué está ocurriendo?".

Averigua qué es lo que quieres y gobierna sobre tu cuerpo. Píntale las cosas de buena forma hasta
que logres reducir la ansiedad del cuerpo. Continúa hasta que la resistencia de tu cuerpo se debilite
y se convierta en el socio de la voluntad de tu alma. Tal como en el ejemplo de salir a correr, tú
puedes medirlo: ¿Cuánto llevará hasta que el cuerpo siga mi meta? Puede llevar un tiempo hasta
que el cuerpo se ajuste… pero cada vez será más fácil.

Utiliza la disciplina. No dejes de avanzar. Ten agallas para perseguir tus metas más altas y haz que
la pasión de tu cuerpo se hunda en los deseos de tu alma.

Alístate para cuando el cuerpo luche en tu contra y no te rindas. Porque si te rindes, ¡entonces el
cuerpo tendrá rienda suelta!

Las metas del alma, los deseos del cuerpo

Cuando estás encerrado en una batalla moral y ambas opciones son igualmente tentadoras, ¿cómo
puedes saber qué "voz" está hablando?

Si el resultado de la decisión será comodidad y facilidad, entonces es probable que sea tu cuerpo el
que esté hablando. Pero si el resultado será esfuerzo y paciencia, entonces esa es tu alma
hablando.

La clave es enfocar tus metas. Si no entiendes qué es lo que quiere realmente tu alma, entonces
estarás encerrado en una batalla constante.

El alma quiere ser buena y ayudar a otros. Ten cuidado con las personas que viven en ilusiones de
paz. Puede que te digan: "Yo quiero hacer lo correcto", pero probablemente sean demasiado
histéricos como para sentarse a discutir los temas. El cuerpo teme perder el control de sí mismo.

Las personas que poseen paz interior dicen: "Ven, pensemos juntos". El alma no tiene miedo.

Una gran causa por la paz

Una de las mejores maneras de hacer que tu cuerpo desee significado espiritual es tener una causa.

La gente necesita enfocar sus vidas alrededor de una causa que sea más grande que ellos mismos.
De esta manera, el cuerpo se pondrá del lado del alma. Cuando luchamos por algo sobre lo cual
creemos, el conflicto entre el cuerpo y el alma prácticamente se termina. Estamos dispuestos a llegar
donde sea, pues la voz del cuerpo está sumergida en una causa abrumadora.

Esta es la razón por la cual en todo el mundo —y a lo largo de toda la historia— ha habido quienes
han sacrificado sus vidas por elevadas causas.

El nacionalismo es un ejemplo de cómo sucede esto. La guerra, por muy destructiva que sea, crea
una causa más grande que los individuos que la pelean. Después de una reciente guerra, apareció
un reporte que decía que los niños le preguntaban a sus padres: "¿Cuándo será la próxima guerra?".
Los padres respondieron: "¿Qué? ¡Una guerra es algo terrible!". Pero los niños dijeron: "Cuando
estábamos en guerra, nuestra nación estaba unida, no había discordia y todos eran amables con los
otros. ¡La guerra fue tan linda!".
Esa es la ironía. Cuando una nación está luchando por su supervivencia, hay un sentimiento de paz
interior. Las personas no se preocupan sobre pequeñeces como el auto nuevo del vecino o que la
mucama puso demasiado almidón a las camisas. ¡Hay algo más importante! Escuchamos
cuidadosamente cualquier idea. Dejamos que cualquier persona capacitada nos lidere. Nos
elevamos por la grandeza de la causa.

Obviamente hay muchas otras maneras más constructivas de lograr este efecto. Como arreglar el
mundo, por ejemplo. ¿Acaso no es esa la mayor causa de todas? Bueno, casi...

La mayor causa de todas

Cuando las personas luchan por una causa, ¿qué es lo que buscan realmente? ¿Cuál es el deseo
más grande del alma?

Grandeza… eternidad… ser uno con Dios.

Dios es Uno. Esa es la verdadera causa a la cual todos aspiran llegar. Salvar a la humanidad es algo
pequeño comparado con hacer la voluntad de Dios. Esa es la mayor causa de todas.

Los judíos se ponen en contacto con esto cada mañana y noche, al recitar el rezo del Shemá:
"Escucha Israel, Hashem es nuestro Dios, Hashem es Uno". Nosotros estamos enfocados en lo que
más quiere el alma.

Decir el Shemá es una herramienta efectiva para enfocarse, integrarse y completarse.

Ayuda a otros a lograr su potencial

Una vez que hayas logrado alcanzar algún nivel de paz interior, ayuda a otros a hacer lo mismo. De
la misma manera que tú pasaste por distintas etapas para reconocer tus conflictos internos, ayuda a
otros a que puedan recorrer el mismo camino.

Observa el potencial que hay en tu amigo y elévalo a la grandeza. Sé ambicioso respecto a lo que él
podría lograr; ten la ambición de transformarlo en alguien grandioso. Imagina: "Si yo puedo ponerlo
en contacto con su alma, ¿cómo eso acrecentará sus poderes? Si él pudiera ser una persona
completa, ¿cuán alto podría volar? Si él pudiera ser más feliz, ¿cómo transformaría eso su relación
con los demás? Si él pudiera ser más firme, ¿qué grandes cosas podría lograr?".

Obviamente la siguiente pregunta es, ¿cómo haces que alguien sea grande?

Muchas personas están tan acostumbradas al conflicto interno que lo aceptan como un status quo.
Aceptan la mediocridad como una forma de vida, como si la grandeza fuera sólo para "grandes
personas". La gente generalmente no sabe lo que realmente quiere de su vida. Y si no saben qué es
lo que realmente vale la pena perseguir, entonces perderán la motivación para intentarlo.

Enséñale a la gente a tener metas y a averiguar qué metas son valiosas. Pregúntales una y otra vez:
"¿Qué quieres?”. Ayúdalos a enfocarse: “¿Puedes ser realmente feliz si eres mediocre? ¿Puedes
estar en paz si no te sientes realizado?".

Si inspiras a otros, eso te dará una dimensión distinta sobre el poder de la sabiduría. Pues al trabajar
objetivamente para ayudar a que otros sean poderosos, nosotros también llegamos a serlo.
Además, si tienes éxito en desarrollar el potencial de otros, tú mismo habrás alcanzado la grandeza.
Pues el mejor regalo que una persona puede dar a otra es paz interior y tranquilidad. Y ahora, tú
compartirás cada uno de sus logros.

¿Por qué la paz interior es un camino a la sabiduría?

 Si alguien no sabe por qué vive, entonces quiere decir que está en una guerra consigo mismo.

 No puedes tener paz siendo mediocre.

 Cuando pensamos en grande, nos volvemos grandiosos. Observa alrededor del mundo y mira
cuánto podrías lograr.

 La grandeza se alcanza liderando con el alma y aprovechando el apasionado poder del


cuerpo.

 La verdadera paz viene sólo cuando tu cuerpo desea el éxito de tu alma.

 Si tenemos éxito en hacer que otros sean grandiosos, entonces nosotros mismos nos
convertimos en personas grandiosas.

 La causa suprema que anhela el alma es llegar a ser uno con Dios.

amino #43: Fascínate con la vida


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Los niños viven en un estado natural de asombro. Para recuperar esa energía, persigue tus
metas con incansable fascinación.

Todos hemos experimentado en algún momento algo tan fascinante que nos sentamos en la punta
de nuestros asientos. Puede haber sido un paseo en la montaña rusa, un conferencista brillante o un
paisaje sobrecogedor. En ese momento, estábamos totalmente comprometidos con la emoción de
vivir.

Es por eso que una crisis —a pesar de que produce miedo— es tan estimulante. Porque demanda
de nosotros un 100% de atención, la fusión de la mente y el corazón. Imagina si pudieras reproducir
esa sensación cada día de tu vida, ¡sería increíble!

El Camino #43 es Mityashev libó betalmudó, ‘asienta los estudios en tu corazón’. Esto significa que
cuando comienzas cualquier actividad, no sólo debes llevar a tu cuerpo, sino que debes asegurarte
que tu mente y corazón también estén allí. Debes conectar tus necesidades emocionales con tu
apreciación intelectual, ya que de otra manera, todo lo que obtendrás de la vida será una experiencia
a medias.

Debes estar completamente absorto en lo que sea que estés haciendo. No importa si estas
estudiando geometría, cocinando la cena o educando a tus hijos, ¡debes fascinarte! Porque cuando
estamos fascinados, tenemos una mayor captación y retención, y al final haremos un mejor trabajo.
¿A quién le importa?

La razón por la cual frecuentemente carecemos de fascinación es porque no nos enfocamos en el


beneficio que obtendremos.

¿Podrías disfrutar de una clase sobre carburadores de autos? ¿Una detallada descripción de cómo
la gasolina se mezcla con el aire para generar combustión? Quizás es interesante por cinco minutos,
pero luego zzzz…

Ahora imagina que te quedas estancado en el desierto con el carburador roto. Si alguien te ofrece
una detallada clase sobre carburadores, tú dirías: “¡Wow! ¡Fascinante! ¡Habla lento porque quiero
tomar nota!”.

¿Qué es lo que hizo cambiar tu perspectiva?

Los carburadores repentinamente se hicieron relevantes. Algo que es muy aburrido en un momento
puede ser totalmente fascinante al instante siguiente si percibimos su importancia en nuestras vidas.

Fíjate cómo nos detenemos a leer una propaganda que dice: “Gana un millón de dólares.
Garantizado”. Ciertamente prestaremos atención, ¡estamos interesados!

Entonces, la próxima vez que alguien te presente alguna información nueva, no digas: “¿A quién le
importa?”. En lugar de eso, conéctala con tus deseos. Define: ¿Por qué quiero saber acerca de eso?
¿De qué manera eso es relevante en mi vida? ¿Cómo puedo integrar esa idea en forma práctica?

Una vez que te comprometes a aplicar la sabiduría, verás cuán fascinante puede llegar a ser.

La fórmula de la fascinación

Aprende de tus éxitos. La “fascinación” te ha golpeado en el pasado. Descubre por qué un tema tan
árido como la biología de repente se volvió fascinante. ¿Qué pasó? ¿Qué te llevó a conectarte con
su belleza?

La clave es descubrir cómo la idea intelectual le habla a tus emociones. Hay verdades espirituales
sumamente profundas en la biología, como por ejemplo la simetría artística de los organismos, la
unidad holística de la naturaleza, etc. Entonces, no te limites solamente a la información intelectual.
Ve un paso más adelante y descubre las realidades metafísicas que son paralelas a tu mundo diario.

Esto funciona incluso con los aspectos más mundanos de la vida. ¿Alguna vez te fascinó podar el
césped? Hasta que una vez, de repente, ¡comienzas a hacer dibujos en el césped! Descubre qué fue
lo que ocurrió. ¿Qué te atrapó? ¿Estabas en un estado de ánimo en particular que sentiste que
querías jugar con eso? ¿Había algún significado básico de la vida que sacaste de eso?

En lugar de sufrir, ¡enfócate en esto cada vez que cortes el césped!

Como ejercicio, piensa acerca de dos ocasiones en las cuales quedaste fascinado con algo que
generalmente no te interesaba. Averigua por qué repentinamente diste un vuelco. Ahora toma la
respuesta y utilízala para la vida. Si encuentras que la vida es aburrida, esto hará que tu creatividad
fluya de nuevo. Si funcionó una vez, puede funcionar de nuevo.
Ve lo fascinante de la vida

Los niños viven en un estado natural de asombro; piensan que todo en la vida merece atención y
que de todo se puede aprender algo. Para recuperar ese asombro de niño, averigua qué es lo que
más te fascina en la vida. ¿La tecnología? ¿La naturaleza? ¿Las relaciones interpersonales? ¿La
sociedad? Haz una lista de las diez cosas que más te fascinan.

