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Sujetos de los derechos humanos: la persona humana

Subjetividad internacional de la persona humana por la doctrina clásica de los


llamados “fundadores” del derecho internacional Cançado (2007). A lo largo del
siglo XVI, floresció la concepción de Francisco de Vitoria, el gran maestro de
Salamanca (Relectiones Theologicae, 1538-1539), según la cual el derecho de
gentes reglamenta una comunidad internacional (totus orbis) constituida de
seres humanos organizados socialmente en Estados y coextensiva con la
propia humanidad; la reparación de las violaciones de derechos (humanos)
refleja una necesidad internacional atendida por el derecho de gentes, con los
mismos principios de justicia aplicándose tanto a los Estados como a los
individuos o pueblos que los forman. A su vez, Alberico Gentili (autor de De
Jure Belli, 1598) sostenía, a fines del siglo XVI, que es el derecho el que rige la
convivencia entre los miembros de la societas gentium universal.

En el siglo XVII, en la visión avanzada por Francisco Suárez (autor del tratado
De Legibus ac Deo Legislatore, 1612), el derecho de gentes revela la unidad y
universalidad del género humano, y reglamenta los Estados en sus relaciones
como miembros de la sociedad universal. Poco después, la concepción
elaborada por Hugo Grotius (De Jure Belli ac Pacis, 1625) sostenía que la
societas gentium abarca toda la humanidad, y la comunidad internacional no
puede pretender basarse en la voluntas de cada Estado individualmente; los
seres humanos —ocupando posición central en las relaciones
internacionales— tienen derechos vis-à-vis el Estado soberano, que no puede
exigir obediencia de sus ciudadanos de forma absoluta (imperativo del bien
común), pues la llamada “razón de Estado” tiene límites, y no puede prescindir
del derecho. En esta línea de razonamiento, en el siglo XVIII, también Samuel
Pufendorf (De Jure Naturae et Gentium, 1672) sostuvo la sujeción del
legislador a la razón, mientras que Christian Wolff (Jus Gentium Methodo
Scientifica Pertractatum, 1749) ponderó que, así como los individuos deben —
en su asociación en el Estado— promover el bien común, a su vez el Estado
tiene el deber correlativo de buscar su perfección.

Insurgió —aún en el inicio del siglo XX— la doctrina jusinternacionalista más


lúcida, que pasó a sostener que el Estado es responsable por todos sus actos y
omisiones en detrimento de los derechos de la persona humana. Creado por
los propios seres humanos, por ellos compuesto, para éllos existe, para la
realización de su bien común. En caso de violación de los derechos humanos,
justifícase así plenamente el acceso directo del individuo a la jurisdicción
internacional, para hacer valer tales derechos, inclusive contra el propio
Estado. El individuo pasó, nuevamente, a ser considerado como sujeto del
derecho tanto interno como internacional Cançado (2003).

El reconocimiento de la personalidad jurídica del individuo en el plano


internacional operó como respuesta a una necesidad de la comunidad
internacional. Aunque el escenario internacional contemporáneo sea
enteramente distinto del de la época de los llamados “fundadores” del derecho
internacional (nadie lo negaría), que propugnaron por una civitas máxima
regida por el derecho de gentes, la aspiración humana permanece la misma, o
sea, la de la construcción de un ordenamiento internacional aplicable tanto a
los Estados (y organizaciones internacionales) como a los individuos, de
conformidad con ciertos estándares universales de justicia. De ahí la
importancia que asume, en ese nuevo corpus juris de protección, la
personalidad jurídica del individuo, como sujeto del derecho tanto interno como
internacional. La consagración de la personalidad jurídica internacional de la
persona humana representa una verdadera revolución jurídica, que viene a dar
un contenido ético a las normas tanto del derecho público interno como del
derecho internacional.

A la doctrina jurídica del siglo XX no pasó desapercebido que los individuos,


además de titulares de derechos en el plano internacional, son también
portadores de deberes emanados directamente del derecho de gentes (la
dimensión tanto activa como pasiva de su subjetividad. Los avances en ese
sentido se revisten de crucial importancia para el combate a la impunidad,
como reiteradamente ha advertido la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. La Corte ha afirmado el deber del Estado de “organizar el poder
público para garantizar a las personas bajo su jurisdicción el libre y pleno
ejercicio de los derechos humanos”, deber éste que “se impone
independientemente de que los responsables por las violaciones de estes
derechos sean agentes del poder público, particulares o grupos de ellos. Esta
posición forma hoy día jurisprudence constante de la Corte, resaltando el
carácter erga omnes de las obligaciones convencionales de protección.

