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400 AÑOS DE

C E R VA N T I S M O
A C TA S D E L A S J O R N A D A S 2 0 1 6 / M O N T E V I D E O
ED. MA. ÁNGELES GONZÁLEZ BRIZ
400 AÑOS DE
C E R VA N T I S M O
A C TA S D E L A S J O R N A D A S / M O N T E V I D E O 2 0 1 6

Centro Cultural de España


Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República ED. MA. ÁNGELES GONZÁLEZ BRIZ
Montevideo, 2017
ÍNDICE

xx Introducción. Desde el Quijote: 400 años xx Jorge Chen


de cervantismo. Encuentro de Montevideo. Parodias del arte adivinatorio, profecía y va-
Ma. Ángeles González Briz ticinios en el Quijote: I, 46 y II, 35
xx María José Rodilla
Cervantismo de Cervantes “Su dormir, siempre velar”: Sueño y vigilia
xx José Montero Reguera en el Quijote
Un poeta herido: Miguel de Cervantes ante xx Claudia Pérez
la poesía en su década prodigiosa (1605- Alonso Quijano y la melancolía
1615) xx Julia D’Onofrio
xx José Manuel Lucía Megías Asnos y monos de cabo a rabo. El autoconoci-
Los tres Cervantes, o una nueva forma de miento y la animalidad en el Quijote de 1615
acercarse a la biografía cervantina xx Juan Diego Vila
xx Alfonso Mateo Sagasta “¿Pensáis por ventura, don vencido y don
Las reglas del juego de El Ingenioso caballero molido a palos que yo me muero por vos?”
xx Nieves Rodríguez En torno a las ficciones imposibles y el ré-
El escritor en la pluma de Cervantes dito de la negación en el Quijote

Cervantismo de don Quijote Influencias, reescrituras y recreaciones


xx Clea Gerber xx Patricia Núñez
Del personaje de don Quijote a Zoraida y Las huellas del Tractado de amores de Arnalte
Ana Félix y Lucenda y de Cárcel de amor en los episo-
xx Juan Manuel Villanueva dios de Sierra Morena
¿Por qué Cervantes no prescindió de las no- xx Santiago López Navia
velas independientes en la Segunda Parte Las recreaciones de Cervantes y el Quijote
del Quijote? Una lectura del comienzo del desde 1609: una panorámica de la diversi-
capítulo XLIIII dad de lenguajes, perspectivas y actitudes
xx Marta Pérez xx Roberto Appratto
Otro viaje al silencio, Al morir don Quijote La quijotada de Orson Welles
xx Gustavo Martínez
Don Quijote: el encantador encantado Recepción en el sur de américa
xx María del Carmen González xx Ma. Ángeles González Briz
“Trazas y embelecos”: autoridad y modos En busca del Quijote: optimismo del valor y
del embuste en el Quijote optimismo del éxito
xx Alicia Parodi xx Elena Ruibal
Dulcinea, alma, causa, forma Don Quijote de La República
ÍNDICE

xx Mariana Moraes
Cervantes en la revista Sur: estética y políti-
ca de una recepción
xx María Augusta Da Costa
Estudios cervantinos y recepción crítica del
Quijote en Brasil: Josué Montello
xx María Stoopen
Lo imaginario en el Quijote y en la narrativa
de Juan Carlos OnettI

Borges en el cervantismo
xx Elena Romiti
“La noble hermandad del Quijote”: Cervan-
tes, Unamuno y BorgeS
xx Ma. Elena Fonsalido
Donde se cuenta cómo el donoso y grande
procedimiento cervantino se avino en pro-
cedimiento borgiano y otras cosas que en
él se verán
xx Ruth Fine
Cervantes en/desde Borges o la reescritura
del Quijote en ´La busca de Averroes’

Catálogo de la exposición:
Circulación y Peripecias del Quijote en Uruguay:
La colección de Roberto Cataldo
xx Láminas
DESDE EL QUIJOTE:
4 0 0 A Ñ O S D E C E R VA N T I S M O
ENCUENTRO DE MONTEVIDEO

En un acto original, en mayo de 2015 la asamblea plenaria A su vez y por otra parte, la actividad de Elena Ruibal
de la Asociación de Cervantistas, reunida en São Paulo (Bra- en la Universidad de Montevideo (UM, institución privada
sil), aceptó por unanimidad la nominación de Montevideo católica) ha contribuido, en los últimos años, a impulsar la
como ‘Ciudad Cervantina’, hermanándola a Alcalá de Hena- puesta en valor de una biblioteca cervantina custodiada
res, Guanajuato (México) y Azul (Argentina), las que habían desde 2000 por ese centro de estudios y ahora inscrita en
recibido ese reconocimiento en años anteriores, cuando la el Centro de Documentación y Estudios de Iberoamérica
distinción fue otorgada por UNESCO. (CEDEI). Se trata de la colección de Arturo E. Xalambrí, una
La idea inicial de hacer gestiones bajo la orientación de las más importantes de Latinoamérica, que cuenta con
de poner a Montevideo en el “mapa cervantino” surgió de más de 1000 ediciones del Quijote, obras críticas, papelería
unas pocas personas que, desde distintos enclaves institu- y correspondencia de su gestor, y está aún casi totalmente
cionales y objetivos diversos, coincidimos en la oportuni- inexplorada. Las visitas periódicas de José Manuel Lucía
dad de promoverlo. Megías a Montevideo desde 2013 han reforzado la concien-
En nuestro caso, alentados inicialmente por Juan Diego cia de potenciar la colección Xalambrí y enlazarla incluso
Vila y por el ejemplo de excelencia y trabajo de equipo que con bibliotecas, repositorios y circuitos cervantinos de in-
sostiene un polo ya tradicional del cervantismo en la Universi- vestigación.07 Elena Ruibal ha sido una de las mayores im-
dad de Buenos Aires, venimos impulsando, a partir de 2010, el pulsoras de la idea del trabajo conjunto interistitucional,
fortalecimiento del estudio de Cervantes y la investigación so- a partir del cual surgió la idea de promover la nominación
bre su obra y recepción en el marco de los estudios de grado, cervantina, cuya primera formulación correspondió, justo
desde la cátedra de Literatura Española de la Facultad de Hu- es decirlo, a Fernando Ordóñez.
manidades y Ciencias de la Educación (FHCE, UdelaR).01 Estos Por último, pero no menos importante, la presencia en
esfuerzos se concretaron en cursos y seminarios temáticos, Montevideo de Ricardo Ramón como Director del Centro
que dieron lugar a monografías y adelantos de investigación Cultural de España, su iniciativa y apoyo a la difusión de la li-
luego publicados.02 También promovimos la organización de teratura áurea y, en especial, el entusiasmo con que asumió
un Simposio internacional con participación de estudiantes el desafío cervantino, así como su contribución al diálogo
avanzados y egresados recientes,03 la integración en las Jor- fluido entre personas e instituciones, permitió convocar a
nadas bianuales de la FHCE -con la presentación de mesas un Comité presidido por la Intendencia Municipal de Mon-
de trabajo específicas-,04 y la participación de estudiantes en tevideo (IMM), que funcionó como marco para proyectar
congresos internacionales de la región,05 así como, a falta de actividades académicas conjuntas durante 2016. En ese con-
posgrados, hemos ofrecido tramos breves y complementarios texto se incorporó al Comité, a mediados de año, la Admi-
de especialización dictados por docentes extranjeros.06 nistración Nacional de Educación Pública (ANEP), mediante
Al margen de estos avances académicos, modestos pero la cual el Consejo de Formación en Educación (CFE) designó
sostenidos, nos correspondió, junto a Eleonora Basso y Fer- a Patricia Núñez para su representación en la Comisión Aca-
nando Ordóñez, la tarea de ejecutar estrategias tendientes a démica que, integrada también por Jorge Arbeleche (ANL),
dar un alcance interinstitucional y una proyección social al Elena Ruibal (UM) y yo misma por UdelaR, tuvo como come-
tema cervantino, de cara al Cuarto Centenario de la muerte tido el diseño y organización de unas Jornadas académicas
de Cervantes. cuyas Actas Selectas presentamos en este volumen.
Ciudad Cervantina: obras, amores y buenas razones cia del Quijote en otra dimensión: la de Don Quijote como Don Quijote fue y es un personaje en general identifica- esas expresiones de la memoria “inscrita” o “incorporada”, ni
personaje en tanto figura mítica, icono fácilmente identifi- do y conocido por los niños, quienes hasta no hace mucho de la acción-reflexión con y sobre los modos en que se ex-
Resulta difícil, por no decir embarazoso, fundamentar qué cable y símbolo asociado a ciertos sentidos ya estabilizados, no llegaban a él a través del libro original, sino de otras me- presa hoy esa pervivencia. Frente al vigor con que emerge el
hace de una ciudad hispanoamericana una “ciudad cervan- así como para medir su presencia e intentar estimar su lugar diaciones culturales, básicamente las imágenes (no solo de quijotismo en la “memoria incorporada” por las mayorías, la
tina”, puesto que la proyección del Quijote en el mundo y de en el imaginario masivo y popular. Se trata de una “memoria obras artísticas, sino otras muchas presentes en la vida coti- promoción de los estudios cervantinos parece un problema
manera más decisiva en el mundo hispánico inhibiría en incorporada”,según el reconocimiento de Paul Connerton, diana, como la cartelería,15 el diseño, los dibujos animados, de minorías. Quizás por eso, y porque debe sortear escollos
principio cualquier distinción. quien distingue entre “memoria inscrita” (textos y monu- la artesanía popular), pero también –claro está- por medio muy consolidados y poco visibles desafía las voluntades
Tratándose de una capital de país, Montevideo no fomen- mentos) y “memoria incorporada”, 10 aquella que la gente de las ediciones adaptadas extranjeras en libro. más optimistas.
tó activamente ediciones locales de Cervantes, ni puede se- transmite mediante interacciones y rituales comunitarios. 11 Se trata de un tipo de familiaridad fuertemente enrai-
ñalarse una escuela o tradición local de lectura, ni estudios Durante 2015 se celebró el Cuarto Centenario de la pu- zada y sólo a medias vinculada con prácticas educativas Unas Jornadas académicas: base, persistencia y acumulación
críticos singulares significativos, cuestiones evidentes en blicación de la Segunda Parte del Quijote y en 2016 se con- formales. El Quijote no ha tenido un espacio previsto oficial-
otras capitales de Hispanoamérica. La demografía ha juga- memoró el de la muerte de Cervantes. Más allá de las acti- mente en la enseñanza primaria y parece bastante débil el Ya se ha mencionado muchas veces la tardía formalización
do en contra del desarrollo de estas empresas, así como la vidades académicas y conmemoraciones oficiales, el amplio lugar del personaje en recreaciones uruguayas para niños o de los estudios académicos (y especialmente universitarios)
apabullante cercanía de Buenos Aires, con su campo aca- desarrollo de otro tipo de actividades que visibilizaron las en la llamada “literatura infantil” local. Sin embargo, la en- en Uruguay en el área de la literatura, por causas complejas
démico ya consolidado en el área en la década de 1920 y su fechas permitió tomar la temperatura social y cultural del señanza secundaria sostuvo una fuerte tradición de varias muchas veces difíciles de comprender desde fuera, sobre
potente maquinaria editorial. interés masivo y popular por Cervantes en Uruguay. generaciones en la transmisión del Quijote, comprobable en todo si se tiene en cuenta el paradójico desarrollo de la crí-
En el proceso de identificar en Montevideo un interés A nivel de impacto divulgativo y con alcance de tipo la presencia de la obra de Cervantes en los programas oficia- tica literaria ejercida en periódicos, la calidad del ensayismo
cervantino que percibíamos, sin embargo, vigente, nos en- masivo, bastará con mencionar la presencia que tuvo el les de literatura, tanto como en la continua reedición de ma- que abundó desde el siglo XIX y la proporcionalmente gran-
contramos con una tensión señalada entre el pasado y el Quijote en la 10ª. Feria del Libro de San José (24 al 31 de oc- teriales didácticos y de fascículos de comentarios y análisis de masa lectora y clase media culta. Sólo en 1945 se funda
presente, entre formas de la pervivencia que miran hacia tubre de 2015), en la que se realizaron nueve actividades de textos cervantinos para la enseñanza y para la formación la Facultad de Humanidades y Ciencias, cuyos objetivos no
atrás y otras que se despliegan hacia adelante, tensión que relacionadas con la novela de Cervantes (entre represen- de profesores. Sólo desde las últimas reformas a los planes priorizaban la titulación, ni el cumplimiento de requisitos
apunta respectivamente por un lado al culto casi perdido taciones, talleres, ballet, proyección de cortos animados y de estudio su transmisión e interpretación literaria tiene un formales, aunque en sus estatutos estaba previsto otorgar el
de un autor y una obra (notable hasta hace unos años en el una exposición de ediciones), muchas de las cuales fueron lugar bastante marginal. título de Doctor y el diploma de Profesor.17 Carlos Vaz Ferrei-
coleccionismo, que fuera la punta de ese iceberg), como por especialmente pensadas por docentes y talleristas de esa Es de suponer que la fuerte tradición de enseñanza del ra, su inspirador y primer decano, la proyectó como una ins-
otro a la pervivencia y el vigor productivo del mito quijotesco ciudad para público infantil y contaron con la participa- Quijote en secundaria pudo redundar -entre muchos otros titución que fomentara los estudios libres y como alternati-
a nivel masivo y popular. ción de niños de escuelas públicas, quienes produjeron factores de apropiación fundamentalmente oral y visual- en va a las carreras profesionales con fines utilitarios, “un lugar
Se afirma a menudo que Montevideo tiene una sólida tra- textos y dibujos basados en la historia de Don Quijote. Un la amplificación social de ciertos contenidos básicos muy donde se estudiara por estudiar”.18 Por tanto, la mayoría de
dición literaria, cuestión inmedible si se intenta justificar me- fenómeno similar de respuesta infantil se registró en la 16ª. aceptados en relación con las formas de interpretación del los estudiantes de las primeras décadas asistieron a sus cur-
diante una suerte de proporción de la creación en relación a su Feria del Libro Infantil y Juvenil de Montevideo (24 de mayo libro de Cervantes, con la valoración de los personajes de sos sin rendir exámenes u obtener título alguno.
cantidad de habitantes -¿cómo y desde cuándo se mediría?, a 5 de junio de 2016), en uno de cuyos stands se invitó a los Don Quijote y Sancho, y hasta del autor, aun en sectores de Las primeras tesis de licenciatura que se presentaron
¿cómo se mide la cantidad, la calidad, la fuerza simbólica de niños que quisieran hacerlo a dibujar a Don Quijote, lo que la población que no concluyeron la educación media, y esti- en la carrera de Letras de la Facultad de Humanidades y
la literatura en el área cultural y más, en una sociedad?-. Otra dio como resultado una interesante y cuantiosa muestra mamos que esta pudiera ser una de las causas de las men- Ciencias (Universidad de la República) fueron dedicadas a
entidad material tuvo y tiene, sin embargo, en Montevideo la –conservada en la biblioteca de la IMM-, que da cuenta de cionadas formas de familiaridad a edades tempranas. Cervantes. Ignoramos qué proceso formal cumplieron esas
importante circulación del libro, encarnada en la notoria canti- la forma en que los niños de nuestro medio conciben vi- Dado que esa “memoria incorporada” es la mayor riqueza investigaciones, la forma en que se eligieron los temas ni
dad de bibliotecas públicas y librerías, además de los espacios sualmente al personaje. cervantina de que dispone la ciudad en su dinámica cultural bajo qué tipo de tutorías se elaboraron. Posiblemente por
informales de circulación –como la enorme cantidad de ferias Simultáneamente, en el barrio Larrañaga, ubicado en actual, es bienvenido que los apoyos públicos y la orienta- tratarse de los escasos alumnos que lograron licenciarse se
y puestos de libros callejeros-, así como la existencia de des- el corazón de la ciudad, una organización de vecinos viene ción de la agenda de trabajo del Comité “Montevideo, Ciu- haya considerado pertinente publicarlas. Lo cierto es que
tacados bibliófilos, y de importantes bibliotecas y colecciones promoviendo homenajes y actividades culturales sobre Cer- dad Cervantina” refuercen las actividades que surgen de ini- la evaluación que recibieron desde la comunidad acadé-
particulares. En ese mapa impreciso pero de un espesor con- vantes y Don Quijote, como forma de autoidentificación de ciativas colectivas, barriales o populares y procuren alentar mica internacional, a través de la voz autorizada de Juan
tundente se ha destacado la presencia de la obra de Cervantes, la zona,12 articulada en torno a Plaza Alcalá de Henares y las nuevas intervenciones que contemplen a los actores socia- Bautista Avalle-Arce, da cuenta de la minusvalía de las
medible quizás en la circulación y el número de ediciones, en calles Don Quijote, Sancho Panza, Dulcinea y Galatea,13 zona les. Es un desafío también para el sistema educativo formal condiciones de producción, signadas por la orfandad, el
buena medida también de las raras y costosas -presencia aún que aspira a ser llamada “Barrio Cervantino” mediante una dialogar con estas expresiones y contribuir a la producción aislamiento y el provincianismo, y pueden leerse hoy como
verificable-,08 así como en la devoción especial de ciertos biblió- propuesta surgida de sus habitantes. 14 de conocimiento que resulte de la interacción con ellas.16 trágicos “pecados de origen” que marcaron un rumbo equí-
filos y coleccionistas, como Justo Olarán y Chans, Orlando Fir- Esta emergencia inesperada de iniciativas regionales o Para nosotros es claro que la propulsión de los estudios voco al posible desarrollo del cervantismo local, al menos
po, Arturo E. Xalambrí, Velarde Pérez Fontana, Diego González barriales, no promovidas desde los circuitos académicos, académicos –niveles de posgrado, investigación sobre Cer- en ese entonces. En el tomo XVIII de la prestigiosa Nueva
Gadea, que llevaron esa inclinación hasta extremos en algunos políticos o estatales, pone en evidencia, desde nuestra pers- vantes, el cervantismo, las formas de recepción, y hasta Revista de Filología Hispánica (1965-66), Avalle-Arce dedica
casos cercanos a la manía y en otros a la erudición.09 pectiva, que la figura de Don Quijote, como personaje lite- el mayor conocimiento y comprensión de los fenómenos una nota a reseñar las dos tesis de licenciatura publicadas
Pero estos últimos años de centenarios han sido especial- rario y desde luego como símbolo, pervive con fuerza en el vinculados con Cervantes en la historia literaria y cultural en Montevideo,19 a las que literalmente destroza en todos
mente ricos para observar la repercusión cultural y perviven- imaginario uruguayo actual. uruguaya- no puede estimularse en forma desvinculada de sus términos.20
Reprocha a uno de los trabajos, de Manuel García Puer- concebir siquiera la dinámica del diálogo entre especialis- que siguen, reflexionar sobre estas relaciones y sobre las
tas, el tema muy general e inabarcable, la forma en que tas, materializando, para el estudiante y el egresado recien- posibilidades de estudios y repositorios que trabajen en red
avanza al “resguardado” de obras consagradas, como la de te, campos de estudio que en el margen académico local son en un futuro más próximo, sobre todo en (entre) Latinoamé-
Américo Castro, y juzga con dureza el resultado: “No hay, en tan estrechos que permanecen invisibles. Si no ofrecemos a rica, donde los magros presupuestos universitarios propen-
consecuencia, mayor originalidad […] en la tesis del autor, si los jóvenes los contactos con estudiosos no sólo de Cervan- den al aislamiento y a consolidar formas tradicionales de la
es que la reconstruyo bien, pues no hallo su expresión ín- tes, sino de literatura española peninsular en general, segui- hegemonía norte sobre sur, que suelen marcar las agendas
tegra por ningún lado. […] Pero lo seriamente grave de este mos retrasando las posibilidades de especialización y difi- académicas y editoriales.
trabajo es que las conclusiones citadas están mucho mejor cultando una formación de calidad que augure un progreso También este tipo de diálogos y la visibilización de estos
demostradas y escritas en otras obras anteriores” (199). notorio en el relevo generacional, al que apostamos. desfasajes entre distintos circuitos, cuestiones no registra-
Con respecto al trabajo de Jorge Medina Vidal es más drás- Ese fue uno de los primeros objetivos al embarcarnos en dos en las actas de los congresos, nutren los recorridos de
tico, opinando que “debe ser condenado a la hoguera, sin ex- la organización de estas Jornadas Cervantinas de Montevideo formación de los estudiantes y jóvenes investigadores que
purgos ni paliativos de ningún tipo”. Las objeciones son más en 2016, concebidas como espacios de formación para la asisten a ellos. Otro tanto ocurre con la diversidad de temas
profundas, manifestando, entre otras cosas, y como mínimo, mayoría del público local, incluidos por supuesto docentes abordados. Si bien la convocatoria de las Jornadas Cervanti-
que “demuestra un total desconocimiento de la continuidad e investigadores, tratando de no descuidar por eso la natu- nas de Montevideo se centró en el problema o los problemas
temática que va desde los trovadores provenzales hasta, por raleza del evento académico como espacio de diálogo e in- del cervantismo y su despliegue en los 400 años de lectura
lo menos, el ocaso del Renacimiento”. El crítico hace notar la tercambio entre especialistas, lo que alimentó doblemente y recepción crítica, la aceptación de trabajos no se ciñó a esa
profundidad de la ignorancia y desorientación del trabajo de al público que asistió como oyente. A falta de cervantistas temática, puesto que se partió de la base que toda lectura
Medina al transcribir un párrafo, agregando luego que “cual- locales, se decidió apostar a una convocatoria fuerte de implica, a la vez, y a estas alturas, una reflexión sobre el cer-
quier comentario [más] sería ensañamiento” (199). especialistas del exterior, destacados en distintas modali- vantismo, una toma de posición que implica un lugar y una
El cervantismo académico, fácil es adivinarlo, no prospe- dades de acercamiento a sus objetos de estudio. No partici- tradición, la priorización de unas destrezas y de una elección
ró en Uruguay. En el país no hay aún carreras de posgrado paron en este caso como ponentes estudiantes ni egresados que compromete a la historia de la crítica y de ciertos mo-
vinculadas a la literatura española y sólo existen carreras recientes uruguayos, puesto que no hay un número de inves- delos teóricos.
universitarias de grado en Letras en la mencionada FHCE tigadores de la obra o recepción cervantina que posibilite la
(Universidad de la República) y en los Institutos y Centros de presentación de resultados originales todos los años, y los
Formación Docente (Consejo de Formación en Educación),21 integrantes del Grupo de Estudios Cervantinos que venían Ma. Ángeles González Briz
que titula docentes para la enseñanza media, entre los que desarrollando un proyecto colectivo presentaron sus respec- Universidad de la República (UdelaR), Facultad de Humani-
se encuentra el Instituto de Profesores ‘Artigas’ (IPA), con la tivas ponencias en el IX Coloquio Montevideana 2015.23 dades y Ciencias de la Educación (FHCE), Agencia Nacional
mayoría del alumnado del país.22 Si bien el diseño curricular Por tratarse de un evento coorganizado -como ya se expli- de Investigación e Innovación (ANII)
de la formación docente no tiene como cometido principal có- por distintas instituciones, se debió equilibrar además la
la investigación literaria, el IPA tiene una fuerte tradición de presencia de ponentes uruguayos que representaran a estas
estudio disciplinar, muchas veces paralela y otras entrelaza- instituciones, dispares en el desarrollo de sus planteles aca-
da a la de la FHCE. En el IPA nació otro foco de interés espe- démicos en el área, apostando a la diversidad de enfoques
cífico por la obra de Cervantes, que vio concreciones en las que pudieran proporcionar docentes e investigadores de
figuras de Guido Castillo y Cecilio Peña en los años 60 y 70, distintas áreas, aunque no fueran, claro está, específica-
pero cuyas posibilidades de profesionalismo agostó la dicta- mente cervantistas.
dura militar, con sus efectos devastadores también para la La posibilidad de la concurrencia de cervantistas de Es-
enseñanza secundaria y terciaria. Jorge Albistur fue el con- paña, Israel y Latinoamérica (Argentina, Brasil, Chile, Costa
tinuador solitario de esa vertiente, cuyas formas de espe- Rica, México) permitió distender la lógica de centro y perife-
cialización corrían casi enteramente por el autodidactismo, ria que opera todavía a menudo en los circuitos académicos,
lo que redujo las posibilidades de continuidad, magisterio especialmente en el hispanismo, en que las relaciones de
y diálogo, puesto que no hubo programas, ni proyectos, ni reconocimiento y legitimación suelen consolidarse a partir
estructuras de cargos que ampararan la discipularidad. de los vínculos de cada comunidad “nacional” con España,
Aun hoy el sistema educativo no permite en el país especiali- y cuando aún es posible reconocer ejes de otros centros y
zación alguna en literatura española, ni hablar de maestrías periferias como conceptos plurales, si se tiene en cuenta el
o doctorados en el área. De modo que es invalorable la con- poder y magnetismo cultural que han ejercido polos como
tribución de los cursos que pueden ofrecer ocasionalmente Buenos Aires y México en la propia Latinoamérica.
profesores visitantes y, a qué dudarlo, el aporte estimulante Las Jornadas Cervantinas de Montevideo permitieron, al mar-
de los congresos y encuentros académicos que abren un gen de las contribuciones individuales de los excelentes ex-
mundo de posibles y despiertan vocaciones, contribuyen a positores extranjeros que el lector podrá leer en las páginas
01 En 2010 se inició la actividad del grupo autoconstituido de CSIC, Grupo de la FHCE (UdelaR), en coordinación con el Proyecto ‘Protagonistas:
de Estudios Cervantinos n° de identificación. 683725, https://formularios. Quijotes y Quijotas’, una serie de actividades promovidas conjuntamente
csic.edu.uy/grupos/formulario/BuscarAction.action. Dirigido por Eleono- con la Dirección Nacional de Promoción Sociocultural (DNPSC) del MI-
ra Basso y María de los Ángeles González, cuenta también con Fernando
Ordóñez, integrante de la cátedra de Literatura Española, como otro re-
ferente académico.
DES, el Municipio F (al noroeste de Montevideo, barrio Punta Rieles), el
Proyecto Esquinas y la Oficina Territorial Belloni del MIDES. Involucrará
a estudiantes, docentes y referentes barriales. Un equipo de docentes y
C E R VA N T I S M O
02 Utopía prefeminista y melancolías cervantinas. Montevideo: Universidad estudiantes llevará adelante talleres literarios, así como participará en
de la República (Biblioteca Plural), 2013, 154 págs. Eleonora Basso y Ma.
Ángeles González Briz editoras (libro colectivo).
03 El “Simposio Barroco, Sujeto y Modernidad”, que contó con destaca-
la recogida de testimonios orales y escritos que surjan de esos talleres y
de otras experiencias desarrolladas en el proyecto, referidos a la identi-
ficación de historias de militancia política y social que los protagonistas
D E C E R VA N T E S
dos ponentes de Argentina, España y Estados Unidos, ha dado lugar a la identifiquen como “quijotescas”. Estas actividades implicarán anudar in-
publicación de las respectivas Actas. Sujeto, Barroco y Modernidad. Monte- tervenciones literarias que recojan, a partir de revisitas de fragmentos del
video: Ediciones del Grupo de Estudios Cervantinos (Cervantes.uy), 2013, Quijote, historias de vida de protagonistas que puedan identificarse con
425 págs. Ma. Ángeles González Briz editora. la interpretación que suele hacerse del mismo. Las historias pueden ser
04 IV Jornadas de Investigación y III Jornadas de Extensión FHCE , Mon- presentadas y ‘devueltas’ a la comunidad de modos diversos, además del
tevideo, octubre de 2011; V Jornadas de Investigación IV Jornadas de relato escrito, a través de cómics, hip-hop, imágenes con breves historias,
Extensión III Encuentro de Egresados y Maestrandos, octubre de 2013; murales o audiovisuales. El EFI busca rescatar relatos de militancia so-
VI Jornadas de Investigación, V Jornadas de Extensión y IV Encuentro cial y política como aporte a la construcción de memoria comunitaria;
de Egresados y Maestrandos, octubre de 2015. Ver actas disponibles en comenzar una línea de formación de estudiantes que puedan trabajar en
http://jornadas.fhuce.edu.uy/ territorio, sensibles a las problemáticas sociales y políticas, y con herra-
05 Coloquio Internacional Montevideana IX, ver http://montevideanaix. mientas para relacionarlas con los discursos literarios y el entrenamiento
blogspot.com.uy/ (Actas en prensa). Jornadas Cervantinas de Azul 2012, en la recogida e interpretación de este tipo de datos; desarrollar una línea
2015 y 2016, ver http://www.ciudadcervantina.org.ar/jornadas_cervantinas de investigación cuyo objeto de estudio sean las apropiaciones políticas
06 Como los cursos sobre el Quijote que dictaron Juan Diego Vila en 2009 contemporáneas (vivas, vigentes) de Don Quijote en sectores vinculados
y José Manuel Lucía Megías en 2016, para la Unidad de Profundización, a la militancia social y política.
Especialización y Posgrado de la FHCE, UdelaR. Con Lourdes Peruchena 17 Ver Monné, Mariana. La Revista de la Facultad de Humanidades y Cien-
dictamos un curso sobre “Cervantes y el Barroco”, en 2014. cias, 1947/1965. Montevideo: Papeles de trabajo. Colección Estudiantes.
07 Elena Ruibal (CEDEI/ UM) trabaja actualmente con José Manuel Lucía Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Nº29, de febrero
Megías (Universidad Complutense de Madrid, Presidente de Honor de la de 2008.
Asociación de Cervantistas) en la correspondencia cervantina de Xalam- 18 Vaz Ferreira, Carlos. “Discurso Inaugural” en Revista de la Facultad de Hu-
brí y proyectan una publicación que será también la primera evaluación manidades y Ciencias, Nº 1, Montevideo, 1947: 17.
interpretativa de la misma. 19 Se trata de los trabajos de Jorge Medina Vidal y Manuel García Puertas,
08 Como da cuenta la notable cantidad de libros de y sobre Cervantes – publicados en Montevideo por la Facultad de Humanidades en los res-
más de 500- reunidos por el librero Roberto Cataldo, dueño de la librería pectivos fascículos: La poesía lírica de Cervantes (1959) y Cervantes y la crisis
“El Galeón”. Una muestra elocuente de esta colección se expuso en el Cen- del Renacimiento español (1962).
tro Cultural de España durante noviembre de 2016. Circulación y peripecias 20 Avalle-Arce, Juan Bautista. Reseña, en Nueva revista de filología hispáni-
del Quijote en Uruguay: la colección de Roberto Cataldo. Selección, curaduría ca, México. v. 18, no.1-2, 1965-1966: 198-200.
y textos: María de los Ángeles González. Ver Catálogo en el apéndice de 21 No existe en Uruguay ninguna Universidad privada que ofrezca una
este volumen. titulación de grado o posgrado en Letras. Estos datos proporcionan una
09 Sobre este aspecto del coleccionismo cervantino y los casos conocidos idea de lo magro que es el público potencial, puesto que no alcanza para
en Uruguay me detengo más en el capítulo que se publica en este mismo que ninguna institución lo considere rentable. En la licenciatura en Le-
volumen: “La búsqueda del Quijote en Uruguay: Optimismo del valor y tras de la FHCE ingresa solo un promedio de 100 estudiantes por año.
optimismo del éxito”. La demografía, entonces, es el primer obstáculo para el afianzamiento
10 Cit. En Pérez Magallón, Jesús. Cervantes, monumento de la nación: proble- del área, aunque no el único, y quizás no sea éste el lugar donde intentar
mas de identidad y cultura. Madrid: Cátedra, 2015: 21. proponer otras causas.
11 En un libro colectivo preparado en 2016 en el marco de un proyecto de 22 En estos casos, la literatura española es una materia de la carrera de
I+D financiado por CSIC, UdelaR, intentamos la aproximación a distin- Letras. En el IPA tiene tres cursos obligatorios y en la FHCE es una materia
tas formas de la presencia cervantina en la cultura uruguaya, revisando optativa (en su modalidad de curso y en su modalidad de seminario so-
monumentos, artes plásticas, teatro, y profundizamos el análisis de los bre un tema específico).
programas y prácticas educativas. Ver Lugares uruguayos de la memoria: 23 Me refiero a María Bedrossian, Carolina Condado, Adriana Kania y
Cervantes en textos, figuras y prácticas (Ma. Ángeles González Briz editora). Francis Santana, quienes participaron durante 18 meses, bajo mi direc-
Montevideo: Universidad de la República (en proceso de edición). ción, en el proyecto I+D de CSIC. El Quijote como ícono cultural: sus reper-
12 En la página del Municipio C puede verse el detalle de las actividades, cusiones en el imaginario uruguayo, su lugar en la construcción de la identidad
organizadas temáticamente en torno al Quijote: http://www.municipioc. nacional. Otras dos investigaciones en curso que abordan temas de recep-
montevideo.gub.uy/comunicacion/noticias/circo-tranzat ción y contactos vinculados a Cervantes están aún en sus inicios. En este
13 Hay, además, en Montevideo, una calle ‘Cervantes Saavedra’ en Villa caso se trata de las investigaciones de Adriana Montado para la Maestría
Española, y una ‘Numancia’ en Pajas Blancas. en Literatura Latinoamericana (el Quijote en el teatro y el cine de la re-
14 En la segunda mitad de 2016 se inauguró una escultura de Don Qui- gión) y de Adriana Nicoloff para la Maestría en Historia y teoría del Teatro
jote en hierro, del artista Octavio Podestá, en la intersección de las calles (sobre la representación de Numancia en Uruguay).
Martín Fierro y Bulevar Artigas, al ingreso del barrio Larrañaga, que los
vecinos procuran renombrar legalmente como “Barrio Cervantino”. No
hubo en Montevideo ningún monumento a Cervantes hasta 1986, en que
se levantó el que hoy está en la entrada de la Biblioteca Nacional.
15 Corresponde señalar que existen muchísimas referencias a Don Quijo-
te en la cartelería comercial de Montevideo y también de otras ciudades
y poblaciones de Uruguay.
16 En marzo-abril de 2017, el Grupo de Estudios Cervantinos llevará a
cabo un taller literario en el programa Espacios de Formación Integral (EFI)
de 1605 atar los cabos de esta referencia, más aún cuando qué de su utilización cuando la literatura en prosa iba por
poco después, al regreso de la primera salida del viejo hidal- otros caminos y el propio Cervantes bien lo sabía (el episo-
go convertido ahora en caballero por escarnio, se incorpora dio de los galeotes, DQ, I, 22, es buen ejemplo de ello).10 Con
un episodio verdaderamente novedoso en la literatura de el segundo incorpora de nuevo un asunto de actualidad,
su tiempo: el escrutinio de una biblioteca, en este caso la de que acerca una vez más el texto al lector desde el punto de
U N P O E TA H E R I D O : Alonso Quijano. Se trata de una biblioteca impensable para vista de la verosimilitud: en torno a 1590 y años posteriores
M I G U E L D E C E R VA N T E S A N T E un individuo de esas características, como bien contrapone se está produciendo en España una verdadera revolución en
la de otro similar, el caballero del verde gabán, ya en la se- el campo teatral lo que supone, entre otras cosas, un debate
LA POESÍA EN SU DÉCADA gunda parte; de manera reiterada, el capítulo se ha entendi- en torno a un viejo arte de hacer comedias que va quedando
PRODIGIOSA (1605-1615) do como una suerte de interpolación (acaso a posteriori) que atrás y un arte nuevo que se va imponiendo, y que, a la altura
permite al escritor tres cosas al menos: justificar verosímil- de la publicación del primer Quijote, habrá ganado definiti-
mente la causa de la locura del hidalgo; proyectar la trama vamente la batalla. En plena polémica entre ese arte nuevo
hacia el futuro, pues pone sobre la mesa algunos elemen- y esa vieja manera de escribir comedias, Cervantes incluye
José Montero Reguera blas (“hasta veinte comedias o treinta”, afirmará haber com- tos que proporcionarán nuevos matices al protagonista, al un asunto de “rabiosa” actualidad en la novela que le da
Universidad de Vigo puesto muchos años después),04 como escritor romancista tiempo que abre otras posibilidades de acción luego desa- ocasión para incluir los títulos de algunas obras dramáticas
Presidente de Honor de la Asociación de Cervantistas también, pero que recibe negativas a sus peticiones de al- rrolladas en ambas partes del libro; y, finalmente, plantea que, sin olvidarse de la preceptiva, alcanzaron éxito impor-
canzar alguna merced ante el Consejo de Indias, quizás tam- una cuestión de actualidad que ayuda a hacer más cercano tante. El párrafo, bien conocido, permite incorporar obras
¿Qué imagen se tiene en la actualidad de Miguel de Cervan- bién ante otros consejos cuyas solicitudes no conocemos, el relato al lector: libros y lecturas en torno a 1590; de esta de Lupercio Leonardo de Argensola (Isabela, Filis, Alejandra),
tes? Difícil se hace concretar esta imagen, después de tantos pero intuimos.05 Entre aquellas fortunas literarias y adversi- forma avanza un recurso al que retornará con frecuencia de Lope-preLope (en la terminología acuñada hace ya mu-
años, siglos de interpretaciones. En buena medida se trata dades administrativas, y el hoy nuevamente exitoso de 1606 dentro y fuera del Quijote.08 También le permite otra cosa: chos años por Frida Weber de Kurlat), de Gaspar de Aguilar
de la superposición de una larga serie de aquellas, proyecta- han pasado veinte años en los que Cervantes se ha dejado incorporarse como autor, en este caso, de un libro de pasto- (El mercader amante) y de Francisco de Tárrega (La enemiga
das a lo largo del tiempo y del espacio.01 ver bien poco en el campo literario; entre La Galatea (1585) y res –La Galatea– que “tiene algo de buena invención: propo- favorable). Pero esta enumeración constituye también una
En este devenir espacio-temporal se encontrarán mo- El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1604/1605) no ha ne algo, y no concluye nada; es menester esperar la segunda hábil estrategia, muy similar a la desarrollada en el capítulo
mentos especialmente destacados como la demoledora publicado nada. Aunque la literatura también se difundía parte que promete: quizá con la emienda alcanzará de todo del escrutinio, para incorporarse él mismo por medio de la
–el calificativo no es peyorativo– interpretación romántica por otros cauces (manuscritos, transmisión oral) Cervantes la misericordia que ahora se le niega” (DQ, I, 6, p. 94). La alu- mención a su Numancia, la cual, como todas las anteriores
o aquella que, a partir de algunos textos cervantinos com- a la altura de 1600 era para sus contemporáneos más una sión del prólogo se desvela en el capítulo sexto y ofrece al piezas teatrales, “de algunos entendidos poetas han sido
plementados con la documentación histórica y notarial con- sombra lejana de un tiempo pasado o, sin ambages, un lector información precisa sobre Cervantes antes del Quijote: compuestas, para fama y renombre suyo y para ganancia de
servada, lo ha convertido en una figura “ejemplar y heroica”, absoluto desconocido. Y esto lo sabía muy bien nuestro au- es el autor de un relato pastoril, con lo que esto –en la consi- los que las han representado” (DQ, I, 48, p. 605). El escritor
con adjetivación que ha hecho fortuna.02 Añádase a esto su tor, siempre atento al devenir literario de su tiempo: nunca deración de la época– implica desde, al menos, los comen- se presenta, pues, como un “entendido” poeta dramático. Y
condición de creador de unos personajes que pronto salie- había dejado de escribir, incluso en los duros tiempos del tarios de Fernando de Herrera a la poesía garcilasiana, sino esta es la imagen que nuestro novelista ofrece de sí mismo
ron del texto para convertirse en imágenes reconocibles por cautiverio se tiene constancia de cómo la literatura consti- antes: la pastoril y la poesía están estrechamente unidas. De en el primer Quijote: la de un poeta dramático y la de escri-
quienes ni siquiera se habrían acercado a aquel, de manera tuía también una parte importante de su acontecer diario,06 ahí la preocupación de la sobrina del hidalgo cuando afirma tor de un relato pastoril que se asocia inextricablemente a
que así alcanzan una dimensión mítica conseguida por muy pero llegaba al primer Quijote siendo muy desconocido para que hay que quemar todos los libros de la biblioteca: “por- la poesía lírica. Cervantes proporciona esta imagen porque
pocos, y, también, de autor de un relato en prosa extenso – sus posibles lectores de 1605. Se trata de una auténtica pa- que no sería mucho que, habiendo sanado mi señor tío de no puede proporcionar una distinta en términos literarios.
Cervantes nunca lo hubiera llamado novela– en quienes los radoja, pues quien no había dejado de escribir desde su la enfermedad caballeresca, leyendo éstos se le antojase de En otras palabras: las primeras noticias que se ofrecen en el
grandes novelistas de la tradición occidental, desde Fielding adolescencia, con momentos incluso de éxito, podía parecer hacerse pastor y andarse por los bosques y prados cantan- Quijote a un lector que desconociera al escritor lo vinculan
en el siglo XVIII hasta Carlos Fuentes en el XX, pasando por ahora un escritor “novel”. Había, pues, que salvar esa distan- do y tañendo, y, lo que sería peor, hacerse poeta, que dicen directamente con el mundo poético; y quien conociera el
una larga lista en la que nunca faltarán Flaubert, Dickens, cia entre la realidad cotidiana de un escritor dedicado desde que es enfermedad incurable y pegadiza” (DQ, I, 6, p. 91). Esta mundo literario desde 15 o 20 años atrás, sólo podría asociar
Galdós, García Márquez y Paul Auster, entre muchos otros, siempre a la literatura y un público lector que, mayormente, identificación entre poesía y pastoril se encontrará también a Cervantes con el mundo de la poesía, pues recordaría sin
encontraron en el Quijote un modelo en que inspirarse; la lo desconocía. explícita en el prólogo de La Galatea, ya desde las primeras duda La Galatea, acaso sus poemas para los preliminares de
expresión de Fielding en el frontispicio de su Joseph Andrews No es de extrañar, entonces, que en el primer Quijote líneas: “La ocupación de escribir églogas en tiempo que, en otros libros, su fama como poeta romancista, incluso quizás
(1742) es contundente y vaticinadora: “Written in imitation Cervantes incluya algunos guiños que permitan al lector de general, la poesía anda tan desfavorecida” (14).09 la circulación manuscrita de su soneto al túmulo sevillano
of the manner of Cervantes, author of Don Quixote”.03 esas páginas darse cuenta de que quien las ha escrito no es Aún reaparecerá una vez más Cervantes como escritor. a Felipe II, acaso un vago recuerdo como poeta dramático.
Poco tiene que ver, sin embargo, esta imagen con la del un parvenu literariamente hablando; en este sentido, no es Será en esta ocasión casi al final del libro, en el seno de otra Pero no otra cosa, porque no la había, al menos impresa y
escritor alcalaíno que deja atrás la Valladolid cortesana que inocente el comienzo del prólogo donde ya hay una refe- conversación sobre literatura: aquella que sostienen Don con difusión suficiente.11
le acogió durante unas fechas inciertas, quizás entre prima- rencia transparente: la afirmación de que “al cabo de tantos Quijote, el cura y un canónigo de Toledo sobre los libros de Por ello, para este poeta que se atreve con un “hijo seco,
vera de 1603 y los primeros meses de 1606, y regresa al Ma- años como ha que duermo en el silencio del olvido” (DQ, I, caballerías (cap. 47) y sobre el teatro (cap. 48). Con el primero avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y
drid que había conocido a la vuelta del cautiverio; aquellos prólogo, p. 11)07 conduce directamente a La Galatea, apare- reflexiona sobre el género en que se inscribe el propio libro nunca imaginados de otro alguno” (DQ, I, prólogo: 9), no
años (1580-1587, más o menos) que le ven triunfar en las ta- cida casi veinte años antes. Fácil sería para cualquier lector cervantino y da -entiendo– una explicación sólida del por- dejaría de ser una sorpresa el éxito y fama que alcanza con
la historia de un hidalgo enloquecido por leer libros de ca- Tal es el calibre del asunto que Cervantes rompe sorpren- de publicación de obras narrativas y hace reaparecer ines- La abundancia poética de La gitanilla se convierte en rasgo
ballerías, acaso una novela corta que acabó siendo un relato dentemente el minucioso plan cronológico de publicaciones peradamente al poeta. A mí no me parece que es esto sea singular y diferenciador de esta con respecto a todas los
extenso para competir con el gran best seller del momento, el que plantea al final del prólogo de sus Novelas ejemplares una casualidad, como tampoco la insistencia en anunciar otros relatos del volumen. Sin descartar por completo el
Guzmán de Alfarache. Y, sorpresa sobre sorpresa, más le deja- (aparecidas en 1613, pero entregadas para su publicación la continuación de la Galatea, publicitada en el prólogo del planteamiento de la novela sub specie theatri que defendí en
ría atónito que la publicación del libro trajera consigo una antes del verano de 1612). Recuérdense las palabras que si- segundo Quijote y en la dedicatoria al conde de Lemos en los otro lugar como posible razón,21 lo cierto es que la novela
serie de juicios y circunstancias que incidían en criticar su guen a la rotunda afirmación de haber sido él el primero en preliminares del Persiles. Tampoco lo sería si la hipótesis más constituye una vindicación de la poesía y, consecuentemen-
capacidad como poeta, aquello precisamente que le definía haber novelado en España: “Tras ellas, si la vida no me deja, aceptada por la crítica incluye el prometido (pero no conclui- te, una reivindicación del autor quien, nada más comenzar
en torno a 1600 y lo que recuerda en el primer Quijote para te ofrezco los Trabajos de Persiles, libro que se atreve a com- do o, al menos, no publicado) Famoso Bernardo dentro de las el volumen de 1613 ofrece a los lectores no sólo una nove-
evitar ser tachado –como se indicó más arriba– de advene- petir con Heliodoro, si ya por atrevido no sale con las manos coordenadas de la poesía épica.15 De ser esto así, paralela- la singular, sino una variada muestra de su acervo poético,
dizo literario. Paradójicamente, a quien se debe el elogio en la cabeza; y primero verás, y con brevedad dilatadas, las mente a la consagración como narrador –que nadie duda ni siguiendo un procedimiento no novedoso en el escritor: lo
más ensalzador de Cervantes como poeta, Lope de Vega en hazañas de don Quijote y donaires de Sancho Panza y luego discute–16 Cervantes busca, a partir de 1610, más o menos, su mismo había hecho casi treinta años antes, en La Galatea. La
el Laurel de Apolo (1630), es a quien se debe la primera y más las Semanas del jardín”.14 El plan es claro: se trataba de apro- reconocimiento como lo que había sido antes de publicar el vindicación de la poesía da paso a su reivindicación como
rotunda crítica de Cervantes por esa misma condición: en vechar el éxito del primer Quijote para continuarlo; escribir primer Quijote, esto es, un poeta completo: el poeta lírico (La poeta: no lejos queda el Viaje del Parnaso, publicado en 1614,
una carta fechada en agosto de 1604 afirma que “De poetas un volumen de aventuras peregrinas a imitación del modelo Galatea, romancero nuevo, algunas de sus poesías sueltas y pero gestado en las mismas fechas de la novela ejemplar.
no digo, buen siglo es este. Muchos están [en] cierne para del género, Heliodoro de Emesa, con el que obtener ya no otras muchas incorporadas en sus obras narrativas); el poe- No parece descartable, en consecuencia, que la defensa
el año que viene: pero ninguno hay tan malo como Cervan- éxito y fama como con el Quijote, sino el prestigio que un li- ta dramático (esas veinte o treinta comedias que dice haber que se hace en esta novela de la poesía y la amplia antología
tes ni tan necio que alabe a don Quijote”. Al año siguiente bro inscrito en una tradición clásica podría proporcionarle; escrito, algunas de las cuales han llegado publicadas o ma- poética propia que se ofrece, puedan entenderse en esta di-
se publica en Valladolid –donde Cervantes residía– unas y rematar con un tercero que no llegará a escribir (“Mucho nuscritas, y de otras se tienen noticias de su representación); rección: como el Viaje del Parnaso, La gitanilla es texto escrito
Flores de poetas ilustres (Valladolid, por Luis Sánchez, 1605) prometo con fuerzas tan pocas como las mías”, Novelas ejem- y el poeta épico (el Viaje del Parnaso, el Famoso Bernardo, pero en plena madurez donde reflexiona sobre la naturaleza y
en las que su compilador, Pedro de Espinosa, se acuerda de plares, “Prólogo”, ed. Cit.: 68), pero que por su título podría también las ya lejanas, pero magníficas desde la perspectiva función de la poesía en un tiempo en el que las costumbres,
un jovencísimo Quevedo, y de otros muchos escritores bien presuponer otro tiento a la novela corta. Salvo la picaresca, del género, odas a la Gran Armada contra Inglaterra). academias y justas poéticas de la época conseguían muchas
conocidos (Arguijo, Góngora, el Conde de Salinas, Lope de conscientemente rechazada, nuestro autor toca todos los Este plan reivindicativo consta al menos de tres partes: veces hacer triunfar a los malos poetas sobre los buenos: el
Vega, fray Luis de León, Vicente Espinel), pero también de palos que le ofrecía la prosa de ficción de su tiempo: conti- una práctica, otra teórica y una tercera que se puede deno- saber y el mérito poético no se veían recompensados en un
otros hoy muy olvidados (Luis Martín de la Plaza, Luis de nuación de un libro de caballerías burlesco, aventuras pere- minar histórico-literaria. Con la primera Cervantes quiere tiempo en el que primaban las relaciones y mecenazgos.
Soto, Juan de Valdés y Menéndez, Diego de Benavides, Lu- grinas y novela corta. Se trataba de conseguir el cetro de la ofrecer muestras de su producción poética acudiendo inclu- Adquiere, por otra parte, la misma dimensión ética, pues
ciana de Narváez, Pedro Rodríguez, Bartolomé Martínez, ….) prosa de ficción en España. Y, sin embargo, este ambicioso (y so a cauces poco habituales para la incorporación de poesía, se trata en último extremo (acaso en primera instancia)
hasta un total de sesenta y tres; pero no hay espacio para consciente) plan salta por los aires, o al menos se retrasa: tras como la novela corta (La gitanilla, La ilustre fregona);17 con la de una defensa de la poesía, esto es, de la literatura como
Cervantes: a éste, atento lector hasta de “los papeles rotos las Novelas ejemplares no publicará la segunda parte del Qui- segunda una serie de reflexiones sobre el hecho poético re- algo que tiene valor en sí mismo, no en función de la fama,
de las calles”, no le pasaría inadvertida su ausencia en esta jote, sino el Viaje del Parnaso, largo poema escrito en tercetos iteradas en varios lugares;18 y con la tercera busca situarse prestigio o consideración social que se puedan alcanzar,
antología, preparada y publicada en la ciudad donde vivía. que apareció en 1614, también anunciado al comienzo del en el devenir poético español de la primera década del siglo sino como algo que el ser humano hace por propio disfrute
Añádase la negativa a ir a Nápoles en el séquito del nuevo prólogo de las Novelas ejemplares; y un tomo que, frente a la XVII.19 De manera independiente, o incardinadas unas con personal o el del prójimo. Una cosa es la poesía, la ciencia de
virrey, el conde de Lemos, y que a partir de 1610 –si no an- tradición contemporánea del teatro, ofrece al año siguiente otras conducen siempre al mismo fin. Todo ello en el final la poesía, porque “encerraba en sí todas las ciencias” (El licen-
tes– menudean las referencias despectivas a Cervantes en Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados; de apoteósico de un escritor absolutamente convencido de sus ciado Vidriera, ed. cit.: 326), y otra muy distinta es quienes la
tanto que poeta en el teatro de Lope, en comedias como, entre ellas, un total de ocho obras extensas y dos más breves capacidades como creador. practican y su valoración.
al menos, Juan de Dios y Antón Martín, El valiente Céspedes, El escritas todas en verso. El tomo, pese a haber sido aprobado Sin duda el capítulo inicial de este plan lo constituye la Por este camino que une el Viaje del Parnaso con La gitani-
animal de Hungría, El santo niño de la Guarda.12 No faltan otras después del segundo Quijote (este el 27 de febrero de 1615; primera de las Novelas ejemplares, La gitanilla, aparecida, lla, hay otro punto de interés: en ambos Cervantes no sólo
referencias que llevan a pensar en un verdadero estado de aquel, el 3 de julio del mismo año), se publicará rápido, pues como todas las demás en 1613, pero cuya cronología interna defiende la poesía, según se ha indicado, sino que también
opinión según el cual a Cervantes se le reconoce como narra- la tasa –el último de los documentos administrativos que se remite indefectiblemente al mes de julio de 1610 como mo- se reivindica a sí mismo como poeta. En el extenso poema
dor, pero se le critica con dureza como poeta; al menos así lo consigue– remite al 22 de septiembre de 1615: apenas han mento de inicio de la acción.20 Entremezclada con la prosa narrativo lo hace fundamentalmente por medio de esos ver-
percibió éste cuando en el prólogo a sus Ocho comedias y ocho pasado dos meses y medio; el Quijote aún habrá de esperar al de la novela se incorpora una extraordinaria antología poé- sos del libro cuarto en los que, a modo de currículum vitae
entremeses recoge la opinión de un librero que afirma que de mes siguiente, pues su tasa lleva fecha de 21 de octubre: ocho tica en la que los poemas complementan y matizan magní- poético, destaca sus aportaciones literarias y, de manera más
su “prosa se podía esperar mucho, pero que del verso nada”.13 meses cumplidos desde que se aprueba hasta que sale a la ficamente el relato de los hechos; en ellos se hallará un len- acotada, las poéticas: el soneto “Voto a Dios que me espanta
Sea crítica puntual, sea recurso cervantino para mostrar una luz. Se trata de: ¿simple casualidad? ¿Atasco en la impren- guaje poético que combina el registro culto con el popular: esta grandeza”, “honra principal de mis escritos”; el ser autor
opinión común, sea expresión de un propio sentir, lo cier- ta de Juan de la Cuesta? ¿Interés de Cervantes porque salga así en recursos del romancero nuevo, de la poesía popular (o de “romances infinitos”, y el haber cantado, en “sonetos de a
to y verdad es que Cervantes desarrolla toda una estrategia rápido el volumen de teatro y por eso se lo lleva a otra im- popularizante), y de la tradición petrarquista donde las hue- docena / [...] tres sujetos fregoniles”.22 En la novela ejemplar
conducente a su rehabilitación como poeta. La poesía no era prenta, la de la viuda de Alonso Martín de Balboa? Sea como llas de Garcilaso y fray Luis se muestran evidentes. Cervantes se pasa de la enumeración más o menos objetiva, que esta-
una cuestión menor para él y a reivindicarla (y reivindicarse fuere, la aparición seguida del Viaje del Parnaso y del tomo ofrece en La gitanilla, sin duda, algunos de sus mejores mo- ría fuera de todo lugar, al ejemplo práctico: la inclusión de
a sí mismo como poeta) dedicará varios textos que analiza- de Ocho comedias hace desaparecer momentáneamente al mentos poéticos, como así ha coincidido la crítica que se ha un buen número de composiciones, que coincide en buena
dos desde esta perspectiva son muy reveladores. narrador de éxito que había diseñado un meticuloso plan ocupado del asunto. manera con lo que Cervantes destaca en el Viaje: romances y
sonetos. Cervantes se muestra en La gitanilla como un poeta mismo asunto en las distintas ocasiones que lo hace como cursiva mía); en El vizcaíno fingido una de las dos protago-
muy fin de siglo que ha convertido la primera de sus Nove- capítulos sueltos de un discurso sobre la poesía que incor- nistas (Brígida, quien, como la otra, Cristina, vive de lo que
las ejemplares en campo abonado para la reflexión sobre la pora en las obras mencionadas y en el segundo Quijote por sacan de los hombres; se califican de “ninfas”, esto es ‘pros-
poesía, convertida también en tema central de aquella y, al las razones y motivos aquí propuestos. Se trata, en definiti- titutas’) se queja de su mala suerte, de que nadie le da nada
tiempo, en un magnífico ejemplo de su quehacer poético. Se va, de un completo ejercicio de respuesta que implica una que no acabe costándole dinero a ella. Sólo hay una excep-
trata, en definitiva, en lectura complementaria a otras sobre vindicación de la poesía y una reivindicación de sí mismo en ción, un poeta: “Sólo me encontré el otro día en la calle un
el mismo relato, de una defensa de la poesía que se convierte tanto que poeta. poeta que de buenísima voluntad y con mucha cortesía me
finalmente en una reivindicación de Cervantes como poeta.23 A esta trayectoria reivindicativa no son ajenos ni el vo- dio un soneto de la historia de Píramo y Tisbe, y me ofreció
Teoría y práctica poéticas se unen en La gitanilla, y dan lumen de teatro aparecido en 1615 ni su obra póstuma, Los trescientos [sonetos] en mi alabanza” (ed. cit.: 75). Estos tres-
paso, ya en 1614, a un ejercicio de historia literaria como es el trabajos de Persiles y Sigismunda. cientos sonetos pudieran aludir –en la propuesta de Alfredo
Viaje del Parnaso donde Cervantes no se contenta con actuali- El primero porque es, de nuevo, un ejercicio práctico que Baras– a Lope, autor de “docientos sonetos (incluidos en sus
zar el fresco que de la poesía española había pintado en 1585 muestra la capacidad poética de Cervantes: ocho comedias Rimas) en los que destacan los elogios a Micaela de Luján,
(en el “Canto de Calíope”, incorporado en el libro sexto de La extensas y dos entremeses compuestos de varios miles de amante del poeta, mientras que en el entremés la celebrada
Galatea), sino que además se incorpora él mismo justo en el versos, por una parte; por otra, la cuestión de la poesía sale a es la prostituta Brígida”.26
centro del poema para hacer valer su trayectoria como poeta. relucir en casi todas las piezas de teatro breve: salvo la última Por su parte, el Persiles también es consecuente con el
También es coherente con lo afirmado en la novelita ejem- de ellas (El viejo celoso), todas las demás incluyen alguna refe- pensamiento cervantino sobre la poesía expresado en los
plar desde el punto de vista de la concepción de la poesía.24 rencia poética donde la poesía va por un lado y los poetas por textos ya señalados; y sobre todo en el largo pasaje incluido
Los preliminares administrativos del Viaje del Parnaso lle- otro: se ensalza a la primera y se critica a los segundos. en el capítulo segundo del tercer libro donde la poesía y los
van a unas fechas avanzadas de 1614: septiembre (licencias), En El juez de los divorcios, Guiomar le recrimina a un solda- poetas son tratados de manera coherente a lo indicado un
octubre (privilegio) y noviembre (tasa y fe de erratas). Poco do “bien aderezado” que no se sosiega en toda la noche, lo poco más arriba: alabanza de la primera e ironía o crítica ha-
antes se había publicado el Quijote de Avellaneda (a finales que hace que este responda que “está haciendo un soneto a cia los segundos.27
del verano de 1614). Difícil se hace pensar que Cervantes pu- la memoria para un amigo que se le ha pedido; y da en ser La gitanilla, Viaje del Parnaso y segunda parte de Don Qui-
diera haber conocido el Quijote falso, y que este –o su crítica– poeta como si fuese oficio en quien no estuviese vinculada jote constituyen capítulos sucesivos y complementarios,
pudiera haberse deslizado en el Viaje del Parnaso, pero lo que la necesidad del mundo” (8-9; cfr.: 283).25 En El vizcaíno fingi- pero no únicos, de la defensa que Cervantes construyó de sí
no es menos cierto es que el libro de Avellaneda incorporaba do, Cristina responde a las quejas de Brígida afirmando que mismo en respuesta a los ataques recibidos por su calidad
otros elementos sub specie poética que no se le escaparon a “vale más un ginovés quebrado [‘un banquero arruinado’] como poeta: de la práctica a la teoría y viceversa, y, al fondo,
Cervantes, quien incluye en la segunda parte de Don Quijote que quatro poetas enteros” (ed. cit.: 76). una lección de historia literaria alla maniera de Cervantes, un
un nuevo capítulo de este discurso sobre la poesía: la con- No hay que olvidar la conversación que sostienen el Go- magnífico poeta de su tiempo28 que encontró su voz más
versación de don Quijote con don Diego de Miranda, prime- bernador (que tiene sus “puntas y collares de poeta”) y Cheri- personal en otros campos de la expresión literaria.
ro, y con don Lorenzo, su hijo, después (DQ, II, 16 y 18). Aquí nos en El retablo de las maravillas sobre los poetas que hay en
se trata del corolario de ese discurso a partir de una reflexión la corte, donde –dice– “hay tantos, que quita el sol, y todos
moral sobre el carácter y esencia de la poesía. piensan que son famosos” (ed. cit.: 92). Inicialmente se refie-
El episodio es bien conocido: don Quijote se encuentra re a los poetas cómicos, esto es, los dramaturgos, pero luego
con el caballero del verde gabán en el comienzo del capítulo se extiende a todos a raíz de que se ahíjan al gobernador las .
16, los dos seguirán camino hasta la casa de don Diego de coplas del licenciado Gomecillos (“Lucifer estaba malo y tó-
Miranda, no sin acontecer antes la aventura de los leones male mal de fuera”). Todo ello lleva a recordar la mala fama
(cap. 17), y permanecer en aquella hasta finales del siguien- de los poetas: “Que puesto que los poetas son ladrones unos
te. Al diálogo entre ambos hidalgos durante el viaje (cap. 16) de los otros, nunca me precié de hurtar nada a nadie: con
le sucederá otro en el 18 con don Lorenzo, el hijo del caballe- mis versos me guarde Dios, y hurte el que quisiere” (93). Y si
ro del verde gabán. En ambos coloquios el tema de la poesía en El retablo son ladrones, en La cueva de Salamanca son dia-
será cuestión fundamental. blos (“Y aun todos los poetas son diablos”: 118).
Cervantes se extiende en estos dos capítulos en cuestiones Las alusiones a Lope –una explícita, la otra posible– son muy
que no había tratado antes: sobre la lengua en que escribir interesantes en este contexto de crítica de Cervantes como
poesía, sobre el debate teórico sobre si el poeta nace o se poeta desde el entorno del exitoso dramaturgo madrileño,
hace (Horacio al fondo); y reitera otras (concepto, difusión, pues si en La guarda cuidadosa el zapatero zanja la cuestión
formas de expresión, destinatarios y valoración) también de la bondad de las coplas del soldado (“Chinelas de mis en-
presentes en La gitanilla y el Viaje del Parnaso. Pero en ningún trañas”) afirmando que “a mí poco se me entiende de trovas,
caso es original en sus ideas; son de muy común circulación. pero estas me han sonado tan bien que me parecen de Lope,
No importa; lo que importa es su coherencia al referirse al como lo son todas las cosas que son o parecen buenas” (60,
01 Una versión previa de este trabajo, de tono más ensayístico y despro- poesía por Cervantes: capítulo final (Quijote, II, 16-18)”, Autour de Don Ediciones de obras de Cervantes manejadas
vista de erudición, se encontrará, con el título “Cervantes ante la poesía: Quixote de Miguel de Cervantès, Paris: Presses Sorbonne Nouvelle, París,
historia, teoría y práctica de una reivindicación”, en la Revista de Occidente, 2015: 141-149. Complementariamente, Viaje del Parnaso y poesías sueltas, Cervantes, Miguel de. Comedias y tragedias. Ed. al cuidado de Luis Gómez
427 (2016), número monográfico dedicado a Cervantes bajo la coordina- Madrid: Real Academia Española, 2016, passim. Canseco, Madrid: Real Academia Española, 2015.
ción de Antonio García Berrio. 13 Miguel de Cervantes, Comedias y tragedias, ed. cit.: 12.
02 Para lo primero, debe acudirse a los libros de A. J. Close, La concepción 14 Para las Novelas ejemplares cito por mi edición publicada en Barcelona: Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. Ed. dirigida por Francisco
romántica del Quijote, Barcelona: Crítica, 2005; Jean Canavaggio, Cervan- Penguin Books, 2015. Rico, Madrid: Real Academia Española, 2015.
tes, del libro al mito, Madrid: Espasa-Calpe, 2006; José Montero Reguera, 15 Sobre la adscripción genérica de esta obra la crítica pasó por encima
El Quijote durante cuatro siglos: lecturas y lectores, Valladolid: Universidad sin entrar en grandes detalles hasta que Daniel Eisenberg propuso que Cervantes, Miguel de. Entremeses. Ed. de Alfredo Baras Escolá, Madrid:
de Valladolid, 2005; y Jesús Pérez Magallón, Cervantes, monumento de la podría ser un libro de caballerías (“El Bernardo de Cervantes fue su libro Real Academia Española, 2012.
nación: problemas de identidad y cultura, Madrid: Cátedra, 2015. Y para lo de caballerías”, Anales Cervantinos, XXI, 1983: 103-118); no alcanzó especial
segundo remito a mis trabajos: “Luis Astrana Marín, traductor de Shakes- acogida como indiqué en mi revisión de las atribuciones cervantinas y Cervantes, Miguel de. La Galatea. Ed. de Juan Montero en colaboración
peare y biógrafo de Cervantes”, Zenón-Luis Martínez y Luis Gómez Can- repaso de su creación literaria que publiqué bajo el título “La obra litera- con Francisco J. Escobar y Flavia Gherardi, Madrid: Real Academia Espa-
seco, eds., Entre Cervantes y Shakespeare: Sendas del Renacimiento, Newark, ria de Miguel de Cervantes (Ensayo de un catálogo)”, en Anthony Close, ñola, 2014.
DE: Juan de la Cuesta Hispanic Monographs, 2006: 113-137. Luis Astrana Agustín de la Granja, Pablo Jauralde Pou, Carroll B. Johnson, Isaías Lerner,
Marín, fundador de la Sociedad Cervantina, Cuenca: Diputación Provin- Agustín Redondo, Antonio Rey Hazas, Elías L. Rivers, Alberto Sánchez, Cervantes, Miguel de. Novelas ejemplares. Ed. de Jorge García López con es-
cial de Cuenca, 2006 (en colaboración con José Montero Padilla); “Astrana Florencio Sevilla Arroyo. Prólogo de Claudio Guillén, Cervantes, Alcalá de tudio preliminar de Javier Blasco, Barcelona: Crítica, 2001. Nueva edición
antes de Astrana (y aún después): de las columnas de La Nación a las Ter- Henares: Centro de Estudios Cervantinos, 1995: 43-74. Hoy en día la crítica en 2013 dentro de la Biblioteca Clásica de la Real Academia Española.
ceras de ABC”, eHumanista/Cervantes, 3 (2014), pp. 289-305; y “1947, cuarto se inclina más bien por considerar El famoso Bernardo un posible poema
centenario del nacimiento de Miguel de Cervantes: haz y envés de una épico; así Jorge García López en su biografía (Cervantes. La figura en el tapiz, Cervantes, Miguel de. Novelas ejemplares. Ed. de José Montero Reguera,
efeméride en España”, José Luis Mora y Begoña Lolo, eds., El Quijote en Barcelona: Pasado & Presente, 2015: 207) y Jean Canavaggio en la suya Barcelona: Penguin Clásicos, 2015.
el pensamiento filosófico español en el siglo XX, México D. F.: FCE, en prensa. (Cervantes, Madrid: Espasa-Calpe, 2015: 376.
03 Me extiendo con pormenor sobre este asunto en “Un libro de verdades 16 Véase la “Presentación” a nuestra edición del Viaje del Parnaso y poesías Cervantes, Miguel de. Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Ed. de Isaías Ler-
lindas y donosas”, El Español en el mundo. Anuario del Instituto Cervantes 2015, sueltas, ed. Cit.:X-XI. ner e Isabel Lozano Renieblas, Barcelona: Penguin Clásicos, 2016.
Madrid: Instituto Cervantes y Boletín Oficial del Estado, 2015: 147-60. 17 Véanse mis trabajos: “«Poeta ilustre, o al menos manifico». Reflexio-
04 En el prólogo [1615] de sus Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nes sobre el saber poético de Cervantes en el Quijote”, Anales Cervantinos, Cervantes, Miguel de. Viaje del Parnaso y poesías sueltas. Ed. de José Montero
nunca representados, que cito por la edición de Miguel de Cervantes, XXXVI (2004): 37-56; “Poesías para un poeta”, XVIII Coloquio Cervantino Reguera y Fernando Romo Feito con la colaboración de Macarena Cuiñas
Comedias y tragedias. Ed. al cuidado de Luis Gómez Canseco, Madrid: Real Internacional, México: Museo Iconográfico del Quijote, Fundación Cer- Gómez, Madrid: Real Academia Española, 2016
Academia Española, 2015, vol. I: 12. vantina de México y Centro de Estudios Cervantinos, 2008: 265-299; “La
05 Véase ahora José Manuel Lucía Megías, “Gonzalo Meléndez de Valdés, gitanilla: una reivindicación de la poesía”, Ínsula, 799-800 (2013): 34-36.
gobernador de Soconusco: el otro «Miguel de Cervantes» en “América, o 18 “Los tres Quijotes ante la poesía: una propuesta sobre el discurso poético
de cómo es posible escribir una nueva biografía cervantina”, BBMP, XCII de Cervantes”, Cuadernos AISPI, 5 (2015): 117-130; “Cervantes y el Parnaso es-
(2016): 205-223. pañol en 1614: un viaje a la esencia de la literatura”, Cervantes en Azul 7. Actas
06 Véanse las reflexiones que realizamos en Miguel de Cervantes, Viaje selectas de las VII jornadas internacionales cervantinas celebradas en Azul en 2014,
del Parnaso y poesía sueltas, Madrid: Real Academia Española, 2016. Ed. de Azul: Editorial Azul, 2105: 13-30, y “Elogio y defensa de la poesía por Cervan-
José Montero Reguera y Fernando Romo Feito con la colaboración de Ma- tes: capítulo final (Quijote, II, 16-18)”, Autour de Don Quixote de Miguel de
carena Cuiñas Gómez: 304-305. Cervantès, Paris: Presses Sorbonne Nouvelle, París, 2015: 141-149.
07 Todas las citas del Quijote remiten a la edición del Instituto Cervantes 19 Véase José Montero Reguera, Miguel de Cervantes: una literatura para el en-
bajo la dirección de Francisco Rico, ahora dentro de la Biblioteca Clásica tretenimiento, Barcelona: Montesinos, 2007; “Cervantes y el Parnaso español
de la Real Academia Española (2015, 2 vols.). Utilizo la abreviatura DQ. en 1614: un viaje a la esencia de la literatura”, Cervantes en Azul 7. Actas selectas
08 La lista de referencias bibliográficas sobre este episodio es larga, como de las VII jornadas internacionales cervantinas celebradas en Azul en 2014, Azul:
se puede comprobar en las “Lecturas del Quijote”, en el segundo volumen Editorial Azul, 2105: 13-30; Viaje del Parnaso y poesías sueltas, cit., passim.
del Quijote del Instituto Cervantes; he sintetizado mi postura al respecto 20 Sintetizo aquí lo que estudio más detenidamente en “La gitanilla, una
en dos trabajos que están en la base de lo que ahora planteo: “Libros y reivindicación de la poesía”, Ínsula, 799-800 (2013): 34-36.
lecturas de un hidalgo” Miguel Ángel Lozano Marco, ed., El Quijote, libro 21 “La Gitanilla, de novela a comedia”, Inés Carrasco de Santos, ed., El mun-
abierto, Alicante: Universidad de Alicante, 2006: 67-87, recogido en mi do como escritura. Estudios sobre Cervantes y su época, Málaga: Universidad
libro Materiales del Quijote: La forja de un novelista, Vigo: Universidade de de Málaga, 2003: 113-138.
Vigo, 2006; y “La habitación cerrada: una cala en la tradición cervantina 22 Viaje del Parnaso, IV, vv. 31-68; ed. citada de Viaje del Parnaso y poesías
de la novela”, ponencia inaugural del IX Congreso Internacional de la Aso- sueltas: 61-62.
ciación de Cervantistas, Universidade de Sâo Paulo, junio-julio de 2015, 23 Véase a este respecto el planteamiento general que hace Jorge García
en curso de publicación. López en su edición de las Novelas ejemplares (Madrid: Real Academia
09 Sigo la edición de Juan Montero con la colaboración de Flavia Gherardi Española, 2013) y en “Actualidad crítica de las Novelas ejemplares”, Ínsula,
y Javier Escobar Borrego, Madrid: Real Academia Española, 2014: 14-16. 799-800 (2013): 2-4.
10 Valentín Núñez Rivera, “Don Quijote, Pasamonte y la picaresca de sos- 24 Sintetizo aquí lo que he expuesto más detenidamente en: “Los tres
layo”, PhilologiaHispalensis, 18, 2 (2004): 93-105; Luis Gómez Canseco, “La Quijotes ante la poesía: una propuesta sobre el discurso poético de Cer-
invención del libro gordo: pícaros, pastores y caballeros en pos de la nove- vantes”, Cuadernos AISPI, 5 (2015): 117-130; y “Elogio y defensa de la poesía
la”, Ínsula, 779 (2011): 13-15; José Montero Reguera, “Un libro de «Verdades por Cervantes: capítulo final (Quijote, II, 16-18)”, Autour de Don Quixote de
lindas y donosas»”, cit.; “La reflexión cervantina sobre la literatura en el Miguel de Cervantès, Paris: Presses Sorbonne Nouvelle, París, 2015: 141-149.
Quijote de 1615”, El tapiz humanista II. Actas del XI Curso de Primavera IV CEN- 25 Cito por la edición de Alfredo Baras: Miguel de Cervantes, Entremeses,
TENARIO DE LA SEGUNDA PARTE DEL QUIJOTE, Santiago de Compostela; Madrid: Real Academia Española, 2012.
Universidade de Santiago de Compostela, 2016: 223-236. 26 La propuesta la hace Alfredo Baras en su edición –aquí seguida– de Mi-
11 Véanse las consideraciones y materiales que ofrecemos en los “Estudio guel de Cervantes, Entremeses (Madrid: Real Academia Española, 2012): 75.
y anexos” de la edición, ya citada (nota 6), de Viaje del Parnaso y poesías suel- 27 Tengo avanzado un trabajo sobre este aspecto del Persiles; mientras
tas, Madrid: Real Academia Española, 2016: 241-318. tanto acúdase al artículo de José Ignacio Díez Fernández, “Funciones de
12 Detallo todas estas referencias en los siguientes trabajos: “Cervantes y la poesía en Los trabajos de Persiles y Sigismunda”, Dicenda, 14 (1996): 93-112.
el Parnaso español en 1614: un viaje a la esencia de la literatura”, Cervantes en 28 Tomo la expresión del maestro Blecua: Alberto Blecua, “Introducción”
Azul 7. Actas selectas de las VII jornadas internacionales cervantinas celebradas a Miguel de Cervantes, Poesía. Ed. de Alberto Blecua y Antonio Pérez Las-
en Azul en 2014, Azul: Editorial Azul, 2015: 13-30; “Elogio y defensa de la heras, Zaragoza: Olifante, 2005: 12.
ganancia económica de su propio ejercicio, poetas a los que tiérrez comienza un pleito para defender su posición que no
define en su Vida de corte y capitulaciones matrimoniales, como es más que la defensa de su oficio como un “arte” y no como
los que “escriben a bulto y manchan el papel a tiento”. un “oficio mecánico”. Uno de los testigos que van a defender-
En el lado opuesto, por supuesto, se situarán los poetas lo será Miguel de Cervantes, con este encendido argumento:
profesionales, los que reivindicarán su profesión por la po-
breza en la que viven, por la posibilidad que les ofrece de que en tiempos antiguos no se tuvieron por infames
L O S T R E S C E R VA N T E S , O U N A sobrevivir y ganarse la vida. Como cualquier otro. Andrés los representantes sino los mimos y pantomimos que
de Claramonte es un claro ejemplo de poeta profesional era un género de gente juglar que en las comedias ser-
N U E VA F O R M A D E A C E R C A R S E del siglo XVI (muy cercano en muchos aspectos a William vía de hacer gestos y actos risueños y graciosos, para
A L A B I O G R A F Í A C E R VA N T I N A Shakespeare), muy vinculado a los corrales de comedias, hacer reír a la gente, y estos eran los que eran tenidos
que conoció tanto en su etapa de actor, en las compañías de en poco; pero no los que representaban cosas graves y
Baltasar de Pinedo, Antonio Granados y en la de Alonso de honestas, y que el dicho Tomás Gutiérrez puesto que
Olmedo, como escritor de comedias. En la Estrella de Sevilla ha representado públicamente ha sido siempre figuras
José Manuel Lucía Megías dispar- a nuestros autores como banderas de una batalla el criado Clarindo se queja amargamente de su profesión, graves y de ingenio, guardando todo honesto decoro,
Universidad Complutense de Madrid que durante el siglo XVII comienza a dar sus primeros frutos. de ser “poeta de terceros”, y bien que le gustaría no serlo y por lo cual no debe ser tenido en menos sino estimado
Presidente de Honor de la Asociación de Cervantistas La imprenta, pero sobre todos los corrales de comedias, el poder escribir como los poetas cultos después de una buena en más. Para aprobar esto dice este testigo que en la
teatro profesional que se impone a finales del siglo XVI en comida, pero la vida no le ha dado esta oportunidad: Chancillería de Valladolid está un fulano Vergara, el
Este trabajo se inscribe en el marco del Proyecto I+D+i del MINECO DHu- toda Europa, permitirá incorporar un factor nuevo en la re- cual, después de haber sido muchos años represen-
MAR Humanidades Digitales, Edad Media y Renacimiento. 1. Poesía 2. lación del escritor con el dinero, con la posibilidad de con- No quiero escribir a nadie, tante, le admitió su Majestad para su relator en su Real
Traducción (FFI2013-44286-P) y del Proyecto Parnaseo (Servidor Web de vertir su trabajo en un oficio. La consideración imparable del ni ser tercero de necios; Chancillería que es oficio muy calificado, y que le tie-
Literatura Española) (FFI2014-51781-P), concedidos por el Ministerio de autor como un profesional que puede ganarse la vida –o al que los versos son cansados nen personas muy honradas y de estos conoce muchos
Economía y Competitividad. menos, pagar algunas “deudillas”- con la venta directa de su cuando no tienen provecho. en España (Biblioteca Universitaria de Sevilla: signatu-
trabajo a un mercado comercial independiente o a terceros, Tomen la pluma los cultos, ra A Mont. Ms. C29 (1)).
va a chocar con las estructuras de poder y de consideración después de cuarenta huevos
1. Reivindicación del oficio de escritor: del “arte” al mito de los autores, admitidas desde la Baja Edad Media, donde sorbidos, y versos pollos A pesar de estas informaciones, de estas opiniones, de
encontramos, esencialmente, dos modelos: el escritor aris- saquen a luz de otros dueños; todo lo que presenta Tomás Gutiérrez para justificar su ho-
La coincidencia del entierro y de la muerte de Miguel de tocrático, que se acerca a las letras de manera desinteresada, que yo por comer escribo, nor para poder ser aceptado como cofrade, la actitud de la
Cervantes y de William Shakespeare en 1616 con una dife- pues no depende de sus escritos para su supervivencia; y el si escriben comidos ellos. Cofradía del Santísimo Sacramento del Sagrario no se mue-
rencia de diez días (los que van del 23 de abril del calendario escritor artesano, que pone su pluma al servicio de un mece- Y si qué comer tuviera, ve ni un ápice en su desprecio al “arte” de los actores, sobre
gregoriano del escritor español y del juliano del dramaturgo nas, de un noble o de un poder, y que está supeditado a sus excediera en el silencio todo, porque lo han realizado por dinero:
inglés), ha propiciado que se conviertan en las dos caras de gustos y deseos a la hora de crear su obra. a Anajágoras, y burla
un mito: el del genio creador español e inglés. Es inevitable Con la aparición de esta tercera vía, la de la profesiona- de los latinos y griegos Lo otro porque carece de fundamento todo lo demás
la comparación por más que pueda encontrarse entre ellos lización de la escritura, encontramos que la capacidad de ingenios hiciera. (vv. 2156-2186). que la parte contraria alega porque es cosa cierta y sin
más diferencias que similitudes. Diferencias que se con- componer una obra se convierte en un producto que pue- duda que el dicho Tomás Gutiérrez ha sido público re-
vierten en abismos a la hora de hablar de sus biografías, de de ser comprado (ya sea por un librero o por un “autor de Público, dinero, literatura y prestigio están detrás de mu- presentante de comedias y entremeses, ganando dine-
su relación con el poder y el éxito a lo largo y ancho de sus comedias”), y también propicia que los escritores puedan chas de las polémicas, de las disputas, dentro y fuera de las ros por ellos con muchos autores, haciendo figuras ridí-
vidas, así como el proceso que les llevó a consolidarse en “alquilarse” a terceros para conseguir unos beneficios: estos Academias, que hemos conservado y que se han difundido. culas, y no hace al caso decir que él ha compuesto obras
mitos; y similitudes, las únicas similitudes, al apreciar su in- terceros pueden ser desde ayuntamientos o instituciones Ganancia económica que se presenta como argumento en de poesía, porque caso no concedido que así sea por el
fluencia a lo largo del tiempo y su vigencia actual, la vigen- que necesitan textos para las conmemoraciones públicas, contra del escritor que ha elegido esta tercera fórmula de re- mismo caso que el poeta salga representar al tablado
cia de la mayoría de sus obras y de su pensamiento, que ha o para escribir luego las relaciones que dejen constancia de lación con la literatura y con la vida. Hacia 1593, Tomás Gon- incurre en la infamia del derecho y el susodicho no es
terminado por ser universal. Al margen de miradas interesa- todo lo que se han gastado, hasta particulares en un amplio zález, que ha sido escritor de comedias y actor de algunas de ni ha sido cómico ni orador, como dice en su petición,
das y erróneas, que establecen el canon a partir de la propia abanico de posibilidades, desde los poetas enamorados de las compañías que han representado por todos los corrales sino representante de comedias y entremeses y de los
experiencia personal y académica, que ponen en evidencia la gitanilla cervantina Preciosa que le regala sus versos (y hispánicos, lleva unos años afincado en Sevilla. Además de contenidos en la prohibición del derecho, y así no debe
más las lagunas científicas que los aciertos metodológicos, ducados de oro) para que triunfe en la Corte, hasta aquellos haber escrito algunos autos sacramentales, ha abierto una ser recibido en la dicha cofradía por tal hermano por el
lo cierto es que a Miguel de Cervantes y a William Shakes- otros que escriben para los gitanos, ciegos, que hacen de la posada en la calle Bayona, conocida por todos pues allí se grande escándalo que se seguiría a los demás cofrades.
peare les tocó vivir un momento apasionante para el futuro difusión oral su forma de vida. hospedan algunas de las personas más influyentes que lle-
del estatus y la consideración de la “profesión” del escritor, En este contexto, no extraña que sea el aristócrata Francisco gan a la ciudad. En la Cuaresma de este año, solicita su ingre- Pero algo ha comenzado a cambiar en la sociedad españoles
del que somos deudores en la actualidad. Época de tran- de Quevedo uno de los escritores que critique con más viru- so en la Cofradía y Hermandad del Santísimo Sacramento de finales del siglo XVI: la justicia le da la razón a Tomás Gu-
sición, de reivindicaciones, que utilizarán –de una manera lencia la escritura profesional, es decir, la que consigue una del Sagrario. Su petición fue denegada por lo que Tomás Gu- tiérrez, y los cofrades, a regañadientes, tienen que admitirlo
como hermano. Ofensa y negativa que se olvida unos meses el canon shakesperiano, sino por el programa ideológico cuenta del ambiente, de las circunstancias en que triunfa el Westminster Abbey de Londres, y que le representa de pie,
después: el nuevo cofrade será el encargado de sacar y orga- que está detrás, que lo convierte en un valiosa y potente mito de William Shakespeare como autor nacional inglés: apoyado su brazo derecho sobre una serie de libros, su obra,
nizar dos carros de la Cofradía para la festividad del Corpus herramienta para la reivindicación de la figura del escritor su legado, por más que él nunca viera en vida ninguno de sus
de 1594. Tomás Gutiérrez cobró por este trabajo 727 reales. profesional, la reivindicación de una figura que utilizará a ¡Cuán larga y ardientemente los hijos de la poesía de- textos publicados.
En este contexto de cambios y transformaciones en el William Shakespeare como baluarte, poniendo las bases searon que otro Shakespeare pudiera aparecer, que tu- El camino de la construcción de Miguel de Cervantes
ámbito de las letras, de las relaciones de los escritores y de de su mito: además de indicarse que, por primera vez, se viera la misma fuerza y el mismo genio que el primero, como mito del genio creador compartirá caminos semejan-
los textos con el dinero, y de la consolidación de un mercado realiza la impresión a partir de los “originales”, la portada y que fuera capaz de liberar el teatro de las pequeñas tes, y en su comparación puede apreciarse la gran diferencia
consumidor, cada vez más amplio (el tan denostado y bus- es ya un ejemplo de la finalidad de la obra, pues en ella so- locuras que hoy lo acapararon y de restaurar el antiguo que los separa.
cado vulgo) hemos de situar la escritura tanto de Cervantes bresalen dos elementos: el apellido del autor, en una letra y viril gusto inglés! […] Nuestros deseos están más que Si William Shakespeare tuvo que esperar siete años des-
y de William Shakespeare, como la del resto de los autores mayor, en la parte superior, y un gran retrato, que ocupa la colmados. El buen viejo maestro del teatro inglés es, pués de su muerte para ser reivindicado como autor, con esa
que hoy en día marcan las páginas más doradas de la histo- mayor parte de la misma. En un segundo nivel, el título o por una suerte de milagro, llamado desde su tumba y portada tan programática del First Folio, Miguel de Cervan-
ria de la literatura por estos años. Una escritura, una vida tan el contenido del libro. Para comprender lo revolucionaria nos es dado otra vez. tes, en cambio, tendrá que ser más paciente: la primera de
vinculada a su tiempo, a los conflictos de su tiempo de tran- de esta propuesta, solo hay que compararla con la portada las biografías que se acercarán a su obra se publicará en Lon-
sición, como alejados de ella estarán sus mitos, que se alzan de las primeras de las ediciones de las comedias de Lope de Y unos meses más tarde, el 10 de febrero de 1728, aparecía dres en 1738, firmada por el ilustrado valenciano Gregorio
como ejemplos universales sin rozar las penalidades del Vega sancionadas por el autor, la publicada en Madrid en la siguiente crónica en The Weekly Journal or British Gazeteer: Mayans y Siscar, después de ¡122 años de su muerte! Será en
día a día. Al acercarnos a Miguel de Cervantes y a William 1614, que está realizada a partir de los “originales de com- esta edición donde aparezca el primer “retrato” de Cervantes,
Shakespeare desde la mirada del mito, de lo que han llega- pañía” que tenía Gaspar de Porres, uno de los “autores de La ciudad se encontró despertada de su afeminamien- el que ideara William Kent a partir de la descripción que de
do a ser después de pasados unos siglos de su muerte, les comedias” que contaba con más obras de Lope de Vega en to y de sus delirios y conminada, bajo riesgo de perder sí mismo hace el autor complutense en el prólogo de las No-
estamos negando claves esenciales para poder comprender su repertorio. En este caso, como es habitual en la época, cualquier pretensión al buen sentido en el futuro, a velas ejemplares.
su vida y cómo su escritura se inserta, dialoga directamen- el título y contenido de la obra (“COMEDIAS”) se impone obedecer al célebre nombre que la convocaba al tea- Miguel de Cervantes, frente a lo que sucederá con Shakes-
te con su mundo. En este aspecto, bien podemos entender sobre el nombre del autor, aunque fuera la fama del autor, tro. Gracias a los aplausos unánimes con los que esta peare, vivirá –y lo sigue haciendo- a la sombra del éxito, de la
como uno solo el mito de William Shakespeare y Miguel de Lope de Vega, una de las razones de la publicación de unas obra fue recibida por públicos considerables, durante difusión del Quijote, de su libro de caballerías que desde que
Cervantes, como los genios creadores inglés y español. obras que –como en el caso de Shakespeare- estaban lla- diez veladas, los verdaderos amigos del teatro tuvieron comenzara a difundirse por Europa en el siglo XVII no ha de-
Pero hasta aquí las similitudes de compartir un mismo madas, en su origen, a ser difundidas solo en la oralidad de la satisfacción de ver al autor restaurado en su justa jado de imprimirse, traducirse, continuarse, glosarse, copiar-
momento histórico y literario –con las diferencias abismales los corrales de comedias. posesión de la escena para la cual sus obras fueron, se o ilustrarse desde entonces. En una feliz expresión del im-
entre la centralidad que ocupa Madrid en este proceso y la La reivindicación de William Shakespeare como “el autor” durante su vida, un ornamento y una fuente de in- presor Juan de Mommaerte en 1664, el Quijotees la obra que
marginalidad de Londres. Todo lo demás son diferencias. En se llevará a cabo tan solo siete años después de su muerte. Por gresos de tales características, y que las recibió como más ha hecho “sudar las prensas” en toda la cultura occiden-
ocasiones, diferencias abismales. No me interesa ahora tan- estas mismas fechas, la familia de William Shakespeare sufra- una herencia inestimable después de su muerte. Los tal. Son múltiples las causas que permiten explicar el éxito
to centrarme en el éxito económico y profesional de William gará la colocación de una estatua suya muy cerca de su tumba directores del Theatre Royal deben ser alabados, pues del Quijote en Europa, mucho más que en tierras hispánicas,
Shakespeare, que consiguió amasar una buena fortuna con en la Iglesia de la Santa Trinidad en Stratford, que le represen- mostraron valerosamente su determinación de redi- pero ahora solo quiero recordar dos, que son esenciales para
su oficio exclusivo de escritor (que podría compararse con ta como escritor, con los atributos propios de su oficio. mir al mismo tiempo que su propio crédito, el sentido nuestro argumento: por un lado, el Quijote en tierras euro-
Lope de Vega en el ámbito hispánico), como las grandes di- Pero la consolidación de William Shakespeare como el común y la dignidad de sus públicos, invitándolos a peas se va a difundir como un libro de caballerías, el género
ferencias que separan a ambos autores en la construcción mito creador inglés, el que le convierte no solo en uno de reencontrar su gusto antiguo, noble y razonable, con que le vio nacer y que da sentido a la mayoría de sus aven-
del mito del genio creador. los primeros escritores que permite reivindicar la escritura representaciones que son las únicas capaces de reflejar turas. Un género que, a pesar de que sigue estando presente
A los siete años de morir William Shakespeare, se pu- como un “arte” digno de toda admiración y prestigio, sino con honor la atención y el valor del pueblo británico en los saraos y fiestas cortesanas castellanas, y que gozará de
blica en Londres The First Folio, donde se recogen sus 36 como el autor nacional inglés, se producirá en la segunda (Chartier, 2012, p. 131). alguna reedición en el reino de Aragón (en 1617 y en 1623 en
comedias, historias y tragedias. La obra fue recopilada, década del siglo XVIII. Después de la restauración del tea- Zaragoza), lo cierto es que ha perdido ya el prestigio de otros
“according to the Original Copies”, por dos de sus compañe- tro en 1663 (que había estado cerrado desde 1642), mucho Esta reivindicación de las tablas se convirtió en una exi- tiempos y ocupa un espacio marginal en los gustos cortesa-
ros actores y empresarios de la compañía teatral de King’s había cambiado en el teatro inglés. Los anfiteatros públicos, tosa campaña de convertir, de nuevo, a Shakespeare el ba- nos. Solo hay que recordar cómo el propio Cervantes al inicio
Men: Jonn Heminges y Henry Condell. En esta obra, que como The Globe, habían desaparecido, los papeles feme- luarte de una determinada batalla: la reivindicación de las de la segunda parte de su obra, para mostrar el éxito de su
instaura un canon y que atribuye bajo la marca “William ninos eran ya representados por mujeres y, sobre todo, se letras inglesas como una manera de sustentar y enaltecer un primera parte, habla de cómo los pajes en las antecámaras
Shakespeare” obras que había escrito en colaboración con aprecia una enorme influencia de las obras francesas, que espíritu patriótico. La literatura como la base de esta cons- de los palacios, son los que más se disfrutan de su lectura.
otros dramaturgos o actores de la compañía, en especial eran traducidas al inglés y representadas en los teatros. En trucción nacional. Lewis Theobald, del partido whig, publica Nada que ver con Europa, donde las aventuras de Amadís de
su discípulo John Fletcher, autoría múltiple muy habitual este contexto, la recuperación y la representación de obras en 1733 sus Works of Shakespeare, siete volúmenes que se van Gaula, verdadera columna vertebral del género caballeresco,
en la época, se darán a conocer 18 comedias cuyos “dere- de William Shakespeare será visto por algunos sectores de a convertir, desde su publicación en la edición canónica del se han difundido y lo sigue haciendo, en ámbitos nobiliarios
chos de impresión” tenían los libreros que lo imprimen o la época como la única fórmula de recuperar “el alma ingle- escritor inglés, del escritor que desde Inglaterra se dispone y cortesanos, y donde las continuaciones –primero italianas,
compran a sus colegas y otras 18 comedias no publicadas sa” para las tablas. En 1727, al representarse la obra La doble a conquistar el mundo. En 1740, esta reivindicación, esta y luego francesas, alemanas, holandesas e inglesas- seguirán
anteriormente, y cuyos derechos tenía la compañía de los impostura o los amantes de Shakespeare, en el London Journal propuesta terminará teniendo su mármol, su imagen, en la gozando del éxito de buena parte del público europeo en las
King’s Men. Pero la obra interesa no solo porque marca del 10 de mayo podía leerse la siguiente proclama, que da estatua de Shakespeare que se coloca en el Poet’s Corner de primeras década del siglo XVII. De este modo, un nuevo libro
de caballerías, un particular libro de caballerías como lo es el de invención que jamás salió en el mundo, siendo preciso con- ausencia de datos documentales- en ejemplos de vida, y no Así, frente a lo que sucederá con William Shakespeare, que
Quijote de Miguel de Cervantes, tendrá abonado el ámbito de fesar que la Historia de don Quixote es libro original y único solo en muestras de un genio creador, que es capaz de crear será uno de los baluartes para la consolidación de la figura
recepción y de éxito en toda Europa. en su género. un universo literario particular a partir de sus lecturas, de las del escritor en el momento en que era necesario reivindicar
Pero además, en el caso de la obra cervantina, es posible expectativas de los lectores de su tiempo. su “arte” más allá de la consideración como “oficio mecánico”,
añadir un segundo factor para explicar su éxito continuado, Mayans se encontró ante un abismo y un desafío en el Comienza a partir de esta biografía cervantina –y de su es decir, ser un artista y no un artesano, así como, un siglo
la enorme difusión que, dentro y fuera de las imprentas, el momento de escribir su biografía, con resultados bien dis- éxito europeo cuando sea traducida al inglés en 1742- la después de su muerte, será reivindicado como el “escritor
Quijote alcanzó en toda Europa y la rapidez de sus traduc- pares. El desafío era demostrar a los ilustrados españoles del construcción del mito de Miguel de Cervantes como genio nacional inglés”, mito e imagen que no ha dejado de gozar
ciones: lo “particular” del libro de caballerías ideado por Cer- momento que la lectura inglesa de la obra cervantina era la creador, su consolidación, donde su vida está supeditada a desde aquel entonces, Miguel de Cervantes siempre ha que-
vantes, donde el protagonista, antes que mostrar las cua- correcta, que el Quijote de Cervantes era superior al Quijo- la comprensión del Quijote, del éxito y de la universalidad dado relegado a un segundo plano. En el primer caso, será
lidades de una determinada caballería andante –que por te de Avellaneda, frente a lo quedefendían algunas de las del Quijote, como si Cervantes no hubiera escrito otras obras, Lope de Vega el que ocupará ese espacio de ser el elegido
aquel entonces ya se decantaba por la fantasía, la magia y la mentes ilustradas más preclaras y “decorosas” del momento, como si estetexto constituyera la centralidad de su discurso para defender la figura del “escritor profesional”. El libro de
hipérbole, sin olvidar el humor y las escenas eróticas-, per- por mucho que hoy nos parezca descabellado. El “decoro” era literario, cuando es todo lo contrario. la Fama póstuma de Lope de Vega que su discípulo Montalbán
mitía ofrecer una imagen “ridícula” del caballero español, de el principio del orden, y Cervantes, con sus personajes que La reivindicación de Miguel de Cervantes como mito, publica al año de su muerte es una buena muestra de un
ese imperio que seguía siendo hegemónico en Europa por respiran, dudan, cambian de opinión, aprenden y se engran- frente a lo que sucedió con William Shakespeare, no se hizo programa ideológico bien ideado no solo para reivindicar la
estos años. Las imágenes satíricas y grotescas holandesas, decen en la conversación y relación con los demás, había he- desde tierras hispánicas, no se llegó a fraguar como base y figura de Lope sino de convertirle en la demostración de que
por poner un ejemplo, se llenarán de Quijotes y Sanchos a cho saltar por los aires tantas reglas, tantas normas, tantos desarrollo de una incipiente “literatura nacional”. Todo lo se ha impuesto, ha triunfado la figura del “escritor profesio-
partir de este momento. principios heredados, ese “yo soy quien soy” que triunfa en contrario.Y también desde un ámbito extranjero, también nal”, aquel que es capaz de ganarse la vida con su escritura
En este imparable camino de éxito del Quijote, de la apa- buena parte de la literatura de su época. En el desafío, Ma- desde el éxito de la obra cervantina, a partir del influjo im- (por más que Lope luchara buena parte de su vida, sin con-
rición continua de las aventuras de sus protagonistas por yans y Siscar se creció e hizo crecer la estima a la novela por parable del Quijote por toda Europa, encontramos la primera seguirlo, con tener un puesto de funcionario como cronista
todos los rincones de Europa y de América, que, poco a poco, toda Europa, sobre todo cuando todos pudieron leer sus te- de las propuestas de reivindicar y homenajear a Cervantes real). Y en el segundo caso, el del mito nacional, ese puesto
va alejándose de este primer ámbito de recepción, Miguel sis en las decenas de traducciones que se fueron realizando en la vía pública. En 1810, el rey francés José Bonaparte de- lo ocupará precisamente Don Quijote. Solo hay que ver las
de Cervantes, el escritor Miguel de Cervantes va a quedar a lo largo y ancho del siglo XVIII. Nada fue igual para la críti- cretará que se levantara en Madrid una estatua a Cervantes imágenes que generaron la guerra de Cuba para apreciar el
relegado a ser una (inevitable) línea tipográfica en las porta- ca cervantina después de las casi cien páginas que le dedica- como homenaje al gran escritor, como reivindicación de un éxito de esta propuesta, con el Tío Sam enfrentándose a don
das. Nada más y nada menos. El mito que se va construyen- rá Mayans y Siscar al análisis del Quijote. En sus páginas hay mito que se va construyendo a lo largo del siglo XVIII. Pero Quijote. Son los años de la crisis del 98, de ese momento
do y que se va imponiendo, el que resulta imparable y que, que buscar las bases para la interpretación romántica de la habrá que esperar a 1835 para ver cómo se levante en la Pla- esencial en nuestra cultura, en que nuestros mayores inte-
poco a poco, se va llenando de lecturas y de matices a partir obra, para la multiplicación de teorías que han ido llenando za de las Cortes una estatua de Cervantes, la primera que se lectuales reflexionarán sobre España a partir del Quijote y no
de su primera recepción como una obra cómica, es el del libros y libros –en su mayoría, prescindibles. erige a un civil en España. Una estatua que tiene algo de des- tanto de Cervantes.
Quijote. Enorme sombra que desde entonces no ha dejado Pero otra es la historia cuando analizamos el abismo al que agravio: el rey Fernando VII ordena que se levante en Madrid
de situar en un segundo plano a su autor, al escritor Miguel tuvo que enfrentarse Mayans a la hora de pergeñar unas po- este monumento ya que no ha sido capaz de evitar la demo- 2. Reivindicación de Miguel de Cervantes como escritor:
de Cervantes. cas páginas que se acercaran al Miguel de Cervantes hombre, lición en 1833 de la casa en que murió Cervantes en 1616 en la de la obra a la vida
Y lo curioso es que la reivindicación de Miguel de Cer- al que vivió más allá de su escritura, más allá de ese ámbito esquina entre las calles León y Francos, que, a partir de este
vantes como escritor, el que hable de él como digno de ser que le hace único, inmortal, mítico. ¿Cuál fue el método de momento, se llamará calle Cervantes. Sin pretenderlo, sin pensarlo siquiera, Mayans y Siscar y su
imitado, no partirá del ámbito hispánico, sino precisamente trabajo de Mayans? Ante el desconocimiento de fuentes do- El mito Miguel de Cervantes tendrá un nuevo capítulo, un exitosa propuesta biográfica en 1738, ha marcado las líneas
del inglés, justo por esos mismos años en que estaba reivin- cumentales, Mayans convirtió la obra cervantina en el primer nuevo matiz a mediados del siglo XIX, cuando las Cortes, a maestras de entender a Cervantes desde aquel lejano siglo
dicando a William Shakespeare como su escritor nacional. “archivo” para poder entresacar los datos que le permitieran petición del general O’Donnell, primer ministro de Isabel II, XVIII –lejano no solo en el tiempo sino también en nuestra
La reivindicación biográfica cervantina tendrá un promotor, pergeñar unas páginas –escasas- que sirvieran de pistas des- declaren en 1859 la Guerra a Marruecos, en la conocida como forma de comprender el pasado- hasta nuestros días. Mi-
Lord Carteret, que trabaja desde 1725 en impulsar una edi- de el nacimiento de Cervantes (que él sitúa en Madrid pues en Guerra de África. Había que buscar a un héroe, a un mito guel de Cervantes interesa como escritor, y desde la pers-
ción de lujo del Quijote, en que se destaquen los valores lite- el Viaje del Parnaso la cita como “patria mía”), hasta su muerte. que permitiera unir diversas facciones políticas (liberales y pectiva de su escritura se va a configurar el acercamiento a
rarios de la obra como una sátira moral, frente a las lecturas De este modo, tres serán las fuentes básicas para la primera conservadores), y también ofrecer una imagen única frente su vida, en la búsqueda en sus peripecias biográficas de las
cómicas que se habían impuesto en Europa desde su prime- biografía cervantina: los datos que aparecen en los paratextos, a esa España que se dividía –una vez más- entre carlistas e claves que permitan comprender cómo ha podido levantar
ra difusión durante el siglo XVII. El 25 de marzo de 1737, le tanto legales como literarios, de las obras impresas; las “confe- isabelinos. ¿Y qué mejor que rescatar el pasado de Miguel de un monumento literario de dimensiones tan colosales y mí-
escribe Lord Carteret una carta al ilustrado español Mayans siones” que el propio Cervantes deja entrever en sus prólogos Cervantes, ya consolidado como el mito del genio creador, ticas (que no deja de crecer a partir de este momento). Como
y Siscar, que da buena cuenta del ambiente en que se fraguó o en algunos fragmentos de sus obras, como su vinculación con su victoria en la Batalla de Lepanto y en sus cinco años hemos visto, comienza en este momento la construcción del
tanto la escritura como la difusión de la primera de las bio- a los Colonna en Roma o que el Quijote fue “engendrado” en cautivo en Argel? Las victorias de ayer, la visión heroica que mito Miguel de Cervantes genio creador. Y será solo desde
grafías cervantinas, la publicada en Londres en 1738: una cárcel… Y, por último y lo más habitual, las propias peripe- ahora se construye sobre la base de los pocos datos conoci- esta mirada, como si la vida de Cervantes estuviera supedita
cias vitales de sus personajes, de las tramas de sus obras, que dos de la biografía cervantina, se ofrecen como imagen de a la búsqueda de sus grandes hallazgos literarios (como la
La vida de un tan singular varón, compuesta por la mejor plu- permite conocer no solo datos sobre su vida sino algo todavía las esperadas victorias por aquel entonces. De este modo, el ironía, por ejemplo) desde la que se construye su discur-
ma de España, será recibida en estos países como lo merece; más interesante: sus sentimientos ante los distintos avatares mito Cervantes, además de la pluma –el genio creador- será so biográfico. Comienza aquí el que podemos denominar
dando luz y ornamento a la más graciosa y agradable obra que le tocó vivir. La escritura en Cervantes se convierte –por la representado con la espada –el genio militar. el “pecado original” de las biografías cervantinas, pues ¡la
creación del mito cervantino se realiza a partir de los datos de derrota y derrota-, y el que escribió, que aunque tuvo que En una segunda etapa, la de la madurez, que iría desde 1580 vida disfrutando de una profesión que le hubiera permitido
que, en su mayoría, se extraen de sus obras literarias, que, sufrir la incomprensión de su tiempo, de sus contemporá- a 1604, cuando le perdemos la pista después de haber sido mirar la vejez con otros ojos, con otras inquietudes. Un Cer-
a su vez, justifiquen y explican algunos de sus hallazgos li- neos, ha terminado por triunfar con el paso de los siglos, en comisario real de abastos y recaudador de impuestos atra- vantes en su plenitud literaria, que se reivindicará entonces
terarios más sublimes! Escribir para inventar una vida, en una victoria inigualable por ningún otro escritor. sados por Andalucía, la unidad vital de Cervantes será la como escritor en un programa literario pensado hasta en sus
este caso, la de Miguel de Cervantes que, desde los apuntes Antes que de unidad, en la relación de escritura y vida, en Corte, esa Corte de la Monarquía Hispánica que no ha deja- últimos detalles. Ahora sí que Cervantes se alza por encima
iniciales de Mayans y Siscar a las grandes (y voluminosas) este continuo diálogo del “escribir es vivir” cervantino creo do de complicarse, de convertirse en un laberinto de intrigas de los escritores de su época con toda su originalidad.
propuestas biográfica del siglo XIX, se ha convertido en un que se hace necesario pensar en la existencia de tres Cervan- y de contactos, de relaciones y de hilos secretos de conspira- De este modo, Miguel de Cervantes, que se encuentra
personaje en manos de una opinión pública que cada vez lo tes. Tres Cervantes no solo por atender a tres momentos bio- ciones, en los que quiere sobrevivir y medrar, como tantos en los márgenes del poder literario de su tiempo, que ha
ensalza como un héroe, como un héroe victorioso, frente a la gráficos diferentes (juventud, madurez y vejez), sino tam- miles de pretendientes y de pleiteantes, nuestro autor. Pero triunfado de manera relativa tanto en la Corte política (con
imagen de derrota que acompañó por estos años a su perso- bién tres Cervantes porque en cada uno de ellos se descubre Cervantes no aspira tanto a los puestos vacantes que quedan las comisiones a las que hace frente como comisario real de
naje don Quijote. Y lo peor de este “pecado original” es que, un eje vital diferente, en que la literatura –entre un conjunto en España o en el resto de las posesiones continentales de abastos o como recaudador de impuestos atrasados frente
por su propia dinámica, Mayans y Siscar termina por “crear” de diferentes actividades- tendrá una función, una impor- la Monarquía Hispánica, como a los puestos vacantes en la al canto de sirena del sueño americano), como en la Corte
con la vida cervantina lo contrario de lo que sostiene en su tancia diferente. Una literatura que dialoga con los sueños administración de América. literaria (es reconocido como romancista y sus obras, desde
análisis de la vida quijotesca: la defensa de un estereotipo, cervantinos pero también con los cambios trascendentales Desde 1581, contamos con noticias de memoriales que las comedias al primer Quijote, tuvieron un cierto éxito nada
de un “decoro” con el que se construye el “personaje Miguel que las letras están viviendo por estos años. ponen letra al sueño americano de Miguel de Cervantes. más estrenarse o publicarse), pero que nunca ha llegado a
de Cervantes”, que, como tal, estaría más a gusto entre las A estos tres Cervantes, a esta visión más cercana a seguir Este sueño, esta esperanza de venir a América le da sentido a ser el centro (espacio solo ocupado por Lope de Vega y Gón-
páginas del Quijote de Avellaneda que en el del propio Cer- los pasos al hombre Miguel de Cervantes durante su peripe- su vida, a sus continuas peticiones de merced, pero también gora), se dispone en los últimos años de su vida a ofrecernos
vantes. Ironías (estas sí) del destino, que no dejaron nunca cia personal que a intentar encontrar en cada época claves a los textos que ahora escribe: los romances y poemas dedi- una “vida en papel”, un programa literario que ha ido confi-
de acompañar a nuestro autor a lo largo de los años. que expliquen tramas, personajes, hallazgos literarios de cados a tantos amigos poetas o cortesanos, que le permiten gurando y escribiendo años atrás, pero que ahora tiene ne-
Y si Mayans y Siscar escribirá su biografía como preámbu- sus grandes obras, es la labor en la que llevo volcado los úl- formar parte del círculo clientelar del influyente Ascanio Co- cesidad de imprimir, de dar a conocer, de dejar memoria y
lo para una nueva edición del Quijote, este mismo contexto timos años, y que darán lugar a tres volúmenes:dos de ellos lonna; comedias que estrena en los corrales de Madrid por constancia antes de morirse.
es el que dará sentido a las mejores y más influyentes bio- (La juventud de Cervantes. Una vida en construcción y La madurez las que cobra –y por adelantado- sus buenos ducados; y la Una literatura marginal en su tiempo que le ha permitido
grafías cervantinas de los siglos XVIII y XIX: la de Vicente de Cervantes. Una vida en la Corte), publicados en el año 2016 escritura y la publicación de La Galatea, un libro de pastores conquistar el centro del Parnaso literario al convertirse en el
de los Ríos (Madrid, 1780), Juan Antonio Pellicer (Madrid, por la editorial EDAF, y un tercero (La plenitud de Cervantes. que tanto gusta a la Corte por estos años, a los círculos más mito del genio creador, un centro al que no pueden aspirar
1797-1798), Martín Fernández de Navarrete (Madrid, 1819) o Una vida en papel) verá la luz en el año 2017. influyentes de la Corte. Literatura instrumental que le per- ni Lope ni Góngora, ni tantos otros escritores que, en vida de
Jerónimo Morán (Madrid, 1863)… habrá que esperar al siglo El primer Cervantes, el de sus primeros 33 años, los que mite seguir viviendo, seguir soñando. Musas rameras en una Cervantes, gozaron del éxito y de la centralidad de la litera-
XX para contar con buenas biografías cervantinas al margen van desde su nacimiento en Alcalá de Henares (1547) a su feliz expresión de Lope de Vega. tura de la que él nunca pudo gozar.
de una edición quijotesca, por más que, en su mayoría, sean rescate de Argel (1580), son los años de juventud, los años El sueño americano de Miguel de Cervantes, el sueño de Desde que en 1613 Cervantes publicara las Novelas ejempla-
los datos entresacados de sus obras relacionados con la do- de construcción como cualquier joven de su época, que se mejorar su vida acaba en 1590, en el último de los memo- res (y se empeñara en destacar en sus prólogos y paratextos
cumentación cervantina que no deja de darse a conocer y esfuerza en conseguir un oficio en que poder sustentar su riales que envía al Consejo de Indias para ocupar uno de los literarios una determinada imagen de cómo quería ser recor-
buscar desde principios del siglo XIX, los que conformen la vida de madurez: secretario de alguna casa nobiliaria (como cuatro puestos vacantes en América: contaduría del Nuevo dado con el paso del tiempo), todo estaba ya medido y pensa-
base de su estructura, de su escritura. la del cardenal Espinosa o la de Mateo Vázquez, su secreta- Reino, Gobernación de Soconusco, Contaduría de las galeras do. Ahora sí que hay un proyecto único y definido. Y no podía
De este modo, creo que se hace necesario, a los cuatrocien- rio), burócrata en alguno de los miles de oficios de la labe- de Cartagena y Corregimiento de La Paz. Para ninguno de ser de otro modo, pues la vida se le escapaba de las manos, los
tos años de la muerte del Miguel de Cervantes hombre, muy ríntica Corte de Felipe II, o soldado, una carrera militar que estos puestos se tuvo en cuenta nunca a Miguel de Cervan- años sabía que no eran muchos y sí los proyectos literarios…
lejos del mito en que ha llegado a convertirse, volver la mi- le lleva a volver a Castilla en 1575 para solicitar una patente tes, nunca fue promovido como candidato. La respuesta del y así le da tiempo a reivindicarse como narrador, el “primero
rada a su vida, a un intento de hacer una nueva biografía en de capitán, después de haber tenido una brillante carrera en Consejo de Indias se conserva en la misma solicitud: “bus- que ha novelado en lengua castellana” con su particular “mesa
que se le inserte en su época, en ese momento de transición, los tercios italianos, en los que empezó como soldado biso- que por acá en qué se le haga merced”. Y esa merced, esta de trucos” que son las Novelas ejemplares, donde sorprende a
de cambios y de consolidaciones que fueron los siglos de Oro, ño en 1571 en la Batalla de Lepanto. Estas tres posibilidades triste y poco segura merced, no será otra que ser el represen- los lectores con cada una de ellas, a cual más ingeniosa en sus
el paso de las últimas décadas del siglo XVI y las primeras del de construcción –como la de tantos jóvenes de su época sin tante del rey a la hora de conseguir víveres para las galeras o inicios; al año siguiente, en 1614, se reivindica como poeta na-
XVII, justo los años en que Miguel de Cervantes vivirá sus mo- un apellido detrás que le marque el ritmo de vida-, se verán el cobro de los impuestos atrasados en Granada. rrativo con su Viaje del Parnaso, al que ya hace alusión al inicio
mentos de madurez y de plenitud. Una nueva mirada sobre trastocadas por los cinco años que permanece cautivo en Ar- Una tercera etapa se centra en los últimos años de Cer- de sus Novelas; y a comienzos de 1615 será el momento para
el Miguel de Cervantes hombre que lo inserte en su tiempo gel; años que aprovecha también para establecer relaciones vantes, los que van desde 1604 a 1616: son los años en que reivindicarse como poeta dramático, con la publicación de
y que entienda la literatura –entre otras tantas de sus activi- y vínculos con personajes influyentes en la Corte, pensando parece que solo el silencio tiene sentido, hasta que co- sus Ocho comedias y ocho entremeses nunca hasta ahora represen-
dades- en diálogo permanente con su vida, con sus sueños y en el próximo escenario de su vida, como la de tantos y tan- mienza un nuevo Cervantes a sobresalir, el Cervantes de tados… Y como el mismo Cervantes confiesa en el prólogo del
sus pretensiones. Aunque la imagen es muy potente, aunque tos soldados y secretarios de la época. Miguel de Cervantes papel frente al de carne y hueso de los años anteriores. Es Persiles: “el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas
estamos ya demasiado acostumbrados a ella, hemos de ha- vuelve a Madrid y se convierte en pretendiente, en uno de el Cervantes de la plenitud. Es el Cervantes que, ahora sí, va menguan...”, pero también son muchos los campos literarios
cer el esfuerzo de alejarnos de la imagen romántica que ha los miles y miles de pretendientes que se reúnen día a día en a idear su existencia alrededor de las letras como una nue- donde quiere dejar su huella (la poesía épica, con el Bernardo,
impuesto en el imaginario colectivo la existencia de dos Cer- los mentideros del Alcázar o en las gradas de San Felipe en va apuesta con su vida y sus sueños: triunfar en la otra vida, o, de nuevo, la pastoril, con la segunda parte de La Galatea…,
vantes: el que vivió –casi imperceptible y anónimo, saltando el corazón de Madrid. en la de la fama, ya que no ha sido capaz de hacerlo en esta que nunca llegaron a publicarse); pero entre todos ellos se de-
canta por dar fin a los Trabajos de Persiles y Sigismunda, dentro gura del “escritor profesional”, ha permitido pensar que vida y
del género narrativo más prestigioso y culto del momento: literatura puedan en Cervantes –como en tantos otros auto-
Referencias bibliográficas
la novela bizantina. Y a este empeño dedicará casi su último res- vivir en espacios diferentes, universos paralelos, en que la
aliento, si tomamos como cierto el comienzo de la carta dedi- comunicación solo es posible en la búsqueda de referencias o AA.VV., Cartas autógrafas de Miguel de Cervantes Saavedra. Edición conmemora-
tiva del IV Centenario de su muerte 1616-2016, Madrid, Círculo Editorial, 2016.
catoria que le escribe al Conde de Lemos en abril de 1616: “Ayer momentos personales para justificar su obra.
me dieron la extremaunción y hoy escribo esta”. Novela que En el siglo XIX, en el momento de la consolidación espa- Alvar Ezquerra, Alfredo, Cervantes. Genio y libertad, Madrid, Temas de hoy, 2004.
solo verá la luz al año siguiente, de manera póstuma. Pero no ñola de la mitificación cervantina como “autor genial” del
Álvarez Junco, José, “Cervantes y la identidad nacional”, en Miguel de Cer-
importa: Cervantes lleva ya unos años que no vive en esta vida Quijote, fueron habituales los estudios que tenían una única vantes: de la vida al mito (1616-2016), Madrid, BNE, 2016, pp. 185-199
sino en una vida en papel, en el sueño de una segunda vida, finalidad: encontrar referencias históricas, documentos que
Archivo Histórico de Protocolos de Madrid,20 documentos sobre Cervantes
en que su nombre se recuerde por la fama de sus obras. permitieran explicar cómo Cervantes pudo dar con algunos en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, Madrid, Comunidad de Ma-
Y en medio de este programa literario bien pensado y de sus hallazgos literarios, como si Cervantes fuera un mal drid, Dirección General de Archivos, Museos y Bibliotecas; Caja Madrid,
Obra Social, 2001.
medido, se le cuela a Cervantes, una vez más, la vida real, la escritor –creador de un particular universo a partir de sus
que él sigue transitando en sus paseos por el Madrid del si- lecturas y del diálogo con las expectativas culturales con sus Blasco, Javier, Cervantes, un hombre que escribe, Valladolid, Difácil, 2006.
Canavaggio, Jean, Cervantes, en busca del perfil perdido, Espasa-Calpe, Ma-
glo XVII: la publicación a finales de 1614 de la Segunda parte lectores-, pero se alzara como el mejor “cronista” de todos los
drid, 1992.
del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, impresa en Ta- tiempos. ¿Un hidalgo que enloquece en Esquivias? Ahí está la
rragona por un tal Alonso Fernández de Avellaneda, que le base de la construcción de don Quijote. ¿Una “dulce Ana” que Canavaggio, Jean, Don Quijote, del libro al mito, Madrid, 2006.