Presta atención al mundo que hay a tu alrededor. Constantemente ocurren cosas fascinantes.
Intenta identificar esas cosas en tu experiencia diaria. Guarda tu lista de los “Top 10” a mano para
poder “darte una carga de fascinación” cuando lo requieras.

Sé proactivo y busca situaciones fascinantes. Una persona que está buscando oro tiene más
posibilidades de encontrarlo que alguien que simplemente está escalando una montaña. Si estás
buscando fascinación es más probable que la experimentes.

Podemos aprender mucho al observar lo que le fascina a otros. ¿Qué clase de película es un éxito
garantizado? Noventa asesinatos en una sola película, ¡Wow! ¡Eso es un asesinato por minuto! ¿Por
qué todos sintonizan CNN para ver un avión estrellándose, un tornado o casas derrumbadas? La
gente ama las historias de guerra, terror, fama, detectives. ¿Por qué tanta fascinación por eso?
¿Cuál es el denominador común? ¿Qué es lo que esto nos dice acerca de la naturaleza humana?

Esto no es una aprobación de esos temas, sino que es más bien una observación sobre cuáles son
las cosas que capturan la fascinación del mundo occidental moderno.

Ahora compara esto con tu propia lista. ¿Qué cosas te estás perdiendo? ¿Cómo puedes evitar las
trampas en las que otros están cayendo?

Fascinación con personas reales

Fascínate con cada ser humano al menos por un momento. Un enigmático misterio de la vida está
pasando justo a tu lado. ¡Presta atención!

No trates a las personas como objetos. Si consideras que el vendedor del negocio es un elemento
cuya función es facilitarte la compra, eso no te inspirará mucho interés. En lugar de eso, desarrolla tu
sentido de la curiosidad y elabora algunas preguntas amigables. ¿Te gusta tú trabajo? ¿Hace cuánto
tiempo trabajas aquí? ¿Ha sido un día ocupado? ¿Estás al comienzo o al final de tu turno?

Sé amigable, abierto y muestra interés. Eso llenará tu vida de personajes interesantes.

Si alguien se fascina más con películas y novelas que con la vida misma, es una señal de que algo
está mal. Él está viviendo indirectamente, escapándose de sí mismo y de su potencial. Es una pena
estar más fascinado con los personajes de una novela que con los verdaderos seres humanos. Para
que tu vida valga realmente la pena, ¡fascínate con la realidad!

Debes darte cuenta que la mayoría de las cosas a las que prestamos atención son ilusiones. No nos
enseñan nada acerca de la vida. Un programa de TV, una novela o incluso un diario. ¿Qué aprendes
realmente? ¿Puedes aplicar algo de esto a tu vida? Terminas la novela y dices: ¡Esos personajes
eran fascinantes! Piensas que tu vida ha cambiado, pero ¿cuánto te enseñó realmente acerca del
significado de la existencia? El libro fue fascinante, pero ¿has aprendido sabiduría para vivir? No
necesariamente.
Intenta canalizar tu curiosidad natural hacia una conexión con personas reales. La vida misma es
más fascinante que cualquier juego de vídeo. ¡Sólo necesitas aprender cómo funciona!

Debes saber qué quieres de la vida

Una buena manera de estar fascinado es conociendo a la persona más interesante que jamás hayas
visto. ¿Sabes quién es? ¡Tú! Entonces, siéntate y conversa contigo mismo. Pregúntate: ¿Para qué
vivo? ¿Hacia dónde estoy yendo?

Muchas personas carecen de fascinación porque no tienen claro qué quieren de la vida. Si tienes
metas claras entonces estarás mucho mejor equipado para ver el valor que hay en cada experiencia.

Imagina a alguien que tiene una gran ambición de ser médico. En la secundaria toma cursos
introductorios, lee muchas revistas de medicina, es voluntario en el hospital local y se hace amigo de
muchos médicos. Está totalmente enfocado. Cuando termina la secundaria, ya habla como un
doctor, entiende los procedimientos básicos y ha desarrollado un hábito de atención y visita de
pacientes, ¡todo esto mucho antes de ingresar a la escuela de medicina!

Si una persona sabe lo que realmente quiere de la vida, entonces encontrará los caminos y medios
para llegar hasta allí. Y se fascinará con cualquier cosa que esté remotamente relacionada con esa
meta.

Ten una dirección clara. Conoce lo que quieres. Repasa el itinerario de tu vida. Tu deseo es dominar
la vida, no andar por ella a tropezones. Recuerda, eres ambicioso, deseas grandeza. Ese es tu
anhelo interno. Las horas que pasas divirtiéndote están robando tu grandeza. Seguro que es
divertido, pero sabes que no es el camino hacia la grandeza.

No esperes hasta que te aburras de tu trabajo. No te la pases simplemente “pasando el rato”, yendo
a la deriva por la vida. Busca ver hacia dónde está dirigiéndose tu vida y traza el camino. Fascínate.
Alcanza tu meta.

Estudia lo que tu corazón desea

Cultiva tus intereses naturales. Si no estás decidido acerca de qué carrera estudiar, toma la opción
que más te llame la atención.

Nuestros sabios dicen: “La persona siempre debe estudiar lo que su corazón desea”. Si aprecias el
tema, entonces estudiarlo se convertirá en una experiencia agradable. Es más, el entusiasmo por un
tema se pasa a otro y te ayuda de esa forma a que sea más fácil estudiar los temas menos
fascinantes.

¿Tienes dificultad para abrir un libro? Observa el índice y elige un capítulo que te motive. Utiliza tu
deseo natural como una vía de entrada para involucrarte en algo que de otra manera sería un tema
demasiado denso.

Lo mismo se aplica al estudiar sabiduría. ¿Estás abrumado por la magnitud de la Torá? Para
comenzar, elige un tema que te fascine. Puede ser cómo hacer jalot, cómo escoger un cónyuge o
cómo amar a la humanidad. Con 613 mitzvot de las cuales escoger, ¡deberías encontrar por lo
menos una!
Para poder fascinarnos con la verdad y la sabiduría, debemos entender que nuestra esencia es un
alma, no un cuerpo. Esto te ayudará a no perder el tiempo en frivolidades. Comer está bien —
obviamente tienes que alimentar al cuerpo y “el sabor” es sin duda un placer maravilloso—, pero no
te pierdas en la comida. Sabes que eres un alma, a la que le fascina la sabiduría, la vida y el misterio
de la existencia. Abre el próximo capítulo. ¿Qué será? Eres un alma encerrada en un cuerpo. ¡Qué
emoción!

¿Por qué fascinarse con la vida es un camino a la sabiduría?

 Cuando estamos fascinados y absortos, hacemos un mejor trabajo.

 Cuando estamos fascinados, eso es energizante.

 Para estar fascinado con la verdad y la sabiduría, recuerda que eres un alma, no un cuerpo.

 Conecta tu conciencia intelectual con tus botones emocionales.

 Una persona real es más fascinante que lo que cualquier personaje de TV jamás podría ser.

 Establece metas y persíguelas con una incansable fascinación.

Camino #44: Analiza las cosas


por Rav Noaj Weinberg zt"l
La mejor defensa en contra del abuso es cuestionarte lo que ves. Utiliza tu intelecto para
descubrir inconsistencias, irregularidades y racionalizaciones.

En el mundo actual, si alguien pregunta “¿cómo estás?” la respuesta normal es “bien”. De hecho,
hay un chiste judío que define a un “nudnik” (persona molesta) como alguien que cuando le
preguntan cómo está, ¡realmente te responde!

El Camino #44 es Shoel umeishiv, que literalmente significa ‘preguntar y responder’.

Un profesional puede diagnosticar problemas inmediatamente. En el momento en que cruzas la


puerta, el doctor dice: “Usted está anémico”. O el mecánico de automóviles dice: “Son las bujías”.
¡Eso es experiencia!

Los 48 Caminos dicen: Rodéate de personas que hayan dominado al arte de las preguntas. Un
experto en preguntas puede identificar la base del asunto, revisar los factores pertinentes, determinar
qué información adicional es necesaria y llegar a una conclusión. ¡Eso es poder para vivir!

Las preguntas básicas pueden aplicarse para todo en la vida:

1. Define: ¿Cuál es el problema?


2. Reflexiona: ¿Por qué es importante para mí?
3. Aplica: ¿Qué voy a hacer al respecto?

Si practicas estas preguntas, eventualmente te será natural hacer buenas preguntas. Tienes que
estar listo para lidiar con la vida. Porque si no lo estás, entonces incluso si la sabiduría más profunda
llega a ti… terminará en el basurero.
Preguntas y respuestas: la clave para la supervivencia

A veces actuamos de ciertas maneras que contradicen nuestras creencias. Las “preguntas y
respuestas” nos ayudan a revelar nuestras propias inconsistencias y racionalizaciones. Y a menos
que nos ocupemos y resolvamos estos asuntos, ¡sufriremos de una terrible confusión!

Abre tus ojos y tu mente a las irregularidades de la vida. No te quedes sentado pasivamente. Si ves
una contradicción, señálala.

Para entender los eventos necesitas preguntar: ¿Cuál es la esencia del problema? ¿Por qué la gente
difiere? No confíes en analistas para que te den su opinión predigerida. Tú eres quien tiene que
hacer el trabajo. Involúcrate y participa en las noticias inteligentemente.

Hay un dicho judío: “Nunca nadie murió por una pregunta”. Esto significa que no debes tener miedo
de preguntar. No hay nada ilustre en permanecer callado… e ignorante.

Las personas pueden molestarse cuando empieces a hacer demasiadas preguntas o a analizar las
cosas por partes. Pero no dejes que eso te detenga. A través del análisis, una persona toma un
concepto desde lo abstracto y lo hace real. Y eso es hacer la vida fresca y viva.

Alguien que no aprende el arte de las preguntas perceptivas es susceptible a todo tipo de
manipulaciones. En el mundo actual, siempre hay alguien deseoso de engañarnos para que
compremos algo que no necesitamos.

La mejor defensa en contra del abuso es cuestionar lo que ves. Cuando te encuentres con una
nueva idea o producto, pregúntate: ¿Por qué necesito esto? ¿Cuál es la motivación de la persona al
promover esta idea? Esto te sensibilizará, te protegerá, y te hará más sabio.

Busca las inconsistencias

Las ideas valen muy poco cuando están flotando en el vacío. Pero cuando son yuxtapuestas
emergen a la superficie sutiles distinciones. Un aspecto clave de la sabiduría es ver las relaciones
que hay entre los conceptos, y concentrarse en las áreas de similitud y contradicción. Es por esto
que es tan importante estudiar historia, para adquirir un sentido de contexto.

La vida misma está llena de contradicciones. Cuando te enfrentes a cualquier problema o situación,
estudia la pregunta y define la premisa que hay tras ella. Pregunta: ¿Hay algo que contradiga a esta
idea? Intenta buscar más profundo en las cosas y en las personas. Porque nada es como aparenta
ser en la superficie…

Por ejemplo: ¿Puede Dios hacer una roca tan pesada que ni siquiera Él pueda levantar?

Esta pregunta implica una limitación en el poder de Dios: O bien es incapaz de crear una roca así de
pesada, o bien es incapaz de levantarla.

La respuesta es que hay una falla fundamental en la pregunta. La pregunta asume que las cosas
infinitas —una roca infinitamente pesada y un Dios infinito— son comparables. Pero como
debiéramos saber de las clases de matemática de secundaria, dos infinitos no son comparables.
Encuentra preguntas sin contestar

Todos tenemos una mochila llena de preguntas sin contestar. Y a pesar de que aparentemente no
nos molestan, en un nivel más profundo sí lo hacen. Aquí hay algunas molestas preguntas que todos
tenemos:

 ¿Cuál es el propósito de la vida?


 ¿Cómo puedo alcanzar mi máximo potencial?
 ¿Cómo puedo evitar repetir los errores?

Alguna gente dice simplemente: “No hay respuestas”.

En realidad, el objetivo de todas las preguntas es obtener respuestas. Obtener claridad es un camino
largo y difícil. ¡Pero no te detengas! Personalmente, yo he estado trabajando en una pregunta
durante 10 años, pensando en ella al menos dos veces al día.