La titularidad jurídica internacional del ser humano, tal como la antevieron los
llamados “fundadores” del derecho internacional, es hoy día una realidad. En el
ámbito del derecho internacional de los derechos humanos, en los sistemas
europeo e interamericano de protección —dotados de tribunales
internacionales en operación— hoy se reconoce, a la par de su personalidad
jurídica, también la capacidad procesal internacional (locus standi in judicio) de
los individuos. Es éste un desarrollo lógico, por cuanto no parece razonable
concebir derechos en el plano internacional sin la correspondiente capacidad
procesal de vindicarlos; los individuos son efectivamente la verdadera parte
demandante en el contencioso internacional de los derechos humanos. Sobre
el derecho de petición individual internacional (cf. infra) se erige el mecanismo
jurídico de emancipación del ser humano vis-à-vis el propio Estado para la
protección de sus derechos en el ámbito del derecho internacional de los
derechos humanos.

Visiones del hombre. Dimensión individual, colectiva, comunitaria y


universal.

El estudio del hombre supone el tratar un conjunto de perspectivas encontradas


que permiten atender al sujeto como un ente, que puede ser discernido desde
unas focalidades encontradas que puedan servir para estructurar
especialidades y transversalidades cognoscitivas.

Dimensión Individual

Alonso (2003) En el hombre influyen características biológicas, psicológicas,


sociales y espirituales. Asimismo, está dotado de conciencia, inteligencia,
voluntad, intencionalidad, afectividad y creatividad, en síntesis, de una
personalidad, que obedece a su ubicación temporal (momento histórico) y
espacial (lugar donde habita), por lo que resulta imposible, para entenderlo,
separarlo de sus contextos y dimensiones.
Vale la pena dar un breve contexto sobre lo que los teóricos han llamado
persona, y sobre la cual se habla tanto y se vive tanto. Para Heidegger (1999),
el hombre es como “Daesin”, una palabra en alemán que significa “el ser ahí”.
El mundo es el mundo del hombre y es en ese momento en que el hombre
trasciende “el ser en el mundo” ya que conlleva las acciones e intenciones del
hombre. El hombre transforma al mundo al vivir en él.

Dimensión Colectiva

Según Heidegger (1999) El hombre tiene por naturaleza y desde sus inicios
una vida social y política. Una sociedad es el “hombre con otro”, quienes
comparten acciones y un mundo, al igual que preocupaciones.

Ortega (2000) En las diferentes etapas históricas la sociedad ha tenido


diversas consideraciones; en la cultura occidental greco-romana, por ejemplo,
considera a la sociedad como el medio que vincula al hombre con la
naturaleza; después en el liberalismo se prioriza la autonomía de la persona
frente a la sociedad, para posteriormente concebir su existencia solo en una
sociedad democrática.

Dimensión Comunitaria

Retegui (2013) La persona es un ser social por naturaleza. Nace arropada en el


seno familiar y crece con el apoyo de su comunidad natural. Donde exista una
sociedad rica en opciones, tiene la oportunidad de hacer valer su imaginación y
talento y alcanzar metas ambiciosas. Donde reine la penuria y desigualdad, su
horizonte es limitado.

La extensión y riqueza del entramado social, palia y reduce las desigualdades


de origen, haciendo posible la “igualdad de oportunidades”.

Conseguir una sociedad rica en opciones, que trabaje por la igualdad de


oportunidades, es crear las condiciones esenciales para su desarrollo
equilibrado y armónico.
Dimensión Universal

El punto de partida para establecer la integralidad de la persona humana puede


vincularse desde distintas disciplinas del saber social y humano entre las que
se encuentran la teología, la filosofía y la antropología e incluso desde la
frontera de tales saberes. La primera vinculación puede darse desde el ámbito
de la filosofía práctica o del obrar humano, iniciada en la perspectiva del
estagirita continuada por el aquinate, quienes relatan, desde ópticas diferentes
y complementarias.