obliga a aparcar por un tiempo su Persiles, su gran proyecto de pudiera conocer en El Toboso? Son los mimbres para construir Chartier, Roger, Cardenio entre Cervantes y Shakespeare, Madrid, Gedisa, 2012.
narrativa culta, y dar rienda suelta a su pluma para acabar la a Dulcinea del Toboso. ¿Un Sancho que aparece firmando en
Claramonte, Andrés de, Estrella de Sevilla, ed. de Vern G. Williamsen y J. T.
segunda parte del Quijote, ese vulgar y menospreciado libro unos documentos de la época? Pues, aquí está el origen del Abraham, Biblioteca digital de la Association for Hispanic Classical Thea-
de caballerías, que publica por el mes de octubre de 1615. escudero… Lecturas y necesidades –que nada dicen de la capa- ter <http://www.wordpress.comedias.org/play-texts/>
Y esta imagen condensada en los tres últimos años de cidad creativa y literaria de Cervantes, autor de más de 30.000
Ertler, Klaus-Dieter y Alejandro Rodríguez Díaz (eds.), ElQuijote hoy. La ri-
su vida, en la publicación de la mayor parte de su obra, la versos y de varias novelas, cuentos y obras de teatro además queza de su recepción, Madrid / Frankfurt, Iberoamericana / Vervuer, 2007.
más genial, sin duda, se ha convertido en una sombra que del Quijote-, de la que ya se reían y hacían chistes algunos de García López, Jorge, Cervantes. La figura en el tapiz, Barcelona: Pasado &
Presente, 2015.
oscurece y mediatiza sus más de sesenta años anteriores de los cervantistas más ingeniosos y enloquecidos del siglo XIX
vida. Esta sombra del Miguel de Cervantes personaje, del como el Doctor Thebussem o Díaz de Benjumea. Pero quizás Gonzalo Sánchez-Molero, José Luis, La Epístola a Mateo Vázquez: historia
de una polémica literaria en torno a Cervantes, Alcalá de Henares, Centro de
mito que se construirá en los siglos siguientes, ha tamizado no haya que irse tan lejos, pues durante el año 2016, como no Estudios Cervantinos, 2010.
al hombre, ha convertido al hombre Miguel de Cervantes en podía ser de otro modo, los titulares de prensa se han llenado
Hartau, Johannes, Don Quijote in der Kunst, Mann Verlag, 1987
un mero instrumento de su literatura, de sus ansias de fama, de noticias que dan cuenta de nuevos documentos donde es
de una segunda vida. ¡Y bien que ha triunfado Miguel de posible encontrar el origen de la aventura de los molinos de Lucía Megías, José Manuel (ed.), Amadís de Gaula: 1508-2008: quinientos
Cervantes después de muerto! Ahora ha llegado el momen- viento (un hidalgo enfadado que da un golpe a uno de ellos…), años de libros de caballerías, Madrid, BNE, 2008,

to de volver al Miguel de Cervantes de carne y hueso, al que o de tantos otros episodios y personajes ideados, inventados Lucía Megías, José Manuel, La juventud de Cervantes. Una vida en construc-
realmente vivió. Y solo desde esta perspectiva, la del hom- por Miguel de Cervantes en su obra universal. ción, Madrid, Edaf, 2016.
bre que vive –y entre otras cosas, escribe- durante los Siglos Solo desde la reivindicación de Miguel de Cervantes Lucía Megías, José Manuel, La madurez de Cervantes. Una vida en la Corte,
de Oro, en una época de transición y cambios en relación como un hombre y un escritor de su tiempo, en un diálogo Madrid, Edaf, 2016.
al estatus de la propia escritura, será posible comprender continuo con su época en crisis y en transformación, en una Martín Cepeda, Patricia, Cervantes y la corte de Felipe II, Madrid, Polifemo, 2015.
realmente al Miguel de Cervantes escritor, a ese Miguel de vida que tan solo en los últimos años se vuelca en la escri-
Cervantes que aún sobrevive en sus obras, que le ha consoli- tura, en la que el Quijote no deja de ser una obra marginal, Mayans y Siscar, Gregorio, Vida de Cervantes (1738), con estudio introducto-
rio de Antonio Mestre, València, Consell Valencia de Cultura, 2006.
dado como el mito del genio creador. como marginal también será su posición en las nuevas re-
Dos han sido los factores que han condicionado, que han glas económicas alrededor de las letras en los Siglos de Oro, Sliwa, Krzysztof, Documentos de Miguel de Cervantes Saavedra, Pamplona,
Ediciones Universidad de Navarra, 1999.
caracterizado a lo largo del tiempo la imagen de Miguel de podremos encontrar el camino para conocer un poco mejor
Cervantes hombre, de los acercamientos biográficos sobre al Miguel de Cervantes hombre. A ese hombre que fue capaz Sliwa, Krzysztof, Documentos cervantinos. Nueva recopilación; listas e índices,
New York, Peter Lang, 2000.
Cervantes: por un lado, la reivindicación de Cervantes como de dejar en sus obras las huellas necesarias para la creación
“autor del Quijote”, convertida ya esta obra en un mito, sin nin- de un personaje –aquel que quería dar de sí mismo para ob- Sliwa, Krzysztof, Vida de Miguel de Cervantes Saavedra, prólogo de Kurt Rei-
gún anclaje y relación con el género literario en que se fra- tener beneficios en sus pretensiones cortesanas o literarias-, chenberger, Kassel: Reichenberger, 2006.

guó y gracias al que obtuvo su primer éxito en Europa, como y que, con el paso del tiempo, y la apuesta decidida de los es- Vega Cernuda, Miguel Ángel (ed.), ¿Qué Quijote leen los europeos?, Madrid,
fueron los libros de caballerías; y por otro, al extraerlo de su critores ingleses en el siglo XVIII, se ha consolidado como un UCM, 2005.
tiempo histórico, un tiempo en que la literatura española era mito, el Miguel de Cervantes genio creador, que nos siguen
central en el ámbito europeo y estaba inmersa en una serie convocando, desafiando a los cuatrocientos años de haber
de cambios trascendentales en la propia concepción de la fi- sido enterrado el hombre.
la corrupción política, la bancarrota de 1607, la expulsión de especia de pacto de no agresión, un acuerdo no escrito que
los moriscos... Todos los datos nos hablan de un mundo en confinaba a cada gigante a su área de influencia. Ésta, por
crisis. No cabe duda de que los problemas fueran inmensos, su parte, mantenía un trato de privilegio con los persas, a los
pero ¿qué opinaba en realidad de todo eso un hidalgo en que enviaba dinero para alentar su revuelta contra la Subli-
1616? Se nos ha dicho hasta la saciedad que el Quijote es el me Puerta. Persia para Estambul era algo así como Flandes
testigo perfecto del ocaso del Imperio, el relato de cómo el para Madrid.
idealismo, tan presente en el principio de la historia, se torna Continuaba, además, el conflicto con Venecia -ahogada
en pesimismo feroz para acabar en una profunda melanco- entre dos fuegos por los piratas uscoques, financiados tam-
LAS REGLAS DEL JUEGO DE EL lía. Entonces, ¿pensaba realmente Cervantes en sus últimas bién por la Corona Hispánica, y la beligerancia del duque de
INGENIOSO CABALLERO horas que el Imperio de la Monarquía Hispánica, cuyas po- Osuna, virrey de Nápoles- y se mantenía una guerra abierta
sesiones se extendían por más de medio mundo, había lle- con los piratas berberiscos del norte de África, espacio de
gado a su fin? En ningún sitio he leído que Cervantes fuera constantes referencias cervantinas.
un visionario, ni un profeta, así que no, no lo creo. Por lo que respecta a las Provincias Unidas, abandonadas
Alfonso Mateo-Sagasta *** En julio del año 2015 falleció E.L. Doctorow, el gran no- por Francia e Inglaterra y exhaustas también tras tantos años
Escritor velista norteamericano autor de obras como Billy Bathgate, de guerra, firmaron una tregua de doce años en 1610. No es-
A partir del Romanticismo, la historiografía tradicional es- Ragtime y La gran marcha, y tampoco creo que, a pesar de su taba nada claro cuál sería su futuro, ni se vislumbraba aún
Conferencia leída por primera vez el 10 de noviembre de 2016 en las IX pañola identifica el tiempo de don Quijote -coincidente punto de vista crítico sobre el mundo que le tocó vivir, mu- el final definitivo del conflicto, pero un cambio importante
Jornadas Cervantinas de Azul, en el marco del X Festival Cervantino de la con el reinado de Felipe III- con una idea triste, melancólica riera pensando en la terrible e imparable decadencia de Es- había tenido lugar. Felipe III daba muestras de considerar la
Argentina “Azul soy Quijote”. y decadente de la Monarquía Hispánica. Incluso hay quien tados Unidos. Y eso que aún no había ganado Trump la pre- revuelta de Flandes como un tema de política exterior en el
convierte al personaje en el retrato del alma de la cultura sidencia, tras una campaña electoral basada en negar todos que era necesario negociar, más que en un asunto de política
española que, para desencanto nacional, resulta ser un viejo los valores que en su día ensalzaron los padres de la patria al interior cuya única solución pasaba por imponer una férrea
Queridos amigos, mi campo de estudio no es la filología. Soy hidalgo loco y cansado con las armas teñidas de orín. Como fundar la nación. disciplina. En cualquier caso, el titular y gobernador de ese
historiador de formación y escritor de profesión, y me pre- diría Azaña, Cervantes “dramatiza una crisis nacional”, y de Es cierto que la situación que presentaba la Monarquía territorio ya no era Felipe III sino los príncipes Isabel Clara
sento ante ustedes como autor de una trilogía protagoniza- esa idea no nos hemos apeado en el último siglo. Hispánica entre 1604 y 1614 era dramática, pero para medir Eugenia y su esposo Alberto, y aún no estaba claro qué futu-
da por un personaje llamado Isidoro Montemayor, y más en Desde mi punto de vista, el problema radica en que des- el alcance real de su crisis creo que es importante levantar la ro esperaba a esa fórmula de separar Flandes del resto de la
particular por el primero de sus volúmenes, Ladrones de tinta, de que Cánovas del Castillo acuñara a finales del siglo XIX la cabeza y echar un vistazo a su alrededor. ¿En qué situación Corona.
cuya trama gira en torno a la búsqueda de Alonso Fernández división de “Austrias mayores”, para definir a Carlos I y Felipe estaban sus vecinos? ¿Cómo les iba a sus enemigos? Y no olvidemos al Imperio, regido por la rama oriental de
de Avellaneda. II, y “menores”, para referirse a Felipe III, Felipe IV y Carlos II, Desde el asesinato de Enrique IV (1610), Francia estaba la familia de los Habsburgo, siempre falto de hombres y re-
La trilogía -Ladrones de tinta, El gabinete de las maravillas y la Historia de España se ha narrado como una larga y lenta sumida en una profunda crisis institucional, arruinada y cursos para asegurar las fronteras terrestres con los otoma-
El reino de los hombres sin amor- se extiende a lo largo de un decadencia que se desarrolla a lo largo de casi cuatro siglos. abocada a una larga guerra civil. El problema religioso ame- nos y para mantener la lucha contra los protestantes. Duran-
período que va de verano de 1614 a otoño de 1615, desde la ¡Cuatro siglos! Pero, ¿es eso posible? Si hasta los refranes po- nazaba con rebrotar con renovada virulencia, los príncipes te todo el período mantuvieron la mano tendida y abierta
publicación del Quijote apócrifo hasta la de la segunda parte pulares, tan del gusto de Sancho Panza, afirman que “no hay de sangre aspiraban a ocupar el trono y la regente María de permanentemente hacia sus primos de Madrid, y no como
del de Cervantes, y casi se podría decir que hasta el final de mal que cien años dure”, o “de aquí a cien años todos calvos”, Médici no vio otro camino para sostener a su hijo Luis XIII, señal de amistad.
su vida. Políticamente, se desarrolla en el centro de lo que ¿cómo se puede seguir defendiendo que España arrastra su aún niño, en el poder, que acercarse a la Corona española. En En definitiva, todos tenían graves problemas económicos
se vino a llamar la Pax Hispánica -mal comparándola con la decadencia desde hace cuatrocientos años? ese ambiente se acordaron los dobles esponsales reales de y sociales. La crisis no era patrimonio exclusivo de la Monar-
Pax Romana de Augusto-, un período inusitado de paz en Decididamente, pienso que el relato histórico no está Luis XIII con Ana de Austria, y Felipe de Austria, futuro Felipe quía Hispánica, sino del mundo del siglo XVII.
Europa que duró doce años desde la firma de la tregua con equilibrado. Si no, díganme: ¿por qué Felipe II, que mantuvo IV, con Isabel de Borbón, que se materializaron en 1615. Desde mi punto de vista, la Historia no es más que un re-
la Provincias Unidas en 1610. Literariamente, transcurre en una guerra constante en todos los frentes, se declaró tres ve- En Inglaterra reinaba Jacobo I desde la muerte en 1603 lato razonado y coherente del pasado, una sucesión de cau-
el corazón del afamado Siglo de Oro español, un tiempo en ces en bancarrota e hipotecó el futuro de sus reinos, es un rey de la reina Isabel. Lo primero que hizo el nuevo monarca fue sas y efectos que, dispuestas en el orden adecuado, adquie-
el que coincidieron, con diferentes edades, las mayores lu- “mayor”, mientras que su hijo, que sufrió sólo una bancarrota alejarse de las Provincias Unidas e intentar frenar la hemo- ren tintes de veracidad. Y en lo que atañe al relato oficial, a
minarias de las letras en nuestra lengua, y en el que acabó y logró un período inimaginable de paz sin perder ni uno sólo rragia financiera que la política belicista de su antecesora Felipe III le ha tocado la peor parte. Sin embargo, opino que
germinando una nueva forma de escribir con reglas que aún de sus territorios, es “menor”? Además, los textos de la época había abierto en las arcas reales. En 1604 firmó con Felipe la Monarquía Hispánica del siglo XVII no es la España que
hoy seguimos intentando desvelar. no destilan esa sensación de hundimiento de la Monarquía, III la paz de Londres, y desde entonces buscó el modo de li- describe Unamuno, ni mucho menos. Los españoles somos
El objeto de estas páginas es contar, antes que nada, y aunque no faltaron voces críticas, tampoco fueron más nu- garse a la Corona Hispánica mediante el enlace de su hijo todavía herederos de una visión sesgada por la generación
cómo y en qué tono decidí narrar un período tan controver- merosas que durante el gobierno de sus antecesores. Carlos con la infanta María. del 98, que se vio forzada a explicar y justificar aquel pre-
tido históricamente, y después exponer la forma que encon- No pretendo negar los graves problemas que aquejaban El Imperio Otomano, presionado en sus fronteras terres- sente, la tan sentida pérdida de los últimos girones del Im-
tré de dar otra vuelta de tuerca a ese invento tan cervantino a la Monarquía Hispánica: la peste que asoló de norte a sur tres con Austria, Moldavia, Valaquia, Azerbaiyán y el Cáuca- perio de ultramar, pero por fortuna esos condicionantes han
de mezclar la verdad con la mentira, la realidad con la fanta- la Península a principios de siglo, el dramático descenso de- so, había cejado en su política de expansión por el Medite- desaparecido y podemos intentar narrarnos de otra manera.
sía, la vida con la ficción. mográfico, el abandono de los campos por la presión fiscal, rráneo y había establecido con la Monarquía Hispánica una A estas alturas, ya no parece lógico pensar que los súbditos
de Felipe III creyeran estar al borde del abismo, al menos no neda, porque además de novela histórica, Ladrones de tinta cautivo en galeras, y es posible que circulara en manuscrito, de alguna forma se viera reflejado en las obras que estaban
más que un francés, un inglés, un alemán o un italiano. nace como novela negra y como thriller policial. Creo que de e incluso que Cervantes la hubiera leído antes de escribir su escribiendo en ese momento, o incluso que influyera direc-
De modo que esa fue mi primera premisa cuando decidí negro tiene la descripción de aquella sociedad en todos sus novela y le hubiera molestado algo de lo que allí ponía. Sea tamente en su gestación.
escribir Ladrones de tinta: retratar un mundo donde seguro grados de corrupción, y de policial, la estructura narrativa. como fuere, Pasamonte aparece como instigador de la hu- En el relato Kafka y sus precursores, incluido en el volumen
que alguien sonrió al menos una vez en cuatrocientos años. La trama gira en torno a la búsqueda de autor del Quijote millación de don Quijote después de que éste lo liberara de Otras inquisiciones, Jorge Luis Borges plantea la paradoja de
“No hay mal que cien años dure”, decía el refrán popular, “ni apócrifo, acusado de un crimen dudoso, ya que no hay un sus cadenas, y además es quien roba el rucio a Sancho. En la que cada escritor “crea” a sus precursores, es decir, que cada
cuerpo que lo aguante”, apostilló rápidamente el vulgo, o muerto de por medio y el robo es discutible puesto que en segunda parte volverá a aparecer, pero disfrazado de titirite- nueva obra modifica nuestra concepción del pasado hacién-
mejor aún: “... ni pena que el chocolate no cure”. la época no existen los derechos de autor. Quien lo busca es ro con un mono adivino. donos ver detalles que, de otro modo, habrían pasado inad-
Isidoro Montemayor; bachiller, presunto hidalgo, corrector Francisco de Quevedo es sospechoso por ser el secretario vertidos. En el caso de Kafka, pone como ejemplo de precur-
*** en la imprenta de Cuesta, gacetillero y sobre todo encargado de don Pedro Téllez Girón, duque de Osuna, tal vez aquel sores a Zenón y su paradoja, a Han Yu y la literatura china y a
del garito ilegal que Francisco de Robles tenía en el sótano “señor muy pequeño que dicen que era muy grande”. En la Kierkegaard y sus parábolas religiosas. Pero lo curioso de la
En cuanto a lo literario, propongo dos juegos que tienen que de su librería de la calle Santiago. novela juego con la posibilidad de que don Pedro, en plena idea es que sin Kafka no leeríamos igual a esos autores, no
ver con la identidad de Alonso Fernández de Avellaneda y Pero, ¿quién fue Avellaneda? campaña de sobornos para hacerse con el virreinato de Ná- los trataríamos como precedentes y su papel en la historia
con la nueva forma de narrar que inventa Cervantes en su De la veintena de sospechosos que el cervantismo ha ba- poles, se viera retratado en la figura del malvado y traidor de la literatura universal sería distinto. En definitiva, es otra
segunda parte del Quijote. rajado en los últimos doscientos años, he elegido a los más don Fernando, el burlador de Dorotea y culpable de las des- forma de plantear que un texto no se escribe sólo una vez,
Pero antes de desarrollar estos dos aspectos, permítanme importantes según mi criterio, y siempre en interés de la his- gracias de Luscinda y Cardenio. En ese contexto, Quevedo sino que se reescribe con cada lectura, y ésta, a su vez, está
que insista en un detalle que he comentado al principio de toria principal. El primero, como no podía ser de otro modo, aparece como la herramienta necesaria para lavar su ima- condicionada por las nuevas escrituras.
esta charla, la idea de que el mundo que se describe en el es Lope de Vega: dramaturgo de éxito reconocido, sacerdo- gen y de paso desprestigiar a Cervantes, cercano por enton- Como dice Borges, la idea de “precursor” implica una lógi-
Quijote ni es ni pretende ser un retrato realista de España. te y ministro del Santo Oficio, de quien Avellaneda se erige ces al conde de Lemos. ca lineal, se le llama así a alguien o algo que precede a otro,
Es ante todo, literatura, ficción literaria. ¿Ustedes creen que paladín. Lope pudo sentir deseos de vengarse de Cervantes El último de los elegidos es Fray Gabriel Téllez, Tirso de Mo- alguien cuyas ideas abren el camino a los que le siguen, y La-
España era un país de pícaros porque allí nació y floreció la por muchos motivos: por las alusiones burlescas que escon- lina, en este caso debido a las presuntas críticas que Cervantes drones de tinta intenta dar una vuelta de tuerca al argumento
novela picaresca? ¿No les parece posible que el éxito popular de el prólogo y los poemas iniciales del Quijote; por la crítica vierte en el prólogo de las Novelas Ejemplares, o como diría Ave- borgiano al convertir un texto del siglo XXI en oculto precur-
del lazarillo de Tormes, de Guzmán de Alfarache, de Estebanillo al Arte nuevo de hacer comedias y a La Arcadia; por las posibles llaneda, en las novelas “más satíricas que ejemplares”. sor de algunas de las obras maestras de nuestro Siglo de Oro.
González o de Marcos de Obregón se debiera, precisamente, a bromas a Camila Lucinda, su musa del momento, y por la Como es lógico, y se espera de toda novela policíaca, al Una de las obras que se ve afectada por Isidoro es Fuen-
todo lo contrario? Quizás el personaje del pícaro tuvo tanto supuesta relación de la primera salida de Don Quijote con final se da una solución al enigma, tan acertada o errónea teovejuna. Montemayor conoce a Lope de Vega cuando éste
éxito porque era raro, diferente. ¿Acaso las mujeres del siglo el Entremés de los romances y los velados paralelismos de éste como cualquier otra. En realidad, poco importa quién fue busca desesperado una idea para una comedia que le acaba
XVII se comportaban en la vida real como lo hacían en las co- con el turbulento episodio que reunió a Elena Osorio, los co- Avellaneda, casi es mejor no saberlo. En este caso, la duda de encargar don Pedro Girón, duque de Osuna, en descargo
medias de Lope? ¿Es que se ha visto alguna vez en la Mancha mediantes Velázquez y Porres, el conde de Cantecroix e Isa- genera más riqueza que el conocimiento. ¡Cuántas buenas de su antepasado don Rodrigo Téllez Girón, Gran Maestre de
una venta frecuentada por una parroquia como la de Juan bel de Urbina. De lo que no cabe duda es de que a Lope no le obras habríamos perdido, cuántos ratos de feliz discusión la Orden de Calatrava. El asunto es que don Rodrigo cometió
Palomeque? Les recuerdo que allí coinciden Dorotea, que gustó el Quijote, y si no de su mano, la idea de que el apócrifo si desde el principio hubiéramos sabido quién mató a Ken- el error de tomar partido a favor de Juana la Beltraneja en
“no es persona humana sino divina”; Luscinda, de “hermo- surgió de su entorno tiene muchas papeletas. Al menos, eso nedy! contra de Isabel en la guerra civil que asoló Castilla tras la
sura incomparable y un rostro milagroso”; Lela Zoraida, “un deja entrever en la novela Baltasar Elisio de Medinilla. muerte de Enrique IV, y aunque acabó cambiando de bando
rostro tan hermoso que Dorotea la tuvo por más hermosa El entremés de los romances sirve también para meter a Luis *** y muriendo por la reina correcta, ese borrón familiar podría
que Luscinda, y Luscinda más hermosa que Dorotea”; y la de Góngora en el enredo, jugando con la delicada red de afectar a las aspiraciones políticas de su lejano descendien-
joven Clara, “tan bizarra, tan hermosa, tan gallarda”... ¡Pero amistades del sacerdote, racionero y solicitante, tal y como El segundo juego literario de Ladrones de tinta está más rela- te. Lope está cansado y con la mente en blanco, y es Isidoro
si más que una venta parece un desfile de Victoria’s Secret! aparece en Ladrones de tinta. Aprovecho a este respecto el cionado con la esencia de la literatura, o como dije al empe- quien, después de consultar la Chronica de las Tres Órdenes, de
Claro, que no es venta -podrían argumentar-, es castillo. uso a lo burlesco que Góngora hace de los versos de Lope zar, con la propuesta cervantina de mezclar verdad, mentira, Rades y Andrada, le da la idea de centrarse en los sucesos de
Pero no. La literatura no es la vida real. No es Historia, y que aparecen en el entremés. Me refiero por ejemplo al realidad, fantasía, vida y ficción. Fuenteovejuna y culpar al comendador Fernán Gómez de
como no es Historia La Ilíada. La colección de beldades, el La- “acuérdate de mis ojos, que tantas lágrimas vierten, a fe que Creo que todos los autores escribimos sobre nosotros Guzmán, tanto de la elección de bando como del sangriento
zarillo de Tormes, el Guzmán, don Quijote y Sancho son per- lágrimas suyas pocas moras las merecen”, reconvertido en mismos. Sea cual sea el género de nuestras historias, habla- saqueo de Ciudad Real. Le sugiere, además, achacar los erro-
sonajes, producto de la mente de sus creadores, y si tuvieron “acuérdate de mis ojos que están, cuando estás ausente, en- mos de nosotros mismos, de lo que somos y de lo que nos res del Gran Maestre a su juventud -don Rodrigo contaba
tanto éxito no creo que se debiera a que eran un dramático cima de la nariz y debajo de la frente”, que tantas carcajadas rodea, de lo que nos preocupa y nos anima. Y lo mismo vale dieciséis años cuando entró en Ciudad Real a sangre y fue-
retrato de la triste realidad, sino porque ofrecían una fanta- debieron de arrancar en su momento. para los autores del Siglo de Oro. De hecho, no resulta extra- go-, a la soledad y los malos consejos. Para rematar la trama
sía divertida y diferente de lo cotidiano y porque hacían reír Otro sospechoso de peso es Jerónimo de Pasamonte, el ño rastrear hechos y lugares reales en sus obras, personajes y redondear la maldad del comendador y convertirlo en un
y soñar. más evidente de los “sinónimos voluntarios” -Ginés de Pa- que existieron y que aparecen con el nombre cambiado o perfecto tirano, le recomienda ligarlo también a uno o varios
Literatura, siempre literatura. samonte- que aparecen en la primera parte de El Ingenioso disimulado, situaciones de la vida real. Por eso me pareció casos de estupro, tal y como él mismo aconseja en el Arte
Vuelvo a los juegos. hidalgo..., a quien Cervantes coloca en una cadena de galeo- lógico que si Isidoro Montemayor, protagonista de Ladrones nuevo de hacer comedias. Y funciona. Funciona como un reloj.
El primero, como he dicho, está relacionado con el miste- tes por ladrón. Ya por entonces había escrito Pasamonte su de tinta, entraba en contacto con esos autores, hablaba con Pero Fuenteovejuna no es la única comedia de Lope inspira-
rio que rodea la identidad de Alonso Fernández de Avella- biografía en la que hablaba de los dieciocho años que pasó ellos e interactuaba en su medio, sería razonable pensar que da por Montemayor. Ya casi al final de la larga gaceta que es
Ladrones de tinta, Isidoro contará al Fénix su propia historia con rada de alguna forma su vida o su obra, pero ninguno tanto titiritero... Y sobre todo le sugiere el modo de responder a palatino y ante el embajador del duque de Saboya- antes de
la condesa de Cameros, el relato de un amor imposible entre como el mismo Cervantes. De hecho, Montemayor ya había su enemigo. Parece que Cervantes tenía previsto un prólogo desaparecer en el incendio que asoló el teatro del Glove de
un secretario y su noble ama quien, pese a sentir por él una metido mano en la primera estampa de la Historia del Ingenio- incendiario, pero Isidoro le convence de que no haga lo evi- Londres. Se la cita de nuevo en 1653, cuando el librero Mose-
atracción intensa, no se decide a rendirse al amor. Una his- so Hidalgo don Quijote de la Mancha en 1604, aunque de modo dente y lleve su respuesta al mismo texto, de modo que sea ley la inscribió en el Stationers’ Register, y no reaparece hasta
toria llena de ternura, de emoción y celos en la que el lector accidental. Sucedió que acababa de entrar a trabajar como un personaje del plagiario, don Álvaro Tarfe, quien jure ante 1728, año en que Lewis Theobald publicó una obra titulada
avisado verá el germen de El perro del Hortelano, aunque Lope, corrector en la imprenta de Cuesta, que por aquel entonces escribano que el don Quijote que él conoció era un falso imi- Double falsehood or the Distressed lovers, supuestamente cons-
para disimular, acabe llamando Teodoro al protagonista. estaba componiendo el primer Quijote a marchas forzadas, y tador y que el auténtico es el de Cervantes. truida a partir de tres manuscritos incompletos del Cardenio
Con Fray Gabriel Téllez coincide en un cigarral a las afue- fue él quien tuvo la idea de copiar la dedicatoria de los poe- La última influencia que apreciamos de Isidoro Monte- original. Para regocijo de los curiosos, en la ficción de Isidoro
ras de Toledo, en una velada en la que se representa ante los mas de Garcilaso al marqués de Ayamonte firmada por don mayor sobre la obra de don Miguel no está relacionada con la comedia de Shakespeare forma parte del regalo de Jacobo
invitados su comedia El vergonzoso en palacio. Isidoro le sugie- Fernando de Herrera en sustitución de la original perdida en el texto, sino con su recepción fuera de nuestras fronteras, y I a Ana de Austria por sus esponsales, y es entregada nada
re que narre todo aquello en un libro, cosa que el mercedario el marasmo de papeles de la imprenta. no aparece en Ladrones de tinta, sino en la tercera entrega de menos que por el joven Georges Villiers, futuro duque de
acabará haciendo en el Cigarral I. Por otra parte, entre los su- Cuando conoce a Isidoro, Cervantes es un hombre enfer- la serie, El reino de los hombres sin amor. Gira esta historia en Buckingham. Lo curioso es que de hacer caso a Isidoro Mon-
cesos protagonizados por el marqués de Barcarrota, los co- mo, desorientado y molesto. En la imprenta de Cuesta están torno a las dobles bodas reales entre la casa de Austria y la de temayor, don Quijote aparecía como personaje en la obra de
mentarios sobre Japelín el vengador -del cuento del soldado componiendo la edición de su Viaje al Parnaso, y el viejo es- Borbón que tuvieron lugar en el otoño de 1615. Ana de Austria Shakespeare, como lo hace en la versión española de Guillén
Bracamonte en el Quijote de Avellaneda-, y alguna anécdota critor siente que el tiempo pasa y le queda poco para ultimar se casó en Burgos por poderes con el joven rey Luis XIII de de Castro (Don Quijote de la Mancha, 1606?) y en la francesa
del conde de Villamediana, vemos perfilarse el personaje la que piensa que será su obra maestra, Los trabajos de Persiles Francia, y la hermana de éste, Isabel de Borbón, hizo lo pro- de Pichou (Les folies de Cardenio, 1628), poniendo en evidencia
del don Juan que acabará fraguando en El burlador de Sevilla. y Sigismunda. Porque, ¿qué otra cosa le queda por hacer? Dos pio en Burdeos con el príncipe de Asturias, el futuro rey Felipe la versión de Theobald, en la que no sale. Asimismo, vemos
Pero fray Gabriel debe a Isidoro un regalo mayor, y es que en- años antes había entregado a la imprenta sus Novelas Ejempla- IV. Luego, ambas cortes viajaron hasta el Bidasoa para inter- que las canciones Woods, rocks and mountaines y with endles
tre dimes y diretes, Montemayor le pondrá el sobrenombre res, y en la gaveta de su despacho sólo queda una carpeta con cambiar las princesas a la altura de la isla de los Faisanes. Tres teares, compuestas por Robert Johnson (1583-1633) e ignora-
con el que ha pasado a la historia: Tirso de Molina. un montón de comedias y entremeses que nadie ha querido cuadros espléndidos de Van der Meulen, Marucelli y Rubens das en el manuscrito de Theobald, también formaron parte
El trato de Isidoro con don Juan de Tassis, conde de Villa- representar y unos cuantos capítulos sueltos de la anunciada documentan y celebran tan importante acontecimiento. de la versión original de la obra.
mediana, correo mayor del rey, mariscal de campo del conde segunda parte del Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha Con ese trasfondo cortesano, asistimos a un encuentro de
de Lemos, amigo de Góngora y Cervantes, es más distante. -con la palabra “hidalgo” tachada y sobrescrita “caballero”-, Isidoro Montemayor, convertido para la ocasión en acompa- ***
Aunque poeta, Villamediana es un aristócrata puro, e Isido- que en realidad no sabe si alguna vez llegará a escribir. Pero ñante del conde de Lemos, con el embajador francés Nöel
ro vislumbra el aire profético de su Fábula de Faetón, el peligro Avellaneda ha venido a trastocarlo todo. Su continuación del Brûlart de Sillery. Entre otras cosas, hablan de la increíble En definitiva, lo que pretendo con la trilogía de Montema-
que acarrea acercarse demasiado al rey. Sin embargo, Mon- Quijote es ofensiva y exige una respuesta, aunque le pilla al lí- recepción en Francia de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la yor es jugar, porque pienso que ante todo Cervantes nos ha
temayor influirá sin quererlo en la fama de Villamediana, mite de sus fuerzas y sin apenas material en la recámara para Mancha, recientemente traducido por César Oudin, de las enseñado un juego del que, por suerte o por desgracia, y a
pues él será el artífice del lema de una venera por la que el construir un relato como el de diez años atrás. traducciones sueltas de Le curieux malvisé -El curioso imper- pesar de todo lo que los cervantistas han querido ver en sus
noble es recordado: “Más penado, menos arrepentido”. Lo Ese creo que es el verdadero milagro de los Quijotes, y per- tinente- y de la historia de Crisóstomo y Marcela, traducida obras, ni él tiene las reglas.
que Isidoro escribió para Micaela, la condesa de Cameros, donen la digresión. Cervantes escribió el primero como un ne- como Le meurtre de la fidélité et la défense de l´’honneur por Ni- Por mi parte, me conformo con ensayar una reconstruc-
acabará engordando la leyenda del seductor como una de- gocio rápido, con la mente y los cuatro sentidos puestos en el colas Boudouin. En el transcurso de la charla surge el tema ción del siglo XVII algo diferente de la tradicional -donde
claración de amor por la joven y hermosa Isabel de Borbón. teatro, y el segundo pensando en el Persiles. Los Quijotes para él de la situación de Cervantes, y el famoso comentario de que las palabras decadencia y crisis se llenan de matices-, y con
Algo parecido ocurrirá con la leyenda de Quevedo, au- fueron dos trámites, dos piedras en el camino. Pues bien, en la si es la necesidad la que le hace escribir, debemos rogar al incluir en un universo tan complejo como el Siglo de Oro es-
mentada por una broma de Isidoro. Cuentan que el párro- etapa final de su vida, será Isidoro quien le provea de la ener- cielo para que lo mantenga en ella, de modo que la pobreza pañol a un personaje como Isidoro Montemayor, que resulta
co de San Felipe, harto de que la gente orinara por la noche gía e ideas necesarias para culminar su pequeña venganza. le estimule el ingenio y nos enriquezca a los demás con sus no solo inspirador de la segunda parte del Quijote de Cervan-
contra los muros del templo, colocó allí una cruz con un car- En primer lugar, Isidoro informa a Cervantes de lo que se obras. Dicho encuentro es relatado con algunas variantes tes, sino fundador de la narrativa contemporánea.
tel que ponía: “No se orina donde está la cruz”. De creer lo dice en la calle de su libro: le comenta lo de los errores del en primera persona por Francisco Márquez de Torres en la Y digo que me conformo porque sigo sin ser capaz de
escrito en las gacetas de Isidoro, fue él quien cambio el cartel robo y aparición del asno, habla del robo de la espada de Aprobación de la segunda parte de El Ingenioso Caballero don responder a la pregunta fundamental que el Quijote ha
por otro en el que se leía: “No se ponen cruces donde se ori- don Quijote y de la necesidad de aclarar el destino final de Quijote de la Mancha, pero al parecer fue gracias a que Isidoro planteado a lo largo de los años a tantas generaciones de
na”, pero la ocurrencia tuvo mucho éxito, fue comentada y la famosa maleta con dinero que encuentran en Sierra Mo- se lo regaló y le animó a usarlo. estudiosos: ¿cómo se escribe un libro en el que cada lector
celebrada en todos los mentideros de la corte y adjudicada rena. Y al final de la novela, le cuenta gran parte de las aven- En cuanto a la recepción de la obra de Cervantes en Ingla- encuentra lo que busca?
inmediatamente por el vulgo a Francisco de Quevedo. turas que le han sucedido en el transcurso de sus pesquisas terra, Isidoro Montemayor no se centra en la traducción de
Otro caso es el de Vélez de Guevara, a quien Isidoro comen- en pos de Avellaneda, algunas de las cuales, debidamente Thomas Shelton en 1612, sino en The history of Cardenio, la co-
ta cómo le gustaría poder levantar los tejados de Madrid para pasadas por el tamiz de la mente de Cervantes, aparecerán media que escribieron Fletcher y Shakespeare, inspirada en
enterarse de qué ocurre en las casas, dándole así la clave para en la segunda parte del Quijote. Ese es el caso de la cabeza las desventuras amorosas de Cardenio, Luscinda, Fernando y
escribir El diablo cojuelo; o el de Alonso de Contreras, a quien parlante de Afrodita que Isidoro ve en el gabinete de mara- Dorotea que Cervantes narra a lo largo de varios capítulos de
sugiere que escriba la historia de su vida tras escuchar algu- villas del marqués de Hornacho, las “fuentes” de la marquesa la primera parte del Quijote. El Cardenio es otro de los gran-
nas anécdotas de su experiencia como corsario y levante. En de Hornacho, las ventajas de viajar en una burra preñada, des misterios literarios del Siglo de Oro. Sabemos que se
definitiva, todos los autores con los que trata Isidoro ven alte- el encuentro con Jerónimo de Pasamonte convertido en representó dos veces en 1613 -ante la reina Isabel y el elector
uñas, estando mirando al cielo; y otras veces se ponía
imaginativo, que no movía ni pie ni mano, ni aun las Todo esto que voy diciendo entre mí quisiera decírtelo
pestañas; tal era su embelesamiento (Coloquio de los a ti por los mismos términos con que lo voy fraguando
perros: 310). en mi imaginación, pero no será posible, porque la luz
de tus ojos, y más si me miran airados, ha de turbar mi
La imaginativa requiere del embeleso para esperar el mo- vista y enmudecer mi lengua. Mejor será escribírtelo
mento del hallazgo creativo, es decir, hallarse en arrebato o en un papel, porque las razones serán siempre unas y
con los sentidos cautivos. Estos escritores transitan entre las podrás ver muchas veces, viendo siempre en ellas
EL ESCRITOR EN momentos de agitación desesperada y momentos de quie- una verdad misma, una fe confirmada y un deseo loa-
L A P L U M A D E C E R VA N T E S tud, de abstracción para poder crear. ble y digno de ser creído; y, así, determino de escribirle.
Hacia el final de su producción, Cervantes nos habla de Quietóse con esto algún tanto, pareciéndole que con
otro proceso creativo que atraviesa el escritor, el de los bo- más advertido discurso pondría su alma en la pluma
rradores, ese crear versiones, o empezar a llenar la página que en la lengua. Dejemos escribiendo a Periandro y
Nieves Rodríguez Valle géneros a los se dedican estos escritores: autobiografía picaresca, en blanco, que no conducen a nada y se desechan. El autor vamos a oír lo que dice Sinforosa a Auristela (Persiles,
El Colegio de México épica, comedia, coloquio, traducción, metamorfosis españolas, primero del Persiles, es criticado en ocasiones por el Narrador II, 6: 313).
suplemento a la invención de las cosas, tragicomedias o libro que nos está contando la historia; una de esas veces, nos ha
Sólo a aquéllos de ingenio “caprichoso” se les debería permi- de aforismos, Cervantes se detiene en sus procesos creativos, los descrito un naufragio terrible, en el que la propia Auristela El Narrador nos cuenta cómo, encerrado en su aposento,
tir escribir libros, afirmó Huarte de san Juan en su Examen de momentos en que contemplan la hoja en blanco, los borradores se olvida de Periandro; nos deja sin saber qué ocurre al final al igual que el autor de su historia: “había tomado la plu-
ingenios para las ciencias. Para Huarte existen seres humanos que elaboran y los momentos de la inspiración donde todos los del primer capítulo del Segundo libro y comienza el siguien- ma y, de muchos principios que en un papel borró y tornó
parecidos a las ovejas, cuyo ingenio consiste en contemplar, imposibles se allanan. te con este comentario: a escribir, quitó y añadió, en fin, salió uno que se dice decía
y otros que se parecen más a las cabras, a éstos les llama in- En el Prólogo de la Primera parte del Quijote, el autor se desta manera” (Persiles,II, 6: 315). A Periandro le lleva la reali-
genios caprichosos: “conviene que haya [decía] en las letras presenta a sí mismo en el momento de la incertidumbre, el Parece que el volcar de la nave volcó, o por mejor decir, zación de la carta seis borradores; el Narrador nos transcribe
humanas algunos ingenios caprichosos que descubran a los momento en que debe prologar su creación; incluso descri- turbó el juicio del autor de esta historia, porque a este el limpio de la carta que, doblada, lleva para entregársela a
entendimientos oviles nuevos secretos de naturaleza y les den be la postura corporal: segundo capítulo le dio cuatro o cinco principios, casi Auristela. Pero, en cuanto la ve se olvida del papel e irrumpe
contemplaciones, nunca oídas, en que ejercitarse. Porque de como dudando qué fin en él tomaría. En fin, se resolvió la voz; pues la trama que fabrica Cervantes requiere que el
esta manera van creciendo las artes, y los hombres saben más Muchas veces tomé la pluma para escribirle, y muchas diciendo que […] (Persiles, II, 2: 282). protagonista interactúe y no sólo escriba sus pensamientos,
cada día” (Examen: 132). Cervantes tuvo, sin duda, esta clase de la dejé, por no saber lo que escribiría; y estando una pues esta conversación provoca su salida a las afueras de
ingenio, el caprichoso, compartiendo con las cabras la asun- suspenso, con el papel delante, la pluma en la oreja, La historia misma provoca que se turbe el juicio de quien Roma donde se lleva a cabo la narración de lo que ha empe-
ción de riesgos, los senderos escabrosos y no transitados para el codo en el bufete y la mano en la mejilla, pensando la crea y que el autor se plantee la duda de cómo continuar y zado in media res. Periandro no está escribiendo una ficción,
ascender a las cumbres. lo que diría, entró a deshora un amigo mío, gracioso y qué fin dar a lo que se va escribiendo. A diferencia del narra- sino que está viviendo, sintiendo y actuando gracias a otro
A lo largo de su obra, Cervantes no sólo reflexiona y propone bien entendido, el cual, viéndome tan imaginativo, me dor de una “verdadera historia”, este es un autor que planea escritor y sus borradores.
una nueva forma de hacer literatura, sino que la figura misma del preguntó la causa, y, no encubriéndosela yo, le dije que los episodios de su fábula y que, no sólo duda cómo desatar Para ser un escritor de ficción o un poeta, se requiere una
escritor es perfilada por su pluma, así como los procesos creati- pensaba en el prólogo que había de hacer a la historia los nudos que crea, sino que escribe opciones antes de re- capacidad que en la Antigüedad se creyó que provenía del
vos que atraviesa en la composición de su obra. Los personajes de don Quijote, y que me tenía de suerte que ni quería solverse por una. Además, el juego se multiplica cuando el exterior: la inspiración, esa “luz celeste, impulso divino o
escritores en la obra cervantina, cuyos libros están terminados o hacerle, ni menos sacar a luz así las hazañas de tan no- Narrador llega a tal omnisciencia que, incluso de la obra que movimiento sobrenatural, que excita al hombre a alguna ac-
en proceso, en manuscrito o en la imprenta, son, además de las fi- ble caballero (Quijote, I, Prólogo: 8). traduce, sabe sus avatares y sus borradores. ción buena” (DA), ese “estímulo que anima a labor creadora
guras autorales, como Cide Hamete: un delincuente reincidente La escritura no es sólo prerrogativa de los poetas, el deseo en el arte o en la ciencia” (DRAE). En el siglo xvi, Huarte le dio
condenado a galeras, un poeta enfermo internado en el Hospital Este momento se conceptualiza como ‘imaginativo’. Po- de escribir, de poner por escrito el entendimiento, de encau- una explicación fisiológica: cuando el cerebro se destempla
de la Resurrección de Sevilla, un joven dramaturgo que comparte nerse imaginativo, diría Huarte, equivale a la capacidad de zar la imaginativa, de desahogar el corazón y dar coherencia se entra en un frenesí creativo: “cuando el cerebro se pone
sus migajas con Berganza en el jardín de un morisco, un alférez abstraerse y liberarse del referente real, es decir, ser capaz a las ideas, también lo coloca en voz del protagonista del caliente en el primer grado, se hace el hombre elocuente, y
convaleciente, un traductor ambicioso, un humanista que guía de emanciparse de la realidad y de la mímesis (Cf. Orobitg, Persiles, y los lectores somos testigos, gracias de nuevo al Na- se le ofrecen muchas cosas que decir” (Examen: 107).
a don Quijote a la cueva de Montesinos, un poeta remendador p. 28); pues a la potencia de la imaginativa pertenece el arte rrador, de los borradores que elabora. Periandro, aunque no Algunos grandes escritores recientes nos han dejado su
de comedias que coincide con los peregrinos septentrionales de componer y la capacidad de crear y es una facultad in- es un escritor, decide que para ordenar sus pensamientos y propio testimonio acerca de su experiencia sobre este pro-
en una venta en Badajoz y un poeta peregrino. Algunos de ellos, terpretativa, pues permite entender e interpretar el mundo. poder expresarle a Auristela lo que siente es mejor hacerlo ceso. Borges, en el Prólogo de La rosa profunda (1975), nos
como afirma Jorge Edwards, “son literatos extravagantes, suave- La misma percepción tiene Berganza del mancebo que en- por escrito, pues así podrá decir lo que quiere sin turbarse y describe su momento de inspiración de esta manera:
mente obsesivos, agobiados por fijaciones mentales y propósitos cuentra en la huerta del morisco, quien: porque en la escritura las razones son siempre unas y claras;
absurdos” (p. 56), otros nos van mostrando la experiencia del está tratando de sobreponerse con el entendimiento a la En lo que me concierne, el proceso es más o menos in-
mismo Cervantes como escritor, en especial el último de ellos, Ocupábase en escribir en un cartapacio, y de cuando en destemplanza que acaba de sufrir en su ser, pues ya en Roma variable. Empiezo por divisar una forma, una suerte de
el poeta peregrino del Persiles. Además de sus intereses, obras y cuando se daba palmadas en la frente y se mordía las Auristela decide que se separen; así se dice a sí mismo: isla remota, que será después un relato o una poesía.
Veo el fin y veo el principio, no lo que se halla entre los las Aganipes con los charcos y arroyos de los caminos y ven- apariencia tan grandiosa se ha de perder? Imaginad primirse, y no en nombre mío, sino de su mismo autor,
dos. Esto gradualmente me es revelado, cuando los as- tas” (Persiles, III, 2: 442-443), precisamente aquí en un mesón vos desde aquí lo que parecerá en un teatro un Sumo que lo firmó de su nombre después de haberlo dicho.
tros o el azar son propicios. Más de una vez tengo que de Badajoz, no en el Parnaso, beberá la inspiración. Todo Pontífice con doce graves cardenales y con otros mi- Ésta es la limosna que pido y la que estimaré sobre
desandar el camino por la zona de la sombra (77). poeta, por su naturaleza y temperamento es capaz de salir nistros de acompañamiento que forzosamente han de todo el oro del mundo (Persiles, IV, 3: 630).
fuera de sí, enajenarse, presentir, adivinar, profetizar, decir traer consigo. ¡Vive el cielo que sea uno de los mayores
Para García Márquez el punto de partida de un libro es muchos indecibles y asombrosos; el calor y el furor son los y más altos espectáculos que se haya visto en comedia! Ahora, con este último escritor, tenemos con claridad la
una imagen visual. “En otros escritores, creo, un libro nace de elementos de que se vale la facultad imaginativa para la rea- (Coloquio de los perros: 310). definición cervantina del ingenio: curioso, con equilibrio en-
una idea, de un concepto. Yo siempre parto de una imagen” lización de la poesía; no sólo la enfermedad, sino el amor o tre Marte y Apolo-Mercurio, es decir, entre la pasión y el in-
(Mendoza, p. 26) y al preguntarle qué es para él la inspira- la ira constituyen estímulos para el poeta (Cf. Torre). Pero, Cervantes, además, añade al ingenio la experiencia telecto, la acción y la voluntad, la experiencia de vida como
ción, responde: “Yo no la concibo como un estado de gracia En el estudiante que comparte sus migajas con Bergan- vital de sus personajes, la experiencia vital del escritor. Para guerrero y la sublimación mediante la escritura, que se aviva
ni como un soplo divino, sino como una reconciliación con el zavemos cómo los procesos antes vistos: inspiración e incer- Huarte, el ingenio estaba determinado, ni la experiencia ni por la necesidad; un ingenio caprichoso que ofrece a los ovi-
tema a fuerza de tenacidad y dominio” (Mendoza: 34). tidumbre, pueden encontrarse juntos; cómo la inspiración el estudio podían modificarlo, para Cervantes, en cambio, les nuevos secretos de naturaleza y les da contemplaciones
Desconocemos el proceso creativo de Cervantes, pero nos que causa tanto gozo puede ser seguida de incertidumbre las experiencias, incluidas las desdichas, podían avivarlo. nunca oídas en que ejercitarse: invenciones “peregrinas y
ha dejado, a través de sus personajes escritores algunas lu- sobre cómo proseguir: Hasta aquí los personajes escritores y los géneros parti- nuevas”, a costa de la experiencia vital de los mismos per-
ces; por ejemplo, cuando somos testigos de la inspiración, culares que imitan han formado parte episódica de la na- sonajes que participan de la novela. Unión de las tres facul-
del instante en que el poeta que viaja con la compañía de Una vez me llegué junto a él sin que me echase de rrativa, pero cuando Cervantes los introduce en el Persiles tades: imaginativa, entendimiento y memoria; y en quien
recitantes ve descorrer el lienzo en que vienen pintados los ver; oílle murmurar entre dientes, y al cabo de un crea un nuevo y genial procedimiento; los dos escritores que vemos desarrolladas, no sólo la facultad imaginativa y la de
trabajos de Persiles y Sigismunda por las tierras septentrio- buen espacio dio una gran voz, diciendo: “¡Vive el Se- aparecen en la novela y sus obras en elaboración, tienen a la memoria, sino la del entendimiento en sus tres formas,
nales; así el Narrador exclama: ñor que es la mejor octava que he hecho en todos los la propia historia de los protagonistas como centro o como como nos dice Huarte: “es de saber que hay tres obras prin-
días de mi vida!” Y escribiendo aprisa en su cartapacio, partícipes, dichas obras proponen a su vez una síntesis de la cipales del entendimiento: la primera es inferir, la segunda
¡Válame Dios, y con cuánta facilidad discurre el ingenio daba muestras de gran contento; todo lo cual me dio novela de la que forman parte. distinguir, y la tercera elegir; de donde se constituyen tres di-
de un poeta y se arroja a romper por mil imposibles! a entender que el desdichado era poeta. Hícele mis El último personaje escritor cervantino y el más intere- ferencias de entendimiento”(p. 129). El poeta peregrino infie-
¡Sobre cuán flacos cimientos levanta grandes quimeras! acostumbradas caricias, por asegurarle de mi manse- sante de todos, se encuentra con los peregrinos en una venta re con su curiosidad que ha dado en una imaginación pere-
Todo se lo halla hecho, todo fácil, todo llano y, esto, de dumbre; echéme a sus pies, y él, con esta seguridad, “una jornada antes de Roma”, vestido también como pere- grina y nueva, distingue los colaboradores que muestran ser
manera que las esperanzas le sobran cuando la ventura prosiguió en sus pensamientos y tornó a rascarse la ca- grino, cuyo libro es de composición compartida. Dejémosle de ingenio y prendas y ha elegido esta forma de componer
le falta, como lo mostró este nuestro moderno poeta beza, y a sus arrobos, y a volver a escribir lo que había presentarse a sí mismo: a costa ajena. Para ello pide una limosna especial; como el
cuando vio descoger acaso el lienzo donde venían pin- pensado (Coloquio de los perros: 310). término aforismo es confuso, Periandro solicita ejemplos;
tados los trabajos de Periandro (Persiles,III, 2: 443). -[…] Yo, señores, soy un hombre curioso: sobre la mitad el poeta peregrino les cuenta que dos peregrinos españoles
Cervantes dota a sus personajes escritores del ingenio ca- de mi alma predomina Marte y, sobre la otra mitad, pasaron hace poco por ahí y, aunque no saben escribir, dicta-
En el poeta esta experiencia visual hace surgir el deseo de prichoso, o, por lo menos, los personajes afirma que lo po- Mercurio y Apolo; algunos años me he dado al ejerci- ron sus aforismos y sus nombres (Bartolomé el Manchego y
la composición, momento en que todo parece fácil; así, en el seen; sus obras parecen arrebatadas del frenesí creativo, en el cio de la guerra y, algunos otros, y los más maduros, en la Talaverana). A estos personajes los habíamos dejado atrás
presente de la narración, vemos cómo nace una idea: Quijote, el apasionamiento por su propia vida brinda a Ginés el de las letras; en los de la guerra he alcanzado algún en la historia y gracias a que dejaron este testimonio escrito,
de Pasamonte el calor suficiente para que surja el frenesí; en buen nombre y, por los de las letras, he sido algún tanto los personajes y nosotros sabemos que siguieron con su in-
Allí se vio él en el mayor [trabajo] que en su vida se ha- la parodia del escritor humanista personificada en el Primo, estimado: algunos libros he impreso, de los ignorantes tención de ir a Roma. El ejemplo ha quedado claro, cada uno
bía visto, por venirle a la imaginación un grandísimo el ingenio no aparece por ninguna parte, el entusiasta escri- no condenados por malos, ni de los discretos han de- irá escribiendo de su puño y letra y firmando la síntesis de su
deseo de componer de todos ellos una comedia, pero tor ofrece libros de utilidad para nobles enamorados y un pú- jado de ser tenidos por buenos. Y como la necesidad, experiencia a lo largo de su historia en la novela. No son afo-
no acertaba en qué nombre le pondría: si le llamaría blico amplio que se instruirá deleitándose con la explicación según se dice, es maestra de avivar los ingenios, este rismos a secas, son aforismos “peregrinos”, que son producto
comedia, o tragedia, o tragicomedia: porque, si sabía simbólica de las transformaciones y el origen de las cosas. En mío, que tiene un no sé qué de fantástico e inventivo, de la experiencia vital de los personajes.
el principio, ignoraba el medio y el fin, pues aún toda- el Coloquio de los perros la enfermedad del poeta del hospital ha dado en una imaginación algo peregrina y nueva y En la última posada antes de Roma, les sucede esta ma-
vía iban corriendo las vidas de Periandro y Auristela, sevillano lo ha llevado a componer en verso heroico lo que se es que, a costa ajena, quiero sacar un libro a luz, cuyo ravilla. En este juego compositivo, como lo define Egido, de
cuyos fines habían de poner nombre a lo que dellos se le olvidó decir al Arzobispo Turpín sobre el rey Arturo y otro trabajo sea, como he dicho, ajeno, y el provecho mío. El la obra haciéndose (635) Cervantes representa el proceso de la
representase (Persiles, III, 2: 443). suplemento de la Historia de la demanda del Santo Grial; el poe- libro se ha de llamar Flor de aforismos peregrinos; convie- escritura misma. Como afirma Brito:
ta de la huerta que está escribiendo esta comedia pretende ne a saber, sentencias sacadas de la misma verdad, en
En este poeta el frenesí creativo se produce porque ha lo más lejano a la mímesis, pues quiere que en su comedia se esta forma: cuando, en el camino o en otra parte, topo La escritura de la novela tiene lugar en el mismo palpi-
sido estimulado por el calor del deseo, prendado de la belle- represente el Papa con todo su sínodo, lo cual pretende recor- alguna persona cuya presencia muestre ser de ingenio tar sincrónico que la comedia o la selva de aforismos,
za de Auristela y viendo en el lienzo episodios extraordina- tar el autor (director) para quien escribe: y prendas, le pido me escriba en este cartapacio algún en un efecto calidoscópico que multiplica el número
rios por tierras remotas; ha encontrado sobre quién escribir dicho agudo, si es que le sabe, o alguna sentencia que de escritores de la escritura […]. La audacia del escritor
y una gran historia. Este poeta, a “quien la necesidad había Pues si me quita uno tan sólo –respondió el poeta-, así lo parezca, y, de esta manera, tengo apuntados más de (Cervantes) que escribe la escritura de autores secun-
hecho trocar los Parnasos con los mesones y las Castalias y le daré yo mi comedia como volar. ¡Cuerpo de tal! ¿Esta trescientos aforismos, todos dignos de saberse y de im- darios (poeta, peregrino), a su vez inductores de la es-
critura de otros escritores (los personajes) que escriben
y son escritos, nos devuelven a la infinita cadena de
escribas […] como metáfora de la vida (158). Obras citadas

El Narrador se suma en esta cadena compositiva, al pro-


poner un segundo título, que según él es más acorde: His-
Borges, Jorge Luis. La rosa profunda, en Obras Completas, vol. 3. Barcelona,
Emecé, 1989. C E R VA N T I S M O
Brito Díaz, Carlos. “‘Porque lo pide así la pintura’: La escritura peregrina en

DE DON QUIJOTE
toria peregrina sacada de diversos autores, con lo que el mismo
el lienzo del Persiles”, Bulletin of the Cervantes Society of America, 19. 7 (1997):
narrador es copartícipe también del libro en construcción 145-164.
del poeta.
Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha, ed. Francisco Rico. 2 vols. 3ª
Con los personajes escritores cervantinos podemos llegar ed. Barcelona, Crítica, 1999.
a la conclusión de que escribir requiere cierto grado de insa-
Cervantes, Miguel de. Novelas ejemplares, ed. Juan Bautista Avalle-Arce. 2
nidad, de frenesí, para “arrojarse a mil imposibles” y levantar vols. Madrid, Castalia, 2001.
quimeras sobre débiles cimientos. Además de que se escribe
Cervantes, Miguel de. Los trabajos de Persiles y Sigismunda, ed. Carlos Rome-
desde la experiencia, la vida de Ginés, la investigación libres-
ro Muñoz. 5ª ed. Madrid, Cátedra, 2004.
ca y de campo del Primo, o los trabajos por las islas septen-
trionales. Porque el ingenio creativo requiere algo más que Edwards, Jorge. “Lectores leídos, escritores contados”, Estudios públicos, 100
(Primavera 2005): 51-62.
la experiencia y el deseo o pasión por la propia historia, la
erudición o el amor, requiere que en el escritor se reúnan las Egido, Aurora. “La memoria y el arte narrativo del Persiles”, Nueva Revista de
Filología Hispánica, XXXVIII-2 (1990): 621-641.
tres facultades, el frenesí de la imaginativa, la calidad del en-
tendimiento y el poder de la memoria, como en el último de Huarte de San Juan, Juan. Examen de ingenios para las ciencias, ed. Esteban
Torre, Madrid, Editora Nacional, 1976.
los escritores cervantinos que se parece tanto a su creador.
Cervantes, como poeta peregrino, en su última obra nos Mendoza, Plinio Apuleyo. El olor de la guayaba. Conversaciones con Gabriel
muestra la síntesis de su experiencia como escritor, al per- García Márquez. Bogotá, La oveja negra, 1982.