Saca tus preguntas y ¡comienza a responderlas!

Siéntate, reflexiona y ve qué preguntas importantes aún no has resuelto. Si hay algo que te molesta,
no lo dejes ahí tirado. Ponlo en una lista y llévala contigo. Mantén estas preguntas en mente,
disponibles para cuando encuentres a alguien que podría tener la capacidad de ayudarte a
responderlas.

Si tu negocio se estuviera tambaleando, no te quedarías sentado viendo cómo pierdes dinero, sino
que encontrarías el problema y lo resolverías. En la vida tampoco puedes quedarte sentado viendo
cómo pierdes. ¡Entiende de qué se trata la vida!

Preguntas para la vida

Aplica tu habilidad de "preguntar y responder" en todos los ámbitos de la vida. Por ejemplo, si
quieres casarte, asegúrate de saber qué preguntas correctas debes hacer. Muchas personas no
tienen éxito en el matrimonio porque no tienen una definición correcta de qué es el matrimonio. Sus
expectativas están basadas en un guión de Hollywood.

Averigua de qué se trata el matrimonio. ¿Es un acuerdo? ¿Un contrato? ¿Un refugio de impuestos?
¿Ayuda doméstica? ¿Una compañía? ¿Una forma más económica de vivir? ¿Un ritual para
satisfacer a los padres?

El judaísmo dice: “El matrimonio es un compromiso que adquieren un hombre y una mujer respecto a
perseguir juntos sus metas de vida”. Es un vínculo sagrado entre dos personas que se convierten en
una. Le da fuerza tanto al individuo como a la unidad. Trae realización, amistad, familia y mucho
más.

No camines por el altar antes de saber:

 ¿Cuál es el propósito del matrimonio?


 ¿Cómo puedo tener un matrimonio exitoso?
 ¿Cómo puedo saber si escogí al compañero adecuado?

Preguntas bañadas en bronce


Hay padres que bañan en bronce el primer par de zapatos de sus hijos. Es un recordatorio de
cuando el bebé alcanzó un cierto nivel de madurez e independencia. En el judaísmo inmortalizamos
otra cosa: la primera pregunta analítica de un niño, la primera vez que descubrió una contradicción.
¡Eso es independencia!

La importancia de las buenas preguntas está arraigada en la conciencia nacional judía. Vemos por
ejemplo en el episodio de la zarza ardiente que Moshé notó la contradicción: “La zarza está
ardiendo, pero no se consume”.

En el Séder de Pesaj, alentamos a los niños a que hagan las famosas “Cuatro Preguntas”. El Séder
también habla acerca de cuatro hijos: uno sabio, uno malvado, uno simple y uno que no sabe
preguntar. Cada uno se define en base al tipo de preguntas que hace.

Una Ieshivá es una escuela para aprender la habilidad de analizar y hacer preguntas sagaces. El
libro guía es el Talmud, el manual de preguntas y respuestas más grande del mundo. El Talmud está
construido en base a una búsqueda de contradicciones, y con el correr de los años los judíos fueron
desarrollando esto hasta transformarlo en un fino arte.

Algunas veces el texto de la Torá es muy conciso. ¿Por qué? Para motivarnos a hacer preguntas
analíticas. La Torá requiere gran esfuerzo para entenderla por nuestra cuenta, y mientras más
estudiamos, más afinamos nuestras herramientas para el análisis independiente.

Si estudias suficientes preguntas, entonces adquirirás los patrones y tu cerebro comenzará a pensar
de forma analítica. ¿Has escuchado del título profesional llamado “Doctorado”? Los estudiantes de
Ieshivá obtienen un Doctorado en Preguntas. ¡Y la estrella de la Ieshivá es quien puede hacer la
mejor pregunta!

Un pedazo de lógica talmúdica

Una historia apócrifa del último siglo dice así:

El gobierno le concedió un permiso especial para visitar Moscú a un estudioso judío de Odessa. El
estudioso abordó el tren se sentó en un asiento vacío. En la parada siguiente, un joven se subió y se
sentó junto a él.

El estudioso miró al joven y pensó: Este tipo no parece un campesino, y si no es un campesino


entonces seguramente viene de este distrito. Si viene de este distrito entonces debe ser judío,
porque este es, después de todo, el distrito judío. Por otro lado, si él es judío, ¿a dónde estará
yendo? Yo soy el único en nuestro distrito que tiene permiso para viajar a Moscú. Un momento, justo
en las afueras de Moscú hay una pequeña aldea llamada Samvet y uno no necesita un permiso
especial para ir ahí.

Pero, ¿por qué habría de ir a Samvet? Probablemente va a visitar a alguna de las familias judías que
viven allí. Pero, ¿cuántas familias judías hay en Samvet? Solamente dos, los Bernstein y los
Steinberg. Los Bernstein son una familia terrible, así que probablemente va a visitar a los Steinberg.

Pero, ¿por qué habría de ir a visitarlos? Los Steinberg solamente tienen hijas mujeres, por lo que
probablemente él es uno de los yernos. Pero si lo es, ¿con cuál hija se casó? Sara se casó con ese
simpático abogado de Budapest, y Ester se casó con un hombre de negocios de Zhadomir. Así que
este debe ser el esposo de Sara, por lo que su nombre es Alexander Cohen, si no me equivoco.
Pero si viene de Budapest, con todo el antisemitismo que hay ahí probablemente debe haber
cambiado su nombre. ¿Cuál es el equivalente Húngaro de Cohen? Kovacs.

Pero si cambió su nombre, entonces probablemente debe tener algún estatus especial. ¿Qué podrá
ser? Un doctorado de la universidad.

En este momento, el estudioso se dirigió al joven y le dijo: “¿Cómo está usted Dr. Kovacs?”.

“Muy bien gracias”, respondió el sorprendido pasajero. “¿Cómo es que usted sabe mi nombre?”.

“Ah”, respondió el estudioso, “era obvio”.

¿Por qué analizar las cosas es un camino a la sabiduría?

 Un tonto se avergüenza de hacer preguntas. No seas un tonto.

 Una buena pregunta es la mitad de la respuesta.

 Las preguntas y respuestas son las herramientas de la vida para la clarificación.

 Para cada contradicción, hay una resolución equivalente y opuesta.

 Los seres humanos se definen de acuerdo a las preguntas que hacen.

 Hazle una pregunta a un judío y él responderá con otra pregunta.

 Contrasta un concepto con otro para ver si surge alguna contradicción sobre algo que solías
asumir como verdadero.

 La vida no es “respuestas instantáneas”. Debemos trabajar duro para obtener un


entendimiento completo.

 Cuando saques conclusiones, no confíes simplemente en opiniones y suposiciones externas.

 Una persona sabia hace preguntas y busca respuestas.

Camino #45: Expande tus ideas


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Cuando aprendas algo de sabiduría, extrae lo que sea relevante para tu vida. Extrae sus
conclusiones más profundas y vive con ellas.

La información llega a nosotros proveniente de muchas fuentes distintas. Pero, ¿en qué momento la
idea de otra persona se convierte en algo que podemos llamar nuestro?

El Camino #45 es Shomeah umosif, que significa ‘entender y agregar’. No es suficiente escuchar una
idea. Tienes que estudiarla, desarrollarla y agregarle nuevas dimensiones. Y luego debes vivir con
ella. Sólo entonces la idea se convertirá en parte de ti.
A todos nos ha sucedido. En la excitación de oír una nueva gran idea, damos un inspirado salto y
hacemos diversas asociaciones con otras ideas. Se siente maravilloso ya que sentimos literalmente
cómo se están expandiendo nuestros horizontes.

Cuando escuches una idea, asegúrate de llegar hasta el fondo. No tomes la idea en su valor
nominal. Desglósala en sus componentes. Define cada parte para asegurarte que la entiendes
completamente. Pregunta para aclararla. Escribe tus observaciones.

Ahora, prueba la idea. Proyéctala al futuro. Trata de trazar el camino de la idea, con todas sus
implicancias y consecuencias. Esto te permitirá descubrir su profundidad y darte cuenta de cualquier
aspecto que pueda ser falso.

Corre con la pelota

Escuchar una nueva idea significa mucho más que sólo oírla con tus oídos. Escuchar significa
absorber la idea en un nivel que te impacte y llevarla a tu corazón. Cuando una idea alcanza tu
corazón, entonces te ves empujado a la acción.

Cuando escuches una idea, muévela un poco y hazla tuya. Mover la idea a otra dimensión la
transforma en algo totalmente diferente, algo real, vivo y funcional. Y esto es parte de tener “libre
albedrío”.

Que no te baste con sólo leer el periódico. Conviértete en parte del proceso. Saca conclusiones.
Deriva nuevas ideas a partir de ellas. Esa es tu creatividad, ese eres tú. De otro modo, sólo serás
una figura pasiva —un peón de las noticias— y no estarás verdaderamente prestando atención.

No esperes que estos momentos de inspiración vengan por sí mismos. Descubre cómo formalizar el
proceso, como tomar cualquier idea y llevarla un paso más adelante, abrirla y ver sus múltiples
dimensiones.

Sin embargo los seres humanos tendemos a ser flojos. Sabemos que deberíamos examinar las
cosas en profundidad, pero a menudo evadimos el esfuerzo que se requiere y nos contentamos con
explicaciones superficiales. Contrarresta esa tendencia.

Suele ocurrir que las ideas nos impactan sólo de forma superficial y no nos molestamos en hacer
nada al respecto. Por eso que hay tanta inconsistencia en el mundo moderno. Las ideas rebotan en
la gente en vez de ser adquiridas. No te quedes ahí como un bulto. ¡Corre con la pelota! ¡Persigue la
máxima sabiduría! ¡De esta manera podrás descifrar los misterios de la vida en vez de tan sólo
lloriquear por ellos!

Una ilustración del proceso

Por ejemplo tomemos el concepto de, “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18).

1) Punto Básico: Debemos actuar con amor hacia los demás.

2) Implicaciones: El amor puede ser definido. ¿Cuál es la definición de amor? Tener placer de las
virtudes de los demás. Cada ser humano tiene virtudes. “Amar” significa excusar las faltas y
enfocarse en las virtudes.
3) Conclusiones: Si Dios dice: “Ama a los seres humanos”, entonces quiere decir que los humanos
son intrínsicamente seres que pueden ser amados. El hecho de que casi todos tienen al menos dos
personas que los aman —sus padres— confirma esto. Por lo tanto, si tienes problemas con amar a
alguien, entonces deberás preguntarte a ti mismo: “Si yo fuese su madre, ¿qué amaría de esa
persona?”. Esto te abrirá una nueva y sorprendente dimensión. Cada ser humano es espléndido,
¡simplemente nos falta darnos cuenta!

4) Derivaciones: ¿Qué es lo que puedes amar de los seres humanos? Debe haber algo que sea
común a todos los seres humanos, y es que fueron creados a imagen de Dios.

5) Extensiones: Dado que tenemos un mandamiento de amar a los demás, eso significa que amar
es algo que puede ser ordenado. Esto va en contra de la percepción común de que pese a que es
bonito amar a otros, el amor no puede ser obligatorio. Pero el judaísmo dice lo contrario, lo cual te
lleva a reflexionar: ¿Quién me puede enseñar el secreto de cómo amar a todas las personas?

6) Paralelos: Si Dios nos ordenó amar a otros, entonces debe significar que Él nos ama a nosotros.
¿Cómo sabemos eso? Porque cuando amamos a alguien, también queremos que los otros amen a
esa persona. Como Dios nos ama, entonces también quiere que nosotros nos amemos los unos a
los otros.

7) Corolarios: Proteger de los daños es parte de amar a alguien. Por eso, “amar al prójimo” también
significa luchar por los derechos humanos, trabajar en contra de la injusticia, detener la violencia.