De allí que, la primera forma de humanismo se debe a los romanos quienes al


adoptar la cultura de los griegos encontraron los elementos necesarios en la
práctica de las virtudes, la filosofía y las artes como fundamentos de la
humanitas, la cual comprendía que la tarea del hombre consistía en ser culto y
digno por excelencia. Siguiendo esta línea de desarrollo de la humanitas, los
Padres de la Iglesia, San Agustín y posteriormente Santo Tomás asumieron el
legado de la filosofía griega de Platón y Aristóteles respectivamente, para
fundamentar que la razón, devoción y dignidad del hombre son los principios
rectores del humanismo cristiano, anticipándose, en gran parte, al giro
antropocéntrico del Renacimiento, que conservando radicales diferencias frente
al medioevo y a su forma de entender la realidad humana en su carácter
trascendente, enfatizan en el hombre su carácter inmanente, aunque apoyados
en el humanismo de los griegos, los renacentistas valoran la importancia del
hombre más que la virtud, contrariando el legado de la tradición clásica griega,
que se apoyaba en la virtud que sólo poseían unos cuantos hombres, los libres
y sabios. Esta mirada retrospectiva al humanismo clásico, medieval y
renacentista sumado a los humanismos contemporáneos muestra la dificultad
de entender la esencia de lo humano en las distintas épocas de la humanidad.

Fuentes creadoras de los derechos humanos

En este sentido, en el artículo 38.1 del Estatuto de la Corte Internacional de


Justicia se señalan como fuentes del Derecho Internacional Público las
siguientes: a) Las convenciones internacionales, sean generales o particulares,
que establecen reglas expresamente reconocidas por los Estados. b) La
costumbre internacional, como prueba de una práctica generalmente aceptada
como derecho. c) Los principios generales de derecho reconocidos por las
naciones civilizadas. d) Las decisiones judiciales y las doctrinas de los
publicistas de mayor competencia de las distintas naciones, como medio
auxiliar para la determinación de las reglas de derecho.

Fuentes Formales

 Convenciones internacionales (tratados) Las reglas del derecho


internacional relativas a los tratados, llamadas “derecho de los tratados”,
se encuentran codificadas en la Convención de Viena sobre el Derecho
de los Tratados (1969), la cual los define en su artículo 2.1 como: “Se
entiende por tratado a un acuerdo internacional celebrado por escrito
entre Estados y regido por el Derecho Internacional, ya conste en un
instrumento único o en dos o más instrumentos y cualquiera que sea su
denominación particular”.

 Costumbre Internacional Hay muchos textos escritos sobre la costumbre


internacional y aquí la/el lector sólo encontrará un acercamiento a esta
fuente del derecho internacional. En general, las personas que han
escrito sobre el tema empiezan refiriendo que ésta es la fuente
tradicional del derecho internacional, en atención a la inexistencia en
este sistema normativo de un legislador internacional, y a que
tradicionalmente las relaciones de los Estados entre sí se regulaban por
normas no escritas aceptadas por ellos. Ortiz (2004) En este sentido, se
hace referencia a que el derecho internacional contemporáneo ha
tomado un curso en el que sus normas son primero de derecho
consuetudinario, después se vuelven derecho escrito (a través de
instrumentos de naturaleza jurídica distinta) Ortiz (2004) y,
posteriormente, algunas de estas pueden volverse, de nuevo, derecho
consuetudinario como normas de ius cogens. El derecho
consuetudinario no es sino la práctica generalizada de los Estados
aceptada como derecho, de acuerdo con el artículo 31(1) del Estatuto de
la Corte Internacional de Justicia; en esta definición se denotan dos
elementos: 1) el elemento material, la práctica generalizada y 2) el
elemento subjetivo, que es la creencia de que esta práctica es
obligatoria (opinio juris).

Fundamentos de los derechos humanos en las distintas teorías jurídico-


filosóficas

La construcción de la naturaleza jurídica de los derechos humanos supone la


construcción y revisión epistémica que pueda significar una comprensión
inteligible de unos atributos para la generación de nuevos constructos al paso
del tiempo que puedan superar fundamentos.

Teorías Jurídicas

El fundamento de la sustancia de la técnica jurídica implica la producción de


bases epistémicas, que justifiquen el sustrato de la evidencia normativa, que
pueda dar fundamentación a otros estadios que conduzcan a la gestación de
nuevos procesos evolutivos.