mitir que sus personajes no sólo tomen la voz para contar, Orobitg, Christine. “Del Examen de ingenios de Huarte a la ficción cervan-
crear e inventar, sino también les da la pluma para dejarse a tina, o cómo se forja una revolución literaria”, Criticón, 120 (2014): 23-39.
sí mismos por escrito. Quién mejor que Cervantes, el padre Torre, Esteban. Sobre lengua y literatura en el pensamiento científico español de
de la narrativa, para mostrarnos sutilmente los devenires de la segunda mitad del siglo xvi. Sevilla, Universidad de Sevilla, 1984.
un escritor, sus procesos internos, develándonos quién es el
escritor y cómo se enfrenta a su tarea, con sus momentos de
inspiración, sus incertidumbres y sus borradores; compar-
tiendo su invención “peregrina y nueva”; de aquel que tuvo
un ingenio “fantástico e inventivo”, que fue un ingenio capri-
choso que nos dejó tantas contemplaciones.
expulsar a la minoría morisca (cap.54)– y la continuación de Nuestra Señora su madre; y esto, con tanto sentimiento,
la historia capítulos después (63-65) en una compleja trama que a mí me hizo llorar, que no suelo ser muy llorón. Y
amorosa que atañe a su hija Ana Félix y al joven hijo de un a fee que muchos tuvieron deseo de esconderla y salir
mayorazgo que la ha seguido en su destierro a Berbería. a quitársela en el camino, pero el miedo de ir contra el
Es decir que en los dos casos la “Historia” parece necesitar, mandado del rey los detuvo (II, 54, 1074-1075).
para ingresar al texto, el auxilio de la ficción más idealizan-
DEL PERSONAJE DE DON QUIJOTE te, como si lo real traumático solo pudiera ser aprehendido, La evocación de esta trágica escena adelanta la aparición
paradójicamente, desde un realce ficcional. Como si el trán- posterior de la morisca en el capítulo 63, a bordo de un bajel
A ZORAIDA Y ANA FÉLIX: ESCENAS sito entre moldes genéricos y la sistemática transgresión de procedente de Berbería que llega a las costas barcelonesas
C E R VA N T I N A S D E C O N V E R S I Ó N expectativas lectoras –algo señalado tempranamente por donde se hallan los protagonistas. Allí, entre los curiosos
Alicia Parodi (1995) para el caso de la historia del cautivo– se que se han juntado a presenciar la ejecución de la mujer
configurara como un modo posible de narrar la migración disfrazada de arráez, vuelve a aparecer Ricote, llorando
identitaria que supone la conversión de los personajes. amargamente al descubrir bajo aquel disfraz a su amada y
Clea Gerber explícito de la cuestión y enfocan el “escándalo ontológico” El episodio de Ricote plantea en relación con la historia perdida hija.
Universidad de Buenos Aires/CONICET del cambio –al decir de Étienne Gilson– aplicado en este del cautivo una nueva versión sobre la “otredad” de lo islámi- Cabe preguntarnos, teniendo en cuenta además que los
caso a la conversión religiosa. Uno es la historia de Zoraida, co: si en 1605 se trataba de un español en tierra extranjera, diez años que median entre la Primera y la Segunda parte
la mora que acompaña al capitán cautivo en su llegada a la quien lograba regresar gracias a la ayuda de la mora, ahora del Quijote significan la definitiva proscripción del elemen-
En este trabajo, propongo pensar la noción de “conversión” venta, y cuyo mayor anhelo es convertirse al cristianismo; el el relato se centra en un morisco expulso que retorna, en for- to árabe en tanto parte de la identidad española, por qué
como una categoría que excede la problemática religiosa otro, el relativo a Ricote y su hija, vecinos de la aldea de San- ma clandestina, a la que él considera también su patria: es Cervantes plantea una y otra vez este conflicto a partir de la
del tránsito entre diversos credos, a fin de ponerla en rela- cho, conversos de moros cuya ambigua constitución como decir, una inquietante figura del “otro entre nosotros”. Dice al figura de un padre y su hija.
ción con el eje de la transformación, central en la poética del “cristianos nuevos” se vuelve dramática ante la circunstancia respecto Márquez Villanueva: En principio, el vínculo paterno-filial hace foco sobre el
Quijote. Sigo en este punto la senda abierta por Ruth Fine de la expulsión. problema de la continuidad del linaje, lo cual resulta cen-
(2013, 2015) y Juan Diego Vila (2008) en sus acercamientos Un primer punto de contacto que tienen estas escenas es Ricote es un musulmán bautizado, que no sabe él mis- tral en estas historias, dado que la propia existencia de es-
al problema converso en esta novela, y mi propósito es de- que en ambas se introduce con fuerza en el relato el espesor mo si es o no cristiano, producto típico de lo que hoy tas hijas en la España aurisecular solo podría darse a costa
linear, en el breve espacio de que dispongo, una hipótesis de la Historia. Esto es especialmente evidente en el caso de llamaríamos un proceso de aculturación en marcha de acreditar una conversión eficaz, que negara la herencia
posible sobre los cambios que se registran entre el libro de la secuencia del capitán cautivo y Zoraida (capítulos 39-41 de […] Ni cristianismo ni Islam son para Ricote esenciales, paterna. A su vez, el hecho de que se trate de hijas mujeres
1605 y el de 1615 en relación con el tratamiento cervantino 1605), que supone la irrupción de datos, fechas y nombres porque lo que para él cuenta como un absoluto sin es lo que permite considerar la opción de “reescribir” la ge-
de esta cuestión. concretos –incluso el del soldado mentado como “un tal de fisuras es el amor a su familia y a la tierra que le vio nealogía mediante el matrimonio, ya que la descendencia
En principio, hay que subrayar que la cualidad transfor- Saavedra”– en un espacio configurado hasta entonces como nacer, acrecentado ahora por la expulsión y no al con- femenina se consideraba menos importante que la mascu-
mativa se hace presente en el Quijote desde diversos án- un discurrir anómico por los caminos manchegos. En cuan- trario (2010: 225). lina en lo tocante a la “limpieza de sangre”.01 Por otra parte,
gulos. Es, en efecto, la historia de un viejo loco que decide to al episodio de Ricote, se ha dicho que este morisco es el cabe pensar también que la posesión de un único heredero,
transformar su persona y devenir caballero andante, y don- personaje “menos artístico” de todo el Quijote, aludiendo al En efecto, el desarraigo y la pérdida de los vínculos familia- y por añadidura una mujer, resulta acorde a la construcción
de la matriz transformativa de su locura posibilita la conti- hecho de que con él la Historia reciente –y traumática– apa- res son un elemento central en la secuencia de Ricote, como de Agi Morato y Ricote como figuras marcadas por el signo
nua conversión de ventas en castillos, molinos en gigantes, rece en el texto (Márquez Villanueva, 1975). Sin embargo, lo eran también en la de Zoraida: la escena del abandono de la pérdida.
mozas del partido en doncellas, entre muchas otras. A su tanto el extenso relato de su vida que hace el capitán como de Agi Morato, el anciano padre que queda llorando y arran- Ruth Fine ha situado con inmejorable precisión la impor-
vez, el “protagonismo doble” construido en torno a su vín- el discurso de Ricote y el posterior desarrollo de la historia cándose los cabellos en la otra orilla, es ciertamente una de tancia que el problema de la filiación poseía en la historia
culo con Sancho supone una relación en la que ambos se de su hija están llenos de paradojas y puntos ciegos –bien las más patéticas del Quijote de 1605. En 1615, por su parte, de Zoraida y el capitán cautivo, que constituye a mi juicio un
transforman en el contacto con el otro. En su recorrido, esta señalados por la crítica– y mutan, sorpresivamente, en his- Sancho se topa con Ricote durante su camino de vuelta tras precedente para la reelaboración del tema en 1615.02 En efec-
dupla se encontrará además con diversos personajes que torias de complicadas aventuras de cariz bizantino. la fallida experiencia de gobierno en la ínsula Barataria, y es to, el desgarro familiar es un punto que une ambas historias,
desean convertirse en otra cosa de lo que son: estudiantes En efecto, la abigarrada narración de las peripecias y huida él quien evoca el cuadro de desolación de la minoría mo- aun cuando las conversiones a las que remiten son de signo
vestidos de pastores, doncellas devenidas actrices o incluso de Argel que hace el cautivo, quien al comienzo había presen- risca, relatándole a su vecino, exiliado tempranamente, los diverso. A diferencia de Ricote, en el caso de Zoraida la con-
el cura y el barbero, a quienes la búsqueda de un remedio tado su relato como un “discurso verdadero”, lleva al cura a ex- pormenores de la huida de su familia. El escudero se detiene versión está asociada a la libertad -no sólo porque ella elige
para su vecino enloquecido da la posibilidad de disfrazarse, pedirse sobre la veracidad de su historia en términos por de- en particular en la situación de la bella hija de Ricote: libremente convertirse, sino también porque con ello provo-
actuar como otros e inmiscuirse en un montón de historias más ambiguos, pues afirma que “a no contármelo un hombre ca la libertad del cautivo y los demás cristianos-, así como a
ajenas. Finalmente, se trata de una novela surgida toda ella tan verdadero como él, lo tuviera por conseja de aquellas que …séte decir que salió tu hija tan hermosa, que salieron la idea de respuesta a un llamado. Así explica a su padre el
de la transformación de los libros de caballerías, y que, a su las viejas cuentan el invierno al fuego” (I, 42). Por su parte, el a verla cuantos había en el pueblo y todos decían que proceso que está atravesando:
vez, transforma para siempre la historia literaria posterior. episodio de Ricote nos presenta el curioso contrapunto de un era la más bella criatura del mundo. Iba llorando y abra-
En este marco, destacan dos pasajes, pertenecientes uno al diálogo con grandes visos de realismo –el que mantiene este zaba a todas sus amigas y conocidas y a cuantos llega- Plega a Alá, padre mío, que Lela Marién, que ha sido
texto de 1605 y otro al de 1615, que proponen un tratamiento personaje con su vecino Sancho a propósito de la decisión de ban a verla, y a todos pedía la encomendasen a Dios y a la causa de que yo sea cristiana, ella te consuele en tu
tristeza…aunque quisiera yo no venir con ellos y que- formar parte del cuerpo místico de la Iglesia, cabe afirmar del protagonista acompaña a la de los moriscos, lo que el
darme en mi casa, me fuera imposible, según la priesa que los conversos desterrados son la progenie negada de la autor interpreta esto como el confronte entre un universo
que me daba mi alma a poner por obra ésta que a mí catolicidad contrarreformista. que se va desintegrando y la pretensión de inmovilidad y ri-
me parece tan buena como tú, padre amado, la juzgas Amén de la perspectiva teológica, es dable afirmar tam- gidez –basada en la unidad de la fe, la lengua y la nación- de
por mala. bién que las historias cervantinas que analizamos proble- la España de Felipe III.
matizan la noción de filiación –y con ello las cuestiones En relación con ello, hay que subrayar que el problema de
No obstante ello, aun en esta versión idílica de la conversión siempre asociadas de la herencia, la genealogía, y en gene- la libertad, desde luego central en la historia del cautivo, ver-
como la voluntaria respuesta a un llamado íntimo de cada ral, la identidad– en su dimensión más plenamente política. tebra también la de Ricote, y particularmente, su cruce con la
individuo, subsiste como problema el drama de la ruptura Los moriscos son, en efecto, la descendencia proscrita de Es- de amo y escudero. En efecto, en la Segunda Parte, en la que
familiar, representado en la figura de Agi Morato, el ancia- paña, el miembro que debe ser amputado del “cuerpo de la los protagonistas se hallarán “presos” de fuerzas externas que
no padre de la joven que queda arrancándose los cabellos, República”. Desde esta perspectiva, la historia de Ricote y su los burlan, ambos pronuncian al liberarse de ellas explícitos
arrastrándose por el suelo y llorando de dolor en la otra ori- hija, consumada ya, en 1615, la “solución final” del problema elogios a la libertad: Sancho al abandonar la “ínsula”, cuando
lla. Aún en la conversión idealizada de Zoraida, vemos que el morisco, abre angustiosas preguntas que afectan y resignifi- anuncia: “Abrid camino, señores míos, y dejadme volver a mi
asunto tiene en el Quijote un costado más sombrío de lo que can el modo de entender los vínculos y la filiación identitaria antigua libertad”(II, 53) y don Quijote al abandonar el palacio
a primera vista parece, pues, como señala Ruth Fine, pen- del todo social. ¿Quiénes son los hijos de España? ¿Cuál ha ducal, pues cuando alcanza de nuevo la campaña rasa “le pa-
sar la conversión implica reflexionar sobre la problemática de ser la madre patria de los moriscos, si Ricote manifiesta reció que estaba en su centro” y enuncia entonces su famoso
y el dolor del trauma: desde esta perspectiva, Agi Morato que “doquiera que estamos lloramos por España, que en fin, parlamento: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos
vehiculiza las voces de la fractura familiar, social, humana, nacimos en ella y es nuestra patria natural” (II, 54, 1072)? ¿Y dones que a los hombres dieron los cielos […] por la libertad,
las voces sin derecho a tener voz en la España del catolicis- cómo han de entenderse a sí mismos los cristianos viejos así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida,
mo tridentino (Fine, 2013). La misma autora llama la aten- como Gaspar Gregorio, que al decir de Márquez Villanueva y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede
ción sobre el hecho de que en la secuencia de la huida, Agi ha sido puesto en la historia como “viva prueba de que el venir a los hombres” (II, 58). En ambos casos, la experiencia
Morato es designado siempre como “el padre de Zoraida”, desgarro de los moriscos no se realiza sin arrastrar consigo ha hecho que los personajes conozcan sus límites y se liberen
enfatizando el peso de la filiación familiar, del deber, pero otros pedazos de entraña española” (1975: 330)? del “cautiverio” de las propias vanidades.
también del afecto. Hay que destacar que el texto cervantino testimonia una Cabe pensar entonces que el problema de la conversión,
Si cabe pensar a Zoraida en clave del paradigma total llamativa oscilación de las categorías identitarias a la hora de que se vuelve forzada y no libre en el pasaje de 1605 a 1615,
de los conversos en la España de Cervantes, tanto moriscos dar cuenta de la historia de los moriscos expulsos: si Zoraida puede relacionarse también con el paso hacia una trama
como judíos, como sugiere Fine (2013: 40),03 la historia de resultaba ser “ni mora ni cristiana”, a Ana Félix se la llama al- en la que los personajes resultan “forzados” por el entorno,
Ricote en 1615 proyecta sobre la de 1605 una sombra funes- ternativamente “mora”, “mujer cristiana” y “morisca cristiana”. en oposición a la fuerza transformativa que imprimía don
ta, pues ¿qué destino cabría imaginar para Zoraida, aquella Mención aparte merece el tratamiento del pronombre pose- Quijote a lo “real” en la Primera parte. La transformación en
mora ignorante del culto católico,04 e incluso del idioma sivo “nuestros”, que a todas luces ya no resulta eficaz para dar sentido amplio, y dentro de ella la conversión religiosa en
español, en vistas de la triste situación en que se halla Ana cuenta de posesión o pertenencia alguna: Ricote lo utiliza sentido estricto, experimenta un cambio de signo entre uno
Félix por el hecho de ser “de moriscos padres engendrada”, para reconocerse en y a la vez para diferenciarse del colectivo y otro libro: si en 1605 el hidalgo transformaba la realidad
pese a que declara “mamé la fe católica en la leche, criéme morisco, mientras que el narrador árabe Cide Hamete lo usa, circundante como parte de una libre elección y del llamado
con buenas costumbres, ni en la lengua ni en ellas jamás, a llamativamente, para identificarse con la perspectiva espa- del propio deseo (hermanándose en este punto con Zorai-
mi parecer, di señales de ser morisca” (II, 63, 1153)? ñola al señalar que “el arráez quisiera que dejaran los remos da), en 1615 las transformaciones degradadas que se van su-
El contraste entre Zoraida y Ana Félix nos deja ver, en el y se entregaran, por no irritar a enojo al capitán que nuestras cediendo son el recurso mediante el cual agentes externos
paso de 1605 a 1615, la progresiva intensificación del pro- galeras regía” (II, 63, 1150, destacado nuestro). Así pues, en manipulan la fabulación quijotesca y procuran controlar al
blema converso en la España del período. La sospecha que esta “peregrina historia” con mucho de novela bizantina, pero manchego. El problema de la conversión en cada libro resul-
se cierne sobre los “cristianos nuevos” y aún sobre sus des- asimismo en la España contrarreformista, las delimitaciones ta así un caso de especial interés para leer los cruces entre el
cendientes, 05 que desemboca finalmente en los decretos de entre categorías identitarias y la noción de pertenencia colec- texto y el extratexto, y da testimonio elocuente de la profun-
expulsión, implica, en palabras de Vila, la conformación de tiva se muestran como sumamente problemáticas. da melancolía que tiñe la Segunda Parte del Quijote, donde
“un oxímoron jurídico teológico”, pues “equivaldría a soste- Güntert (2007) se ha detenido sobre la estructura “en dos Cervantes esgrime, ante las violencias de lo real, la potencia
ner no sólo que la igualdad no se conseguía con el bautismo tiempos” de la historia de Ricote para llamar la atención so- transformativa de la literatura.
religioso sino también que, por sobre la sujeción espiritual, bre algo muy importante: la imbricación de este relato con
se constataba la prevalencia y la supremacía de un cuerpo y la transformación de Sancho (ya que el significado de la evo-
una sangre infecta que forjaba otro monstruoso” (Vila, 2008: lución interior del escudero tras la experiencia del gobierno
524). De este modo, y si tenemos en cuenta que el bautis- se revela por primera vez ante Ricote) y con el punto crucial
mo es el rito por el cual los hombres adquieren un segundo de la aventura de don Quijote, que es vencido en Barcelona
género de nacimiento, una “vida de hijos de Dios” y pasan a en el medio del suceso de Ana Félix. De este modo, la derrota
01 Según escribe el dominico fray Damián Fonseca en su Justa expulsión Obras citadas
de los moriscos de España: con la instrucción, apostasía y trayción dellos
y respuesta de las dudas que se ofrecieron acerca desta materia (Roma,
1612), en caso de que el marido fuera cristiano viejo “no afearía tanto la
Fine, Ruth (2013). “Desde el jardín de Agi Morato o el otro rostro de la
conversión en el Quijote”, en Juan Diego Vila (coord.), El Quijote desde su ¿ P O R Q U É C E R VA N T E S N O P R E S C I N D I Ó
mancha, pues las leyes y pragmáticas de España tienen mucha mayor
atención en género de limpieza, al padre, que a la madre” (apud. Márquez
contexto cultural, Buenos Aires, Eudeba, 39-58.
DE LAS NOVELAS INDEPENDIENTES EN
Villanueva 1975: 314).
02 Dice Fine: “Dos padres enmarcan el relato del cautivo. El primero,
Fine, Ruth (2015). “A vueltas con el parlamento de Ricote (Quijote, II, 54):
de la conversión y otras paradojas”, Monteagudo, N°20, 29-40. L A S E G U N D A PA R T E D E L Q U I J O T E ?
cristiano, de clase noble, pródigo, emergente del discurso oficial que
entroniza el linaje como dotador del ser. Padre que despide a sus hijos Güntert, Georges (2007). “Sancho y Ricote (II, 54)/ don Quijote y Ana Félix UNA LECTURA DEL COMIENZO DEL
varones con la bendición material de la herencia y el consejo pragmático
de la profesión masculina; es el emblema de la hispanidad cristiana y del
(II, 63-65): el episodio morisco contado en dos tiempos y su función den-
tro de la estructura del Quijote de 1615”, en Cervantes: narrador de un mundo CAPÍTULO XLIIII
poder estatal. El cuerpo no se desmiembra sino que se ensancha, impe- desintegrado, Vigo, Academia del Hispanismo, 171-184.
rialmente. Muy distinto es el segundo padre, el Otro, en el que se inscribe
el signo de lo arquetípicamente femenino, no sólo porque ha dado a luz Márquez Villanueva, Francisco (1975). “El morisco Ricote o la hispana ra-
a un único vástago –una hija–, sino porque sus marcas son las atribuidas zón de estado”, en Personajes y temas del Quijote, Madrid, Taurus, 229-335.
al débil, al silenciado, a la mujer: el llanto, la humillación, la flaqueza que
Juan Manuel Villanueva Fernández haya01— pero nacido, como su creador quería, “de los mes-
lo lleva al intento de suicidio y, finalmente y a pesar de todo, al perdón. Márquez Villanueva, Francisco (2010). “Expulsión”, en Moros, moriscos y
Signo de lo judeo-islámico, del afeminamiento y de la impotencia, éste turcos de Cervantes. Ensayos críticos, Barcelona, Edicions Bellatierra, 223-311. Universidad Nacional de Educación a Distancia mos sucesos que la verdad ofrece”.
es el padre/madre que debe ser abandonado en la otra orilla” (2013:48).
03 Varios autores subrayan el trauma que representa la expulsión de los Parodi, Alicia, (1995). “El episodio del cautivo, poética del Quijote: verosí-
moriscos en el texto y el modo en que remite a lo que anteriormente ocu- miles transgredidos y diálogo para la construcción de una alegoría”, en El problema de las “novelas adjuntas”
rriera con los judíos. Márquez Villanueva indica: “No hay que olvidar que Giuseppe Grilli (ed.), Actas del II Congreso Internacional de la Asociación de Introducción
el destierro de los moriscos ha sido precedido de la expulsión anterior Cervantistas, Nápoles, Società Intercontinentale Gallo, 433-441.
de los conversos de judíos, representada por el triunfo avasallador de los Para resolver los problemas de los capítulos dedicados de
estatutos de limpieza de sangre bajo Felipe II. ¿Cuántas expulsiones pue- Vila, Juan Diego (2008). “El Quijote y la sugestión conversa: silencios, eli- Es obligado comenzar por explicar el título, ya que, en princi- Ricote y a la “hermosa morisca”, es inevitable remontarse al
de soportar un pueblo sin desintegrarse o sin volverse en parásito de sí siones y desvíos para una predicación inefable”, en Ruth Fine y Santiago
pio, contradecimos, al menos aparentemente, lo que decide comienzo del capítulo XLIV de la Segunda Parte, «Cómo San-
mismo?” (1975: 306). Por su parte, Vila afirma que el problema morisco en López Navia (coords.), Cervantes y las religiones, Biblioteca Áurea Hispáni-
el Quijote puede ser leído como “la instancia dramática ausente e irrepre- ca, Frankfurt am Main/Madrid, Vervuert/Iberoamericana, 521-546. hacer el novelista, tras la conversación entre Sansón Carras- cho Panza fue llevado al gobierno, y de la extraña aventura
sentable de lo que otrora ocurrió con los judíos” (2008: 526). co, don Quijote y Sancho Panza, en el cap. III de la Segunda que en el castillo sucedió a don Quijote»; he aquí nuestra
04 Es destacable el palmario sincretismo religioso que exhibe Zoraida
en los breves interludios en que nos llega su voz, como cuando escribe al Parte. El caballero critica al historiador de sus aventuras —al particular, con la puntuación e incorporaciones explicativas
capitán cautivo “Lela Marién hará que te entienda. Ella y Alá te guarden” conocer que ha introducido, entre ellas, fantasías de su pro- mínimas que incorporamos:
(I, 40, 467). Ruth Fine no duda en calificarlo de “herético” y señala, en esta
línea, lo irrisoria que resulta la facilidad con que la mora comprende y pio caletre— afirmando: «no ha sido sabio el autor de mi
acepta las imágenes del culto según el relato del capitán. Según la autora, historia, sino algún ignorante hablador, que a tiento y sin Dicen que en el propio original desta historia se lee
este relato “no es muy auspicioso respecto de los cimientos de la conver-
algún discurso se puso a escribirla, salga lo que saliere», lo que, llegando Cide Hamete a escribir este capítulo, no
sión y catequesis de Zoraida” (2013: 47).
05 En palabras de Ruth Fine, “en la España del Quijote la identidad con- que no es óbice para, con su costumbre de dar una de cal y le tradujo su intérprete como él le había escrito —que
versa constituye el signo de una paradoja: al converso no se le permite ser otra de arena, concluir: «Y así debe de ser de mi historia, que fue un modo de queja que tuvo el moro de sí mismo
judío o musulmán, pero tampoco se lo acepta como cristiano; es a priori,
siempre un traidor y un mal cristiano” (2013:41). tendrá necesidad de comento para entenderla.» por haber tomado entre manos una historia tan seca
Será, en el cap. XLIV, cuando Cide Hamete Benengeli de- y tan limitada como esta de don Quijote, por parecerle
limite las responsabilidades de cada cual. Atribuye al tra- que siempre había de hablar dél y de Sancho, sin osar
ductor en exclusiva la redacción de El curioso impertinente y El estenderse a otras digresiones y episodios más graves
cautivo, y añade además que el mismo traductor, para evitar y más entretenidos—; y decía [el intérprete] que el ir
que los lectores se saltaran las narraciones independientes, siempre atenido el entendimiento, la mano y la pluma
«en esta segunda parte no quiso ingerir novelas sueltas ni a escribir de un solo sujeto y hablar por las bocas de po-
pegadizas, sino algunos episodios que lo pareciesen, nacidos cas personas era un trabajo incomportable, cuyo fruto
de los mesmos sucesos que la verdad ofrece, y aun estos limi- no redundaba en el de su autor, y que por huir deste
tadamente y con solas las palabras que bastan a declararlos.» inconveniente había usado en la primera parte del ar-
A nuestro humilde entender —aunque aquí los cervan- tificio de algunas novelas, como fueron la del Curioso
tistas discutirán en el transcurso de los siglos cualquier impertinente y la del Capitán cautivo, que están como
tema quijotesco, como, según voluntad específica del genial separadas de la historia, puesto que las demás que allí
inventor, el lugar de la Mancha— esos episodios son el de se cuentan son casos sucedidos al mismo don Quijote,
Claudia Jerónima, incluido en la aventura o, mejor, episodio que no podían dejar de escribirse. También pensó [el
del bandolero Roque Guinart, y el de la “hermosa morisca”. intérprete] —como él [Cide Hamete] dice— que mu-
Obligados a soslayar de momento el episodio de Claudia chos, llevados de la atención que piden las hazañas
Jerónima; pues bastante habrá, y tampoco se agotará, con de don Quijote, no la darían a las novelas, y pasarían
el de los moriscos —tema ajeno a don Quijote, donde los por ellas o con priesa o con enfado, sin advertir la gala
y artificio que en sí contienen, el cual se mostrara bien Teniendo en cuenta que, en su tercera salida, don Quijote donde ha ocultado el tesoro; en cambio, Ana Félix sí lo cono- 3. Hechos y palabras de Sancho Panza reflejan una doble
al descubierto, cuando por sí solas, sin arrimarse a las se dirigía a Zaragoza, parece lo más lógico que el encuentro ce; la contradicción clara es injustificable, por ser impensable, actuación muy frecuente de los cristianos viejos respecto a
locuras de don Quijote ni a las sandeces de Sancho, sa- Ricote-Sancho Panza, inmediatamente después de abando- en aquella sociedad, que el padre ocultara la localización a la los moriscos retornados a los patrios lares: no denunciar la
lieran a luz. Y, así, en esta segunda parte no quiso inge- nar el escudero, la ínsula Barataria, conforme un episodio esposa y se la desvelara a una joven, casi una niña, de unos presencia y riquezas de Ricote, reconocer la paternidad-filia-
rir novelas sueltas ni pegadizas, sino algunos episodios completo. El morisco regresa a España porque solo él puede diecisiete o dieciocho años (los de Gaspar Gregorio, pues de ción del morisco y su hija.
que lo pareciesen, nacidos de los mesmos sucesos que recuperar el tesoro escondido, ya que ni su mujer ni su cuña- ella solo se dice que no llegaba a veinte años); y 4ª, la más im- 4. Esta incorporación de datos históricos parece confir-
la verdad ofrece, y aun estos limitadamente y con solas do conocen el paradero; y, una vez recogido, tiene decidido portante de todas: ¿por qué aparece Ricote en Barcelona, si su mar que su redacción no corresponde a Cide Hamete Benen-
las palabras que bastan a declararlos; y pues se con- ir a Valencia con el intento de recuperar a la hija y a la espo- proyectado viaje era Valencia?05 geli; los hechos que se narran no se inspiran en documentos
tiene y cierra en los estrechos límites de la narración, sa; tras conseguir el agrupamiento familiar, los tres viajarán Estos hechos, creemos, avalan nuestra hipótesis de que el escritos, sino descripción directa de la experiencia cotidiana;
teniendo habilidad, suficiencia y entendimiento para hacia Alemania: «Ahora es mi intención, Sancho […] que ya episodio de la “hermosa morisca” no existía en la mente del más aún, sin evitar la repetición, “de rabiosa actualidad”, una
tratar del universo todo, pide no se desprecie su traba- sabes que sé yo que las tienes muchas. [...]» novelista al concluir la redacción del encuentro Sancho-Ri- cuestión palpitante...; es decir, su redactor es el traductor.
jo, y se le den alabanzas, no por lo que escribe, sino por Un análisis detallado y escrupuloso del texto cervantino cote. Por considerarlo enriquecedor para una planificación 5. ¿Seguro que es el traductor? La sinfonía de narradores
lo que ha dejado de escribir. de 1615 complica las apariencias; muestra distintas fases posterior —genial intuición, como todas las suyas— sos- y cuestiones narratológicas deshacen hilvanes y rompen
compositivas hasta fijar la redacción definitiva: pechamos que, el traductor —cuya capacidad abarcaba “el costuras por doquier. Diríase que la capacidad de responder
Aun reservando para otro momento el comentario y ex- 1. El episodio inicial hablaba de que la familia Ricote mundo todo”— tras descubrir, en el capítulo LIX, el Quijote de preguntas también sobrepasa al traductor.
plicación detallados de esta lectura, adelantaremos lo im- tenía varios hijos; en la versión definitiva, queda una prue- Avellaneda, sentó las bases de “la hermosa morisca”. ¿Y cómo 6. Entonces, ¿corresponde a Cervantes? A juzgar porque
prescindible: En nuestra humilde opinión, no se ha entendi- ba fehaciente, ¿irrebatible?: la primera vez que alude a su lo hizo? Volviendo al LIV, e incorporando lo pertinente a don deja la solución del matrimonio Ana Félix-Gregorio en el
do la genial explicación de Cervantes; pues si los estudiosos descendencia, lo hace en plural: sus hijos. [«me parece que Pedro Gregorio. (Claro que, tratándose de la capacidad crea- aire, a expensas de la respuesta de Madrid, el Manco de
—recuérdese la afirmación de Clemencín02— consideran antes del tiempo que se nos concedía para que hiciésemos dora del Manco de Lepanto, cualquier sospecha hace aguas... Lepanto manifiesta su particular desconocimiento de una
que el fragmento es incomprensible, se debe a una lectura ausencia de España, ya tenía el rigor de la pena ejecutado en o puede hacerlas.) El resto de los capítulos conservarían su es- excepción en los decretos de expulsión: el virrey, por infor-
incorrecta, por interpretar unívocamente lo ambiguo; y, en mi persona y en la de mis hijos»] tructura y constitución, exceptuando lo específico del mar: el mación reservada, conocía la respuesta positiva. Damos
consecuencia, no resolver la ambigüedad. Suponemos, o al 2. Olvidado este significativo detalle —sin duda, por des- arráez,06 los turcos y la liberación de Gaspar Gregorio. por supuesto, en razón de la estructuración jerárquica de la
menos así nos lo parece, que el error —muy probablemente piste del escritor, más cuidadoso en el resto de los casos—, Más aún, ni el reto del Caballero de la Blanca Luna —con monarquía, que los virreyes, como garantes de la legalidad,
el nuestro durante muchos lustros— arranca de que lecto- en una segunda redacción, el novelista incorpora un rasgo la “pequeña” variante de su ubicación, pero no la única— debían conocerlo.
res y estudiosos han interpretado que la inexacta traducción novedoso de especial trascendencia: la autenticidad del ni el inevitable retorno a la aldea tenían por qué sufrir va- Los apartados 2 y 3 de una consulta que el Consejo de Esta-
de la que habla Cide Hamete es la de ese capítulo; lectura cristianismo-católico familiar, motivo por el que no le es riación. Incluso en el caso de haber asistido a las justas de do hace a «La Junta de Theólogos en Lerma a 23 de junio de
a todas luces errónea, pues el moro afirma que la queja la posible permanecer en territorio musulmán. Es decir, debe Zaragoza, la intervención del bachiller era indiferente; para 1610» (Decreto de expulsión de las dos Castillas, la Mancha
realiza cuando va a comenzar ese capítulo. Con nuestra lec- conseguir, personalmente o con mediación, desde Valencia, don Quijote, la conclusión de unas justas solo afectaba a la y Extremadura, de 10 de julio):
tura actual, según el fragmento completo, si Cide Hamete que su mujer y su hija retornen de Argel, para trasladarlas honra-gloria de los vencedores; su resultado no conllevaba
se queja de sí mismo es porque las novelas ajenas no las a vivir a Alemania, donde existe la libertad de conciencia03. compromiso complementario para los participantes; con Que el segundo punto se puede aprovar en quanto a la
escribió él; corresponden al intérprete, quien lo hizo para Tanto en esta segunda versión como en la original, Cervan- otras palabras, solo eran momentáneos contrincantes ante declaraçión que se haze de las moderaciones y gracias
amenizar la historia seca del moro. tes dio por concluido el episodio; solo así se explican, en la aspiración común de los pasajeros aplausos. que se usan con los moriscos exce[pp]to la cláusula de
nuestra humilde opinión, las contradicciones flagrantes del los que an de quedar por notoriamente christianos que
Análisis textual: Debe hacerse a partir de las transforma- apartado siguiente. 2. El episodio de la “hermosa morisca” esta se deve quitar del vando porque todos se preven-
ciones presentes y objetivos perseguidos: 3. En un tercer momento —cuando el narrador04, con origi- drían para librarse por tales, lo cual causaría gran em-
1. Fases de fijación del texto publicado en 1615. nalidad propia de su genio, convierte el episodio en el punto La historia de Ana Félix cumple estrictamente la promesa baraço y confusión, y vasta que vaya en la instruction
2. Episodio de la «hermosa morisca». de inflexión del progresivo ascenso roto por el instantáneo y del traductor: «en esta segunda parte no quiso ingerir no- del conde de salazar y en las cartas de los obispos.07
3. Por qué motivo don Quijote no interviene directa- radical desencanto del derrotado “caballero de la Mancha”— velas sueltas ni pegadizas, sino algunos episodios que lo
mente en el desarrollo del episodio y/o la genialidad crea- se plantea la posibilidad de que la familia continúe en Espa- pareciesen, nacidos de los mesmos sucesos que la verdad ¿Corregiremos, según eso, al maestro sin par de los novelis-
dora de Cervantes. ña, en razón de la sinceridad de su cristianismo. Apoyan esta ofrece, y aun estos limitadamente y con solas las palabras tas? No seremos nosotros quienes lo hagamos; opinamos
4.- Importancia del cristianismo en el episodio. hipótesis las graves contradicciones entre las dos partes del que bastan a declararlos» como Spitzer:
episodio: el de Ricote-Sancho y el de la “Hermosa morisca”. ¿Cuántos elementos confluyen en el episodio?
1.- Fases de fijación del texto publicado en 1615 Veamos las más sobresalientes: 1ª. Ricote intenta embarcar 1. La rabiosa actualidad de una trágica realidad de la Es- No fue Italia con su Ariosto y su Tasso, ni Francia con
en Valencia para reunirse con esposa e hija, y, tras recuperar- paña contemporánea: la expulsión de los moriscos y el re- su Rabelais y su Ronsard, sino España la que nos dio
Con este apartado, se intenta explicar la postura encontrada las, hallar el medio de viajar hasta instalarse en Alemania; 2ª. torno de numerosos expulsos. una novela que es un canto y un monumento al es-
de los estudiosos; por una parte, los defensores del encuen- Solo en esta primera parte del episodio se habla de “don Pedro 2. Incorporación de personajes y actuaciones reales, que critor en cuanto escritor, en cuanto artista. Porque no
tro Ricote-Sancho como episodio cerrado; por otra, sin em- Gregorio, el rico mayorazgo”, pues en la segunda es Gaspar corresponden plenamente a vida y hechos del momento; es nos llamemos a engaño: el protagonista de esta no-
bargo, abundan quienes sostienen que forma un todo con el Gregorio; 3ª. Más relevante que la anterior; aquí el paisano de decir, lo más alejado de lo que se entiende por novela, como vela no es realmente Don Quijote, con su siempre tor-
de la “hermosa morisca”. Sancho afirma que ni la esposa ni el cuñado conocen el lugar creación de un ingenio. cida interpretación de la realidad, ni Sancho, con su
escéptica semiaceptación del quijotismo de su amo, Ante estos hechos, una pregunta parece ineludible: ¿y Don lo que implicaba prohibir cualquier duelo entre caballeros; B. Una morisca, auténtica católica
ni. mucho menos ninguna otra de ]as figuras centra- Quijote, el protagonista de la novela? Queda perfectamente es decir, no se podía llevar a cabo entre los dos “caballeros
les de los episodios ilusionistas intercalados en la no- claro, sin pretender pontificar, describiendo la crudeza de los andantes” —con el agravante de presenciarlo cortesanos y – En la salida del pueblo, tal como la describe Sancho, la
vela: el verdadero héroe de la novela lo es Cervantes hechos, que Don Quijote es un convidado de piedra. Y la ex- el mismo Rey— porque hacía muchos años que se había le- hija de Ricote habla y actúa como verdadera cristiana-cató-
en persona, el artista que combina un arte de crítica trañeza de esta actuación tan “rara” alcanza su punto álgido gislado su prohibición en España hacía muchos años; por si lica: «a cuantos llegaban a verla, y a todos pedía la encomen-
y de ilusión conforme a su libérrima voluntad. Desde al comprobar que ambos protagonistas—uno, de la novela; fuera poco, la prohibición la había ampliado la Iglesia Cató- dasen a Dios y a Nuestra Señora su madre».
el instante en que abrimos el libro hasta el momento la otra, del episodio— no entrecruzan ni una palabra, ¡ni un lica, en el Concilio de Trento, castigando a los infractores con – De acuerdo con la propuesta de Ana Félix y el renega-
en que lo cerramos, sentimos que hay allí un poder saludo!, pese a convivir bajo el mismo techo: la casa de don pena de excomunión. Si el Virrey accede a su realización, do, una galera con remeros cristianos será el transporte para
invisible y omnipotente que nos lleva adonde y como Antonio. ¿Por qué? Porque el tema de los moriscos, con su pues, tras las pertinentes consultas con don Antonio, es por- tornar a tierra de moros y rescatar al cristiano “cautivo”.
quiere” («Perspectivismo lingüístico en el Quijote», en tragedia a rastras y sus angustias indescriptibles quedan que está convencido de que, cualquiera que fuera su origen, Del valor de este hecho y su importancia para que los mo-
Lingüística...: 178-179.) fuera de su particular concepción de la caballería andante. se trataba de una burla más contra don Quijote. riscos, padre e hija, permanezcan en España, mucho habría
Nada tiene que tratar con los interesados. Su propuesta a El virrey, obsérvese bien, «no pudiéndose persuadir a que que hablar. Piénsese, como dato relevante, la disposición de
3. Por qué motivo don Quijote no interviene directamen- don Antonio, obsérvese bien, es para salvar a un cristiano o fuese sino burla», accede a que se celebre el desafío. ¿Por Ricote a pagar el hipotético rescate de los remeros cristia-
te en el desarrollo del episodio y/o la genialidad creado- a todos, si llegara el caso...; es decir, algo muy alejado de la qué se recalca este detalle? Muy sencillo: desde el punto nos; también la liberación de un cristiano viejo, con dinero
ra de Cervantes. esencia del episodio... En conclusión, reiterémoslo, Don Qui- de vista histórico —en el caso de que el torneo “a muerte” encauzado directamente al amor, al matrimonio. En cuanto
jote queda por completo al margen de la narración porque se hubiera llevado a cabo-10 la decisión del virrey hubiera a su deseo de ser mejor cristiano, lo deja claro el hecho de
Pasaron, por fortuna, los tiempos en que se analizaba el Quijo- se trata de algo que le es ajeno. Lo que parece apoyar nuestra sido ilegal e ilegítima; como garante de las leyes, desafíos que es un buen bebedor de vino —terminantemente prohi-
te como una novela de fácil composición, por el hecho de que perspectiva de que el episodio no se debe a Cidi Hamete; es y duelos los había prohibido el emperador Carlos, a raíz del bido a los musulmanes—, sin estar obligado a hacerlo pues-
estaba estructurada en episodios perfectamente separados una redacción del traductor-intérprete. inconcluso “postrer duelo de España” —dramatizado por to que sus acompañantes, en cuanto alemanes, defienden la
los unos de los otros, sin ninguna complicación compositiva. Calderón en la comedia del mismo título-11 con un agravan- “libertad de conciencia”.
Aun prescindiendo de análisis y comentarios de narra- 4. Importancia del cristianismo en el episodio te: el Concilio de Trento los condenó con la pena máxima Desde el punto de vista técnico, al redactarlo el traduc-
tología,08 sí parece obligado recordar que hablamos de la eclesiástica, la excomunión.12 tor, es justificable la sincronía de los hechos; se explican las
magna novela de la historia; semejante aserto implica estar El análisis de este aspecto puede hacerse desde una pers- Según esto, desde el punto de vista legal y moral, el episo- irregularidades y contradicciones, y, sobre todo, no es novela
dispuestos a aceptar cualquier dosis de asombro prove- pectiva dogmática y/o una perspectiva moral. Ambas están dio exige un doble planteamiento respecto al juicio: suelta ni pegadiza, sino que lo parece. Ahora comprende-
niente de una nueva lectura, una perspectiva diferente en el presentes en los episodios y capítulos que comentan estas – como enunciado objetivo, para el legislador -“derecho mos por qué se incorporan datos y actuaciones históricas.
planteamiento, etc. Es lo sucedido al profundizar en un epi- páginas. La fuerza del cristianismo en el episodio de “la civil”, con expresión actual- el torneo entre dos caballeros es Para comentar este episodio, es imprescindible tener en
sodio del que parecía haberse dicho casi todo; sí, debemos hermosa morisca” es máxima; sobre todo, añadiéndole, por un acto ilegal, en cuanto prohibido por el emperador; cuenta qué perseguía su autor al redactarlo; bien entendido,
reconocer nuestra particular ignorancia, casi todo. hallarse inmersa cronológica y narrativamente entre las dos – si lo analizamos con perspectiva religiosa de moral cris- recalquémoslo, que su autor es el traductor. Es decir, no tiene
Contraste entre los episodios Sancho-Ricote (LIV) y «la partes en que se divide, «la aventura que más pesadumbre tiana, en cuanto que los participantes son cristianos católi- por qué darse la sincronía; se justifican las irregularidades y
hermosa morisca» (LXIII y LXV): dio a don Quijote de cuantas hasta entonces le habían su- cos, el acto es recriminable y condenable con excomunión, contradicciones y, más aún, no es novela suelta ni pegadi-
En el encuentro Ricote-Sancho Panza predomina el diálo- cedido» (cap. LXIV). por cuanto el Concilio de Trento los sancionó de este modo. za; solo lo parece. Ahora comprendemos por qué se narra la
go y la intercomunicación limpia y clara, sin aristas, entre los Se trataba de una simple aplicación del 5º mandamiento del más estricta historia de los moriscos.
dos manchegos. Los antiguos vecinos y paisanos derrochen A. El combate Don Quijote - Caballero de la Blanca Luna Decálogo del Sinaí.
vida y pasión para ponerse al día de los sucesos acontecidos Esto no obstante, entre don Quijote y el Caballero de la C. Unas conexiones históricas
durante el tiempo de su separación; su exclusivo desencuen- «Habían descubierto de la ciudad […] Luna en sus catorce, Blanca Luna, el desafío a muerte está muy lejos de merecer
tro sucede ante la propuesta ilegal de Ricote, que el cristiano a la mano de Dios, y dense.» la calificación de pecado gravísimo, condenado con la exco- Puesto que, respecto a la historicidad, frente a la opinión de
viejo rechaza. Por el contrario, en la historia de Ana Félix, con munión; antes al contrario. ¿Por qué? Don Quijote carece de la Günter —repetimos lo dicho en nuestro artículo anterior y,
excepción del breve diálogo de su identificación, se impone Desde esta perspectiva, adquiere sentido complementario capacidad y voluntad imprescindibles para la comisión de un además, cabe añadir lo correspondiente a las “Cinco ciuda-
la narración.09 la realización del “torneo Don Quijote-Caballero de la Blan- pecado mortal; en el bachiller, por su parte, falta la voluntad des del Campo de Calatrava”13— creemos que se describe la
Cuando Sancho y Ricote dialogan, como antiguos paisa- ca Luna” de forma pública. Es una diferencia esencial frente de pecar. Lejos de ello, su actitud merece la nominación de triste realidad de los expulsos, comentaremos un fragmento
nos y vecinos, el primero se encuentra en la postrera interven- al torneo derivado del encuentro fortuito de dos “caballeros acto de caridad responsable; con él, un “paisano” -convecino de Trevor Dadson:
ción de los capítulos de protagonismo alternante Caballero andantes”, tal como sucedió con el Caballero de los Espejos. de la misma aldea- pretende obligar al “enloquecido” hidalgo,
y Escudero; desempeñan, cada uno por su parte, distintas Para el caballero manchego, la trascendencia era la misma. a encerrarse en su pueblo durante un año, en aras de recu- «Que los que han vuelto han pedido se les vuelvan sus
funciones: el caballero, en el palacio de los Duques; el escu- Lo que hace pensar que Cervantes —nada partidario de im- perar la cordura. Quienes, movidos por intereses egoístas de bienes: el personaje de Ricote, tan genialmente creado
dero-gobernador, en la ínsula Barataria. En el puerto de Bar- provisaciones ni de abandonarse al azar— perseguía un ob- burla y entretenimiento, recriminan al bachiller su actuación por Cervantes, morisco manchego como los Herrador,
celona, Sancho está presente como escudero de don Quijote. jetivo claro con ese cambio esencial. ¿Cuál? La indecisión del misericordiosa —acabar con las burlas y actos irracionales no era el único, por tanto, que volvió a la Península
Sin embargo, quien interviene es el escudero; ahora bien, virrey antes de autorizarlo nada tiene de vana o caprichosa. del caballero enajenado— atentan contra los mandamientos para intentar recuperar sus bienes. Cervantes conocía
lejos de la locuacidad del primer encuentro, aquí se limita a Se debe a la responsabilidad de su cargo: la obligación pri- constitutivos del verdadero cristianismo: amar a Dios sobre mejor que nadie a los moriscos de la Mancha: había
confirmar la relación paterno-filial de Ricote y Ana Félix. mera de los virreyes era velar por el cumplimiento de la ley, todas las cosas y al prójimo como a sí mismo. vivido entre ellos en Esquivias, y colocó a su «heroína»,
desarrollar uno de los episodios más enriquecedores, desde el punto de decadencia en la segunda mitad del siglo, siendo preferidos los juegos
Dulcinea, en otro pueblo conocido por el tamaño e im- se en la muerte de un arráez en el puerto de Barcelona, el vista de la estructura de la novela y de la actuación del personaje, de toda indígenas de cañas, toros y jineta, que dominaron en el siglo XVII.» En
portancia de su población morisca: El Toboso. Lo que episodio inicial de Ricote sufre una transformación esencial. la producción cervantina. «Cultura literaria de Miguel de Cervantes...», p. 345.
07 Otro testimonio: «Excepción de expulsión: Los verdaderos cristianos. 13 Privilegio de no expulsión de los moriscos antiguos de las cinco villas
importa destacar es que el episodio de Sancho y Ricote 5. La historia de “la hermosa morisca” rompe por comple- / Carta del virrey a S. M., fecha en Valencia a 7 de enero de 1610, comuni- del Campo de Calatrava (Ciudad Real) Documento para la historia demo-
narrado en la Segunda Parte del Quijote no es un epi- to, desde el punto de vista narrativo, el fundamento primero cando haber mandado publicar un pregón en que ordenaba fuesen em- gráfica de Almagro, Bolaos, Villarrubia, Daimiel y Aldea del Rey (Reyes
barcados los moriscos que restaban exceptuando los que el arzobispo y Católicos, 20-abril-1502; Dª Juana 22-agosto-1514; Felipe II, 31-julio-1577;
sodio cualquiera entre un cristiano viejo y uno nuevo, de la historia: documentos encontrados en los archivos de
demás prelados dijesen que vivían cristianamente. Arch. Gral. de Siman- Felipe IV, 25 de junio de 1625, a solicitud de Pedro de Yébenes)
sino que responde a una realidad histórica específica: la Mancha. En su lugar, introduce datos y personajes reales cas.- Secret. de Est., leg. 217.» Boronat: II, p. 278n42. 14 No entramos ahora en la legalidad y, sobre todo, en la legitimidad del
la situación de los moriscos manchegos, entre quienes de la historia reciente de España (expulsión de los moriscos, 08 Ante las múltiples perspectivas y planteamientos, nos limitaremos a citar extrañamiento de los moriscos; eso lo hemos estudiado en otro lugar; y,
el fragmento de un muy sugerente artículo de Ruth Fine, precisamente por al menos, recordaremos que, por muchos intentos que se hicieron para
podemos incluir a los moriscos del Campo de Cala- encargada a don Bernardino de Velasco, Conde de Salazar.) referirse al pasaje inspirador de estas páginas: «La pseudodiégesis consiste que el Papa aprobara semejante decisión, nunca se consiguió; es decir,
trava, y, en particular, al licenciado Alonso Herrador.» 6. Los episodios de “La hermosa morisca” y la “derrota” de en la presentación de un nivel intradiegético como diegético, es decir, se trata implícitamente la Iglesia la desaprobó.
de voces que se contienen pero sin diferenciarse: estructura de cajas chinas
(Trevor J. Dadson: «Un Ricote verdadero: el licenciado don Quijote están escritos con una gran inspiración cristia- que no posibilita la separación de las cajas contenedoras de las contenidas. Es
Alonso Herrador...» (612). no-católica. este recurso -el de la pseudodiégesis- el que impide, en múltiples casos, dis- Obras citadas
cernir claramente quién habla en la obra. Baste, a modo de ejemplo, el com-
Corolario de estas conclusiones es el valor que, indepen-
plejo pasaje: “Dicen que en el propio original de esta historia se lee que lle- Boronat y Barrachina, Pascual [1901]. Los moriscos españoles y su expulsión,
Nuestro desacuerdo con el admirado hispanista es total; le- diente y conjuntamente, corresponde a las novelas indepen- gando Cide Hamete a escribir este capítulo, no le tradujo su intérprete como Valencia. Edición facsí- mil: Estudio Preliminar de Ricardo García Cárcel, 2
jos de favorecer la actitud de Ricote, más bien la condena, dientes y a estos episodios que “lo parecen” en el pensamiento él le había escrito” (DQII, 44:906), en el que se interpenetran al menos cuatro volúmenes, Universidad de Granada, 1992.
voces, las cuales, a priori, corresponderían a cuatro niveles diegéticos diferen-
por la radical diferencia entre ellas. Con Alonso Herrador se de Cervantes acerca del matrimonio en el Quijote y en las No- tes. En mi opinión, el dispositivo pseudodiegético es la clave estructural sobre Casalduero, Joaquín. Sentido y forma del Quijote, Ínsula, Madrid, 1975.
había cometido una ilegalidad total, por aplicársele una le- velas ejemplares...; pero habrá que dejarlo para otra ocasión. la que se apoyan las voces narrativas de la obra.» En AISO, Actas V, 1999: 586.
09 Respecto a la historia de Ana Félix, Clemencín apunta: «El tono de esta Dadson, Trevor J. «Un Ricote verdadero: el licenciado Alonso Herrador de
gislación inaplicable en su caso, pues el “privilegio” de los Re- relación es sumamente inverosímil, y echa un jarro de agua fría sobre el Villarrubia de los Ojos de Guadiana - morisco que vuelve», en AISO, Actas
yes Católicos —ratificado por sus sucesores— equiparándo- interés que inspira una persona que ya tenía atadas las manos y echado el VI (2002): 601-612.
cordel a la garganta, esperando la muerte. Debería ser su discurso menos
los en todo a los cristianos viejos, hasta permitirles ostentar
01 Qué lejos queda Terencio, y la expresión del personaje impertinente aparatoso, y el lenguaje menos sesgo y más agitado como pedía la situa- Fine, Ruth. «Hacia una nueva lectura semiótica de El Quijote: el caso de
puestos oficiales en el Concejo, impedía, por derecho pleno en Heautontimorumenos, pero bien aplicable a lo humano: Homo sum; ción de quien hablaba. Hubiéranle convenido razones desaliñadas inte- las voces narrativas», en AISO, Actas V (1999): 583-590.
de ciudadanía, aplicarle el Decreto de expulsión; con Ricote, nihil humani a me alienum puto. rrumpidas, cortas, patéticas; no el estilo peinado y casi pedante que usa, si
02 «Todo esto del principio del capítulo es una algarabía que no se en- se atiende además a que era una doncella criada con sumo recogimiento Menéndez y Pelayo, Marcelino. «Cultura literaria de Miguel de Cervantes
por el contrario, la circunstancia era muy distinta: de forma tiende. Porque ¿cómo podía leerse en el propio original de la historia en una aldea de la Mancha, que se hallaba en presencia del Virrey, del ge- y elaboración del Quijote», en Obras Completas. Estudios y discursos de crítica
explícita, él mismo confirma que no es tan buen cristiano que no lo había traducido fielmente su intérprete? Ni ¿qué tiene que ver neral de las galeras y de un concurso considerable» (Nota 33 a II, cap. LXIII). literaria, I: 323-356.
esto con la queja que tuvo el moro de sí mismo por haber tomado entre Disentimos de la interpretación de Clemencín -compartida por Francisco
como su mujer y su hija, término que justificaba su inclusión Rodríguez Marín- por parecernos parcial, excesivamente parcial. Olvida, el Spitzer, Leo. Lingüística e historia literaria, Gredos, Madrid, 1992.
manos asunto tan seco y estéril? Resulta de todo, que pudiera muy bien
en el Bando General14. haberse excusado este largo y difuso preámbulo hasta donde vuelve a ilustre estudioso, que Ana Félix, más que en sí misma está pensando en el
tomarse hilo de la narración (Clemencín, nota 1 a II, XLIV). amado abandonado a su suerte en Argel, en circunstancias delicadas en Villanueva Fernández, Juan Manuel. «Los moriscos: El episodio de Rico-
03 Escribe Joaquín Casalduero: «No es Cervantes el que habla por boca de extremo; por eso, la fuerza y garra del fragmento no las entendemos con- te, ¿sentido irónico o simple historia?», en Visiones y revisiones cervantinas.
Conclusiones Ricote; es Ricote el que se expresa por la pluma de Cervantes. Ricote es una denables, por impropias. a partir del temor derivado de la cercanía de la Actas Münster, 2009: 911-920. Recogido en “Y Américo Castro...: 141-150.
noble figura que merecía vivir en España, donde reinaba la autoridad en muerte; las interpretamos brotadas con pasión de un hontanar ardiente
toda su imponente majestad —justicia y misericordia—, y no se le podía que ve fracasados sus intentos de redención... para culminar su amor. Villanueva Fernéndez, Juan Manuel. «Y Américo Castro no llevaba razón...» y
1. Según nuestra lectura del comienzo del capítulo XLIIII degradar haciéndole ir a vivir allí en donde cada cual hacía lo que quería». 10 Para el hidalgo manchego, es claro, en su locura, el torneo se celebra otros estudios cervantinos, Revista Estudios n° 249, 2012.
de la Segunda Parte del Quijote, el autor de las novelas inde- Es inútil referirse a los que desde un punto de vista actual se indignan por la con la máxima seriedad y la aceptación plena de las consecuencias extre-
solución dada a este problema político en el siglo XVII. Católicos, luteranos, mas, incluyendo la muerte. Nada más lejos, sin embargo, de la realidad,
pendientes de la Primera Parte —El curioso impertinente y El pues el Caballero de la Blanca Luna, lejos de atacar a su contrincante, le-
calvinistas y la Sinagoga, todos concebían el mundo como autoridad y no
capitán cautivo— es el intérprete, según explícita declaración como libertad. Considerado históricamente es un error cronológico querer vanta la lanza para no herir al “Caballero de la triste figura”.
dar a las palabras de Ricote sobre Alemania un sentido “liberal”; pero —y 11 He aquí los versos con que el emperador Carlos concluye su interven-
de Cide Hamete Benengeli.
esto es lo verdaderamente importante— la actitud histórica hay que verla ción en El postrer duelo de España: “Escríbase luego al Papa / Paulo Tercero,
2. A falta de novelas independientes, el mismo intérpre- en un novela, en una obra de arte, la cual puede concebirse únicamente que hoy / goza la Sede, una carta / en que humilde le suplique / que esta
te, en la Segvnda Parte del Ingenioso cavallero don Qvixote de la dentro del catolicismo más estricto. Leer la frase de Ricote con un ritmo bárbara, tirana / ley del duelo, que quedó / de gentiles heredada, / en mi
liberal político, a lo siglo XIX, hace que toda la composición se deshaga, es reinado prohíba / en el Concilio que hoy trata / celebrar en Trento, siendo
Mancha incorporó algunas que lo parecían; eso sí, saliendo lo mismo que tocar una obra de Couperin como si fuera una obra de Schu- / si en este duelo se acaban / los duelos de España, este / el postrer duelo
de la propia historia de don Quijote. En nuestra opinión, son: bert.» (Sentido y forma del Quijote: 367-368). de España”. Si se observan las fechas, se comprueba que la solicitud del
04 Ante la complejidad de este punto “3”, parece lo más conveniente, en Emperador Carlos al papa Paulo III (1534-1549), de incluirlo en el Conci-
dentro del episodio de Roque Guinart, la “historia de Claudia lio de Trento (1545-1563, aprobado en enero de 1564), es una anacrónica
este momento, referirnos al “narrador” -entiéndase, si se quiere, Cervan-
Jerónima”, y el episodio de “la hermosa morisca”. tes-; de cualquier forma, el cúmulo de contradicciones es tal, que difícil- licencia poética
mente parece atribuible al novelista Miguel de Cervantes. En el juego de 12 Así describe Menéndez Pelayo el final de aquel mundo caduco y el de
3. El episodio de “la hermosa morisca”, hija del tendero
“narradores”, de acuerdo con el comienzo del capítulo XLIV de la Segun- los desafíos: «Los grandes monarcas del Renacimiento, los sagaces y ex-
Ricote, paisano de Sancho Panza, se inicia en el capítulo da Parte del Quijote, debe interpretarse el texto diferenciando entre lo pertos políticos adoctrinados con el breviario de Maquiavelo, no podían
LIV — en un principio concebido como episodio completo correspondiente a Cide Hamete y lo específico del intérprete-traductor; tomar por lo serio la mascarada caballeresca. Francisco I y Carlos V, apa-
solo así, a nuestro humilde entender, se comprende y explica la incorpo- sionados lectores del Amadís de Gaula uno y otro, podían desafiarse a
en sí mismo; posteriormente se transforma en punto de ración de la historia real contemporánea de España a la de don Quijote, singular batalla, pero tan anacrónico desafío no pasaba de los protocolos
sustentación para el de “la hermosa morisca”—; continúa conservada en “los archivos de La Mancha”. y de las intimaciones de los heraldos, ni tenía otro resultado que dar ocu-
05 Hay otras contradicciones y diferencias significativas en las que no va- pación a la pluma de curiales y apologistas. En España los duelos públicos
en el LXIII, y concluye en el LXV; no sin antes haber dejado y en palenque cerrado habían caído en desuso mucho antes de la prohi-
mos a entrar: dos tíos, el joven conoce el lenguaje de los moriscos, etc. Des-
claras seales de una redacción intermedia entre la primera de el punto de vista de la autoría, las contradicciones, aunque alguien nos bición del Concilio Tridentino; el famoso de Valladolid, en 1522, entre don
acuse de rizar el rizo o aferrarnos a un clavo ardiendo, probarían la autoría Pedro Torrellas y don Jerónimo de Ansa fue verdaderamente el postrer
y la última.
del traductor; pero es reflexión que merece atención más detallada. duelo de España. Continuaron las justas y torneos, y hasta hubo cofradías
4. Tras conocer la publicación del Quijote de Avellaneda 06 Lo acontecido en el verano de 1614, en el puerto de Barcelona, con la especiales para celebrarlos, como la de San Jorge, de Zaragoza; pero aun
(cap. LIX), se modifica el viaje hacia Zaragoza, e, inspirándo- muerte del arráez turco de una galera, le vino como anillo al dedo para en este género de caballería recreativa y ceremoniosa se observa notable
mientas de dominio pero también de enconada resistencia” esa jaula no siempre es posible o agradable. Pero alguna vez
(Gruss, 2010: 42). hay que intentarlo” (2010: 18). De aquí partirá la propuesta
El silencio aparece representado con amplitud en la lite- de Trapiello.
ratura y, de un modo particular, en la escritura cervantina.
En el caso concreto del Quijote, el silencio se cita de manera El otro viaje al silencio, Al morir don Quijote.
explícita un total de 75 veces, entre ambas partes. Sin em-
bargo, no todos esos silencios obedecen a una misma natu- Cuando se reflexiona sobre literatura es posible pensar-
raleza ni se clasificarían por igual, como detalló Trueblood, o la como un viaje, de ahí surgirá la propuesta de este “otro
OTRO VIAJE AL SILENCIO, como propone Díez Coderque en “La función narrativa de los viaje”. La relación particular que establece el silencio con la
AL MORIR DON QUIJOTE silencios en el ‘Quijote’” (2003). Este trabajo va más allá de la nada, pero entendida como muerte, ha sido utilizada por
propuesta estética del primero y establece otra interesante autores tan importantes como Dante o William Shakes-
sistematización y clasificación de las quince categorías de peare. En Hamlet, por ejemplo, el personaje principal muere
silencios que había discriminado con anterioridad Zardoya, pronunciando la siguiente frase: “El resto es silencio” (Acto
Marta Pérez Rodríguez to o ruido. Así lo explica Orlandi en As formas do silêncio: “Se pero esta vez partiendo desde una perspectiva funcional y V, Escena 2). La idea está clara, el silencio no habla, pero
Instituto Cervantes São Paulo, Brasil empleaba sileo para hablar de cosas, de personas y, especial- advirtiendo, eso sí, que todavía faltaría un trabajo global siempre significa algo.
mente, de la noche, de los vientos y del mar. Silentium, mar más ordenado. Anthony George Lo Ré, en el ensayo “The three deaths
Para Alessandra Curcio, con amor profundo. De ahí que nos deparemos con el aspecto fluido y A la hora de construir cualquier silencio, Cervantes sigue of Don Quixote: Comments in Favor of the Romantic Criti-
líquido del silencio” (2007: 33. Traducción mía). la estela clásica de emplearlo como un recurso estético con cal Approach”, explica que se pueden discriminar hasta tres
El Diccionario de Autoridades acepta la definición dada por funciones psicológicas. Por ejemplo, en contraposición a los muertes del personaje cervantino en las dos partes de la
Este texto propone otro viaje, partiendo desde la óptica de la Lope de Vega: “Silencio metaphoricamente vale la quietud o personajes de gran elocuencia verbal, aquellos que desapa- novela. La primera es la que se produce en el capítulo 52 de
construcción de los silencios literarios, que tanto Miguel de sossiego de los lugares, en donde no hai ruido”. Del mismo recen suelen estar sometidos a un silenciamiento por parte la Primera parte, cuando don Quijote es trasladado en una
Cervantes como Andrés Trapiello ofrecen de uno de los mo- modo, y como recuerda Aurora Egido, “el silencio bucólico del autor, a este tipo Díez Coderque los aglutina y los define jaula hasta su aldea. En ese capítulo se menciona una caja
mentos de mayor intensidad en el desenlace de la historia renacentista se hizo sinónimo de soledad y sirvió para ali- como “silencios de los personajes”. No obstante, no solo es- que contiene pergaminos escritos en letras góticas y que re-
del hidalgo más famoso de la Literatura: la muerte de don mentar innumerables descripciones de poesía en prosa y en tos son importantes sino también aquellos que se clasifican fieren la sepultura de don Quijote, pero Cervantes apela al
Quijote. El trabajo está dividido en tres partes: Los antece- verso” (1986: 98). Además, entendido “como ingrediente tra- bajo el epígrafe “silencios de los narradores”, donde se eng- lector para que no dé crédito a tales habladurías. La segun-
dentes del silencio, por una definición del silencio cervanti- dicional del misterio, el silencio figuraba naturalmente en loban los de ambientación y los “silencios selectivos”. Claro da se situaría al inicio de la Segunda parte, capítulo 24, en la
no y el otro viaje al silencio, Al morir don Quijote. el fantástico mundo de los libros”, explica Trueblood, entre está que, en toda esta sistematización no cabe apenas una conocida aventura de la cueva de Montesinos. Lo Ré sugiere
ellos los de caballerías. El silencio ayudaba a crear tensiones lectura rígida. que Cervantes pretendía matar ahí a su personaje, pero no
Los antecedentes del silencio y era un modo de forzar al lector para que aceptase cierto Trueblood afirma que Cervantes era conocedor del “valor lo consiguió porque eso habría arruinado su creación. No
tipo de finales inverosímiles (1958, p. 166 et seq.). estratégico del silencio” y que esto le servía para crear un obstante, parecía evidente que Cervantes había concebido
El escritor argentino Luis Gruss afirmaba que: “El silencio Con el paso del tiempo, hay algo que ha permanecido efecto en el lector. Por lo tanto, el silencio es lo suficiente- su muerte y Lo Ré la cuenta como tal.
posee su propia osamenta, sus laberintos y contradicciones” inalterable y es que el silencio continúa definiéndose por mente significativo como para mostrar un determinado es- A todos los efectos, lo que es indudable es que la tercera
(2010: 36) y, de ser esto verdad, el lector estaría casi ante un medio de la negación, o sea, como la falta o ausencia de al- tado de ánimo o para alcanzar el punto deseado a la hora de muerte de don Quijote es la que se produce en el capítulo
ente con su propio devenir. Diversos discursos como el lite- gún elemento contrario: ruido, habla, etc. (RAE, 2015). En li- culminar las acciones (Trueblood, 1958, pp. 164 et seq.). En- final, el 74. Cervantes debió de enterarse de la aparición del
rario, el musical o el cinematográfico han puesto de relieve teratura el silencio se entiende como: “la tierra del deseo. […] tonces, tanto la palabra como el silencio no lograrán desvin- Quijote apócrifo cuando escribía el capítulo 57. La hipótesis
la importancia del silencio como un elemento fundamental Una promesa todavía no cumplida. Una transición estimu- cularse de las relaciones de poder. “[L]a pareja conformada de Lo Ré se basa en la comparación de las fechas en las que
para el ejercicio de la creación. Por eso no existe un único lante entre dos estados del ser: se lo puede imaginar incluso por silencio y palabra (lo visible y lo invisible) puede brindar tanto Sancho como el Duque escriben sendas cartas. En
silencio, sino varios y de categorías diferentes, lo que en como una palabra que espera ser pronunciada alguna vez” una herramienta útil para quienes decidan oponerse a la palabras de Canavaggio, Cervantes vive ese descubrimiento
palabras de Gruss constituyen: “las notas invisibles de un (Gruss, 2010: 12). dominación instituida” (Gruss, 2010: 38). como una agresión, por lo que decide alterar el itinerario
pentagrama universal que de pronto se torna visible […]. [Se La idea que subyace es que el silencio se ha utilizado de don Quijote para llevarlo hasta Barcelona -y no a Zara-
trataría de] Lo indecible [que] invita a decir” (2010: 12). Por una definición del silencio cervantino como elemento intertextual de manifestación artística, goza-, donde acabará derrotado ante el mar. Ya se puede
A la hora de explicar los antecedentes del silencio hay que puesto que el don Quijote de Cervantes no hablará en los empezar a pensar en ese mar como una metáfora líquida
ir a la etimología de la propia palabra. Silencio deriva del la- Una vez acotado el término silencio, hay que tener en momentos finales, aunque la narración de Trapiello partirá del silencio. Por lo tanto, la derrota del personaje le ayudará
tín Silentium que es sinónimo de reposo, ocio y calma (Egido, cuenta que se trata de un elemento que aumenta la tensión de ese instante, como un amplificador de la idea de que en a Cervantes en su decisión final de matarlo, consciente de
1986: 98). A su vez, este proviene de Silere cuyo significado era, emotiva y forma parte del poderoso arte de narrar. “El len- el contexto histórico social: “[U]n hombre en silencio es un que será el único modo de silenciar las plumas de epígo-
según apunta el Corominas, “Callar y estar callado” (2003). En guaje es sinónimo de poder pero no de un poder cualquiera. hombre sin sentido” (Orlandi, 2007: 34). Traducción mía). nos que, como Fernández de Avellaneda (autor del Quijote
la época clásica, tanto el término taceo como sileo denomina- Se trata de imponer significados, de negar otros, de obligar Como acierta a decir Gruss, “el silencio es subversivo. No apócrifo), podrían apropiarse tanto de su personaje como
ban la acción de “callar”, aunque sileo se empleaba de manera a callar o a decir según el hecho considerado. […] Tanto el adhiere al orden impuesto y deja espacio a lo que pueda de sus circunstancias para dar continuidad a las aventuras
específica para expresar tranquilidad, ausencia de movimien- discurso como el silencio son o pueden ser perfectas herra- suceder. El silencio (…) es el estuche de la verdad. [Y] abrir del caballero andante.
Una de las principales metáforas del silencio, empleada La pregunta ahora es, ¿cómo se construye ese otro viaje al de la continuación, aunque sea con un don Quijote ya muer- ruido se convierte en una sorprendente necesidad expresi-
por los clásicos, era la que aludía al mar, lo que permitiría silencio? Tras los capítulos iniciales que resumen la primera to. Sancho reacciona, ante la muerte de su amo, del siguien- va porque “[t]odo en la vida trata de ser, pero al final acaba
relacionar la llegada de don Quijote y Sancho a la playa de y segunda parte del Quijote de Cervantes, y en los que incluso te modo: “cayó de rodillas. Nadie tenía la menor noción de lo conformándose con un fragmento de la totalidad soñada”
Barcelona. Cervantes elabora, a partir de ahí, un delicado te- se cita al apócrifo, Trapiello conduce al lector hasta el que que ocurría en el alma de aquel ganapán, pues él, tan habla- (Gruss, 2010: 35). Trueblood concluye que “el análisis de un
jido literario en el que se entrelazarán el silencio, que va en será el día más silencioso en la novela: dor, no despegaba los labios” (2005, Cap. V: 43. Cursivas mías), aspecto parcial y limitado de una obra de arte permite vis-
aumento, con el ruido de las aventuras que irán apagándose. es decir, Sancho enmudece ante la muerte. lumbrar aspectos de su total organización estética” (1958:
La muerte de don Quijote está precedida por su derrota en Anduvieron caballero y escudero tres meses, día más o De este modo, si Cervantes tejía sus composiciones como 177), por lo que todos esos silencios: reveladores, enfáticos,
la playa, con el mar Mediterráneo como telón de fondo, en el menos, y el destino les llevó hasta Barcelona, donde les si de una fina red se tratara, compuesta por silencio y rui- subversivos, misteriosos, cautivadores… han permitido ex-
enfrentamiento con el Caballero de la Blanca Luna. aguardaban el fin de las aventuras, la derrota y, sin que do, Trapiello también se apropiará de esta técnica. Los que presar, de manera más profunda, el sentir del desenlace ha-
Así se inicia otro viaje, inverso y cada vez más silencioso, nadie pudiera predecirlo, una herida mortal que llevaría Díez Coderque ha denominado como silencios de ambiente, cia el que se dirigían tanto el personaje como su autor.
cuyo testigo es el mar. El silencio constituye ese delicado a la tumba a don Quijote y el desconsuelo a parientes y engloban a los silencios de lugar que, de modo estratégico,
puente que se tiende entre el desenlace anunciado y el fin, la amigos, por una muerte, que fue, para los amantes de “[a]centúan la idea de vaguedad del borroso y polvoriento
muerte. Siguiendo la propuesta de Trueblood de relacionar los detalles exactos, como sigue (2005, Cap. IV, p. 39. paisaje manchego. Nacen, también, como crítica a los libros
la interpretación de los silencios con la vida de Cervantes, Cursivas mías). de caballerías y como reminiscencia de la narración oral.
sería ante ese mismo mar donde el propio Cervantes vería Son un síntoma de preocupación por el respeto de la verdad
desvanecerse sus ilusiones de irse con el Conde de Lemos, Estas palabras enmarcan el momento de la muerte de don histórica” (2003, s/p). En Al morir don Quijote, el entorno rea-
en 1610, cuando este se preparaba en Barcelona para asumir Quijote. De este modo, se produce la continuación de la co- daptado por Trapiello comple(men)ta esta idea con réplicas
el cargo de Virrey en Nápoles. tidianeidad y lo que importa es describir el cuerpo inerte del silenciosas y moribundas:
Canavaggio asegura que todo indica que el Conde quería caballero, en oposición a la imagen que permanece latente
llevarse a un grupo de literatos que trabajarían a sueldo para en la memoria del lector. Una vez más, se construye la des- Los pájaros raros que aún no habían emigrado debían
él. Esta empresa fue encargada a los hermanos Argensola y, cripción por medio de la negación: de haber perecido, al igual que los perros y los animales,
al enterarse, Cervantes se desplaza hasta Barcelona para in- porque no se oía nada, ni un trino, ni un gorjeo, ni un la-
tentar entrevistarse con el Conde, pero no tiene éxito en su La expresión que el hidalgo había tenido en vida, de drido, ni un baladro. Nada. Era un silencio sobrehumano.
empresa y verá partir la comitiva sin haber podido formar combate interior, el cejo fruncido, el rictus melancólico Como si el mundo no existiera, en verdad. (…) No se
parte de ella. Casualidad o no, tanto Cervantes como su per- de la boca, así como la mala color del rostro, un tanto veía un alma y el pueblo parecía abandonado. Lo atra-
sonaje han visto rotos sus sueños en Barcelona, teniendo olivácea, habían desaparecido, y su semblante sugería una vesó Sansón Carrasco de un lado a otro. Todo parecía
como marco el mar. inconmensurable paz, al fin alcanzada, de magnífica esta- muerto, las casas cerradas, los cortiles vacíos, los pájaros
Al morir don Quijote, el escribano da fe de la defunción del tua de alabastro (2005, Cap. V, p. 40. Cursivas mías). fugitivos, los hombres idos, los talleres mudos, los hor-
personaje a petición del cura.01 La desaparición del caballero nos apagados, los molinos inmóviles, los perros sombras
andante, (d)escrita por Miguel de Cervantes, se resume en un Esa “paz” descrita es el silencio impuesto por la muerte. y las mujeres enterradas en lo más hondo y fresco de sus
sucinto párrafo en el que se pone fin a la vida del personaje Un cuadro visual que se crea con la imagen mortuoria del casas (2005, Cap. VIII, p. 65. Cursivas mías).
principal: “En fin, llegó el último de don Quijote” (II, Cap. 74). caballero, pero apelando a otra previa para negarla. En este
Asimismo, atestigua: “que nunca había leído en ningún libro sentido, el escritor tampoco renuncia a los objetos más ca- Aquí Trapiello emplea, para recrear ese “silencio sobrehu-
de caballerías que algún caballero andante hubiese muerto rismáticos que aparecen en el final de la novela cervantina, mano” que lo puebla todo, adjetivos que están relacionados
en su lecho tan sosegadamente y tan cristiano como don Qui- como la pluma. Y así lo refleja en su recreación: con lo inanimado, lo falto de vida o de voz, en definitiva, con
jote; el cual, entre compasiones y lágrimas de los que allí se lo sigiloso.
hallaron, dio su espíritu, quiero decir que se murió” (II, Cap. Parece que esas fueron las últimas palabras del hidal-
74. Cursivas mías). Don Quijote muere en silencio y, de esta go: “No me dé vuesa merced su pluma, porque no me Caminando hacia una conclusión
manera, se dan por concluidas sus andanzas. De este modo, hallo con ella. Quiteria, vete a mi oficina y tráeme de
Cervantes se aseguraba de erradicar posibles continuacio- allí la mía, acaso peor cortada pero hecha a mis silenciosas Este breve recorrido reafirma que el silencio constituye
nes, algo que, de manera simbólica, se proclamará a través melarquías, y me conoce, y es mandible”. Esta manera un elemento que, por momentos, delinea la derrota del
de la pluma de Cide Hamete Benengeli.02 de hablar tan gótica y solemne que tenía cuando se caballero andante como la antesala, casi paradigmática, de
Wardropper comenta el final cervantino: “En la presen- volvió loco, fue la que hizo dudar a algunos momen- la muerte del personaje. El mismo silencio que enmudece
cia de la muerte continúa la vida cotidiana”. Por lo que el táneamente de la veracidad de su cordura. Después, a don Quijote ante el mar, abraza también al caballero en
escritor español Andrés Trapiello aprovechará uno de los don Quijote no dijo nada, y estuvo dos días muriéndose su lecho de muerte y, de modo paradójico, es el que ha ido
principales silencios de la novela cervantina, el de la muer- (2005, Cap. V, p. 42. Cursivas mías). envolviendo a la obra de Cervantes tras su fallecimiento.
te, para construir el punto de partida de su novela. Tanto Incluso para estos personajes de papel, que alcanzaron
es así que, desde el título, Al morir don Quijote, el lector se Este es un tipo de recurso que Trapiello aprovechará para, la inmortalidad de sus hazañas superando el silencio y ele-
situará ya en ese momento. gracias a todos los silencios cervantinos, construir su visión vando su perennidad hasta el grado máximo, la ausencia de
01 “[P]idió al escribano le diese por testimonio como Alonso Quijano el
Bueno, llamado comúnmente “don Quijote de la Mancha”, había pasa- Trueblood, Alan S. «Sobre la selección artística en el Quijote: lo que ha
do desta presente vida y muerto naturalmente; y que el tal testimonio dejado de escribir», en Nueva Revista de Filología Hispánica, t. X, vol. II, nº
pedía para quitar la ocasión de que algún otro autor que Cide Hamete 44, pp. 24-30.
Benengeli le resucitase falsamente y hiciese inacabables historias de sus
hazañas” (Cervantes, II, Cap. 74). Wardropper, Bruce W. “Don Quijote: ¿ficción o historia?”, en G. Haley (ed.).
02 La famosa cita: “Para mí sola nació don Quijote, y yo para él: él supo El Quijote de Cervantes. Madrid: Taurus, 1984 (1965), pp. 237-252. Consulta-
obrar y yo escribir, solos los dos somos para en uno, a despecho y pesar do en: <http://cvc.cervantes.es/literatura/quijote_antologia/indice.htm>.
del escritor fingido y tordesillesco que se atrevió o se ha de atrever a es- 15/06/2016.
cribir con pluma de avestruz grosera y mal deliñada las hazañas de mi
valeroso caballero”. (Cervantes, II, Cap. 74). Zardoya, Concha. “Los silencios de don Quijote de la Mancha”, en: Hispa-
nia, nº 43. pp. 314-319.
DON QUIJOTE:
Obras citadas:
E L E N C A N TA D O R E N C A N TA D O
Canavaggio, Jean. Cervantes. Trad. Rubia Prates Goldoni. São Paulo, Edi-
tora 34, 2005.

Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha I. Ed. y notas Martín de Ri- Gustavo Martínez to que ser y vivir solo es posible realmente si uno se “escribe”
quer. Barcelona: RBA, 1993. Universidad de Montevideo en el mundo.
Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha II. Ed. y notas Martín de Instituto de Profesores Artigas (CFE) Un segundo nivel, más complejo, y que constituirá el eje
Riquer. Barcelona: RBA, 1993. de nuestra exposición, es aquel en que se encuentran los fa-
Corominas. Breve diccionario etimológico. 11ª Ed. Madrid: Gredos, [1961] 2003. mosos encantadores, a los que con tanta frecuencia como
Díez Coderque, Belén. “La función narrativa de los silencios en el ‘Quijote’”. En una novela como el Quijote, donde su protagonista cree despecho se refiere el protagonista. Si bien a veces hace
Artifara, nº 2, (gennaio - giugno 2003), sezione Scholastica, Consultado
(quiere) vivir en el mundo las aventuras que leyó en los li- recaer la frustración de sus aventuras en uno solo, el malva-
en: <http://www.artifara.com/rivista2/testi/silencios.asp>.
bros de caballerías, no puede extrañar que abunden las au- do Frestón (quema de su biblioteca, transformación de los
Egido, Aurora. “La poética del silencio en el Siglo de Oro. Su pervivencia”. sencias presentes o las presencias, en la memoria lectora del gigantes en molinos), lo más común es que los designe de
Bulletin Hispanique, t. 88, nº 1-2, 1986. pp. 93-120.
caballero, ausentes en la realidad. En definitiva, las carencias manera colectiva: los encantadores. Ellos también son au-
Gruss, Luis. El silencio: lo invisible en la vida y el arte. Buenos Aires: Capital de lo real que la imaginación colma. Caballeros, damas, gi- sencias pero, a diferencia de las anteriores, jamás se hacen
Intelectual, 2010.
gantes y toda una gran variedad de personajes, espacios y presentes de manera visible por medio del acostumbrado
Loré, Anthony George. “The three deaths of Don Quixote: Comments in situaciones que la realidad vulgar en la que Don Quijote vive suceso casual que el protagonista mal interpreta en función
Favor of the Romantic Critical Approach”. Bulletin of the Cervantes Society of
no suele ofrecerle, salvo en casos excepcionales como el de de su monomanía caballeresca. Al contrario, su presencia
America. Volume IX, No. 2 (Fall, 1989). Pp. 21-41.
los duques y su castillo, pero que él conjura y hace presentes es puramente verbal, en y por el discurso con que Don Qui-
Moraña, Mabel. Viaje al silencio: exploraciones del discurso barroco. Alicante: gracias a la fe voluntariosa que lo anima. Todos ellos cons- jote intenta explicar en cada ocasión por qué la grandiosa
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2005.
tituyen el primer nivel, el más elemental o inmediato si se aventura imaginada terminó en un fiasco irremisiblemente
Mujica, Miguel Correa. “Sobre la muerte en/de Don Quijote de la Man- quiere, de esas ausencias paradójicas que mencionábamos. vulgar. Igual que en el caso de las falsas identidades asumi-
cha”. Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de
Madrid, 1999. <http://www.ucm.es/info/especulo/numero11/muerte_q. Forman parte de ficciones que otros imaginaron por él y que das por Sansón Carrasco, excluimos aquí el episodio con que
html>. Consultado el 17/10/2016. él va actualizando al hilo de las ocasiones que la realidad le se cierra la primera parte de la novela, cuando el personaje
va ofreciendo: molinos que a sus ojos son gigantes; prosti- es conducido enjaulado de regreso a su casa por supuestos
Orlandi, Eni Puccinelli. As formas do silêncio (No movimiento dos sentidos).
6ª ed. Campinas, SP: Editora da Unicamp, 2007. tutas, hija de ventero o nada agraciada, por decir lo menos, encantadores, que no son otros que el cura y el barbero en-
criada de venta que él eleva a la condición de damas; per- mascarados (I, XLII: 423).01 Son ellos los que hacen falsamen-
RAE. Diccionario de Autoridades. Madrid: Gredos, 1990.
sonajes de la más diversa laya que convierte en caballeros. te presentes a los encantadores ausentes y Don Quijote se
Shakespeare, William. Hamlet. Trad., versión y adapt. de José María Rua- De este último aspecto, excluyo enfáticamente a Sansón limita a creer su farsa, según parece, pues el perspectivismo
no de la Haza. Consultado en: <http://aix1.uottawa.ca/~jmruano/hamlet.
ruano.trad.pdf> Carrasco y sus identidades fingidas como Caballero de los cervantino rodea esa situación, que se prolonga a lo largo de
Espejos y Caballero de la Blanca Luna, porque no se trata varios capítulos, con un cúmulo de ambigüedades y matices
Trapiello, Andrés. Al morir don Quijote. Barcelona: Círculo de Lectores, 2005.
de ausencias que Don Quijote hace presentes proyectando que tornan su significación más elusiva aún de lo habitual.
Trueblood, Alan S. «El silencio del Quijote», en Nueva Revista de Filología
Hispánica, t. XII, 1958. pp. 160-180. sobre la pantalla de la realidad los “clichés” de sus libros, En el tercer nivel de ausencias presentes, el más elevado
sino lisa y llanamente de un engaño con el propósito de que y decisivo para la acción de la novela y su siempre resbala-
Trueblood, Alan S. «Nota adicional sobre Cervantes y el silencio», en Nue-
va Revista de Filología Hispánica, t. XIII, 1959. pp. 98-100. el protagonista lo acepte y pueda ser privado de su papel, diza multiplicidad de sentidos, encontramos a Dulcinea del
cosa que en la segunda ocasión ocurre, haciéndolo retornar Toboso. Ella es la ausencia más famosa de la obra cervantina
a su pasiva condición inicial de hidalgo lector, que se traduce y el personaje virtual por excelencia de la narrativa univer-
irremediablemente en su muerte como personaje. Después sal. A diferencia de los personajes típicos de las novelas de
de todo lo que ha experimentado a lo largo de sus aventu- caballerías que Don Quijote lleva en su imaginación y que, a
ras, Don Quijote no podía volver a leer porque ha descubier- contramano de la realidad, ve actuar en el mundo, Dulcinea
es una ausencia que no puede hacerse presente, no simple- cia, que es todo un agravante, de que mientras la existencia rebosante de colores y sonidos, que tiene a “Sancho Panza fianza. Para cambiar el mundo es preciso mirar más allá de
mente porque no existe, rasgo que comparte con los demás de Amadís y otros personajes famosos es indudable para colgado de sus palabras, sin hablar ninguna…” (136). Antes él pero sin dejar de verlo. Poder ver a Dulcinea en la ordinaria
personajes librescos, sino porque en cuanto personificación nuestro caballero porque son mencionados en los libros, la de que aparezcan siquiera los rebaños, cuando ni Sancho campesina que huele a ajos para así poder luchar con el fin
del ideal que impulsa al protagonista y confiere una impres- de Dulcinea solo se sostiene en y por su fe, sin ningún res- tiene idea de qué es lo que se acerca y los lectores lo sabe- de que, un día, esa campesina pueda llegar a ser Dulcinea.
cindible finalidad significativa a su acción, no debe aparecer, paldo llamémosle “canónico”, esto es, escrito. Dulcinea no mos simplemente porque el narrador nos lo ha anticipado, La fe que tiene en los libros de caballerías y su imagina-
no puede hacerse presente. Ni la realidad es capaz de susci- está “escrita”, sino hecha con y a partir de la ausencia de Al- Don Quijote ya ha dado forma a lo informe, vida a lo que ción encadenada a ellos constituyen el “poder mágico” que
tarla ni Dulcinea de resistir el contacto devastador con ella. donza. No preexiste a esta, como los gigantes a los molinos, habitualmente es indicio y símbolo de su disgregación, hace de Don Quijote un “encantador”, pero un encantador de
La prueba está en que cuando Sancho fuerza la mano en el los castillos a las ventas y las damas a prostitutas y criadas. pasiones y conflictos a lo inanimado. Ha “encantado” la rea- alcance tan limitado que únicamente consigue transfigurar
capítulo X de la Segunda Parte y pretende hacérsela ver en Es la sublimación de Aldonza. Por lo tanto, si esta se hace lidad. O, mejor dicho, la visión de la realidad, porque esta el mundo para sí mismo y, por momentos, hasta que la rea-
una labradora, Don Quijote, que ha sido capaz, sin embargo, presente, aunque más no sea en la figura de una labradora sigue siendo lo que es: rebaños, es decir, puro movimiento lidad rompe los ojos, para Sancho. No cambia nada, pero se
de ver con la imaginación una dama en la feísima y nada dis- cualquiera, devuelve a Dulcinea a su origen, la degrada, la sin conciencia. No es sobre lo material y fenoménico que cambia a sí mismo y a su escudero. Su poder no se ejerce ha-
tinguida Maritornes, no es capaz de sobreimprimir a Dulci- “encanta”. No en vano puede afirmarse que, a partir de este operan los encantamientos de la imaginación quijotesca, cia afuera, a despecho de las intenciones del propio perso-
nea en la campesina, como ha hecho tantas otras veces con momento tan temprano de la Segunda Parte, el protagonis- sino sobre la mirada, porque la novela de Cervantes es, en- naje, sino hacia adentro. Provoca una “metanoia”, una trans-
personajes, lugares y situaciones de sus ficciones preferidas. ta ha recibido una herida espiritualmente mortal, que irá tre otras muchas cosas, un sostenido esfuerzo por cambiar formación interior, que saca al individuo de sí y le permite
Pero es que a Dulcinea no la “leyó”, la creó él y a partir de un socavando su fe y su ánimo. En realidad, a Don Quijote no lo nuestro modo de ver el mundo y los mecanismos convencio- vivir según sus más íntimas inclinaciones dando a su vida
ser real (Aldonza Lorenzo). De allí que cuando Sancho le dice vence el Caballero de la Blanca Luna. Aunque sin proponér- nalmente aceptados, según los cuales funciona y a los que una finalidad desinteresada y, por eso mismo, trascendente
que la labradora es Dulcinea de hecho lo está obligando, in- selo, lo vence Sancho. Una vez encantada la dama por quien obedientemente solemos llamar realidad. Solo una mirada y valiosa. Se me podrá preguntar en relación a Sancho cuáles
voluntariamente por supuesto, a probar por segunda vez la todo tiene sentido, la aventura caballeresca se ve privada de nueva, despejada de las telarañas de lo acostumbrado y son esas íntimas inclinaciones y objetar que de su desinterés
celada, a “hacer nueva experiencia della” (I, I: 28). él. No es casualidad que, a partir de dicho encantamiento, desde siempre aceptado, puede cambiar el mundo, como ha se puede hablar recién después que renuncia al gobierno de
Pero así como el todavía no Don Quijote evitó darle un Don Quijote tome precauciones sobre cómo acometer “con ocurrido tantas veces a lo largo de la historia y muchas otras la ínsula. Sancho, por su misma falta de instrucción, es cré-
segundo golpe a la celada y “la diputó y tuvo por celada fi- menos peligro de su persona” y se deje finalmente persuadir ha fracasado por circunstancias diversas en los más diversos dulo, pero no tonto. Ya en su primera aventura con su amo
nísima de encaje” (I, I: 8) porque sabía muy bien que era de por Sancho de no atacar (episodio de las cortes de la muerte, ámbitos de la actividad humana. Los grandes revoluciona- demuestra haber captado muy bien los mecanismos men-
cartón y, gracias a esta decisión empezó verdaderamente a II, XI: 81-82); acepte pagar los destrozos causados al retablo rios (políticos, científicos, artísticos o técnicos) siempre han tales de este: “¿No le dije yo a vuestra merced que mirase
ser Don Quijote, aunque aún no se hubiese puesto el nom- de Maese Pedro (II, XXVI: 191); se dé a la fuga en la aven- sido los que a fuerza de mirar lo que no se ve, lo que no exis- bien lo que hacía, que no eran sino molinos de viento, y no
bre, es más, sin esa decisión no se lo hubiera podido poner ni tura del rebuzno abandonando, incluso, a Sancho (II, XX- te, han conseguido que lo no visto exista y se vuelva visible. lo podía ignorar sino quien llevase otros tales en la cabeza?”
hubiera abandonado jamás su casa, así también el caballero VII: 198) o haga a su escudero la propuesta indigna de él de El problema de ese encantador frustrado que es Don (I, VIII: 63). Si a eso le sumamos los reiterados fracasos del
ya hecho y derecho de la Segunda Parte no puede “crear” por creerle lo de Clavileño a cambio de que le crea lo de la cue- Quijote consiste en la dualidad contradictoria de su mirada, pretendido caballero y que son más las aventuras que termi-
segunda vez a Dulcinea a partir de la campesina. La remo- va de Montesinos (II, XLI: 283). Indicios todos y entre otros que vuelve inoperante su acción. Por un lado, es un idealista nan peor para Sancho que para Don Quijote, resulta eviden-
ta existencia de Aldonza en los fondos de su memoria lo muchos, impensables en la Primera Parte de la novela, del prendado de elevados valores como la valentía, el honor, la te que si continúa con él es por lealtad y afecto y porque no
inhibe. No puede hacerlo por el mismo motivo por el que desfallecimiento de la fe y el desaliento que van minando verdad y la defensa de los más débiles, todo lo que no suele es solo una “panza”, como tantas veces se lo ha querido ver,
no podía dar un segundo golpe a la celada sin destruirla. al protagonista. Si Dulcinea ha sido encantada, entonces el abundar en el mundo donde se mueve, tanto en ventas y ca- sino que hay latentes en él una capacidad de ensoñación y
Sin destruir al caballero que quería ser. El ideal no puede propio personaje se halla a merced de los encantadores y su minos como en el castillo de los duques. Por otro, un lector un deseo de vivir una vida distinta de la de siempre.
ser sometido a la verificación por los hechos puesto que su andar se vuelve una interminable comprobación de su im- literal hasta la demencia que, después de cincuenta años de Si hay algo, en cambio, donde Don Quijote resulta ser
función es, precisamente, cambiar la realidad que los pro- potencia. Con su dama en poder de los encantadores, Don vida vacua, necesita creer y cree en la vigencia de la sociedad un encantador eficaz es en su capacidad de ver y hacernos
duce. De allí que Dulcinea, que fue forjada a partir de una Quijote ya no puede seguir “encantando” el mundo, esto es, caballeresca en el mundo al que, por otra parte, no parece ver que hay otro ser y otra vida posibles más allá de los ru-
campesina ausente (cuando lo hace, Don Quijote recuerda a infundiéndole significación y grandeza caballerescas a la haberse asomado a lo largo de toda su existencia previa a tinariamente aceptados y hasta un mundo distinto del que
Aldonza, no la tiene delante ni va a verla como sí fue a ver a pedestre realidad que lo rodea. su transformación en caballero. En su locura, confunde los estamos convencidos de conocer si es que nos da el coraje
su rocín antes de ponerle nombre)02 no pueda ser sometida En una novela poblada de encantadores como esta, li- libros que son su mundo con el mundo. De allí su fracaso. de imaginarlo y creer en él. Don Quijote ve lo que cree, por
a la confrontación con una labradora real. Don Quijote creó brescos o reales (dentro del universo ficticio, por supuesto), No consigue distinguir los valores en los que deposita su eso está loco. Pero es gracias a su locura que nos muestra, a
(“escribió”) a Dulcinea, no leyó sobre ella en ningún libro y, auténticos o fingidos, ausentes o presentes, Don Quijote es, fe y por los que guía su acción de los estereotipos anacró- nosotros, los sensatos, lo que podríamos ver si creyéramos.
por lo tanto, tampoco puede “leerla” en la realidad, es decir, a su manera, el mayor de todos ellos, el más poderoso e im- nicos y esencialmente librescos a los que su imaginación y Si no fuéramos los curas y barberos de lo de siempre. Y lo
trasponerla mecánicamente al mundo como hace con los potente a la vez, el que todo lo transfigura sin poder cambiar su mentalidad han quedado fijadas. Ve belleza, grandeza y que podríamos ver es un mundo donde las campesinas po-
estereotipos caballerescos de sus lecturas. Estos son, en de- nada. Sus poderes son la fe, la imaginación y la palabra. To- honestidad donde no las hay y, en consecuencia, a diferen- drían ser damas, por más que huelan a ajos, y los venteros,
finitiva, seres genéricos, categorías huecas y, en esa medida, memos, por ejemplo, el célebre episodio de los rebaños, en cia de cualquier idealista, no puede transformar la realidad hombres de honor. Pero, para eso, sería necesario saber mi-
susceptibles una y otra vez de ser trasladadas a y colmadas el capítulo XVIII de la Primera Parte, tan fina y poéticamente en nombre de ellas porque cree que ya existen en ella. Las rar más allá de las apariencias. Discernir lo creído de entre
con los seres particulares con que se cruza en su camino. analizado por Pedro Salinas (1989: 124-130). En él, con solo prostitutas continuarán siendo prostitutas entre otras cosas las polvaredas contingentes de lo fenoménico, en lugar de
Pero Dulcinea es individual y única como lo es, por ejem- polvo (“una grande y espesa polvareda”: 133), Don Quijote porque para Don Quijote ya son damas. Y Andrés volverá dejarnos cegar por ellas y solo ver rebaños. No en vano el
plo, Amadís de Gaula, a quien menciona e imita, pero con el levanta un mundo poblado de héroes y villanos, ejércitos, a recibir una golpiza porque Haldudo, desde la óptica de tan traído y llevado perspectivismo cervantino. Entre au-
que nunca, sintomáticamente, se “encuentra”. Con la diferen- pueblos, armas y vestiduras de todo tipo, en fin, una escena nuestro héroe, es un caballero y merece, por lo tanto, su con- tores varios (narradores los llamaríamos nosotros), moros
no muy de fiar y moriscos aljamiados que traducen lo que parece lo que es. Los encantamientos constituyen la nega- adelante. Y podía hacerlo, incluso, con el ánimo tonificado, esta para reafirmar su vigencia, como lo ha hecho la ficción
aprueban y omiten lo que no, más tantos personajes que ción implícita de su locura. Son su certificado de sensatez. puesto que ser víctima de las argucias de enemigos dotados de consumo hasta hoy día. Por algo Cervantes ficcionalizó
parecen lo que no son y otros que no son lo que parecen, el Como si esto fuera poco, son el sostén de su identidad y de con poderes sobrenaturales engrandece a quien las padece. el propio acto de narrar a través del moro autor, el morisco
acto de narrar en “Don Quijote” es también un encantamien- su actuar. No es él quien fracasa. Es un poder superior el que No sucede lo mismo, como era de esperar, en el episodio del traductor, el narrador que transcribe el discurso así forjado,
to y Cervantes el mayor encantador de todos, el que trata de frustra sus hazañas sin derrotarlo verdaderamente. De allí el encantamiento de Dulcinea. Primero, porque no le quitan las vicisitudes del propio texto (el inconcluso y el comprado
educarnos (encantarnos) la mirada para que sepamos ver papel ambivalente de los encantadores: son sus enemigos simplemente “la ventura”, sino que lo despojan de lo más que lo completa) y tantos otros procedimientos que apun-
por entre la polvareda de ambigüedades, ambivalencias declarados en el terreno de la acción pero sus mejores ayu- sagrado que hay para el caballero andante: su dama, la que tan, en su conjunto, a hacernos conscientes de que la ficción
e incertidumbres. Para que no nos dejemos engañar por dantes en el plano psicológico. Los que le permiten a Alonso da sentido a su existir y su actuar. No en vano, a diferencia de solo tiene valor cuando pone en entredicho la realidad y se
la literalidad de que fue víctima su protagonista y seamos Quijano seguir “leyendo” mal. Seguir “leyéndose” en el mun- la Primera Parte, Don Quijote pasa un tramo importante de cuestiona a sí misma. Lo demás… son “encantamientos”.
capaces de distinguir no ya entre ficción y realidad, como si do como Don Quijote. la Segunda inmovilizado en el castillo de los duques, indi-
se trataran de bloques monolíticos, sino entre lo que de real Podría decirse que durante toda la Primera Parte de la no- cio de su pérdida de empuje e iniciativa. En la Primera Parte,
hay en la ficción y, sobre todo, lo que de ficción tiene la reali- vela y en unos cuantos episodios de la Segunda los encanta- él creaba la inmensa mayoría de sus aventuras; en cambio,
01 Se cita por la edición: Cervantes, Miguel de. El ingenioso hidalgo Don Qui-
dad. Porque en la medida que lo tiene y seamos conscientes dores le salvan la cara a Don Quijote. Sin embargo, el mane- durante su estadía en el castillo, se las fabrican. En gran me- jote de la Mancha. Madrid: Alianza, 1984, 2 tomos.
de ello se vuelve vulnerable, esto es, modificable. jo enmascarador que el personaje hace de ellos es el motivo dida, se convierte en el bufón involuntario de los duques. En 02 “había una moza labradora”; “un tiempo anduvo enamorado”; “Llamá-
base Aldonza Lorenzo” (I, I: 29).
Es precisamente el empleo que Don Quijote hace de los fundamental de su fracaso. Si la realidad vulgar e injusta de una de las figurillas, no del retablo de Maese Pedro, sino de
encantadores lo que impide que su acción resulte eficaz y todos los días es producto de un encantamiento, de un po- aquel que tiene a la pareja de aristócratas como titiriteros.
Obras citadas
el mundo circundante pueda ser modificado en función de der mágico, entonces se vuelve un absoluto inmodificable. En segundo lugar, y de acuerdo a la trama estereotipada
los ideales en los que cree. Si los molinos son “en realidad” No hay nada que se pueda hacer contra ella, salvo seguir de de las novelas de caballerías, si la dama cae en poder del Cervantes, Miguel de: “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, Alian-
gigantes y los rebaños, ejércitos, por citar solamente dos largo como termina haciéndolo una y otra vez Don Quijote. enemigo, sea este quien sea, el caballero no puede descan- za Editorial, Madrid, 1984.

ejemplos, y molinos y rebaños son tan solo producto de sen- Además, de hecho, no es ni siquiera necesario luchar con- sar hasta rescatarla. Es una cuestión de honor y hasta de Salinas, Pedro: “El polvo y los nombres” en “Miguel de Cervantes y los escrito-
dos encantamientos, queda claro que la tarea que los encan- tra ella, puesto que es tan solo una apariencia y el mundo supervivencia espiritual puesto que, “caballero andante sin res del 27”, Revista Anthropos, Barcelona, 1989.
tadores desempeñan, de acuerdo a los mecanismos menta- ideal en nombre del cual se es caballero en realidad existe, amores era árbol sin hojas y sin fruto y cuerpo sin alma” (I, I:
les del protagonista, es la de salvar la ficción caballeresca, la aunque no se lo pueda ver. Los encantadores le permiten a 29). Es decir, un ser vacío de sí mismo y privado de toda fina-
verdad libresca y, en última instancia, la fe de Don Quijote Don Quijote salvar su identidad y su fe en aquello por lo que lidad trascendente. En el caso de Don Quijote, la situación es
sobre la que reposa su identidad asumida. El mundo es tal lucha, pero no modificar, no ya el mundo, sería mucho pedir, todavía mucho más grave, ya que no se trata de que carezca
cual él cree, pero los encantadores lo transfiguran para que sino al menos siquiera algunas de las situaciones específicas de amores, sino de que le ha sido arrebatado el objeto mis-
no pueda salir airoso en sus aventuras. De este modo, Cer- con las que se enfrenta. mo que, en su fantasía, los motiva y justifica. El problema
vantes nos está sugiriendo que la realidad es una pura fic- Todo esto permite comprender mejor el efecto devasta- radica en que, como Dulcinea no existe, no tiene a quién
ción, un engaño, con lo que nos invita a mirar más allá de las dor que el encantamiento de Dulcinea por parte de Sancho rescatar realmente ni hay tampoco un lugar físico adonde
apariencias y a desmontar su tinglado. Apela a la lucidez del provoca en Don Quijote. Aquello que le permitía preservar pueda ir a rescatarla. De este modo, el comodín de los en-
lector al tiempo que trata de agudizarla. Pero, en el interior su identidad y la fe en sí mismo se vuelve contra él cuando cantadores, que salvó a Don Quijote una y otra vez de la con-
del universo novelesco, las consecuencias de la supuesta ac- su dama, motivo y fin de su acción, cae supuestamente en ciencia del fracaso y, en definitiva, de la inexistencia (si los
ción de los encantadores son exactamente las opuestas. Cie- poder de los encantadores. En los restantes episodios en molinos no fueran más que molinos, sin que mediara magia
gan al caballero. Lo confirman como un mal lector, tanto del que estos, según la interpretación del personaje, interve- alguna, entonces él solo sería la fantasía de un hidalgo loco)
mundo durante sus salidas a este como lo fue de los libros nían, lograban gracias a su poder quitarle “la ventura” (II, termina devolviéndolo a lo que realmente es, sin encanta-
antes. A uno y a otros les fuerza la mano, les impone una in- XVII: 121), esto es, la suerte de poder culminar con una ha- mientos que valgan: un desengañado Alonso Quijano, que
terpretación que es la que él necesita creer, no la que emana zaña un determinado encuentro, pero no “el esfuerzo y el se morirá de cordura, porque no hay enfermedad más letal
de ellos. Se “leyó” caballero en los libros y “lee” caballeros en ánimo” (II, XVII: 121) porque, a pesar de todos los pesares, le que la sensatez de aceptar una realidad de “salpicón las más
el mundo. Y cuando este desmiente a las novelas, apela a los confirmaban que el mundo y él mismo eran tal y como él noches” (I, I: 25). Un mundo hecho con las sobras de lo que
encantadores para salvar el abismo entre uno y otras, entre lo y se imaginaba. Pero justamente, y como ya lo señalára- todos creen.
realidad y ficción. En lugar de admitir el carácter ficticio de la mos, el encantamiento de Dulcinea no hará otra cosa que Don Quijote “encantó” el mundo con el poder mágico de
realidad, reafirma la naturaleza real de la ficción y la blinda ir corroyendo poco a poco “el esfuerzo y el ánimo” del caba- la ficción. Vio lo que no existía y se estrelló contra lo que sí
por medio de los encantadores. Ese es el resorte de su locura llero. Don Quijote cae así víctima de la propia creencia que había. Y para sobrellevar los sucesivos fracasos y salvaguar-
y de su inevitable consecuencia, el fracaso. lo había salvado hasta ese momento, y aun después, de la dar el sentido de su acción tuvo que encantarlo por segunda
Por algo los encantadores no aparecen en la novela. No conciencia del fracaso y el ridículo. Los encantadores han vez: para poder seguir creyendo así que lo inexistente de
pueden aparecer porque solo operan en el interior de Don sido hasta entonces su yelmo y adarga psicológicos. Una vez veras existía detrás del engaño de la realidad. El segundo
Quijote. Son el nombre y la personificación novelesca de que le proporcionaban la explicación íntimamente tranqui- encantamiento acabó, sin embargo, destruyendo al prime-
su mecanismo de negación psicológica. No es él quien está lizadora acerca de por qué las cosas no eran como él decía ro porque la ficción no puede existir con absoluta prescin-
equivocado. Es la realidad la que está encantada, la que no podía desentenderse de la situación frustrante y continuar dencia de la realidad ni, tampoco, ponerse al servicio de
de concebir literatura que viene a sustituir la “máquina de cuando el verdadero autor, Cide Hamete, encuentra en po-
los caballerescos libros”. Se trata del embuste que tiene un der de un médico
buen fin, porque en definitiva intenta dar una verdad a tra-
vés de la ficción. […] una caja de plomo, que, según él dijo, se había ha-
llado en los cimientos derribados de una antigua ermi-
Entretejido de ficción e historia ta que se renovaba; en la cual caja se habían hallado
“TRAZAS Y EMBELECOS”: unos pergaminos escritos con letras góticas, pero en
Manuel Rivero Rodríguez en su libro La España de Don Qui- versos castellanos, que contenían muchas de sus haza-
AUTORIDAD Y MODOS DEL jote cuenta que en el año 1588 mientras se procedía a la ñas y daban noticia de la hermosura de Dulcinea del
EMBUSTE EN EL QUIJOTE destrucción de un antiguo minarete nazarí para construir Toboso, de la figura de Rocinante, de la fidelidad de
una de las naves de la catedral de Granada, se hallaron unos Sancho Panza y de la sepultura del mismo don Quijote,
plomos -llamados luego “Plomos del Sacromonte o Libros con diferentes epitafios y elogios de su vida y costum-
plúmbeos”- y que tal hallazgo dio origen a una “batalla de bres (Cervantes, 2004: 529).
María del Carmen González a través de procedimientos como el perspectivismo, la po- opinión en torno a la idea de España en la que entraban en
Instituto de Profesores Artigas (CFE) lifonía, la multiplicidad de relatos y discursos, y la prolifera- juego falsificaciones, falsas profecías e incluso historiadores Esta escritura la constituyen los poemas burlescos de los
ción de episodios metaficcionales, evadiendo todo centro y moriscos nacidos de la imaginación de eruditos y autores llamados académicos de Argamasilla, no totalmente des-
fomentando la autonomía de lo periférico, al provocar una de ficción” (Rivero Rodríguez, 2005: 27). El extraño descu- cifrados, ya que “por estar carcomida la letra, se entregaron
Y como él sabía que la transformación de Dulcinea había desestabilización en el eje verdad/ficción. brimiento consistía en una caja de plomo que contenía, en- a un académico para que por conjeturas los declarase” (I,52,
sido traza y embeleco suyo, A punto de partida nos serviremos de la etimología de los tre otras cosas, una tela pintada representando a la Virgen 534). Es decir los fijara declarándolos auténticos. Ante esta
no le satisfacían las quimeras de su amo, pero no vocablos que se encuentran en las dos frases que presento María con vestiduras orientales y un pergamino con relatos promesa, de un dilatado dictamen final se cierra la prime-
le quiso replicar, a modo de epígrafe y que constituyeron un disparador para acerca del significado de los objetos hallados. En 1595 tiene ra parte del Quijote, prometiendo una segunda en etapa de
por no decir alguna palabra que descubriese su embuste. el presente trabajo. La primera pertenece a Sancho cuando lugar otro hallazgo consistente en tablillas con una versión desciframiento con la intención “de sacallos a luz, con espe-
Quijote, II, Cap. 16 se hace responsable del engaño que cambió el rumbo de los de la historia de España en la cual los árabes aparecían for- ranza de la tercera salida de Don Quijote” (I, 52: 534).
hechos en la novela (II, 16, 660),02 el episodio desde donde mando parte del círculo que rodeaba al apóstol Santiago.03 Con suficiente distancia, y a la luz de los estudios históri-
Dios lo remedie, que todo este mundo es máquinas y surgirá la idea de una “Dulcinea encantada” (II, 10). La segun- Antes de que estos relatos fueran declarados apócrifos por cos se cree que esos relatos apócrifos fueron elaborados por
trazas contrarias unas de otras. Yo no puedo más. da la pronuncia Don Quijote, confuso ante la destrucción de la Iglesia en 1631, como consecuencia de un estudio enco- un grupo de sabios moriscos en un intento de legitimar la
Quijote, II, Cap. 29 una de sus invenciones imaginarias en la aventura del barco mendado a un grupo de expertos, habrían tenido tiempo de presencia de la raíz arábiga en España, y como una defen-
encantado (II, 29: 777). animar ciertos relatos, no exentos de relación con la profecía sa ante un fuerte empuje, a fines del siglo XVI, de la política
Traza es un término usado en el siglo XVI derivado de tra- existente entre la población morisca de una nueva restau- basada en el estatuto de pureza de sangre emanado de la
Introducción y precisiones previas zar, del latín “tractiare”, tirar una línea, un plan para diseñar ración de España bajo el dominio árabe. Es decir, la idea de monarquía española.04 Fruto de estas tensiones se produje-
algo; embeleco proviene de “embelecar”, de origen incierto, que eran posibles distintas versiones de los hechos se mani- ron rebeliones de moriscos (la más famosa es la de las Al-
Si Don Quijote nace del deseo de aventuras de Alonso Quija- aunque se lo registra en portugués, “quedar atónito” de pro- festaba históricamente en la existencia de estos nuevos re- pujarras), que convencieron a la corona de que la expulsión
no, la novela despliega la aventura literaria más audaz de la bable origen en el árabe “imbelac” con el sentido de “quedar latos acerca del origen de España, además de los extensos era necesaria. Es así que se produce el éxodo de poblaciones
literatura española. Cervantes explota al máximo las posibi- aturdido”; y embuste proviene de “empousteur”, “imposteur”, tratados que discutían a favor o en contra de la hipótesis de moros de distintas zonas de España, desde 1580 hasta 1611,
lidades de su lengua, de la literatura que ha heredado, de la en francés y deriva a su vez del latin “imposter”, “el que me- una España arábigo-cristiana. aproximadamente, lapso que cubre el momento de escritu-
conflictividad de la sociedad en la vivía pero, fundamental- diante fraude suplanta a otro y engaña” (Corominas, 1997). No es difícil relacionar el recurso retórico de la ficción del ra de las dos partes de la novela que nos ocupa.05
mente, es producto de los discursos contrapuestos, “trazas Cervantes en el prólogo a su teatro publicado en 1615 historiador arábigo, Cide Hamete Benengeli, principal autor
contrarias”, que ocupan el lugar vacío de la palabra “verdad”, confiesa haber asistido y admirado en Sevilla las represen- ficticio en la primera parte y responsable total en la ficción Embuste de Sancho a Don Quijote
concepto que Cervantes problematiza desde el primer pá- taciones de quien llama “el gran Lope de Rueda” (1510-1566), de la autoría en el Quijote de 1615, con las tensiones que
rrafo, y en torno a él desarrolla estrategias ficcionales que a al tiempo que se duele del propio fracaso y abandono del amenazaban al discurso histórico monológico a partir de Sabemos que Sancho ha engañado algunas veces a Don Qui-
la postre vienen a desestabilizar toda noción de absoluto. arte teatral diciendo: “dejé la pluma y las comedias, y entró los hallazgos referidos. Si bien es esta una parodia a la atri- jote, por ejemplo inmovilizando a Rocinante en el episodio de
En esta línea se halla la subversión del concepto de autori- luego el monstruo de naturaleza, el gran Lope de Vega, y al- bución de autoría, en la intraficción de las novelas de caba- los batanes (I, 20) o mintiendo sobre su encuentro con Dul-
dad al ficcionalizarse la autoría y convertirla en asunto den- zóse con la monarquía cómica” (Huerta Calvo, 1997: 10). Si llería, a autores desconocidos, la opción por un historiador cinea-Aldonza (I, 31). Lo ha hecho siempre que se ha encon-
tro de la novela.01 Remueve las bases sobre las que se asienta bien Cervantes confiesa haber abandonado el arte teatral, del sector social, cultural y religioso condenado al silencio o trado en una encrucijada entre lo que no quiere, o no puede
la sociedad patriarcal, monárquica y cristiana, al asumirse vemos que este refulge en todo el Quijote desde los prólogos al exilio en la España postridentina es un recurso que apela hacer, y lo que Don Quijote le demanda. En estos episodios
en el texto, tanto la voz autoral como la narrativa, como un pasando por cada rincón de la obra en que un tablado ima- a la inclusión de una problemática histórica en el marco de Sancho muestra toda su gracia, acrecentada por el lazo de
lugar de margen, padrastro o voz arábiga. El espacio del otro ginario sobre prado, peña, monte, venta, palacio, camino o la ficción. complicidad que el narrador construye entre lector y perso-
y de “lo otro” se construye anulando la posición de saber ab- callejuela se diseñó para ese “lector suave” que dejaría per- El asunto de los “Plomos del Sacromonte” se convierte en naje. Sin embargo ningún episodio tan gracioso y triste a la
soluto. La complejidad de lo real se manifiesta en el texto mearse por la “industria”, fábrica de ficciones, nueva forma materia ficticia en el último capítulo de la primera parte, vez como el llamado Encantamiento de Dulcinea. El recurso
del engaño tiene como preámbulo la introspección que saca mente este embuste que será un callejón sin salida para Agoustin Redondo, pero es la legitimación del engaño como Los duques son los creadores del gran embuste de la ínsula
a luz un conflicto entre la verdadera naturaleza de Sancho y el Don Quijote. Sancho triunfará, don Quijote comenzará a camino hacia el buen fin, lo que me interesaba plantear (Re- Barataria. El idealismo de Don Quijote y la ingenuidad de
lugar en que lo ha colocado su “cudicia”, el soliloquio pone en desfallecer, mientras el episodio pasa a constituirse en nú- dondo; 1998: 383-401). Sancho quedan presos en una red que por momentos asfixia
limpio el por qué y para qué ha ido tras Don Quijote. Para salir cleo estructural a partir del que discurrirá la Segunda Parte al lector, quien desea que los personajes salgan nuevamente
de ese brete opta por engañar a su amo teniendo en cuenta de la novela. La realidad burla al deseo a correr mundo, para que se salve la imagen que se ha crea-
el conocimiento que de él ha adquirido, al que reduce a la do en la primera parte de la novela en torno a la pareja de
tendencia a la transformación de lo que ve en lo que desea El embuste, el dinero y el amor En la Segunda Parte del Quijote el narrador nos muestra aventureros, ambos puestos del lado de la honestidad, e
ver. Sancho utiliza ese saber, como luego lo harán los duques, de diferentes formas el agobio del personaje, el decaer de igualados por sus almas de “cántaro”, ahora manipuladas.
para elaborar un plan, traza, artificio, diseño que lo lleve a El embuste como medio para un buen fin alienta a Basilio su energía; pero en ninguna como en esa breve oración A pesar de que esto suene inocuo, no lo es, pues repre-
convencer a Don Quijote que una rústica aldeana es Dulcinea, a utilizar su ingenio para luchar por el amor de Quiteria, en negativa que cierra un párrafo del capítulo 29: “yo no puedo senta el poder manipulador de los deseos que habitan en
es decir hacer pensar a Don Quijote lo que él quiere que pien- el episodio conocido como las Bodas de Camacho, donde se más” (Cervantes II, 29: 777), solo comparable con aquel “ya el interior del individuo en un momento dado, en particular
se, manipulando su deseo, por medio de embelecos, conjunto puede observar un ejemplo del desborde barroco en la fies- en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño”, en su lecho la época barroca, pero con proyecciones sociales y políticas
de estrategias para suspender, persuadir y dirigir el pensa- ta que sirve para ostentar el poder del novio rico (Cervantes, de muerte (Cervantes, II, 74: 1103). La frase está enmarcada a posteriori. Sancho, desea una oportunidad de salir de su
miento de su amo, al modo en que Maravall nos presenta las II, 20: 21). en la aventura del barco encantado. Al principio del episo- condición de pobre, Teresa, su mujer, aunque lo disimule al
estrategias de dominación en el Barroco (Maravall, 2002: 134). La joven Quiteria amaba a Basilio, y había celebrado con dio encontramos a señor y escudero a orillas del río Ebro. principio, también. Hasta ella ha llegado la palabra escrita,
Recordemos que en la medianoche del Toboso Don Qui- él un matrimonio en secreto, no obstante había accedido Don Quijote, luego de haber dado fin a una discusión con las cartas que la ingresan en la rueda de la burla junto a
jote en su afán de encontrar el “alcázar” de Dulcinea somete a casarse con el rico Camacho por obediencia a su padre, su escudero por dinero y servicio, en el que quedaban a sal- Sanchica, a quien vemos correr con desenfado, ilusión y ale-
a Sancho a una posición de incertidumbre absoluta, pues es quien a su vez obedece al dinero, nuevo padre del mundo, vo las reglas de la caballería por las que él se regía y ante la gría inocente delante del mensajero que se dirige a su casa
de noche y mal preparado está un campesino para andar por el cual se dice que ya no se atiende a “esos miramientos” presencia de un barco amarrado a la ribera dice sentir un lla- con las nuevas de su padre gobernador. Ni siquiera ellas se
por andurriales a tales horas. Ante esta situación el escu- (diferencias de linaje, por ejemplo). mado de la propia embarcación, que le solicitaba una acción salvan del brazo prestidigitador de los nobles quienes les
dero se manifiesta molesto, de mal humor y en el borde de Luego de describirse la opulencia de las inolvidables salvadora. Hay una fuerza de orden mágico que le impele otorgan un lugar bufonesco en el gran teatro del mundo. El
la irreverencia va tomando conciencia del sinsentido de lo bodas para Sancho, se cuenta la irrupción de Basilio quien desde cualquier parte del universo, como en las novelas de aturdimiento que generan las trazas contrarias unas de otras,
que están haciendo. Pero especialmente toma contacto con fingiendo un suicidio interrumpe la boda y tuerce el rumbo caballería, a una misión heroica, el rescate de un caballero. del cual el teatro es un instrumento fundamental, tanto
la distancia entre su condición de labriego y hombre con los de los acontecimientos: moribundo (para los espectadores) La mencionada frase cierra el episodio y es pronunciada a como la fiesta, forman parte del repertorio de estrategias de
pies en la tierra con el despropósito de su amo. La interpela- pedirá la mano de Quiteria y solicitará al cura que los case posteriori de un chapuzón en las aguas del Ebro, golpe del frío contención y dominio utilizados por la monarquía, al apro-
ción a sí mismo: “Sepamos, Sancho amigo, adónde va vuesa ya que “el tálamo de estas bodas ha de ser la sepultura” (II, desengaño que desata el desesperado ruego a Dios de San- vecharse de las energías y deseos de superación del indivi-
merced” desencadena una catarata de palabras –el famoso 21: 710), por tanto la joven quedaría libre de inmediato para cho pidiéndole que “le librase de allí delante de los atrevidos duo y manipularlas a su arbitrio (Maravall, 2002), siempre
soliloquio-, que fluye desde su alma colonizada por otras casarse con Camacho. deseos y acometimientos de su señor” y el lamento de Don en favor del interés de los poderosos.
tales de Don Quijote, solo por las palabras, en tanto signi- Hay dos lógicas justificativas en el embuste de Basilio Quijote -luego del diálogo con los molineros que los rescata-
ficante puro pues su significado no existe en su universo explicitadas por Don Quijote, la primera es su condición de ron del agua- que atónito y confuso exclama que los encanta- Finalmente, la impostura como salvación
referencial. (II, 10, 615-616). Sin embargo, para su traza será pobre que lo convierte en un candidato no competitivo para dores que lo persiguen encarnan fuerzas contrarias: “el uno
saber suficiente, ya que la falta ha de ser llenada con indus- contraer el estado matrimonial, mientras que su contendor, estorba lo que el otro intenta”. Los signos contrarios de la reali- El propio don Quijote, y muchos de sus personajes, caen
tria. Es así que generará un libreto para luego actuarlo con Camacho, posee dinero y por esta condición podrá casarse dad lo confunden, y la confusión dará paso a la pesadumbre, bajo el régimen de la impostura, aunque no siempre arro-
finalidad de ser convincente: con quien quiera. La segunda lógica es que el engaño tiene prolegómeno anímico de su encuentro con los duques. jando los mismos resultados y sentidos. De una manera o
como finalidad cumplir con una ley superior, el amor, por lo de otra se refleja la inmersión en una cultura del “embuste”.
[…] no será muy difícil hacerle creer que una labrado- tanto su acto queda justificado por el buen fin. De esta ma- Embuste como burla: los duques Javier Cercas en su novela El impostor dice que “al novelis-
ra, la primera que me topase; es la señora Dulcinea, nera Cervantes utiliza argumentos que unen campos opues- ta la realidad lo mata y la ficción lo salva, porque la ficción
y cuando él no lo crea, juraré yo, y si el jurare, tornaré tos, el utilitario y el afectivo para favorecer al que “posee una Hasta aquí, los embustes han estado legitimados por dis- no es más que un modo de enmascarar la realidad, un modo
yo a jurar, y si porfiare, porfiaré yo más, y de manera falta” si es que esta logra ser suplida por la “industria”. Recor- tintas necesidades de la narratividad, el entretejido con la de protegerse o incluso de curarse de ella” (Cercas, 2014: 204-
que tengo de tener la mía sobre el hito, venga lo que demos que cuando Basilio se levanta, luego de haber fingi- historia, la encrucijada sanchesca, amor versus dinero y la 205). Quien haya leído este libro recordará que a lo largo del
viniere. Quizá con esta porfía acabaré con él que no me do su suicido, todos dicen “Milagro, milagro”, mientras éste, frustración del deseo. Sin embargo, ¿por qué resultan anti- relato se establece un paralelismo entre el personaje Alon-
envíe otra vez a semejantes mensajerías, viendo cuán ufano, niega y replica: ¡No milagro, milagro, sino industria, páticos los duques y toda su parafernalia? La estrategia de so Quijano y Enric Marco, el impostor barcelonés persona
mal recado le traigo de ellas, o quizás pensará, como industria!” Ante lo cual el cura y todos los presentes quedan Cervantes en la construcción de este extenso episodio (II, 30 real y personaje a la vez, quien se inventara una vida heroica
yo imagino, que algún mal encantador de estos que él “atónitos”. (II, 21: 712). Aunque puesta en tela de juicio la legi- a 57), donde se dan las más disparatadas burlas, ideadas, di- para escapar de su mezquina realidad. Fue desenmascarado
dice que le quieren mal la habrá mudado la figura, por timidad del procedimiento, la balanza se inclinará a su favor rigidas y actuadas por los ociosos nobles es mostrar cómo en el año 2005, luego de muchos años de vivir a expensas
hacerle mal y daño (Cervantes II, 10: 617). pues defiende el auténtico amor en lucha con el poder del estos personajes conducen a sus súbditos como si fueran de una falsa historia de superviviente de los campos nazis.
dinero; como en el Evangelio pobreza y amor serán recom- parte de una compañía teatral, convirtiendo a los persona- Cercas sostiene que ambos, el hidalgo y el catalán, usurpan
Mientras Don Quijote ha quedado apartado de su vista por pensados. El episodio tiene múltiples derivaciones que lo jes creados por Cervantes en divertimento que se agota en el un espacio que no les pertenece, el lugar del heroísmo, pues
sugerencia de Sancho, al venir el día, este elabora mental- ligan al contexto de la Contrarreforma, como ha estudiado mero pasatiempo. se apropian de un conjunto de actos y valores reconocibles
05 El episodio del morisco Ricote, en el capítulo LIV de la segunda parte, y
universalmente, atribuyéndoselos para forjarse una identi- su continuación y cierre en el de Ana Félix, donde se reencuentran padre
dad “deseable”. e hija, desde el capítulo LXIII al LXV de la segunda parte son expresión del
entretejido que venimos analizando. Por otra parte el nombre de Ricote
Por más que Don Quijote se extreme y esfuerce, todos sa- hace homenaje a un episodio histórico: la expulsión de los moriscos del
bemos que la locura lo deslegitima como héroe, en el plano valle de Ricote, ocurrida como consecuencia de un bando real de 1610. El
episodio es ampliamente estudiado por Francisco Márquez Villanueva en
literal, y más cuando sabemos, como dice Rivero Rodríguez,
Personajes y temas del Quijote, Madrid: Taurus, 1975.
que el Quijote en su época y fuera de España se identificaba 06 “En el siglo XVII Don Quijote fue para muchos franceses, ingleses,
con esta nación, no por su grandeza sino por factores nega- italianos, holandeses y alemanes una metáfora de las características ne-
gativas de los español, mezcla de desatino, soberbia y falta de realismo”
tivos.06 Lecturas modernas le atribuirán un valor simbólico
a la locura, y a los actos que devienen de ella, pasible de ser
(Rivero Rodríguez: 2005, 17).
DULCINEA, ALMA,
llenado con los más altos valores de la humanidad, primer Obras citadas CAUSA, FORMA
héroe de la novela moderna y origen de un mito literario y
Cercas, Javier. 2014. El impostor. Barcelona, Ed. Random House.
moderno, dado en llamarse “quijotismo”.
Aquello que en el libro de Cercas es inmoral, porque se Cervantes, Miguel de, 2002. Don Quijote de la Mancha, Madrid: R.A.E.
trata de una conducta humana histórica, alcanzada por va- Corominas, Joan. 1997. Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Alicia Parodi Morena, y dar cuenta de ella a Dulcinea, que es la causa “de
Madrid: Gredos, 1997 [1962].
lores éticos y normas sociales y jurídicas, en la novela, es- Universidad de Buenos Aires todo”. Sabemos lo que ocurre: Sancho olvida la carta enviada
pacio de ficción escritural y simbólico, construye un campo Huerta Calvo, Javier. “Prólogo” a Cervantes, Entremeses. Madrid: Edaf, 1997. por su amo, y entre una cosa y otra, la visita a Dulcinea fraca-
Maravall, José Antonio. La cultura del Barroco. Barcelona: Ariel, 2002 [1975].
de tensiones en los que gran parte de la Modernidad se vio Márquez Villanueva, Francisco. Personajes y temas del Quijote. Madrid: sa una vez más.
reflejada. Tal vez la mirada, desencantada y sin restos de Taurus, 1975. Cuando Alonso Quijano decide salir en aventuras como ca- La insistencia en la palabra “causa” a lo largo del texto,
idealismo, del escritor posmoderno del siglo XXI, ve la im- ballero andante, elige cuidadosamente todos los detalles y aquí específicamente referida a Dulcinea, nos llama la
Martín Morán, José Manuel. “Autoridad y autoría el Quijote”. AISO. Actas
postura como un mito del eterno retorno que refleja la im- IV, Centro Virtual Cervantes, 1996. de su flamante avatar: busca las armas de sus bisabuelos, atención. Más que “alma”, “causa”. En Seminario, libro de
posibilidad narcisista humana de verse a sí mismo sin des- las prueba, las vuelve a probar, busca su rocín, busca un próxima aparición, en que discurríamos por la alegoría
Paz Gago, José María. ”Narración. Narradores y narratarios” en Semiótica
truir su propia imagen, con alcance tanto en lo individual y del Quijote, teoría y práctica de la ficción narrativa. Amsterdam, Atlanta: Ro- nombre para su rocín, y emprende la tarea más importante: Sagrada Forma/escritura, detectamos una serie de “to-
como en lo histórico-colectivo. dopi, 1195. elegir una dama de quien enamorarse porque “el caballero mismos”. Con ellos como apoyo, pensamos ahora en una
Cuando Cervantes pone coto a las aventuras de Don Qui- Rivero Rodríguez, Manuel. La España de Don Quijote. Un viaje al Siglo de Oro. andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto, y cuerpo Dulcinea “forma”, concepto inexcusable a la hora de pensar
jote y este se coloca al nivel de lo humano para morir, des- Madrid: Alianza, 2005. sin alma”. Ésa será Aldonza Lorenzo. Aunque se trata de una una poética (Eco, Sáenz,. Bobes, Coomaraswamy, Zumthor,
cabalgando de su mundo ilusorio para tenderse horizontal, moza labradora, su inclusión en el plan inicial circula por los De Bruyne).02
Redondo, Augustin. Otra manera de leer el Quijote. Madrid: Castalia, 1998.
dormir y despertarse hidalgo Alonso Quijano, sin más ni canales idealizantes que corresponden a la identidad de ca- En el camino de vuelta de Sierra Morena, casi en el um-
más, hombre bueno y honesto que enloqueció por sus lec- ballero andante. Imagina la escena de su victoria y el vacío bral de la venta donde habrían de ocurrir tantas historias,
turas equivocadas, reconoce haber caído en su propio em- inmediato que se produciría si no tuviera a quien mandarle don Quijote levanta la prohibición de palabra impuesta a su
buste, el haber creído que hubo y hay caballeros andantes, el prisionero como regalo. Convertido en embajador, éste burlón escudero para conocer los detalles de ese interme-
“pues no se ha de burlar el hombre con la muerte”. Acaso el presentaría a su vencedor ante la dama, con un parlamento diado contacto con Dulcinea. Ocurre entonces lo que llama-
resto fue traza y embeleco, gran y maravilloso embuste de la que se convierte en el primer texto incluido en la novela, y a mos “la entrevista fingida”, donde amo y criado imaginan
ficción literaria para curarse de la realidad. él mismo en figura de “autor”: una Dulcinea de doble perfil.
No nos resulta llamativo que Sancho mienta, pero sí que
Yo, señora, soy el gigante Caraculiambro, señor de la mienta sólo a medias, ya que imagina a Dulcinea como la
insula Malindrania, a quien venció en singular batalla Aldonza que él efectivamente conoce. ¿No hubiera con-
01 El tema ha sido ampliamente estudiado, aunque sigo aquí el estudio
de José María Paz Gago en “Narración. Narradores y narratarios” en Semió- el jamás como se debe alabado don Quijote de la Man- vencido mejor a su amo una Dulcinea a la petrarquesca,
tica del Quijote, teoría y de la práctica ficción narrativa. Amsterdam, Atlanta, cha, el cual me mandó que me presentase ante vuestra como la que intenta fabricar en la Segunda parte? Además,
Rodopi, 1995; así como el de José Manuel Martín Morán en “Autoridad y
autoría en el Quijote”, AISO. Actas IV, Centro Virtual Cervantes. merced, para la que vuestra grandeza disponga de mí una Dulcinea idealizada, ¿no hubiera borrado aquel ingra-
02 Las citas del texto corresponden de aquí en adelante a la edición Mi- a su talante” (32).01 to entredicho sobre la precedencia de hermosura entre
guel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, Madrid, R.A.E., 2004.
Dulcinea y Dorotea?
03 En el Siglo XVII se discutirá el patronazgo de Santiago y se establece-
rá a Santa Teresa como santa patrona de España, lo cual representa un El vencedor, el vencido y la dama son tres funciones que A la vez, ¿era tan fuerte la curiosidad de don Quijote so-
triunfo del nacionalismo ascendente en detrimento del universalismo se combinarán a lo largo de la novela para desencadenar su bre la aquiescencia de la amada como para permitirle a su
romano, una prueba más de la utilización de los elementos religiosos al
servicio de la política fuertemente nacionalista. giro semiótico. Las primeras embajadas fracasan por rebel- escudero una imagen contraria a la proclamada por su ima-
04 Si bien existía desde mediados del siglo XV, no se aplicaba con home- día del embajador. En el tercer intento (25), don Quijote ape- ginación, tal como quedó establecido en el capítulo 25? En
geneidad en todos los reinos. Es a partir de las nuevas normas emanadas
del concilio de Trento (1547-1563), en la España de mediados del siglo XVI, la, no a un gigante vencido, sino a su escudero, un poco cor- la “entrevista fingida” (c.31), como si hubiera un acuerdo pre-
donde se recrudece la política inquisitorial, no como impulso central de pulento y por demás renuente a los sacrificios que exige la vio entre amo y criado, las dos visualizaciones de Dulcinea
la política de Roma sino como herramienta de unidad de la monarquía,
estrechísima orden de la caballería andante. Don Quijote se parecen discurrir, como el paso de un peldaño a otro, en la
siguiendo la fuerte tendencia nacionalista de la monarquía de Felipe II.
ha propuesto, sin causa atendible, hacer penitencia en Sierra edificación de un solo retrato.
Ambos, según veremos, se han inspirado en la imaginería Por ejemplo, el olor sabeo que supone don Quijote va para Es verdad que las alegorías, tan caras al manierismo, no eran cientes” (529, subrayado mío). Doce estrellas y una luna bajo
de la Virgen, y, al parecer, específicamente en la de la Anun- el lado “Iglesia”: del gusto de santo Tomás, que sólo aceptaba las prefigura- los pies que pisan un dragón (no sardinas en lercha) son atri-
ciación, también llamada “celestial embajada” (Réau).03 Así ciones bíblicas. Pero éste podría ser un caso. Sancho mismo butos de “la mujer vestida de sol” del Apocalipsis, con los que
Dulcinea estará ahechando trigo, cuyas espigas adornan los No me negarás, Sancho una cosa: cuando llegaste a se transformará en embajador alígero: “me parece que fuiste en el siglo XV se compuso la imagen de la Inmaculada. No
vestidos de la Virgen, y antes, los de la diosa Ceres. Éste, sin ella, ¿no sentiste un olor sabeo, una fragancia aromá- y veniste por los aires” se asombra don Quijote. Sancho ex- es la única vez que Cervantes usa esta figuración. La pode-
embargo no será trechel sino rubión. Rubión, color oro, son tica, y un no sé qué de bueno que yo no acierto a dalle plica que la velocidad de su viaje se debe a que Rocinante mos encontrar, por ejemplo en La ilustre fregona, referida a la
los cabellos del Niño, para denotar su divinidad. Cervantes nombre? Digo, un tuho o tufo como si estuviera en la cabalgaba como “asno de gitano”, pueblo de origen egipcio, intacta Costanza, también moza.
suele remarcar el rubio de algunos personajes masculinos, tienda de algún curioso guantero? según Covarrubias. Falta que don Quijote se conflictúe con La Inmaculada es criatura creada antes que todas las criatu-
por ejemplo “la confusa madeja de cabellos de oro ensorti- el mandamiento de Dulcinea para que podamos proponer ras. Una Dulcinea inmaculada garantiza todas las trans-for-
jados” de Ricaredo, cuando vuelve al encuentro de su ama- Si la Virgen es Madre de la Iglesia, la Iglesia misma está repre- que el presente coloquial se coloca en el Éxodo y que desde maciones que convertirán, durante esta tercera y última
da, en La española inglesa o la primera visión de Periandro, sentada por Magdalena, pecadora y mística, quien derramó allí se anticipa la “entrevista fingida”. salida, a Sancho en imagen de juicioso juez, y a don Qui-
cuando lo sacan de la mazmorra, en el Persiles. Además de carísimos perfumes en los pies del Maestro (Pinto Mathieu, En ella, hemos tratado de analizar el trabajo de “creación”. jote –bien leído el final- en forma Interna que inspira la
la obvia simbolización divina del oro, el rubio casi rojo viene Louis Réuau, Parodi).05 Heredera, por esta razón de la reina de 1615, en cambio, dramatiza la lectura, la visio tomista, a par- forma de este libro que leemos. Dejamos la exégesis para
de las señas que deja la Virgen cuando cree perdido a su hijo Saba, quien peregrinó desde Etiopía para ofrecer ricos regalos tir del juicio al juicio de don Quijote. La imagen de Dulcinea un próximo encuentro.
de doce años: “es blanco y colorado mi querido: su cabeza al rey David, entre ellos el famoso incienso de su país. Queri- quedará grabada en el alma/tabula rasa de don Quijote,
es una caja de oro, sus labios distilan mirra, todo es amable” dísima santa, Magdalena, entrañable en España, no sólo en pero, sorprendentemente, la simbolización de la Virgen
(Villegas),04 palabras que vienen del Cantar de los cantares. Francia, figurada una y mil veces por Cervantes en toda su aparece detrás de los parlamentos pseudo petrarquescos
01 Uso la segunda edición de Eudeba, ed. de Celina Sabor de Cortazar e
Demás está decir que el trigo trechel nos remite al mejor obra, no podía no componer el “retrato de Dulcinea”. Fue, ade- que Sancho aprendió de su amo. Veamos dos parlamentos
Isaías Lerner. Buenos Aires, 2005.
pan, el Eucarístico. Uno, de menor calidad, seguramente, es más, patrona de los guanteros. Recordemos, de paso, que los que se esmeran en convencer a don Quijote de que de que la 02 Ver, Umberto Eco. Il problema estetico in Tomasso D’Aquino. Bompiani,
el que Dulcinea dará con un pedazo de queso a cambio de sacerdotes usaban guantes al momento de consagrar. aldeana encontrada como resultado de la embajada regla- 1982; El ícono, esplendor de lo sagrado, del P. Alfredo Sáenz. Buenos Aires:
Gladius, 1991; Carmen Bobes et al. Historia de la literatura II, Transmisores,
la carta. Pero antes vienen las didascalias de la recepción de ¿Por qué una Dulcinea “forma”? Ocurre que el Manierismo mentaria, es Dulcinea. Edad Media y Poéticas clasicistas. Madrid: Gredos, 1998; Annada Cooma-
ella. Don Quijote demuestra especial ansiedad: “¿besóla? vuelve a santo Tomás y a la oposición entre forma interior y raswamy, Teoría medieval de la belleza. Barcelona: Tradición unánime, 1987;
Zumthor, P. Esssai de poétique médieval, Paris: Seuil, 1972; Bruyne, Edgar.
¿Púsosela sobre la cabeza? ¿Hizo alguna ceremonia digna forma exterior. Panofsky, en el capítulo “Manierismo” de Idea, Sus doncellas y ella todas son una ascua de oro, todas Estudios de estética medieval, t.III, Madrid: Gredos, 1959.
de tal carta, o qué hizo?” trae una cita del iconólogo Federico Zuccari, que a su vez cita mazorcas de perlas, todas son diamantes, todas rubíes, 03 Para la iconografía de la Virgen, ver, de Louis Réau, Iconografía del arte
cristiano. Iconografía de la Biblia. Nuevo testamento, Tomo 1/volumen 2. Bar-
Ponerse la carta en la cabeza es señal de respeto cuando la Summa (I, 1, 15). Dice así: todas telas de brocado de más de diez altos, los cabellos
celona: del Sebal, 1996.
se recibe y acepta una bula papal, conducta que no obser- sueltos por las espaldas, que son otros tantos rayos del sol que 04 “La Vida de Cristo”, en la Flos sanctorum de Alonso de Villegas, Toledo,
va, por ejemplo Enrique VIII, en La cisma de Inglaterra, de Digo, pues, que Dios,…habiendo creado al hombre en andan jugando con el viento (526, subrayado mío). 1591: 11.
05 Sobre María Magdalena, ver Élisabeth Pinto Mathieu. Marie Madeleine
Calderón. El significante Iglesia es contiguo al que produce su bondad a su imagen y semejanza, quiso además dans la littérature du Moyen Âge. Paris : Beauchesne, 1977; Louis Réau. Icono-
el contexto inmediato, ya que la carta evoca las miles de conferirle la facultad de formar en sí mismo una repre- Cuando don Quijote, inesperadamente cuerdo, afirma que grafía del arte cristiano. Iconografía de los santos, t. 2/v.4, Barcelona: del Ser-
bal, 1977. Míos, “Magdalena, un intertexto estructurante en el ‘Quijote’ de
Anunciaciones en que las palabras del ángel se suponen sentación interior (“Disegno interno”) intelectual , para solo vio tres labradoras sobre tres borricos, y atribuye el de- 1605”, en Actas. Jornadas Cervantinas. A cuatrocientos años de la publicación del
guardadas en un sobrecito que entrega a la Virgen, o ex- que por medio de ésta conociera todas las criaturas y sastre apariencial a los encantadores, Sancho se desespera Quijote (coord.por Alicia Torres, ed. Eleonora Basso y Alicia Torres). Mon-
tevideo, Universidad de la República, 2006: 24-45 y “Dulcinea/Altisidora”,
pandidas en filacteres. formase en sí mismo un mundo nuevo, y para que inter- en un grotesco inolvidable:
en El Quijote desde su contexto cultural, ed. Juan Diego Vila. Buenos Aires:
También la altura de Dulcinea (“alta señora” para don Qu- namente, en su ser espiritual, tuviera y gozara de todo Eudeba: 85-96.
jote; “más de un gran palmo más alta” que Sancho) proviene aquello que conoce y goza externamente, en su ser na- ¡Oh encantadores aciagos y mal intencionados, y quién 06 Panofsky, Erwin, Idea, Madrid, Cátedra, 1984.