8) Consecuencias: Si todos practicáramos “amar a tu prójimo”, entonces habría mucha más


paciencia, tolerancia, comprensión, comunicación, apreciación y unidad en el mundo. ¡Este principio
transformaría la historia de la humanidad! Cuando amamos a nuestro prójimo, obtenemos placer de
estar con los demás, trabajamos juntos y aprovechamos al máximo el potencial del universo.
¿Sientes el poder?

9) Apreciación: Mira hacia atrás en el tiempo, hasta la época de los griegos, babilonios o egipcios,
quienes asesinaron, esclavizaron y torturaron en grandes cantidades. La historia muestra que fue el
judaísmo —con su innovadora declaración de amar a la humanidad porque todos fuimos creados a
imagen de Dios— el que introdujo e inspiró los derechos civiles y la justicia en el mundo. Los judíos
dijeron: “Todos fuimos creados a la imagen de Dios, y tú tienes que amar a toda la humanidad”. Esta
idea fue exitosa porque la Torá especifica leyes detalladas de cómo traducir ese amor en acción.
Gradualmente, el mensaje judío llegó a ser aceptado por toda la humanidad. ¡Increíble!

Mantente enfocado

Debes tener mucho cuidado cada vez que vayas a través de este proceso de asociaciones. Imagina
que estás construyendo una torre, poniendo un ladrillo arriba de otro. Si la primera capa de ladrillos
se corre apenas un centímetro, no es tan grave. La tercera capa de ladrillos se va a poder sostener.
Pero si los ladrillos no estaban perfectamente alineados ¡entonces en la decimoquinta corrida va a
colapsar toda la estructura!

Lo mismo es cierto respecto a las ideas. Cuando sacamos una conclusión tras otra y tras otra, si en
la primera conclusión estábamos un poquito corridos, entonces todas las conclusiones subsecuentes
estarán equivocadas cada vez en mayor grado ¡y podrías terminar con algunas ideas extrañas y
peligrosas!
Debes monitorear constantemente tus conclusiones mediante el comentarlas con otras personas.
Este intercambio te ayudará a corregir los errores mientras todavía son pequeños y también te
expondrá a nuevas ideas que de otra manera no hubiesen emergido de tu mente.

Descubre el pensamiento erróneo

Muchas ideas parecen ser suficientemente inocuas en la superficie. Sin embargo, puede que sean
inconsistentes con otras ideas que aceptamos como ciertas. Al agregar dimensiones y sacar
conclusiones, se hace evidente en qué puntos estaban equivocadas nuestras percepciones.

Por ejemplo, mucha gente cree que no existe la "verdad absoluta". Dicen que “la verdad” es diferente
para cada uno.

Entonces, saquemos una conclusión de eso: Si no hay un bien y un mal absolutos, ¿cómo podemos
decir que un asesino es alguien malvado? ¿En base a los estándares de quién? Sin una moralidad
absoluta, todo lo que podrías decir sobre un asesino es que no te gusta lo que hace. ¡Pero no
puedes decir que es malvado!

¿Y que hay de cuando tu hijo llega de la escuela y alega porque alguien lo golpea en el patio? Si la
moralidad es relativa, entonces nunca podrás decir que algo es injusto. Para el abusador, golpear a
niños pequeños es parte de su sistema moral personal. ¿Cómo podrías condenarlo?

¿Suena absurdo? ¡Por supuesto! Por eso es importante llevar las ideas a su conclusión lógica. Si
hay una falsa percepción, entonces al desarrollar el tema un poco podrás ver el error de la premisa
original. También podrás ver cómo esta idea podría estar contradiciendo otra idea en la que crees.
De esta manera, serás capaz de determinar qué ideas son verdaderas y qué ideas son falsas.

Hazlo una práctica diaria

Durante el curso del día solemos estar muy ocupados como para considerar las ideas y sus
implicancias. Por lo tanto, debes tomarte al final de cada día el tiempo necesario para reflexionar
sobre las nuevas ideas que escuchaste aquel día.

Piensa cuidadosamente. Leíste algo, fuiste a pasear, asististe a una reunión. Puedes aprender
muchas cosas nuevas. Pero a menos que repases tus experiencias diarias, no vas a poder
internalizarlas.

¡Vamos, vive un poco!

Como ejercicio, toma cinco de tus piezas de sabiduría favoritas, aquellas que consideres que son las
herramientas más importantes para la vida. Luego, profundiza: encuentra un corolario, una
consecuencia, una derivación, etc.

Esta aproximación por etapas te generará una cadena potencialmente infinita de conclusiones. De
hecho, nuestros sabios dicen que uno podría teóricamente deducir las 613 mitzvot a partir de
cualquier mitzvá de la torá si hace un seguimiento lógico de las consecuencias, derivaciones, etc.
(Obviamente esto sólo lo puede ser alguien que sea un erudito…)
¿Por qué expandir tus ideas es un camino a la sabiduría?

 Cuando escuches una muestra de sabiduría, extrae lo que es relevante para tu vida.

 Cuando aprendas un concepto, ábrelo para ver sus componentes. Si A es verdadero,


entonces puede que B también sea verdadero.

 ¡Profundiza! Toma muchos conceptos y somételos a este proceso.

 Lo que escuchemos no será realmente valioso a menos que lo hagamos nuestro.

 Haz una limpieza intelectual cada noche antes de ir a dormir.

 Para estar vivo, tienes que estar comprometido en el proceso de la vida.

Camino #46: Aprende para enseñar


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Si sabes algo interesante, compártelo. Si le enseñas a otros, tú también aprenderás
muchísimo.

Cuando aprendas algo —ya sea de un libro, de una clase o de una experiencia de vida— apréndelo
con el objetivo de compartirlo con otros. Si fue algo fascinante, entonces pregúntate: ¿Cómo te
cambió? ¿Qué te enseñó sobre la vida? ¿Cómo puedes transmitir esa idea a otros?

El Camino #46 es Halomed al menat lelamed, que literalmente significa ‘el que aprende para
enseñar’. No crezcas sólo para ti mismo. Si vale la pena, compártelo.

Para comunicar efectivamente lo que has aprendido:

1. Defínelo claramente. ¿Cuál es el punto esencial?


2. Entiéndelo completamente. ¿Hay algún punto que no tengo claro?
3. Aprende cómo transmitirlo. ¿Cómo puedo explicárselo a otros de la mejor manera?
4. Ponlo en práctica. ¿A quién se lo enseñó?

Haz que esto sea un proceso automático, de forma que cuando aprendas algo nuevo pienses
instantáneamente en cómo transmitirlo.

Si vale la pena aprenderlo, vale la pena compartirlo

No queremos vivir sólo para nosotros mismos. Es parte de la naturaleza humana querer compartir
las noticias. ¿Acaso es la búsqueda de fama? No lo creo. Si tuvieses información que podría cambiar
el curso de la historia, ¡la compartirías incluso anónimamente!

Imagina que vas caminando por la calle y te encuentras con un extraterrestre. Él te dice: “He venido
de una galaxia lejana para comunicar un mensaje importante a los terrícolas”. ¿Qué es lo primero
que harías? "¡Tengo que contarle esto a todo el mundo! ¿De qué universo dijiste que venías?
¿Cómo deletreas tu nombre? Déjame ver esos tentáculos, ¿realmente funcionan?".

Comienzas a evaluar, pensar, analizar y enfocarte… ¡todo porque tienes una audiencia que está
esperando tus palabras!
Aplica esta técnica a todas las experiencias de la vida. Si estás volviendo de vacaciones, piensa en
qué mensaje quieres transmitir a tus amigos cuando llegues de vuelta. En lo que sea que estés
haciendo —en el zoológico, en una boda o leyendo el periódico— continúa preguntándote: ¿Cuál es
el valor de esta información? ¿Qué me enseña sobre la vida?

Luego pregúntate: ¿Quién más se beneficiaría con este concepto y cómo se lo puedo enseñar?

No desperdicies ninguna oportunidad. La próxima vez que vayas a un concierto, imagina que eres un
crítico de música para el periódico más importante. Todo el mundo se muere de ganas por escuchar
tus comentarios. Los van a traducir a ruso y chino. ¿Ves como esto afecta tu experiencia? Cada
movimiento de la batuta y cada golpe al platillo tendrán toda tu atención. ¡Estás revitalizado!

Ensaya. Haz como que tuvieras que enseñarlo en una clase a 1.000 personas. ¿Cómo resumirías
los puntos principales? ¿En qué estás de acuerdo o en desacuerdo?

Crea oportunidades para enseñar

Estás en un avión sentado junto a un extraño. ¡Todos sabemos lo aburrido que puede ser eso! Sin
embargo, es una excelente oportunidad para discutir tu perspectiva sobre algún asunto importante.
Obviamente tienes que preparar la conversación. Intenta esta técnica: Comparte una dificultad que
estés teniendo con el asunto y pide un consejo. Cuando estás en la calle y debes pedirle a un
extraño directivas para ubicarte, ¡eso no te complica en absoluto!

Di: “Estaba pensando en este asunto. ¿Me podrías ayudar a entenderlo?”. A todo el mundo le gusta
dar consejos. Y a continuación, podrás explicar tus ideas ¡y de paso podrías aprender algo a cambio!

Anticipa las oportunidades para enseñar, ya sea que estés en la cola del banco o almorzando con
amigos. Incluso puedes invitar a gente con el propósito expreso de tener una conversación
significativa. Sé creativo. Las posibilidades son infinitas.

Esto no quiere decir que debas convertir a todos tus amigos y a tu familia en conejillos de indias.
Pero sí significa que debes reconocer de antemano cómo puedes impactar a otros de manera
positiva.

No tienes que ser perfecto para enseñar

La idea de enseñar incomoda a mucha gente. Podemos sentirnos inadecuados: ¿Quién soy yo para
enseñar? No sé lo suficiente todavía. ¡Estoy lejos de haberme perfeccionado!

Estas son racionalizaciones ya que en realidad nadie es perfecto.

Los mejores profesores cometen errores; más al comienzo, menos después. Es como andar en
bicicleta o manejar un auto: cuanto más lo haces, más fácil se torna. Nadie se convirtió en un gran
maestro sin equivocarse algunas veces.

¿Cómo adquieres práctica? ¡Ve a enseñar!

La primera vez posiblemente se reirán de ti. Pero no te desanimes (¡alégrate de que no te han
insultado!). Inténtalo de nuevo. La segunda vez discutirán contigo. Esa ya es una buena señal, los
tienes comprometidos. La tercera vez te agradecerán. Eso hace que todos los esfuerzos anteriores
hayan valido la pena.
Tal como un artista necesita estudiar de los grandes maestros, un profesor necesita estudiar los
métodos de grandes educadores. Si tienes un profesor favorito (o periodista, actor, etc.) presta
atención a sus técnicas para comunicar el mensaje.

Pero no esperes hasta ser perfecto, ¡porque eso está bastante lejos todavía! Simplemente comienza
y enseña lo mejor que puedas. Te ayudará muchísimo a clarificar tu propio punto de vista.

¿La gente quiere aprender?

Podrías decir “esperaré hasta que la gente me pida un consejo y entonces les enseñaré”.

Si alguien estuviese sangrando en la calle, no esperarías hasta que te pidiera ayuda. Incluso si él te
dijera: “No, déjame solo”, no te irías ni lo dejarías ahí desangrándose ya que “de todos modos no
quería mi ayuda”. Lo ayudarías a pesar de todo y tratarías de convencerlo para que coopere.

Por lo general la gente que más necesita es la última en pedir. Por lo tanto, debes ser proactivo. Si tu
amigo tiene problemas maritales, ofrécele —con mucho tacto— ayuda. No esperes a que diga: “Por
favor, ayúdame, abre mis ojos”, ya que eso probablemente nunca ocurrirá.

No pasarías por el lado de alguien que se está desangrando sin detenerte. Cuando alguien está
deprimido es exactamente lo mismo.

Desarrolla un repertorio de enseñanzas

Mantén un inventario de lo que sabes. Organízalo y podrás enseñar las cosas indicadas en el
momento apropiado.