 Monismo:

Los principales exponentes de esta teoría son Hansel Kelsen y Welsen. Según
(Ariza, 2013), Sostiene que hay un sistema normativo universal o en
consecuencia un único sistema jurídico. Esta Teoría según la cual el derecho
interno y el derecho internacional forman un solo sistema jurídico, admite dos
variantes esenciales, por tanto se entiende que el derecho interno e
internacional deben aplicarse conjuntivamente para el tratamiento de
faticidades que se presentan.

 Dualismo:

La teoría dualista, es tratada según Rousseau (1966), involucra: “sus dos


construcciones mas notables son las de Triepel y la de Anzilotti. Para los
defensores de esta teoría, el Derecho Internacional Público y el
Derecho Interno Estatal son dos sistemas u ordenamientos jurídicos de
naturaleza jurídica diferente” (p.14), se presentan así una clara y notoria
concepción de reconocer la diferenciación entre el derecho internacional
publico y el derecho nacional, esgrimiendo que pudiese darse el caso de que
estos tuviesen regulaciones contradictorias que pueden dar lugar a
pronunciamientos, de alli que la técnica juridica requiere plantear y atender
discernimientos.

Teoría del Derecho Internacional de los Derechos Humanos

Se tiene referentes asumidos para lograr las medidas concernientes a su


sustentación, de esto Santiago (2009) indica:

El Derecho Internacional de los Derechos Humanos se ha ido


convirtiendo en un nuevo ius commune, ius gentium o lex universalis, un
nuevo orden público internacional, un derecho sin fronteras con una clara
fuerza de penetración y transformación de los propios ordenamientos
jurídicos locales. Del mismo modo que el derecho constitucional ha ido
permeando y modificando los distintos sectores de la legislación interna,
hoy el Derecho Internacional de los Derechos Humanos está también
transformado el derecho constitucional e interno de los Estados. Este
proceso produce, en términos políticos, un claro traspaso de soberanía
de los Estados nacionales en favor de entidades supranacionales. (p.95)

De acuerdo a lo prescrito en la argumentación disciplinar se tiene en cuenta


que el derecho internacional de los derechos humanos, asume apriorísticas, a
las cuales se les da delimitaciones, y a las que debe presentarle medidas
preventivas y de protección para evitar su socavamiento o lograr la reposición
de los derechos lesionados. Se argumenta asi que los principios de
intangibilidad, progresividad, e inalterabilidad se dan como mecanismos para
profundizar un fin tuitivo y protectorio que permita avanzar en el resguardo
respectivo con el fin de atender mas objetos de certeza jurídica

icar una comprensión inteligible de unos atributos para la generación de nuevos


constructos al paso del tiempo que puedan superar fundamentos.
Teorías Filosóficas

El pensamiento occidental fundamenta en sus construcciones óntico


epistémicas que por su sustrato y contenido deben trascender en
la configuración de nuevos sustratos cognoscitivos que permiten avanzar en el
fortalecimiento de profundidad disciplinar.

Idealismo político de Kant

En el ámbito de las relaciones internacionales, se encuentra la teoría del


idealismo Político, expuesta por Hormazábal (2006) que refiere: “Para los
idealistas el objetivo central es transformar el sistema internacional en un
escenario en donde pudiesen establecerse las condiciones necesarias para la
paz perdurable en toda la sociedad internacional; o como lo plantea Immanuel
Kant, una paz perpetúa”. (p.13), el contenido de esta teoría que existen puntos
de acuerdo, coincidencia y concertación entre los Estados para lograr la
coexistencia de los Estados y el cumplimiento de objetivos afines.

Dentro del idealismo se encuentra la teoría de integración según Marcano


(2000) que señala: “La culminación de un proceso de integración requiere de la
formación real de una unidad supranacional, puesto que no se hace solo
necesario la armonización de políticas, sino que es necesaria la unificación”.
(p.116), de esta forma el derecho internacional de los derechos humanos se
derivan de forma cierta y efectiva en la consolidación, de nuevos enfoques para
fortalecer los atributos de estas potestades, y para evolucionar en la concreción
de formas y medidas tuitivas y protectorias