de la imaginería medieval y de algunos conflictos suscitados tural; y además, para que con esta representación, imi- os viera a todos esartados por las agallas, como sardinas
en las proximidades del Renacimiento. El Ángel, que antes tando casi a Dios y emulando a la Naturaleza, pudiera en lercha! Mucho sabéis, mucho podéis, y mucho más ha-
anunciaba de pie, se arrodilló para jerarquizar a la Virgen, producir innumerables cosas artificiales semejantes a céis. Bastaros debiera, bellacos,haber mudado las partes
pero también para dar lugar al lucimiento de los pintores las naurales, y por medio de la pintura y de la escultura de mi señora en agallas alcornoqueñas y sus cabellos de
con el juego de curvas, contracurvas y consecuentes claros- nos presentase en la Tierra nuevos Paraísos…” (81).06 oro purísimo en cerdas de buey bermejo y, finalmente, to-
curos del ropaje que ofrecía el ángel humillado. Además, das sus faciones de buenas en malas, sin que le tocaredes
ahora podía desplegar un fascinante par de alas. pero aquí nos detenemos para volver a la poética tomista re- el olor; que por él siquiera scáramos lo que le estaba en-
Como vemos, don Quijote y Sancho atraen una intertex- presentada. Podríamos decir que Sancho provee a don Qui- cubierto debajo de aquella fea corteza; aunque para decir
tualidad que produce un sentido ulterior. Entre ambos re- jote de los datos de la realidad sensible que traducen -alego- verdad, nunca yo vi su fealdad, sino su hermosura, a la que subía
construyen la continuidad de la Anunciación y Encarnación ría mediante- la imagen interna de la Dulcinea-alma de su de punto y quilates un lunar que tenía sobre el labio derecho, a
del Señor en la Eucaristía y la Iglesia. El valor de lo originario amo. A su vez, éste, “emulando casi a Dios” devuelve esa ima- manera de bigote, con siete u ocho cabellos rubios como hebras de
(la Virgen como tierra fecunda, el pan eucarístico, el Niño) gen en construcción artificial. El estímulo puede también oro y largos de más de un palmo (529, subrayado mío).
está siempre en las proposiciones de Sancho, mientras que venir de don Quijote, y se produce entonces otra circulación
el colectivo ‘Iglesia’ parece provenir de la imaginación nutri- de formas, pero siempre encontraremos “un nuevo paraíso”, Don Quijote corrige: “Si tuviera cien lunares como el que di-
da en lecturas de don Quijote. al decir de Zuccari. ces, en ella no fueran lunares sino lunas y estrellas resplande-
obligado a reconocer las similitudes a partir “de estas signa- rragoso y arcaico hace que todos los presentes se asombren
turas y en su desciframiento” (Foucault, 1988: 35). Por eso en del cambio de discurso, para que el anacronismo sea capta-
esta concepción de la realidad, el cosmos se presenta como do como conforme a una situación excepcional y abrupta:
un vasto mundo de símbolos y las formas de saber tienen la
tarea de sacar de su “profunda invisibilidad” (Foucault, 1988: ¡Oh Caballero de la Triste Figura!, no te dé afincamien-
35) lo que está oculto. A ello corresponde desde la Antigüe- to la prisión en que vas, porque así conviene para aca-
PA R O D I A S D E L A R T E A D I V I N AT O R I O , dad el arte adivinatorio.01 Recordemos que, en El Fedro o De bar más presto la aventura en que tu gran esfuerzo
la Belleza, Platón consolidaba el lugar preferencial que el te puso. La cual se acabará cuando el furibundo león
P R O F E C Í A Y VAT I C I N I O S E N E L arte de la adivinación o de los vaticinios poseían, por cuanto manchado con la blanca paloma tobosina yoguieren
QUIJOTE: I, 46 Y II, 35 el trance o el delirio en el que entraba el adivino, estaba al en uno, ya después de humilladas las altas cervices al
servicio de los dioses y del conocimiento del porvenir (2004: blando yugo matrimoñesco, de cuyo inaudito consor-
131). La inspiración era vista como ese enlace con el mundo cio saldrán a la luz del orbe los bravos cachorros que
de lo sagrado, gracias a la cual la divinidad entra en contac- imitarán las rampantes garras del valeroso padre; y
Jorge Chen Sham de las cosas idénticas unas a otras, de mezclarlas, de hacer- to con los mortales; por eso, Platón hablaba aquí de “delirio” esto será antes de que el seguidor de la fugitiva ninfa
Universidad de Costa Rica las desaparecer en su individualidad” (1988: 32), las hace porque se le asociaba al “aliento divino” (2004: 132). Entre las faga dos vegadas la visita de las lucientes imágenes
Academia Nicaragüense de la Lengua idénticas dentro de un proceso de homogeneización. artes de adivinación, Platón calificaba “a la más noble de las con su rápido y natural curso (2005: 481).
Academia Norteamericana de la Lengua Española Para Foucault, la semejanza supone que las cosas se artes, a la que nos enseña[ba] el porvenir” (2004: 131); pero
dupliquen, se reflejen o se encadenen y que el ser huma- distinguía esta de “la investigación sobre el futuro, hecha por La instancia narrativa aclara de que se trata de una “profecía”
no deba encontrar el enlace de semejanza para que, en su hombres sin inspiración, que observaban el vuelo de las aves (2005: 481) lo que vienen de escuchar todos los presentes,
Dentro de esa interpretación seminal que nos proponía Mi- representación, posean un orden y un sentido. Eso implica y demás signos” (2004: 132). Por ejemplo, incluía aquí a los para que el desciframiento de la escena no deje dudas. Pero,
chel Foucault sobre la relación de las palabras y de las cosas, dos cosas, que las “similitudes ocultas” (1988: 35) y las ana- augurios y a todas las “mancias” que implicaban una “teckné” ¿qué elementos para crear la “ilusión” o la “máquina” adivi-
se ubica este trabajo sobre el arte adivinatorio en el Quijote. logías invisibles se expliciten, de tal suerte que lo manifiesto y la inteligencia del adivino. natoria se exponen aquí, para que todos queden asombra-
En ese sentido, Foucault planteaba la primacía semiótica de y lo oculto salga a relucir en la semejanza. Foucault insiste Por lo anterior, Platón esboza la distinción entre dos tipos dos?; de igual forma, ¿aceptan tal interpretación del acto
la semejanza en el pensamiento medieval, es decir, para que en que, en tal enlace, el de la semejanza, las cosas obede- de arte adivinatorio, la profecía y los augurios; en el primera discursivo del Barbero como “profecía”? El trance del adivi-
surja esa manera particular de enlazar la realidad a su inter- cen a “un elemento de decisión” que las transforma, o a una entra el juego el delirio, calificándola “en perfección y digni- no era ocasionado por la inspiración de las Musas y este se
pretación, las cosas debían acercarse con el fin de establecer causa primera. Aquí sin indicarlo explícitamente, Foucault dad” (2004: 132) frente al arte de los augurios, en donde se acompañaba de su movimiento contrario, la expiración en
relaciones a partir de cuatro criterios que exponía Foucault establece en su argumentación la jerarquía divina o el pen- servían más bien de la inteligencia y de la sabiduría de la un movimiento del interior hacia lo exterior del cuerpo. Por
con atención. samiento de lo sagrado, porque indica que este “mundo de astrología, por ejemplo. El arte de la profecía se caracteriza eso, se insiste en la respiración y en el cambio de voz, como
1. Conveniencia o necesidad. Si se privilegia una relación lo similar sólo puede ser un mundo marcado” (1988: 35), es por el don divino de auscultar los símbolos y la trascenden- para identificar que otra voz, que no es la del Barbero, habla
de lugar. Aquí “el orden de la conjunción y el ajuste” (Fou- decir, con señales y con la mano de una fuerza superior, en cia; la locura profética, con esa habilidad de escuchar los por él. En otro diálogo, Platón ponía al mismo nivel el arte
cault, 1988: 27) surgen, cuando lo semejante se asimilila a donde la huella de la divinidad se manifiesta y lo explica con oráculos y “a predecir el porvenir mediante […] presagios” de la adivinación profética y el de la poesía; “Ion, o De la Poe-
lo cercano dentro de un encadenamiento de las cosas. La arreglo al filósofo Paracelso en tanto principio de autoridad: (Cañas, 1995: 83), es coherente con el procedimiento de la sía” las hace venir las dos de la misma posesión divina: “En
noción de “conveniencia” apunta hacia un proceso de causa semejanza en donde hay que saber las marcas del porvenir esto dicen la verdad, porque el poeta es un ser alado, ligero
y efecto gracias al cual las cosas se aproximan y se enlazan No es la voluntad de Dios —dice Paracelso— que en la realidad porque la divinidad habla; pero en el mundo y sagrado, incapaz de producir mientras el entusiasmo no le
por similitud y conveniencia. permanezca oculto lo que Él ha creado para beneficio profano del Quijote, esta relación de semejanza se cuestiona, arrastra y le hace salir de sí mismo. Hasta el momento de
2. Emulación o generación esporádica. Se privilegia aquí del hombre y le ha dado… Y aun si hubiera ocultado esa es tesis de Foucault en Las palabras y las cosas02 y repercute la inspiración, todo hombre es impotente para hacer versos
una relación libre a partir de la ley de lugar. Esta relación ciertas cosas, nada ha dejado sin signos exteriores y también en la manera en que Cervantes incorpora para pa- y pronunciar oráculos” (1957: 96). La impostura del barbero
acerca las cosas en la distancia y no en la proximidad, ya que visibles por marcas especiales —del mismo modo que rodiarlo el arte de la adivinación. es tan convincente con ese cambio de voz que impresiona a
son el resultado de una semejanza sin contacto directo. De un hombre que ha enterrado un tesoro señala el lugar El primer ejemplo se encuentra, en I, 46 cuando por fin todos los presentes (Chen 2013: 23), tal y como lo constata la
este modo, “sin encadenamiento ni proximidad” (1988: 28) afin de poder volver a enontrarlo (Los nueve libros sobre contienen a don Quijote y lo encierran en una jaula para instancia narrativa: “Y al acabar de la profecía, alzó la voz de
las cosas se repiten por relación de emulación. la naturaleza, citado por Foucault, 35). llevarlo de regreso. Su finalidad es aquí persuadirlo de que punto y disminuyóla después con tan tierno acento, que aun
3. Analogía. Para Foucault en esta operación se superpo- regrese de buena gana a su casa, tal y como se habían com- los sabidores de la burla estuvieron por creer que era verdad
nen las dos anteriores, pues articula relaciones de semejan- En el ejemplo proporcionado por Paracelso y del que se prometido cura y barbero a raíz de la segunda salida del lo que oían” (2005: 481). Las modulaciones frenéticas o los
za pero las sujeta a ajustes y a otras relaciones “que no son apoya Foucault, se parte de que toda realidad profunda y caballero andante. Ante las reticencias de don Quijote, el cambios de voz hacen pensar en consonancia con sus ade-
las visibles y las macizas de las cosas mismas; basta con que suprasensible posee marcas, “signos exteriores y visibles”, barbero emprende la iniciativa de encubrir su voz, la impos- manes y movimientos corporales que no se explicitan pero
sean las semejanzas más sutiles de las relaciones” (1988: 30). que deben interpretarse por relación de semejanza con la ta y se dirige al caballero andante simulando con “una voz imaginamos aquí, como parte de la puesta en escena, en el
4-Simpatía. Aquí las relaciones son aleatorias, movibles y finalidad de encontrar su sentido, su significación. Ello im- temerosa” (2005: 480), portentosa y grandilocuente. Con el trance propio del entusiasmo divino.
desplazables, para que las relaciones desemboquen en el plica dos cosas, que el cosmos funciona y expone las marcas cambio de voz se marca el trance del personaje como si fue- En cuanto al contenido de la profecía, recordemos debe
principio de la “mismidad”, de la asimilación, pues “al hacer de una “determinación superior” y que el ser humano está ra un “arrebato” de una presencia trascendental; su estilo fa- de predecir el futuro y eso es lo que está en juego en las
palabras del barbero. Retoma ese subgénero de las sátiras buen señor; y asegúrote, de parte de la sabia Mentiro- Este es el efecto pragmático-persuasivo de la profecía sobre que para recobrar su estado primo
políticas que ya exponía con pertinencia el libro que coor- niana, que tu salario te sea pagado, como lo verás por don quijote, quien dócilmente se dejará conducir a su hogar. la sin par Dulcinea del Toboso
dinaba Agustín Redondo con el título de La prophétie com- obra […] (I, 46, 481). ¿Por qué acepta su cumplimiento? Y esto es lo contrasta en- es menester que Sancho tu escudero
me arme de guerre des pouvoirs: XVIè-XVIIè siècles, en el que la tre la visión de mundo providencialista y la de sus acompa- se dé tres mil azotes y trescientos
actualidad de su palabra se relaciona con la posibilidad de En cambio, a Sancho Panza le reconfirma la promesa de la ñantes. Más arriba la instancia narrativa se empeña en refor- en ambas sus valientes posaderas,
liberar el pensamiento (Redondo, 2000: 7), eso sí, dentro ínsula y el pago de todos los salarios “caídos”, de manera que, zar el contexto de parodia en el que se sitúa la escena, “aun Al aire descubiertas, y de este modo,
de su arrastre milenarista o apocalíptico (Prada 2012). Si en su caso, la profecía no tiene la misma fuerza ni el valor los sabidores de la burla estuvieron por creer que era verdad que le escuezan, le amarguen y le enfaden.
queremos buscarle un contexto inmediato en el siglo XVII anticipatorio, porque no pasa por una interpretación de la lo que oían” (2005: 481). Es decir, estamos aquí ante una Y en esto se resuelven todos cuantos
español, Camille Philippe ha analizado cómo las referen- astrología. No hay visión ni enigma en lo que se refiere a las “burla” planificada y abiertamente consentida; por lo tanto de su desgracia han sido los autores,
cias mitológicas y clásicas se instrumentalizaban en unos promesas materiales anunciadas al escudero, tampoco se no hay profecía ni arrebato divino que anuncie un futuro al y a esto es mi venida, mis señores. (2005: 824)
textos que atacaban la legitimidad del poder y servían para ofrece un sentido que invite a descifrar un código figurativo. caballero andante; solamente hay una patraña y unos per-
esbozar corrientes contra-hegemónicas a la Monarquía, El discurso no es críptico como en el caso de don Quijote y sus sonajes que se han puesto de acuerdo para engañarlo. Si la Llama poderosamente la atención que en ningún momento
cuando las profecías anunciaban la caída de los validos rea- interpretaciones se apegan a los acontecimientos de la nove- aceptación por parte de don Quijote de los designios divinos se haga mención al estatuto del acto discursivo que realiza
les y retomaban concepciones astrológicas por medio de la la en relación con las promesas en la prestación de los servi- se confirma en la recompensa esperada y en la fe inque- Merlín, ni tampoco lo señala la instancia narrativa ni ningu-
configuración de cartas astrales y sus ascendentes (Philippe cios y se apega “à l’exigence de la vérification empirique des brantable en su vaticinio, es porque no podría cuestionar la no de los personajes. En la edición del IV Centenario, el editor
2014: 33). En el caso que Cervantes presenta aquí, bajo la or- événements prédits” (Gil, 1991: 29), cosa que no sucede con intermediación de la divinidad en sus propósitos; la trascen- toma la iniciativa de intitular este capítulo como “La profecía
questación de Cura y barbero, verdaderos oponentes de don don Quijote. Pero en ambos sujetos sobre los cuales actúa dencia se manifiesta y obra en las existencias de los morta- de Merlín” (823), lo cual sería más bien un efecto de lectura.
Quijote, ellos lo destituyen de su poder simbólico en tanto la profecía, su verificación debe producirse en lo inmediato; les y habla por medio del arte adivinatorio. Mientras que el Ahora bien, ¿se ajusta a una profecía? Si bien es cierto que
caballero, al encerrarlo y llevarlo de regreso a su casa. Tam- su efecto de persuasión debe recaer en quienes se ha hecho consentimiento y la connivencia de los personajes deja ver hay una mención a un don Quijote triunfante (“oh varón
bién emprenden paradójicamente el movimiento contrario la predicción y en su capacidad para interpretar su sentido, que se trata de un montaje y de parte del estratagema del como se debe/ por jamás alabado”, “de la Mancha esplendor,
de una futura restitución, pues su derrota se acompaña de como queda esclarecido en la reacción de don Quijote: Cura y del Barbero por devolver a su casa a don Quijote, el de España estrella”), que lo favorece y lo glorifica (Philippe,
una profecía que le augura a don Quijote un futuro provi- lector debe ser cauto también en ver estas diferencias entre 2014: 33), no se predice el futuro como tal. El cautiverio o la
sorio: contraerá nupcias y tendrá gran descendencia y para Quedó don Quijote consolado con la escuchada profe- las palabras y las cosas, porque en el caso de Sancho Panza, redención de Dulcinea terminarán cuando el escudero eje-
ello, retomemos el inicio de la profecía, se vale de un sím- cía, porque luego coligió de todo en todo la significa- la “sabia Mentironiana” es su vaticinadora; la onomástica cute sus azotes, de manera que depende del individuo, de
bolo de alto contenido mayestático y dinástico, como es el ción de ella y vio que le prometían el verse ayuntados viene al auxilio de esta farsa premeditada. sus actos propios porque debe dárselos él libremente y sin
“león” rampante de Castilla, símbolo de la realeza; y otro de en santo y debido matrimonio con su querida Dulci- Por su parte en II, 35 y dentro del episodio en casa de los ninguna obligación. No hay intermediación de la providen-
contenido religioso como lo es la “blanca paloma” , con sus nea del Toboso, de cuyo felice vientre saldrían los ca- Duques, se vuelve al arte adivinatorio en un contexto de es- cia ni el destino humano está en manos de lo sobrenatural
alusiones a la amada dentro de esos esponsales del Cantar chorros, que eran sus hijos, para gloria perpetua de la pectáculo teatral; indica la instancia narrativa que se trata o extraordinario, depende de la disposición humana, de tal
de los cantares” (Fine, 2014: 57). Mancha; y creyendo esto bien y firmemente, alzó la voz de “un carro de los que llaman triunfales” (2005: 822), con suerte que Sancho Panza muestra sus reticencias en aceptar
Así pues, se anuncian las bodas y la futura heredad de don […] (I, 46, 481). una procesión de disciplinantes, acompañados de las an- tal augurio o vaticinio. Y no lo acepta porque, en este caso,
Quijote, como si fuera una promesa dinástica y el culmen a torchas de rigor. La escena la califica la instancia narrativa no se ha cumplido con la configuración del tema astral ni
todos sus sacrificios y desilusiones; las palabras proféticas No habrá cuestionamiento de la profecía en don Quijote ni con un contraste de afectos, pues “admiraba y espantaba hay una verdadera predicción. Falta aquí lo que Platón expli-
del barbero vaticinan “la cifra alegórica de este enlace” (Ca- en Sancho Panza; el caballero andante acepta la profecía y juntamente” (2005: 822), para que la música, las antorchas y caba como “la inspiración” profética. Entonces, II, 35 no tiene
salduero. 1970: 190) todavía incierto, por lo que opera sobre no buscará corroborar su interpretación; más bien la acepta los disciplinantes asusten y asombren al crear esa atmósfera la fuerza de lenguaje que I, 46, para acallar cualesquiera re-
revelaciones que pueden ser tomadas como visionarias sin poner en duda sus argumentos y espera el cumplimien- propia de lo maravilloso y de la ilusión teatral. Una figura, acciones negativas por parte del escudero y, de este modo,
por parte de don Quijote. Lenguaje alambicado, profuso en to de la profecía en tanto consolatio. El principio de la ana- que posee cara de la Muerte, les habla a los que contemplan que se entregue a la penitencia solicitada. La creencia en el
imágenes del repertorio heráldico y mitológico, el barbero logía es lo que determina esta relación entre el cautiverio el “carro”; la acotación de la instancia narrativa, referida a la poder de lo sobrenatural y la articulación entre el mundo
maese Nicolás, “no el del albarda” (I, 466, 480), como señala y la derrota momentáneos y el futuro promisorio; su enca- voz apagada y cortada, describe más bien la cara de la Muer- sensible y la Providencia se derrumban aquí y se desmoro-
la propia instancia narrativa, hace una profecía que contiene denamiento se produce gracias a este sentimiento que ha te. Quien viene de ultratumba es el sabio Merlín; él atestigua na, cuando, encolerizado el caballero andante, lo insulta y
dos predicciones; la primera se refiere al destino de don Qui- despertado en don Quijote, “consolado con la escuchada la presencia lóbrega y lastimera de Dulcinea del Toboso en lo amenaza: “Tomaros he yo –dijo don Quijote–, don villa-
jote como ya vimos, la segunda al de Sancho Panza: profecía” indica el texto, para que encuentre en los eventos los infiernos. Y dirigiéndose a don Quijote, con el fin de que no, harto de ajos, y amarraros he a un árbol, desnudo como
la mano invisible de la providencia y de un destino superior. sirva de intermediario (que persuada u obligue a su escude- vuestra madre os parió […]” (2005: 824).
Y tú, ¡oh el más noble y obediente escudero que tuvo Don Quijote acepta que la existencia se mueve por caminos ro a la ejecución salvadora), anuncia el fin del cautiverio de Así, interviene don Quijote amenazando de hacerlo por
espada en cinta, barbas en rostro y olfato en las nari- inesperados; en una suerte de “predestinación” debe pade- la dama: la fuerza y darle él mismo los azotes en una clara adverten-
ces!, no te desmaye ni descontente ver llevar así delan- cer por estos “trabajos” en tanto prueba para alcanzar: “hasta cia de que debe someterse, cuando Merlín agrega que estos
te de tus ojos mismos a la flor de la caballería andante, ver cumplidas tan alegres e incomparables promesas como A ti digo, ¡oh varón como se debe deben ejecutarse por voluntad propia, como si fuera una
que presto, si al plasmador del mundo le place, te ve- las que aquí se me han hecho” (2005: 482), recuerda con fe y por jamás alabado!, a ti, valiente cláusula de un contrato. Sancho Panza vuelve a mostrar su
rás tan alto y tan sublimado, que no te conozcas, y no esperanza el caballero para que piense en los hilos que mue- juntamente y discreto don Quijote, reticencia, argumentando que debe ser su amo quien se los
saldrán defraudadas las promesas que te ha fecho tu ven su destino. de la Mancha esplendor, de España estrella, dé en procura de socorrer a su dama y termina abjurando de
sations, 1 (1991): 23-38.
la siguiente manera: “El señor mi amo sí que es parte suya, la empresa caballeresca está en las manos del “simple” escu- miento ya anacrónico para su tiempo. Y este descreimiento Gómez-Moriana, Antonio. “La evocación como procedimiento en el Qui-
pues la llama a cada paso «mi vida», «mi alma», sustento y dero y a su escatológico remedio de azotes en “sus valientes tal vez se deba a que en el Quijote falten criterios hermenéu- jote”. Imprévue, n. 1 (1982): 161-201.
Platón. “Ion o De la Poesía”. Diálogos escogidos. Buenos Aires: El Ateneo, 1957.
arrimo suyo, se puede y debe azotar por ella y hacer todas posaderas”, reescribiendo de esta suerte la autoridad de los ticos propios para interpretar una profecía (Chen, 1998:62- Platón. Fedón / Fedro. Madrid: Mestas Ediciones.2004.
las diligencias necesarias para su desencanto; pero ¿azotar- libros de caballería.03 Todo el reino depende de un acto de 63), cuando desde la Antigüedad grecolatina estos se ajusta- Prada, Natalia Silvia. “Profecía y política: reflexiones historiográficas para
una introducción al dossier ‘A propósitodel año 2012: Vetas políticas del
me yo…? ¡Abernuncio!” (2005: 825). Ante el forcejeo verbal una trascendencia ridiculizada, para que haya una parodia ban a dos procesos de verificación: el carácter premonitorio
profetismo moderno y contemporáneo’”.
y no tanto físico, la negativa de Sancho Panza exaspera a la de las profecías del mago Merlín, las cuales aquí Cervantes de los sueños y la presentación de acontecimientos sobre- En Débasts, 2012, https://nuevomundo.revues.org/63656 (consultado el
ninfa que acompaña a Merlín, y, en este fondo trasvestismo subvierte en su función y en atribuirle un sentido burlesco. naturales como podría ser algún fenómeno de la naturaleza 27 de noviembre del 2016)
Redondo, Agustín. “Introduction”. La prophétie comme arme de guerre des pou-
teatral, enuncia “con un desenfado varonil y con una voz no En cumplimiento del mandato y por obediencia, Sancho o de los cielos;06 no hay señales divinas que conduzcan a un voirs: XVIè-XVIIè siècles. París: Presses de la Sorbonne Nouvelle, 2000: 7-21.
muy adamada” (2005: 825). La sarta de insultos es aún más Panza ejecuta su penitencia in extremis en II, 71 y 72,04 en desciframiento dentro del género. Tal ausencia por un lado, Roubaud, Sylvie. “La prophétie merlienne en Espagne : des rois de Grande
Bretagne aux rois de Castille”. Augustin Redondo (Ed.). La prophétie comme
larga que la anterior; comienza de esta manera: “—¡Oh varios tractos y siempre con un interés pecuniario.05 La ins- y por otro, la oposición entre un don Quijote con plena espe- arme de guerre des pouvoirs : XVIè-XVIIè siècles. París: Presses de la Sorbonne
malaventurado escudero, alma de cántaro, corazón de alcor- tancia narrativa indica que “el socarrón dejó de dáselos en ranza de que la providencia le habla y unos personajes que Nouvelle, 2000: 159-174.
Rousseau, Isabelle. “Prophétie et réécriture de l’histoire dans les vaticina-
noque, de entrañas guijeñas y apedernaladas! (2005: 825). las espaldas y daba en los árboles” (2005: 1085), con lo cual se esmeran por crear la “máquina ilusoria”, crean una tensión
tions de Merlin à Maître Antoine”. Augustin Redondo (Ed.). La prophétie
Los insultos siguen una cadena sinecdótica, en la que “alma no sigue el vaticinio de Merlín. Termina de azotarse en II, 72, percibida por el lector de la novela. Del género imitado al comme arme de guerre des pouvoirs : XVIè-XVIIè siècles. París: Presses de la
de cántaro” hace referencia al corazón que se quiebra fácil, para que tanto amo como escudero marchen tranquilos a modo de realizarlo hay un “largo trecho” para que surja su Sorbonne Nouvelle, 2000:175-190.

para seguir en el siguiente con la vaciedad de su “corazón su aldea y en el camino la instancia narrativa reproduzca la parodia (Gómez-Moriana, 1982: 184).
de alcornoque”, mientras que, en la derivación de palabras perspectiva del caballero que espera encontrarse redimida
“guijeñas y apedernaladas” entran en equivalencia con la a Dulcinea, “teniendo por infalible no poder mentir las pro-
dureza de su corazón. El ataque no es directo si no se logra mesas de Merlín” (2005: 1093).
01 Este término se utiliza en el sentido de que tenía la teckné en la época
descodificar el conceptismo de estas agresiones verbales En conclusión, se produce una banalización del oficio
griega clásica, en tanto forma de trabajo con reglas y discursos.
y este es solamente el comienzo. Hay aquí un complejo de del profeta o del adivino, cuyo influjo vital y espiritual lo 02 Volveremos más adelante a ello.
agresiones verbales e insultos para que Sancho cambie de hacía acreedor de un hálito cósmico que sacralizaba el ver- 03 Ese es precisamente el punto de vista de Isabelle Rousseau, para quien
el principal efecto discursivo de las profecías es reescribir la historia, tal y
opinión y en el que además entra la Duquesa también. Ya el bo poético. Este mundo providencial es únicamente válido como aquí sucede en el caso de la del caballero andante (2000: 176-177).
mundo de la profecía no funciona aquí, el azar y la trascen- para don Quijote; no lo es para los demás personajes. La 04 Agradezco a mi colega Santiago López Navia el haberme recordado
este final del episodio después de la exposición de este trabajo durante
dencia dan paso al interés y a la esfera de lo personal cuando relación con la divinidad y el providencialismo se encuen- las Jornadas cervantinas; este desenlace es esencial para comprender la
Sancho Panza es quien debe padecer por otra persona. Ya no tran cuestionados en este mundo del Quijote, en donde para significación de la parodia.
05 El sentido mercantil de la pentinencia no debe pasar por alto de que se
es materia de la caballería ni de las grandes causas; no se le funcionar, debe hacerse como “burla” o como carro alegórico
trata de una transacción económica.
prorporciona la importancia a lo sagrado ni se entiende sus que todos los personajes aceptan como ilusión. Nos enfren- 06 Sí existen, para poner un ejemplo contrastivo, en el rey Basilio en La vida
propósitos trascendentales, cuando Sancho Panza se rehúsa tamos a una verdadera neutralización del arte adivinatorio es sueño, cuando este alude a su conocimiento astrológico para leer las se-
ñales apocalípticas. Véase vv. 600-724 (Calderón de la Barca, 1989: 96-99).
azotarse en beneficio de su amo. que, por su herencia y estirpe, caracterizaba la vocación di-
Aunado a lo anterior, se encuentra el contexto de parodia vina a la palabra, ya sea poética o sagrada. De esta manera,
Obras Citadas
que despunta con lo teatral de los disfraces y la imposta- si la profecía promueve el desorden y el desarreglo de la vo- Calderón de la Barca, Pedro. La vida es sueño. Madrid: Editorial Cátedra, 16ª.
ción de la voz, además de la ambientación lúgubre y lasti- luntad del sujeto, obnubila la percepción y los sentidos con edición, 1989.
Casalduero, Joaquín. Sentido y forma del “Quijote” (1605-1615). Madrid: Ín-
mera de los disciplinantes. La parodia queda al descubierto lo cual no se distingue ni la realidad ni la ilusión, lo verdade-
sula, 1970.
cuando el personaje de Merlín es quien lanza su vaticinio. ro de lo falso, él único en quien funciona es en don Quijote, Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. Edición del IV Centenario.
Sylvie Roubaud ha analizado la impronta de esta figura en en quien existe una distrofia de los órganos del juicio y de Sante Fe de Bogotá: Editora Aguilar, 2005.
Cañas Quirós, Roberto. “La poesía en Platón (I Parte)”. Revista de Filosofía de
lo que se conoce como la colección de profecías de Merlín, la razón, porque “el arte imitativo no le habla a la razón, la la Universidad de Costa Rica 33.80 (1995): 79-85.
las cuales circularon en Europa entre 1250 y 1270 y que, en mejor parte del alma, sino que procura atizar los instintos y Cañas Quirós, Roberto. “La poesía en Platón (II Parte)”. Revista de Filosofía de
la Universidad de Costa Rica 36.88-89 (1998): 331-340.
materia del ciclo artúrico difundidas por Geoffrey de Mon- las pasiones” (Cañas, 1998: 336). Chen Sham, Jorge. “La fuerza ilocutiva de la profecía en La vida es sueño”.
mouth bajo el título de Prophetiae Merlini, se mezclan con Muy bien decía Foucault en Las palabras y las cosas que don Anuario de Estudios Filológicos, vol. 21 (1998): 57-72.
Chen Sham, Jorge. “Imposturas del barbero maese Nicolás: disfraces y
las tradiciones peninsulares para legitimar los destinos dcl Quijote consultaba constantemente ese libro de la caballe-
máscaras”. Segundones en el “Quijote”: de personajes, invenciones y otras minu-
reino de Castilla y de sus reyes. Roubaud es contundente en ría “sin cesar a fin de saber qué hacer y qué decir y qué signos cias. María Stoopen (Coord.). México, D. F.: Facultad de Filosofía y Letras,
ver la relación entre mesianismo providencialista y la ins- darse a sí mismo y a los otros para demostrar que tiene la UNAM, 2013: 15-27.
Fine, Ruth. Reescrituras bíblicas cervantinas. Madrid: Universidad de Nava-
trumentalización de la profecía como arma política (2000: misma naturaleza que el texto del que ha surgido” (1988: 53). rra, Iberoamericana/Vervuert, 2014.
164). Pero más allá de la reproducción de sus palabras, llama Una de las claves es, en efecto, que ese mundo funciona con Foucault, Michel. Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias hu-
manas. México, D. F.: Siglo Veintiuno Editores, 18ª. edición, 1988.
otra vez la atención que Cervantes inserte a Merlín, princi- arreglo al destino y a la divinidad que le habla constante- Philippe, Camille. “Les luttes de factions au début du règne de Philippe
pio de autoridad en tanto mago en las novelas caballería, mente al ser humano y, para ello, está la “infalibilidad” d en III : le Discurso crítico que contra el gobierno del señor rey don Phelipe [sic] II y en
favor de su hijo el señor Phelipe III que reynaba escrivió [sic] Íñigo Ibáñez de Santa
dentro de una profecía que no anuncia ninguna legitimi- tanto premonición de un futuro incierto. Para el resto de los
Cruz et la contre-offensive de Navarrete”. S’opposer dans l’Espagne des XVIè
dad dinástica ni acepte el providencialismo para explicar personajes, este lenguaje resulta ser contradictorio e ino- et XVIIè siècles : Perspectives historiques et représentations culturelles. París:
los actos humanos. Todo lo contrario, la salvación de toda perante al no reconocerse en unas creencias y en un pensa- Presses de la Sorbonne Nouvelle, 2014: 33-40.
Gil, Fernando. “La preuve de la prophétie”. Annales: Économie, Société, Civili-
se reconcilian las parejas, con lo cual, irónicamente, nuestro despiertan el ánimo para ponerse en camino y éste es el mo-
curioso caballero de vidas ajenas es el único personaje que tor que desata todas las aventuras.
se pierde el desenlace de las historias de Dorotea y Fernando,
Luscinda y Cardenio:“y su amo se estaba durmiendo a sueño 2. Por la profesión caballeresca.
suelto, bien descuidado de todo lo sucedido” (I, XXXVII, 410). Él mismo se autodefine: “Los de mi profesión mejor parecen
Y la otra es cuando logran enjaularlo para llevarlo de regreso velando que durmiendo”. Uno de los rituales de la caballería
a la aldea: “se entraron a donde él estaba durmiendo y des- es la ceremonia de la velación, a la que se dedica el tercer
cansando de las pasadas refriegas. Llegáronse a él, que libre capítulo: “Y esta noche en la capilla deste vuestro castillo
“SU DORMIR, SIEMPRE VELAR”: y seguro de tal acontecimiento dormía” (I, XLVI: 507). velaré las armas” (I, III: 48). De espíritu religioso, este rito
SUEÑO Y VIGILIA EN EL QUIJOTE Los sueños de don Quijote son, entonces, pocos y en si- caballeresco imprescindible la noche antes de la investidura
tuaciones de extremo cansancio, en cambio, hay muchas ha pervivido en las vigilias cristianas, a imitación de la que
más referencias a la vigilia a la que se somete continuamen- Jesús había hecho para orar en Getsemaní. Después de cua-
te el hidalgo porque para Cervantes “es cosa natural que los tro horas de vela, se realiza la investidura y el caballero se va
María José Rodilla León tras los molimientos y palizas que padece: “se acostó luego, cuidados destierren el sueño” (Persiles: 87). En el último de sobre Rocinante antes del día. A partir de ese momento, la
UAM-Iztapalapa, Ciudad de México porque venía muy quebrantado y falto de juicio” (I, XXXII: los seis amaneceres mitológicos, el narrador describe al ca- vigilia acompañará a don Quijote en su profesión caballeres-
346). Poco a poco, a medida que avanzan los capítulos, los ballero que vela y apenas duerme, armado, sobre su caba- ca, la cual, a pesar de las incomodidades que conlleva, para
personajes que rodean a don Quijote se van haciendo cons- llo esperando el día, tal y como recuerda en su vejez Bernal él es motivo de orgullo desde el capítulo II, en el que evoca
Toda época del pensamiento humano podría definirse, de cientes del poco dormir del caballero y aprovechan ciertos Díaz del Castillo. Sancho, en la carta inventada a Dulcinea, un romance del Cancionero de Amberes cuando el ventero
manera suficientemente profunda, por las relaciones que momentos para hacer que descanse: “Y a todo esto dormía presenta a su amo como el “llego y falto de sueño” (I, XXVI: le previene que no hay lecho en la posada: “Mis arreos son
establece entre el sueño y la vigilia. don Quijote, y fueron de parecer de no despertalle, porque 278). El propio don Quijote se lamenta de la decadencia de las armas/ mi descanso el pelear, etc.”El ventero completa los
Albert Béguin, El alma romántica y el sueño más provecho le haría por entonces el dormir que el comer” la caballería, entre otras cosas, porque ya no hay caballeros versos en prosa: “Según eso, las camas de vuestra merced se-
(I, XXXII: 346). Más adelante, “tanto hicieron el barbero, Car- que velen: rán las duras peñas, y su dormir, siempre velar; y siendo así,
denio y el cura, que, con no poco trabajo, dieron con don bien se puede apear, con seguridad de hallar en esta choza
Desde las lecturas nocturnas del comienzo de la obra has- Quijote en la cama, el cual se quedó dormido, con muestras Ya no hay caballero que duerma en los campos, sujeto ocasión y ocasiones para no dormir en todo un año, cuanto
ta el último sueño de un tirón de más de seis horas que de grandísimo cansancio” (I, XXXV: 394). al rigor del cielo, armado de todas armas desde los pies más en una noche” (I, II: 44-45).
le devuelve la cordura al caballero, el sueño y la vigilia re- Y no menos consciente es Sancho, que le incita a conciliar a la cabeza; y ya no hay quien, sin sacar los pies de los En el juramento que profiere don Quijote imitando el del
corren todo el libro como un tema constante. No se trata el sueño en varias ocasiones no sólo por el bien de su amo estribos, arrimado a su lanza, sólo procure descabezar, marqués de Mantua de “no comer pan a manteles ni con
aquí del sueño como sinónimo de delirio o deseo ni del sino también para defender su propio descanso: como dicen, el sueño, como lo hacían los caballeros su mujer folgar”, Sancho, como sucedió en el caso anterior
sueño alegórico propio de la literatura de visiones ni como andantes” (II, 1: 586). con el ventero, trata de completar los versos del romance:
profecía o revelación, sino que se aborda como la necesi- Durmió Sancho aquella noche en una carriola, en el “¿Hase de cumplir el juramento, a despecho de tantos incon-
dad biológica reparadora del cansancio del día, por tanto, mismo aposento de don Quijote, cosa que él quisiera Tanto el narrador como los dos protagonistas remarcan en venientes e incomodidades como será el dormir vestido, y
no se consideran el sueño de don Quijote en la cueva de escusarla, si pudiera, porque bien sabía que su amo varias ocasiones la vigilia del caballero como inherente tan- el no dormir en poblado?” (I, X: 109). Pero los versos del ro-
Montesinos por tratarse de una puerta de entrada al otro no le había de dejar dormir a preguntas y a respuestas to a su persona como a la profesión que ha elegido. mance no hablan de dormir sino “de no entrar en poblado/
mundo, “al palacio o alcázar”, el alter orbis diferente al que […] –Suplico a vuestra merced me deje dormir y no me Veamos por qué causas se desvela nuestro caballero: ni las armas me quitar”,03 con lo cual Sancho quiere resaltar
don Quijote llama “mundo de acá arriba”,01 ni la escena de pregunte más, si no quiere que me arroje por una ven- los inconvenientes de no dormir cómodamente. Las claves
sonambulismo en la que sueña que “ya había llegado al tana abajo (II, LXX: 1108-1109). 1. Por la lectura. del sueño y la vigilia se van desgranando a lo largo de la pri-
reino de Micomicón”, donde pelea con el gigante y necesita Desde la presentación del personaje, la primera causa por la mera parte y Sancho se va familiarizando con los desvelos
“un gran caldero de agua fría del pozo” (I, XXXV: 392-393) El sueño no le viene a don Quijote en el campo abierto o en que don Quijote se mantiene en permanente vigilia es por- continuos de don Quijote por su profesión caballeresca y se
para poder despertar. los bosques, se da en contacto con grupos humanos y sólo que lee de noche: “se le pasaban las noches leyendo de claro lo recuerda a menudo:
Las escasas referencias al sueño de Don Quijote son ex- es posible en recintos cerrados donde haya un lecho, aunque en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir
clusivamente por cansancio y corresponden a los regresos se califique, de “maldita cama”, de “duro, estrecho, apocado y y del mucho leer se le secó el celebro, de manera que vino a Vamos de aquí antes que la noche venga y nos saltee
a su casa, que es donde únicamente tiene una cama, o en fementido” o como “un poco endeble y de no firmes funda- perder el juicio (I, I: 35). Según la sobrina, su tío suele leer en este despoblado. -Pues yo he oído decir a vuestra
las ventas donde le aparejan un “camaranchón”. Este sueño mentos” (I, XVI: 155, 157 y 161). No obstante, sus descansos de corrido en los “desalmados libros de desventuras dos días merced –dijo Panza- que es muy de caballeros andan-
de descanso reparador suele asociarse a la comida y se pro- suelen ser breves, y el narrador se encarga de especificarlo, con sus noches” (I, V: 67). Erasmo en los Coloquios dice que “el tes el dormir en los páramos y desiertos lo más del año,
duce inmediatamente después: “que le diesen de comer y le por ejemplo, después de volver el estómago con el bálsamo soñar e no dormir oficio es de locos”,02 y un buen ejemplo lo y que lo tienen a mucha ventura (I, XV: 153).
dejasen dormir, que era lo que más le importaba” (I, V: 68); de Fierabrás, logra quedarse “dormido más de tres horas” (I, encontramos cuando se levanta de la cama y comienza a dar
“diéronle de comer, y quedóse otra vez dormido” (I, VII: 83). XVII: 167). “cuchilladas y reveses por todas partes, estando tan despier- Una de las obligaciones del caballero, según Don Quijote, es
El binomio alimento-sueño se asocia a un tercer elemento, Sólo en dos ocasiones el caballero logra conciliar el sueño to como si nunca hubiera dormido” (I, VII: 82). estar siempre pendiente ante cualquier contingencia: “Es-
ya que las contadas veces que concilia el sueño se suceden profundamente, una de ellas en la venta, la noche en que En efecto, sus muchos desvelos por causa de la lectura le tando yo obligado, según la orden de la andante caballería,
que profeso, a vivir contino alerta, siendo a todas horas cen- En otro momento, a pesar de que su escudero le prepara un re desvelarse oyendo historias gustosas o las canciones del mejante al de un monasterio de cartujos, él aprovecha dicho
tinela de mí mismo” (II, LX: 1041). En efecto, este descuido lecho más o menos decente para que pueda dormir en la cabrero Antonio: silencio para elevar su espíritu. Y en una de esas elevaciones
de bajar la guardia les cuesta caro a varios caballeros, entre choza de Pedro, “todo lo más de la noche se la pasó en me- del espíritu, encuentra en la noche el sosiego y también el
ellos, Zifar, que pierde a su hijo en las fauces de la leona, morias de su señora Dulcinea, a imitación de los amantes Con esto dio el cabrero fin a su canto; y aunque don momento ideal para ejercer el oficio de poeta. Después de
porque, después de comer, se acostó “un poco en el regaço de Marcela. Sancho Panza se acomodó entre Rocinante y su Quijote le rogó que algo más cantase, no lo consintió “la cerdosa aventura”, Sancho le dice a su amo:
de su mujer, e ella espulgandole, adormiose” (Zifar: 135); o jumento, y durmió, no como enamorado desfavorecido, sino Sancho Panza porque estaba más para dormir que
Palmerín de Olivia, que cae profundamente dormido por el como hombre molido a coces” (I, XIII: 125). para oír canciones. Y ansí, dijo a su amo: -[…] tornémonos a acomodar y durmamos lo poco que
vino, una suerte de brebaje amoroso con efectos narcóticos, -Bien puede vuestra merced acomodarse desde luego queda de la noche, y amanecerá Dios, y medraremos.
que la reina de Tarsis le da al caballero para aprovecharse 4. Por causa de otras damas adonde ha de posar esta noche; que el trabajo que es- -Duerme tú, Sancho –respondió don Quijote-, que
de él y concebir un hijo suyo. Además es un vino anestésico, El caballero tiene la obligación de servir a las damas y, en tos buenos hombres tienen todo el día no permite que naciste para dormir; que yo, que nací para velar, en el
confeccionado con varios ingredientes que le hacen olvi- ocasiones, no puede eludir los acosos femeninos. Ya hemos pasen las noches cantando. tiempo que falta de aquí al día, daré rienda a mis pen-
darse momentáneamente, durante el sueño, de su amada hablado de la broma de Maritornes y la hija del ventero du- -Ya te entiendo, Sancho -le respondió don Quijote- que samientos y los desfogaré en un madrigalete, que, sin
Polinarda. Sin embargo, a nuestro caballero no le arredran rante su guardia, además de la confusión que previamente bien se me trasluce que las visitas del zaque piden más que tú lo sepas, anoche compuse en la memoria.
las inclemencias del tiempo ni pasar las noches en vela y había provocado otra noche Maritornes con el arriero y lo- recompensa de sueño que de música […] acomódate tú -[…] Vuesa merced coplee cuanto quisiere, que yo dor-
en varias ocasiones se ofrece a hacer la guardia mientras gra que todos se desvelen en la venta-castillo. El calor es otro donde quisieres, que los de mi profesión mejor pare- miré cuanto pudiere.
los demás reposan, y sobre todo, Sancho Panza, que suele de los pretextos para que don Quijote no pueda dormir y, al cen velando que durmiendo (I, XI: 118). Y luego, tomando en el suelo cuanto quiso, se acurrucó
acomodarse “mejor que todos, echándose sobre los aparejos abrir la ventana, oiga la serenata de Altisidora, que alude al y durmió a sueño suelto, sin que fianzas, ni deudas, ni
de su jumento” (I, XLII: 472-473). El tiempo que permanece dormir a profundidad, cosa que nunca hace el caballero, lo En el episodio de los Batanes, sin embargo, los dos se ven dolor alguno se lo estorbase (II, LXVIII: 1099-1100).
en su guardia, piensa en Dulcinea, la increpa y le pide a la cual resulta paródico: forzados al insomnio y entretienen las horas de la noche
luna, con grandes suspiros, que le dé nuevas de su amada. con las historias de Sancho del cuento de nunca acabar en Como vemos, Sancho no acepta en ningún momento com-
No obstante, en sus velas no encuentra sosiego por la burla -¡Oh, tú, que estás en tu lecho, el que, de acuerdo con Maurice Molho, se da “la interrelación partir las vigilias de su amo y esto genera un contraste, suma-
que le hacen la hija de la ventera y Maritornes en la venta- entre sábanas de Holanda, de un narrador frustrante y de un destinatario frustrado” mente reiterado a lo largo de la obra, entre la profundidad del
na del pajar, momento en que desearía que su escudero lo durmiendo a pierna tendida (Molho: 228). Sancho le propone a su amo apearse para dor- sueño de Sancho y la vigilia perpetua de don Quijote, contras-
socorriese, pero Sancho Panza “estaba sepultado en sueño de la noche a la mañana… (II, XLIV: 913). mir un poco en la hierba y don Quijote contesta: “¿Soy yo, por te que parece agudizarse en la segunda parte, en la que apa-
y tendido sobre el albarda de su jumento” (I, XLIII: 481-482). ventura, de aquellos caballeros que toman reposo en los pe- recen muchas más referencias sobre el tema. Después de uno
También por su profesión y por los recuerdos del roman- El prosaico romance de Altisidora cala fuertemente en su ligros? Duerme tú, que naciste para dormir”(I, XX: 197), con de los amaneceres mitológicos, el que da inicio a las Bodas de
ce del Marqués de Mantua, declina en varias ocasiones las vela y no le permite conciliar el sueño: “Acostóse con ellos lo cual, en el “frustrante cuento de nunca acabar […] resuena Camacho, don Quijote se despierta y como Sancho sigue aún
invitaciones al reposo: (los pensamientos que le habían causado la música de la el inevitable recuerdo de su función adormecedora” (Molho: roncando, se admira de la profundidad de su sueño y de la ca-
enamorada doncella) y, como si fueran pulgas, no le dejaron 228), en lugar del entretenimiento que supondría narrar rencia de preocupaciones de su escudero:
No quiso entrar en el lugar don Quijote, aunque se lo dormir ni sosegar un punto, y juntábansele los que le falta- historias toda la noche placenteramente o en las horas ca-
pidieron así el labrador como el bachiller; pero él dio ban de sus medias” (II, XLVI: 924), que, en esos momentos en lurosas de la siesta, en las que tambiénlos comensales de la -Oh tú, bienaventurado sobre cuantos viven sobre la
por disculpa, bastantísima a su parecer, ser costumbre que le hace falta su escudero, es otra de sus preocupaciones: venta muestran una gran inquietud por robarle horas al sue- haz de la tierra, pues sin tener invidia ni ser invidiado,
de los caballeros andantes dormir por los campos y flo- la media descosida. ño y escuchar los libros de caballerías que posee el ventero, duermes con sosegado espíritu, ni te persiguen en-
restas antes que en los poblados, aunque fuese debajo Lejos de la vida muelle que le proporcionan los duques y aunque el cura dice que sería mejor gastar el tiempo en cantadores, ni sobresaltan encantamentos! Duerme,
de dorados techos; y con esto, se desvió un poco del ca- en su palacio, el caballero siente el desasosiego y pasa las dormir que en leer, Sancho, Maese Nicolás, Cardenio y Doro- digo otra vez, y lo diré otras ciento, sin que te tengan en
mino, bien contra la voluntad de Sancho, viniéndosele noches en blanco “despierto y desvelado, pensando en sus tea manifiestan el gusto de oírla: “Harto reposo será para mí contina vigilia celos de tu dama, ni te desvelen pensa-
a la memoria el buen alojamiento que había tenido en desgracias y en el perseguimiento de Altisidora” (II, XLVIII: – dijo Dorotea – entretenerel tiempo oyendo algún cuento, mientos de pagar deudas que debas, ni de
el castillo o casa de don Diego (II, XIX, 725). 938), por lo cual desea huir de los acosos femeninos y vol- pues aún no tengo el espíritu tan sosegado que me conceda lo que has de hacer para comer otro día tú y tu peque-
ver a los caminos a ejercer su profesión, porque como ca- dormir cuando fuera razón” (I, XXXII: 352). ña y angustiada familia. Ni la ambición te inquieta, ni
3. Por los pensamientos sobre Dulcinea ballero cortesano, a pesar de tener una estancia con buena la pompa vana del mundo te fatiga, pues los límites
El sueño no puede apoderarse de los sentidos si los pen- cama en el palacio de los duques, tampoco logra conciliar 6. Por necesidades espirituales. de tus deseos no se estienden a más que a pensar tu
samientos acosan continuamente al caballero y uno de los el sueño. El silencio, la soledad, el misterio y la contemplación de la jumento; que el de tu persona sobre mis hom-
más recurrentes es la evocación de su dama: noche provocan en el caballero los mismos sentimientos bros le tienes puesto; contrapeso y carga que puso la
5. Por entretenimiento: historias o canciones que en los místicos, que, sin embargo, Sancho no puede ex- naturaleza y la costumbre a los señores. Duerme el
Toda aquella noche no durmió don Quijote pensando Cuando surge el ocio y el placer que provoca la narración de perimentar, a pesar de la invitación de su amo: “Mira la se- criado, y está velando el señor, pensando cómo le ha de
en su señora Dulcinea, por acomodarse a lo que había historias de otros personajes, se contraponen el sueño de renidad de esta noche, la soledad en que estamos, que nos sustentar, mejorar y hacer mercedes (II, XX: 726).
leído en sus libros cuando los caballeros pasaban sin Sancho y la defensa que hace del mismo frente a la vigilia de convida a entremeter alguna vigilia en nuestro sueño” (II,
dormir muchas noches en las florestas y despoblados, don Quijote y la defensa que también hace él de la misma. LXVIII: 1097). Para don Quijote, mientras los otros sestean, La ironía de este magnífico discurso comparativo de don
entretenidos con las memorias de su señora (I, VIII: 91). Usualmente, Sancho quiere dormir y su amo siempre quie- en el sosegado silencio de la casa de don Diego Miranda, se- Quijote estriba en que pasa completamente desapercibido
al receptor, quien continúa durmiendo a pierna suelta y sólo En otro momento, el narrador los describe a “el uno dur- todas la cosas se compran, balanza y peso que iguala
01 Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed. introd. y notas de
el roce de la lanza del caballero y el olor de torreznos logran miendo a sueño suelto, y el otro velando a pensamientos al pastor con el rey y al simple con el discreto. Solo una
Martín de Riquer, 5ª ed., Barcelona, Planeta, 1985. En adelante citaré en el
despertar al escudero. desatados, les tomó el día y la gana de levantarse; que las cosa tiene mala el sueño, según he oído decir, y es que texto entre paréntesis señalando la parte y el capítulo en números roma-
A pesar de que Sancho puede conciliar el sueño cuando ociosas plumas, ni vencido ni vencedor, jamás dieron gusto se parece a la muerte, pues de un dormido a un muerto nos y las páginas en arábigos (II, XXIII: 751-752).
02 Citado por Antonio Vilanova, Erasmo y Cervantes, Barcelona, CSIC,
sea, donde sea y como sea, se queja continuamente con su a don Quijote” (II, LXX: 1110) hay muy poca diferencia (II, LXVIII: 1097- 1098). 1949: 37.
amo, porque cuando servía al labrador Tomé Carrasco, por Apuntado en unas cuantas pinceladas en la primera par- 03 Romancero antiguo: Romances amorosos y caballerescos, ed. pról. y notas
de Juan Alcina Franch, vol. II, Barcelona, Editorial Juventud, 1971: 331.
mucho que trabajara en el día, “a la noche cenamos olla te de la obra, el tema del sueño va adquiriendo relevancia Ambas disertaciones sobre el sueño son dignas de figurar 04 Citado por Ángel J. Cappelletti. “El sueño y los sueños en la filosofía
y dormimos en cama; en la cual no he dormido después y se desarrolla ampliamente en la segunda, donde resaltan entre los brillantes discursos de la obra sobre moral, edu- prearistotélica”, Revista Filología Universidad de Costa Rica, XXIII, 57
(1985): 71.
que ha que sirvo a vuestra merced” y ahora que es criado dos grandes momentos en los que amo y escudero disertan cación o comportamiento. Don Quijote, en su faceta de
05 http://www.biblioteca.org.ar/libros/89450.pdf, 2003: 29-32 (12-octu-
de caballero andante sólo recuerda los buenos momentos sobre él mismo: el primero es la relación que Don Quijote consejero, es prudente y discreto. Sancho no se queda a la bre-2016).
en “casa de don Diego Miranda […] y lo que comí y bebí y establece del sueño con los pecados capitales. En los conse- zaga con sus lecciones de sentido común y, en general, como
dormí en casa de Basilio, todo el otro tiempo he dormido jos para ser gobernador, le dice a Sancho: “Sea moderado tu afirma Harold Bloom en su reciente libro ¿Dónde se encuentra Obras citadas
en la dura tierra, al cielo abierto, sujeto a lo que dicen incle- sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día” y la sabiduría?, ambos saben quiénes son al final de la obra, no Bloom, Harold, “Miguel de Cervantes”, La Jornada, domingo 15 de mayo
2005.
mencias del cielo” (II, XXVIII: 797-798). Y es que Sancho ne- asocia el mucho sueño con el pecado de la pereza o acidia: “Y tanto por sus aventuras sino “por sus magníficas conversa- Cappelletti, Ángel J., “El sueño y los sueños en la filosofía prearistotélica”,
cesita dormir mucho y el narrador para recalcar la profun- advierte, ¡oh Sancho!, que la diligencia es madre de la buena ciones, ya sean riñas o intercambios de intuiciones” (Bloom: Revista Filología Universidad de Costa Rica, XXIII, 57(1985): 71-81.
didad del sueño sanchesco recurre a una serie de metáforas ventura: y la pereza, su contraria, jamás llegó al término que 3). Don Quijote, guardián nocturno, centinela de sí mismo,
Cervantes, Miguel de, Don Quijote de la Mancha, ed. introd. y notas de Mar-
vulgares: “Dejar caer las compuertas de los ojos” o dejarse pide un buen deseo” (II, XLIII: 903). Lúcido pasaje que puede de sus desatados pensamientos y desvaríos y extasiado en tín de Riquer, 5ª ed., Barcelona, Planeta, 1985.
“entrar de rondón por las puertas del sueño”, así como usa asociarse con el capítulo VIII de la primera parte en el que en la contemplación de la noche se desvela continuamente por
Cervantes, Miguel de, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, ed., introd. y no-
“embaular en la panza” o trasegar del caldero a la panza” una suerte de letanía sobre los pecados mortales (soberbia, diversas causas que dan pie a Cervantes para acosar al ca- tas de Juan Bautista Avalle-Arce, Madrid, Clásicos Castalia, 1969.
para referirse a su hambre y voracidad, como he analizado envidia, ira, gula, lujuria y lascivia, pereza) incluye también ballero en variadas aventuras nocturnas, al mismo tiempo
Huarte de San Juan, Juan, Examen de ingenios para las ciencias, Madrid, Im-
en otro trabajo (Rodilla: 365-378). al sueño: “Hemos de matar […] a la gula y al sueño, en el poco que lo pinta en noches desasosegadas o en calma elevando prenta la Rafa, 1930.
Y es que, como opina Maurice Molho, los “bobos duermen comer que comemos y en el mucho velar que velamos” (II, su espíritu, mientras que la queja continua de Sancho por el
Llull, Ramón, Libro del orden de caballería; príncipes y juglares, Biblioteca
siempre demasiado” (Molho: 238) y por eso, Ginés de Pasa- VIII: 635). La gula y la pereza deben ser combatidas por todo tormento que supone el no dormir y el sueño profundo en
Virtual Cervantes, http://www.biblioteca.org.ar/libros/89450.pdf, 2003:
monte aprovecha el sueño de Sancho para robarle el rucio: caballero con la fortaleza de ánimo y la templanza, así como el que cae contribuyen a su caracterización como lo hacen 29-32. (Consultado el 12-0ctubre-2016)
a través de la abstinencia y la continencia, como prescribía igualmente los refranes, las prevaricaciones idiomáticas, el
Molho, Maurice, “Raíz folklórica de Sancho Panza”, en Cervantes: Raíces
Mi señor y yo nos metimos en la espesura, adonde mi Ramón LLull.05 También Huarte de San Juan alude al sueño hambre y el deseo de la ínsula. En clave seria o paródica, el folklóricas, Madrid, Gredos, 1976.
señor, arrimado a su lanza, y yo sobre mi rucio, molidos como una buena penitencia contra el pecado de la lujuria, sueño y la vigilia recorren toda la obra para alertar al lector
Rodilla León, María José, “Enamorarse por señas y ‘embaular en la panza’.
y cansados de las pasadas refriegas, nos pusimos a dor- para la que aconseja “el ayuno, el rezar y meditar, el poco sobre uno de los grandes temas del Barroco, que no pasó Manifestaciones gestuales y metáforas corporales en la obra cervantina”,
mir como si fuera sobre cuatro colchones de pluma; dormir, el acostarse en el suelo y vestido, la disciplina, el desapercibido a Cervantes, como tampoco se olvidó de alec- en Serafín
especialmente yo dormí con tan pesado sueño, que apartarse de mujeres y ocuparse en obras pías” (Examen de cionar sobre la virtud y el vicio, el pecado y el arrepentimien-
González, Alma Mejía, María José Rodilla y Lillian von der Walde (Coordi-
quienquiera que fue tuvo lugar de llegar y suspender- ingenios: 86).Todo lo cual no son sino ecos de lo que cuenta to, la generosidad y la compasión, la discreción, la honra, la nadores), Plumas, pinceles, acordes.Estudios de Literatura y Cultura española e
me sobre cuatro estacas que puso a los cuatro lados de San Mateo que había dicho Jesús: “Velad y orad, para que no fortuna, el afecto y la lealtad, la libertad y la justicia, la ente- hispanoamericana (siglos XVI al XVIII), México, UAM-I, 2011: 365-378.