Para desarrollar un repertorio, pregúntate lo siguiente:

 ¿Qué es lo que le fascina a la gente?


 ¿Qué información es crucial?
 ¿Qué ideas conozco mejor?
 ¿Qué he aprendido a partir de los golpes de la vida?

Conviértete en un especialista. Identifica un área que hayas aprendido en profundidad y trata de


perfeccionarla.

Actualízate constantemente, expande y mejora tu repertorio. Mantén tus ideas frescas. Si estás
excitado con el material entonces tu audiencia también lo estará.

Para hacer que el concepto sea más real, intenta escribir un testamento ético. “Querido hijo: ahora
que he cumplido X años me gustaría transmitirte algunas cosas importantes que he aprendido sobre
la vida…”.

Imagina que la CNN te está entrevistando sobre las cosas más importantes que has aprendido en la
vida. ¿Qué responderías? Busca dentro de ti cuáles son las cinco cosas más importantes que sabes.
Es un proceso doloroso, pero es crucial para entenderte a ti mismo.

Y algún día querrás enseñarles sabiduría a tus hijos.


Formaliza el proceso

Cada día aprendemos una gran cantidad de ideas. Sin embargo, dado que no estamos en contacto
con el valor intrínseco de ellas, por lo general las terminamos perdiendo. Nos quedamos atrapados
en un montón de tonterías, permanecemos como zombis y lo bueno termina yéndose por la
alcantarilla.

Para ayudarte a separar la harina de la paja, escribe las cosas, como una especie de diario. Hay
diferentes maneras de escribir un diario. Hay personas que describen eventos: “David se cayó de su
bicicleta hoy”. Otros escriben como si estuviesen comunicándoselo a un amigo imaginario: “Querido
Diario: Hoy me sentí muy insultado…”.

La idea de llevar un diario es para clarificar: ¿Cómo crecí hoy? ¿Cómo se lo puedo transmitir a otra
persona?

Para solidificar tu acercamiento a la enseñanza, repasa lo que has aprendido cuando todavía está
fresco en tu mente. Antes de ir a dormir en la noche, escribe cinco ideas de sabiduría, cinco cosas
que hayas aprendido, cinco conceptos que te ayuden a crecer. Hacer esto significa que estás
despierto, que estás creciendo.

¿Por qué aprender para enseñar es un camino a la sabiduría?

 Cuando aprendes para enseñar obtienes una mayor claridad sobre lo que está dando vueltas
por tu mente.

 Si vale la pena aprender algo, entonces vale la pena compartirlo.

 Asegúrate de aprender algo nuevo cada día. Si no has aprendido, no has crecido.

 Pregúntate cada noche: “¿Cómo puedo enseñar lo que he aprendido hoy?”.

 Saber que tendrás que enseñar te da más poder para entender, analizar, poner atención y
motivarte. ¡Utilízalo!

 Enseñar sabiduría es la misión de la nación judía de ser “una luz para las naciones”.

Camino #47: Aprender para hacer


por Rav Noaj Weinberg zt"l
La sabiduría tiene el poder de mejorar la vida. No hay mayor desperdicio que tener un manojo
de grandes ideas y no utilizarlas.

Cuando se trata de poder y dinero, la gente se siente atraída por la sabiduría. Pero cuando se trata
de lecciones de vida, generalmente no prestan mucha atención.

Si le preguntas a alguien “¿Preferirías ser rico y miserable, o pobre y feliz?”, la mayoría de la gente
dirá que prefiere ser pobre y feliz. ¿Por qué? ¡Porque el objetivo del dinero es ser feliz!

¿Entonces por qué hay tanta gente que dedica sus vidas a volverse ricos a pesar de los daños a su
vida familiar, problemas de salud, compromisos morales y otros sacrificios en su felicidad que vienen
por causa de sus esfuerzos por enriquecerse?
Enfoca tu atención en esta contradicción. Proviene de la incapacidad de trasladar un concepto
intelectual a la realidad práctica. Si una idea tiene sentido y al aplicarla obtendrías una vida más
efectiva, pero a pesar de eso no la implementas, entonces eso se llama “locura temporal”. Es como
estar viviendo en dos niveles diferentes, desconectado de la realidad.

Nuestros sabios dicen que cuando una persona comente un error está "temporalmente loco". Gente
que pierde el tiempo, que pelea con sus propios hijos, que vive en depresión y miseria. Eso es una
locura.

El Camino #47 es halomed al menat laasot, que literalmente significa ‘aprender para hacer’. Todo el
trabajo de vivir es poner en práctica lo que sabes. Esa es la diferencia entre “filosofía” y “sabiduría”.
Puedes aprender las ideas más lindas del mundo y predicar sobre ellas todo el día. Pero si no las
aplicas, eres un gran meshugene (loco).

El poder del ritual

Los seres humanos son criaturas de hábitos. Disfrutamos de la comodidad y la seguridad de las
rutinas diarias. Pero los “rituales” generalmente tienen una mala fama ya que implican hacer algo sin
entendimiento ni sentimiento.

Obviamente lo ideal es cuando una persona se conduce sólo por entusiasmo. Pero a veces tiene que
funcionar en la dirección contraria: Un ritual puede llevarte a hacer cosas incluso cuando no tienes
ganas de hacerlas e incluso antes de obtener un total entendimiento de por qué deberías hacerlas.
Una vez que nos involucramos en la actividad correcta, la conexión emocional se produce después.

Por ejemplo, les enseñamos a nuestros hijos a cepillar sus dientes desde una edad temprana, y lo
hacemos como un ritual. Les enseñamos a comportarse educadamente —“Por favor pásame la sal…
muchas gracias… discúlpame”— como un ritual. Hacemos esto incluso antes de que entiendan la
razón. Y confiamos en que cuando crezcan reconocerán el valor del buen comportamiento y de
lavarse los dientes.

Tener rituales es una de las bases del judaísmo. Las mitzvot no son acciones vacías para
mantenernos ocupados, sino que nos ayudan a poner en práctica determinados ideales. Por
ejemplo, encender las velas de Shabat trae calidez, calma y paz al hogar. O poner una mezuzá en la
puerta nos ayuda a enfocarnos en las dulces palabras que están escritas adentro. No es magia.

Utiliza los “hábitos” a tu favor. Toma algo que hayas aprendido y conviértelo en un ritual. Por
ejemplo, hazte un hábito diario de articular cinco cosas placenteras que hayas experimentado en las
últimas 24 horas. Enfócate en ellas, cuéntalas, siéntelas.

¿Quieres ser una persona que se preocupa más por los demás? Por ahora, hasta que estés listo
para pensar como una persona más preocupada por los demás, actúa como tal.

Cuando comiences un nuevo ritual, no te preocupes si no es tan placentero. Tan sólo hazlo. Luego
verás maravillosos resultados. Te convertirás en alguien más sensible y civilizado. Te transformará.

Avanzar poco a poco

Implementar una idea importante no es algo que sucede de la noche a la mañana. Tienes que
construir de a poco. Pequeños logros llevan a grandes logros.
Haz una lista de cinco ideas que te gustaría integrar a tu vida. Enfócate en una idea específica cada
día. Define un plan de cómo implementarla. Te sorprenderás de cuán sistemático será tu
crecimiento. Un día, una oportunidad.

Empieza con pasos pequeños y trabaja hasta llegar a los más difíciles. Por ejemplo, en la idea de
“amar a tu prójimo como a ti mismo”, un aspecto específico es ser amistoso con los demás. Un
pequeño y práctico paso podría ser por ejemplo atender el teléfono con voz alegre en vez de decir
bruscamente “aló”. El siguiente paso podría ser hacer pequeños favores voluntarios, como ofrecer
café a un compañero de trabajo o de dormitorio. Y luego puedes continuar construyendo a partir de
allí...

Empújate hacia adelante. Pregúntate cada noche, ¿qué aprendí hoy? Después aplica esa lección a
uno de los ítems de tu lista. Incluso el esfuerzo más pequeño hará crecer tu ímpetu. Haz algo con los
conocimientos que haz aprendido. Con cada pequeño esfuerzo crecerás otro poco.

Debes estudiarlo

Nada ayuda a la integración de las ideas más que el estudio profundo. Cuanto más entendemos,
más deseamos implementar una idea en nuestras vidas.

Con cualquier conocimiento, debes definir claramente:

1. ¿Qué he aprendido?
2. ¿Qué significa?
3. ¿Por qué es importante para mi vida?
4. ¿Cuáles son las consecuencias?
5. ¿Cómo traslado esto a la práctica?

Aplica este modelo constantemente, ya sea que estés teniendo una conversación o incluso mientras
lees esto. ¿Qué deberías estar haciendo? Internalizando las ideas que están aquí y trabajando sobre
un método para integrarlas a tu vida. Recuerda: ¡Los 48 caminos son más que un ejercicio
intelectual!

Al preguntarte "¿Qué estoy haciendo? ¿Cómo debo hacerlo? ¿Qué voy a hacer al
respecto?", podrás evitar muchos errores. Tan pronto te conectas con la realidad del pensamiento,
del conocimiento, de las definiciones y haces lo que es correcto, la locura desaparece. Se evapora.

Es difícil detenerse en medio de las acciones y preguntarte “¿Qué estoy haciendo?”. Por lo tanto
tienes que ejercitar estos pasos, debes practicarlos de antemano.

Evitando errores

Para aumentar tu poder para vivir, debes estar atento a lo que sucede a tu alrededor, apreciar su
significado, y aprender de ello. Como dice el dicho: “Un tonto aprende de sus errores, pero una
persona sabia aprende de los errores de los demás”.

Por ejemplo, considera la idea del matrimonio en la sociedad moderna. Cada pareja que se casa
dice que está enamorada. Pero la mitad de los matrimonios terminan en divorcio. ¿Qué sucedió?
Investiga las causas y aprende cómo minimizar las posibilidades de que fracase tu propio
matrimonio. Luego de eso comprométete a llevar a la práctica lo que aprendas. Porque si no
trabajamos en cómo amar, podemos terminar desenamorándonos rápidamente.

Conocimiento verdadero es internalizar las ideas dentro de nuestros huesos. Si no pones una idea
en práctica, entonces no lo “sabes” realmente. Traslada ese conocimiento a acciones diarias.
Conceptos como ‘amor’ y ‘felicidad’ son muy lindos, ¡tan lindos que frecuentemente fallamos en ver
cuánto trabajo requiere lograrlos!

Aprender de los errores

¿Y qué hay de cuando realmente cometes un error?

Si cometes un error, no andes por ahí acomplejado pensando “No valgo nada, soy un idiota, no sirvo
para nada”. La autocompasión es algo muy desagradable. Una persona llena de culpa repite sus
errores una y otra vez. La culpa es la forma que tiene el cuerpo de engañar al alma para que piense
que hizo algo al respecto: “No valgo nada, no soy bueno. ¿Ves?, ¡me hice cargo de mi error!”.

En vez de tener autocompasión, corrige el error. ¿Cómo? Arrepiéntete. Simplemente di: “Cometí un
error, soy humano, ahora puedo aprender de él”. Lo más importante es que vuelvas a tu estado
natural de placer y productividad. ¿Hiciste un auto-gol? Está bien, puede suceder. ¡Ahora arréglalo y
marca un gol!

Obviamente no debes negar lo que sucedió. Analiza por qué cometiste el error. Porque si incluso un
tonto aprende de sus propios errores, entonces no aprender de los errores es doblemente tonto.

Pon tu energía en eso. Aprende de ello y comprométete a no volver a hacerlo nunca más. Perfecto.
La vida es buena. Ahora sigue avanzando.

Hazlo hoy

Hay muchas cosas que nos prometemos a nosotros mismos pero que nunca hacemos realmente.
Nos engañamos pensando que hemos adquirido un compromiso, pero no es cierto. ¿Te quedaste
dormido hoy? Es porque no fuiste serio con el compromiso. Si hubieras tenido una gran oportunidad
de negocios y hubieras tenido que despertarte a las 5 AM, ciertamente te habrías levantado.