Los Derechos Humanos en el mundo actual

Valorar cual es la situación actual de los Derechos Humanos en el mundo es


un tema complejo y para nada sencillo, pues el tema está plagado de luces
pero también de sombras. Por supuesto que a más de sesenta años de la
proclamación de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 se
han dado grandes avances, pero también por desgracia debemos advertir que
aún subsisten múltiples problemas y siguen ocurriendo violaciones graves a los
Derechos Humanos por todo el orbe.
La proliferación de Instrumentos internacionales en materia de Derechos
Humanos

Hoy en día sin lugar a dudas puede considerarse un avance en el tema de los
Derechos Humanos, el que la mayor parte de los Estados del mundo hayan
incluido ya en sus Constituciones y leyes nacionales catálogos de Derechos
Humanos y también el que una buena parte de ellos hayan establecido medios
de protección de tales derechos.

La creación de sistemas de protección internacional de los Derechos


Humanos

Fix- Zamudio (2007) Para asegurar el cumplimiento de los acuerdos y tratados


internacionales en materia de Derechos Humanos, se han creado diversos
mecanismos, instituciones y procedimientos para proteger y garantizar tales
derechos, generándose al efecto un sistema de protección universal (de
carácter general para todo el mundo) y tres sistemas regionales: el europeo, el
interamericano y el africano.

La internacionalización y estandarización de los Derechos Humanos en el


mundo

De Dienheim (2009) La creación y proliferación de tratados de Derechos


Humanos y el establecimiento de sistemas de protección internacional de esos
derechos ha originado una recomposición y reorganización del Derecho
Internacional, surgiendo una nueva rama específica conocida como “Derecho
Internacional de los Derechos Humanos”. Este nuevo orden jurídico
internacional se ha constituido en una especie de “Constitucionalismo
Mundial” vinculatorio para todos los miembros de la Comunidad Internacional,
influenciando al constitucionalismo en todo el mundo, ocasionando que muchos
Estados modifiquen sus constituciones o establezcan otras nuevas, para
apegarse a los establecido en los tratados internacionales en la materia. Esta
situación ha llevado al inicio de un proceso de estandarización de los Derechos
Humanos en el mundo, a manera de piso mínimo que debe ser observado por
todos los países.
Universalidad, Interdependencia e Indivisibilidad de los derechos
humanos

Interdependencia e Indivisibilidad
Los derechos humanos son interdependientes, es decir están vinculados entre
ellos y son indivisibles, que no pueden separarse o fragmentarse unos de otros.
Todos los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y
culturales deben comprenderse como un conjunto. Lo anterior, también implica
que el goce y ejercicio de un derecho está vinculado a que se garantice el resto
de derechos; así como la violación de un derecho pone también en riesgo los
demás derechos. Como quedó precisado en uno de los dictámenes que realizó
esta incorporación constitucional “se está mar- 11 cando una orientación clara
para las autoridades, que al proteger un derecho deben observar los efectos
que se causan sobre otros, a la vez que se obliga, en labor de promoción de
los mismos, a mantener siempre una visión integral” (Revista no. 17: p. 114).
Los principios de interdependencia e indivisibilidad generan la obligación de
otorgar igual importancia a todos los derechos humanos, cualquiera del que se
trate, sean civiles, políticos, económicos, sociales o culturales.

Referencias Bibliográficas

 Alonso, l (2003) El ser humano como una totalidad, Salud Uninorte


(núm. 17, 2003): 5-6
 Cançado, A. (2003) Consolidação da personalidade e da capacidade
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Anuario del Instituto Hispano-Luso-Americano de Derecho Internacional,
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 Heidegger, M (1999) Ser y el tiempo. México: Fondo de Cultura
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 Hormazábal, R (2006) introducción a la teoría de las relaciones
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 Marcano, L (2000) Introducción al estudio de las relaciones
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derecho internacional público. Caracas: El Guay.
 Ortega, J (2000), Persona y Sociedad, Contrastes. Revista
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 Ortiz Ahlf, L y O´Donell, D (2004) Derecho internacional de los derechos
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 Ohchr (2009) Professional Training Series No. 9, Human Rights in the
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Prosecutors and Lawyers, Human Rights in the Administration of Justice
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Euskonews.
 Rousseau, C. (1966). Derecho Internacional Público. Madrid: Ariel.
 Santiago, A (2009) El derecho internacional de los derechos
humanos: posibilidades, problemas y riesgos de un nuevo
paradigma jurídico. Madrid: Universidad de Navarra.

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