la albarda (II, 4: 605). accedáis a la tentación; el espíritu está pronto, pero la carne reza, tolerancia y compasión porque el Quijote es una mina Romancero antiguo: Romances amorosos y caballerescos, ed. pról. y notas de
es flaca” (Mateo 26:41). de sabiduría sobre la condición humana. Juan Alcina Franch, vol. II, Barcelona, Editorial juventud, 1971.
Según Heráclito, “los ignaros, esto es, los hombres que se La otra disertación, a cargo del escudero, es el tópico de Sagrada Biblia, 22 ed., Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1968.
guían exclusivamente por los sentidos […] son asimilados la comparacióndel sueño con la muerte que todo lo iguala: Vilanova, Antonio, Erasmo y Cervantes, Barcelona, CSIC, 1949.
a los que sueñan […] los sabios […] son quienes merecen el “Mientras se duerme, todos son iguales, los grandes y los
nombre de “despiertos”.04 Este contraste de ignaros y sabios menores, los pobres y los ricos” (II, XLIII: 906). El capítulo
es perfectamente aplicable a nuestra pareja en la compara- LXVIII es el cenit de nuestro tema por el bellísimo discurso
ción de la pesadez del sueño de Sancho frente a la ligereza metafórico que hace Sancho del sueño como prefiguración
del de don Quijote: de la muerte, que, sin duda ha aprendido de los predicado-
res que van a su pueblo:
Apeáronse de sus bestias amo y mozo, acomodándose
a los troncos de los árboles, Sancho, que había meren- Sólo entiendo que en tanto que duermo, ni tengo te-
dado aquel día, se dejó entrar de rondón por las puer- mor, ni esperanza, ni trabajo, ni gloria; y bien haya el
tas del sueño; pero don Quijote, a quien desvelaban que inventó el sueño, capa que cubre todos los huma-
sus imaginaciones mucho más que el hambre, no po- nos pensamientos, manjar que quita la hambre, agua
día pegar sus ojos; antes iba y venía con el pensamien- que quita la sed, fuego que calienta el frío, frío que
to por mil géneros de lugares (II, LX: 1037). quita el ardor, y, finalmente, moneda general con que
y sus varias facetas». Y el engaño a los ojos se trasunta en pensador estoico: «muchos son los caminos por donde lleva
una mala interpretación de la realidad física y también de la Dios a los suyos al cielo», dice Don Quijote. (2a. Parte, Cap.
moral. Integra un cuadro más amplio de tensiones, tensión 8). Tres textos que articulan una lectura orientada hacia el
barroca, desencanto-ilusión, «insoluble dualismo» entre la sistema de la literatura dialogando con la filosofía y la me-
idea y la realidad. El autoengaño es consciente, señalado por dicina, sin perder su tragicómica cotidianidad. Un ejemplo
Hauser como rasgo fundamental del manierismo: la doble sinestésico, anafórico, que implica correspondencias: así
naturaleza del héroe: loco y santo, cómico y trágico. como la sal, la melancolía como un líquido en el corazón,
También se trata de considerar la textualidad: ¿cuántas aprovechando cualquier oportunidad cotidiano-simbólica.
ALONSO QUIJANO veces aparecen estas palabras en la obra, cuáles son los mó- Sin la poética redundancia del isocolon anterior, de refe-
Y LA MELANCOLÍA viles de la acción de los caracteres? Melancolía, por ejemplo: rencia bíblica: sal-vida. La comparación implícita asocia la
unas doce veces. En el ejemplo siguiente, la comparación melancolía a la sal, granulosa o polvo, sazón de los días, cor-
abreviada asimila el rigor de la mano con la tristeza en gra- pórea en la figura.
dación con la melancolía.
Derrámasele al otro Mendoza la sal encima de la mesa,
“Sus tristezas”04 Dícese que, aunque se vio viuda, no quiso salir del mo- y derrámasele a él la melancolía por el corazón, como
nasterio, ni, menos, hacer profesión de monja, hasta si estuviese obligada la naturaleza a dar señales de las
El tema que pretende guiar esta lectura, centrada en algunos que, no de allí a muchos días, le vinieron nuevas que venideras desgracias con cosas tan de poco momento
aspectos del capítulo final N° 74, -es decir 1+1-, del Quijote, da Lotario había muerto en una batalla que en aquel como las referidas. (Cap. 58: “Que trata de cómo menu-
cuenta, entre la explicación y la hermenéutica, de la melanco- tiempo dio Monsieur de Lautrec al Gran Capitán Gon- dearon sobre don Quijote aventuras tantas, que no se
lía. Claro que el tema materialmente quiere definir el ideolo- zalo Fernández de Córdoba en el reino de Nápoles, daban vagar unas a otras”).
gema que emerge en varios términos: tristeza, pesadumbre, donde había ido a parar el tarde arrepentido amigo; lo O mejor ejemplo, de liberación, la melancolía vencida por
desabrimiento, melancolía. Y empezaré, sin pretensión, sino cual sabido por Camila, hizo profesión, y acabó en bre- Otro, ese otro que puede momentáneamente vencer el ego-
por intertextualidad e influencia, por algunos puntos de esa ves días la vida, a las rigurosas manos de tristezas y melan- centrismo del melancólico.
línea de la melancolía que llega hasta nuestros días. colías. Este fue el fin que tuvieron todos, nacido de un
Tres términos asociados: Tristeza: Trisititia: 1. Cuali- tan desatinado principio (Cap. 34: “Donde se prosigue Miró también Don Quijote a Sancho, y vióle que tenía
dad  de  triste. 2. Sentencia  de  muerte, dice la Rae. Pe- la novela del Curioso impertinente”). los carrillos hinchados, y la boca llena de risa, con evi-
sadumbre: 1. Cualidad  de  pesado; 2.  Fuerza  de  grave- dentes señales de querer reventar con ella, y no pudo
dad de la Tierra. Corominas lo retrotrae a pendere (pesar). Obsérvese que se diferencia, y se intensifica ese sentimiento, su melancolía tanto con él, que a la vista de Sancho
El sufijo «-umbre» forma sustantivos que indican «cualidad quizás en su orden, siguiendo una regla jakobsoniana, ya pudiese dejar de reirse, y como vió Sancho que su amo
o frecuencia» a partir de verbos y adjetivos, y semántica- que tristeza, más breve, más suave, se antepone a la palabra había comenzado, soltó la presa de manera que tuvo
mente repetición, cantidad, acumulación. fatídica, más larga y permanente, melancolías. necesidad de apretarse las hijadas con los puños por
No se trata solamente de pensar en una autobiografía en- no reventar riendo. (Cap. 20: “De la jamás vista ni oída
cubierta, retratar el «vivir agónico» del heroico soldado Cer- La resolución en la tristeza aventura que con más poco peligro fue acabada de fa-
Claudia Pérez vantes, la prisión en Argel o la vida transcurrida en trances moso caballero en el mundo, como la acabó el valeroso
Universidad de la República burocráticos, ni el «marcado aumento en sus prácticas de- La primera cita que encabeza este trabajo quizás muy poco D. Quijote de la Mancha”).
votas» hacia el final de su vida, como señala Avalle-Arce, o al cervantino y más teórico-temático, es el rey Antíoco Epí-
exponente de la «transición del romanticismo caballeresco fanes quien se abandona a la «profunda tristeza» frente a ¿Cuánto tiene esta melancolía de su época, del judaísmo o
Fue el parecer del médico que melancolías al realismo». Tal vez sí apenas señalar el marco histórico que las derrotas militares, reveladoras de los «males que hice a del Renacimiento y el quiebre de la teoría optimista, cómo
y desabrimientos le acababan (Quijote II, 74) deviene en el efecto de «realidad oscilante» señalado por Jerusalén». «Muero de inmensa pesadumbre», dice el rey, se pregunta Bataillon? La tensión entre fragmentación-uni-
Américo Castro, «inseguridad acerca de la consistencia» de insomne y atribulado luego de haber sido «bueno y amado ficación hace que Don Quijote acepte dos percepciones de
Y cayó en cama enfermo de pesadumbre por no haberle salido lo visible, que coloca lo endoscópico en el sector privilegiado en mi gobierno». Luego, el duelo nervaliano, que añade la una cosa, yelmo de Mambrino, pero insista en la tendencia
las cosas como él quisiera. Muchos días permaneció allí de la percepción y lo cuestiona, retorno a la concepción de la conciencia de caída desde la altura, real o imaginada, repre- totalizante y unificadora que le hace pronunciar la abju-
[...] hasta que sintió que se iba a morir.01 idea platónica, pero fragmentado en las múltiples miradas sentativo del duelo imposible del melancólico por la cosa ración final: «...ya no soy Don Quijote de la Mancha, sino
más que en una central, «confuso» como señala Casalduero, perdida, odiada y amada, imaginada ascendencia de noble- Alonso Quijano […] ya me son odiosas todas las historias
Je suis le ténébreux, le veuf, l’inconsolé, el adjetivo usado con mayor frecuencia en la novela: «confu- za caída que hace imposible la superación, exilio perpetuo. profanas del andante caballería; ya conozco mi necedad y el
Le prince d’Aquitaine à la tour abolie02 so es también el estado en que el hombre se encuentra o es Pesadumbre por no haber hecho. Duelo por no haber sido. peligro en que me pusieron haberlas leído; ya […] las abo-
puesto» , como el centinela platónico que no puede abando- Finalmente las palabras de Séneca a Lucilius en la carta 50, el mino.» (74: 399). Porque el punto de muerte puede llevar
Ad neminen ante bona mens venit quam mala 03 nar su puesto hasta que le sea ordenado. «El punto de vista aprendizaje progresivo hacia el desapego y la sabiduría que al uno, que abomina las trampas del ego y busca el 1+1 del
de cada uno va expresando la forma de lo que se observa convierte a la vejez en la etapa principal de la vida para este último capítulo.
miró al soslayo, fuese, y no hubo nada05 de antaño no hallé pájaros hogaño”, refrán también usado transformaciones durante el medioevo hacia la definición
Porque, o ya fuese de la melancolía que le causaba el verse por Cervantes en el Prólogo a las Ocho Comedias: “pero no de “engaño del demonio”, especialmente en Santa Teresa y
vencido, o ya por la disposición del cielo, que así lo orde- La partida del valentón anonada la muerte de Felipe II así hallé pájaros en los nidos de antaño”, como modulación del San Juan.
naba, se le arraigó una calentura que le tuvo seis días como el narrador simplifica, laiciza la muerte en el pasaje de tópico  fugit irreparabile tempus (Virgilio,  Geórgicas, 3, 284). Como sostiene Aurora Egido: “Cervantes se afilió al carác-
en la cama, en los cuales fue visitado muchas veces del “dio su espíritu”, sin indicar a quién, a la expresión “se murió”. Sin embargo, esa melancolía traicionera parecía curadora, ter positivo neoaristotélico de la melancolía pero también a
cura, del bachiller y del barbero, sus amigos, sin qui- “Allí murió el rey Antíoco” dice la Biblia. Fin aniquilador que y se transforma en enfermadora, como puede suceder con la línea ficiana”. Interesa señalar el diálogo de estas dos ver-
társele de la cabecera Sancho Panza, su buen escudero deja para siempre la historia del sujeto al otro. la literatura. Siguiendo a Higuera Espín (2013), Cervantes tientes, una antigua y otra renacentista sobre la melancolía,
(Cap. 74: De cómo don Quijote cayó malo, y del testa- Lo que ya ha llegado a su fin “ya no está a nuestra dis- va más allá y funda discursividad sobre la melancolía. Esa que “eleva el alma y hace comprender lo sublime”. Marsilio
mento que hizo, y su muerte). posición como algo ‘a la mano’”. Pero otorga un instante de melancolía ayuda a salir y luego a entrar en el mundo de lo Ficino indicó que la melancolía procede de Saturno, es un
posesión, y es la conciencia de la aniquilación. Consummare llamado real o no definible. Problemática enajenación hasta “don singular y divino”. Alternancia de cólera y melancolía,
La idea renacentista de la arquitectura armónica del univer- vitam ante mortem, alcanzar la summa tui satietas  (saciedad el hoy, tránsito que Aristóteles buscó como mesura y Platón de manía y depresión en la conducta del personaje de Cer-
so, que una vez quebrada, hace necesaria una vuelta al or- perfecta de ti) como indica Séneca a Lucilius en la Carta 32. como peligro. vantes, enfermedades distintas o etapas de una misma, en-
den, que la naturaleza se encarga de imponer. El «punto» de Ese momento de culminación era, para Séneca, una nueva foques y nombres que se dio al “mal del siglo XVI”, al decir
la muerte obliga a una sola lectura. Estar a punto de aporta ética de la vejez, toda la vida una preparación para ese ins- ¿Y, después de la comida acabada y las mesas alzadas, de Alejandra Pizarnik con respecto a Erzébet Báthory: “ en
una idea de inminencia, en que la vida se concentra en un tante, “el punto en que el yo se alcanza por fin a sí mismo, quedarse el caballero recostado sobre la silla, y quizá su época una melancólica significaba una poseída por el
punto, o se transforma en él, un punto en el universo donde dónde uno se reúne consigo mismo y mantiene una rela- mondándose los dientes, como es costumbre, entrar a demonio”. Abundante es la bibliografía contemporánea a
la multiplicidad cede. ción consumada y completa de dominio y satisfacción a la deshora por la puerta de la sala otra mucho más her- Cervantes que trata sobre este tema, el Examen de Ingenios de
Breve es la frase del narrador: «dio su espíritu, quiero vez”. Y mientras el rey bíblico Antíoco “desfallece de ansie- mosa doncella que ninguna de las primeras, y sentarse Juan Huarte de San Juan (1575), un poco después el monu-
decir, que se murió» (74: 404.) Parece remitirnos en su in- dad” y se encuentra en “tan gran tribulación”, Don Quijote al lado del caballero, y comenzar a darle cuenta de qué mental libro de Richard Burton, Anatomía de la Melancolía, de
mediatez al verso final del soneto al túmulo de Felipe II: muere “sosegadamente”; ambos toman sus prevenciones castillo es aquél, y de cómo ella está encantada en él, 1621. Dos vertientes, la grecolatina y la medieval se funden
«miró al soslayo, fuese, y no hubo nada”. Y siglos después a la sucesorias apoderándose de un tiempo más allá, último con otras cosas que suspenden al caballero y admiran en esta concepción renacentista. La visión católica debió
muerte de Bergotte proustiana : «Un nouveau coup l’abattit, gesto de control sobre la vida. Antíoco “sintió que se iba a a los leyentes que van leyendo su historia? No quiero distinguir muy cuidadosamente entre el éxtasis místico y la
il roula du canapé par terre, où accoururent tous les visiteurs morir”, Don Quijote dice por dos veces: “Yo me siento, so- alargarme más en esto, pues dello se puede colegir melancolía como posesión diabólica.
et gardiens. Il était mort” (La prisonnière). Ayala y Gaos co- brina, a punto de muerte” y “siento que me voy muriendo que cualquiera parte que se lea de cualquiera historia La teoría humoral evolucionó en un largo proceso de más
mentan: «sabe que la lucha es inútil», refiriéndose al soneto a toda prisa”, anagnórisis plena de conciencia individual, de caballero andante ha de causar gusto y maravilla a de dos mil años, elaborando los significados de los fluidos
cervantino “Al túmulo del rey Felipe II en Sevilla (1598)”, por- trágica en sentido aristotélico, la percepción discutida se cualquiera que la leyere. Y vuestra merced créame, y como que habitaban el cuerpo: la sangre, la bilis amarilla, la atra
que frente a la magnificencia del túmulo el instante de la subjetiviza en un acto de imposible sustitución. “El morir es otra vez le he dicho, lea estos libros, y verá cómo le destierran bilis (ater, atra, atrum, negro) y la flema. La concepción tet-
muerte lo ha dejado en el pasado, en la nada. algo que cada ‘ser-ahí’ tiene que tomar en su caso sobre sí la melancolía que tuviere, y le mejoran la condición, si rádica tenía ya para los pitagóricos su significación especial,
mismo. La muerte es, en la medida en que ‘es’, esencialmen- acaso la tiene mala. De mí sé decir que después que las estaciones y los elementos. Alcmeón de Crotona (VI a. C.)
Voto a Dios que me espanta esta grandeza te en cada caso la mía”. Se cumple el develamiento del “ser soy caballero andante soy valiente, comedido, liberal, se refiere a las cualidades de lo húmedo, seco, frío y caliente.
y que diera un doblón por describilla; para la muerte” en un punto, heideggerianamente. biencriado, generoso, cortés, atrevido, blando, pacien- Empédocles menciona a los fundamentos o principios: sol,
porque ¿a quién no sorprende y maravilla Pero, ¿muere Don Quijote como consecuencia de su me- te, sufridor de trabajos, de prisiones, de encantos; y tierra, cielo y mar y recoge las ideas procedentes de los pita-
esta máquina insigne, esta riqueza? lancolía o por la derrota a manos del caballero de la Blanca aunque ha tan poco que me vi encerrado en una jaula góricos: la tétrada, la noción de equilibrio como salud y en-
Luna? : “halláronle sin color y trasudando […] las esperan- como loco, pienso, por el valor de mi brazo, favorecién- fermedad como perturbación. Se entendía que el equilibrio
Por Jesucristo vivo, cada pieza zas de sus nuevas promesas deshechas, como se deshace dome el cielo, y no me siendo contraria la fortuna, en y combinación (κρᾶσις) entre ellos era determinante de la
vale más de un millón, y que es mancilla el humo con el viento” (74). ¿La derrota final coagula hic et pocos días yerme rey de algún reino, adonde pueda salud y del hombre de entendimiento. Ambas teorías llega-
que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla!, nunc  otra derrota arcaica? “Dios lo remedie; que todo este mostrar el agradecimiento y liberalidad que mi pecho ron a asociarse a los fluidos; Hipócrates, entre el siglo V y IV
Roma triunfante en ánimo y nobleza. mundo es máquinas y trazas, contrarias unas de otras. Yo encierra (Cap. 50: De las discretas altercaciones que A.C., habló de ellos en la Epístola a Damagetus, refiriéndose a
no puedo más.” (2ª. Parte. Cap. 29, en la aventura del barco don Quijote y el canónigo tuvieron, con otros sucesos). Demócrito, y en el tratado Sobre la naturaleza del hombre, que
Apostaré que el ánima del muerto encantado). ¿Es la suya una perfecta muerte cristiana, como se le atribuye. Los elementos aire, fuego, tierra, agua corres-
por qozar este sitio hoy ha dejado sostienen Guillén y Avalle-Arce, más serena que la del padre Un poco de historia pondiendo a los cuatro humores: sangre, bilis amarilla, bilis
la gloria donde vive eternamente. de Manrique? Para otros significa “una reversión del héroe negra, flema, combinado con lo cálido, húmedo, seco y frío,
prometeico al aldeano cuerdo”. Don Quijote lamenta la fal- La melancolía tuvo diferentes percepciones desde la medi- generando los caracteres sanguíneo, bilioso, melancólico y
Esto oyó un valentón, y dijo: “Es cierto ta de tiempo para leer otros libros, “otros que sean luz del cina , la teología y la filosofía. Sancho observa “la profunda flemático, correspondiendo a la vez a las cuatro estaciones.
cuanto dice voacé, señor soldado. alma”, en cita al libro de Felipe de Meneses sobre la ignoran- melancolía de su amo”, en la secuencia del caballero del Cuatro humores, cuatro estaciones, cuatro temperamen-
Y el que dijere lo contrario, miente.” cia religiosa de los españoles de su tiempo. La conversión Verde Gabán. “Melancolías y desabrimientos le acababan” tos. Tal es el sistema que procede de la medicina empírica
ilumina las “sombras caliginosas de la ignorancia”. En este (Cap. 74). La concepción antigua de la melagcolia μελας ne- cuya combinación da lugar a la teoría humoralista atribuida
Y luego, incontinente, sentido el desengaño deviene un doloroso esclarecimien- gro, χολος bilis, cólera, odio, aversión), de origen humoral, a Hipócrates, creador del esquema que duraría tantos si-
caló el chapeo, requirió la espada, to. Conciencia de un tiempo que no volverá; “en los nidos agregó la superioridad intelectual, el don del filósofo, y tuvo glos. La melancolía o bilis negra, vinculada a lo patológico,
hace coincidir como órgano el bazo, lo frío y seco, la tierra, mos afligidos). Si está demasiado caliente produce anima- Rufo de Efeso, siglo II de la escuela neumática, también Ayer fue el primero día que aquí llegamos; tenemos
el otoño, trae episodios de desaliento, de honda tristeza, de ción, úlceras, prontitud a la ira y al deseo. “Muchos, también, atribuye a los seres afectados por la melancolía el espíritu entre estos ramos plantadas algunas tiendas, que
inmovilidad. Esquirol, a principios del siglo XIX, se esforzará son proclives a accesos de exaltación y éxtasis, porque este sutil y la inteligencia. dicen se llaman de campaña, en el margen de un
por desterrar la palabra melancolía del vocabulario médico, calor se localiza cerca de la sede del intelecto; y es así como Durante la Edad Media se continuará la teoría de los abundoso arroyo que todos estos prados fertiliza;
considerándola más propia de los poetas y del pueblo. se elevan las sibilas y los adivinos, cuando son así no por en- humores asociada a las ideas de Platón y Aristóteles sobre tendimos la noche pasada estas redes de estos árbo-
Una gran transformación de enfoque sucedió en el siglo IV fermedad sino por temperamento natural”. las pasiones. Las traducciones de las grandes obras griegas les para engañar los simples pajarillos, que, ojeados
a.C., siguiendo a Klibansky, Panofsky y Saxl, debido a la idea “Al ser variable la acción de la bilis negra, son variables los al árabe y la posterior traducción al latín serán un caudal con nuestro ruido, vinieren a dar en ellas. Si gustáis,
de locura en las tragedias y el concepto de manía en la filo- melancólicos”, “ ya que es posible que esta mezcla variable para la cultura cristiana. Uno de los textos será el Tratado de señor, de ser nuestro huésped, seréis agasajado libe-
sofía de Platón. Depresión, ofuscación de la conciencia, des- esté bien templada y bien ajustada [...] eso hace que todas melancolía del árabe Isak Ibn-Imram del siglo X y el Canon in ral y cortésmente; porque por agora en este sitio no ha
ilusión, eran efecto de la bilis negra. melaV no sólo significa las personas melancólicas sean personas fuera de lo común, medicina de Avicena del siglo XI. de entrar la pesadumbre ni la melancolía. Calló y no dijo
negro sino que connotaba lo malo y taciturno. Dos textos cla- no debido a enfermedad (νοσος)sino por constitución na- Avicena tenía una orientación galénica y hará hincapié más. (Cap. 58: Que trata de cómo menudearon sobre
ve constituyen las fuentes de este cambio: el Problema XXX de tural (φυγις)”. en la teoría humoral. La manía ataca la imaginación y la don Quijote aventuras tantas, que no se daban vagar
Aristóteles y la mención a la melancolía en el Fedro de Platón. melancolía la razón. En su tratado del alma localiza en el unas a otras).
La melancolía pasó a ser “una enfermedad de héroes” la bilis Pero de lo que yo agora me temo es de pensar si aque- cerebro a los sentidos internos, como el sentido común, la
negra como fuente de exaltación espiritual. Esto aparece vin- llos franceses le habrán dado libertad, o le habrán virtud imaginativa, la cogitativa, la estimativa y la memo- La melancolía afectaba a los monjes, una parálisis anímica,
culado a la teoría platónica del furor, la mania eleva el alma a muerto por encubrir su hurto. Esto todo será que yo ria, punto común a los dos pensadores fundamentales de el tedium vitae, manifestado a veces por un deseo tan intenso
la visión de las ideas., un don divino que eleva al amante, al prosiga mi viaje no con aquel contento con que le co- la Edad Media, Agustín y Tomás de Aquino. Para Agustín, de la divinidad que hace el objeto inaccesible y clausurado.
filósofo y al poeta. No obstante también estaba presente en mencé, sino con toda melancolía y tristeza (Cap. 42: Que influido por la dicotomía platónica cuerpo-alma, la mente Santa Teresa temía las consecuencias de ese delirio morbo-
su obra la manía destructora, la que ofusca la razón, la que trata de lo que más sucedió en la venta y de otras mu- tendrá tres categorías: razón, memoria y voluntad, y la de so, distinguiéndola del éxtasis místico: “Yo he miedo que el
conduce los actos del tirano. A estas ideas expresadas en el chas cosas dignas de saberse). cuatro pasiones fundamentales, descriptas por Cicerón: demonio debajo del color de este humor […] quiere ganar
Fedro, en la República, se agrega la mención en el Timeo, donde Interesante resulta observar la inversión de la posición de los deseo, temor, alegría y tristeza, moduladas por la razón. muchas almas”. El estado de contemplación, caracterizado
se advierte que sólo el lado inconsciente del estado profético términos con respecto al ejemplo anterior que vinos. Porque Tomás de Aquino en el siglo XIII, influido por Aristóteles y por la sequedad en la imaginación, el desgano en lo parti-
está ligado al hígado y a la bilis amarga. ahora se antepone toda. Toda absolutiza la percepción. Ya no los pensadores árabes, retoma la teoría de los humores que cular y el gusto por la soledad, tenía coincidencias con la
Se debe a Aristóteles la fusión de la idea clínica de me- se percibe la idea de “medio” aristotélica se aplica a esta no- participaban en los fenómenos psíquicos. La psique estaba melancolía, pero se distinguía por el gusto de estar a solas
lancolía con la teoría de Platón sobre la manía. El problema ción de melancólico ideal. “Señor, las tristezas no se hicieron estructurada en el anima vegetativa, que trataba las funcio- con Dios. El médico Francisco Vallés en su obra De sacra phi-
XXX fue considerado auténtico de Aristóteles por Cicerón para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres nes fisiológicas, el anima sensitiva, relacionada con los sen- losophia (1587) acusaba al demonio de entrar al cuerpo para
en las  Tusculanarum Disputationum  (45-44 a.C.) y por Plu- las sienten demasiado, se vuelven bestias”, dice Sancho, lue- tidos internos y externos. Estos incluían el sentido común, excitar los vapores negros de la melancolía.
tarco en la Vida de Lisandro (I d.C.). Comienza el texto con la go de ver la encantada aldeana Dulcinea. (2a. Parte, Cap. 11). la imaginación, la fantasía, la memoria. Los externos repre- Según Avalle-Arce la locura del Quijote surge de dos
pregunta, el pronombre interrogativo ti: “¿Por qué todos los Mencionemos los avances siguientes. Galeno en el siglo sentaban el movimiento, la lujuria y lo irascible. Y el anima facultades desacordadas, la imaginativa y la fantasía. Luis
que han sobresalido en la filosofía, la política, la poesía o las II d.C., describe varios tipos de conductas melancólicas, intellectiva, que aludía a la razón. Vives describía la función de la imaginativa en De Anima et
artes eran manifiestamente melancólicos?”, una pregunta derivadas de falsas impresiones sensoriales, las  phantasis, Si bien el humanismo antropocentrista retomará las Vita, I, x. (1538) paralelamente a la nutrición. La imaginati-
que se extiende hasta hoy, al demarcar un territorio distinto acompañadas de temor y desesperanza, y destaca que no ideas de la antigüedad, el poder de la contrarreforma re- va es quien recibe las imágenes impresas en los sentidos,
entre la patología, corsé epocal, y la conciencia de la propia todos desean morir aunque para algunos la causa de la ligiosa cuestionará y perseguirá las ensoñaciones demo- la memoria las retiene, la fantasía las perfecciona y la esti-
condición. Melancólico es Belerofonte, aquel que “esquiva la tristeza es la muerte. La atrabilis se desparrama por todo el níacas producidas por la melancolía. El diablo prefiere los mativa las distribuye según su disenso. Don Quijote registra
senda de los mortales”, solo, “el que devora su corazón”(ον organismo y produce una enfermedad crónica y recurrente. cuerpos melancólicos “el diablo perturba desde dentro los imágenes deformadas, las imágenes se imprimen en una
ϑυμον κατεδων) (Ilíada, VI, 166-212). Aristóteles entiende Se establecieron las relaciones entre manía y melancolía, humores, obstruye los órganos, pica las meninges, opila los imaginativa desarreglada. No son los sentidos los que per-
la melancolía como constitución, aunque algunas personas acercando ambos estados como etapas de un mismo mal. nervios y tapona las arterias, y todas estas maldades no las ciben equívocamente, sino el pasaje de lo sensorial al alma
manifiesten sólo una tendencia natural. Tiene que ver con el Ya Sorano de Efeso (II d.C.) consideraba la fase maníaca podría cometer si no lo ayudase el humor melancólico”. En lo que se desajustó. Y se las embellece de acuerdo al deseo:
elemento aire, de allí los trastornos abdominales de los me- como estado previo al melancólico y Areteo de Capadocia (I el siglo XV aparecen tratados de brujería como el  Formica- la venta es recibida por el alma de Don Quijote como un
lancólicos, el apetito sexual excitado (generación de aire), d.C.) concebía el proceso a la inversa, y la definía como “una rius  y el  Malleus Maleficarum. La brujería se alineará con la castillo por el desajuste de su imaginativa, y una vez que se
las carnes magras, venas abultadas. Señala que el humor tristeza del alma concentrada sobre una idea fija”: “los me- melancolía, y su curación pasa a manos de los sacerdotes, imprime en su alma la imagen de un castillo acude su le-
melancólico es algo mixto constitutivamente, la bilis negra lancólicos son inquietos, tristes, desanimados, insomnes y confrontando la ciencia médica con la teología. El saber mé- sionada fantasía a perfeccionarla”. Según Juan Huarte : “Por
puede estar muy caliente o muy fría, aunque su estado es son presas del terror […] se ponen flacos por su agitación y dico estaba asociado a los judíos y las fuentes hipocráticas y maravilla se halla un hombre de muy subido ingenio que
frío por naturaleza. Si la bilis negra está demasiado fría y en llegan a perder el sueño vivificante […] desean la muerte. galénicas resultaban sospechosas. La decadencia del impe- no pique algo en manía, que es una destemplanza caliente
exceso produce torpores, depresión, ansiedad, abatimiento Desgarran sus propios miembros con espíritu religioso para rio español se asociaba con la enfermedad, manifestándose y seca del cerebro”. Avalle-Arce encuentra que lo colérico del
(αϑυμια, falta de ánimo): “estamos en un estado de duelo tributar una especie de homenaje a los dioses que exigen entonces una preocupación en tratados políticos y textos re- Quijote lo acerca a los temperamentos donde predomina la
sin saber porqué mientras que en otros momentos nos en- este sacrificio”. La enfermedad “afecta el pensamiento, con ligiosos como hipótesis de proyección del terreno individual bilis amarilla, secos. Una manía, la de la caza, es sustitui-
contramos alegres sin motivo aparente” (Probl. XXX, 954b, tristeza y aversión por las cosas más queridas” y toma su a la enfermedad social. da por la de los libros de caballería. La falta de humedad
15-20) (εχομεν ωστε λυπεισϑαι, de tal modo nos encontra- nombre de que el paciente a menudo vomita bilis negra. desequilibra los humores. Cada regreso del héroe significa
un sueño largo, que restablece la humedad del cerebro. No Obras citadas
hay que olvidar la influencia del Elogio de la locura (1511) de
Avalle-Arce, Juan Bautista. “Cervantes y el Quijote” en Rico, Francisco.
Erasmo de Rótterdam. Y, citando a Jerónimo de Mondragón Historia y Crítica de la literatura española. Barcelona: Crítica. 1980. Tomo 2:
en Censura de la locura humana (1598): “los tenidos por Cuer- 593-596.
Ayala, Francisco y Vicente Gaos. “La poesía” en Rico, Francisco. Historia y
dos son Locos” y “los tenidos comúnmente por Locos son
Crítica de la literatura española. Barcelona: Crítica. 1980. Tomo 2: 660.
dignos de alabanza”. Bartra, Roger. “Melancolía y cultura. “Notas sobre enfermedad, misticis-
El estado del “conjunto melancólico-depresivo” continúa mo, cortesía y demonología en la España del Siglo de Oro”. Instituto de
Investigaciones Sociales UNAM. http://omega.ilce.edu.mx/sites/hemero/ ASNOS Y MONOS DE CABO A RABO.
rondando la contemporaneidad como nuevo “mal del siglo”,
así como en el XVI, disputado entre una psiquiatría de me-
home.htm
Biblia de Jerusalem. Macabeos.6. 8-10. Desclée de Brouwer. EL AUTOCONOCIMIENTO Y LA
dicación y los mandatos sociales de actividad y rendimiento,
Casalduero, Joaquín. Estudios de literatura española. Madrid: Gredos.1967.
Castro, Américo. “El pensamiento de Cervantes” en Rico, Francisco. ANIMALIDAD EN EL QUIJOTE DE 1615
alertando sobre un nivel profundo del sentido de la vida, De Meneses, Felipe. Luz del alma. 1554. http://www.cervantesvirtual.com/
obra/luz-del-alma-cristiana-/
mostrando el deseo como una ilusión, una ficción construi-
de Nerval, Gérard. “El desdichado”. Texte conforme à l’édition des Filles du
da que tal vez flota sobre la nada. feu (1854). http://un2sg4.unige.ch/athena/nerval/nerv_chi.rtf
Ese “punto de muerte”, inminencia, umbral, epifanía, que Díaz Barriga Salgado, Lino. Melancolía. http://mx.geocities.com/linodi48 Julia D’Onofrio Segunda Parte. De él se nos dice que es un mono de los sin
Egido, Aurora. “La memoria y el Quijote”. http://www.h-net.org/~cer-
se prolonga en el melancólico hasta hacerlo habitar en él, vantes/csa/artics91/egido.htm Universidad de Buenos Aires cola y grande (aunque no lo será tanto como para no poder
recuerda una intertextualidad que no puedo obviar. El pers- Foucault, Michel. La hermenéutica del sujeto. México: FCE.2002. CONICET subirse al hombro del titiritero y “hablarle” al oído).01 Mucho
Godina Herrera, Célida. “Sobre la melancolía” en La lámpara de Diógenes.
pectivismo del autor y personajes, y el perspectivismo del http://www.ldiogenes.buap.mx/revistas/arta3no5/a3la5a5.htm Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas “Dr. Amado Alonso” se ha escrito sobre Maese Pedro y su retablo, aquí pretendo
Libro Rojo de la Comarca, que desdibujan el real. Algo sí Hauser, Arnold. Historia social de la literatura y el arte. Madrid: Guadarrama. Universidad Nacional de General Sarmiento solamente apuntar las relaciones de la figura de su partenai-
1964.
cuenta, a pesar de ese indecidible, como lo llamaría Derrida: re escénico, el mono advino, con las implicancias culturales
Heidegger, Martín. El ser y el tiempo. Trad. al español de José Gaos. BS. AS.:
existe el punto de la muerte. FCE. 2003. (1ª ed. 1927). de la figura del mono en la época.
Similar se plantea en el personaje de Bilbo y la herida de Klibansky, Panofsky, Saxl. Saturno y la melancolía. Trad de María Luisa No es ésta quizás una lectura novedosa o una interpretación No es un dato menor que se trate de un mono macho,
Balseiro. Madrid: Alianza.1991.
Frodo: ¡Estoy herido – respondió él, herido. Nunca curaré del Kristeva, Julia. Sol negro. Depresión y melancolía. Venezuela: Monte Avi- inusitada del Quijote, reconozcámoslo: es una tarea harto puesto que es mucho más común en las figuras del mono
todo”, en un sentido neoplatónico, que impregna el texto: la.1991. (ed. orig. 1987). difícil lograr algo semejante. Casi tan difícil, por otro lado, como metáfora (para copiar a Curtius y su Excursus XIX) que
Lucius Annaeus Séneca. Epistulae a Lucilius. Barcelona: Gredos, 2001.
Pizarnik, Alejandra. Prosa completa. Barcelona: Lumen. 2002: 290-291. como intentar que al leer Quijote no se nos llene la mente se hable de animales hembras. La mayoría de los ejemplos,
Aún recordamos, nosotros que vivimos Tolkien, JRR. El retorno del Rey. http://www.alconet.com.ar/varios/libros/e- –que debemos tener algo trastocada como el ingenioso fábulas o núcleos narrativos que tratan de monos refieren a
book_e/El_Senor_de_los_Anillos_03_El_Retorno_del_rey.pdf
bajo los árboles en esta tierra lejana, hidalgo– de ideas, resonancias, perspectivas que de alguna hembras. Para nosotros sigue siendo común el de la mona
Rodríguez, Antonio. “Muerte, transfiguración y resurrección de Don Qui-
la luz de las estrellas jote” en La Gaceta. Nº 409. Enero de 2005. forma tenemos que perseguir y comunicar. Creo que debe vestida de seda, que mona queda; pero en la tradición cultu-
sobre los Mares de Occidente.06 Wardropper, Bruce. Notas al cap. LXXIV. ser por esto que los cervantistas, o todos los estudiosos de la ral contemporánea a Cervantes había muchas más compa-
http://cvc.cervantes.es/obref/quijote/parte2/cap74/default.htm#arriba
literatura, tal vez, hacemos exorcismo de nuestras fantasías raciones comunes con la mona hembra);02 de hecho, hasta
Quizás sea este recuerdo idealista de otra tierra que tenían y anhelos en las páginas de nuestros trabajos; pero no de- las entradas del diccionario de Covarrubias refieren a “mona”
los Elfos; o, más terrenal, el impulso de ser mesurado que beríamos contarlo al mundo, porque se supone que nues- y a “simia”, como si al hablar de este animal solamente fuera
plantea Sancho (y nos recuerda a Sam). ¿O repite, acaso, un tra tarea es seria, provechosa y busca hacer (algún) bien a necesario referirse a las de género femenino.
lugar común movido por el afecto? la república. En fin, el reconocimiento de los errores, de las Las muy ricas tradiciones culturales con respecto a los
falencias o de las locuras, puede ser el mejor camino… si no monos tienen un estudio fundamental en el libro de H.W.
– ¡Ay! –respondió Sancho, llorando–: no se muera para la redención, al menos para el autoconocimiento y el Janson, Apes and ApeLore in theMiddleAges and theRenaissance,
vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva desengaño. Precisamente sobre estos asuntos trata mi co- surgido del Instituto Warburg y publicado en 1952. El libro
muchos años, porque la mayor locura que puede ha- municación que se va a ocupar de la multiplicidad de sen- de Janson hace un recorrido a través la representación cul-
cer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni tidos simbólicos que se agolpan en dos animales modélicos tural de los monos desde la Alta Edad Media, registra las
más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que encontramos casi juntos en el Quijote de 1615: el mono notables transformaciones que se producen en la Baja Edad
que las de la melancolía. y el asno. Media y termina por atender su representación en las distin-
Empecemos por el mono. Vengo persiguiendo monos o tas fases del Renacimiento que llegan hasta el Barroco.
monas desde hace un tiempo porque me interesé antes en Según Janson uno de los cambios determinantes se dio
cómo aparecían agazapados detrás del personaje de Mi- en el siglo XII; es en este momento cuando Europa tuvo más
01 Macabeos.6. 8-10. Desclée de Brouwer. Biblia de Jerusalem.
comicona y luego en la versión palaciega de los duques en contacto directo con monos reales (traídos desde diferentes
02 de Nerval, Gérard. “El desdichado”. Texte conforme à l’édition des Filles
du feu (1854). http://un2sg4.unige.ch/athena/nerval/nerv_chi.rtf la que la pobre princesa Antonomasia termina convertida regiones del mundo conocido) y también cuando se produ-
03 Séneca, Carta 50 a Lucilio en Foucault. La hermenéutica del sujeto. en una simia de bronce (D’Onofrio 2016). El mono del que jo la recuperación de las fábulas esópicas. En este proceso,
p.106 “A nadie el buen juicio llegó antes que el malo”.
04 Un núcleo de este trabajo fue publicado en Moran, Julio (comp.). Los vamos a hablar hoy, sin embargo, no es sugerido ni fanta- prácticamente se abandonó la representación antigua que
filósofos y los días. La Plata: De la Campana, 2006. sioso, sino el muy concreto mono adivino de maese Pedro veía al mono como figura del diablo, o incluso como rep-
05 http://cervantes.uah.es/poesia/tumulo.htm
06 Tolkien, JRR: El retorno del Rey. “Los puertos grises”.
que aparece hecho y derecho en los capítulos 26 y 27 de la resentación del pecado, y se lo empezó a ver, en cambio,
como figura del hombre pecador. Es decir, como la víctima vigencia de esta idea en el Siglo de Oro: un campesino ajus- the Renaissance concept of arssimianaturae, as against cristiana medieval sostenía que la cola en los animales era
del diablo, antes que como el diablo mismo (Janson: 1952: ticia un mono que tomó sus herramientas y quiso imitarlo, the mediaeval simiaveri with its invidious distinction indicio de que se trata de seres completos y con una finali-
31). En un proceso siguiente, que ocurre a principios del Re- en el emblema se retrata al mono como usurpador, a través between reality and representational art, the “forgery dad determinada por Dios, puesto que tienen un principio
nacimiento, se traslada la imagen del mono como el peca- de la copia mimética, de actividades o de un lugar que no le of realilty” (Janson 293).06 (la cabeza) y un final (la cola). Solamente el hombre es li-
dor a la del mono asemejado al loco o bufón; la gran difer- correspondía y resulta un ejemplo de soberbia para que los bre de elegir su propio destino y por tal motivo es el único
encia que se da en este proceso de cambio es que al loco no hombres aprendan la necesidad de la mesura y el decoro. La amplia reflexión que suscita la imitación en el arte del Re- animal legítimamente sin cola; en el simio, en cambio la
se lo puede culpar por su locura como sí se culpa al pecador, No caben dudas de que la imitación es el rasgo más fre- nacimiento postula la cuestión no sólo ya como copia de la falta de cola señalaría una falla, una caída, similar a la del
pues ser loco no es una decisión voluntaria.03 cuente de los monos que se extiende por todas las diversas naturaleza, sino también y especialmente en términos del demonio que había sido creado como ángel pero por su
Las atribuciones al mono en la cultura occidental recor- tradiciones culturales; podríamos decir que es prácticamen- ejemplo que se obtiene otros artistas o poetas; es decir, la soberbia perdió el cielo: en esta semejanza el simio sería
rerán variados caminos que se entrelazan y que tienen como te el rasgo invariable que recorre siglos de tradiciones y re- imitación de modelos.07 tanto imagen del diablo como de un hombre caído (Janson:
núcleos comunes concepciones ligadas a la imitación, la presentaciones diferentes.04 Son innumerables las concep- El concepto de ars simia naturae permaneció vigente en 19).
falta de juicio y la lujuria; así como también se lo asocia a tualizaciones que se han hecho sobre la acción imitativa de el Renacimiento con sentido positivo hasta finales del siglo Más allá de las diversas valoraciones, lo que nos interesa
la vanidad, a la astucia y al engaño. Según las épocas, tales los monos, con miradas positivas o negativas según cómo se XVI, cuando empieza a cuestionarse el peso de la imitación señalar especialmente es la vigencia indiscutible en la épo-
imágenes del mono podían verse de manera positiva en un considere la calidad de su imitación. A lo largo de los siglos como actividad central del artista (Janson 303-304). Así pues, ca de Cervantes de la relación entre el creador artístico y el
sentido risueño o negativa como peligros a evitar. y por lo general, los monos han sido modelo de las imita- se llega a representar la imitación del mono como imitatioin mono; relación invariablemente asentada, como vimos, en
El mono adivino refleja una realidad común y reconocible ciones defectuosas o toscas; sin embargo, en los albores del sipiens, la imitación del insensato, que copia indiscriminada- la práctica de la imitación y la copia. Es innegable también
del animal como atracción en espectáculos itinerantes. Es Renacimiento se descubre un cambio de mirada que puede mente, en contraposición a la imitación sabiamente realiza- que el tema de la imitación artística es central en todo el
claro también que, de entre los múltiples rasgos de la repre- apreciarse al notar el gran relieve que alcanza la sentencia da, propia del verdadero artista. De manera que se vuelve episodio de maese Pedro por los conflictos que despierta la
sentación cultural del mono, en este episodio lo más central ars simia Naturae, el arte es la simia de la naturaleza.05 a despreciar/cuestionar la figura del mono como imagen puesta en escena de la historia de Gaiferos y Melisendra en
es la cuestión del arte y de la imitación mimética, como de La visión invariablemente negativa de la Antigüedad con general del buen artista. el retablo de títeres.11
modo elocuente ha sido señalado por la crítica (Haley, Percas respecto a cualquier acción de los monos, incluía la imita- De esta mirada burlesca sobre el tópico surgen las imá- Los conflictos de esta representación en el retablo–imi-
de Ponseti, Gaylord, Parodi, Collins). El acto mismo del mono ción simiesca considerada epítome de lo torpe, deforme o genes de monos pintores con la idea implícita del “artista tación verosímil o fallida farsa caballeresca– de ninguna
adivino se fundaba en la imitación histriónica: el mono actúa mal hecho; tal visión recorre también el pensamiento me- como un mono” en tono despreciativo: risueñas parodias manera involucran al mono (salvo por el hecho de que huye
como un hombre que habla y maese Pedro finge que aquello dieval como la imagen de la mala copia, del mal actor o de la sobre los pintores, sus torpezas y sus vanidades. Esto llega después del ataque de don Quijote). Sin embargo, precisa-
que le dice al oído lo adivinaba de sus espectadores. farsa. En línea con las disquisiciones platónicas sobre la re- hasta Goya y sus Caprichos, como en el número 41 “Ni más ni mente por esta disociación podemos descubrir la importan-
Por otro lado, si bien no hay referencias aquí al rasgo de la presentación artística, Alain de Lillea fines del siglo XII había menos” donde reúne al mono y al asno; el mono como pin- cia temática de la idea de imitación en estos capítulos ya que
lujuria o la tentación por la sensualidad, acusación común difundid oel concepto arssimia veri, el arte –especialmente tor torpe y el asno como el único que puede llegar a juzgarlo vemos tratar el asunto en diversos niveles y sentidos del tex-
que se les hacía a los monos en diferentes épocas (y que en la pintura y la escultura– es la mona de la verdad porque no como un verdadero artista. to. Por un lado está la cuestión de cómo se pone en escena la
el caso de Micomicona y Antonomasia tenía gran impor- hace más que falsificar la realidad. Podemos encontrar en autores muy cercanos a Cervantes historia y por otro lado está como señal simbólica el mono,
tancia), sí encontramos una alusión a la ancestral conexión Frente a este panorama, Janson señala una transforma- que explicitan con la figura del mono el ejemplo de la mala animal emblema de la imitación.
diabólica: recordemos que don Quijote se pregunta si detrás ción sustancial que introduce Boccaccio; en el libro XIV de imitación artística, tal es el caso de Luis Alfonso de Carballo Todas estas relaciones cobran una dimensión más evi-
del poder adivinatorio del mono no estará el Diablo, aunque su De Genealogia Deorum, dedicado a la defensa de la poesía, de su Cisne de Apolo (1602).08 Hacia el final del diálogo IV, el dente aún si prestamos atención a la aventura que enmarca
no piensa ya al mono como figura del mismo diablo que, Boccaccio sostiene que el poeta es simia naturae porque imi- personaje de la Lectura sostiene que se debe imitar a los po- el episodio del retablo de maese Pedro: el de los rebuzna-
como dijimos, era una de las conexiones más antiguas. ta con sus versos la totalidad de la naturaleza. La diferencia etas más acreditados y de ellos lo mejor que tuvieren, para dores, los hombres que imitan la voz de los burros. Haley
Notemos que incluso en esta conexión diabólica ances- entre simia de la verdad y simia de la naturaleza es muy explicarlo usa la mona como ejemplo vitando: “Ansi que lo (1965) ya había indicado la sutileza cervantina de combinar
tral, la imitación es la que da el sustento conceptual; pues así destacable, pero lo más distintivo de esta caracterización bueno de otro poeta es lo que ha de seguir el imitador, y la figura de un animal que imita al hombre con la de unos
como Lucifer quiso imitar a Dios y fue castigado, los monos del arte es que considera la labor imitativa como positiva y no hacer como la mona, que queriendo imitar y parecer al hombres que imitan el rebuzno de los asnos. Alicia Parodi
quieren imitar al hombre y les sale mal, hacen imitaciones honrosa, incluso sostiene que de la misma manera que un hombre, no le imita ni parece en lo mejor, que es el sentido, (2006) también señaló las peculiaridades de la unión de las
defectuosas o risibles. De hecho, en algunas historias muy artista imita la naturaleza, un buen cristiano debería buscar sino en la liviandad de la risa y en las nalgas” (Carballo, 1958: dos escenas. Por mi parte, quisiera acentuar estas conexio-
difundidas, se explica que los monos eran hombres sober- ser un buen simio/a de Cristo. Al respecto dice Janson: 182, énfasis nuestro). nes y hacer ver que se trata de dos animales modélicos de
bios y desmesurados que enfurecieron a los dioses o a Dios Proviene de la antigüedad y de un precario conocimien- enorme carga simbólica en lo que toca a sus respectivas re-
y, como castigo, fueron convertidos en simios (cf. Janson: The analogy between the artist as the ape of nature, to del mundo animal, la observación de la semejanza del laciones con el hombre y su identidad.
94-99 y García Arranz). La imitación, desde esta perspecti- and the good Christian as the ape of the Saviour, de- mono con el hombre por la falta de cola (los primeros En efecto, tanto el mono como el asno son animales
va, apunta directamente a la acción desmesurada de querer monstrates the extent to which Boccaccio had depar- simios que se conocieron en Europa no tenían cola). Se que, más que ningún otro, funcionaban en la época como
ser más de lo que se es. Por otro lado, el relato legendario se ted from the mediaeval meaning of simia; to him it no creía que tanto el hombre como el mono eran los únicos espejo del hombre, es decir, como punto de comparación
plantea como una amenaza latente para justificar el temor longer suggested an inept and ignoble imitator […] but animales creados por Dios que carecían de este apéndice. para reflexionar sobre la condición humana, sus particu-
del hombre a caer en la animalidad (Knowles: 142). onewho strives to come as close as possible to a great En los bestiarios medievales, deudores del Fisiólogo,09 esta laridades y su devenir hombre o bestia. (Alberto Rodríguez
El emblema de Hernando de Soto, “Nemoalienis sapiens ideal, be it aesthetic or moral. […] Thus the author of particularidad era muy señalada y llegó a convertirse en un también analizó significados simbólicos ligados a estos
[Ninguno sabe en ministerio ajeno]”, f.54, es testimonio de la the Geanealogia must be regarded as the originator of indicio de la soberbia y caída del simio.10 La interpretación animales, pero creemos que falta en su trabajo mayor
atención a las múltiples valencias del simbolismo que te- Podemos afirmar que el asno, en la España contemporánea anuncia creando grandes expectativas como lo resalta Pa- piezan a rebuznar por el monte de manera tan verosímil que
nían en la época de Cervantes.) a Cervantes, es el animal más utilizado para representar ya rodi en su estudio. ellos mismos se confunden por la “ilusión mimética” (al decir
Cabe hacer ahora unas menciones sobre los asnos y su sea la animalidad inherente del hombre o la animalización El caminante que lleva las lanzas anuncia su historia como de Haley) de su artificio:
representación cultural. Este animal tiene un inmejorable fruto de una caída que lo hace abandonar su humanidad. un relato de grandes maravillas (en el capítulo 24 y en el 25).
estudio en el trabajo de M. Guillemont y Marie-Blanche Res- Así como el mono es el símbolo del que pretende ser lo que Don Quijote se muestra tan ansioso por conocer ese maravi- ¿Es posible, compadre, que no fue mi asno el que re-
quejo Carrió “De asnos y rebuznos. Ambigüedad y moderni- no es, el asno muestra la condición más elemental de quien lloso suceso que se ofrece a realizar tareas que nunca antes buznó?». «No fue sino yo», respondió el otro. «Ahora
dad de un diálogo” (Criticón, 71, 2007). Las autoras analizan no se esfuerza siquiera por ser hombre. le vimos hacer, como es alimentar la cabalgadura del cami- digo —dijo el dueño— que de vos a un asno, compadre,
la cuestión asinina como punto de comparación entre Mateo Más allá de lo dicho, no todo eran imágenes negativas de nante y limpiar el pesebre para que éste pueda empezar su no hay alguna diferencia, en cuanto toca al rebuznar, por-
Alemán y Cervantes, de modo que se trata no sólo de una este animal; como bien recuerdan Guillemont y Resquejo cuento lo antes posible. que en mi vida he visto ni oído cosa más propia.» (II, 25)
investigación ligada a la época y sino también específica- existía también una asinidad positiva a través de la cual se La historia de los dos regidores, que trataron de encontrar
mente a la obra de Cervantes).12 valoraban otras características del asno, en especial al consi- el asno perdido rebuznando ellos mismos por el monte, no Como vemos, el “arte” de ambos es como el arte imitativo
Es muy importante notar que la figura del asno tenía en la derarlo como trabajador incansable, sufridor de inclemen- tiene nada de maravillosa. Puede ser que sea divertida, cu- tosco del mono, que puede copiar miméticamente, pero
época un primer significado básico de necedad, tosquedad cias y muy buen compañero del hombre. Así pues, el asno riosa, notable, pero ¿maravillosa?; lo cierto es que los únicos nada más que esto. Pero entre ambos intercambian nota-
e ignorancia, pero que también podía simbolizar humildad, también era en la época de Cervantes un modelo ejemplar admirados parecen ser los protagonistas del cuento ¿En qué bles alabanzas que son una graciosa parodia que remeda
mansedumbre, laboriosidad y resistencia; enfrentamos enton- de la humildad y la perseverancia. medida se traslada el asombro a los oyentes directos del re- incluso el lenguaje preciso de los juicios poéticos y hasta la
ces una “asinidad negativa” y una “asinidad positiva”. Guillemont Por lo demás, hay que recordar que la unificación de lato y a nosotros lectores? apreciación musical:
y Resquejo recorren fuentes tanto populares –carnavalescas en todos los hombres alcanzados por la condición común de Adecuadamente, como si se buscara adrede dejar plan-
su mayoría– como eruditas que no deben desatenderse para la locura, difundida por Erasmo en su Elogio de la locura, se teado el tema sin resolverlo, al terminar el relato del hombre «Esas alabanzas y encarecimiento —respondió el de la
comprender la complejidad del asno en la cultura del Siglo de identifica con la idea de que todos los hombres tienen algo de las lanzas, el texto no deja espacio para sopesar la reac- traza— mejor os atañen y tocan a vos que a mí, com-
Oro. De enorme relevancia en las fiestas populares europeas, el de asnos. “Larga es la cofradía de los asnos, pues han que- ción de los oyentes, pues intempestivamente se anuncia la padre, que por el Dios que me crió que podéis dar dos
asno es animal siempre presente en el carnaval. rido admitir a los hombres en ella” dice el narrador en la llegada de Maese Pedro, con su mono y su retablo de títeres rebuznos de ventaja al mayor y más perito rebuznador del
Interesa especialmente la ligazón del asno con la figura Primera parte del Guzmán de Alfarache (I, ii, 2). De manera y el entusiasmo del ventero al recibirlo promete un admi- mundo: porque el sonido que tenéis es alto; lo sostenido
del loco o del necio (el stulto). Precisamente debemos recor- risueña y contundente el concepto aparece en el pórtico rable espectáculo, dejando lo anterior en el olvido. Estas de la voz, a su tiempo y compás; los dejos, muchos y apresu-
dar que originalmente las caperuzas de los bufones o locos del Quijote como sentencia inapelable en boca de Rocinan- incongruencias y estos huecos nos hacen prestar más aten- rados; y, en resolución, yo me doy por vencido y os rindo
de corte representaban las orejas del asno. Para notar la im- te en su diálogo con Babieca: “Asno se es de la cuna a la ción a descubrir en dónde se encuentra en el cuento de los la palma y doy la bandera desta rara habilidad.» «Ahora
portancia central de los asnos en la imaginería de la locura mortaja”.13 Así también, como en la locura positiva de Eras- rebuznos la maravilla prometida. digo —respondió el dueño— que me tendré y estimaré
basta recordar el testimonio de la  Das Narrenschiffo Stulti- mo, el reconocimiento de la propia bestialidad es el primer Creo que el único lugar donde podemos hallar la men- en más de aquí adelante, y pensaré que sé alguna cosa,
feranavis de Sebastián Brant donde los asnos y los hombres paso para el autoconocimiento y la aceptación de las pa- tada maravilla es en el disfrute estético que manifiestan los pues tengo alguna gracia, que puesto que pensara que
con caperuzas de bufón/asnos son una presencia constante radojas constitutivas, no sólo del hombre sino también de dos regidores ante el “arte” del rebuzno. Así notamos que los rebuznaba bien, nunca entendí que llegaba al estremo
en las famosas ilustraciones de esta obra de enorme in- todo el mundo sublunar. términos con los que mutuamente se alaban son los propios que decís.» «También diré yo ahora —respondió el se-
fluencia en el siglo XVI. Como señalan Guillemont y Resquejoen la asinidad en de la crítica y la competencia artística. Por ejemplo, la idea gundo— que hay raras habilidades perdidas en el mun-
En semejantes testimonios se hace evidente que el asno los textos cervantinos acentúa la unión de contrarios como para la búsqueda a puros rebuznos es presentada como una do y que son mal empleadas en aquellos que no saben
figura como animal referenciador para advertir sobre el peli- algo positivo que lleva al autoconocimiento; en la ambigüe- traza ingeniosa que se sirve de sus maravillosas habilidades aprovecharse dellas.» «Las nuestras —respondió el due-
gro de la metamorfosis degradante. A causa de la locura o la dad burlesca de la figura del asno se promueve la capacidad ño—, si no es en casos semejantes como el que traemos
necedad, el hombre puede dejar de ser hombre para trans- del individuo para librarse del vicio reconociendo sus pro- «Mirad, compadre: una traza me ha venido al pensa- entre manos, no nos pueden servir en otros, y aun en
formarse en bestia: más específicamente, en asno. Así lo pias contradicciones y limitaciones.14 miento, con la cual sin duda alguna podremos descu- este plega a Dios que nos sean de provecho.» (II, 25)
ilustra el famoso grabado del capítulo 37 de la obra de Brant, brir este animal, aunque esté metido en las entrañas de la
en la que la rueda de la fortuna gira, haciendo subir o bajar *** tierra, no que del monte, y es que yo sé rebuznar maravi- Con todo, aunque el burro nunca responde porque estaba
a hombres-asnos que se van transformado a mitad de cami- llosamente, y si vos sabéis algún tanto, dad el hecho por muerto hace tiempo, el consuelo de los regidores ante lo
no entre la humanidad o la bestialidad según las vueltas de Ahora bien, en cuanto a los vínculos de los dos episodios concluido». «¿Algún tanto decís, compadre? —dijo el fallido de la aventura se construye notablemente sobre el
la fortuna. El mismo grabado se repite en el capítulo 56 que yuxtapuestos, lo que más llama la atención es que en am- otro—. Por Dios, que no dé la ventaja a nadie, ni aun a planteo de la finalidad del arte: el provecho está en el deleite
trata sobre el final o el abandono del poder. Otro elocuente bos se reflexiona, como dijera Haley, sobre la ilusión mi- los mesmos asnos.» (II, 25, aquí y en las siguientes citas que recibieron de la mutua experiencia.
ejemplo de la asinidad negativa y de la transformación de mética (los rebuznos de los hombres, el discurso del mono los énfasis son siempre nuestros)
los hombres en asnos en obras totalmente contemporáneas y la representación de los títeres). Pero no es sólo eso, sino «Ya me maravillaba yo de que él no respondía, pues a
a Cervantes es otro emblema de Hernando de Soto (f. 86) Ig- que en ambos episodios está presente la idea de entrete- Notemos además que, en un gracioso cruce entre rusticidad no estar muerto, él rebuznara si nos oyera, o no fuera
norantis digna laurus [El premio del ignorante] que represen- nimiento artístico, que coloca a don Quijote en la posición y tradición culta, el primero tiene la confianza de ser como asno; pero a trueco de haberos oído rebuznar con tan-
ta al rey Midas con orejas de burro. El concepto que se trans- de consumidor o espectador. En el caso del acto de maese dos Orfeos, el poeta legendario que podía rescatar a los ta gracia, compadre, doy por bien empleado el trabajo
mite es que la ignorancia quita al hombre el ser hombre y lo Pedro esto es lo esperable, pero no debemos olvidar que muertos y sacarlos “de las entrañas de la tierra”. que he tenido en buscarle, aunque le he hallado muer-
convierte en bestia (luego volveremos a esta historia). también el relato de los dos regidores que rebuznan se Así pues, planean el desarrollo de la traza y pronto em- to». «En buena mano está, compadre —respondió el
otro—, pues si bien canta el abad, no le va en zaga el tiempos de Cervantes y él mismo hace una alusión muy clara lo redime porque indica el camino del autoconocimiento y otras. Yo no puedo más.” Y el narrador marca su alejamiento
monacillo.» Con esto, desconsolados y roncos se vol- en el Persiles.16 Por lo demás, es particularmente curioso para de la asinidad positiva (la que se basa en la humildad, la pa- del río Ebro con estas palabras: “Volvieron a sus bestias, y a
vieron a su aldea, adonde contaron a sus amigos, ve- los temas que estamos persiguiendo recordar cómo es que ciencia y la perseverancia): ser bestias, don Quijote y Sancho, y este fin tuvo la aventura
cinos y conocidos cuanto les había acontecido en la había ganado sus orejas el rey Midas, ya que éstas fueron del encantado barco” (II, 29).
busca del asno, exagerando el uno la gracia del otro en un castigo de Apolo porque había despreciado su música y Miraba Sancho a don Quijote de hito en hito, en tan- Inmediatamente el encuentro con los duques lo hacen
el rebuznar… (II, 25) preferido la del rústico Pan; es decir, las orejas de asno eran to que los tales vituperios le decía, y compungióse de retroceder varios casilleros. O quizás no (pero ésa ya es
la señal de un juicio artístico insensato.17 En definitiva, he- manera que le vinieron las lágrimas a los ojos y con voz otra historia).
De manera muy burlesca, entonces, el cuento termina sos- mos intentado señalar ciertas líneas sutiles que tejen en este dolorida y enferma le dijo:
teniendo la idea de que ninguna expresión artística es in- episodio redes de sentido acerca de la apreciación artística, —Señor mío, yo confieso que para ser del todo asno no
01 Luego nos enteramos de que lo compró a unos cautivos que venían
motivada ni inútil si permite el disfrute estético, como dicen el juicio y también la condición humana siempre a pique de me falta más de la cola: si vuestra merced quiere ponér- de Berbería (posiblemente, entonces, sea un mono de Gibraltar que tie-
haber alcanzado estos dos regidores. Al respecto, notable- caer en la animalidad. mela, yo la daré por bien puesta, y le serviré como ju- nen estas características y fueron tipo más conocido en Europa desde
la Antigüedad).
mente resuena aquí también el mote del único estandarte Como ya dijimos, la llegada de maese Pedro con su mono mento todos los días que me quedan de mi vida. Vues- 02 Así sucede con la mona que ve lindo a su hijo feo, la mona engañadora
guerrero que se registra –de los muchos que el narrador dice y su retablo hacen olvidar el asunto de los rebuznadores tra merced me perdone y se duela de mi mocedad, y que orina y esconde sus desechos, la mona que prefiere uno de sus hijos
por sobre el otro pero lo termina matando, etc. Recorro estas tradiciones
que enarbolaban los combatientes del pueblo en el capítulo hasta después de que don Quijote y Sancho salen de la ven- advierta que sé poco, y que si hablo mucho, más proce-
en D’Onofrio 2016.
27– “No rebuznaron en balde / el uno y el otro alcalde”.15 De ta, ya arrepentido el caballero por los destrozos que había de de enfermedad que de malicia; mas quien yerra y se 03 Pero además, recordemos que la locura pasa a convertirse en el Rena-
manera que parece buscarse la exaltación de esta premisa ocasionado por su propio juicio insensato y su compene- enmienda, a Dios se encomienda. cimiento –con Erasmo y su Elogio de la Locura como el gran difusor– en
la condición común de todos los hombres (Janson: 1952: 199). Aunque en
en la historia total de los rebuznadores, es decir que, por más tración con el mundo ficcional. Durante tres días caminan —Maravillárame yo, Sancho, si no mezclaras algún los idiomas románicos nunca se llegó a establecer una asimilación tan
absurdo que parezca, este curioso episodio valió la pena. amo y escudero sin sucesos que merezcan contarse y al terc- refrancico en tu coloquio. Ahora bien, yo te perdono, fuerte entre el mono y la idea de la estulticia o locura, como sí ocurrió en
alemán o en inglés (cf. Janson: 201), por más que hablemos de monerías
El problema, sin embargo, es que no todos interpretaron er día topan con un escuadrón armado de los del pueblo del con que te emiendes y con que no te muestres de aquí como locuras. Esa relación léxica en las lenguas romances la encontra-
la experiencia de los rebuznadores de la misma manera, no rebuzno, situación en la que se retoman varias cuestiones adelante tan amigo de tu interés, sino que procures en- mos en cambio en el otro animal también tan asociado a la locura/nece-
dad como es el asno.
todos la juzgaron con la misma benevolencia; porque, si antes mencionadas. sanchar el corazón y te alientes y animes a esperar el
04 Así, por ejemplo, la imitación es una de las ideas más repetidas en las
bien los involucrados habían difundido con gusto lo acon- Entre los del escuadrón, don Quijote se muestra especial- cumplimiento de mis promesas, que, aunque se tarda, entradas sobre monas, simias y micos del Tesoro de la lengua castellana
tecido, esa difusión dio pie a pareceres muy distintos que, en mente sensato y justo razonador con su discurso en favor de no se imposibilita. (II, 28) de Sebastián de Covarrubias (1611). Por otra parte Ripa, en su Iconología
(1593), no duda en utilizar la figura de la mona para simbolizar la imita-
lugar de admirarse como los regidores, se burlaron de ellos: la paz, mientras que por el contrario Sancho cae en la mayor ción en dos alegorías distintas (en “Imitación” en la cual la mona es sím-
necedad imaginable al interrumpirlo con su propio alarde En definitiva, con monos y asnos, creación artística, imita- bolo del remedo de las acciones humanas y en “Comedia vieja”, con una
imagen más compleja, pero donde la mona representa las imitaciones
…todo lo cual se supo y se estendió por los lugares cir- del arte o ciencia de rebuznar y despertar la cólera de los com- ción y disfrute estético, el texto trata la condición misma de toscas o grotescas de las costumbres).
cunvecinos; y el diablo, que no duerme, como es amigo batientes. Como resultado de esto, Sancho recibe golpes que qué es ser humano. Apaleado de una punta a la otra del es- 05 El recorrido que hace Janson sobre este concepto (capítulo X) es muy
esclarecedor (cf. Janson: 1952: 287-325).
de sembrar y derramar rencillas y discordia por doquie- van de una punta al otro del espinazo,18 mientras don Quijote pinazo, reprendido por su soberbia y reclamando su cola en
06 “La analogía entre el artista como simio de la naturaleza y del buen
ra, levantando caramillos en el viento y grandes quimeras se retira con prudencia. Ante las reprensiones de su amo por el momento en que más muestra ser hombre, Sancho sirvió cristiano como el simio del Salvador demuestra hasta qué punto Boc-
de nonada, ordenó e hizo que las gentes de los otros su rebuzno inoportuno, Sancho responde con un amargo como ejemplo paradigmático en este final. caccio se ha apartado del significado medieval de simia; para él ya no
sugiere más una imitación innoble o inepta (…) sino una que intenta
pueblos, en viendo a alguno de nuestra aldea, rebuz- desengaño de su labor de escudero por el que ningún bien En efecto, hemos visto el recorrido de Sancho desde la acercarse lo más posible a un ideal más elevado, sea éste estético o
nase, como dándoles en rostro con el rebuzno de nues- consigue y con exigencias sobre su justo salario; cegado por imitación torpe y sin sentido, cuando quiere también él moral. (…) Así pues, el autor de la Genealogia puede ser considerado
como el originante en el Renacimiento del concepto de ars simia natu-
tros regidores. (II, 25) la ambición, termina encumbrándose en una engañosa y mostrar su pericia en el rebuzno, pasando luego a la sober- rae, frente a la idea medieval simia veri con su odiosa distinción entre
desmesurada soberbia, pues incluso llega a reclamarle a don bia de encumbrarse por encima de sus límites o capacida- realidad y arte representativo, como si se tratara de una ‘falsificación de
la realidad’.” Traducción propia.
El final es notable, porque al hablar del rumor que se extien- Quijote la inaudita cantidad de veinte años de servicios. Don des –dos rasgos propios de la representación cultural del
07 Todos recordamos las páginas magistrales de Riley sobre la imitación
de sembrado por el diablo y dispersado en el viento por ca- Quijote, que había sido relativamente paciente con él hasta mono–; para llegar en el final de toda esta secuencia a la hu- artística que realiza don Quijote en Sierra Morena, su primera formula-
ramillos, parece aludir irremediablemente a la fábula sobre ahora, se ofende con estos reclamos desproporcionados y lo mildad del autoconocimiento cuando acepta la animalidad ción e encuentra en Riley, 1954.
08 La tesis de doctorado de Noelia Vitali, defendida en octubre de 2016
las orejas de asno que ocultaba el rey Midas. Según la fábu- toma como una traición, pero especialmente para el interés constitutiva del ser hombre y se somete nuevamente (para en la Universidad de Buenos Aires, propone interesantes relaciones entre
la, el barbero era el único que había visto las monstruosas de nuestro recorrido: lo trata de bestia: “¡Oh pan mal cono- su mal) a los designios de don Quijote. este tratadista y Cervantes.
09 Aquí puede leerse el texto del Bestiario de Aberdeen en original y tra-
orejas del rey y debía guardar silencio o le costaría la vida, cido, oh promesas mal colocadas, oh hombre que tiene más Preciso es notar que don Quijote, va más lento que San- ducción inglesa: https://www.abdn.ac.uk/bestiary/translat/12v.hti
pero el secreto le pesaba tanto que no pudo contenerse, por de bestia que de persona!” Y, desde ya, que no se trata de cho en el proceso de autoconocimiento y no sigue en estos 10 Recordemos aquellas historias sobre hombres soberbios que como
castigo fueron convertidos en monos (cfr. Janson: 16 y ss).
eso un día fue al campo, cavó un pozo y dijo en el hueco “el cualquier bestia: “Asno eres, y asno has de ser, y en asno has episodios los ejemplos animales como su escudero; pero
11 Las lecturas de Haley y Gaylord siguen siendo ineludibles.
rey Midas tiene orejas de asno”, volvió a taparlo y se alejó, de parar cuando se te acabe el curso de la vida, que para mí toda esta Segunda Parte es un camino hacia el desengaño 12 De especial interés es también el trabajo clásico de MoniqueJoly “Re-
tan aliviado como confiado de que nadie se enteraría. Sin tengo que antes llegará ella a su último término que tú caigas –otro nombre del autoconocimiento en Cervantes– y don buzne el pícaro” (1983).
13 “Diálogo entre Babieca y Rocinante” (Versos preliminares); véase el clásico
embargo, del lugar donde “sembró” el secreto nacieron unas y des en la cuenta de que eres bestia.” (II, 28). Quijote va dando pequeñas muestras de que sus pasos se estudio de Adrienne Laskier Martin (1990). La misma idea se refiere repetidas
cañas que movidas por el viento vocearon la verdad sobre Notemos que lo acusa entonces de dos errores: la sober- encaminan también en esa dirección. Como sabemos, al veces en el Guzmán de Alfarache (v. Joly, 1983 y Guillemont-Resquejo)
14 “…Cervantes, al asociar desde las piezas liminares la materia asinina
las orejas del rey; luego de las cañas se hicieron instrumen- bia que lo lleva al desagradecimiento, por un lado, pero final de la aventura del barco encantado, en el próximo capí- con la locura, delinea un espacio ambiguo, en el que la parodia de la
tos, caramillos, que al ser tocados repetían lo mismo: “el rey también la necedad que lo lleva al desconocimiento de sí: tulo, alcanza un hito destacado en esta carrera, cuando dice novela de caballerías que caracteriza su proyecto novelesco se enriquece
con nuevos sentidos” (71).
Midas tiene orejas de asno”. La leyenda era muy conocida en al no darse cuenta de que es necio. La respuesta de Sancho “todo este mundo es máquinas y trazas, contrarias unas a
15 No queda claro si se trata de un refrán anterior a este uso de Cervan- Knowles, James. “‘Can ye not tell a man from a marmoset?: Apes and Oth-
tes, Bizarri no lo registra como tal y curiosamente el refrán registrado por ers on the Early Modern Stage”, en Renaissance Beasts: of Animals, Humans,
Correas es “Rebuznaron en balde…”, pero el Vocabulario de Correas es pos-
terior a Cervantes (1627).
and Other Wonderful Creatures, Erica Fudge (ed.), Illinois: University of Illi-
nois Press, 2004: 138-163.
“¿PENSÁIS POR VENTURA, DON
16 Otro emblema de la colección de Hernando de Soto (1599: f. 56) utiliza
esta parte de la fábula para recordar que los secretos no pueden guar-
Laskier Martin, Adrienne, “Un modelo para el humor poético cervantino:
los sonetos burlescos del Quijote” en Actas del I Coloquio de la Asociación de
V E N C I D O Y D O N M O L I D O A PA L O S
darse indefinidamente. En el Persiles quien la recuerda es el malediciente
Clodio cuando dice: “…si quieren que no hable o escriba, córtenme la len-
Cervantistas, Barcelona: Anthropos, 1990: 349-356.
Parodi, Alicia, “La filología del rebuzno en el Quijote de 1615: desde el
QUE YO ME MUERO POR VOS?”
gua y las manos, y aun entonces pondré la boca en las entrañas de la tie-
rra, y daré voces como pudiere, y tendré esperanza que de allí salgan las
capítulo XVI hasta el XXVIII y XXIX”, en Homenaje a Ana María Barrenechea.
Bein; Ciapuscio; Jitrik; Narvaja de Arnoux; Panesi; Porrúa; Rohland; Ro-
EN TORNO A LAS FICCIONES
cañas del rey Midas.”(I, 14). Se cuenta en las Metamorfosis XI, vv. 483-485
17 Es asno como juez es protagonista de otra conocida fábula, muy difun-
manos, (coords.), Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras. Universidad
de Buenos Aires. Eudeba, 2006: 393-402
IMPOSIBLES Y EL RÉDITO DE LA
dida en el siglo de oro, la del juicio entre el cuclillo y el ruiseñor y también
recogida en la colección de emblemas de Juan de Horozco (III, 10).
Percas de Ponseti, Helena. “El retablo de maese Pedro. El creador a ima-
gen del diablo y a imagen de Dios”, en su Cervantes y su concepto del arte,
NEGACIÓN EN EL QUIJOTE
18 Una mención corporal que nos hace pensar en la cola, el apéndice na- Tomo II, Madrid: Gredos, 1975: 584-603.
tural que une a los animales de una punta a la otra, como también lo Riley, E. C. “Don Quixote and the Imitation of Models”, en Bulletin of His-
recuerda Diego Carriazo o Lope Asturiano en La ilustre fregona cuando panic Studies, XXXI, 1 (1954): 3-16.
reclama la cola del asno apostado. Ripa, Cesare [Roma 1593], Iconología, Juan Barja (ed.), traducción de Juan y
Yago Barja, Rosa M. Mariño, Fernando García Manero. Madrid, Akal, 1987. Juan Diego Vila Al fin de cuentas todos los lectores concordarían –no sólo
Rodríguez, Alberto, “Del episodio del rebuzno al gobierno de Sancho: la Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas “Dr. Amado Alonso” los cervantistas, hispanistas o críticos especializados sino
Obras citadas evolución simbólica de la imagen del burro”, Peregrinamente peregrinos.
Actas del V Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas, A. Villar Universidad de Buenos Aires también los neófitos y simples consumidores diletantes- en
Brant, Sebastián, La nave de los necios [Basilea, 1494], Edición, traducción y Lecumberri (ed.). Lisboa: Fundaçao Calouste Gulbenkian, 2004: 1675-1686. que la noción de aventura podría resultar percibida como
estudio preliminar de A. Regales, Madrid: Akal, 1998 Soto, Hernando de, Emblemas moralizadas, Madrid, Herederos de Juan
Carballo, Luis Alfonso de, Cisne de Apolo, A. Porqueras Mayo (ed.), 2 Tomos, Íñiguez Lequerica, 1599. I una categoría fundacional de la trama y, por ello mismo,
Madrid: Aldus, 1958. toda reflexión a su respecto sería superflua. Una aventura
Cervantes Saavedra, Miguel de, Don Quijote de la Mancha, edición dirigida
Si bien es cierto que toda elección de un eje de lectura, moti- –permítasenos la analogía kantiana- sería, para muchos,
por Francisco Rico, Barcelona, Crítica, 1998. Se ha utilizado la edición elec-
trónica disponible en el Centro Virtual Cervantes http://cvc.cervantes.es/ vo o temática sobre el Quijote corre el riesgo de resultar poco una categoría ficcional trascendental tan fundante como el
literatura/clasicos/quijote novedosa o, incluso socorrida, conforme lo demostraría la tiempo y el espacio en nuestra meditación de lo real.
Collins, Marsha, “Maese Pedro y su espectáculo comunicativo”, en eHuma-
nista/Cervantes 4 (2015): 82-98. ingente bibliografía y la incesante producción crítica -tras Mas lo cierto, con todo, es que el reconocimiento de esa
Correas, Gonzalo de, Vocabulario de refranes y frases proverbiales [Madrid cuatro siglos de lecturas y una centralidad indiscutida en categoría es el resultado de una producción cultural, an-
1627], ed. de Louis Combetrevisada por Robert James y Maïté Mir-Andreu,
Madrid: Castalia, 2000. el canon occidental-, no debería ignorarse, con todo, que la clada históricamente, y, en tanto tal, pasible de análisis e
Covarrubias Horozco, Sebastián. [Madrid 1611] Tesoro de la lengua castella- magna obra cervantina nos alerta, muy asiduamente, sobre interpretación. Pues aún cuando se acepte que hay razones
na o española, Edición integral e ilustrada de Ignacio Arellano y Rafael Zafra.
las limitaciones de este preconcepto, puesto que lo cierto es, de peso que pueden haber aconsejado abordajes como los
DVD de la colección Studiolum, dirigida por Antonio Bernat Vistarini,
John T. Cull y Tamás Sajó, 2006. a pesar de todo, que, conforme se renuevan los lectores en- referidos –básicamente de tenor estético, por modelos o
Curtius, Ernst Robert, Literatura europea y Edad Media latina. México: cantados por la fábula del enloquecido hidalgo, se reactivan tradiciones literarias configuradoras de aspectos de la his-
FCE, 1955.
D’Onofrio, Julia. “De Micomicona a la jimia de bronce. Los ejemplos de a diario las condiciones de posibilidad de que abordajes no- toria-01 no deja de ser una apuesta riesgosa, en un texto tan
una mona para construir un personaje” en Boletín de la Biblioteca Menéndez vedosos reconfiguren lo que, hasta hace poco, podría haber- autoconsciente de los protocolos literarios, de los géneros
Pelayo, XCII (2016): 93-113.
García Arranz, José Julio. “El mono frugívoro y la Epifanía: en torno a la se considerado un núcleo de saber incontrovertible y conso- involucrados y del consumo artístico propugnado, el des-
iconografía del tríptico de la Adoración de los Reyes Magos, atribuido lidado. Quizás, entre otros motivos, porque Alonso Quijano cuido de dimensiones significantes para otros abordajes
a AdrianIsenbrandt, en el Museo del monasterio de Nuestra Señora de
nos enseñó que la lectura que cuenta es aquella donde el que, en la normalización perceptiva, quedan pospuestos
Guadalupe (Cáceres)”. Alma Ars. Estudios de arte e historia en homenaje al Dr.
Salvador Andrés Ordax. Valladolid: Ediciones Universidad de Valladolid/ sujeto compromete la propia visceralidad y la experiencia o enmascarados por una escritura que apuesta, aparente-
Universidad de Extremadura, 2013: 211-219. estética intransferible ante el orden imaginario. mente, por la rutinización de procedimientos.
Gaylord, Mary. “Pulling Strings with Master Peter’s Puppets: Fiction and
History in Don Quixote”, Cervantes: Bulletin of the Cervantes Society of America, Con estos recaudos, pues, que más de uno podría llegar En efecto, es un hecho evidente que los primeros análisis de
18.2 (1998): 117-47. a tildar de excusas culposas para una propuesta que no las aventuras se gestaron al amparo de diseños estructurales. Y
Guillemont, Michèle y Marie-Blanche Resquejo Carrió, 2007. “De asnos y
rebuznos. Ambigüedad y modernidad de un diálogo”, Criticón 101, 57-87. podría certificar de antemano el beneplácito de mis lecto- un ejemplo paradigmático de estos enfoques es el que propo-
Haley, George, «El narrador en Don Quijote: el retablo de Maese Pedro», en res, es que me atrevo a proponer un retorno a uno de los nía, en su época, Celina Sabor de Cortazar.02 Las aventuras eran
G. Haley (ed.), El Quijote de Cervantes. Madrid: Taurus, 1984 (1965): 269-287.
componentes básicos de toda pedagogía del texto, aquella propias de la historia de base y, por tal razón, debían diferen-
Horozco y Covarrubias, Juan. Emblemas morales. Segovia: Juan de la Cues-
ta, 1589. que preconiza, de un modo insoslayable, que para com- ciarse de las secuencias episódicas. En las primeras el caballero
Janson, H.W. Apes and Ape Lore in the Middle Ages and the Renaissance. Lon- prender la obra es necesario atender a la secuenciación era el protagonista en tanto que en las otras era espectador o
dres: Warburg Institute. University of London, 1952.
Joly, Monique. “Rebuzne el pícaro. Comentario sobre el uso cervantino de de las denominadas aventuras. Hipótesis que naturaliza partícipe muy secundario de las acciones de terceros con los
una fábula de Esopo”, en Actas del VIII Congreso de la Asociación Internacional cierta comprensión tácita y colectiva de este tipo de parce- que interactuaba azarosamente. Un tercer nivel, consecuente
de Hispanistas, A. David Kossoff, Ruth H. Kossoff, Geoffrey Ribbans, José
Amor y Vázquez, Vol. 2, 1986: 53-60. las narrativas y en función de la cual, para desplegar inter- con la criba de materiales así diseñada, era reservado –sólo en
Joly, Monique, “Onofagia y antropofagia: significación de un episodio del pretaciones de otros aspectos, se labra un pacto de lectura el Quijote de 1605- a las novelas intercaladas cuya lectura, como
Guzmán” en Literatura y folklore: problemas de intertextualidad, ed. J.L. Alon-
implícita que nos habilita a no cuestionar un cúmulo de ocurría con el Curioso Impertinente, era compartida, en sintonía,
so Hernández, Salamanca, 1983: 273-287
presuntas certezas. por los lectores todos y los mismos personajes de ficción.
Este tipo de modelos estructurales favorecía el reconoci- encuentran los textos de Cardenio perdidos en las aspere- cuencias posteriores, el mónologo que realiza en su hogar, Pues la certeza cronotópica de la sucesión de aventuras es-
miento de invariantes en las dos partes de la obra y alentaba zas de Sierra Morena. Secuencia de inusitada trascenden- en solitario, antes de iniciar su primera salida: tructuralmente cartografiadas se entrelazaba, huidiza, con
enfoques contrastivos según los cuales la secuela de 1615 cia pues allí el hidalgo vuelve a leer por vez primera desde otra senda, por momentos postpuesta, olvidada o reconfi-
exhibía un menor compromiso con este recurso narrativo. su enajenación caballeresca y porque, sustantivamente, se -Yo, por malos de mis pecados, o por mi buena suerte, guraba, en la que el corazón victorioso se asomaba, transfi-
Porque, tal como lo advirtieron muchos críticos, el éxito de le confiere al público lector la posibilidad de ver el proceso me encuentro por ahí con algún gigante, como de or- gurado en el doblegado cuerpo del rival, al poder sin límites
la continuación no podía constreñirse a la reiteración de un de construcción de significados por parte de los mismos dinario les acontece a los caballeros andantes, y le de- de su dama.
protocolo que, por sabido, comenzaba a percibirse limitado. protagonistas. 05 rribo de un encuentro, o le parto por mitad del cuerpo, El circuito del nombre era un dispositivo que dinami-
Y si bien se esgrimieron comentarios del mismo Cide Hame- Este recorrido por los fragmentos invisibilizados no de- o, finalmente, le venzo y le rindo. ¿No será bien tener a zaba el estatismo estructural de las aventuras y permitía
te evaluando la Primera Parte para justificar las intervencio- bería reducirse a un simple diferendo –mediadas las épo- quien enviarle presentado, y que entre y se hinque de comprender, en la secuencial articulación de acciones, por
nes en la Segunda, no puede callarse que sus tesis no resul- cas y saberes sobre el texto- por los criterios empleados por rodillas ante mi dulce señor, y diga con vos humilde y qué, en determinada circunstancia, se complementaba con
tan conclusivas. Puesto que aún cuando se admita que no se cuanto, en definitiva, lo que se desea problematizar es cómo rendido: ‘Yo, señor, soy el gigante Caraculiambro, señor el dispositivo de la embajada. Momento en el cual la figura
transcriben novelas -3er nivel- no vale el anuncio de que la ciertos a priori conceptuales inciden en una desigual focali- de la ínsula Malindrania, a quien venció en singular del derrotado deja de ser fiable para el andante y se vuelve
poda haya sido extensiva, en forma análoga, a otras secuen- zación de la novela. Pues si lo que le ocurre al enloquecido batalla el jamás como se debe alabado caballero don necesaria la colaboración del escudero.
cias episódicas como la de Ruy Pérez de Viedma y Zoraida.03 hidalgo progresa en la historia de base conforme se enhe- Quijote de la Mancha, el cual me mandó que me pre- Desde este ángulo, entonces, las aventuras dejaban de
Pues la primera gran dificultad que debe sortear el enfoque bran, una tras otras, esas aventuras admitidas, es perfecta- sentase ante vuestra merced, para que la vuestra gran- ser una simple sucesión de incidentes risueños que sobre-
estructural es que en la versión de 1615 nada es tan prístina- mente comprensible que los saberes aceptados por el cer- deza disponga de mí a su talante’?07 (I, 1: 27-28). venían en la realidad para transformarse en potenciales
mente deslindable como sí ocurría en 1605. Y así mucho de vantismo tiendan a reproducirse, invariables, de estudio en instancias de intervención subjetiva sobre el mundo interior
lo que se anunciaba como aventura podía ser, claramente, la estudio, con estos estándares de jerarquización y relevancia. No era necesario, conforme lo demostraba Parodi, abre- del caballero. Por lo cual, claro está, se habilitaban otros
culminación de una trama episódica. Por lo cual se vuelve forzoso admitir que este perfilado var en tradiciones genéricas para definir los constituyentes registros de la materia narrada, secuencias en las cuales la
Mas el reparo más notorio –a mi entender- es el que cabe estructural emerge, mudados los tiempos, como un ester- de una aventura y, subsidiariamente, justificar la delimita- amada y otros componentes del doble peregrinaje –el físico
explicitar ante la limitación y parcial indefinición de cómo tor indómito de los sentidos privilegiados por las lecciones ción de lo interpretable en el proceso exegético puesto que, del vencido y el nominal del victorioso- concurrían y otras
se reconoce a una aventura en el texto. Por cuanto la rigidez decimonónicas. En el Quijote importan las aventuras porque al fin de cuentas, el protagonista ya lo había prescripto en el tantas en las cuales esta articulación se olvidaba. Y su con-
de esta taxonomía solo abreva en la hipótesis de que tales en ellas se cristaliza la hipótesis de que el sentido principal punto culmine del momento alquímico de su metamorfo- junto, como lo sentenciaba el monólogo evocado, no se defi-
núcleos argumentales se constituyen como tales por su de- del texto es mostrar la lucha del individuo con el mundo. sis. Y lo más notorio resultaba ser que, bastante a contrapelo nía por las particulares experiencias que se hubiesen tenido
pendencia, en exclusiva, de la matriz caballeresca. Mas no Y por eso mismo, también, se jerarquizan las lecturas que de las certezas previas, se desplegaba una constelación iri- sino, precisamente, por la potencialidad de edificar, en ellas,
explican, en primer término, cómo se debe proceder cuando privilegian el tópico del conocimiento de la realidad. Todo discente de posibles indagaciones. una reiterada, anhelada y significante manifestación de sí
hay componentes caballerescos no beligerantes –primera lo cual permite que en múltiples estudios introductorios se En primer lugar el desigual valor conferido a la acción en como nombre público digno de admiración.
omisión- ni, tampoco, cómo se deberían interpretar todas sintetice la organicidad de este eje de base según corolarios sí misma y al comentario que debería suscitar por parte del Sin embargo, como ya lo habíamos adelantado, el sintag-
las microsecuencias en que lo privilegiado no son las armas propios de los pronósticos deportivos: tantas victorias, tan- vencido. Pues la aventura podía figurarse en la contienda ma de las aventuras también estaba expuesto a las “viñetas
sino las letras. tas derrotas, tantos empates. más imaginaria viable –el combate con un gigante- pero no de encantadores”, discursos ínfimos que cifraban, tras los
Es claro, todos recordaran la celebrada secuencia noc- importaba mucho qué ocurría ni cómo era el desenlace con- hechos, fármacos emblemáticos que reparaban, una y otra
turna en que don Quijote acosa a Maritornes y todo se II creto. Detalle que, gracias a la sucesión de opciones eventua- vez, cualquier desazón o desengaño sobreviniente ante el
desmadra en una batalla campal a oscuras durante la pri- les –o lo derriba, o lo parte en dos, o lo vence- obraba, ma- peso de la evidencia de resultados desastrados a soportar.
mera estancia en la venta de Juan Palomeque, pero eso las Este primer estadio en el proceso de configuración de las gistralmente, una inversión de sentidos en el mensaje pues En la gran mayoría de los casos el andante impugnaba las
taxonomías al uso no lo definen como aventura. Exclusión aventuras en la obra priorizaba, en sintonía con los postula- lo que se le transmitía al lector era que lo minuciosamente reconvenciones de su escudero alegando, una y otra vez, que
que problematizan todos los anotadores del texto cuando dos estructuralistas, una neutralización de los componentes inventariado debería carecer de relevancia dogmática. En los fracasos que para él eran tales no debían percibirse de
iluminan el pasaje citando precedentes o secuencias aná- subjetivos del andante dinamizados en la narración dado tanto que, por el contrario, sí se anexaba a lo acontecido un ese modo por cuanto, en definitiva, tales o cuales encanta-
logas de supuestos servicios eróticos a los paladines en que, aún cuando reconocieran, pacientes, las alteraciones discurso estricto que debería sintetizar, cohesionadamente, dores habían alterado las percepciones de todos para que el
textos caballerescos. perceptivas del protagonista, insistían en la ilusión de una la finalidad última de todos los encuentros que se pudieran caballero no pudiese ufanarse de otra segura victoria. Y aquí
De lo cual cabe concluir, preventivamente, que uno de los posible configuración objetiva de lo acontecido. imaginar. Porque las aventuras sin este suplemento discur- el ejemplo clásico es la evaluación dialogada respecto de la
implícitos al predicar el reconocimiento de las aventuras es El contrapunto para esta preeminencia de lo externo sivo de valor reductivo de una potencial multiplicidad de aventura de los rebaños de ovejas:
que éstas deben ser públicas y no privadas o íntimas –vale llegó de la mano de otra filóloga argentina pues fueron los situaciones carecerían de un sentido último.
decir, eróticas-.04 Pero –enfaticemos- no es esto lo único que asertos de Alicia Parodi los que favorecieron, gracias a su Las aventuras debían jerarquizar la dimensión proyecti- -¿No le decía yo, señor don Quijote, que se volviese, que
esta secuenciación beligerante de las aventuras proscribe, descripción del “circuito del nombre” y al señalamiento de va subjetiva del protagonista y el paciente lector tenía que los que iba a acometer no eran ejércitos, sino manadas
dado que también opaca el destaque en la narración de las denominadas “viñetas de encantadores”, la articulación atender antes que a la sucesión maquínica de entredichos de carneros?
todo cuanto implique una aventura conceptual o epistémi- de otros ejes de sentido para pensar el sintagma de las ac- de camino, sucedáneos beligerantes o imprevistos no re- -Como eso puede desaparecer y contrahacer aquel
ca, grosso modo libresca. ciones de los protagonistas.06 gulables, a la misteriosa fecundación de esa realidad como ladrón del sabio mi enemigo. Sábete, Sancho, que es
Pues, por ejemplo, tampoco se habilita la inclusión de En el primer enfoque partía de un pasaje canónico de ocasión propicia para el mistérico viaje de su persona, deve- muy fácil cosa a los tales hacernos parecer lo que quie-
pasajes como el que Sancho y su amo construyen cuando valor estrictamente liminar y proyectivo para todas las se- nido simple nombre dicho por un derrotado, ante la amada. ren, y este Maglimo que me persigue, envidioso de la
gloria que vio que yo había de alcanzar desta batalla, sensuadas para los procesos evaluativos acotados a cada requieren un apéndice que complejiza el presunto desenlace -Todo lo que vuestra merced ha dicho es mucha verdad
ha vuelto los escuadrones de enemigos en manadas aventura. Dado que una vez que emerge el encantador en la –en el egreso de Sierra Morena la comitiva del caballero se –respondió el muchacho-, pero el fin del negocio suce-
de ovejas. Si no, hay una cosa, Sancho, por mi vida, lógica ficcional los diferendos se serenan y puede proseguir cruzará con Andrés en tanto que en la venta de Juan Palome- dió muy al revés de lo que vuestra merced se imagina.
porque te desengañes y veas ser verdad lo que te digo: la marcha. Y esto es así porque su emergencia está también que llegará el barbero reclamando su bacía- lo cierto es, con -¿Cómo al revés? –replicó don Quijote-. Luego, ¿no te
sube en tu asno y síguelos bonitamente, y verás como, condicionada por el privilegio conferido a la presencia con- todo, que en la controversia que decanta en la instauración pagó el villano?
en alejándose de aquí algún poco, se vuelven en su ser textual, en soledad, del escudero. del híbrido “baciyelmo” priman las tonalidades cazurras y un -No sólo no me pagó –respondió el muchacho-, pero
primero, y dejando de ser carneros, son hombres he- Ya que las viñetas pueden alinear y enderezar la configu- sinfín de juegos semióticos cómplices por parte del auditorio así como vuestra merced traspuso del bosque y que-
chos y derechos, como yo te los pinté primero. Pero no ración imaginaria de lo acontecido cuando la adhesión a tal que desea proteger a don Quijote mientras que la reapari- damos solos, me volvió a atar a la mesma encina y
vayas agora, que he menester tu favor y ayuda; llégate protocolo semiótico no se ve expuesto a terceros incrédulos. ción de Andrés sume al caballero en el escarnio público, la medio de nuevo tantos azotes, que quedé hecho un
a mí y mira cuántas muelas y dientes me faltan, que Si, por el contrario, alguna de ellas se configurase en contex- burla y el más incómodo momento de verdad. San Bartolomé desollado; y a cada azote que me daba,
me parece que no me ha quedado ninguno en la boca tos multitudinarios, la narración diferenciará, puntualmen- Y éste detalle, por nimio que pueda parecer, es decisivo me decía un donaire y chufeta acerca de hacer burla
(I, 18: 130-131). te, la locura del protagonista, la ingenua credulidad y sim- porque resultará profundizado y complejizado en la conti- de vuestra merced, que a no sentir yo tanto dolor, me
pleza –también rayana en locura- del escudero y la censura nuación de 1615. Dado que si en 1605 se gestan las condi- riera de lo que decía. En efecto, él me paró tal, que has-
Las viñetas de encantadores no son apéndice obligado de tácita o explícita de terceros diversos de la dupla principal. ciones para que el protagonista resulte confrontado con evi- ta ahora he estado curándome en un hospital del mal
todas las aventuras, pues la razón de su ocurrencia está estre- dencias incontrovertibles será en 1615 donde se potencien que el mal villano entonces me hizo. De todo lo cual
chamente ligada a lo que, prima facie, debería ser percibido III las sendas de posibles desengaños mediante desarrollos tiene vuestra merced la culpa; porque si se fuera su ca-
por el protagonista, por los personajes contextuales y por narrativos en los cuales el caballero debería ser percibido mino adelante y no viniera donde no le llamaban, ni se
los lectores todos como una inequívoca defección. Pues las Los cervantistas, por lo demás, han analizado también cierta por las otras criaturas presentes y por los lectores todos en entremetiera en negocios ajenos, mi amo se contenta-
viñetas –como las misteriosas píldoras doradas con que los lógica interna entre los motivos que nuclean los desvaríos el cadalso de indeseadas revelaciones que, como mínimo, ra con darme una o dos docenas de azotes, y luego me
moralistas del período labraban su crítica contra el consumo del protagonista de modo tal que, conforme queda atesti- deberían hacer desbarrancar su percepción imaginaria del soltara y pagara cuanto me debía. Mas como vuestra
ficcional- eran fármacos estratégicos cuyo consumo se pres- guado en estudios y citas de anotadores, muchas de las in- mundo compartido. merced le deshonró tan sin propósito, y le dijo tantas
cribía a sí mismo el psiquismo del enajenado protagonista corporadas en la Segunda Parte habrían terminado siendo No viene a cuento, aquí, sugerir un análisis integral de la villanías, encendiósele la cólera, y como no la pudo
para proteger la integridad de la propia empresa caballeresca. previsibles por el simple hecho de que resultaban inventa- aventura de Andrés, para la cual podríamos remitirnos a los vengar en vuestra merced, cuando se vio solo descargó
Todo lo cual nos autoriza a señalar que las aventuras ne- riables del acervo temático de los libros de caballerías. Tal, ejemplares y bien diversos análisis de Augustin Redondo09 y sobre mí el nublado, de modo que me parece que no
cesitan los datos y circunstancias concretas de la realidad por ejemplo, el caso de la aventura de la cueva de Monte- Maurice Molho,10 pero sí es necesario destacar los horizontes seré más hombre en toda mi vida (I, 31: 250).
pero que en la evaluación de lo acontecido lo que las ter- sinos. Pues en el diálogo de Primera y Segunda Parte el res- de latencia ficcional que deja inoculados en la trama para
mina definiendo no se dirime, en exclusiva, por los planos peto del imperativo neoaristotélico de la variedad obstaba a su ulterior usufructo en la continuación. Todo ocurre cuando El triunfo ejemplar de las caballerías –única aventura que el
objetivables anclados en las miradas de terceros circundan- una reiteración simplista de circunstancias. Fenómeno por se inicia el camino de retorno a la aldea gracias al embuste andante narra de sus hechos pasados–11 dista mucho de ser
tes sino, antes bien, por la asidua inoculación de lo externo el cual, al procederse por descarte temático, la Segunda Par- compartido de la princesa Micomicona, trayecto en el cual, una realidad, pues como Andrés se lo enrostra, su idea de
por la interioridad proyectada de un batallador don Quijote. te se revela mucho más críptica y elaborada en la selección al apearse en una fuente a reponerse, los viajeros resultan lo acontecido ulteriormente es poderosa imaginación pero
Pues para entender la lógica de la narración no es decisiva la de sus materiales. sorprendidos por la irrupción de un muchacho que, fingien- inane realidad. La supuesta víctima carece de palabras de
asepsia neutra de cuáles fueron los desenlaces de las aven- Ahora bien, si las ligazones de Primera y Segunda Parte, en do su llanto y abrazando las piernas del caballero, lo interpe- agradecimiento para el benefactor pues comparte, al repar-
turas sino, básicamente, la potencia inaudita de producir el nivel de los materiales empleados para edificar aventuras la con los siguientes dichos: “-¡Ay, señor mío! ¿No me conoce tir culpas por lo padecido, la lógica disciplinante del villano
significación alterada de modo tal que, nunca, los fracasos revelan cierto estrangulamiento en la criba de motivos pres- vuestra merced? Pues míreme bien, que yo soy aquel mozo –quizás porque recuerda lo que el mismo hidalgo trans-
sean tales. Pues las aventuras no son, simplemente, acciden- tigiados en el género parodiado,08 no ocurre lo mismo si, por Andrés que quitó vuestra merced de la encina donde estaba formado ha olvidado, que en la ideología contrareformista
tes de la marcha, sino ocasiones de intervenciones heréticas el contrario, nuestra atención se traslada a los dispositivos atado” (I, 31: 249). quien se resiste a la potestad del amo para con el criado se
sobre el sentido dominante de lo real. Pues al obrar así el evaluativos anexados a los acontecimientos con que resultan El texto explicitará que será reconocido por don Quijo- alza contra la potestad de Dios- y es más que comprensible
caballero procura alterar la configuración de lo real modifi- ideadas puesto que al ser éste el territorio de libertad creado- te quien, ilusamente, lo exhibirá a los circunstantes como que se perciba como chivo expiatorio, en el segundo castigo,
cando la significación de los datos. ra del autor –las secuencias en que se define el tipo de apro- palmario ejemplo de las bondades de la caballería andante no de sus propias faltas sino de las de don Quijote. Por culpa
Por eso, entonces, es que se revelan infantiles los cómputos piación y significación que el andante obra con ellas- se cons- puesto que al tiempo que lo presenta recupera una versión de ellas, el agravio originario se ha potenciado. De un San
de victorias, derrotas o empates –cuando de las aventuras de tatan procesos de amplificación y potenciación de sentidos de los acontecimientos no plenamente fidedigna pero sí Andrés azotado ha mutado en un San Bartolomé desollado
don Quijote se trata- porque el desafío que propone el texto a partir de detalles que en muchas aventuras de la Primera ilustrativa de las acciones centrales. Mas el problema no se que ha debido ser hospitalizado y el resultado integral no
es compartir la experiencia del protagonista en su intelección Parte podrían haber quedado muy tibiamente sugeridos. gestará por lo que podrían ser desacuerdos con su oficio de es otro que la laceración perpetua de creer que nunca más
desviada y otra del mundo. Pues –huelga decirlo- el historial Y el caso paradigmático es, sin lugar a dudas, la que po- memoria, pues Andrés confirmará punto por punto su ver- podrá ser hombre en su vida.
de campaña que muchos inventarían en torno a sus salidas no dría tipificarse como la más anómala desde una simple coor- sión un tanto desenfocada, sino porque don Quijote resulta- La cruda realidad ha hecho añicos el espejismo triunfante
tiene guarismos tan poco favorables para el principal partíci- denada estructural, la aventura de Andrés. Puesto que si bien rá confrontado a la insuficiencia performativa de sus pala- que acrisolaba el caballero y desde ese momento se irá la-
pe de esta gesta cuando él mismo evalúa su marcha. comparte con la aventura del yelmo de Mambrino la parti- bras, a la insinceridad de las promesas recibidas y, en última brando un crescendo de promesas y réplicas según las cuales
A lo cual sólo restaría agregar que el recurso de incrustar cularidad de que los acontecimientos no se agotan en una instancia, a las asimetrías existentes entre palabras que se la emoción originaria del llanto impostado abrirá paso al
“viñetas de encantadores” tiende a calibrar clausuras con- simple ocurrencia de la aventura sino que, por el contrario, juzgaban poderosas y poderes físicos crueles bien concretos. despecho y la confrontación directa.
Don Quijote, por lo pronto, no acusará recibo de las parti- fallo –haber potenciado la maldad en el mundo-. Su indig- nuevo retorno demorado de lo real está en proceso. Pues la Pues si doña Rodríguez se afrentaba por la sustitución del
cularidades padecidas sino que intentará un diagnóstico de nación extrema sólo basta para forzar el disimulo de todos figura que han divisado a lo lejos en cansina marcha a pie contrincante –claro signo de la malicia de los poderosos-,
los fallos operativos en su proceder, no le preocupan tanto cuantos lo acompañan que reconocen plenamente el ridí- los reconoce, acelera el paso, se pone a correr, y “abrazándole éstos, a su turno, debían convencer a todos de que Tosilos
las consecuencias sino lo que hizo mal porque el detectar culo y la vergüenza sobreviniente al tiempo que confirman, por el muslo derecho” exclama: no era Tosilos sino el mismo burlador de la hija que había
estos errores permitiría, en un futuro, que las circunstancias con el inesperado entremés de la fuente, la racionalidad de resultado transformado para esmerilar el prestigio de don
particulares ahora referidas no se reiteren. Y renueva su pro- todos los engaños con los cuales están reconduciendo a su -¡Oh, mi señor don Quijote de la Mancha, y que gran Quijote en su triunfo.
mesa de hallar al villano “aunque se escondiese en el vientre aldea al insano. contento ha de llegar al corazón de mi señor el duque La centralidad de esta inversión sémica es inexcusable. Ya
de la ballena” (I, 31: 250) pero Andresillo ya está cebado y le Y es la única explicación posible para que la narración cuando sepa que v.m. vuelve a su castillo, que todavía que si, en primer lugar, recupera la potencia de la negación
espetará que esa promesa “no aprovechó nada”. no ahonde en las torsiones subjetivas que el desánimo y la se está en él con mi señora la duquesa! como estrategia de reconfiguración discursiva de lo real en
La reparación instantánea de los nuevos agravios no será culpa deberían haber producido al protagonista el hecho de -No os conozco, amigo –respondió don Quijote-, ni sé gesto que hermana al insano andante con el poderoso duque
posible porque una expedita Dorotea le recordará la impo- que, al fin de cuentas, su mundo imaginario de las caballe- quién sois, si vos no me lo decís. –todo, en definitiva, en eso que llamamos realidad, depende
sibilidad de abandonar la promesa que le había formulado rías no se ha desmoronado porque tal como se lo recordaron -Yo, señor don Quijote –respondió el correo-, soy Tosilos, de la capacidad de hacer creer a terceros nuestra interpreta-
y don Quijote deberá, nuevamente, conformarse con un ese universo existe y en él el tiene la misión de restituir el rei- el lacayo del duque mi señor, que no quise pelear con ción caprichosa de los hechos- le agrega, en este reencuentro
aplazamiento de lo que, quizás, querría hacer en verdad. no Micomicón. Sólo por eso, quizás, la historia no potencie v.m. sobre el casamiento de la hija de doña Rodríguez. no programado, la variable silenciada que, previamente, ha-
Pues la ficción de Micomicona lo aparta, efectivamente, de ni agrave el espectáculo del fracaso y el desafío inclemente -¡Válame Dios! –dijo don Quijote-. ¿Es posible que sois bía facilitado la edificación de una arquitectura fraudulenta.
una posible enmienda en un caso concreto y real. Y si bien de lo real. vos, el que los encantadores mis enemigos transfor- Pues el testimonio de Tosilos, transido de sinceridad y ple-
promete ponerlo a la cola de sus empresas, renovando el Hasta aquí, en definitiva, los lectores saben que don Qui- maron en ese lacayo que decís, por defraudarme de la namente fidedigno en la asunción de las propias responsa-
juramento de auxilio, Andrés le espetará, con el mayor des- jote ha sido expuesto a un límite, pero no pueden advertir honra de aquella batalla? bilidades –los palos recibidos supo granjeárselos él mismo,
agrado, “no me creo desos juramentos” (I, 31: 251) y agregará que se lo haya desplazado a un confín en el cual sus acciones -Calle, señor bueno –replicó el cartero-, que no hubo no don Quijote-, enfrenta, con la confesión más verdadera, la
palabras de descrédito a la razón de ser de los caballeros imaginarias se contaminan tanto con el fracaso como la pro- encanto alguno ni mudanza de rostro ninguna; tan incapacidad del andante de escuchar lo que realmente fue.
andantes en el mundo quienes, para él, sólo han servido pia realidad de la que ha huido. Pues nuestro protagonista lacayo Tosilos entré en la estacada como Tosilos lacayo Dado que todo, una vez más, no sucedió como él creyó que
para potenciar su castigo. cuenta, en su auxilio, con el cómplice fingimiento del resto salí della. Yo pensé casarme sin pelear, por haberme pa- se había resuelto o pudo suponer que así se haría. Ya que, sin-
Por eso no extraña que el desenlace del capítulo potencie de la comitiva que ha comprendido, intuitivamente, cuanto recido bien la moza; pero sucedióme al revés mi pensa- ceramente, bregaba por asistir a las “señoras aventureras”.
el escarnio del protagonista. En primer término emplazán- importa el disimulo de la risa y la burla ante la execración de miento, pues así como v.m. se partió de nuestro castillo, De todo lo cual se colige, prístinamente, el fluctuante
dolo en el lugar de aquél que nada material puede proveerle tan inclementes verdades. el duque mi señor me hizo dar cien palos, por haber proceso de reconocimiento de Tosilos conforme se compar-
al malherido Andrés. Sólo Sancho, muy eucarísticamente, contravenido a las ordenanzas que me tenía dadas an- ta, o no, el embuste de los encantadores. Porque hasta que
compartirá la pobreza de su pan y su queso con el desagra- IV tes de entrar en la batalla, y todo ha parado en que la Tosilos no confiesa su voluntario desvío de las órdenes im-
decido joven. En tanto que éste, al partirse, revelará su ver- muchacha es ya monja, y doña Rodríguez se ha vuelto partidas por el duque y precisa que, en síntesis, aprovechó
dadero rostro: Pero que la narración no ahonde en esta senda –al menos a Castilla, y yo voy ahora a Barcelona a llevar un pliego el fingimiento del duelo para conquistar una esposa que, de
en la primera entrega de la fábula- no significa que la po- de cartas al virrey, que le envía mi amo (II, 66: 831-832). otro modo, no percibía a su alcance, don Quijote parece dis-
-Por amor de Dios, señor caballero andante, que si otra tencialidad de la estrategia discursiva haya sido desechada, puesto a aceptar que Tosilos sea Tosilos.
vez me encontrare, aunque vea que me hacen pedazos, máxime cuando, como se ha explicado, subsiste la posibili- Don Quijote, evidentemente, se encuentra sumido en la Pues lo que le preocupa certificar es que la identidad del
no me socorra ni ayude, sino déjeme con mi desgracia, dad imaginaria de entrampar al protagonista en las arenas mayor confusión. Pues si bien es verosímil que no reconozca combatiente no se reveló adulterada por los encantadores.
que no será tanta, que no sea mayor la que me vendrá del fracaso y el necesario reconocimiento de la limitación. Y a Tosilos12 por lo exiguo y limitado de su contacto previo con Pero desde el mismo momento en que se desarticula el pun-
de su ayuda de vuestra merced, a quien Dios maldiga, esto es lo que determina, sin medias tintas, que se retome él –sólo en un campo de batalla en el cual la mayor parte del to de fuga imaginario, don Quijote optará por enfrascarse en
y a todos cuantos caballeros andantes han nacido en justo cuando, tras el vencimiento propinado por el Caballero tiempo estuvo cubierto por refulgente celada-, es bien evi- la hipótesis de que todo cuanto está sucediendo en ese mo-
el mundo. de la Blanca Luna, don Quijote inicie, con su abandono de dente que el proceso de reconocimiento se haya interferido, mento es otra extensión, tortuosa, del universo encantado
Íbase a levantar don Quijote para castigalle, mas él se Barcelona, un nostos melancólico hacia la aldea natal. plenamente, por la apropiación que hicieron los burladores que lo asedia:
puso a correr de modo que ninguno se atrevió a se- Pues si en el primer día de su marcha la única ocupación duques del mismo dispositivo con el cual, asiduamente, el
guille. Quedó corridísimo don Quijote del cuento de es dilucidar si procede o no dejar colgadas las armas en al- caballero se protegía del desengaño y la propia limitación. -En fin –dijo don Quijote-, tú eres, Sancho, el mayor
Andrés, y fue menester que los demás tuviesen mucha gún árbol “por trofeo” (II, 66: 830) a imitación de Roldán, los Es claro, el combate con Tosilos se había gestado –al me- glotón del mundo, y el mayor ignorante de la tierra,
cuenta con no reírse, por no acaballo de correr del todo cuatro subsiguientes estarán vaciados de acontecimientos nos desde la óptica de don Quijote- como un genuino com- pues no te persuades que este correo es encantado, y
(I, 31: 251). relevantes para la gesta. Y si bien se cruzará con descono- bate en pos de unas menesterosas. Y si bien la confusión pri- este Tosilos contrahecho. Quédate con él, y hártate que
cidos a la puerta de un mesón donde se celebra una fiesta, mó cuando Tosilos, como sustituto del desafiado, optó por yo me iré adelante poco a poco, esperándote a que ven-
El texto –al menos según los patrones que venía respetan- nada podrá abstraerlo de las luctuosas cavilaciones. aceptar la obligación matrimonial sin combatir –algo que el gas (II, 66: 832).
do hasta aquí- ha llegado a un punto inaudito, pues arrima Razón por la cual, en otro contrapunto anticlimático, mismo habrá de confesarle en este reencuentro-, no puede
al enloquecido hidalgo a un momento de verdad en el cual la narración propondrá un encuentro de camino absolu- olvidarse que, en ese mismo instante, fue el duque el que Don Quijote no puede aceptar que fue burlado, incluso cuan-
no puede valerse de ningún artilugio verbal para controlar la tamente azaroso mas el lector atento podrá advertir que, se había protegido –como tantas otras veces lo había hecho do media el testimonio del partícipe necesario, y si bien se
realidad ni, tampoco, de ningún atenuante que aminore su como en el caso del reingreso de Andrés en la ficción, un don Quijote- con el recurso de los encantadores hostiles. vuelve perfectamente comprensible que no desee compartir
los alimentos con quien reputa una entidad contrahecha, ballero sea desamorado, pero no puede ser, hablando caballero, venían entendiéndose desde hace tiempo. Y así se pues de los míos antes pueden ser agradecidos que re-
nada explica por qué no se inmiscuye en un combate con los en todo rigor, que sea desagradecido. Quísome bien, al sabrá cómo el bachiller supo del derrotero del andante en mediados; yo nací para ser de Dulcinea del Toboso, y
representantes del universo alterno en el que también está parecer, Altisidora; diome los tres tocadores que sabes, su demorada persecución y cómo, además, los huéspedes se los hados, si los hubiera, me dedicaron para ella; y pen-
apresada su dama y, mucho menos aún, por qué cuando se lloró en mi partida, maldíjome, vituperóme, quejóse, verán en condiciones de salir a cazar al vencido paladín para sar que otra alguna hermosura ha de ocupar el lugar
retoma la marcha sobreviene el siguiente diálogo: a despecho de la vergüenza, públicamente, señales su postrer solaz. que en mi alma tiene es pensar lo imposible. Suficiente
todas de que me adoraba; que las iras de los amantes En esa instancia, entonces, es que Altisidora hará su re- desengaño es éste para que os retiréis en los límites de
-¿Es posible –le dijo don Quijote- que todavía ¡oh San- suelen parar en maldiciones (II, 67: 833). ingreso al texto por cuanto, de todos los embustes ideados, vuestra honestidad, pues nadie se puede obligar a lo
cho! Pienses que aquél sea verdadero lacayo? Parece persiste en el caballero la idea de que la doncella volvió de imposible.
que se te ha ido de las mientes haber visto a Dulcinea Pues si el caballero marcha derrotado a su aldea y no ha la muerte a la vida. Y es plenamente sugestivo que el reser- Oyendo lo cual, Altisidora, mostrando enojarse y alte-
convertida y transformada en labradora, y al Caballero logrado que Sancho cumpla con las penalidades que per- vorio último de la imaginación quede concentrado en ella rarse, le dijo:
de los Espejos en el bachiller Carrasco, obras todas de mitirían el retorno de Dulcinea en su más prístina dignidad por cuanto, nuevamente, sus intervenciones no estarán -¡Vive el Señor, don bacalao, alma de almirez, cuesco
los encantadores que me persigue. Pero dime agora: –misión que, en verdad, resultó birlada de su condición de guionadas y sabrá hacer gala de muy espontáneas ideacio- de dátil, más terco y duro que villano rogado cuando
¿preguntaste a ese Tosilos que dices que ha hecho Dios fiel enamorado-, no deja de ser profundamente llamativo nes burlescas. tiene la suya sobre el hito, que si arremeto a vos, que
de Altisidora: si ha llorado mi ausencia o si ha dejado cómo, a la distancia y con el fracaso a cuestas, lo único que Altisidora, en definitiva, es signo definido de la mofa. Y os tengo de sacar los ojos! ¿Pensáis por ventura, don
ya en las manos del olvido los enamorados pensa- lo motiva del mundo y por lo cual inquiere es el destino de en esta pesquisa sobre los tránsitos proscriptos al sujeto en vencido y don molido a palos que yo me he muerto por
mientos que en mi presencia le fatigaban (II, 67: 833). quien, desde entonces, debería fungir de salvoconducto fi- la vinculación de realidades y fantasías, no deja de ser una vos? Todo lo que habéis visto esta noche ha sido fin-
nal para no quedar sumido en el desasosiego. genial ironía que la última intervención de la doncella se es- gido, que no soy yo mujer que por semejantes came-
Don Quijote tiene bien presente el hilván de los más nota- Porque lo que le explica a Sancho sobre su vínculo con la tructure como relación de aquella que, misteriosamente, ha llos había de dejar que me doliese un negro de la uña,
bles casos de transformaciones que los encantadores habría doncella de la duquesa es posición tética según la cual está logrado volver del más allá. Quizás, entre otros motivos, por- cuanto más morirme.
obrado en su perjuicio y esto debería impedir que su escu- sólo en el mundo porque él la ha rechazado. Pero la narra- que debería poder poner en palabras los testimonios que el -Eso creo yo muy bien –dijo Sancho-, que esto del mo-
dero admita que Tosilos es “verdadero lacayo”, mas lo más ción, claramente, no le reservará este subterfugio porque la mismo don Quijote ha callado tan prolijamente. rirse los enamorados es cosa de risa; bien lo pueden
llamativo es por qué quien no merece una autentificación última escena que involucre sus negaciones tendrá a Altisi- Con “una tunicela de tafetán blanco, sembrada de flores ellos decir, pero hacer, créalo Judas (II, 70: 848).
plena de su identidad podría estar en condiciones de brin- dora por protagonista. de oro, y sueltos los cabellos por las espaldas, arrimada a un
dar, contra todo lo previsible respecto de entidades contra- báculo de negro y finísimo ébano” (II, 70: 846-847) Altisidora El discurso de don Quijote no puede asombrar a ningún
hechas, información fidedigna. V sabrá impostar, muy intuitivamente y en ajustada sintonía lector ya que, sustantivamente, se ajusta a lo básico de sus
¿Por qué Sancho tendría que haberle preguntado por Al- con la última preocupación de don Quijote por ella, la pose estrategias discursivas con las cuales, en reiteradas oportuni-
tisidora? ¿Por qué un falso Tosilos habría de responder sin- Y esta potenciación de efectos, plenamente calibrada para de una doncella “apretada, vencida y enamorada; pero con dades, creyó necesario declinar aquello que, a su juicio, cons-
ceramente? ¿Por qué, en síntesis, todo induce a pensar a los apuntalar el proceso depresivo del caballero tras su derro- todo esto, sufrida y honesta, tanto que por serlo tanto, re- tituían propuestas eróticas o esperanzas amorosas que des-
lectores que don Quijote ha comprendido cabalmente que ta, sobrevendrá en el, por demás anómalo, capítulo 70 de la ventó mi alma por mi silencio y perdí la vida” (II, 70: 847). naturalizarían su configuración caballeresca. Mas no ocurre
Tosilos no estaba encantado y que esta pregunta, aparen- Segunda Parte, parcela textual que, con justo derecho, me- Y si todo ello no bastara para enturbiar la intelección lo mismo con el tono airado de la réplica de Altisidora.
temente improcedente, basta para revelar que con la única recería ser reconocida como la de las revelaciones, puesto del protagonista, sabrá agregarle, de su propia cosecha, la En primer término porque siempre supo impostar el
persona que puede digerir la realidad es con su fiel escudero? que allí se desplegarán, a ojos de los lectores, todos y cada rememoración de versos de Garcilaso de la Vega –cuya per- exacto equilibrio entre fingimientos y realidades. Altisidora
¿Es, esta pregunta, el claro indicio de que la realidad no uno de los interrogantes que habían mantenido el suspense tinencia nadie debatiría- y una por demás extraña visio del siempre fue espontánea en sus burlas pero jamás lo fue en
goza, por su propio estatuto, de un salvoconducto que la diegético. más allá, la absurda crónica del juego de pelota que ocupa a las reacciones dado que la certeza de haber urdido el em-
vuelva aceptable, sin miramientos, a todos por igual? ¿No Al punto que, de un modo nada casual, todo ocurrirá los diablos su tiempo en los umbrales del infierno, delirante buste originario siempre le facilitó el subterfugio de répli-
nos ha conducido el texto al confín proscripto en el cual las cuando ya se haya gestado el burlón retorno del infierno diversión por la que terminará certificando que la continua- cas insinceras con las cuales, una y otra vez, acrecentaba el
negaciones son el sustento basal de la propia existencia? de Altisidora a expensas de las penitencias impuestas al es- ción apócrifa es balón que se descuajeringa y pierde todas escarnio ideado. No sería ésta la primera ocasión en que el
Don Quijote resultará censurado por Sancho, particular- cudero. Puesto que si el palacio ducal termina revelándose sus vísceras al menor golpe. caballero insista con su rechazo, pero es bien evidente para
mente por lo que incumbe a Altisidora, porque su estado no como el territorio de los estertores de cuantas fábulas mi- El debate literario, particularmente lo concerniente a esa los moradores palaciegos que, al menos por el lapso de un
sería el apto para pensamientos amorosos, mas nuestro pro- graban, indómitas y entrelazadas, es plenamente sugestivo continuación “no compuesta por Cide Hamete” (II, 70: 848) po- año, quien profiera la última palabra quedará emplazado en
tagonista nos legará, en una última e impensada torsión, otra que el suplemento que se ofrece esté todo él atravesado por dría concitar el grueso de la atención de los protagonistas pero el ilusorio confín victorioso en el cual se le pudo imponer, al
réplica cuya valoración última no puede desarticularse de los el designio de clarificar lo que no se comprendía de modo un imprevisto desvío sobreviene pues al intuir don Quijote que ocasional antagonista, el desengaño.
beneficios inequívocos de mentirse. Respuesta aparentemen- tal que lo único que reste, para los protagonistas, sea la de- “iba Altisidora a proseguir en quejarse” (II, 70: 848) el foco de su Y el carácter vibrante de su intervención se destaca con
te ingenua en la cual parecería cifrarse, de un modo desviado, mora de la marcha hacia el final. atención se desvía del decurso adulterado de su propia fama absoluta nitidez en la tripartición retórica de su ataque. Una
el origen de tan caliginosa arquitectura psíquica: Las primeras tramoyas que se exhiben desde su envés en la secuela tordesillesca y se reinscribe, nuevamente, en la primera secuencia de carácter exclamativo descubre el tenor
discursivo serán las que permitan explicar el catafalco de la ilusión de un amor fundante de la propia subjetividad: ridículo de su figura y, consecuentemente, su ineptitud para
-Mira, Sancho –dijo don Quijote-, mucha diferencia moribunda doncella y, además, las razones de tal ideación. encarnar el rol de hombre deseable para una dama. Execra-
hay de las obras que se hacen por amor a las que se Puesto que los lectores deben ser informados de que los -Muchas veces os he dicho, señora, que a mí me pesa ción que se complementa con la muy clara amenaza sim-
hacen por agradecimiento. Bien puede ser que un ca- duques y Sansón Carrasco, como antagonistas velados del de que hayáis colocado en mí vuestros pensamientos, bólica de cegarlo. La pregunta retórica subsiguiente trans-
forma en absurdo irremediable toda hipótesis de genuino ta de “pensar en sus amores” (II, 70: 849) y la duquesa cele- identitaria –progresar estamentalmente deviniendo criatu- 01 Que el Quijote resulte presentado por la voz autorial desde el Prólogo
interés de la doncella por el caballero al punto que, como brará “que mi Altisidora se ocupe de aquí adelante en hacer ra de ficción- cuanto la particular afición de los poderosos al de la obra como una invectiva contra los libros de caballerías es lo que de-
terminó, a las claras, que un amplio sector crítico naturalizara, sin más, la
remate clarificador, se permite desanudar –sin la anuencia alguna labor blanca” (II, 70: 849). sino fraudulento de quien les devuelve –sin ser consciente centralidad de la aventura como principio estructurante de la narración.
explícita de sus amos- toda la farsa nocturna precedente. Y si bien todo podría concluir con el anuncio del progra- de ellos- la necesaria imagen ideal de sí mismos. El Quijote parodia el dispositivo narrativo de sus precedentes imaginarios
más nadie justifica por qué tal apropiación de un protocolo argumental
Todo, al fin de cuentas, “ha sido fingido”. Y en esta reve- ma de reeducación laboral de la doncella, Altisidora vuelve Los tres, además, se desbarrancan en un punto análogo. sólo debería analizarse desde una perspectiva temática limitada que,
lación inclemente colabora también, de un modo ingenuo, a subir la apuesta con otra de sus clausuras habituales en Pues la mentira que el otro necesita colapsa, en la ira de An- además, ignora las variantes estructurales en la misma isotopía narrativa
que construye.
el mismo Sancho. Quien se aviene gustoso a aceptar que la la cual –ahora sí- todo parece volver al laxo curso de senti- drés, ante la evidencia de que ya no podrá ser hombre por 02 Sabor de Cortazar, Celina. “Para una relectura del Quijote”, en su: Para
muerte de amores es cosa de burlas –aunque antes había res impostados: los flagelos padecidos, en la oportunidad inimaginable para una relectura de los clásicos españoles, Buenos Aires: Academia Argentina de
sido atrapado por la farsa- y que quien crea lo contrario Tosilos de que podría elegir mujer bella con quien casarse, y Letras, 1987: 25-59.
03 La confesión autorial en el Prólogo a la Segunda Parte homologa lo
–como don Quijote lo ha hecho explícito- sólo podría ser -No hay para qué, señora –respondió Altisidora-, usar en el desagrado contenido de Altisidora de tener que acep- que los críticos discriminan. Pues si para el texto lo que hermana al Cu-
otro “Judas”. dese remedio, pues la consideración de las crueldades tar, pasivamente, que una joven desregulada –sólo por ser rioso Impertinente con el episodio del Capitán Cautivo es la lejanía con
la historia de base –pues se censura su improcedencia para la narración
Ahora bien, el punto a destacar es que esta cita no es el que conmigo ha usado este malandrín mostrenco me mujer- debería sentirse bien empleada y morir de amores de la historia del protagonista-, para los especialistas tal discriminación
resultado de un recorte tendencioso del cual se ha borrado la borrarán de la memoria, sin otro artificio alguno. Y por un achacoso caballero. resulta inviable porque la primera de ellas es pura ficción en tanto que la
segunda se percibe como una secuencia extrema en la que el protagonis-
la réplica del caballero. Pues don Quijote, en el fragor del con licencia de vuestra grandeza, me quiero quitar de El erotismo, o el eje del propio deseo, es el límite trágico mo del enloquecido hidalgo y su escudero parece eclipsarse.
derrumbe de todas sus ensoñaciones aventureras, calla. aquí, por no ver delante de mis ojos ya no su triste figu- en el cual las empresas cómplices o fraudulentas fracasan. 04 Sobre la centralidad del erotismo como programa narrativo del Qui-
Las aventuras no eran tales, no había doncellas que morían ra, sino su fea y abominable catadura (II, 70: 849). Ya que los tres claudican cuando la coyuntura de acciones jote, pues es dable postular que el texto narra las múltiples estrategias de
acercamiento del sujeto a un otro ideal, véase mi Peregrinar hacia la dama:
por despecho y enamoradas por su fidelidad a Dulcinea, y compartidas –lo que don Quijote percibirá como aventuras- El erotismo como programa narrativo del ‘Quijote’, Kassel, Editorial Reichen-
el hidalgo, devenido caballero andante, calla. Encripta en el Pose de postrer despecho que, ante nuevos silencios del suponen, necesariamente, la inmolación de la más crítica berger, 2008.
05 Analicé esta secuencia en “Don Quijote y el Arte Poética de Cardenio:
silencio más elusivo todo cuanto podría replicar –un silencio andante, le permite al duque sentenciar que quizás todo identidad de cada cual. La propia virilidad, la oportunidad asedios en torno a la imagen del vacío femenino”, en Actas del XII Congreso
casi tan impropio como el que Altisidora tipificaba como no esté acabado, aunque don Quijote se haya abstenido de de ser feliz o la insumisión a los mandatos del propio género de la Asociación Internacional de Hispanistas, Birmingham, 1998, Tomo III:
268-281.
causante de su falsa muerte- y se aviene, comedido, a prose- expresar sus sentires para con ella, “porque aquel que dice no resultan negociables en la necesaria e incesante deman- 06 Alicia Parodi trabajó estos aspectos en múltiples análisis particulares
guir charlando. injurias, / cerca está de perdonar” (II, 70: 849). da de mentiras que la empresa caballeresca alienta para con de la obra aunque, lamentablemente, no les confirió centralidad temática
Cómplice con su criatura, la voz narrativa atenúa el dife- los ocasionales copartícipes de la gesta. en alguno de ellos –tanto en conjunto como por separado-. Sus discípulos,
entre los cuales me cuento, nos hemos visto favorecidos de esta sistemati-
rendo en la escala de simples “pláticas” (II, 70: 848) y hace VI Y no deja de ser ilustrativo que la negación sistémica zación en sus memorables clases en la universidad de Buenos Aires.
ingresar en la escena al “músico y panegírico” (II, 70: 848) y, del protagonista a acusar recibo de todas y cada una de las 07 Cervantes Saavedra, Miguel de. El ingenioso hidalgo don Quijote de la
Mancha, prólogo de Marcos A. Morínigo, edición y notas de Celina Sabor
a continuación, a los mismos duques de cuyas últimas alo- Llegados, entonces, a este punto, se imponen una serie de verdades reveladas resulte ser, en definitiva, la confesión de Cortazar e Isaías Lerner. Buenos Aires: Editorial Abril, Clásicos Huemul,
cuciones sólo se transcriben, taxativamente, la femenina consideraciones conclusivas que nos habilitan el recupero, más íntima que el hidalgo habría podido compartir. Pues el 2da edición corregida y actualizada, 1983. El Quijote se cita siempre por
esta edición indicando, entre paréntesis y en el cuerpo principal del tex-
duda de la duquesa de “si quedaba en su gracia Altisidora” por sobre la diversidad de pasajes compulsados, de ciertas hilván de las sinceridades brutales, espontáneas e imprevis- to, la parte, en números romanos, y el capítulo y las páginas en arábigos.
(II, 70: 849). Disyuntiva que, allende el hecho concreto de re- constantes según las cuales el tratamiento de las secuencias tas con que resulta interpelado parecerían ser, en el propio 08 Los críticos concuerdan en que la Segunda Parte tiene menos aventu-
abrir para los lectores un contrapunto verbal crítico del que, de verdad en la fábula resultan moduladas. psiquismo, un crisol de puntos ciegos gracias a los cuales, ras de camino, como si describiesen un simple fenómeno meteorológico
impredecible. Y desatienden, a renglón seguido, la evidencia de que, en
quizás, no sea consciente, importa explícitamente porque Un primer dato bien notorio es la concurrencia, en los tres provisionalmente, puede moldear una reparadora y com- términos temáticos, lo que se busca contrarrestar es el agotamiento ar-
expresa las condiciones necesarias para la partida que ha pasajes, de alteridades decididamente minorizadas, marca- pensatoria identidad. gumental de tal cantera. Pues, a las claras, don Quijote no reitera “confu-
siones” perceptivas ni rememoraciones recurrentes de un mismo pasaje
instaurado quien, en toda la Segunda Parte, fue matrona de das por una juventud contrastiva, imperativos de obedien- Pues la vida es también un delicado equilibrio de verda- prestigiado que volverían lógica la repetición.
ficciones miles y alter ego velado de la desregulada doncella. cia y sujetos a deberes laborales bien concretos. Variables des y mentiras con las cuales las respectivas existencias se 09 Redondo, Augustin. “El episodio de Andrés (I, 4 y I, 31)” en su Otra ma-
nera de leer el ‘Quijote’, Madrid: Castalia, Nueva Biblioteca de Erudición y
Es claro, la duquesa ha plasmado una disyuntiva cuyas todas ellas medulares porque permiten elucubrar que la pueden sustentar. Sondear los intermitentes latidos de las Crítica, 1998: 307-323.
resoluciones positivas o negativas certificarían, siempre, la disposición a la ficción –y por extensión a los fingimientos- negaciones en las aventuras del enloquecido hidalgo es 10 Molho, Maurice. “Pegan a un niño: el caso de Andrés”, en De Cervantes.
subsistencia de un vínculo. Una tensión afectiva en la cual se perciben desacoplados, aún cuando puedan compartirlos asomarse a las condiciones de posibilidad de la ficción y su Paris: Editions Hispaniques, 2005: 443-457.
11 Reténgase, además, que es la primera aventura en la cual don Quijote
la polaridad gracia/desgracia parece espejar los términos transitoriamente, con los imperativos laborales. Tal como el fundante diálogo con la realidad de cada cual. se percibe a sí mismo como un caballero legítimo puesto que, tal como la
agrado/desagrado y las condiciones de posibilidad para mo- mismo don Quijote puede rememorar, abrevando en múl- crítica lo ha señalado, la aventura de los harrieros, en ocasión de su llega-
da a la primera venta, sobreviene cuando, aún, es un iluso aspirante a la
rar en un mundo tejido por ficciones. Hipótesis que explica – tiples doctrinales de doncellas, para clausurar el interdicto orden de caballerías. Redondo enfatiza la conexidad entre esta armazón
muy presumiblemente- por qué la réplica de don Quijote se con Altisidora en el palacio ducal. por escarnio –con un padrino que es un ventero ladrón- y la necesaria de-
fensa, ulterior, de un pícaro afecto a tales robos.
desentiende del veredicto esperado –de hecho no nos dirá Esta subalternización de las tres figuras espigadas –An- 12 Para un desarrollo extenso de las peculiaridades de esta criatura ficcio-
nada de su interioridad- al tiempo que reinscribe la práctica drés, Tosilos, Altisidora- en tanto rostros de aquellos que, nal olvidada véase “Desde el crisol de Tosilos. Goce, trasgresión y literatu-
de urdir ficciones en la serie de otros tejidos cotidianos en llegados a un punto, no pueden mantener la mentira ni ra en el Quijote de 1615”, en Actas XIX Congreso de la Asociación Internacional
de Hispanistas, Münster, en prensa.
los que toda buena doncella debería aplicar su tiempo libre. ser cómplices con la negación ficcional del caballero, nos
Don Quijote, cual avezado educador y moralista, se limitará autoriza a pensar que el arte –en tanto pacto alquímico de
a prescribir que “todo el mal desta doncella nace de ociosi- falsedades y medias verdades- sólo es una prerrogativa ex-
dad, cuyo remedio es la ocupación honesta y continua” (II, clusiva de los poderosos. De donde, en consecuencia, podría
70: 849). Sancho reforzará esta tesis pues el trabajo las apar- comprenderse también el sentido de tan peculiar deriva
INFLUENCIAS,
REESCRITURAS Y
RECREACIONES
lidad, también la parodia afecta lo narrado, construyéndose La vida salvaje representa en estos casos los aspectos peno-
como superposición de textos. Siguiendo a Hutcheon, “en sos del amor, tanto el espacio como la presencia del salvaje
su estructura formal un texto paródico es la articulación de son marcas del género sentimental y del de caballerías, pero
una síntesis, la incorporación de un texto parodiado en uno sus alcances presentan variantes en uno u otro género. De-
parodiante, un engarce de lo viejo en lo nuevo […] este des- yermond entiende que al ser la novela sentimental una for-
L A S H U E L L A S D E L T R A C TA D O D E doblamiento paródico no funciona más que para marcar la ma extrema de la literatura amatoria y cualquier final feliz
A M O R E S D E A R N A LT E Y L U C E N D A diferencia: la parodia representa a la vez la desviación de una es excluyente, la presencia del salvaje en el centro del amor
norma literaria y la inclusión de esta norma como material ideal sería un reflejo de la tensión y violencia que subyace en
Y DE CÁRCEL DE AMOR EN LOS interiorizado” (Hutcheon, 1992, 177). tales relatos (Deyermond, 1967: 271).
EPISODIOS DE SIERRA MORENA ­En los episodios en Sierra Morena Cervantes retoma,
pero ahora amplificándolo, el juego perspectivista que con- 2. El amante cuenta su historia
sigue a través de los episodios intercalados, logrando una En las ficciones sentimentales los enamorados cuentan o so-
verdadera “composición en abîme” si tenemos en cuenta la licitan que se relate su historia. Arnalte relata sus desventu-
Patricia Núñez principalmente interior, si bien puede haber duelos, asedios, intercalada historia del Curioso impertinente dentro del in- ras al autor y Cardenio lo hará ante Don Quijote y Sancho (en
Instituto de Profesores Artigas (CFE) batallas o retos, ocupan una proporción mucho menor que tercalado enredo de Cardenio, Luscinda, Fernando y Doro- principio) a quienes pide prometan no interrumpirlo, algo
en los libros anteriormente mencionados), una visión trági- tea, no siendo estos los únicos tristes y “locos enamorados” que no se cumple. Lo que en las ficciones es mediado por
ca del amor, la presencia del narrador en primera persona que entrecruzarán sus razones, amores y cartas.Sierra Mo- las cartas, en Quijote lo será por los permanentes obstáculos
¿Será necesario mencionar todos los que es también personaje, la estructura epistolar, así como rena se erige, entonces, como centro y motor de las accio- que imposibilitan que la historia de Cardenio siga “el hilo de
numerosos ejemplos de la literatura que dialoga la inclusión de otros textos como poesías o debates y es de nes, pero sobre todo es posibilitante de la narración cuando su triste historia”. No parecería ser la intención de Cervantes
con los textos precedentes para relativizarlos? destacar la presencia y participación de la mujer. La temá- Don Quijote y Sancho descubren la maleta que contiene detenerse en la materia sentimental y menos profundizar
tica es de asunto amoroso con inevitable sufrimiento final, “los papeles” origen de la historia de Cardenio, una ficción en su intimismo retórico, puesto que aquí se multiplican y
que no excluye desenlaces trágicos y puede resumirse de la se abre paso y da paso a otra que seguirá “su rastrillado, tor- entrecruzan las dispares voces exacerbando la polifonía.
La primera respuesta que Kristeva da a su pregunta –que siguiente manera: un caballero se enamora de una doncella, cido y aspado hilo”.
elegimos como epígrafe de este trabajos- es “La parodia de por alguna razón ella no puede (o no quiere) corresponder- Como territorio desierto Sierra Morena, es el locus que 3. La historia de amor
las novelas de caballería en Cervantes”. Y si bien el propio le, intercambian cartas, se presenta algún impedimento que funciona de refugio para vencidos y marginados en general: Arnalte y Cardenio son el prototipo del personaje de la fic-
autor en el prólogo a su obra explicita que toda ella “es una evita la comunicación y/o el encuentro (un rival, un padre bandidos, aventureros, fugitivos, en tanto frontera, sugiere ción sentimental: socialmente encumbrados y jóvenes. De
invectiva contra los libros de caballerías”, otros tantos textos cruel), inútilmente ayudado por un intermediario el enamo- un espacio de trasgresión, apartado de lo “civilizado” y lo acuerdo a los modelos del amor cortés, las actitudes de
confluyen en el Quijote y entre ellos, algunos comprendidos rado lucha sin conseguir el amor. La historia se cierra si no normativo, deviene ámbito en el cual todo puede ocurrir. Cardenio lo muestran más respetuoso de los códigos y del
en un género que tiene su manifestación entre 1440 y 1550 con la muerte, con un símbolo del amor imposible (desierto, En el Quijote es el lugar de la locura, de la humillación, la honor de Luscinda que la figura de Arnalte respecto de su
aproximadamente y que se ha designado, con variantes, “fic- monasterio) para al menos uno de la pareja. Deyermond impostura, la penitencia, el conocimiento, la traición, en dama. Este personaje presenta rasgos ovidianos, incluso có-
ción sentimental”.01 destaca en estas obras la innovación narrativa, evidenciada definitiva, en ese “infierno” tal como lo entiende Quijote o micos: no duda en enviar terceros a que presionen o inves-
En 1491 y 1492 respectivamente salen de la imprenta en la variedad de narradores y puntos de vista, lo que a su “purgatorio”en la versión de Sancho, nada permanece esta- tiguen a Lucenda, fuerza encuentros, se disfraza de mujer
los textos Tractado de amores de Arnalte y Lucenda (Burgos) parecer muestra el gusto por la experimentación técnica y lo ble, en Cárcel de AmorSierra Morena es el territorio de la cár- para poder acercarse a ella y terminará matando a Elierso,
y Cárcel de Amor (Sevilla)de Diego de San Pedro, uno de los entiende como uno de los rasgos fundamentales del género. cel alegórica donde está cautivo Leriano (Don Quijote saldrá marido de la joven.08
autores en lengua castellana más leídos y traducidos du- (Deyermond, 1988: 47) enjaulado de sus alrededores...).
rante el S.XVI, pero de quien poco se sabe sobre su vida.02 Más allá de la popularidad de estas ficciones y particu- 4. Intercambio de cartas09
Según plantea el autor en los prólogos, ambas obras nacen larmente de los textos sampedrinos mencionados, la po- Las huellas del tratado 05
La epístola es el componente estilístico más importante
de la obediencia y responden al encargo de “las damas de tencialidad de los mismos no podía pasar inadvertida al de la ficción sentimental y particularmente de las obras
la Reina”, la primera y “don Diego Hernández, Alcaide de los Cervantes lector, mucho menos al artífice de tanta industria 1. El hombre salvaje seleccionadas de San Pedro.Las misivas dan ilusión de au-
Donzeles,03 y de otros cavalleros cortesanos” la segunda; lo literaria-inevitable no encontrar huellas de estas creaciones El Tractado de amores de Arnalte y Lucenda comienza con el tenticidad reforzando el punto de vista de los personajes y
que deja entrever el “horizonte de expectativas” en el que se en el Quijote-, por ejemplo los lazos que se establecen en- extravío del “autor” “narrador” que dice apartarse de Castilla suponen, además, un contexto de intimidad que une a los
produce su obra y el público inmediato al que va dirigida: la tre el Tractado de amores de Arnalte y Lucenda y la historia de transitando un “gran desierto el cual de extraña soledad y interlocutores puesto que hay algo que sólo ellos saben y
corte de la reina Isabel la Católica, a la vez da por tierra con la Cardenio y Luscinda, así como las intertextulidades genera- temeroso espanto era poblado”06 para llegar a la “triste mo- que resulta ajeno a un extraño, para el contexto de produc-
infundada creencia de que los caballeros preferían lecturas das en relación a Cárcel de Amory sus modélicos personajes: rada del que muere porque muerte no le quiere” que no es ción de las ficciones sentimentales cumplen con la función
caballerescas y las damas historias de amor.04 el caballero Leriano y el autor/mediador, relativizados en el otro que Arnalte. En las asperezas de las montañas se reclu- de satisfacer el gusto del lector por las historias secretas.10 Al
A grandes rasgos estos textos se caracterizan por: la bre- episodio de la carta a Dulcinea en Sierra Morena. No quedan ye (otras son sus razones) Don Quijote y ahí, encontrará a tratarse de personajes distanciados, la epístola favorece el
vedad (en relación a lo que en la época eran las “ficciones fuera de la subversión el código de amor propugnado por Cardenio que es presentado con todas las marcas del tipo “encuentro” y lo que se conoce como la “recuesta amorosa”
largas” como los libros de caballerías), el predominio de la tales obras y el juego de perspectivas que se establecen en el del salvaje: […] la barba negra y espesa, los cabellos muchos o requerimiento de amor; los caballeros escriben con la in-
dimensión íntima sobre las acciones externas (la acción es relato.En la medida en que se hace presente la intertextua- y rebultados, los pies descalzos…” (216).07 tención de acercarse, conmover, convencer a la doncella, son
conscientes del poder de la misma en la posible conquista, ción y un protagonismo que las distancia de los modelos Códigos caballerescos fundamentales como el servicio y el tes de que el destino está en sus manos. De todas formas me
así el lenguaje se reviste de gran tensión erótica. Las cartas tradicionales literarios y sociales.11 secreto son también puestos en tela de juicio desde el mo- pregunto si en las obra de San Pedro la cerrada negativa de las
de las damas son en su mayoría respuestas, en algunas hay mento en que Sancho está dispuesto a exagerar y mentir doncellas a corresponder a sus amadores es solamente la res-
advertencias, pedidos y suelen terminar con un aviso al ca- 8. Desenlace los extremos de la penitencia de su señor, pero sobre todo puesta obligada por las instituciones legales, “treta del débil”
ballero para que evite cualquier exceso. Arnalte mata a Elierso en un duelo y propone matrimonio cuando el propio Don Quijote falta al secreto descubriendo a una forma de amor que les estaba negada de antemano, o
Toda esta tradición se reescribe hiperbólicamente en los a Lucenda. Si bien Cardenio llega a tiempo para interrum- la identidad de Dulcinea a su fiel escudero pero pésimo me- simple expresión de rechazo a un varón que no busca en ellas
acontecimientos de Sierra Morena, desde la carta que lee pir la boda de Luscinda y Fernando no se anima a interve- diador. En La Celestina (otra obra paródica) Pármeno advierte más que cumplir con sus egoístas deseos. La lucha por la liber-
Quijote en la que Cardenio reclama el abandono de Luscin- nir. Aunque de manera pasiva pero determinante, Luscinda a Calisto “a quien dices el secreto das tu libertad” nada más tad y la identidad en el universo oscilante de la contrarrefor-
da llamándola: “¡Oh ingrata! […] causadora de mi guerra”, la reacciona desmayándose en un intento de impedir que siga apropiado aquí, esa “carta” cuyo contenido y “respuesta” que- ma no es sencilla, no creo casual que la intertextualidad se dé
que él mismo recuerda con el aviso que ella le hace de las adelante su matrimonio. dan en la mala memoria de Sancho, remedo paródico y bur- con dos obras nacidas en la corte de la primera reina llamada
intenciones de Fernando, la que quedó en el Amadís, la que lesco del intermediario, podrían ser un primer paso al poste- La Católica, cuando la manía de la limpieza de sangre comien-
encontraron en su cuerpo desvanecido, entre otras. 9. La heroína se retira a un convento rior encantamiento de la dama y al encuentro del caballero za a entronizarse junto con la impostura. Laureola, la heroína
En ambas historias las jóvenes se retiran a un monasterio. con una melancolía que lo llevará, como Leriano a dejarse de Cárcel de amor expresa: “No creas que tan sanamente viven
5. Confiar en un amigo Luscinda logrará revertir su situación, no así Lucenda que morir. Este, extremando su cuidado de caballero modelo, en las gentes, que sabido que te hablé juzgasen nuestras limpias
Este es punto relevante en la trama de la ficción sentimen- después de haber rechazado el pedido de mano de Arnalte las antípodas de Quijote, cuando decide dejarse morir ante intenciones, porque tenemos tiempo tan malo que antes se
tal, porque recrea el tópico del secreto. Arnalte dirá, aunque clausurará su existencia. la rotunda negativa de Laureola, tendrá su gesto último: afea la bondad que se alaba la virtud…” El conflicto entre el ser
tarde: “el secreto es del amador corona”. Ni Arnalte ni Car- hacer pedazos las cartas, ponerlas en una “copa de agua” y y el parecer, entre las instituciones y el código amoroso lleva a
denio se muestran atentos a este requerimiento y ambos 10. El caballero se retira a lo desierto beberlas quedando “su muerte en testimonio de su fe”. una inevitable tragedia.
violan el código cortés. Arnalte se confiesa a Elierso, aunque Si bien Arnalte no huye a losilvestre habita enlutado en la Deyermond (1988) y Lacarra (1988) coinciden en destacar La parodia cervantina afecta el estilo, los espacios, los
con sospechas y celos. Cardenio hace lo propio con alguien oscura “triste morada del que muere…”. Cardenio se vuelve la figura del autor mediador (Belisa en el caso del Tractado) personajes, los tópicos y discursos provenientes de la ficción
como Fernando cuya falta de palabra conoce por su accio- salvaje retirado en Sierra Morena donde lo encuentran Qui- como aporte original de Diego de San Pedro, en tanto dota sentimental al más puro estilo “carnavalesco”, eliminando
nar con Dorotea. Si bien el quebrantamiento del secreto jote y Sancho, cuyos avatares funcionan como correlato de a esta figura de una hondura psicológica que no poseen los las distancias, profanando formas genéricas consagradas e
funciona como obstáculo externo que en algunos casos los esta historia y como “inversión carnavalesca” de la otra fic- “estereotipados” caballeros amadores y damas castas y lo imponiendo la excentricidad pero también admitiendo la
amantes superan, en los textos de San Pedro los caballeros ción amorosa. hace determinante en el desarrollo de la acción. En Cárcel el presencia del hipotexto relativizando y conservando algu-
se enfrentan impotentes a la firmeza de las damas que a lector se enfrenta a la ambigüedad respecto de la correspon- nas convenciones estilísticas de este.
partir de allí, los rechazan indefectiblemente. Samonà en- 11. Las huellas de Cárcel de Amor dencia del sentimiento de amor de Laureola a Leriano y ello A 400 años de cervantismo, el autor sigue invitando a re-
tiende que la cultura española imprime al tema del honor “Por unos valles hondos y escuros” de Sierra Morena, el “au- responde a las diversas vías por las que llega la información: lativizar, en el entendido de hacerse cargo de tradiciones y
(lugar común de la literatura cortés) “una intensa función tor”, “narrador” y “personaje” ve a “­un caballero, así feroz de lo que el mediador describe, lo que interpreta y lo que lue- herencias para sospechar de ellas. Su obra es un tributo a la
prohibitiva” y agrega que “la inaccesibilidad de la amada no presencia como espantoso de vista, cubierto todo de cabello go escribirá Laureola en sus cartas. Tampoco creo que esta lectura y los libros, celebrar este legado no es otra cosa que
es un ideal, sino una institución, que la sociedad oficial hace a manera de salvaje” quien lleva a su Cárcel alegórica Leria- potencialidad haya pasado inadvertida a Cervantes; cuando la celebración de la literatura.
respetar con una dureza puritana” (Samonà, 1980: 379). La no, protagonista de la novela y modelo del perfecto amador. el enamorado Caballero de la triste figura conmine a su me-
firmeza en la mujer es la contención necesaria para mante- El cautivo pide al autor “que sepa de ti Laureola cuál me viste” diador a dar cuenta de la reacción de Dulcinea ante el recibi-
ner un determinado orden social. y a partir de ese momento el protagonismo del autor será miento de la carta, Sancho construirá un relato/invención en
decisivo, sentirá compasión, deseará colaborar, intentará varios registros, desde la degradación: Dulcinea hace dejar
6. Ausencia del enamorado acortar las distancias entre los jóvenes aunque por momen- la carta sobre un costal ala máscara o disfraz del código cor-
Cada uno por sus razones, tanto Arnalte como Cardenio se tos inoportuno y en definitiva sin éxito. De la misma manera tés, que Sancho ya conoce y que no salva a Dulcinea de la do-
ausentan del lugar, lo que posibilita: Don Quijote reclamará un testigo de su “locura” y mediador mesticación, diciendo que “antes la rasgó y la hizo menudas
de su cautividad de amor resolviendo escribir una carta a piezas” porque no se supiese su secreto.
7. La traición Dulcinea. Vemos como lo que es estructural en la ficción La reescritura cervantina de formas canónicas como el Tracta-
En su retiro Arnalte es asaltado por malos agüeros que lo sentimental, precisamente el intercambio epistolar, aquí es do o la Cárcel vuelve a demostrar la libertad con la que el au-
hacen volver para descubrir que en su ausencia Elierso ha subvertido y condenado al sinsentido conforme a la distor- tor maneja el material que hereda. Redondo plantea que la
pedido la mano de Lucenda y se ha casado con ella. Carde- sión típica del barroco. La materialidad de la epístola a Dul- parodia habilita la risa liberadora, anulando el poder de las
nio recibirá la carta de Luscinda advirtiéndole de los planes cinea: “Soberana y alta señora”, destinataria degradada en la autoridades e invirtiendo los códigos narrativos para darle al
de Fernando. En ambos casos las familias han incidido en la memoria de Sancho como “Alta y sobajada señora” anticipa lector una “suprema autonomía” (Redondo, 1998, 14). Lucinda
determinación de los enlaces pero comienza a percibirse el el frustrado fin: escrita en el libro de memorias de Cardenio, a su forma y especialmente Dorotea aparecen descentradas
giro que prepara Cervantes para estos episodios que consi- con el negocio de la libranza al dorso, pensada para ser co- respecto de las encerradas doncellas de la ficción sentimen-
guen un final feliz, contrapartida de las ficciones sentimen- piada por un maestro o sacristán, nunca entregada al me- tal, ahogadas por las leyes y víctimas de las asimetrías res-
tales marcadas por la frustración y la muerte. Los personajes diador, mal recitada a viva voz ante el cura y el barbero, pero pecto del varón, Cervantes las ha transformado en personajes
femeninos cervantinos están dotados de autodetermina- por sobre todo, destinada a quien no sabe leer ni escribir. vitales, activos, dueñas de su voluntad, su cuerpo y conscien-
01 “Prosa, ficción, novela, relato, historia sentimental”, son variantes que Redondo, Augustin. Otra manera de leer el Quijote. Historia, tradiciones cultu-
aparecen en la crítica y que en algunos casos se utilizan indistintamente. rales y literatura. Madrid: Castalia, 1998.
Hay quienes evitan el término novela puesto que lo encuentran inapro- Ruiz Casanova, José F. Prólogo a Cárcel de amor. Arnalte y Lucenda. Sermón.
piado en las fechas en las que este género sale a luz. Madrid: Cátedra, 2011 [1995].
02 Natural de Peñafiel, vivió en la segunda mitad del S. XV, estuvo al ser-
vicio de Juan Téllez Girón, habría participado en la guerra de Granada,
Samoná, Carmelo. “Los códigos de la “novela” sentimental”, en Francisco
Rico (ed.). Historia y crítica de la literatura española. Vol. I (Edad Media, a
L A S R E C R E A C I O N E S D E C E R VA N T E S
estrechamente relacionado con la corte de Isabel la Católica.
03 Este “personaje” aparece en los capítulos 32 y 35 de la primera parte
cargo de Alan Deyermond). Barcelona: Crítica, 1980.
San Pedro, Diego. Cárcel de Amor, Tractado de amores de Arnalte y Lucenda,
Y EL QUIJOTE DESDE 1609:
del Quijote respectivamente, primero a través de la mención a la His-
toria del gran Capitán Gonzalo Hernández de Córdoba (único libro que
Sermón. Madrid: Cátedra, 2011 [1995].
Severin, Dorothy. “Diego de San Pedro’s Arnalte y Lucenda: subtext for
U N A PA N O R Á M I C A D E L A
accede a quemar el ventero de los tres que hay en su maletilla) y luego
mediante la referencia a la batalla contra dicho capitán en Nápoles,
the Cardenio episode of Don Quijote”, en Gerli M, Gwara J, eds. Studies on
the Spanish Sentimental Romance (1440-1550): Redefining a Genre, London:
DIVERSIDAD DE LENGUAJES,
donde muere Lotario.
04 El desarrollo de la imprenta, entre otros, llevó a que estas lecturas lle-
Támesis, 1997. P E R S P E C T I VA S Y A C T I T U D E S
garan a los ámbitos universitarios pero también a otros grupos sociales,
solo así se explican las (hasta ahora conocidas) 22 impresiones de Cárcel
de Amor durante el siglo XVI en la península, además de ediciones ingle-
sas, francesas, alemanas e italianas muy populares. Una traducción bi-
lingüe español-francés fue reimpresa 15 veces desde mediados del siglo Santiago López Navia un congreso internacional acogido por un país que, como
XVI. En fechas aproximadas, Arnalte y Lucendacontó con 3 ediciones en quería Carlos Fuentes, pertenece al territorio amplio y tras-
la península, en Francia más de 10 reimpresiones y una edición bilingüe
francés-italiano con al menos 7 impresiones. Universidad Internacional de La Rioja cendente de la patria de Cervantes. Nos quedamos con las
05 Dorothy Severin realiza un estudio de esta obra como “hipotexto” del Cátedra de Estudios Humanísticos Felipe Segovia Martínez, aportaciones de instituciones tan fecundas como la Biblio-
episodio de Cardenio, sigo su esbozo de las tramas.
06 Las citas del Tractado de amores de Arnalte y Lucenda y Cárcel de Universidad SEK (Santiago de Chile). teca Nacional, que este año ha acogido exposiciones tan bri-
Amor corresponden a la edición de Ruiz Casanova, Madrid: Cátedra, 2011. llantes como “Cervantes: de la vida al mito”, sabiamente co-
07 Las citas del “Quijote” corresponden a la edición del IV Centenario, RAE,
misariada por José Manuel Lucía Megías, y ha brindado a la
Asociación de academias de la lengua española, Brasil: Santillana, 2004.
08 El travestismo en Cervantes tiene puntos de contactos con la novela 1.-A un mes y medio de que concluya el cuarto centenario comunidad investigadora un recurso tan eficaz y necesario
pastoril, en sí es parodia de la misma, pero también forma parte del tema de la muerte de Cervantes ya va siendo tiempo de aventurar como es la página web “Cervantes en la Biblioteca Nacional”
del encubrimiento, la máscara, la apariencia, la dificultad para conocer
la esencia. algo parecido a un balance provisional, aunque reconozco (cervantes.bne.es). A guisa de ejemplo, y entre tantas otras
09 Interesa plantear que en estas ficciones no solo se intercambian epís- que es pronto para realizar este ejercicio con las necesarias contribuciones de la mayor relevancia, nos quedamos con
tolas sino “billetes”, “carteles” configurando así un entramado de discur-
sos y puntos de vista variado y múltiple. garantías. De hecho, el balance deberá abarcar en su mo- el avance que representa para el cervantismo poder contar,
10 El desarrollo de la vida cortesana con el regreso a España de Garlos mento el amplio período comprendido entre 2005 y 2017, en la bibliografía especializada, con nuevas ediciones de
V a mediados de 1522, después del fracaso de las Comunidades, será la
sin olvidar que el cervantismo oficial, movido por un com- la poesía de Cervantes tan autorizadas como las de Adrián
causa directa de las ediciones de las obras de Juan de Flores y Diego de
San Pedro, que entonces se llevan a cabo. La unión del universo amatorio promiso permanente y tal como acredita su fecunda trayec- Sáez01 y la del equipo compuesto por José Montero Regue-
de los cortesanos y del de la novela sentimental se verificaba en efecto toria, no ha necesitado especialmente de los aniversarios ra, Fernando Romo y Macarena Cuiñas02, y con la magnífica
de tal modo que salieron a luz, por aquellos años, modelos de cartas de
amor para solicitar a la mujer amada.(Redondo, 76: 227) para dar sentido a sus aportaciones. aportación que supone para el estudio del teatro cervantino
11 Neuschäuffer habla de “prefeminismo” y “utopía” en estos episodios. Lo primero que quiero poner de relieve al respecto no es la cuidada edición de Luis Gómez Canseco. 03
algo tanto científico como cordial, y es que vivir este ciclo, y Nos quedamos también con el esfuerzo divulgador de las
Obras citadas en especial la conmemoración de los cuatrocientos años de diferentes cadenas de radio y televisión en España y fuera de
la muerte de Cervantes, representa una suerte y un privilegio. España, y con el impacto y la pertinencia que supone contar
Cervantes, Miguel. El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Edición
del IV Centenario, RAE, Asociación de academias de la lengua española, Esta reflexión dista de ser anecdótica, porque si el retroceso ya en las bibliotecas de los cervantistas con una biografía de
Brasil: Santillana, 2004 de las Humanidades sigue su doloroso curso resulta difícil Cervantes tan autorizada, completa y atractiva como la que,
Deyermond, Alan. “El punto de vista narrativo en la ficción sentimental
del siglo XV”, en Actas Del I Congreso De La Asociación Hispánica De Literatura resistirse a la tentación de profetizar y preguntarse cómo se empleando un verbo clave en el registro de su investigación,
Medieval, edición a cargo de Vicente Beltrán, Barcelona: 1988. celebrará el quinto centenario, si es que se celebra. De ahí que está construyendo José Manuel Lucía Megías, a quien vuelvo
Deyermond, Alan. “El hombre salvaje en la novela sentimental”, en Actas
del Segundo Congreso Internacional de Hispanistas, celebrado en Nijmegen del convenga aferrarse a lo que hemos puesto en limpio en estos a mencionar obligadamente en este punto.04 Y nos queda-
20 al 25 de agosto de 1965, ed. Jaime Sánchez Romeralo y Norbert Poulus- años y apoyarse en ello para persistir en nuestra tarea en los mos también, porque todo hay que decirlo, con las carencias
sen. Nijmegen: por la Asociación Internacional de Hispanistas, Instituto
próximos, y esto nos compromete sobre todo a los cervantis- que aún afectan a la puesta en escena de las obras de Cer-
Español de la Universidad de Nimega, 1967, pp. 265-272.
Hutcheon, Linda. “Ironía, sátira, parodia. Una aproximación pragmática a tas, acostumbrados como estamos a seguir atentos a lo nues- vantes, aspecto en el que aún queda mucho por hacer.
la ironía”, en Silva, H. (ed.) De la ironía a lo grotesco (en algunos textos literarios tro al margen del interés y el apoyo institucional, tan pusiláni- No han faltado en este año, una vez más, tentativas
hispanoamericanos). Universidad Autónoma Metropolitana, México: 1992.
Kristeva, Julia. El texto de la novela. Barcelona: Editorial Lumen, 1981. me y falto de cintura como tardío, y no vamos a estas alturas a en todo caso prescindibles para el cervantismo riguroso,
Lacarra, M. E. “Sobre la cuestión de la autobiografía en la ficción senti- añadir sal a la herida volviendo a comprar nuestras iniciativas como las que animan a quienes se siguen empeñando en
mental”, en Actas Del I Congreso De La Asociación Hispánica De Literatura Me-
dieval, edición a cargo de Vicente Beltrán, Barcelona: 1988. oficiales con las que a lo largo de este mismo año han promo- demostrar definitivamente el verdadero lugar de La Man-
Redondo, Augustin. “Antonio de Guevara y Diego de san Pedro: las ‘cartas vido las autoridades británicas en beneficio de Shakespeare. cha obviando la sagrada voluntad autorial del mismísimo
de amores’ del ‘Marco Aurelio’”, en: Bulletin Hispanique, tomo 78, n°3-4,
Nos quedamos, pues, con lo mejor, empezando por lo Cervantes y los hechizos protectores, cada vez menos po-
1976. pp. 226-239
que representa pronunciar estas palabras en el seno de derosos, que protegen el bendito territorio de la ficción. Y
por cerrar en positivo el recorrido en la antesala de este tra- morarán los cuatrocientos años del Persiles, la obra póstu- de El misterio Cervantes de Pedro Delgado Cavilla,12 publicada cibles por el lector contemporáneo del Quijote. No es esta,
bajo que no pretende dedicarse ni mucho menos a hacer ma de Cervantes. por primera vez en 2005, en la que sabemos que Miguel, si- desde luego, la veta más frecuentada por los autores que
balance, hay que reconocer que en esta ocasión, y a dife- Es muy comprensible, y desde luego muy grato, que los guiendo los designios de los cardenales Acquaviva y Gaspar han recreado el original. Además del Quijote de Avellaneda,
rencia de lo que ocurrió en 2005, no han sido tan entusias- centenarios y los años que los preceden animen la publi- de Cervantes (su tío), fue en su día el poseedor y salvador que parodia precisamente el modelo de Cervantes en 1614,17
tas ni tan puntuales a su cita los osados advenedizos tan cación de novelas que recrean la vida de Cervantes desde del Speculumcordis, el misterioso libro atribuido al mismísi- a ella se adscriben claramente, por ejemplo, el Gerundio de
tenazmente afanados, con la varita mágica de las ciencias perspectivas a veces muy diferentes. Ateniéndome a la mo Jacques de Molay, Gran Maestre de la Orden del Temple. Campazasdel padre Isla (1758),18 que pone en solfa la trasno-
ocultas, en sacarnos de nuestro error a los investigadores clasificación que propuse en su momento,06 al grupo de En cuanto al Quijote, las distintas formas de recrearlohun- chada retórica eclesiástica de las postrimerías del barroco
serios y rigurosos. Claro que aún hay sol en las bardas y obras constituido por las novelas o los cuentos que recrean den sus raíces años antes del Quijote de Avellaneda (1614), en pleno siglo XVIII; el Quijote de los teatros de Cándido María
todo puede esperarse. parcial o totalmente la biografía de Cervantes de modo que obra que el gran público, y a veces incluso el especializado, Trigueros (1802),19 que hace lo propio con las persistentes
su protagonismo resulta relevante se adscribe, en primer reconoce como la primera continuación del original olvi- comedias que se adscriben a la misma estética en el mismo
2.-Y entrando ya en lo sustancioso, lo mejor que nos queda lugar, La sombra de otro, de Luis García Jambrina,07 que apor- dando que ya en 1609 se publica la anónima Homicidio de la período, o el singularísimo y bastante reciente Quijote Z de
de este ciclo forzosamente irrepetible (para nosotros, se en- ta una atractiva reinterpretación del papel de Antonio de fidelidad y defensa del honor,13 que recrea las peripecias de la Házael G. (2010), ya referido, que somete a parodia la fecun-
tiende) es el acrecentamiento de lo que ya sabíamos: que Segura en las principales peripecias que definen la vida y la pastora Marcela en el Quijote de 1605. da literatura terrorífica en torno a los omnipresentes zombis
Cervantes y su legado perviven con una excelente salud, obra de su enemigo Cervantes, a quien primero se empeña Desde esta primera obra, tan poco conocida como im- en los últimos años.
y que las recreaciones del autor y de su obra, y muy espe- en perjudicar y más tarde en proteger experimentando una prescindible para entender el fenómeno de las recreaciones A la segunda pertenecen las recreaciones de orientación
cialmente el Quijote, siguen por ahora su curso para nuestro extraordinaria evolución que se debe en buena medida a la literarias del modelo original, las obras literarias publicadas inequívocamente ideológica –línea en la que sobresalen,
bien. Es un hecho aceptado que la multiplicidad de lecturas altura moral que Segura reconoce en su enemigo. Segura, en todo el mundo que han imitado, continuado, ampliado significativamente, las obras de corte conservador–, que
y de recreaciones es especialmente común en aquellas obras en fin, contribuye a encumbrar a Cervantes hasta el punto o parafraseado la novela de Cervantes son numerosísimas,14 van20 desde el nacionalismo españolista,21 encarnado por
que han adquirido una especial trascendencia a lo largo del de que el lector tiene claro que su fama y su gloria no ha- y sé que no corro ningún riesgo si aventuro que en el hori- el Sancho Panza de Francisco Meseguer con su El don Quijo-
tiempo, como si su presencia permanente, muestra inequí- brían sido posibles sin la intervención del primero. A este zonte de la creación literaria nos esperan unas cuantas más te de ahora con Sancho Panza el de antaño en plena Guerra de
voca del interés que suscitan, atrajese interpretaciones muy mismo grupo se suma también Misterioso asesinato en casa de y así será mientras que no olvidemos la verdadera esencia la Independencia (1809),22 al pacifismo de Carolina Peralta
diversas y en algún caso de muy discutible pertinencia. Lo Cervantes de Juan Eslava Galán,08 que convierte el espinoso de nuestra tradición literaria. Aunque el entusiasmo de los en La última salida de don Quijote de la Mancha23 pasando por
mismo cabe decir de los autores más relevantes de la tra- caso Ezpeleta en toda una trama detectivesca que pone en recreadores del Quijote en la narrativa hispánica parecía ha- el antiliberalismo y antienciclopedismo de los autores del s
dición literaria universal. Esto justifica que se haya escrito evidencia los intereses y las asechanzas de los poderosos en berse atemperado desde la publicación del simpatiquísimo XVIII24 y primeras décadas del XIX. Una novela relativamen-
tanto y desde tantas perspectivas diferentes, no siempre un momento social e históricamente convulso. El inventa- Quijote Z de Házael González en 2010,15 a tiempo de redactar te reciente adscrita a esta línea es La estancia de don Quijote y
afortunadas, sobre la Biblia, Shakespeare y Cervantes, y muy rio de este primer grupo se cierra por ahora con El hidalgo estas palabras ya sabemos que se ha publicado Don Quijote Sancho Panza en don Benito de Francisco García Núñez,25 en la
en particular sobre el Quijote. que nunca regresó, de Carlos Luria,09 que arroja una nueva de Manhattan. (Testamento yankee) de Marina Perezagua,16 que don Quijote se convierte en el paladín de una España
Cuando hablamos de recreaciones del Quijote nos referi- y audaz mirada sobre la posible estancia de Cervantes en por el momento penúltima –porque habrá más– conti- unida en el complejo panorama del avance de las sensibili-
mos tanto a aquellas obras que reformulan estéticamente Barcelona camino de su huida tras el caso Segura y las con- nuación heterodoxa (es decir, resurrección) de don Quijote dades nacionalistas catalana y vasca.
el modelo original convirtiéndolo en otra obra (literaria, secuencias que esa estancia tienen en la vida y en la obra y Sancho Panza, que ahora se pasean por Manhattan vesti- Sigo considerando lo muy significativo que resulta
musical, pictórica, cinematográfica, escultórica…) como a del autor. dos respectivamente de C3PO y de ewok. Ni que decir tie- constatar que una buena parte de las obras narrativas que
aquellas otras que tienden a interpretarla desde el momen- Al segundo grupo, integrado por obras cuya temática no ne que resulta tan deseable como altamente probable que recrean el Quijote con intención ideológica, y sobre todo
to en que la crítica, al igual que la traducción, no deja de ser se atiene a la recreación biográfica de Cervantes y en las que aparezcan nuevas novelas y cuentos inspirados en el Quijote, las publicadas durante el período señalado, no implican
una forma de recrear las obras literarias. Tampoco podemos este interviene en todo caso como personaje más o menos porque el impulso recreador de la obra, que no es una ten- el rechazo de un modelo anterior en el tiempo que ya se
dejar de lado la existencia de otros elementos que igual- relevante –en esta ocasión más bien tangencial–, pertenece dencia nueva ni mucho menos, no depende exclusiva o pre- considera superado, como hace Cervantes con respecto al
mente recrean el modelo y que no se prestan fácilmente a El reino de los hombres sin amor de Alfonso Mateo-Sagasta,10 ferentemente del estímulo de las conmemoraciones. universo literario caballeresco, sino la oposición ante un
la sistematización: es el caso de tantos artículos –cromos, nueva y quizá definitiva entrega de las aventuras de Isidoro Por lo que toca aestas recreaciones del Quijote en la narra- sistema de ideas y valores que se abre paso en Europa en el
recuerdos de valor turístico, objetos funcionales y ornamen- de Montemayor quien, en medio de las intrigas que animan tiva hispánica (continuaciones, imitaciones y ampliaciones), momento, como ocurre con las imitaciones que ponen en
tales– de muy diversa naturaleza que a su manera rinden las dobles bodas reales de Habsburgos y Borbones en Espa- y ateniéndome a las conclusiones que ya estoy en condi- solfa en su tiempo el pensamiento ilustrado, el enciclope-
homenaje a la obra original de Cervantes. Tanto en un caso ña y Francia en el año 1615, es testigo de las circunstancias ciones de extraer al respecto después de casi tres décadas dismo y el liberalismo, evidenciando una tenaz oposición
como en otro las recreaciones son el resultado de la expre- vitales de un Cervantes ya al final de su existencia, ajeno a de trabajo, creo que las obras que conforman el corpus se de nuestro país a la renovación ideológica que viene de la
sión de lenguajes múltiples. la influencia de su principal obra. También tenemos que ha- adscriben a cuatro líneas fundamentales que determinan mano de la Ilustración.
Durante los últimos años el interés por las recreaciones blar de El ingenioso hidalgo,11 la novela de Álvaro Bermejo, en otras tantas formas de expresión del lenguaje recreador del Interesa también, en tercer lugar, la veta meramente for-
de Cervantes y su obra, y muy especialmente el Quijote, la que se relaciona al Greco con un Cervantes que no solo modelo original. mal de la recreación de la obra narrativa original, en la que el
han experimentado un especial impulso.05 Al mismo ritmo milita en la Familia Charitatis, sociedad herética tan activa La primera la componen las recreaciones literarias en Quijote alumbra versiones cuyo contenido tiene una impor-
persisten las obras, especialmente literarias, que suscitan como variopinta a la que también pertenecen –entre mu- sentido puro, en tanto propuestas paródicas de un deter- tancia relativa o secundaria con respecto al lenguaje recrea-
este interés, y más teniendo en cuenta las conmemoracio- chos otros– Arias Montano, Lope o Góngora, sino que tam- minado sistema literario, siguiendo la pauta de la novela dor propiamente dicho. Es el caso de algunas traducciones
nes cervantinas que animan y animarán especialmente el bién resulta ser el modelo de “El caballero de la mano en el de Cervantes, que nace precisamente con la pretensión de tan particulares del Quijote como son la versión parcial que
panorama desde 2005 hasta 2017, año en el que se conme- pecho”. No podemos dejar de hablar, por fin, de la reedición parodiar los libros de caballerías, tan conocidos y recono- Ignacio Calvo hace del texto cervantino al latín macarróni-
co26 o la que Antonio Peral Torres publica en latín culto.27 Es bajo la dirección de David Afkham. Los cuatro movimientos las historias y novelas intercaladas o de episodios singulares Sobran los comentarios. Por lo que a mí respecta, lamento
obvio que estas propuestas, cuya pertinencia puede resultar de la obra, según el programa de composición del autor, se como el de la pastora Marcela (Quijote, I, 14). No puedo dejar no estar en condiciones de responder con la necesaria auto-
discutible sin perjuicio del mérito que las asiste, se mueven atienen a los cuatro libros del Persiles, si bien, de acuerdo con de mencionar, en este apartado, el acierto con el que el di- ridad a una pregunta tan grave.
dentro de unas amplias coordenadas que pueden encontrar sus palabras, “pese a que está basada en la novela, esta sin- bujante Max (Francesc Capdevila) ha venido imaginando las
sus límites difusos entre la anécdota y el alarde. No es este fonía es una obra musical abstracta que tiene su propia lec- peripecias de Cervantes y Shakespeare en la tira que ha veni- ¿Cómo no entender, en fin, que una obra que enuncia un uni-
ni mucho menos, desde luego, el caso de las últimas adap- tura, por tanto ir a la novela no es un requisito para disfrutar do publicando en Babelia, suplemento cultural del diario EL verso literario tan plural como el Quijote suscite recreaciones
taciones del Quijote elaboradas por Arturo Pérez Reverte y de ella”.33 PAÍS, a lo largo de este año del cuarto centenario de la muerte con tal multiplicidad de lenguajes? Esta ha sido la respuesta
Andrés Trapiello, resumida y de uso escolar pero fiel al texto Otro tanto convendría afirmar, por lo que respecta al ci- de ambos, dentro de la serie “Las aventuras de Guillermo & al modelo original a lo largo de cuatro siglos, y está debería
original la primera,28 e íntegra y expresada en castellano ac- ne,acerca de la multiplicidad de perspectivas ofrecidas acer- Miguel, príncipes de las letras”. seguir siendo la respuesta futura siempre que la literatura no
tual la segunda.29 ca de la principal obra de Cervantes desde el Don Quixotede pierda su vigor, su presencia y su fecundidad. Los cervantis-
Georg W. Pabst (1933) hasta el corto de animación Donkey 4.- Cumple recordar por fin, siquiera brevemente, de la des- tas, que tenemos que asumir en buena medida la respon-
3.- Lo mismo cabe decir de las recreaciones musicales, ci- Xotedel español José Pozo (2007). El cine también ha con- viación, cuando no desquiciamiento, que demuestran algu- sabilidad de separar el polvo de la paja, estamos acostum-
nematográficas y en general de las propuestas por otros de vertido a Cervantes en personaje en fecha relativamente nas interpretaciones pretendidamente críticas emprendidas brados a todas las actitudes, todas las formulaciones y a casi
los múltiples lenguajes recreadores del modelo original. La reciente uniéndolo vital y literariamente a Shakespeare en a veces con una osadía rayana en la irresponsabilidad. Lo todas las sorpresas. Alguna más surgirá en estos años en los
música ha recreado ferazmente el Quijote desde “From Rosy el amor y en la literatura, como vemos en la película William más significativo de todo es que sus autores no pertenecen que el espíritu de Cervantes sobrevuela el panorama cultural
Bowr’s” de Henry Purcell (1695) hasta –por ejemplo– Don y Miguel, estrenada en 2006 con guion y dirección de Inés ni al cervantismo autorizado en particular ni a la comunidad internacional, y sobre todo el propio del hispanismo. Nos co-
Quijote y Dulcinea, el sublime dúo para guitarra y violonce- París, y la exitosa serie de TVE El ministerio del tiempo emitió académica en general, y que a pesar de esa falta de filiación rresponde estar, como siempre, atentos y preparados.
lo de Erik Marchelie (1998) en la música culta30 y desde el el 11 de marzo de este año el episodio “Tiempo de hidalgos”, a unos criterios de investigación rigurosos y sólidamente
musical Theman of Mancha de Wasserman, Leigh y Darion en el que el equipoprotagonista compuesto por agentes in- fundamentados se permiten el lujo de enmendar la plana
(1965) hasta su última versión, tamizada por el heavy metal tertemporales viaja al siglo XVII para evitar que Cervantes a los especialistas presumiendo de una perspicacia casi re-
poco antes de su muerte por el genial Christopher Lee de la venda el manuscrito del Quijote a unos extranjeros y la obra servada para ciertos iluminados y proponiendo las que yo
mano del grupo italiano Rhapsody of Fire en el disco Metal pueda convertirse así en la más importante de nuestras le- vengo denominando desde hace años “interpretaciones es-
Knight (2014), pasando por el singularísimo Quijote Hip Hop tras, como en efecto ocurrió. drújulas”, de corte mágico, esotérico y preternatural en los
(o Hiphote) estrenado en 2005, todo ello en el ámbito de la Por aportar algún dato relevante de última hora, a tiem- más de los casos, y simplemente conmovedoras, como ya
música popular.31 po de firmar el presente trabajo ya sabemos que la factoría dije al principio de este trabajo y por expresarlo con la mayor
Es importante hacer notar, por la fuerza que ha adquirido Disney está preparando su particular visión del Quijote, cuyo delicadeza, en algún otro.38
esta manifestación musical en las últimas décadas, que el guion ha sido encomendado a Billy Ray –guionista, por Aunque es justo reconocer que durante estos dos últimos
rap haya vuelto a visitar el universo cervantino este mismo ejemplo, de Los juegos del hambre, dirigida por Gary Ross y es- años estos audaces augures han sido menos entusiastas que
año de la mano del proyecto “Cervantes en rap”, que se pro- trenada en 2012– y cuya producción será asumida por Gor- en años anteriores, que nadie piense que la euforia esdrúju-
pone recrear a través de esta modalidad musical la vida de don Gray, productor de películas como ArabianNights(Chuck la decae: pocos meses antes de esta conferencia, en noviem-
Cervantes y su obra. La final española, en la que se impuso Russell, 2013). Según The Hollywood Reporterla producción se bre de 2015, Alberto Pérez Vivas firma en el número 321 de la
el rapero español Alfonso Campos Yuste (BTA), se celebró el propone adaptar la novela de Cervantes al registro fantástico revista MÁS ALLÁ dos artículos en los que se despacha con
14 de julio de este mismo año durante la última edición del y aventurero de las diferentes entregas de Piratas del Caribe.34 un par de contextos que no tienen desperdicio y que cons-
festival de Almagro con seis MC’s finalistas, tres españoles No son menos significativas las múltiples manifestacio- tituyen un ejemplo de libro de petición de principio. En el
(Skone, Bta y Errecé) y tres mexicanos (Dr. Montiverzo, nes del universo quijotesco en la iconografía universal,35 ni primero, correspondiente al artículo “OVNIS en el Quijote”,
Jesús Camacho y Danger) que volvieron a enfrentarse el 8 son ni serán fácilmente numerables todas las muestras re- afirma, sin que yo haya sido capaz de encontrar la demos-
de octubre en una segunda final programada en el festival creadoras construidas con arreglo a lenguajes de factura muy tración, que “con toda probabilidad, el propio Cervantes
cervantino de Guanajuato en la que se impuso el mexicano diversa, entre las que me interesa destacar algunos ejemplos fue testigo de un espectacular avistamiento OVNI”,39 y en el
Eduardo Montoya (Dr. Montiverzo), odontólogo de pro- recientes del tratamiento que ha dispensado al Quijote la segundo, titulado “Los enigmas de Lepanto”, comienza con
fesión y rapero vocacional.32 novela gráfica. Me refiero especialmente a la versión manga el eco de un hecho misterioso y concluye con una pregunta
En el ámbito de las recreaciones propuestas por la música de la obra, Don Quijote de la Mancha. El manga,36 que trata de que, a juzgar por el desarrollo posterior del artículo, dista
culta, y por aportar un dato que me parece de la mayor rel- forma (legítimamente) libre e incompleta la novela original mucho de ser retórica:
evancia por la novedad que representa en el vasto panora- con arreglo a la singularísima estética de esta modalidad de
ma de las recreaciones musicales de la obra de Cervantes, cómic, originaria de Japón pero muy extendida en todo el Numerosas crónicas de la época recogen la presencia
centradas preferentemente en el Quijote, supone una grata mundo, y a Don Quijote de Rob Davis,37 autor del guion y los en el cielo de enigmáticas lenguas, llamaradas o co-
y nada común novedad que el compositor peruano Jimmy dibujos, que aborda las dos partes de la novela cervantina, a lumnas de fuego durante el desarrollo de la Batalla de
López haya estrenado el 30 de septiembre de este mismo la que se atiene con un mayor grado de fidelidad sin renun- Lepanto. Aunque la tradición atribuye en fenómeno a
año en Madrid su Primera sinfonía. Los trabajos de Persiles y Si- ciar al sello personal del recreador, y que emplea muy acer- la intervención directa de la Virgen, ¿no podían haber
gismunda, interpretada por la Orquesta Nacional de España tadamente diferentes registros gráficos cuando se ocupa de sido objetos voladores no identificados?40
García Jambrina, Luis, La sombra de otro, Barcelona, Ediciones B, 2014. Salas Barbadillo, Alonso Jerónimo de, El caballero puntual, Madrid, Miguel
García Núñez, Francisco, La estancia de don Quijote y Sancho Panza en Don Serrano de Vargas, 2014.
01 Miguel de Cervantes, Poesías, ed. de Adrián J. Sáez, Madrid, Cátedra, 2016. 29 Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha puesto en castellano actual
Benito, Badajoz, Proines, 2006. Trigueros, Cándido María, Teatro español burlesco o Quijote de los teatros, por
02 Miguel de Cervantes, Viaje del Parnaso y poesías sueltas, ed. de José Mon- íntegra y fielmente por Andrés Trapiello, Barcelona, Destino, 2015.
González, Házael, Quijote Z, Madrid, Dolmen, 2010. el maestro Crispín Caramillo. Cum notisvariorum, Madrid, imprenta de Villal-
tero Reguera y Fernando Romo Feito con la colaboración de Macarena 30 Remito a mi trabajo sobre las recreaciones musicales del Quijote en la
Isla, José Francisco de, Historia del más famoso predicador fray Gerundio de pando, 1802.
Cuiñas Gómez, Madrid, Real Academia Española, 2016. música culta (López Navia, 2005: 175-203).
Campazas, alias Zotes, Madrid, imprenta de don Gabriel Ramírez, 1758.
03 Miguel de Cervantes, Comedias y tragedias, ed. de Luis Gómez Canseco, 31 Remito a mis trabajos sobre las recreaciones del Quijote por parte de la
López Navia, Santiago. “Las recreaciones musicales”, Inspiración y pretexto.
Madrid, Real Academia Española, 2016. música rock (López Navia, 2010 y 2016).
Estudios sobre las recreaciones del Quijote, Madrid, Iberoamericana-Ver-
04 Lucía Megías, 2015 y 2016. 32 El certamen ha disfrutado de una amplísima cobertura periodística.
vuert, 2005: 175-203.
05 Un ejemplo especialmente significativo de este interés es el trabajo A modo de ejemplo, véanse un par de enlaces de sendas noticias publi-
López Navia, Santiago. “La presencia de la religión en las recreaciones
emprendido a lo largo de los últimos años por el Grupo de Investigación cadas en el diario digital del diario EL PAÍS: http://cultura.elpais.com/
narrativas de la biografía cervantina: Cervantes y el Quijote”, en Ruth Fine
Siglo de Oro (GRISO) de la Universidad de Navarra, cuyo secretario, Carlos cultura/2016/07/15/actualidad/1468568874_003726.html; http://cultura.
y Santiago López Navia (eds.), Cervantes y las religiones, Madrid, Iberoame-
Mata Induráin, lleva desde el año 2011 convocando con dedicación y éxito elpais.com/cultura/2016/10/09/actualidad/1475996908_363509.html
ricana Vervuert, 2008a.
encomiables diferentes congresos y publicaciones adscritos al proyecto 33 Remito a la ilustrativa entrada redactada por Pablo Macalupú-Cum-
López Navia, Santiago. “Recreaciones y manipulaciones (con alguna des-
RQC (http://www.unav.edu/evento/cervantes/Proyecto-rqc). Remito a pén en el blog Camello parlante el 30 de septiembre de 2016 (http://
viación) en la recepción literaria del Quijote”, en José A. Miranda Poza et al.
las diferentes obras de conjunto en las que se han estudiado de forma www.camelloparlante.com/2016/09/30/jimmy-lopez-estrena-su-prime-
(org.), Anais do I Congresso Nordestino de Espanhol, Recife, Editora Universi-
exhaustiva las recreaciones teatrales, narrativas, poéticas, ensayísticas y ra-sinfonia/)
taria da UFPE, 2008b.
artísticas del Quijote. 34 Sigo la breve noticia de la agencia Europa Press (“Disney prepara su
López Navia, Santiago. “La recreación literaria de don Quijote a la luz del
06 López Navia, 2008ª: 570-572. propio Don Quijote a lo Piratas del Caribe”) publicada en la sección de
nacionalismo españolista: don Quijote y Napoleón en la Guerra de la
07 García Jambrina, 2014. Cultura (44) del diario ABC el 15 de octubre de 2016.
Independencia”, en Alexia Dotras Bravo et al. (coord.), Tus obras los rinco-
08 Eslava Galán, 2015. 35 El cómic, publicado en español 2016 en Barcelona en la editorial La
nes de la tierra descubren. Actas del VI congreso internacional de la Asociación
09 Luria, 2016. otra h, traducido por Marta E. Gallego Urbiola, vio la luz por primera
de Cervantistas. Madrid, Asociación de Cervantistas-Centro de Estudios
10 Mateo-Sagasta, 2014. Sus dos novelas protagonizadas con anteriori- vez en 2009 en la editorial japonesa East Press en la serie Manga de
Cervantinos, 2008c.
dad por Isidoro de Montemayor, sufrido precursor de los modernos in- dokuha, que también versionó al mismo registro estético La divina
López Navia, Santiago. “La recepción del Quijote en el rock español”, en
vestigadores privados, son Ladrones de tinta (Barcelona, Ediciones B, 2004) comedia o la Odisea, entre otros muchos clásicos. Esta no es la primer
Begoña Lolo (ed.), Visiones del Quijote en la música del siglo XX, Madrid,
y El gabinete de las maravillas (Barcelona, Ediciones B, 2009). De la primera versión manga del Quijote: en 2013 se publicó en el número de marzo
Ministerio de Ciencia e Innovación-Centro de Estudios Cervantinos, 2010:
me ocupé en sendos estudios (López Navia, 2005 y 2007). de la revista Monthly Comic Bunch de la editorial japonesa Shinchosha El
683-695.
11 Bermejo, 2016. caballero de la cara triste y el amor (Don Quijote: Ureigao no kishisonoai),
López Navia, Santiago. “La visión conservadora de don Quijote en las re-
12 Delgado Cavilla, 2016. He tenido el placer de prologar esta nueva edi- firmado por Yukito (dibujos) y YushiKawata (guion). Extraigo los datos
creaciones de la narrativa hispánica en el siglo XIX. Los rasgos de filiación
ción de la novela, de la que en su día me ocupé junto a otras recreaciones del blog No solo manga de Atresmedia.com (http://anime-manga.
cervantina”, en ChristophStrosetzky (ed.), Visiones y revisiones cervantinas.
biográficas de Cervantes (López Navia, 2008a). atresmedia.com/manga/la-adaptacion-en-manga-de-don-quijote-de-
Actas selectas del VII Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas, Al-
13 Anónimo, Homicidio de la fidelidad y la defensa del honor. La meurtre de la-mancha-3).
calá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2011ª: 495-510.
la fidelité, et la défense de l’honneur, à Paris, par Jean Richer, 1609. Por no 36 Brillantemente estudiadas por José Manuel Lucía Megías (2004).
López Navia, Santiago. ‘Sinrazones que a la razón se facen’. Algunas
hablar de que en 1614, a la par que el Quijote del apócrifo Avellaneda, 37 La edición española está publicada en Madrid, Ediciones Kraken, 2015,
aproximaciones esotéricas al Quijote”, en Carmen Rivero Iglesias (ed.),
también se publica la poco conocida imitación de Alonso Jerónimo de traducida por José C. Valés. La edición original apareció en 2012 en Lon-
Ortodoxia y heterodoxia en Cervantes, Alcalá de Henares, Centro de Estudios
Salas Barbadillo El caballero puntual (editado en Madrid por Miguel Se- dres, en la editorial SelfMadeHero.
Cervantinos: 329-338.
rrano de Vargas). 38 Remito al lector interesado a mi trabajo sobre estas interpretaciones
López Navia, Santiago. “Para una comprensión general de las recreacio-
14 Para el estudio concreto de las recreaciones narrativas del Quijote en la esdrújulas (López Navia, 2011b).
nes narrativas del Quijote en la literatura hispánica: actitudes y constan-
literatura hispánica remito a mi trabajo recopilatorio sobre este asunto 39 Pérez Vivas, 2015: 18.
tes”, en Carlos Mata Induráin (ed.), Recreaciones quijotescas y cervantinas en
(López Navia, 2013). Para las recreaciones teatrales, poéticas y ensayísti- 40 Pérez Vivas, 2015: 30.
la narrativa, Pamplona, EUNSA, 2013: 9-28.
cas remito a las obras publicadas animadas por el GRISO en el seno del
López Navia, Santiago. “Bajo el signo de la crisis o don Quijote con su
proyecto RQC al que me he referido en la nota 5.
tiempo: el Quijote Z de Házael G.”, en Emilio Martínez Mata y María Fer-
15 González, 2010. Me ocupé de esta singular recreación narrativa en Obras citadas
nández Ferreiro (eds.), Comentarios a Cervantes. Actas selectas del VIII Congre-
López Navia, 2014.
so Internacional de la Asociación de Cervantistas, Oviedo, 11-15 de junio de 2012.
16 Perezagua, 2016. Anónimo. Homicidio de la fidelidad y la defensa del honor. La meurtre de la fide-
Madrid, Fundación María Cristina Masaveu Peterson, 2014:714-725.
17 Alonso Fernández de Avellaneda, Segundo tomo del ingenioso hidalgo don lité, et la défense de l’honneur, à Paris, par Jean Richer, 1609.
López Navia, Santiago. “De nuevo sobre la huella del Quijote en la música
Quijote de la Mancha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus Anónimo. Don Quijote de la Mancha. El manga, traducción de Marta E. Ga-
popular”, en Calos Mata Induráin (ed.), Recreaciones quijotescas y cervanti-
aventuras, en Tarragona, en casa de Felipe Roberto, 1614. llego Urbiola, Barcelona, La otra h, 2016.
nas en las artes. Cervantes y su obra, Pamplona, EUNSA: 53-66.
18 José Francisco de Isla, Historia del más famoso predicador fray Gerundio de Bermejo, Álvaro. El ingenioso hidalgo, Sevilla, Algaida, 2016.
Lucía Megías, José Manuel. La imagen del Quijote en el mundo, Barcelona,
Campazas, alias Zotes, en Madrid, en la imprenta de don Gabriel Ramírez, Calvo, Ignacio. Historia DominiQuijotiManchegui, Guadalajara, AACHE,
Lunwerg, 2004.
calle de Atocha, frente del convento de Trinitarios, 1758. 1999
Lucía Megías, José Manuel.La juventud de Cervantes. Una vida en construc-
19 Cándido María Trigueros, Teatro español burlesco o Quijote de los teatros, Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha, edición de la Real Aca-
ción, Madrid, EDAF, 2015.
por el maestro Crispín Caramillo. Cum notisvariorum, Madrid, imprenta demia Española adaptada por Arturo Pérez Reverte, Madrid, Santillana,
Lucía Megías, José Manuel. La madurez de Cervantes. Una vida en la Corte,
de Villalpando, 1802. 2014.
Madrid, EDAF, 2016.
20 Cito tan solo algunos de los muchos ejemplos de este tipo de recrea- Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha puesto en castellano actual
Luria, Carlos, El hidalgo que nunca regresó, Barcelona, Pàmies, 2016.
ciones. Remito al lector interesado en conocer una rápida panorámica de íntegra y fielmente por Andrés Trapiello, Barcelona, Destino, 2015.
Mateo-Sagasta, Alfonso, El reino de los hombres sin amor, Barcelona, Edicio-
todas estas recreaciones y de la bibliografía dedicada a su estudio a la Cervantes, Miguel de. Poesías, ed. de Adrián J. Sáez, Madrid, Cátedra, 2016.
nes B, 2014.
síntesis que elaboré en su día (López Navia, 2008b: 51-52). Cervantes, Miguel de. Viaje del Parnaso y poesías sueltas, ed. de José Montero
Meseguer, Francisco, el don Quijote de ahora con Sancho Panza el de antaño,
21 Remito a mi trabajo sobre este asunto (López Navia, 2008c). Reguera y Fernando Romo Feito con la colaboración de Macarena Cuiñas
impreso en Córdoba y por su original en México en la oficina de doña Ma-
22 Francisco Meseguer, El don Quijote de ahora con Sancho Panza el de antaño, Gómez, Madrid, Real Academia Española, 2016.
ría Fernández de Jáuregui, 1809.
impreso en Córdoba y por su original en México en la oficina de doña Ma- Cervantes, Miguel de. Comedias y tragedias, ed. de Luis Gómez Canseco,
Peral Torres, Antonio, Historia dominiQuixoti a Manica, Alcalá de Henares,
ría Fernández de Jáuregui, calle de Santo Domingo, 1809. Madrid, Real Academia Española, 2016.
Centro de Estudios Cervantinos, 1998.
23 Carolina Peralta, La última salida de don Quijote de la Mancha, Barcelona, Davis, Rob, Don Quijote, traducción de José C. Valés, Madrid, Ediciones
Peralta, Carolina, La última salida de don Quijote de la Mancha, Barcelona,
Talleres Gráficos Vicente Ferrer, 1952. Kraken, 2015.
Talleres Gráficos Vicente Ferrer, 1952.
24 Remito al lector interesado a mi trabajo sobre este tema (López Navia, Delgado Cavilla, Pedro, El misterio Cervantes, Madrid, Ediciones La Librería,
Pérez Vivas, Alberto, “Ovnis en el Quijote”, MÁS ALLÁ, Nº 321, noviembre
2011). 2016.
de 2015:18-29.
25 García Núñez, 2006. Eslava Galán, Juan, Misterioso asesinato en casa de Cervantes, Madrid, Espa-
Pérez Vivas, Alberto. “Los enigmas de Lepanto”, MÁS ALLÁ, Nº 321, noviem-
26 Calvo, 1999. sa, 2015.
bre de 2015: 30-34.
27 Peral Torres, 1998. Fernández de Avellana, Alonso, Segundo tomo del ingenioso hidalgo don
Perezagua, Marina, Don Quijote de Manhattan (Testamento yankee), Barce-
28 Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, edición de la Real Acade- Quijote de la Mancha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus
lona, Los libros del lince, 2016.
mia Española adaptada por Arturo Pérez Reverte, Madrid, Santillana, 2014. aventuras, en Tarragona, en casa de Felipe Roberto, 1614.
papel, sino que perdieron sentido otras ideas como el viaje y sigue cabalgando por España hasta ahora. El anacro-
a la luna o la bomba H. También cayó el proyecto de hacer nismo de la armadura de caballero de Don Quijote en el
el film para televisión, para espectadores que no necesaria- propio mundo moderno de Cervantes no aparece muy
mente irían a prestar atención a su trabajo. En todo caso, el claramente hoy. Simplemente trasladé el anacronismo.
juego entre ficción y no ficción se mantuvo a lo largo de esos Mi film demuestra que él y Sancho Panza son eternos.
años, sin que se supiera realmente a dónde estaba yendo
con su experimentación. Y en otra parte: “Interpretamos no a Cervantes, sino una im-
Ahora bien: ¿cuál era el proyecto de Orson Welles en rela- provisación basada en los recuerdos de los personajes. De
L A Q U I J O TA D A ción con el Quijote? El hecho de que estuviera casi treinta años ese modo, se inventan diálogos y respuestas. Libertad, sin
DE ORSON WELLES tomando y retomando la idea es señal clara de la importancia guion, sin sinopsis”.01
que revestía para él y en particular para su obra como cineasta: Si tomamos en cuenta cuál fue la actitud de Welles ante
si se toma en cuenta solamente la cantidad y la variedad de otros clásicos como Shakespeare (de quien adaptó dos
empresas creativas que estaba acometiendo en ese período, y obras, Otelo y Macbeth, y tomó otras para fabricar un retrato
Roberto Appratto gestión de otros proyectos como director, en segunda, de- se recuerdan los antecedentes (El ciudadano, pero también Ma- de Falstaff en Campanadas de medianoche), Kafka (El proceso) y
Universidad Católica del Uruguay terminaron las frecuentes interrupciones, así como los cam- cbeth y Othello) se puede sospechar que la idea de trabajar con Joseph Conrad (El corazón de las tinieblas, aunque también se
bios respecto del proyecto original. una obra maestra de la literatura como el Quijote le brindaba trata una obra sin terminar) entiendo que lo que quiso ha-
1. Hay toda una historia en esto, de las que forman parte de la la ocasión de experimentar, no solamente con el lenguaje del cer, en múltiples intentos, con Don Quijote, fue representar
El título de este trabajo alude al proyecto de filmar Don Qui- biografía de Welles, en tanto ideas inacabadas. A lo largo de cine sino también con su capacidad intelectual para lidiar con su imagen: la imagen de Don Quijote y Sancho como soña-
jote, que Orson Welles sostuvo durante casi treinta años, sin su carrera, abandonó la filmación de It’s All True, una especie cualquier tema, por importante que fuera. Tal como se ve, el dores, como inventores de una realidad. Trató de reformular
poder culminarlo. Cuando concibió la idea, en 1955, ya exis- de documental-ficción sobre el carnaval de Rio, así como su proyecto Quijote, lo que se llama todavía “El Quijote de Welles” los modos de representar esa imagen como idea que ya está
tían no menos de veinte versiones fílmicas del Quijote, mudas versión de El corazón de las tinieblas de Conrad y otras como The es un trabajo desordenado, un borrador permanente sin obje- ahí, en la cultura, pero a la que hay que darle imágenes, a su
y sonoras, cortas y largas; a lo largo de su accidentada filma- Deep y El otro lado del viento. Todos esos proyectos estaban bien tivos a la vista. Por ejemplo, no hubo guion, o hubo, sí, mil ho- vez, en el cine. Parte de la base, de acuerdo con sus declara-
ción, interrumpida por la falta de dinero y por la necesidad estructurados, partían de una o varias ideas esencialmente jas que hacían las veces de guion pero que no se seguía, y que ciones, de que nunca fueron contemporáneos, que ya requi-
(tanto económica como artística) de trabajar en otros pro- fílmicas y no literarias, pero no pudieron llevarse a cabo. Entre nunca dejó ver a nadie. Así que Welles trabajó solo con boce- rieron una representación mental en su propio tiempo: pero
yectos, como actor y como director, se estrenaron otras tan- otras razones, por la necesidad de dinero que llevaba a Welles tos, como si la película se fuera haciendo sola; la idea de inser- que hay que hacerlos contemporáneos mediante un film.
tas, producidas en países tan diversos como Rusia, Alemania, a trabajar como actor o como narrador de películas ajenas: tar a Don Quijote y a Sancho en la España actual, que tuvo que En sí misma, esa empresa no era fácil, como no lo fue en
Francia, China, México, Israel, Dinamarca, Brasil y sobre todo Compulsión, Un largo y cálido verano, Los vikings, Las raíces del cielo, reformularse muchas veces, se cumplía, aparentemente, por la los otros casos. La tradición de Orson Welles como cineasta,
España. Estas versiones, literales o indirectas, fueron prueba La invasión de los bárbaros. También para terminar sus propias vía de filmar secuencias improvisadas en la calle. Mucho de lo pero también como dramaturgo y hombre de radio, de la
suficiente del interés que la obra de Cervantes ha revestido películas: Sed de mal, El proceso, Campanadas de medianoche, F for que se filmó se hizo con un equipo de 16 mm mudo: Welles que él era ya sumamente consciente en 1955, consistía ade-
siempre para el cine: la noción de aventura, de personaje, de Fake, algunas de las cuales estaban amenazadas de antema- planeaba doblar el diálogo más adelante. Mientras avanzaba más en especular, en experimentar con aquello que los tex-
imagen y de trama novelesca, tal como aparecen en la obra no por la falta de control sobre el material y, fundamental- el proyecto, Welles le contó a André Bazin, el famoso crítico de tos (sobre todo cuando se trata de textos poderosos como
original y han generado cambios sustanciales en la literatura, mente, sobre la edición. Y también se ausentó varias veces cine francés vinculado con el nacimiento de la Nouvelle Vague, los que acometió) permiten desde su condición fuertemen-
tentaron a realizar algo análogo en el cine. para montar obras de teatro, como Rinocerontes, o Cinco reyes. que veía su Don Quijote, su proyecto como una creación im- te literaria. Son arquetipos, por lo tanto, frente a los cuales
Los más de sesenta intentos que pueden enumerarse provisada y con el único sonido de su voz como narrador. Por hay que hacer una toma de partido estética. El hecho de que
hasta el presente arrojan dos significados elementales: el 2. esa razón descartó, más adelante, el comienzo con los diálogos se haya prolongado tanto en el tiempo explica los cambios
primero, que Orson Welles no estuvo solo; el segundo, que Las consecuencias lógicas de estas interrupciones constan- entre él y la niña para contarle Don Quijote. en esa toma de partido.
pudo haber sido el mejor. Salvo la versión soviética (Grigori tes y de la prolongación en el tiempo fueron que los acto-
Kozintsev, 1956) la francesa de G.W. Pabst (1933), tal vez la res, o bien murieron, o bien crecieron, como la niña actriz 3. 4.
rareza de Sidney Lumet en 1952, con Boris Karloff en el papel (Patty McCormack) a la cual el propio Welles, en su primer Los datos, a la luz de lo que quedó del metraje, se difuminan, Por un lado, la concepción individual del proyecto, que
principal, ninguna superó la mera acumulación de episo- proyecto, le contaba la historia de Don Quijote y Sancho. y nos queda a nosotros especular acerca de lo que intentaba evolucionó desde el cuento de Welles a la niña, a la versión
dios que no aporta nada ni a la fabulación ni a la construc- Patty McCormack encarnaría a Dulcie, una niña americana hacer. En una de las innumerables entrevistas que concedió muda de la filmación de lugares y acontecimientos de la
ción de los personajes de Cervantes. Es decir, como en todas que escucha esos cuentos y luego encuentra a Don Quijote a lo largo de esos años, declaró: España de ese tiempo, al aprovechamiento de las imágenes
las adaptaciones flojas, la literatura vence al cine. y a Sancho en la ciudad. Situados en el presente, reaccionan de Don Quijote y Sancho, en tanto que personajes sin tiem-
Eso podría no haber pasado con el Quijote de Welles. asombrados ante motonetas, aeroplanos, autos, radios, te- Lo que me interesa es la idea de esas virtudes antiguas. Y po. No tener guion, o tenerlo pero no hacerlo conocido, le
Ya dije que se prolongó durante casi treinta años: el origen levisión, cine, misiles, telescopios, calles asfaltadas, música. por qué parecen seguirnos hablando aun cuando, lógi- daba la libertad de trabajar con las imágenes, y sobre todo
estuvo, aparentemente, en una filmación en el Bois de Bou- La idea de Welles era situarlos allí para que después tuvieran camente, son tan absolutamente irrelevantes. Por eso he con el montaje de las imágenes, que permaneció descono-
logne, en París, en 1955, como parte de un proyecto para la sus aventuras en una realidad enrarecida por la presencia de estado obsesionado por tanto tiempo con Don Quijote. cido hasta el final. En algún reportaje dijo también, ante la
televisión. Después vinieron los rodajes en México, en Roma los personajes de Cervantes. Con el tiempo, no solo McCor- El personaje no puede jamás ser contemporáneo, esa es premura de los periodistas para saber cuándo terminaría de
y en España. La falta de fondos, en primera instancia, y la mack, y la hija de Welles, Beatrice, crecieron y salieron del la idea. El nunca lo fue. Pero está vivo de algún modo, hacer el film, que era su proyecto, como si fuera una novela,
y que la terminaría cuando quisiera. Incluso él mismo llama- tampoco era todo, porque habían quedado rollos en otros
ba a la película “¿Cuándo va a terminar Don Quijote?” lados y con otras personas. Ese trabajo de Franco, de bús-
Él sabía, por otra parte, que nadie podría terminarla sin queda detectivesca, es otra historia.
idea del montaje, lo cual efectivamente ocurrió. Si toda su Finalmente, Jesús Franco y Patxi Irigoyen adquirieron los
vida tuvo que luchar contra la presión de los estudios (con
Soberbia, con Sed de mal, con Macbeth, con Fake) pretendía
derechos de algo de lo que quedaba del proyecto filmado.
No pudieron obtener lo que se filmó con Patty McCormack,
RECEPCIÓN EN
EL SUR DE AMÉRICA
aquí alcanzar el control total del producto. Si no es una no- que apareció varios años después. En mayo de 1986 se exhi-
vela, es al menos un work in progress en el cual trató de poner bió por primera vez el “Don Quijote de Orson Welles” en el
en práctica todo lo que había aprendido del oficio. Festival de Cannes. Son 45 minutos de escenas y tomas del
Lo que hizo Welles, en definitiva, fue una lectura de la film reunidas por archivistas de la cinemateca francesa y su-
obra en su totalidad, de los incidentes y las alternativas del pervisadas por el director griego Costa-Gavras.
relato, a su vez articuladas por el anacronismo de su pre- Lo que se vio en aquella exhibición distaba bastante del
sencia para obtener esa imagen con la cual trabajar. Esa proyecto, o de las diversas capas del proyecto de Orson We-
lectura se nutre de los episodios pero también del lenguaje lles. Por ejemplo, él había dicho que no quería aparecer en el
utilizado, del lugar que el Quijote ocupó en relación con la film, pero el film incluye fragmentos documentales en que
sociedad de su tiempo, y es lo que pretende actualizar para interactúa con Don Quijote y Sancho. También hay molinos
valorar al personaje, darle un lugar ahora. Ese ahora cambió, de viento, que él había descartado expresamente. Finalmen-
y tal vez de eso mismo sale la faz experimental de su idea. Al te, la idea de un film mudo quedó anulada por el doblaje
volver cada vez a filmar a lo largo de esos treinta años, We- que le agregó Franco.
lles volvía a manipular lo que se había dado por terminado, Pero lo peor de todo es la falta de sentido que proviene de
a efectos de obtener distintos grados de belleza por el solo la acumulación de escenas que habían sido rodadas para des-
hecho de mostrar esas imágenes, aun cuando no culminara pués arreglar y montar. El sentido estético, que no podía faltar
ninguna situación dramática. en un film de Welles, es sustituido por un vago “cumplir con
De esa manipulación, de las escenas de transición y del Don Quijote”, que abarata notoriamente el producto final.
montaje, probablemente, haya salido el placer de Welles.
Dentro de esa idea de Don Quijote está su estructura y la 6.
modificación de la anécdota. El montaje equivale a armar Por suerte, en 1992 lograron rescatarse cinco minutos de
no solo desde un punto de vista técnico, sino en el sentido una escena del proyecto original, una especie de vestigio
de la composición que cambia al poner un elemento en re- que nos permite inferir qué podría haber pasado si Welles
lación con otro. En ese juego de bricolaje, que Welles aplicó hubiera terminado de filmar Don Quijote. Se trata de una
a Shakespeare y a Kafka, está la actitud de Welles, favore- escena, muda, por supuesto, en la cual la niña va al cine
cida por la estructura misma de la novela. Parafraseando a con Sancho y encuentra a Don Quijote sentado más ade-
Cervantes: en ese juego estaba el extraño gusto que en ello lante. Miran una película de acción hasta que Don Quijote
sentía. Welles terminó identificando ese rodaje accidentado interviene y lucha contra los personajes, directamente en
con su personalidad: brillante, intenso y cambiante como la pantalla. Los movimientos de cámara, la observación
era, no podía extrañarle el resultado nulo que obtuvo. de conductas, el trabajo con los claroscuros, el crecimiento
interno de la escena y el manejo de la multitud de espec-
5. tadores nos dejan la sensación de asistir a la idea de Orson
Ahora bien, ¿qué pasó a su muerte en 1985, cuando ya ha- Welles, al menos en su primera forma, como una culmina-
bían muerto también Sancho (Akim Tamiroff) y Don Quijote ción del encuentro entre literatura y cine. Hay ahí algo vivo,
( Francisco Reiguera)? Nada durante un tiempo. Su mujer, que se beneficia incluso de la ausencia de sonido, y por ese
Oja Kodar, que había actuado en Fake, fue quien quedó con lado privilegia la puesta en escena, el aprovechamiento del
todo el metraje diseminado y desordenado, así como con espacio para crear un drama. Es cierto que son tan solo cinco
todos los proyectos inacabados. Se pasó años buscando un minutos, pero alcanzan.
director que quisiera montarlo, hasta que encontró a Jesús
Franco, después llamado Jess, un director español que había
trabajado con Welles en Campanadas de medianoche. Como
01 Sin sinopsis significa que, como en otros casos, Welles no reveló su
ya dije, Welles no había dejado indicaciones de cómo mon-
plan a nadie, ni siquiera a los actores: solo hacía juicios momentáneos de
tarlo, además de que había materiales de diversas épocas; cómo iba, sin entrar en detalles.
1939, que la literatura -la alta cultura rioplatense- se afirma- tevideo en 1927, ficcionaliza la primera llegada de un Quijote
ba bajo el presupuesto mítico del exterminio indígena, del a una viuda de Buenos Aires en 1612. Esta Ana Karenina de
que resultaba un país de sonámbulos bajados de los barcos las Pampas contaminada de literatura se inventa a propósito
y siempre mirando al mar. una genealogía que la emparienta con Cervantes, lo que le
Antes hubo otras formas de sustentar el mito de estas na- sirve para darse dique en la modesta sociedad porteña.
ciones que nacían de la nada. O que sólo nacieron porque Más de dos décadas después, en Misteriosa Buenos Aires,
EL BUSCA DE QUIJOTES: otros vinieron a fundarlas. “A mí se me hace cuento que em- Mujica Láinez construye una historia imaginando la peor
pezó Buenos Aires”, dice Borges. La “fundación mítica” es “un suerte de otro ejemplar, llegado de contrabando en 1605,
O P T I M I S M O D E L VA L O R pasado ilusorio compartido” con el que tenemos que habér- entre víveres y pólvora (“El libro”, 1951), dando carne a otra
Y OPTIMISMO DEL ÉXITO noslas como podemos (1929). cuestión dolorosa: la segura desaparición de ejemplares que
“Es la voz de la patria, pide gloria” […] “Es primero un albor no sobrevivieron a las condiciones materiales. Más reciente-
[...] luego una aurora [...] Luego un nimbo de luz en la coli- mente, Héctor Tizón revela la inaudita y poco explicable exis-
na”, aprendíamos de Zorrilla en la escuela primaria y cele- tencia de uno de estos valiosos y raros primeros ejemplares
Ma. de los Ángeles González Briz comunes intelectuales¨ de una época y de las problemáticas brábamos cada año que la patria sí había nacido alguna vez en una estancia en Jujuy (Tierras de frontera, 2000).
Universidad de la República dominantes. Zorrilla, Rodó, Carlos Reyles, Emilio Frugoni, (1896: 19). En Uruguay, Los pelagatos, novela de Alberto Gallo premia-
Carlos Quijano, se apoyan por lo general en los mismos pa- A medida que el proyecto letrado intentó legitimarse a sí da por Planeta en 1997, se desarrolla como una autoficción
sajes: lucha contra molinos de viento, episodio de los galeo- mismo se encontró con la necesidad de llenar esos huecos de aprendizaje sobre la difícil adaptación al mundo del
Por distintas razones, vinculadas todas a la obstinación, tes, enfrentamiento a los leones, como pretexto para ilustrar simbólicos y esgrimir una genealogía. Pasada la oleada que protagonista adolescente montevideano. Antes de morir, su
hace ya unos años he procurado encontrar una continuidad una filosofía de los valores, que tiene su expresión más refi- lideró las revoluciones independentistas, se percibió cada abuela le confía en secreto una primera edición del Quijote
de lecturas del Quijote en Uruguay que mantuviera una línea nada en Carlos Vaz Ferreira. vez con más fuerza en las clases cultas dirigentes que la ge- de 1605, dedicada por el autor a Juan Gallo de Andrada, que
de enlaces reconocibles y que configurara alguna forma de Cuando pretendí leer esa serie en una clave de cervan- nealogía ilustre e ilustrada debía venir de Europa. La recon- viene acompañada de seis cartas que este dirigió a Felipe III,
la tradición que pudiéramos tomar como ‘cervantista’. La tismo, sentí que me metía en un laberinto indiscernible de ciliación con España, que pasaba a ser la Madre Patria, nos dándole cuenta de su conocimiento de Cervantes, y su re-
verdad es que no hay mucho de ese tal cervantismo urugua- fuentes y, en cualquier caso, siempre de genealogía europea devolvía la posibilidad de ser universales, es decir, europeos. sentimiento contra él. La novela se bifurca en dos historias
yo y no voy a reproducir aquí los intrincados resultados, sino (empezando por Unamuno y Ortega llegaba, como mínimo, Sobre esas pretensiones se apoyó la participación uruguaya relacionadas, porque el escribano de cámara y certificador
la bitácora de otras tradiciones que he ido reconociendo. hasta los románticos alemanes). en los fastos españoles del 3er Centenario de 1892 y el de la de Felipe II, a quien correspondió poner precio al Quijote,
Aunque las referencias a Don Quijote se prodigan en tex- En el rastreo de lo uruguayo aparece, sin embargo, otra se- publicación del Quijote, en 1905. es un antepasado del protagonista, llamado Alberto Gallo,
tos publicados en Uruguay casi desde el inicio: ya están en rie de libros, fascículos y artículos, surgidos propiamente en La ficción literaria rioplatense y la tradición oral urugua- como el autor. La original historia habilita entonces la rei-
nuestro primer escritor criollo, José Manuel Pérez Castellano los márgenes del sistema literario: producidos por lectores ya dieron lugar a la expresión de ese anhelo de inscripción vindicación de la filiación y pertenencia a un abolengo co-
en 1813, y reaparecen por ejemplo en un cielito patriótico de compulsivos, aficionados perseguidores de temas y deta- genealógica en una obsesión recurrente: la búsqueda, que nocido, que puede documentarse en impreso, a través del
1823,01 por mencionar solo las primeras de una serie siempre lles. Algunos de estos títulos ilustran sobre las materias, por vendría a ser lo mismo que la necesidad del hallazgo, de Quijote. Dejo para que el lector averigüe más y lea El retorno
amplificable. mencionar a unos pocos de estos excéntricos: Flora y fauna en una primera edición del Quijote publicada en 1605, en dis- de Don Quijote, caballero de los galgos, de otro uruguayo céle-
En este campo, la búsqueda nos ofrece una misma dosis el Quijote, Cervantes y el lunfardo, El galgo corredor de Don Quijo- tintas versiones: el relato del libro escondido, desconocido, bre, Marcelo Estefanell, tocado como tantos por la fiebre de
de desazones y recompensas. Si Isidoro de María cuenta la te, o Versos del terruño. Sonetos quijotescos. Las coplas del payador o perdido. Muchos sucumbimos a la fuerza de esos mitos y Avellaneda de escribir nuevas aventuras de Don Quijote. La
historia de un inglés que, en 1799, buscó sin éxito un Quijote perseguido.03 salimos literalmente a la busca de ese Quijote ‘auténtico’ por ficción conjetural se funda sobre la estratagema de un anti-
con el único librero de Montevideo (Montevideo antiguo, cit. Vicente Gaos advirtió que “si los libros de caballería vol- ser materialmente el primero, la cabeza de linaje. guo cartapacio que llega por azar a manos del autor (Marce-
en González Gadea, 2005: 16), por otro lado se ha podido vieron loco a Don Quijote, el Quijote ha vuelto locos a los Ese volumen sacralizado, ungido con el valor del original lo Estefanell también en la ficción), firmado por Josep Mar-
documentar la lectura de Cervantes en la pequeña ciudad cervantistas” (1987: 162). Y en verdad, al “margen del Quijo- contribuiría a refrendar la legitimidad de la propiedad y con torell y descendiente a su vez de Joanot Martorell, autor del
fortificada aún antes, ya desde 1751.02 Los inventarios más te”, por usar la fórmula para mí tan fértil de Francisco Icaza él de la tradición, que de ese modo sería también originaria, Tirante el Blanco. Antes de morir, un tal Jaume Ribot envía a
antiguos de bibliotecas particulares, formadas entre esa fe- (1918: 57), se han producido las lecturas más variadas, las puesto que estaría en nuestro origen y justificaría nuestra Uruguay unos manuscritos en catalán custodiados secreta-
cha y 1810, cuentan con ediciones del Quijote y otras obras de apropiaciones más acomodaticias y disparatadas, así como autenticidad. El gesto de simulación es a su vez performáti- mente durante siglos por su familia. La tarea de traducir los
Cervantes. han nacido los coleccionismos más obsesivos. co y nos refunda, tal el caso de la nominación ‘Montevideo, textos de Estefanell al catalán será confiada a un desconoci-
Sin embargo, la tardía constitución de los estudios acadé- ciudad cervantina’. do pariente del autor, Joan Estefanell, otro enlace ficcional
micos literarios confinó la crítica e interpretación del Quijote Genealogías dudosas y ansiedad de origen Lo cierto es que ese Quijote en el origen sería un Quijote con un abolengo de allende el Atlántico.
al territorio del ensayo de opinión y lo que Rodó llamaría “la absurdo e imposible, porque en este territorio sólo había,
literatura de ideas” en textos que, por lo general, vieron la luz Los uruguayos u orientales somos parte de una nación cons- en 1605, pampa, arbustos, benteveos, y unas tribus nativas ¿Dónde está el Quijote? La apropiación del objeto como valor
en la prensa. Dentro de la incatalogable cantidad de textos truida sobre un hueco, a partir de un vacío. Juan Carlos Onet- pequeñas y dispersas. O sea que siempre sería un libro que
incluibles en esa categoría, puede reconocerse una serie que ti hizo decir a Eladio Linacero que “detrás de nosotros no hay habría llegado después, por lo que ya no es tan importante el En la tradición oral –culta y popular- también aparecen re-
resulta de los escritores más canónicos, o más citados e in- nada: Un gaucho, dos gauchos, treinta y tres gauchos” (2006: cuándo. Sin embargo, se persiste en ubicarlo. currentemente las referencias a primeras ediciones posible-
fluyentes, aquellos que concentran y sintetizan los ¨lugares 26). Esa visión nihilista ponía al descubierto, al menos en Un relato del argentino Carlos Bosque, publicado en Mon- mente fantasmáticas. Los grandes coleccionistas uruguayos
de obras de Cervantes fueron Arturo Xalambrí y Orlando Quijote, una de ellas de 1611, según ya se publicaba en 1947,
01 Rescatado por Lauro Ayestarán. Fue recogido en un periódico de 1823
Firpo, pero también reunieron buenas piezas Justo Olarán y cuando se hizo la exposición más completa de la misma. Sin (Ayestarán, 1949: 143-144).
Chans, Antonio Grompone, Walter Carbone, así como el es- embargo, el catálogo de una muestra parcial en el Museo 02 Pierrotti, Nelson. “Leer, interpretar y actuar. La influencia del libro en
el pensamiento colonial montevideano (1724-1830)”. Revista Humanidades
pecialista profesor Diego González Gadea, dueño por años Taranco, publicado en 2001, es tan ambiguo en la redacción Año VIII - IX • Nº 1 • Diciembre 2008 – 2009: 133-154.
de la librería Altazor, en Colonia y Magallanes, a quien en de su ficha n° 2, que induce a pensar en la existencia de un 03 Ver estos y otros títulos de esa serie posible y sus respectivos autores
en el apéndice a este volumen: Catálogo de la Exposición “Circulación y
particular debo mucho. Tanto los mitos orales como la letra original de 1605, y he escuchado varias veces defender con
peripecias del Quijote en Uruguay: la colección de Roberto Cataldo”. No-
ofrecen pistas falsas que conducen a esta primera edición convicción su existencia. Una vez más, el anhelo de poseer el viembre de 2016.
fantasmática o aún no hallada. Unos rumores prometedores valioso libro que fuera cabeza de linaje y prestara abolengo 04 Tengo el dato gracias a su nieto, Juan Ignacio Gil Pérez, quien me puso
al tanto de la afición y el coleccionismo de su abuelo, médico y también
conducían a la ciudad coloniense de Nueva Palmira, donde juega una mala pasada al curador, al redactor o al editor. El erudito, cuya biblioteca se desmembró y de la que él conserva como re-
todavía se dice que se vio alguna vez una primera edición. mismo equívoco se repite en una presentación académica cuerdo apenas algún ejemplar valioso del Quijote.
05 El Prof. Carlos Estefanell ganó un concurso literario de ensayo sobre
Pudimos confirmar que, en efecto, existió una importante publicada en 2013 en Brasil, donde se afirma que “la colec- Cervantes en 1955, patrocinado por “Ediciones Don Quijote”, de la ciudad
colección cervantina reunida por el médico cirujano Velarde ción Xalambrí cuenta con la edición príncipe de 1605 reali- de Paysandú.
06 Justo Olarán y Chans. Glosario cervantino: escolios líricos al Quijote, Ilus-
Pérez Fontana,04 pero no queda rastros de ella en ninguna zada por Juan de la Cuesta, en Madrid”.07
trado por Carlos Vergottini. Buenos Aires: Imprenta López, 1938.
biblioteca privada ni en la preciosa biblioteca pública, la Hasta donde sabemos hoy, el Quijote más antiguo está 07 “La catalogación de bibliotecas especiales en Bibliotecas Universita-
más antigua del interior del país, creada por solicitud de muy cerca de nosotros, en la antigua Biblioteca Central de rias: la colección de Arturo E. Xalambrí”, de Daniela Vairo. Disponible en
http://www.amicus.udesa.edu.ar/documentos/11jornada/documentos/
Jacinto Laguna a José Pedro Varela. Eso sí, al ingresar a la la Universidad y actualmente de Educación Secundaria, pdf/06_presentacion_vairo.pdf
próspera ciudad puerto se encuentra una enorme escultura ubicada en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo (el IAVA),
de Don Quijote, la más grande del país. el primer centro de educación secundaria del país. Se trata Obras citadas
Otras pistas conducían a Paysandú, otra ciudad cervanti- de la edición de Bruselas de 1607, que integra una preciosa
Borges, Jorge Luis. “Fundación mítica de Buenos Aires”, en Cuaderno de San
na. Allí nació Marcelo Estefanell y él mismo me contó que su colección de más de 85.000 volúmenes, entre los cuales hay
Martín (1929). En Obra poética. Buenos Aires: Emecé, 1974.
tío Carlos05 los entretenía de niños contándoles historias de joyas bibliográficas de los siglos XVII y XVIII, en un local que Bosque, Carlos. “Don Quijote en Sudamérica”. Montevideo, La Pluma, Año
Don Quijote y Sancho con una modalidad y un entusiasmo le hace honor al objeto. I, n° 1, 1927: 127-134.
Estefanell, Marcelo. El retorno de Don Quijote, caballero de los galgos. Buenos
tal que ellos las creían verdaderas. Otros rumores culturales Para cerrar con un bucle que remita al título, y a la ponen- Aires: Carolina, 2003.
decían que en Paysandú había un Quijote muy antiguo. Lla- cia no leída sobre una tradición de lectura local, apelo a la González Gadea, Diego. Cervantes en el Uruguay. Montevideo: El Galeón, 2005.
Gallo, Alberto. Los pelagatos. Buenos Aires: Planeta, 1997.
mé por teléfono a varias bibliotecas. Di con él a la tercera, distinción de Carlos Vaz Ferreira cuando se pregunta sobre Gaos, Vicente. “La locura de Don Quijote”. Madrid: Gredos, 1987. Apéndice
cuando me confirmaron que sí, que era muy viejo, “como del “el signo de la inquietud humana” (Fermentario, 1938) y en- a la edición del Quijote, vol. III: 162-188.
Icaza, Francisco. “Al margen del Quijote”, en El Quijote durante tres siglos.
siglo XV”, me informaron. Con un poco de desazón pero tam- cuentra dos sentidos “de ‘optimismo’ y ‘pesimismo’: Optimis-
Madrid: Renacimiento, 1918: 57.
bién bastante irresponsable expectativa hice los 400 quiló- mo (o pesimismo) de éxito, y optimismo (o pesimismo) de La belleza de la biblioteca. La recepción de Cervantes en Uruguay a través de Ar-
metros. Debo decir que no me defraudó tanto como puede valor”, poniendo como ejemplo para explicarlo la evaluación turo Xalambrí. Montevideo, Museo de Artes Decorativas Palacio Taranco/
Universidad de Montevideo, 2001.
suponerse encontrar en la biblioteca del colegio salesiano de “alguna aventura de Don Quijote”. Al juzgarla podremos Mujica Láinez, Manuel. “El libro (1605)”, en Misteriosa Buenos Aires. Madrid:
Nuestra Señora del Rosario, la edición de 1751 que pertene- ser pesimistas de éxito; pero optimistas en cuanto al valor ABC, 2004: 38-42.
Onetti, Juan Carlos. El pozo. Obras Completas I. Novelas (1939-1954). Barcelo-
ció a Justo Olarán y Chans, autor de un Glosario cervantino en moral. Declarando “generosa y noble esa aventura: juzgare- na: Galaxia Gutenberg, 2006.
verso, publicado en 1938.06 En los bancos de la plaza ubicada mos que es buena. Ese optimismo sobre el signo moral es el Tizón, Hector. Tierras de frontera,. Buenos Aires, Alfaguara, 2000.
Vaz Ferreira, Carlos. “¿Cuál es el signo moral de la inquietud humana?, en
en la Avda. España de Paysandú, los azulejos decorados con optimismo de valor”. Este será también el sentido que que-
Fermentario. Montevideo: Tipografía Atlántida, 1938: 199-217.
motivos quijotescos corroboran un sitial simbólico que se remos darle a las aventuras del cervantismo en estas tierras, Zorrilla de San Marín, Juan. La Leyenda Patria. Montevideo: Barreiro y Ra-
corresponde al menos con las señas hacia donde apuntan apostando al valor antes que al resultado. El superquijotis- mos, 1896.