Aplica esta idea a las grandes metas de la vida. Si no empiezas hoy, quizás nunca lo hagas. Incluso
si no tienes el tiempo ahora, por lo menos escribe tus buenas ideas antes de que se pierdan para
siempre. Ponlas en tu calendario. Eso te obligará a revisar tus prioridades periódicamente y te dará
una segunda oportunidad para ponerte en acción. Porque la diferencia entre un sueño y una meta es
tener un plazo.

Otra herramienta es preguntarte: “¿Qué me gustaría enseñarle a los demás? ¿Cómo podría
hacerlo?” Ese es el proceso esencial de vivir. Articúlalo, enséñalo a los demás... y ponlo en práctica
tú mismo.
Depende de ti

Hazte responsable de ti mismo. Como dicen nuestros sabios: “Si yo no estoy para mí mismo, ¿quién
va a estar para mí?”.

Sabes que hay muchas cosas que te atraen. ¿Quieres felicidad, buena vida, grandeza, ser
disciplinado, vivir en la realidad? Te atormenta el cerebro. ¡No te rindas! Si realmente crees en algo,
¡ve y lógralo!

Depende completamente de ti. Decide tomar el control de tu vida. Puedo hacerlo. Creo en mí. Voy a
lograrlo. Nadie puede entrar en tu cerebro y vivir por ti. Nadie va a “hacerte” grandioso. Nadie puede
detenerte y nadie puede ayudarte. Esa es tu responsabilidad.

Obviamente el juez final es Dios. Pero ese es Su dominio. Nosotros tenemos que hacer nuestro
mejor esfuerzo.

La clave de la vida es decidir poner en práctica lo que sabes. ¿Vas a meramente sobrevivir o vas a
tomar control de tu vida de acuerdo a ideales que tengan sentido?

Toma esa decisión ahora. Si no es ahora, ¿cuándo?

¿Por qué aprender para hacer es un camino a la sabiduría?

 Todo el objetivo de la sabiduría es aplicarla a la vida.

 No postergues el cambio para otro día.

 Hablar es fácil. Actuar requiere de un compromiso.

 No asumas que sólo porque lo estudiaste, lo aplicarás.

 Tomar la decisión de crecer es utilizar tu libre albedrío, el poder esencial del ser humano.

 Cada concepto en la Torá es una instrucción de vida. Aprende a aplicarlas.

 Si te comprometes honestamente a cambiar, eso influenciará positivamente el resto de tu


vida.

Camino 48: Educa a los maestros


por Rav Noaj Weinberg zt"l
No te tragues todo lo que te dicen. Revísalo. Cuestiónalo. ¿Tiene sentido?

Los vendedores ganan experiencia cada vez que un cliente les plantea una nueva pregunta, lo cual
desafía al vendedor a mejorarse cada vez.

Los maestros también se dedican a las ventas: ¡a la venta de ideas! Sé un consumidor educado y
utiliza tu “marcador rojo” cada vez que aprendas algo nuevo. ¿Tiene sentido lo que te están
diciendo? ¿Es sólo una buena teoría o también puede ser puesta en práctica?
El Camino 48 es Hamajkim et rabo, que literalmente significa ‘haz a tu maestro más sabio’. El
Camino 10 hablaba de la necesidad de elegir al profesor correcto. Pero eso es solamente el
principio. Necesitamos moldear a nuestro profesor para obtener el máximo de la experiencia de
aprendizaje.

No tengas miedo de desafiarlo. Si tu profesor tiene la verdad, entonces se alegrará de que sus
alumnos sean críticos.

Al cuestionar y desafiar a tu profesor para que exponga su posición en realidad lo estarás ayudando
a afilar su entendimiento. Como dijo uno de nuestros sabios: “He aprendido mucho de mis
profesores. He aprendido aún más de mis compañeros de estudio. Pero de los que más he
aprendido es de mis estudiantes”.

No a los loros

Los sabios del Talmud cometían ocasionalmente algunos errores intencionales e insertaban errores
lógicos para mantener a los alumnos despiertos. El maestro quería ver si los estudiantes estaban
“pensando” o si simplemente estaban “tragando” la información. Un buen profesor quiere que sus
alumnos sean críticos. ¿Quién quiere una habitación llena de zombis, loros y grabadoras?

Entonces el maestro preguntaba: “¿Entienden? ¿Tiene sentido?”. ¡Y pobre del que respondiera que
sí!

Obviamente cuando desafíes a algún maestro (o a alguno de tus padres) debes hacerlo de forma
respetuosa. Utiliza expresiones como: “Discúlpeme, no entiendo cómo llegó a esa conclusión, pero
me parece que es incorrecta”.

Dale una oportunidad

Otro aspecto sobre “hacer sabio a tu maestro” es relacionarte con él como una persona sabia. Para
aprender de un maestro, tienes que tomar sus enseñanzas con seriedad, ya que de no ser así no
funcionará. Acepta el hecho de que él tiene algo que decir. Tiene credenciales. Dale una oportunidad
a sus ideas.

Nunca descartes algo que dice tu maestro calificándolo como “ridículo”. Considera su punto de vista
incluso si tienes la sensación de que “es imposible, es un error, yo sé que no es verdad”. No lo
descartes de inmediato. Dale otra oportunidad de explicar, y luego piénsalo otra vez.

Pero —dirás tú—, ¡tal vez el profesor en realidad está equivocado! Si esa es la conclusión a la que
llegaste, entonces comunícaselo. Pero sólo después de haber analizado el tema. Que no sea
simplemente una protesta. Descubre por qué crees que está equivocado. ¿Cuáles son tus
fundamentos?

Por ejemplo: Tu profesor te da una definición de “amor”. ¿Hay algo malo en definir el amor? ¿Tal vez
a ti no te gusta la idea de limitarlo a una definición? ¿O quizás no crees que sea posible definir una
emoción?

Entonces plantea la pregunta: “¿Cómo puedes definir emociones?”. (La respuesta es que nosotros
no definimos emociones, definimos lo que provoca las emociones).
Independientemente de si estás de acuerdo con la respuesta o no, el solo hecho de pensar en ello te
hará crecer enormemente.

Siente tu resistencia

Uno de los mayores obstáculos para obtener sabiduría es estar emocionalmente reacios a cambiar
de posición.

Pon atención cuando sientas un deseo de distanciarte de las palabras de otros. Puede ser que te
estés poniendo a la defensiva (porque no estás tan seguro de tu propia posición). O puede ser que
tengas flojera intelectual, miedo a las implicaciones o algún prejuicio arraigado.

Analiza qué es lo que te molesta. Rastréalo y ponlo en la mesa de discusión. Identifica si es parte de
tus prejuicios, si va en contra de tu opinión, en contra de tus inclinaciones o en contra de tus deseos.

No importa de dónde vengamos, todos consideramos que alguna cosa es sagrada. Si eres de China,
el comunismo es sagrado. Si eres de Estados Unidos, el capitalismo es sagrado. Si vienes de un
kibutz, el socialismo es sagrado.

¡En realidad es más importante escuchar el punto de vista del otro precisamente cuando no estás de
acuerdo! Por lo general la cosa que más necesitamos es precisamente aquella que mantenemos
lejos de nosotros. Si rechazas una idea desde el comienzo, entonces probablemente se trate de un
mecanismo de defensa. Y es precisamente ahí donde tienes un espacio para crecer; por lo tanto,
debes poner la máxima atención posible. Ese es el poder de la esquizofrenia en nosotros. Llamamos
a algo “ridículo” incluso cuando tenemos la leve sospecha de que aquello tiene el poder de
transformarnos de manera positiva.

Capas sobre capas

Piensa una y otra vez lo que dicen tus maestros. Ciertamente esto se aplica cuando no los entiendes
completamente o cuando no estás de acuerdo con ellos. Pero incluso cuando concuerdas con la
idea, no estés tan seguro de que has captado el mensaje completo.

Incluso cuando algo te parece obvio, trata de verlo desde otra perspectiva. Muchas veces te
sorprenderás de encontrar nuevos aspectos que antes pasaron desapercibidos.

La sabiduría es muy profunda. Podemos pensar que entendimos inmediatamente, pero a medida
que pasa el tiempo vamos acumulando más experiencia de vida y poco a poco comenzamos a
desenmarañar las capas que hay detrás de las palabras. Hay miles de aspectos diferentes sobre los
cuales no has pensado. Por eso debes seguir excavando. Y mientras más hondo excaves, ¡más te
darás cuenta de lo mucho que queda por excavar!

Llegar a entender una idea puede tomar mucho tiempo. De hecho, ¡nuestros sabios dicen que toma
40 años!

Mira desde el otro punto de vista

Amplía tu entendimiento observando desde el punto de vista del otro. Métete en su sintonía.
Descubre en qué se basa. Incluso si estás seguro que estás en lo correcto, transfórmate en un
abogado defensor. No lo deseches inmediatamente.
Juega a ser abogado del diablo. Oblígate a encontrar 10 razones que apoyen el punto de vista del
otro. Incluso si está mal, de todas formas hay buenas razones por las cuales él cree en ello.

Aplica esta técnica siempre que tengas una discusión. Es excelente para aminorar el
distanciamiento, especialmente cuando los combatientes están tensos y emocionalmente
disgustados. Puedes decir: “Mira, realmente quiero entender lo que estás diciendo, así que acá hay
algunas razones de por qué creo que podrías estar en lo correcto. ¿Te molestaría decirme algunas
razones por las que yo podría estar en lo correcto?".

Ninguna discusión puede perdurar bajo estas condiciones. ¿Te das cuenta?

¿Qué es lo peor que podría resultar de todo esto? Es posible que todavía no estén de acuerdo, pero
al menos van a entenderse el uno al otro y van a construir respeto mutuo. Y no sólo eso, ¡sino que
incluso podrías descubrir la verdad y cambiar tu punto de vista!

Aborda los grandes temas

Aplica esta técnica de “mirar desde el otro punto de vista” a todos los temas serios de tu vida. Por
ejemplo, antes de que una persona judía se case con una persona no judía, esa persona debería dar
10 razones de por qué es importante ser leal al judaísmo. No deseches el judaísmo por tu
experiencia a los 13 años. El pueblo judío le ha entregado una base moral al mundo y ha prosperado
en contra de todos los pronósticos. Es una herencia que vale la pena investigar.

De la misma forma, antes de sacar a Dios de tu vida debes dar 10 razones de por qué es importante
tener una relación con Él. Dios es nuestro creador, nuestro maestro. ¡Démosle un poco de crédito!

¿Hay cosas que no entiendes de la vida como el sufrimiento y la injusticia? ¡Obviamente debes
hacer las preguntas! Pero trata de verlas desde la perspectiva de Dios. No tiene sentido guardar
rencor en contra de Él. ¿Hay evidencia de su existencia? ¡Descúbrelo!

¿Por qué educar a los maestros es un camino a la sabiduría?

 Cuando uno enseña, dos aprenden.

 Para entender el sentido completo de una idea, debes hacer preguntas.

 Incluso si no entiendes una idea, considérala cuidadosamente.

 Dale crédito a tu maestro, no pienses que va a decir algo ridículo.

 Date cuenta que no eres perfecto. Tal vez en esta ocasión estás cometiendo un error.

 Las ideas incómodas son la mejor oportunidad que tenemos para crecer.

 La sabiduría es profunda. Toma tiempo y paciencia adquirirla.

 En la conciencia judía, aprender es un proceso que dura toda la vida.

 Mientras más inteligente es el maestro, más inteligente llega a ser el alumno.


Camino #49: Organiza tu mente
por Rav Noaj Weinberg zt"l
El cerebro humano es un sofisticado archivador. Organízalo para poder acceder a la
información que contiene.

Después de completar los 48 Caminos a la sabiduría, existe un paso adicional crucial: Organización.