los mitos. mo de la voluntad y del ánimo, dice Vaz Ferreira, el más he-
Dulcinea no parece… y el Quijote de 1605 no aparece roico de todos, es aquel que pelea aún sin fe y sin esperanza
tampoco, a pesar de que los datos confusos dan cuenta de éxito, y en caso extremo, aún sin aventura. Termino con
del deseo de su existencia, que hasta ahora solo podemos una cita suya: “Un final mejor -¿Qué los pájaros de antaño no
encontrar como noticia no comprobable. Un ejemplo es la encuentran nidos hogaño? Sea: no se buscarán aventuras.
biblioteca de Orlando Firpo (†1964), hoy inubicable, quien Pero que cuando ataquen los rebaños o molinos de viento,
según las descripciones que llegan a nosotros tenía en 1950 encuentren por los menos Quijotes a la defensiva” (Vaz Fe-
miles de ejemplares, contando con un Quijote impreso en rreira, 1939: 175).
Valencia en 1605 (andaríamos bastante cerca del fetiche ori-
ginal), además de nueve ediciones del siglo XVII.
La colección de Arturo Xalambrí (1888-1975), hoy bajo
custodia de una universidad privada católica, la Universidad
de Montevideo, llegó a reunir más de 1000 ediciones del
modo de ligar la lectura y la vida. La vida se completa con Un fragmento de la nota editorial de El Pampero del 2 de se-
un sentido que se toma de lo que se ha leído en una ficción” tiembre de 1940 nos puede brindar algunos elementos útiles
(2015:79). para entender su ideología y la incorporación del personaje
El coleccionismo cervantino es, por cierto, otra moda- cervantino al periódico como instrumento de crítica política:
lidad de ese quijotismo de ligar lectura y vida. En ambas
repúblicas del Plata tenemos sendos ejemplos: Bartolomé No hay una sola miseria de la civilización capitalista
Ronco y Arturo Xalambrí. que no haya comenzado al socaire de la Libertad, o el
Nos interesa en particular la finalidad satírica, Don Qui- Derecho, o la Democracia, o la Cultura, o el Espíritu. Y
DON QUIJOTE jote en la sátira política. Néstor Gustavo Giunta, historiando hoy mismo estamos presenciando cómo un mundo plu-
DE LA REPÚBLICA el comic en Argentina, nos recuerda que ya en 1884 aparece tocrático y pervertido hasta la médula se obstina en in-
la revista Don Quijote de Eduardo Sojo (alias Demócrito) que vocar a las grandes palabras –Libertad, Civilización, De-
duraría hasta el año 1905, y también Caras y caretas, publica- recho, Cultura-, para cohonestar su desesperada lucha
ciones en las cuales se utilizaba la sátira política como ejer- contra un mundo nuevo, pobre en oro y bienes materia-
María Elena Ruibal Laborda Sin duda podemos contestar afirmativamente las últimas cicio del periodismo de opinión y de crítica. les, pero rico en fe, disciplina, vida y espíritu de justicia.
CEDEI/UM preguntas de Ferreyra Videla, los 400 años de cervantismo Es también con finalidad de crítica política que se publica
que nos convocan en estas Jornadas Cervantinas es una “Don Quijote de la República”, en El Pampero, ilustrado por Para el editorialista, quien enarbola la bandera de un mun-
muestra. Nos referiremos, en muy breve introducción, a la Marius: seudónimo de Carlos Vergottini, quien colaboró do “plutocrático y pervertido” es Inglaterra. En el folletín que
Introducción presencia y los ecos de Don Quijote en la Argentina, con al- también para la revista Intervalo, e ilustró Glosario cervantino, presentamos, el mago encantador enemigo de Don Quijote
gunos ejemplos. Galería española (los dos de Justo Olárans Chans), El Quijote se llama Anglofonte.
En este artículo nos proponemos presentar y contextualizar Desde 1818 con “El Quijote de Cuyo”; el sainete criollo de azul y El nuevo gobierno de Sancho. La adaptación del texto está El martes 21 de mayo de 1940 se publica la presentación
la publicación elegida y los personajes que aparecen en ella. Carlos Mauricio Pacheco “Don Quijano de La Pampa”, en a cargo de Polux, posible seudónimo de Fernando García de la tira:
Queda abierto el camino para profundizar en diferentes as- 1922; el “Don Quijote en La Pampa” en versos camperos, de della Costa o de Enrique Osés.
pectos de los mismos en una próxima instancia. Nos deten- Eguía y Vargas, en 1948. En las décadas del 40 y 50 los tra- Dentro de la llamada prensa nacionalista, El Pampero, […] Desde mañana Don Quijote de La Mancha se aso-
dremos brevemente en el título. En primer lugar se destaca bajos de Guillermo Díaz Plaja (“Don Quijote en el país de con una tirada diaria de 75.000 ejemplares, era el de mayor mará a los campos argentinos, en singular cruzada,
el topónimo, que juega con el texto cervantino el cual, en el Martín Fierro”), Ramón Gómez de la Serna (con su artículo circulación. Aparece en 1939, hasta el 27 de enero de 1944, tratando de desfacer los muchos entuertos que por
primer capítulo –en la culminación del proceso de la locura “El Quijote de aquí”, de noviembre de 1947), la citada obra cuando es clausurado por un artículo “Nuestro deber”, con- aquí tenemos. El buen caballero, el de los razona-
que lleva al hidalgo a transformarse en caballero andante-, de Vidal Ferreyra. También queremos destacar el discurso siderado ofensivo al Presidente y a las fuerzas armadas. mientos irrazonables, el de la locura clarividente, ha
anuncia los objetivos del personaje: “el aumento de su hon- del 12/10/1947 en el Museo Nacional de Arte Decorativo de El día anterior, la Argentina del Presidente Ramírez había de poner su brazo al servicio de Juan Argentino, por
ra y el servicio de su república”, por decir “su país”. En el caso Buenos Aires donde el Gral. Perón pedía resucitar a Don Qui- roto con los países del eje, invocando la soberanía y neu- amor a la República […] La misión que Quijote desem-
que nos ocupa el servicio lo realiza en otro país; no lo ofre- jote y abrir el sepulcro del Cid Campeador, y planteaba “el tralidad, frente a la supuesta presencia de espías alemanes peña en esta ocasión, acompañado de un escudero
ce, no pregunta, lo da por hecho inevitable. Presentaremos riesgo por el bien y la ventura de todo afán justiciero”. Tam- en el país. más batallador que Sancho, es un poco nuestra mi-
a “Don Quijote de la República”: 45 folletines publicados en bién Sancho Panza tuvo su reconocimiento, con “El nuevo El Pampero y Crisol fueron dirigidos por Enrique Osés, sión. Este arremeter contra los molinos, y contra todas
el periódico El Pampero de Buenos Aires desde mayo del año gobierno de Sancho”, de Jerónimo del Rey –seudónimo del P. que fue acusado de ser subvencionado por la Embajada las monstruosas construcciones del mago Anglofonte,
1940, que presentan al personaje cervantino viviendo dife- Leonardo Castellani- publicado en 1942. Sin olvidar a Mace- alemana. Según la investigadora Mariela Rubinzal, de CO- en quienes los lectores reconocerán al gran enemigo,
rentes aventuras y experiencias en la Argentina de comien- donio Fernández y Borges. NICET, la prensa nacionalista predicaba el antiliberalismo, tiene mucha semejanza con nuestra labor de todos
zos de la década del ‘40. El uruguayo Arturo Xalambrí no Acercándonos en el tiempo y a otros abordajes, los tra- anti-izquierdismo, el corporativismo y antisemitismo; en los días […]
sólo lo incorporó a su colección sino que le envió una copia bajos de relevamiento y síntesis de Alejandro Parada y de su investigación presenta a Osés como un ultranacionalista
al coleccionista catalán Dr. Juan Sedó, presentándola como María de los Ángeles González Briz sobre la presencia del anti-imperialista. También Laura Monacci, en las Jornadas La primera tira presenta a un Don Quijote derrotado en su
“una curiosidad”. Quijote en ambas orillas del Plata. María Elena Fonsalido de Sociología de la Universidad Nacional de La Plata, en di- patria, frustrado por los encantamientos que le impiden lo-
* estudia a narradores argentinos contemporáneos desde las ciembre de 2012, lo presentaba de la misma manera. grar sus nobles objetivos y que atraviesa el mar, para llegar a
“¿Se han revisado totalmente los archivos de La Mancha? lecturas críticas de la novela cervantina. No hay, sin embargo, unanimidad para abordar el origen y otros caminos y otras aventuras que lo esperan:
¿Se han traducido íntegramente los originales que escribió La lectura e interpretación del personaje cervantino y la las características del nacionalismo argentino y sus integran-
Cide Hamete Benengeli acerca de Don Quijote? ¿Algún otro novela misma han sido –y siguen siendo- ricas y variadas en tes, en las décadas del ’30 y del ’40; algunos han desmentido […] la mar inmensa le vio apenas, tan apurado estaba
autor y algún otro repositorio han guardado datos, así sean el Río de La Plata. Fonsalido cita, en las conclusiones de su incluso la relación de Enrique Osés con los alemanes y lo han Don Quijote de los buenos aires que le llegaban como
apócrifos o legendarios sobre la vida y andanzas de Quija- libro No padre, sino padrastro (2015) a Ricardo Piglia y El último llamado “este nuevo Quijote”. Hernán Capizano del Instituto un presentimiento; y así con muchas cavilaciones acer-
no?” Estas son algunas de las preguntas que plantea Vidal lector, quien, en “Ernesto Guevara, rastros de lectura, sobre Bibliográfico Antonio Zinny, que ha estudiado a Osés y su ca de la misión en cuanto a los gigantes o genios que
Ferreyra Videla en la Introducción a “Andanzas de Don Qui- una foto de Guevara subido a un árbol leyendo, destaca: “No obra, destaca su lucha permanente contra los negociados habitaban las copas de los árboles, hubo por fin de
jote y Fierro”, libro publicado en 1953, en Buenos Aires. Y con- se trataría aquí sólo del quijotismo en el sentido clásico, el y, durante la Segunda Guerra, defendiendo la neutralidad a avistar las pampas donde nace el tiempo propicio de
tinúa: “¿Salió Don Quijote de España?” idealismo que enfrenta lo real, sino el quijotismo como un pesar de las presiones del Departamento de Estado. los héroes […]
Obras citadas
Se acerca a un rancho y pregunta al hombre que está sen- nuevas experiencias “caballerescas” en tierras argentinas. me hacen a la fuerza volver de donde he venido. No
tado en la puerta por Juan Argentino, que “ha de ser mi Vemos en los diferentes cuadros: obstante, te digo que enseñes a los tuyos a descubrir la Borges, Jorge Luis. “Discusión”. Buenos Aires, EMECÉ, 1964
Díaz Plaja, Guillermo. Don Quijote en el país de Martín Fierro. Madrid: Ed.
compañero de aventuras”; el hombre le responde que es verdad, fuente de toda lucha… Cuando supiera esto todo de Cultura Hispánica, 1952 (Consultado en Archivo Xalambrí/CEDEI/UM).
él mismo; no lo está esperando, no sabe acerca de Don -un capataz que azota a un hachero/un monteador que pa- tu pueblo, habré yo logrado, por fin, la victoria que no Ferreyra Videla, Vidal. Andanzas de don Quijote y Fierro. Buenos Aires: Ed.
Dolmen, 1953 (Consultado en Archivo Xalambrí/CEDEI/UM)
Quijote pero acepta convencido de la importancia de la rece no querer trabajar lo suficiente para pagar una deuda me fue dada dirimir como caballero, con las armas […].
Fonsalido, María Elena. No padre, sino padrastro. Lecturas críticas del Quijote
propuesta. Lo acompañará hasta la despedida final, en la (ha trabajado 43 años). en la narrativa argentina. Buenos Aires: Ediciones UNGS, 2015.
tira número 45, participando activamente de todas las ex- -un “Duque”, un estanciero que viaja en un lujoso carruaje y De esta manera Don Quijote regresa a La Mancha. Rubinzal, Mariela. “Los conflictos obreros en la prensa nacionalista: iti-
nerarios de un acercamiento ambiguo al mundo del trabajo (1935-1945)”
periencias y desafíos. que monta –ayudado por su gente que se disfraza- un esce- Otro de los aspectos destacables en este folletín es el ma- IDAES/UNSAM becaria CONICET. www.unsam.edu.ar/ojs/index.php/pa-
Como en la novela cervantina, Don Quijote cabalga nario con indígenas víctimas del desprecio, que Don Quijote nejo de las diferentes voces; en los cuadros no se plantea pdetrab/issue/download/20/18 Consultado el 13/09/2016.
Saz, Sara. “Don Quijote cabalga en el Nuevo Mundo” Actas XL (AEPE)
con Rocinante, encuentra las aventuras en los caminos, debe proteger. solamente el diálogo entre los personajes sino que aparece Centro Virtual Cervantes. Consultado el 30/10/2016 cvc.cervantes.es/
se cruza con desafíos que lo impulsan a buscar la justicia, -un enfrentamiento con un tigre. un narrador omnisciente que recoge lo que otro ha relatado ENSENANZA/biblioteca_ele/aepe/pdf/congreso_40/_08
Monacci, Laura. “Diarios filo-fascistas durante la 2da Guerra Mundial y la
a defender al más débil, y a probar su valentía puesta, en -en lugar de cabreros o de sencillos arrieros, se reúne con lin- –“un relator”- y también lo que se comenta. En el final, la tira
ruptura de las relaciones diplomáticas de Argentina con los países del
este caso, al servicio de los valores republicanos que él ve yeras, “crotos” dice el texto, y comparte con ellos su frugal cena. número 45 comienza: “Cuenta el relator de esta grandísima Eje”, VII Jornadas de Sociología de la Universidad Nacional de La Plata, 5,
ausentes en la Argentina del momento, lo que es apoyado -con ácida ironía el adaptador le hace exclamar al caballe- historia, que en llegando a esta parte final […]”. Y concluye el 6 y 7 de diciembre de 2012. Consultado el 13/09/2016 http://www.memo-
ria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.2098.pdf
por Juan Argentino. ro: “Farsa, ¡fuera la farándula!”, pero no frente a actores sino “relator de esta historia”: Giunta, Néstor Gustavo. “La historia del comic en Argentina” www.todo-
La primera aventura que vive junto a su inexperto escu- cuando Don Quijote entra furioso al Parlamento. historietas.com.ar consultado el 30/10/2016
Catálogo Exposición Cervantes. En conmemoración de la Edición de la Primera
dero (a quien también promete una ínsula) es la de los mo- -un barco “encantado” lo lleva por el ancho río hacia el norte He oído hartas veces decir que el dolor del caballero Parte de El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha. Azul, noviembre
linos: son molinos de granos, y así se dibujan en el cuadro del país. Don Quijote en esta ocasión era en mucho el no poder de 2004.
Discurso del Gral. Perón en Acto en el Museo Nacional de Arte Decorati-
correspondiente, pero Juan Argentino le dice al caballero -un ventero, que en realidad es un chacarero que vive con volver a sus cabales, como luego de sus manchegas
vo. Diario La Nación. Buenos Aires, lunes 13 de octubre de 1947.
que es el gran tragón Bumgeltebom (¿Bunge y Born?) que su familia en una “colonia” y no tienen para comer, pero el aventuras, que eso hubiera borrado la desazón de ser
se hace pasar por el Príncipe del Progreso. Don Quijote encargado abusa de ellos. vapuleado en tal forma, delinquiendo por la bondad y
arremete contra ellos causando un caos cuando los granos Frente al juez que lo juzga por los desmanes en esa colo- por la justicia.
se desparraman. nia reafirma: “Yo sé quién soy, señor juzgante, sostengo que
Continúan su cabalgata el caballero y su escudero; pron- soy Don Quijote”. Palabras y acciones que, sostenidas por una El “riesgo por el bien” y la justicia es visto en las situaciones
to se presenta otra oportunidad para intervenir: según Don voluntad que no sabe de claudicaciones ni de dudas, man- presentadas como delinquir, vocablo que encierra una eva-
Quijote Anglofonte ha encantado un tren, transformándolo tienen al personaje alejado de la vuelta a la cordura, como luación subjetiva de las acciones del personaje, y que es la vi-
en una víbora, Leviatán domesticado y enviado por el mago si la misericordia del final cervantino no fuera necesaria. Y sión hegemónica del momento; momento que excluye total-
encantador enemigo suyo que lo ha sacado del mar. Es un aunque el juez reconoce explícitamente que es Don Quijote, mente la participación de Quijotes y de la misericordia divina.
tren “llevador de votos”, los pasajeros son votantes, voto arre- lo manda al cepo: “No se haga pasar por héroe que aquí hay No hay otra Señora Dulcinea en este texto más que la “Señora
glado o cantado, como le explica Juan Argentino. La reacción un hecho policial”. No hay lugar para las ambigüedades. República”: la única dama que se enseñorea en el pensamien-
no se hace esperar, el caballero se prepara (“¡Hombre aperci- En la tira número 43, luego del escándalo en el Parla- to y acción del caballero, y también imposible de desencantar.
bido medio combatido!” le aclara a su particular escudero), mento, lo apresan; le dicen que de acuerdo a la ley 1141 debe
detiene el tren, y pide explicaciones ante esa situación que irse del país. Don Quijote contesta: -“¿Qué clase de ley es esa
no puede entender. que me decís, que lleva número, cuando no hay sino una
01 Arturo E. Xalambrí recortó las 45 tiras publicadas, encuadernándolas
Los personajes con los que se cruza responden a la reali- sola ley, que no es posible numerar y que es el amor a la para su conservación. Así también se las envía al Dr. Juan Sedó Peris-Men-
dad social y política de la época, la corrupción de los podero- Señora República?”. cheta. Salvo el día de su presentación, el 21 de mayo de 1945, no aparecen
las otras fechas ni su página correspondiente.
sos; la miseria económica, la humillación a los más despro- Es expulsado entonces; lo echan en la oscura y húmeda 02 Discurso publicado el 13/10/1947 en el diario “la Nación”, Buenos Aires.
tegidos, a los pueblos nativos; la ambición desmedida de las mazmorra de un barco, atado con cadenas. Juan Argentino Ver Obras Citadas.
03 Agradecemos la colaboración para la confirmación de los seudónimos
empresas que buscan controlar el país; ese “mundo pluto- lo acompaña todavía, impotente frente a las decisiones de a Carlos Filippetti, Hugo Maradei, Hernán Capizano, y Juan Diego Vila.
crático y pervertido” que planteaba el editorial de El Pampero la autoridad, pero convencido de la nobleza de los objetivos 04 Alberto Buela en “Enrique Osés: un hombre contra el régimen” el
7/09/2011 en Nacionalismo-argentino.blog.spot.com.uy. Consultar
el mismo año de la publicación de la tira presentando a Don que han perseguido juntos. No lo puede animar, como el es-
también “Combates por nuestra historia” Canal TLV1: programa del
Quijote citado anteriormente. Cada uno de los personajes, cudero cervantino a su señor, porque los magos encantado- 23/05/2016 “Enrique Osés periodista y pensador del nacionalismo argen-
al ser interpelado, responde de acuerdo a su origen y con- res que manejan esta tierra suya no le dan otra oportunidad. tino”
05 Expresión utilizada en el discurso citado del Gral. J .D. Perón el
texto; como en la novela cervantina, el discurso de Don Qui- En esta historia desencantar tampoco es posible, ni son su- 12/10/1947, siendo Presidente de la Nación.
jote es el de los libros de caballería. Así como Cervantes nos ficientes el esfuerzo y el ánimo. Don Quijote se despide defi-
permite conocer de alguna manera la realidad social de la nitivamente diciendo:
España de la época en su diversidad y complejidad, y así los
protagonistas de tal sociedad se expresan en la obra cervan- […] la envidia de los malos encantadores que, molestos
tina, de la misma manera lo hacen los personajes de estas que alcanzase la gloria de este vencimiento inmortal,
1939 (el vínculo comenzó a enfriarse cuando percibieron que no con “La ambigüedad de Cervantes” o el ensayo de Guiller-
el bando republicano se aproximaba demasiado a los comu- mo de Torre, titulado “Los dos planos del espíritu español:
nistas). Su presencia en Sur tuvo valiosos efectos puesto que realismo e ilusionismo”. Diferente es el caso de “Cervantes”,
sus aportes permitieron que la generación del 27 y el arte de del escritor francés André Suarès (un ensayo ya publicado
vanguardia cobrasen mayor visibilidad en Sudamérica. en una edición española de 1916 y traducido por el propio
En resumidas cuentas, este contingente de emigrados Baeza), y del fragmento de un estudio inédito de Américo
C E R VA N T E S E N L A R E V I S TA moldeó la nueva imagen de España que dominó en Sur a fi- Castro –el único estudio filológico del volumen titulado “«El
nales de la década de 1930 y principios de los cuarentas. Por celoso extremeño» de Cervantes”.
SUR: ESTÉTICA Y POLÍTICA otra parte, esa afinidad podría explicar que la preparación Tal vez uno de los textos más interesantes que conforman
DE UNA RECEPCIÓN del número de homenaje a Cervantes de 1947 le fuera en- este número cervantino sea la transcripción de una confe-
cargada a un exiliado, el escritor y traductor Ricardo Baeza rencia brindada por León Felipe en Buenos Aires, precisa-
(1890-1956). mente con motivo del IV Centenario del autor del Quijote.
Esa conferencia, que lleva por título “Vencidos”, se construye
Mariana Moraes A la sombra de la amistad con el primero, asiduo visitante de Ricardo Baeza y el número de homenaje a Cervantes como un nuevo desarrollo del poema homónimo, que el
Universidad de Montevideo Buenos Aires durante la década de 1920, Ocampo construyó autor escribiera en la década del veinte. Se trata de un texto
su autoimagen de mujer escritora y fue dando forma al pro- Tras la victoria de Franco, Baeza, exembajador de la Repúbli- poco conocido y que no ha formado parte de las ediciones
yecto editorial que habría de ser Sur. Siempre se reconoció ca en Chile, fue recibido en Argentina por Victoria Ocampo. de las obras completas de León Felipe, como ha apuntado
La publicación de números monográficos en la revista Sur en deuda intelectual con Ortega y, de hecho, narró reitera- Fue colaborador de Sur, director de editoriales como Losada González (698).
constituyó una práctica continua a lo largo de su historia y damente el episodio en el que recurrió a él para bautizar a y Sudamericana y se destacó especialmente como traductor
una labor que concentró los mejores esfuerzos de su direc- su revista.02 (de Nietzsche, por ejemplo), una tarea común entre muchos Cervantes en clave cosmopolita
tora. Ese corpus particular dentro de la colección Sur no ha Otro punto de acercamiento a España tuvo lugar a raíz exiliados como apunta al detalle Emilia de Zuleta: “cincuen-
recibido aún la atención que merece por parte de la crítica. del proceso histórico-político que esta inició a partir de la ta y siete de ellos que alguna vez practicaron esta actividad, Lo primero que concita nuestra atención al acercarnos a
Su principal riqueza reside -a nuestro juicio- en que estos proclamación de la Segunda República. Este cambio atrajo tan importante para las interrelaciones culturales en una este número de Sur es que no se trata de una muestra de
volúmenes poseen el valor de una declaración de afinidades la mirada de los intelectuales liberales argentinos, en espe- época de gran apertura y actividad intelectual argentina” cervantismo propiamente argentino, pues las aportaciones
y principios, y manifiestan, de forma más contundente que cial, debido a la exitosa puesta en marcha de políticas cul- (53). Baeza fue el traductor de confianza de la obra de Ocam- son todas extranjeras, con predominio de las españolas. Este
los números ordinarios, la voluntad de los intelectuales reu- turales de signo progresista. Es interesante observar cómo po –que escribía en francés– y formó parte –junto a Pedro hecho nos planta delante de una ausencia estridente por
nidos en torno a la revista de Victoria Ocampo de intervenir la dicotomía imagológica del atraso -conservadurismo- y Henríquez Ureña y Raimundo Lida– de un grupo de asesores tratarse de Sur: la de Borges. Cervantista de brillo y de gran
en el debate público del momento.01 del progreso fue parte de la percepción extranjera de lo de traducción con el que contaba el comité de redacción de influencia en Sur en los años cuarenta, el autor sí contribuyó,
Buscando ser un aporte a esa zona poco transitada de Sur, español por estos años03 y se volvió más marcada durante la revista. en cambio, con el homenaje a Cervantes editado por la Reali-
este trabajo se concentra en el estudio de un número mo- la guerra civil, cuando se difundieron, por un lado, los este- Como crítico, Baeza publicó trabajos sobre el clasicismo y dad. Revista de Ideas, dirigida por Francisco Romero.04
nográfico en particular: el homenaje a Miguel de Cervantes, reotipos de la España fanática, retrógrada y cruel y, por otro, el romanticismo, y sobre escritores ingleses y rusos. En una Desde nuestro punto de vista, el predominio de las voces
publicado con motivo de la celebración del IV centenario del los que representaban a una España progresista, tolerante y semblanza publicada con motivo del deceso del autor en extranjeras en este volumen es un claro reflejo de la impron-
nacimiento del autor (Sur 158, diciembre de 1947). demócrata. Esta última era la republicana y se nutrió de la 1956, Victoria Ocampo resaltaba la pasión por la literatura ta cosmopolita propia de la revista, siempre atenta a la ob-
resurrección departe del imaginario del Romanticismo –as- de su amigo y colaborador; afirmaba asimismo que con su tención de contribuciones foráneas, lo que esboza en cierto
Sur y lo español pectos del heroísmo, la naturalidad, la espontaneidad- y de muerte se le moría “un poco de Shakespeare, un poco de modo una noción de nacionalidad cultural y de moderni-
la Ilustración (López de Abiada 246).Con ella se identificaron Shelley, un poco de Cervantes y de Shaw y de Wilde y de dad. A nuestro juicio, aún falta mucho por indagar en este
Partamos de un comentario preliminar: la revista de Victo- los de Sur, al punto de que la primera gran toma de posición Nietzsche y de Tolstoi” (Ocampo 1957 97). sentido, en especial lo que hace a las implicancias ideoló-
ria Ocampo nunca mostró demasiado interés por la difusión ideológica hecha por la revista fue la de condenar el golpe Como se verá en lo que sigue, dos rasgos de Baeza do- gicas del cosmopolitismo de Sur (alcances y limitaciones, a
de la literatura española. Antes bien se caracterizó por la de Franco. minaron el proceso de diseño del número dedicado a Cer- quién incluye y a quién rechaza al seleccionar “lo extranjero”,
importación y consecuente legitimación de autores y litera- En poco tiempo los colaboradores de Sur se transfor- vantes: su condición de exiliado republicano y su postura etc.) y que lo diferencian, por ejemplo, del internacionalis-
turas en lengua extranjera. La razón de esto podría hallarse maron en activos promotores de las redes de apoyo a las universalista. Pero antes de seguir, compartamos un breve mo de signo marxista.
en que la mentalidad de la alta burguesía porteña se cons- víctimas del franquismo, como fue la Comisión Argentina de comentario de la estructura del volumen. Este presenta dos Teniendo en cuenta ese marco, si observamos la sección
truía con base en una educación afrancesada y tal vez en la Ayuda a los Intelectuales Españoles, creada con el fin de liberar grandes secciones. La primera recoge ensayos críticos sobre “Retrospectiva” del homenaje a Cervantes, es posible reco-
influencia de la tradición sarmientina del menosprecio de a los republicanos de los campos de concentración. Por otra la obra del autor del Quijote producidos por autores contem- nocer algunas trazas de esa tendencia en el hecho de que
las raíces hispánicas de la nación latinoamericana. parte, las páginas de Sur recibieron a autores exiliados como poráneos a la revista; la segunda, una revisión o retrospecti- Baeza retome la tradición de la lectura de Don Quijote del
Los dos principales canales de contacto con lo español para Rafael Alberti, Jorge Guillén, Rosa Chacel, Juan Ramón Jimé- va del cervantismo europeo del siglo XIX y del cervantismo romanticismo alemán y del inglés. Se reproducen notas de
Sur en sus comienzos fueron, por un lado, Ortega y Gasset y la nez, Manuel Altolaguirre, María Zambrano o Salvador de en lengua española. una conferencia de Samuel Taylor Coleridge sobre el Quijo-
Revista de Occidente y, por otro, los intelectuales españoles lle- Madariaga, entre otros. Podría decirse que la “España pere- Entre los primeros trabajos, algunos fueron elaborados te; parte de una conferencia de William Hazzlit, dictada en
gados a Buenos Aires en el marco del exilio republicano. grina” transitó por la revista de forma bastante notoria hasta especialmente para Sur, como es el caso de María Zambra- 1818; el ensayo “Don Quijote” de Heine, que había oficiado
como prólogo a la edición alemana del Quijote de 1837; la mente antiperonistas, su rechazo al gobierno del General Felipe, en ese momento todo un emblema del destierro en
conferencia de Turgueniev “Hamlet y Don Quijote”; y una se palpa en sus páginas y tuvo, asimismo, otros desarrollos, América Latina.
carta de Feodor Dostoiewsky en la que el novelista da cuenta tal como ha señalado Andrés Avellaneda al juzgar la incur- En su conferencia el poeta vincula el pasaje de la derrota
de la influencia de Cervantes en la literatura rusa. Si bien la sión de ciertos escritores de Sur en formas narrativas no de don Quijote por el Bachiller, con la derrota de la Repúbli-
sección incluye, asimismo, muestras del cervantismo en len- miméticas como una respuesta literaria –y silenciosa– al ca por los nacionalistas; transforma así el exilio de don Qui-
gua española (un pasaje de Vida de Don Quijote y Sancho Panza peronismo (36-37). jote en el exilio de los españoles vencidos: “Nos vencieron…y
de Miguel de Unamuno y el “Soneto a Cervantes” de Rubén Siguiendo este planteo, proponemos que el número que como a Don Quijote, nos dejaron sin armas y sin defensa…
Darío), la selección está dominada por la exégesis europea, Sur dedica a Cervantes puede interpretarse a la luz de su Luego nos desterraron como al Cid. Nuestra tragedia es la
que es, para el editor, la cima de la exégesis cervantista en el oposición al peronismo en virtud de la identificación de este de nuestros grandes héroes juntos, después de la derrota de
siglo XIX (Sur 158, 96). con el fascismo representado por Franco. Si se repasan algu- la Justicia: El Desarme…y el Destierro” (León Felipe 78). Esa
Otro aspecto que nos llama la atención es que, salvo en nos hechos de la posguerra, se recordará que por entonces derrota se asimila en cierto modo a la que experimentó una
el caso del texto de Coleridge (firmada por Enrique L. Revol), Perón había estrechado relaciones con el gobierno de una de las Argentinas en 1946, cuando Perón ganó las elecciones.
todas las traducciones responden a la autoría de Baeza. In- España que padecía el bloqueo aliado por su connivencia Para esa Argentina esto significó la victoria del fascismo (o
teresa señalar la conciencia y respeto que este muestra por con el Eje. Algunas señales de ese entendimiento fueron el de la barbarie).08
la labor de traductor pues señala con orgullo que las pági- envío de cereales argentinos y el significativo viaje de Evita En definitiva, la figura de don Quijote para Sur representa
nas que se publican de Coleridge y Hazzlit, no tienen hasta a España, en junio de 1947, con motivo de la condecoración el respeto a los derechos y a las instituciones. Como se ha ve-
entonces traducción al castellano. Otro aporte que consigna que le ofreciera el gobierno de Franco. nido proponiendo, la conmemoración del cuarto centenario
en este sentido Baeza es que la conferencia de Turgueniev En esta línea de conexiones no es posible obviar el de- del nacimiento de Cervantes en sus páginas no se limita a un
se brinda en traducción nueva e íntegra (lo que, sumado al sarrollo de la conmemoración oficial del IV centenario del estricto acto estético, sino que remite a una política y a una
fragmento de Dostoiewsky, revela la pasión del editor por nacimiento de Cervantes, que tuvo como protagonista al moral, como se comprueba explícitamente en el proemio.
la literatura rusa). Sin duda todo esto participa de la fuerte propio Gral. Perón. El evento en cuestión tuvo lugar en la En él, el homenajees representado como una
apuesta de la revista por la traducción literaria (la propia Academia Argentina de Letras el 12 de octubre de 1947, día
Ocampo se desempeñaba frecuentemente en esa labor),05 de la Hispanidad. El entonces presidente pronunció un dis- justa resonancia, no sólo porque la figura de Don Qui-
una operación que no solo habrá contribuido a ampliar el curso en el que se refirió al Quijote como matriz de la lati- jote, rebasando el ámbito de la cultura literaria, es la
público lector, sino también a renovar una estética o reforzar nidad y elemento de cohesión de la “Comunidad Hispana”. más universal que ha creado la literatura, sino también
formas o lecturas ya consagradas, como es el caso de esta Su apropiación de Cervantes consagraba el militarismo y la por la categoría moral que representa, más ejemplar acaso
opción por la exégesis cervantina del siglo XIX. Pero, junto a hispanidad como proyecto nacionalista-católico hegemóni- hoy que nunca, y que coloca a su autor entre aquellos
las motivaciones estéticas, no debe olvidarse, se encuentran co, al tiempo que se alineaba con la visión del Quijote pro- que más han hecho por humanizar al hombre (Sur 158,
también las ideológicas. Y en la Argentina de 1947, el cos- puesta por el franquismo (ver Vila).07 7; el subrayado es nuestro).
mopolitismo de la intelectualidad liberal estaba enfrentado De este modo, podemos sostener quela identificación de
con el nacionalismo de corte populista. Perón con Franco es parte del trasfondo en el que se produce A modo de conclusión
el número de Sur dedicado a Cervantes. Sin duda la percep-
Don Quijote y la resistencia al peronismo ción común de aquellas figuras como tiranos o dictadores Puede afirmarse que Ricardo Baeza concretó en el homena-
que usurpan el poder constitucional de Argentina y España, je a Cervantes el gusto y la ideología de Sur. La apropiación
Las circunstancias político-sociales de la conmemoración fue una de las claves de la hermandad ideológica entre el del autor del Quijote propuesta en este volumen está atrave-
del IV Centenario del nacimiento de Cervantes en Argen- círculo de Ocampo y los republicanos. De ahí que la lectu- sada por el universalismo de su editor y su compromiso con
tina están marcadas por el ascenso del peronismo. Para ra del Quijote propuesta en el número 158 de Sur funcione la República española, notas estas que resultan afines a la
la intelectualidad este fenómeno político representó un como un ejercicio de resistencia a la injusticia y el fascismo. concepción cosmopolita de la cultura y a la agenda antifas-
cambio traumático. En cierto modo, el triunfo de Perón fue Si se observan las contribuciones que conforman la pri- cista que caracterizó a la revista.
vivido por las clases media y alta como una amenaza para mera sección, se comprueba que la nota dominante es la Asimismo, es posible auscultar en este número de Sur una
la conservación de sus espacios de poder (ver Altamirano). apropiación del personaje de don Quijote como símbolo, ya declaración de alianzas y oposiciones por parte de un grupo
A partir de entonces es posible hablar de la existencia de sea como símbolo de lo español, de la justicia o del huma- de intelectuales en franca oposición al gobierno peronista.
dos Argentinas o, si se quiere, de un doble poder: el oficial, nismo. En todos los casos se percibe un diálogo tácito, sutil, De este modo, como el resto del corpus de los monográficos
que responde al gobierno de Juan Domingo Perón, y el de con la “tragedia de España”. Todos los autores españoles que de Sur, el número de homenaje a Cervantes se presenta como
la oposición, de signo liberal y refractario al populismo.06 contribuyen son exiliados políticos. María Zambrano esta- un medio privilegiado para conocer y analizar el programa
En el segundo territorio se ubican Sur y su directora que, ba exiliada por entonces en París (el texto se fecha allí el 27 estético y político de la longeva revista de Victoria Ocampo.
para 1947, se mostraban ya abiertamente opositores y, de setiembre de 1947), Guillermo de Torre, en Buenos Aires
como señala King, gozaban de una gran “fuerza institucio- y Américo Castro, en Estados Unidos. Y junto a ellos se en-
nal” (200).Aunque la revista no publicó artículos explícita- cuentra la figura de mayor exposición y ascendiente: León
01 En esa línea se encuentran, por ejemplo, números que buscaban pro- Imagology. The Cultural Construction and Literary Representation of National
mocionar la imagen cultural de los Aliados durante la Segunda Guerra Character. Studia Imagologica 13. Amsterdam / New York: Rodopi, 2007:
Mundial. Algunos de ellos son: en 1939, “La Guerra” (Sur 61); en 1941, “La 242-247.
guerra en América” (Sur, 87); en 1942, “Homenaje al Brasil” (Sur, 96)- nú- Ocampo, Victoria. “Ricardo Baeza (3 de febrero de 1956)”. Testimonios.
mero que celebra el abandono de la neutralidad por parte de este país; y Quinta serie. Buenos Aires: Sur, 1957: 93-99.
en 1945, un número dedicado a la Paz (Sur 129). Algunos números dedica- Ocampo, Victoria. “Carta a Waldo Frank”.Sur 1 (1931).8-19.
dos a literaturas nacionales también deben ser considerados como parte
de la expresión de alianzas y simpatías ideológicas: literatura norteame-
Oliver, María Rosa. Mi fe es el hombre. Buenos Aires: Ed. Carlos Lohlé, 1981.
Sur 158 (1947). Monográfico de homenaje a Cervantes.
E S T U D I O S C E R VA N T I N O S
ricana (Sur 113-114, 1940), francesa (Sur 147-148-149, 1946) e inglesa (Sur
153-154-155-156, 1947). Otros monográficos de gran relevancia fueron los
Vila, Juan Diego. “Cervantes y ‘el corazón de los montoneros’: una reescri-
tura católica y militarista del Quijote”. Anuario de Estudios Cervantinos, V
Y RECEPCIÓN CRÍTICA DEL
dedicados a la India (Sur 259, 1959), Shakespeare (Sur 289-290, 1964) y los
derechos de la mujer (Sur 326-327-328, 1970-1971).
(2009): 165-182.
Willson, Patricia. La constelación del Sur: traductores y traducciones en la liter-
QUIJOTE EN BRASIL:
02 Aquí una versión abreviada de esa anécdota: “Entonces llamé por telé-
fono a Ortega, en España. Esas gentes tienen costumbre de bautizarnos...
atura argentina del siglo XX. Buenos Aires: Siglo XXI, 2004.
Zuleta, Emilia de. Españoles en la Argentina: el exilio literario de 1936.
JOSUÉ MONTELLO
Así, Ortega no vaciló y, entre los nombres enumerados, sintió enseguida Disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/portales/juan_jose_
una preferencia: Sur me gritaba desde Madrid” (Ocampo 1931, 14). velez_otero/obra-visor-din/espanoles-en-la-argentina-el-exilio-liter-
03 María Rosa Oliver, una de las primeras colaboradoras de la revista, al ario-de-1936--0/html/ff757208-82b1-11df-acc7-002185ce6064_22.htm-
testimoniar el valor que tuvo para ella la instauración de la República, l#I_0_ Fecha de consulta: 2/11/2016
resume en cierto modo el sentir de la alta burguesía liberal en relación Maria Augusta da Costa Vieira elevado número de lectores de Cervantes en relación a las
a España al ver cómo la imagen cultural heredada de sus mayores era Universidade de São Paulo demás obras clásicas de Occidente por su excepcional poder
sustituida por una nueva. La autora señala que al enterarse por la radio
de que “Alfonso XIII había abandonado Madrid y que se proclamaría la comunicativo, capaz de alcanzar una diversidad de lectores
República”: “Sentí como si pasara entre los árboles circundantes un soplo jóvenes y viejos, cultos e ignorantes.01 El alcance de la obra
de aire fresco que iría disipando los oscurantismos debidos a los cuales
mi abuelo y mi padre, en nuestros viajes a Europa, decidieron pasar por Es curioso observar la difusión que Cervantes proyecta para puede ser evaluado por las innumerables recreaciones y por
alto la tierra de sus antepasados. Se irían, barridas por el viento, las telara- su obra al redactar, en 1615, aunque en tono burlesco, la “de- su ya inmensurable fortuna crítica que, de una o de otra for-
ñas del beaterío que me habían hecho tomar horror a todo cuanto oliese
dicatoria” al Conde de Lemos en relación con la segunda par- ma, por medio de distintos lenguajes, trataron de recuperar,
a religión, y las del orgullo de clase, sintetizado para mí en la expresión:
«la más rancia nobleza», como si a esa elogiada materia en descomposi- te del Quijote. Por lo que dice, su obra habría llegado a las tie- descifrar, investigar los más recónditos matices existentes
ción se debiera el estancamiento y la pobreza del país que, sin haberlo rras chinas y conquistado la simpatía del Emperador, quien, en las acciones, en el habla y en los múltiples detalles relati-
llamado jamás «la Madre Patria», sentía yo como la matriz que me había
formado” (1981, 57-58). según narra Cervantes, le habría enviado una carta escrita vos tanto al enunciado como a sus procesos de enunciación.
04 Borges, J. L. “Nota sobre el Quijote”, Realidad 2 (1947).234-236. en chino en la que expresa un doble deseo: el de fundar un
05 Es bastante significativo que Sur le dedicara un número doble a los
Problemas de la traducción (338-339, 1976). Para profundizar en la rela- colegio donde se aprenda la lengua castellana a partir de la Brasil y la educación
ción del grupo con la traducción ver: Willson. lectura del Quijote, y el de tenerlo como rector del colegio,
06 Al inicio de la Segunda Guerra Mundial y con el traslado de ese conflic-
aunque no le ofrezca ninguna recompensa económica para En el caso específico de Brasil, las palabras y los gestos de
to al campo político y cultural argentino, Sur había asumido una posición
de gran dinamismo a favor de los Aliados por lo que pronto se vio enfren- tal empresa. Indignado con esta segunda oferta, Cervantes don Quijote resonaron vibrantes en la cultura brasileña,
tada a los nacionalistas, partidarios de que el país se mantuviera neutral. dice haber rechazado los dos ofrecimientos y haber despe- aunque algunas veces se hayan expresado en sordina y en
Para estos escritores el apoyo a la causa aliada era incuestionable, pues el
nazismo era una barbarie que había que combatir. Así pues, “la actitud dido al mensajero del emperador diciendo que “emperador poco tiempo hayan quedado en el olvido. No fueron pocas
de Sur ante el fascismo y la guerra le llevó, inevitablemente, a condenar por emperador, monarca por monarca” él prefiere quedarse las voces dispersas, a veces solitarias que se empeñaron en
a Perón” (King 92).
07 Para más detalle acerca de las relaciones entre el peronismo y la inte- con el Conde de Lemos que lo ampara y le da las mercedes registrar lecturas de la obra de Cervantes y en destacar as-
lectualidad por estos años, ver: Glozman. que necesita. En este breve relato Cervantes juega con la di- pectos del enérgico caballero y su divertido escudero. Lec-
08 A propósito, el antifascismo de Sur y Baeza podría también verse su-
fusión de su obra en Oriente, al mismo tiempo que rechaza, turas que, en relación al sólido trazado del autor español,
gerido en la inclusión de André Suarès entre los autores. Suarès, escritor
francés de la generación de Claudel, Valèry y Gide, que advirtió sobre el por mezquinas, las invitaciones del Emperador. se regeneran en general bajo el signo de las circunstancias,
peligro del nazismo y sufrió la ocupación. Aunque el receptor explícito de la “dedicatoria” sea el Con- distanciándose algunas veces de las tendencias más difun-
de de Lemos, parece haber otros destinatarios de ese breve didas del cervantismo internacional, apropiándose de los
Obras citadas y entretenido texto cervantino, y uno de ellos es Avellaneda, personajes y abrasileñándolos a gusto. Esas lecturas −enten-
Altamirano, Carlos. Bajo el signo de las masas (1943-1973). Buenos Aires: quien habría parodiado el “prólogo” del Quijote de 1605, al didas aquí en sentido amplio− recorrieron los espacios de
Emecé editores, 2007. referirse a la difusión de la obra. En ese momento, detalles los estudios literarios y del debate crítico, inspiraron creacio-
Avellaneda, Andrés. El habla de la ideología. Buenos Aires: Sudamericana,
aparte, el interés recae en la dimensión que en cierta medida nes osadas y ajustadas a intereses específicos y reunieron,
1983.
Borges, J. L. “Nota sobre el Quijote”, Realidad 2 (1947): 234-236. Cervantes preveía, transluciendo, si no un hecho, al menos la en algún momento, cabezas pensantes y activas en busca de
González Briz, María de los Ángeles. “Apuntes sobre el Quijote en Uruguay” proyección de una amplia divulgación de la obra que reco- un proyecto literario genuino.
en Alicia Parodi, Julia D’Onofrio y Juan Diego Vila (eds.). El Quijote en Bue-
nos Aires. Lecturas cervantinas en el cuarto centenario. Buenos Aires: universi- rrería el mundo en ediciones, traducciones, adaptaciones y A pesar de ese involucramiento asistemático con la obra de
dad de Buenos Aires, 2006: 695-701. reescrituras realizadas de las más diversas formas. Miguel de Cervantes, no se puede ignorar que los vínculos con
King, John. Sur. Estudio de la revista argentina y de su papel en el desarrollo de
una cultura, 1931-1970. México: Fondo de Cultura Económica, 1989. En efecto, el Quijote se difundió ampliamente en todo el su obra están directamente conectados con las condiciones
León Felipe. “Vencidos”, en Sur 158 (1947).76-85. mundo, incluso en China, como quería ese tal emperador, educativas del país y, en ese caso, en Brasil, las políticas edu-
Glozman, Mara. “La Academia Argentina de Letras y el peronismo (1946-
obteniendo un alcance internacional inigualable. El propio cativas, en particular las de carácter universitario, son tardías
1956)”.Anclajes 13.2 (jul./dic. 2009): 129-144. 
López de Abiada, José. “Spaniards”. Beller, Manfred y Joep Leersen (eds). Galdós, en pleno siglo XIX, trató de explicar el fenómeno del comparado con algunos de los otros países latinoamericanos.
La colonización portuguesa estuvo centrada sobre todo en Ingeniería, y, solamente en 1934, será creada la Universidade Merece destacarse el estudio de Vianna Moog (1906-1988), de ser novelista, se dedicó también al teatro, a la redacción
la explotación. La educación, en el período colonial, estuvo de São Paulo, considerada actualmente como un centro de abogado, periodista, novelista y ensayista brasileño que pu- de artículos periodísticos y al ensayo de sesgo histórico. Fue
esencialmente en manos de los jesuitas que se encargaron enseñanza e investigación destacado en el contexto interna- blica un libro de ensayos críticos titulado Heróis da decadência empleado público, profesor y, entre otras cosas, Director de
de enseñar las primeras letras y fundar los primeros colegios cional. En contrapartida, en la América Hispánica, las prime- (1939), en el cual reflexiona sobre la irrupción del humor en la Biblioteca Nacional, miembro de la Academia Brasileira
como el Colégio de los Jesuítas, en Salvador, creado en 1553. ras Universidades datan del siglo XVI y principios del XVII, determinadas circunstancias históricas a partir del estudio de Letras y Rector de la Universidade Federal de Maranhão.
Sin embargo, en 1759, con la expulsión de estos religiosos lo que, en alguna medida, coloca en evidencia un empeño de la obra de tres autores: Petronio, Cervantes y Machado de En la edición de sus novelas reunidas en tres volúmenes
de Portugal y también de sus colonias, gracias a la reforma mayor concedido a la educación durante el período colonial, Assis. Su idea central es la de elevar el humor a la categoría y publicados por la Editora Nova Aguilar, en la ciudad de
encabezada por el Marqués de Pombal, se perdió mucho de pese a las muchas críticas a las relaciones siempre proble- heroica como si fuera la única voz de una época de transición Rio de Janeiro, en 1986, Josué Montello agrega un prefacio
lo poco que hasta entonces se había construido en términos máticas entre metrópolis y colonia.04 y de grandes cambios en la historia que tienen lugar en mo- titulado “Confissões de um romancista” (13-103), en el cual
educativos en tierras brasileñas. Como mínimo, sería contradictoria una afirmación de ese mentos de saturación de la cultura. El humorista, en su opi- presenta su biografía literaria intercalada por historias de
No se puede dejar de observar que la venida de Dom tipo si desconociéramos que en general el contacto con la nión, “sonríe al dogma, a la certeza, a la fe, a la razón”, por lo familia, momentos de su formación y hechos que marcaron
João VI y su corte a Brasil, en 1808, en virtud de la invasión obra cervantina se dio mucho más por medio del mito que tanto, adopta una perspectiva relativista cuando la historia su vida. Por medio de ese relato se toma conocimiento de
de las tropas napoleónicas a Portugal, significó un avance se formó en torno de la figura del caballero soñador y con- atraviesa momentos de decadencia. O sea, la condición para cuándo leyó por primera vez el Quijote. Tendría cerca de doce
desde el punto de vista cultural y educativo. Junto con la tumaz, junto con la de Sancho Panza y la de Dulcinea, que el surgimiento del humor es la de que haya “decadencia y, años cuando fue acometido por una tuberculosis pulmonar,
corte vino un acervo de sesenta mil piezas (libros, manus- propiamente a partir de la lectura de la obra. No es casual dentro de la decadencia, hombres dotados de una inteligen- enfermedad que ya había conducido a la muerte prematura
critos, mapas, etc.), lo que dio origen a la fundación de que Angelo Agostini (1843-1910), un excelente artista gráfico cia capaz de percibirla y registrarla, como los sismógrafos re- a una de sus hermanas y a otros familiares. Por la necesidad
la Biblioteca Nacional, en la ciudad de Rio de Janeiro, el y caricaturista de origen italiano, residente en Rio de Janeiro gistran los menores estremecimientos de la tierra”.07 de permanecer aislado y con cuidados especiales, su madre
mismo año de la llegada de la corte portuguesa. Además, desde los 16 años, publica, entre otras revistas y periódicos, Vianna Moog considera a Cervantes como el mayor de los y él se alojan en una finca en los alrededores de la capital,
también en 1808, con la permanencia de los lusitanos en el Don Quijote (1895-1903), un periódico ilustrado que man- humoristas de todos los tiempos −“antes, nadie lo iguala, São Luis. Disponiendo de todas las horas del día y también
tierras brasileñas fueron creadas algunas instituciones de tiene los dos personajes como hilo conductor de innume- después, nadie lo excede” − y por este motivo y por muchos de parte de la noche mientras se somete al tratamiento,
nivel superior, como las Facultades de Medicina, en Salva- rables sátiras políticas. Por cierto, en un país con muchos otros, su trabajo se distancia de las lecturas de cierto carác- Montello pasa a devorar libros y entre ellos lee por prime-
dor y en Rio de Janeiro y, con el tiempo fueron creadas otras analfabetos, el arte gráfico podría ser una estrategia intere- ter impresionista que, a su modo de ver, pueden conducir a ra vez el Quijote, en una vieja edición portuguesa. Podemos
facultades como la de Derecho e Ingeniería.02 Sin embargo, sante para la difusión de la información crítica y humorada, sentidos que de hecho no emanan de las páginas cervanti- afirmar que ahí se inicia su contacto con el mundo hispáni-
esas medidas que tendrían repercusión directa en la situa- conducida por los dos paladines de la verdad y de la justicia nas. Su ensayo no solo liberta a don Quijote de la idea de la co, ampliado considerablemente años más tarde.09 Curado
ción educativa estaban muy distantes de todo principio de social –el caballero y su escudero− que van investigando y “triste figura” provocada por sus desaciertos, sino que tam- de su enfermedad y ya en plena juventud, Montello estrena
democratización de la enseñanza y del saber. Al contrario, desbrozando los espacios de la corrupción y los actos ilícitos bién concede al lector la posibilidad de reír de los equívocos como novelista con Janelas fechadas (1941), obra que debido
la preocupación central de la corte portuguesa era la de de las escenas políticas brasileñas.05 del caballero. Su lectura no solo trae nuevos enfoques para a su extremo rigor no será reeditada hasta 1982 tras una
satisfacer a la aristocracia cortesana y a la élite burguesa viejos temas, sino que sobre todo avanza en el sentido del detallada revisión. En 1952 viaja a Lima, Perú, donde residi-
recién llegada, además de la necesidad obvia de formar un El Quijote y las embestidas críticas reconocimiento de la comicidad como un procedimiento a rá dos años, con la incumbencia de ofrecer un curso sobre
cuadro de funcionarios que pudiese gestionar la máquina ser considerado seriamente. Cultura Brasileira, en la Universidad de San Marcos, donde
administrativa.03 Es decir, si la formación primaria había su- En el caso brasileño, y también en otros países, las efemé- Este ensayo de Vianna Moog es importante dentro de los tendrá como uno de sus alumnos a Mario Vargas Llosa. Esta
frido un fuerte impacto con la expulsión de los jesuitas, con rides constituyeron momentos importantes de difusión de estudios de la recepción del Quijote en Brasil especialmente experiencia peruana dejará marcas importantes en su impli-
la venida de la corte a Brasil las políticas educativas estarán las obras y, simultáneamente, un gran estímulo para la pu- porque se distancia de una lectura de sesgo romántico, que cación con las letras hispánicas. Dice Montello:
destinadas exclusivamente a una franja muy restricta de la blicación de estudios críticos. Así también ocurrió en 1905, dejó tantas marcas en distintos trabajos, y por conceder legiti-
población capaz de seguir las carreras universitarias. Por lo cuando se celebraron los trescientos años de la publicación midad al humor y a la comicidad.08 Sin embargo, vale la pena Los dos años pasados en Lima entre maestros y estu-
demás, las familias pertenecientes a la élite social y econó- de la primera parte del Quijote que contó con una exposición destacar que Vianna Moog parece desenvolver una profunda diantes, recomponiendo a mi modo el escenario de las
mica tenían la opción de enviar a sus hijos a las universida- cuidadosamente preparada en la Biblioteca Nacional sobre reflexión de carácter interdisciplinario que, en síntesis, trata Tradiciones Peruanas, de Ricardo Palma, también me hi-
des europeas, garantizándoles de ese modo una formación las ediciones en los más variados idiomas y con una confe- de analizar la irrupción del humor en situaciones históricas cieron conocer de modo más amplio y más objetivo la
universitaria, procedimiento que, por lo demás, ya ocurría rencia del poeta, escritor y periodista Olavo Bilac (1865-1918), de gran transición. Tiene su originalidad y su profundidad, novela española, gracias sobre todo al librero peruano
en el período colonial. realizada en el Real Gabinete Português de Leitura.06 A partir sin embargo, no establece un diálogo directo con los demás Mejía Baca, que me hacía llegar con regularidad todo
En suma, lo que se pretende resaltar con esta abreviada de ese momento van apareciendo de modo disperso otros estudios cervantinos, algo que tampoco sería pertinente o ne- cuanto en materia de buena ficción moderna le venía
retrospectiva histórica es la diferencia que se observa en trabajos interpretativos de la obra cervantina y, de a poco, la cesario en su trabajo. A diferencia de este, Josué Montello pa- de Barcelona y Madrid. (Traducción nuestra) 10
términos educativos entre Brasil y los demás países latino- presencia del caballero va ganando algún espacio en nove- rece integrarse al mundo ibérico y rescatar de dentro de este
americanos en lo que respecta a la educación. Fue en 1920 las, poesías, cuentos infantiles y también en ensayos críticos. contexto cultural una lectura propia de la poética cervantina. A lo largo de sus “Confissões”, Montello se remite en diversas
cuando será fundada la primera universidad brasileña en la Cabe observar que, en particular, los ensayos críticos fueron ocasiones a Cervantes y al Quijote, como si la obra y el autor
ciudad de Rio de Janeiro –la entonces denominada Univer- producto de iniciativas de intelectuales, a veces miembros Cervantes e o moinho de vento de Josué Montello fueran referencias importantes en su formación de escritor
sidade do Brasil, hoy Universidade Federal do Rio de Janei- del cuerpo diplomático brasileño o profesionales liberales, que tiene como una de sus principales preocupaciones la
ro− contemplando otras áreas del conocimiento como las que tuvieron la posibilidad de acceder no solo a la obra de El escritor, originario del estado de Maranhão, situado en armonización de la tradición narrativa con las soluciones
Humanidades y las Artes, además de Medicina, Derecho e Cervantes sino también a parte de su fortuna crítica. el noreste de Brasil, nace en 1917 y fallece en 2006. Además modernas. En 1957 viaja a Portugal donde ofrecerá un curso
de Literatura Brasileña en la Facultad de Letras de la Univer- nifestación del género– coincide con significativas transfor- y concluye que espadas, surgen gigantes, hadas, nigromantes, etc. Escena
sidad de Lisboa y, en 1958, inaugura la Cátedra de Estudios maciones en la cultura europea, aunque la obra específica- en la cual el hidalgo no podría dejar de indagarse a sí mis-
Brasileños, en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid mente sea el resultado de sucesivas combinaciones entre lo [...] no hay un D. Quijote para cada edad o cada siglo: mo: ¿por qué él mismo no sería merecedor de tal profesión?
con la conferencia titulada “Incidências da Literatura Espan- medieval y lo moderno en lo que se refiere a temas, proble- hay un D. Quijote para cada lectura. De ahí, ya desde el En realidad, como recuerda nuestro ensayista, no sería solo
hola na Literatura Brasileira”.11 mas y a las propias cuestiones técnicas de composición. principio, la ambivalencia de la novela, que es cómica don Quijote el que padecería de ese mal, o sea, de esa in-
Algunos años antes, en 1950, Josué Montello había pu- Montello encuentra en la obra de Cervantes una conexión al primer vistazo y trágica en contactos más atentos. capacidad para deslindar la historia de la ficción, la lectura
blicado el ensayo Cervantes e o moinho de vento que ofrece importante con el pensamiento de Erasmo de Rotterdam, (Traducción nuestra)14 de la vida. Ignacio de Loyola había hecho algo similar, así
una lectura de la obra cervantina, ciertamente motivada predominando la ironía en el humanista flamengo, mientras como Felipe II, entre otros, tal la forma de verdad que asu-
por las celebraciones del 4to. Centenario del nacimiento de que en el novelista español gana lugar la sátira. Sin embargo, Mencionando los trabajos de Heine −que historia sus lectu- mían algunas de aquellas historias fabulosas de caballeros.
Cervantes ocurridas tres años antes. En realidad, el ensayo en ambos se evidencia el procedimiento de abordar cosas ras del Quijote a lo largo de la vida− Stendhal, Paul de Saint Sin embargo, según Montello, en el siglo XVII, esta falta de
fue redactado en 1947, y en 1959 lo revisa y lo incluye en una serias por medio de la risa y de revelar lucidez en el entendi- Victor, entre otros, Montello llega a la idea de que no habrá discernimiento ya no sobrevive como modelo sino como di-
colección de estudios críticos titulada Caminho da fonte. Fi- miento de la vida y en el modo de situarse ante los desacier- nunca una exacta y rígida interpretación de la obra, así como vertimiento, teniendo en cuenta la decadencia de ese tipo
nalmente, en 1983, habiendo pasado por una nueva revisión, tos del mundo. Además de otras similitudes, el ensayista ob- no hay de Hamlet o de la Divina Comedia.15 La interpretación, de ficción. Siendo así, al componer un personaje absoluta-
el mismo ensayo es publicado bajo el título Viagem ao mundo serva también el interés genuino que ambos autores tienen como dice, es el “enriquecimiento póstumo de la obra lite- mente crédulo en relación a sus lecturas favoritas, lo prime-
do Dom Quixote, en una bella edición ilustrada por artistas en relación a las formas del lenguaje oral que traducen un raria” producto de las muchas lecturas y sobre todo de las ro que hace Cervantes es sacarle el juicio, convirtiendo sus
brasileños, publicada por la Universidad Federal de Ceará.12 tipo propio de conocimiento sintetizado en los proverbios. relecturas (252). Como cuenta Montello, alguien le habría confusiones en materia cómica. Y si hay alguna nostalgia
En el prólogo a la edición de 1983, dice Montello: En el caso específico de Cervantes, su agudeza genial hace dicho a Paul Valéry: “lo importante es ser leído”, a lo que re- con relación a este tipo de historias fabulosas por parte del
que se cree la figura dicotómica de Sancho que se equilibra trucó el poeta y ensayista: “no, lo importante es ser releído” personaje, también habrá alguna nostalgia con respecto a
Escribí este ensayo cuando tenía más o menos 20 en el “columpio de la controversia” con don Quijote. (258). Y de esas relecturas, y de cada episodio por los cuales Cervantes que ya no encuentra en el alma de la España del
años. En él reflexioné en una línea de reflexión crítica A lo largo de todo el ensayo, Montello establece una serie pasan don Quijote y Sancho, se va extrayendo un sistema siglo XVII el sentido de aventura de la cual él mismo había
que se inspiraba en temas universales, y del que resul- de relaciones con toda la obra cervantina −La Galatea, Los tra- de símbolos como si fueran ilustraciones de los problemas participado tiempos atrás.
taría, andando el tiempo, y en la madurez plena, otro bajos de Persiles y Sigismunda, Viaje del Parnaso, algunas de las del mundo y de la vida, con la misma propiedad y la misma
de mis estudios, el ensayo sobre el Abbé de Saint Réal Novelas ejemplares y algunos entremeses−, además de refe- sabiduría que se encuentra en los refranes proferidos por el Ecos del ensayo de Josué Montello
[…]. El estudio sobre Don Quijote, venido de más lejos, rirse a innumerables trabajos críticos y reproducir historias, escudero en los diálogos con su amo.
aunque con cierto exhibicionismo de lecturas especia- hechos, curiosidades de los tiempos de don Quijote, relacio- Pero la lectura es también fuente de una profunda crítica En el escenario de los estudios cervantinos realizados en
lizadas, pasó por dos modificaciones sensibles, una en nes con escritores anteriores a Cervantes, relaciones con los cervantina al concebir un personaje que antes de caballero Brasil en la primera mitad del siglo XX, el ensayo de Josué
1959 […]; otra, ahora […]. El estudio, en sus líneas ge- géneros que predominaban en el siglo XVI comentarios de fue lector, pero un “lector crédulo” que aceptaba el texto Montello es sin duda sorprendente por tres razones: su
nerales, permanece igual que en su edición primitiva, poetas contemporáneos y posteriores, de modo que todo impreso como expresión de la verdad (262).16 A propósito, lenguaje cristalino, su erudición y su capacidad crítica. Mo-
lanzada en 1950, tres años después de haberlo escrito. este conjunto de observaciones va componiendo un univer- menciona Montello un fragmento de Examen de ingenios, de viéndose en un universo de referencias amplio que supone
Lo despojé de muchas palabras rebuscadas. Le supri- so rico de referencias y de posibles lecturas del texto. Huarte de San Juan, que se refiere a la controversia con re- conocimiento sobre la historia de España, la biografía de
mí algunos trechos que hoy me parecen innecesarios. Cabe destacar que Montello insiste en la idea ya bastante lación al pensamiento aristotélico. Dice Huarte: “el filósofo Cervantes, el contexto literario del llamado “siglo de oro”, los
Pero el núcleo central de ideas es el mismo (Traduc- difundida en su época de que probablemente el proyecto natural que piensa que una proposición es verdadera por- tratados de filosofía moral, la fortuna crítica y comentarios
ción nuestra)13 inicial de Cervantes habría sido la composición de una nove- que Aristóteles la ha dicho verdadera y sin buscar otra razón, dispersos de poetas y escritores, Josué Montello diseña en su
la, en el estilo de las Ejemplares, que terminaría con el regreso carece de entendimiento” (265). Y con respecto a don Quijo- ensayo una perspectiva crítica sobre el Quijote que establece
El ensayo se destaca por la presentación de un cuadro am- de don Quijote a su aldea, es decir, comprendería la primera te, afirma Montello: correlaciones entre la práctica de la lectura al estilo quijotes-
plio de referencias culturales ibéricas, por la versatilidad salida del hidalgo, lapso en el que se transforma en caba- co, y una España que ya se refugió en las aspas de molinos
crítica y por el debate discreto, pero firme, que traba con la llero gracias a la ceremonia oficiada por el ventero. Sin em- Al aislar un tipo de libros para el ejercicio de su sátira, de viento, prendida a los movimientos circulares y repetiti-
crítica cervantina, con otros textos literarios y también con bargo, constatando que podría llevar adelante la narrativa, Cervantes envuelve en la gracia combativa de la risa vos, desprovista ya del espíritu aventurero y combativo en el
la historia de España. Aborda temas variados de la obra y introduce la figura de Sancho que siempre es sorprendente y al tipo de lector que basa sus convicciones, no en lo cual, en otros tiempos, se había visto inmersa.
dedica una atención especial a las prácticas de lectura do- va sufriendo sucesivos cambios en su modo de ser a lo largo que oye o le dicen, sino en aquello que le adviene de Un año después de la publicación del ensayo de Montello,
minantes en los siglos XVI y XVII, a la influencia del ideario de la obra. Según el ensayista, los personajes van adquirien- la reacción individual ante el texto escrito. (Traducción es decir, en 1951, Brito Broca, periodista y excelente crítico li-
erasmista presente en las agudezas del sarcasmo cervanti- do tal autonomía que el propio Cervantes parece convertirse nuestra)17 terario, redacta “O Engenhoso Fidalgo Miguel de Cervantes”,
no, a la fusión de los géneros épico, lírico y dramático como en espectador de su propia creación. que sirvió de prólogo para la primera traducción del Quijote
solución para ciertos impases de la estructura de la novela, Con relación a la lectura, el crítico destaca al menos dos Es cierto que don Quijote está tallado por una locura cuyo realizada en Brasil y publicada en 1952, por la Editora José
y a la multiplicidad de interpretaciones que el texto cervan- formas posibles: la lectura como pasatiempo limitado a una rasgo fundamental es el respeto a lo que dicen los libros de Olympio. En este ensayo, Brito Broca le introduce al lector
tino recibió a lo largo del tiempo. Sin explicar el concepto de cadena asociativa de episodios divertidos, o la lectura crítica caballería; al llegar a este punto del ensayo, Montello asume brasileño el autor Miguel de Cervantes, su obra, su con-
perspectivismo, el ensayo de Josué Montello aborda la obra y cuestionadora que busca los secretos y los contenidos más la pena del narrador primoroso y pasa a imaginar la escena texto histórico y algunas de las cuestiones inquietantes en
desde esta óptica. Parte del principio de que el surgimiento subterráneos del texto. Y, sin hesitar, considera que por más de lectura de Alonso Quijano que, en la soledad de su biblio- cuanto a la composición, al género y a los sentidos del texto.
de la novela –considerando el Quijote como la primera ma- que se conozca el texto, siempre hay algo nuevo a descubrir, teca, visualiza un tropel de caballos, oye el chischás de las Además de esta presentación, Brito Broca también ofrece
un panorama amplio acerca de la recepción del Quijote en
01 El comentario del novelista español parte de un estudio de Harry Le- Ricardo Palma, também me fizeram conhecer de modo mais amplo e
distintos países y, especialmente, de los trabajos hasta en- vin, “Cervantes, el quijotismo y la posteridad”, publicado en Suma Cervan- mais objetivo o romance espanhol, graças sobretudo ao livreiro peruano,
tonces elaborados en Brasil. Aunque fuera muy reciente la tina: 377-396, en el que se dice que aunque Galdós señale la flexibilidad Mejía Baca, que me fazia chegar às mãos, com regularidade, tudo quan-
del texto cervantino en relación al público lector, al mismo tiempo admi- to, em matéria de boa ficção moderna, lhe vinha de Barcelona e Madri.”
publicación del trabajo de Josué Montello, Brito Broca se te que hay en la obra placeres particulares de reconocimiento inaccesible 11 Ibidem: 84. Montello regresa otras veces a Portugal y a España, además
refiere de la siguiente forma a Cervantes e o moinho de vento para un extranjero. de participar en muchas otras actividades en Francia, Inglaterra, Argentina
02 Como afirma Manoel de Oliveira Lima: “As condições da instrução públi- y otros países. Muchas de sus novelas fueron traducidas a otros idiomas.
y exactamente con estas palabras concluye su ensayo, así
ca no Brasil colonial dos começos do século XIX eram reconhecidamente 12 Cervantes e o moinho de vento, 1950; “Viagem ao mundo do Dom Quixote”
como nosotros concluimos el nuestro: deficientes: pode mesmo dizer-se que eram no geral quase nulas, tendo 1959: 203-278; Viagem ao mundo do Dom Quixote, 1983.
recebido um duro golpe com a expulsão dos jesuítas. [...] A trasladação da 13 Josué Montello, 1950.: 12: “Escrevi este ensaio quando andava pela casa
corte rasgou logo novos horizontes ao ensino. [...] A educação ia dia a dia di- dos 20 anos. Nele refleti numa linha de reflexão crítica que se inspirava
[...] muy erudito y penetrante en el cual el autor procu- latando a perspectiva intelectual e emprestando ambição e dignidade aos em temas universais, e de que resultaria, andando o tempo, e na maturi-
ra ver en la novela una sátira al lector crédulo. súditos americanos da monarquia.” (“Las condiciones de la instrucción pú- dade plena, outro de meus estudos, o ensaio sobre o Abbé de Saint Réal
blica en el Brasil colonial de principios del siglo XX eran reconocidamente [...]. O estudo sobre o Dom Quixote, vindo de mais longe, ainda que com
No será demasiado que patricios nuestros, como Jo- deficientes: se puede incluso decir que eran en general casi nulas, tras reci- certo exibicionismo de leituras especializadas, passou por duas modifi-
sué Montello, vengan a descubrir sentidos nuevos en bir un duro golpe con la expulsión de los jesuitas. [...] El traslado de la corte cações sensíveis, uma em 1959 [...]; outra, agora [...]. O estudo, nas suas
trazó enseguida nuevos horizontes para la enseñanza. [...] La educación iba linhas gerais, permanece o mesmo de sua edição primitiva, lançada em
tal libro.
día a día dilatando la perspectiva intelectual y prestando ambición y digni- 1950, três anos depois que o escrevi. Escoimei-o de muita palavra rebus-
«El Don Quijote −decía Azorín− no fue escrito por Cer- dad a los súbditos americanos de la monarquía”. Traducción nuestra). Apud cada. Suprimi-lhe alguns trechos que me parecem hoje desnecessários.
vantes; lo escribió la posteridad» (128).18 Francisco José da Silveira Lobo Neto, en “D. João VI e a educação brasileira: Mas o núcleo central de idéias permanece o mesmo
alguns documentos” en Trabalho Necessário; Memórias e Documentos. 14 “Viagem ao mundo de D. Quixote”: 250: [...] não há um D. Quixote para
03 Idem. cada idade ou cada século: há um D. Quixote para cada leitura. Daí, logo
04 Citamos a título ilustrativo: en 1538 se fundó la Universidad de Santo de início, a ambivalência do romance, que é cômico ao primeiro relance e
Tomás de Aquino, en Santo Domingo, República Dominicana; en 1551, trágico em contatos mais atentos.
. la Universidad de San Marcos, en Lima, Perú; en 1555, la Universidad de 15 Heine, H. “Introducción”. En Cervantes. Madrid, José Esteban, 1986.
México, en Ciudad de México, México; en 1552, la Universidad de La Pla- 16 Cabe observar que algunos de los resultados del trabajo de Josué Mon-
ta, en Sucre, Bolivia; en 1580, la Universidad de Santo Tomás de Aquino, tello se acercan a uno de los estudios de Carlos Fuentes publicado años
en Bogotá, Colombia; en 1586, la Universidad de San Fulgencio, en Quito, después y titulado Cervantes o la Crítica de la Lectura.
Ecuador; en 1613, la Universidad Nacional de Córdoba, en Córdoba, Ar- 17 Ibidem: 265: “Ao isolar um tipo de livros para o exercício de sua sátira,
gentina; en 1619, la Universidad de Santo Tomás de Aquino, en Santiago, Cervantes envolve na graça combativa do riso o tipo de leitor que firma
Chile. Sobre universidades latinoamericanas, ver de Simon Schwartzman, as suas convicções, não no que ouve ou lhe dizem, mas naquilo que lhe
América Latina: Universidades en Transición. advém da reação individual diante do texto escrito.”
05 Las ediciones de Don Quixote de Angelo Agostini se pueden consul- 18 [...] muito erudito e penetrante no qual o autor procura ver no romance
tar en la página Web de la Hemeroteca Digital Brasileira de la Biblioteca una sátira ao leitor crédulo. Não será demais que patrícios nossos, como Jo-
Nacional: http://bndigital.bn.br/acervo-digital/don-quixote/714178 (con- sué Montello, venham a descobrir sentidos novos em tal livro. “O Dom Quixo-
sultado en octubre de 2015). te −dizia Azorín− não foi escrito por Cervantes; escreveu-o a Posteridade.
06 La exposición fue organizada por Antonio Jansen do Paço, funcionario
de la Biblioteca Nacional, que preparó un detallado catálogo del evento. En
cierta medida, este podría ser considerado el primer cervantista brasileño. Obras citadas:
Ver de José Carlos Macedo Soares, “Cervantes en el Brasil” (Boletín de la Ac-
ademia Argentina de Letras, 1949) que da noticias sobre los trabajos realiza- Bilac, Olavo. Conferências literárias. Rio de Janeiro, Francisco Alves, 1912:
dos hasta entonces en Brasil. Esta publicación, así como parte considerable 173-196.
del acervo cervantino conservado por la Biblioteca Nacional son parte de la Brito Broca, “O Engenhoso Fidalgo Miguel de Cervantes”, en Ensaios da mão
colección Genival S. Londres, médico cardiólogo, considerado por Macedo canhestra. São Paulo, Polis/Instituto Nacional do Livro, 1981.
Soares como el “más ilustre cervantino brasileño”. Su colección reúne más Fuentes, Carlos. Cervantes o la Crítica de la Lectura. Ciudad de México, Joa-
de 300 volúmenes, de los cuales 134 son ediciones del Quijote, en 12 idio- quín Mortiz, 1976.
mas, impresas en 16 países, entre las cuales 21 son ediciones cervantinas del Levin, Harry, “Cervantes, el quijotismo y la posteridad” en Suma Cervanti-
siglo XVII. Otra colección importante que integra el acervo sobre Cervantes na. London, Tamesis Book, 1973: 377-396.
de la Biblioteca Nacional es la de Juan Antonio Marques, además de algu- Heine, H. “Introducción” en Cervantes. Madrid, José Esteban, 1986.
nos volúmenes traídos de Portugal por Dom João VI, que posteriormente Lobo Neto, Francisco José da Silveira, “D. João VI e a educação brasilei-
pasaron a pertenecer a la biblioteca organizada por Dom José I. Macedo ra: alguns documentos” en Trabalho Necessário; Memórias e Documentos,
Soares (1883-1968), que conoció en detalles la recepción de la obra de Cer- ano 6, número 6, 2008: http://www.uff.br/trabalhonecessario/images/
vantes en Brasil, fue diplomático, político, industrial, entre otras activida- TN06%20LOBO%20NETO,%20F.J.S.memoria%20e%20documento.pdf
des, y miembro de las academias de letras de Brasil, Argentina y Uruguay. (dic/ de 2015).
07 Clodomir Vianna Moog. Heróis da Decadência: Petrônio, Cervantes, Mach- Macedo Soares, José Carlos, “Cervantes en el Brasil” en Boletín de la Acade-
ado de Assis: 25. mia Argentina de Letras, Buenos Aires, 1949.
08 Con relación a los estudios de marcado sesgo romántico se pueden Montello, Josué. Romances e novelas. Rio de Janeiro, Editora Nova Aguilar,
destacar los de José Pérez, A Psicologia Social do QUIXOTE (1936) y Sabedoria 1986.
do QUIXOTE (1937), de Osvaldo Orico, Camões e Cervantes (1945); de Nel- Montello, Josué. Cervantes e o moinho de vento. Rio de Janeiro, Gráfica Tupy,
son Omegna, Retrato de D. Quixote (1948) y la conferencia del ilustre San 1950.
Tiago Dantas, titulada “Dom Quixote: Un Apólogo da Alma Ocidental”, Montello, Josué. “Viagem ao mundo do Dom Quixote” en Caminho da fon-
impartida en las celebraciones del 4to. centenario del nacimiento de te. Rio de Janeiro, Instituto Nacional do Livro, 1959: 203-278.
Cervantes y posteriormente publicada en forma de libro, muy divulgada Montello, Josué. Viagem ao mundo do Dom Quixote. Fortaleza, Universidade
hasta los días actuales. Federal do Ceará, 1983.
09 Cf. Josué Montello. “Confissões de um romancista” en Romances e nove- Schwartzman, Simon. América Latina: Universidades en transición. Was-
las, vol. I: 18. hington, OEA, Colección Interamer, n° 6, 1996.
10 Ibidem: 36: “Os dois anos passados em Lima entre mestres e estu- Vianna Moog, C. Heróis da decadência. Porto Alegre, Ed. Livraria do Globo,
dantes, recompondo a meu modo o cenário das Tradiciones Peruanas, de 1939, 2ª ed
cer y una dama a quien honrar con sus hechos de armas. Y to discutidos también en la Philosophía antigua poética (1596)
lo que concibe tampoco tiene el carácter de una represen- del doctor Alonso López Pinciano. De raigambre clásica,
tación, una simulación, como sí es la del pícaro; el hidalgo tales estudios tienen como propósito apegarse a principios
de nombre incierto (Frenk, 2015: 89-102) cambiará para sí racionales y empíricos. Inmersos en una cultura cristiana,
mismo y frente al mundo su condición original. Por otro estos pensadores no pretenden negar la intervención divina,
lado, el lector se enfrenta a un ámbito no sólo imaginario pero buscan explicaciones naturales y no metafísicas para
LO IMAGINARIO EN EL sino fantástico, despegado de la realidad cotidiana, en la dar cuenta de los fenómenos mentales y espirituales que les
que no habitan gigantes. Una vez culminado el trabajo de incumben. Dicha postura dista de la atribuida por Lázaro a
Q U I J O T E Y E N L A N A R R AT I VA caracterización que ha venido haciendo el autor-narrador Dios, que no necesariamente es la del autor anónimo de la
DE JUAN CARLOS ONETTI a lo largo del primer capítulo, el lector tiene acceso directo novela picaresca.
al universo mental del protagonista. El plano imaginario En su artículo “Locura e ingenio en don Quijote”, Juan
del Quijote, que se despega del realista con que inicia la Bautista Avalle-Arce, comentando el párrafo cervantino arri-
historia, surge a partir de estos dos recursos: el uso de “ver- ba citado, asegura que “No puede caber duda: la locura del
María Stoopen Galán Pero lo peculiar de toda ficción consiste en que también el bos de acción anímica en tercera persona” (Cf. supra) por hidalgo manchego surge de una lesión de la imaginativa.”
Universidad Nacional Autónoma de México narrador extradiegético, empleando “verbos de acción aní- parte del narrador para dar cuenta de lo ocurre en el áni- (1980: 687) Y recurre a la exposición de Vives para explicarla:
mica en tercera persona” (Hamburger [1957] 2009: 67), tiene mo del personaje, así como el trabajo imaginativo, distinto
la prerrogativa de revelar lo que ocurre en la conciencia de del cotidiano, producido por el magín del propio hidalgo. Así como en las funciones de nutrición reconocemos
1.- Actividad imaginativa de los personajes los personajes, función vedada por ejemplo al historiador. (Cf. supra). Por muy conocido que sea, traeré a colación el que hay órganos para recibir los alimentos, para con-
Ahora recordemos el primer momento, que sobreviene párrafo más representativo de la transformación mental tenerlos, elaborarlos y para distribuirlos y aplicarlos,
Como se sabe, es función privativa de la ficción dar cuen- hacia el final del capítulo 1 del Quijote, en que el lector, al del hidalgo: así también en el alma, tanto del hombre como de los
ta de la vida interior de los personajes. Así, el lector puede igual que en el caso de Lázaro, conoce directamente lo que animales, existe una facultad que consiste en recibir
deducir o conocer lo que los seres que pueblan el universo imagina el hidalgo, ya que el proceso de transformación En resolución, él se enfrascó tanto en su letura, que se las imágenes impresas en los sentidos, y que por eso
ficcional piensan, sienten, recuerdan, imaginan... Encontra- en caballero andante en un principio ha estado a cargo del le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los se llama imaginativa; hay otra facultad que sirve para
mos ejemplos en relatos como La vida de Lazarillo de Tormes autor-narrador en tercera persona, quien calla para que el días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del retenerlas, y es la memoria; hay una tercera que sirve
(1554), cuyo protagonista narra lo que maquina mentalmen- lector se percate de los efectos de la metamorfosis que ha mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a per- para perfeccionarlas, la fantasía, y, por fin, la que las
te en un caso extremo de hambre para proveerse del alimen- sufrido la mente del manchego: der el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía distribuye según su asenso o disenso, y es la estimati-
to que el clérigo, su amo, le niega: en los libros, así de encantamentos como de penden- va … La función imaginativa en el alma hace las veces
—Si yo, por malos de mis pecados, o por mi buena cias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, de los ojos en el cuerpo, a saber: reciben imágenes
Mas el mesmo Dios, que socorre a los afligidos, vién- suerte, me encuentro por ahí con algún gigante, como tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal mediante la vista, y hay una especie de vaso con aber-
dome en tal estrecho, trujo a mi memoria un pequeño de ordinario les acontece a los caballeros andantes, y le modo en la imaginación que era verdad toda aquella máqui- tura que las conserva; la fantasía, finalmente, reúne y
remedio: que considerando entre mí, dije: “Este arquetón derribo de un encuentro, o le parto por mitad del cuer- na de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no separa aquellos datos que, aislados y simples, recibiera
es viejo y grande y roto por algunas partes, aunque pe- po, o, finalmente, le venzo y le rindo, ¿no será bien tener había otra historia más cierta en el mundo. (Los subraya- la imaginación. (Tratado del Alma. De Anima et Vita, I, x).
queños agujeros. Puédese pensar que ratones, entran- a quien enviarle presentado, y que entre y se hinque de dos son míos). (Los subrayados son míos).
do en él, hacen daño a este pan. Sacarlo entero no es rodillas ante mi dulce señora, y diga con voz humilde
cosa conveniente, porque verá la falta el que en tanta y rendida: “Yo, señora, soy el gigante Caraculiambro, 2.-Relación del Quijote con los tratados teóricos del siglo De lo expuesto por Vives, Avalle-Arce discurre que “Quedan
me hace vivir. Esto bien se sufre.” (2001, 120). (Los su- señor de la ínsula Malindrania, a quien venció en sin- de oro perfectamente definidas las dos facultades del alma de don
brayados son míos). gular batalla el jamás como se debe alabado caballero Quijote que él tiene permanentemente desacordadas de
don Quijote de la Mancha, el cual me mandó que me En el siglo XVI español surgen varios tratados en los que principio a fin de su historia: la imaginativa y la fantasía.”
Importa, por lo pronto, destacar que Lázaro atribuye al au- presentase ante la vuestra merced, para que la vuestra se plantean ciertos conceptos a partir de los que han sido (1980, 687). Hay que subrayar también que el caballero se
xilio que Dios presta a los afligidos el origen de la ocurren- grandeza disponga de mí a su talante”? explicados los principios que configuran la imaginación valdrá asimismo de la memoria, mencionada por Vives, para
cia y también que para el pícaro la memoria es la facultad caballeresca del hidalgo de la Mancha construida en el ca- revivir en el mundo las aventuras practicadas por sus héroes y
que aloja la idea que ha concebido. Sin embargo, lo que Don Quijote atribuye bien a sus pecados, bien a su buena pítulo inicial de 1605, piedra angular en donde se sientan los tener siempre presente a Dulcinea. Sobre todo en las primeras
Lázaro fragua no será más que una simulación ocasional: suerte la oportunidad de encontrar y vencer a un enemigo cimientos sobre los que se levanta todo el edificio de El inge- páginas del libro, el narrador lo señalará con frecuencia: “[…] y
actuar como lo haría un animal con la doble finalidad de extraordinario. A diferencia de Lázaro, lo que moviliza la nioso hidalgo don Quijote de la Mancha y de El ingenioso caballero. como a nuestro aventurero todo cuanto pensaba, veía o ima-
remediar su hambre y engañar a su amo para poder conti- imaginación del caballero en ciernes ya no es la necesidad, Para el caso, de esos documentos teóricos importa destacar ginaba le parecía ser hecho y pasar al modo de lo que había
nuar con los hurtos. sino el deseo: el de vivir fabulosas aventuras, similares a las nociones de facultad imaginativa, expuesta por Juan Luis leído, luego que vio la venta se le representó que era un casti-
Es cierto que en esta autobiografía ficcional, el personaje las de los caballeros de sus libros. Para ello, este hidalgo, Vives en su Tratado del alma (De anima et vita, 1538), así como llo con sus cuatro torres y chapiteles de luciente plata […]” (I, 2)
es también el narrador y, por tanto, nada le impide dar cuen- que “frisaba la edad […] con los cincuenta años”, les da exis- la de ingenio, desarrollada por Juan Huarte de San Juan en Otra de las nociones importantes para entender la carac-
ta de lo que él mismo imagina: “considerando entre mí, dije”. tencia a dos personajes necesarios: un gigante al cual ven- Examen de ingenios para las ciencias (1575), uno y otro concep- terización del protagonista es la de ingenio, “vinculado, des-
de Cicerón, a la capacidad inventiva” (Egido, 2016: 1), término ingenio versátil o furioso”. (1596: 125). (Los subrayados que un personaje imagina en determinado momento, como como necesarias a la creación y al conocimiento. Para los
son míos). es el caso de Lázaro de Tormes. Miguel de Cervantes es, sin poetas románticos ingleses −Blake, Wordsworth, Shelley,
[…] fiel a su étimo latino ingenium, del que Alonso de duda, el fundador en la narrativa de lo imaginario como po- Keats− la imaginación es la capacidad primordial para la
Palencia ya había dicho [en su Universal vocabulario en Si bien, Fadrique se refiere a los poetas, la descripción con- der transformador y sostén de un mundo posible ideado por creación poética, fuente de la energía espiritual (Bowra
latín y en romance, Sevilla, 1490)]: “es fuerça interior del viene también a don Quijote, quien debe su transformación el protagonista de una historia que alterna continuamente [1950], 1972: 13-15). En mayor o menor grado, los román-
ánimo con que muchas vezes inventamos lo que de a la lectura excesiva de los libros de caballerías, género del con el plano realista en que viven los demás personajes. ticos ingleses concebían la imaginación como partícipe
otri no aprendimos”, poniendo el ingenio al servicio de que tratan también los dialogantes de la Philosophía. Ahora de la actividad creadora de Dios. En su Biografía literaria,
la inventiva. (Egido, 2016: 1). es el Pinciano quien toma la palabra: 3.-Revaloración del Quijote en el romanticismo Samuel Coleridge escribe: “Sostengo que la IMAGINACIÓN
es el poder viviente y el agente principal de toda percep-
Por su parte, Juan Huarte en su Examen de ingenios define el Hay tres maneras de fábulas: unas que todas son fición El siglo XVIII español, racionalista y neoclásico, rechazó tan- ción humana, y que yo soy al repetir en mi mente finita el
concepto de la siguiente manera: “Y esto basta en cuanto pura, de manera que fundamento y fábrica, todo es imagina- to la estética barroca como la ficción en favor de una litera- acto eterno de creación de la mente infinita.” (Apud Bowra,
al nombre ingenio, el cual desciende de este verbo ingenero, ción: tales son las milesias y libros de caballerías. Otras hay tura verosímil, racional y didáctica; cultivó escasamente la [1950], 1972: 16). Muy lejos se encuentran del empirismo del
que quiere decir engendrar dentro de sí una figura entera y que, sobre una mentira y fición, fundan una verdad, novela y, en consecuencia, olvidó casi por completo la gran siglo anterior sostenido por Francis Bacon y John Locke. El
verdadera que se representa al vivo la naturaleza del sujeto como las de Esopo, dichas apologéticas; las cuales, de- narrativa cervantina. Aparecieron, sin embargo, dos conti- primero afirmaba que “La imaginación, no estando sujeta a
cuya es la ciencia que aprende.” (1594, Cap. I) bajo de una hablilla, muestran un consejo muy fino y nuaciones españolas de la obra, que pretenden relatar lo su- las leyes de la materia, puede juntar a placer lo que la na-
Avalle Arce deduce, también del tratado de Huarte, “que verdadero. Otras hay que, sobre una verdad, fabrican cedido después de la muerte de don Quijote: las Adiciones a turaleza separa, y romper lo que la naturaleza junta, esta-
la ecuanimidad psicológica de los tales [ingenios] es preca- mil ficiones, tales son las trágicas y las épicas, las cua- la historia del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, bleciendo de este modo uniones y divorcios ilegales entre
ria”, a partir de lo declarado por el teórico renacentista: “Por les siempre, o casi siempre, se fundan en alguna histo- probablemente de Jacinto María Delgado, y la Historia del las cosas.” (El progreso de la cultura, apud Bowra, [1950], 1972:
maravilla se halla un hombre de muy subido ingenio que ria, mas de forma que la historia es poca en respecto y más famoso escudero Sancho Panza, en dos partes (1793 y 18). Y distantes también de los teóricos españoles, que ex-
no pique algo en manía, que es una destemplanza caliente comparación de la fábula. (1596: 174-175). (Los subraya- 1798), de Pedro Gatell y Carnicer (Toledano Molina, 1990). plican la imaginación en un plano exclusivamente humano.
y seca del cerebro.” (1980: 692) Sequedad mencionada por dos son míos). En cambio, en la Inglaterra de ese siglo, el Quijote fue la Fadrique, uno de los participantes en el diálogo escrito por
el autor-narrador y explicación de la locura o manía de don novela por excelencia, “la novela arquetipo para Fielding, López Pinciano, manifiesta su postura con las siguientes pa-
Quijote, asociada al calificativo del título que narra su his- Los conceptos que aquí se juegan son los de ficción-imagi- Smollett, Stern y muchos escritores menos importantes” labras: “Toda mi vida fui amigo de no ir a mendigar al cielo
toria: ingenioso hidalgo e ingenioso caballero. “El título […], nación y verdad, que puede ser moral o histórica (Mestre Za- (Karl, 1974: 67, apud Eisenberg, 1995). El nombre del escri- las causas de las cosas que puedo haber más acá bajo.” (Phi-
como agudeza de acción fingida, supuso todo un bautismo, ragozá, 2014, 5). Y los tales libros lejos están de respetar la tor alcalaíno y el título de su libro más famoso empiezan a losophía antigua poética, 1596: 125). Sabemos que por su parte,
gracias a ese epíteto […]”−asegura Aurora Egido− (2016: 6) verdad histórica, aunque don Quijote concibe la creencia de aparecer en las obras de los ingleses: la pieza de teatro Don Miguel de Cervantes concibe los excesos imaginativos de su
Y, finalmente, en la Philosophía antigua poética, los dialo- que son historias verdaderas y, por su parte, el autor del Pró- Quijote en Inglaterra (1734) y La historia de las aventuras de Jo- protagonista en estos mismos términos, a los que les añade
gantes también discuten los conceptos de imaginación y de logo de 1605 así como el autor cristiano de los ocho primeros seph Andrews y su amigo Abraham Adams, escrita a imitación del el insólito ingrediente de la lectura desmesurada.
ingenio. Si bien, éste es un libro dedicado a la teoría poética, capítulos, con el propósito de parodiar las convenciones del estilo de Cervantes, autor de Don Quijote (1742), de Henry Fiel- Por otro lado, al romanticismo alemán se le debe el ori-
su propia materia lo hace interesarse en aquellas facultades género, también consideran las aventuras de don Quijote ding; Female Quixote (1752), de Charlotte Lenox y otras más. gen de los estudios cervantinos modernos, en especial del
humanas involucradas en la práctica de la poesía; las nocio- como hechos ocurridos en el mundo y recogidos en los ana- Además, Tobías Smollett, inspirado en el Quijote, publica Quijote (Eisenberg, 1995).
nes formuladas al respecto siguen de cerca la teoría huartia- les de la Mancha. Las aventuras de sir Lancelot Greaves (1762) y La expedición de Daniel Eisenberg, con el fin de aclarar algunas confu-
na de los humores, proveniente de la fisiología clásica. Ugo Nos encontramos, pues, con un personaje y un género Humphrey Clinker (1770). A las que se suma el gran homenaje siones que él encuentra en relación con el influjo de Cer-
trata el tema de la imaginación en los siguientes términos: que atentan en contra de las convenciones sancionadas: cervantino escrito por Laurence Stern La vida y opiniones del vantes en el romanticismo, expone que:
“El instrumento desta facultad pide calor con sequedad, un protagonista, un hidalgo pobre que significa “tan poca caballero Tristram Shandy, publicado por entregas entre 1760
compañeros del furor, a cuya causa es un sentido muy con- cosa” elegido por Cervantes como “eje” de la novela (Fernán- y 1767. De sobra es conocido el hecho de que Thomas Shel- […] algunos aspectos del nacimiento del romanticismo
veniente para la poética.” (1596: 34) Más adelante, Fadrique dez, 1993: 23), y que se construye a sí mismo para enfrentar ton es el primer traductor del Quijote a la lengua inglesa, pu- parecen inexplicables sin la influencia, directa o indi-
propone su noción de ingenio: al mundo a partir de su propio universo imaginario, “sin las blicada la Primera parte en 1612, y la Segunda en 1620. En el recta, de Don Quijote y de los libros de caballerías, a los
ataduras del iudicium” (Egido, 2016: 1), y quien se extravía siglo XVIII aparecen dos nuevas traducciones la de Charles que el texto de Cervantes servía de introducción. La
[…] Ingenio furioso es el del poeta, que es decir, un por su contacto desmesurado con un género que ya goza de Jarvis o Jervas, aparecida en 1742, así como la de Smollett, primera [confusión] es el resurgimiento del interés por
natural inventivo y machinador, causado de alguna des- descrédito, “viviendo a impulsos de un furor caballeresco ca- publicada en Londres en 1755. Con varias ediciones, en el si- la literatura medieval (romances): se aplicó el término
templanza caliente del celebro. Tiene la cabeza del poeta paz de remontarlo todo, como el furor que asistía a los poe- glo XIX las dos tuvieron gran difusión entre varias generacio- romántico a este movimiento porque significaba “en el
mucho del elemento del fuego, y así obra acciones inven- tas.” (Egido, 2016: 2). Y el Quijote, por su parte, siendo un libro nes tanto en Inglaterra como en Estados Unidos. (Hart, 1986) espíritu de los romances” [Immerwahr, 1972: 18-19], y el
tivas y poéticas. Esto es lo que debiera decir Platón y lo de caballerías, convierte a Cervantes en un autor que, por un Por otro lado, los temas del ingenio y la imaginación fueron reconocido experto en romances, autor de lo que el jo-
que dijo Demócrito (y aun Cicerón) es que ninguno lado, desafía con este género anacrónico las corrientes al altamente estimados por el romanticismo, debido a la ven Schlegel llamó “el más romántico de los romances”,
puede ser poeta sin inflamación del ánimo y sin espí- uso y, por otro, que se vale de los conceptos vigentes sobre valoración que ellos tuvieron por lo irracional y las emo- era Cervantes (1995).
ritu del furor. Mas quien esta materia llegó más a su la imaginación y el ingenio para llevarlos al límite en la ficción. ciones como reacción al racionalismo ilustrado. Ahora son
perfección, como todas las demás fue el Philósopho en Podemos afirmar, entonces, que el escritor alcalaíno va más los artistas −escritores, pintores, escultores, músicos− y tam- Por su parte, hacia los años 40 del siglo xviii, los suizo-ale-
sus Poéticos, el cual dice así: “Es la poética de varón de allá de la posibilidad narrativa de que el lector conozca lo bién los filósofos quienes exaltan esas facultades humanas manes Bodmer y Breitinger, empiezan a valorar el papel de
la fantasía en la creación poética. Así, el Quijote es apreciado hacia finales del siglo XVIII esa generación se entrega a la clave cervantina. Advierte, entre otras cosas, que: que dispara el inicio de su cambio: “Y lleno de confianza en
como uno de los modelos de la literatura imaginativa. Cro- escritura y la lectura, principalmente de novelas, fenómeno su poder […] porque una mujer rubia y extraña, parada a su
negk advertirá que la estética francesa, hasta ese momen- que sin duda despierta la imaginación de buena parte de la […] hay algo muy cervantino en la narrativa de Onetti lado, lo rozaba de vez en vez con sus claros ojos. Y si él quisie-
to predominante, no es sino una mala interpretación de la población alfabetizada y propicia el declive de la autoridad que no pasa por la influencia de Faulkner, y es […] la ra…” −añade ambiguamente el narrador dando un indicio de
española del siglo de oro. En esta misma tendencia, Lessing de los grandes libros como la Biblia y los devocionarios. Son puesta en duda de los límites entre ficción y realidad, que en alguno de los dos despunta un deseo. (1979: 31. Los
descubre y traduce el Examen de Ingenios de Huarte de San varios los testimonios que dan cuenta de la importancia que ese “juego intelectual” que Vargas Llosa considera un subrayados son míos.)
Juan. (Vega, 2000). adquiere la literatura para configurar la propia vida. De allí rasgo de la posmodernidad. (2013: 155) El narrador dosifica los contactos callejeros e intensifica
Con respecto al Quijote, en 1649 se había hecho una pri- las traducciones, el aprecio y la popularidad que en la época las miradas que la mujer rubia dirige al hombre desconoci-
mera traducción al alemán, Don Kichote de la Mantzscha, alcanzó el Quijote. (Safranski, 2009: 47-50). Miguel de Cer- En atención al tema elegido para esta ocasión, hay que tomar do. Focalizado en Baldi, al tiempo que da cuenta de su mar-
realizada en 1621 por Pahsch Basteln von der Sohle, una vantes siendo el descubridor del poder de la ficción, capaz en cuenta que desde antes de la creación de Santa María, cha, revela la dulce evocación que hace de Nené, con quien
publicación que incluye únicamente los primeros 23 capítu- de construir un mundo imaginario y convertirlo en rector Onetti configura en sus primeros cuentos personajes que se le aguarda una cita, así como el estado de felicidad que el
los (García Albero, 2007: 23). En 1775 será Fr. Justin Bertuch, de la vida de su protagonista, se propone como el modelo entregan al poder de su imaginación por distintos motivos y futuro encuentro le produce. Irónico, burlón, el narrador de-
editor de una Revista de literatura española y portuguesa, quien de transformación de una existencia ordinaria en una ex- para diversos fines. En su novela La vida breve (1950), en don- tiene el momento de euforia de Baldi: “Iba a lanzarse en la
realice una nueva versión con un título que en español signi- periencia superior construida a partir de la lectura y de los de −como todos saben− Juan María Brausen, con el fin de fundación de la Academia de la Dicha […] cuando notó que
fica “vida y obras del sabio terrateniente don Quijote”. Esta peligros inherentes, claro. escapar de un escenario conyugal opresivo y con el encargo la mujer extraña y rubia de un momento antes caminaba a
versión tuvo un efecto “fulminante” en la cultura alemana. A de escribir un guión para cine, lleva a cabo un trabajo ima- su lado, apenas unos metros a la derecha. Dobló la cabeza,
ella le sucedieron otras, como la de Soltau, quien en el título 4.-Lo imaginario en Juan Carlos Onetti ginario a partir del cual construye situaciones, personajes y mirándola.” (1979: 32) La mirada insistente de la mujer ha
restituía el calificativo ingenioso (1800) (Vega, 2001). esa ciudad en que éstos habitan −operación con la que el per- despertado en el hombre “confianza en su poder” y ha con-
Ahora bien, Ludwig Tieck, “considerado generalmente Por razones históricas, lingüísticas y culturales, la literatura sonaje onettiano crea una diégesis permeable en la que los seguido que se percate de su presencia.
la cabeza visible de la escuela romántica alemana” (We- hispanoamericana es heredera de la narrativa de Miguel de personajes imaginados tienen puntos de contacto con los de Por su parte, la imaginación y el deseo del hidalgo de nom-
llek, Historia, II, 110, apud Eisenberg, 1995), interesado en la Cervantes. Desde la llegada del Quijote a costas americanas la diégesis original y su creador, Brausen, acaba introducién- bre incierto (Frenk, 2010 y 2015) se encienden en la soledad
literatura española e insatisfecho con la versión de Bertuch en 1605, el mismo año de la publicación de la Primera parte dose en la ciudad imaginaria−. Uno de los cuentos de Onetti y su transformación se lleva a cabo únicamente en diálogo
publicó el Quijote en cuatro tomos (1799-1801). En su inter- (Leonard, [1949], 1996, 223), en mayor o menor medida y en a que me refiero y aquí atenderé es “El posible Baldi” (1936), si con los héroes de sus libros. El resultado es una mutación
pretación, “La agudeza desplazaba el ingenio o la sabiduría” diferentes épocas, el libro cervantino ha sido un referente bien con un alto grado de complejidad, no alcanza los niveles total, así en la imaginación como en la apariencia. Si cambia
(Vega, 2001a). De la obra cervantina escribió que es obligado. El Quijote, durante el periodo de conquista y colo- de elaboración de La vida breve y las otras novelas de la saga: su atuendo doméstico adaptando armas y armadura de sus
nización –dice Lililiana Weinberg– El astillero (1961) y Juntacadáveres (1964). Este cuento, como antepasados, es, entre otros motivos, porque saldrá al mun-
[…] sin duda el único libro en el que se ha elevado a tantas otras narraciones onettianas, se centran en la activi- do y se expondrá a la mirada del otro, quien ha de validarlo
verdadera obra de arte el humor, el placer, la burla, […] será capaz de ocupar además -como ninguna otra dad psíquica de los personajes: la imaginación, el sueño, la como caballero. Un hecho que respalda la importancia que
la seriedad y la parodia, la poesía y el ingenio, las más obra- la cara y la cruz del orden letrado, convertida para memoria, el deseo… Abundan los ejemplos. para él tiene la manera como ha de ser percibido por los de-
grandes aventuras imaginarias y las realidades más duras algunos en el paradigma de la tradición española en Así como en el Quijote de 1605, el narrador en el párrafo más, es que Sancho Panza, su escudero, sale al mundo son
de la vida. (Kritische Schriften, citado por Lussky, Tieck’s América y para otros en modelo de libertad. Será lec- inicial refiere los hábitos domésticos de un sosegado hidalgo, su atuendo ordinario de labrador. La fantasía de Sancho gra-
Romantic Irony: 122, apud Eisenberg, 1995). (Los subraya- tura pública y secreta; extensiva e intensiva; estará en acordes con el convencional estilo de vida de ese estamento vita en torno a otro asunto distinto del caballeresco: la del
dos son míos). manos de defensores del canon y de heterodoxos y di- al rededor del 1600 español, por lo que “poco o casi nada ascenso social.
sidentes, portadora siempre de esa semilla de libertad hace presumir que en él pueda germinar la locura” (Stoopen, A pesar de que la mente de Baldi sigue ocupada en los
A partir de la definición que hace Novalis de lo románti- propia de la aventura y de la risa. (2013: 17). 2005: 162), el principio de “El posible Baldi” describe a un pro- actos que le faltan por cumplir, un incidente provocado por
co: “En cuanto doy alto sentido a lo ordinario, a lo conocido fesionista −al final se sabe que es abogado− quien, con una un hombre misterioso y molesto que sigue a la mujer ru-
dignidad de desconocido y apariencia infinita a lo finito, con Inventor, además, de un sinnúmero de recursos literarios buena cantidad de dinero en el bolsillo, se apresta a efectuar, bia, le despierta el impulso protector masculino y provoca
todo ello romantizo (Ich romantisiere).”, Safranski comenta inéditos, Miguel de Cervantes es “uno de los grandes genera- seguro, “jovial y tranquilo”, los actos necesarios para encon- la intervención de Baldi; propicia también el intercambio
que, desencantado de la secularización, dores de ficcionalidad.” (Stoopen, 2013: 7). Tales invenciones trarse más tarde con una mujer. La estructura del cuento en con la mujer rubia y lo pone en camino de hacer naufragar
cervantinas son reconocibles en las obras de muchos e im- su totalidad correspondería, en principio, a la del capítulo 1 su proyecto original. La defensa a la mujer ha incitado en
El Romanticismo, entre muchas otras cosas, es tam- portantes narradores de nuestra América. Con respecto a la del Quijote de 1605, en el que el lector se entera del proceso Baldi un incipiente sentido de heroicidad. Pero, al igual que
bién una continuación de la religión por medios esté- narrativa de Juan Carlos Onetti, la crítica ha señalado víncu- imaginativo del hidalgo y de su transformación, fenómenos el narrador en el Quijote con respecto al hidalgo en proceso
ticos, por lo que lo imaginario ha alcanzado con él una los con escritores como Hemingway, Faulkner, Henry James, que ocurren también en “El posible Baldi”. de convertirse en caballero, el de este cuento guarda una
altura sin precedentes. El Romanticismo triunfa sobre Gide, Céline, Joyce, Flaubert… (Marco, 1979: 10). Sin embargo, Pero no es el poder de la lectura lo que cambiará la in- distancia irónica ante la acción del personaje: “−No hay por
el principio de realidad. (Safranski [2007], 2009: 15). al parecer, los comentarios críticos que relacionen la narra- tención primera de Baldi, como en el caso del hidalgo man- qué −y alzó los hombros, como acostumbrado a poner en
(Los subrayados son míos). tiva del uruguayo con la de Cervantes han sido menos proli- chego o el de Eladio Linacero en El pozo (1939) (González fuga a hombres molestos y bigotudos.” (1979: 33). La mi-
jos. (Ver Miguel, 2010; González, 2013: 151-188; Bibliografía de 2013: 165-166); es la mirada de una mujer en el momento rada, las palabras halagadoras de la mujer extranjera y su
Una característica más del romanticismo alemán que para Juan Carlos Onetti). María de los Ángeles González se destaca de cruzar una calle el gatillo que hace titubear los planes invitación a quedarse a charlar de su vida, han distinguido
nuestros propósitos hay que destacar es la avidez con que como una de las críticas que lee la narrativa del uruguayo en del que −suponemos al principio es el “verdadero” Baldi−, y a Baldi como un hombre especial de entre la multitud de
transeúntes. En consecuencia, “Sin saber si era por vanidad intento afloran en él propósitos cínicos y malévolos: “−No momento: sosegada, sumisa, rutinaria... Y actúa en conse- Además de su deseo de escandalizar a la mujer rubia y
o lástima, se resolvió” (1979: 34). Éste es el punto de inflexión necesitaba saber inglés [le responde a la extranjera], porque cuencia según el Baldi que no se había resuelto a ser; lleva de explotar emocionalmente su admiración y compasión
a partir del cual el profesionista que culminaría su día con las balas hablan una lengua universal. En Transvaal, África a cabo con odio un acto innoble y degradante: entrega unos por él, la escucha de esa desconocida provoca en Baldi la
una cita galante se transformará paulatina e imaginaria- del Sur, me dedicaba a cazar negros” (1979: 36). Y le narra las billetes a la mujer desconcertada, y se retira abruptamente, posibilidad de una vida aventurera por la que no optó y la
mente en un personaje aventurero ante su dócil escucha. condiciones en las que, seguramente como mercenario, lle- aunque regresa para espetarle: “−Ese dinero que te di lo gano revelación de su lado más oscuro. El anonimato le permite
Una vez juntos, a Baldi le sobreviene una fantasía de la cual vaba a cabo la tarea de evitar el robo de diamantes por los haciendo contrabando de cocaína. En el Norte” (1979: 39). construir espacios ajenos, diferentes de los hasta ahora vi-
da cuenta el narrador como una muestra de las posibilida- trabajadores negros de la mina, propiedad de los ingleses, Si don Quijote se construye como un héroe imposible, vidos y constituirse a partir de un deseo hasta ese momento
des imaginativas del protagonista: ser alguno de los clásicos así como el gusto que le provocaba el cazarlos. Durante esta que vivirá sus aventuras en un mundo que no sintoniza con ignorado por él mismo. El lector termina la lectura del cuen-
personajes del lejano oeste, quizás indio o quizá blanco; en primera narración de Baldi, el lector ya no recibe indicios re- sus ideales caballerescos y a pesar de fracasar en repetidas to y se queda con la sensación de que la vida del abogado
este caso Buffalo Bill. Y, al igual que el narrador del capítulo lacionados sobre la naturaleza de la historia en cuanto a si es ocasiones, se mantiene fiel al código de vida elegido, Baldi Baldi, el supuestamente verdadero, gracias a la emergencia
inicial del Quijote va informando progresivamente de cómo verídica o inventada. se convierte en un antihéroe que descubre su insatisfacción del posible, el mentido, no quedará incólume. Los actos gro-
se transforma la mente del hidalgo hasta el punto de “que se Dado que no es repugnancia −como él supone− el senti- a partir de las aventuras que imagina ante una desconocida. seros hacia la mujer, llevados a cabo al final, corroboran al
le secó el celebro”, el onettiano ha ido dando cuenta gradual miento que la historia despierta en la rubia, sino compasión El nexo entre los dos personajes reside en la actividad imagi- Baldi gestado por su imaginación. “Toda mentira −dice Igna-
del contraste de actitudes del hombre y de la mujer −ella por él, Baldi amplía hasta el horror su relato: “Vamos a ver nativa, capaz de transformarlos y cambiar una vida estable cio Padilla− encierra la verdad que niega” (2005: 115).
sumisa y agradecida; él hosco, con fastidio, aunque halaga- hasta dónde aguanta la sensibilidad de una institutriz ale- por otra que pueda satisfacer sus deseos. Son claras las diferencias entre las narraciones aquí co-
do− y empieza a dar indicios de hacia donde se encamina mana” (1979: 37). Y se construye para la escucha de la mujer Sabemos de sobra qué es lo que sustenta el imaginario de mentadas. El Quijote, si bien no considerado por su autor
la intención de Baldi, la que motiva su permanencia al lado como un personaje en extremo perverso, ante el que ella don Quijote. Con respecto a Baldi, por las historias que ima- como novela −ya que en ese momento el vocablo denomina-
de la mujer y desencadena las historias que a continuación reacciona de nuevo compasivamente. En este punto puede gina, el lector se percata de que se trata de un hombre ilus- ba relatos de menor extensión, como sus Novelas ejemplares,
le contará: “Claro que no servía [la historia del lejano oeste], resultar esclarecedora la idea aristotélica de carácter que, trado −al fin profesionista−, enterado de acontecimientos publicadas en 1613 (Stoopen, 2014 y 2015)−, es una narración
que no pensaba asustar a la mujer con historias para niños. Pero aunque referido a los de la tragedia, permite explicar el no muy lejanos a su momento histórico o contemporáneos. de largo aliento y el primer capítulo sólo sienta las bases
estaba lanzado y apretó la boca con seguridad y fuerza” (1979: 35) proceso de decisiones por las que ha transcurrido Baldi: “Y La primera aventura que imagina Baldi se nutre de escenas para que el lector conozca los resultados de la actividad
(Los subrayados son míos). habrá carácter si […] palabras y obras ponen de manifiesto que personajes históricos representaban en el “Buffalo Bill’s imaginativa del protagonista y entienda la manera como
El relato que Baldi sí construye en voz alta para la rubia un cierto estilo de decisión […].” (2000: 22). La de Baldi es Wild West”, un circo fundado por William Frederick Cody transformará el mundo a lo largo de sus numerosas andan-
es un episodio en Sudáfrica. Él pone el tema para iniciar el quedarse y renunciar a sus planes porque “le tomó gusto al (1846-1917), apodado Buffalo Bill, quien montaba espectá- zas; mientras que el cuento onettiano, fiel a las reglas del gé-
diálogo. Pero Baldi aún no ha desechado del todo la idea del juego.” Ello para seguir “creando al Baldi de las mil caras fero- culos sobre temas del lejano oeste, en los que participaban nero, plantea y resuelve en unas cuantas páginas el trabajo
encuentro con Nené, por lo que decide choquear a la mujer ces que la admiración de la mujer hacía posible.” (1979: 38). vaqueros e indios verdaderos. Menos probable es que su his- imaginario del protagonista y el cambio que sufre; su his-
con el fin de ahuyentarla: De este modo, se ha establecido una ecuación que une a los toria se haya sustentado en el film The Plainsman, un western toria no continúa y el lector ha de imaginar las consecuen-
personajes de este encuentro callejero: a mayor admiración en donde Buffalo Bill es uno de los personajes aunque no cias de la revelación en la vida futura del posible Baldi. Hay
Pero ya estaba la solución; ahora la mujer tendría que y compasión de la mujer, mayor derroche imaginativo aven- central. Protagonizada por Gary Cooper, dirigida por Cecil también una particularidad en común entre los personajes
irse. Abiertos los ojos espantados, alejándose rápido, turero del posible Baldi marcado por actos rudos, machistas B. DeMill, fue estrenada en Estados Unidos en 1936 y en Ar- en cuestión y es la insatisfacción que experimentan por las
sin palabras. Con que hombres extraordinarios, ¿eh?... y crueles. El contacto con la mujer y la actividad imaginativa gentina recibió el título de El llanero. Si Baldi no cuenta esa condiciones de su existencia. Pero también concurren dife-
Se detuvo frente a ella y se arqueó para acercarle el ros- ha abierto las compuertas para que, en realidad, aflore el de- historia a la rubia es también por la lejanía temporal, que rencias: en tanto el hidalgo manchego resuelve su malestar
tro (1979: 36). seo del verdadero Baldi. El narrador da cuenta de ello: haría inverosímil su participación en esas representaciones adoptando un ideario a partir del que intentará convertir la
llevadas a cabo durante el último tercio del siglo XIX en Es- edad de hierro en que vive en una edad dorada, aunque hay
Pero el camino que Baldi ha recorrido interiormente no ha Así, hasta que el otro Baldi fue tan vivo que pudo pen- tados Unido y en algunos países de Europa. que aceptar con Ignacio Padilla que don Quijote es culpable
sido un sendero recto, tanto por los titubeos entre la cita sar en él como en un conocido. Y entonces, repentina- Los demás relatos contados a la mujer alemana, se refie- “de haber consentido esta gesta violentadora que hace que
prometida y un indefinido interés por la mujer que camina a mente, una idea se le clavó tenaz. Un pensamiento lo ren a acontecimientos internacionales en los que el aboga- su locura sea por fuerza parcial y acomodaticia” (2005: 99); el
su lado, de la que, a pesar de todo no se aparta, así como por aflojó en desconsuelo junto al perramuz de la mujer ya do difícilmente pudo haber intervenido, pero por su actuali- doctor Baldi, por su parte, reacciona con amargura al perca-
algunas intervenciones del narrador que crean en el lector olvidada. dad y los vívidos detalles por él referidos resulta verosímil su tarse a destiempo que “no fue capaz de saltar un día sobre la
cierta ambigüedad sobre si la historia sudafricana que está Comparaba al mentido Baldi con él mismo, con este intervención protagónica. Elige de esas historias los peores cubierta de una barcaza, pesada de bolsas y maderas.” (1979:
a punto de contarle a la desconocida ha sido imaginada o hombre tranquilo e inofensivo que contaba historias a hechos de crueldad y perversión posibles en contra de los 39). Don Quijote es un héroe que se expone, violenta el mun-
vivida por Baldi: “−¿Y estuvo usted?” “−¡Sí estuve! −la cara se las Bovary de plaza Congreso. (1979: 38). trabajadores negros en las explotaciones de minas sudafri- do que quiere salvar y, en consecuencia, fracasa; Baldi es un
le balanceaba sopesando los recuerdos−. El Trasvaal. Sí, casi dos canas de diamantes. Otro de los sucesos históricos del posi- personaje desencantado sin posibilidades de modificar su
años.” Y más adelante, poco antes de que Baldi hiciera la De este modo, el Baldi, cuyos pensamientos e intención ble Baldi es su enrolamiento en la Legión Extranjera de Fran- situación vital ni las instituciones de las que forma parte y
brutal revelación con el propósito de choquear y ahuyentar originales ha conocido el lector gracias al narrador, descubre cia quizá en alguna incursión a Argel, cuando “regresaba a resuelve su frustración con hostilidad. Anuncia, así, el tipo
a la mujer: “Baldi la miró de costado, sonriendo a su oficio que la suya es “Una vida idiota como la de todo el mundo.” Y las poblaciones con una trágica cabeza de moro ensartada de personajes desilusionados que poblarán la narrativa de
sudafricano.” (1979: 35 y 36) se duele de no haberse atrevido a elegir la aventura. “Porque en la bayoneta.” (Onetti, 1979: 38) No deja de llamar la aten- Juan Carlos Onetti.
Hasta este momento, la intención del personaje ha sido no se había animado a aceptar que la vida es otra cosa […]” ción que las poblaciones violentadas imaginariamente por
la de escandalizar a la mujer para deshacerse de ella; en el (1979: 38 y 39), otra cosa distinta de la suya vivida hasta ese Baldi sean negras y árabes.
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dad de Madrid -¡y me dio el premio en la asignatura!-, Quijano vive su proceso de transformación en Don Quijote,
lo leo de corrido y en él he visto que en el pasaje a que habiendo dejado su deseo de escribir novelas de caballería
aludía el profesor Earle fue Cervantes el que leyó mal por el más fuerte de ser caballero andante.
y que mi interpretación, y no la suya, es la fiel. Con lo El borramiento de la frontera entre ficción y realidad como
“LA NOBLE HERMANDAD que me creo defendido de todo posible reparo de una bien sugiere Zorrilla es explícita en la propia novela de Cer-
crítica profesional o profesoral (1946: 10). vantes, que da cuenta de lo que escribiera el autor original
D E L Q U I J O T E ” : C E R VA N T E S , de la historia, Cide Hamete Benengeli, en el margen del re-
UNAMUNO Y BORGES Según María Zambrano la obra central de Unamuno no lato de la cueva de Montesinos:
es Del sentimiento trágico sino La vida de Don Quijote y Sancho
(2003). Y así también pensaba Juan Zorrilla de San Martín, Dice el que tradujo esta grande historia del original, de la
quien fuera corresponsal del filósofo entre 1905 y 1917. En que escribió su primer autor CideHameteBenengeli, que,
Elena Romiti Don Quijote es inmensamente superior a Cervantes. carta de 1906, Unamuno anuncia al poeta uruguayo el envío llegando al capítulo de la aventura de la cueva de Mon-
Biblioteca Nacional de Uruguay Y es que, en rigor, no puede decirse que Don Quijote de su reciente obra: “Le envío un ejemplar del último de mis tesinos, en el margen dél estaban escritas, de mano del
sea hijo de Cervantes; pues si éste fue su padre, fue su libros, del único que es todavía mío, de mi “Vida de D. Quijo- mesmoHamete, estas mismas razones: ‘’No me puedo
madre el pueblo en que vivió y de que vivió Cervantes, te y Sancho”, obra contra la que parece se han conjurado los dar a entender, ni me puedo persuadir, que al valeroso
Esta comunicación persigue la visualización del diálogo y Don Quijote tiene mucho más de su madre que no de literatos españoles. Más a pesar de los pesares va haciendo don Quijote le pasase puntualmente todo lo que en el
existente entre Cervantes, Unamuno y Borges a partir de la su padre (1951: 655). su camino, si bien poco á poco” (Romiti: 140). antecedente capítulo queda escrito: la razón es que todas
gran obra del Quijote, que resultara emblema de la gran Zorrilla de San Martín contesta prontamente declarando las aventuras hasta aquí sucedidas han sido contingibles
patria del idioma castellano. Los tres autores proponen tex- Unamuno escribe enfáticamente que su Quijote es hijo de un profundo interés por la obra en la que dice descubre a y verisímiles, pero ésta desta cueva no le hallo entrada
tos que traducen o reescriben a otros que les anteceden ha- su imaginación y rechaza la paternidad de Cervantes, a tal Unamuno entero y también confesando haber escrito men- alguna para tenerla por verdadera, por ir tan fuera de los
ciendo de la reescritura el gran gesto relacional de un reino punto que en el citado artículo agrega: “Dios no mandó a talmente el mismo libro muchas veces, hecho que tiende términos razonables. Pues pensar yo que don Quijote
múltiple como lo es aún hoy el de las naciones que hablan Cervantes al mundo más que para que escribiese el Quijote, una relación de hermandad entre ambos autores: “Soy tan mintiese, siendo el más verdadero hidalgo y el más noble
castellano a ambos lados del océano. Así Don Quijote de la y me parece que hubiera sido una ventaja el que no conocié- devoto como Ud. de Don Quijote”. Y esta relación cobra ma- caballero de sus tiempos, no es posible; que no dijera él
Mancha se propone como traducción del texto arábigo de ramos siquiera el nombre del autor” (1951: 668). yor significado cuando agrega: una mentira si le asaetearan. Por otra parte, considero que
CideHameteBenengeli, mientras que Vida de Don Quijote y Sin embargo, en el prólogo a la tercera edición de La vida él la contó y la dijo con todas las circunstancias dichas, y
Sancho, según Miguel de Cervantes Saavedra (1905), se presenta de Don Quijote y Sancho, da un giro a la cuestión y explica ¿Qué decirle, calamo currente de su libro que me pon- que no pudo fabricar en tan breve espacio tan gran má-
como obra explicada y comentada por Miguel de Unamu- que en los ventitrés años que pasaron desde que dio a luz go á releer? Admirable y único en su punto de vista. La quina de disparates; y si esta aventura parece apócrifa, yo
no y Pierre Menard, autor del Quijote (1944), es un cuento en el su obra, esta fue traducida al italiano, al alemán y al inglés, ilusión es completa y llena de profunda verdad me- no tengo la culpa; y así, sin afirmarla por falsa o verdadera,
que Borges da vida a un personaje que reescribe partes de la siendo que el traductor de esta última, el profesor Homer P. tafísica. Alonso Quijano el Bueno, y Cervantes, y Don la escribo. Tú, letor, pues eres prudente, juzga lo que te pa-
novela de Cervantes. Earle, de la Universidad de California, le hizo llegar el señala- Quijote, y Unamuno, y Sancho, y Carrasco el bachiller, reciere, que yo no debo ni puedo más; puesto que se tiene
La obvia hermandad que une a los tres textos no está miento de ciertas palabras que en la versión unamuniana se son todos entes de la misma naturaleza. Y uno se en- por cierto que al tiempo de su fin y muerte dicen que se re-
exenta de riñas y espadazos que resultan explícitos en Una- deslizaron desde la boca de Sansón Carrasco a la de Sancho. cuentra morir entre todos ellos como uno de tantos. trató della, y dijo que él la había inventado, por parecerle
muno, quien declaró que algunas obras como el Quijote La respuesta es replicada en el prólogo correspondiente por ¡El problema del Tiempo y del Espacio! ¡Sus cuevas de que convenía y cuadraba bien con las aventuras que había
eran superiores a sus creadores: el filósofo vasco: Montesinos y las resurrecciones de Altisidora! (Romiti: leído en sus historias’’ (2004: 734).
En el prólogo del Quijote –que, como casi todos los 141).
Y no me cabe duda de que Cervantes es un caso típi- prólogos (incluso éste), no son apenas sino mera litera- A la duda sobre la verdad o mentira de lo vivido en la cueva
co de un escritor enormemente inferior a su obra, a tura-, Cervantes nos revela que encontró el relato de la Zorrilla de San Martín al clasificar a Unamuno y Cervantes de Montesinos se suma aquí el lugar de poder que se le da al
su  Quijote. Si Cervantes no hubiera escrito el  Quijote, hazañosa vida del Caballero de la Triste Figura en unos como entes de la misma naturaleza que los personajes de la lector, quien en definitiva superará al autor con su juicio. Un
cuya luz resplandeciente baña sus demás obras, ape- papeles arábigos de un CideHameteBenengeli, pro- novela cervantina, destruye el límite entre ficción y realidad, pasaje que sin duda dio el espacio que Unamuno tomó para
nas figuraría en nuestra historia literaria sino como funda revelación con la que el bueno -¡y tan bueno!- de una cuestión que está en la base de la obra del escritor vasco, sí inaugurando anticipadamente la muerte del autor, tanto
un ingenio de quinta, sexta o décimatercia fila. Nadie Cervantes nos revela lo que podríamos llamar la obje- quien de manera asistemática desarrolló su búsqueda filo- tiempo después enunciada por RolandBarthes.
leería sus insípidas Novelas Ejemplares, así como nadie tividad, la existencia –existere quiere decir estar fuera- sófica a través de la literatura, de modo que la verdad fue Juan Zorrilla de San Martín como Cide Hamete Benege-
lee su insoportable  Viaje del Parnaso, o su Teatro. Las de Don Quijote y Sancho y su coro entero fuera de la por él vislumbrada en la ficción. La existencia humana y el li escribe sus anotaciones marginales en el libro de Una-
novelas y digresiones mismas que figuran en el Quijo- ficción del novelista y sobre ella. Por mi parte, creo que eterno trasiego entre vida y muerte, entrevistos en las cue- muno sobre el Quijote y una vez más elige un pasaje que
te, como aquella impertinentísima novela de El Curioso el tal CideHameteBenengeli, no era árabe, sino judío vas de Montesinos, dan lugar a una conversación epistolar conecta con el tema que venimos tratando, en tanto que
Impertinente, no merecerían la atención de las gentes. y judío marroquí, y que tampoco fingió la historia. En que convierte a los interlocutores, ambos fervientes lectores reconoce en el texto que Unamuno despliega a partir de la
Aunque Don Quijote saliese del ingenio de Cervantes, todo caso ese texto arábigo de CideHameteBenengeli del Quijote, en protagonistas, luego de haberse pensado aventura del vizcaíno, el ingreso del lector-autor, una vez
más convertido en personaje, como tercer caballero: “ese no del espíritu. Aun no se sabe lo que podemos hacer meter un homicidio. ¡Pobres gauchos! Oiga Ud. un caso de sus convergencias y divergencias con sus interlocutores.
vizcaíno que con tanta ternura habla de su sangre, de su en este mundo de Dios. Aprended, a la vez, a encarnar histórico e inédito. Si yo estuviera aún en situación de Y por ello también recordaba en Del sentimiento trágico (1912)
casta, de su raza, á la que debe todo cuanto es y cuanto vuestro pensamiento en una lengua de cultura, dejan- meterme en la cueva de Montesinos de mi alma, haría que su yo vivía en, de y por los demás. Acompañando este
vale, de esa casta que no acaba, y que sabe bien lo que es.” do la milenaria de nuestros padres; apeaos de la mula de ese episodio mi poema, hermano y continuador de principio a su hombre concreto que vive y muere y no quiere
(Romiti: 141) luego y nuestro espíritu, el espíritu de nuestra casta, Tabaré. Haga Ud. con él el suyo, pues su alma vibra. En morir que persiguió a través de todos los géneros literarios
Porque en el capítulo IX de su libro sobre el Quijote, Una- circundará en esa lengua, en la de Don Quijote, los medio de la noche y de la tempestad, un gaucho á ca- –novela, poesía, ensayo, teatro, epístola- porque para él la
muno refiere al capítulo IX –Primera Parte- de Cervantes, y mundos todos, como circundó por primera vez al orbe ballo golpea la puerta del cura de un pueblo de mi tie- literatura fue su método de conocimiento, donde pudo una
allí defiende al vizcaíno, con el que se identifica, en razón de la carabela de nuestro Sebastián Elcano, el fuerte hijo rra; le pide que lo acompañe a auxiliar á un moribun- y otra vez experimentar el misterio de la vida y la muerte.
su sangre vasca. Su defensa se articula en base al reclamo de de Guetaria, hija de nuestro mar de Vizcaya (1946: 59). do; el cura monta á caballo <y sigue> a aquel hombre; También en la obra de Jorge Luis Borges se da esta relación
la igualdad entre los locos o caballeros: van á la luz de los relámpagos; cae la lluvia; atraviesan entrañable entre literatura y filosofía, sin embargo, este
Las anotaciones marginales de Zorrilla de San Martín, trans- las colinas; penetran, por fin, en el bosque. Hay ahí un fue un crítico irónico e implacable del escritor salmantino.
Ahora va de igual a igual, de loco a loco; y parecen criptas en la carta del 21 de junio de 1906, eligen luego el pasa- hombre muerto debajo de un árbol, de un espinillo, Fernando Iwasaki Cauti ha dedicado un sagaz artículo a la
amenazar al cielo, a la tierra y al abismo. ¡Oh espectá- je de la aventura de Roque Guinart, para aventurar sus propias de un ceibo. El gaucho mira el cadáver, se arrodilla á irritación que producía en Borges el anticervantismo de
culo de largos en largos siglos sólo visto, el de la lucha reflexiones. Sin duda se avienen con las que resultan de la su lado y reza; se levanta, mete la mano en su cinto de Unamuno, en el que propone que Borges se basó en Una-
de dos Quijotes: el manchego y el vizcaíno, el del pára- aventura de los galeotes, porque ambas cuestionan el proce- cuero, saca un peso y se lo entrega al cura. Tome, Padre, muno para escribir el cuento Pierre Menard, autor del Quijote
mo y el de las verdes montañas! (1946: 58). der de la justicia terrena y despliegan una visión crítica sobre para que le diga una misa…Y el pobre asesino ¿es ese y en el que recuerda que para Borges “la más delirante de
la sociedad y su responsabilidad en el área de la marginalidad un asesino? Vuelve á montar á caballo, y se aleja con la las obsesiones de Unamuno fue su contumaz esfuerzo de
El ingreso del tercer caballero según Zorrilla, sucede en el y la delincuencia. Así lo percibió Unamuno al escribir: cabeza sobre el pecho… Su silueta se proyecta sobre los reescribir el Quijote a través de Vida de Don Quijote y Sancho”
texto de Unamuno cuando el narrador se hace visible y pide relámpagos, se sumerge en la oscuridad… ¡en la oscuri- (2005). Toda la ira de Borges es ilustrada por el siguiente pa-
la palabra a Don Quijote, un momento en que el registro Sirvió el encuentro para que el caballero admirase la dad! […] ¡Y la justicia humana llamará asesino al pobre saje extraído de “Nota sobre el Quijote”:
autobiográfico unamuniano se impone, derribando una vez vida del caballeresco bandolero, la equidad con que se gaucho matador! (Romiti: 142).
más las fronteras de la ficción: repartían los despojos del robo y su generosidad con Otros consideran que la obra máxima (de Unamuno)
los viandantes. Y él, Don Quijote, que con grande es- Esta vez la relación de la anécdota de Zorrilla de San Martín es su Vida de Don Quijote y Sancho. Decididamente
Deja, Don Quijote, que hable de mi sangre, de mi casta, cándalo de las personas graves había dado libertad a a través de Unamuno llega a Borges, porque es indiscutible no puedo compartir ese parecido. Prefiero la ironía, las
de mi raza, pues a ella debo todo cuanto soy y valgo, y los galeotes, no intentó siquiera deshacer la república que alimenta El Fin (1974: 519-521), que al igual que Pierre reservas y la uniformidad de Cervantes a las inconti-
a ella debo también el poder sentir tu vida y tu obra. de los bandidos (1946: 220). Menard fue publicado en Ficciones, en 1944. En este cuento nencias patéticas de Unamuno. Nada gana el Quijote
¡Oh, tierra de mi cuna, de mis padres, de mis abuelos y que también es fruto de un acto de intertextualidad explíci- con que lo refieran de nuevo, en estilo efusivo; nada
trasabuelos todos, tierra de mi infancia y de mis moce- A esta altura ya resulta evidente la coincidencia con la to conla obrade José Hernández, el negro que mata se con- gana el Quijote, y algo pierde, con esas azarosas exor-
dades, tierra en la que tomé a la compañera de mi vida, elección de pasajes que años después hará el personaje de vierte en el otro, es decir en Martín Fierro cuando lo ejecuta. naciones tan comparables, en su tipo sentimental, a
tierra de mis amores, tú eres el corazón de mi alma! Tu Borges, Pierre Menard, para desarrollar su insólito acto de O sea que se desgracia en el decir de Zorrilla. Y la historia las que suministra Gustavo Doré. La obra y la pasión
mar y tus montañas, Vizcaya mía, me hicieron lo que reescritura. No es posible asegurar que Borges haya tenido no tiene fin. Una expresión esta última que resulta anafórica de Unamuno no pueden no atraerme, pero su intromi-
soy; de la tierra de que se amasan tus robles, tus hayas, acceso al libro de Zorrilla y sus anotaciones, ni que haya po- en el cuento de Borges y que también aparece en el breve sión en el Quijote me parece un error, un anacronismo
tus nogales y tus castaños, de esa tierra ha sido mi co- dido leer su carta a Unamuno. Apenas podría jugarse con la de Zorrilla de San Martín. Y un detalle que junto a otros (2001:252).
razón amasado, Vizcaya mía (1946:58). idea que escribiera Paul Valery en 1938 y que cita literalmen- elementos fortalecen la hipótesis de la nueva intertextua-
te Borges en su ensayo La flor de Coleridge (1945): “La Historia lidad vislumbrada. Porque si bien es cierto que Unamuno La prueba de toque de la propuesta de Iwasaki se construye
Unamuno explica que el vizcaíno fue vencido por culpa de de la literatura no debería ser la historia de los autores y de en el capítulo LX de su Vida de Don Quijote y Sancho advierte: en base a la correspondencia entre la obra apócrifa de Pierre
su mala mula “que no era, de cierto, vizcaína” y aprovecha los accidentes de su carrera o de la carrera de sus obras, sino “Con hondo sentimiento se llama entre los gauchos “desgra- Menard y la obra visible de Miguel de Unamuno. Concreta-
para enviar un mensaje aleccionador a sus congéneres vas- la Historia del Espíritu como productor o consumidor de li- cia”, no al ser muerto, sino al haber tenido que matar a otro” mente se basa en una enumeración de temas dispares abor-
cos, donde la lengua castellana, la del Quijote, ya es procla- teratura. Esta historia podría llevarse a término sin mencio- (1946: 224), el relato de Zorrilla y el cuento de Borges presen- dados por el último que se ajusta al “diagrama mental” de
mada como el vehículo del espíritu de la hermandad hispá- nar un solo escritor”(1974:639). Una hipótesis más cercana tan coincidencias mayores. Pierre Menard, igualmente disperso desde el punto de vista
nica plural y libre: a los criterios realistas sería la que pusiera la atención en el Detrás del aserto no solo se percibe el conocimiento que temático. Al respecto Borges escribió en la revista Sur que
hecho de que tanto Zorrilla como Borges fueron lectores no tenía Unamuno de la literatura rioplatense, y especialmente Unamuno había tratado la siguiente lista de temas abierta
Aprended, hermanos míos de sangre, a pelear apea- solo de Cervantes sino de Unamuno y eligieron los pasajes deMartín Fierro, al que había dedicado su primera crítica en y caótica:
dos, apeados de la mula rabiosa y terca que os lleva a en que el últimodejó su mayor marca. el área de la literatura hispanoamericana, en la Revista espa-
su paso de andadura por sus caminos de ella, no por La citada carta de Zorrilla de San Martín avanza en el ñola de Madrid (1894). Sino que ya se advierte su filosofía del Discutió el yo, la inmortalidad, el idioma, el culto de
los vuestros y míos, no por los de nuestro espíritu, y tema de la criminalidad y ofrece a Unamuno una anécdota sujeto, un área central dentro de su pensamiento filosófico, Cervantes, la fe, la regeneración del vocabulario y la
que, con sus corcovos, dará con vosotros en tierra, si para que este haga su poema: en la que la identidad se construye desde el yo y el otro en sintaxis, la sobra de individualidad y falta de persona-
Dios no lo remedia. Apeaos de esa mula, que no nació el fluir de la vida concreta. Por ello dentro del género epis- lidad de los españoles, el humorismo, el malhumoris-
ahí ni ahí pasta, y vamos todos a la conquista del rei- Sí, es verdad; nuestros gauchos llaman desgracia á co- tolar desarrolló la búsqueda de sí mismo a través del cotejo mo, la ética… (1999: 144).
Las referencias coincidentes entre la producción de Unamu- Detrás de esta contundente línea de convergencias inter- similaçao do modelo original, isto é, entre o amor e o El lector de Pierre Menard se encuentra en un laberinto en
no y Menard son seis: textuales subyace la poética del lector desplazando a la del respeito pelo já-escrito, e a necessidade de producir tanto que tiene que descifrar una retórica de ocultamiento,
1.-La monografía sobre la posibilidad de construir un vo- autor, que tantas veces direcciona los escritos de Borges. Re- umnovo texto que afronte o primeiro e muitasvezes o la propuesta es descubrir la obra invisible, la que usando las
cabulario poético (1901), que en el caso de Unamuno coinci- sulta posible que el análisis que antecede ponga en eviden- negué (1978: 23). mismas palabras de Cervantes, tiene otro significado. El pro-
de con los ensayos que dedicó a la reforma de la lengua y la cia que su origen yace en las atentas lecturas que el narrador pio autor del Quijote sembró una vez más la semilla de la
ortografía, y con su tendencia a crear neologismos y arcaís- argentino dedicó a Unamuno, quien tan tempranamente y De modo que cuando Pierre Menard se propone escribir el pluralidad cognitiva y desestructuradora del conocimiento
mos en sus poesías. siguiendo a una de las líneas de lectura esbozada por Cide Quijote y no otro Quijote, como Unamuno lo hiciera, plantea absoluto, no solo sugiriendo las lecturas múltiples como re-
2-.El artículo técnico sobre la posibilidad de enriquecer el Hamete Benengeli, escribiera: “Desde que el Quijote apare- la negación del autor, del yo individual y también del tiem- zaba la cita de Cide Hamete Benegeli, sino desde binomios
ajedrez eliminando uno de los peones de torre. Innovación ció impreso y a la disposición de quien lo tomara en mano y po y el espacio. Estas negaciones pueden ser interpretadas argumentales como el de los molinos-gigantes o el mismo
que Menard propone, discute y rechaza. Así como la traduc- lo leyese, el Quijote no es de Cervantes, sino de todos los que como la estrategia de un escritor latinoamericano que en- bacyelmo de Don Quijote, en contraposición a la intoleran-
ción del Libro de la invención liberal y arte del juego del axedrezde lo lean y lo sientan”(1951: 659). frenta el problema de la relación de sujeción con el sistema cia inquisitorial y monárquica de su época.
Ruy López de Segura (París, 1907) coinciden con un ensayo El texto de enlace que fuera La vida de Don Quijote y Sancho eurocéntrico. Porque el proyecto disparatado revela una es- Se trata de la misma pluralidad que preconizó con fervor
donde Unamuno propone la posibilidad de enseñar ajedrez ha caído en el olvido y suele pasarse al diálogo de Don Quijo- trategia de liberación subyacente y silenciosa. La disolución Unamuno cuando sostuvo su idea del sobrecastellano que
en las escuelas y también, según Iwasaki, podría ser remedo te y Pierre Menard de manera directa. Buen ejemplo de este del autor da como resultado la relación de igualdad y no de concibió a partir de la consigna de sumar al castellano todos
de las paradojas unamunianas. acontecimiento resulta el artículo de Iwasaki que termina copia entre las producciones escritas a cada lado del océano. los modos de hablar español. Guillermo de Torre afirma que
3.-La traducción manuscrita de la Aguja de navegar cultos diciendo: “Qué ironía que Unamuno sea uno de los hilos ten- La liberación que en el plano teórico podrá llamarse antro- “Unamuno era, en cierto modo, un americano fin de siglo
de Quevedo intitulada La boussolle de précieux. Referencia didos entre los dos grandes clásicos de la lengua española de pofagia o apropiación latinoamericana, dará lugar a que el frente a la lengua y que venía de otro mundo lingüístico”
que converge con el desprecio de Unamuno por Quevedo, todos los tiempos: Miguel de Cervantes y Jorge Luis Borges”. sometido use la lengua del poderoso, desarticulando el lí- (18). Coincide con Ortega y Gasset en que el escritor vasco co-
de quien dijo: “me carga Quevedo, pongo por caso de clásico De hecho, Unamuno fue una figura intermediaria entre los mite entre uno y otro. Así la poética de la escritura es susti- menzó a escribir un idioma aprendido. Así fue que siempre
cargante, y no puedo soportar sus chistes corticales y sus in- periféricos escritores latinoamericanos y el centro europeo. tuida por la poética de la lectura y el lector desplaza al autor mantuvo que la lengua de Cervantes habría de ser el gran
soportables juegos de palabras”(1951:713) Él también un escritor periférico funcionó como un enlace de del centro del sistema literario, que el cuento simboliza, tal vehículo del orbe hispano. Al jubilarse en 1934 repetía desde
4.-El obstinado análisis de las costumbres sintácticas de intelegibilidad en la clasificación de François Hartog: como lo presagiara Cide Hamete Benengeli. su cátedra de la Universidad de Salamanca: “Nuestra unión
Toulet (N.R. F., marzo de 1921), que se presenta de la mano En su época, Unamuno también fue un escritor periférico es, o más bien será, la lengua, el viejo romance castellano,
de la convicción de Menard de que “censurar y alabar son […] los griegos del Ponto, instalados en los márgenes dentro de España, muchas veces acusado de no ser hijo de convertido en la gran lengua española, sangre que puede
operaciones mentales que nada tienen que ver con la crí- boreales del mundo griego, deben realizar un largo España.Y esa posición marginal explica su relación estre- más que el agua, verbo que domina el océano” (Torre: 21).
tica”. Digresión que a su vez resulta reflejo del concepto de desvío para explicar un fenómeno religioso del cual cha con la literatura latinoamericana, a la que dedicó años Su ideal de integración iba detrás del propósito de que nos
crítica de Unamuno. son vecinos: en efecto, convocan a la figura geográfica- de lectura críticas en La Lectura de Madrid, a partir de 1901 entendamos todos y cuando en 1911 escribió dos artículos
5.-El ciclo de sonetos para la baronesa de Bacourt (1934), mente más alejada de ellos, la de Pitágoras, hombre de y en el diario argentino La Nación. De manera, que si Pierre sobre cierto Diccionario Argentino habló de coparticipación y
aluden al Rosario de sonetos líricos de Unamuno, que mucho occidente, por no decir del farwest. Para volver inofen- Menard respresenta a Unamuno bien puede también re- no de diferenciación:
criticó Borges por su carencia de ritmo y que equiparó con siva la alteridad del geta, para enfrentar la amenaza presentar al escritor latinoamericano, en el juego gradual
una demostración matemática. de este ser extraño e ianprensible de quien no se sabe de próximo y remoto que planteara Hartog. En este cuadro La cuestión es que los argentinos y todos los demás
6.-Una lista manuscrita de versos que deben su eficacia a bien si es dios, demonio o incluso otra cosa, recurren a el hecho de que Pierre Menard fuera un escritor simbolista pueblos de habla española reivindiquen su derecho a
la puntuación, que aluden también a la poesía de Unamuno, aquel que, allá lejos hacia el oeste, se ha ganado en el francés constituye una nueva ironía borgeana que recorda- influir en el proceso de la común lengua española, tan-
cuya carencia de ritmo se debía en gran parte, según Borges, saber compartido de los griegos un lugar de personaje ba con claridad la intensa galofobia que padeció Unamuno to como los españoles mismos; que no reconozcan en
a sus dificultades de puntuación. intermediario, poseedor sin duda de una cierta carga a lo largo de toda su vida, a quien nada enfurecía más que esto patronato alguno sobre la lengua común, como
También y entre otros apuntes, el citado artículo rescata de alteridad, pero de alteridad no “salvaje” sino clasi- leer a un latinoamericano influido por la literatura francesa, si se les debiera por fuero de heredad; que afirmen su
la sentencia en que Unamuno escribe: “una de las mayores ficada, reconocida, rotulada. Es un juego del próximo de enorme prestigio en aquella época. manera de entender y sentir el idioma de Cervantes.
desgracias que al quijotismo pudiera ocurrirle es que se des- y del remoto, en el cual el próximo es el más remoto El uso de la misma lengua de la cultura colonizadora como Aquí está la raíz de la cuestión (Torre: 22).
cubriese el manuscrito original del Quijote, trazado de puño (2002:115-116). medio de liberación ha sido estudiado con posterioridad a la
y letra de Cervantes. Es de creer que semejante manuscrito publicación del cuento de Borges, en el marco de la relación Otra cosa no hizo en su Vida de Don Quijote y Sancho, así
se destruyó, afortunadamente” (1951: 668). Las palabras de El cuento de Borges puede ser leído con prescindencia del en- de múltiples culturas. El escritor tunecino Abdelwahab Med- como Borges en su Pierre Menard, en diálogo franco y plu-
Unamuno enlazan con el pasaje que muestra a Pierre Me- lace unamuniano y de hecho ha sido usado para abordar las deb describe la intención y procedimiento de su escritura: ral con la gran obra de Cervantes. Por eso creo que en esta
nard desgarrando manuscritos para que no fueran nunca relaciones de Don Quijote con la literatura latinoamericana conmemoración cervantina es bueno recordar las palabras
examinados ni le sobrevivieran. de forma directa. Así lo plantea Silviano Santiago al escribir: La lengua francesa usada en la escritura nos “entrega” al con que Unamuno agradeció el manifiesto público que re-
A todo este registro de evidencias se suma el hecho de otro, pero nos defenderemos mediante el arabesco, la dactara Carlos Vaz Ferreira en nombre de los intelectuales
que la obra apócrifa de Pierre Menard coincide en sus fechas Pierre Menard, romancista e poeta simbolista, mas subversión, el dédalo, el laberinto, el descentramiento uruguayos, cuando tuvo lugar su destierro en 1924. Miguel
con las de las obras de Unamuno, así puede constarse que la também lector infatigável, devorador de libros, será constante de la frase y del lenguaje, de manera que el de Unamuno dijo entonces en carta pública: “Gracias her-
última obra visible del simbolista francés de Borges data de a metáfora ideal para bem precisar a situaçao e o pa- otro se pierda como en los callejones de la kaasba” (Gu- manos. Hermanos en la lengua del Quijote, que es la más
1934, coincidiendo con el ciclo del autor salmantino. pel do escritor latino-americano, vivendo entre a as- glielmi: 327). noble hermandad”.
Obras citadas

Borges, Jorge Luis. “Pierre Menard, autor del Quijote. Obras Completas. Fic-
ciones. Buenos Aires: Emecé Editores, 1974: 4444-450.
Borges, Jorge Luis. “La Flor de Coleridge”. Obras Completas. Otras Inquisicio-
nes. Buenos Aires: Emecé Editores, 1974: 639-641.
D O N D E S E C U E N TA C Ó M O E L
Borges, Jorge Luis. ”Inmortalidad de Unamuno”. Borges en Sur (1931-1980).
Barcelona: Emecé Editores, 1999: 144.
DONOSO Y GRANDE PROCEDIMIENTO
Borges, Jorge Luis. “Nota sobre el Quijote” Textos recobrados (1931-1955).
Barcelona: Emecé Editores, 2001: 252.
C E R VA N T I N O S E AV I N O E N
Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha, Real Academia Española.
Asociación de Academias de la Lengua Española. San Pablo: Santillana,
PROCEDIMIENTO BORGIANO Y OTRAS
2004.
Guglielmi, Marina. “La traducción literaria”. Armando Gnisci (Comp.) In-
COSAS QUE EN ÉL SE VERÁN
troducción a la Literatura Comparada. Barcelona: Crítica, 2002: 327.
Hartog, François. El espejo de Heródoto. Buenos Aires: Fondo de Cultura
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Iwasaki Cauti, Fernando. “Borges, Unamuno y el “Quijote””. Biblioteca Vir-
tual Miguel de Cervantes. En www.cervantesvirtual.com,23/10/2016. María Elena Fonsalido el centro de la escritura literaria. Para él, la literatura “tiene
Romiti, Elena. Unamuno y Uruguay: archivo epistolar. Montevideo: Ed. Bi- Universidad Nacional de General Sarmiento en el corazón de su propio lenguaje una especie de espejo
blioteca Nacional. Ed. Universidad de Salamanca, 2016.
Romiti, Elena. “Don Quijote de la Mancha y la Literatura Latinoamerica- central, de tal suerte que el texto […] se enrolla sobre sí mis-
na: el diálogo representativo de Pierre Menard”. IV Congreso Nacional y III mo, se envuelve o se desenvuelve en torno de su centro y se
Internacional de la Asociación de Profesores de Literatura del Uruguay. “A
cuatro siglos del Quijote”. Paysandú, 2005. Edición en CDroom. Introducción duplica, en un movimiento que le es esencial” (2015: 13). Al
Santiago, Silviano. “O entre-lugar do discurso latinoamericano” Uma lite- evaluar este formato, afirma: “Me parece que esta estructura
ratura nos trópicos. Sao Paulo: Perspectiva, 1978: 23.
La conmemoración del aniversario de Cervantes habilita, […] es probablemente constitutiva del ser mismo de la litera-
Torre, Guillermo de. Unamuno y la Literatura Hispanoamericana. Cuadernos
de la Cátedra Miguel de Unamuno. Nº 11, 1961: 21. lamento decirlo, una celebración. Porque lo que nos reúne tura, si no en general, sí al menos de la literatura occidental”
Unamuno, Miguel de. Vida de Don Quijote y Sancho según Miguel de Cervantes aquí no es el recuerdo de una muerte ocurrida hace cuatro- (103). Es decir, según Foucault, la literatura, constitutiva-
Saavedra. Buenos Aires-México: Espasa Calpe. [1905] 1946.
Unamuno, Miguel de. “Lectura e interpretación del Quijote”. Ensayos. Ma- cientos años, sino la celebración de dos operaciones que mente, presentaría una duplicación que confundiría mode-
drid: Aguilar. 1951: 655-672. solo hacemos los seres humanos: escribir y leer. lo y copia, que no tiene sus fronteras nítidamente marcadas,
Unamuno, Miguel de. “Sobre la erudición y la crítica”. Ensayos. Madrid:
Aguilar. 1951: 713. Con este trabajo pretendo celebrar la escritura de un sol- sino que permite las porosidades, al tiempo que propone
Zambrano, María. Unamuno. Barcelona: Debate, 2003. dado inútil e inválido, un veterano de guerra diríamos hoy, una vuelta del texto sobre sí mismo.01
del que dijo el poeta Leopoldo Panero que era “enemigo de Esto nos lleva al segundo soporte teórico de este trabajo.
los listos y amigo de los tartamudos” (1949). Este soldado En su libro Una lectura semiótico-narratológica del ‘Quijote’, de
que, con una mano inutilizada, escribe el texto basal de la 2006, Ruth Fine postula como hipótesis que la metalepsis
novela de occidente. o transgresión de niveles, la metáfora del funcionamiento
Pretendo también celebrar la lectura de un ciego, de cuya general del Quijote, es la estructura que condensa la estética
muerte se cumplen treinta años en 2016. El ciego a quien el de toda la novela (2006: 14). Fine se apropia de la categoría
escritor y crítico Martín Kohan definió como ese “dispositivo genettiana y la estudia en la novela de Cervantes, otorgán-
de vejez, de ceguera, de sabiduría, de autoría y de autoridad, dole un especial énfasis al estudio de las voces narrativas.
que los argentinos pergeñaron o pergeñamos, y activaron De modo tal que, a partir de estas dos conceptualizaciones
o activamos, para tener un escritor a venerar, y venerarlo” teóricas, la duplicación considerada como inherente a la li-
(2011: 38). Festejamos que, además de que Cervantes haya teratura, y la afirmación de que la metalepsis puede conce-
escrito el Quijote, Borges lo haya leído. birse como eje del sistema cervantino, es que me adentro en
Celebramos entonces, la lectura canónica de una obra ca- la lectura que Borges realiza del Quijote.
nónica, esa posibilidad que tienen los libros clásicos, según Borges lee la obra cervantina en incontables ocasiones.02
Italo Calvino, de traer “impresa la huella de las lecturas que Para este trabajo, propongo un recorrido cronológico y de
han precedido a la nuestra, y tras de sí la huella que ha deja- variedad genérica, es decir, propongo considerar cómo lee
do en la cultura o en las culturas que han atravesado” (1995: Borges a Cervantes desde los tres géneros que más y mejor
15). Celebramos que esa huella pueda ser reimpresa una y cultivó (el ensayo, la poesía, el cuento) y cómo lo lee prác-
mil veces, ya que “un clásico es un libro que nunca termina ticamente a lo largo de toda su producción. La lectura del
de decir lo que tiene que decir” (15). ensayo es una lectura crítica. La que evidencian la poesía y
Este trabajo se sustenta en dos pilares teóricos. El primero el cuento se presenta a través del procedimiento de la rees-
lo propone Michel Foucault, al explorar las relaciones entre critura. En palabras de Ruth Fine: “El Quijote configura para
lenguaje y literatura. Considera el filósofo francés cuál es Borges un palimpsesto paradigmático, generador, a su vez,
de una lectura de la novela como acto de reescritura, tam- estética: “cotejado con otros libros clásicos […] el Quijote es re- novelístico del Quijote” (2013: 113). Por el otro, es uno de los El poema es una muestra acabada de la puesta en abismo
bién ella palimpséstica” (2013: 104-5). alista” (1989: 45), afirma Borges, si bien se apura a afirmar que procedimientos a través de los cuales Borges rompe con el como procedimiento. Sólo el título nos indica quién es el
Voy a considerar, en primer lugar, la lectura canónica que “este realismo […] difiere esencialmente del que ejerció el siglo realismo imperante en la narrativa de su época, lo que le sir- personaje que sueña. Sin este indicador, la confusión entre
Borges realiza de la novela de Cervantes, “Magias parciales XIX” (45). La operación que Borges le reconoce a Cervantes es ve para construir su propio proyecto de escritura. Alonso Quijano, Miguel de Cervantes y don Quijote podría
del Quijote”, texto crítico publicado por primera vez en 1949 la de haber creado, sobre una realidad de “polvorientos cami- Dado que la postura teórica de Borges intenta demoler ser total. Pero aun con el indicio, es interesante la elección
y luego recuperado en Otras inquisiciones, de 1952. En el nivel nos” y “sórdidos mesones”, un mundo poético. Borges se cuida el concepto de literatura como mímesis, y por ende subra- del centro del poema: Alonso Quijano, el personaje media-
de las reescrituras, me detendré en “Sueña Alonso Quijano”, de aclarar que esta creación se realiza “mediante la forma del ya la debilidad de los límites entre la realidad y la ficción, dor entre el autor y el protagonista, el personaje-puente.
soneto de 1972, perteneciente a El oro de los tigres y reeditado Quijote”, para ello, invita: “imaginemos a un novelista de nues- desemboca en el efecto que el Quijote produce en el lector: Para Gerard Genette, la metalepsis consiste en “transgredir
luego en La rosa profunda en 1975; y en “El acto del libro”, tro tiempo que destacara con sentido paródico las estaciones la metalepsis narrativa de que el lector sea leído. Entonces el umbral de la representación” (2004:16). La metalepsis
breve cuento de La cifra, de 1981. de aprovisionamiento de nafta” (45). Borges hablará de vértigo (Macedonio había hablado de ma- cervantina borraba las fronteras entre ficción y realidad, con
Es posible entonces reconocer la primera operación de reo07) y se preguntará: “¿Por qué nos inquieta que Don Qui- un claro vértice hacia la ficción. Alonso Quijano, el hidalgo
La lectura ensayística del Quijote o cómo detectar autohabilitación que realiza Borges. La parodia, reina de la jote sea lector del Quijote, y Hamlet, espectador de Hamlet? lector que no tolera su mediocridad, asciende a los niveles de
el procedimiento intertextualidad, es el modo por el cual Borges ve que Cer- Creo haber dado con la causa: tales inversiones sugieren que la ficción y en su ascensión, con efecto de imán, eleva a todo
vantes incorpora los elementos maravillosos que la novela si los caracteres de una ficción pueden ser lectores o espec- su entorno.
La lectura que Borges realiza del Quijote marca un antes y realista “le vedaba”. Al momento de explicar esta inclusión tadores, nosotros, sus lectores o espectadores, podemos ser
un después en la literatura argentina. Todas las lecturas de lo maravilloso en lo realista, el ejemplo que da Borges se ficticios” (47). La metalepsis borgiana, por su parte, sigue el camino inver-
posteriores que escritores argentinos realizan de la novela corresponde con uno de los géneros que más le interesa pa- so. En efecto, en “Magias parciales…”, Borges detecta que el
de Cervantes están filtradas por las “Magias parciales…” Sin rodiar a él, el policial: “tenía que figurar, siquiera de manera Borges realiza la operación de leer el Quijote como texto pa- vértigo tiene que ver con el temor de ser ficticio que el texto
embargo, aun la propia lectura borgiana tiene un texto pre- indirecta, como los crímenes y el misterio en una parodia de radigmático que elude los límites precisos entre realidad y inspira en el lector. Al utilizar el procedimiento en el poema,
cursor: se trata de la conferencia radial “Teoría de la novela” la novela policial” (45). Es posible leer en esta breve oración, ficción, y como texto básicamente paródico. De este modo, el escritor argentino une a la metalepsis otra de sus destrezas
de Macedonio Fernández, amigo y mentor de Borges.03 Es el programa de lectura y desvío del género que él mismo su lectura de la novela cervantina se centra en los procedi- favoritas: la especularidad.08 El poema invierte el procedi-
entonces en la línea de Macedonio en la que debemos in- realiza en “La muerte y la brújula”, de 1944. mientos que él mismo hará suyos. Afirma Stratta: “Borges miento detectado. Ya no es el lector el que sufre el temor de
cluir el célebre artículo borgiano.04 En el mismo sentido, la consideración de los episodios […] se quedará […] con el Quijote de los artificios que marean: ser ficticio: en este caso es la propia ficción la que absorbe
Afirma Isabel Stratta: “Los dos se interesaron por casi las puntuales que lee el autor argentino, ofrece una pista certe- representación dentro de la representación, atribución del a su autor. Por ello, Alonso Quijano, el hidalgo lector que
mismas operaciones del texto cervantino y trajeron rastros ra de los procedimientos concretos que le interesan. Borges texto propio a terceros, comentarios al libro dentro del libro, no tolera su mediocridad, no creará una imagen idealizada
de ellas a sus textos, aun cuando a la hora de desarrollar sus toma en cuenta tres episodios del Quijote: en primer lugar, el personajes que juzgan al autor y citan sus obras anteriores. de sí mismo como en la novela, sino que soñará con ser un
propios modos de la ficción cada uno lo hizo por caminos del capítulo 6 de la Primera parte, cuando el cura y el barbe- “Magias parciales del Quijote” […], es un catálogo de este tipo héroe real: el valiente soldado que peleó en “la más grande
notoriamente diferentes” (Stratta, 2006: 738). ¿En qué con- ro escrutan la biblioteca de Don Quijote. Frente al conocido de mecanismos cervantinos que la posteridad llamará, a ve- ocasión que vieron los siglos”. La ascensión hacia el mundo
siste la coincidencia entre ambos? ¿Cuáles son estas “mismas juicio que realiza el cura sobre la Galatea de Cervantes, co- ces, también, borgeanos” (2004: 59). ficcional de la novela sufre un giro descendente que lleva al
operaciones” que leen los dos autores argentinos? ¿Por qué, menta Borges: “El barbero, sueño de Cervantes o forma de personaje a la historia, al encuentro del héroe de carne y
además, la focalización en esas y no en otras? Podemos afir- un sueño de Cervantes, juzga a Cervantes” (46)06. En segun- La reescritura del Quijote en la poesía o cómo utilizar el hueso: Cervantes soldado.
mar que se trata básicamente de dos operaciones: una, rea- do lugar, considera el comienzo del capítulo 9 también de la procedimiento Los lectores de Cervantes podemos leer en el trasfondo
lizada sobre la estética imperante en la época: el realismo.05 Primera parte, en el cual del narrador cuenta cómo encontró del soneto la famosa discusión entre las armas y las letras.
La otra, realizada sobre uno de los elementos del circuito de la novela en el Alcaná de Toledo y cómo la hizo traducir. Fi- Sueña Alonso Quijano Los lectores de Borges podemos leer el recurrente remordi-
lectura más descuidados en aquel momento: el lector. En nalmente, Borges se detiene en toda la segunda parte de la miento del argentino de no haber seguido la línea viril de
efecto, los dos escritores argentinos realizan la misma doble novela, a la que ve como una culminación del proceso que El hombre se despierta de un incierto sus ilustres mayores: “Me legaron valor. No fui valiente” y
“jugada”: por un lado, utilizar el Quijote para defenestrar el viene siguiendo, ya que “los protagonistas han leído la pri- Sueño de alfanjes y de campo llano dedicarse en cambio a “las simétricas porfías / del arte, que
realismo, lo que implica una autohabilitación de sus propias mera, los protagonistas del Quijote son, asimismo, lectores Y se toca la barba con la mano entreteje naderías” (“El remordimiento”, 1976).
estéticas en el espacio de la literatura argentina de su época del Quijote” (46). Y se pregunta si está herido o muerto. Por otro lado, “Sueña Alonso Quijano”, como ya se dijo, es
desde la voz “autorizada” de Cervantes; y, por el otro, entro- Borges analiza los tres momentos de la novela cervan- ¿No lo perseguirán los hechiceros un soneto. Me gusta pensar la métrica como significante. Me
nizar al lector como agente fundamental de la literatura en tina que cuestionan la frontera entre realidad y ficción, ya Que han jurado su mal bajo la luna? gusta pensar en la conciencia con la que el Borges poeta se
el siglo XX al tiempo que lo preparaba para ser receptor de que, en sus palabras, “Cervantes se complace en confundir Nada. Apenas el frío. Apenas una inscribe en esa larga tradición. Quisiera entonces hacer dos
su propia literatura. En palabras de Ricardo Piglia: “Borges lo objetivo y lo subjetivo, el mundo del lector y el mundo del Dolencia de sus años postrimeros. consideraciones a partir de la métrica que propone el texto.
hizo y construyó toda una red de lecturas […] hasta terminar libro” (45). Este modo de difuminar las fronteras entre fic- El hidalgo fue un sueño de Cervantes La primera, muy obvia, es que no se trata de un soneto fecho
por imponer el contexto dentro del cual quería que sus tex- ción y realidad tiene una doble función. Por un lado, marca Y don Quijote un sueño del hidalgo. al itálico modo. De los ciento treinta sonetos que publicó Bor-
tos fueran leídos” (2016: 24). un giro en la crítica cervantina. Respecto del tema, afirma El doble sueño los confunde y algo ges,09 sólo treinta y tres responden a este esquema. Los otros,
No es este el lugar para discutir el realismo en el Quijote. Lo Fine: “Considero válido afirmar que Borges ha sido tal vez Está pasando que pasó mucho antes. la mayoría, son sonetos isabelinos, a través de cuya métrica
que sí puede afirmarse es que la novela cervantina fue leída, el primero en entender acabadamente la metalepsis como Quijano duerme y sueña. Una batalla: Borges nos está indicando su inscripción en dos tradiciones,
en las primeras décadas del siglo XX, como paradigma de esta metáfora primordial del funcionamiento de todo el sistema Los mares de Lepanto y la metralla. su conocimiento y su desvío eterno del canon español.
La segunda cuestión es que creo que la metalepsis, tema combinaciones, también adjudica obras inexistentes a au- zón es que da el siguiente paso: leerlo en serie con otros li-
y procedimiento del soneto, está acompañada desde la mé- tores reales. bros “mágicos”, la Biblia judeocristiana y el Corán.
trica por los encabalgamientos. El poema presenta tres en “El acto del libro” presenta variantes del cuento-ensayo. El Mucho se ha hablado de cómo Borges hace literatura con
catorce versos: “un incierto / sueño”; “apenas una / dolencia”; “nota biográfica” no se refiere a un autor real, Cervantes, de la filosofía o con la teología. Lo que a veces se ha olvidado
“y algo / está pasando”. Leo el borramiento de fronteras, la quien solo se dice que es “un soldado”, sino que alude a un es que, cualquiera sea el material, el resultado es literario.
marca métrica de traspasar el límite, tan propia de la meta- ser ficticio que tampoco se nombra, que es al mismo tiempo En su texto “Sobre Borges”, afirma Ricardo Piglia: “Cuando
lepsis, en este gesto de evitar la esticomitia. poseedor y protagonista del libro. Como veremos, el “ensayo uno dice ideología en literatura, está hablando de formas”
crítico” desemboca en el ensayo filosófico. (2000: 90). Este caso me parece ilustrativo. Borges lee en los
La reescritura del Quijote en el cuento-ensayo o cómo El principio constructivo del cuento-ensayo es la meta- tres libros “mágicos” el mismo procedimiento de la puesta
transformar el procedimiento lepsis, calcada del uso cervantino10: el texto narra cómo el en abismo en sus diferentes variables.
“hombre”, a pesar de ser lector compulsivo jamás lee el libro, La predestinación islámica, que implica la existencia de un
El acto del libro aunque cumple sus designios y cómo el libro se convierte en dios que traza el destino del hombre, o el libre albedrío judeo-
inhallable, porque fue quemado durante los hechos que él cristiano, que implica la posibilidad de la autocondena huma-
Entre los libros de la biblioteca había uno, escrito en lengua mismo narra. Es decir, la ficción absorbe a la ficción y pro- na, son tan metalépticos como el Quijote, libro-puente entre
arábiga, que un soldado adquirió por unas monedas en el duce su autodestrucción. En la novela de Cervantes la rela- las dos culturas, porque borran los límites más estrictos. En el
Alcaná de Toledo y que los orientalistas ignoran, salvo en la ción, por muy distorsionada que aparezca, es siempre libro caso de la predestinación, una divinidad creada por el hombre
versión castellana. Ese libro era mágico y registraba de ma- / mundo. Por eso dirá Michel Foucault: “Don Quijote lee el penetra en el cerco de lo humano, ya que banaliza su accionar.
nera profética los hechos y palabras de un hombre desde la mundo para demostrar los libros” (2011: 64). En Borges, en En el caso del libre albedrío, el hombre irrumpe en el ámbito
edad de cincuenta años hasta el día de su muerte, que ocu- cambio, la relación es siempre libro / libro. de lo divino, porque se anima a desechar la ley impuesta. De
rriría en 1614. Ahora bien, el libro del texto es “mágico”. Por ello, no na- hecho, la metalepsis cervantina es la más inocua, porque se
Nadie dará con aquel libro, que pereció en la famosa rra lo que pasó, sino que profetiza lo que vendrá (¿toda la limita a profetizar una aventura y su propia autodestrucción.
conflagración que ordenaron un cura y un barbero, amigo novela occidental?). El disparador del cuento ensayo es el La pregunta retórica del final del cuento borgiano acerca de
personal del soldado, como se lee en el sexto capítulo. noveno capítulo del primer Quijote, el capítulo central de la cuál es la fantasía más extraña, proponer la existencia de un
El hombre tuvo el libro en las manos y no le leyó nunca, puesta en abismo, cuando el “segundo autor” encuentra el dios, creer que el hombre es en verdad libre o hipotetizar que
pero cumplió minuciosamente el destino que había soñado libro ya escrito. Borges llama a su texto “El acto del libro”, ya un texto puede anticipar su destrucción, es el verdadero “acto”
el árabe y seguirá cumpliéndolo siempre, porque su aven- que mucho más que en las aventuras narradas se detendrá del libro: convertir el procedimiento (la metalepsis entre la
tura ya es parte de la larga memoria de los pueblos. ¿Acaso en el libro como objeto material. realidad y la ficción) en postulado (la difuminación de límites
es más extraña esta fantasía que la predestinación del Islam En un artículo que juzgo brillante, Luce López Baralt entre lo humano y lo divino).
que postula un Dios, o que el libre albedrío, que nos da la describe minuciosamente el libro hallado por el soldado
terrible potestad de elegir el infierno? en el capítulo noveno del Quijote. Se trata de un libro do- Conclusiones
En su libro Borges y los clásicos (2016), Carlos Gamerro blemente prohibido, “culturalmente bifronte” (2013: 63),
define así la forma genérica que mezcla relato y crítica li- porque está escrito en árabe en la España católica de los En este pequeño recorrido pretendí observar cómo Jorge
teraria: “el género que Borges no inventó pero sí llevó a su Austrias; porque está escrito en árabe y está ilustrado, cosa Luis Borges mantiene fielmente su lectura cervantina a lo
máxima expresión, y que llamaré, por llamarlo de alguna prohibida por la ortodoxia musulmana. Al mismo tiempo, largo de toda su vida de escritor. También cómo, a partir de
manera, el cuento-ensayo: un texto que tiene la forma de en- el texto permite la oscilación entre diversas interpretacio- la lectura del procedimiento que considera medular en la
sayo crítico o de nota biográfica, y que se diferencia de es- nes temporales: ¿se trata de un manuscrito medieval y de- novela, construye y caracteriza su propia obra. Así, detecta el
tos apenas en que trata sobre autores y obras ficcionales” bemos ubicar a Cide Hamete en remotos siglos o se trata procedimiento tempranamente en la lectura crítica, cuan-
(123, destacados del original). El texto paradigmático del de una de las frecuentes falsificaciones aparecidas en el si- do en esta región del planeta el Quijote era leído desde el
género es, por supuesto, “Pierre Menard, autor del Quijote” glo XVII que López Baralt enumera con detalle? Cualquiera símbolo romántico del personaje; utiliza el procedimiento
que ya en 1939 anticipa toda la obra de Borges y expone su sea la opción que tomemos, concluye la crítica que se trata como principio constructivo desviado e invertido en el poe-
concepción de lo literario. Comenta Gamerro que este gé- de un “grimorio ilustrado”, o sea, de un “artefacto mágico” ma y lo convierte en tema en el cuento- ensayo. Para Piglia,
nero en sus comienzos desorientó a los lectores, quienes (75). Al definir el manuscrito, López Baralt define la novela “se lee desde donde se escribe, se construye la tradición des-
buscaban infructuosamente datos de los autores objetos de Cervantes: “un extraño artilugio literario capaz no solo de el lugar en el que se está definiendo la propia escritura
del ensayo, sin percatarse de la trampa borgiana del autor de anular el tiempo y de diluir el espacio, sino de celebrar y se intenta construir esa lectura como un espacio desde el
inventado. Con el tiempo, el escritor publica estos textos con gozo libérrimo las nupcias de los contrarios. Hemos cual los textos que se van a escribir o están escribiendo pue-
en sus libros de cuentos, hecho que Gamerro califica como dado con un códice baciyélmico, con un inesperado aleph dan funcionar” (2016: 23). Borges nunca es más Borges que
“la aceptación por parte de Borges de las reglas del fair verbal” (2013: 61). cuando lee a Cervantes.
play” (124). Sin embargo, este fair play nunca es del todo En el texto borgiano, el ensayista-narrador coincide con
confiable tratándose de Borges, dado que, entre otras López Baralt: “ese libro era mágico” (1989: 294). Por esta ra-
01 En sintonía con estas afirmaciones de Foucault está el trabajo de Car- Obras citadas
los Gamerro Ficciones barrocas, de 2010. El escritor y crítico argentino adju-
dica esta característica de confusión de planos a lo que denomina “ficción Attala, Daniel. Macedonio Fernández, lector del ‘Quijote’. Con referencia cons-
barroca”, categoría que opone a la “escritura barroca”, caracterizada por el tante a Jorge Luis Borges. Buenos Aires: Paradiso, 2009.
preciosismo. Para Gamerro, el representante más acabado de este tipo de Borges, Jorge Luis (1952). “Magias parciales del Quijote”. Otras inquisiciones.
ficción, que fusiona ficción/verdad, cuadro/modelo, copia/original, refle- Obras completas 1. Buenos Aires: Emecé, 1989.
jo/objeto, imaginación/percepción, imaginación/recuerdo, sueño/vigilia, Borges, Jorge Luis (1972). “Prólogo” y “Sueña Alonso Quijano”. El oro de los
locura/cordura, arte/vida, signo/referente, es, lógicamente, el Quijote. tigres. Obras completas 2. Buenos Aires: Emecé, 1989.
02 Las profesoras Sara Luisa del Carril y Mercedes Rubio pudieron compi-
lar un libro entero con los textos literarios y críticos que Borges le dedicó
Borges, Jorge Luis (1981). “El acto del libro”. La cifra. Obras completas 3. Bue-
nos Aires: Emecé, 1989.
C E R VA N T E S E N / D E S D E B O R G E S O
a Cervantes, y que atestiguan su sostenido interés por el autor del Qui-
jote: Borges, Jorge Luis. Cervantes y el Quijote. Buenos Aires: Emecé, 2005.
Calvino, Italo (1991). “Por qué leer los clásicos”. Por qué leer los clásicos”. Bar-
celona: Tusquets, 1995.
LA REESCRITURA DEL QUIJOTE EN
03 Como en el caso de otros de sus textos, en la conferencia de Macedo-
nio es difícil encontrar la versión definitiva, ya que fue redactada varias
Fernández, Macedonio. “Teoría de la novela”. Teorías. Obras completas volu-
men III. Buenos Aires: Corregidor, 1997.
“ L A B U S C A D E AV E R R O E S ”
veces y fue pronunciada en tres ocasiones en distintos programas radia- Fine, Ruth. Una lectura semiótico-narratológica del ‘Quijote’ en el contexto del
les entre 1928 y 1930. A esto se suma una versión publicada en la colom- Siglo de Oro español. Madrid: Iberoamericana-Vervuert, 2006.
biana Revista de las Indias de 1940. Esta última es la que manejo, que Fine, Ruth. “Borges, reescritor del Quijote”. María Stoopen Galán (ed.). El
aparece recopilada por Adolfo de Obieta, hijo de Macedonio Fernández, ‘Quijote’: palimpsestos hispanoamericanos. México: UNAM-Dickinson Colle-
en el tomo VIII, Teorías, de las Obras completas de su padre. ge, 2013. Ruth Fine vantes como de Borges: la noción de lectura como escritura
04 Hemos trabajado sobre este señalamiento Isabel Stratta (2006), Da- Fonsalido, María Elena. “Macedonio y Borges: embate al realismo, me- Universidad Hebrea de Jerusalén o, más precisamente, reescritura. Comenzaré mi análisis con
niel Attala (2009) y yo misma (2015). talepsis del lector”. No padre, sino padrastro. Lecturas críticas del ‘Quijote’ en
05 Sostiene Stratta: “dos ex martinfierristas, se basaron en lecturas suma- la narrativa argentina. Los Polvorines: Universidad Nacional de General una breve referencia a dicha noción, inscripta en la interpre-
mente idiosincrásicas de un libro de tres siglos, el Quijote, para producir Sarmiento, 2015. tación borgeana del Quijote, a fin de reconocer el diálogo
sus propias narrativas antirrealistas” (2006: 739). Foucault, Michel (1966). “Representar”. Las palabras y las cosas. Una arqueolo-
06 Borges cita evidentemente de memoria y se equivoca de personaje: no gía de las ciencias humanas. Buenos Aires: Siglo XXI, 2011. Borges ha sido un lector infatigable de la obra cervantina intertextual que se ha ido configurando entre ambos auto-
se trata del barbero, sino del cura. Foucault, Michel (2013). “Literatura y lenguaje”. La gran extranjera. Para pen- y dentro de ella, muy especialmente, del Quijote. A lo largo res, lo cual se verá apoyado por un análisis puntual del relato
07 Afirma el texto de Macedonio: “Sentiréis un mareo; creeréis que Quijo- sar la literatura. Buenos Aires: Siglo XXI, 2015.
de la obra del autor argentino es dable identificar un diálo- borgeano incluido en El Aleph, “La busca de Averroes”. Dicho
te vive al ver a este ‘personaje’ quejarse de que se hable de él, de su vida. Genette, Gérard. Metalepsis. De la figura a la ficción. Buenos Aires: FCE,
(258). En el mismo campo semántico, José Ortega y Gasset había hablado 2004. go persistente con Cervantes y con el Quijote, siendo en su análisis nos permitirá sugerir, al menos parcialmente, que en
de titubeo (20). La relación entre la lectura de Macedonio y las lecturas Kohan, Martín. “Lo que entiendo por Borges”. Magdalena Cámpora y Javier práctica narrativa –aunque no solamente en ella–, donde se su propia obra literaria, Borges ha reescrito el Quijote para los
contemporáneas del Quijote (Ortega, Unamuno, Nabokov, Madariaga) Roberto González (editores), Borges-Francia. Buenos Aires: Facultad de Filo-
está desarrollada por Attala. sofía y Letras, Universidad Católica Argentina / Selectus, 2011. pone de manifiesto una acabada reescritura de las coorde- lectores de los siglos XX y XXI, y que dicha reescritura se halla
08 En el Prólogo de El oro de los tigres, anota Borges: “De un hombre que López Baralt, Luce. “El grimorio ilustrado de Cide Hamete Benengeli”. Juan nadas poéticas reconocibles en la obra de Cervantes. inscripta de modo embrionario en este relato borgeano.
ha cumplido los setenta años […] poco podemos esperar, salvo el manejo Diego Vila (Coord.). El ‘Quijote’ desde su contexto cultural. Buenos Aires: Eude-
consabido de unas destrezas, una que otra ligera variación y hartas repe- ba, 2013. Para determinados críticos que se han ocupado de la re- La noción de reescritura puede ser entendida como una
ticiones” (1989: 459). Panero, Leopoldo. “El que no sirve para nada”. Escrito a cada instante. Ma- lación Borges-Cervantes, entre ellos Madrid (1987), Molloy conjunción, una articulación de la lectura y de la escritura,
09 Cuento 11 sonetos en El hacedor; 47 en El otro, el mismo; 8 en Elogio de drid: Cultura hispánica, 1949.
(1990), Matamoro (1990), Lefere (2004), por mencionar sólo la cual produce un texto nuevo. Este texto se halla ligado al
la sombra; 9 en El oro de los tigres; 21 en La rosa profunda; 19 en La mone- Piglia, Ricardo (1986). “Sobre Borges”. Crítica y ficción. Buenos Aires: Seix
da de hierro; 4 en Historia de la noche; 1 en La cifra y 10 en Los conjurados. Barral, 2000. algunos, es dable afirmar que Borges emplea la lectura del original a partir de huellas compositivas y conceptuales que
10 Afirma Ruth Fine al leer los hechos del capítulo 9 de la Primera Parte: Piglia, Ricardo. Las tres vanguardias. Saer, Puig, Walsh. Buenos Aires: Eterna Quijote para describir su propia concepción de la literatura y pueden complementarlo, modificarlo o contradecirlo02. En
“Este desarrollo nos enfrenta, desde mi perspectiva, a dos posibilidades: Cadencia, 2016.
o bien ha ocurrido aquí un cambio de niveles narrativos y la diégesis que Stratta, Isabel. “Documentos para una poética del relato”. Sylvia Saítta no a fin de reflexionar sobre la obra cervantina misma. Bor- estudios anteriores, he intentado trazar semejanzas y las di-
creíamos primera –la de don Quijote y sus aventuras– se ha transformado (dir.). El oficio se afirma. Noé Jitrik (dir.). Historia crítica de la literatura argen- ges se justificaría ante tal reclamo, sosteniendo que el diá- ferencias específicas que registran las perspectivas estéticas
en diégesis segunda […] o bien nos hallamos aún en el nivel extradiegéti- tina. Volumen 9. Buenos Aires: Emecé, 2004.
co, si bien complejo y diseminado en múltiples voces que se superponen Stratta, Isabel. “Cervantes, Borges, Fernández: la vanguardia argentina lee logo intertextual con una obra del pasado es siempre una de Cervantes y Borges, o más precisamente, la reescritura
y entrecruzan, pero manteniendo su situación heterodiegética respecto el Quijote”. Alicia Parodi, Julia D’Onofrio y Juan Diego Vila (eds.). El ‘Quijo- reescritura, y por ello es inútil pretender recuperar el texto borgeana de la obra de Cervantes (Fine 2003, 2013). Creo po-
de la primera diégesis”. La ilustre cervantista opta por el segundo postu- te’ en Buenos Aires. Lecturas cervantinas en el cuarto centenario. Buenos Aires:
primigenio y su sentido. No obstante, estimo que más allá der afirmar que ambos escritores, en su práctica narrativa,
lado, ya que la búsqueda del libro nunca llega a desplazar la historia de Asociación de Cervantistas, Universidad de Buenos Aires, Instituto de Fi-
las aventuras de don Quijote. lología y Literaturas Hispánicas “Dr. Amado Alonso”, 2006. de una indudable proyección de su concepción estética en la privilegian estrategias similares: el protagonismo, la plura-
obra maestra de Cervantes, la lectura–reescritura del Quijote lidad y la superposición de las voces narrativas, como tam-
llevada a cabo por Borges ha decodificado las coordenadas bién la desintegración del yo–narrador, y muy especialmen-
compositivas que serán, a partir de dicha lectura, algunas te, la metalepsis y la construcción en abismo, construcción
de las claves interpretativas ineluctables de la narrativa de especular que alcanza tanta centralidad en el Barroco espa-
Cervantes, al punto que sería válido afirmar como lo ha he- ñol. No es casual, entonces, que Borges sintiera predilección
cho Michael Wood (1994: 29-30)01, que la obra del autor del por la segunda parte del Quijote, la cual presenta un máximo
Quijote no puede ser leída del mismo modo desde nuestro juego de especularidades estructurales y metaficcionales.
conocimiento de Borges y de su reescritura del Quijote. Más Cervantes y Borges son, a todas luces, escritores–críticos, in-
aún, aventuraría con cautela que es en cierta medida a partir mersos en una escritura autorreflexiva por excelencia.
de la relectura y reescritura borgeanas que los lectores mo- En efecto, uno de los focos de interés de Borges lo ha
dernos comienzan a decodificar la producción cervantina constituido la naturaleza autoconsciente del Quijote, así
desde ángulos aún inexplorados. como también el cuestionamiento que la novela propulsa
Las presentes reflexiones parten de uno de los conceptos respecto de las categorías de verdad, autoridad interpre-
que constituyen el fundamento de las estéticas tanto de Cer- tativa y poder. Entrecruzamiento, imbricación, irrupción,
acciones todas que describen la dinámica dominante en el tor se coloca en primer plano, anulando la verosimilitud de prisiones y nadie veía la cárcel; cabalgaban, pero no se per- otorga prioridad, en tales sintagmas metalingüísticos, al
sistema narrativo del Quijote: una dinámica de traslaciones su relato y confesando su fracaso, y por ende y finalmente, cibía el caballo; combatían, pero las espadas eran de caña; proceso enunciativo, recurso tan cervantino inscripto en el
y mudanzas, ya sean literales como figuradas, estructurales, dicho epílogo como construcción en abismo de todo el re- morían y después estaban de pie” (Borges 1974: 585). La Quijote (el persistente retorno al proceso enunciativo) (Fine
funcionales y de vías de significación. He postulado tam- lato. No obstante, no es sólo en las estrategias constructivas respuesta del anfitrión fue lapidaria: “Los actos de los locos 2012: 3):
bién a lo largo de mi investigación que el espacio textual donde se revelará la reescritura de la novela cervantina, sino –dijo Farach– exceden las previsiones del hombre cuerdo”
de la novela cervantina esgrime lo que denomino una ince- también en su sus propuestas epistemológicas, en la cap- (Borges 1974: 585); Albucásim afirma que no estaban locos 1.-Abulgualid Muhámmad Ibn-Ahmad ibn-Ahmad
sante “metáfora de cruce”, la cual queda condensada en el tación de la traducción y sus heterodoxias, en la memoria sino figurando una historia, a lo cual el anfitrión remata di- ibn-Muhámmad ibn-Rushd (un siglo tardaría ese lar-
concepto de metalepsis, en su sentido primero, el de trans- histórica y sus melancolías, y finalmente, en la pérdida del ciendo que para ello no se requieren veinte personas sino un go nombre en llegar a Averroes, pasando por Benraist
gresión de límites (Fine 2006). origen primigenio del texto –concepción autotélica de la li- solo hablista, dictamen que todos aprueban. y por Avenryz, y aun por Aben-Rassad y Filius Rosadis)
Desde esta perspectiva, reivindico también el concepto teratura. Acerquémonos entonces al texto. Al volver a su biblioteca Averroes siente que algo reveló redactaba el undécimo capítulo de la obra Tahafut–
de metalepsis como central y estructurante en la estética de Como se recordará, el relato refiere cómo el filósofo Ibn el sentido de las palabras oscuras, y cree resolver su dilema ul–Tahafut (Destrucción de la Destrucción), en el que
Cervantes reescrita por Borges. Dicho concepto excede am- Rushd –Averroes–, el gran comentador andalusí de Aristóte- filológico. Define la tragedia como los panegíricos –alaban- se mantiene, contra el asceta persa Ghazali, autor del
pliamente los límites de la categoría de los niveles narrativos les, instalado en los jardines de la Córdoba del siglo XII, es zas– y la comedia como sátiras y anatemas –maldiciones–, Tahafut-ul-falasifa (Destrucción de los filósofos) (582).
estudiada por Genette (1969), para imponer su figura a la incapaz de comprender los conceptos aristotélicos de trage- concluyendo que son muchas las tragedias y las comedias 2.-Averroes los oyó disputar en el dialecto grosero, vale
novela cervantina en su totalidad. No sólo los niveles narra- dia y comedia a partir de la traducción de Abu Bishr Matta que existen en el Corán. El cuento finaliza con una reflexión decir en el incipiente español de la plebe musulmana
tivos se entrecruzan, sino también las categorías discursivas Ibn Yunus al-Qunna’i. Averroes se hallaba enfrascado en la del narrador- substituto autorial acerca de su propia rela- de la Península [...] Abulcásim decía haber alcanzado
correspondientes al tiempo y los personajes. A su vez, estas escritura de un capítulo de su obra “La destrucción de la des- ción con la materia narrada. Afirma que no puede conocer los reinos del imperio de Sin (de la China) (583).
transgresiones o cruces no se limitan al nivel intratextual, trucción”, en respuesta a “La destrucción de filósofos”, para lo el rostro del filósofo árabe, porque ningún historiador lo ha 3.-Otro huésped negó con indignación que la escritura
sino que atañen asimismo a los múltiples cruces genéricos cual utilizaba traducciones de textos de Aristóteles. Durante descripto y más aún, en el momento en que deja de pensar fuese un arte, ya que el original del Qurán – la madre
que se perfilan en el Quijote, y en el Quijote reescrito por Bor- el desarrollo de dicha tarea, se topa con un problema filoló- en él, este último desaparece junto con todo su entorno. Ha del Libro (584).
ges, como así también a sus complejas proyecciones extra- gico: el sentido de las palabras “comedia” y “tragedia”. A fin de logrado relatar el proceso de una derrota, ya que ha intenta- 4.-Ocurrió en Sin Kalán (Cantón) [...] a muchas leguas
textuales. Estimo válido afirmar que Borges ha sido uno de resolver este dilema, Averroes consulta los libros de su bi- do reflexionar sobre un hombre que se propone un fin que de la muralla que Iskandar Zul Qarnain (Alejandro
los pioneros en entender acabadamente la metalepsis como blioteca sin hallar la solución buscada. El filósofo no contaba no está vedado a los otros pero sí a él, un hombre que ence- Bicorne de Macedonia) levantó para detener a Gog y
metáfora primordial del funcionamiento de todo el sistema con el conocimiento idiomático ni del siríaco ni del griego –la rrado en su cultura nunca pudo saber el significado de las Magog. Cuarenta días tardaría una cáfila (caravana) en
novelístico del Quijote, lo cual se evidencia en el conocido suya era una traducción de una traducción–, pero aparente- voces tragedia y comedia. Averroes siente pues que la obra divisar sus torres (585).
ensayo fundacional, “Magias parciales del Quijote”. mente no era la falta de competencia lingüística la que le se burla de él: querer imaginar lo que es un drama sin saber 5.-Con firme y cuidadosa caligrafía agregó estas líneas
En tal sentido, “La busca de Averroes” constituye un relato impedía acceder al significado de las nociones aristotélicas, lo que es un teatro, no es más absurdo que su propósito en al manuscrito: Aristú (Aristóteles) denomina tragedia
paradigmático de las coordenadas compositivas antes se- sino la carencia de códigos culturales que le posibilitaran re- tanto autor del relato de imaginar a Averroes, utilizando tra- a los panegíricos (587).
ñaladas: la metalepsis o cruce de niveles narrativos, la cons- solver el enigma, más específicamente, el conocimiento del ducciones de historiadores varios.
trucción en abismo y la sobrecarga autorial, encarnada en el género dramático en el seno de la cultura islámica. En efecto, el afán metalingüístico y de traducción del na-
llamado “substituto autorial”, dispositivo esencial tanto en el En el transcurso del relato Averroes es testigo presencial *** rrador remite persistentemente al acto de producción del
Quijote como en “La busca de Averroes” y en la narrativa de pero distraído en extremo de la representación de una cere- discurso, enfatizando su posición de dominio del mundo
Borges, en general. Recordemos que el substituto autorial es monia religiosa ejecutada por niños que juegan en un patio Entre los diversos campos semánticos por los que transita configurado, a partir de la proclamación de un saber me-
aquel narrador ficticio –voz intratextual–, que se enmascara contiguo; no obstante, es incapaz de discernir que está asis- “La busca de Averrroes” uno de los centrales, indudablemen- talingüístico que funciona irónicamente como espejo de la
como autor real de la historia narrada (Dällenbach 1977). Se tiendo al desarrollo de aquello que busca obsesivamente y te, es el de la traducción: su proceso, sus alcances, su posibi- parcial competencia lingüística del protagonista. Vale decir,
trata de un procedimiento metaléptico, que pone de mani- que no alcanza a comprender y mucho menos a traducir: lidad y, finalmente, su supuesta derrota. el supuesto fracaso como traductor de Averroes se encuen-
fiesto el salto o traslado del nivel extratextual al diegético. una representación teatral. El substituto autorial que irrumpe y se hace explícito en tra enmarcado e introducido por una voz que parece ejercer
En el marco del estudio de Meyer-Minnemann (2006: 49-53) A continuación, Averroes asiste a una cena donde está la sección de clausura del relato se irá perfilando de modo un dominio lingüístico absoluto. Se trata indudablemente
sobre las metalepsis, el substituto autorial correspondería a presente un viajante –Albucásim– que había vuelto de Chi- implícito a lo largo del decurso de la primera parte –la cen- de un alarde de poder y autoridad por parte del agente de la
la metalepsis que promueve la anulación o suspensión pa- na. Allí, se discuten varios temas entre los cuales se hallaban trada en la busca de Averroes–, a partir de la focalización en narración: el substituto autorial posee un conocimiento no
radójica de los límites narrativos. las rosas del jardín del anfitrión, la escritura, el Corán; sin el proceso de traducción, y ello a través de recurrentes acla- sólo referencial de la historia que despliega –el cual compar-
Todas estas estrategias constructivas, marca identificatoria embargo, no se trataba de una ‘conversación serena o ami- raciones y comentarios de naturaleza metalingüística –en te o aparenta compartir con el receptor–, sino que también
de la poética narrativa del Quijote y aporte fundamental gable’ sino una confrontación de argumentaciones dialécti- muchos casos parentéticos, lo cual enfatiza la traslación a se atribuye el rol de traductor en un grado más o menos
para el desarrollo de la novela moderna, serán parte del cas siempre vigilantes ante cualquier frase que pudiera ser otro nivel de la narración03–, y siempre en torno a cuestiones explícito respecto de la versión lingüística original de la his-
andamiaje constructivo del relato borgeano que nos ocupa: captada como herética. El más cuestionado fue Albucásim, de traducción, desplegados por la voz narrativa. Estas irrup- toria. El narrador personal asume entonces el rol de transmi-
un substituto autorial y narrador personal que irrumpe ince- cuyo relato no era entendido –no quería ser entendido–, ciones detienen el avance de la linealidad accional, creando sor lingüístico de la historia ante un narratario al que sobre-
santemente en la trama, la metalepsis en todo su espectro por los oyentes: éste contó que en China visitó una casa de un discurso poseedor de registros paratácticos, que hace entiende como ignorante del árabe, pero con el que decide
como recurso primordial estructurante, el carácter auto-re- madera, con un solo cuarto, donde había gente bebiendo y uso de procedimientos gráficos enfatizadores de la mate- compartir su sabiduría idiomática y de mundo. No obstante,
flexivo del relato epitomizado en su epílogo en el que el au- comiendo, otros haciendo música o rezando; allí “Padecían rialidad del texto –como son los paréntesis y las cursivas– y estimo válido considerar que el fracaso como traductor de
Averroes podría estar proyectando especularmente el cues- lingüística parece consolidar la motivación realista de apa- consabido adagio italiano” (ibíd.; se refiere, sin duda, al tri- aparecieron la casa y el invisible surtidor y lo libros y
tionamiento y derrota respecto del ejercicio de la traducción rente complicidad entre narrador y narratario y de dominio llado Traduttore, traditore). En varios sitios recuerda los mis- los manuscritos y las palomas y las muchas esclavas de
del filósofo hacia el narrador extradiegético, quien con tan- absoluto del mundo ficcional por parte del primero; por el mos ejemplos: la traducción alemana que hizo de Shopen- pelo negro y la trémula esclava de pelo rojo y Farach y
ta seguridad y jactancia parece ejercerla. De este modo, la otro, el empleo arbitrario de dicha sabiduría metalingüística hauer del Oráculo manual, de Baltasar Gracián, es superior al Abulcásim y los rosales y tal vez el Guadalquivir (587; el
competencia y hasta la confiabilidad de dicho narrador-tra- desplaza la motivación realista por la estética, la motivación original; y la versión que De Quincey elaboró del Laoconte, énfasis es mío).
ductor se ve pronunciadamente desestabilizada. generalizadora por la ausencia de toda motivación (Genet- de Lessing, sobresale, indefectiblemente, respecto del texto
En tal sentido, el comportamiento del sistema narrativo te 1969), en tanto que, simultáneamente, lleva a cuestionar que traslada. Cuestionada la autoridad de la noción de origen, su supe-
del Quijote presenta paralelismos elocuentes: no sólo por el rigor y hasta la idoneidad –y aun la honestidad– del na- Una segunda estimación reiterada en los escritos bor- rioridad sobre una traducción, o la de una traducción sobre
las constantes irrupciones en el desarrollo de la trama sino rrador-traductor (Fine 2012). Notemos que este cuestiona- geanos es el incesante dilema respecto de la literalidad o otra, parece ser un asunto de percepción, de fe, diríamos,
también por el hecho de que sus narradores oscilarán en- miento constituye el espejo invertido y por ende, irónico de autenticidad que enfrenta el traductor, y que Borges enun- aquella fe que Averroes parece no poder profesar respecto
tre un conocimiento absoluto de la materia narrada, de la nuestro segundo autor español y cristiano viejo, cuyo des- cia así: “La dificultad categórica de saber lo que pertenece al de su interpretación ni aun respecto de su dogma religioso.
interioridad de sus personajes, como también, en ciertos conocimiento del árabe derivará en el arbitrario comporta- poeta y lo que pertenece al lenguaje. A esta dificultad feliz le Y es que no podemos olvidar que el hilo argumental del re-
pasajes, de lo que habrá de acontecer en el desarrollo de la miento y oscilante confiabilidad desplegados en el Quijote, debemos la posibilidad de tantas versiones, todas sinceras, lato que nos ocupa narra también una historia que gira en
acción, y, por otro lado, una extrema ignorancia de la vera- muy especialmente a partir del capítulo I, 9, tras descubrir el genuinas y divergentes”. (Borges 1974: 240) Principalmente, torno a la fe como credo religioso, fundado en la interpreta-
cidad de los hechos narrados, sus causas y, desde ya, de la texto en árabe y tener que recurrir y depender de un traduc- Jorge Luis Borges se ha referido más de una vez a la hetero- ción normativa de los textos, en este caso, los islámicos, y en
versión fidedigna en árabe, idioma original en el que habría tor y de un autor que sí posean el dominio de dicho idioma doxia inscripta en toda traducción. En su opinión, la traduc- la veracidad irrefutable del dogma, todo lo cual se pone de
sido redactado el Quijote. y en los que a menudo no se confiará en lo que atañe a la ción sería siempre una creación en colaboración, un libro manifiesto en la conversación que tiene lugar entre Averroes
Los narradores de la novela cervantina ponen de mani- idoneidad y veracidad de su relato. escrito por varios autores que se contradicen y desmienten y el viajero Albucásim, en casa de Farach:
fiesto pues tanto un marcado protagonismo como una pa- Hemos comprobado que tanto el protagonista, Averroes, entre sí, tal como sucede en el Quijote. Ni las contradicciones
tente arbitrariedad en el manejo del conocimiento, rasgos como el narrador–sustituto autorial de este relato, se reve- ni las versiones disímiles desmerecen los resultados de la Farach no se dejó sobornar; observó que el docto Ibn
de los que hace gala el substituto autorial de nuestro relato. lan, en principio, como traductores que intentan practicar traducción, siempre y cuando “la fe” del circuito autor-lector Qutaiba describe una excelente variedad de la rosa
Efectivamente, cabe destacar por ejemplo la evidente natu- con aparente seguridad su competencia lingüística y, a la la sostenga, circuito y fe que el Quijote inaugura y consagra. perpetua, que se da en los jardines del Indostán y cu-
raleza arbitraria de la selección efectuada por el substituto par, su control sobre el texto y sobre su recepción. Esta do- Creo poder afirmar en el Quijote como también en “La yos pétalos, de un rojo encarnado, presentan caracte-
autorial respecto de los términos, topónimos, antropónimos ble identidad –traductor/narrador– además de confirmar el busca de Averroes” la traducción, y aun la escritura, se ma- res que dicen: No hay otro dios como el Dios. Muhámmad
o títulos que decide, primero, transfonetizar del árabe, para dictum tantas veces enunciado en el corpus borgeano de que nifiestan como operaciones destinadas al fracaso de su afán es el Apóstol de Dios. Agregó que Abulcásim, seguramen-
luego traducir al español. Dicha selección no parece relacio- todo narrador es a fin de cuentas un traductor, acerca nueva- mimético, afán o fe que los autores ficcionalizados no son te, conocería esas rosas. Abulcásim lo miró con alarma. Si
narse con una motivación específica. Tal como puede obser- mente el relato a los presupuestos de la novela cervantina: capaces de sostener. No obstante, será justamente la pér- respondía que sí, todos lo juzgarían, con razón, el más
varse a partir de los ejemplos presentados anteriormente, el la labor del narrador-traductor se convierte en una acción dida de esta fe la generadora de la entronización y perpe- disponible y casual de los impostores; si respondía que
comentario metalingüístico puede aparecer tanto desde un de inmenso poder y control sobre el texto y sus lectores, que tuación de la ficción como verdad y modo de conocimiento. no, lo juzgarían un infiel. Optó por musitar que con el
tipo de focalización interna –la del protagonista–, como ex- dependen de la competencia del traductor (Mignolo 1977: Así, la dinámica “vida y literatura” concluye en el relato con Señor están las llaves de las cosas ocultas y que no hay
terna y panorámica. Asimismo, la arbitrariedad de la selec- 357-360). Como es sabido, Borges ha reflexionado abun- el irónico deicidio o abolición de la realidad. Ello se revela en la tierra una cosa verde o una cosa marchita que no
ción de los vocablos traducidos contrasta con la captación dantemente acerca de la noción de traducción, además de en el carácter en apariencia paradójico del circuito diseñado: esté registrada en Su Libro. Esas palabras pertenecen
de términos que están transfonetizados, en cursiva o sin haber ejercido con entusiasmo dicha tarea04. En sus comen- referente contextual, texto, traducción y ficción. a una de las primeras azoras; las acogió un murmu-
ella, pero no aclarados en español –“los muchos volúmenes tarios, emerge la valoración del rol de traductor, aunque no Así, postulo, “La busca de Averroes” podría ser estimado como llo reverencial. Envanecido por esa victoria dialéctica,
del Mokham del ciego Abensida. [...] Abrió el quitah ul ain de menos la desestimación de la validez de la superioridad del una reescritura del capítulo I, 9 del Quijote –a partir del cual se Abulcásim iba a pronunciar que el Señor es perfecto
Jalil” (583), “Los muecines llamaban a la oración” (587); distin- original (Kristal 2002): en otras palabras, la ausencia de un nos ofrece la obra como una traducción–, como así también en sus obras e inescrutable. Entonces Averroes declaró,
guiéndose también los términos que aparecen primero en origen y, por ende, la imposibilidad de una traducción fiel y de su capítulo final y, en cierto modo, de toda la novela. En prefigurando las remotas razones de un todavía pro-
español y luego, en páginas posteriores, son presentados en unívoca, otra de las claves que dialogan con la novela de Cer- primer término, la abrupta pérdida del texto que queda re- blemático Hume:
árabe, con un paréntesis aclaratorio de su traducción, como vantes. Así, en “Las versiones homéricas“, en las que Borges gistrada al final del capítulo 8 del primer Quijote se ve especu- –Me cuesta menos admitir un error en el docto Ibn Qu-
es el caso de Aristóteles (582), que luego aparecerá como retoma en gran medida comentarios acerca de la traducción larmente inscripta y recreada en el final de la diégesis sobre taiba, o en los copistas, que admitir que la tierra da ro-
Aristú (“Aristú (Aristóteles) denomina tragedia a los panegí- vertidos en años anteriores y reiterados también en los pos- Averroes, cuando tras el fracaso –supuestamente ignorado sas con la profesión de la fe. (LBA: 583–584; el segundo
ricos [...] Admirables tragedias y comedias abundan en las teriores (por ejemplo, en “Las dos maneras de traducir”, de por el filósofo– desaparece, junto con la casa, los manuscritos énfasis es mío).
páginas del Corán”, 587). Surge así el natural interrogante 1926), señala: “La traducción parece destinada a ilustrar la y cada uno de los elementos que integraron su relato:
acerca del porqué de la elección de palabras como cantón o discusión estética […] Qué son las muchas traducciones de la Se observa cómo a lo largo de este tenso e implícito debate
caravana, para ser mencionadas en árabe y traducidas y no, Ilíada de Chapman a Magnien, sino diversas perspectivas de Sintió sueño, sintió un poco de frío. Desceñido el tur- que transcurre en el jardín andalusí de la Córdoba del siglo
por ejemplo, rosas, camello o ángeles, también centrales, un hecho móvil, sino un largo sorteo experimental de omi- bante, se miró en un espejo de metal. No sé lo que XII, los personajes allí reunidos resbalan una y otra vez en
según el relato, en la exposición de Averroes. De este modo, siones y de énfasis” (Borges 1974: 239). En efecto, una de las vieron sus ojos, porque ningún historiador ha descrito los vericuetos de la fe, y ejercen malabarismos silogísticos
podemos observar un doble movimiento en relación a la afirmaciones más reiteradas por Borges es la de “la supersti- la forma de su cara. Sé que desapareció bruscamente, para no revelar cuestionamiento alguno respecto del credo.
instancia narrativa: por un lado, la pseudo función meta- ción de la inferioridad de las traducciones, amonedada en el como si lo fulminara un fuego sin luz, y que con él des- La desestabilización de la fe de Averroes no atañe entonces
únicamente a su propia competencia lingüística como tra- irradiaba hacia el resto de Europa el movimiento de ideas No menos relevante para la captación de la reescritura bor- En efecto, en el final del relato de Borges, en el epílogo me-
ductor, sino que se insinúa más audaz y, sin duda, más ries- contestatarias a partir del siglo XII, destacando en la men- geana de aquellos pasajes cruciales de la novela cervantina tanarrativo, el substituto autorial deja su pluma, derrotado,
gosa aún: las suyas son marcas indudables de hendiduras en ción de nuestro filósofo andalusí, Averroes, rescatada en las es el juego especular de identidades que se crea entre au- cuando Averroes se esfuma de su conciencia creadora. Ha
lo que debería ser el monolítico aparato de su fe religiosa. páginas borgeanas. tores y personajes. Cervantes (tantas veces confundido con comprendido el secreto de su derrota, como Cide Hamete
Es ésta otra clave de la novela cervantina que permea en las No es difícil reconocer en la descripción de Menéndez y la voz del segundo autor ficticio) se mira en Cide Hamete comprende la suya, y deja su pluma, al final de la novela. Se
páginas del relato borgeano: puesto que el traductor moris- Pelayo la imagen especular de aquel otro forastero, que sin Benengeli, quien a su vez debe su existencia a don Quijote. trata de finales impregnados de melancolía por fracasos es-
co no podrá realizar su ‟peligrosa” tarea de traducción a la comprender el arábigo, busca en las calles toledanas a un El circuito debe cumplirse llevado por la fe lectora y autorial, pecíficos. No han quedado ni los pensamientos, ni las inten-
lengua vernácula sino en una iglesia o en la casa del mismo morisco aljamiado, versión aurisecular invertida del mozá- las únicas capaces de dar existencia. De allí la busca pertinaz ciones ni la “verdadera historia” de aquel Averroes andalusí:
segundo autor, escapando de miradas sospechosas a la caza rabe del siglo XII, para que le sirva de intérprete y traslade del segundo autor en el Alcaná de Toledo, a fin de hallar la los siglos irónicamente llamados “del Quijote” se encargarán
de posibles herejías05. a lengua vulgar aquel cartapacio escrito en caracteres ará- continuidad de la historia que asegure también su propia de silenciarlos, de borrarlos. Estimo que el capítulo I, 9 y aun
La concomitancia de los conceptos de traducción y de he- bigos, traducción que, como sabemos, también se reprodu- historia-existencia. Como espejo invertido, esa voz que fic- el II, 74 de la novela cervantina constituyen también un la-
terodoxia no resulta ni sorprendente ni novedosa, y ello muy cirá incesantemente en múltiples copias apenas aparecida cionaliza a Borges, autor de “La busca de Averroes”, se busca mento por aquella España perdida. Y como Averroes, derro-
especialmente, en el contexto de la España contrarreformis- (Fine 2011). en el protagonista “Averroes”, cuya desaparición como ente tado y haciendo pública su incomprensión de los conceptos
ta, aquella que recorre silenciosamente en las páginas del En mitad de la escritura-lectura el texto cervantino (capí- histórico, lo anula en ese nivel ontológico, pero en un movi- estéticos de un mundo clásico inaccesible, también don
Quijote. Las convulsiones ocasionadas por la traducción de la tulo I, 8) y el borgeano se esfuman y desaparecen, dejando miento paradójico, eterniza al “Averroes” ficticio –y las comi- Quijote, vencido, declara la condena a los libros que serán el
Biblia a las lenguas vernáculas fueron motivo de preocupa- la historia trunca, tras lo cual se da paso a la voz del sustitu- llas colocadas en el texto borgeano son elocuentes (p. 588). germen de la ficción moderna, los libros que ha tratado de
ción, debate y no menos de persecución en aquellos siglos. to autorial – “segundo autor”, quien sale en busca del texto Finalmente, quiero mencionar una posible lectura que, a reescribir a lo largo de su periplo novelístico. No obstante,
No obstante, la herejía emergente de la labor de traducción perdido en la novela cervantina y Borges ficticio, en el relato mi entender, también es sugerida por el relato borgeano en la derrota de Averroes y la de don Quijote y sus momentos
no es patrimonio exclusivo de la crisis desencadenada en sobre Aberroes. Hallamos así en ambas narraciones la du- tanto reescritura de la novela cervantina: el temple impreg- históricos precisos, son reivindicadas por la victoria de sus
torno al cisma del protestantismo. En la Península Ibérica, plicación y el protagonismo que adquieren los autores fic- nado de nostalgia y aun de melancolía por aquellos jardines sendos autores ficticios/reales Borges, Cide Hamete, Cervan-
hervidero lingüístico durante largos siglos, la traducción ticios, como también la traducción del árabe de un original y fuentes de lo que fue la España andalusí06. tes– cuyas plumas no han quedado colgadas de las espete-
del pensamiento antiguo a través de las lenguas semíticas evanescente y móvil. Todo ello es rescatado en el relato de Averroes cuenta con un conocimiento idiomático parcial ras, sino que sostienen y seguirán sosteniendo la incesante
fue considerada como uno de los factores que diera origen Borges desde una lúcida percepción de este momento cru- –el del latín, y por ende, la suya es una traducción de una tra- aventura de la escritura.
y difusión a las heterodoxias que cuestionaron el tronco cial de la novela cervantina. El escándalo ontológico, consti- ducción. El relato se regodea en el hecho de que no posee las
normativo de la teología y la fe durante los largos siglos pos- tuido por la desaparición de un texto en la mitad del relato claves culturales que le permitan resolver el enigma. Tal vez,
teriores. Y Toledo, la ciudad de los traductores por antono- de una aventura, es reescrito e interpretado por Borges en como Averroes traduciendo a Aristóteles, Cide Hamete lee la
masia, a la que se dirige el segundo autor del Quijote, llevará ‟La busca de Averroes” como la consecuencia de un abrupto historia de don Quijote –o la traduce– como panegírico y no
la marca de esta supuesta culpa impresa en su pasado. Así giro en la narración: los reflectores focalizan al productor de como parodia, y el traductor morisco no puede aceptar este
se pronunciaba Marcelino Menéndez y Pelayo refiriéndose a la diégesis y al acto de producción de la misma, giro que no registro serio y se rebela contra él (como en el capítulo II, 5),
esta peregrinación hacia la escuela de traductores del arzo- es otro sino aquél que dará la novelística moderna a partir devolviéndole su carácter burlesco o, más precisamente, su
bispo don Raimundo en Toledo, y a sus derivaciones: de este decisivo pasaje cervantino, el cual, en gran medida, registro tragicómico, real y a la vez imaginario, baciyélmico,
inaugura la novela metaficcional. Así, el corte gráfico y die- heterodoxia genérica e histórica irreverente. Al final del relato
Venían [a Toledo] por lo común estos forasteros con gético que separa el final del capítulo I, 8 del Quijote, del I, 9, de Borges, en un epílogo meta-narrativo, el substituto auto-
poca o ninguna noticia de la lengua arábiga; buscaban es recreado en la separación entre el final del relato de Ave- rial deja su pluma, también derrotado, cuando Averroes se es-
algún judío o muzárabe toledano, que literalmente y rroes y el epílogo a cargo de una voz autorial ahora protagó- fuma de su conciencia creadora: ‟en el instante que yo dejo de
en lengua vulgar o en latín bárbaro les interpretase nica, que como aquel otro curioso autor, sale en busca de su creer en él, ´Averroes´ desaparece”. Ha comprendido su propia
los textos de Avicena o Averroes; traduciendo ellos en perdido protagonista y su historia. derrota y el absurdo de querer traducir una lengua –una cul-
latín escolástico, y la versión, hecha de tal manera, se Aventuraría una hipótesis ulterior: el epílogo autorial de tura, una civilización- cuando la permeabilidad intelectual y
multiplicaba luego en innumerables copias [...] era ávi- “La busca de Averroes” reescribe simultáneamente –esti- vivencial se ha evanescido. La de Averroes, la suya y la nuestra,
damente recibida, y engendraba a las veces herejías y mándolo como un juego especular del capítulo I, 9– el final de la mano del segundo autor que se pasea por las calles tole-
revueltas. (Menéndez Pelayo 1951: 115) del Quijote, en el cual la péñola o pluma, es decir, la escritura danas y cree poseer la traducción del libro de Cide Hamete, no
autotélica, se revela como el verdadero autor u origen de la son sino historias de derrotas. Ya no quedan historiadores ni
En efecto, a decir de Menéndez y Pelayo, la ciencia de árabes novela, o más precisamente, como la ausencia de origen y menos filósofos islámicos en lo que fue Al Andalús. Tampoco
y judíos comienza a propagarse desde Toledo, penetrando de centro. En el final del relato que, como ya ha sido señala- traductores del latín a través del árabe al romance o al latín
en Francia para difundir el panenteísmo de Avicena, aun de do, subraya también la pérdida del origen del texto, en aquel vernáculo. La traducción es un asunto serio y, por ende, está
Ibn Gabirol, para engendrar finalmente el averroísmo. Bajo aparente alarde de descreimiento, la ficción se entroniza en regulado, limitado, vigilado. Sólo en un rincón de la Toledo
la influencia de tales traducciones, surgirán heterodoxos sin su autonomía, bastión de la fe de la voz autorial; será enton- cervantina, en el que la imaginación aparenta ser un juego
conciencia de serlo, tales como Gundisalvo o Juan Hispalen- ces en los finales de ambas narraciones donde se produzca inocuo, pueden pervivir los traductores heterodoxos hispa-
se. Toledo emerge, entonces, como el centro intelectual que la revelación de esa fe que no es otra que la fe en la ficción. nos, herederos de lenguas y culturas perdidas.
01 Wood (1994) sostiene que Borges nos ha permitido descubrir a Cervan- 2004.
tes como escritor moderno.
02 Gerli (1995) señala que este procedimiento apunta a un tipo de eco- Kristal, Efraín, Invisible Work. Borges and Translation, Vanderbilt University
nomía del pensamiento y a una cultura textual propia del Renacimien- Press, Nashville, 2002.