Imagina una oficina en donde el papeleo fluye cada día. La única manera de que todo sea accesible
es tener un buen sistema de archivo. Buscas un documento urgente… la frustración crece mientras
luchas por información que sabes que está ahí, pero que no puedes encontrar. ¡Está enterrada bajo
un montón de papeles!

De la misma forma, el cerebro humano es una oficina extremadamente sofisticada hacia la cual fluye
constantemente información. Has aprendido muchas lecciones importantes acerca de la vida —
amistad, espiritualidad, negocios, manejar las decepciones, paciencia, manejar dinero, etc.—, las
que se transforman en una masa de detalles inmanejables. ¿Dónde archivarás toda esa
información? ¿Cómo tendrás acceso a esa información en el futuro?

Por eso los 48 Caminos tienen como agregado el Camino 49, Hamejavén et shmuató, lo cual
significa ‘piensa sobre lo que has escuchado’. Crea un archivador mental. Cuando escuches un
nuevo fragmento de sabiduría, colócalo automáticamente en el archivador apropiado de forma que
esté disponible para su posterior uso. La sabiduría necesita ser accesible y aplicable, y mientras más
organizado seas, más poder tendrás para vivir.

Encuentra el flujo lógico

La clave para organizar sabiduría es desarrollar una estrategia que no convierta a tu mente en una
burocracia.

Siempre debes buscar cuál es el flujo lógico. Por ejemplo, cuando tomas un libro, lee primero el
índice para desarrollar un sentido general de la estructura. Luego, tómate unos cuantos minutos para
imaginar qué se discutirá en cada capítulo. Cuando comiences a leer, esto te ayudará a ver en qué
se diferencia un aspecto del siguiente y cómo se conecta todo el material entre sí.

En vez de que te expliquen una idea, intentar mejor entender la idea tú mismo, buscar sus
implicaciones por tu cuenta. De esta forma estarás enfocándote, transformándote en parte del
proceso y analizando la información mientras avanzas. Esto graba la idea en tu mente mucho mejor
que cuando simplemente te la explican. Y de esta forma tendrás una mejor base para llegar a una
conclusión acerca de la credibilidad del material.

En el estudio judío, le damos a cada sección de la Torá y del Talmud un nombre que define su
esencia, y luego escribimos frases de resumen para cada sección. Por ejemplo, los 48 Caminos son
"esencias definidas", una especie de índice de materias para alcanzar la sabiduría.

Pon atención, ve la conexión. Esto hace que la información sea infinitamente más manejable y te
ayuda a recordarla y a aplicarla en el camino. Prueba este método en lo que sea que estudies. Vale
la pena invertir un tiempo en esto.
El sistema lógico

Imagínate a alguien que no puede hacer el balance de su cuenta corriente. Su escritorio está lleno
de un montón de papeles de retiros y depósitos, estados de cuenta y papeles de tarjetas de crédito.
Es imposible manejar este caos. Lo más probable es que se dé por vencido…

Lo mismo ocurre con la sabiduría para vivir. Cada día aprendes mucho acerca de la vida y, a menos
que lo organices, los pedazos aislados de sabiduría te desalentaran y deprimirán. Esto matará tu
optimismo y tu deseo de crecer y cambiar, ya que probablemente pensarás “he olvidado otras ideas
en el pasado, probablemente también olvidaré esta”.

¡No puedes darte el lujo de continuar así!

En el judaísmo, un sistema clásico de organización es memorizar las 613 mitzvot. Por ejemplo,
el Mishné Torá de Maimónides organiza las 613 mitzvot en 83 secciones, compiladas en 14
volúmenes.

¿Cuál es el valor de memorizar esta lista? Esto te proporciona 613 archivadores en los cuales
puedes poner cualquier nuevo fragmento de sabiduría. Por ejemplo, si adquieres entendimiento
acerca de la armonía de la naturaleza, puedes archivarlo bajo la mitzvá de saber que Dios es uno. O
si encuentras una nueva forma de ayudar a las personas sin hogar, puedes archivarlo bajo la mitzvá
de tzedaká, ‘caridad’.

Con este método entenderás la vida de una forma completamente diferente. Verás la genialidad de
cómo se conecta una pieza con la otra. Y esa herramienta te beneficiará para siempre.

También hay otros métodos. Algunas personas tienen cientos de tarjetas, organizadas
alfabéticamente por temas. Cuando reciben una nueva información, la escriben en una tarjeta.
Utilizando la computadora, este sistema es fácil de implementar, e incluso puedes armar una red de
hipervínculos de información personal.

Lo principal es escoger un sistema que funcione para ti y construir tu “base de datos de sabiduría”.

Sabiduría accesible

Constantemente adquieres nueva información; gastas tiempo y dinero para adquirirla. Si vale la pena
adquirirla, entonces ciertamente vale la pena guardarla y utilizarla. Si pagaste 50 dólares por algo, lo
utilizarías. Además, ¿no es más valiosa la sabiduría que el dinero?

Antes de comenzar cualquier proyecto importante, abre un nuevo archivo para guardar información.
Ya sea administración de dinero o reparaciones domésticas, sé diligente en organizar tu información.
Cuando te encuentres con algún buen artículo, no lo metas simplemente en un cajón por ahí.

Por ejemplo, si estás comenzando una familia, recopila una serie de herramientas útiles para la
educación de niños. Quieres que sean sanos física, emocional y espiritualmente. ¡Pero aprender a lo
largo del camino puede ser demasiado tarde!

No es suficiente tener un montón de hechos y números guardados ordenadamente en tu oficina. Es


igualmente importante abrir un “archivo mental” paralelo. Debes ser capaz de aplicar la información
incluso si no tienes acceso inmediato al material impreso.
Un método clave es extraer el principio que hay detrás de cada idea. Esto es mucho más fácil de
memorizar que un montón de detalles. Nuestros sabios lo comparan con llevar dinero de papel en
vez de un gran saco de monedas. Una vez que tienes el principio, puedes aplicarlo en una variedad
de situaciones.

Mecanismos de memoria

Saber que existe una idea no es suficiente. Para realmente “poseer” la idea tienes que saberla de
memoria. La memorización es tremendamente poderosa, tiene la capacidad de poner la idea “en tu
bolsillo” y la hace inmediatamente accesible.

Hay dos formas de memorizar una idea:

1. Repetirla una y otra vez hasta aprenderla de memoria.

2. Descubrir su flujo lógico.

¿Cuál método es mejor? El número dos. Supón que quieres memorizar todos los huesos del cuerpo
humano. Utilizando el método #1 memorizarías el nombre de todos los huesos en orden alfabético.
Utilizando el método #2, la forma lógica, comenzarías por la cabeza e irías bajando hasta los dedos
de los pies. Mientras recorres el cuerpo, cada hueso te daría una pista para el siguiente.

A la mente le gustan los mecanismos nemotécnicos. Intenta extraer la esencia de la idea y grábala
en una frase que sea fácil de memorizar. De este modo, en vez de luchar por recordar la idea
completa, podrás reconstruir la idea a partir de tu frase.

Aquí hay algunas técnicas de memorización efectivas:

 Asigna una descripción de una o dos palabras a cada idea.


 Toma la primera letra de cada concepto y haz un acrónimo divertido con las letras.
 Crea una escena o historia imaginaria, en la cual los conceptos claves aparezcan todos
juntos. (Mientras más escandalosa sea la escena, más fácil será recordarla).
 Pon las ideas en una canción. La melodía te permitirá recordar la serie de palabras.

Hay un gran bloqueo mental para memorizar cualquier cosa, pero una vez que comienzas a hacerlo,
es fácil y divertido. Para comenzar, intenta memorizar los nombres de los 48 Caminos y repásalos
mientras caminas por la calle. Anota estas “palabras clave” en un pequeño pedazo de papel y tenlo
contigo en todo momento. Esto te dará un punto de referencia constante.

Evalúa y elimina

Si el conocimiento es poder, entonces olvidar es la mayor de las debilidades.

Tenemos dos pequeños aparatos entre nuestros hombros. Uno es el botón de “recordar” y el otro es
el de “olvidar”. ¿Te dieron alguna vez un número de teléfono y dijiste “Seguro lo recordaré”, y un
minuto después se fue de tu mente? Suele pasar. Eso es porque uno presiona “olvidar” en vez de
“recordar”. Pero cuando un millonario te dice “Este es mi número de teléfono” y tiene 25 dígitos… ¡no
hay problema! Presionas “recordar”, ¡y lo presionas con fuerza!

Cuando escuches un valioso fragmento de sabiduría, decide: Esto es importante, quiero recordarlo,
voy a guardarlo. Tú tienes ese poder. Presiona el botón.
Si no puedes procesar nueva información en el momento, entonces al final de cada día revisa las
principales cosas que has aprendido. Por ejemplo, si lees un buen artículo, verbaliza los puntos
principales, y lo que sea que encuentres valioso, ¡archívalo!

Además de eso, destina tiempo para repasar lo que has aprendido. Es fácil olvidar las cosas cuando
no te relacionas con ellas diariamente. Repasarlas no sólo te ayuda a recordarlas, sino que te
muestra una interconexión de las ideas que no viste cuando aprendiste las cosas por primera vez.

Para evitar una “sobrecarga de información”, limpia periódicamente tu sistema de archivo mental.
Mucha información está atestando innecesariamente tu mente. Desarrolla un sistema de revisión y
vuelve a evaluar lo que has estado llevando ahí arriba. Ve que asuntos son válidos y cuáles ya no te
interesan más. Para descartar lo que no necesitas, simplemente presiona “borrar”, tal como en una
computadora.

Esto no aplica solamente a información. Si te encuentras involucrado en alguna actividad negativa —


por ejemplo debido a la presión de tus pares— toma la decisión de eliminar esa actividad. Tienes
que tener una vida sana, una cabeza sana y una actitud sana hacia la vida. No dejes que las
manzanas podridas perturben tu digestión.

Planes y prioridades

Una parte crucial de organizar tu mente es establecer prioridades. Para demostrar la necesidad de
organizar tu mente, haz preguntas y ve cuán rápido obtienes las respuestas. Por ejemplo, pregúntate
qué lecciones has aprendido acerca de tres categorías principales de la vida:

1. Asuntos entre yo y yo mismo. ¿Cuál es el propósito de la vida? ¿Cuáles son mis metas y
sueños? ¿Cómo llego a ellos? ¿Cuáles son mis talentos? ¿Cuáles son mis virtudes? ¿Qué
quiero de la vida?

2. Asuntos entre yo y otros. ¿Qué sé sobre la relación que uno debe tener con sus amigos,
padres, colegas y sociedad? ¿Qué me hace tener problemas en las relaciones? ¿Qué es lo
que más les gusta a otros sobre mí?

3. Asuntos entre yo y Dios. ¿Qué sé sobre la verdad, amabilidad y sobre por qué fue creado
este mundo? ¿Cuáles son los derechos que me dio Dios y cuáles son mis obligaciones?

Ahora, prioriza estas ideas en una colección de planes de vida. Deberías tener un plan diario, un
plan semanal, uno mensual y uno anual, con metas a 5 años, a 15 años, y metas de toda la vida.

¿Qué quieres que diga en tu lápida? Hacer esta pregunta es algo muy poderoso. Y muy doloroso.

Mantén tus prioridades en el orden correcto. Todo ser humano está dispuesto a morir por hacer lo
correcto. ¿Podrías matar a 1.000 niños inocentes para salvar tu vida? Seguro estarías dispuesto a
dar tu vida antes que a hacer tal cosa.

Si estamos dispuestos a morir por hacer lo correcto, entonces eso nos dice algo profundo acerca de
nuestras prioridades. Cuando te despiertes por la mañana, recuérdate: “Quiero hacer lo correcto,
quiero ser una buena persona”. Obviamente es posible que te olvides de ello durante el día. Pero al
menos sabrás que es importante. Y tarde o temprano puede que hagas algo al respecto.
Pregúntate: ¿Qué es lo correcto? ¿Quién es una buena persona? ¡Realmente debería tomarme un
tiempo para resolver estas preguntas!