C ATÁ L O G O D E L A
to, cuyo origen corresponde a la tradición de la glosa medioeval, la cual Madrid, Lelia, Cervantes y Borges: La inversión de los signos, Madrid, Editorial
combinaba la técnica del comentario con el texto, síntesis de la operación Pliegos, 1987.
de lectura-escritura.
03 Etkin (1999) estudia exhaustivamente los procedimientos retóricos en Matamoro, Blas, Lecturas americanas, Madrid, Ed. de Cultura Hispánica,
LBA. Respecto de los comentarios parentéticos, ver especialmente la nota
12 de dicho estudio.
04 En relación a la traducción en la obra de Borges y su labor como tra-
1990.

Menéndez y Pelayo, Marcelino, Historia de los heterodoxos españoles, en


EXPOSICIÓN
ductor, ver especialmente Waisman (2005). Respecto del tratamiento de Obras completas, Buenos Aires, Espasa Calpe, 1951, vol. III.
la traducción en LBA, ver el estudio de Eco (2004).
05 En tal sentido, recuérdese asimismo la ironía que emerge en las invo-
caciones de carácter religioso del autor arábigo (‟¡Bendito sea el pode-
Meyer–Minnemann, Klaus, “Narración paradójica y ficción”, en Klaus Me-
yer–Minnemann, Sabine Lang y Nina Grabe (eds.), La narración paradójica.
CIRCULACIÓN Y
PERIPECIAS DEL
roso Alá!”, cita el segundo narrador con ironía a Cide Hamete Benengeli, “Normas narrativas” y el principio de la “transgresión”, Frankfurt am Main/Ma-
quien también jurará como católico cristiano, no con menos ironía) drid, Vervuert/Iberoamericana, 2006: 49–71.
06 Son pertinentes en este sentido las observaciones de Almond (2004:
435-459) respecto de este relato, en las que el crítico acertadamente dis- Mignolo, Walter, “Emergencia, Espacio, “Mundos Posibles”: Las Propues-
cierne la valoración del mundo islámico. tas Epistemológicas de Jorge L. Borges”, en: Revista Iberoamericana, XLIII,
100–101, 1977, 357– 380. Q U I J O T E E N U R U G U AY:
LA COLECCIÓN DE
Obras citadas Molloy, Sylvia, “Figuración de España en el museo textual de Borges” en
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usados y antiguos en ferias y librerías, gracias a lo cual sigue J. Jiménez Aranda y 111 de Alpériz, Bilbao, García Ramos, Abadie, Roberto y Zarrilli, Humberto. Cervantes. Libro de len- Jaureguy, Miguel Ángel. La vida quijotesca del médico. Monte-
reservando sorpresas. En noviembre de 2016, a 400 años de Luis Jiménez, L. Cabrera, Moreno Carbonero, Sorolla, Sala y guaje. Montevideo: Barreiro y Ramos, 1926. video, s/d.
la muerte de Cervantes, presentamos al público, en el Centro Villegas, con un juicio crítico de la obra, de D. José R. Méli- Tabárez, Jacinto. Del Gólgota a La Mancha. Montevideo, 1932. Dalbono, Pedro. Versos del terruño. Sonetos quijotescos. Las co-
Cultural de España de Montevideo, una pequeña muestra da. Madrid: Editor R. L. Cabrera, 1905. 4 tomos de texto y 4 Oría, José A. La polémica de Menéndez y Pelayo con Grous- plas del payador perseguido. Montevideo, s/d.
de la enorme colección cervantina que encierra la librería tomos de láminas. sac sobre el ‘Quijote’ de Avellaneda. Buenos Aires: Casa Im- Salguero, Rafael. La ruta de Don Quijote. Homenaje al príncipe de
anticuaria ‘El Galeón’, en la que se encuentran alrededor de Cervantes, Miguel de. Quijote. Barcelona: edición de Suñé presora López, 1934. los ingenios. Montevideo, 1972.
500 libros de y sobre Cervantes. El comercio inició su activi- Benages, 1911. Olarán y Chans, Justo. Glosario cervantino: escolios líricos al Qui- Seluja, Antonio. Los oficios en la época de Cervantes. Montevi-
dad en enero de 1973, pero su propietario, Roberto Cataldo, Cervantes, Miguel de. Dom Quichote de la Mancha. Porto: Tra- jote, Ilustrado por Carlos Vergottini. Buenos Aires: Imprenta deo: Universidad del Trabajo, 1972.
trabaja con libros desde 1960. Muchos ejemplares cervanti- ductores Viscondes de Castilho e De Azevedo (Ilustraciones López, 1938. Peña Martín, Cecilio. Cervantes. Montevideo: La Casa del Es-
nos pasaron por sus manos. Conocedor de obras y ediciones de G. Doré, grabados por H. Pisan), 1930, 2 tomos. Etchepare, Alberto. Don Quijote fusilado. Montevideo: AIPA- tudiante, 1973.
por profesión y afición, en 2005 editó Cervantes en el Uruguay, Cervantes, Miguel de. Quijote. Buenos Aires: Joaquín Gil edi- PE, 1940. Albistur, Jorge. Leyendo el Quijote. Montevideo: Banda Orien-
de Diego González Gadea, profesor y librero, a quien perte- tor, 1944. Alcalá Zamora, Niceto. El pensamiento del Quijote visto por un tal, 1974.
necieron muchos de estos ejemplares. Cervantes, Miguel de. Las novelas del Quijote. El Curioso imperti- abogado. Buenos Aires: Guillermo Kraft, 1947. González Perea, Mario. Páginas del Quijote. Montevideo, s/d.
La selección de ejemplares que se expusieron contó con nente. Historia del Cautivo. Xilografías de E. C. Ricart. Barcelo- Benavente, Manuel. Tres conferencias sobre Cervantes. San José: Doddie Cardozo, Siguiendo al caballero de la triste figura. Cap.
sugerencias de Cataldo, y el montaje correspondió a Daniel na: Juventud, 1947. Edición numerada. Ediciones Cenit, 1947. VIII. Montevideo, 1976.
Rial, a quien agradezco su trabajo e interés. Cervantes, Miguel de. Quijote. Servicio de Transcrpciones de Homenaje a Miguel de Cervantes en ocasión de su cuarto centena- Guerrina Soderini, Alfonso. El drama quijotesco de los oficios en
A continuación se ofrece el listado presentado en la la BBC, Londres, 1947 rio. Buenos Aires: Facultad de Filosofía y Letras, 1947. la época cervantina. Montevideo. Talleres Don Bosco, 1979.
muestra y se ofrecen imágenes de las ediciones más raras Cervantes, Miguel de. Quijote. Según el texto de Francisco Homenaje a Cervantes en el IV Centenario de su nacimiento. Mon- Milans Ruiz, Aquiles. El Quijote. Sonetos Ejemplares. Montevi-
o valiosas. Rodríguez Marín, de la Real Academia Española. Barcelona: tevideo: Consejo Nacional de Educación Primaria, 31 de oc- deo, 1979.
Montaner y Simón, 1954. 2 vols. tubre de 1947. Nállim, Carlos Orlando. Cervantes en las letras argentinas. Bue-
Ma. de los Ángeles González Briz Lacalle, Carlos. “El tiempo de Cervantes”. Separata de Cervan- nos Aires: Academia Argentina de Letras, 1998.
2.- Obras de Cervantes publicadas en Uruguay tes. Ciclo de conferencias organizadas por la Sección de Literatura Gobello, José. Cervantes y el lunfardo. Academia Porteña del Lun-
Iberoamericana. Montevideo, 1948. fardo. Buenos Aires, 2001.
1.-Obras de Cervantes (por fecha de edición) Cervantes, Miguel de. Quijote. Montevideo: Imprenta de la Sabat Ercasty, Carlos. Celebración de Don Quijote en el cuarto
Colonia Española, 1880. Primera edición sudamericana. centenario de su nacimiento (1547-1947), Montevideo, 1947. 4.- Cajón de sastre II: Sobre Cervantes, su obra y sus már-
Cervantes, Miguel de. Quijote. Madrid: Manuel Martín, 1765. Conforme a la última corregida por la Academia Española Homenaje a Cervantes. Realidad, vol. II, N° 5. Buenos Aires, genes (orden alfabético)
4 tomos. de la Lengua. Regalo a los suscriptores de La Colonia Españo- set/octubre de 1947.
Cervantes, Miguel de. Persiles. Madrid: Edición de Antonio la. [Basada en la edición de la Real Academia española de García Esteban, Fernando. Los Entremeses de Cervantes. Mon- Alcalá, Manuel y Monterde, Francisco. El cervantismo de Alfon-
Sancha, 1781. 1819. Anexa una “Vida de Cervantes”, de Martín Fernández de tevideo, 1948. so Reyes. México: UNAM, 1964.
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Cervantes, Miguel de. Persiles. Madrid: Imprenta de Sancha, emigrante en América. Montevideo, 1955. Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1950.
1802. 3.-Cajón de sastre I: Un excéntrico cervantismo rioplaten- Camba, Carlos T. Tríptico cervantino. Don Quijote. Dulcinea. Casalduero, Joaquín. Sentido y forma del Quijote. Madrid: Ín-
Cervantes, Miguel de. Quijote. Barcelona: Sierra y Martí, se (por fecha de edición) Sancho Panza. Montevideo, 1960. sula, 1949.
1808-1814. 6 tomos. Ballesteros, Montiel. Don Quijote grillo. Novela para niños. Cassou, Jean. Cervantes. Montevideo-Nueva York-Buenos Ai-
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Montalvo o el Cervantes de América. Quito: Editorial Ecuatoria- periodística en diversas publicaciones. Durante la Guerra
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4.- Las adventures de Don Quichotte, París, s/d. Desplegable.
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17.- CERVANTES, Miguel de.


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P U B L I C A D A S E N U R U G U AY

19.- CERVANTES, Miguel de. Capítulos Del Quijote. El retablo de las maravillas. Montevideo: Consejo Nacional de Enseñanza Primaria, 1947 (Con un ensayo
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18.- CERVANTES, Miguel de. Quijote. Montevideo: Imprenta de la Colonia


Española, 1880. Primera edición sudamericana. Conforme a la última
corregida por la Academia Española de la Lengua. Regalo a los suscrip-
tores de La Colonia Española. [Basada en la edición de la Real Academia
española de 1819. Anexa una “Vida de Cervantes”, de Martín Fernández
de Navarrete]. 20.- CERVANTES, Miguel de. Quijote. Montevideo: Ministerio de Instrucción Pública, 1966.
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UN EXCÉNTRICO
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38.- HOMENAJE a Cervantes. Boletín de la Academia Nacional de Letras. Montevideo, 1948. 39.- MARASSO, Arturo. Cervantes. La invención del Quijote. Buenos Aires: Hachette, 1954.
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86.- Puyol, José María. Don Quijote de Alcalá de Henares. Paris: Ediciones Solidaridad Obrera, 1947.
87.- Puyol, Julio. El supuesto retrato de Cervantes. Resumen y conclusiones. Madrid: Imprenta de Fortanet, 1917. 89.- UNAMUNO, José. Vida de Don Quijote y Sancho. Madrid: Renacimiento, 1914.
90.- SANTOS OLIVER, Miguel. Vida y semblanza de Cervantes. Barcelona: Montaner y Simón, 1916.

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