En el judaísmo, nos mantenemos enfocados en nuestras prioridades por medio de recitar


el Shemá dos veces cada día y de poner una mezuzá en el marco de nuestras puertas. El Shemá —
“Escucha Israel, Hashem es nuestro Dios, Hashem es Uno”— nos recuerda cuál es el mayor placer,
cuál la esencia de la vida por excelencia.

Asegúrate de mantener tus prioridades en primer plano.

¿Por qué organizar tu mente es un camino a la sabiduría?

 Organizar la sabiduría es el paso más importante para obtener control de tu vida.

 Cuando algo interesante viene a ti, archívalo en tu mente para que puedas acceder a ello
cuando lo necesites.

 Si comprendes lo que estudias, seguirá siendo tuyo. Si es superficial, desaparecerá.

 A menos que tomes una decisión conciente de recordar, probablemente olvidarás.

 Si vale la pena reunir cierta información, vale la pena organizarla.

 ¿Qué quieres lograr en cinco años, 10 años, 50 años?

 “Fuera de vista, fuera de la mente”. Revisa tus prioridades y tráelas a primer plano.

 Mientras tu cabeza esté confusa, sentirás el dolor del caos que hay allí arriba.

 Presionar el botón "borrar" te da control sobre tu vida.

 Debes saber cuál es el momento adecuado para sacar el conocimiento adecuado.

 Domina el arte del “Manejo de Sabiduría”: Organízala, contrólala y dirígela.

 A menos que la organicemos correctamente, ¿de qué nos sirve?

Camino #50: Recompensa y gratitud


por Rav Noaj Weinberg zt"l
Reconoce los regalos que tienes y sé agradecido con quien te los dio.

Después de escuchar una buena historia, un chiste o una idea, solemos estar ansiosos de repetirla a
otros. Pero al hacerlo, la tendencia es presentarla como nuestra propia invención.

Haomer davar beshem omró, significa literalmente ‘dilo en nombre de quien lo dijo’. Cuando cites
algo siempre debes mencionar la fuente. En otras palabras, “no te robes el crédito de los demás”.

El Talmud, el libro clásico de sabiduría, se extiende enormemente para trazar el linaje intelectual de
una idea: "Tal y tal dijeron en el nombre de tal y tal, que dijeron en nombre de tal y tal".
Entonces, la próxima vez que estés listo para compartir una jugosa historia, no te olvides de
mencionar: ¿De dónde la sacaste?

El regalo de la sabiduría

Para poder apreciar algo de forma adecuada, primero debemos tasar su valor. Por eso cuando
alguien nos da un regalo material por lo general no tenemos ningún problema en mostrar gratitud.

Los 48 Caminos dicen: Reconoce también los regalos espirituales. La sabiduría es ciertamente más
valiosa que el oro, y ¡el secreto de la felicidad es más preciado que un diamante!

Como ejercicio, haz una lista de las ideas que regularmente apoyas junto con las fuentes originales
de donde las escuchaste. Piensa en personas que te han dado sabiduría para vivir. ¿Acaso un
amigo te puso en tu lugar por haber hecho determinada cosa? ¿Acaso tu hermano te salvó de hacer
cosas estúpidas? ¿Acaso un empleador te dio un buen consejo en relación a tu carrera?

Reconoce que recibiste el regalo. Si alguien te quitó la venda de tus ojos, es fantástico, es una vida
diferente. Dite a ti mismo: “Ahora estoy consciente de una cosa muy importante a la cual no le estaba
prestando atención”. Dilo en voz alta. El puro hecho de hacerlo será suficiente para que sientas
verdadera gratitud.

Ahora, haz que la fuente sepa cuánto lo aprecias. Considera como si el “gracias” fuera el pago por la
buena idea. Disfruta pagando la cuenta, no aborrezcas pagarla. El placer que le darás a la otra
persona es una pequeña retribución por un enorme regalo.

Un buen lugar para empezar es por tus padres. Haz una lista de todos los regalos que te han dado,
tanto materiales como éticos: tu sentido de honestidad, la disciplina, el deseo de la verdad, la bondad
con las personas. Aprecia cuán valioso es cada uno de ellos. ¿Qué obtuviste de tus padres?
Averígualo.

Después de eso, escríbele una carta a tus padres agradeciéndoles por todos esos regalos. Suena un
poco melodramático, pero es asombrosamente poderoso. ¿Entiendes el enorme placer que les vas a
dar, además del placer que tendrás tú mismo al darles a ellos ese placer?

Valora la fuente

Cuando reconoces la fuente no pierdes, sino que ganas. Nunca serás capaz de valorar un poco de
sabiduría, una reflexión sobre la vida, a menos que estés dispuesto a reconocer el regalo. Porque al
negar el regalo estás degradando su valor y por lo tanto no lo aplicarás seriamente, ya que para ti no
tiene valor.

Es más, si estás conscientemente informado sobre de dónde proviene tu sabiduría entonces es


mucho más probable que vayas a buscar más de ella.

También tendrás la capacidad de guiar a otros hacia la fuente. Haz que todos sepan. Hacer que otra
persona esté feliz no te roba felicidad, sino que por el contrario; mientras más gente sea feliz, más
fácil será para ti ser feliz.

Cuando hay más sabiduría a tu alrededor, la vida se torna mejor para todos.
Señales de alerta

¿Por qué la gente tiene tantos problemas para reconocer a otra persona como la fuente de una idea?

La verdad es que las personas desean tener independencia y luchan constantemente por estatus y
por ser superiores a los demás, pero tener deudas con otros pareciera ser una amenaza a esto. No
nos gusta pensar que no fuimos lo suficientemente inteligentes como para “descubrirlo nosotros
mismos”.

Pero la verdad es que independencia es cuando pagas tus deudas.

¿Qué nos dice esto? Cuando sientas la necesidad de recibir reconocimiento por el trabajo de otro,
deberían sonar campanas de alarma. Es una señal de alerta de inseguridad. Porque a pesar de que
puede “hacernos quedar bien”, es realmente un sustituto barato para la verdadera superación
personal.

Si quieres obtener reconocimiento por una buena idea, ¡piensa en una tú mismo!

Además, si otros se enteran de tu “robo”, entonces habrás perdido credibilidad ante ellos, e incluso si
nadie más se entera de todas formas habrás dañado tu amor propio. Y ambas cosas son productos
muy difíciles de recuperar.

Da reconocimiento cuando corresponda. La gente te respetará por eso y te sentirás bien contigo
mismo, ¡incluso mejor que si hubieras tomado el reconocimiento de otro!

Sigue el rastro de tus opiniones

Pero hay una dinámica aún más sutil que está en juego aquí. Algunas veces tomamos ideas
prevalentes en nuestra sociedad y vamos por el mundo presentándolas como nuestras propias
conclusiones.

Haz una lista de tus opiniones en relación a temas como libre albedrío, verdad absoluta, evolución y
aborto, entre otras. Sigue el rastro hasta la fuente de cada una de ellas. ¿Son tus propias ideas? Si
no es así, ¿de dónde vienen? ¿Leíste un artículo en una revista o te las comentó un amigo? ¿Cómo
llegaste a tu conclusión?

No te engañes. Reconoce que cuando tu ego se ve involucrado, no estás viendo la evidencia —los
pros y los contras—, sino que simplemente estás “defendiendo tu conclusión”. Y el peligro inherente
es obvio: en el fondo no estamos seguros de si la creemos o no.

Por ejemplo, puede que creas que “no hay una verdad absoluta”. En vez de eso, trata de
replantearlo: “La gente dice que no hay una verdad absoluta”. De esta forma serás libre para
investigar sobre esta idea de una manera objetiva, sin estar encerrado en una posición.

Ahora haz la pregunta un poco más profunda: ¿Por qué decidiste en un principio identificarte con
esta idea en particular?

La próxima vez que escuches una discusión sobre un tema controversial, resístete a la tentación de
aceptar una idea sólo para sentir que has “resuelto los temas difíciles de la vida”. Evita sacar una
conclusión hasta que no hayas escuchado toda la evidencia, ya que en caso contrario no estarás
haciendo más que pretender y fingir en lugar de vivir realmente.
¿Puedes estar seguro de una conclusión? ¡Sí! Los 48 caminos dicen: Aprende la dinámica de la
claridad y estudia cómo funciona la dimensión del conocimiento. Entonces sentirás la seguridad
cuando venga.

Gratitud al pueblo judío

Haz una lista de los tesoros de la sociedad: monoteísmo, justicia para todos, educación universal,
dignidad individual, el valor de la vida. Todos estos valores centrales del mundo civilizado provienen
de la Torá.

Antes de que se entregara la Torá, la gente construía sus vidas sobre un concepto subjetivo del "bien
y el mal". Luego, en el Monte Sinai, la historia de la humanidad tuvo un gran cambio. Las personas
entendieron que hay un Dios y que este tiene expectativas morales. No puedes simplemente vivir
como te plazca; hay una autoridad superior a quien le debes rendir cuentas.

A pesar de que los judíos nunca fueron más que una pequeña fracción de la población mundial,
estas ideas se convirtieron en la base del mundo civilizado. Por ejemplo, ¿conoces la fuente de la
idea "ama a tu prójimo como a ti mismo"?

Está en los cinco libros de Moshé, en Levítico 19:18.

El pueblo judío es una empresa ilustre de más de 3.500 años de antigüedad. No somos algo que se
generó de la noche a la mañana. El mundo utiliza nuestros productos bajo diferentes marcas y lo da
por hecho. Considera lo que la humanidad le debe al pueblo judío.

Si vives con sabiduría judía, debes saberlo, citarlo y darle reconocimiento.

Gratitud a Dios

Pero más que nada, dale crédito a Dios. Él nos dio un cerebro para entender y apreciar la sabiduría.
Otros maestros nos iluminan, pero el maestro original es Dios. Él nos implantó la intuición necesaria
para descubrir todo lo que se requiere para vivir.

Dios nos está llenando de regalos todo el tiempo. Comida, aire, ojos, dientes. La vida misma. Él nos
programó con una antena para la sabiduría. Nada es posible sin Dios.

El problema es que no queremos estar en deuda con Él, y por lo tanto negamos los regalos. Nos
negamos a creer que Él nos ama.

Es como un hijo que no quiere reconocer que le han regalado un nuevo Porsche cero kilómetro. Va a
decir que es el color equivocado, que tiene una abolladura, que gasta mucha gasolina. Va a
encontrar algo malo en el regalo porque no quiere reconocer la deuda.

Para poder conectarte con Dios debes aprender a apreciar todo lo bueno que ha hecho por ti. Eso
significa dejar de lado la ilusión de que sólo tú eres responsable por tus logros. Todo es un regalo de
Dios. Tal como cada pincelada de Picasso tiene su firma en ella, todo en este mundo tiene la firma
de Dios. Tenemos que aprender a apreciarlo.

Si haces el esfuerzo de apreciar los regalos que te ha dado Dios, entonces tendrás una conciencia
de la presencia de Dios tan refinada que todo lo que hagas irá acompañado de Su amor y Su guía.
Estarás sorprendido, mucho más allá de cualquier otro placer posible.
Es por eso que la gratitud es la mayor apreciación, el Camino 50 a la Sabiduría. Este es el paso que
unifica a todos los anteriores. Empieza a amar a Dios. Reconoce los grandiosos y numerosos
regalos que Él te dio.

¿Por qué la gratitud es un camino a la sabiduría?

 Haz una lista de las cosas que citas. Averigua la fuente y dales reconocimiento.

 Si degradas la fuente de la sabiduría, degradas el valor de la sabiduría.

 Las herramientas para vivir son más valiosas que cualquier auto, equipo de música o viaje
alrededor del mundo. Reconoce la deuda.

 Cuando la gratitud a otros se quiebra, también lo hace la sociedad como un todo.

 Ponte en el lugar del otro: si hubiera sido tú idea, ¿no te gustaría recibir reconocimiento por
ella?

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